viernes, mayo 17, 2024
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Óscar Duarte, el defensor de doble bandera

Manuel Antuña

Óscar Esaú Duarte Gaitán es uno de los defensores titulares que tiene Costa Rica. A base de esfuerzo logró ganarse su lugar en el conjunto “Tico” para el Mundial de Brasil 2014, en el que con su gol dio vuelta el primer partido contra Uruguay, aunque terminó su participación en octavos de final al recibir la segunda amarilla contra Grecia, partido que finalizó con una victoria para su equipo por penales. Sin embargo, el zaguero del Espanyol de Barcelona es el único jugador de la selección que no nació en Costa Rica.

Es oriundo de Catarina, una ciudad que queda a 47 minutos de viaje en auto de Managua, la capital de Nicaragua. Nació el 3 de junio de 1989 y se crió junto a su tía Marlen y su abuela Vilma. Su mamá, Walkiria, había emigrado al país centroamericano con la idea de poder conseguir un mejor futuro para su familia. Cuando el joven tenía cinco años y su madre ya se había establecido plenamente, decidieron que el chico se mudara con ella. Sin saberlo, había dado un paso importante hacia la conformación de su carrera futbolística.

Nicaragua históricamente es una nación con más preferencia hacia el béisbol que al fútbol, la mayor parte de sus grandes logros deportivos provienen de aquel deporte. Ganó seis veces el oro en los Juegos Centroamericanos, en dos ocasiones fue plata en los Panamericanos y en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 finalizó en el 4to puesto, pero este deporte no es el que le revolvía la pasión al zaguero.

En Costa Rica, Duarte logró potenciarse en las inferiores del Deportivo Saprissa, club en el cual debutó en Primera en 2009. Un año más tarde, en 2010, fue a préstamo al Puntarenas F.C, aunque volvió ese mismo año y se convirtió en un baluarte para los morados. Por su gran rendimiento, dio el salto al Brujas de Bélgica a principios de 2013 y, en 2016, se convirtió en el pase más caro de un futbolista nacido en Nicaragua cuando arribó al Espanyol de Barcelona por 1.5 millones de euros.

El defensor no deja de lado sus raíces y constantemente viaja a su pueblo natal, donde es un ídolo, donde ha logrado instaurar al fútbol como el deporte predilecto en vez del béisbol y donde, cada vez que juega Costa Rica, la ciudad se tiñe de azul y rojo. En una entrevista con La Prensa, diario nicaragüense, confesó que siente que representa a ambas naciones, no sólo a Costa Rica, y que la gente de Nicaragua le devuelve el afecto que les demuestra.

Luego del éxito de los “Ticos” en Brasil, Duarte decidió regresar al lugar donde nació para ver a sus familiares y relajarse. Cuando llegó quedó sorprendido al ver que en el aeropuerto internacional Augusto Sandino se habían congregado cientos de jóvenes al canto de “Viva Nicaragua, viva Costa Rica” y un incesante “Óscar, Óscar”. Aunque los gestos hacia el número 6 de Costa Rica no se detuvieron allí. El presidente Daniel Ortega lo recibió para felicitarlo y el jugador a cambio le obsequió una de las camisetas que había usado en el Mundial firmada por todos sus compañeros.

Incluso cuando se encontraba concentrando con Costa Rica para afrontar el Mundial de Rusia 2018, no se olvidaba ni ignoraba que en su territorio natal los ciudadanos afrontaban una crisis que dejó un saldo de, al menos, 200 muertos, miles de heridos y cientos de detenidos. “Sé la situación difícil que están pasando (en Nicaragua) y quiero mandar toda mi fuerza y cariño a un país que tanto me ha dado”, escribió en su cuenta de Twitter.

Duarte pasará a la historia del fútbol costarricense por haber formado parte del plantel que alcanzó los cuartos de final en Brasil 2014, pero su legado será más grande en su otra casa, ya que se convirtió en el primer nicaragüense en participar de un Mundial y en marcar en dicha competencia.

Cuando México rescató al Barcelona

Alejandro Rodríguez Tobar

El fútbol y los partidos políticos, algunas veces, han sido mezclados con intereses de por medio a lo largo de los años, sin importar las consecuencias. Así pasó hacia el año 1936, en España, donde había estallado la Guerra Civil entre Republicanos y Sublevados. Corría sangre por todos lados, se daban batallas por ideologías religiosas, políticas y hasta nacionalistas. Cataluña se convirtió en un bastión para los del bando comunista (Republicanos) y su club de fútbol era el símbolo de pertenencia de la comunidad, el Fútbol Club Barcelona.

Por aquel entonces, Josep Sunyol era el presidente de la institución y simpatizante de la causa republicana, afición que al final le costaría la vida. En agosto de 1936 fue capturado y asesinado por el bando franquista, acusado de “marxista y separatista”. Este hecho le generó una gran crisis económica al club, en el que la escasez de recursos y el revuelo político le jugaban en contra a los Culés.

