jueves, enero 16, 2025
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Guillermo Ortelli, el campeón del Turismo Carretera que se bajó del auto y se subió al caballo

Por Emilia Iturrarte

Ya pasaron dos años del día en que Guillermo Ortelli se bajó de un auto de Turismo Carretera. Sigue vinculado al mundo de las carreras con TC Pick Up, donde corre esta temporada con el equipo JP Carreras, aunque decidió darle un punto final a fin de año para dedicarse a su otra pasión: los caballos.

“Siempre estuvimos relacionados con el campo, íbamos mucho y obviamente queríamos andar a caballo. No al nivel competitivo que hoy lo hacemos, en el que participamos de distintas disciplinas de competencia”, comenta Ortelli sobre su conexión previa con los equinos en diálogo con El Equipo.  “Obviamente que ahí es donde le encuentro la relación con el automovilismo, esa adrenalina de querer hacer las cosas bien”

Aunque dejó atrás el Turismo Carretera, El rey de Salto dice sentir la misma adrenalina y el mismo deseo de ganar en su nueva pasión por los caballos: “Uno cuando se pone el casco, en el automovilismo, quiere ganar en lo que sea. Y a mí me pasa lo mismo hoy por los caballos, siento esa misma adrenalina, esas mismas ganas de querer hacer las cosas bien. El compromiso en eso creo que es 100% compatible”.

 

Con el objetivo de centrarse por completo en su nueva actividad, el siete veces campeón de Turismo Carretera modificó su estilo de vida y encontró en el campo un nuevo hogar para él y su familia. Con el objetivo de la competencia, Ortelli se centra 100% en los caballos criollos. 

El reconocido piloto argentino estableció su cabaña en Salto, su ciudad natal, bajo el nombre de “Don Segundo”. Su sueño es poder participar en una competencia con un caballo criado por él mismo. Espera con ansiedad el día en que pueda participar en rodeos u otra disciplina ecuestre con un equino nacido y criado en su casa, llevando el prefijo “el Matu”.

 

Dentro de las disciplinas ecuestres en las que se involucró, Ortelli destaca el rodeo y las paleteadas: “Es una vaca que sale por una manga, y con tu compañero, tenés que tratar de dominar a la vaca lo más cerca posible por 60 metros. Después hay dos jurados en los que deciden tu puntaje y obviamente el que más puntos hace es el que mejor le va”, explica.

A pesar de su retiro del automovilismo, El Séptuple mantiene una rutina activa en su vida diaria: “Soy de levantarme temprano, tomar mate e ir a entrenar. La verdad que desde que dejé de correr no cambié esa rutina. La sigo haciendo en entrenamiento y después paso mucho tiempo con los caballos, también en compañía de mis hermanos, digamos en la tarea familiar, en la empresa familiar, así que paso la mayoría de mi día con los caballos”.

Una de las experiencias más significativas para él es compartir su pasión con su hijo Mateo, quien también compite en disciplinas ecuestres. Esta relación se fortaleció ahora que ambos comparten la actividad: “Para mí es una felicidad enorme. Por otro lado, hay veces que  intento ponerme en el lugar de él y no se si es lo más lindo a esta edad poder competir con su padre, pero también tiene la oportunidad de hacerlo con otros. Creo que hoy estamos mucho mejor que cuando arrancamos, nos entendemos más. Es como toda relación padre-hijo, en la que todos queremos que salga bien y a veces no sale bien y viene el enojo, pero la verdad que lo disfrutamos mucho”.

Tras haber dejado atrás el mundo de las carreras de autos, El Guille aún encuentra la satisfacción de la competencia en su nuevo deporte. Su primera victoria en rodeos fue en una competencia en Bahía Blanca, el lugar donde ganó su primera carrera a nivel nacional en el automovilismo. Aunque los resultados no fueron determinantes en el ranking, Ortelli y su compañero obtuvieron la mayor cantidad de puntos en esa corrida tan particular.

Aunque disfrutó del automovilismo en su trayectoria como profesional, siente que dio todo lo que tenía para dar en esa etapa de su vida. En TC Pick Up, donde aún compite con el equipo JP Carreras, es la única categoría en la que sigue vigente. Sin embargo, se sacará el casco a fin de año para no volver a competir dentro del automovilismo.

Por último, El Rey mostró su apoyo a la modernización de los autos en el TC, creyendo que beneficiará a la categoría: “Le va a hacer muy bien, sobre todo si se logra con la idea de que los autos sean bastante originales”.

Con su trayectoria exitosa en el automovilismo y su nueva pasión por los caballos, Guillermo Ortelli demuestra su versatilidad y su pasión por los desafíos. Ha dejado huella en las pistas de automovilismo y ahora busca escribir su historia en el mundo de los caballos criollos.                                     

Vicó: “Si con poco presupuesto pudimos lograr tanto, en un equipo de la A podemos hacer buenas cosas tranquilamente”

Por Thiago Mansilla

Brown de Adrogué y Pablo Vicó son sinónimos. Un técnico que es historia en el club y que cuenta con una calle, una plaza, un buffet y una tribuna a su nombre. Sencillo, humilde y de muchas palabras. Brown es su casa -literalmente- y siempre está con la ropa de la institución que le dio trabajo y reconocimiento. Pablo llega todas las tardes de visitar a su pareja y pasa a tomar mates con los muchachos del buffet que lo acompañan en su día a día, siempre con alguna anécdota increíble. 

La casa describe la personalidad, un hogar sencillo y sin muchos lujos. Tiene lo justo y necesario, un cuadro de Maradona, ídolo del bigotón, una colección de camisetas que le infla el pecho cuando la muestra, la mini estatua que le hicieron los hinchas y las vírgenes que lo acompañan en todo momento. Para él, las camisetas son su vida, las tiene contadas y tienen que haber sido usadas en un partido, incluso si tienen dedicatoria le bajan el valor: “Hace un tiempo un coleccionista me quiso comprar varias, pero por ahora no necesito guita, ja”. Casacas de grandes como Pocho Lavezzi, Gabriel Hauche y demás están ahí, pero la colección de las de Huracán son las que mayor valor tienen para él.

Además confesó que el club le dio una oportunidad para salir adelante en la vida y el destino lo puso en su lugar: “Vivía en una pensión y el padre del presidente actual me llamó para que me instale y cuide la concentración que se estrenaba. Después empecé en el baby fútbol, pasé por la inferiores y ahí llegó el salto a primera, cuando era un mal momento futbolístico del equipo”. También le molestaron las cosas que se llegaron a decir respecto a su hogar: “Muchos periodistas llegaron a decir que yo vivía abajo de la tribuna con bolsas de arpillera”.

-¿Cómo fue pasar la cuarentena en el club?

-Triste, la verdad muy triste. Fueron 178 días en los cuales no hacía otra cosa que estar en el gimnasio. No quedó otra que pasarla, pero sí me atacó feo la enfermedad cuando todavía no había vacunas. La única anécdota que rescato fue una con Lammens, vino a verme y preguntó por mi. Yo estaba todo tapado tomando sol, le dije “soy yo”. Me confesó que toda la familia era quemera y después colgó mi camiseta en su oficina, esas cosas hermosas que te deja el fútbol.

