martes, diciembre 24, 2024
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Inglaterra, en la mira

Por Rodrigo Engel

Argentina despachó a Tonga por 28-12 en la segunda fecha del grupo C del Mundial de Japón, con una gran actuación de Julián Montoya, y subió al segundo puesto, detrás de los ingleses, por lo menos hasta que Francia enfrente a Estados Unidos el próximo miércoles a las 04:45 (hora argentina).

A pesar del try del fullback, Telusa Veainu, en los últimos minutos, Los Pumas ejecutaron un arrollador primer parcial ante Tonga que marcó la claridad de la superioridad en el marcador. El conjunto de Mario Ledesma pudo marcar una evidente superioridad, que se esperaba en la previa, sobre su rival en la primera media hora del juego, pero el rendimiento del segundo tiempo dejó varios aspectos a mejorar.

“Generalmente, cuando el partido lo preparas bien, arranca bien. Por eso marcamos una gran diferencia en los primeros minutos. Nos perdimos dos o tres tries”, expresó el entrenador argentino al finalizar el encuentro. Además, agregó que “deberá charlar con el plantel” para discutir las fallas de la segunda mitad, donde el seleccionado argentino recibió otro try a manos del fullback isleño y, si bien la diferencia en el marcador nunca corrió peligro, la firmeza defensiva y la insistencia en ataque de Tonga desordenó en algunas oportunidades el esquema táctico.

La figura Montoya anotó tres de los cuatro tries, convirtiéndose en el segundo jugador argentino en hacerlo en un Mundial (Martín Gaitán lo había hecho frente a Namibia en 2003). El hooker de los Jaguares definió el primer ensayo a los 6 minutos de juego, tras un cambio de orientación, en consecuencia de un penal, que le abrió el espacio en la defensa rival para darle inicio al marcador. El segundo llegó luego de un ataque similar, unos minutos más tarde y el tercero ocurrió a los 27 minutos.

Además, Santiago Carreras apoyó el tercer try del partido después de un tackle en defensa que le abrió el espacio para contraatacar, en soledad, de cara al in-goal rival. En el segundo tiempo, el técnico introdujo a Agustín Creevy y Nicolás Sanchez, titulares en el debut ante Francia, y renovó por completo la primera línea.

“Todo un poco más: Un poquito más en el scrum, en el line, en el tackle y en la reposición también. Nos vamos a enfrentar a un candidato del Mundial”, sentenció Ledesma con la mira puesta en Inglaterra, el desafío más crucial del camino albiceleste en Japón.

Con este triunfo Argentina consiguió 5 puntos (4 por la victoria y un bonus por marcar 4 tries). A pesar de la derrota frente a Francia (21-23), los Pumas mantienen vivas sus chances de clasificación a los cuartos de final. Para eso deberán superar al seleccionado potencia del grupo, Inglaterra, en la madrugada del próximo sábado (05:00hs).

Mayer y Díaz Acosta, por un paso más rumbo a la gloria

Facundo Díaz Acosta
Facundo Díaz Acosta

Por Elio Avalos

Los tenistas argentinos Leonardo Mayer y Facundo Díaz Acosta se lucieron en la cancha central del Racket Club: ganaron sus respectivos duelos y avanzaron a los octavos de final del Challenger Tour de Buenos Aires, donde buscarán acceder a cuartos este jueves cuando se enfrenten a partir de las 18.30.

El Yacaré correntino (3° preclasificado) superó al boliviano Federico Zeballos por 7-5 y 6-1, y quedó como máximo favorito a ganar el certamen ya que Federico Delbonis (1°) y Hugo Dellien (2°) perdieron en segunda ronda y fueron eliminados de la competición individual.

De esta forma, Mayer se enfrentará en octavos ante el joven Facundo Díaz Acosta (542° del ránking ATP) y doble medallista olímpico de los pasados Juegos de la Juventud, que se impuso por 7-5, 4-6 y 6-3 ante su compatriota Renzo Olivo (273°), tras 2 horas y 36 minutos de juego.

“Fue una de mis mejores victorias. Me sentí cómodo y jugué muy bien todo el partido. La clave estuvo en buscar todo el tiempo el dominio del encuentro sin apurarme”, declaró Díaz Acosta. El juvenil de 18 años jugará por primera vez los Octavos de final de un torneo ATP Challenger Tour.

“Es una linda oportunidad para seguir mejorando y midiéndonos con jugadores que están en un nivel superior al de nosotros. Ése es el objetivo a corto plazo: ser consistente y mejorar más allá de los resultados. En el futuro, me encantaría estar entre los 20 mejores del mundo”, reveló el joven argentino.

Resultados de la jornada (singles) – segunda ronda

Leonardo Mayer (ARG) venció a Federico Zeballos (BOL) por 7-5, 6-1

Facundo Díaz Acosta (ARG) venció a Renzo Olivo (ARG) por 7-5, 4-6 y 6-2

Andrea Collarini (ARG) a Pol Toledo Bague (ESP) por 6-4, 7-5

Juan Pablo Varillas (PER) a Hugo Dellien (BOL) por 6-4, 6-2

Christian Lindell (SUE) a Matías Descotte (ARG) 6-4, 6-4

Thiago Monteiro (BRA) a Thiago Tirante (ARG) 6-1, 6-2

Francisco Cerúndolo (ARG) a Maxime Hamou (FRA) 6-2, 6-1

Uruguay sabe de batacazos

Por: Tobías Chere

La histórica victoria de los Teros ante Fiji por 30 a 27 propone un nuevo paradigma en el rugby mundial ya que de a poco los Celestes se van metiendo en las conversaciones entre los grandes equipos que dominan el rugby.

No es la primera vez que esté seleccionado logra un triunfo de esta índole; todo comenzó en 1994 cuando Daniel Herrera asume al frente de la selección y lo clasifica por primera vez en la historia a un Mundial.

El 2 de octubre de 1999 quedó marcado en la historia del rugby uruguayo no solo por ser su debut en una cita mundialista sino también por haber logrado la primera victoria en una Copa del Mundo. Los Teros vencieron a España por 27 a 15 sorprendiendo a propios y extraños. Quedaron terceros en el grupo siendo, hasta hoy, la mejor participación en un Mundial.

En 2001, Diego Ormaechea y Marcelo Nicola, referentes históricos, asumen al frente de los celestes y logran clasificar a su segunda Copa del Mundo de forma consecutiva; Australia era la cita y la victoria también aparecía en el camino uruguayo cuando venció a Georgia por 24 a 12.