Parecía ser el fin de los Blaugranas, pero por suerte para ellos, el salvavidas llegó desde América. México, con Lázaro Cárdenas como presidente, quien declaró abiertamente su apoyo al bando republicano, rechazando en su totalidad el accionar franquista y defendiendo la democracia en el país europeo. Incluso, el país azteca recibió a muchos refugiados españoles que huían del conflicto bélico que se desarrollaba en el viejo continente. La comunidad catalana en México se unió y, gestionado por el presidente Cárdenas, en 1937 el Barcelona fue a una gira de partidos por el continente americano, buscando recursos para zafar de la crisis económica.

El club fue recibido en el puerto de Veracruz como un símbolo de la democracia y la libertad, aunque en sus jugadores se notaban los estragos de la guerra, ya que no tenían ni para comprar cigarrillos.

Ubicados en territorio norteamericano, el Barcelona fue una sensación. Con una gira que estaba pactada para ocho partidos y que terminó siendo de 14, diez en México y cuatro en Estados Unidos, la recaudación de fondos también aumentó de 12.000 dólares a 15.000.

Al final, esa sería la salvación del club catalán, que logró sobreponerse a la crisis y a la represión franquista durante años, para convertirse hoy en un grande de Europa, pero que estuvo cerca de desaparecer y de esta forma la historia del fútbol mundial hubiera sido otra.

De los 23 jugadores que fueron a la gira, 12 se radicaron en el país norteamericano, destacando a Martí Vantolrá, que fue goleador del Atlante, e incluso, uno de sus hijos jugó en la Selección Mexicana, participando en el Mundial 1970. Gracias a México y a Lázaro Cárdenas, el Barcelona logró sobrevivir. El resto es historia.

Ricardo Gareca, de villano a héroe

Santiago Janavel @santi_jana

Muchas veces al ver una película de superhéroes se especula sobre quién será el villano que azotará a la ciudad y que pondrá en peligro a todos los ciudadanos, o bien sobre cuándo aparecerá el héroe mítico con poderes especiales y valores únicos que salvará al mundo. Otras veces la trama se vuelve un poco más complicada y el supuesto salvador al final se vuelve villano o, más raro y desconcertante para el público, el malo de la película termina revirtiendo su postura inicial. ¿Pero qué tendrá que ver esto con el fútbol y con la selección peruana? El fútbol, uno de los deportes más hermosos del mundo, por suerte no es lineal, no tiene factores establecidos, ni siempre es predecible. Raro como pocos, suele sorprender a todos con historias y anécdotas como esta.

El 30 de junio de 1985 la Selección Argentina, liderada por Diego Armando Maradona, se jugaba la clasificación al Mundial de México 1986 en el último partido de las Eliminatorias como local en El Monumental ante el duro conjunto peruano del recordado mediocampista Luis Reyna. La derrota en Lima por 1-0 siete días atrás, donde Maradona fue completamente anulado por el ya mencionado volante inca, obligaba a la Selección Argentina, que compartía el grupo A junto a Perú, Colombia y Venezuela, a obtener un empate. El encuentro comenzó acorde a lo que el público local esperaba, ya que a los 12 minutos tras un centro de Maradona, Pedro Pasculli luego de una gran media vuelta marcaba el 1-0. Perú descontó a los 23 minutos con un tanto de José Velázquez y pasó a comandar las riendas del partido a los 39 luego de que convirtiese Gerónimo Barbadillo, demostrando que aquel seleccionado peruano era uno de las mejores de la historia. Faltanto 10 minutos para el final parecía que Argentina se vería obligado a buscar la clasificación en el repechaje. Sin embargo, apareció Daniel Pasarella por derecha, remató al arco y luego de un desvío en el arquero Eusebio Acasuzo y en el palo, la pelota quedó en la línea para que el héroe de la noche, Ricardo Gareca, convirtiera un gol histórico. Justamente 364 días después, asombrosamente sin Gareca entre los convocados, Argentina se consagraría campeón en tierra azteca y el Diego inmortalizaría el mejor gol de la historia de los mundiales. Difícil habrá sido para los peruanos, luego de caer por un global de 5-1 frente a Paraguay en el repechaje, olvidarse de aquel tipo de pelo largo que a falta de unos pocos minutos le arrebató la idea de jugar el mundial. Pero el fútbol siempre te da y te quita.

En 2018, 33 años después de aquella eliminación y 36 del último mundial disputado por Perú, la película tendría al mismo actor pero otro final. La selección andina vencería en el repechaje a Nueva Zelanda y ocuparía el último cupo perteneciente a Sudamérica, con las figuras de Jefferson Farfán, Paolo Guerrero y de Ricardo Gareca, el gran entrenador argentino que, a pesar de quedar eliminado en la fase de grupos, se transformó en un héroe nacional.

