sábado, julio 5, 2025
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Pilar Campoy: “Hoy le diría que no a Las Leonas, más adelante no sé”

Por Brenda Molina

María Pilar Campoy acomodó su vida a un sueño: llegar a la Selección argentina de hockey. Desde los 15 años formó parte de las elegidas para representar a Buenos Aires y de ahí saltó al seleccionado nacional, pero hoy está muy lejos de eso. 

Hace un tiempo que Pilar no tiene un lugar en la Selección y tampoco se la nota con muchas ganas de formar parte. “La realidad es que estoy transitando otro momento en mi vida. Hoy las veo jugar y no tengo esa sensación de querer estar ahí como me pasaba antes, siento que hay muchas cosas que se perdieron en estos años. Sé que hoy diría que no, más adelante no se, no tengo las puertas cerradas. Estoy haciendo otras cosas de mi vida y estoy disfrutando un montón”, expresó Campoy. 

A principio de año tomó la decisión de irse a España definitivamente y está muy cómoda en la Real Sociedad. Fue fichada y vive de lo que más le gusta, que es jugar al hockey, pero con un plus: está al lado de su novio después de meses separados y de hacer viajes express a Europa. 

Pasaron 24 años de la primera vez que agarró un palo y una bocha. Sus papás la llevaron al Club Banco Nación porque jugaban sus primas y escucharon que era una linda actividad para su hija. Desde ese entonces nunca lo dejó. A la par empezó a hacer tenis tres veces por semana, pero es una anécdota la Pilar tenista. Cuando empezaron a llegar las convocatorias relacionadas con el hockey, la raqueta y el polvo de ladrillo quedaron de lado. 

El primer llamado llegó para representar a Buenos Aires en 2006 y, según ella cuenta, ese fue el momento en el que hizo el click de que quería meterle más al hockey: “Creo que ahí hice ese pequeño cambio y dije ‘creo que voy más por el lado del hockey’. Mi familia siempre me apoyó y ellos también me hicieron ver que era por ahí”. 

No sólo sus primas y sus papás la llevaron por el camino del deporte, sino que su hermano Tobías también aportó lo suyo. Se criaron juntos y disfrutaron de jugar al fútbol, al básquet e hicieron taekwondo, todo a la par, Tobías adelante y Pilar, chiquita y rubia como es ahora, seguía a su hermano. Él la ayuda desde afuera de la cancha y Abril, su hermana menor, desde adentro. 

Con Abril compartieron equipo toda la vida -primero en Banco, donde se formaron, y después en Náutico Hacoaj- y es el gran apoyo de su hermana cuando se pierde en la cancha. Al ser tan exigente, cuando no le salen las cosas bien se va del partido, pero si al lado está Abril no hay problema, ella sabe cómo hacer para que Pilar dé lo mejor de sí. “Jugar con mi hermana es algo especial, cuando estamos lejos donde más la extraño es dentro de la cancha”, confesó la más chica de los Campoy.

Las hermanas Campoy vistiendo la camiseta de Hacoaj, segundo club en el que jugaron juntas. Foto: Instagram.

Pilar fue quien tomó la decisión de separarse en la temporada 2011/12 porque creía que era necesario salir de su zona de confort: “Me sentía como estancada, llegué a ser capitana y ese era mi tope”. Tuvo la posibilidad de ir a varios clubes, pero Jorge Lombi y su idea de juego la convencieron para que se inclinara por Hacoaj.

En 2016/17 Abril pasó a Náutico también, pero Pilar no estaba muy convencida, ya que ella sabía que en cualquier momento se iba a ir al exterior y no quería que su hermana se quedara sola. Al poco tiempo le surgió la primera posibilidad de irse a España y se fue al viejo continente a vestir la camiseta del Taburiente, en Islas Canarias.

En realidad, fue la primera vez que la oportunidad de jugar en Europa se concretó. En 2015 estuvo a dos semanas de irse a Madrid, tenía pasajes pagos y todo organizado, pero un llamado de Gabriel Minadeo cambió todo en un segundo. “Hacía dos horas yo había dicho que al seleccionado no volvía más porque quería hacer otras cosas y de repente me cayó esta noticia. Yo había sufrido un montón en la Selección pero sentí que ese era mi momento”.

Así fue la primera vez que formó parte de una lista oficial de Las Leonas. Por dos años y medio figuró en el plantel fijo, hasta que llegó el actual entrenador y no la tuvo muy en cuenta. El año pasado le tocó quedar fuera de la lista para el Mundial. “Era un sueño para mi jugar un Mundial, es el torneo que me falta”, contó la oriunda de Vicente López. 

A pesar de todo, fue muy feliz vistiendo la albiceleste. Se sonríe y muestra su tatuaje de los anillos olímpicos en su muñeca izquierda cuando le preguntan por los Juegos de Río de Janeiro 2016. “Fue algo único que muy pocos tienen la posibilidad de hacer y yo disfruté mucho desde entrenarme para ese momento, subirme al avión y compartir con otros deportistas. Para mí era todo muy mágico”. Cuenta que fue algo que la marcó no sólo en lo deportivo, sino también en lo personal. Fue un antes y un después en su vida y por eso decidió llevarlo para siempre en su piel.