Luego de este auge se produjo el recambio para la selección uruguaya que no pudo clasificar a los Mundiales de 2007 y de 2011.

Ya con Pablo Lemoine al mando de los celestes logró la clasificación a la Copa del Mundo de 2015 en Inglaterra; compartió el grupo A con el local, Australia, Gales y Fiji; no pudo ganar y quedó eliminado en fase grupos.

Esteban Meneses fue el reemplazante de Lemoine al frente de Los Teros que sufrió una dura eliminatoria para clasificar a esta Copa del Mundo; Uruguay tendría entonces que disputar un partido de ida y vuelta contra Canadá. Los celestes arrancaron victoriosos el primer partido 28-39 en Vancouver y definiendo la serie en Montevideo ganando 32 a 31, clasificando de forma directa.

Uruguay fue con un objetivo claro a esta Copa del Mundo: ganar dos partidos para clasificarse directo al próximo Mundial; ya consiguieron la primera y le quedan Georgia, Australia y Gales.

Manuel Crivelli sigue los pasos de su hermana

Por Iñaki Aizaga

“Jugar un Mundial con tu Selección es lo máximo que cualquier jugador puede aspirar, algo que no me imaginaba nunca que iba a suceder. Fue impresionante”. Esta podría ser la declaración de cualquier deportista que le haya tocado defender a la Argentina en cualquier deporte, pero en este caso fueron palabras de Manuel Crivelli. El jugador de handball de 25 años que supo vestir la camiseta del Club Ferro Carril Oeste durante casi toda su vida, pero que en 2018 decidió aprovechar la oportunidad para irse a jugar a una liga profesional, la francesa (donde seguirá jugando la próxima temporada), una de las más prestigiosas del mundo.

Crivelli formó parte del Cavigal Nice que logró mantener la categoría y luego, en el transcurso de la temporada, fue convocado para entrenar con la Selección dirigida por Manolo Cadenas, que en enero viajó al Mundial de Alemania y Dinamarca 2019. En cuanto a su rendimiento en el último Mundial que disputó con Los Gladiadores, su hermana mayor comentó: “Ni en el mejor sueño un deportista imagina hacer el Mundial que hizo Manu en enero. Suelto como si tuviese años con la Selección y encontrando un rendimiento regular que es muy difícil de lograr, y más todavía con la diferencia de tamaño que tiene con el resto de los jugadores”, esto último teniendo en cuenta su 1,78 metros de estatura, que marca mucha diferencia a nivel internacional comparándolo con las grandes potencias.

 

Su abuelo, fanático de Ferro, lo hizo socio cuando era niño y hasta el día de hoy es quien le paga la cuota mensual. Manuel iba a la colonia del club desde la infancia y jugaba al fútbol mientras su hermana Victoria, que sigue jugando en el verdolaga y en la Selección Nacional, había comenzado a practicar handball. Años después, cuando él tenía ocho, siguió el rumbo de su hermana mayor, ya que sus padres conocían a los entrenadores y estaban muy conformes con el ambiente de este deporte. Así fue como este chico “bastante tranquilo al igual que ahora, que disfrutaba estar solo y costaba acercarlo a actividades que tuviera que compartir”, según describe la central de la Selección argentina, fue encaminado por esta disciplina que lo acompañaría durante muchos años, al igual que el club de sus amores. “Ferro es mi vida. Vengo todos los días porque para mí, es mi casa. Hasta el día que llegué a Argentina vine”, confesó Manuel.

Manuel Crivelli jugó en Ferro hasta el 2018 y dice que el club es su casa.

Su papá también lleva el ADN verdolaga. Fue miembro de la Comisión Directiva del club cuando levantaron la quiebra en 2014 y junto con la madre fueron clave acompañándo a su hijo durante toda su trayectoria. “Nunca se metieron más de lo debido, nos aconsejaron mucho, pero en lo personal. Desde chicos van a todos los partidos que jugamos”, comentó su hermana. Además, agregó que lo apoyaron mucho con la decisión de irse a jugar afuera y apenas tuvieron la oportunidad, no dudaron en ir a visitarlo.

La 2018/19 fue una temporada llena de cambios para Manuel. Decidió sacarse la camiseta verde y subirse a un avión con destino a Francia, a Niza más precisamente, donde disputó la temporada en el Cavigal Nice de la Primera División. Le costó salir de su zona de confort para comenzar desde cero en un equipo, liga, país e idioma, pero la experiencia fue muy buena y la reconoce como positiva. Tanto en lo personal como en lo colectivo los objetivos fueron cumplidos. El equipo logró mantener la categoría y él pudo adaptarse al juego. Tanto es así, que extendió su contrato para volver a jugar la siguiente temporada, ya que también de parte del club estaban conformes.

Un nuevo año es sinónimo de nuevos objetivos, por eso Crivelli contó que su propósito individual es mantener la constancia en la cancha porque con la lesión que tuvo en el codo tras una caída, el segundo semestre le costó mucho afianzarse, ya que jugaba un partido y quizás paraba dos o tres. Durante la temporada decidió operarse en Francia y realizar una buena rehabilitación, la cual continúa en Argentina en su receso. Ahora sólo piensa en su regreso a las canchas dando el 100%. La lesión no es un impedimento para él, que ya está entrenando en la parte física y de pelota (evitando impactos con los rivales) en Ferro. “Ante las dificultades no se echaba para atrás e intentaba superarlas de la mejor manera”, lo describió su amigo de la adolescencia Matías Laterra, haciendo referencia a un Manu de 15 años, pero confirma que hoy sigue siendo igual.

El vínculo que mantiene Manuel con su hermana es muy fuerte. Con el hecho de observar su piel grabada con el nombre de “Victoria” ya demuestra un poco su relación. Ella también es jugadora de handball y tuvo la chance de participar en muchísimos torneos internacionales durante los diez años que lleva representando al país. La número 10 de La Garra reveló que siempre que le tocó jugar competencias con la celeste y blanca pensaba que ojalá su hermano pudiese vivirlo en algún momento.

Victoria, su hermana, forma parte de La Garra y su más reciente medalla fue la plata en los Juegos Panamericanos de Lima 2019. Foto: La Nación.