Tiene un monoambiente a pocas cuadras de la cancha pero dice que ningún lugar lo hace sentir tan cómodo como su lugar en el club, y que gracias al fútbol está construyendo una casa para vacacionar en Domselaar.

 -¿Cómo convivís con todo lo que hay detrás del fútbol?

-Lamentablemente todo está armado y no queda otra que aceptar. Cuando en la semana me designan al árbitro, yo ya sé si vamos a ganar o perder. Tenía una gran relación con Chiqui Tapia, pero una vez discutí feo con un allegado a él y estuvimos 11 partidos sin ganar. Con el paso del tiempo nos alejamos pero el viernes voy a la AFA y le voy a llevar mi libro para chuparle las medias un poco, ja. Nosotros sabemos que Independiente Rivadavia (Mendoza) va a ascender.

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Vicó nació en Parque Patricios y se crió en casa de sus abuelos. De ahí nace su amor por Huracán: “Los domingos era un clásico comer un asado y arrancar para el palacio”. También reconoció que el presente del Globo lo tiene bastante preocupado y que no considera a Diego Martinez como alguien que puede revertir este presente: “A Diego lo conozco del ascenso, es medio soberbio y la manera que tiene de jugar no creo que se adapte a las necesidades que tiene hoy el club para salir del fondo, él apuesta al juego y hoy lo que necesitamos es efectividad”.

-¿Te gustaría dirigir a Huracán en el futuro?

-Tenemos un cuerpo técnico que está capacitado para dirigir cualquier equipo de Primera División. Obvio que me encantaría ir porque es un sueño pendiente. En 2019 estuve cerca de llegar, incluso tuve varias reuniones con la dirigencia pero Bragarnik metió a un negociado. A pesar de eso, nosotros nos rompemos el lomo laburando para poder dar el salto algún día. Si con poco presupuesto pudimos lograr tanto, en un equipo de la A podemos hacer buenas cosas tranquilamente.

***   

Como entrenador consiguió dos ascensos y logró derrotar a equipos como Huracán e Independiente: “Cuando jugamos con Independiente en la B, mientras íbamos por el túnel camino a la cancha escuchábamos como los periodistas partidarios decían que el partido sería un entrenamiento para el Rojo. Pero terminamos ganando y nuevamente demostramos estar a la altura”. También tuvo que enfrentar al Globo en el Tomás Adolfo Ducó: “Fue una mezcla de sentimientos, encima el técnico de Huracán era el Turco Mohamed. Es un emblema de la institución y después me mandó una remera firmada con algo que nunca voy a olvidar ‘de un quemero para otro quemero con cariño”.

Si bien espera  un salto de calidad en su carrera, su gran miedo es irse del club de sus amores: “Hace 15 años que vivo acá y 14 que soy entrenador del plantel profesional. Me cuesta imaginarme cómo sería el momento de irme de aquí”. Vicó se convirtió en hombre récord del fútbol argentino superando a Victorio Spinetto, Bigote llegó a los 4972 días en el cargo ininterrumpidamente.  

Vicó vive por y para la institución. 74 pasos son los que lo separan entre la cancha y su hogar. Disfruta de entrenar por la mañana y por las tardes lo encontrás mirando a las inferiores, siempre con un mate en la mano y acompañado de su ayudante de campo, su mano derecha.

Dorothy Boadle: una vida ligada al césped

Por Augusto Papasidero

Verde por donde se mire. El pasto tan saturado, que encandilaba como el cartel de neón de alguna pizzería porteña, y las flores rojizas aromatizaban la llegada de la “Niña” Boadle. Ahí, en una quinta de la Avenida Alvear -entre Rodríguez Peña y Callao- nació la primera argentina (hombre o mujer) en jugar un partido de Wimbledon; un 12 de diciembre del 85.

1885. Era Argentina, pero parecía Inglaterra. Ella se llamaba Dorothy, sus hermanas Winnifred y Marjorie, y su padre Thomas Scott. La cuota argenta la aportaba su madre: Leonora Damasia. Clase alta, sin dudas. Un viaje directo desde la panza de Leonora a Alvear, y de ahí para Suiza. 

Un colegio de señoritas era tradición en la educación de los Boadle. Dorothy pasó su niñez y juventud metida en esa institución. Una postal. En los veranos el sol rejuvenecía el color del césped y bronceaba aún más la piel anaranjada de la pupila. Durante el invierno la nieve cubría como un acolchado los techos de teja y enblanquecía los pétalos de las rosas. A Dorothy le encantaba. 

En alguna escapada practicaba el deporte que era furor en Europa. Junto a Winnifred se buscaban algún tiempo para pelotear con esas primeras raquetas de madera, de mango largo y cabeza corta. Así pasaron años y años. 18 en total. Pegó la vuelta y en Argentina no había rival que estuviera a su altura. 

Se estableció en Flores -como no podía ser de otra manera-, ya había cumplido con los estudios; solo le quedaba jugar. La rubia se empezó a hacer un nombre. Su padre (lejos de dormirse) comenzó a impulsar el tenis en el ámbito nacional. Organizaba algún torneito, entrenaba a su hija y fomentaba el deporte entre la gente con la que se codeaba, los más ricos de Buenos Aires. 

En el verde de las canchas de Hurlingham dio a conocer su juego. Lento pero inteligente. Pegaba la derecha paralela rasante a la red y en su revés, quizás sin saberlo, manejaba un top violento que le permitía defenderse de cualquier pelota. Sacaba de abajo, como de costumbre en la época. 

El pasto era su segunda casa. Con el mismo apellido se juntaron la mejor jugadora argentina del momento y el mayor benefactor del deporte en el país. Resultado: el campeonato sobre césped en Argentina comenzó a llamarse “Copa Boadle”. 

Una cosa llevó a la otra y se apareció en Wimbledon en 1907. Al lado de su nombre una bandera británica, ella argentina. Por si no era suficiente las tres hermanas se presentaron en esa edición, todas con el pasaporte de Reino Unido; de ahí el error en su nacionalidad. De visitante, pero en la pradera se sentía segura. 

12 años reinó en el tenis local. Pero el nivel de Wimbledon era el nivel de Wimbledon. Dorothy perdió contra la inglesa A. G. Ransome en sets corridos y las Boadle se despidieron con puras derrotas. Cruzando el charco era imbatible, ganó ocho veces el Campeonato del Río de La Plata, a la quinta le dieron para que se quedara con ella la copa donada por Miguel Alfredo Martínez de Hoz, esa que tuvo por siempre en la mesa ratonera de su casa.

1910. All England Lawn Tennis and Croquet Club. Ahora sí, Dorothy Boadle (ARG). De tanto tenis acumulado las raíces casi que crecían debajo de sus zapatillas blancas. Y se dio. Se dio la primera victoria argentina en el torneo más antiguo de la historia: a L. Flemmich por 9-7 6-4 en segunda ronda. Con esa victoria fue vista como una de las mejores 16 de la época. 