Hoy, ya lejos del seleccionado, sus compañeras la extrañan. “Extraño todos los días la complicidad que teníamos, extraño lo que nos reíamos todo el día y el hecho de compartir todo”, recuerda Agustina Albertario. Aparte de aportar habilidad y goles a la Selección, dentro del grupo era alguien importante. Dentro de los planteles siempre hay mucha competencia, pero Pilar está lejos de eso. Siempre está pensando, no solo en el arco, sino también en sus compañeras.

Campoy y Simonet representaron a la Argentina en los Juegos Olímpicos de Río 2016, en hockey y handball respectivamente. Foto: instagram.

Hoy vive en la ciudad de Benidorm, entre Valencia y Alicante, ya que Pablo Simonet juega al handball allí. Pilar viaja de viernes a lunes o de jueves a domingo para entrenar con el equipo y juega los domingos. Los días que está en su casa entrena con Pabli, como le dice ella, y salen a correr por la playa o a caminar con su perra, Mila. 

Lo que más le cuesta de su nueva vida es el tiempo libre. Necesita siempre estar haciendo algo, es muy inquieta. Todo el tiempo busca actividades para que hagan los dos, recorrer ciudades, ir al gimnasio, al shopping, cocinar, lo que sea, pero no estar sentados en el sillón excepto que sea para mirar deportes. “Los domingos en casa son a cuatro pantallas: básquet, handball, hockey y fútbol. Eso es espectacular”, dice Pablo con cara de enamorado. 

El tiempo libre la empujó a volver a comenzar una carrera. Cuando terminó el colegio había empezado el Profesorado de Educación Física, pero entre los entrenamientos, el estudio y el trabajo no podía con todo y decidió dejar lo que más le costaba, el estudio. Siguió entrenando y continuó con el trabajo, que era ser profesora de deportes en colegios como el Florida Day School y el Palermo Chico. Hace poco se anotó en la carrera de Relaciones Públicas y Organización de eventos, que la hace a distancia y rinde cuando vuelve a Buenos Aires.  

No es una persona que piensa mucho en lo que va a pasar, pero sabe que el amor por su pareja maneja su vida y por eso no tiene otra cosa en la cabeza que ser felices juntos y poder sostener la familia que de a poco van formando. “La realidad es que no sé qué me depara el futuro. Hoy estoy viviendo en Benidorm y por ahí mañana me tengo que ir a Francia. Sé el hoy, no el mañana”.

La máquina de producir talentos bajó las revoluciones

Por María Belén Muñoz Suárez

Argentina es uno de los países en el que hay varios clubes que históricamente se han caracterizado por un buen trabajo en inferiores, como el Club Atlético Tigre, que recientemente se consagró campeón de la Copa Superliga con jugadores en su plantel que salieron de las inferiores, como Lucas Menossi y Gonzalo Flores.

En promedio de juveniles se tiene el dato de que llegan tres futbolistas por categoría a la Primera. Un caso particular es el de Flores, quien desde la séptima categoría fue citado a la Primera. “Mi paso por las inferiores me dejó la experiencia de que no importa lo poco que tengas, sino las condiciones de cada uno y lo que quiera llegar a ser el día de mañana”, destaca el jugador de 18 años. “Lo que importan son las ganas y la motivación de querer llegar rápido a vivir lo mejor”.

Tigre es un club que busca promover la excelencia deportiva en el desarrollo sano de los más chicos. Para el club, el fútbol amateur es una apuesta fuerte y se demuestra con hechos cuando se ve en la Primera un equipo de once conformado por seis o siete jugadores surgidos de la cantera y el progreso en las obras que se realizan en el predio, que ponen a disposición un lugar único para que puedan entrenar en las mejores condiciones.

Santiago Giretti, ex futbolista y actual preparador físico de la séptima categoría en las inferiores del club, relata que su trabajo es entrenar a los jóvenes con ejercicios técnicos de desarrollo muscular y potencia máxima. “Los capacitamos para la sexta que es la categoría donde los jugadores explotan y en quinta normalmente ya suben a Primera”, señala. En las inferiores en general hay dos coordinadores, uno de directores técnicos y uno de los profesores que es el que les marca la línea de trabajo.

Sin embargo, Giretti destaca que no se utiliza el mismo método que en la división mayor: “Se intentó en su momento con Cristian Ledesma que se llevó varias personas de inferiores pero le fue mal en Primera, lo echaron y a partir de ahí no se hizo más”. En inferiores y hasta la reserva se sigue la misma línea, en Primera se trabaja aparte ya que tienen su propio método. “Las urgencias eran distintas en su momento en la Primera que en inferiores y hubo tantos cambios técnicos que no se puede seguir una misma línea porque es una veleta que va de acá para allá”, resalta.

