domingo, diciembre 22, 2024
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Pato se lució y el mundo miró

Por Iván Fradkin

Pasó una nueva victoria de Argentina en el Mundial de Básquet de China. Mucho ruido hizo el gran trabajo ofensivo y defensivo del combinado nacional y la sublime actuación del inoxidable Luis Scola, con nuevo récord incluido -uno más y van-. Pero bajo la figura del segundo goleador histórico de las Copas del Mundo emergen otros emblemas del equipo. Fácil es nombrar a los bases Facundo Campazzo y Nicolás Laprovittola, pero en palabras del Orlando Magic Daily, cuenta con reconocimiento que sigue la actualidad de la franquicia del estado de Florida, “susurros…denle una chance real en la NBA a Patricio Garino”.

Los 17 puntos, 7 rebotes, 1 asistencia, 3 robos y 4 tapones del Pato son un buen reflejo de lo que fue su partido ante Nigeria (victoria 94-81). No obstante, sería un tanto acotado quedarse con un paréntesis meramente estadístico, porque su influencia en el juego del Alma va mucho más allá. A pesar de que siempre, desde su etapa en la universidad estadounidense de George Washington, destacó por su potencial e intensidad en defensa, cuando se pone la celeste y blanca aporta sobremanera en el aspecto ofensivo.

Tras su etapa universitaria, Garino coqueteó en más de una oportunidad con la National Basketball Association. No fue en el Draft del 2016, en la Liga de Verano que disputó con Orlando Magic ni en el contrato que firmó con San Antonio Spurs, ya que solo le dio la posibilidad de jugar para Austin Spurs, la filial de la franquicia texana perteneciente a la Liga de Desarrollo. El turno le llegó tras acumular buenos rendimientos en la -por ese entonces- D-League. El acuerdo con el Magic lo habilitó para disputar la liga de élite del baloncesto de Estados Unidos. Sin embargo, el Pato tuvo poco tiempo sobre el parqué: cinco partidos entre los que acumuló solo 43 minutos y no convirtió puntos.

Luego fue cortado y fichó por el Saski Baskonia de España, equipo en el que brillaron muchos jugadores argentinos, como Scola, Andrés Nocioni, Pablo Prigioni, Walter Herrmann, Fabricio Oberto, Hugo Sconochini y Marcelo Nicola. Hoy, la plantilla que compite en la Liga ACB reúne a Garino y a Luca Vildoza, también integrante del seleccionado nacional. En la última temporada, a pesar de haber tenido el tercer mejor balance de la temporada regular, apenas una victoria abajo del Barça y dos del Real Madrid, sucumbieron en los cuartos de final de los playoffs.

Que hoy una cuenta con un seguimiento diario de la franquicia de la que formó parte pida una chance real, es decir, con una buena dosis de minutos y oportunidades, para el Pato es un buen indicio. Significa que no fueron del todo justos con él o que notaron un gran progreso. Lo cierto es que Patricio, que debutó con la Selección en 2015, obtuvo dos medallas de plata en FIBA Américas, disputó los Juegos Olímpicos de Río 2016 y logró recientemente el oro en los Juegos Panamericanos de Lima con una notable performance individual y grupal, pide pista.

Ilusiona ver jugar a Argentina de esta manera. La vigencia de Scola, con los retiros escalonados de la emocionante Generación Dorada, sumado a chicos que son una realidad indiscutible y jóvenes que auguran un futuro prometedor, esperanza. Laprovittola y Nicolás Brussino tuvieron sendas oportunidades en la NBA, el primero en San Antonio Spurs y el segundo en Dallas Mavericks y Atlanta Hawks. Todavía no le llegó la hora a Campazzo, hoy figura del Real Madrid; también sueña pisar suelo norteamericano Gabriel Deck. Y atrás, pibes que disputaron el Mundial Sub-19 de Grecia y de a poco empiezan a foguearse en universidades, como Francisco Caffaro y Francisco Farabello, o en equipos europeos, como los casos de Leandro Bolmaro y Juan Ignacio Marcos. Tiempo al tiempo, decía Fito. Y de a poco, o no tan de a poco, esos susurros se van a convertir en gritos. Y esos gritos en realidad.

