sábado, diciembre 21, 2024
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Angola, el más ganador del AfroBasquet

Foto: Edições Novembro

Por Carolina Jurczyszyn

“Tu valor no disminuirá por la incapacidad de alguien de ver tu valor”, escribió el 21 de junio de este año el angoleño Bruno Fernando en su cuenta de Twitter, a fin de confirmar su participación en la liga más importante del básquet, la National Basketball Association (NBA).

Desde la creación del torneo nacional en Angola en 1985, sólo un jugador de dicha nacionalidad fue seleccionado en un Draft. Además, Fernando fue el único africano en el sorteo del 2019 y quedó en la trigésimo cuarta posición. Philadelphia 76ers fue quien lo eligió, pero fue traspasado al Atlanta Hawks, de la Conferencia Este.

El atleta de 2.08 metros se formó en Primeiro de Agosto y luego se trasladó a Estados Unidos, a los 16 años, donde se desarrolló como basquetbolista en la Universidad de Maryland.

Al básquet de Angola le ocurrieron muchos acontecimientos durante los 38 años del mandato presidencial que tuvo José Eduardo Dos Saltos, entre 1979 y 2017. La república situada al sudoeste del continente más dañado por guerras civiles, se refugia en el deporte más popular que posee entre sus 29 millones de habitantes. Todo comenzó en 1976, cuando se fundó la Federación Angoleña de Básquet, a lo que siguió, tres años más tarde, la afiliación a la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA). Angola es el conjunto africano más ganador del AfroBasquet (11 títulos en 18 participaciones), torneo que integran 16 combinados y que se disputa cada dos años.

Después de haber sido el tercer clasificado de su continente -detrás de Irán y Nigeria-, comenzará su octava participación en el Mundial de básquet ante Serbia el 31 de agosto en Foshán, con el objetivo de mejorar su noveno puesto en Japón 2006 e intentar culminar como la mejor Selección africana, para poder acceder a los próximos Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

El regreso del activista Eddie Mabo

Por Nicolás Resnizky

Son las once de la mañana del 3 de junio de 2014. San Antonio Spurs acaba de eliminar a Oklahoma City Thunder en la Final de la Conferencia Oeste y se prepara para pelear el título de la NBA contra Miami Heat. Los texanos quieren dejar atrás los fantasmas de aquella noche de 2013 en la que se les escapó el campeonato contra el mismo rival. Enfrente tienen caras conocidas: LeBron James, Chris Bosh, Ray Allen y Dwyane Wade. Gregg Popovich convoca al equipo en la sala de videoanálisis para empezar el entrenamiento. “¿Alguien sabe qué día es hoy?”, pregunta Pop y descoloca a sus jugadores. En la pantalla se proyecta la foto de un negro, de aproximadamente 50 años, con una tupida barba canosa. Patty Mills levanta la cabeza. Sabe quién es el hombre de la foto pero no dice nada, le interesa saber a qué conclusión quiere llegar su entrenador. Después de varios segundos de silencio el actual seleccionador estadounidense se dispone a contarle a sus jugadores la historia de Eddie Mabo. 

Mabo fue un aborigen australiano nacido en el Estrecho de Torres, región que contiene más de 270 islas y que divide Australia y Papúa Nueva Guinea. En 1973, su esposa Bonita Mabo y él fundaron la primera Escuela para la Comunidad Negra en Townsville, donde se les enseñaba a los niños la cultura aborigen, en vez de la británica. Ferviente militante de los derechos de los pueblos originarios, encabezó el movimiento para revocar la doctrina de Terra nullius sobre las islas del Estrecho de Torres. Según esta ley, antes de la llegada del colonizador James Cook a Australia en 1770, ese territorio no tenían dueño. De esta manera, se le negó a los aborígenes la propiedad de sus tierras. En los ‘80, Eddie Mabo y otros isleños llevaron el reclamo a la Corte Suprema de Australia y el caso tardó una década en pasar por el sistema jurídico. A principios de 1992, Mabo falleció producto de un cáncer. Cinco meses después, el 3 de junio de 1992, la Corte Suprema reconoció que la tierra le pertenecía a los aborígenes y que los descendientes tenían derechos sobre ellas. Desde aquel año, cada 3 de junio se celebra el Mabo Day. 

Popovich termina de hablar y le cede el turno a Patty Mills para que cuente su historia. Su padre, Benny, nació en el Estrecho de Torres y es sobrino de Eddie Mabo; su madre, Yvonne, es hija de una aborigen y un australiano blanco. Ella pertenece a la Generación Robada, un grupo de niños indígenas que entre 1869 y 1976 fueron arrancados de sus familias por parte del Estado y misiones católicas y adoptados por australianos británicos. Yvonne y Benny se conocieron en Canberra, donde se casaron y fundaron un club de básquet para chicos aborígenes.

Patty Mills mamó la pasión por la naranja y el aro desde los cuatro años. A los 17 se mudó a California para competir en la liga universitaria de Estados Unidos y fue nombrado el mejor debutante del año de la Conferencia Oeste. Paralelamente, hizo su debut con la Selección mayor en el Campeonato FIBA de Oceanía 2007 y un año después representó a Australia en los Juegos Olímpicos de Beijing, donde promedió 14.2 puntos y 2 asistencias. En 2009 fue seleccionado por los Portland Trail Blazers en el draft de la NBA y tres años después fue traspasado a los San Antonio Spurs.

Finaliza la sesión de video en San Antonio. Muchos podrán decir que deberían haberse enfocado únicamente en la preparación del partido con los Heat. Popovich, como siempre, tiene una respuesta sensata: “9 de los 15 jugadores del plantel son extranjeros. Creo que la diversidad ayuda a crear un ambiente de camaradería, a querer jugar y ser responsable con el otro. Esa es nuestra identidad”.

Pasan 12 días, 5 partidos, 51 puntos, 8 asistencias y 7 rebotes para Mills. Los Spurs vuelven a ser campeones de la NBA después de 7 años. En los festejos, Patty recibe dos banderas de su padre. El base le alcanza la australiana a su compatriota, Aron Baynes. Luego despliega la otra: tiene dos franjas verdes, que representan el suelo, una azul para simbolizar el mar, una estrella de cinco puntas en alusión a los grupos de islas del Estrecho de Torres, y un dhari blanco que identifica al pueblo. Mills se cuelga la bandera, aquella por la que su tío abuelo, Eddie Mabo, luchó con tanto ímpetu. Por fin levanta el trofeo y recuerda un proverbio de sus antepasados indígenas: Tu pasado tiene que conectarse con tu presente para crear tu futuro.

 

De vivir a escondidas a ser MVP

Por Juan Peyret

En los años ’90 todo marchaba muy bien económicamente para los griegos, pero su desprecio por los inmigrantes, principalmente negros, era más que notable. De hecho, todos los estudios de la Unión Europea sobre racismo sitúan a Grecia con los índices de racismo, xenofobia y antisemitismo más altos del viejo continente.