Ambos Crivelli se desempeñan en la misma posición, aunque cada uno lo hace a su modo y adaptándose a sus características tanto deportivas como actitudinales. “Somos bastante diferentes dentro de la cancha. Él es mucho más intenso que yo, quizás también un poco más emocional y yo soy un poco más pensativa. Los dos somos conductores en nuestro equipo, en eso nos parecemos, nos encargamos de organizar el juego colectivo ofensivo, pero Manu logra ser mucho más agresivo (en el buen sentido de la palabra) dentro de la cancha”, contó Victoria.

El handball en Argentina es amateur, por lo tanto, la mayoría de los jugadores trabajan o estudian. El caso de Manuel no es la excepción. Había comenzado a estudiar periodismo deportivo, pero con el trabajo y los entrenamientos en Ferro se le complicó y tuvo que dejarlo. Actualmente en el Cavigal Nice sí ejerce profesionalmente, ya que la Liga de Francia es de las más importantes a nivel europeo y por eso los jugadores cobran y pueden dedicarse exclusivamente al handball y esto marca una gran diferencia con la Liga de Honor que se disputa en la Ciudad de Buenos Aires. Además, según cuenta el central de la Selección a partir de su experiencia, hay una gran diferencia física de los deportistas y que aunque en Argentina se esté trabajando más en ese tema, hay una cuestión fisionómica y en Europa la gente es mucho más grande en cuanto a estatura y corpulencia.

El nacido en Caballito, con su corazón en Ferro Carril Oeste, llegó a la Selección a sus 25 años, mezclando la sorpresa con la calma. Sorpresa porque no había representado a Los Gladiadores nunca y su oportunidad se dio en un Mundial, pero la calma la tuvo gracias a su preparación, ya que según sus más allegados, pareciera que toda la vida se estuvo entrenando para ese momento y eso fue lo que lo hizo rendir como esperaba en la máxima cita del handball internacional en 2019.

El verdadero Oliver Atom

Por Marcos Cressi

Salen los jugadores del Yokohama FC a la cancha. Los hinchas centran su mirada en el número 11. Un jugador no muy alto. Cabello negro con canas. Una pequeña barba y arrugas en la cara. Ese es Kazuyoshi Miura y tiene 52 años, un futbolista histórico para el fútbol nipón: jugó en Brasil, Japón, Italia y en Croacia y fue la inspiración de Yoichi Takahashi, el autor de los Súper Campeones, para crear a la estrella del programa.

“Dentro de Japón es muy popular. Es una persona que no parecía japonés. No es introvertido, sino que es más un extrovertido. Tampoco jugando al fútbol parecía nipón. Es un jugador que protestaba. Durante su etapa en Brasil aprendió mucho de esto”, recordó el defensor argentino Fernando Moner, quien durante su paso por el fútbol de Japón conoció a Kazu Miura, tras enfrentarlo en varias oportunidades.

Nació en febrero de 1967 en Shizuoka, una importante ciudad ubicada a unos 200 kilómetros de Tokio. Durante su adolescencia, dominó por completo los campeonatos estatales con su colegio. Ganó cuatro títulos seguidos entre la Secundaria Básica y la Preparatoria. Cuando tenía 15 años, se rebeló ante su familia, abandonó sus estudios y viajó a Brasil, la tierra del jogo bonito y donde nacieron grandes cracks como Pelé, Garrincha o Sócrates.

Kazu Miura llegó a Sao Paulo, una importante ciudad brasilera con importantes clubes de fútbol y que en aquel momento tenía más de ocho millones de habitantes. Buscó ayuda en una numerosa colonia de descendientes japoneses. Trabajó de guía turístico y de vendedor ambulante para poder pagar su estadía y para mantener vivo su sueño de convertirse en futbolista profesional. 

Al principio se encontró con muchas complicaciones como el idioma y el maltrato recibido por sus compañeros de equipo que le hicieron pensar en volver a su país, pero finalmente  decidió quedarse. Comenzó a jugar en las inferiores del Clube Atlético Juventus, hasta que, con 19 años, firmó su primer contrato con el Santos. Luego jugó en el Palmeiras, Matsubara (un club fundado por un empresario japonés), Regatas de Brasil, XV de Jau y el Coritiba antes de volver al conjunto blanquinegro en 1990.

Mientras Kazuyoshi intentaba ganarse un lugar en el fútbol brasileño, en Japón empezaba a ganar popularidad el anime Súper Campeones. Su creador, Yoichi Takahashi, reconoció que quería que la carrera de Oliver Atom tuviera similitudes con la que tenía Miura. Ozora Tzubasa, como era conocido el personaje principal en el país nipón, creció en Shizuoka, dominó los campeonatos intercolegiales y con 15 años viajó a Brasil para desarrollar su fútbol, pero en vez de jugar en el Santos formó parte del equipo de FC Brancos (Sao Paulo) para luego jugar en el FC Cataluña (FC Barcelona) y disputar el Mundial 2002 con su selección.

Tras su paso por el fútbol brasileño, Kazu Miura regresó a su país de origen para jugar en el Yoimuri SC, un club semiprofesional que cambió su denominación a Verdy Kawasaki a partir de la profesionalización del deporte. Durante su primera etapa en el equipo, ganó 4 títulos de liga, 2 Copa de la Liga, 1 Copa del Emperador y 1 Supercopa de Japón. Además, en 1993, fue premiado como MVP de la J. League y Futbolista del Año en Asia.

Su llegada a Japón, en 1990,  fue importante para la profesionalización del fútbol japonés. Kazu Miura era la estrella que la J. League necesitaba para darse a conocer. Su nivel futbolístico fue importante para aumentar el nivel competitivo de la liga, su personalidad de estrella de pop y su preocupación por su cabello y la moda atrajo la atención de varias adolescentes. Su particular festejo conocido como “Kazu Dance” multiplicó las escuelas de samba y fue bailado por los jóvenes en las discotecas japonesas.

En 1992 Miura fue una parte fundamental de la histórica consagración de su selección como campeón de la Copa de Asia por primera vez en su historia, en la que el futbolista nacido en Shizuoka fue elegido como mejor jugador del torneo. Dos años después, sufrió el empate más doloroso de su vida. Japón ganaba 2-1 ante Irak en Doha y clasificaba a su primer mundial, pero, en el último minuto, el conjunto árabe empató el partido y dejó afuera del mundial a la selección nipona. Este suceso fue marcado por los hinchas como la “Tragedia de Doha”.