Nueva Zelanda quiere dar el gran salto

Por Salvador Rifourcat

Al hablar de Nueva Zelanda y su cultura deportiva generalmente no se hace hincapié en otra actividad que no sea el rugby, por los All Blacks y toda su historia, o el cricket debido a que es el deporte nacional. Probablemente de fútbol también se hable ya que se recuerda su eliminación en la última fase del repechaje a Rusia 2018 ante Perú. Pero el basquet no aparece en esa pequeña lista. 

Esto se debe a que no poseen una cultura necesariamente basquetbolista ya que el desarrollo de los deportes que se practican en este país tienen una influencia directamente británica. 

La historia de cómo llegó esta disciplina a las manos de los neozelandeses remonta a cuando el jugador norteamericano Wilt Chamberlain fue a vacacionar a la isla norte y le introdujo el juego a los maoríes que en ese entonces vivían en la zona. Poco a poco se fue difundiendo hasta llegar a lo que es hoy. Si bien no está entre los principales deportes, los Tall Blacks (apodo proveniente de los All Blacks) han tenido grandes jugadores a lo largo de su historia. El más actual es Steven Adams, jugador de Oklahoma City Thunders en la NBA, que junto a Sean Marks y Kirk Penney conforman la lista de los profesionales que llegaron a la liga estadounidense. Cabe destacar que Adams no estará en el mundial por una decisión de la BNZ, aunque el jugador está metido de lleno con el proyecto de la NZBF antes mencionado.

El basquet en Nueva Zelanda es financiado por una fundación independiente llamada New Zealand Basketball Foundation (NZBF) que es la encargada de difundir este deporte a lo largo de todo el suelo neozelandés con el afán de que se expanda lo mayor posible. Su federación, Basketball New Zealand (BNZ), está asociada a la Federación Internacional de Basquet (FIBA) desde 1951, tan solo 19 años después de que este organismo se fundara. 

A pesar de estar asociados a la FIBA desde hace tantos años, tan solo participaron en 5 de sus mundiales. En 1986 quedaron 21º, en 2002 quedaron 4º, en 2006, quedaron 16º, en 2010, quedaron 12º y en 2014, quedaron 15º. Por ende, esta sería su sexta participación, pero la quinta consecutiva. 

En el Mundial de China, Nueva Zelanda tuvo mala suerte a la hora de conformar los grupos, ya que le tocará compartir en el F con Brasil, Montenegro, y uno de los favoritos, Grecia, liderada por Giannis Antetokounmpo que viene de ser MVP de la temporada 2018/19 de la NBA. Si bien es un equipo limitado en nombres a comparación con Grecia o Brasil, los kiwis apuestan por dar el batacazo pero dependen de sus jugadores estrellas, como Isaac Fotu que fue una de las piezas principales para la clasificación. 

 El pueblo neozelandés siempre se caracterizó por la fuerza de sus raíces, por mostrarse siempre duros ante la adversidad, por estar unidos ante cualquier tipo de problema o rival que se proponga, y así lo hacen saber en su haka. En el caso de los Tall Blacks, su haka no es una danza de guerra, se llama Tu Haka y más bien es una conmemoración a la celebración, al conocimiento, a la gratificación y a los que ya no están. El objetivo de éste es ayudarlos a permanecer unidos y fuertes, no solo como Tall Blacks sino como personas, como neozelandeses.

Una de las líneas diceTuturu whakamaua kia tina” que significa que ellos honran el pasado, el presente y el futuro y aprovechan la experiencia de los que estuvieron antes que ellos, para crear con sus propios conocimientos, un camino lo más confortable posible para aquellos que van a seguir luego. “No nos mantenemos firmes porque somos los 12 jugadores que tienes en frente a la hora de jugar, nos mantenemos firmes porque somos todos los Tall Blacks y toda Nueva Zelanda antes ustedes”, contó Paora Winitana, uno de los principales formadores de Tall Blacks en una entrevista con un diario kiwi. 

