viernes, abril 26, 2024
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Un deporte de tradición social e inclusivo

Por Luis Climenti y Santino Sucar

La pelota paleta nació en Argentina a principios del siglo XX como una adaptación local del juego de paleta vasca. En 1922, los inmigrantes españoles comenzaron a practicar el deporte en el país y establecieron las bases para su desarrollo.

Cuenta la historia, que uno de los hombres fundamentales de este deporte fue el vasco Gabriel Martirén, inventor de la paleta de madera en Burzaco, zona sur de la provincia de Buenos Aires. La pelota vasca se juega con la mano, pero “Sardina” Martirén introdujo un cambio rotundo en el juego: golpear la pelotita con una paleta. Primero lo hizo con el propio hueso de la vaca y, más tarde, adaptó su formato a la actual paleta de madera que conocemos y que imita la forma ósea del animal.

Las reglas son simples. Se trata de dos equipos, con dos jugadores cada uno, que compiten golpeando una pelota con una paleta contra una pared frontal. Cuando el equipo oponente no puede devolverla de manera válida, se suman puntos para el contrario. Los tantos pueden variar según la modalidad de juego.

La cancha consta de una pared frontal y laterales. La altura de la pared y el tamaño puede variar, pero las dimensiones estándar se mantienen en muchos casos. La paleta tiene diversas modalidades, como trinquete, frontón, paleta goma y frontenis, cada una con reglas específicas y adaptaciones en la forma de jugar. A los practicantes se les llama “pelotaris”.

Franco Góngora es profesor de esta disciplina en River. Cuenta que la pelotita es de caucho, con gas en su interior y viaja muy rápido. En cuanto a la preparación, asegura que se entrena 2 a 3 veces por semana y se juega el fin de semana. En la mayoría de los entrenamientos hay partidos. “Lo mejor es hacerlo en distintas canchas, ya que cada una suele está bueno poder adaptarse a cada escenario. No es una actividad cara y hay muchas escuelas gratuitas”, asegura Gongora.

Argentina es un país en donde la pasión corre por las venas de su pueblo y la pelota paleta es parte de la herencia deportiva. Más allá de ser simplemente un juego, despliega su magia en las canchas argentinas, tejiendo vínculos sociales y preservando una tradición que pasa de generación en generación. 

José Baía, profesor del club Social y Deportivo Esteban Echeverria de Monte Grande, cuenta que a lo largo y ancho de todo el país hay Escuelas Deportivas Argentinas (EDA) que trabajan en la formación de chicos y garantizan el futuro del deporte. También desde la Confederación Argentina de Pelota se desarrollan los torneos federales que permiten la competencia y la captación de talentos que nutren a la selección argentina.

“Soy de Paraná Entre Ríos y me vine a Buenos Aires para competir representando a Ferro, Club Católico de Lomas, el club en el que doy clases inicialmente lo representaba. Hoy acompaño a los chicos que surgen del club para que ellos hagan sus herramientas”, afirma Baía mientras nos muestra con una pincelada la pertenencia que que genera la paleta.

No es solo un deporte; es un lazo cultural que ha resistido el paso del tiempo. Las canchas, impregnadas de historias de competiciones épicas y amistades forjadas a través de la competencia. 

Quienes viajan a otras provincias siempre llevan su paleta como parte del equipaje. Es bastante común que se junten en destino con otros aficionados y jueguen un partido o se generen nuevos vínculos. Las canchas se erigen como espacios casi sagrados, donde convergen la camaradería y la sociabilidad.

Javier Toss, profesor y jugador, contó que un día uno de sus alumnos, que trabajaba en una constructora, fue a Entre Ríos por una obra y necesitaba alquilar cinco volquetes, pero no podía conseguirlos. Fue a un local y el constructor le comentó al dueño que terminar rápido la tarea porque un partido de paleta programado lo esperaba. Fue cuando la magia comenzó a suceder: 

-¿Jugás a la paleta? 

-Si 

-Olvidate. Para mañana tenes los 5 volquetes. No somos tantos los que jugamos pero a donde vas te encontrás con alguien que jugó. 

Quienes practican este deporte aprenden a confiar en sus compañeros, no sólo desarrollan habilidades físicas, sino también sociales. En un mundo que a menudo se centra en la individualidad, es una oportunidad única para fortalecer los lazos comunitarios y construir relaciones que trascienden las canchas.

“Otra perla es que dentro de la cancha desaparece cualquier diferencia que puede haber afuera. Acá prima el juego. No hay diferencias sociales. Hay mucho respeto en donde nos cuidamos entre nosotros. Se juega de una manera muy limpia aunque nos matemos contra el frontón, queremos mucho al otro y respetamos su integridad”, agrega Toss. 

Martín Curioni práctica en el club Círculo General Urquiza en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y también asegura que la paleta suma y une a diferentes estratos sociales: “se une sin distinción al hijo del verdulero, al abogado, al médico, al pibe de sistemas. Es excelente. Cualquiera que vive en el barrio, gente que está en las buenas o en las malas la ves en la cancha de pelota paleta. Acá hay una previa y un post. Tiene una mirada diferente y muy particular, no la vi en otro lado. La gente se junta antes en el buffet a charlar un rato”. 

Curioni agregó que, al ingresar a este mundo, es como viajar al pasado: “Vos ves la cancha de GEBA. Están los sillones de madera que se usaban para ver el partido a principios de 1900. Es un viaje temporal”. 

El recinto se transforma en una caja de resonancia cuando los jugadores le pegan a la bola. Los pelotaris coinciden en que el sonido que se produce es particular, placentero y adictivo.

La pelota paleta es un motor social. La diversidad de jugadores es realmente notable. Va desde jóvenes entusiastas hasta veteranos apasionados. Refleja la universalidad y su capacidad para trascender barreras generacionales. clases sociales, profesiones ni religión. Los incluye a todos.No hace mucho tiempo, también incluyó a las mujeres y saldó una deuda pendiente.

En un número de la revista El Gráfico de 1940 había una tapa de fútbol y otra de pelota paleta. Si bien el deporte hoy perdió masividad por el crecimiento del fútbol y del básquet, hace poco se empezó a televisar y parece revivir.

Federico Pérez Ernst, un pelotari de 18 años que practica el deporte en Monte Grande, cuenta: “Yo no elegí la paleta, un primo me dijo vení a probar esto que esta bueno. Lo que más me gustó es que no depende de la fuerza sino de la pegada y de los efectos que se le puede dar para hacer el tanto. Yo juego en el club Social y Deportivo Esteban Echeverría y compito en la confederación metropolitana de paleta en la quinta división”.

La pelota paleta en Argentina no es simplemente un deporte; es un tejido que une a la sociedad argentina lejos de las luces de los grandes medios de comunicación, conecta a las personas a través de una competencia amistosa, la colaboración y la celebración de la identidad cultural. Representa el espíritu de tribu ancestral de las personas que disponen del juego como herramienta social. En sus canchas, se perpetúa una tradición que va más allá de la destreza física, dando forma a un legado social que continúa enriqueciendo la vida de aquellos que se entregan a este juego apasionante.

Hay quienes dicen que una vez que la paleta inocula su veneno, el hechizo ya estará hecho: el pelotari quedará encantado para siempre.

 

Román, el sueño argentino pintado de azul y rojo

Por Micaela Arana

En los pasillos donde solía juntarse a tomar mates con sus compañeros y de vez en cuando a jugar al metegol, Lucas camina ahora, lento y frenando en cada puerta a saludar a algún conocido, mientras comenta que extraña ese lugar más de lo que alguna vez imaginó. “Es difícil de poner en palabras”, suelta una vez que se ubica en una de las mesas del buffet del club que lo vio crecer, esas que están más alejadas del resto de la gente. Se ceba un mate y, cuando apenas comienza a hablar, es interrumpido: “¡Pocho! ¿Me puedo sacar una foto con vos?”, grita un chico desde lo lejos.

Lucas Román dejó hace seis meses Ferro, el club donde se formó, para incorporarse a La Masía, la escuela de fútbol a la que fue Lionel Messi. Y hoy, ubicado en una de esas mesas en donde un año atrás se sentaba a comer y a jugar al truco, relata una historia en la que explica cómo se trabaja en el semillero del Barcelona.

Técnica y talento. La receta es así de simple. La posesión de la pelota, asociarse y combinar, defender atacando y atacar defendiendo y buscar siempre el área rival. La escuela azulgrana es como un laboratorio de fútbol donde los jugadores se van haciendo uno por uno, de manera artesanal y forjados tras miles de horas de dedicación personal. Forman futbolistas, pero sobre todo personas. Buscan el talento sin importar las condiciones físicas. “No sé cómo explicarlo, es distinto que acá. El ritmo con el que se juega es diferente, es mucho más rápido. La pelota va más rápido”, dice Lucas Román, mientras le firma la camiseta al segundo chico que se acerca a saludarlo.