Aurea Edgington amargó la fiesta ganándole en la siguiente instancia, igualmente la historia ya estaba marcada. Desde las rosas de Wimbledon Dorothy retornó como una campeona, por más que no estuvo ni cerca de llevarse el trofeo. 

Decenas de mujeres (y hombres) fueron enterrados por su tenis en los siguientes años. A Inglaterra no volvió, pero sí se fue para Francia. Tuvo el honor de ser la única argentina en jugarle un mano a mano a Suzanne Lenglen, esa que hoy en día da nombre a una de las canchas más reconocidas del mundo. Mejor no adentrarse en el resultado (6-2 6-1). 

Entre tanto tenis el británico Philip Brown pudo hacer un hueco en el deporte para conquistarla. ¿Dónde se iban a casar?, obvio en el Hurlingham Club, con las pistas de césped de fondo. Brown solo la tenía a ella. Dorothy -directa- le dijo que no vaya a la fiesta del casamiento, total no conocía a nadie más.

La pelotita blanca se fue transformando en un hobbie. Ya no era su vida, aunque seguía presente. Tuvo dos hijos, parece que el padre eligió un nombre y la madre el otro: Michael y Nora. La familia se mudó a una finca en Mendoza, la cancha de tenis infaltable en el patio. 

Hasta los 80 peloteó con amigos. Les prestaba las raquetas Slazenger con las que había jugado competitivamente hace bastante tiempo. Cuando cumplía años los celebraba haciendo una mortal, estaba todo el día dándole al ping-pong y por las mañanas metía unas largas caminatas por los paisajes mendocinos. En su casa pocos trofeos, había fundido la mayoría de ellos por necesidad, una fuerte sequía la había dejado con poco dinero para afrontar alguna mala temporada. 

Alzheimer. Empezó a padecerlo en los últimos momentos de su vida. Caminaba entre el rosedal de su patio preguntándole cosas a Philip, nadie respondía. Philip había muerto hace algunos años. En una de esas travesías la espina de una rosa se le clavó en el brazo. Ella no le dio importancia. 

A las semanas ya no sentía la extremidad. Se le había paralizado. La situación empeoró y -otra vez- en búsqueda de su difunto esposo llegó el instante en el que su corazón no aguantó más. Su cuerpo cayó ese viernes 5 de febrero de 1972 sobre la huerta de duraznos. El pasto saturado y las flores rojizas aromatizaron la despedida de la “Niña” Boadle.

Entre las dificultades del béisbol femenino y el sueño de la selección juvenil

Por Juan Manuel Haxhi y Diego Morales

A pesar de no ser una disciplina tan popular en el país, mediante registros periodísticos del diario La Prensa, se conoce que los comienzos del béisbol en Argentina fueron en el año 1888, sin embargo las mujeres no tuvieron su espacio en el deporte hasta hace apenas unos pocos años. Silvia Gauna, ex entrenadora del club Daom y actual Directora nacional del béisbol femenino de la FAB, se refirió al progreso del deporte en la actualidad a nivel nacional: “Tenemos una base de aproximadamente 250 jugadoras en todo el país. Una realidad que debemos cambiar con un gran trabajo sin perder de vista lo que tenemos y debemos consolidar. La disciplina viene dando algunos pasos y creciendo, muy lentamente, pero de manera constante”.

 Julia Pucci se desempeña en el deporte hace más de ocho años, vivió en carne propia la creación de la Liga Femenina en la que hoy juega defendiendo los colores de Daom y no pierde el sueño de poder representar al país en los Juegos Panamericanos. 

 -¿Cómo fueron tus comienzos en el deporte?

Empecé yendo a la colonia en Ferro a los 10/11 años y los miércoles a la tarde teníamos béisbol, a mi me encantaba y el profesor era re copado. Así que cuando terminé me anoté en el mismo club, con una amiga, en clases de béisbol.

 -¿Empezaste entrenando con los hombres?

Cuando comencé ahí estaban todas las categorías de chicos y nosotras dos éramos las únicas dos chicas. Igual, como un mes después, mi amiga dejó la actividad porque a sus padres no les gustaba que sean todos hombres y ahí terminé yo siendo la única piba de todo el club que practicaba béisbol. Había algunas más que jugaban en los otros equipos, pero eran una o dos como mucho. 

 -¿Cómo era el trato? 

Al principio fue bastante bien, porque yo empecé en infantiles y recién tenía 11 años, eramos chiquitos. El tema fue cuando me cambié a pre-junior, que es la categoría siguiente, y  todos tenían entre 14 y 18/19 años, ahí eran más jodidos. Yo me paso con 14 años y recuerdo que mi entrenador de infantiles habló con el del pre-junior para que tenga una mejor adaptación.

 -¿Hasta cuando entrenaste con ellos?

Seguí ahí hasta 2018 porque tuve que parar por una lesión en la rodilla. Tiempo antes de mi parate, ya se había empezado a formar el equipo femenino. En ese entonces me lo comentaban y me pedían que vaya a los partidos, que no hacía falta que me entrené con las chicas pero que vaya a los partidos porque se estaba conformando una liga. Tiempo después nos informaron que ese iba a ser el último año en el que había equipos mixtos, luego se iba a dividir en femenino y masculino.

 -¿Cómo fueron los inicios del equipo femenino? ¿Sentís que había mucha diferencia en el juego?

Al principio fue malísimo, porque yo desde hace años que entrenaba y jugaba con chicos. Cuando me paso al femenino todo estaba, por lo menos, diez escalones por debajo. Los entrenamientos, la competencia, el nivel de conocimiento, todo fue en retroceso para mi.

Pero es entendible, las chicas en Ferro recién comenzaban y eran las primeras veces que practicaban. Detrás de eso hubo muchísima publicidad por parte del club, incitando a que más pibas se interesen y anoten en la actividad.

 -Muchas partes de la conformación del equipo y los torneos te las perdiste por las lesiones graves que sufriste…¿cómo fue eso?

Se me sale la rodilla y se me extienden los ligamentos laterales a los 14 años (2018), justo el día de mi cumpleaños. La lesión me tuvo un año fuera de las canchas y a full con kinesiología, perdí mucha masa muscular y movilidad. Cuando volví, ya estaba más conformada la liga.

Al poco tiempo de mi regreso, a principios de 2019, en una práctica, me volví a lesionar. Estaba guanteando, fui a buscar una pelota y caminando me torcí el tobillo y se me fue, otra vez, la rodilla de lugar. Ahí pensé que no iba a jugar más, me llevaron al hospital y me explicaron que me tenían que operar porque tenía deformada una parte, todo estaba muy separado y había movilidad por demás. Básicamente se iba a seguir saliendo, aparte los ligamentos ya estaban comprometidos. Tuve que operarme y hacer otra rehabilitación.

 -Y luego, ¿cuándo volviste? ¿ya habías perdido mucha cotidianidad del deporte?

Exacto. La rodilla me frenó mucho, en junio del 2019 me opero y vuelvo a jugar para comienzos del 2020 pero ya arrastrando la inactividad de las dos lesiones que me tuvieron más de dos años parada.