Claro está que no son favoritos para ganar este Mundial, pero nunca hay que dar nada por sentado, ya que en las citas importantes, esta fortaleza de la que habló Winitana puede ser más que sorprendente dentro de la cancha. Su debut será ante Brasil el primero de septiembre. 

 

Las potencias dieron su primer paso en el Mundial

Por Maximiliano Das

Terminó la primera fecha de la fase de grupos del Mundial de Básquet, los primeros 16 partidos de la competencia, sin mayores sobresaltos: las potencias se impusieron en sus respectivos encuentros.

China 2019 se abrió con el juego entre Serbia y Angola, en el cual los balcánicos vencieron por 105 a 59 de la mano de Bogdan Bogdanovic, que sumó 24 puntos para su equipo. Por el mismo grupo, Italia le ganó 108-62 a Filipinas distribuyendo de manera bastante equitativa sus anotadores: tres hicieron más de 15.

Argentina hizo su presentación frente a Corea del Sur, que no le generó mayores complicaciones (a pesar de superarla en el último cuarto), y se impuso 95 a 69 con 17 tantos de Nicolás Laprovittola y 15 de Luis Scola. Por su parte, Rusia y Nigeria, los otros equipos que conforman el grupo B, tuvieron un encuentro parejo que terminó en una ajustada derrota de los africanos 77-82.

En la zona del anfitrión, Venezuela cayó 80-69 frente a Polonia luego de un mal segundo cuarto en el que los europeos tomaron ventaja y no la perdieron más. China, en cambio, venció a Costa de Marfil por 15 tantos con Yi Jianlian como figura: anotó 19 y tomó ocho rebotes.

España tuvo una primera parte pareja pero un complemento demoledor: 36 puntos de diferencia en sólo 20 minutos netos le dieron la victoria 101 a 62 sobre Túnez. Además, Puerto Rico, que llegó a estar 19 tantos por debajo de Irán, remontó gracias a la estupenda labor de David Huertas, que sumó 32 con una efectividad de casi el 70% en sus lanzamientos.

La jornada del domingo dio inicio con el partido entre Canadá y Australia, en el que los oceánicos tomaron una ventaja de 17 antes del descanso, la cual los norteamericanos desvanecieron en el tercer cuarto, pero no pudieron aguantarlo en el último: 108-92 para los Boomers. Por su lado, Lituania cerró el grupo con la victoria 101 a 47 sobre Senegal.

El entrenador argentino Julio Lamas se estrenó en China 2019 con el seleccionado japonés en la derrota frente a Turquía 86 a 67, mientras que Estados Unidos ratificó su calidad de favorito tras ganarle 88-67 a República Checa, uno de los equipos debutantes en el Mundial (Checoslovaquia tuvo su última participación en 1982).

El otro combinado nacional que se presentó por primera vez en una Copa del Mundo fue Montenegro. Y su suerte fue la misma: caída 85 a 60 en manos de una Grecia comandada por el ganador del premio al Jugador Más Valioso (MVP, por sus siglas en inglés “Most Valuable Player”) de la NBA, Giannis Antetokounmpo quien anotó 10 puntos, tomó 8 rebotes e hizo una asistencia en los 15 minutos que estuvo en cancha. Por la misma zona, Brasil se retiró vencedor del estadio de Nankín con un 102-94 sobre Nueva Zelanda.

Por último, Dar Tucker, el jugador de San Lorenzo de Almagro, marcó 24 puntos en 37 minutos y su compañero Ahmad Al Dwairi, 34 en 38, pero no le alcanzó a la Selección de Jordania para imponerse frente a República Dominicana: el resultado fue 80 a 76 para los centroamericanos. Por su parte, Francia le ganó 78 a 74 a Alemania en el duelo europeo del grupo.

Mañana, lunes, arrancará la segunda jornada en la que Argentina enfrentará a Nigeria (05:30 hora argentina), Serbia a Filipinas y España a Puerto Rico. El martes, Australia-Senegal, abrirán la jornada, el combinado nipón dirigido por Lamas se verá con República Checa, Lituania jugará contra Canadá y Estados Unidos cerrará frente a Turquía.