Pocho Román, de 19 años, es hoy el único argentino que forma parte de La Masía. Meses atrás le tocó compartir equipo con su compatriota Román Vega, quien tras la finalización del préstamo en el equipo catalán retornó a Argentinos Juniors. Fueron 13 los jugadores argentinos que a lo largo de la historia pasaron por las inferiores del club, teniendo en cuenta que es el segundo país, detrás de Brasil, que más jóvenes exportó a las inferiores del Barcelona y siendo Messi el principal y culpable de que los ojeadores se fijen en Argentina. Tras la llegada de Lionel en el 2001, cada argentino que llegaba a La Masía era catalogado como “la próxima promesa del fútbol argentino”.

 Santiago Ramos Mingo, Román Vega, Sergio Araujo, Maximiliano Rolón, Lucas Román, Ángel Hoyos y Luciano Becchio fueron los futbolistas que jugaron en el segundo equipo del Barcelona post Messi. Ninguno de ellos, hasta ahora, llegó a jugar un partido en la Primera del Barcelona de manera oficial. “No es fácil triunfar en el Barcelona”, reconoció Xavi Hernández en una entrevista con Sport. Las estadísticas marcan que sólo uno de cada diez chicos que pasan por La Masía logran debutar en la Primera del Barcelona, mientras que, de los nueve restantes, la mitad alcanza a jugar profesionalmente. Hay una salida de la que nadie quiere oír hablar cuando está en La Masía, pero que los formadores se empeñan en reiterar, según cuenta Román. Un requisito fundamental en la formación de los jugadores es alejarlos cuanto más puedan de los conceptos como “éxito”, “triunfo” o “fama”. Los entrenadores pretenden disminuir las ilusiones de los chicos y evitar que solo se focalicen en el éxito y la popularidad como única meta, y prepararlos, de alguna forma, para un futuro quizás alejado del césped del Camp Nou.

Estudios, análisis, seguimientos intensos, miles de jugadores entrenando diariamente para llegar a Primera, pero también, muchas veces, una gota de azar es lo que permite triunfar. Messi llegó en el 2000 al club a través de un contrato firmado en una servilleta de papel. Fue una especie de “contrato” firmado por Carles Rexach, quien por ese entonces era secretario técnico del Barça, que se comprometía a fichar a Lionel, a pesar de que eso incumpliera las normativas del club. Meses más tarde, en enero de 2001, un grupo de entrenadores de inferiores lo recibió, reconocieron su talento técnico, pero lo rechazaron. “Es muy chiquito”, dijeron. Dos meses después, el club fichó formalmente a Messi y comenzó a entrenar con el Infantil A de Rodolfo Borrell. “Que de tu cantera salga el mejor jugador del mundo es un número de la lotería que te toca una vez en la vida. Generalmente, los grandes equipos fichan a ese tipo de jugadores, pero no los generan”, dijo una vez el ex jugador y director deportivo español Andoni Zubizarreta.

La estabilidad emocional del jugador, la proximidad de sus parientes y el cuidado hacen, casi siempre, que se desarrolle mejor. Cuando Messi llegó al Barcelona lo hizo acompañado de su familia y siempre la tuvo muy cerca. “Mis viejos viajan seguido a visitarme. A veces también vienen mis abuelos y primos”, ratifica Román.

La captación de los jugadores es la etapa clave para el éxito a futuro. Siempre que haya una idea de dónde buscar, cómo y con qué características, el proceso se vuelve más sencillo. El objetivo del Barcelona es detectar a todos los jugadores que tengan las cualidades que identifican al club: calidad técnica sin tener en cuenta el físico, inteligencia táctica, velocidad de desplazamiento y de ideas. De esta forma, jugadores que otros clubes rechazan por su físico pasan a formar parte del proceso de captación azulgrana. Así es el prototipo de jugador que el Barcelona busca. Y eso es lo que, de alguna manera, lo vuelve diferente al resto: tener en claro el perfil del jugador que necesitan para la forma de jugar que tiene el club.

Pero, ¿dónde buscan a este tipo de jugadores? A lo largo de los años hubo Masías en distintos puntos de todo el mundo: Dubai, Egipto, Kuwait, Varsovia, Nueva Delhi, Fukuoka, Santo Domingo, Lima y Buenos Aires. En la localidad de San Justo existe un lugar que hoy pertenece al Club Deportivo Riestra. Bastante descuidado, con sus paredes llenas de grafitis a medio pintar, el predio que ocupa seis manzanas dentro del barrio de Villa Luzuriaga supo ser alguna vez el lugar donde se desarrolló el “Proyecto Barcelona Luján”, un plan del club catalán para llevar adelante una especie de La Masía en pleno corazón de La Matanza. El predio se llamó “La Candela”, y perteneció a Boca desde 1961, cuando el histórico presidente Alberto J. Armando compró seis hectáreas por 13 millones de pesos. Hoy es utilizado para eventos deportivos y otras veces se alquila para que algunos clubes realicen sus pretemporadas.

Pablo Forte, director del Proyecto Barcelona Luján, el cual estuvo vigente hasta el 2011, fue el encargado de buscar y seleccionar a los jugadores más talentosos. “La clave estaba en detectar la forma de golpear la pelota que tenían los jugadores que observábamos. La técnica natural indica su nivel. Evaluamos su capacidad para resolver situaciones complejas. Si buscaba entregar la pelota en la segunda opción de pase que tenía, o si lo hacía siempre en la primera. La actitud ganadora, emprendedora. Y el biotipo físico, aunque la altura no es determinante en la elección, porque a jugadores de igual tamaño, gana el más talentoso, el más habilidoso”, explicó. Joan Laporta, actual presidente de la entidad catalana, se erigió como una figura destacada en este proyecto. En 2007 recibió a Forte en Barcelona y le ofreció respaldo, con la promesa de que cada temporada, los cinco argentinos más destacados tendrían la oportunidad de probarse en las instalaciones de La Masía. “Viajaba un jugador de cada categoría a Cataluña. Pasaban una semana allí. Te sentías un privilegiado, y ni te digo si te tocaba viajar afuera”, cuenta Nahuel Barboza, actual futbolista de Gimnasia y Esgrima de Mendoza con paso por la filial argentina del Barcelona.

“La creación de Barcelona Juniors Luján en el 2007, club del que fui socio fundador, dejó muchas cosas. Un estilo de trabajo, una forma de preparación y una marca importante. Tanto, que muchos de los jugadores que captamos hoy aspiran a llegar a la Primera de varios de los clubes más importantes del fútbol argentino, como Boca, Vélez, River, Racing, Lanús o Arsenal”, añade Forte. La filial del Barcelona en Argentina tuvo un campeón del mundo, Nahuel Molina, y al mediocampista de Boca Ezequiel “Equi” Fernández, entre otros.

Son las seis de la tarde del 26 de junio de 2023, el sol ya dejó de iluminar la ciudad de Buenos Aires, y en el corazón del barrio de Caballito un grupo de chicos que no superan los diez años llegan preparados para su entrenamiento semanal en el club verdolaga. El que parece ser el más chico de todos se acerca, medio emocionado, con una camiseta del Barcelona. Lleva el 18, con el apellido “Román” en la espalda. “Nunca me imaginé estar donde estoy. De chiquito miraba a Messi y pensaba que yo también quería algún día jugar ahí. Hoy vuelvo acá y no puedo creer que haya tantos chicos pidiéndome fotos y diciéndome que soy su ídolo. ¿Si sueño con jugar en la Primera? Obvio. Pero disfruto del proceso. Lo que estoy viviendo es un sueño”, dice Lucas, medio emocionado, también.

 

Francisco y Juan Manuel Cerúndolo: los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera

Por Iñaky Etcheverry

Francisco (25 años) y Juan Manuel (22) Cerúndolo son hermanos y tenistas profesionales. Hijos de Alejandro y María Luz, ex tenistas profesionales, y hermanos de María Constanza Cerúndolo (23 años), jugadora de hockey en el Belgrano Athletic Club y en las Leoncitas, las juveniles de la selección argentina. Ambos respiraron tenis durante toda su vida. Es tal el nivel que se vive en la familia, que Juan Manuel casi nace en las tribunas del Buenos Aires Lawn Tennis Club, allá por el 2001, mientras sus padres (su madre con la panza a punto de explotar) veían al por entonces 206° del mundo dirigido por Alejandro Cerúndolo, Martín Vassallo Argüello, que se enfrentaba a una figura en crecimiento, el cordobés David Nalbandian, quien ocho meses después jugaría la final de Wimbledon. Luego de que María Luz le insistiera a Alejandro, salieron corriendo hacia el Sanatorio de La Trinidad, donde nació Juan Manuel, el menor de los tres.