En este contexto, Charles y Verónica, inmigrantes nigerianos provenientes de Lagos, llegaron a Atenas en 1991 y decidieron tener a sus hijos en Sepolia, pero el estilo de vida de esa familia era diferente al de las demás. Thanasis (1992) y Giannis (1994) en sus infancias se dedicaron a ser vendedores ambulantes de CDs y hasta relojes para conseguir, al menos, 10 euros para comer y así ayudar a sus padres. En más de una ocasión, el alero de los Bucks dijo que siempre se expuso a los insultos y que se iba a dormir sin la garantía de que su padre y madre estuvieran al día siguiente. El miedo a la deportación era constante.

Pasaban los años y la situación era la misma: seguían viviendo a escondidas para que no los expulsaran del país, y a eso se le sumaba la responsabilidad de cuidar a sus 2 nuevos hermanos: Francis y Alex. No obstante, en 2007, el entrenador del Filathlitikos Spiros Velliniatis lo vio jugar y decidió sumarlo al club a sus 13 años. Giannis aceptó con la condición de que les dieran trabajo a sus padres y, por lo menos, contar con un sueldo para poder darle de comer a una familia de 6 personas.

Antetokounmpo debutó en primera a los 17 años, en la segunda liga griega de básquet, y un torneo le bastó para que el Zaragoza le diera un contrato para jugar en la liga española. Así, el club adquirió sus derechos deportivos y federativo en 2012, aunque no llegó a jugar para ellos. El gran movimiento mediático que causó el interés de varios clubes europeos y franquicias, lo benefició para conseguir la nacionalidad griega, junto con su familia, y eligió integrar el Draft de la NBA. El 27 de junio de 2013 fue elegido por los Milwaukee Bucks en el puesto 15.

En 2013, en su primera temporada en la NBA y ya siendo oficialmente griego, fue convocado por la selección sub-20 para el campeonato europeo de ese año, y Grecia terminó en el quinto lugar. En ese torneo, Antetokounmpo fue elegido en el NBA All-Rookie Team.

Desde que llegó a Estados Unidos, no paró de brillar. Fue elegido como el mejor jugador joven en su segunda temporada, mejoró su rendimiento, se destacó entre los mejores aleros de la prestigiosa liga, alcanzó las 1.000 asistencias y una efectividad en los tiros superior al 50% a los 23 años (logro que sólo había conseguido Magic Johnson) y fue el jugador más valioso (MVP) en el campeonato 18-19, con un promedio de 27.3 puntos, 12.9 rebotes y 6 asistencias por partido. Incluso, llegó a ser capitán del mejor equipo de la Conferencia del Este (Team Giannis) en el Juego de las Estrellas contra el Team James. Todos estos motivos hicieron que los dirigentes de Milwaukee Bucks le ofrecieran el mejor contrato de la historia de la NBA (247 millones de dólares divididos en 5 años de contrato) para retenerlos en sus filas.

Con la Selección de Grecia no tuvo la misma suerte: en el Mundial de 2014 alcanzó el octavo puesto, en la EuroBasket 2015 quedó eliminada contra España, la última campeona, y no clasificó a los Juegos Olímpicos de Río 2016. Este año, en China, Giannis tendrá revancha en su mejor momento con país. Grecia integra el grupo F, que jugará en la ciudad de Nanjing, junto con Nueva Zelanda, Brasil y Montenegro.

José Luis Santero: correr a oscuras

Por Santiago Oviedo

Está sentado en una reposera hablando con Gabriel Jalile, su guía. El sábado de José Luis Santero había empezado con unas pasadas en el Parque de Lomas a las 5 de la mañana y luego dirigió a sus alumnos de Auriga Team, su grupo de running. Cada vecino lomense que pasa por el parque si lo ve lo saluda, y cada conocido al que le preguntan por él siempre destaca algo bueno. “Imaginate correr dos segundos con los ojos cerrados desde esta silla hasta ese árbol. Ahora, sumale la velocidad en la que corre. Lo tenés que ver, no lo podés creer. Siento mucha admiración por él”, dijo su alumna Fátima Vergara.

José Luis Santero es uno de los mejores maratonistas y fondistas del país, y es no vidente. En su palmarés se encuentran dos Maratones de Buenos Aires, la de 2010 y la de 2011, de las cuales en la primera tiene el récord de tiempo de la competencia con 2:37:40. Para lograr un entrenamiento superior había ido al pueblo de Cachi, en Salta, esperando hacer quizás 2 horas con 43 minutos, por lo que este récord fue totalmente inesperado para él. Ese fue su mejor momento deportivo. Participó también en los Paralímpicos de Londres 2012, donde quedó en el puesto 14 del maratón. Su último logro destacado fue el primer puesto en el Campeonato Argentino y Encuentro Iberoamericano de Carreras de Calle para Ciegos y Disminuidos Visuales, llevado a cabo en Rosario en abril de este año, en el que hizo 15 kilómetros en 58 minutos.

En palabras de José, Londres 2012 fue “como tocar el cielo con las manos”, porque finalmente pudo representar al país en unos Juegos Paralímpicos. Aunque no obtuvo la marca que buscaba tener, la considera como la mejor experiencia que tuvo. Desde Barcelona 1992 ningún argentino había participado a nivel paralímpico en un maratón.

Una retinosis pigmentaria de nacimiento hizo que progresivamente vaya perdiendo la vista desde 2005. De hecho, cuando participó en Londres 2012 aún podía ver su reloj y controlar sus tiempos de corrida, pero desde fines de 2014 necesita de sus guías para llevar a cabo sus actividades.

Cuando era chico, su sueño no era ser un gran atleta ni hacer maratones, sino que quería representar al país en el fútbol. Hizo inferiores en Ferro y jugaba de 5. Le iba bien, pero el estudio lo alejó, más por obligación de la madre que por otra cosa. Los entrenamientos le sacaban mucho tiempo.

Para 2006 José pesaba 101 kilos y fumaba por día 40 cigarrillos. En ese entonces se agitaba de solo subir un piso por escalera. Un médico le aconsejó comenzar en el gimnasio y a hacer atletismo, al que se dedicó con mayor seriedad desde 2008. “Es como si hubiera reemplazado una adicción por otra. No toco un cigarrillo desde hace 13 años”, afirmó.

En su vida tuvo dos grandes pérdidas: la muerte de su madre, en 2007, y la de su amigo y primer guía, Alejandro Luchik, en 2016. Según su pareja Lorena Mourkazel, el segundo fue el gran momento en el que necesitó contenerlo. “La verdad pensé que José iba a dejar de correr. Fue chocante porque 48 horas antes estaba corriendo con él en Rosario. Cuando esto pasa lo que más te impacta es la edad”, dijo Mourkazel. Algunas personas celebran de facto en el país el 17 de mayo el Día del Guía, en conmemoración a la muerte de Alejandro, algo con lo que José no está muy de acuerdo, porque “Ale no fue guía sólo ese día, sino todo el año”. Fue muy importante en su vida y afirma tener los mejores recuerdos de él. Cuando falleció confesó, entre lágrimas, haberle agradecido a la madre por el hijo que había tenido.

