viernes, julio 4, 2025
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Heritage Cup: el primer título de la selección argentina de lacrosse femenino

Por Carolina Jazmín Geloso y Juan Sebastian Gradin

La selección femenina de lacrosse ganó su primer título en la Heritage Cup al salir campeona invicta de la edición 2025 del torneo internacional con 32 equipos, en la división de mujeres que se disputó del 23 al 26 de mayo en Boston, Estados Unidos y en el que Argentina se enfrentó a cinco países: Eslovaquia, Puerto Rico (rojo), México (blanco), Israel (azul) y Gales.

En el primer partido, el seleccionado le ganó 22 a 0 a Eslovaquia. Contra Puerto Rico (rojo) se impuso por 13 a 6. En el tercer partido consiguió la victoria con un 8 a 5 contra México. Ya en la semifinal, Argentina derrotó por 8 a 4 a Israel (azul) para ganar la competencia al vencer con el mismo resultado a Gales. Según el sitio oficial de la Heritage Cup, la selección femenina hizo 59 goles en 180 minutos de competencia.

El torneo estuvo dividido en cuatro días en los que cada país jugó al menos cinco partidos de 40 minutos cada uno (de dos tiempos de 20) con varios enfrentamientos todos los días. Según el entrenador principal desde que la Asociación Argentina de Lacrosse decidió desarrollar un seleccionado femenino en 2018, Nicolás Prandi, la táctica para los partidos era “arrancar con toda y después ponerlo en piloto automático al segundo tiempo”. El seleccionado metió sus primeros 6 goles antes de que Gales lograra el primero. Prandi también destaca el rol de las mediocampistas en la final porque pudieron ganar la pelota en el medio y meter 7 de los 8 goles.

El lacrosse femenino de campo se juega al aire libre en una cancha con medidas de 100 metros de largo y 55 metros de ancho. En cada equipo hay diez jugadoras y cada una tiene un palo con una especie de “bolsillos” con red en el extremo superior para poder tener posesión de la pelota de goma y pasarla. Como medidas de protección, usan un equipo reglamentario que incluye antiparras y protector bucal.

Al principio de cada tiempo y después de cada gol se inicia el juego con un “draw” que, en palabras de Milena Isturiz, mediocampista de la selección argentina que formó parte de la Heritage Cup, es cuando se saca del medio. “Hay 3 jugadoras, una en el medio que saca y 2 en el círculo y es como un 3 contra 3, la pelota va para arriba y el equipo que la gana primero tiene posesión”, explica sobre el propósito del saque.

Para afrontar la exigencia del deporte, Prandi dejó en claro la importancia de la actitud dentro del plantel, más allá del esquema táctico que utilice. Sus jugadoras deben prepararse físicamente para poder presionar a las rivales durante todo el partido y de esta manera buscar protagonismo en la cancha sin importar el torneo, ni los minutos que les toque disputar.

El inconveniente más grande que afronta la selección albiceleste de lacrosse es que sus jugadoras se están esparcidas por el mundo, ya que algunas practican el deporte por las distintas provincias como  Buenos Aires o Chubut y otras se encuentran actualmente en Estados Unidos. De esta manera, el esquema que usa Prandi se basa en mandar rutinas a sus jugadoras para que cada una siga el entrenamiento desde su respectiva localidad y se organizan giras en las cuales se juntan para poder trabajar con todas y fomentar la unión dentro del grupo.

Para el entrenador la pandemia por el COVID-19 tuvo un gran impacto en el deporte. “En un momento teníamos 200 personas jugando, después bajó a menos de 100 y en estos momentos estamos todavía tratando de volver a donde estábamos”, explica. Pese a que es difícil generar el momento que necesitan con el lacrosse después de 2020, destaca el trabajo de las jugadoras y jugadores porque gracias a ellos “en Argentina todavía existen los clubes”.

Después de consagrarse campeón de la Heritage Cup, la selección argentina de lacrosse se centró en el Clasificatorio Panamericano (PALA Championship) que es una instancia de eliminatorias rumbo al Mundial de Lacrosse de Japón 2026. El certamen se llevó a cabo del 26 al 30 de junio en Florida y fue disputado por Argentina, Canadá, Jamaica, México, Perú, Puerto Rico, Estados Unidos y Haudenosaunee (una organización deportiva indígena). Ganó contra Jamaica 16 a 9, perdió contra Haudenosaunee en su segundo partido en el certámen por 18 – 9 y también su tercero contra Canadá (24 – 2). Después de vencer 21 a 8 a Perú, la selección se jugó la clasificación contra México y logró el 5° puesto que necesitaba para asegurarse el último cupo al ganarle 16 a 8.

La clasificación no es importante solo por el mérito deportivo, sino por la visibilidad también. Sobre esto, Prandi asegura: “Para arrancar hace falta reconocimiento y poder mostrar un producto algo más tangible. Poder ganar y poder estar en torneos internacionales y que la gente conozca más el deporte”. Aunque la selección todavía debe mejorar para competirle a las potencias mundiales como Canadá y Estados Unidos, ya posee un gran nivel. Lo que es necesario es mayor exposición para poder tener mayor infraestructura y mejorar la manera de practicar el deporte en Argentina.

El lacrosse todavía no es reconocido por el Comité Olímpico Argentino (COA) y para Prandi trabajar con la Asociación para que suceda es uno de los primeros pasos para divulgar el deporte y tener más apoyo. Le abriría las puertas a la selección para participar de competencias como los Juegos Panamericanos, porque según el entrenador, “estaría buenísimo también ser parte de algo así, como un primer paso” y también de los Juegos Olímpicos después de que el Comité Olímpico Internacional (COI) lo incluyera en Los Ángeles 2028. La mediocampista de la selección Milena Isturiz cuenta: “Yo creo que el sueño de cualquier chica que está en la selección hoy en día es poder clasificar a los Juegos Olímpicos y ser el primer equipo que juega lacrosse para Argentina en hacerlo en la historia del país”.

Participar de una competencia de esa magnitud le brindaría mucha notoriedad y podría marcar un antes y un después, no solo para este deporte, sino que también para la historia olímpica del país. Grandes disciplinas que hoy forman parte de la cultura Argentina se instalaron luego de campañas heroicas por parte de deportistas que dejaron en lo más alto la bandera de nuestro país. El fenómeno de Las Leonas en el hockey a partir de la medalla de plata que ganaron en Los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 y que impulsó a muchas chicas a empezar a practicar el deporte, o la popularización y el reconocimiento que recibió el BMX Freestyle después de la consagración de José “Maligno” Torres al ganar la medalla de oro en en los Juegos Olímpicos de París 2024, son solo algunas de las tantas historias que enriquecen la diversidad de los deportes practicados en Argentina, y tal vez, el lacrosse sea una de ellas.

Jorge García Barrera: a 20 años del asesinato que truncó sus sueños

Por Laureano Vergara 

Para Jorge García Barrera, la muerte llegó conduciendo un Chevrolet Corsa oscuro y con vidrios polarizados. “Jorgito”, como lo apodaban con cariño, todavía era joven. Apenas 21 años. Tenía una sonrisa pura y cautivadora, que solía dibujarse cuando hacía lo que más amaba: jugar al fútbol y enseñar educación física. Conservaba el pelo largo, cubriéndole con sus ondulaciones finales la nuca; barba rala; cejas pobladas. 

Desde los 10 años era parte del Club Atlético San Miguel, institución que lo vio florecer en su niñez, adolescencia y primera juventud. Allí también realizó la primaria y secundaria. No alcanzó a recibirse como profesor de Educación Física, pero cumplió en parte su pasión al enseñar ad honorem en las inferiores del “Trueno Verde”, algo que Jorge padre le recriminaba. Este último revelaba tiempo después que “Jorgito”, tranquilo y decidido, le respondía: “Papi, ¿te acordás cuando jugamos con Banfield y en el segundo tiempo nos caímos porque no teníamos piernas? Bueno, no quiero que pase más. Y vos no sabes la alegría que te da que los pibes te digan Profe”.