Cuando volví a Ferro solo había cinco chicas y las cosas habían cambiado, yo estaba muy desvinculada del equipo y mis compañeras se habían ido. Todo era una mierda, los entrenamientos eran muy desganados, cambiaban constantemente de entrenador, no nos daban bola. De todas maneras, luego viene la pandemia y freno, ahí dije “ya está, dejo el béisbol” porque pensé que no iba a poder jugar más con la rodilla así, y entro en un bajón emocional con respecto a lo deportivo.

 -¿Cuando empezás en Daom?

Después de casi dos años de pandemia, me puse a buscar un club y me incliné por Daom porque tenían una gran cancha y buenos niveles de entrenamiento. Antes de anotarme, veía por las redes sociales que había un gran compromiso y se le daba bola a la liga, cosa que es difícil de conseguir porque en ningún lado le dan bola a la disciplina femenina.

Al principio me costó muchísimo porque yo venía de estar dos años parada, sin hacer ningún tipo de deporte, y además había dejado el gimnasio y la rehabilitación, pero a medida que pasó el tiempo me fui acomodando y ya al mes estaba sumando minutos en la primera. 

 -Y… tu sueño de la selección juvenil: ¿hubo contactos?

Para 2018 se empieza a hacer la idea de formar una selección nacional y en ese momento los entrenadores de la federación ya estaban yendo por los clubes a ver a las jugadoras en los entrenamientos. Supuestamente se estaba armando, y después se frenó todo. Al comienzo, estaba ilusionada porque en ese momento me habían dicho que estaba en la lista para ir a probarme y bueno…después vino lo de la lesión.

Cuando yo estaba frenada se volvió a armar [2021], ahí sí se llegó a hacer un equipo femenino para el Pre-Mundial y se canceló todo a último momento por falta de ingresos. Hay muchas quejas respecto a ese torneo porque muchas chicas pusieron plata y después de que se cancele jamás le devolvieron nada.

Hasta hace poco, cuando nuestra ex entrenadora de Daom, Chipi [Silvia Gauna], pasa a la federación, se empieza a armar de nuevo para un supuesto torneo este año en Venezuela. A mi me llamaron para las pruebas, tuve un reunión por zoom en marzo donde nos dijeron cómo iban a ser los entrenamientos y que se estimaba que el torneo iba a ser en Caracas entre agosto y septiembre de este año, hasta nos hicieron llenar planillas. Pero ahora estamos en mitad de año y no sucedió más nada, lo pararon. De hecho tengo compañeras que ya ni se ilusionan con la posibilidad de la selección, porque nunca se concreta.

 ¿Sentís que evolucionó la Liga femenina?

Hoy en día, hay nivel. Pero estoy segura de que habrá más aun, porque se está entrenando y yo veo como las chicas de la liga van evolucionando. Hay un esfuerzo muy grande, los equipos que están abajo se esfuerzan por mirar, filmar, analizar y aprender de los otros, y nosotras también nos mantenemos al tanto de cómo juegan las demás.

 

 

Futbolistas, rompiendo barreras y desafiando estereotipos

Por Matteo Vignapiano

El fútbol nos ha dejado millones de historias contadas y por contar a lo largo del tiempo. Algunas insólitas, como aquella expulsión a Carlos Alberto De Marta, mientras defendía la camiseta de Estudiantes, en 1972 por “insultar”. ¿Lo insólito? Era sordomudo. Otras son de superación, un ejemplo para todos aquellos que tienen una discapacidad y desean realizar algún deporte. 

Manuel Francisco dos Santos, apodado Garrincha por ser libre, puro y veloz como el pájaro que lleva ese nombre, era un jugador brasileño nacido en Río de Janeiro. El delantero tenía su pierna derecha seis centímetros más corta que la izquierda, la columna vertebral torcida y, si juntaba las rodillas, los pies le quedaban separados. Además tuvo una severa poliomielitis, un virus que ataca la médula espinal y provoca atrofia muscular y parálisis.

Sus anormalidades en las piernas no le impidieron cumplir su sueño de ser jugador. Utilizó la mencionada discapacidad para crear una nueva técnica de gambeta que para muchos lo transformó en el mejor regateador de la historia. “El dribbling consiste en amagar una cosa y hacer otra, pero Garrincha simulaba precisamente lo que terminaría haciendo”, declaró el periodista brasileño, Armando Nogueira. 

Garrincha, a pesar de sus dificultades físicas, ganó dos mundiales con Brasil (Suecia 1958 y Chile 1962) y el Campeonato Carioca tres veces con Botafogo, el club donde debutó.Es ejemplo de superación personal, pero no es el único. Hay más: 

Si retrocedemos unos años hasta 1921, en el Club Centro Atlético Lito de Uruguay, se produjo el debut de Héctor Castro a los 17 años. Hijo de padres gallegos y nacido en Montevideo, era un delantero hábil, goleador y combativo que, gracias a sus características y a su desempeño, capturó la atención del Club Nacional de Football, uno de los equipos más grandes del fútbol uruguayo, que lo contrató poco después.

Castro comenzó a trabajar a la temprana edad de 10 años. A los 13, sufrió un desafortunado accidente mientras manejaba una sierra eléctrica. Como resultado, perdió parte de su brazo derecho. Sin embargo, esto no le impidió destacarse en el fútbol profesional, mostrando un gran nivel.

Su desempeño en el Club Nacional le valió un lugar en la selección uruguaya, con la que ganó los Juegos Olímpicos de 1928. Dos temporadas más tarde, participó en la primera edición de la Copa del Mundo de la FIFA, celebrada en Uruguay, un hito trascendental en la historia del deporte, dónde quedó para siempre plasmado en todos los libros de fútbol. El 18 de julio de 1930, en el Estadio Centenario de Montevideo, durante el partido inaugural del Mundial contra Perú, Castro anotó el primer gol mundialista de la historia de Uruguay, en el minuto 65. Además, en el minuto 89 de la final contra Argentina, anotó el último gol de cabeza para sellar la victoria 4-2.

En total, disputó 25 partidos con la selección uruguaya, marcando 18 goles y se encuentra en el décimo puesto de la lista de máximos goleadores de la historia de la Primera División de Uruguay, con 107 goles. El delantero demostró que todo lo malo tiene algo bueno oculto. No se vivió lamentando por lo sucedido en su brazo, sino que lo utilizó para ganar saltos, balones divididos e incluso le pegaba a sus rivales con el muñón. Apodado “El Divino Manco’, es un ejemplo para todas aquellas personas que enfrentan desafíos en la vida. 

