Por J. F. Gomez Sacks, G. Bourquin, J. D. Mónaco, J. Heredia Steimberg, M. Lopardo y J. M. Martinez Cataldo
River Plate y Platense se enfrentarán el próximo martes 20 de mayo en el Estadio Más Monumental por los cuartos de final del Torneo Apertura 2025 .El Millonario viene de ganarle a Barracas por 3-0 de local, mientras que El Calamar pasó a la siguiente fase tras vencer 1-0 a Racing en condición de visitante.
El conjunto dirigido por Marcelo Gallardo finalizó en la segunda posición de la Zona B con31 puntos, producto de ocho triunfos, siete empates y una única derrota contra Estudiantes de La Plata. Por su parte, el equipo de Vicente López terminó en la sexta posición al sumar 23 unidades, divididas en seis victorias, cinco empates y cinco derrotas.
En el historial, River saca una amplia diferencia enfrentando a Platense. Se midieron en 154 partidos de los cuales los de Núñez ganaron 97, empataron en 33 oportunidades y los 24 restantes fueron para los calamares. El último encuentro terminó en empate 1-1 por la primera fecha del vigente torneo. En esa ocasión, los autores de los goles fueron Ignacio Vázquez para el Marrón y Matías Rojas para la visita.
En el presente de estos equipos se destacan los rendimientos de Miguel Borja, goleador de River en el campeonato con cinco tantos, y Franco Mastantuono, el jóven de 17 años que aportó cuatro asistencias a sus compañeros. Por el lado de Platense, las claves del equipo son Vicente Taborda con cuatro goles y Guido Mainero, que asistió en cuatro oportunidades.
Ambos equipos se encuentran en un buen presente. Desde la vuelta de Marcelo Gallardo, River perdió solamente en 6 de 47 partidos disputados, marcando 62 goles y obteniendo los 3 puntos en 22 de esos encuentros. Por otra parte, el plantel dirigido por la dupla técnica Orsi-Gómez registra 54 partidos desde su arribo a Vicente López, triunfando en 21 oportunidades, empatando en 19 y perdiendo en 14.
Los últimos cinco partidos disputados en el Monumental juegan a favor del local. En cuatro de ellos, el Millonario obtuvo la victorias, mientras que el restante fue un empate. Este último terminó 1-1 y permite ilusionar al pueblo Calamar con dar el golpe en Núñez. En esa ocasión, Platense se adelantó en el marcador con un gol de José Chatruc, pero Pablo Aimar igualó de tiro libre.
El equipo de Vicente López está ante una oportunidad histórica de poder eliminar a River en su cancha y acercarse a su primer título a nivel oficial. En cambio, el equipo de Gallardo va en busca de su campeonato número 39. Para eso, el vencedor de esta llave deberá enfrentar al ganador de Argentinos Juniors y San Lorenzo en semifinales y luego vencer al equipo que clasifique a la final entre Independiente, Boca Juniors, Rosario Central y Huracán.
Por R. Sierra Lombardi, M. Rojas Gil, T. Calegari, L. Castaño, J. Castro Delaloye y B. Ramírez
Argentinos Juniors y San Lorenzo de Almagro disputarán los cuartos de final del Torneo Apertura el próximo lunes. El cotejo arrancará a las 19 hs en el Estadio Diego Armando Maradona y el ganador enfrentará al vencedor del encuentro entre River Plate y Platense del martes 20 de mayo a las 20.30 hs.
Miguel Ángel Russo ocupa el cargo de entrenador del Ciclón desde el 17 de octubre de 2024, y desde que ejerce el mando dirigió 28 partidos, con doce victorias, ocho empates y la misma cantidad de derrotas. Terminó cuarto en la zona B con 27 puntos, 14 goles a favor y 10 en contra. Andrés Vombergar, delantero de origen esloveno, marcó ocho tantos en la fase regular y lideró al equipo en esta faceta. Ezequiel Cerutti fue su mayor cómplice dentro de la cancha, con dos asistencias. Orlando Gill se destacó debajo de los tres palos con nueve vallas invictas en 16 partidos (solo Ignacio Arce y Franco Armani lo superan) y jugó el cien por ciento de los minutos totales.
Por el lado de Argentinos Juniors, su director técnico, Nicolás Diez, asumió el 1 de enero de este año tras un breve paso como asistente de Sebastian Dominguez en Tigre, y finalizó puntero de la Zona A con 33 unidades. Los de la Paternal sumaron nueve victorias, seis empates y una única derrota en 16 encuentros, en los que convirtieron 24 goles y recibieron nueve.Fueron el equipo con mejor diferencia de gol de todo el torneo con 15. Tomás Molina fue su goleador con 9 tantos, mientras que Alan Lescano lideró la categoría de asistencias con cuatro y su experimentado arquero, Diego “Ruso” Rodriguez, dejó su arco en cero nueve veces a lo largo del torneo.
Para llegar a esta instancia, Argentinos venció 3-1 a Instituto de Córdoba en condición de local, con goles de Tómas Molina, José María Herrera e Ismael Sosa, mientras que Gonzalo Requena descontó para la Gloria. Por otro lado, San Lorenzo superó por 2 a 1 a Tigre en el Estadio Pedro Bidegain. El esloveno Vombergar convirtió el primer tanto, Héctor Fertoli puso tablas en el marcador y Alexis Cuello, quien reemplazó al goleador local, definió el partido a los 89. Elián Irala fue expulsado a los 12 minutos del encuentro luego de cometer una infracción en mitad de cancha y que el árbitro, Yael Falcon Perez, interpretara que era último hombre.