Aunque el tenis es un deporte de interés en Argentina, no es seguido con tanto detalle y estadística por la mayoría de sus seguidores, por lo tanto no se tiene una idea de lo que implica lograr ser un tenista profesional y los pocos que llegan comparado con otros deportes como el fútbol, el básquet o el rugby.

Según el informe Global Tennis Report 2021 -el último hasta la actualidad- realizado por la Federación Internacional de Tenis, alrededor del mundo hay más de 87 millones de personas que juegan al tenis. De esas 87 millones (divididos en un 59% de hombres y 41% de mujeres), 3425 son profesionales, y 115 son argentinos/as. Ahí, como top uno y siete del país aparecen los hermanos Cerúndolo. Así de difícil es tan solo la primera parte, “llegar”. Después viene lo más complicado: mantenerse y escalar posiciones hasta donde se pueda. Si esos números hacen ver cuesta arriba el llegar a ser profesional, no se puede explicar en palabras lo que significa que lleguen dos hermanos. Menos de 40 hermanos/as en la historia del tenis lograron conseguir puntos ATP antes que ellos.

Hoy, no solo forman parte del mejor tenis argentino -mientras que Francisco ya pertenece al nivel más alto del tenis mundial- sino que ya ganaron un torneo ATP. El primero en lograrlo fue Juan Manuel. En febrero de 2021 se coronó campeón del ATP 250 de Córdoba mientras que Francisco tuvo que esperar hasta julio de 2022 para gritar campeón, luego de vencer a su compatriota Sebastián Báez -con el que ha entrenado y jugado cientos de veces en su etapa junior- en el ATP 250 de Bastad, Suecia. Se convirtieron en los séptimos hermanos en la historia en ganar un título ATP, los primeros sudamericanos en conseguirlo.

Los seis hermanos campeones de ATP previos son: Andy y Jamie Murray, Bob y Mike Bryan, Venus y Serena Williams, Marat y Dinara Safin, Arantxa y Emilio Sánchez Vicario, y John y Patrick McEnroe.

Uno de los tíos de los Cerúndolo y profesor de tenis desde hace más de 20 años, Carlos Rodríguez, hizo hincapié en que el haber estado toda su vida en una familia de deportistas fue un factor determinante a la hora de ver el deporte como algo más que un hobby, una distracción o una recreación. Desde la etapa de menores, Francisco y Juan Manuel tenían el foco en dedicarse al tenis aunque el recorrido de los dos fue muy distinto.

También, Rodríguez resalta que -probablemente porque sus padres se dedicaron al deporte- ambos priorizaron el tenis hasta por encima del colegio, algo que muchos padres no le permiten a sus hijos y condiciona sus carreras. “Los dos, a pesar de seguir teniendo a su círculo cercano de amigos, tuvieron que sacrificar amistades, cientos de juntadas, salidas, reuniones, fiestas y eventos sociales porque al otro día tenían que entrenar o porque se iban a jugar a otra ciudad, provincia o país”, comenta Rodríguez.

El tenis es uno de los deportes más sacrificados debido a que es muy solitario. Más allá de que el jugador vive lejos de su familia como en la mayoría de deportes, solamente convive con el cuerpo técnico y médico a diferencia de los deportes de equipo. El tío de los Cerúndolo remarca la importancia del buen pasar económico de su familia, algo que desafortunadamente es fundamental para dedicarse al tenis profesional.

En el tenis se arranca a competir a partir de los siete, ocho o nueve años en la categoría Sub 10 -hay que federarse en la Asociación Argentina de Tenis- y desde el principio y durante su paso por todas las categorías (Sub 12, 14, 16 y 18), Juan Manuel dominó el ránking y la gran mayoría de los torneos que disputó, hasta llegar incluso a ganar torneos en categorías mayores a la suya. Todos los que compartieron cancha con él en los entrenamientos en el Club Ciudad (donde el padre tiene una academia de tenis) o en el Belgrano Social (club para el que los hermanos jugaron interclubes durante años) coinciden en que siempre se supo que iba a llegar a ser tenista. A los diez años ya había ganado torneos Grado 1, 2 y 3 -las máximas categorías de menores- y era campeón de interclubes. Juan Manuel se diferenció del resto desde el principio, con un juego muy táctico e inteligente, algo que no se ve a esa edad y sacó ventaja durante toda su carrera de menores.

El profesor de Juan Manuel desde los diez hasta los 16 años, Maximiliano Barock (también fue entrenador de Diego Schwartzman hasta la misma edad), menciona que nunca entrenó a un chico como Juan Manuel: “Que sea tan fácil de entrenar”. Cree que esa fue su clave para llegar. “Siempre dispuesto, inteligente y tranquilo; su principal arma a lo largo de su carrera. En un deporte en el que el factor clave es la mente, lograr tener la cabeza fría y pensar con claridad en momentos de presión y tensión para muchos insoportable es una ventaja que le ha hecho ganar partidos y torneos”, resalta Barock.

A diferencia de su hermano, la gran mayoría de pibes que compartieron años de entrenamientos, pretemporadas, viajes y torneos con Francisco coincidieron en que no parecía que iba a llegar a vivir del tenis. No llegó a estar en la cima del ránking de ninguna categoría de menores ni ganó algún torneo de renombre (su hermano fue campeón del Orange Bowl Sub 12 en 2013) y tampoco se destacaba por su disciplina. Barock, que no fue entrenador de Francisco pero sí le dio clases incontables veces y vio todo su proceso de formación, suma que para él tampoco iba a llegar al profesionalismo: “Ni el padre creía que se iba a dedicar al tenis. Hasta los 18, 19 años, todos estaban seguros de que su hermano menor iba a ser tenista y él no”.

Hoy el escenario es completamente distinto. Francisco está jugando el mejor tenis de su vida con una de las mejores derechas del circuito como principal arma. Se encuentra 21 del mundo y viene de salir campeón del ATP 250 de Eastbourne  el 1 de julio en césped para cortar una racha en la que hacía 28 años un argentino no salía campeón en esta superficie. El último había sido Javier Frana en Nottingham, donde se impuso ante Todd Woodbridge (1995). Además se sumó a la selecta lista, que ahora llega a tres integrantes, de argentinos que lograron salir campeón en la superficie de pasto: Javier Frana y Guillermo Vilas eran los que lo habían logrado hasta ahora.

En cambio, Juan Manuel está en el puesto 115 del ránking ATP y tras un gran 2021, en el que ganó su único título, tuvo un 2022 complicado con una lesión en el psoas que lo alejó de las canchas tres meses y lo hizo perder puntos muy importantes -como los 250 puntos del ATP Córdoba- y no pudo volver a su mejor versión todavía en lo que va de 2023. No logró meterse en el cuadro principal de Roland Garros y al entrar por ránking a Wimbledon cayó en primera ronda en sets corridos. No logró dar el siguiente paso, afianzarse en el circuito y formar parte de los cuadros de los torneos principales. Desde que volvió de su lesión muscular en el psoas, perdió potencia y solidez en el juego, lo que lo hizo descender más de 30 puestos de su mejor ránking (79).

En marzo de este año, Juan Manuel se separó de su entrenador de los últimos años, Andrés Dellatorre y se lo vio entrenando con el ex doblista Mariano Hood, en conjunto con el ex jugador de Copa Davis Juan Ignacio Chela.

Más allá de que no es el mejor momento de Juan Manuel, hay que tener en cuenta que a los 22 años, Francisco no se encontraba ni entre los primeros 200 del ránking y nunca había pasado de primera ronda en un torneo ATP. 

Ambos cumplieron su sueño y viven del deporte que jugaron toda su vida luego de todos los sacrificios que tuvieron que hacer: entrenar casi todos los días de su vida desde los nueve años en adelante, vivir prácticamente todo el año lejos de su familia y amigos, además de perderse los cumpleaños y festejos de todos sus seres queridos.

 

Apuestas deportivas: el creciente juego que atenta contra la salud

Por Pedro Di Fabio Roca, Miguel Souto, Bordón y Caram

El juego alrededor del deporte ha crecido notablemente en los últimos años. En el mundo, en Latinoamérica y, particularmente en Argentina. Luego de la legalización de las casas de apuestas deportivas online a fines de la última década, aparecieron más jugadores, se disparó el volumen de dinero que manejan y se multiplicó la cantidad de plataformas que conforman esta gran red de empresas. 

Pero, ¿cómo impactó este considerable desarrollo e incremento del rubro en la vida de los usuarios y en su psiquis? Nada tiene que ver la típica ruleta, los jackpots del Hipódromo de Palermo o el Bingo de cualquier localidad del conurbano bonaerense con el casino virtual que ofrecen las plataformas como BetWarrior, Codere o bplay, por mencionar algunas. ¿Previenen acaso estas firmas el juego responsable y seguro de sus clientes?