La primera competencia de importancia en la que estuvo fue el Para-panamericano de Guadalajara en 2011, en el que participó en los 1500 y los 5000 metros, mientras que en los ODESUR 2014 de Santiago de Chile pudo obtener la medalla de bronce en los 5000 metros.

Pero no todo son alegrías en lo deportivo. Siempre tuvo mala relación con la Federación Argentina de Deportes para Ciegos (FADEC). En el CENARD nunca hubo un entrenador para las especializaciones de José, por lo que siempre necesitó de personas por fuera de esta entidad. Esto significa que no tiene representación ni voz a la hora de tomar decisiones. En 2016, por ejemplo, pese a haber hecho marcas clasificatorias, la FADEC no le otorgó el cupo para ir a los Paralímpicos de Río. Por esta cuestión y otras, desde hace unos meses están en litigio. Antes, cuando la relación con este organismo estaba mejor, tenía esperanzas de ir a Tokio 2020, pero ya no. Actualmente se está preparando junto a Gabriel para volver a correr la Maratón de Buenos Aires y quizás participar en las de Nueva York y Dubái.

Otra polémica en su carrera es la Maratón de Rotterdam de 2015. Por importancia, era una de las competencias donde tenía que hacer mejor tiempo para ir a Río. Según le dijo el en ese entonces guía Matías Candel a Página 12, en esa carrera José hizo trampa. Su testimonio dice que en el kilómetro 18 abandonó la competencia por el cansancio, y dejó corriendo sólo a Alejandro. José y Matías fueron en subte y Santero retomó en el kilómetro 38. Es decir, corrió solo 22 de los 42 kilómetros. Las fotos de la competencia, de hecho, muestran que la musculosa que José tenía puesta al inicio de la carrera terminó usándola Alejandro en la recta final, mientras que Santero usaba otra con el mismo número.

La versión que José defiende es que él corrió toda la carrera, pero que Candel fue el que se cansó en el kilómetro 18. Desde allí hasta el final de la carrera estuvo acompañado por otro corredor de la competencia que no era guía suyo, como otras veces le ocurrió, hasta que Alejandro logró alcanzarlo. José hizo el tiempo necesario para clasificar, pero este incidente no fue una de las razones por la cual no fue a Río, sino por haber entrenado por fuera de la FADEC. Rotterdam es otro tema en el cual también se encuentra en litigio. “Candel es un chico que siempre tuvo dudas para correr y nunca ganó nada, esa es la realidad. Nunca entendí qué le podían envidiar a una persona con mi discapacidad, pero supongo que armó todo esto para desprestigiarme por no trabajar más conmigo”, declaró.

Para José una de las cosas más difíciles es encontrar un guía. No hay un curso o cuaderno que enseñe cómo serlo. Ser guía es algo que se aprende con el corredor y lleva mucho tiempo de práctica. Es sincronización y coordinación, porque los dos deben tener una velocidad y forma física semejantes. Generalmente son atletas que buscan nuevos desafíos y, por las aspiraciones personales que pueden tener, no todos están dispuestos a asumir ese cargo.

Con su guía Gabriel trabaja desde hace 2 años. “Con Jo es la primera vez que tuve la oportunidad y bueno, me gustó ser guía y lo sigo haciendo desde hace mucho tiempo, aparte de que yo a veces tengo mis propias carreras que corro solo, pero me enfoco más en Jo y en sus competencias. Es una persona muy noble”, dijo. Lorena lo definió como alguien competente, que busca mejorar personalmente a la par de José.

Un tema en el que la pareja también está involucrada es en la lucha de las personas electrodependientes. Apadrinan el proyecto “Conectados a la Vida” de la Asociación Argentina de Electrodependientes (AAdEd), y cada tanto organizan carreras en beneficencia. También asiste mucho a eventos de concientización de enfermedades. Por ejemplo, el 2 de abril estuvo presente en “Lomas Habla de Autismo” en el parque municipal. “Tiene que haber una política más inclusiva a nivel nacional. La gente no termina de tomar conciencia, pero está bueno que, por lo menos, se conozcan estas cosas”, dijo.

Todas las personas de su entorno siempre lo apoyaron, no así las empresas. “Los sponsors no nos ven como negocio porque somos una población menor”, dijo. Al estar peleado con la FADEC, tampoco recibe apoyo del ENARD: ya no le pagan por ser deportista de élite. Sin embargo, en cuanto a la creación de la Agencia del Deporte, sí cree que es útil. “Si está bien articulada puede ser lo mejor para el deportista. Con estas cosas se achica la brecha con Europa”, afirmó. La única entidad que lo respalda es la Municipalidad de Lomas de Zamora, de la que está muy agradecido.

El mensaje que le quiere dejar a los atletas paralímpicos es el de persistir, trasmitir esa resiliencia que tiene para triunfar. Hay que tener voluntad y disciplina y salir a buscar lo mejor de uno mismo. También hay que tener apoyo de la familia, porque sin ellos no sos nada, poder visualizar y ser apasionado por lo que uno hace. Eso me ayudó muchísimo”.

De fracasado a histórico, la historia de Maxi Gagliardo

Por Hernán Meriles

28 de abril de 2019. Suena el silbato de Néstor Pitana que marca el final del partido por el desempate del primer puesto de la B Nacional. Arsenal venció 1-0 a Sarmiento y volvió a la Primera División después de un año. Todo es euforia y festejos, pero hay un jugador de los de Sarandí que disfruta más que el resto: se trata de su capitán y una de las figuras claves en el ascenso, su arquero Maximiliano Gagliardo, que está cumpliendo el sueño de toda su vida, llegar a lo máximo del fútbol argentino.

“Esto es para mi hijo, que le decían que su papá era un fracasado que nunca iba a llegar a la primera división”, declaró, entre lágrimas, Gagliardo en el campo de juego del Florencio Sola, en los instantes posteriores a la finalización del partido. “Esto es para él (su hijo), le demostré que con trabajo, esfuerzo y humildad se puede lograr cualquier cosa. Es el logro más importante de mi carrera”, agregó.

Este día, Tobías, hijo de Maxi, no se lo va a olvidar nunca. No sólo por el logro conseguido por su padre, sino por la enseñanza que le deja. En su carrera, han sido más los momento malos que los buenos. Por eso este ascenso lo disfruta el doble.

“Fracasado es una palabra muy fea. Ninguna persona es fracasada. Fracasado es aquel que no intenta, una vez que lo intentas, dejas de serlo”, suelta, al borde de las lágrimas y desbordado de emoción, el uno del Arse.

Y así fue. No son sólo palabras, es el resumen de la vida futbolística de Gagliardo. Lejos quedó en el tiempo la primera vez que se puso por delante de los tres palos como profesional, allá por 1999 en el arco de Brown de Arrecifes. Desde aquel momento, el nacido en Chivilcoy debió remarla, y mucho. Toda una vida en el ascenso, vistiendo los colores de El Porvenir, Flandria, Platense, Deportivo Morón, un breve paso por Unión San Felipe de Chile, Tristán Suárez, Defensa y Justicia, Flandria, Atlanta, Los Andes , hasta recalar en Arsenal.