En Tigre hay 35 chicos en cada categoría, pero puede que de alguna lleguen cinco y de otra, uno o ninguno. La presión de padres y representantes, la falta de identificación con referentes y los errores en la formación son a veces algunas razones que explican la ausencia de nuevos talentos. La máquina de producir talentos que solía ser la Argentina, en los últimos años, bajó las revoluciones. No suelen abundar los grandes proyectos.

Los pocos juveniles que brotan suelen tener una explosión muy importante, pero luego, en el momento de mantener y confirmar su nivel, la mayoría tropieza. “Es duro llegar y también es duro mantenerse”, manifiesta Flores. Y así pone en plano que son grandes las diferencias entre los entrenamientos de la división mayor y los de las inferiores: “La gran diferencia se nota, son otros controles, otros perfiles, otro manejo de pelota, otra coordinación, otro ritmo y otra velocidad”.

Son cada vez menos los chicos que triunfan acá, lo hacen allá, en Europa, y hoy son número puesto hasta en la selección argentina. Esta tendencia se hace más notoria en determinados puestos: laterales, tanto por la izquierda como por la derecha, centrales zurdos, volantes centrales de marca y centro atacantes goleadores son algunos de los puestos donde menos chicos surgen, que más solicitan los equipos del fútbol argentino en los mercados de pases y donde se advierte una escasez que llega hasta todos los clubes.

Cambios permanentes en los cuerpos técnicos de primera división, una situación que no se modificó, presión por parte de los padres y representantes para que los chicos ocupen determinados puestos, la falta de identificación con referentes en su posición y errores vitales en la formación, son algunas de las razones que los coordinadores del fútbol juvenil encadenan como causas de esta pobreza de nuevos talentos.

Giretti señala que llegan menos del 10%: “Un chico que forma parte de un club de la A y llega a la sexta, puede jugar en Primera, si llegó a la sexta es porque puede jugar al fútbol pero después hay que ver el nivel y si quiere hacerlo”. Refiriéndose a la formación de los jugadores, dice que hay que cambiar cosas para poder mejorar: “El apoyo psicológico sería muy importante porque hay muchos chicos con bastantes problemas familiares; hay casos de padres presos o golpeadores, madres que los abandonaron, chicos huérfanos”.

Un abanico de dificultades se muestra en las inferiores del club, pero consideran que apuntalándolo desde el lado psicológico se podría ayudar a que los jóvenes se formen. Hay chicos que no llegan por las cosas que pasan en su entorno o porque están mal ellos. En Tigre recién el mes pasado empezó a trabajar un psicólogo pero creen y esperan que esta modalidad va a ir creciendo.

Juan Pablo Pochettino, ex preparador físico del club, opina sobre la formación de jugadores y señala que hay que cambiar muchas cosas tal como lo de las pensiones: “No hay que obligar a que los chicos vengan de tan chicos a Buenos Aires, sería bueno que puedan seguir jugando cerca de sus familias y sus amigos hasta un cierto tiempo como los 14 o 15 años, antes no”. Ejemplifica esto diciendo que en el sur de la Patagonia tienen que mandar niños de 13 o 14 años a Buenos Aires para que se terminen de hacer buenos futbolistas, y esto tiene que ver mucho con la historia del país y la centralización histórica.

Por este lado de las pensiones y siguiendo con la misma línea de los chicos con problemas en su entorno, no hay pensión para ellos en Tigre. El año pasado había una con 16 chicos del interior pero la redujeron a ocho por temas de presupuesto. La prioridad es supuestamente para los que mejor juegan o los que más futuro le ven. “Para que algunos chicos puedan llegar hay que sacarlos del entorno que los rodea, por ahí el pibe es bueno y lo perdés solo por lo que pasa en la casa”, manifiesta Giretti.

Pochettino afirma que los técnicos y preparadores del club deberían primero formar a la persona más que al futbolista, enseñarles a los jóvenes a ser buenas personas y respetuosos. “El fútbol es un deporte en equipo, por eso hay que entender que necesitas de alguien más para ganar, uno no entrena solo sino que entrena con otros y por eso lo humano es trascendental”, asegura.

Desde el club lo que buscan es que los chicos reciban el cuidado necesario para formarse no solo como jugadores sino como personas de bien. Quieren que concurran a escuelas del Municipio, se alimenten y desarrollen actividades complementarias al entrenamiento diario con sus compañeros en el gimnasio. Para así, afianzar los lazos con la zona que los vio nacer, brindando la oportunidad a los jóvenes de participar de un deporte sanamente, defendiendo los colores de la Institución. 

 

Con la mira en Francia

KUMAGAYA, JAPAN - OCTOBER 09: Head coach Mario Ledesma of Argentina congratulates his players after the Rugby World Cup 2019 Group C game between Argentina and USA at Kumagaya Rugby Stadium on October 09, 2019 in Kumagaya, Saitama, Japan. (Photo by Clive Rose - World Rugby/World Rugby via Getty Images)

Por Ignacio Garavello

Nadie esperaba este final de Los Pumas en el Mundial. Ni los jugadores y el cuerpo técnico. Menos quienes viajaron a Japón a alentar. Tampoco los que están leyendo esta nota. Las semifinales en el 2015 y la llegada de Jaguares a la final del Super Rugby ilusionaron con, por lo menos, repetir lo hecho en Inglaterra. Pero lejos se estuvo de ese desempeño.