Leandrinho quebró el partido y le dio la victoria a Brasil

Por Juan Pablo Manera

Costó, pero lo consiguieron. Brasil y Nueva Zelanda protagonizaron un partido extremadamente parejo, con el conjunto oceánico arriba en el marcador la mayor parte del tiempo. Sin embargo, promediando el tercer cuarto el encuentro se rompió y Los Viejos Rockeros lograron sacar una diferencia que los catapultó a su primer triunfo (102 – 94) en este Mundial de China, en el que también comparte grupo con Grecia y Montenegro.

Si por algo Brasil pudo sacar este partido adelante fue por la experiencia que tiene su plantilla, que está combinada con jugadores que prometen un gran futuro. Alex García, con 39 años, marcó 14 puntos, mientras que Marquinhos, quien tiene 35, sumó un total de 12 tantos. No obstante, el más importante para llegar a la victoria fue otro de los veteranos: Leandro Barbosa, quien con nada menos que 36 vueltas al sol se calzó el equipo al hombro sobre el final y anotó 22 unidades para poner arriba a Brasil.

Leandrinho juega en la posición de escolta y mide 1,92 metros. Su carrera profesional comenzó a sus 17 años, cuando fichó por el Palmeiras de la Segunda División. Su principal falencia siempre fue el plano defensivo, nunca se destaca en los momentos en los que su equipo es atacado. Sin embargo, tiene una velocidad admirable y un cambio de ritmo que lo caracteriza, lo que lo lleva a convertir dobles con mucha facilidad.

Su elevado nivel en sus inicios lo llevó a la Copa del Mundo de Indianapolis en 2002, en la cual fue el basquetbolista más joven en aquella nómina que presentó Brasil con sólo 19 años. Sus grandes actuaciones no sólo lo llevarían a representar al país, sino también a jugar en la NBA, la liga estadounidense. En 2003, fue drafteado en la posición número 28 por San Antonio Spurs, franquicia que traspasaría los derechos del jugador al Phoenix Suns.

Su explosión en el básquet se dio en ese mismo equipo. En 2006 y bajo la dirección técnica del estadounidense Mike D’Antoni, Leandrinho ganó el premio al Mejor Sexto Hombre de la NBA, lo que lo llevó a firmar un contrato por 5 años y 33 millones de dólares.

Se mantuvo una gran cantidad de años en ese torneo. Además del Phoenix Suns, pasó por equipos como el Toronto Raptors, Indiana Pacers, Boston Celtics, Washington Wizards y Golden State Warriors. ¿Lo curioso? Está disputando este Mundial sin tener un club.

Ahora, junto al resto de sus compañeros, irá en busca de quebrar la racha negativa que tiene Brasil en la Copa del Mundo: no la gana desde 1963, edición en la que fue anfitrión. Los Viejos Rockeros quieren pisar fuerte en China, e iniciaron por el buen camino.

Lituania no dejó jugar a Senegal y lidera el Grupo

Por Lautaro Daniele

El equipo europeo tuvo a los tres máximos anotadores del partido, todos con 13 tantos, para ganarle de forma contundente a Senegal por 101 a 47. Ellos fueron el capitán Mantas Kalnietis, quien además fue quién más asistencias registró (8), el pivot Jonas Valanciunas, que fue la figura del partido con 11 rebotes y Domantas Sabonis.

Valanciunas es una de las estrellas del equipo que se destaca en los Memphis Grizzlies de la NBA, mientras que Sabonis es un joven ala-pivot de 23 años perteneciente a Indiana Pacers que hizo su debut en un mundial y tiene una gran referencia histórica en su familia: su padre Arvydas, forma parte del Salón de la Fama del Baloncesto.

Los senegales nunca entraron en partido y siempre estuvieron por debajo en el marcador con un muy bajo porcentaje de conversión de tiros de campo de apenas 28,6% y sólo 4,3% de triples. Las estadísticas marcan la diferencia que había entre un seleccionado y el otro y como se reflejaron en el resultado final.