Cuatro años después de su vuelta al país del Sol Naciente, Miura fue transferido al Genoa, convirtiéndose en el primer asiático en jugar la Serie A. En su debut contra el AC Milan de Fabio Capello, que venía de ganar la Champions League de la temporada pasada tras derrotar 4-0 al Barcelona de Johan Cruyff, tuvo un fuerte choque con Franco Baresi que le rompió los huesos de la nariz y le provocó una conmoción cerebral. El único gol que convirtió en el club italiano fue en el 1-0 en el clásico contra la Sampdoria

Luego de una temporada en el fútbol italiano, King Kazu, como era conocido por los japoneses, regresó al Verdy Kawasaki donde disputó tres temporadas en las que se confirmó como uno de los referentes del fútbol nipón. A pesar de esto y de que contribuyó a que su selección se clasificase al Mundial de Francia 1998 por primera vez en su historia, no fue convocado a la edición de dicho torneo por diferencias con el entrenador Takeshi Okada.

En 1999 Kazu Miura volvió a Europa, más concretamente a Croacia, para formar parte del Dinamo de Zagreb, club en el que jugó 6 meses y donde ganó la liga de dicho país. Luego de su segunda etapa en el fútbol europeo, regresó a Japón para jugar primero en el Kyoto Sanga y después en el Vissel Kobe.

En 2005 Kazuyoshi  firmó contrato con el Yokohama FC y luego salió cedido al Sydney FC de Australia para disputar el Mundial de Clubes de ese año. Luego de participar en ese torneo, Kazu Miura regresó al conjunto japonés con el que aún continúa jugando a pesar de ya haber cumplido 52 años. En 2017, con 50 años y 14 días, anotó el único gol de la victoria de su equipo ante el Thespaku Gunma y se convirtió en el jugador más longevo en anotar un gol, superando a Stanley Matthews, un ex futbolista inglés que jugó en el Stoke City, el Blackpool y la Selección de Inglaterra.

Hoy en día Kazu Miura continúa siendo una importante celebridad en Japón. En 2011, luego del terremoto y tsunami en el que se murieron más de 15 mil personas, participó en un partido amistoso entre un seleccionado de estrellas de la J. League y el combinado nacional de Japón para recaudar fondos para los damnificados por la catástrofe. Además, subastó unos botines suyos que se vendieron por más de 70.000 dólares, mientras que los de jugadores de los Samurais Blues como Tulio Tanaka se vendieron tan sólo a 3.000.

A pesar de tener 52 años y no tener la misma cuota goleadora que antes, Kazu Miura quiere continuar jugando al fútbol por unos años más. “No me interesa convertirme en entrenador, presidente, director deportivo o comentarista de televisión. Mi único deseo es ser jugador. Y hasta la muerte si es posible. Cuando muera, no quiero que se informe que el ex jugador Kazu Miura ha muerto, sino que el jugador Kazu Miura ha muerto”, declaró al diario francés L’ Equipe en abril de este año.

Axel Geller: “Sueño con ganar Wimbledon”

Por Gianfranco Zanier

El tenista nacido en Buenos Aires, campeón mundial junior en 2017 y ganador de 5 títulos ITF (dos en singles y tres en dobles), actualmente está por empezar el tercer año de la carrera de Administración en la Universidad de Stanford, donde, además, compite como primer raqueta del equipo en el torneo universitario.

-¿Edad y altura?

-Tengo 20 años, del ‘99 y mido 1,91.

-¿Dónde empezaste a jugar?

-Empecé a jugar en el club donde nací, que se llama Mayling Club de Campo que tenía el frontón a cinco minutos de casa, iba en bici a pelotear un rato y a la escuelita. Después, cuando me mudé a Buenos Aires, estuve en varios lugares.

-¿A qué edad decidiste que querías jugar al tenis?

-Hasta los 12 años hacía natación y tenis, hasta que en un momento me di cuenta que tenía que elegir una de las dos cosas y, claramente, me decidí por el tenis.

-¿Y en qué momento te diste cuenta de que era una posibilidad real?

-A los 14 años gané un torneo muy importante en Estados Unidos, que se llama Orange Bowl y ahí dije “Puede ser que me pueda ir bien”. A partir de ese momento tuve muchas ofertas para dejar el colegio y empezar a jugar profesionalmente, pero sentía que todavía era muy chico para irme de mi casa y estar lejos de mi familia y de mis amigos. A pesar de eso, decidí que lo iba a tomar más en serio.

-Contame la experiencia de haber jugado el Orange Bowl, que es algo así como el “mundial juvenil de tenis”.

-Fue una experiencia muy buena. Yo tenía buen ranking nacional, pero nunca había competido internacionalmente, entonces no me tenían en el radar y tuve que jugar qualy. Me acuerdo que jugué un torneo de entrada en calor, lo gané y el día después de ganarlo, arranqué la qualy del Orange Bowl sin frenar. Para el día de la final, llevaba jugados 16 partidos en 15 días y le gané a un chico que hoy en día está 30 del mundo, Álex de Miñaur.

-¿Cómo era jugar al tenis y estudiar en un colegio tan exigente y de doble turno, a diferencia de lo común, que es abandonar los estudios o terminar por internet?

-Fue un desafío, no era fácil. Más que nada por que era mucho tiempo. De todos modos desde el colegio me ayudaban, en vez de hacer gimnasia me iba a entrenar y no se me contaban esas faltas. Pero entrenar era difícil porque me quedaba hasta muy tarde y los días se me hacían largos. Igual no me arrepiento, porque creo que es muy importante terminar el colegio y vivir esa experiencia para ver si de verdad querés jugar.

-¿Qué dificultades te generaba eso a la hora de armar el calendario de tenis?

-No jugaba muchos torneos, a propósito, por el colegio, porque faltar me complicaba mucho, no por las faltas en sí, pero para poder mantenerme al día con las materias. Entonces me enfocaba en desarrollar el juego y entrenaba cosas que uno cuando juega muchos torneos no puede y eso me ayudó a mejorar golpes que cuando pude jugar me hicieron sacar diferencia.

-Y ahora, al igual que con el colegio, decidiste priorizar el estudio; ¿cómo es la vida de deportista de universidad?