La última danza de Diego

Franco Mazzitelli

Se juntaron, abarrotados adelante del televisor, para cumplir una vez más con la tradición: cuando Maradona entraba a la cancha, se decretaba paro general en el cielo, se suspendían todas las actividades previstas, y Dios le daba el día libre a la Divina Organización de ángeles y santos, para que no se perdieran ni un solo segundo del partido de turno. Una cantidad incalculable de cuerpos se agolparon en el living de esa casa, la que estaba en la nube más alta, para maravillarse con otra función del ídolo. Y los había de todas las clases: había ángeles jóvenes y viejos, y todos los santos y vírgenes. Entre los grandes misterios religiosos, nadie ha podido descifrar cómo tantos cuerpos entraron en una misma habitación. Había fiesta. Faltaba nomás el de abajo, “El rojo”, como le decían, pues nadie se atrevía a decir su nombre: todos recordaban que la última vez que anduvo por el cielo fue cuando Argentina perdió la final de Italia ’90 contra Alemania, y, envueltos en cólera, empezaron a llamarlo “Yetanás”, y no volvieron a invitarlo.

En Rio Grande, el ritual se repite: Tito y Néstor ya habían destapado la primera botella de cerveza, porque estaban hartos de esperar a Germán, que también había llegado tarde cuando se juntaron para ver el debut con Grecia. “Otra vez tarde este boludo”, rezongó Tito, pero Néstor lo calmó: “Contra los griegos también y les metimos cuatro. Capaz es cábala”. En silencio, el instinto bilardista de Tito le dio la razón a Néstor, que luego agregó: “¿Viste cómo están Bati y Cani? ¡Y el Diego ni hablar! ¡Mamita! Éste Mundial no se nos escapa ni locos”. Argentina venía de ganarle 4-0 a Grecia, y quería clasificarse ante Nigeria. Arrancó el partido y al poco tiempo sonó el timbre: “¡Pasá, está abierto!”, bramó Hugo, y se besó el tatuaje de Maradona que tenía en el brazo izquierdo: “Vamos Diegote, vamos eh”, susurró. Era Germán: “Perdón muchachos, me quedé dormido“, y ni tiempo de acomodarse tuvo cuando Samson Siasia marcó el 1-0 para los africanos. “¡Te das cuenta que tu casa tiene algo, Tito, no puede ser! ¡La final del ‘90 también la vimos acá y cagamos fuego! ¡Es mufa!”. El silencio duró un rato, hasta que Caniggia hizo el gol del empate y el que dio vuelta el partido, cuando Hugo justo había ido a la cocina para abrir la tercera cerveza.

“¡Cómo corre Maradona, papi, no lo pueden parar!”, grita la pequeña Laura frente a la tele del bar ‘El Quijote’ en Anchorena y Arenales, mientras abraza a su padre, que le da un beso en la mejilla y le responde: “Es inigualable, hija, un genio. Sabés que no te puse ‘Diego’ de nombre porque a tu madre le parecía una locura, porque sos mujer, pero este tipo se merece todo”, mientras el mozo le sirve el tostado y el cortado que pidió.

En el Foxborum Stadium de Boston, por la Copa Mundial de Fútbol, la Argentina de Alfio Basile es un ballet: al equipo le sobra clase, y es Diego Armando Maradona su más hábil bailarín. A él van todas las patadas de los nigerianos, pero ningún africano se explica cómo no logran quitarle la pelota. Todos anhelan otra gesta magnifica de Diego, pero nadie se imagina que están ante su última danza.

Casi sobre la línea del córner, a los 48 minutos del segundo tiempo, recibió la pelota desde un lateral. Se la entregó Alejandro Mancusso, y el 10 encaró, se sacó dos hombres de encima y luego fue derribado por un defensor. Parece la más trivial de las ocasiones, pero con el tiempo sería la última vez que Diego Maradona tocara una pelota vestido de celeste y blanco.

Y se despidió, sin saberlo, de la misma forma que se había presentado: gambeteando con astucia y descaro. Fue, la tarde del 25 de junio de 1994, cuando Diego jugó su último partido con la selección argentina. Luego, la enfermera, la pena y la lluvia: en Rio Grande, en Boston, en Recoleta y en el mismísimo cielo hubo silencio, seguido de un llanto desolador. Lloró Tito, lloraron Germán y Hugo abrazados, lloraron los ángeles y santos en el regazo de San Pedro, lloró el Diablo y también lloró Gardel aquel melancólico 25 de junio, cuando Diego, sin saberlo ni quererlo, fue por última vez el Diego de todos.