Por su parte, Lituania registró 53,2% en tiros de campo exitosos y de esta manera arrasó con su rival africano, el cual llegó a estar 57 puntos en desventaja. El entrenador del conjunto báltico, Dainius Adomaitis, había declarado que este sería el grupo de la muerte, coincidiendo así con los análisis de los medios.

Para Lituania era muy importante empezar con el pie derecho y poder encarar el próximo partido en el cual enfrentará a Australia, que le había ganado 108 a 92 a Canadá en el turno previo. Además, la gran diferencia en el resultado le permitió a Adomaitis rotar la alineación para que sus jugadores estén más descansados que los australianos, quienes tienen dos jugadores (Patty Mills y Joe Ingles) con más de 30 minutos acumulados.

Joe Ingles se vistió de base y encaminó a Australia

Por Maximiliano Das

El alero de 31 años fue muy importante para que su Selección pueda triunfar por 108 a 92 ante Canadá, porque anotó 13 puntos y dio 9 asistencias en 33 minutos. La otra pieza clave del equipo fue el jugador de Cleveland Cavaliers, Matthew Dellavedova con 24 puntos en su cuenta personal para comenzar de la mejor manera el Mundial.

Ambos países hicieron su debut en Dongguan frente a los 16 mil espectadores que colmaron el estadio. El encuentro arrancó parejo -como era previsto- y con defensas que no permitían al rival moverse en ataque con comodidad hasta que, pasados los primeros cinco minutos de juego, los Boomers se despegaron a una máxima de nueve apoyados en su perfecta efectividad por detrás de la línea de 3.

En el segundo cuarto cayó el porcentaje de tiros de campo de ambos equipos, pero fue el conjunto canadiense quien más lo sufrió: apenas convirtió seis de los 16 lanzamientos de dos puntos y casi no intentó por fuera del perímetro. A falta de 40 segundos para el final de la primera mitad, Australia había tomado una ventaja de 17 que parecía encaminar su victoria.

No obstante, el tercer cuarto fue todo para los dirigidos por Nick Nurse, entrenador de Toronto Raptors. Entre el cierre de la primera mitad y el inicio de la segunda, el equipo norteamericano, con un excelente Kevin Pangos y la eficacia de Khem Birch en la pintura, logró una racha de 30 a 7 y se hizo de la ventaja en el marcador hasta finalizar el cuarto.

En los últimos diez minutos, sin embargo, se hizo evidente el desgaste que implicó esa remontada de los canadienses. Con el base, el pívot y Cory Joseph en el banco, Joe Ingles tomó las riendas del juego. Repartió y generó más de lo que convirtió -sumó nueve asistencias- y fueron Andrew Bogut y Dellavedova, en cambio, los encargados de encestar en la pintura y en el perímetro, respectivamente.

Durante el cuarto período, los australianos no sufrieron ninguna pérdida del balón, una constante durante los tres anteriores, en los que sumaron 13. Además, encestaron el 80% de sus intentos y apenas permitieron cinco conversiones en su aro.

El seleccionado oceánico logró una máxima de 21 y cerró su victoria por 16 puntos de diferencia para hacerse de los primeros dos puntos del que es, quizás, el grupo más competitivo del Mundial, compartido con Senegal y Lituania.

De la mano de Ricky Rubio, España despertó a tiempo

Por Federico Flossdorf

España venció 101 a 62 a Túnez por la primera fecha del grupo C del Mundial de China de 2018. Tras una mala primera mitad el conjunto español pudo reponerse gracias a su base Ricky Rubio. “Siento que tiene que ser mi Mundial”, afirmó previo al comienzo de la competencia. La frase hace referencia al rol que ocupa en el plantel en este torneo a diferencia de las competencias anteriores.

Ante las ausencias de Serge Ibaka, Pau Gasol y Chacho Rodríguez, Rubio es uno de los líderes del equipo y es el encargado de manejar el juego de España, una de las selecciones que apunta pelear el podio. El jugador que milita en los Pheonix Suns completó la planilla con 17 puntos y 9 asistencias.

