El “Xeneize” ha monopolizado los campeonatos de largo tramo en los últimos ocho años. A pesar de ser discutido por su estilo de juego, los cinco títulos y las estadísticas lo respaldan con creces.
Escribía el filósofo italiano Antonio Gramsci que, para sostener una condición hegemónica como tal, es necesario reafirmarla constantemente. Así lo hace Boca ante el decadente nivel futbolístico del resto de los equipos de la Primera División. Fue campeón en 2015, bicampeón entre 2017 y 2018, se coronó en 2020 y, hoy, volvió a consagrarse.
Desde que obtuvo aquel kilométrico torneo de 30 equipos hace siete años, Boca le dejó poco para celebrar a sus pares del fútbol argentino. Nunca más permitió que pasen dos competencias en formato liga sin que aparezca su nombre tallado en el trofeo. En esta oportunidad, le negó la posibilidad a Racing de ser quien interrumpa esta hegemonía a nivel local.
Lanús, en el Campeonato de 2016, “La Academia”, en la Superliga 2019, y River, en la Liga Profesional pasada -la de 2021- fueron los únicos… los únicos que pudieron quitarle algo de la gloria de los últimos ocho años al conjunto de La Ribera.
Las formas en las que el conjunto azul y oro logró estas consagraciones fueron, son y serán cuestionadas por quienes están emparentados con un estilo de juego que se posiciona en la antítesis de los planteos de Rodolfo Arruabarrena, Guillermo Barros Schelotto, Miguel Ángel Russo y Hugo Benjamín Ibarra (los directores técnicos que lo llevaron al éxito liguero en estos tiempos).
Lo cierto es que, en este período, fue el equipo que más veces sumó de a tres y el que más puntos acumuló en la Primera División con 117 triunfos y 397 unidades en total. El virtuoso River dirigido por Marcelo Gallardo -más atento a sus deberes internacionales que a los torneos domésticos- lo escolta a la distancia en estos aspectos: 103 victorias y 361 puntos. Abrumador.
Inclusive, superó al maravilloso Manchester City de Josep Guardiola, recientemente elegido como el mejor equipo del año por la revista que entrega el Balón de Oro. Los “Ciudadanos” agigantaron sus vitrinas al hacerse de cuatro de las últimas ocho Premier League, una menos que las conquistadas por el “Xeneize”.
A este ritmo, Boca está pronto a reflejar esta hegemonía a nivel local en los registros históricos. En ese rubro, ya le pisa los talones al “Millonario”. Considerando, como lo hace la casa madre del fútbol argentino, los campeonatos del amateurismo y del profesionalismo, recortó a dos la ventaja en favor de “La Banda” en el palmarés liguero. Con la que consiguió hoy, alcanzó su estrella número 35, contra las 37 que ostenta la institución de Núñez.
Terminó el 2022 para San Lorenzo y con esto también quedó decretado el fin de la carrera para dos emblemas del club. Néstor Ortigoza y Sebastián Torrico decidieron poner el punto final a un camino lleno de éxitos y en especial la recordada Copa Libertadores 2014.
El “10” tuvo en sus pies dos de los momentos más recordados de la historia azulgrana, y en contextos completamente diferentes. El primero fue cuando el volante de 38 años ejecutó el penal ante Instituto en la Promoción para evitar que el Ciclón baje a segunda categoría. Dos años más tarde el fútbol puso al nacionalizado paraguayo ante otro penal, pero esta vez en la final para ganar la tan ansiada Copa Libertadores. Más allá de esos dos remates decisivos, durante su paso por San Lorenzo, gracias a su juego y goles, Ortigoza se ganó el cariño de la hinchada azulgrana que lo señaló como uno de los últimos ídolos del club.
Sebastián Torrico tiene una historia particular, pues llegó en 2013 al club de Boedo con el fin de hacer una prueba temporal. Con su buen rendimiento se fue ganando su espacio hasta llegar a ser el arquero más importante en la historia del club. Toda la hinchada cuerva recordará la atajada a Pusetto en el clásico con Huracán y los penales atajados ante Gremio aquella noche de Porto Alegre para avanzar a cuartos de final de la Copa Libertadores. A sus 42 años, se despide como héroe del club y uno de los máximos referentes.
La victoria 3-0 ante Aldosivi le permitió al pueblo azulgrana tener un doble festejo y vivir una emotiva tarde. En primer lugar, el equipo culminó el año clasificado a la próxima Copa Sudamericana, y por otra parte un Nuevo Gasómetro explotado despidió a sus ídolos y coreó sus nombres en incontables ocasiones. “Nos vamos con el objetivo cumplido”, afirmó Ortigoza en referencia al laureado y recordado paso suyo y de su amigo por el multicampeón argentino. Acompañados por sus familias, dieron sus últimos pasos por el campo de juego antes de dar el paso de futbolista a leyenda.