Primeramente, para entender todo lo que engloba a los millones de jugadores que hay actualmente en el país (más de 19 millones en todo tipo de apuestas, no solo deportivas, según Global Online Gambling Markets) es necesario explicar y entender a qué nos referimos cuando hablamos de apuestas deportivas. Hace muchos años era exclusivamente el “ProDe”, cuyo nombre proviene de Pronósticos Deportivos. En su primera fecha participaron 152.000 personas, 6 fechas después alcanzaron los 2 millones. 

El Prode fue un cimiento que fundó un gran abanico de apuestas deportivas que creció al punto de que -con ayuda de la globalización y los avances tecnológicos-, hoy es posible apostar en cualquier lugar del mundo y de muchas maneras más que simplemente atinar el resultado. Para continuar con el fútbol como ejemplo, se puede acertar al máximo goleador, asistidor, valla invicta, cantidad de tiros de esquina, amarillas, prácticamente todo lo que sea mensurable. En 2010 el Prode fue eliminado, cuando, luego de varios intentos de revivirlo, finalmente fue cancelado ya que “no permitía generar los fondos necesarios para solventar las erogaciones que demandaba su estructura y funcionamiento” (Decreto 95/2018); es decir, la apuesta fue cancelada por generar más gastos que ingresos. Entonces ¿qué es lo que verdaderamente importa a la hora de legalizar, o no, el juego? ¿La probable recaudación es más que los problemas en los jugadores que a veces pierden hasta lo último que tienen?

Mediante el expediente 2018-30374703-MGEYA-LOTBA se aprobó el proyecto para la coordinación de la regulación y explotación de juegos desarrollados bajo la modalidad “online” en la Capital Federal, en otras palabras a partir  del 6 de noviembre de 2018 se legalizaron las apuestas digitales. Al año siguiente también se aprobó en la Provincia de Buenos Aires el decreto 181/2019 que reglamenta el otorgamiento de licencias para el juego online.  

La votación en la Legislatura porteña finalizó con 34 votos positivos y 22 en contra, lo que demuestra que es un tema que no tiene una aceptación total y aún genera muchas controversias en gran parte de la sociedad. Entre los argumentos de los legisladores que se expresaron por la negativa, como Gabriel Solano del Partido Obrero o Paula Penacca del bloque kirchnerista, el que más se repitió y que generaba más resistencia fue el que esta actividad “puede desarrollar ludopatía en quienes utilicen estas plataformas”.

Un claro ejemplo de la controversia que origina este tema fue el documento de la Iglesia Católica local a través de la Comisión Episcopal Argentina donde expresaba sus temores. El mismo decía: “cada casa puede convertirse en un casino” y también advertía que las familias más vulnerables podrían encontrar en estas plataformas una “solución mágica” para resolver su situación económica.

En la vereda opuesta, la reglamentación indicaba que “regula una actividad existente, dada por infinidad de sitios de Internet no autorizados”. Esta legislación sienta -sin dudas- un precedente.

El monto que ingresaría a la arcas del gobierno porteño no es un dato menor, según LOTBA (Lotería de la Ciudad de Buenos Aires) de cada apuesta deportiva el 93%de los que apuesta vuelve a premio. De esos 7% del net win, hay un 10% que va al Estado.   

El aspecto tributario y la cantidad de dinero que obtienen las casas de apuestas es para tener en cuenta. Las apuestas no se mantienen por el motivo lúdico sino que, como todo negocio, lo hacen si es rentable a costa de los apostadores y su salud, mental, física y económica. Por eso es interesante saber, ¿cuánto dinero mueve realmente las apuestas deportivas? Incluso antes de adentrarse en la búsqueda, el prejuicio de que mueven millones de pesos, existe. El negocio de las apuestas en general recauda 2.400 millones de dólares al año en Argentina, según PlayTech (una empresa de software para casinos y casas de apuestas).

De todas formas, hay mucho hermetismo en cuanto a todo lo que rodea a las apuestas deportivas, desde la incontable cantidad de jugadores que manejan, las formas que tienen de cuidarlos o de controlar que jueguen responsablemente.

Al consultar con Gonzalo Álvarez, Business Manager de BetWarrior (una de las empresas de apuestas online más grande del país y del mundo) prácticamente esquivó las preguntas con el “No” como respuesta. 

Según el ejecutivo, BetWarrior no maneja números sobre cuántos jugadores tienen, ni cuánto creció su mercado en el último tiempo. Ante las consultas acerca del control que utilizan para evitar tener a jugadores menores de 18 años, así como también asegurar el juego responsable, desde la empresa optaron por no brindar la información, sino dónde encontrarla, para la cual hay que llegar hasta el último párrafo de sus largas políticas. La no respuesta, a veces dice tanto o más que la respuesta en sí.

Algo similar ocurrió con Agustín Seijas, Coordinador de Comunicaciones Externas y Prensa de Codere, quien sencillamente optó por ignorar cualquier tipo de consulta.

El crecimiento exponencial del rubro depende exclusivamente de su contraparte, los usuarios. El incremento de su participación está directamente ligado a la difusión y multiplicación de aquellas. Si bien a nivel comercial esta es una relación a explotar, las empresas que manejan los hilos de este negocio probablemente no les interese dimensionar el nivel de perjuicio que pueden llegar a ocasionar en quien ellos ven como clientes. 

Félix Maggi, ex adicto a las apuestas deportivas, es un ejemplo visible de las consecuencias a las que pueden arribar por no hacer efectivo el eslogan que reza por un  “juego sano y responsable”.

“Llegó un momento en que organicé mis cuentas en base a lo que ganaba jugando. Utilizaba las ganancias que obtenía un día para volver a trabajarlas al día siguiente. Así, me sostuve económicamente para estudiar y vivir, lo que me llevó a descartar completamente la posibilidad de salir a laburar”, narra un mes después de su “desintoxicación”.

Para poder dimensionar el alcance nocivo que tiene la ludopatía en las personas, es posible comparar este comportamiento con otras adicciones que habitan en un plano más visibilizado. “Estamos hablando de una adicción donde no hay una sustancia sino que la persona es adicta a un comportamiento; sin embargo, la intoxicación de esa persona es tan alta y tan nociva como pueden serlo las drogas, la nicotina o el alcohol”, comenta la licenciada en psicología en la Universidad de Buenos Aires Débora Blanca, quien además agrega: “Es una afección crónica. No se cura, sino que se recupera, porque siempre queda un terreno resbaladizo. Afecta a muchísima gente y sin embargo no se habla de esto, es un tema silenciado”.

Según Blanca, la lógica del apostador reside en encontrar el placer en la propia apuesta y no en la potencial ganancia o en el dinero que se pueda obtener de la misma: “el ludópata no juega para ganar sino para perder, porque si pierde tiene la excusa perfecta para volver a jugar”. Además, existen claros agravantes que aparecen cuando la apuesta se realiza a través de plataformas digitales: “Al ludópata que asiste a un bingo o a un casino en algún momento se lo detecta. Pero cuando el jugador juega sin moverse de su casa, cuando puede jugar estando en el colectivo, el tren, el subte y hasta en su mismo trabajo, es mucho más difícil”. 

Sin embargo, como tratamos en otros apartados, las apuestas online están legalizadas y son parte de la realidad. Cabe preguntarse entonces qué acciones gubernamentales se pueden tomar como paliativos. “El gobierno de la provincia de Buenos Aires reglamentó, mediante el decreto 181, publicado en el Boletín Oficial, la legalización del juego online. El juego es un gran negocio, el Estado gana mucho dinero. Entonces hay un interés por sostener los espacios de juego. Las empresas de juego obligatoriamente tienen que desarrollar un programa de juego responsable”, sentenció Blanca.

A contracorriente, lo que sucede en la práctica, dista mucho del accionar esperado de las entidades que manejan los sitios de apuestas. En una encuesta realizada en 2022 por Playtech dió como resultado que 8 de cada 10 argentinos que apuestan online dicen nunca haber recibido una advertencia sobre los problemas que puede ocasionar el juego compulsivo.

Hoy en día, si visitamos dichas páginas, en Betwarrior la advertencia sobre las consecuencias del juego compulsivo se encuentra literalmente en el último renglón de la página. En Betway, en el anteúltimo. En Bplay no hay advertencia alguna, solo un apartado en que la empresa se jacta de cumplir con las regulaciones para “apostar de un forma saludable y divertida”. En Betsson, además del mensaje de advertencia en la parte más baja del sitio, hay un número de ayuda. En todos los casos hay que scrollear entre 5 y 10 veces para llegar a ver esos mensajes.