Una gran diferencia de hace 4 años es el grupo en el que estuvo Argentina. Los Pumas estaban entre los 8 primeros del ranking de World Rugby y tuvo que compartir la primera fase con Nueva Zelanda, Georgia, Namibia y Tonga. Perdió con los All Blacks y después ganó los otros con comodidad, así accedió a los cuartos de final. Para la conformación de los grupos de este Mundial, estaba por debajo del octavo lugar y debió enfrentarse a Francia e Inglaterra que formaban parte de los primeros.

Mario Ledesma es el head coach de Los Pumas desde hace un año y una de sus primeras declaraciones como entrenador fue que era difícil apuntar alto para el Mundial de Japón por el poco tiempo que iba a llevar al mando del equipo. Después de la victoria ante Estados Unidos por 47-17, Ledesma, haciendo un balance de toda la Copa del Mundo, dijo que “me quedo con gusto a poco porque en ningún partido pudimos llevar a la cancha todo lo que habíamos practicado y después miras los partidos de Francia contra Tonga y Estados Unidos y duele, pero, por otro lado, veo un futuro esperanzador para el rugby argentino”.

Los nueve debutantes de Argentina en esta Copa del Mundo fueron Emiliano Boffelli, Marcos Kremer, Bautista Delguy, Santiago Carreras, Juan Cruz Mallia, Mayco Vivas, Enrique Pieretto, Santiago Medrano y Lucas Mensa, que, muy probablemente, si Ledesma sigue como head coach, veremos en Francia 2023. La era de Ledesma arrancó hace, relativamente, poco y debería extenderse hasta el 2021 que es cuando finaliza el contrato.“El próximo Mundial arrancó hoy”, exclamó el entrenador argentino en el campo de juego en el que acababa de perder contra Inglaterra y estaba a un paso de quedar eliminado. La preparación y los procesos previos a los grandes torneos es muy importante. A Japón Ledesma llegó con poco tiempo de trabajo. A Francia, llegará con 5 años al mando del equipo y con una experiencia mundialista en su haber.

Cómo hizo Agustín Bourges para ganar la Copa Agustín Bourges

Por Diego Ibarra

Esta es la historia de Agustín Bourges, un fanático del fútbol, aunque nunca haya podido jugarlo; desde que nació padece de Condrodisplasia Punctata, enfermedad que produce una movilidad reducida en todos sus miembros. Sin embargo, el joven de 18 años no permite que este problema lo aleje de lo que más lo apasiona y pelea por un sueño: ser entrenador.

Nació el 13 de diciembre de 2001 en la Ciudad de Neuquén, pero se crío y vive hasta el día de hoy, en Laborde, un pueblo al sudeste de Córdoba.  Allí surgió su amor por Olimpo, uno de los dos clubes locales, y el qué tiempo después le daría la chance de hacer lo que más le gusta.

En 2016, Lucas Cuadana, jugador de primera división y técnico de categorías infantiles del club labordense, decidió llamarlo para que sea su ayudante de campo.  “Agustín aporta el valor de la inclusión, me parece que es un mensaje muy importante y que no se ve seguido en el fútbol”, expresó el entrenador.

La enfermedad genética que sufre Agustín se da en una de cada un millón de personas, pero son su pasión y su voluntad lo que lo hacen diferente. A mitad de 2016, muy feliz por la oportunidad, se sumó a los entrenamientos de la clase Sub-13: “Empecé con muchos nervios, en la primera practica Lucas me presentó y los chicos me miraron medio raro; por la silla, viste. Pero después, de a poquito, se fueron soltando, y yo también”, recordó.

Una vez que sus padres pudieron conseguir una silla de ruedas eléctrica que le permitiera desplazarse con más facilidad comenzó a ir a los entrenamientos, y a los partidos de los sábados.  La inclusión de Agustín fue una novedad en la Liga Doctor Adrián Beccar Varela, entonces decidieron homenajearlo. “La Copa de ese torneo llevó mi nombre. La verdad que después de eso me dieron unas ganas terribles de seguir trabajando, fue algo muy lindo y que me va a quedar para toda la vida”, contó Bourges.

Meses después, Olimpo se quedó con ese trofeo y Agustín festejó su primer título desde el banco: “Salir campeones me dio muchas fuerzas para seguir adelante, hizo que tome mi trabajo con más seriedad y que comience a pensar en el futuro”, recordó el neuquino.

Con más ganas que nunca, quien hoy es ayudante de campo en las categorías promocionales, siguió trabajando para acercarse a su meta. Durante estos años, acompañado por Lucas Caudana, asistió a varias capacitaciones brindadas por el club Talleres de Córdoba, con el fin de aplicar esos conocimientos en sus dirigidos.