Marcelo Gallardo cumplió su último partido oficial como director técnico de River. Un ciclo de ocho años y medio llegó a su fin. Uno que el hincha “Millonario” no creería -ni quería- que llegara, pero que inesperadamente, llegó. La conmoción y el estado de shock se adueñaron del ambiente en la institución de Núñez.
Entre lágrimas, palabras de agradecimiento, canciones, murales, posteos, y hasta incluso tatuajes para toda la vida, los hinchas se hicieron presentes con el objetivo de devolverle a Marcelo Gallardo todo lo que hizo por el club, aunque con la sensación de que nada sería suficiente. 14 títulos en total, un historial favorable ante Boca, con 4 eliminaciones internacionales entre las que está la recordada final de la Libertadores 2018 en Madrid. Sumado a un estilo de juego y un legado a la altura de River.
Pero, justamente, ahí está la clave. La salida del “Muñeco” duele, pero sanará y dejará su marca. Una huella imborrable que será el consuelo que deberán tener los “Millonarios”. Quien agarre tendrá el club en orden, con las bases asentadas, y con Gallardo como orfebre del mejor período en la historia de la institución. Porque hay que recordar de donde se viene, del descenso en 2011 y la resurrección con más fuerza que aquel golpe de realidad.
Matías Almeyda, Ramón Díaz y Marcelo Gallardo fueron la combinación que levantaron a River, que lo devolvieron a lo más alto del plano internacional. “Napoleón” se coronó en el camino, y lo allanó para quien lo suceda. El llanto de hinchas, socios, dirigentes se secará. Incluso el del mismo Gallardo, que se despide por la puerta grande y que encima le queda chica.
Esta hermosísima historia llega a su fin, al menos del primer capítulo porque si alguien tiene las puertas abiertas del club fue, es y será Marcelo Gallardo, el mejor entrenador en la existencia del Club Atlético River Plate.
Boca-Independiente y Racing-River protagonizarán la definición del título este domingo. Con la mirada puesta en los futbolistas del Rojo y el Millonario, hay hinchas que quieren ver perder a su equipo con tal de perjudicar a su clásico rival. La cultura del aguante, los valores en juego y un grupo de jugadores que sale a la cancha condicionado por una atmósfera contaminada.
Boca llega puntero con 51 puntos, escoltado por Racing que tiene 50. Ambos equipos juegan el mismo día a las 17, con la particularidad de que se enfrentarán al clásico rival del contrario: Boca jugará con Independiente en la Bombonera y Racing lo hará ante River en Avellaneda, y en el caso de que alguno de los visitantes gane o empate puede contribuir a que su clásico salga campeón.
Luego de que Independiente le gane 1-0 a Banfield en la fecha pasada, en la cancha del Rojo se escuchó: “El domingo tenemos que ganar”, haciendo alusión al partido que se viene. En cuanto a River, no solo se juega un clásico contra Racing en la última fecha sino que también será el último partido de Marcelo Gallardo como entrenador. A pesar de esto, todavía existe un grupo de hinchas que insiste con que hay que “ir para atrás”, o hacer todo para que el clásico rival no se consagre.
La rivalidad entre ambos clásicos existe prácticamente desde que los clubes se fundaron, o quizás desde que la cercanía los volvió “enemigos”. Independiente se asentó en Avellaneda en 1907 y Racing ya jugaba allí desde 1904, además que desde 1928 tan sólo 300 metros separan sus estadios. En cuanto al superclásico que conforman River y Boca, se sabe que el Millonario tuvo sus primeros campos de juego en el barrio de La Boca antes de mudarse a Recoleta y posteriormente a Belgrano, lo que comenzó como un clásico de barrio y terminó en el enfrentamiento con más concurrencia y relevancia del país.
Lo cierto es que la enemistad, y sobre todo la violencia entre los hinchas de estos cuatro equipos no fue siempre así: un claro ejemplo se ve cuando Racing, en 1967, volvió al país siendo campeón del mundo e Independiente lo recibió en su estadio para ovacionar a los jugadores campeones y llenarlos de aplausos; luego de eso el Rojo le ganó a la Academia, se llevaron el título del torneo local y ambos equipos festejaron juntos.
No pasó lo mismo en 1991, cuando Boca y Oriente Petrolero se enfrentaron por Copa Libertadores: con un empate, River se quedaba afuera en la fase de grupos. Si Boca le ganaba al equipo boliviano, los Millonarios también se clasificaban, por lo que ese día la gente en la Bombonera cantó “esta noche tenemos que empatar” y “el que no salta, quiere ganar”. El Xeneize empató 0 a 0 ese partido y, tiempo después los propios protagonistas contaron cómo se llegó a esa instancia. Diego Latorre: “Nos llamó el Abuelo (líder de La 12), con un tono intimidatorio. ´Miren que tienen que empatar porque se pudre todo´. Yo te puedo garantizar que Tabárez no sabía nada. Me hace ingresar para ganar el partido y en la primera pelota que toco eludo a uno, le pego y da en el palo. Viene un compañero mío y me dice: ´nene, la puta que te parió, quedate al lado mío porque te voy a cagar a trompadas´”.