Siempre con la frente en alto y sin desesperarse. Como si supiera que algún día el fútbol le iba a recompensar todo este sacrificio. Este trayecto no fue fácil. Y el propio Maxi lo reconoce. Un campo minado en el que llueven las críticas cuando a uno no le salen las cosas. El arquero admitió que tuvo que guardarse la bronca de los comentarios negativos y centrarse en su objetivo. Y en ningún momento, el “fracasado” se despegó de esta filosofía.

Gagliardo aseguró que llegó un punto en que se le hizo difícil sobrellevar esta situación, porque estos comentarios llegaron a oídos de su hijo Tobías, y le generaron mucho dolor a los dos. Pero intentó no desviarse de su objetivo. “Tenía la necesidad y la obligación como padre de demostrarle que lo que uno sueña, se puede lograr”, expresó con bronca, con los dientes un poco apretados, recordando esos duros momentos que le tocó vivir.

El fútbol, deporte muchas veces injusto, esta vez tuvo compasión. Maxi está cumpliendo su sueño de atajar en la élite del fútbol de nuestro país. A sus 36 años, es capitán y una de las figuras del Arse, que ganó sus dos primeros encuentros en el arranque de la Superliga. Como si esto fuera poco, el uno del equipo de Sarandí no recibe un gol por los puntos desde el 30 de marzo, en el triunfo de su equipo por 3 a 1 ante Villa Dálmine por la B Nacional. Desde entonces, acumula 583 minutos con la valla invicta, que se convirtió en la mejor racha del club del Viaducto.

Maximiliano Gagliardo buscará seguir haciendo historia bajo los tres palos. Pero para Tobías, él ya se convirtió en el mejor “fracasado” de la historia.

Agustín Toth: el sueño de ser Pumita se hizo realidad

Franco A. Rodriguez

“En la vida siempre debemos ir hacia adelante y hoy más que nunca. Este es mi momento”. Topadoras humanas ralentizarán el proceso, aunque el objetivo siempre debe ser claro: antagónico al impreciso pique del balón. A pesar de que el ovoide se traslade generalmente hacia atrás, deberá llevarlo con seguridad y pasión hacia adelante. Sostenerlo, como su anhelo por ingresar al terreno de juego. Cruzar la línea, apoyarlo y gritar de alegría como en aquel primer entrenamiento. Abrazarse, y como siempre, volver a empezar. Agustín Toth, hoy convocado al plantel Pumita, logró el try de su vida. “Me siento pleno. Pero voy a ir por más, nunca es suficiente. Ya estoy acá y voy a disfrutar”.

Quizá hoy sea pieza importante del plantel pero no siempre fue el rugby su principal anhelo. Antes de subirse al micro con sus compañeros hacia Rosario, Santa Fe, y dejar la vida por la blanca y celeste, tuvo un inicio peculiar. Su carrera deportiva comenzó en el Country de Banfield, jugando futsal: un deporte en el que no se usan las manos, menos en un puesto. El sendero lo guiaba hacia la defensa del arco de tres metros de ancho y dos de alto con sus guantes originalmente blancos, y luego grises tras varios partidos. En ese entonces, en 2007, el pequeño de ocho años se despertaba con el objetivo de mantener su valla en cero: “Miraba mucho a los arqueros en la televisión con el afán de seguir mejorando, corregir errores y dar lo mejor siempre”.

Un día la programación fue diferente. Era un deporte que no se jugaba con los pies en todo momento salvo en situaciones puntuales del partido y la pelota no era redonda. “Me resultó curioso”. Si bien para él era normal dormir el balón entre sus brazos y manos, le sorprendió la forma en la que se distribuía el juego: “Era una locura ver que se la pasaban para atrás. Pensé que estaban aguantando el resultado”. 

Ese mismo año la Selección Argentina de Rugby consiguió el histórico tercer puesto en la Copa del Mundo en Francia tras vencer al anfitrión por 34 a 10. “Hubo bastante difusión al respecto y mi hermano Nicolás, de cinco años, insistió en empezar a jugar y yo no quería saber nada, estaba enamorado del fútbol. Fui a ver su primer entrenamiento en Lomas Athletic y luego de agarrar la pelota, se llevó por delante a tres pibes sin ningún problema. Me llamó la atención y al otro día me anoté. Duré cinco años con ambos deportes y cuando tenía 13 entendí que quería el balón que picaba para todas partes, que amaba el contacto físico y la fricción que conllevaba. Elegí el rugby”.

El segunda línea del Lomas pensó que ya era parte del “mundo rugbier” pero no fue así, era solo el comienzo. En 2015 reconoció el cambio cuando comenzó a jugar para la categoría M16 en la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA): “Tocás un nivel distinto. Vivís el deporte más duro, te das cuenta que el club no es lo mismo, los chicos no se preparan igual y el entrenamiento te exige otro nivel de concentración”.

Ese mismo año, el jugador de categoría 99 tuvo su primer Campeonato Argentino de Rugby en el que competían los seleccionados de las uniones provinciales y, por ende, sus primeras concentraciones: “Tuve la suerte de jugar no sólo con los mejores de Buenos Aires sino también con los más destacados de Argentina. No sentí que haya subido un escalón en mi carrera sino dos y muy altos”.

Su camino se volvió muy sacrificado, aunque feraz. En 2017 lo convocaron al proyecto formativo de jugadores de la Unión Argentina de Rugby (UAR) denominada Plan de Alto Rendimiento (PlaDAR). Él, contento; sus padres, preocupados por su carrera universitaria.

Toth había finalizado sus estudios en el colegio Sarmiento de Temperley y, por medio del deporte que practicaba, quiso abocarse al periodismo deportivo. La UAR le facilitó la decisión y le ofreció una beca completa en la Universidad Siglo XXI y la posibilidad de cursar a distancia desde la computadora, con trabajos prácticos virtuales y una plataforma para mantenerse en contacto con los profesores. “No tenía que viajar y no me iba a sentar en una silla en la que no entro por una explicación de cinco horas. Manejaba mis horarios y es hasta el día de hoy que lo sigo haciendo”.

Sin embargo, les aclaró a sus padres que antepondría el rugby, no sólo por gusto sino también por tiempo disponible: “La verdad es que no sé si voy a poder tener la oportunidad de ejercer como periodista y a la vez jugar. El estudio es mucho más práctico que teórico y ese es mi problema. No doy abasto con los horarios y ajustarme a ellos para dedicarle lo necesario no es muy conveniente en este momento. Es una decisión mía no priorizarlo pero pienso terminarlos”.

En julio su vida dio un giro inesperado. A pesar de amar el color rojo, amarillo y verde de su club, sus preferidos siempre fueron el celeste y blanco. El entrenador Pumita, Gastón Conde, lo llamó para que sea parte del plantel argentino M19 para el Sudamericano Juvenil A. Terminó de jugar el Torneo Argentino y se fue directo a la cita internacional. “Fue todo muy rápido. Estaba jugando para mi país cuando en ese momento pensaba que quizá en dos años se me iba a dar la oportunidad. Me dieron la ropa y la piel se me erizó completamente. Era otro de mis sueños pero lo veía inalcanzable. Una gran responsabilidad pero también una zanahoria para levantarse todos los días, romperse el alma y dar lo mejor día a día”.