Su sueño es ser director técnico y llevara Olimpo a lo más alto, y este año, al empezar con el curso de entrenador, Agustín dio un gran paso para hacerlo realidad.

Aquella primera final

El 2016 fue uno de los años más emocionantes que vivió Agustín; en su primera experiencia desde un banco de suplentes le tocó ganar la copa que llevaba su nombre. Pero lo que más recuerda fue el día antes de su primera final, ese viernes Lucas Caudana decidió cederle a Bourges la última charla técnica. “Ese día les dije que más allá del resultado yo me iba a ir contento por el trabajo que hicieron durante el año”, expresó.

Con un gran orgullo por sus dirigidos, Agustín transmitió el mensaje de que ganar no es lo único que importa. Además, el ayudante de campo les habló a los chicos sobre su futuro: “También les dije que cuando estén en primera no pierdan esa voluntad ni esas ganas de jugar al fútbol que tienen ahora”, afirmó Agustín.

“Siempre pongo al deporte en primer lugar”

Por Matias Mazzuchini

Juan Bautista Cinalli, de 18 años, se desempeña como rugbier en el Liceo Militar de San Martín, en la categoría M19. Juega como apertura en la A y en algunos encuentros se desempeña como centro en la categoría B.

-¿Cómo comenzaste a jugar al rugby?

-Por mi primo, me llevó por primera vez al Liceo en un encuentro por el Día del Amigo y me enamoré del club.

-¿Cómo financias este deporte?

-Lo bancan mis papás, de vez en cuando mi viejo me da laburo en la empresa que tiene y esa plata lo invierto en el deporte.

-¿Pensás vivir del rugby?

-Sí, pero no en este país. Es muy difícil acá porque es un deporte amateur hasta el momento, sacando a los Jaguares.

-Con respecto a las salidas con amigos y el deporte, ¿Cómo lo manejas?

-Siempre pongo al deporte en primer lugar, los días que tengo partido suelo no ir a bailar con amigos. Pero siempre que puedo despejo la cabeza con salidas y algunas juntadas con ellos.

-¿Respetas los hábitos de un deportista profesional?

-Sí, pero no a rajatabla. Con la comida no me cuido tanto pero después me mato entrenando en el gimnasio.

-¿Te ves con chances de llegar a la primera de tu club?

-Sí, me veo con chances de sobra (risas). El día que me toque debutar va a ser un sueño para mí porque desde chico sueño con eso.

-¿Qué metas te propones para tu vida?

-Llegar al seleccionado argentino, jugar en Los Pumas sería lo máximo que se puede imaginar un chico de rugby, defendiendo esos colores.

 -¿Qué significa el Liceo Militar para vos?

-Una segunda casa para mí, en donde puedo ir y siempre encontraré amigos que me darán una mano no solo con el rugby, sino con la vida.

-¿Pensás estar ligado siempre a este deporte?

-Sí, pienso estar ligado siempre ligado. El día que no juegue más al rugby (falta mucho por suerte, dice por lo bajo) quiero entrenar a los más chicos o ayudar desde el lugar que pueda a este club que me da todo.

-¿Te sorprendió el nivel de Jaguares en el Super Rugby?

-La verdad que sí, sé que se vienen haciendo las cosas bien desde hace 4 años pero el nivel que mostraron fue altísimo. No solo ganaban sino que jugaban bien al rugby, una lástima que no se haya podido ganar la final pero ya les va a tocar festejar un título.

-Según tu punto de vista, ¿Quién será el próximo campeón del mundo?

-Hay selecciones muy fuertes la verdad y los All Blacks aunque no lleguen de la mejor forma tienen mucha calidad, pero el próximo campeón para mi es Inglaterra.

“Las debilidades en este nivel casi no existen”

Por Ian Rodríguez y Cristopher Ceppi

El segundo línea de los Pumas Guido Petti Pagadizábal viene de jugar en la victoria frente a Tonga, y de ser el más destacado y anotar un try en la derrota contra Francia. Sin embargo, nada de eso importa ya. El sábado a las 5 (hora Argentina) saldrá a la cancha para enfrentar a Inglaterra (primera en el grupo C), en un duelo clave para las aspiraciones del equipo nacional ya que, si no ganan, quedarán eliminados del Mundial de Japón.

Petti tiene en claro que el juego de Inglaterra es “muy físico”. “A través del scrum, lines y forward buscan dominar mucho, y también lo hacen a través del maul. A diferencia de Argentina, ellos usan más las patadas y, a partir de eso, tratan de jugar territorialmente y presionar mucho con la defensa”, manifestó quien debutó en el San Isidro Club (SIC) en una entrevista con El Equipo desde la concentración Argentina en Japón. “Las debilidades en este nivel casi que no existen. Inglaterra es un gran equipo, juega mucho con el pie y tiene una gran defensa. Haremos hincapié en nosotros mismos. Nuestro objetivo es hacer el partido que nosotros planteemos, llevando el ritmo del mismo y no cayendo en su juego.”