Con el paso de los años los ejemplos son cada vez más y quizás uno de los más recordados es el partido que enfrentó a Independiente y Vélez en el Apertura 1995: Racing necesitaba ganarle a Colón, pero además le convenía que su clásico rival gane, ya que tenía solo tres puntos menos que el Fortín. La Academia no pudo contra el Sabalero y perdió 5-1, pero lo curioso se vio en la cancha del Rojo, cuando el equipo de Carlos Bianchi ganó 3-0 y los hinchas de Independiente gritaron los goles del rival, festejando que Racing no saldría campeón.
Fecha 13, Apertura 98. Conferencia de prensa de Ramón Díaz previo al cruce ante Gimnasia en La Plata, rival directo de Boca en la definición de aquel torneo.
-¿Vas a hinchar para River contra Gimnasia?
– (La mirada del entrenador y el silencio anticipa su respuesta). Ustedes ya saben.
Esa noche en el Bosque fue victoria del Lobo 3 a 2 y el público de River cantó: “Y vamos, vamos, vamos, vamos River Plate, pongamo´ huevo que hoy tenemos que perder”.
En 2013, se vivió algo parecido pero esta vez para que el clásico rival descienda: Racing y Quilmes se enfrentaban por la fecha 16 del torneo, y el Cervecero ganó 1-0, derrota para los de Avellaneda pero que ayudaba a que Independiente esté más cerca del descenso. Años después los jugadores de la Academia afirmaron que fue uno de los partidos más difíciles que les tocó jugar, teniendo en cuenta la presión del presidente de la institución en ese entonces, Gastón Cogorno: “ Ustedes hagan lo que tengan que hacer pero, si ganamos, tenemos que ir a entrenar a otro lado”. A Independiente no lo ayudaron los resultados y terminó descendiendo después de perder 1-0 con San Lorenzo en la anteúltima fecha.
Este domingo los cuatro equipos se juegan todo: Racing y Boca, el campeonato, y River e Independiente, la dignidad. Lucas Romero, capitán del Rojo, desmintió una supuesta ‘apretada’ de la barra para el próximo encuentro y dijo que el plantel irá a ganar: “Si no vamos para adelante nos estaríamos faltando el respeto a nosotros mismos”. Por su parte, Fernando Gago, director técnico de la Academia, manifestó que es una falta de respeto pensar que River e Independiente ‘van a ir para atrás’ para beneficiar a sus clásicos rivales.
El fútbol tuvo grandes regateadores en la historia, sobre todo en Brasil, donde mezclan este deporte con la agilidad de danzas tradicionales -como zamba o capoeira- para desarrollar una destreza vistosa a la hora de eludir a un rival. Los brasileños son quienes elevaron la gambeta a la categoría de arte. Ahora bien, antes de las bicicletas de un flaco con los pies torcidos llamado Garrincha, las elásticas de Ronaldinho o los amagues de Pelé, hubo un caballero británico que enseñó al mundo por primera vez lo que es un regate: Sir Stanley Matthews.
Con la reciente coronación del goleador del Real Madrid, Karim Benzema, como Balón de Oro 2022, es difícil imaginar a un ganador fuera de un equipo de élite. Se suele otorgar esta distinción a un jugador que haya sido campeón de Champions League o del mundial esa temporada. En la edición de 1956, el gran favorito era Alfredo Di Stéfano, campeón de la Liga de Campeones ese año, pero no pudo en las votaciones ante un Matthews de 41 años que venía de ser subcampeón de la liga inglesa con el Blackpool.
Matthews nació en Stoke-on-Trent y debutó en el club de su ciudad: Stoke City. Tenía solo 17 años y era la estrella de la reserva, producto de un ingenio muy adelantado a su época. Mientras todos los jugadores por banda en ese tiempo solían correr derecho cual locomotoras, él prefería frenar y cambiar su dirección. Tenía una habilidad sobresaliente por encima del resto, un estilo novedoso, por eso lo apodaron “El Mago del Dribbling”. El mismo Pelé dijo que Stanley Matthews fue quien le enseñó al mundo cómo se juega al fútbol.
No solo fue un ejemplo como futbolista para aquellos jóvenes regateadores que buscaban imitarlo. También fue pionero de la alimentación saludable: No fumaba ni bebía, tomaba jugo de zanahoria todos los días y hacía estrictas dietas. Estaba obsesionado con el entrenamiento. Cuando apenas comenzaba a disputar sus primeros partidos en la primera del Stoke City, pasó toda sus vacaciones entrenando para ganar la titularidad. Además, utilizaba botas con peso para practicar su habilidad con los pies. Su último gol fue con 50 años, récord recién superado en 2015 por Kazuyoshi Miura.