Hacía poco que era parte del plantel de Primera de San Miguel. No llegó a debutar. Jugaba de mediocampista y llevaba el cinco estampado en la espalda, número que también había utilizado Fernando Redondo, su ídolo. En la cancha intentaba emularlo, aunque según Walter Berardi, histórico jugador del club de Los Polvorines y quien fue compañero de “Jorgito”, sus cualidades pasaban por otro lado: “Era un futbolista con fuerza, que corría mucho. De esos que persiguen al rival por todo el campo. Cuando la tenía, jugaba, y eso lo llevó a entrenar con nosotros”. Un chico callado, pero maduro y con personalidad, era lo que percibía Berardi de Barrera cuando estaba con el grupo. 

 

San Miguel vivía episodios críticos. Disputaba la Primera C y, por terminar penúltimo en los promedios, debía jugar la Promoción frente al Club Social y Deportivo Liniers para mantener la categoría. El 25 de junio de 2005 se desató la alegría que luego daría paso a las lágrimas: el “Trueno Verde” vencía 4 a 1 a la “Topadora del Oeste” y se salvaba del descenso. 

Aquel fue el último partido de Berardi en su carrera.

—¿Qué recuerdos te quedan de Jorge?

—Quedé muy mal, muy dolorido por lo que le pasó. Él fue quien me llevó a caballito cuando yo me estaba despidiendo. Tengo fotos en casa del momento. Él me llevó en andas toda la vuelta a la cancha.

A la noche, tras la celebración, Cecilia, novia de “Jorgito”, fue a su casa a comer y mirar películas. En la madrugada del domingo, dispuesta Cecilia a volver a su hogar, llamaron a un remis, que la pareja fue a esperar hasta la ruta 197 y Seguí, frente a la estación de Pablo Nogués. Por allí mismo pasó y siguió de largo el fatal Chevrolet Corsa, que momentos después volvió, frenó frente a ellos y escupió por la ventanilla, sin motivo aparente, dos disparos accionados por el hombre que conducía. Una bala atravesó el pecho de Barrera, dejándolo herido de gravedad. Un par de horas después, pese a llegar al hospital Ramón Carrillo y ser intervenido quirúrgicamente, el corazón de Jorge García Barrera dejaba de latir. El profe y futbolista, junto a sus sueños, morían asesinados.

A día de hoy, dos décadas más tarde del hecho, solo se ha identificado y condenado con cinco años de cárcel por encubrimiento al ex policía bonaerense Cristian Javier Soria, quien iba como acompañante en el vehículo de la muerte. El móvil y el autor del asesinato continúan sin ser reconocidos.

 

Gael Galván: “Yo quiero que mi vida sea el rugby, me gustaría en mi futuro ser un gran entrenador antes que jugador”

Por Magalí Willems 

Gael Galván, jugador de Pucará y Pampas, integra la selección argentina de rugby categoría M20 que se prepara para el Campeonato Mundial de la World Rugby, que se disputará en Italia con solo 12 equipos. Comienza el 29 de junio y ese día debutará Argentina ante Gales. Los otros encuentros son el 4 y 9 de julio frente a España y Francia, todos a la misma hora, 15.30 hora argentina.

Gael Galván frente a Australia en el Rugby Championship M20.

-¿Cómo estás viviendo este momento en la selección?

-En lo personal, muy bien, la verdad, sintiéndome mucho más cómodo que el año pasado y sintiéndome en un buen presente sobre todo. Actualmente estamos trabajando mucho, quizás, lo que nos faltó en el anterior torneo. También enfocándonos más en nuestros puntos fuertes, ya sea las formaciones fijas, el pack de forwards.

-¿Qué sentiste la primera vez que te pusiste la camiseta y saliste a la cancha?

-Es una mezcla de emociones medio rara. A mí me tocó la primera vez en un sudamericano, que justo fue acá en Argentina, en Rosario, y estaba viendo a mis viejos ahí en la tribuna. Y nada, fue un poco de orgullo, un poco de cómo se puede decir, de agradecimiento hacia ellos por todo lo que dejaron para que yo pueda llegar allá, también por mí, por todo lo que dejé. Pero nada, te tengo que decir una emoción… sería esa. Una emoción.

-¿Qué pensás de que Argentina en el rugby está acostumbrada a la derrota digna? 

-Yo creo que hubo un gran avance porque ahora estamos en el top cinco del ranking y recientemente comenzamos a tener una base sólida en el seleccionado hace menos de 20 años, con lo que son las academias de alto rendimiento, a tener un equipo que abarque todo el país y se dé visibilidad a todos los jugadores con el Torneo del Interior, Top 12 y Súper Rugby Américas. En los países como Australia, Sudáfrica, Nueva Zelanda lo tienen hace 40 o 50 años y nosotros comenzamos, medianamente bien, hace 10 años.  Estamos en buen camino pero es un poco conformista la derrota digna y no me gusta decirlo.

Gael Galván frente a Australia en el Rugby Championship M20.

¿Cuándo te diste cuenta que podías llegar a ser jugador profesional?

-La verdad que me di cuenta más o menos a los 18 o 19 años. Antes era mucho más una corazonada y por algo de que me gustaba el deporte. Me decían que tenía el físico y después con el paso del tiempo que era bueno y podía llegar lejos.

-¿Qué metas tenés para la selección en el futuro?

-Mi sueño es jugar en los Pumas. Y, la verdad, me veo jugando en la selección mayor de acá a un par de años. Todo lo que estoy haciendo hoy en día es para llegar a eso.

-¿Cómo es el apoyo de tu familia?

-Yo cuando entro a la cancha, trato de no distraerme, pero los busco a ellos, siempre en la vista periférica trato de ubicar a mi familia. Igualmente, a las giras internacionales todavía no pudieron ir, pero cuando tengo partidos en el país están siempre, es difícil separarse tanto tiempo, la verdad que no me cuesta tanto porque sé que están.

-¿Dónde te gustaría estar jugando en unos años?

-Me gustaría estar en un club de afuera, quizás buscando el máximo nivel, ya sea la Premier o el Top 14 de Francia. Para llegar a eso tengo una alimentación controlada, el entrenamiento ya en esta etapa de mi vida no puede faltar y después la parte de dejar algunas cosas de lado, ya sea en eventos familiares, con amigos.

-¿Esos son los sacrificios del deporte?

-En la selección nos hablan de que no hay sacrificios porque estamos buscando un bien para nosotros y un objetivo. Hay esfuerzos, como se le dice hoy en día. Es algo mental más que nada, es decir deja de ser un sacrificio cuando es algo que te gusta.

-¿Quién es tu referente en el deporte? 

-Yo tengo dos, uno que está directamente asociado con mi posición, se llama Owen Franks, es un All Blacks ya retirado. Es uno de los jugadores en mi posición más icónicos, por lo disciplinado que era, lo técnico y que tenía un juego callado. No vamos a salir por ahí en todas las fotos, pero por ahí te ganamos un partido sin que nadie se entere. Y después, uno que me cambió un poco la cabeza en un momento, fue Juan Imhoff, que tiene una historia muy linda sobre el desarrollo personal dentro del deporte de su vida.

-¿Cómo fueron tus inicios? 