Serbia por la clasificación a octavos y la incorporación a la Unión Europea

Tatiana Milani @TatMilani

La Selección de fútbol de Serbia participará por segunda vez en un Mundial con este nombre (primero fue Yugoslavia y luego Serbia y Montenegro). Llegó a Sudáfrica 2010, pero no pudo superar la fase de grupos, y ni siquiera se clasificó a Brasil 2014. Sin embargo, a Rusia 2018 arribó tras quedar primero en su grupo de las eliminatorias con 20 goles marcados en seis victorias, tres empates y una sola derrota. En este torneo ganó el primer encuentro frente a Costa Rica, superandolo por la mínima, y perdió frente a Suiza por 2 a 1. No obstante, aún tiene probabilidades de jugar los octavos de final si le gana a Brasil el miércoles a las 15 horas.

Donde también tiene chances de progresar hacia la próxima fase es en el Mundial de la Igualdad. El país balcánico a partir de 2017 no solo tiene por primera vez una Primera Ministra mujer, sino que además ella es abiertamente homosexual. Ana Brnabi? es una política serbia formada en Estados Unidos e Inglaterra que llegó al gobierno luego de que el presidente Aleksandar Vucic la denominara como Ministra de Administraciones Públicas y de Asuntos Locales en 2016.

Este es un hecho que llama la atención mundialmente ya que años atrás era algo impensado. Sin embargo, con los tiempos que corren, una de las probables causas por la cual Serbia integra a su parlamento a una persona como Brnabi? es su menester de empezar a pertenecer a la Unión Europea (UE) y que esta vea este cambio como una prueba de progreso hacia una mayor inclusión, luego de haber formado parte de Yugoslavia.

Aunque desde el gobierno tengan una mirada abierta hacia la comunidad LGBTIQ+, los ciudadanos arraigan una antipatía contra la homosexualidad. Estas personas enfrentan discriminaciones y amenazas contra su seguridad física de forma cotidiana debido a la influencia que ejerce el ambiente conservador y de la iglesia ortodoxa que existe en este territorio.

El desfile del orgullo gay estuvo prohibido durante tres años seguidos en Belgrado bajo el pretexto de seguridad pública después de que manifestantes de extrema derecha atacaran el evento en 2010 y dejaran un saldo de 150 heridos. Además, tienen muy pocas legislaciones a favor de los derechos del colectivo LGBTIQ+. El país balcánico no reconoce el matrimonio igualitario ni la unión civil. Tampoco permite la adopción a parejas del mismo sexo. Aunque el cambio de identidad de género está autorizado, la ley exige una serie de requisitos médicos que dificultan el acceso a ese derecho.

“Mi misión es la modernización de nuestra sociedad en todos los aspectos. Ahora es el momento de dar un paso adelante y llevar a nuestra sociedad, el país y la economía hasta el siglo XXI”, admitió Brnabi? en su discurso ante el resto de parlamentarios. Pese a que estos sean sus dichos, también admite que no es una activista LGBTIQ+ y no considera que su orientación sexual sea de importancia en su trabajo.

Al igual que la Selección tiene la posibilidad de clasificar a la etapa de octavos de final, Serbia puede avanzar en las políticas por la igualdad de todas las personas que habitan su territorio. La primera victoria ya está dada: reconocer la incorporación de una mujer lesbiana a su gobierno. Sin embargo todavía quedan varios partidos que ganar.

El fútbol debe salir del clóset

Iván Lorenz @Ivanlorenz_

“Quien sea homosexual debería decirlo, porque alivia”, dijo en 2011 el hoy arquero y capitán de la selección alemana de fútbol, Manuel Neuer, quien sostuvo que para lo hinchas lo importante es el desempeño en la cancha y no las preferencias sexuales de los jugadores.

Un año antes, en 2010, Mario Gómez, también integrante del plantel alemán presente en Rusia 2018, dijo: “En Alemania tenemos un ministro de exteriores (Guido Westerwelle) que es homosexual y el alcalde de Berlín (Klaus Wowereit) es también gay, por lo que los futbolistas profesionales que lo sean deben confesarlo”.

Ese mismo año, un histórico marcador de punta de los teutones, Phillipp Lahm, pediría a los jugadores homosexuales que no lo digan abiertamente, dado que, a pesar de no tener nada en contra de ellos, tenía miedo que les ocurriese lo mismo que a Justin Fashanu, un jugador inglés que se declaró gay en 1990 y ocho años después terminó suicidándose.

Es difícil declararse gay en el mundo del fútbol. Un deporte que, suele erróneamente decirse, es para hombres. Un deporte en el cual la goleada se asocia festivamente a la sodomización. Otra construcción social a base de ladrillos de machismo. Discriminación, marginación y abusos, son algunas de las cosas que sufren aquellos de los cuales sospechan que “patean para el otro lado”. La presión llega a ser tal que, en determinadas circunstancias, inhibe el desarrollo deportivo.