El 2 de mayo de 1953, las 100 mil personas que asistieron al viejo Wembley para ver la final de la FA Cup entre el Blackpool y Bolton Wanderers presenciaron una de las mayores exhibiciones que tuvo ese estadio: la Final de Matthews. A falta de 35 minutos y con un resultado de 3-1 en favor del Bolton, brilló la figura de Stanley Matthews por la banda derecha. Asistió a Stan Mortensen -autor de un hattrick ese día- para el 2-3 y luego encaró para su diestra ante la marca de Malcom Barrass y tocó para el medio donde conectó Bill Perry para sentenciar la victoria 4-3 y recibir el trofeo de las manos de la Reina Isabel II, un mes antes de su coronación como monarca. Es el único título colectivo que ganó Matthews.
Con la selección de Inglaterra jugó 54 partidos y marcó 11 goles. Además, fue citado para los mundiales de 1950 y 1954. Pero su actuación más recordada con los Three Lions fue en un amistoso ante Brasil en 1955, primera vez que se cruzaban ambas selecciones. Matthews mostró sus gambetas ante los brasileños, la defensa de Nilmar Santos y Djalma Santos nada pudo hacer. Fue victoria por 4-2 de los británicos y el Mago del Regate participó en los cuatro goles.
Con 46 años y aún vigente, Matthews volvió al club donde comenzó su aventura: Stoke City. El equipo estaba en segunda división y decidió que era el momento de devolverle la alegría a la institución de su ciudad. Dos años más tarde, consiguió el tan ansiado ascenso a la primera división. Se volvió un ícono para The Potters, quienes le hicieron una estatua a las afueras del estadio y otra en el centro de la ciudad. Además, la avenida que pasa por el Britannia Stadium lleva su nombre.
Se retiró en 1965. Poco antes, la misma reina que le había dado la FA Cup 12 años atrás, lo nombró Sir, único futbolista en recibir el título de la realeza en actividad. Con 50 años y azotado por lesiones, colgó los botines en un partido homenaje en el estadio del Stoke City, con la participación de leyendas de la talla de Ferenc Puskás, Ladislao Kubala o Sir Bobby Charlton. Este último reconoció en una entrevista en 2002 que Matthews era su ídolo. En 35 temporadas como jugador, jamás fue expulsado, un caballero dentro y fuera de la cancha.
El 23 de febrero del año 2000, exactamente 35 años después de recibir el título de Caballero de la Orden del Imperio Británico, falleció en su querida Stoke-on-Trent a los 85 años. Sus restos fueron esparcidos por el Britannia Stadium en un acto al que asistieron cerca de 100 mil personas, entre ellas grandes figuras de la historia del fútbol británico, como Charlton, quien no aguantó las lágrimas. Hubo gente allí presente que jamás habían visto una gambeta de Matthews en vivo, pero todo aquel que aprecie el arte de eludir a un rival con una estética maniobra de pies, debe un agradecimiento a Sir Stanley Matthews.
Argentina, esa tierra cuyos antepasados trabajaron para recolectar los frutos que sembraban en ella. Un producto, como puede ser el vino, que era el resultado del cuidado constante, como la sombra ante el agobiante sol o también, la regadera ante el sofocante y asfixiante calor de verano. Un producto que se exportaba -y se exporta- hacia el otro lado del océano Atlántico. Un producto que porta la bandera celeste y blanca. Aunque, justamente como el destilado del mosto de uva, a veces los mejores resultados son aquellos que se almacenan hasta alcanzar su apogeo.
La “industria” nacional no solamente se sustenta con el vino, sino también con el fútbol, aunque comparten similitudes entre sus productos. Los jugadores que surgen de los semilleros, conocidos como potreros, son sembrados y transferidos para continuar su desarrollo, incluso cuando están listos para exhibirse más allá de la frontera. Así como el vino, existen casos de jugadores que han descartado la posibilidad temprana de llegar a Europa, con ejemplos para todos los gustos.
Uno de ellos fue Erik Lamela, el actual ganador del premio Puskas y que se desempeña en el Sevilla de España. Un fútbol al cual podría haber llegado mucho antes ya que, a sus 12 años, el Barcelona posó sus intereses en el entonces jugador de las inferiores de River. Un pase que interesaba al joven “Coco” pero que sus padres, por medio de un acuerdo con el presidente de turno José María Aguilar, finalmente rechazaron a cambio de una beca para él y sus hermanos.