-En Estados Unidos tienen muy aceitado el sistema de Student Athlete (estudiante atleta), así le llaman. Es muy intenso, porque estoy todo el día en clase, estudiando o entrenando. Pero estoy muy feliz de haber tomado esta decisión para poder mantener ambas cosas al mayor nivel posible, hasta que sepa que hay algo que me gusta para hacerlo de verdad o si es algo en lo que me va bien, pero no quiero hacerlo como forma de vida, ya que ser tenista implica viajar muchas semanas al año y vivir una vida muy distinta a lo convencional. Además, aunque me dedique al tenis, la carrera es corta y a los 40 ya estás retirado y ahí tener el diploma va a ser muy importante.

-¿Cómo es el circuito de competencia universitaria?

-Hay un orden del 1 al 6. Yo al ser el número 1 de mi equipo tengo muy buenos partidos, ya que me enfrento con los mejores de las otras universidades. Este año jugué contra chicos que, antes de enfrentarlos, ya habían ganado Challengers. También hay torneos que no son de ATP ni ITF, pero en lo que compiten jugadores profesionales y me tocó jugar contra uno que hace poco le ganó a Sam Querrey (46° del ranking ATP). El formato de competición son seis singles que se juegan por orden y cada uno suma un punto, y después tres dobles, que hay que ganar dos para sumar otro punto.

-Este año estás jugando mucho dobles…

-Sí, en la universidad mejoré mucho en dobles. Este año, de los cinco torneos que jugué, en casi todos también jugué dobles y ganamos tres.

-Los profesionales de primer nivel, casi no juegan doble, más allá de algún torneo, vos, ¿Qué buscas en el doble? 

-Más que nada es por plata, al ya estar ahí por el torneo individual, jugar también en doble te da la posibilidad de ganar algún premio más. Pero además está bueno para entrenar saque y devolución, y al ser de una intensidad física menor, es como un entrenamiento, pero a ritmo y clima de partido.

-¿Cómo es el balance entre tenis y estudio?

-El estudio es difícil, es mucho tiempo el que le dedico. Obviamente tengo más facilidad para jugar que para el estudio. En base al tiempo que tengo, trato de jugar lo más posible, aunque a veces se hace difícil, ya que si tengo parciales, esa semana no puedo jugar, tengo que estudiar.

-¿Recibís algún tipo de apoyo por parte de la universidad en cuanto a tu carrera profesional?

-Únicamente los entrenadores, que a veces me acompañan a algún torneo, pero de todos modos tenés que pagar, porque no es el espíritu de mi universidad, ya que prioriza lo académico por sobre lo deportivo y, dentro de lo deportivo, la prioridad la ponen en la competencia universitaria.

-Justamente ese es uno de los puntos más importantes de la vida del tenista, la plata…

-Por reglas de la NCAA (National Collegiate Athletic Association), que es el ente que maneja el deporte universitario, no se puede cobrar plata de sponsors, aunque sí te dejan recibir ropa o raquetas sin cobrar, a través de los entrenadores, que funcionan como intermediarios. Cuando voy a jugar torneos, sí tengo que pagar entrenadores, preparadores físicos y demás cosas que significan mucha plata. Además, al terminar la universidad, es más difícil conseguir sponsors, ya que lo que buscan son jugadores más jóvenes.

-¿Y los premios?

-Te dejan cobrar premios hasta que puedas cubrir tus costos. De todos modos, en este nivel nunca llegas a ganar más de los que gastas, entonces cobrás todo. Por ejemplo, ganar un torneo de 25.000 dólares, que es el más grande que yo he ganado, te da nada más que 3.600 dólares de los cuales, entre vuelos, hoteles y demás gastos, no te queda nada. Ganar un torneo así te cubre los gastos, pero generalmente perdés plata.

-Este año ganaste tus dos primeros torneos profesionales de singles, ¿Te cambió algo en tu manera de pensar tu carrera?

-Yo quiero seguir explorando y aprovechar el tiempo en la universidad, aunque obviamente me encantaría poder jugar y siento que puedo, ya que estando en la universidad no le pongo todo el esfuerzo que podría ponerle al tenis, y aún así me está yendo bien. Pienso en el año entre que terminé el colegio y empecé la facultad, que fueron nueve meses de estar dedicado sólo al tenis y me fue realmente muy bien.

-Ese año fue espectacular…

-Sí, jugando todavía en junior, fui finalista y campeón en dobles de Wimbledon y finalista del US Open. Me acuerdo que terminé el colegio y empecé la pretemporada ni bien volví del viaje de egresados. Esa pretemporada la hice con los chicos que iban a jugar el Australian Open de mayores y después hice una gira por Sudamérica para sumar los puntos necesarios para clasificar a los Grand Slams Junior. En Roland Garros no jugué tan bien, pero igual estuve cerca de ganarle al que finalmente salió campeón y eso me hizo darme cuenta que estaba al nivel. Después, en Wimbledon me sentí muy cómodo en el pasto y me fue increíble. Ahí fue cuando realmente pensé que si me dedico a esto me puede ir bien; en la semifinal le gané a un chico que hoy está jugando los Grand Slams de mayores, Corentin Moutet. 

-¿Con qué jugador del circuito te identificás?

-Con “Delpo” (Juan Martín Del Potro). Lamentablemente, por las lesiones, estuvo mucho tiempo afuera, pero me gusta mucho su estilo y su forma de juego y trato de copiarlo porque soy alto y le pego duro a la pelota. También veo en él cosas que me pasan a mí: cuando nos dominan los puntos no nos va bien.

-¿Cuál es tu mejor golpe?

-El saque.

-¿Algún aspecto a mejorar?

-Un poco el revés, la movilidad y el cambio de ritmo. Igual, más allá de lo técnico, también la competencia te marca el nivel: si hoy juego con alguien que está 30 o 40 del mundo, le juego un rato y después ya me mata la intensidad. Antes de empezar la universidad me dieron un wild-card para la qualy del Master 1000 de Miami y me tocó jugar de vuelta contra De Miñaur que ya estaba entre los primeros 100 del ranking. El primer set jugué bien y estuve al ritmo, pero después ya no daba más.

-Elegí el mejor momento y el más duro de lo que va de tu carrera.

-El mejor fue jugar la final en Wimbledon. Jugué en la segunda cancha más grande, una hora antes de que Federer jugara la final de mayores y la gente que tenía entradas pasaba y se quedaba viendo. En el tie-break del primer set había como diez mil personas mirando el partido, fue increíble, la pelota sonaba distinto. El más duro fue este año que tuve una tendinitis en el tobillo que me tuvo varias semanas sin jugar porque además me curaba y volvía. Por suerte no fue nada grave, pero al ser la primera vez que me lesioné, me hizo ver lo duro que es no poder competir y me agarró el miedo de lesionarme en el futuro y no poder seguir jugando.