Entre los dos equipos suman cinco amonestados, Federico Fattori y Molina en Argentinos Juniors, mientras que del lado de San Lorenzo los apercibidos fueron Cuello, Cerutti y Vombergar. Pese a esto, las tarjetas amarillas no son acumulables ya que se limpiaron tras la finalización de la instancia pasada. Tampoco se tomarán en cuenta para el próximo Torneo Clausura y los jugadores arrancarán dicha competencia con cero amarillas en su haber.
El palmarés de Argentinos Juniors en el ámbito local consta de tres títulos de liga. Su última conquista fue hace 15 años en el Torneo Clausura 2010, en el cuál consiguió 41 puntos y superó por uno a Estudiantes de La Plata, su escolta. San Lorenzo cuenta con 15 ligas locales y la última vez que gritó campeón fue en el Torneo Inicial 2013 con 33 puntos. Ambos equipos chocaron 132 veces entre amateurismo y profesionalismo, los de Boedo ganaron en 66 ocasiones, mientras que los de la Paternal lo hicieron en 33 oportunidades e igualaron la misma cantidad.
Argentinos definirá, hasta la semifinal, todos sus partidos de playoffs en condición de local, en la que obtuvo 20 puntos en esta temporada. Su única derrota fue ante Aldosivi por 2 a 0, y ganó seis de los nueve encuentros restantes, con una media de 1.7 goles a su favor. Por su parte, El Ciclón jugó ocho partidos de visitante y consiguió 13 puntos. La caída fue en el enfrentamiento ante Huracán por 2 a 0, y sumó tres victorias, con una media de 0.6 goles anotados.
Por L. Frecha, F. Esteban, S. Llorente, B. Pussacq, R. López y E. Ghiglione
Rosario Central recibe a Huracán en el Gigante de Arroyito por los cuartos de final del torneo Apertura, este domingo a las 19 horas. El Canalla se clasificó luego de derrotar de local a Estudiantes de la Plata por 2-0, con goles de Quintana y Campaz. Mientras que el Globo venció a Deportivo Riestra 3-2 en el Tomás A. Ducó con un doblete de Ramirez y el autogol de Sansotre.
Es un enfrentamiento entre uno de los mejores equipos del fútbol argentino en la actualidad como Rosario Central con un Huracán que supo desplegar su juego con más facilidad en la Copa Sudamericana que en el torneo Apertura. Esto puede significar una ventaja física para los punteros ya que el Globo este miércoles por la noche jugó por la quinta fecha del torneo continental, frente a América de Cali en Colombia.
La clasificación de Central, que finalizó puntero en la fase de grupos con 35 puntos, hizo que se ganara la localía para los duelos de eliminación directa hasta la semifinal inclusive, ya que la final será a partido único en el Estadio Madre de Ciudades en Santiago del Estero. Por su parte, los de Patricios finalizaron en la cuarta posición de la Zona A con 27 unidades tras las 16 fechas.
La particularidad que conserva la Academia es que, desde el 30 de noviembre de 2024, se mantiene invicto jugando en Rosario. Suma 9 victorias y ningún empate, con un cien por cien de efectividad. Su actual entrenador, Ariel Holan solo fue derrotado en tres oportunidades en sus 21 partidos al mando, con 13 victorias y 6 empates. Por el otro lado, Huracána no ha logrado destacarsee de visitante, ya que solo ganaron 3 de 6. Con la dirección del cordobés Frank DaríoKudelka, los de Parque Patricios lograron 30 victorias, 19 empates y 10 caídas.
Destacados en el plantel rosarino, por el rodaje que les dió Holan en el actual torneo, se encuentran Agustín Sández que suma 1490 minutos, seguido por el arquero Jorge Broun y el volante Franco Ibarra con 1440 y 1390´ respectivamente.
Completando la lista de goleadores, en el lado Canalla, Jáminton Campaz es el máximo artillero con 6 tantos y el asistidor es Ignacio Malcorra que logró 5; en el Globo, Erik Ramirez convirtió 6 y Ojeda, Gil y Mazzantti comparten el liderazgo de asistencias con 2 cada uno.
Adentrandose en los enfrentamientos previos entre ambos equipos en el Gigante de Arroyito, dan un saldo neutro con 2 victorias para cada uno y un empate. El último de estos fue el 27 de julio de 2024 por la Liga Profesional, que terminó en victoria visitante por la mínima con gol de Walter Mazzantti. La particularidad de ese encuentro fue que significó el partido nº 300 de Miguel Ángel Russo a cargo de Central. Tanto en ese encuentro como en el del próximo domingo se reencontraron Central y Hernán Galíndez, arquero de Huracán que surgió de las inferiores del Canalla.
En el palmarés de ambos equipos se encuentra una mínima diferencia de un campeonato a favor de los rosarinos, que ocupan sus vitrinas con siete consagraciones y el Globo con seis, coincidiendo con la obtención de la Copa Argentina en su nuevo formato, Huracán en 2014 y Central en 2018. El último campeón fue Central con la obtención de la Copa de la Liga en 2023 que tuvo la particularidad de haberla consagrado con el invicto de local, al igual que este año hasta el momento.
Por último, la AFA oficializó que la acumulación de tarjetas amarillas a partir del comienzo de la fase eliminatoria serán blanqueada para evitar sanciones y pérdidas de partido de jugadores clave para la definición del torneo Apertura. Para este encuentro, los jugadores afectados por tarjetas obtenidas en los octavos de final son Ibarra y Campaz en Central y Galíndez, Tissera y Ábila en Huracán.
Por M. Travaglini, A. Reynoso, M. Alfonso, A. Schneir, F. Barrientos y L. Mollo
El clásico entre Boca e Independiente será la ocasión Nº 228 que se enfrentarán ambos clubes, con un historial a favor de Boca de 80 victorias por sobre las 75 que poseen los Diablos Rojos. El partido se jugará el lunes a las 21:30 hs en La Bombonera, luego de que los dirigidos por Mariano Herron finalizaran segundos con 33 puntos en la Zona A, mientras que el equipo de Julio Vaccari terminó tercero con 29 unidades en la Zona B. El club que finaliza más alto en la tabla tiene la ventaja de la localía.