Volviendo a la actualidad, muchos jóvenes sueñan con convertirse en jugadores profesionales al ver a sus ídolos marcar increíbles goles en la televisión, pero solo unos pocos lo logran. En 2009, Álex Sánchez hizo su debut en el Club Zaragoza, convirtiéndose en el primer jugador con discapacidad en la primera división del fútbol español. Nacido el 6 de junio de 1989 sin su mano derecha, logró superar todo tipo de barrera preestablecida y hacer historia en el fútbol.  Actualmente juega para el Utebo Fútbol Club en la Segunda División RFEF, donde ha anotado 7 goles en 14 partidos. A sus 34 años, además de futbolista, es licenciado en Derecho y posee un doctorado en Derechos Humanos. Es el autor del libro “La vida al alcance de la mano”, que relata su historia personal y su proceso de superación. Álex no solo es apasionado por el fútbol, sino que también planea dedicarse a correr, andar en bicicleta y organizar carreras de resistencia, una vez que termine su carrera como futbolista. “Me he adaptado a todo lo que he querido hacer. Nací con la pasión por el fútbol en mis venas y la falta de una mano no me ha impedido nada. Además, he adaptado el pádel, el gimnasio y montar en bicicleta, que también me gustan, a mi discapacidad a lo largo del tiempo. Es más que un instinto de supervivencia, es un instinto de adaptación al entorno”, declaró en una entrevista para la revista Men’sHealth.

En el fútbol argentino podemos encontrar el caso de Rodrigo Rey, el arquero actual del club Independiente de Avellaneda, quien tiene una disfluencia en el habla, una forma de tartamudez. Él lo explicó en una entrevista con Tyc Sports: “Pienso las cosas más rápido de lo que las digo. Pienso 20 cosas y después cuando las quiero decir como que me trabo. Es eso, es una traba, no repito lo que digo. Vengo con el diálogo pero mi cabeza quiere ir más rápido que mi boca”. A pesar de ésta dificultad, el arquero de 33 años utilizó su profesión para hacer frente a su condición en el habla. Durante los partidos, cuando necesita dar instrucciones a sus compañeros en el campo, no experimenta esa dificultad y puede hablar con normalidad.

Sin embargo, admitió que hacer entrevistas y contestar después de los partidos representa un desafío para él, ya que es consciente de que su forma de exponer es diferente y puede ser objeto de críticas. A pesar de esto, Rey aprendió a aceptar su disfluencia como parte de él y, al amarse a sí mismo, también ama esta parte de su identidad: “La última vez que fui a un fonoaudiólogo, estaba en Newell ‘s. Más que un tratamiento era una terapia de grupo y comprendí ahí que no hay que luchar contra esto, es parte de mi”. 

El deportólogo Christian Lassen afirmó que, aunque se puede jugar sin un brazo, es evidente que habría una desventaja con los demás jugadores. Además, agregó que un jugador con los problemas físicos de Garrincha no podría jugar profesionalmente en el fútbol actual: “Mane tenía dismetría en sus piernas, lo que lo convertía en un desastre biomecánico, pero fue uno de los mejores y más habilidosos jugadores de la historia. Hoy en día, el fútbol es muy inclusivo, pero para el profesionalismo, estaríamos dando demasiada ventaja y es probable que un jugador con problemas serios sea excluido antes de llegar a la élite”.

Lassen aclaró cómo influye ser sordomudo en un futbolista: “Al fútbol se juega con el cerebro y con las piernas. Un jugador sordomudo estará en desventaja en cuanto a la comunicación dentro y fuera del campo, pero esto no tiene por qué impedir su rendimiento. Puede desarrollar su actividad con normalidad y luego se deberá ver como se puede comunicar con sus compañeros y el técnico. Pero no tiene ningún impedimento físico para jugar al fútbol”. 

Esto fue un breve repaso sobre jugadores con discapacidades que demostraron a lo largo de los años que su potencial y sus habilidades no conocen límites, evidenciando que una limitación física no debe convertirse en un obstáculo que nos detenga en la vida.

Fútbol, pasiones y pantallas

Por Sebastián Mongelos

La imagen se repite cada vez que Lionel Messi pisa un terreno de juego. Los aficionados se centran en observar a uno de los mejores jugadores de la historia con la noción de que, quizás, no volverán a tener esa oportunidad. Luz, cámara y acción. Pero, pará. Se juega un partido, no se graba un cortometraje. Esto también se reitera. Los espectadores sacan su celular para capturar lo que hacía el astro argentino. Ya no se disfruta del todo. Hay una preferencia en registrar el momento y después decir: “Yo estuve ahí. Yo lo ‘vi’ en vivo”. 

Suele ocurrir cuando hay un hecho importante o inusual. Un acontecimiento crucial como un nuevo récord. Uno que, por ejemplo, Lebron James rompió el pasado febrero tras superar los 38387 puntos anotados por Kareem Abdul-Jabbar en la NBA. Pero la noticia no solo fue la canasta histórica, sino también las repercusiones que generó la imagen del instante en el que la pelota iba hacia el aro: la gran mayoría del público, incluido los hijos del basquetbolista, sostenía su teléfono mientras estaban al tanto del marcador de la cancha, el cual indicaba cuánto le faltaba al alero de Los Ángeles Lakers para ser el máximo anotador de la historia de la competencia. Medios como The Telegraph, Marca, US Today o la australiana News.com centraron textos en esta situación y se centraba en Phil Knight, fundador y dueño de Nike, y quien estaba al lado de los hijos de James siendo uno de los pocos sin celular en mano.

Un suceso inhabitual como la visita de un seleccionado que hace pocos meses fue campeón del mundo. La Argentina venció 2-0 a Australia con goles de Messi y Pezzella en el Estadio de los Trabajadores, en Beijing, China. Un país donde el fútbol no es el deporte principal, pero en el que no desconocen la calidad de los jugadores que vienen para disputar un partido. Cada momento que se paraba el encuentro, la transmisión mostraba a todos con el teléfono. Se veía hasta los oficiales dejando de lado por unos segundos su trabajo para grabar al capitán argentino. Un hincha logró evadir a la seguridad y, con un dispositivo consigo, abrazó a Messi y saludó al Dibu Martínez. Luego, lo sacaron del campo.

¿No es más cómodo quedarse en su hogar para verlo en la televisión antes que ir hasta la cancha para observar a través del celular? Pues un informe del Instituto de Investigación de Capgemini reveló que, con los avances tecnológicos, un 69% de las personas prefieren ver el deporte en su casa, especialmente los jóvenes. De hecho, solamente el 37% visitó al menos una vez un estadio en los últimos doce meses. También la empresa menciona que estos porcentajes sufrieron un mayor cambio en Australia y en el Reino Unido. En este último está Inglaterra, la cuna del fútbol. ¿Cómo puede ser que donde se inventó el deporte se esté perdiendo la pasión por ir a la cancha?

Definitivamente es un cambio de generación y, ante el avance constante de la tecnología, pasará cada vez más a menudo. Ya no será el pitido del árbitro y que inicie el partido. Será luz, cámara, y que comience a rodar la pelota.

Celeste Chucky Alaniz, la reina sin corona en un deporte machista

Por María Eugenia Oliva

“Cuando cae el telón, una vez depositados los votos en las urnas, la realidad impone la ley del más fuerte, que es la ley del dinero. Así lo quiere el orden natural de las cosas”. El fallo de la pelea en el AT&T Center, en Texas entre la argentina Celeste Chucky Alaniz y la norteamericana Marlen Esparza por la unificación de tres títulos de la categoría mosca, se pareció mucho a ese fragmento de Eduardo Galeano. Dejó esa sensación de injusticia en el cuerpo y en los ojos vidriosos de impotencia de Alaniz.