çEl camino de Lamela siguió ligado a la institución de Nuñez hasta su debut en Primera, cuando el 13 de junio de 2009 entró desde el banco frente a Tigre en la victoria por 3 a 1. Sin embargo, el zurdo y Europa parecía que estaban atados con un hilo rojo, aquel que une dos nombres que están destinados a encontrarse. Así fue como con apenas 4 goles en 36 partidos disputados, un descenso y ascenso con River, la Roma se hizo con los servicios del jugador -por 18 millones de euros- y la aventura por el Viejo Continente lo llevaría por Italia, Inglaterra y ahora España, donde todo podría haber comenzado.
Sin embargo, a veces las oportunidades, como los trenes, pasan solo una vez y más cuando ese tren va en sentido al Santiago Bernabeu, la línea Real Madrid que dejó pasar Augusto Batalla. El actual arquero de San Lorenzo confesó que en 2014, cuando aún no acumulaba minutos en Primera pero sí era el arquero titular de la Selección Sub 17, llegó a su puerta la oferta del Merengue tras una destacada actuación el Mundial de Clubes Sub 17 de 2013, el cual conquistó la institución de Nuñez ante el Atlético Madrid, Real Madrid y Barcelona. Una propuesta con la que muchos futbolistas solo pueden soñar, pero que el propio Batalla decidió rechazar tras una charla con Marcelo Gallardo.
En ese entonces, el arco del Millonario estaba cubierto por Marcelo Barovero, pero que ya tenía en la mira el retiro de la institución y el Muñeco le aconsejó al juvenil quedarse para ser el sucesor de Trapito, en lugar de continuar una carrera formativa y de -probable- suplencia en el Real Madrid o, dentro de su filial, el Real Madrid Castilla. El nacido en Hurlingham decidió aceptar la propuesta de Marcelo Gallardo para cumplir su sueño de pibe. La suerte deportiva no le fue tan generosa y terminó de decantar su préstamo a Atlético Tucumán en 2018. Del “Decano” pasó a Tigre en el mismo año y después emigró al fútbol chileno. Un primer paso por Unión La Calera en 2019 y un segundo en O’Higgins entre 2020 y 2021 fueron suficientes para que regrese al país y selle su llegada a San Lorenzo, donde aún milita pero solamente cedido de River.
En otros casos, a veces es necesario un guiño de la suerte para poder continuar la evolución dentro de un ambiente contenido, así como la conservación y fermentación del vino en las barricas de roble para desarrollar el resultado de mayor esplendor. Esa barrera que es levantada por un “no” suele aparecer, sobre todo, cuando aún se está en una edad de “alevín”, como se conoce a las inferiores del fútbol español, las cuales integró por unos días Julián Álvarez.
El actual jugador del Manchester City defendió el color blanco merengue del Real Madrid en 2011. Si bien fue durante una corta prueba de pocos partidos, el nacido en Calchín, Córdoba, logró convencer a los formadores de los “Blancos”, pero el destino simplemente dijo que no, ya que en ese entonces el Real Madrid no permitía el fichaje de jugadores menores de 13 años, Julián tenía 11 y el pasaje de vuelta asegurado a Argentina. Esto no desanimó al juvenil, quien continuó su trayectoria hasta convertirse en el “9” titular de River Plate, campeón de Libertadores, Copa América y la “Finalissima”, estos últimos dos con la Selección, y ganar su regreso a europa bajo las órdenes de Pep Guardiola en los Citizens.
Ahora esta secuencia suma un nuevo episodio que nuevamente tiene como protagonista a una promesa del fútbol argentino que podría haber debutado en territorio del “viejo continente”. Es el caso de Gino Infantino, el polifuncional zurdo de 19 años que se desempeña en Rosario Central y tuvo una prueba de “Blanco” y otra de “Amarillo”. Con tan solo cinco años llegó al Club Renato Cesarini, de donde salieron jugadores de la talla de Augusto Solari, Martín Demichelis y Javier Mascherano. Llegó a destacar en la institución de su Rosario natal al punto que, cuando aún no había alcanzado los 10 años de edad, uno de los entrenadores le consiguió una prueba de 15 días en el Real Madrid. La familia Infantino acompañó a su hijo a “La Fábrica”, como se conoce popularmente a la cantera blanca, que intentó retener al argentino ya que se habían librado de la política que los privó de fichar a la “Araña”. Sin embargo, los clubes no lograron llegar a un acuerdo y la historia de Gino en Europa parecía llegar a su fin, pero no fue un punto final, sino punto aparte.