Boca viene de empatar sin goles en su estadio por los octavos de final frente a Lanús y avanzó por penales por 4-2. A su vez, acumula dos victorias (3 a 1 con Belgrano y 2-0 con Estudiantes), una derrota (1-2 con River) y un empate (1-1 con Tigre). Por su parte, Independiente venció de local a Independiente Rivadavia por 1-0 con gol de Santiago Montiel y cuenta con una victoria (2-0 a San Martín de San Juan) dos derrotas (2-0 Atlético Tucumán y 1-0 Rosario Central), y un empate (0-0 Riestra).
Tras la rescisión del contrato de Fernando Gago luego de 30 partidos dirigidos, el técnico Xeneize designado es el interino Mariano Herrón que transita su cuarto ciclo en dos años con un total de 10 partidos dirigidos con un 50% de efectividad (5 V, 3 E, 2 D). Por su parte, Julio Vaccari está al mando del plantel desde el 27 de junio del año pasado. Su efectividad es de 45,65% de victorias con 46 partidos (21 V, 15 E y 10 D).
Los futbolistas con mayor cantidad de minutos disputados en ambos casos son los arqueros, Rodrigo Rey (1530) y Agustín Marchesín (1350). El goleador boquense en este torneo es el uruguayo Miguel Merentiel (6) y para el visitante, el paraguayo Gabriel Ávalos (8) mientras que los máximos asistidores son Carlos Palacios y Miguel Merentiel (3 cada uno) para Boca y Pablo Galdames, Matías Gimenez y Felipe Loyola (2 cada uno) para Independiente. A su vez, cabe destacar que la acumulación de amarillas se limpió a partir de octavos de final.
Boca irá en búsqueda de clasificar a semifinales y seguir en carrera para obtener su quincuagésimo título nacional y su trigésimo octavo campeonato de primera división mientras que Independiente intentará conseguir su décimo séptimo título nacional y ganar un torneo a nivel local luego de 13 años.
El último mano a mano
El último enfrentamiento por eliminación directa entre Boca e Independiente fue por la segunda fase de la Copa Sudamericana 2012. La ida fue el 22 de agosto y finalizó 3 a 3 en La Bombonera. Los goles del local los hicieron Santiago Silva, Leandro Somoza y Juan Sanchez Miño, mientras que para la visita convirtieron Jonathan Santana, Paulo Rosales y Ernesto Farias de penal a los 90 minutos. Rolando Schiavi fue expulsado en Boca a los 6 minutos del segundo tiempo.
La vuelta se disputó en el Estadio Libertadores de América el 29 de agosto. El resultado fue 0 a 0 y el Rojo avanzó a los octavos de final por goles de visitante, ya que aún regía esta norma. Cristian Díaz era el entrenador interino del conjunto de Avellaneda, luego de reemplazar a Ramón Díaz. Su equipo avanzó hasta los cuartos de final de la Sudamericana, en los que fue eliminado por Colo Colo de Chile.
Por otro lado, el técnico Xeneize era Julio César Falcioni. El equipo de la ribera había perdido la final de la Copa Libertadores frente a Corinthians, el 4 de julio. Ese fue el último partido de Juan Román Riquelme en Boca, hasta su vuelta en 2013.
Ese mismo año, Boca recibió a Independiente por la quinta fecha del torneo Clausura de fútbol de primera división. El Rojo venció al Xeneize por 5-4 quitándole el invicto de 33 partidos en torneos locales.A falta de cinco minutos para el final del encuentro, Independiente perdía por 4-3 con goles de Roncaglia (2), Riquelme, actual presidente de Boca, y Ledesma. Por el lado de la visita los tantos habían sido marcados por Osmar Ferreyra y Ernesto “Tecla” Farías (2), este último fue quien anotó sobre la hora el doblete que le dio la agónica victoria al Rey de Copas.
Es el artífice de un equipo que da gusto sentarse a verlo. Logró reemplazar las salidas de las grandes estrellas del PSG y del mundo como lo son Lionel Messi, Kylian Mbappé y Neymar con jóvenes y con un sistema de juego que funciona a la perfección. Luis Enrique es el entrenador de uno de los equipos finalistas de la Champions League 2025 y una persona acostumbrada a dar batalla y reponerse de situaciones difíciles, no solo en el fútbol, también en la vida con específicamente un golpe mil veces peor, el fallecimiento de su hija.
Para hablar del presente del director técnico español podemos empezar por muchos puntos, pero la muerte de Xana, su hija de nueve años, es sin dudas el punto clave. Fue en 2019 por culpa de un cáncer. El momento más duro que atravesó Luis Enrique. Por más que para muchos eso significa lo peor que te puede pasar, él se siente un afortunado, como afirmó en una entrevista para Movistar: “¿Yo me puedo considerar afortunado o desgraciado? Yo me considero afortunado, muy afortunado. Mi hija Xana vino a vivir con nosotros nueve años maravillosos. Tenemos mil recuerdos de ella, vídeos y cosas increíbles”.
Se levantó de ese golpe y ahora lo utiliza como motivación para ganar esta Champions con el equipo parisino declaró en conferencia de prensa. Contó que Xana, en 2015 cuando él conquistó la Orejona con el Barcelona, estaba festejando en la mitad de la cancha flameando una bandera del club catalán y que busca repetir esa imagen en su conciencia si logra el objetivo de ser campeón.