-Yo soy la primera generación de mi familia que juega al rugby, fue de casualidad. Comencé en Rugby Social Lomas a los 13 años porque mi mama quería que haga un deporte y tenía las condiciones, y ese mismo año conocí a un chico que venía a Pucará, fui a probar e inmediatamente lo instale como mi estilo de vida. Después a los 16 o 17 ya marcaba mucha diferencia por mi contextura y por mi estado físico también, siempre me gusto mucho entrenar, practiqué mucho tiempo Boxpro y es algo que todavía comparto con mi papá cuando tengo tiempo.

-¿En algún momento dudaste de seguir?

-En la pretemporada de 2024, era mi primer año como invitado de Pampas y no me fui de vacaciones para quedarme entrenando. Después me di cuenta que fue un error porque no había descansado la cabeza y no tuve una pausa, me sentí sobrepasado. Además, se me acercaba el Championship que era mi primera convocatoria grande, me llegué a plantear de no querer jugar o entrenar y estar frustrado pero con el apoyo psicológico y ayuda de mis padres lo pude llevar bien. Actualmente, estoy con mucha confianza, busco estar en el momento y dar el cien por ciento y después si me seleccionan o no es decisión del entrenador, yo me quedo tranquilo.

-¿Hacés algo más aparte de entrenar?

Empecé a estudiar nutrición en la UBA y me coincidió con el primer año de academia en la UAR, casi termino el CBC y mis padres me dijeron que me apoyaban si quería dejar porque me veían cansado. Este año iba a arrancar la carrera virtual pero sacaron esa área. Me gustaría estudiar, seguro retome el año que viene. Igualmente, yo quiero que mi vida sea el rugby, me gustaría en mi futuro ser un gran entrenador antes que jugador.

Colapinto, la quinta carrera y el futuro en juego

Por Milagros De Stefano

En la antesala del Gran Premio de Austria, que se llevará a cabo en el Red Bull Ring, repica el augurio, la promesa con la que comenzó nuevamente el sueño argentino en la Fórmula 1: “cinco carreras”. Imola, Mónaco, Barcelona-Catalunya, Montreal y ahora Austria verían completo el período de prueba supuestamente establecido por las altas esferas del equipo Alpine para la plaza que ahora ocupa Franco Colapinto. Muchos medios extranjeros hablan de méritos, de merecimiento, de patrocinadores y de conveniencia. Pocos hablan de talento, y si lo hacen, es puramente en comparación con otros pilotos en situaciones similares. Lo cierto es que la categoría reina del automovilismo nunca fue piadosa. 

Alpine habrá nacido como Renault, pero el hombre que lo rebautizó para dividir las expectativas de un fabricante de autos del sueño millonario del automovilismo de élite, Luca De Meo, anunció su salida del gigante automotor la semana previa a el Gran Premio austríaco, dejando al equipo a la deriva en el momento más turbulento que se lo ha visto atravesar en años; último en el campeonato de constructores, con sponsors claves como BWT amenazando con irse y una visión borrosa ante la sacudida de tablero que representa 2026 para la parrilla. Teniendo eso en cuenta, ¿cómo podría haber espacio para el desarrollo de Franco como piloto si no existe una dirección clara en la escudería en sí? 

Más allá de una incontable cantidad de horas invertidas en prácticas arriba de viejos modelos y en el simulador en Enstone, el hijo del cinco veces campeón de MotoGP Mick Doohan no brilló con suficiente intensidad durante las primeras seis carreras del año como para deslumbrar al ahora jefe de equipo Flavio Briatore. Aunque sean imperceptibles a simple vista, las diferencias, por más insignificantes que sean, existen. Colapinto está más cerca en materia de puntaje y performance de su compañero, Pierre Gasly, de lo que estuvo el australiano Jack Doohan, quien poseía más experiencia arriba el auto, especialmente considerando su deterioro a lo largo de la primera porción del año. 

Incluso corriendo en el circuito Gilles Villeneuve, un trazado en el cual el argentino jamás había corrido (no existen fechas de Fórmula 2 ni Fórmula 3 en ese autódromo) logró clasificar y terminar la carrera por encima de su contraparte francés. La longevidad de Gasly en el equipo pende de un hilo, con su contrato multianual terminando en un área gris denominada “más allá de 2025” y varios pilotos buscando trabajo para la temporada del cambio de regulaciones. La incomodidad ante el buen desempeño de los sudamericanos de cara a los europeos, y más aún si están bajo las mismas condiciones, es una constante que parece reiterarse incesantemente sin importar qué deporte se esté mirando. 

Para quedarse aún más tranquilos, la confianza que Briatore deposita en Colapinto no es en lo absoluto alevosa; es un hombre con mucho kilometraje en la categoría y con un ojo extremadamente afilado para el talento, siendo el que descubrió a Fernando Alonso y acabó por sacarlo de Minardi para llevarlo a Renault en 2002 como piloto de reserva. El voto de confianza del italiano produce un efecto motivador en el piloto que se traduce directamente en buenos resultados en la pista. Pase lo que pase en Austria, sólo una verdad suena por encima de todos los rumores: Alpine tomó la decisión correcta.

Joaquín Rossotti vive a toda velocidad

Por Valentino Paglia

Joaquín Rossotti tiene 16 años, nació el 28 de enero de 2009 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), actualmente vive en Ezeiza y es alumno del Instituto San José de Liniers A-355, donde está cursando el cuarto año, piloto del equipo SDE San Juan y conduce un Chevrolet Camaro Número 88 en el Turismo Carretera (TC) Junior, donde en cuatro fechas disputadas hasta el momento de la actual temporada se ubica en la segunda posición de la tabla general y posee una victoria, en la tercera jornada, que se realizó en el Autódromo Roberto Mouras de La Plata.

¿Cómo empezó tu pasión por el automovilismo?

– Comenzó a partir de que mi abuelo me empezara a llevar a una escuelita de karting, la cual se ubica en el Kartódromo de Buenos Aires”

¿Recordás tu primera vez al volante en una pista? ¿Cómo fue esa experiencia?

Mucho no me acuerdo ya que fue hace 10 años y yo era chico, pero tengo algunos recuerdos de mis primeros sobrepasos con los compañeros que compartía escuelita.

– ¿Quién o qué te inspiró a dedicarte al TC Junior?

Mi abuelo y mi tío, ya que a este último le llegó la propuesta para que yo participe este año. Ellos desde chico me acompañan junto con mis papás y hermanas.

– ¿Cómo es tu preparación física y mental antes de una carrera?

Para mi preparación física entreno dos veces por semana con un profesor especializado en el deporte, con quien tengo ejercicios de fuerza y también cognitivos. Mentalmente durante un fin de semana de carrera me concentro en estar relajado y enfocado.

– ¿Qué te cuesta más: mantener la concentración en pista o manejar los nervios antes de largar?

Me cuesta más manejar los nervios antes de largar, cosa que hoy en día no me sucede mucho, pero hace unos años me pasaba seguido.

– ¿Cómo describirías la sensación de estar dentro del auto a más de 150 km/h?

Lo veo como adrenalina pura, y es una increíble experiencia.

 – ¿Qué pensás cuando estás en plena carrera? ¿Lográs pensar o todo es reacción?

Me concentro en no cometer errores, en ver siempre que todos los relojes que miden la temperatura del motor, de la nafta y del aceite y su presión estén bien. No todo se logra pensar, hay cosas que salen por la experiencia que uno tiene, cosa que todavía estoy adquiriendo.

– ¿Tenés alguna cábala antes de salir a correr?

Tengo una sola, que es hacer la señal de la cruz cuando estoy saliendo para la pista.

¿Cómo manejás la presión siendo tan joven en un deporte tan exigente?

Antes de cada carrera intento estar tranquilo para poder evitar la presión sentándome a respirar una vez arriba del auto.

– ¿Qué tanto te involucrás con el auto fuera de la pista?