Las apuestas deportivas han encontrado en los clubes y asociaciones de fútbol socios estratégicos para aumentar su expansión. Así lo confirmó Ronni Hertvig, director comercial del Grupo Betsson, al momento de firmar el convenio con Racing, primer equipo argentino con el que se aliaron. Actualmente, ya son siete los clubes locales patrocinados por distintas casas de apuestas (Racing, River, Boca, Vélez, Estudiantes, Rosario Central y Newell’s). Los patrocinios no solo se hacen a clubes o torneos. Por ejemplo, AFA recibe el auspicio de las casas de apuestas (Bet Warrior). El principal objetivo es buscar visibilidad para sus negocios.

Actualmente el 66% de publicidad en canales de televisión deportivos corresponde a este nuevo rubro en crecimiento, según los resultados del estudio realizado por Seenka Argentina. En base a información de aquella investigación en Argentina son 16 marcas las que publicitan en los canales de televisión, siendo Betsson, BetWarrior y BPlay las de mayor presencia. Por otro lado, el estudio Kantar Ibope Media determinó que durante el 2022 el rubro de juegos de azar fue el que más creció en inversión publicitaria multimedia (281% más que en 2021).

Gracias a esta “invasión” el número de personas registradas para jugar crece permanentemente. Para Betsson el crecimiento se ha dado de forma sostenida desde el 2021 cuando realizó su primer convenio comercial con Conmebol para ser auspiciante de la Copa América de aquel año. En el último reporte la empresa sueca registra un crecimiento interanual del 22% en la cantidad de usuarios registrados.

Hoy el negocio de las apuestas deportivas online está muy lejos de ser, justamente, una apuesta. Es, por el contrario, una certeza de ganancia para quienes tienen intereses creados a su alrededor. Crece a un ritmo acelerado y, según el informe denominado “Global Online Gambling Markets-Previsiones de 2022 a 2027”, este ritmo va a seguir en aumento, ya que se calcula un crecimiento anual del 10% en el número de apostadores deportivos hasta 2027. 

La contracara son las miles de personas perjudicadas financiera y psicológicamente por el incremento exponencial de estas nuevas plataformas. Y mientras que el negocio continúe siendo rentable, las inversiones apoyaran su visibilización mientras que los damnificados, continuarán en las sombras. 

 

Luciano Darderi: “Lo que vengo haciendo hasta ahora me va a llevar al top 100”

Por Iñaki Porto

En octubre es poca la gente que usa ojotas. Luciano “Luli” Darderi, que convivió gran parte de su vida con la arena, está sentado, tranquilo, con un par en sus pies, en la sala de prensa del Racket Club, sitio en el que se lleva a cabo el Challenger de Buenos Aires 2023. Acaba de derrotar por 6-3, 7-5 a Juan Manuel Cerúndolo, el campeón del año pasado, en los cuartos de final. En la semifinal perdió con Mariano Navone por 2-6, 6-4, 7-5. Darderi tiene 21 años y es oriundo de Villa Gesell, al igual que su hermano de 15, Vito, que también compite con la raqueta. Su padre, Gino, le dedicó gran parte de su vida al tenis y ahora entrena a sus hijos, junto con el ex tenista cordobés Agustín Tarantino. Luli está dentro del top 130 del ranking de la ATP y también entre los 10 mejores Sub 22 de 2023. Tiene la ciudadanía italiana y representa a ese país. En su partido contra Cerúndolo, se notó, jugó de visitante.

-¿Qué es el tenis y que representa en tu vida?

-El tenis significa mucho para mí; lo juego desde que tengo cinco años, es mi vida, hago todo el día esto desde hace más de 15 o 16 años. Tanto yo como mi papá le ponemos mucha pasión; nos costó avanzar en el sentido económico, no es fácil; por más que juego para Italia, para cualquier argentino es difícil. Mi papá es el gran pilar de lo que somos hoy mi hermano y yo.

-¿Disfrutás de competir de manera profesional? 

Quizás algunos sienten más presión que otros, aunque todos la sentimos. Hay cosas peores, más allá de que no es algo fácil. Todos convivimos con la presión, con los números, con el ranking, con expectativas, con mucha gente que espera mucho de nosotros. Pero es muy lindo jugar al tenis, hacer lo que nos gusta y a un alto nivel.

-¿Cómo manejás la presión? ¿Trabajás con un psicólogo?

-Tuve un psicólogo en un momento, ahora no. Entrenando mucho me saco la presión. Cuando me siento seguro de mí mismo en la cancha, como últimamente me estoy sintiendo, tengo mucha tranquilidad.

-¿Te perjudica a nivel físico, mental y tenístico jugar dobles además de singles?

-Al principio jugaba más, me servía más la plata. Ahora me acomodé un poco y juego sólo en los torneos más importantes. A veces puede significar una desventaja, lo mido en cada torneo y depende de cómo me siento. En algunos puede influir, en otros quizá no.

-¿Cómo fue pasar la cuarentena en el Centro Deportivo Forum?

-Fue raro, nos quedamos varados en Roma, estaba entrenando ahí; estuvimos dos o tres meses, nos escondíamos, más o menos, cuando pasaban los helicópteros, entrenábamos en canchas cubiertas. Fue un momento difícil. Nos la pasamos entrenando, tuvimos esa ventaja.

-¿Te gusta representar a Italia?

-Estoy acostumbrado, juego desde que tengo once años. Nací en Argentina y por ahora juego para Italia, pero no pienso en eso, trato de hacer lo máximo para mejorar como tenista.

-¿Cómo es tu relación con el público en Argentina?

-Bien. Normal. Por más que juego para Italia me tratan bastante bien y me siento cómodo jugando acá, tengo muchos amigos de hace mucho tiempo. Entrenaba en el club Harrods Gath y Chaves y me acuerdo de colarme por un alambrado para venir a ver torneos al Racket cuando tenía siete u ocho años, con mis amigos. Son varios los recuerdos que se me vienen a la cabeza. Muchos años después, estar jugando y ganando acá es increíble, casi un sueño.

-¿Creés que es un poco más fácil progresar para los argentinos desde la creación del Circuito Legión Sudamericana?

-Sí, para todos los sudamericanos. Estuve mucho tiempo jugando en Europa, se me facilita bastante el tema económico en ese sentido, pero me gusta mucho jugar en Sudamérica, sobre todo en Argentina, y siento que ayuda mucho a aumentar el nivel de los tenistas y a competir cerca de casa.

-¿Te gusta viajar constantemente?

-No es una vida fácil; por suerte mi novia me acompaña muy seguido, es un gran apoyo. Estar muchos meses en el exterior, lejos, es difícil, y ella es un gran soporte para mí cuando viajamos.

-¿Cómo es tu relación con tu mamá? ¿La ves seguido?

-Es buena, sí. Mis papás están separados desde que soy chico. Ella vive en Villa Gesell y ha viajado un par de veces a Europa a verme. En los últimos tiempos ha estado todo muy caro para hacerlo, y por eso es un poco difícil. Cuando vuelvo a Argentina y no juego torneos me quedo en Gesell y la veo bastante.

-¿Qué detalles tenés que mejorar para llegar al top 100?

-Lo que vengo haciendo hasta ahora dentro de seis o siete meses continuos de competencia me va a llevar a ese ranking. Todavía no tuve tiempo, por los torneos, de parar y hacer una buena pretemporada. Cuando haga una de un mes o mes y medio, voy a poder mejorar muchas cosas de mi tenis, que durante los torneos no puedo, y hacer algunos cambios.

Francisco Maciel: “Haber ganado el título con Racing fue el logro más importante de mi carrera”

Por Lucas Martin Rodriguez 

El ex futbolista recordó el campeonato del equipo de Avellaneda en el año 2001, cuando se cortó con 35 años de sequía, y resaltó cómo los fanáticos lo siguen recordando: “Al día de hoy, la gente nos sigue agradeciendo por ese título y eso es algo único”.

Sin lugar a dudas, los simpatizantes de Racing le tienen un lugar reservado en sus corazones. Y es que su estadía en el conjunto albiceleste durante ese campeonato, se convirtió en una persona de vital importancia debido a que fue el único jugador presente en todos los partidos.

Aunque la mayoría cree que el fútbol fue su primer y único deporte, durante la infancia el rugby estuvo a la par. Desde los seis hasta los diecisiete años defendió los colores de Cuba (Ciudad Universitaria de Buenos Aires) paseando por los diferentes puestos de los backs. Sin embargo, llegó un momento en el que no podía seguir practicando las dos actividades y se inclinó por la pelota redonda y no por la ovalada: “Más allá de que me gustaban los dos deportes, el fútbol siempre fue mi pasión, lo que más me gustaba y sentía que era lo mío”. No obstante, rescata los valores que le dejó este deporte como el compañerismo, la perseverancia y el respeto. Además, resaltó las ventajas que adquirió por practicarlo: “Al haber jugado algo que tenía mucho contacto y yo, que era un defensor relativamente bajo, aprendí a utilizar bien el físico y me las rebuscaba usando el cuerpo contra personas muy altas como Palermo”. 