Al regresar a Renato Cesarini, mantuvo su rendimiento y captó la atención de la Agrupación Deportiva Infantil Unión Rosario (ADIUR), otro club de barrio poco visto en Rosario. Allí, en 2017 llegó su primera citación a la Albiceleste sub 15 que comandaba en ese entonces, y hasta hoy, Diego Placente. Pero esto no sería todo ya que también tuvo la posibilidad de realizar una prueba de 20 días con la camiseta del Villarreal, debido a un convenio que mantiene con ADIUR. Allí podría haber permanecido si no fuera porque su familia no podía acompañarlo, por lo que decidió rechazar la posibilidad y volver a Argentina. Hoy, con 19 años, ya cuenta con 52 partidos en la primera de Rosario Central, y fue capitán de la Selección sub 20 que dirigió Mascherano en el Torneo Esperanzas de Toulon, aunque quedó fuera de la lista que campeonó en L’ Alcudia. Sin duda es una historia que se escribe día a día y a la cuál no habrá que quitarle el ojo.
En un presente donde todo parece consistir en llegar a Europa lo antes posible, al mejor postor y, ocasionalmente, en desmedro del presente entorno, exportar la etiqueta de “Hecho en Argentina” es una condición que a veces se pierde, justamente producto del apuro. Como todo, a veces es cuestión de saber esperar el momento adecuado, ya que acortar el camino puede llevar al desperdicio de una oportunidad que es única y que, más en un proceso formativo y de desarrollo, implica mucho más que simplemente “jugar a la pelota”.
La renovación de jugadores que se viene dando desde el 2019 con la llegada de Lionel Scaloni comenzará un nuevo capítulo. Pensando en las próximas versiones que pueda llegar a mostrar equipo nacional, es importante estar pendiente del progreso de aquellos que forman parte de lo que está por venir. El día a día en los clubes de los chicos que hoy son el futuro de nuestro fútbol, y su papel en los equipos a los que representan serán vitales en su formación.
Alejandro Garnacho
El juvenil en Madrid hace 18 años es uno de los jugadores de esta lista con más presencia en el primer equipo del club para el que juega. El extremo de Manchester United arrancó la temporada pasada siendo uno de los pilares del sub 18 de los Reds, lo que le valió una promoción casi sin escalas a la máxima división.
Garnacho fue una pieza clave para la obtención de la FA Youth Cup en junio de este año; marcó siete goles en seis partidos y culminó el torneo en la cima de la tabla de goleadores. Además, asistió en tres oportunidades para que sus compañeros conviertan. Disputó también la UEFA Youth League, en la que convirtió dos goles y una asistencia en siete partidos. En aquella competencia, el equipo inglés quedó eliminado en octavos de final frente al Borussia Dortmund en la tanda de penales. En lo que a la Premier League respecta, comenzó jugando la correspondiente al Sub-18, promediando la temporada continúo en la categoría Sub 23 y finalizó siendo una opción desde el banco para el primer equipo.
En la mayor del Manchester United, ingresó en tres ocasiones en las que sumó 15 minutos, dos en liga y una en copa nacional. En la vigente temporada se consolidó como parte del primer equipo, aunque todavía sin una buena cantidad de minutos en cancha. Estuvo presente en el banco en cinco de los seis partidos de Premier League, aunque solo ingresó en el primero de ellos para disputar escasos segundos. También entró en los dos partidos de los Reds por la Europa League y sumó 20 minutos de juego. Su mayor participación fue el pasado 30 de agosto en el duelo frente al Carlise United correspondiente al EFL Trophy. Allí, Alejandro Garnacho jugó 65 minutos en los que marcó una asistencia.
Luka Romero
El nombre de Luka Romero suena en los oídos de los argentinos, y del mundo futbolero en general, desde hace ya dos años. Su aparición en la Primera del Mallorca en el 2020 fue toda una sorpresa, principalmente por la edad del juvenil nacido en México. Con tan solo 15 años, se transformó en un partido ante Real Madrid en el debutante más joven de la historia de La Liga. A partir de entonces, muchos ojos están puestos en él. Desde la temporada pasada juega en la Lazio de Italia, pero no ha podido contar con la cantidad de minutos que tenía en el cuadro español, aunque claro, todavía tiene 17 años.
Tras su arribo al club romano, Romero tuvo sus primeras participaciones en el Sub 19. Allí disputó 4 partidos en los que no tuvo un peso preponderante en los marcadores. Ya en 2022, fue promovido a la primera categoría de la Lazio. Entró al campo en nueve encuentros correspondientes a Serie A y Copa Italia, aunque solo un puñado de minutos en cada uno de ellos. Sin embargo, el argentino se convirtió en una opción regular dentro de las convocatorias de Maurizio Sarri.
Ya en la presente temporada, Romero apenas pudo contar con tiempo de juego. El delantero estuvo en el banco de suplentes en los nueve encuentros que jugó Lazio, tanto por Serie A cómo por Europa League y solo pudo ingresar en uno de ellos. Sumó 14 minutos en la derrota por 5 a 1 frente al Midtjylland por el torneo europeo. Hoy el brasilero Felipe Anderson es quien se ha ganado el puesto de extremo derecho y el italiano Matteo Cancellieri es su primer recambio. Además, Pedro, el ex Barcelona, Chelsea y Roma, también es una opción para el ataque que puede desempeñarse por ambas bandas.