Luis Enrique nació el 8 de mayo de 1970 en Gijón, España. Fue futbolista y jugó tanto en el Barcelona como en el Real Madrid además de otros equipos menores. Tras su retiro, comenzó su etapa de técnico en el Barcelona B, lo que en Argentina se conoce como reserva de los equipos. Allí permaneció tres años y en España las reservas de algunos equipos juegan en las divisiones del ascenso español y logró ascender a la segunda categoría en la temporada 2009-2010. Durante ese periodo, el entrenador del primer equipo en Barcelona era Pep Guardiola y de él copió gran parte de su estilo de juego teniendo el famoso “ADN Barça”.
Luego de esos tres años, llegó a la Roma para dirigir al primer equipo, estuvo una temporada y tras malos resultados fue despedido. Después, en 2013, fue contratado por el Celta de Vigo y terminó la temporada en el noveno puesto. Anunció su salida del club para irse a cumplir uno de sus sueños, dirigir al Barcelona. El 19 de mayo comenzó su etapa más gloriosa, con los Azulgranas salió campeón de muchos títulos, dos ligas españolas, una Champions, tres Copas del Rey, una Supercopa Europea y un Mundial de Clubes (3 a 0 frente a River).
Con ese equipo, que contaba con uno de los mejores tridentes de atacantes de la historia del fútbol conformado por Messi, Luis Suarez y Neymar, pudo desplegar al máximo su identidad de juego, como ya se dijo, con el ADN del Barcelona, un equipo que ama tener la posesión de la pelota, controlar el juego y atacar constantemente al rival con las asociaciones de sus futbolistas. Todo esto lo pudo trasladar a su actual equipo, el PSG muestra ese estilo y le suma la intensidad al momento de presionar y recuperar la pelota. Un equipo audaz y valiente para jugar en cualquier cancha y circunstancia, eliminó al Liverpool, el campeón de la Premier League, en octavos de final en Anfield, uno de los estadios más imponentes del mundo.
Luis Enrique llegó al PSG en 2023 tras su paso por la selección española, con la cual no tuvo una buena participación quedando eliminado del Mundial de Qatar 2022 en octavos frente a Marruecos. En su primera temporada en París tuvo como jugador a Mbappe y nunca pudo lograr que el francés entrara de lleno en su estilo de juego. Hay un video muy viral en el que le pide ser el primer defensor en la presión y de esa manera contagiar a sus compañeros. Pero no pudo inculcarle su idea al ahora jugador del Real Madrid. Por más que ganó la Liga, la Copa y Supercopa de Francia en su primera temporada, el equipo no fluía como lo hace el actual, tampoco lo hizo al principio de esta.
Habían ganado un partido de cinco en la liguilla de la Champions y su continuidad estuvo en duda, pero decidieron mantenerlo y Luis Enrique nuevamente salió de una situación complicada logrando una mejoría espectacular en el funcionamiento, ganando la Ligue 1 con varias fechas de anticipacióny ahora llegando a la final de la máxima competencia europea y en busca de la primera Champions para el club.
El PSG tiene mucho de la personalidad de Luis Enrique. Se repone de adversidades, es atrevido como él que por ejemplo en el Mundial 2022 stremeaba luego de los partidos de su equipo e interactuaba con el público en medio de la competencia, algo jamás visto. El español quiere ganar esta competencia con el fin de recordar a Xana pero si no lo consigue, por lo menos ya dejó una nueva huella en el fútbol otorgando un equipo que da placer ver jugar al fútbol.
Santiago Solari e Ignacio Vázquez, las voces de la conferencia de prensa en la previa al cruce por octavos de final del Torneo Apertura entre Racing y Platense.
El delantero de la Academia habló sobre el buen momento del grupo, los objetivos y declaró: “Tenemos que ir por todo por la copa (Libertadores), como por el torneo. Hay que ser de la escuela de Gustavo Costas, ganar, ganar y ganar, nada más”.
Por su parte, el defensor del Calamar se refirió a la importancia del partido y jugar en condición de visitante: “Es una cancha complicada, difícil pero nosotros tenemos que saber que va a ser una final. Va a ser una batalla con un rival lindo y esperemos ganar que es importante para el club y seguir creciendo”.
El encuentro se disputará el próximo sábado a las 18.45 en el Estadio Presidente Perón. Racing se clasificó a octavos de final con 28 puntos, 9 partidos ganados, 1 empate y 6 perdidos en la tercera posición de la Zona A. Llega tras haberle ganado a Newell’s por 1-0.
Del lado de Platense, el conjunto dirigido por la dupla Favio Orsi – Sergio Gómez, clasificó en el sexto puesto de la Zona B con 23 puntos, 6 partidos ganados, 5 empates y 5 derrotas. Su último cruce fue ante Gimnasia LP y perdió por 1-0.
Por Agostinis, Avena, Bether, Grandinetti, Moyano y Willems
Tres años atrás, el 16 de abril, la selección argentina de polo femenino se consagró campeona del primer mundial organizado por la Federación Internacional de Polo (FIP). Dirigidas por Milo Fernández Araujo, el equipo compuesto por Azucena Uranga, Agustina Imaz, Paulina Vasquetto y Catalina Lavinia, venció a Estados Unidos 6-2 en la final y se quedó con el título.
La selección quedó segunda en la Zona A tras superar por 7-3 a Irlanda y caer 3-2 por penales ante Inglaterra, luego de empatar 3-3. Posteriormente superó a Italia, que venía invicta, en semifinales, por 7-0,5, y finalmente se consagraron ante las norteamericanas, que habían clasificado a la final tras vencer a las británicas por 4-3.