Marcus Urban dejó sus deseos de ser futbolista aproximadamente a los 20 años. Decidió colgar los botines antes que luchar en contra de un ambiente que lo condenaría por ser homosexual. Un ambiente en donde se negaba a sí mismo su condición. Un ambiente donde cumplía el rol de superhéroe sin serlo al llevar dos vidas: la propia y la de aquel que jugaba a ser heterosexual.

Marcus Schneider -posteriormente adoptaría el apellido de su madre- nació en 1971 en Weimar, una ciudad que pertenecía a la República Democrática Alemana. A sus siete años comenzó a jugar en un club de la zona, llamado Motor Weimar. Allí pasaría casi seis años para luego firmar contrato amateur con el equipo en el cual alcanzaría los 100 partidos disputados: Rot-Weiss Erfurt, que en ese momento pertenecía a la segunda división del fútbol alemán.

Dos años le bastaron a Urban para salir campeón de la República Democrática Alemana. El mediocampista llamó la atención en el fútbol alemán. Se lo veía como una promesa germana. Fue por ello que, mientras Maradona apilaba ingleses en el Estadio Azteca, el alemán fue citado para las categorías juveniles de la Selección de la República Democrática Alemana, en donde jugaría hasta 1989.

Poco quedaba para ser futbolista profesional. Pero no pudo. En 1990 decidió abandonar ese sueño. El fútbol era para él una prisión que se había construido. Eligió escapar. No estar entre muros imaginarios. Ser libre. Dejar de controlar todo lo que hacía para no parecer gay.

Recién en 1994, a sus 24 años, entraría a la cocina de su casa con una fotografía en su mano y le diría a su madre que aquel personaje de la imagen era su novio. Tuvo la suerte de que sus padres no lo tomaron a mal, lo cual hizo más amena la confesión. Es más, su madre quedó atónita tras descubrir que el novio de su hijo, quien le atraía hace 20 años, era homosexual. Casualmente, ese mismo año se eliminó en Alemania -unificada tras la caída del Muro de Berlín en 1989- el párrafo N°175 del Código Penal Alemán que penalizaba a las relaciones homosexuales.

13 años después, se convertiría en el primer futbolista alemán que se había declarado abiertamente homosexual. Lo dió a conocer en una entrevista para el medio germano “Welt am Sonntag” y, un año más tarde, el periodista deportivo alemán, Ronny Blaschke, escribiría su biografía, titulada “Versteckspieler. Die Geschichte des schwulen Fußballers Marcus Urban” (Jugando a las escondidas. La historia del futbolista gay Marcus Urban)

Urban volvería a ser primero y noticia en 2014 tras presentar un proyecto para formar un equipo de fútbol gay alemán bajo el nombre de Team Vielfalt (Equipo Diversidad). La nómina de jugadores se daría a conocer una vez completado el plantel. La pertenencia al Vielfalt está abierta incluso para no homosexuales que apoyen la causa. El objetivo es que aquellos futbolistas gays puedan decirlo abiertamente y sin miedo.

Ser gay en el mundo del fútbol es casi un tabú. No cabe en la cabeza de muchos fanáticos, jugadores o entrenadores que haya futbolistas atraídos por otro futbolistas. ¿Cómo va a estar al nivel alguien que es puto? ¿Cómo le va a gustar jugar al fútbol si a él le gustan los hombres? ¿Cómo va a trabar fuerte? Los prejuicios y heteronormativismos hicieron perder a Urban, en primera instancia, ante el fútbol, que también perdió. Perdió ver a un jugador que, como él se definía, era un mediocampista aguerrido parecido al holandés Rafael Van der Vaart.

Los Arhuacos, los indígenas colombianos más feministas

Tatiana Milani @TatMilani

Si se afirma que el fútbol es el espejo de las sociedades, en Colombia recién el año pasado se le dio lugar a las mujeres. En el 2017, La Federación Colombiana de Fútbol (FCF) implementó, por primera vez, una liga de fútbol femenino. No obstante en este mismo territorio existe una comunidad que sí cumple con la igualdad de género que se espera en el siglo XXI. No solo es dirigida por una mujer, sino que también intenta erradicar cualquier tipo de violencia y/o actitud machista que se encuentre dentro de ella.

Alcira Villafaña es la líder del pueblo indígena colombiano Arhuaco. Aunque desde los libros de historia y algunos opinólogos profesionales quieran instalar que estas son congregaciones antiguas que se rigen bajo leyes de viejas épocas, este es el claro ejemplo de que están las que contradicen estos dichos. No obstante la mandatario también afirmó: “No es fácil ser mujer, líder, indígena y, además, madre cabeza de hogar: tengo tres hijos. Se requiere tener dignidad y fortaleza para sobresalir en un mundo de hombres como el de mi pueblo. Los hermanos blancos (las personas que no son indígenas) piensan que en las comunidades indígenas los varones son los únicos que ostentan el poder”.