Sus 153 centímetros nunca fueron impedimento para enfrentar a quien sea por las calles de Barrio Rivadavia. Su infancia transcurrió en el lejano oeste del conurbano bonaerense en el partido de Merlo, lugar en el que vive actualmente. Rodeada del amor de su familia, Celeste Chucky Alaniz, apodo que le puso su mamá desde bebé -no precisamente por ser una niña dócil-, llegó al boxeo a los 15 años por el consejo de su papá Leonardo Alaniz, quien vio en ese deporte la posibilidad de alejar a su hija de los conflictos que generaba una personalidad fuerte y desafiante y evitar así más de un dolor de cabeza. 

Un Ford Ka amarillo año 2000, con la imagen del muñeco Chucky en su parte trasera, estacionado en la puerta del gimnasio JCL daba la pauta de que era el lugar indicado. Desde afuera se escuchaba el ruido de guantes golpeando los sacos de box, colgados como medias reses en un frigorífico. Desde el día que pisó ese lugar, allá por el 2011, la enamoró a primera vista. Celeste Alaniz no volvió a pelearse en la calle o en la escuela: “Cuando me puse los guantes dije: esto es lo mío”, expresó con la seguridad de haber encontrado su lugar en el mundo. Y no estaba equivocada. 

El 29 de febrero de 2020, a los 23 años, se consagró campeona argentina del peso mosca ante Anyelén Espinosa por nocaut técnico en el cuarto round, 20 días antes de que el Covid 19 frenara todo tipo de actividad. En cambio, para La Chucky fue el comienzo de su escalada profesional. En ese mismo año cuando todo era incertidumbre, llegó su primer sponsor: La Herradura, símbolo de la suerte y de las buenas tapas para empanadas. La posibilidad de mantener a su hija Jazmín y de vivir del boxeo empezaba a materializarse para la pugilista.

14 años tenía Celeste Alaniz cuando se enteró que iba a ser mamá. A tan corta edad dos responsabilidades tan adultas, como la de criar un hijo y proyectar una carrera, se le hacían presentes. Lejos de tirar la toalla, algo que no se permite nunca, como cuando peleó solo con su mano izquierda por tener la otra lesionada en un combate amateur, creció y aprendió al mismo tiempo. También se dejó ayudar. La presencia de su familia y el papá de la nena fueron imprescindibles para que Alaniz forjara su futuro deportivo y pudiera terminar el secundario.

85 peleas como amateur fueron la base de la que hasta ayer fue campeona mundial mosca por la Organización Mundial de Boxeo (OMB), y que hoy tiene un registro de 14 peleas, 14 triunfos (6 KO) y 1 derrota como profesional. Chucky consiguió el título del mundo el 18 de junio de 2022, 10 días después festejaría su cumpleaños número 26. Su ciudad natal fue testigo de la victoria por nocaut técnico en el séptimo asalto ante Tamara Demarco. Primer sueño cumplido.

Ese cinturón tenía un doble mérito. Era campeona dentro de un deporte machista y patriarcal: “En el boxeo femenino hay muchas campeonas del mundo y no les dan el mismo valor que cuando sale un hombre campeón del mundo”, destacó. Y en cuanto a la bolsa que reciben las mujeres, sentenció: “Eso es algo que se sigue todavía peleando desde el lado de la mujer. La mujer no va a cobrar nunca lo mismo que cobra un hombre en una pelea”. 

Septiembre de 2022 llegó con la primera defensa del título mundial para La Chucky. El Club Atlético Ferrocarril Midland fue el marco elegido para que el 25 de ese mes la ciudad de Libertad se encandilara con el buen boxeo y con el brillo del cinturón en lo alto de su hija pródiga. Celeste Alaniz derrotó a la venezolana Débora Rengifo por nocaut técnico en el noveno round y retuvo su título mundial del peso mosca.

A 10 meses de su última pelea, Alaníz volvió a subirse a un cuadrilátero en busca de la gloria que no pudo ser. Esta vez de visitante. El objetivo era unificar los títulos mundiales de la OMB, la AMB y el CMB. Era hacer historia. Historia de la mano enguantada de una mujer. Su boxeo agresivo desde el comienzo de la pelea y su capacidad física -mucho mayor a la de su rival-, no alcanzaron para deslumbrar a los jueces de la noche.  Luego del décimo y último round las tarjetas revelaron la injusticia.

La lectura del fallo tuvo la reacción del público presente que abucheó el indigno resultado. Números como puñales en el enrojecido cuerpo de Alaniz. Mucho más dolorosos que los golpes de Esparza, que no fueron tantos. Pero como decía Galeano: “Así lo quiere el orden natural de las cosas”

Al gimnasio se acercan cada vez más nenas a practicar este deporte. Muchas lo hacen por ella. Celeste Alaniz no sólo es boxeadora.  Es mujer y campeona mundial. Madre, inspiración y la referente indicada para derribar los mitos de un deporte que siempre miró de reojo a la mujer fuerte y con guantes. 

La historia de la MLS: desde su creación hasta el traspaso de Messi

Por Por Luciano Salgueiro

30 años. Sí, ese es el tiempo que necesitó la MLS para contratar a uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos como lo es Lionel Messi. En un país donde el fútbol no es la disciplina central, la liga estadounidense golpea la mesa y marca un precedente que no cualquiera puede igualar. 

La Major League Soccer, más conocida con sus siglas MLS, se creó en diciembre de 1993 a partir de una promesa que le hizo la United States Soccer federation y Alan Rothenberg –abogado que incursionó en el deporte, especialmente el fútbol- a  la FIFA. La propuesta era crear una Liga que en un futuro se convirtiese en una de las mejores del mundo a cambio de que la organización madre del fútbol  eligiese a Estados Unidos como sede para el Mundial que se realizaría un año más tarde, en 1994.

Tras tres años de organización y trabajo, recién en 1996 se puso en marcha la competencia.  La primera temporada contó con diez equipos divididos en dos conferencias -desde el principio se copió el formato de la NBA de conferencias y luego Play offs-. En la Conferencia Este estaban Columbus Crew, D.C United (quien sería el campeón de esa temporada), New England Revolution, New York MetroStars y Tampa Bay Mutiny. Por el otro lado, en la Conferencia Oeste se encontraban Colorado Rapids, Dallas Burn, Kansas City Wiz, Los Angeles Galaxy y San Jose Clash.

La MLS tuvo una ampliación en 1998. Chicago Fire y Miami Fusion compraron su plaza y se sumaron a las Conferencias Oeste y Este respectivamente, por lo que el número de integrantes pasó a 12 en el total. Pero a pesar de esto, la Liga no contaba con un buen pasar económico tras las bajas ganancias que generaba un deporte que no tenía muchos fans y que carecía de una infraestructura semejante para mantener la competencia a futuro. 