En el debut mundialista, el cual terminó en derrota frente a Francia, el joven de 24 años fue el más destacado de Los Pumas ya que,  como de costumbre, fue muy sólido en el line out (dote que luego se repetiría frente a Tonga derivando en 2 tries de Julián Montoya), logró 9 tackles exitosos y batió a 3 defensores. Sin embargo, consideró que perder contra Francia fue una “desilusión”, porque se habían preparado mucho para el partido. “Éramos conscientes que era muy importante el comienzo del Mundial, pero no lo logramos, así que teníamos que levantar cabeza rápido porque en una competencia como ésta no podes estar mucho tiempo lamentando lo que pasó. Nos pudimos concentrar, tras la derrota, en el día a día, dejamos eso en el pasado y le pusimos el foco al siguiente partido, contra Tonga, el cual era un encuentro duro y muy físico. Necesitábamos esa victoria para retomar confianza y se nos dio”, reconoció el forward quien fue uno de los líderes en el line out ganando 8 propios y uno del rival, con su 1.93 metros.

Petti dejó bien en claro que tanto él como los jugadores saben que la gran mayoría de ellos forman parte de Jaguares, pero que es “muy diferente a Los Pumas”. “No tiene nada que ver. Si bien nos dio mucha confianza porque veníamos jugando muy bien, es otra cosa, incomparable”.

En relación al tiempo de descanso, el segunda línea comentó: “Siempre tenemos un calendario bastante lleno durante todo el año, pero eso lo manejan muy bien los preparadores físicos con el tema de las cargas. Entonces no hay problema, de hecho, jugar mucho te hace tener buen timing y encontrarte bien con el equipo, por eso creo que no es contraproducente”.

Mañana se enfrentarán a Inglaterra en el estadio Ajinomoto y tendrán la chance de encaminar una posible clasificación a octavos de final o, en su defecto, quedar eliminados en fase de grupos, algo que no sucede desde hace 16 años. La última vez fue en el 2003, en Australia, cuando terminaron terceros en el grupo A por debajo del local e Irlanda. Guido Petti se perfila como titular indiscutido , hará su mejor esfuerzo para conseguir la victoria albiceleste y encaminar la clasificación a la siguiente ronda.

Los Pumas saben de milagros

Por Tobías Chere

El seleccionado argentino tiene una parada difícil este sábado desde las 5 de la mañana cuando enfrente a Inglaterra en un partido que será clave para la clasificación a segunda ronda; pero no es la primera vez que dependen de un resultado para continuar en una Copa del Mundo.

Los primeros tres Mundiales fueron adversos para los Pumas que no pudieron superar la fase inicial; no fue hasta la Copa del Mundo de 1999 en donde se hizo historia.

Argentina compartió el Grupo D con Galés, con el cual perdió en el debut; en los otros dos encuentros, venció a Samoa por 32 a 16 y a Japón por 33 a 12 lo que les permitió acceder a octavos de final como mejor tercero. En octavos, el rival fue Irlanda en un partido muy luchado hasta la última jugada. El try de Diego Albanese les dio la ventaja definitiva por 28 a 24 y el pase a cuartos de final.

El Mundial 2007 fue soñado para Los Pumas pero en el último partido del Grupo D debían vencer a Irlanda, quien había dejado afuera a Argentina en la Copa del Mundo 2003. El encuentro fue muy disputado sin embargo en los últimos minutos dos penales ejecutados por Felipe Contepomi y un drop de zurda de Juan Martín Hernandez concluyeron la victoria final. 30-15 marcaban las pantallas del Parque de los príncipes; los Pumas daban un golpe histórico en el rugby clasificando primeros en el grupo y dejando afuera a uno de los candidatos al titulo.

La Copa del Mundo organizada por Nueva Zelanda marcó otro momento épico en la historia de Los Pumas. Era el penúltimo partido del grupo; faltaban ocho minutos para la finalización del partido, Escocía ganaba 12 a 6 pero todo cambió con un pase de Marcelo Bosch a Lucas Gonzalez Amorosino que apoyó en el ingoal rival tras correr por la banda esquivando cinco tackles de la defensa escocesa; la conversión de Felipe Contepomi puso la ventaja definitiva; Argentina vencía a Escocia y lo dejaba prácticamente eliminado de la Copa del Mundo. Luego de ese encuentro, vencieron a Georgia y clasificaron a segunda ronda.

Los Pumas: equipo confirmado para dar el golpe ante Inglaterra

Por Esteban Micozzi

El choque de Los Pumas frente a Inglaterra el sábado a las 5 de la madrugada será trascendental para las ilusiones del equipo argentino de seguir con vida en la Copa del Mundo de Japón. Mario Ledesma, entrenador de Argentina, confirmó los 15 titulares con algunas ausencias de peso que dejaron de ser sorpresivas por el bajo nivel que mostraron.

Nicolás Sánchez, habitual apertura titular durante los últimos años, ni siquiera irá al banco de suplentes. Su bajo e inesperado desempeño en los últimos partidos le termina abriendo la puerta a Benjamín Urdapilleta, quién cumplió con las expectativas en la victoria frente a Tonga, en el segundo partido de Los Pumas.