El pueblo originario de la Sierra Nevada de Santa Marta previamente fue capitaneada por Adalberto Villafaña. Este es el hombre que le dejó a Alcira la frase que la acompaña todos los días: “Las mujeres deben ser respetadas y valoradas”. También fue quien la obligó a prometer que se convertiría en la cacica que hoy es.

Esta enseñanza estuvo en la vida de Alcira desde pequeña ya que dentro de su casa, conviviendo con cuatro hermanos varones, todos debían ayudar en las tareas domésticas y tenían la misma voz y voto a la hora de tomar decisiones. Además ella era quien acompañaba a su padre cuando se reunía junto a los demás caciques y escuchaba todos los detalles que allí se discutían.

Fue a los 16 años cuando empezó a demostrar sus dotes de líder. Los arhuaco tienen un ritual en el cual los hombres se juntan dentro de una de las casas a conversar y las mujeres esperan afuera mientras cuidan a los niños. A Alcira no solo no le gustó esta situación sino que se rebeló e invitó a todas a entrar para ocupar el espacio que les correspondía, pero como ninguna se animó, ella, decidida, ingresó a la choza para sentarse junto a los varones que la observaron sorprendidos por su ímpetu.

A partir de este hecho todos en la aldea empezaron a verla como una persona a la cual imitar y sus ideas se empezaron a valorar. Esas mismas son las que le inculca a sus dos hijas mujeres y a su único descendiente varón ya que considera que las madres y los padres que no inculquen los valores de igualdad y respeto a sus hijos varones son los culpables de los futuros machistas de la sociedad. Además no tolera ninguna manifestación de sexismo o violencia física y/o verbal dentro de su comunidad.

Alcira realizó diplomados en Políticas Públicas y Derechos de la Mujer en la universidad de Los Andes, y en la Distrital, para acercarse aún más a las mujeres de su pueblo que identifica como víctimas de violencia de género. Ella misma lo sufrió en carne propia debido a que hace nueve años se divorció de Héctor, el padre de sus hijos, que, aunque nunca la golpeó, le reclamaba su ausencia en las tareas de la casa. Pero ella tiene bien en claro que no es una mujer que deba estar encastrada en la cocina del hogar.

En la actualidad las mujeres del mundo avanzan sobre sus derechos y libertades a grandes pasos, pero se necesitan más personas como Alcira, luchadoras, para erradicar de una buena vez al patriarcado y a la cultura machista que está en todos nosotros.

Saransk: de la tercera división al Mundial

Franco Mazzitelli

Fue uno de los primeros estadios en darle la bienvenida al Mundial, y será uno de los primeros en decirle adiós: el Mordovia Arena le abrió sus puertas al mundo la tarde-noche del 16 de junio, cuando Perú reavivó sus esperanzas mundialistas ante Dinamarca, (Yussuf Poulsen, el delantero danés del Leipzing de Alemania, marcó el primer gol mundialista en Saransk, para el triunfo de su equipo), y la próxima semana se despedirá de Rusia 2018.

Es al igual que Volgogrado, Kalingrado y Ekaterimburgo, una de las sedes que solo albergará cuatro partidos, todos de primera ronda: Saransk vio como Japón vencía a Colombia el martes pasado, el próximo lunes recibirá el cruce entre Irán y Portugal por la última fecha del grupo B, y acogerá el partido entre Panamá y Túnez el grupo G cierre sus puertas el 28 de junio. Luego, reducirá su capacidad (de 45.000 asientos pasará a tener 30.000) y, eludiendo el triste destino de una mole abandonada, se transformará en un gran complejo deportivo, apto para eventos de vóley y básquet. También, y para darle más vida, está prevista la construcción de locales de ócio, porque la capacidad del estadio contrasta con la vida cotidiana y deportiva de Saransk, que es con poco más de 300 mil habitantes, la más pequeña de las sedes del Mundial, y su equipo (FC Mordovia) está en segunda categoría, luego de haberse coronado campeón de la tercera.

Su inauguración, el 21 de abril de este año, se dio en un partido de la Segunda división rusa (es la 3° categoría, detrás de la Primera división y de la Liga premier, el escalón más alto) entre Mordovia y el Zenit-Izhevsk, ante 13 mil personas. Pero además, Saransk goza del privilegio de ser considerada la sede más limpia y segura de todas, y una de la ciudades rusas con mejor calidad de vida, que eligió, por ejemplo,el actor Gerard Depardieu tras su exilió de Francia y posterior nacionalización como ciudadano ruso. Y Saransk lo agradece: un centro cultural lleva su nombre.