Ante 6.000 espectadores, la selección se dispuso a hacer historia en el deporte en la cancha 2 del Campo Argentino de Polo, en Palermo. Lavinia con tres goles, Imaz con dos y Vasquetto con uno, fueron las que pusieron en marcha el sueño. Audrey Persan y Erica Gandomcar descontaron, con un tanto cada una, que no alcanzaron para dar vuelta el resultado de un partido que finalizó con la siguiente progresión: 0-0, 1-0, 2-0, 4-0, 5-1 y 6-2. La selección argentina con este resultado era campeona del primer certamen de polo femenino, al igual que los hombres en el mundial de 1987, en el mismo escenario. “No teníamos presión de ganar, estábamos cómodas con el equipo, teníamos lo necesario para hacer un buen torneo y si no se daban los resultados era parte del deporte”, comentó Agustina Imaz.
Agustina Imaz, Azucena Uranga, Catalina Lavinia y Paulina Vasquetto en la previa al partido con Irlanda.
Dos de los cuatro premios repartidos por la FIP fueron para argentinas: el de la mejor polista del torneo, para Azucena Uranga, y el de la revelación para Catalina Lavinia que con 16 años, y siendo la más joven del plantel, anotó 10 tantos a lo largo de todo el campeonato. El premio Fair Play fue para la estadounidense Audrey Persano. Por otro lado, la inglesa Frances Townend, se llevó una mención al espíritu deportivo.
El equipo argentino había impuesto el lema “Abran cancha”, que hace referencia a que el césped ya no solo lo galopan los hombres, y que hoy en día las mujeres tienen un futuro abierto en este deporte, sin restricciones y con libertad. “De los mejores recuerdos que tengo es estar entonando el himno el día de la final y cómo festejaron al terminar, fue increíble”, recordó Imaz, emblema del equipo.
Azucena Uranga, la capitana de las campeonas, recuerda el título a tres años del primer Mundial de polo femenino
Azucena Uranga fue la capitana argentina del plantel que se coronó en Buenos Aires en el primer Mundial de Polo Femenino de la historia en 2022 y con 5 de valoración fue la que obtuvo el premio de la jugadora más valiosa del certamen, con solo 20 años.
Actualmente es una de las cuatro jugadoras argentinas de la Asociación Argentina de Polo (AAP) con siete puntos de handicap. El año pasado participó de la 8° edición del Abierto de Polo Femenino en el equipo llamado La Hache Thai Polo, junto a Clara Cassino, Milagros Fernández Araujo y Maitena Marré: ganaron la final subsidiaria, el partido que se juega para definir el segundo trofeo en disputa en un torneo.
Azucena Uranga disputando la bocha en el encuentro ante Estados Unidos.
Azucena es nieta de Marcos Uranga, uno de los impulsores del polo en el país y presidente de AAP entre 1983 y 1987. El hijo de Marcos es Delfín Uranga, el actual presidente de la AAP y mandatario de la Asociación Argentina de Criadores de Caballos de Polo entre 2012 y 2016.Con un apellido que resuena en la historia, Uranga estuvo ligada al deporte desde muy pequeña: “Siempre estuve relacionada al polo y desde muy chica comencé a jugar en el campo, mis inicios formales fueron en una escuelita, que en ese entonces recién estaba comenzando, que se llamaba El Polo de Fuchi, en General Rodríguez”.
-¿Cuál es tu mejor recuerdo?
-Mi mejor recuerdo fue el proceso desde que nos seleccionaron para el mundial hasta conseguir el trofeo. Disfruté mucho el estar entrenando y todo ese tiempo que compartimos con las chicas. La pasé muy bien y aprendí muchísimo.
-¿Cómo fue vivir el mundial siendo tan joven?
-La experiencia del mundial fue increíble, aprendimos un montón y nos divertimos mucho. Pero creo que en ese momento no éramos tan conscientes de la suerte que teníamos de estar ahí y que estábamos jugando el mundial representando a Argentina. Formamos un muy lindo equipo que siempre tuvo buena onda y compañerismo entre todas. Personalmente, no creo volver a tener la suerte de vivir un momento como lo que fue ese mundial para mí.
-¿Sentían la presión de ganar el mundial, teniendo en cuenta que era en nuestro país y la historia del deporte en Argentina?
-Personalmente no sentí tanta presión ni nervios durante el torneo por ese muy lindo grupo que se formó, en el cual fluyó todo de la mejor manera. Esa presión solamente la sentí al momento del himno en el día de la final que estábamos dentro de la cancha cantando el himno con toda la tribuna llena, que es algo que nunca me pasó de jugar en Palermo con esa cantidad de gente, y ver toda la gente que nos alentaba, fue ahí que dije dentro mío que teníamos que ganar como sea.
Uranga y Lavinia festejan ante 6.000 personas en el Campo Argentino de Polo.
-¿Qué significó este trofeo en tu carrera?
-Haber ganado el mundial significó muchísimo, pero más allá de lo deportivo, significó mucho más en la parte personal. La experiencia de vivir ese mundial y haber tenido la suerte de estar ahí, fue algo único y que va a quedar en la historia.
-¿Cuáles fueron las repercusiones posteriores a la obtención del mundial?
-Las repercusiones fueron muy positivas y mucho mayores a las que yo me había imaginado. Nos invitaron a un montón de programas de televisión, entrevistas, charlas y fue noticia en muchos diarios y revistas, lo cual fue muy bueno, ya que ayudó a darle mayor visibilidad al deporte.
-¿Consideras que es un deporte con poca visibilidad en el país?
-Sí, creo que es un deporte que no tiene visibilidad en el país y en el mundo. Me parece que la gente que es externa al deporte que no conoce o no juega no ve muchos partidos en la televisión y mucho menos en vivo. Tiene muy poca visibilidad por lo que se juega y por la cantidad de gente que lo disputa en el país.
-En lo personal, ¿cómo es tu futuro en el deporte?, ¿cuáles son tus próximos objetivos?