Pero las emociones y nuevas experiencias no dejarían de aparecer en su corta y agitada carrera. En el ocaso de 2017, Toth fue convocado a la Primera División de Lomas Athletic con sólo 18 años. El sábado 21 de octubre finalmente ingresaría y sus ojos color marrón comenzaron a humedecerse. Su entonces técnico, Bernardo Urdaneta, lo arengó y se posicionó en la cancha para la reanudación del encuentro frente a SITAS: partido que finalizó 38 a 29 a favor del Tricolor, correspondiente a la 24º jornada de la Primera A. “Fue un cambio lindo pero también se fue dando de manera paulatina. Debutar en primera fue muy necesario para ayudarme en todo este proceso y también pude concretar mi primer anhelo en la vida: debutar en la Primera del club que tanto amo”. 

Además de la victoria y de mantenerse en la cima de la tabla con 85 puntos, condimento aparte fue el ascenso. A pesar de haberlo conseguido la fecha pasada, esa tarde pudo festejarlo ante su gente y con un hincha en particular: “Mi viejo es un enfermo de nosotros. Nos apoya en todo y nos motiva a seguir adelante siempre. Fue muy emocionante abrazarlo luego de conseguir el objetivo”.

La exigencia continuó y 2018 fue igual de duro que el anterior. La rutina automática y los horarios repletos de rugby. “Me levantaba a las ocho para estudiar, a las 11 paraba para comer y en seguida me dirigía a la estación de trenes a las apuradas. Como el PlaDAR queda en San Isidro y yo vivo en Lomas de Zamora, mi viaje era de aproximadamente dos horas y tenía que salir de mi casa a las 12 del mediodía. Entrenaba de dos a cinco de la tarde y tenía que aligerar el asunto para llegar a las prácticas del club de siete a nueve para M19. Merendaba en el camino y los dolores de panza eran constantes”.

“Esos dos años viví para entrenar y no podía dedicarle tiempo a mi familia y menos a mi novia”. En reiteradas ocasiones sintió que su existencia se basaba en ir de una “H” a la otra, de avanzar y retroceder y de tirarse y levantarse sólo dentro del campo de juego. Las adversidades debía afrontarlas tras el pitazo del árbitro y no luego de las duchas. “He llegado a sentirme culpable pero sabía que en algún momento valdría la pena”.

No se equivocó. Este año Toth realizó la pretemporada con la tercera selección de rugby de Argentina: Argentina XV. “Del 7 al 20 de enero entrené todos los días doble turno con rugby y físico a morir a la mañana y gimnasio a la tarde. A pesar de que fue durísimo agradezco haberlo hecho porque noté, por sobre todas las cosas, un gran cambio físico”.

Su dedicación parece que conmovió a la persona indicada. El entrenador de la Selección Argentina Sub-20, José Pellicena, al cual catalogó como una persona intensa, le ofreció seguir creciendo en un contexto de ensueño. Luego de una gira fructuosa por Sudáfrica, el viernes 3 de mayo el joven de 20 años y una altura que alcanza el metro 97, fue notificado que sería convocado al plantel Pumita, del 4 al 22 de junio, para disputar el Mundial Sub 20 de rugby que se desarrollará en Rosario y Santa Fe. “Lo tuve que repasar un par de veces en la cabeza porque no lo podía creer. Me había  consumido la alegría y se me vinieron a la cabeza todos los años de laburo y los sacrificios que hice para lograr ese gran objetivo que tenía pendiente”. 

“En Agus vi pasión. A pesar de ello, a mí me gusta el rugby moderno y enérgico. Le exijo en todo sentido y trato de estar en todos los detalles porque quiero que potencie sus cualidades. Necesito que mejore la parte aeróbica y la agresividad en el juego”, explicó Pellicena.

Junto a Ramiro Tallone Nadaff, uno de sus compañeros en el Tricolor, fueron los primeros Pumitas en la historia del club. A pesar de ser un día histórico para el club, para Toth fue algo diferente en cuanto a lo emocional: “Tener a un amigo como lo es Rama es un placer y es hermoso. Se disfruta el doble y sé que me puedo apoyar en él cuando lo necesite. Compartir habitación fue mi momento de calma y relajación. Requiero un cambio de humor después de cada compromiso, uno vive con las emociones a flor de piel y a veces es necesario bajar uno o dos cambios”.

La noticia del compromiso mundialista llegó a la persona que lo motivó desde un principio, su hermano menor: “Fue al primero que se lo conté. Dije tan solo Mundial de Rugby y sus ojos comenzaron a cristalizarse. Su boca se abrió y antes de emitir una palabra me abrazó. Estaba orgulloso de mí y yo, por mi parte, le debo todo”. 

Entre lágrimas, Nicolás Toth no pudo ocultar la admiración que siente por su hermano Pumita: “A pesar de que sólo nos llevamos dos años mi objetivo es él. No sólo como jugador sino como persona. Es mi norte”. A pesar de ser titular en el Lomas y parte del plantel de la URBA, confesó: “Algún día quiero que en el lavarropas se choque nuestra indumentaria de Los Pumas”.

La cita mundialista había comenzado y no de la mejor manera. “El nivel que mostramos en el debut no bastó para sobreponernos a Gales”, expuso Toth luego de la derrota por 30 a 25. La revancha fue rápida y el partido con Fiji en la segunda fecha fue una muestra de carácter y gran nivel de juego: victoria por 41 a 14. Los abrazos y los festejos no tardaron en aparecer luego de superar por 47 a 26 al vigente campeón mundial y clasificar así a las semifinales. 

La expectativa y la ilusión en busca de la final estaban latentes. Sin embargo, Australia mostró su gran potencial en la disciplina y al derrotar a la Argentina por 34 a 13, tocaba enfrentarse a Sudáfrica por el tercer puesto. “Debíamos cambiar la cara, pero siempre contra estos grandes equipos es difícil. Y así fue”. Los dirigidos por Pellicena cayeron por 41 a 16 frente a los africanos y culminaron su participación en el Mundial Sub-20 con el cuarto puesto.

Un mes antes de que comience aquella máxima competencia de Rugby, y ajeno al resultado final, Toth fue claro: “Cuando concluya, sea cual sea el resultado, será momento de juntar las cartas y tirarlas de nuevo en busca de otros objetivos. Quiero saber para qué estoy”. Luego de ganarle al actual bicampeón mundial y llegar a semifinales, sin lugar a dudas que Toth y todo el seleccionado argentino están para grandes cosas.

Luchar contra el bolsillo

Por Lucas Acosta

“Yo hago Taekwondo desde los diez años, muy chico, y hoy estoy orgulloso de lo que estoy logrando para cumplir mi sueño, pero es medio difícil cuando estamos mal económicamente”, lamentó Gastón Delfino, Primer Dan, que pudo conseguir un cuarto puesto en el Mundial que se disputó este año en Melbourne, Australia, por la Chan Hun International Taekwondo Federation (CHITF), aunque hoy, tal vez, la pelea más dura es contra la crisis.