Intento siempre estar cerca, aprender sobre sus partes y mecanismos, ya que a la hora de realizar cambios hay cosas que actúan de manera diferente.

 – ¿Cómo es tu relación con los mecánicos y el equipo técnico?

La verdad es que me llevo muy bien con todos, están en todo momento, como en la parte de hacer chistes, pero también en la de aprender y esforzarnos por dar lo mejor entre todo el conjunto

– Si pudieras cambiarle algo al auto, ¿qué sería?

Le cambiaría únicamente el volante, pero por una cuestión de gusto personal.

– ¿Cómo combinás el automovilismo con el estudio?

Intento estar siempre al día con la escuela, cosa que a veces se me complica por la exigencia de cada materia.

– ¿Qué rol juega tu familia en tu carrera? ¿Quién te acompaña siempre?

Mi familia siempre me acompaña, mi papá no es tan fanático del automovilismo, pero siempre está predispuesto a ayudarme y me aconseja en temas como tener un buen descanso y entrenarme bien durante la semana y demás. A todas las carreras me acompañan mis padres, tíos, primos, hermanas y abuelos.

– ¿Tus amigos entienden lo que hacés o sos “el distinto” del grupo?

Entienden lo que hago, más allá de que ellos practiquen deportes distintos como fútbol, rugby o pádel.

– ¿Qué metas tenés para esta temporada en el TC Junior?

Para esta temporada tengo el objetivo de ir aprendiendo y ganar experiencia a medida que van pasando las carreras.

  ¿Te imaginás corriendo en el TC Pista o el TC grande dentro de unos años?

Por el momento no me lo imagino, pero obviamente me encantaría que suceda y sería muy lindo poder disfrutarlo con todas las personas que me acompañaron desde mis inicios.

– ¿Hay alguna categoría internacional en la que te gustaría correr?

Me gustaría correr en la Fórmula 4 española, en la cual hay varios pilotos argentinos.

 – ¿Quién es tu ídolo del automovilismo y por qué?

Mi máximo ídolo es el brasileño Ayrton Senna, quien si bien no llegué a conocerlo ni tampoco vivir en su época, vi sus maniobras, su forma de ser como piloto y persona y me parecieron características increíbles de él, y también lo admiro mucho por sus consejos. Tengo en mi buzo y casco un sector dedicado a los colores que lo representaban a Senna junto con una frase suya.

¿Cuál es tu próximo objetivo en el automovilismo y en la vida?

En el automovilismo aún no tengo un objetivo claro, sino que estoy disfrutando de este presente, y en la vida quiero terminar mis estudios en la escuela técnica para luego cursar una carrera universitaria, la cual no la tengo definida por ahora.

– Sabiendo que tu tío Juan Pablo también es piloto, ¿Sentis presión por seguir sus pasos o lo ves como una motivación?

No siento presión, aprovecho que me acompañe y me de consejos siempre que los necesite.

¿Tu tío te da consejos para correr?

Si, siempre que le consulto me los brinda.

¿Te gustaría llegar a igualar o superar lo que él hizo como piloto?

Yo pienso que son dos caminos diferentes, pero me gustaría llegar a la mejor versión de mí para dar el 100% en todas las oportunidades que se me presenten”.

Joaquín Rossotti corrió el pasado domingo en la quinta fecha del TC Junior, y una vez más lo hizo en el Autódromo Roberto Mouras de La Plata, donde el joven de 16 años logró finalizar en el tercer puesto, y de esta manera sumó su segundo podio en la actual temporada.

 

Talita Kum: muchacha, a ti te digo, levántate

Por Eva Pietrantuono

En Llavallol hay cosas que no cambian. 

Como la araña, su plaza redonda disparadora de diagonales que pierden a los visitantes o distraídos; como las bicis al hombro por las escaleras de una estación de tren aún sin rampa; o esos los lugares icónicos que hacen al barrio, como Talita Kum. 

Quizás no se mantuvo igual desde ese 1 de abril de 1995 cuando abrió sus puertas. Porque sí, creció, apiló ladrillos, pintó sus paredes, se revistió de colores que emulan la vida construida con su labor. Pero Talita es —en esencia— la misma. Hace treinta años integra en un abrazo a los mirados de reojo por las sociedades pasadas, a aquellos que más de alguna vez eran ocultados; treinta años que reúne a profesionales y trabajadores que exprimen su esfuerzo en la asistencia a niños y adolescentes con discapacidad. Treinta años desde que los franciscanos cedieron el terreno para darle a la comunidad un sitio en donde apoyarse, sin tener que atravesar el groso del Área Metropolitana para recibir asistencia; treinta años con el mismo espíritu de la señora Maccari, de la madre que lo impulsó todo.

Aunque hoy peligra reducirse a nada.

***

 Los árboles sirven de guía. Sus troncos pelados de hojas son los que marcan el camino hacia esta esquina de Llavallol en Lomas de Zamora. Es en el vértice que une a las calles Moldes —donde funciona el ala de rehabilitación neuromotora— y Olavarría—correspondiente al taller protegido de panificados— donde se levanta Talita Kum, una organización de la sociedad civil sin fines de lucro dedicada a la atención de personas con discapacidad. 

El rojo del cartel grita el riesgo. La inscripción, lo obvia: “DISCAPACIDAD EN EMERGENCIA”. El poster cuelga del paredón blanco en un intento de visibilizar el problema, de buscar una mano o un oído que se ofrezcan en una época susceptible a la ignorancia y al desinterés comunitario, a no ser que la mancha de aceite del desfinanciamiento estatal afecte de modo directo. Quizás ni la alarma del colorado ni la mayúscula de las letras alcanzan para dar cuenta del contenido; de esos atrasos en los pagos que escalan y superan los 90 días sin garantía de cobro; del no aumento en las prestaciones de servicios de los trabajadores de la salud desde fines del 2024, número que debe vérselas ante una inflación acumulada de 11,6% hasta abril de 2025.

La mañana es fría, de esas que te sopla por la espalda con los aires de un invierno ansioso por llegar.  En el salón de fiestas de Talita, el sol recién despabilado supera la timidez de los primeros rayos y entibia el ambiente con un amarillo cálido. Su luz se filtra por los amplios ventanales del sector del taller protegido de panificación.

Enrique Muntaabski tiene poco tiempo. Como tesorero de Talita y director del taller, debe partir a las 9.00 h rumbo a Capital Federal. Lo espera una reunión importante: se las verá con tres senadores de la Nación. 

—No sé realmente en qué va a terminar. Quisiera decir que tengo esperanzas, qué sé yo… 

En la madrugada del jueves 5 de junio fueron 148 diputados quienes dieron el sí para aprobar la Ley de emergencia en discapacidad, contra los 71 negativos y tres legisladores que no supieron qué votar. El próximo paso sería el tratamiento de la cuestión en la Cámara Alta del Congreso. Aunque desde el oficialismo del presidente Javier Milei se insinúa que al final del día será vetada cualquiera sea el caso. 

—Me cuesta, me cuesta pensarlo. Parece mentira que haya que entusiasmarlos, que haya que transmitirle a los políticos la realidad del asunto. Parece mentira que en este tironeo del poder juegue de tal manera que haya que ir puerta por puerta, diputado por diputado, senador por senador, a explicarle la situación de las personas con discapacidad…Para explicarles la  discapacidad —se corrige y su timbre de voz se eleva—, ni siquiera es explicarles lo que pasa, sino de qué se trata. No tienen ni idea.. 

Enrique narra entre toses; vuelve de la fuerte gripe que no lo dejó ir a la plaza de los dos Congresos a acompañar el pedido de ayuda y reivindicación que hizo el centro en el paro del miércoles 5 de junio. A pesar de estar sentado puertas adentro, una bufanda roja protege su cuello y una boina oscura como de diariero contiene su nevado pelo. 