-¿Cuál es tu sueño más grande?

-Ganar Wimbledon, sin dudas. Además yo lo decía antes de haber ido y jugado en pasto. Ahora después de vivirlo, más todavía.

-Y para cerrar ese tremendo año, fuiste campeón del mundo…

-Sí, y al año siguiente, que yo ya estaba en la universidad, fue la ceremonia de entrega de premios. Estaba por rendir finales y me fui cinco días a París para estar en la gala. Lo conocí a Roger, estaba Gustavo Fernández que también fue campeón ese año. Fue algo soñado.

El pionero del Jiu Jitsu brasileño en la Argentina

Por Nehuén Azar

Su nombre es Frederico Guilherme Peisoto, pero es conocido como Fredy Sukata. Proveniente del noreste de Brasil, llegó a Buenos Aires en 1998 para difundir una disciplina de las artes marciales que hasta entonces no era practicada en la Argentina: el Brazilian Jiu Jitsu (BJJ). 

Actualmente el BJJ es conocido en gran parte del mundo gracias al crecimiento de las Artes Marciales Mixtas (MMA, su sigla en inglés) y su gran difusión generada especialmente alrededor de los famosos combates en el octágono de UFC y Bellator. En este tipo de luchas se combinan disciplinas como el Karate, Kickboxing, Muay Thai, Taekwondo, Judo, Lucha Libre, Lucha Grecorromana, Aikido y BJJ. Esta última es considerada indispensable en estos combates: “Nadie puede subirse a un octágono sin saber Jiu Jitsu”, asegura Fredy, nacido en Recife en diciembre de 1975.

El concepto básico de esta disciplina es que un individuo pequeño y ligero, pero hábil, puede defenderse con éxito frente a un oponente más grande y fuerte mediante el uso eficaz de la técnica, llevando el enfrentamiento al suelo.

Pero para entender realmente de qué se trata esto, es necesario conocer un poco la historia del arte suaveEl Jiu Jitsu nace en la India, como un método de defensa utilizado por los monjes budistas para protegerse de ladrones y demás peligros durante sus travesías. En uno de estos viajes llega a Japón, donde es adoptado y perfeccionado por los samuráis del siglo XII como método de defensa sin armas. Allí nace lo que se conoce como Jiu Jitsu Tradicional.

Este antiguo Jiu Jitsu japonés llegó a Brasil a principios del siglo XX por medio de Esai Mitsuyo Maeda, conocido como “Conde Koma”, que lideraba una comitiva de comercio en el estado de Pará, en el norte brasileño. Allí conoció a Gastao Gracie y le enseña el arte del Jiu Jitsu a su hijo mayor, Carlos. A su vez, Carlos se lo transmitió a todos sus hermanos exceptuando al menor, Helio, quien sufría de problemas físicos.

Helio era un joven débil, de contextura liviana y con problemas de salud que lo limitaban a pasar el día en su casa, por lo que tenía mucho tiempo para observar las clases de su hermano mayor. Tanto que aprendió las técnicas mejor que otros de sus hermanos, y con 15 años se animaba a desafiarlos.

El talento y la persistencia para compensar sus 60 kilos llevaron a Helio a perfeccionar la técnica hasta volverla casi imbatible, maximizando el uso de las palancas, las sumisiones y los estrangulamientos, permitiendo que hasta los más débiles se beneficiaran de esta práctica y dando origen a lo que hoy es conocido en el mundo como Gracie Jiu Jitsu, o Jiu Jitsu Brasileño. Helio Gracie murió en 2009 con 96 años de edad y es recordado como el Grande Mestre (Gran Maestro).

Esta es la doctrina que Fredy trajo a la Argentina. Hoy tiene una graduación de Faixa Preta 4 (Cinturón Negro, cuarto grado) y tiene el honor de haber aprendido directamente de la familia Gracie, ya que entrenó en reiteradas oportunidades con Carlson Gracie, sobrino de Helio que solía brindar seminarios en João Pessoa y en Río de Janeiro.

Pero el BJJ, también conocido como el arte suave o el arte marcial del piso, no era practicado en la Argentina de fines de los ‘90. Y ahí estaba Fredy Sukata, totalmente solo en Buenos Aires en 1998, con sus 22 años, presentándose cordialmente y diciendo que podía ganarle a luchadores de otras artes marciales sin siquiera golpearlos. “Al principio fue difícil. Como la gente no conocía el Jiu Jitsu, todos venían a desafiarme pensando que me iban a matar, y se reían cuando yo les decía que podía ganarles sin golpearlos. He peleado Vale Todo a mano limpia todos los meses con un desafiante distinto, y he mandado a varios al hospital”, cuenta El Mestre, que supo vencer en esa época a referentes argentinos del Kickboxing y del Muay Thai, como Gustavo Moia.

Una década atrás, cuando tenía 12 años, Fredy había ingresado en el mundo de las artes marciales gracias a su padre, que lo llevó a él y a su hermano mayor Mario a clases de judo. Practicaron durante dos años hasta que conocieron a Luiz Barbosa en la Ciudad de João Pessoa, un profesor de BJJ que les hizo conocer a ambos hermanos la disciplina que practican desde entonces y hasta el día de hoy. 

Fredy recuerda que “no sabía qué era el Jiu Jitsu” y Luiz le explicó que era algo parecido al judo, pero en el piso y con estrangulamientos y palancas a las articulaciones. “El tipo era flaquito, pesaba la mitad que yo y nos molió a palos a Mario y a mí en la primera clase”, agregó el luchador.

El Mestre Sukata fue creciendo y de a poco fue conformando su propia academia: “Di clases en Sucre y Cabildo, luego en Córdoba y Agüero, y después reuní a todos en Gallo y Lavalle y ahí arranqué. Empecé a salir en revistas de artes marciales y mi nombre fue sonando cada vez más fuerte”. 

Mientras tanto, su hermano Mario formaba parte del Carlson Team, equipo de MMA de Carlson Gracie, considerado el mejor equipo del mundo durante muchos años, por lo que el apodo Sukata (sobrenombre que recibieron ambos hermanos por ser parecidos al bajista de una banda tradicional de punk rock de Sao Paulo llamada Garotos Podres) también sonaba fuerte en el resto del ambiente de las artes marciales.