Luego de lograr el campeonato en un año donde el país vivió la peor crisis socioeconómica de su historia, se mudo a España para jugar en el Real Murcia por cuatros años y uno en el Real Mallorca. En tierras murcianas consiguió otro gran hito de su carrera que fue ascender a primera división después de 14 años. Las principales diferencias que notó con el fútbol argentino, es que era más rápido y que se jugaba con mucha intensidad. Al practicarse de esa manera, si cometías un error “no tenías mucha opción” y lo más probable era que “la tenías que ir a buscar dentro de los tres palos”. 

Tal como decía Carlos Gardel sobre que siempre se vuelve al primer amor, cuando finalizó su paso por el país europeo, la nostalgia invadió su cuerpo y decidió regresar a su querido Racing. Lamentablemente para él, esta vez fue distinta y vivió una etapa para el olvido: “La vuelta no fue la mejor porque jugué al principio y después no, ya que tuve unas diferencias con Mostaza y estuve separado del plantel. Después con Gustavo Costas volví a jugar y la verdad es que no fue el mejor año. Encima no estaban los pagos al día y había muchos problemas en el club”. Al cumplir 30 años, su carrera se fue apagando y lo transfirieron a Huracán pero jugó solamente un partido. Su último equipo fue Bolívar donde estuvo dos años y estuvo como titular en cinco ocasiones. 

Luego de retirarse, estudió para ser director técnico y trabajó como agente en FIFA. Hoy en día mira a la academia desde afuera con sus cuatro hijos. En relación al ciclo de Fernando Gago, dijo que tuvo muchos altibajos y destacó que haya subido muchos juveniles a primera. También, aseguró que el motivo de su renuncia fue que no pudo sobresalir en los momentos claves. Si bien ganó dos copas, tuvo golpes muy duros, como la derrota con Boca por los cuartos de la Copa Libertadores, y a la gente le dolió mucho. 

A su vez, recordó la época de Milito como manager y destacó esos años: “Él le hizo muy bien al club, cuando era manager tenía un buen equipo de trabajo, estaba haciendo las cosas bien y de una manera muy profesional. Una lástima que se interrumpió esa etapa pero bueno, ojalá algún día vuelva”. Por último, frente a los rumores de la candidatura a presidente de Milito, resaltó que todavía falta mucho tiempo y no se sabe nada. Sin embargo, en caso de postularse, a Maciel le gustaría “poder estar presente de algún modo para colaborar”.

 

Diego Martín Elías: “Español dio cátedra de cómo destruir un club en tiempo récord”

Por Leandro Manganelli

Diego Martín Elías viste con una campera de Deportivo Español al igual que Pedro Catalano, arquero histórico del Gallego, con el que habla distendido. Las calles que rodean al club viven la tranquilidad de un feriado primaveral y la pelota es un sapito en las canchas de tierra donde entrenan las divisiones inferiores, con el Estadio Nueva España de fondo y los resabios de sus épocas doradas en Primera. Elías asumió como presidente interino en 2018 y se consolidó en 2019 porque no había oposición. En 2022 se hicieron las elecciones ante la presencia de una nueva lista y, un día antes de la final del Mundial de Qatar, Elías fue reelecto hasta 2025. Deportivo Español está en la cuarta categoría del fútbol argentino y, ante la unificación de la C con la D -quinta- que se llevará cabo a partir de 2024, el presidente habla de la recuperación de un club que estuvo, entre los 80 y fines de los 90, 14 años en Primera.

-En Furia Española TV habías dicho que Español era frágil y sensible, y que estaba saliendo de una situación de coma. ¿Cuándo se termina esa recuperación?

-Español dio cátedra de cómo destruir un club en tiempo récord. Un sin fin de malas decisiones lo llevaron a una quiebra y a hacer todo lo que está mal: el club perdió la mitad del predio, está en la cuarta categoría y todo se hizo en siete u ocho años. Hoy está de pie, ordenado, con los sueldos al día y tiene una infraestructura que envidian hasta equipos de Primera; es un club fuerte. Hacer diez goles en Español te puede llevar a la B Nacional, pero si los hacés en otro club, por ahí no pasa nada. Siempre se ve el aspecto deportivo y un ascenso le saca el foco a la gente de lo que realmente pasa: tienen que estar los cimientos bien armados para que la incursión en una nueva categoría no sea, después, un dolor de cabeza.

-En las últimas elecciones hubo 285 votantes. ¿Cuántos socios tiene el club y por qué no hubo mucha convocatoria?

-Pasa en todos los clubes. Se hizo una limpieza de padrón y hoy contamos con 600 socios que le dan vida e institucionalidad al club, pero que no mueven a la institución. ¿Cuántas cuotas sociales necesito para pagarle a una empleada de maestranza que puede cobrar, como muy bajo, poco más de 100 mil pesos? La cuota es de 2000 pesos; entonces la generación de recursos va por otro lado. Es saludable que la gente participe y pueda votar, pero estos clubes no se hacen fuertes por eso. En la pandemia la gente descubrió las plataformas y las comodidades. Antes, un partido era toda una ceremonia; hoy, si llueve o hace frío, ponés YouTube. La gente ya no viene a la cancha: en Primera vemos estadios llenos, pero en el ascenso eso no pasa.

-Francisco Ríos Seoane -fue presidente de Español entre 1978 y 1996- habló muchas veces de sociedades anónimas. ¿Ayudan a los equipos del ascenso?

-La profesionalización extrema del ascenso genera que los clubes no se puedan manejar a la vieja usanza y tengan que acudir a grupos económicos, gerenciamientos encubiertos y fideicomisos, porque la carga salarial aumenta y los clubes compiten. Mi preferencia es que los clubes sean de los socios, pero tenemos que desalentar tanta profesionalización del ascenso. ¿Por qué no bajamos la escala salarial para después no entregar la cabeza por problemas económicos de los que se aprovechan por la necesidad de los clubes para quedarse con porcentajes de jugadores y con situaciones que uno puede acordar en la desesperación? No me gustan las sociedades anónimas, pero en un país que está explotado, se va camino a grupos económicos.

-Por los problemas que tuvo el club con Generación Zoe (ex sponsor que se definía como compañía de “coaching”, acusada de estafa piramidal) y con apuestas ilegales en un torneo de penales al que el club le alquiló una de sus canchas. ¿Cambió la mirada hacia Español en los últimos años?

-Son hechos desgraciados que, mediáticamente, te manchan. Cuando pasó lo de Zoe, la fiscal liberó a Español de culpas. Se habló del club porque coincidía con la estadía de (Ricardo) Caruso Lombardi (relacionado con el CEO de Zoe Leonardo Cositorto) como manager. Atlas y Chacarita también tenían a la empresa como sponsor principal y no se habló de ellos. Respecto a las apuestas, el club también quedó fuera de culpa y cargo y eso no salió publicado.

-El año pasado debutó en la Primera de Español Jezzabelle Carranza, mujer trans de 43 años que vino de Viedma para jugar como profesional. ¿Progresa el fútbol femenino?

-Las actividades crecen y tratamos de darles todas las comodidades: que no haya lucha de género porque entrenan todos en las mismas canchas, sin diferencias. En el fútbol masculino hay un apoyo que no hay en el femenino y en Argentina creo que todavía no enganchó; ojalá que lo haga. Pago de mi bolsillo todos los gastos de la Primera, pero no es un producto que genere un interés como el que tendría que generar. Va a ser un proceso largo y las chicas tienen que tomar al deporte como tal. No hay que intoxicar la disciplina porque después eso cansa a las dirigencias; la lucha tiene que ser en la cancha.

Alexis Nocenti jugaba un vóley lleno de valores

Por Luca Quagliatini

Apenas unos días después de que la Supercopa ACLAV llegue a Formosa de la mano de Policial, una triste noticia golpeó la provincia del norte, la mesopotamia entrerriana y Santa Fe. Alexis Nocenti, oriundo de Villa Ocampo, quien supo ser jugador del equipo campeón y del Paracao de Paraná, entre otros, falleció la noche del 24 de octubre luego de luchar contra un cáncer durante seis meses.

 “Es muy querido en el club, tenía muy buena relación con los compañeros y el staff”, declaró Pablo Urchevich, jugador de Policial de Formosa y ex River Plate, igual que el ex punta-receptor del equipo del norte. Declaraciones así son las más comunes entre los más allegados a Nocenti. Así como era quien debía dar el ejemplo y demostrar su liderazgo dentro de la cancha como capitán, también era quien unía a los compañeros e integraba a los jugadores recién llegados al grupo. “Se hizo sentir mucho en Policial y también creo que en el deporte argentino”, comentó Gerónimo Elgueta, campeón el pasado octubre con el equipo formoseño.