—Gaby, haceme un favorcito. Haceme un tecito para mí también—, pide Enrique.

Gaby se acerca, cuidadosa, amable. Trae una colorida taza con la misma inscripción que se lee en el centro de su blanco delantal, el nombre del centro. Una cofia de aquel pálido tono rodea su pelo castaño roble. Es una de las 35 muchachas y muchachos con algún nivel de discapacidad intelectual a los que emplea el taller protegido dedicado a la panificación, el otro ala de Talita del que Muntaabski es el director.  Este es uno de los 300 talleres de su tipo que hay a lo largo y ancho del país, cada uno con su especialidad. Todos los chicos y chicas que trabajan en ellos reciben una compensación mensual de 28.000 pesos por parte del estado nacional, cifra congelada desde febrero de 2023. Solo en Buenos Aires —explica Muntaabski— el gobierno provincial adiciona un extra de 27.500 pesos llamado peculio, que afecta a un aproximado de 180 de los talleres que hay en Argentina. 

—Nunca se ajustó esa cifra desde Nación y ese es uno de los reclamos que sostenemos, que a los muchachos que trabajan en todos los talleres protegidos del país no se les reconoce un ajuste a ese importe desde hace más de dos años. Estamos hablando del gobierno anterior, el de Alberto Fernández, que hasta diciembre de 2023 se le reclamó y nada. Con esta gente de ahora, menos. Tanto menos, tanto menos —reitera cabizbajo—, que en este 2025, en enero, febrero, marzo, abril y mayo no les estuvieron abonando. Recién ahora les acreditaron ese retroactivo, pero estuvieron sin pagarles 28 mil pesos. Es una vergüenza, realmente les tendría que dar vergüenza. 

El taller de Talita es de un nivel profesional. Muntaabski cuenta que la cocina maravilló a la gente de la provincia de Buenos Aires que estaba encargada de su habilitación. Aseguraban que más que una panadería parecía un laboratorio. Se preparan diversos estilos de panificados, desde bizcochitos hasta galletas de avena, y además se amasan los tiernos panes que los muchachos y muchachas —como los llama Enrique— disfrutan en este mismo salón para compartir de desayuno sobre el inicio de su jornada laboral, como lo hacen esta mañana. La mercadería la venden en el kiosko que une ambas alas de Talita, justo en el punto que une a las calles Moldes y Olavarría, frente al colegio San Francisco de Llavallol.  Pero además lo comercializan de modo directo en el Parque de Lomas, único punto de venta habilitado dentro del extenso y verde campo municipal que visitan tantos vecinos lomenses. 

A sus 77 años y al llevar las cuentas del centro, Muntaabski siente más que nadie cuánto raspa la soga; sabe cuán inminente es el peligro de esa cuerda-pitón que aprieta el cuello de las instituciones dedicadas al tratamiento de personas con discapacidad, lo que pone en riesgo la atención de unos 200 mil pacientes así como el sostenimiento de otros tantos miles puestos de trabajo. 

—Si antes nos tenían con el agua a la altura de la nariz, ahora el agua nos tapa la cabeza. 

Enrique aprieta con las manos su ya tibia taza de té devenida en una suerte de pararrayos, en una especie de bastión en donde descargar la impotencia contenida ante la inacción estatal. 

—Todas estas personas que vos ves acá que están desayunando o que se están atendiendo, se van a quedar sin nada. Ese es el peligro, porque que Talita cierre, que yo no esté trabajando más en esto, pasa… El problema es qué va a pasar con todas estas personas que se van a quedar sin nada. Sin atención médica, sin sus tratamientos, sin sus colegios… Porque esto no es solamente el centro de rehabilitación o el taller protegido; son los hogares, los centros de día, las escuelas, los transportes. En el sector de rehabilitación, hay muchos pacientes con serias dificultades de traslado. La discapacidad impacta muy fuerte en la pobreza, y esa gente necesita un transporte que los lleve. Hoy estos servicios están tan mal pagos que ya muchos dejaron de trabajar. Esas cinco o seis personas que eran trasladadas se quedaron en su casa aislados. Entonces volvemos a aquellas muy viejas prácticas cuando las personas con discapacidad estaban escondidas en sus hogares.

A Verónica Barragán también le preocupa la cuestión de los transportistas. Los cinco días de la semana toma el tren de Longchamps a Llavallol con trasbordo de por medio en Temperley. Es una de las que más lejos vive. Y es una de las tantas personas que al llegar o irse de esta localidad de Lomas de Zamora, sube y baja unas escaleras que no contemplan la posibilidad de conducir a una persona con movilidad reducida. No hay rampa de acceso en la estación de Llavallol. 

Más allá del salón de fiestas y del taller protegido de Talita, un patio —cual pulmón de árboles y a cielo abierto— hace de conexión interna hacia el centro de rehabilitación neuromotora. Son 180 los pacientes que reciben una atención integral e interdisciplinaria en los consultorios. Bajo la dirección del Doctor Raúl Ronconi como médico fisiatra a cargo, funciona un staff de 60 profesionales de la salud que abarcan kinesiología, psicología, psicoterapia, trabajo social, fonoaudiología, musicoterapia y psicopedagogía. Además está la terapia ocupacional, la especialidad de Verónica.

—Nosotros hacemos la rehabilitación por medio de la ocupación. Una de las cosas más difíciles y desafiantes que tenemos es describir qué es la terapia ocupacional —confiesa en una risa—. Como seres humanos, somos seres con ocupación. Lo que pasa es que, por un defecto de vocabulario, se cree que la ocupación es el hecho de estar ocupado en algo o el trabajo. A través del juego realizamos actividades que usamos para poder conseguir un objetivo, ya sea habilitar, es decir, aprender el movimiento; o rehabilitar, en el caso de que se haya perdido por algún motivo y se tenga que volver a conseguir. Si no, buscamos la manera de adaptarlo o reemplazarlo. 

Barragán fue docente en educación especial y educación artística por 30 años, pero al jubilarse se licenció como terapista en la Universidad Nacional de Quilmes. Sus ojos miel vibran brillosos al describir lo que más la llena en el día a día en Talita.

—Cada logro de los chicos es… A ver, tenés pacientes que quizás hace cinco o seis años que los tratas y ves un progreso chiquitito y ahí te das cuenta del valor de las pequeñas cosas. Que un chico con una determinada patología logre sostener algo. O, por ejemplo, ya hace mucho tiempo que una pacientita de cinco años viene con una… que no tiene marcha, que generalmente va sostenida. Ahora le hicimos una adaptación y en el lapso de un mes y pico la vemos que está caminando con un andador. No, no, ya está —sostiene con la retribución del camino recorrido—. 

Antes de Talita Kum, Verónica nunca lo había hecho. Si bien ella aclara que desde el inicio de su labor en el centro siempre hubo retrasos en los pagos —inclusive durante los otros gobiernos— fue la situación límite lo que la llevó a ser una de las almas que pronunciaron su reclamo en la plaza en las últimas semanas. La terapista ocupacional fue por primera vez a una marcha social. 

—Me agarró piel de gallina porque realmente éramos muchísimos, muchísimos. Era impresionante, nunca había visto tanta gente. 

Verónica camina por los claros pasillos del ala de rehabilitación. Saluda con la calidez docente que la caracteriza a los empleados administrativos. Una de las que responde es Ariana Cirulli. Desde 2018, lidia con los malabares en la coordinación de turnos. Tiene claro que Talita Kum no solo se dedica al tratamiento de personas con discapacidad. 

—Trabajamos con una población más vulnerada. Diría que el 85% de los pacientes tienen Incluir Salud, la prestación estatal. Son pacientes que no consiguen la rehabilitación tan fácil como los que tienen prepaga. Saber que atendemos a esas familias, que ayudamos a darles estas posibilidades, eso te llena. 