Así fue sumando alumnos y agrandando su academia, que administra junto a su hermano y que lleva el nombre de Sukata Brothers. Actualmente la Academia cuenta con más de 20 filiales repartidas entre Capital Federal y el interior del país, y otras tantas en Uruguay, Paraguay, Inglaterra, España, Francia e Israel.  

“Yo lo conocí en 2006 porque lo vi en la revista Judo-Karate, y me presenté en la sede de Gallo y Lavalle. Yo tenía 47 años y mi idea era poder formar atletas de competición en MMA, pero me faltaba algo”, recuerda Jorge El Samurai Ledesma, que desde entonces es alumno de Sukata Brothers. Con 61 años, entrena y da clases junto a Fredy en la sede central de la Academia, ubicada en Caballito. 

El Samurai es cinturón negro 5° Dan de Kung Fu y campeón mundial de BJJ en la categoría Master 5 Cinturón Azul en el año 2009, a menos de tres años de comenzar a practicarlo. Asegura que “Fredy es un deportista y una persona excepcional, y todos los argentinos que sabemos tirar una kimura se lo debemos a él. Incluso la gran mayoría de los profesores que hay, sin desmerecer a nadie, salieron directa o indirectamente de la Academia Sukata”. 

Al igual que Ledesma, mucha gente dice haber cambiado su vida a partir del BJJ, por lo que se muestran agradecidos tanto a Sukata como a la propia disciplina. Tal es el caso de Paula Serén, cinturón violeta de 27 años que también es instructora en la Academia y que conoció el BJJ en 2013: “La situación en la calle es muy complicada y todas necesitamos algo que nos dé seguridad. Lo que tiene el Jiu Jitsu es que si vos estás bajo una posición en la que el otro te está dominando, inmediatamente podés actuar y someterlo, invertir esa posición de dominio e inclusive atacarlo, dormirlo o romperle un brazo”, remarca la bonaerense. 

 “He vivido situaciones feas y he sufrido el acoso callejero que sufrimos todas las mujeres, pero hoy realmente puedo decir que me siento segura en la calle y en cualquier lado”, sostiene Paula, que además de dar clases en la sede central de Sukata, enseña BJJ a personas con distintas discapacidades utilizando un método llamado “Handicap” y adaptando las técnicas a la dificultad de cada alumno. Fredy afirma que “es el mejor método anti-violación”, y que “todas las mujeres que practican JiuJitsu pueden defenderse rápidamente de un eventual ataque sexual”.

Hace 21 años Fredy Sukata se puso un objetivo entre ceja y ceja y hoy puede decir que lo cumplió. Trajo el Brazilian Jiu Jitsu a la Argentina, lo hizo crecer de manera considerable y hoy es practicado a lo largo y ancho del país como deporte de competición, como método de defensa personal y como estilo de vida por gente de todas las edades, tamaños y géneros.

Una tarde soñada para el fútbol femenino

Por Nicolás La Rocca

En una jornada histórica para el fútbol argentino, Boca Juniors goleó a River Plate en el primer superclásico femenino profesional por 5-0 con una estelar actuación de Fanny Rodríguez, autora de tres goles y fabricadora de un penal. Como si fuera un cuento de hadas, este histórico torneo tuvo desde el arranque uno de los partidos más esperados por los hinchas, Xeneizes contra Millonarias en La Bombonera, y la ley del ex cumplió en todo su esplendor. 

Una tarde de sol era el marco perfecto para que se ponga a rodar la pelota, pero esta vez por las chicas. Más de 4.000 personas se acercaron al Estadio Alberto J. Armando en Brandsen 805, donde suelen destacarse los jugadores de la primera división masculina, para vivir el primer Superclásico profesional para el fútbol femenino. En el desarrollo del partido, se las vio mucho mejor a las jugadoras boquenses en ataque, aunque sin tanta claridad.

Por su parte, también estuvieron presentes fueron los famosos cánticos de cancha que son más comunes cuando juegan los hombres. A los 42’, la capitana Florencia Quiñones puso el primer gol de cabeza y desató la fiesta en La Boca. Cerca del final del primer tiempo, Yamila Rodríguez tuvo que abandonar el partido por una lesión y en su lugar ingresó la ex River Fanny Rodríguez, quien se incorporó a la vereda de enfrente en el último mercado de pases.

El segundo tiempo fue un gran monólogo de las de azul y oro al mando de Rodríguez, quien aprovechó un balón perdido tras un centro y sólo tuvo que empujarla para poner el segundo, y minutos más tarde se las ingenió en el área para que le hagan falta y le cometan penal que luego Fabiana Vallejos cambió por gol. La Bombonera era una fiesta xeneize gracias al equipo dirigido por Christian Meloni y aprovechando el descontrol en la defensa millonaria, Fanny Rodríguez convirtió dos golazos más para sellar un contundente 5-0 y los primeros tres puntos del profesionalismo para Boca. Rodríguez, además de festejar a lo Juan Román Riquelme con los brazos extendidos frente a la platea, se llevó la pelota con un tremendo hat-trick y cumplió de manera inédita la ley del ex, tras haberle convertido por triplicado a su ex club.

Párrafo aparte para la gran figura de la tarde. Fanny Rodríguez jugó un partidazo y pareciera ser una jugadora perfecta para Boca por la manera que se destacó en la cancha con tan solo 45 minutos jugados oficialmente con la camiseta azul y oro. La delantera apunta a ser un pilar para el plantel de cara a la lucha por el campeonato. También tuvieron una excelente actuación Carolina Troncoso, Clarisa Huber y la jugadora de la selección argentina, Eliana Stábile. 

El profesionalismo llegó para quedarse en el fútbol argentino y apunta a lograr una gran popularidad con el paso de los años. El 2019 quedará enmarcado para siempre en los corazones de las jugadoras y de las amantes de este deporte. Ni hablar de lo que significará el 24 de septiembre para los libros de historia con el pasar de los años, el día en el que se vivió el primer Boca-River con planteles que cobran por jugar.