Una de las batallas que deberán enfrentar Los Pumas en el Tokio Stadium será el pack de forwards inglés. Ledesma apuesta por el regreso al equipo titular en la posición de octavo de Javier Ortega Desio en lugar de Tomás Lesana. El entrerriano es un jugador rápido y atlético que puede dar garantías en el line y con la pelota en las manos.

Otro de los referentes históricos de los forwards que no estará desde el inicio será Agustín Creevy, quién irá al banco de reservas por segundo partido consecutivo, y su lugar lo seguirá ocupando Julián Montoya, autor de tres tries y elegido jugador del partido ante Tonga. Por el lado de los backs, una de las novedades es el ingreso al banco de suplentes del centro formado en Pucará Lucas Mensa.

Los 15 titulares para enfrentar a Inglaterra serán: 1- Nahuel Tetaz Chaparro, 2- Julián Montoya y 3- Juan Figallo; 4- Guido Petti y 5- Tomás Lavanini; 6- Pablo Matera (capitán), 7- Marcos Kremer y 8- Javier Ortega Desio; 9- Tomás Cubelli y 10- Benjamín Urdapilleta; 11- Santiago Carreras, 12- Jerónimo De La Fuente, 13- Matías Orlando y 14- Matías Moroni; 15- Emiliano Boffelli.

Eddie Jones, el australiano coach de La Rosa, confirmó el equipo titular con los 15 que imaginaba el staff técnico de Los Pumas: 1- Joe Marler, 2- Jamie George y 3- Kyle Sinckler; 4-Maro Itoje y 5- George Kruis; 6-Tom Curry, 7- Sam Underhill y 8- Billy Vunipola; 9- Ben Youngs y 10- George Ford; 11- Jonny May, 12- Owen Farrell (capitán), 13- Manu Tuilagi y 14- Anthony Watson; 15- Elliot Daly.

El batacazo que intentarán dar Los Pumas tiene ese mote por lo demostrado hasta aquí y porque la historia ante Inglaterra es desfavorable: la última vez que vencieron al seleccionado europeo fue 24-22, en un Test Match disputado en 2009 en Salta. Ni una eventual victoria le asegurará a Los Pumas la clasificación a cuartos de final, ya que también deberán vencer a Estados Unidos y esperar el resultado entre Inglaterra y Francia. Lo que sí les asegurará es que estuvieron a la altura de competir a las expectativas que ellos mismos se propusieron y de seguir en busca del sueño mundial.

“El contacto físico es adictivo”

Por Ezequiel Aranguiz

Santino Chichizola tiene 22 años, aprendió a jugar al rugby de grande en DAOM, cambió su alimentación y tras reiteradas lesiones, aún disfruta del espíritu amateur del rugby como si fuera la primera vez que agarra la ovalada.

-¿A qué edad empezaste a jugar rugby?

-Empecé a los 18 años, de grande, porque un amigo me invitó cuando terminamos el colegio.Antes había hecho todos los deportes que pude: taekwondo, fútbol, natación, tenis, pádel.

-¿Por qué elegiste rugby?

-El rugby tiene varias cosas hermosas: lo principal es el grupo de amigos, somos hermanos; por otro lado, el deporte en si es muy entretenido; y por último, el contacto físico es adictivo y sirve como descarga del día a día.

-¿Qué pensás de la idea de profesionalización y la postura de la UAR que sostiene que el rugby podría perder la esencia amateur y esos valores que mencionaste?

-Creo que la URBA no se tiene que profesionalizar porque comparto la idea. Sin embargo, me parece bien que se profesionalicen Los Pumas y Jaguares ya que son plataformas para avanzar a nivel profesional de jugadores, instalaciones y estructura.

-¿Qué lugar ocupa el rugby en tu vida?

-Es mi prioridad. Me atrasé en la carrera universitaria para poder entrenarme. Los sábados paso todo el día en el club.

-¿Cómo hacés para administrar el tiempo entre estudio, trabajo y entrenamiento?

-Es complicado, trabajo de 9 a 17, estudio periodismo y curso dos veces por semana, voy al gimnasio cinco veces por semana, y me entreno lunes, martes y jueves de 21 a 23. Tengo todo cronometrado y prácticamente no tengo tiempo libre.

-¿Tuviste que cambiar muchas cosas cuando empezaste a competir?

-Cuando arranqué aún no trabajaba, pero cuando entré en la Comisión Federal de Impuestos tuve que cambiar los horarios de facultad y eso me impidió cursar cinco materias como venía haciendo todos los años. O sea, tuve que resignar materias para poder entrenarme. Pero no me arrepiento, es lo que elegí.

-¿Cómo mantenés el estado físico, aparte del entrenamiento?

-El club tiene nutricionista que te mide a principio y a fin de año; toda la pretemporada te deja con la dieta libre pero tenés que volver de la forma en que te fuiste. Y además tengo una nutricionista personal que me controla y que me ayudó a subir mucho de peso al principio. Es muy importante la alimentación, si no te cuidás, das ventajas en la cancha.