El pilarense buscó contrarrestar los obstáculos económicos con la venta de alimentos para poder entrenarse y superar sus metas. Empezó vendiendo ensalada de frutas para afrontar el calor en las vísperas del verano, pero cuando se acercó el frío, cambió la estrategia: “Como empezó a refrescar, se me ocurrió hacer tortas fritas, pero luego de que mi mamá me ayudara, decidimos ponernos en campaña para fabricar bombones rellenos”.

Las publicaciones en Twitter del seis veces campeón nacional y tres veces sudamericano por la Federación Internacional de Taekwondo (ITF) alcanzan los 9780 Retweets y 6000 Me Gusta. En ellos cuenta una mínima parte de su historia, aquella en la que se remite a sus logros, las necesidades económicas que sufre y a la venta de sus dulces. Además, en uno de sus últimos tweets, anuncia con emoción que pudo vender todos los dulces debido a la repercusión que generó su situación: “Gracias a las publicaciones ya no tenemos más porque lo compraron bastante rápido, con un granito de arena la gente ya me está ayudando”.

Los esfuerzos de Delfino fueron reconocidos en noviembre de 2018, al ser nombrado personalidad destacada en el ambiente del deporte por el Consejo Deliberante de Pilar. “Estaba en el acto y pensaba hasta dónde me hicieron llegar las publicaciones”, manifestó para el medio local Diario Resumen.

Cuando participó del programa de interés general Involucrados –conducido por Mariano Iúdica- para contar la situación que atravesaba, Gustavo Sofovich, el productor hijo de Gerardo Sofovich, se comprometió en el medio de la transmisión a afrontar el costo del viaje al Mundial en Australia para que Gastón pueda viajar.

Gracias al respaldo económico que le brindó la Municipalidad de Pilar, pudo solventar los gastos de su estadía. Previo a su experiencia internacional, el intendente del municipio expresó su admiración por el taekwondista en una entrevista para la página oficial de la Municipalidad: “Gastón va a cruzar medio mundo para poner lo mejor de su talento en una de las competencia más exigentes a nivel mundial. Queremos darle todo el respaldo posible”.

Para obtener más recursos, Delfino organizó una maratón de cinco kilómetros alrededor de Pilar. “Me he dado cuenta de que no es fácil organizar un evento así; Les agradezco a todos los que se inscribieron”, declaró el taekwondista en Diario Resumen. A través del medio de comunicación El Termómetro pudo promocionar la carrera que se realizó el 10 de febrero y, además, reveló que busca agendar otra maratón para junio, pero que aun no saben dónde tendrá lugar.

El Taekwondo atraviesa su mundo por completo. Al entrenar en el gimnasio Atlon, se abstrae de las otras cuestiones para enfocarse en su objetivo: “Entreno solo hace un año y me mido con otros luchadores para mantener el nivel”. Aunque su exentrenador, Marcelo Aciar, lo había ayudado a entrenar, maneja gimnasios de Cross Fit que tiene que atender, por lo que decidió apropiarse de su propio entrenamiento y ejercitarse en soledad.

Cuando viajó a Melbourne, Australia, para el Mundial de Taekwondo CHITF, logró el cuarto puesto en la disciplina de Sparring o combate. El pilarense peleó por primera vez contra adultos y obtuvo dos victorias y dos derrotas y finalizó detrás de los australianos Tony Nguyen y Bradley Jaggers, y el canadiense Curtis Lu, que obtuvo el primer lugar. En la disciplina de Patterns o formas culminó en el séptimo puesto, con 64.5 puntos. En esta modalidad, compartió la tabla junto a sus compatriotas Felipe Ballero (primer puesto) y Luciano Hector Godoy (quinto puesto).

A pesar de esos momentos gloriosos, afirma que los sudamericanos en los que participó y ganó fueron las competencias que más lo marcaron: “Vienen chicos de todos lados y allí salí primero en categorías juveniles. Después me metí a pelear con adultos y también quedé primero, eso es enorme”.

Para Delfino, la familia es muy importante. A su papá lo echaron de una fábrica luego de tener un accidente en su hombro, lo operaron y cuando volvió al trabajo se enteró de su despido: “Después de lo que le pasó, mi mamá decidió conseguir algún empleo y lo hizo”. El padre, luego de estar un tiempo inactivo, pudo salir adelante al conseguir un vehículo y hacer viajes como remisero, pero durante la semana se le rompió el auto.

Su madre es un apoyo esencial en la vida de Delfino y cuando habla de su hijo se llena de emoción: “Siento orgullo por él porque sé cuán cambiada está la juventud y este camino que eligió es tan bello. Yo no estoy nunca en casa, pero siempre lo apoyo en todo y hago lo que sea para juntar plata, aunque a veces no duerma para traer algo a la casa y ayudarlo en sus ahorros”.

Humilde, inquieto y trabajador, plantea sus objetivos a corto plazo y siempre teniendo presentes a su familia, pero aún así, siente que lo que él haga no alcanza y asegura que “no tiene problemas en salir a vender cosas con tal de traer algo a su casa”.

Para el campeón nacional y sudamericano lo más importante de estos logros conseguidos con sudor, organizaciones de eventos, venta de alimentos, compañía de una familia trabajadora y perseverante, es dejar el mensaje de que “con esfuerzo y humildad se puede llegar muy lejos”.

En Santiago, el deporte avanza

Por Juan Pablo Santillán

El progreso del fútbol en Santiago del Estero es una realidad. El ascenso de Central Córdoba a la Superliga y la construcción del Estadio Único, que será una de las sedes que presentará Argentina para la Copa América que compartirá como anfitrión junto a Colombia en 2020, son dos claros ejemplos de que la provincia del norte quiere ser protagonista y acaparar la atención de acá en más.

Carlos Dapello, Secretario de Deportes y Recreación de la provincia de Santiago del Estero, explica: “El crecimiento del deporte en general se debe a una política deportiva que tiene el gobierno de la provincia. Concretamente, si vamos al fútbol, este trabajo de 14 años, ha logrado que Central Córdoba llegue a la Superliga y que en tres categorías del fútbol argentino tengamos a un equipo: Mitre en la Primera Nacional y Güemes en el Federal A”.

¿A qué trabajo se refiere Dapello? El Estado contribuye y colabora. El gobierno acompaña con apoyos económicos: a sus deportistas les brindan ayudas para que puedan viajar a competir. Además, el Gobernador, Gerardo Zamora, instaló hace diez años una fábrica textil llamada Adhoc, que produce indumentaria deportiva y que viste a cada uno de los representantes y a Central Córdoba. “Les da un sentido de pertenencia porque antes iban con lo que tenían puesto, por ejemplo, a los Juegos Evita”, dice el Secretario, quien menciona a la competencia nacional que tuvo la participación destacada de otro santiagueño en su creación: Ramón Carrillo, neurocirujano, neurobiólogo y médico sanitarista que por aquel entonces era el primer Ministro de Salud bajo el primer gobierno peronista, y quien implementó un requisito fundamental para competir y para la salud en sí: la aptitud física.