El quiebre en la Liga de fútbol de Estados Unidos se dio en 1999, cuando la llegada de Don Garber como comisionario de la liga para reemplazar a Doug Logan le dio el impulso que necesitaba para remontar la crisis económica y sentar las bases de una competencia que prometa. El funcionario deportivo y empresario puso sobre la mesa la experiencia que tenía de la NFL, el torneo de Fútbol Americano, y comenzó a expandir el deporte. Lo primero que impuso es que se construyeran estadios propios de fútbol, es decir que cada club tenga su propio lugar para jugar y que no se alquilen infraestructuras a clubes de otras disciplinas. El primer club en tener su propio estadio fue Columbus Crew, que inauguró el Mapfre Estadium el 15 de mayo de ese mismo año con una capacidad de 20 mil espectadores.  Aun así, con el fin de terminar con el problema económico, Miami Fusion y Tampa Bay Mutiny -ambos equipos del estado de Florida- desaparecieron en 2001-. De esta forma, el torneo volvió a tener 10 clubes como en sus inicios.

Los siguientes 5 años para la MLS fueron de total tranquilidad, en donde se estabilizó en el ámbito económico y organizativo. La única modificación que hubo fue el ingreso de dos nuevas franquicias para 2004: Real Salt Lake y Chivas USA. Pero un gran impacto vino a partir del 2007. No solo a nivel competencia, en cuanto a la incorporación del Toronto FC -primer club canadiense en participar de esta liga- que contaba con su estadio propio, sino también en impacto. Por ese año, Los Angeles Galaxy contrataron a la superestrella David Beckham.  Esto promovió la famosa regla de jugador franquicia, o como también se la conoce como la Ley Beckham. Esta regla permite que cada equipo pueda tener hasta 3 jugadores franquicias, es decir, 3 futbolistas que van a cobrar un sueldo mayor al estipulado en el límite salarial de la liga. Esto abrió las puertas a que en un futuro se pudiesen contratar jugadores de talla mundial. Además, también se amplió la cantidad de extranjeros por equipo, por lo que el cupo pasó a ser de 8 jugadores internacionales por club. 

Para 2010, la MLS contaba con 16 equipos. A los 13 que había, hay que sumar el regreso de un viejo conocido como San Jose Earthquakes -dejó de participar por el lapso de dos años- y el ingreso de Seattle Sounders FC en 2009 y Philadelphia Union al año siguiente. El último club en cuestión ya contaba con su estadio propio y meses después el Nueva York construirá el Red Bull Arena –la franquicia fue comprada por la empresa dedicada a la venta de bebidas energizantes en 2008-. De esta forma, ya eran 4 los equipos que contaban con su propia cancha. Pero no es la única novedad que presentó el equipo de Red Bull, sino que también oficializó la contratación del ex Barcelona Thierry Henry, que fue otro gran golpe de exposición para la liga estadounidense.

En los siguientes años, la liga siguió aumentando el número de equipos participantes. En 2011 se agregaron Portland Timbers y Vancouver Whitecaps FC -segundo con origen canadiense-. Un año más tarde sería el turno del Montreal Impact para sumarse a los clubes de Canadá. En 2015 hubo dos nuevos integrantes: New York City FC y Orlando City SC. Ese mismo año, Chivas USA dejaría la competición y la MLS pasaría a tener un total de 20 franquicias. Pero el impacto y la relevancia que tiene el 2015 para la liga estadounidense de fútbol es central, pues es el año con el que contó con más refuerzos de elite para la temporada. Las compras de jugadores de talla mundial como lo son Didier Drogba, Kaká, Andrea Pirlo, David Villa, Steven Gerrard y Frank Lampard le dieron un salto de calidad a la competición. Es importante aclarar que 3 de los 6 jugadores franquicia que llegaron fueron traídos por el debutante New York City, quien es parte del City Group, por lo que hay detrás de esto una fuerte inyección de dinero e inversiones para la liga. 

Del 2017 en adelante, la prioridad de la MLS estaba en aumentar la cantidad de clubes participantes, o como se suele decir, equipos de expansión. En 2017 Atlanta United -que fue dirigido por Gerardo “Tata” Martino- y Minnesota United fueron los nuevos integrantes. Al año siguiente se sumó Los Ángeles FC. En 2019 ingresó FC Cincinnati. Más tarde, en 2020, se agregaron Nashville SC y el Inter Miami -presidido por David Beckham-. Austin FC, Charlotte FC y ST. Louis City SC fueron las últimas franquicias en sumarse, aunque se espera que en 2025 se incluya al equipo número 30 de la liga: San Diego FC.

Lo cierto es que en la pretemporada de este año el Inter de Miami está dando un golpe sobre la meza al contratar a dos jugadores franquicias como lo son Sergio Busquets y Lionel Messi -resta la firma de contrato, aunque el propio jugador confirmó el fichaje-. Por otra parte, el Tata Martino fue anunciado en las últimas horas como el director técnico del equipo, por lo que el salto de calidad y de juego en la competencia está más que asegurado. Sin dudas, el 2023 será un antes y después para la MLS, que tiene el agrado de tener a uno de los mejores jugadores de la historia jugando en la liga que cumple su 30° aniversario.

Los Juegos del Che, fotógrafo en los Panamericanos

Por Maria Victoria Schirmer

Ícono de la lucha socialista revolucionaria en América Latina, la mano derecha de Fidel Castro o personaje central en la revolución cubana, son algunas de las atribuciones por las cuales es conocido el nombre del “Che Guevara”. Hijo, hermano, jugador de rugby, estudiante, fundador de la revista Tackle (ter­ce­ra pu­bli­ca­ción rugbistica en la his­to­ria ar­gen­ti­na), viajero inquieto, médico, marido y padre son las menciones que aluden en resumidas palabras, y a falta de muchas más, lo que fue el Che, antes de ser el Che.

Es conocida la afición que Guevara tenía por la fotografía, la usaba como retrato para documentar y denunciar injusticias sociales. “Lo visual es un modo de conocimiento, de aprehender lo vivido. La cámara le permite guardar experiencias personales, lo que le sorprende, lo que quería resaltar o conservar”, aseguró Cora Gamarnik, historiadora de fotoperiodismo que se encuentra realizando una investigación sobre la faceta del Che como fotógrafo.


“Mi trabajo durante los Panamericanos fue algo agotador en todo el sentido de la palabra. Mi promedio de horas de sueño no pasó de cuatro durante los Juegos, debido a que yo era también quien revelaba y copiaba las fotografías”, contó el Che en una carta a una compañera de la universidad.

Sus inicios con la cámara se pueden encontrar en el libro “Historias de Fotógrafos” de Marcos Zimmermann, y se remontan a 1954, cuando Ernesto -porque hasta ese momento era solo Ernesto, un joven de 26 años- llega a México junto con la que sería su primera esposa, Hilda Gadea, en un intento de huir del golpe de Castillo Armas contra el gobierno de Jacobo Arbenz en Guatemala. Para ese entonces, se hallaban sin dinero por lo que Ernesto y un amigo, Roberto Cáceres, utilizaron la fotografía, o más específicamente, una cámara retina de 35 mm prestada, como forma de ganarse la vida. Trabajando de reporteros callejeros todas las tardes recorrían los parques de la Ciudad de México en busca de historias que contar a través de imágenes. Una de esas tantas tardes, viajando en tren con la idea de llegar a Zócalo (formalmente conocida como Plaza de la Constitución), Guevara se cruzó con el médico y periodista argentino Alfonso Pérez Vizcaíno, quien dirigía la Agencia Latina de Noticias, creada en 1945 por Juan Domingo Perón como forma de competir contra las grandes agencias informativas de Estados Unidos. En su diario, el Che hace mención de este encuentro: “Conocí al jefe de la Agencia Latina, que es médico, simpatizó conmigo y me nombró corresponsal provisorio”.