Con una notable infraestructura social, la ciudad le presta sus tradiciones al Mundial: los domingos resuenan las campanas en el campanario de la mítica Catedral de San Teodoro, y abundan los homenajes a los soldados caídos en guerra, como en La plaza de la Victoria, donde se erigen una torre de 18 metros y una escultura de una mujer entregándole una espada a un soldado, siempre iluminadas por una pequeña llama, que está justo al frente, y recuerda el espiritu de los soldados fallecidos. Esa llama que nunca se apaga, como nunca se apagará la llama mundialista, porque Saransk quedará marcada a fuego.

Como antes Polokwane en Sudáfrica 2010 (con algo más de 130 mil habitantes) o Ibarraki en Corea-Japón 2002 (solo 63 mil), es la ciudad sede más pequeña de este campeonato, y vivirá como si fuera la mismísima final del mundo la visita de Cristiano Ronaldo y compañía ante los iraníes, y el partido entre Panamá y Túnez, los más débiles del grupo G. Antes de que sus puertas se cierren y los aires mundialistas tomen otra ruta, lejos de Saransk, que ya habrá dicho adiós.

La camiseta sueca que juega por los derechos

Lucila Coccia @lulaCoccia

El fútbol dejó de ser un hobby para las mujeres y pasó a convertirse en un trabajo. Día a día se entrenan, hasta a veces dos veces en una misma jornada para llegar a fin de mes, y el salario sigue siendo insuficiente, hasta, en algunos casos, nulo. Esto puede resultar absurdo, pero sucede no porque no cumplen bien su función, sino por el exclusivo hecho de ser mujeres; y ante esto las jugadoras suecas decidieron alzar la voz.

A partir de la desigualdad que viven ellas, en conjunto con Adidas lanzaron una línea de indumentaria que reivindica el rol de la mujer en vísperas del 8 de marzo del año anterior para vestirlas durante la Copa Algarve, disputada en Portugal. La FIFA, a pesar de no permitir mensajes políticos en las camisetas, aceptó la propuesta y alentó la movida.

El proyecto consistió en intercambiar el apellido de la espalda de las jugadoras por frases de feministas, en su mayoría nacionales como Gudrun Schyman, política y vocera de la Iniciativa Feminista, y Zara Larsson, cantante conocida mundialmente, entre otras. “Una mujer puede hacer lo que decida”; “Nunca mires a una persona que está abajo si no es para ayudarla a subir”“No soy una mandona, soy la jefa”“Cada persona que conoces lucha su propia batalla de la que no sabes nada. Sé amable siempre y con todos” son sólo algunos de los mensajes utilizados para la campaña que fomenta la participación femenina en los deportes .

Uno en particular conlleva una historia de rebeldía contra lo históricamente asignado para las mujeres.“Juego por las niñas de Irán”, dijo Khalida Popal, excapitana de Afganistán, quien tuvo que abandonar su país por oponerse a normas religiosas opresoras. “Empecé a jugar al fútbol por diversión hasta el día que escuché que me insultaban porque las mujeres no debíamos hacerlo. Nos quitaron la pelota y nos la destrozaron. Desde ese día empecé a jugar para cambiar la situación de la mujer en Afganistán”.

“La camiseta nacional es un símbolo importante del que nos sentimos orgullosas y creo que es bueno que podamos unir nuestras voces a las de otras mujeres fuertes a través de esto. Que juntas mostremos que todo es posible”, alegó Lotta Schelin, la capitana del equipo.

El proyecto apunta a la visibilización de una problemática que afronta la mayoría de las deportistas de alto rendimiento y propone la unión de las mujeres como medio para lograr un futuro más justo e igualitario. Un detalle no menor de la nueva indumentaria es que parte de las ganancias van a ser donadas a proyectos que fomenten el deporte entre las jóvenes. Para que ellas conquisten la libertad de hacer el deporte que elijan y que cuenten con las mismas oportunidades que los hombres, de continuar entrenando para convertirse en profesionales, tener un sueldo acorde a las horas que le dedican y lograr mantener una vida digna sin recurrir a un empleo externo, como ocurre usualmente.

Suecia es solo la cara visible de lo que se está gestando dentro de los ámbitos femeninos. Se exige un cambio y se trabaja en conjunto para que este ocurra.

Fútbol islandés: una cuestión de Estado

Daniela Simón @DanielaaSimon

¿Un equipo puede ser considerado sorpresa en tres torneos? ¿O en la segunda competencia ya deja de serlo para convertirse en una realidad? El factor suerte puede influir en algunos instantes, después la teoría queda renga.

Las actuaciones de la selección de Islandia no son casualidad, ni milagro. Emergió del aire helado cuando clasificó a la Eurocopa de 2016 y se convirtió en un volcán que vive en una constante erupción de admiración.