La primera mitad para España no fue buena. El conjunto dirigido por Sergio Scariolo llegó a estar perdiendo por 10 puntos en el segundo cuarto. Liderados por su figura el pivot de 2,17 metros  Salah  Mejri, Túnez estuvo por arriba del 60 por ciento en tiros de dos puntos. Sin embargo por la jerarquía de Marc Gasol, actual campeón de la NBA y Serge Lull, quien convirtió 16 puntos, España terminó 42 a 39 arriba en el primer tiempo.

Los europeos debían corregir muchos aspectos. La defensa, fundamental, y mantener la concentración ofensiva. Las asistencias de Rubio, y el altísimo 60 por ciento en línea de tres llevaron al equipo a terminar el tercer cuarto 70 a 49.

En último parcial, el encuentro quedó sentenciado. Scariolo pudo dar descanso a sus estrellas, y Túnez, con un susto por el tobillo de Mejri, ya tenía la cabeza puesta en el partido ante Puerto Rico. España ganó, pero no convenció en la primera parte y esas desconexiones no deben ocurrir en un torneo corto. Durante los últimos minutos, la Selección española recuperó sensaciones y se encontró con el aro, dando lugar a un marcador engañoso.

Scola, el viejo luchador

Por Santiago Ballatore

Nueve equipos fuera de Argentina, cinco de ellos en la NBA. Medalla dorada en Atenas 2004 y de bronce en Beijing 2008. Subcampeonato en el Mundial de Indianápolis 2002, con victoria a Estados Unidos incluida. Pero Luis Scola es mucho más que medallas, es el símbolo y guía de un equipo repleto de jugadores con poca experiencia en la selección. Mientras que en la victoria frente a Corea del Sur (95-69) siete jugadores hicieron su debut mundialista, Scola comenzó a transitar este camino por quinta vez en su carrera. No sólo es el argentino con más mundiales sobre el lomo, sino que también es, junto a seis jugadores de otros países, quien más participaciones tiene en la historia del torneo.

No existe deportista que se desviva más por el equipo nacional que él. No sólo en la cancha, también fuera de ella. Un líder de verdad cumple ese rol las 24 horas del día y los siete días de la semana. En 2014, previo al Mundial de España, Scola se puso al hombro un reclamo, en nombre de todos los miembros de la selección, contra la Confederación Argentina de Básquet (CABB). La institución estaba muy mal manejada económicamente, tenía un pasivo de 20 millones de pesos y mantenía deudas con jugadores y empleados. “Si no juego el Mundial, será culpa de una gestión horrible. No quiero ser cómplice de algo tan turbio”, comentó en julio de ese año.

Si bien la mayor parte de su carrera la hizo en países tradicionales a la hora de hablar de básquet, como Estados Unidos y España, los últimos dos años jugó en la liga China, primero para el Shanxi Zhongyu y luego en Shanghai Sharks. En todas las ligas que jugó dejó una marca: ganó una infinidad de trofeos con el Baskonia, en Europa, y fue elegido en el mejor quinteto de novatos de la NBA en la temporada 2007-2008 jugando para Houston Rockets.

Cuando tenía 15 años, Scola hizo su debut en la Liga Nacional de Básquet en la temporada 1995-1996, faltaban todavía dos años para que naciera Máximo Fjellerup, uno de los compañeros del capitán en este Mundial. Además de eso, Agustín Caffaro, Luca Vildoza y Gabriel Deck llegaron al mundo en el mismo año del debut de Luifa. Son jugadores que, si tuvieran un par de años menos, tranquilamente podrían ser sus hijos. En una entrevista con el Diario Clarín, él mismo comparó el liderazgo de este grupo con el rol que tiene con sus hijos, ya que dijo: “Si no hacés lo que decís, perdés credibilidad y es muy difícil crear un impacto en cualquier persona, ya sea un hijo o compañero de equipo”.

Si durante el Mundial Argentina consigue la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, es muy probable que siga jugando un año más, hasta los 40. Pero de eso depende todo. Como durante toda su carrera, está a disposición de la celeste y blanca. Ojalá podamos disfrutar un año más a Luis Scola, el viejito luchador de la Selección Argentina.