Para el desarrollo de sus deportistas cuentan con el espacio deportivo más grande del país, que consta de 14 hectáreas, donde se encuentran una pista de atletismo, una cancha de rugby, la pista mundialista de BMX, el natatorio olímpico “Madre de Ciudades”, un campo de paintball, dos canchas de softball y dos de básquet, y algunas de handball y de fútbol. También hay un proyecto avanzado para construir una cancha de hockey de césped sintético y otra de agua, una de pádel y un arenero para juegos de playa.

El Autódromo Internacional y el campo de golf, ambos ubicados en Termas de Río Hondo, son dos de las áreas deportivas más convocantes y que unifican el deporte con el turismo.

Sin dejar la pelota de lado, para esta provincia, el fútbol era una vieja deuda. “Era un anhelo, una necesidad y muchas veces una frustración que provincias vecinas de, quizá, menor capacidad económica, tengan su estadio único y los santiagueños no. Éramos unos desesperanzados, creíamos que no íbamos a estar a la altura de las demás provincias”, expresa Dapello, que además revela que el Único “se lleva adelante con recursos provinciales” y agregó: “El Gobierno nacional anterior, como con toda obra pública grande, se comprometió con el aporte nacional pero el Gobierno actual desconoció ese compromiso. Este estadio ya debería haber estado terminado si se cumplía con lo acordado”.

El presupuesto de esta sede es de 895.214.003 pesos. Se ubica en un lugar estratégico que une dos ciudades como La Banda y la Capital, junto al emblemático puente Carretero y el Río Dulce.

En la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) también cuentan con representantes: Pablo Toviggino es Secretario Ejecutivo y Guillermo Read es Vicepresidente tercero y hermano de Antonio, quien recientemente renunció al cargo de Presidente del Tribunal de Disciplina del Consejo Federal de AFA, luego de denunciar arreglos en algunos partidos del Federal A.

Por su parte, Central Córdoba llegó a la Superliga luego de dos ascensos consecutivos: del Federal A a la Primera B Nacional y, luego de ganarle la final del Reducido por penales a Sarmiento de Junín, a la Primera División. Para mantener la categoría sostuvo a Gustavo Coleoni como entrenador e incorporó a 23 jugadores (el que más sumó) para suplir las bajas de algunos pesos importantes que lograron la hazaña, como son los casos de el excapitán Alexis Ferrero, la figura de Nahuel Luján y de Alfredo Ramírez, el autor del penal decisivo. 48 años después,el Ferroviario está en la máxima categoría por tercera vez en sus 100 años de historia: lo hizo en los Torneos Nacionales de 1967 y de 1971.“Hoy todos estamos encolumnados detrás de Central Córdoba. Tenemos muchas esperanzas de que mantenga la categoría”, alienta Dapello.

El Alfredo Terrera, su estadio y en el cual ya consiguió sus primeros tres puntos en la segunda fecha ante Atlético Tucumán, ha tenido que adaptarse a los requisitos que impone la Superliga para su participación. Mayor iluminación, nuevas cabinas de transmisión, sala de prensa, cámaras de seguridad, modificaciones en los vestuarios y hasta oficina para el VAR, fueron algunas de las condiciones a cumplir.

En el año de su aniversario 466, la ciudad más antigua del país, festeja este crecimiento que le da el deporte. “Estamos en el camino correcto, creciendo a pasos agigantados. Santiago hoy es noticia”, expresa Carlos Dapello, que sueña con que sus comprovincianos puedan ver un River-Boca, a Messi y compañía, a Los Pumas, a las Leonas, entre otros tantos eventos de talla internacional, en su territorio. Mejor dicho: en su casa.

De la B Metro a la Selección

Por Nicolás Vernier

Carlos Fernando Valenzuela fue uno de los jugadores más sorprendentes de la lista del Bocha Batista para los Juegos Panamericanos de Lima. Oriundo de Santiago del Estero, sus inicios en el fútbol fueron en un club de barrio, no tan lejos de su casa, Galguitos.

Allí anotó 33 goles en 36 partidos, lo que llamó la atención de uno de los clubes grandes de la Argentina: Racing Club de Avellaneda. Lo incorporó a las categorías de inferiores y deslumbró. Fue apodado como La joyita de Racing y El Messi de Racing. Firmó su primer contrato a los 16 años, y fue convocado por la Selección Argentina Sub 17 para disputar amistosos y partidos oficiales con la albiceleste.

Debutó con el equipo que por aquel entonces dirigía Facundo Sava, en un clásico de verano de 2016 disputado en el estadio José María Minella, en Mar del Plata, que finalizó en victoria por parte del equipo del Colorado ante Independiente por 3-1.

Sin embargo, La joyita corría por detrás de muchos delanteros, como Diego Milito, Lisandro López, Gustavo Bou, Roger y Lautaro Martínez. Igualmente, con 18 años, firmó la renovación de su vínculo con Racing hasta el 30/06/2018 con una cláusula de 3.500.000 dólares.

Sin rodaje en Primera, y con esporádicos minutos en la reserva, fue cedido por un año a Nueva Chicago, donde disputó 13 partidos (solamente uno como titular) y convirtió un gol. Luego, regresó a la Academia, y tras el cumplimiento de su contrato, la dirigencia decidió no renovarle el vínculo, por lo que el jugador quedó libre con el pase en su poder.

Rápidamente firmó contrato con un club de la Primera B Metropolitana: Barracas Central. Disputó 38 partidos, uno de ellos por Copa Argentina, y los 37 restantes en la tercera categoría del Fútbol Argentino, donde consiguió el ascenso a la ahora Primera Nacional, siendo una de las principales figuras, convirtiendo 20 goles, resultando uno de los máximos goleadores de la competencia.

Sorprendentemente, esto llamó la atención del Bocha Batista, entrenador de la Selección Argentina Sub 20, que citó al mediapunta de Barracas Central para disputar los Juegos Panamericanos de Lima. No solo eso, sino que también forma parte del equipo titular y además, convirtió tres de los goles que llevaron al equipo a la final.

Su rendimiento seguramente provoque la atención de muchos clubes, que competirán por contratarlo. En un principio, su sueño era debutar y tener continuidad en Racing. ¿Podrá volver a vestir la camiseta de la Academia o de algún otro equipo grande de Argentina, o de Sudamérica o Europa?

Los mini Gladiadores quieren hacer historia

Por Sofia Stuckler

“El Mundial Junior es el segundo campeonato, por importancia, de la Federación Internacional de Balonmano. Se nota el gran apoyo de ambas ciudades hacia lo que será el evento, se ve que la gente está involucrada”, señaló el presidente de la Federación española de handball, Francisco Blázquez. La cita mundialista se llevará a cabo desde el 16 hasta el 28 de julio. Fue declarado acontecimiento de interés general en Vigo y Pontevedra, donde se albergará el torneo, y es una de las grandes convocatorias de 2019 para el balonmano. Argentina salió sorteada para integrar el Grupo D, junto con Dinamarca, Noruega, Islandia, Alemania y Chile.