 Todo aquel que guarda un recuerdo de Nocenti lo hace cómo si fuera un familiar. Nacido y criado en un pueblo de alrededor de 19.000 habitantes, que tiene la linda tradición de ser sede de uno de los torneos juveniles más convocantes del vóley nacional, el Abierto de Villa Ocampo. Es recordado en todos los clubes por los que pasó, como en su, deportivamente hablando, natal Bomberos. En el Club Adelante de Reconquista, provincia Santa Fe, donde tuvo una experiencia como  entrenador. También, fue célebre capitán de Paracao de Paraná y guardó bellas memorias en Formosa donde logró el ascenso con San Martín y la Copa ACLAV 2021 con Policial. 

 Nocenti entregó su nivel exquisito de vóley en cualquier cancha que  jugase. Incluso, en el equipo entrerriano llegó en una primera etapa compitiendo en la segunda categoría de la Liga Nacional, una temporada después ascendió a la A1 y fue transferido a Formosa. La temporada 2022/23, el ex capitán decidió volver a vestir los colores paranaenses. El club y Nocenti completaron un buen campeonato en el que clasificaron al play off. “La última liga se lo vió muy bien, era joven y un jugador muy respetado e importante para el vóley”, detalló Cristian Ambrosini, entrenador de Policial de Formosa, equipo en el cuál el ocampense iba a jugar en la próxima temporada. 

“Un ganador, tirando siempre para adelante, apoyando a sus compañeros”, declaró Miguel Juárez, nuevo entrenador de Paracao, que si bien no tuvo la oportunidad de dirigirlo, sí lo enfrentó en varios de los clubes de la A1 y A2 por los cuales pasó el santafesino. 

 Nunca antes se ha visto que la motivación y el empuje de un deportista venga de un rival. Sin embargo, en la Liga Nacional jugó Nocenti. “Como rival era difícil de enfrentar, por su temperamento no te dejaba darte por vencido”, declaró Ambrosini. Guillermo García, asistente de Juárez en Paracao y quien también jugó con Nocenti en Alianza de Jesús María,Córdoba, explicó:  “Era un pibe que amaba el vóley, siempre quería entrenar y eso era muy positivo para el grupo”. Tener un compañero con estas características es clave en un deporte tan dinámico y sobre todo que se necesita ser fuerte mentalmente. Sin ser reconocido mediáticamente, el ex atacante de Paracao supo, a base de entrenamiento y entrega a su oficio, acomodarse siempre entre los festejos del vóley. Por eso en este caso, el deporte  perdió, no solo un valor individual muy grande para la Liga Nacional, con el fallecimiento de Nocenti también se fueron los principios que inspiraban a los otros jugadores. “Una persona súper dedicada y comprometida, era un ejemplo para muchos. Me hubiese gustado coincidir con él. Se lo veía como ese tipo de jugador que motiva, aconseja y contagia a ser mejor cada día”, agregó Urchevich.

Con 33 años pero con una soñada carrera para cualquiera que ame este deporte, Nocenti provocó un vacío de valores a todo aquel que se interesaba en la competencia nacional, ya que con él se fue la representación en vida del ser deportista por vocación. Igualmente, era una persona común, un chico de familia, amante de la actividad física y, sobre todo, optimista. “Tuve la suerte de pasar la cuarentena con mi familia, hace tiempo no pasaba tanto días con mi vieja, lo más lindo es que mirábamos series y películas juntos, y con mi papá armamos una cancha de tenis en el patio.  Lo primero que haga apenas pueda volver, sin dudas, será trabajar, cursar y entrenar, obviamente”, describió Nocenti, en una entrevista con el medio digital Somos Vóley, en lo que fue su experiencia durante el parate en 2020 debido a la pandemia de Covid-19. En esa charla, el santafesino se mostró contento y agradecido por tener la suerte de estar con  sus padres para acompañar durante el confinamiento. La convivencia le permitió recordar todo el tiempo que pasó con su mamá de pequeño y comentó que gracias a ello pudo conocerla mejor. Sin embargo, casi de manera premonitoria, también mandó un mensaje a todos los argentinos: “Aprovechemos a nuestras familias en los momentos complicados, desde mi punto de vista trato de verle el lado positivo, hacía años que no podía pasar tanto tiempo con mi madre”. 

 Lamentablemente, se hizo más conocido luego de su fallecimiento. Fue uno de esos jugadores que, sin pasar por los mejores equipos, dejó su recuerdo bien sellado en la memoria de los clubes por donde pasó. Una figura reconocida en el mundo del vóley por su esfuerzo y dedicación desde los eslabones más bajos del deporte profesional, recordado por personalidades del deporte, como entrenadores y jugadores. Incluso, quien suele dar voz por televisión al vóley y que conoció la enfermedad que sufrió el ocampense, José Montesano, empatizó con la situación que vivió el exdeportista y su familia y escribió en redes sociales: “Te fuiste demasiado rápido, Alexis Nocenti. Te vamos a extrañar, desde todos los lugares. Fuiste pura sonrisa.”

 Así como cuando falleció Eduardo Galeano, escritor y periodista uruguayo, sus miles de seguidores repitieron lo que él escribió: “La muerte nunca mata del todo”, de la misma manera, Nocenti puede descansar en paz ya que su memoria nunca morirá, recordado por todos aquellos que se asombraron de la actitud de este chico, tanto rivales como compañeros. Lo que él representó para el vóley en calidad de valores y deportividad perdurará en la historia del deporte y deberá pasar como ejemplo a las siguientes generaciones.

Agustín Fraga: “Ser rugbier profesional te pone en una situación de estrés natural”

Por Tomás Allami

Agustín Fraga es una de las mayores promesas del seven de Los Pumas. Fue una de las figuras del plantel que conquistó tres medallas doradas en la Serie Mundial Masculina de Rugby 7 (WRSS) del 2023 y formó parte del “dream team” en los torneos de Hamilton, Toulouse y Londres durante la temporada. A sus 22 años, quiere seguir haciendo historia con la Selección Argentina. Fraga comenzó a jugar al rugby desde chico en el Club Ciudad de Buenos Aires. A medida que fue subiendo de categoría, empezó a sacar cada vez más diferencia con respecto de sus compañeros, lo que provocó que quiera jugar en un nivel más competitivo. El joven puma contó que tuvo que emigrar de CCBA a CUBA para seguir mejorando su juego y así poder llegar a la primera división.

-¿Qué tanto te costó dejar el club en el que jugaste desde chico para crecer como jugador?

-La cuestión fue muy pensada, reflexioné durante mucho tiempo. Quería cambiarme por el nivel de juego, pero los amigos y el jugar siempre con la misma gente me agarraba al club. Al principio me costaba porque quería seguir viendo a los chicos de CCBA. Uno, cuando se va, se empieza a distanciar del grupo, a estar cada vez más afuera de los temas del día a día. Me ayudaron mucho los chicos de CUBA, que me hicieron sentir parte muy rápido.

Todo deportista profesional sueña con representar a su país. A Fraga le llegó esa oportunidad a sus 20 años en diciembre de 2021, cuando lo citaron para jugar con la Selección Argentina de rugby seven. Debido a que la Serie Mundial Masculina de Rugby 7 se juega durante todo el año, el llegar al equipo no solo lo convertía en profesional, sino que le iba a quitar la posibilidad de jugar para su club, CUBA. Sin embargo, acudió al llamado en enero de 2022.

-¿Cómo fue tu debut con la selección argentina de rugby seven?

-El primer torneo que juego es en Málaga. En ese momento me pesaba hasta el meñique del pie, lo que me ayudó mucho porque me saqué todo de encima. Los minutos de juego te dan más rodaje y más tranquilidad. Al principio estás perdido y pendiente de lo tuyo, pero a medida que vas sabiendo cómo jugar, podés estar más tranquilo e ir viendo más otras cosas del juego, que lo vas agarrando a medida que vas jugando y que el sistema te va agarrando a vos también.

-¿Cómo hacés para manejar la presión de tener que rendir siempre al máximo nivel y mantenerte sereno para todo lo que te toca afrontar?

-Ser jugador profesional te pone en una situación de estrés natural. Siempre fui una persona tranquila pero la naturalidad de la vida de un jugador profesional me llevó a tener situaciones que uno no sabe cómo manejar. Tuve que llamar a un psicólogo deportivo que hoy me acompaña. La parte mental es muy importante porque un jugador que mentalmente está bien, juega bien.

Los Pumas seven lograron una campaña histórica al quedar segundos por primera vez en la temporada 2022/23 de la WRSS. Con Fraga como el máximo anotador de los torneos de Cape Town y Hamilton, consiguieron la clasificación a los Juegos Olímpicos de París 2024. Los dirigidos por Santiago Gomez Corá vienen de conseguir la medalla de bronce en Tokio 2020. Sin embargo, Fraga aseguró que todavía pueden mejorar y que tiene la responsabilidad de prepararse de cara a la próxima serie mundial de rugby 7 y los Juegos Olímpicos.