-Mi futuro en el deporte es seguir creciendo, seguir mejorando, seguir compitiendo y apoyando al polo femenino, que sigue creciendo, para que sea cada vez más profesional y más divertido de jugar y de ver.
1 de mayo se conmemora el Día del Trabajador en homenaje a obreros asesinados durante las huelgas en Chicago, Estados Unidos en 1886, en las cuales se exigían jornadas laborales ocho horas.
“Donando sangre al antojo de un patrón por un mísero sueldo, con el cual no logro esquivar el trago amargo de este mal momento, mientras el mundo policía y ladrón me bautizan sonriendo gil trabajador”. Así, como esas dos últimas palabras, se llama la canción de Hermética, banda propietaria del fragmento citado. Si bien podría ser, la temática de esta nota no es la relación del fútbol con la música, sino con lo que en la jerga se conoce como “laburo”.
Este rol, el de empleado, laburante, perteneciente a la clase baja, y más tarde media, fue el que condujo a la popularización y democratización del fútbol en la Argentina. Desde esos sectores, en los barrios que aún se estaban formando, en épocas de modelo agroexportador y a finales del siglo XIX y comienzos del XX, la pelota comenzó a rodar con mayor fluidez en el entramado social criollo. De ahora en más, bajo el ala de un nombre, escudo, y colores: de una pasión. Los equipos, posteriormente clubes, empezaron a surgir mayoritariamente desde las antípodas del ejercicio del poder.
Uno de los casos más conocidos para explicar esta relación es el de Argentinos Juniors. El Bicho nació de la fusión entre los conjuntos Sol de la Victoria y Mártires de Chicago, quienes enfrentaron en un amistoso a Catedral Porteño en las cercanías de Av. San Martín, Luis Viale y Añasco mientras corría el 1904. El resultado no fue solo un 3 a 1 a favor del combinado, sino la creación de un club que hasta el día de hoy tiene 120 años de historia.
Al respecto, Javier Roimiser, historiador de la institución, afirmó: “Se dice que Mártires de Chicago es en honor a la revuelta social donde hubo varios fallecidos en la fábrica, y Sol de la Victoria es por un himno libertario”. Cabe resaltar que esto último no tiene relación ni identificación al concepto del liberalismo económico presente en la actualidad. Según Roimiser, los fundadores del cuadro de La Paternal (que en realidad dio sus primeros pasos en Villa Crespo, Coghlan, Caballito y San Martín) tenían ideas socialistas, algunos anarcos socialistas, y veían con buenos ojos el seguimiento a Alfredo Palacios, diputado de dicha corriente, y por eso la camiseta roja. Inclusive, al ingresar a lo que hoy es la AFA, lo hizo con un rojo garibaldino, en homenaje al militar italiano.
El experimentado en el recorrido histórico del club fue claro al remarcar que ante una manifestación política en la tribuna, y con ella discrepancias en dicho lugar, mucha gente insiste en acordarse del surgimiento del amor que comparten: “El origen de Argentinos no es de una ideología ni de otra, es defendiendo al trabajador. Siempre”. Una pasión impulsada y acompañada por laburantes y trabajadores relacionados con el obrero de la zona, el de la manufactura metalúrgica o textil. Bien de barrio. De pueblo.
Además, donde el Semillero del Mundo está asentado desde 1925 en su momento fue sitio de fábricas de producto como café, vinos y llegada de productos desde el mercado del Abasto gracias a los ferrocarriles aledaños. Detrás de las tribunas el sudor y taylorismo eran moneda corriente. Eso si, del alambrado para adentro, el reloj marcaba 90 minutos.
Otra historia que tiene como eje central los derechos laborales es el de un club que vio la luz como Libertarios Unidos y de casaca rojinegra allá por 1908, en honor a los principios de sus fundadores anarcosindicalistas, socialistas y comunistas. La persecución hacia estos ideales dio motivo a la excusa de que el nombre provino de la calle Libertad, sitio de nacimiento de la institución. Sportivo Norte la nueva identificación. Colegiales la definitiva. Estadio Libertarios Unidos su casa.
Y si alguien se fija en el fixture de la próxima o anterior fecha de casi cualquier división del fútbol argentino, se encontrará con nombres como Rosario Central, Central Ballester, Central Norte, Central Córdoba (de la provincia homónima, Rosario, Santiago del Estero) y Barracas Central. Un deporte que llegó desde Inglaterra, isla de revoluciones industriales, se expandió aprovechando las vías (rozando lo literal) que utilizó este país imperialista en busca de hacer llegar sus productos y abrir nuevos mercados para comercializar, como pueden ser los trenes. Así, los cuadros mencionados deben su denominación a las ciudades donde llegaba este medio de transporte, y la fundación a quienes trabajaban en las locomotoras. No olvidar el Ferrocarril Oeste, o el de Midland. Pero estas novedosas máquinas no se mantenían o arreglaban solas, sino que debían ser atendidas en los Talleres como los de Córdoba o Remedios de Escalada.
Con los años, los muchachos que eran futbolistas en un principio por recreación, comenzaron a luchar por dignidad laboral pero en su rol dentro del campo de juego. Libertad de acción para negociar sus pases y firmas. Contrato y pago. En 1931 los protagonistas dijeron basta, querían vivir de la pelota. El amateurismo marrón, el pago “en negro”, llegó a su fin. Nació el profesionalismo en el fútbol argentino.