Matías Soulé
Matías Soulé nació en Mar del Plata e hizo inferiores en Vélez. Sin llegar a debutar en la Primera del Fortín, se mudó a Italia para jugar en la Juventus cuando todavía no había cumplido los 17 años. Desde su llegada a Turín, formó parte de los equipos juveniles de la Vecchia Signora, pero a partir de la pasada temporada comenzó a ser una opción para el primer equipo, incluso llegando a tener algunos minutos en cancha.
El marplatense disputó toda la pasada temporada en las categorías juveniles de la Juventus, con excepción de cuatro minutos en los que pudo participar en el primer equipo por la Serie A. Con el Sub 19, llegó hasta las semifinales de la UEFA Youth League, instancia en la que el club de Turín cayó por penales contra el Benfica, equipo que luego se consagraría campeón. En aquella competición europea jugó como mediapunta y convirtió dos goles y dio tres asistencias en nueve partidos. Para el Sub 23 disputó 34 partidos, en los que anotó cinco goles y entregó cuatro asistencias. Allí alternó entre el extremo derecho y la parte central ofensiva del mediocampo.
En la presente temporada, Soulé ganó asiduidad en el banco y participación en el juego. Formó parte de las nueve convocatorias al primer equipo de la Juventus e ingresó en tres oportunidades, todas por Serie A. En esos partidos, el argentino acumuló 23 minutos de juego. Si bien la Vecchia Signora en esta temporada no cuenta con un plantel como los que acostumbró a ostentar en los últimos años, hay jugadores importantes por delante del marplatense, como el norteamericano Weston McKennie, ex Schalke 04, o el italiano Moise Kean, ex Everton y PSG.
Tiago Geralnik
Tiago Geralink hizo inferiores en River, pero se fue al Villarreal con apenas 16 años. En el club de Castellón pasó por las divisiones del ascenso español y fue utilizado prácticamente en todas las posiciones ofensivas del campo. Jugó como extremo izquierdo, mediapunta, interno por ambos costados e incluso como mediocampista central.
En lo relativo a la temporada pasada, Geralnik disputó casi todos sus encuentros en el Villarreal C, de la Tercera División Española. En aquella categoría, el rosarino participó en 29 partidos, de los cuales 17 fueron desde el inicio; además, en esos encuentros convirtió 6 goles. También jugó la UEFA Youth League, en la que el Sub 19 del Submarino Amarillo cayó en segunda ronda.
En la presente temporada fue promovido al Villarreal B, que juega en la Segunda División de la Liga Española. Integró la lista de las siete convocatorias que hubo hasta la fecha, aunque solo pudo jugar unos pocos segundos en el empate frente al Málaga. La Primera División todavía parece lejana para el rosarino de 19 años.
Nicolás Paz
Nicolás Paz, hijo de Pablo Paz (exdefensor de la Selección Argentina) tiene 18 años y juega como mediocampista central. Comenzó su formación como jugador en el Tenerife, de donde es oriundo, y en el 2017 llegó al Real Madrid Castilla, el segundo equipo del club de la capital española. Allí participa en la Primera Federación, la tercera división de ese país. Aún continúa formándose en busca de una oportunidad en el primer equipo del Merengue, algo que no es sencillo dada la jerarquía que se puede encontrar en ese plantel.
En la pasada temporada, bajo la dirección técnica de Raúl, el exgoleador español, fue convocado en 10 partidos del Real Madrid Castilla. De esos encuentros, pudo ingresar en seis de ellos y sumar 95 minutos de juego. Actualmente se encuentra disputando la UEFA Youth League, competencia en la jugó como titular en las dos presentaciones del selectivo juvenil del Merengue. En su debut en el torneo marcó dos goles frente al Celtic de Escocia y su equipo goleó por 6 a 0.
Valentín y Franco Carboni
Valentín y Franco Carboni forman parte de una familia ligada al fútbol. Ambos son hijos de Ezequiel Carboni, ex Lanús, Catania y Banfield. Valentín tiene 17 años, es el menor de los hermanos y puede moverse tanto por derecha como por el centro del ataque. Franco, dos años mayor, se desempeña como lateral izquierdo. Los dos hicieron inferiores en Lanús y prosiguieron su formación en el Catania. A principios del 2020 llegaron al Inter de Italia, donde participaron de varias competencias juveniles, hasta llegar al banco de la Primera del equipo de Milán.