Ariana es la primera sonrisa que recibe a los chicos que van a atenderse. Es testigo de su crecimiento, de su evolución y de su vida. Como Valentina, que esta mañana llegó con sus lentes rosados y con saludos para todos. Su mamá, Lucía, la acompaña desde el primer día en los tres años que lleva asistiendo a Talita Kum.  

—Veo mucho avance en todas las terapias que tiene. Si me pedís que vaya a otro lado te digo que no. Valen tiene diez año y habla perfecto. Si la llegas a escuchar no sabés cómo habla. Y siempre habla de Vero, de Pili… Todo una maravilla cómo habla. Es como si te conocieran de mucho tiempo. No me puedo quejar, tanto los profesionale como los chico que atienden. 

Valen hace musicoterapia, terapia ocupacional, psicología y fonoaudiología en Talita Kum. Tiene síndrome de Down. La mamá cuenta que le encanta ir, que es la más chica de tres hermanas. Que aprende y que habla siempre de las terapistas que la acompañan. A Valen se la ve feliz de estar en Talita. Es solo una de las 180 que reciben tratamiento allí. 

***

Como terapista ocupacional, Verónica explica que en el ambiente promueven una filosofía de “cuidar al cuidador”, es decir, tratar que el familiar o ser querido que acompaña a la persona con discapacidad no acabe descuidándose a sí mismo hasta el agotamiento y la enfermedad. 

Tal vez este principio sea una lógica aplicable a ellos mismos, a los Verónica y a los Enrique, a los Ariana y a los tantos otros más que llevan adelante este aparato que sirve en cuerpo y alma a tanta gente. Cuidarlos antes de que se descuiden sin remedio. Antes de que el límite se corra tanto que sea demasiado tarde.

—Están realizando la labor que no hace el estado. Todas estas instituciones, todas estas Talitas que hay en el país, fueron obra de los papás. 

Enrique se iba a reunir con senadores radicales ese martes, como integrante de la Federación de Talleres Protegidos de la provincia de Buenos Aires y del Comité Asesor de la Agencia Nacional de Discapacidad. Llegaba a la puerta del punto de encuentro cuando leyó el mensaje. Un compañero que viajaba desde Chivilcoy se enteró a unas cuadras del lugar. La reunión se posponía. La Corte Suprema había ratificado la condena de Cristina Fernández de Kirchner.  

La discapacidad, “suspendida hasta nuevo aviso”. 

 

Infantino, el hijo huérfano del FIFA Gate

Por Santiago Peñoñori Gaona

Los europeos deberíamos pedir perdón los próximos 3.000 años antes de dar lecciones de moral a otros”, dijo Gianni Infantino pocos días antes del inicio del Mundial de Qatar 2022, cuando los principales medios del mundo criticaban la violación de los derechos humanos en el país asiático. Los trabajadores morían cada día expuestos a altísimas temperaturas y deplorables condiciones laborales. Se calcula que fueron más de 6.500 migrantes de India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka desde que se le otorgó la sede a los qataríes, según publicó The Guardian en febrero de 2021. 

“El hombre que movía las bolas” —en referencia a su papel en los sorteos de Champions League y en los del Mundial— nació el 23 de marzo de 1970 en Brig-Glis, Suiza, pero para todos los portales web es italo-suizo. Sus padres emigraron de la región de Calabria, zona en la que se originó la ‘Ndrangheta (organización criminal de las más poderosas del mundo), antes de que él naciera.

Hijo huérfano del FIFA Gate, el abogado graduado en la Universidad de Friburgo (Suiza) se postuló como candidato en la federación madre del fútbol con la promesa de repartir una suma considerable de dinero para todas las federaciones y ampliar la cantidad de selecciones que participarían en los mundiales. Hoy afronta su tercer mandato y sigue firme en su convicción de “restaurar la imagen de la FIFA”. Más allá de eso, pese a las evidencias de corrupción que destituyeron a Joseph Blatter y Michel Platini, su exjefe en la UEFA y amigo, el Restaurador mantuvo a Rusia y Qatar como sedes de los mundiales 2018 y 2022. Entregar y cobrar. Es la ley de la enfiteusis sancionada por Bernardino Rivadavia en 1826 en nuestras tierras.

El joven colorado que sufría bullying por su piel llena de pecas y su mal manejo del idioma alemán es hoy un pelado políglota: las vueltas de la vida. Italiano, francés, alemán, español, inglés y árabe son los idiomas que maneja el carismático ex secretario general de la UEFA, que comenzó su carrera allí en el 2000 y que, como dirían en el barrio, “cualquier bondi lo deja bien parado”. 

Es amigo de Donald Trump, a quien le concedió el nuevo Mundial de Clubes 2025, el Mundial 2026 -compartido con México y Canadá- y los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. “Lo tengo todo”, exclamó el presidente estadounidense que no esconde su desenfrenado afán de poder. El conflicto en puerta será la entrega de las visas para extranjeros que quieran presenciar estos eventos, sin ser discriminados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) y amparados por la ley que día a día gana en rigor, si así lo podemos llamar.   

En FIFA Mafia, libro del periodista alemán Thomas Kistner, están documentados los manejos turbios de los principales dirigentes de la federación e Infantino no se queda afuera: fue partícipe necesario para que le adjudicaran la Eurocopa de 2012 a Polonia y Ucrania. “Yo no quiero prometer las acciones de mis primeros 100 días al frente del fútbol mundial, porque eso hacen los políticos y yo no soy uno de ellos”, dijo el dirigente que se casó en 2001 con la libanesa Leena Al-Ashqar, con quien tiene cuatro hijas. Siguen apareciendo los “outsiders”, el mundo tiembla ante la nueva moda.

El creador del novedoso Mundial de Clubes 2025 quiere con esto “un fútbol globalizado” y “dar esperanzas y oportunidades al Mamelodi Sundowns de Sudáfrica, al Ulsan de la República de Corea y al Auckland City de Nueva Zelanda”; aunque, al mismo tiempo, asigne los próximos cinco mundiales masculinos sub-17 a Catar y los femeninos a Marruecos, y elija a Arabia Saudita como sede del 2034 sin dejar registros de cómo fue la selección.

Boca y Vélez, por un lugar en la final del Torneo Proyección 

Por Candela Guijo, Florencia Rodríguez Sánchez y Casandra Lacabe

Valentino Simoni de Boca y Mateo Acuña de Vélez dieron una conferencia de prensa en la sede de la Liga Profesional, en la previa de la semifinal del Torneo Proyección Sur Finanzas Apertura, que se jugará el domingo a las 18.00 en el predio del Xeneize en Ezeiza y será transmitido a través de LPF Play y el canal de Youtube de la Liga Profesional.

Ambos jugadores se refirieron a la forma en la que se preparan previo al encuentro, ya que coinciden en que se enfrentan a un rival complicado y en una instancia decisiva: “Sabemos que va a ser un partido muy difícil, sabemos que son Boca y por algo están en las instancias que están”, sostuvo el defensor del Fortín. Además, agregó: “Partido clave, nos preparamos de la mejor manera. Lindo partido para ver y jugar”. En relación a la posibilidad de una definición por penales, reveló: “Desde que vimos que clasificamos a octavos siempre nos quedamos pateando, para que cuando llegue el momento no nos agarre desprevenidos”.

Desde el lado de Boca, el delantero expresó: “Sabemos el equipo que son, por algo tuvieron un gran año el torneo que pasó y por algo están en las semis. Va a ser un partido peleado, muy disputado, cada uno con sus armas”. Sobre el presente del plantel, detalló: “Nos estamos preparando de la mejor manera, mucha confianza y ganas de jugar el partido”. Y al igual que su rival, también habló de los penales: “Desde octavos de final, el día antes del partido, después de los trabajos tácticos, nos quedamos pateando. Si estoy en cancha, obvio que me gustaría patear”.