Argentina es parte de la “zona de la muerte”, ya que los equipos contra los que deberá jugar son los “maestros” y fundadores de este deporte. Dinamarca aparece como el rival más fuerte porque lograron ganar el torneo tres veces en su historia: Turquía 1997, Catar 1999 y Hungría 2005 y, además, en los últimos dos mundiales consiguieron llegar a la final. Los teutones aparecen con dos títulos consecutivos -en Egipto 2009 y Macedonia 2011-, Islandia ostenta un tercer puesto en Egipto 1993, Noruega como mayor logro obtuvo un cuarto lugar y Chile lo disputará por séptima vez.

El conjunto nacional obtuvo la clasificación en el torneo Centro-Sur que se disputó en abril en Palmira del Valle, Colombia, donde conseguían un cupo las tres mejores selecciones. Argentina debía enfrentar a Venezuela, pero la “vinotinto” llegó tarde y por eso se le dio el triunfo al elenco rioplatense por 10 a 0. Luego venció a Paraguay (37-14), Chile (28-24) y Colombia (31-24). En este último partido, la selección junior consiguió la clasificación, pero iban por más y querían conseguir el título, por lo cual debieron enfrentarse a Brasil.

El partido había comenzado muy bien para la albiceleste, con contragolpes efectivos y salidas rápidas, se fueron al descanso 17-14 arriba. En el segundo tiempo se complicaron las cosas y bajó su efectividad enormemente. Cuando faltaban tres minutos, el encuentro estaba 21-25 a favor del conjunto brasileño. El DT argentino, Fernando Capurro, pidió tiempo muerto para acomodar el ataque e ir a buscar el resultado. Quedaban ocho segundos e Ignacio López, capitán y jugador de SEDALO, logró una conversión de penal y ganaron el encuentro por 26-25. De esta manera, cerraron con broche de oro el campeonato y el entrenador debutante lo hizo de la mejor manera.

Foto: Confederación Argentina de Handball

“El equipo salió campeón, se clasificó al Mundial y se le dio más rodaje a los jugadores. Tal vez lo negativo es que en algunos partidos se nos complicó un poco. En el primer tiempo de la final contra Brasil se mostró buen nivel. Cumplimos el objetivo, que era lo importante, y ahora se viene otro, que es el Campeonato Mundial” dijo Fernando Capurro.

Capurro estuvo a cargo de las categorías menores y mayores masculinas de Chile de enero de 2010 a diciembre de 2015, hasta que, en enero de 2016, decidió no renovar su contrato anual. En el Torneo Centro-Sur, el elenco argentino tuvo que enfrentarse a “La Roja”: “El partido contra ellos fue bastante parejo, fuimos de menor a mayor, pero estaban bien afianzados, venían de ganar los otros dos partidos. Jugamos de contragolpe y eso fue una virtud, pero en algunas jugadas no lo aprovechamos”.

Por último, dio su opinión sobre el balonmano en nuestro país: “En Argentina hay un gran avance en cuanto a calidad y cantidad de jugadores de handball y que, si se sigue por este camino, los resultados van a ser cada vez mejores. También hay una base muy grande de jugadores y jugadoras muy buenos y talentosos, que en un futuro podrán aportar muchísimo a la Selección mayor”.

Valentín Schankula comenzó a jugar al handball luego de que su madre decidiera buscar otro deporte para que no estuviera obligado a jugar al fútbol, como la mayoría de los niños y adolescentes. Nacido en Comodoro Rivadavia, comenzó a practicar balonmano en un club cerca de su barrio, aunque después se pasó a un equipo que le quedaba a 20 kilómetros de su casa.

Foto: Santiago Russo (@Play_Handball )

En 2015 comenzó su trayectoria deportiva con la selección, ya que lo convocaron para el Torneo Sudamericano que se realizó en Asunción, Paraguay. Después de ese torneo, lo incluyeron dentro de una lista de jugadores con proyección y, a partir de ahí, lo fueron a ver a muchos partidos y lo controlaban para ver si su calidad como jugador seguía avanzando. Luego, en 2017, fue convocado para ser parte del equipo “junior” y desde ese momento conforma el plantel que salió campeón este año.

Schankula comentó que vino a Buenos Aires para profundizar su carrera deportiva y poder entrenarse en el CENARD. Además, enumeró lo que es un día normal para él: “De lunes a viernes, a la mañana, voy a entrenar con la Selección y de 20 a 23 en Ferro. A veces también entreno con la mayor”.

El jugador de la Selección Junior afirmó que los equipos que les tocó en el Grupo son muy duros y que tienen mucha historia, pero que Argentina va a salir a pelear todos los partidos como si fueran el último y les gustaría poder avanzar de ronda. 

Por último, aseguró que el handball en Argentina va a tardar bastantes años en profesionalizarse, pero que algún día se va a lograr y, cuando eso suceda, la Selección se va a convertir en una potencia mundial, ya que estos últimos años el deporte fue creciendo mucho y hay muy buen nivel.

El conjunto nacional logró un 6° puesto histórico en Egipto 2009, donde se pudo ver a grandes jugadores que en el futuro cercano iban a triunfar, como Diego Simonet (Montpellier Handball – Francia), Leonel Maciel (BM Cuenca – España) y Juan Pablo Fernández (Universidad de Luján Handball), entre otros.

Tras cumplirse 10 años de la mejor posición en un Mundial Junior, y donde Argentina tuvo un torneo realmente espectacular -al haberle ganado a equipos de la talla de Alemania, Egipto y Catar, Brasil, Francia y haber empatado con España-, Juan Pablo Fernández, integrante de la Selección de esa época, se expresó sobre ese campeonato en particular y cómo ve el crecimiento del deporte en estos últimos años: “Es algo que no me voy a olvidar nunca en la vida (el 6° puesto), porque en nuestro imaginario sí, pensábamos que le podíamos ganar a esas bestias, pero la realidad es que ellos vienen con ligas profesionales, títulos y jugadores increíbles. Ver cómo se nos iban dando los resultados y las cosas fue muy emocionante”.

Fernández habló también sobre cómo ve el handball en nuestro país: “Hay un gran avance y mucha calidad, jugadores muy buenos. A todos nos alegra ver al deporte mejor que antes”.

El handball sigue desarrollándose a pasos enormes en nuestro país y no solamente en el indoor, sino también en el beach. La versión de playa es una modalidad muy nueva, ya que se creó en el año 2004, en Egipto. Las Selección femenina ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018 y luego repitió el resultado en el Sudamericano de Playa que se realizó este año en Rosario. Desde el “boom” que fueron “Las Kamikazes”, se implementaron algunas canchas, luz para poder practicar en el CeNARD, más torneos y la Confederación Argentina de Handball anunció que se le dará becas a 10 jugadoras para el desarrollo de esta actividad.

A Juan Pablo Fernández se le consultó qué le diría a uno de los chicos que está próximo a jugar el Mundial de Vigo y Pontevedra en España su respuesta fue: “Primero le diría que lo disfrute y segundo; que deje el corazón en cada pelota por tener la oportunidad de representar al país”.