Dicha salida no fue un problema solucionado. En 1948, se produjo el mayor reclamo en tierras de quienes habían obtenido, 18 años atrás, un subcampeonato del mundo: durante 6 meses, la pelota fue pateada por jugadores amateur y de inferiores; contratos rescindidos; los estadios semivacíos; los profesionales en sus casas. La AFA no reconocía a Futbolistas Argentinos Agremiados, y por ello tampoco los pedidos de sueldos mínimos en el ascenso, suprimir el tope remunerativo en Primera, libertad de negociación y trabajo; aguinaldo, vacaciones, indemnización, seguro médico y aportes jubilatorios. Desde el 8 de noviembre de 1948 hasta el 7 de mayo de 1949 se vivieron momentos de tire y afloje en las páginas del fútbol argentino. Con ello, un gran exilio de futbolistas a Colombia, pues el torneo cafetero no contaba con afiliación a la FIFA, lo que hacía todo menos burocrático.
Algo parecido ocurrió en Europa. En pleno Mayo Francés, semanas de revuelo estudiantil y obrero en dicho país, los futbolistas que disputaban aquel torneo nacional tomaron la Federación Francesa de Fútbol. Se terminaba la época de la firma vigente hasta los 35 años con una institución deportiva a cambio de sueldos bajos y sin condiciones mínimas de trabajo. Durante cuatro días las instalaciones estuvieron tomadas y se creó la Comisión de Acción de los Futbolistas. Cabe destacar la impronta de los periodistas deportivos de la revista Miroir du Football, quienes con pasado en las canchas y presente en el Partido Comunista, alentaron la protesta y encabezaron la junta mencionada. Específicamente se pidió la temporada a ocho meses, estadios en condiciones, la denuncia al entrenador del combinado galo Louis Dugauquez (quien insultaba las condiciones físicas, técnicas e intelectuales de sus dirigidos) y desestimar el decreto que prohibía a todo aquel protagonista que abandonase un club volver a jugar antes de cumplir los 35 años. Se obtuvieron conquistas como el fin del contrato a perpetuidad, que en 1972 los dirigentes, vencedores, quisieron retomar pero no lo lograron. De todas maneras, el precedente quedó marcado.
El fútbol tiene sus raíces populares en los trabajadores y en la política. Quienes hoy corren por el césped e intentan llegar al arco rival, son los bisnietos de aquellos pibes de barrio que veían en un cuero un momento de ocio, diversión y disfrute luego de la fábrica; luego vieron allí su oficina, su modo de vida. Del otro lado, quienes mientras forman parte del circuito productivo durante la semana esperan ver en su reloj el momento para ir a la cancha y sentir la pasión como una caricia al alma, y dejar de sentirse, aunque sea por un ratito, un gil trabajador.
Glasgow se levanta cada mañana sabiendo que algunos fantasmas siguen vivos. Este domingo, Celtic y Rangers volverán a mirarse a los ojos en otra edición del Old Firm, ante un eco que ya vibra en cada esquina. En los días previos, la ciudad no necesitó de cánticos ni de banderas agitadas. Bastó con una pared.
Sobre la calle MacLellan, junto a la autopista, apareció un mural vestido de azul, blanco y rojo. Dos frases escritas a brocha gorda dejaban poco lugar para la interpretación: “No hay Papa de Roma” y “Papa Francisco ha muerto” recitaban. El dolor había encontrado una manera cruel de expresarse. Desde el cemento, un viejo resentimiento reclamaba su espacio, encendiendo la semana que desembocará en un partido esperado, cargado, inevitable.
La respuesta, como tantas otras veces en Glasgow, fue rápida. Un grupo de hinchas del Celtic cubrió el insulto con los colores de Irlanda. Pintaron su bandera en esa misma pared, como quien extiende un manto sobre una herida abierta. Y arriba, escribieron: “Sin banderas ni tambores”, una frase que suena a consigna, pero también a cansancio. Resulta que meses antes, fanáticos de la reconocida “Brigada Verde”, robaron una porción de las banderas y tambores de la fanaticada del otro club de Glasgow, “We are the green brigade” cantaban en un video provocativo hace poco más de 7 meses.
El Celtic nació en 1887, en los salones humildes de la parroquia St. Mary’s, cuando el hermano Walfrid soñó con dar de comer a los pobres a través del fútbol. En aquella Glasgow golpeada por la inmigración, donde ser irlandés y católico equivalía a cargar una doble condena social, el balón se transformó en acto de resistencia. Cada gol era un plato servido, cada triunfo una reafirmación de pertenencia.
El Papa Francisco supo entender esa historia, aunque el tiempo y la distancia pudieran sugerir lo contrario. “El valioso legado de su club les impone una gran responsabilidad”, les dijo a los representantes del Celtic en Roma, entre los que estaba Brendan Rodgers, actual DT que consiguió su décimo primer título con los verdes en siete años divididos por dos ciclos en el club el domingo pasado. “En este sentido, los hombres y las mujeres deberían ver en ustedes no solo excelentes futbolistas, sino también a personas bondadosas, hombres de gran corazón que saben administrar con sabiduría los numerosos beneficios que reciben de sus posiciones privilegiadas en la sociedad.” No hablaba de trofeos ni de copas alzadas bajo las luces, sino de mantener vivos los principios fundadores. De cuidar a los vulnerables. De no dejar que la sed de dinero ahogue el sentido original del juego.
Mientras en los tablones del fútbol moderno se fijan precios que expulsan a los hinchas de a pie —42 libras pidió el Dundee United en su último cruce—, las palabras de Francisco retumban con una actualidad feroz. Advirtió contra la especulación financiera, pidió justicia social, reclamó solidaridad como antídoto contra un mundo que acostumbra dejar afuera a los mismos de siempre.
Glasgow conoce de sobra esa exclusión. La rivalidad entre Rangers y Celtic lleva dentro de sí heridas viejas que el paso de los años no alcanza a cerrar. Los estadios ofrecen un espectáculo distinto al del césped: banderas británicas en Ibrox, estandartes irlandeses en Celtic Park.