El Xeneize llegó a esta instancia luego de vencer 3-0 a Atlético Tucumán en octavos de final y 2-0 a San Martín de San Juan en cuartos. Vélez, por su parte, dejó en el camino a Tigre con un 2-1 y a Belgrano por 3-0. El ganador de este cruce se enfrentará en la final al vencedor del duelo entre Rosario Central y San Lorenzo, que jugarán el mismo domingo a las 15.00 en Arroyo Seco.

Carlos “Chino” Luna, el goleador del pueblo que dejó una huella en Victoria

Por Macarena Nicoloso

El ex futbolista argentino nacido en Piquillín, Córdoba, llegó al Club Atlético Tigre en 2004, proveniente de All Boys. En su primera temporada se destacó como goleador de la Primera B Metropolitana, anotando 24 goles. Durante su tiempo en victoria, Luna acumuló más de 300 partidos y 112 goles oficiales, lo que lo posicionó como el segundo máximo goleador en la historia de Tigre, por detrás de Juan Marvezy. A su vez, el deportista fue parte del equipo que se consagró campeón de la Copa Superliga en 2019 frente a Boca. En esta entrevista vamos a resaltar su paso por el club como jugador y como secretario de actividades deportivas. Por otro lado, destacaremos su paso por la política al postularse como concejal de San Fernando.

-¿Te acordás de tu primer paso por Tigre en 2004? En esa campaña marcaste 24 goles en 38 encuentros. ¿Qué significó para vos ese primer partido en el “Matador”?

-Primero que nada la decisión de haber venido al club fue medio brava, ya que dudaba de querer hacerlo pero mi representante me insistió. Ahora, a lo largo de los años, fue lo mejor que pude haber hecho. A su vez, tenía mucho miedo del desafío porque era un club importante y yo venía de equipos como Deportivo Español y All Boys.                 Por eso pensaba que si me iba mal me tenía que quedar siempre en la B Nacional; de todas formas, también estaba la consideración de que si me iba bien era un movimiento inteligente de parte de mis socios. Por suerte salió bien.

-Hubo cuatro etapas de tu carrera en Tigre: la que ya hablamos del 2004 al 2005, la del 2008 al 2010, como anteúltimo la del 2011 al 2012, y por último, la más extensa, la del 2014 al 2020; ¿qué es lo que te hacía volver al club?

-Yo creo que uno siempre está donde se siente querido o donde se siente importante. Si bien es el club donde mejor me fue en cuanto estadística, para mí era una necesidad estar un año de nuevo después de un tiempo afuera. Lamentablemente para el club también por los momentos que vivía la institución, ya que yo siempre volvía cuando el equipo estaba mal y cuando yo no había tenido un buen año. Conclusión, los dos nos necesitábamos y siempre la vuelta daba resultados. Además, yo en el club me sentía el mejor del mundo porque en mis locuras me encantaba que me canten: “Chino Chino”.

-En tu paso por River, del 2012 al 2013, hubo un partido  específico contra  Tigre en el Monumental en el cual con tu gol, en los últimos minutos, le diste la victoria al “Millonario”, ¿cómo te sentiste al haber hecho ese tanto sabiendo que ya habías dejado una huella en el “Matador”?

-Con el paso del tiempo fui a River y la pasé hermoso, aunque esos dos goles contra Tigre fueron obviamente dolorosos porque es el club que yo amo. Ese partido fue importante para River porque peleamos el campeonato, y ahí no te das cuenta contra quién estás jugando, vos solo querés ganar. Cuando terminó el encuentro reaccioné y lo primero que hice fue escribirles a los jugadores del “Matador” para pedirles disculpas. A pesar de eso me supieron entender y hasta se alegraron de que me estaba yendo bien en el club. Lo más difícil fueron los comentarios de parte de la hinchada de Tigre debido a que cuestionaron que había festejado ese gol.

-Ahora, yendo a un momento lindo como la final por la Copa Superliga en 2019 contra Boca, ¿cómo lo viviste?

 -Veía a la gente haciendo cola para comprar las entradas y era una locura, hasta ahora me sigue emocionando. Fue gente de mi pueblo y compañeros de mis hijos. Me acuerdo que estábamos peleando el descenso antes de la final y casi nos salvamos pero lamentablemente bajamos de categoría. El grupo era muy bueno y éramos muchos caciques y se nos complicaba así. Sin embargo, era todo felicidad. Cuando terminó el campeonato en cancha de River yo le decía al “Pato” Galmarini que no se muestre mal porque si arrancamos bien los dos primeros partidos de los Playoffs ganamos la copa. Al pasar a semis ya me sentía cada vez más cerca de la copa y con más chances de ganarla.

-Luego de un año en la B, ¿te sorprendió que Diego Martinez, DT de ese momento, no te haya tenido en cuenta o te la esperabas?

-Sinceramente no me sorprendió porque pasaron cosas internas dentro del club y yo sabía que no quería que siga pero, de todas formas, fui al primer entrenamiento para que me lo dijera. No tuve problema en irme porque creo que los entrenadores piensan en el bien del club. Lo que si les recriminé fue que así como me iban a buscar cuando peleaban el descenso, me tendrían que haber llamado para informarme que no me querían más. Encima coincidió con que el partido previo había errado el último penal que nos dejó fuera de la Copa Argentina y eso me destrozó. A su vez, ya estaba decidido no seguir, pero en el camino me entero de esta noticia y fue una bomba porque nunca me había pasado que un DT no me tenga en cuenta.

-Sos el segundo máximo goleador del “Matador” con 112 tantos, ¿cuál fue tú mejor gol futbolísticamente hablando?

-Me gustaron muchos, pero yo creo que prefiero el que hice en cancha de Platense por lo que significó para el club. Después hubo goles muy lindos como contra Newell’s de local en 2012 mientras peleábamos el descenso. Lo que sí, el gol contra Vélez lo grité más debido a que era para terminar un poco la agonía ya que, no descendemos directo después de ese partido y le ganábamos a cualquiera.

-Al retirarse fuiste secretario de actividades deportivas en el club pero luego renunciaste, ¿te arrepentís  de haberte ido, o mirando el diario del lunes fue lo mejor?

-No me arrepiento aunque hayamos hecho un trabajo excelente. Teníamos datos de todos los chicos, de cuantas veces paraba la pelota con derecha o izquierda y eso me encantaba. Mi intención era dar un paso más arriba pero como no se logró tuve que dar un paso al costado debido a que estaba muchas horas en el club.

-Yendo a la política, cuando te lanzaste como concejal en San Fernando, ¿cómo fue pasar de las canchas a la política?

-Estuvo bueno porque yo siempre hice política, ayudé en comedores hace muchos años y creo que todas las personas de alguna forma hacemos política. Me ofrecieron el cargo y me encantó la posibilidad. Me trajo muchas cosas positivas y negativas como leer comentarios en contra. Sacando eso, no me volvería a postular porque fue muy agresivo todo debido a que me decepcionó el lugar en el que me puso la gente.

-Hoy en día, ¿serías parte de la comisión directiva?. Te la re truco más, ¿serías el presidente de Tigre?

-Aunque sea mi gran sueño participar en Tigre no creo. De todas formas, yo voy a acompañar al club siempre, a pesar de que no comparta algunas ideas. Lo mejor en este momento es seguir donde estoy, y ayudar desde afuera.

-¿Volverías al fútbol para ser director técnico de Tigre?