-¿Cómo fue la transición al empezar en el deporte?

-Me costó bastante. Arranqué en agosto, cuando estaba terminando menores de 19, y esos 4 o 5 meses antes de que empiece la temporada me sirvieron mucho porque arranqué de cero. Tuve seis meses de adaptación en los que jugué en juveniles B, y después pegué el salto a la A.

-¿Sufriste lesiones?

-Bastantes. Tuve rotura de peroné, rotura de meniscos, rotura de ligamentos del tobillo, un par de desgarros, rotura de costilla, y los dedos los tengo destruidos.

-¿Cómo es la recuperación, tanto física como mental?

-Es importante respetar los tratamientos y tiempos de recuperación. Y desde lo anímico, el apoyo del plantel es fundamental. Desde el primer minuto todos te acompañan. Mi familia también ayudó muchísimo. Hay que estar mentalizado en que las lesiones son comunes en este deporte, es muy físico.

-¿Alguna vez afectó negativamente algún aspecto de tu vida?

-No, yo te cambiaría la respuesta. Aspectos de mi vida en general terminaron afectando mi desempeño. Por ejemplo, una vez tenía que rendir, dormí mal y el sábado en el partido me desgarré.

-¿Tenés algo de tiempo libre?

-Los miércoles, después de cursar, y los viernes los uso para relajarme viendo series o leyendo. Los sábados a la noche suelo salir, ahora no tengo pareja así que me dedico 100% a mis amigos. Los domingos me gusta ir a la cancha, soy hincha de River.

-¿Se rompe la dieta en las salidas?

-La nutricionista nos dá un día de permitidos. Los sábados me relajo después de jugar. En el tercer tiempo, un par de pizzas, un par de hamburguesas, cerveza a full.

-¿Te gustaría que el rugby se convierta en tu trabajo?

-Creo que no. Estoy estudiando una carrera que me interesa mucho y de la que quiero vivir. Al rugby me lo quiero seguir tomando amateur porque siento que es la esencia del deporte. Si fuese profesional habría una competencia no sana.

El japonés que no pudo sacarse la azul y oro

Por Marcos Cressi

El lunes 23 de septiembre de este año se cumplieron 18 años del gol de Naohiro Takahara para Boca Juniors en la goleada por 6-1 a Lanús en La Bombonera, convirtiéndose en el primer japonés en anotar en la Primera División del Fútbol Argentino. El delantero asiático llegó al Xeneize luego de su paso por el Júbilo Iwata, con el que ganó tres títulos (J1 League, AFC Champions League y Supercopa de la AFC), y de consagrarse campeón de la Copa de Asia con su selección. Su arribo al club de La Ribera fue un movimiento estratégico del actual Presidente de la Argentina, Mauricio Macri, quien en aquel entonces era el máximo dirigente de Boca y buscaba globalizar la marca del club argentino.
A pesar de no haber triunfado en el club de La Ribera, Naohiro Takahara se llevó grandes recuerdos de su paso por Argentina: “Boca Juniors me dejo la pasión y el amor al club de parte de la gente, de los jugadores y del cuerpo técnico. Fue la primera vez que me tocó jugar en el exterior y me tocó sentir esa pasión de la gente, una pasión terrible. Antes no había vivido el fútbol así. Para mí fue una experiencia increíble, futbolísticamente también, pero principalmente por la pasión de los hinchas con el club. Son cosas que pude vivir gracias a jugar en Boca, aunque sea poco tiempo”, declaró el delantero japonés a Isamu Kato, compatriota del futbolista y simpatizante del Xeneize, para el sitio web Diario Xeneize.
En 2015 Takahara decidió crear un club al que llamó Okinawa SV, en el que es presidente, entrenador y jugador. Eligió utilizar los colores azul y oro y una camiseta inspirada en Boca Juniors. Además, el nombre hace referencia al Hamburgo SV, equipo en el que el japonés jugó entre el 2002 y el 2006.
El ex delantero internacional con la Selección de Japón fundó el club en Okinawa, una de las islas más grandes del archipiélago de Ryūkyū, que se encuentran a más de 1900 kilómetros de Tokio. Estos islotes fueron invadidos por el clan Satsuma durante el siglo XVII y fue anexionado al Reino de Japón en 1879. Luego de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ocupó el territorio del país asiático hasta 1952, pero estas islas no fueron devueltas al gobierno japonés hasta 1972. A pesar de esto, los estadounidenses mantienen bases militares, que generan una importante controversia por los crímenes cometidos por soldados norteamericanos.
Un año después de su fundación, el Okinawa SV comenzó a jugar en la tercera división de la liga regional de su prefectura, en el que salió campeón luego de ganar todos los partidos. En 2017, este equipo fue invitado a participar en la Primera División y salió subcampeón, lo que le permitió participar en la Kyūshū Soccer League, competición que ganó este año y que lo clasificó para jugar la Liga Nacional de Campeones Regionales en busca del ascenso a la Japan Football League, el campeonato amateur más importante de Japón.