El atleta argentino Juan Carlos Miranda ganó los 1.500 metros. Foto: Ernesto Guevara.

Así conseguiría el contrato de reportero gráfico para trabajar durante los segundos Juegos Panamericanos de la historia –los primeros fueron en 1951 en Buenos Aires- que se llevaron a cabo en México del 12 al 26 de marzo de 1955, y en el que participaron 22 naciones y casi 3.000 atletas; Argentina quedó segunda en el medallero con 27 oros y 73 medallas en total, destacando la actuación del equipo de básquet, que se transformó en el primer equipo en vencer a Estados Unidos (lo hizo 54 a 53) en una competencia de ese tipo.

Durante el desarrollo del certamen, Guevara cubrió todos los eventos, y se desempeñó no sólo como reportero gráfico, sino también como compilador de noticias, redactor, fotógrafo, laborista y cicerone de los periodistas que provenían de los distintos países de América del Sur. “Mi trabajo durante los Panamericanos fue algo agotador en todo el sentido de la palabra. Mi promedio de horas de sueño no pasó de cuatro durante los Juegos, debido a que yo era también quien revelaba y copiaba las fotografías”, contó el Che en una carta que escribió a Tita Infante, una amiga y compañera suya de los tiempos en que estudiaban medicina en la Universidad de Buenos Aires. También realizó numerosas entrevistas, una de ellas– que se puede encontrar en el libro “Rey de los caminos, Ernesto Guevara antes de ser el Che” del periodista Horacio López Das Eiras– a la tenista cordobesa Viola Livetti, que fue eliminada en cuartos de final de ese campeonato, que integró el equipo nacional del que formaban parte Enrique Morea y Mary Terán de Weiss, y que llegó a ser número uno del tenis femenino argentino en 1961: “¿Quién puede ser?, me pregunté sorprendida cuando me dijeron que un periodista argentino deseaba entrevistarme. Yo no era tan famosa como para que vinieran a verme. Cuando salí del vestuario vi que me estaba esperando. Lo recuerdo como si lo viera hoy; tenía un traje gris, una camisa blanca con el cuello asomado a la solapa, una cámara colgada y seguía con su pelo corto y su jopo”. Muchas de las fotografías que el Che sacó durante los Juegos se conservan en el archivo personal de Aleida March, su segunda mujer, en Cuba.

Algunos dicen que el sueldo de Guevara, y que Vizcaíno había prometido con un contrato de un año, era de 700 pesos mexicanos al mes, otros, que era de 500, en algunos portales indican que el acuerdo era por un total de seis mil pesos, y otros, que era de cuatro mil dólares; nunca se sabrá la cantidad exacta de lo que debía serle pagado, pero sí que recibió la compensación por su trabajo.  “La dichosa agencia pagó ya, y el dinero que tengo quisiera invertirlo en un viaje a Europa”, escribió el Che en una carta. El 16 de septiembre de ese año, el gobierno de Perón fue derrocado a través de un golpe militar. La Agencia Latina de Noticias se había disuelto unos meses antes; el 20 de junio, elaboró un documento en el que dejaba constancia acerca de la labor del Che Guevara como redactor, y con el cual se puede constatar su incursión en el mundo del periodismo deportivo. 

 

Ilustración de tapa: Augusto Papasidero

Benjamín Viaña: “Es de lo mejor ponerse la celeste y blanca para jugar”

Por Bianca Maggi

Benjamín Viaña es un jugador de tenis adaptado, que a principios del mes de junio se lució en los Juegos Parapanamericanos Juveniles 2023, que se disputaron en Colombia, de donde volvió con medallas de oro y plata. 

Nacido en Tucumán, ocupa el puesto 14° en el Ranking ITF y con 17 años ya logró representar al país y cumplir muchos de sus sueños.

El joven comenzó a practicar tenis adaptado hace seis años, tras un accidente que tuvo hace diez, y que lo dejó en silla de ruedas: “Me resolví bastante bien, tratando de seguir adelante. El deporte siento que ayuda mucho a la gente que tiene -o se le genera- una discapacidad; te ayuda a ser más autónomo, a moverte por otros ambientes sin dependencia”. 

Comenzó su historia en una escuelita de su provincia, como un hobby, como cualquier chico que busca empezar un deporte nuevo para conocer más gente; aunque Benja buscaba un deporte individual y muy competitivo, porque es “un poco ansioso” y no le gusta tener que moverse al ritmo de otros. Fue entonces cuando su entrenador, que tenía experiencia en competencia, le propuso viajar a Buenos Aires a jugar un torneo: “Ahí conocí a la gente de la Asociación Argentina de Tenis Adaptado; empecé a ir a concentraciones en el CENARD más seguido, haciendo más horas de entrenamiento, y a partir de ahí, el año pasado arrancamos a hacer giras”. 

A pesar de la corta edad, el tucumano ya disputó la Copa del Mundo de Italia 2021 y en Portugal 2022, el Chile Open de 2022, el Corendon Open 2023 y los Juegos Parapanamericanos Juveniles 2023. “Es algo muy lindo. Es de lo mejor ponerse la celeste y blanca para poder jugar algunos partidos, sobre todo cuando jugas con algún compañero en la cancha, es buenisimo”, confesó Benjamín. 

Del 2 al 12 de junio, se disputaron en Colombia los Juegos Parapanamericanos Juveniles. Benjamín Viaña, junto con su amigo del colegio y dupla en el deporte Gonzalo Lazarte, formaron parte de la lista de 122 atletas argentinos que asistieron al evento polideportivo juvenil. Ellos fueron los únicos dos que representaron a Argentina en la categoría de tenis en silla de ruedas; y juntos, consiguieron una medalla dorada en Dobles, luego de ganarle a Brasil por 6-2 y 6-1. Individualmente, se enfrentaron entre ellos por el primer y segundo lugar en Singles: Viaña se llevó la medalla de plata y Lazarte la de oro.

Por último, a pesar de sus logros, Benjamín admitió que al deporte aún le falta algo: “Le falta difusión, tanto en Argentina como en Sudamérica y en todos lados. Es lo que más lo ayuda a crecer al tenis adaptado, es algo que va mejorando con el tiempo pero todavía falta”. De hecho, fueron muy pocos los canales de comunicación que le dieron visibilidad a los Juegos Parapanamericanos y los resultados tanto del tenis en silla de ruedas como de cada disciplina, donde Argentina finalizó en el segundo lugar en cantidad de medallas.