-El año que viene son los Juegos Olímpicos, ¿qué expectativas tenés?

-Es una emoción muy grande, pero no me quemo mucho la cabeza porque falta mucho, y faltan muchas cosas antes. Disfruto el día a día y quiero disfrutar todos los torneos que tenemos antes de los Juegos. Seguramente va a ser el mejor torneo de mi vida. Soy consciente de que todo lo que hago hoy es preparativo para ello y tengo que empezar a cuidarme desde hoy.

-¿Qué sentís al ser una pieza clave en los mejores Pumas seven de la historia?

-Somos los mejores, pero no por lo individual sino por el plantel. Hay un progreso del equipo gigante. ¿Yo me siento una pieza clave? Sí, pero siento que los 14 jugadores lo son. Estoy muy orgulloso de formar parte de este equipo y estoy seguro de que podemos dar muchísimo más. Los objetivos están muy altos y formar parte de un equipo que quiere seguir mejorando está buenísimo.

Gracias a jugadores como Agustín Fraga, Los Pumas seven tuvieron un gran crecimiento en los últimos tres años, consiguiendo tres campeonatos de la Serie Mundial de Rugby 7. Con lo que Fraga puede conseguir teniendo tan solo 22 años, su futuro es prometedor y dará mucho de qué hablar.

 

Norberto Méndez: “Todos tenemos un lugar en el deporte”

Por Luca Quagliatini

 El rugby inclusivo, de la mano de los clubes de la Unión de Rugby de Buenos Aires, busca seguir convocando a las familias y a la gente que conozca alguna persona con patologías que compliquen el desarrollo de una vida normal. El head coach del equipo inclusivo del Club Atlético San Isidro explicó cómo se trabaja en este relativamente nuevo ámbito deportivo.

Esta modalidad de rugby está especialmente destinada a aquellas personas las cuales se cree que, debido a ciertas patologías, no pueden desarrollar una actividad deportiva. Sin embargo, Norberto Méndez comentó los grandes avances que hubo desde lo institucional y beneficios para los chicos gracias a esta disciplina.

Desde la URBA se encargaron de derribar cualquier prejuicio e innovaron con una iniciativa adaptada para todos. Para ello se creó una secretaría de inclusión. En esta se llevan a cabo entre dos y tres reuniones anuales con cada uno de los dirigentes de los clubes, con el fin de mantener conectados a cada institución con cada actualización del proyecto; que ya es una realidad. Esta nueva delegación del máximo ente del rugby argentino también fomenta la difusión del deporte, organiza entrenamientos, partidos entre los clubes y encuentros sobre inclusión con jugadores de primera de la URBA.

En el caso personal de Méndez, su inicio en el rugby mixed ability, según su denominación en su natal Bradford, Inglaterra, se dio por el deseo de hallarle un lugar a su hijo, Teo, que tiene autismo. “Para encontrarle un espacio donde pueda jugar y tener amigos”, describió.

Esta modalidad del deporte nace en Argentina por Daniel Fernández, padre de Joaquín, que padece síndrome de down. En el afán de Fernandez por ayudar a su hijo a encontrar el amor por el deporte que él sentía, comenzó a entrenarlo junto a otros cuatro chicos con la misma patología en el Club Del Sur en el conurbano bonaerense. Así fue el primer paso del rugby inclusivo en el país, hasta incluso consolidar un equipo nacional en 2015 llamado Los Pumpas.

-¿Cómo se fomenta la práctica? 

– Se genera un vínculo de confianza con los chicos, ahí inicia la práctica. Se observa sus habilidades motrices, aspectos tácticos y si pueden incorporar fases del juego. Cada club tiene su fin. Nuestra idea es divertirnos un rato los fines de semana y con los grupos más grandes hacer rugby. Ahí vamos aprendiendo, mejorando e incursionando en este mundo, que va continuamente evolucionando.

-¿Qué beneficios trae para los clubes?

-El beneficio es algo que va muy por adentro, estas cosas se hacen con el corazón y está bueno que el CASI lo haya abierto. El proyecto lo llevan a cabo padres, exjugadores, gente del plantel superior, socios y juveniles. Este espacio se va alimentando de todo el club. Lo que genera un sentido de pertenencia, que nos conozcamos todos, que todos conozcan al club. Esa es una de las principales ideas de la inclusión.

El mensaje que quiere transmitir el entrenador del CASI es concreto y conciso: “Esto es para quien conozca alguna persona con alguna discapacidad, hay muchas que pienso que deberían estar dentro de una cancha con nosotros los sábados. El rugby recibe a todos y a todos les da un lugar. Eso es muy importante para las familias que buscan encontrar un espacio para sus hijos. En mi caso lo hice acá con mi hijo. Esto hace del deporte algo muy lindo y sano”.

-¿Qué importancia tiene el rugby inclusivo para el deporte nacional?

-Es sumamente importante que todos tengamos un lugar en el deporte. Que cada chico con cualquier patología pueda divertirse, entrenar y hacer amigos, eso también es importante para el rugby y los clubes.

El CASI es el club más laureado y de los más populares de la URBA junto al SIC. Justamente, entre estos dos se disputa el clásico más popular del rugby argentino. Por lo cual es una excusa perfecta para difundir esta iniciativa según explicó Méndez. “En la previa del CASI-SIC, jugamos un partido contra Los Pumpas y hacemos un ́pasillo cuando entran los jugadores de la primera, eso nos da un canal de difusión enorme en un encuentro con tanta gente, queremos que sepan que hay lugar para todos y de que también pueden formar parte de este deporte”, En el equipo del bajo San Isidro hay alrededor de 25 jugadores de rugby mixed ability, divididos en 2 equipos. Según describió el entrenador, en el de los más pequeños, de seis a doce años, se enseñan aspectos básicos y los chicos aprenden los valores de jugar en equipo. Con los más grandes, de 13 años para arriba, ya se juegan partidos contra otros clubes y comprenden más lo que es el deporte colectivo.

-¿El CASI se considera referente en este ámbito?

-Los referentes son Los Pumpas, fue el primer equipo de rugby inclusivo. Ahora funciona como Selección. Cuando empezó a haber un fomento para que el deporte sea para todos en los equipos de la URBA, los jugadores entrenaban en la semana con el combinado nacional y los sábado y domingo cada uno vuelve a su club.

-Más allá de lo deportivo, ¿se cumplió el objetivo de la iniciativa? ¿Cuáles son las siguientes metas?

-El objetivo en el CASI está más que cumplido. La idea era que las familias que no tienen dónde llevar a sus hijos a practicar un deporte puedan ser recibidas en el club. Tenemos jugadores con los cuales podemos armar unos buenos entrenamientos y son después con los que vamos a los partidos. El siguiente propósito es seguir creciendo, entrenar y pensar en la independencia de los chicos más grandes, tratamos de trabajar en eso, que tengan una vida de jugador de rugby. Que aspiren a manejarse de manera independiente y en algunos casos que puedan tener un segundo entrenamiento en Los Pumpas durante la semana. 

En estos casos, es muy importante conocer el ambiente donde se desarrolla un deporte. Pese a estar rodeado de golpes y empujones, el rugby ha encontrado la manera de dejar de lado el aspecto rudo para amabilizarse con la gente que tiene ganas de practicar un deporte. “Lo único que puedo decir es que está bueno que se hable de esto, así una persona que lo lee puede mostrárselo a otra que lo necesita, así se suma a los entrenamientos y encuentra el espacio para jugar, hacer amigos y ser parte de un equipo”, concluyó Méndez.

En términos de mixed ability, Argentina fue uno de los países pioneros en el mundo e incluso Los Pumpas XV han ganado torneos IMART, lo que vendría a ser el Mundial en esta disciplina. El rugby de serie es uno de los deportes más practicados en el país. Por lo que es un gran logro que hoy en día su sinónimo inclusivo cuente con más de 50 equipos en 15 provincias. 

-Cuando se haya divulgado completamente la iniciativa, ¿se va a seguir estereotipando al rugby? 

-Lamentablemente, sí. Va a ser estereotipado toda la vida. Es un deporte de contacto que se juega con mucha agresividad, eso hace que para el que no conoce el deporte, desde afuera lo vea como algo violento. Sin embargo, lo que yo recibo de las familias es puro agradecimiento por este espacio de deporte, porque el rugby les enseña nuevos valores, trabajar en equipo y formar parte de un grupo. Los chicos están tan unidos que ahora no quieren faltar a un solo entrenamiento y solo esperan al sábado para jugar. Eso es el rugby desde adentro, un lugar de encuentro. Y que lo hagan dentro de un club que los espera es lo más lindo. Cuando terminó el entrenamiento me siento campeón del mundo y quiero que los chicos también lo sientan.