En medio de ese ruido, las palabras de Francisco flotan como una oración breve: “Mantengan el espíritu amateur. Lo hermoso del deporte está en jugar juntos. No importa quién gane”. Una frase simple, plantada como un faro en el vendaval. Como si aún fuera posible pensar que el fútbol, en su forma más pura, todavía pueda salvarnos, desviar los intereses políticos, religiosos y avivar otra llama.
Antes de que los jugadores salten a la cancha, antes del vestuario, antes de los abrazos de gol, hay alguien que ya está en movimiento. A veces, incluso antes del amanecer. Silencioso, puntual, y con el mate en mano es quien pone en marcha no solo el micro, sino también la ilusión de cada viaje. No figura en las planillas, no tiene número en la camiseta, pero es parte del equipo.
Mejor conocido como Alberto Oviedo, es el chofer del Club Atlético Independiente de Chivilcoy, equipo que compite en el Torneo Federal A y en la Liga Chivilcoyana. Conoce cada rincón del club como la palma de su mano, aunque su lugar está, sin dudas, al volante. Ahí, entre cinturones de seguridad y charlas cruzadas, construyó su pequeña trinchera. No habla mucho, pero escucha todo. Sabe cuándo el equipo está nervioso, cuándo hay clima de victoria o cuándo conviene dejar que la radio hable por él. Tiene una memoria prodigiosa para las rutas, pero también para los detalles: quién se marea en las curvas, quién siempre se olvida del bolso, quién necesita un “vamos que hoy ganamos” justo antes de bajar.
Beto comenzó su camino al volante manejando combis, llevando estudiantes de Contaduría y Finanzas. Nunca imaginó que un día terminaría siendo el encargado de transportar ilusiones en formato de plantel. Hace apenas dos años llegó al club, sin experiencia en colectivos de dos pisos, pero con la misma responsabilidad que lo acompañó siempre. Al principio fueron trayectos cortos, de Chivilcoy a Gorostiaga, Alberti, Moquehuá. Distancias breves pero cargadas de sentido. Hasta que un día le tocó su primer viaje largo: Entre Ríos. Y ese micro, que al principio le imponía respeto, ya se sentía un poco más su hogar.
“Siempre es lindo destacar la gran familia del Rojo, dirigentes, hinchas, socios. Todos aportan un granito de arena. Son cosas que la gente de afuera no ve, todo lo hacemos desde abajo”.
Hablando de su casa, es ahí donde más se entiende. El colectivo del club descansa después de kilómetros recorridos. Adentro, la sencillez lo envuelve todo: paredes modestas, pocos lujos, pero un esfuerzo que se nota en cada rincón. Recién salido de bañarse, vestido de azul y con su hijo más chico sentado sobre él, Beto se sienta y habla. Cansado, sí. Las horas de viaje a Córdoba todavía pesan. Pero su sonrisa, esa que parece estar siempre no se borra. Aparece cada vez que nombra al club, cada vez que habla de su familia.
Su familia de sangre la conforman María, su compañera incondicional, y sus cinco hijos: Micaela, la mayor; Agustina; Josefina; Nicolás y el pequeño Luca. Este último, el más chico, es su sombra. Lo acompaña a todos lados, en cada momento, en cada viaje. Luca no solo sube al micro, también sube a su mundo.
Si hay algo que lo emociona profundamente es tener el privilegio de ver a su hijo Nicolás jugar al fútbol, con la camiseta del club que él mismo conduce por las rutas del país. En el último viaje a Monte Maíz, Córdoba, el 17 de abril por la segunda fecha del Torneo Nacional de Inferiores, Beto fue testigo de un momento que no va a olvidar: Nicolás, que juega como defensor central, convirtió un gol. La dedicatoria, clara, directa, sin rodeos, fue para él. No hubo que adivinarlo. Estaba en la mirada, en el gesto, en ese cruce invisible de orgullo entre padre e hijo.
“Es algo que no voy a olvidar nunca, cuando mi hijo mete el gol en Monte Maíz. Siendo chofer te perdés muchos momentos lindos, te perdés ver a tu hijo crecer en el fútbol, no hay cumpleaños”.
Cuando el motor se apaga y el colectivo queda en silencio, Beto sigue ahí. Con las manos marcadas por el volante, con los ojos llenos de rutas recorridas, con el corazón dividido entre su familia y su club. No hace goles, no da indicaciones desde la línea de banda, pero mueve al equipo de una manera que no figura en ningún reglamento.
Detrás del vidrio del micro, mientras todos duermen o miran por la ventana, él está atento. Maneja con la serenidad de quien entiende que también lleva sueños, frustraciones, risas y silencios. En sus viajes hay más que kilómetros: hay historias que se construyen sin flashes, sin crónicas deportivas, sin ovaciones. Beto las atesora igual, en la memoria, en las anécdotas que repite en voz baja, en los gestos que no necesita explicar.
La noche avanza sobre la ruta y él sigue firme, como si el cansancio no lo tocara. De vez en cuando revisa el espejo retrovisor y observa, como quien cuida a su familia. No hace falta que diga nada. Su presencia es ese tipo de tranquilidad que se siente, más que se escucha. Beto no solo maneja el micro: acompaña procesos, atraviesa derrotas, celebra en silencio, sostiene.
Cada vez que vuelve a su hogar, estaciona el colectivo con la misma prolijidad con la que cuida a los suyos. Lo espera María, lo rodean sus hijos. Luca, el más chico, no se despega. Nicolás le cuenta cómo le fue en el partido. Y él escucha, como siempre. Como en el micro. Como en la vida.
Porque la pasión también se conduce. Y a veces, el alma de un club no se mide en goles ni en trofeos, sino en esos hombres silenciosos que, sin pedir nada a cambio, se convierten en parte del todo. Beto es uno de ellos. El que arranca primero y frena último. El que no está en la foto, pero sin él, no hay viaje.