Los Vikingos son desde hace tiempo una grata sorpresa para el fútbol mundial. Con sus perlitas, sus particularidades y su descubrir constante. Los buenos resultados son producto de la implementación de políticas de Estado que tienen como propulsor al deporte.

A comienzos del 2000, Islandia se propuso cambiar el rumbo de su sociedad y bajar los índices de consumo de alcohol, tabaco y drogas en los jóvenes. El gobierno encontró en el deporte un punto de inflexión: las actividades recreativas controlaban el tiempo libre e inculcaban los valores deportivos. Además, se puso en marcha el programa “Juventud en Islandia”, que más tarde se implementó en otras ciudades de Europa.

Desde entonces, la educación en Islandia implica la asistencia al colegio y a espacios de ocio, que pueden ser música, danza o deporte.

Klara Bjartmarz es desde 2016 Secretaria General de la Federación Islandesa (KSI) y una de las mayores responsables del cambio con el aporte de sus ideas. Es exfutbolista, tiene una licenciatura en sociología y está ligada a la entidad desde 1994. Cuenta con experiencia en equipos de trabajo de la UEFA y es experta en materia jurídica y disciplinaria.

Las frías temperaturas y la poca luz condicionan al calendario deportivo, y la liga (Úrvalsdeild Karla) se juega de mayo a septiembre. Durante más de la mitad del año, no se podían llevar a cabo entrenamientos al aire libre. No es casualidad que el deporte con más tradición sea el handball. Por eso, el Gobierno y la federación trabajaron en conjunto. Se destinó inversión pública para la construcción de instalaciones deportivas: canchas techadas, equipadas con vestuarios y tribunas. Se hicieron siete campos de fútbol, once campos cubiertos y cinco pequeños, y se multiplicaron los números de instalaciones. Por ejemplo, Breidablik, el club más grande de Islandia, adoptó un modelo similar al de La Masia, de Barcelona.

El fútbol empezó a ganar adeptos en la isla y pasó a ser una actividad social y de integración.

En 2008, Islandia tuvo una de las mayores crisis económicas de su historia con bancos que entraron en quiebra. Políticos y bancarios fueron condenados a prisión, y se preservó el sistema de ayudas e inversiones públicas. Este desequilibrio financiero provocó que la gran mayoría de los futbolistas extranjeros que jugaban en el campeonato local, volvieran a sus países o emigraran a otras ligas, lo que provocó que los planteles se desarmaran. En efecto, se incrementó el desarrollo de los futbolistas nativos. El Estado comenzó a ayudar económicamente a las familias, y desde entonces les otorga una asignación para costear los gatos de la práctica deportiva de sus hijos. Además, los clubes bajaron sus cuotas sociales.

Islandia, al igual que los demás países nórdicos, es referente en cuestiones de género: en enero de este año el Gobierno promulgó la primera ley del mundo que prohíbe la brecha salarial entre hombres y mujeres. En el deporte ocurre lo mismo, las políticas implementadas corresponden tanto para los deportes masculinos como femeninos, son tratados con el mismo despliegue y tienen las mismas repercusiones.

Para dirigir a un club islandés, incluso en divisiones juveniles, se debe tener una licencia UEFA. Hoy hay más de 180 entrenadores habilitados. La preparación es fundamental, por eso la Administración Pública lanzó programas para formar a los ciudadanos en directores técnicos; y existen becas para poder formarse en el extranjero y regresar al país para transmitir lo aprendido. Heimir Hallgrímsson, el actual seleccionador, por ejemplo, tuvo un largo recorrido: mientras era jugador dirigía al equipo femenino de ÍBV, luego fue asistente del equipo masculino, y en 2011 llegó al seleccionado como segundo entrenador.

Para Islandia el deporte es cuestión de Estado e implementa políticas que desarrollen y promueven su actividad sin distinción de sexos. Su labor en el Mundial y su crecimiento como selección cobran mayor significado cuando se tiene en cuenta que Islandia tiene 321 mil habitantes, unos 20 mil son futbolistas federados, casi cien son profesionales -Argentina, por ejemplo, registra más futbolistas que toda la población islandesa, tiene 331 mil- más de 500 son entrenadores, 185 con licencia UEFA. La isla tiene 90 clubes amateurs y más de 100 pequeños campos de fútbol.

En abril de 2012, Islandia estaba en el puesto 133 del ranking FIFA, su peor lugar. En febrero de 2017, se ubicó 20 y hoy está 22°. Quedó afuera del Mundial 2014 tras caer en instancias de Repechaje con Croacia.

Islandia disputa su primera Copa del Mundo, muestra sus garras y su trabajo hecho, y eso, entendemos, no es casualidad.