Paliza de Serbia con Bogdan Bogdanovic a la cabeza

Por Francisco Rodríguez

En el partido inaugural de este Mundial, los dirigidos por Sasha Djorjevic vencieron sin despeinarse 105-59 a Angola. Comandados por su “7” bravo, la figura del partido con 24 puntos y 3 asistencias -en solo 20 minutos de juego- el verdadero candidato dice presente en China.

El mejor de Serbia es Nikola Jokic, un base encerrado en el cuerpo de un pívot de 2,13 metros. La estrella de Denver Nuggets encabeza tanto a su equipo como a su selección. Sin embargo, el vigente subcampeón del mundo también cuenta con un jugador que tiene cosas tanto de Emanuel Ginóbili como de Juan Carlos “La Bomba” Navarro. Cada vez que el escolta de Sacramento Kings, Bogdan Bogdanovic, viste los colores de su país, se transforma en una superestrella.

El 18 de agosto de 1992, mientras los conflictos bélicos en Yugoslavia se volvían una constante, Bogdanovic nació en Belgrado, Serbia. Empezó a hacerse notar desde el principio, especialmente en la temporada 2013-14, jugando para el Partizán, un histórico equipo de su ciudad natal. Allí, fue elegido como el mejor basquetbolista joven de la Euroliga, torneo que luego ganaría en 2017, con el Fenerbahce turco, antes de dar el salto a la NBA. A pesar de haber sido drafteado por Phoenix Suns en 2014, el escolta llegó a Estados Unidos tres años después. ¿Su destino? Sacramento Kings.

Hoy en día, el serbio de 27 años comparte el perímetro en su equipo con De’Aaron Fox, un joven base talentoso y atlético. Estos dos, muchas veces, invierten sus roles, como lo hacían Tony Parker y Ginóbili en San Antonio: Bogdanovic se disfraza de armador y el estadounidense se encarga de anotar. Su talento, garra y personalidad hacen del MVP del Risings Stars Challenge 2018 un jugador peligroso, especialmente en el plano ofensivo, con la capacidad de anotar desde el perímetro como Juan Carlos “La Bomba” Navarro.

Por otro lado, en China 2019, con Estados Unidos “debilitado” por la ausencia de sus estrellas, el mejor equipo del mundo actualmente -según el ranking FIBA- se ilusiona con terminar una racha de tres subcampeonatos en los últimos cuatro grandes torneos. Ya que, al igual que en el Mundial del 2014, también se quedaron con la medalla plateada en los Juegos Olímpicos de Río 2016 y en último Eurobasket (2017).

En este primer partido, Serbia mostró ser un equipo generoso y con mentalidad colectiva. Dominador de todos los aspectos de juego –es cierto, ante un rival de menor envergadura- sin exigirse demasiado. Repartieron un total 32 asistencias y bajaron 41 rebotes, sumados a una efectividad del 65% en sus tiros de campo. Bogdanovic fue la figura, pero también hay que destacar al dúo de internos NBA formado por Jokic  (14 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias en 22 minutos) y el gigante recién llegado a Dallas, Boban Marjanovic (12 puntos y 10 rebotes en 17 minutos). Mientras Nemanja Bjelica, ala pívot de los Kings, ni siquiera entró esta vez.

Al igual que en 2014, Serbia comenzó el Mundial con una paliza a Angola. Esta vez, con la conducción de Jokic y el poder de fuego de Bogdanovic -sumado a un aceitado juego colectivo imposible de obviar- el equipo de Djorjevic espera que el destino le tenga preparado un mejor final. China 2019 es la oportunidad perfecta para que Serbia, por fin, se quede con todo.

 

¡Qué jugadora!

“Tortillera”, “marimacho”, “puta”, “la Carlitos”, “varón”, eso es solamente una pincelada de lo que tuvo que sufrir Ayelén Pujol, periodista deportiva, por el simple hecho de ser mujer cuando todavía soñaba con vivir del deporte que ama, el fútbol. Los insultos salían de la boca de los padres de sus rivales. Todos hombres.