Los Pumas, el tiempo que viene

Foto. Rugby World Cup

Por Rodrigo Engel

Lo increíble o imposible es increíble o imposible hasta que se logra. La palomita de Marcelo Pascual en el ingoal de los Juniors Springboks para la considerada primera gran victoria internacional de Argentina o el bronce en Francia 2007 o, más reciente aún, la inclusión al lejano Tres Naciones, en 2012 y con el imprescindible apoyo de la South African Rugby Union (SARU), nos dice que, para Los Pumas, lo creíble sucede no más allá del line-out.

Después de la caída ante Francia 23-21 y tras la apabullante victoria de Inglaterra sobre la débil puesta en escena de Tonga -35-3-, Argentina tomó distancia de los puestos clasificatorios a los Cuartos de Final del Mundial de Japón. El punto bonus que consiguió el seleccionado argentino tras perder por menos de ocho tantos y, en paralelo, la misma adquisición a manos de los ingleses mediante la vía de cuatro tries dejó a los europeos en la cima del Grupo C.

Estados Unidos debutará en Japón el próximo jueves a las 07:45 –hora local-. A pesar del crecimiento del deporte en Norteamérica tras el incremento de jugadores registrados en USA Rugby, luego de la implementación de la práctica en escuelas secundarias y universidades y becas disponibles para competidores que prometen, no objeta un nivel de competencia acorde para obtener un puesto en los Cuartos de Final. Será el último rival de Argentina en el Grupo C, por lo que Inglaterra pasa a ser el foco principal en la definición de la primera fase.

Por otra parte, Tonga, el inmediato rival de Los Pumas, sufrió la lesión del experimentado y máximo goleador del seleccionado, Kurt Morath. El apertura de 34 años quizás deba someterse a una cirugía de laringe como consecuencia de un golpe involuntario en el debut y quedó descartado en el camino de lo que fue su tercer Rugby World Cup.

La sorpresa, entonces, será la inclusión de James Faiva, uno de los jugadores más jóvenes y con más proyección del mundial. El entrenador de ataque, Scott Wisemantel, ya lo entrenó en un programa de la Rugby World para detectar promesas jóvenes en las Islas del Pacífico. La actuación del seleccionado tongano, apodado Ikale Tahí, mostró inferioridad respecto a Los Pumas y no parece atraer mayores sobresaltos.

Los cañones apuntan a Inglaterra, el gran candidato del Grupo C. La Rosa utilizó la movilidad de sus backs y el ancho del campo para romper la defensa tongana en el arranque del torneo. El pedido de palos del capitán, Owen Farrel, en momentos clave del encuentro y la aparición del centro Manu Tuilagi para aportar potencia, más aún en el primer parcial, desataron la demoledora victoria por 35-3. Luke Cowan-Dickie consiguió el cuarto try y le otorgó el punto bonus para trepar y liderar la zona con 5 puntos.

Los Pumas deberán vencer a estos tres rivales para sacar un boleto que los deposite en los cuartos de final del mundial en Japón. Atrás deberá quedar el flojo primer tiempo ante Francia y el fallo en el minuto final del penal ejecutado por Emiliano Boffelli que podría haberles dado la victoria. El foco al tiempo que viene tiene un cierto grado de dificultad y compromiso. Imposible, hasta que se hace.

Gimnasia y una semana cargada de revoluciones

Por Dylan Elías

Es sabido todo el revuelo popular que ocasionó la llegada de Diego Maradona a Gimnasia. Además de la increíble suma de socios, también se pudo ver su estadio explotado de gente el domingo pasado, cuando el flamante entrenador tuvo su debut en la derrota ante Racing por 2 a 1. Pero esa no es la única revolución que se generó en la ciudad y en el club ya que ayer se inauguró la era profesional del fútbol femenino argentino y El Bosque tuvo la oportunidad de ser sede de ese acontecimiento histórico. Es por eso también que La Plata, fue uno de los principales centros de atención del mundo del fútbol en estos últimos días.

El estadio de Gimnasia albergó los dos encuentros de la jornada del viernes de la primera fecha de la Liga Profesional de Fútbol Femenino. Villa San Carlos y Rosario Central abrieron a las 19 el primer partido profesional de la historia, en lo que fue victoria 5-1 para las rosarinas. Ya a las 21.15, llegó el turno del equipo dirigido por Mauro Córdoba, que en su primera participación en la Primera División hizo pesar la localía y se llevó el triunfo por 2 a 0 frente a Huracán, con goles de Milagros Díaz y Ailin Franzante.

Lo cierto es que Gimnasia está viviendo un mes, sobre todo por esta última semana, cargado de revoluciones. Incluso, Maradona está muy metido en el desarrollo del equipo femenino y les mostró su apoyo. En la tarde del jueves, el entrenador pasó por el entrenamiento y se sacó fotos con las chicas del plantel. Fue acompañado de Rocío Oliva, su ex pareja, quien tiene ahora el cargo de mánager del fútbol femenino del club.

Las jugadoras no pudieron ocultar su felicidad de tener enfrente al Diez. La mayoría publicó sus fotos con él en Instagram. El mensaje más emotivo fue, sin dudas, el de Victoria Sisterna. En su publicación, la futbolista puso: “Le dije: ‘Diego, sos el beso de mi vieja’, me sonrió y ese instante se convirtió en el mejor de mi vida”.

Maradona revolucionó el Mundo Gimnasia. Eso es algo que muchos ya repetimos varias veces. Pero es que los hinchas del Lobo, que está último en los promedios y muy alejado de sus rivales directos, olvidaron por unos instantes su situación y encontraron gracias a él una euforia descontrolada, que es lo que les da la esperanza de seguir soñando con quedarse en Primera.

Los jugadores del Tripero incluso mencionaron que para ellos también es una locura todo lo que está pasando en torno al equipo. Franco Mussis, por ejemplo, comentó que “con solo ver al Diego, te dan ganas de salir a comerte el pasto”. Y es que eso es Maradona. El empujón anímico que tal vez necesita el club para levantar sus resultados deportivos. Así como hizo con Dorados de México el año pasado, a quienes a pesar de no poder ascenderlos, los llevó a dos finales consecutivas, después de haber agarrado al equipo en la última posición del ascenso mexicano.

Tanto el Diego, como Rocío Oliva en su papel de mánager, tendrán la tarea de llevar a sus equipos a cumplir sus objetivos. El masculino, en su afán de salvarse del descenso, y el femenino, reciente campeón de la Segunda División, de meterse entre los primeros ocho de la Zona Campeonato, y por qué no, soñar con el título.