-No, si bien soy director técnico recibido y tenía la ilusión después se fue apagando y  prefiero el puesto que tenía como secretario de actividades deportivas. Me abrió puertas para estar donde estoy y siempre voy a estar agradecido. Gestionar 30 cabezas debe ser dificilísimo, yo los admiro pero no me siento capaz de hacerlo.

-Hablando de la actualidad de Tigre, ¿cómo lo viste en este torneo que quedó eliminado en octavos de final contra San Lorenzo por 2 a 1?

-Tuvo un buen arranque, se armó un equipo sólido pero fue perdiendo cuando le sacaron la ficha de cómo planteaba el partido. Podríamos haber sacado unos puntos más, aunque después en el mata mata si te toca un equipo como San Lorenzo, que juega igual que vos, es difícil. De todas formas, hubo jugadores que me encantaron como Russo que me hacía acordar a Retegui. Chicos como Lorenzo Scipioni, Felipe Zenobio y Santiago González son jóvenes que yo ya los veía en la reserva y para mí hace dos años ya tendrían que estar jugando en primera. Por eso, en mi opinión, Tigre es un club medio particular para darles lugar a esos jugadores.

Darío Vaccarini: “Queremos que los que vengan por Maradona se vayan con Argentinos”

Por Federico Esteban Bontempi

Darío Vaccarini, dirigente de Argentinos Juniors, presidente de la Fundación AAAJ y co-hacedor del “Templo del Fútbol”, el museo del club, nos contó en una visita al interior del Estadio Diego Armando Maradona, la historia detrás de un sueño hecho realidad. El único recorrido histórico sobre el deporte más popular del mundo, planeado y construido por hinchas.

Surgió la idea de crear algo más que llamara la atención de los turistas que visitaban el estadio por el simple hecho de tener “Maradona” en su nombre. En el club, que poco poder económico, no sabían cómo hacer para ambientar todo un espacio dedicado al museo que les habían entregado a los dirigentes que plantearon el proyecto. Por lo que Darío, junto con sus co-hacedores, comenzaron a publicar en redes, volantes en la calle, en la cancha y en las sedes deportivas del club, pidiendo objetos que los hinchas tuvieran en su casa y quisieran donar, con el lema: “Si tenés algo que les querés mostrar a tus amigos cuando los invitas a tu casa, traélo para que lo vean todos los amantes del fútbol”.

Con el paso del tiempo, los objetos, las memorias, las historias escondidas en un botín, un habano consumido, o una simple madera que fuera parte del antiguo estadio, el Templo del Fútbol se fue formando hasta que llegó un punto en el que plantearon hacer una sección dedicada a “Pelusa”.

“Acá tenemos una foto del Diego posando con el mural de la pared que se la saqué yo cuando vino en 2019. Después del fallecimiento nos empezaron a traer tantas cosas que le armamos toda una sala sólo para él”. En esa sala, exhibida en una vitrina, se encuentra una camiseta con una historia y coincidencias increíbles. Primero, en cuanto a su origen, fue una edición única de Argentinos usada en 1977 y 1978 que encontró un coleccionista de Singapur en línea, mientras era subastada. El comprador logró obtenerla luego de varias pujas y terminó pagando alrededor de 15 mil dólares.

Esto fue previo al fallecimiento del Diez. Cuando la tragedia sucedió, el singapurense, apenado y conmovido por la masiva movilización en Argentina, decidió contactarse con el club casa de Maradona y la donó. ¿La casualidad? Esa edición fue hecha con la marca Deport Hit, la cual es representada por un signo de infinito en su logo. Por lo que se simboliza a Maradona como el Diego Eterno.

“Hay cientos de historias, para nosotros increíbles, alrededor de este museo, el santuario del Diego o esta cancha. Como un turista sueco que iba a venir a visitarnos con un amigo. Habían sacado los pasajes pero el amigo se enfermó y no pudo viajar. La siguiente vez que lo vimos al que sí había venido nos contó que su amigo finalmente había fallecido pero que él le había prometido que lo iba a traer acá. Y se sacó de un bolsillo un frasquito cerrado con sus cenizas. Así hay historias para contar que te erizan la piel”.

Esa emotividad que transmite Darío en sus palabras es la que quieren demostrar cada vez que entra un hincha del fútbol a la visitas del Museo, no solo por lo que ve, sino también por la historia detrás de cada reliquia que cuentan los encargados. Que como destaca el fundador: “Somos todos una familia e hinchas del Bicho que queremos que los que vengan por Maradona se vayan con Argentinos”.

Pero el cuento no fue tan sencillo como parece. El normal funcionamiento del Templo del Fútbol tuvo un período en el que se cortó cuando hubo un cambio dirigencial. Estuvo cerrado por muchos meses y el espacio se usaba para cenas, y como centro de juntadas presidenciales, por lo que la higiene y la comida desparramada por el piso hizo que algunos roedores y polillas entraran a los depósitos donde hinchas habían confiado para dejar sus pertenencias para ser exhibidas: “Entonces cuando finalmente me devolvieron el Museo, por la falta de ese ingreso fuerte que se lograba, me encontré con un lugar con muchas camisetas, pelotas y recuerdos moridos y destruidos que ya no podíamos mostrar al público”, aunque por suerte, destacó, que desde hacía un tiempo ya que el espacio estaba cubierto de objetos por lo que no tuvieron espacios vacíos que llenar.

Cuando hablás con un hincha de Argentinos Juniors, en este caso Darío, fiel seguidor del Bicho, sobre Maradona, sobretodo con uno que lo vio jugar desde Los Cebollitas, la pasión que transmite en cada palabra conmueve a todo el que lo escuche, y con Darío no es menos, más que nada cuando cuenta las historias de cada una de las donaciones al museo y que él recibe. Y eso es lo que diferencia a este museo de los de River o Boca, los únicos abiertos al público del fútbol argentino.

Vaccarini buscar integrar a cada persona que ingresa a las instalaciones desde la primera impresión, que sientan la calidez de una familia que los recibe, más el sentimiento puesto en cada palabra, en cada rincón y en cada reliquia exhibida. Ese afecto hace que cada uno de ellos quiera volver una y otra vez porque despierta un sentimiento que va más allá del escudo que te identifique o la nacionalidad que dice en su pasaporte. Por esto, el “Templo del Fútbol” es tan especial.

La historia de Darío no es una cualquiera. Toda una vida vistiendo los colores del Bicho. Toda una vida yendo a alentar al club de sus amores, y finalmente logró representarlo desde adentro al llegar a la dirigencia, tanto así que  en las últimas elecciones se presentó con un grupo de todos dirigentes e hinchas jóvenes que eran conocidos en la institución por trabajar allí desde hacía años y lograron alrededor de un 30% de los votos prácticamente sin campaña. Aunque el ganador fue Cristian Malaspina, con quien mantiene una buena relación, se sorprendió de haber conseguido ese número tan alto.

Finalmente, en una sección del museo se encuentra un cartel y un recorte de un diario que expone la cantidad de partidos que lleva el equipo de fútbol profesional con al menos un jugador surgido en el club. Un condimento que siempre hizo destacar al Bicho es la formación de jugadores estrella, desde Diego Maradona, Juan Román Riquelme o Alexis Mac Allister. En el recorte periodístico se destaca que la racha que aún se mantiene viva con la increíble suma de 1937 partidos consecutivos con algún jugador entrenado en las inferiores. Con una extensión de nada menos que más de cuarenta y cinco años.

Para cerrar, Darío destacó que el Museo funciona los lunes, martes, jueves y sábados de 10 a 17hs para cualquier fan del fútbol que quiera una visita al único museo creado solo por hinchas. Con visitas guiadas por el estadio, incluyendo el terreno de juego, los vestuarios y el santuario de Diego Armando Maradona.