Remera negra con puntos de distintos colores, un jean abierto a la altura de las rodillas, borcegos negros, un par de anteojos, y su cabello morocho ondulado, medio rizado, suelto. Pujol entró al microcine de Tea y Deportea, en Lavalle 2083 para ocupar una de las dos sillas que miraban de frente a 79 estudiantes de periodismo deportivo. La periodista se sentó del lado derecho –durante la charla la acompañarán Yanina Gaitán, ex futbolista y autora del primer gol argentino en un Mundial y Sofía Rodríguez Cuggia, futbolista y estudiante de tercer año en Deportea- y comenzó a contar su experiencia al escribir su nuevo libro “¡Qué jugadora!”. Estuvo entre un año y medio y dos para finalizarlo, y ocho de esos meses se quedó a la espera de un contrato con la editorial Planeta.

Su infancia giró en torno a un ambiente machista, sobre todo por el lado paterno, quien por entonces no concordaba con la elección de su carrera. Otros tiempos.  Por el contrario, su madre siempre la apoyó y buscaba equipos donde pudiera inscribirse. De todos modos, la existencia del fútbol femenino para ella llegó en la adolescencia, ya que durante su niñez nadie hablaba de eso y era una categoría desconocida. Su habitación estaba empapelada de posters de jugadores masculinos, quienes eran sus ídolos y referentes del deporte, hasta que un día se preguntó “¿existen las mujeres en el fútbol?”.

El libro se basa en la historia desconocida del fútbol femenino, que aunque existe desde hace años, recién hace poco se empezó a descubrir, en parte gracias a la autora, quien realizó una investigación inédita sobre un tema que ella describió como “una cancha desierta”. Mucha de la información surgió de Brenda Elsey, una historiadora estadounidense a quien conoció en un congreso de investigadores del fútbol femenino.

Actualmente el fútbol femenino cuenta con más visibilidad y apoyo, aunque este año, según Pujol, se vivió un “error de calendario” al hacer coincidir el Mundial Femenino Francia 2019 con la Copa América Brasil 2019, lo que de alguna manera entorpeció el momento de mayor auge de su crecimiento. Incluso admitió que quería que el seleccionado masculino fuese eliminado de la competencia continental así lo que sucedía en Francia quedaba en primera plana.

La desigualdad de género, claro está, no le escapa al fútbol. Un jugador de Primera División cobra mínimamente 25.200 pesos, mientras que el mínimo establecido para los primeros contratos profesionales del fútbol femenino es 15.000 pesos. De alguna manera, algo similar a lo que sucede en algunos medios de comunicación cuando por una igual función hay una diferencia en la remuneración.

En esta misma línea, Pujol le dedicó su libro a todos aquellos que la hicieron sufrir en todos los ámbitos de su vida por ser mujer, desde un pibe que le tocó la cola cuando eran pequeños y jugaban a la pelota hasta algún jefe que la mandaba a hacer trabajos casi administrativos que no le permitían demostrar su potencial como periodista. “El libro es para ponerle voz a las mujeres que no tienen ni tenían reconocimiento”.

 

 

El sueño de Primera

Sofía Rodríguez Cuggia, futbolista salteña actualmente sin club, aportó una visión interna del fútbol femenino y contó un episodio que la frustró y la dejó, por el momento, fuera de la Liga. Su caso tiene similitudes con el de Macarena Sánchez, jugadora de San Lorenzo, ya que Platense, su anterior club, le comunicó sin previo aviso que no iba a ser tenida en cuenta para la próxima temporada, y así la dejaron sin posibilidades de ir a Argentinos Juniors, plantel con el cual tenía una posibilidad de fichar, ya que el período de incorporaciones había terminado. Sin embargo tiene un acuerdo para unirse a Nueva Unión, equipo de fútbol femenino, al cual no le permiten inscribirse en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) debido a que no posee un equipo masculino. La chica de 21 años vino a Buenos Aires para estudiar periodismo deportivo, carrera que finaliza este año, e intentar triunfar en el mundo del fútbol.