miércoles, abril 24, 2024

La última vez que Boca eliminó a River de una Copa

Por Elio Avalos

Pasan los años, pasan los jugadores y sólo queda la historia. Hace 15 años, Boca eliminaba por última vez a River de un certamen internacional y llegaba por octava vez a disputar una final de Copa Libertadores.

Carlos Bianchi quería escribir más páginas en los libros sagrados del Xeneize. Transitaba su segundo ciclo como entrenador y ya había conseguido 9 títulos con el club (Aperturas 1998, 2000 y 2003, Clausura 1999, Copa Libertadores 2000, 2001 y 2003 e Intercontinentales 2000 y 2003). 

Boca (12) y Deportivo Cali (9+DG) ocuparon los primeros dos puestos del Grupo 8 y lograron avanzar a la siguiente fase de la Copa, mientras que por el camino quedaron Bolívar (9) y Colo Colo (6), que no pudieron ingresar a la zona de clasificación. 

En octavos, Boca se midió ante Sporting Cristal de Perú y lo venció con un global de 5 a 3. En cuartos, Sao Caetano le produjo un dolor de cabeza al equipo del Virrey, y para estar entre los cuatro mejores del continente, se vio forzado a  definir a través de los tiros desde el punto penal. En simultáneo, River superó a Deportivo Cali y confirmó un nuevo superclásico copero. De esta manera, volvía a repetirse un desafío para el técnico más ganador de la historia de Boca: dejar nuevamente afuera de un certamen internacional al rival de toda la vida. Una experiencia conocida por Bianchi, que pudo cumplirla por primera vez en la Copa Libertadores del 2000, con Riquelme y Palermo como héroes de aquella noche de cuartos.

El Millonario quería revancha. El equipo dirigido por Leonardo Astrada era el único líder del Torneo Clausura y, además, había sonreído en el último superclásico, tras llevarse la victoria por 1 a 0 con un tanto de Fernando Cavenaghi en La Bombonera.

Los antecedentes no parecían favorables para el Xeneize, ya que desde el 2002 no podía ganarle a River de local. Sin embargo, cada enfrentamiento entre ambos es un partido aparte y quedó demostrado en la ida.

En un encuentro violento de principio a fin -que tuvo tres expulsados, varias patadas y momentos de fuertes agresiones-, Rolando “El Flaco” Schiavi pudo desviarse del conflicto para darle la ventaja mínima a Boca de 1 a 0. De esta forma, el equipo de Bianchi, iba con mayor tranquilidad a jugar la revancha en Núñez. 

Siete días más tarde se disputó el capítulo final de esta serie. El Monumental albergó su desenlace con un marco estupendo. En esa noche del jueves 17 de junio se conocería a uno de los dos finalistas de la Libertadores 2004. Los nervios y la tensión se adueñaron de la primera etapa. Este síntoma perduró hasta el comienzo del complemento, cuando Boca se quedó con 10 jugadores tras sufrir la expulsión del mediocampista colombiano Fabián Vargas. En consecuencia, Luis “Lucho” González abrió el marcador para el local. A falta de 6 minutos para el final, Héctor Baldassi le muestra la tarjeta roja a Rubens Sambueza y ambos equipos quedaron con la misma cantidad de hombres en cancha. 

El panorama para River se tornó complicado cuando Carlos Tévez convirtió el tanto del empate, pero un gol agónico de Cristian Nasuti llevó la definición a los tiros desde el punto penal y reactivó las esperanzas de los hinchas locales.

Desde la llegada de Bianchi como entrenador, Boca se mantuvo invicto en los penales: Palmeiras en 2000 y 2001, Cruz Azul en 2001, Milan en 2003 y Sao Caetano en 2004.

Aquella noche en el Monumental ejecutaron: Schiavi, Álvarez, Ledesma, Burdisso y Villarreal. Sólo el primero de la nómina había participado en la anterior tanda contra el Sao Caetano de Brasil. Álvarez y Ledesma nunca fueron protagonistas de una experiencia similar y Burdisso y Villarreal tampoco tenían registros de haber definido en una serie de penales con el club Xeneize. A pesar de todo, Abbondanzieri se lució bajo los tres palos tras taparle el último penal de la serie a Maximiliano López. Schiavi cumplió. Los juveniles Álvarez y Ledesma sorprendieron. Burdisso aseguró y Villarreal se encargó de sentenciar la serie. Bianchi lo hizo y Boca sacó su chapa internacional de viejo vencedor por última vez ante su eterno rival y en rodeo ajeno.

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