Para el Sub 18, Valentín Carboni jugó 9 partidos, en los que fue sin lugar a dudas un jugador destacado: marcó cinco goles y dio cuatro asistencias. Junto con Franco, formaron parte del selectivo que disputo la pasada edición de la UEFA Youth League. El menor de los hermanos disputó solo dos partidos y marcó un pase gol, mientras que el lateral estuvo en las seis presentaciones de su equipo. Más tarde fueron seleccionados para jugar el Torneo Primavera, una liga italiana compuesta por equipos Sub 19. Allí disputaron la mayoría de los partidos y fueron campeones tras vencer en la final a la Roma por 2 a 1 en la prórroga con una asistencia de Franco.
En esta temporada, Valentín volvió a formar parte de la lista para disputar la UEFA Youth League y marcó dos goles en dos partidos. También comenzó a disputar la nueva edición del Torneo Primavera, en el que ya marcó por duplicado. Sin embargo, en las últimas semanas dejó el equipo Sub 19 para pasar a formar parte de las convocatorias del primer equipo del Inter. Hasta el momento no sumó minutos de juego, pero estuvo en el banco en los últimos tres encuentros por Serie A.
Franco se fue cedido al Cagliari, actualmente en la Serie B, para tener rodaje en Primera tras su exitoso paso por el juvenil del Inter. En el club de Milán había formado parte de la convocatoria del primer equipo en cuatro partidos de Serie A y en el duelo frente al Liverpool por la pasada Champions League. Sin embargo, su paso a la segunda división de Italia le abrió las puertas para sumar más minutos y ritmo de competencia. De los 6 partidos que Cagliari disputó en Serie B, Franco Carboni participó en tres, en el último de ellos arrancando como titular. Además, ingresó 16 minutos en la victoria 3 a 2 por Copa Italia frente al Bari.
Con más o menos minutos, escalones más arriba o más abajo en la pendiente natural que implica una carrera de alto rendimiento, cada uno de los jugadores mencionados parecen estar en la misma etapa del proceso evolutivo de un futbolista. Para la mayoría de ellos, la presente temporada representa el quiebre entre los equipos juveniles, en los que varios se han destacado, y la primera categoría de sus respectivas ligas. El próximo año será una prueba de adaptabilidad para aquellos que están empezando a tener sus primeras convocatorias en los equipos mayores.
Es una buena señal que todos ellos estén luchando por un lugar en los equipos más importantes de Europa: Real Madrid, Juventus, Manchester United, Inter, Lazio, Villarreal. Pero también es importante ver que su desarrollo avanza por un sendero lógico y de constante progreso; que son protagonistas del futuro de sus clubes y, claro, de la Selección Argentina.
El 6 de marzo de este año el director técnico de la Selección Argentina, Lionel Scaloni, daba a conocer la lista preliminar para la doble fecha de las Eliminatorias sudamericanas que debía disputarse contra Venezuela y Ecuador. En ella aparecían los nombres de varios jugadores Sub 20 que militan en Europa.
Desde principios del 2020, la AFA trabaja en un gran proyecto para capturar juveniles que actúan en diferentes clubes de Europa. Talento que antes se encontraba en nuestros potreros y que hoy abunda en buena parte en el Viejo Continente por diferentes causas. La crisis del 2001 que obligó a muchas familias a emigrar con descendencia argentina o padres que fueron exfutbolistas y que por cuestiones laborales terminaron emigrando a otros destinos son algunas de las razones. Del listado de convocados, Alejandro Garnacho, Luka Romero y Nicolás Paz son los casos más representativos porque los tres nacieron fuera de Argentina.
Alejandro Garnacho nació el 1 de julio de 2004 en Madrid, España, pero es hijo de madre argentina. Juega de extremo izquierdo y se formó como futbolista en el Atlético de Madrid. Su madre, Patricia Ferreyra Fernández, es la responsable de que él luciera la camiseta argentina desde chico. “Nací en Madrid, pero mi madre es argentina, al igual que toda su familia, y va a ser un honor poder representar a Argentina, igual que lo fue en su momento representar a España. Estoy muy emocionado con esta oportunidad”, declaró hace unos meses para el sitio web oficial del Manchester United, equipo donde juega actualmente.
“Desde pequeño he animado a las dos selecciones. Tengo doble nacionalidad, es una oportunidad única para mi y estoy ansioso esperando que llegue el momento y aprovecharlo al máximo”, agregó el joven talentoso. En septiembre de 2020, el Manchester United pagó 500 mil euros por su pase.
Más allá de que haya nacido en México y dado sus primeros pasos como futbolista en España, donde posee el logro de haber sido el jugador más joven en debutar en La Liga con 15 años y 219 días, a Luka Romero le corre sangre albiceleste por las venas.
Nació el 18 de noviembre de 2004 en Durango, un estado pequeño al noroeste de México. En el equipo de la ciudad, Los Alacranes, jugó Diego Adrián Romero, padre de Luka, quién se desempeñaba como centrocampista. Debutó en Quilmes, y luego de un exitoso paso por Atlético de Rafaela emigró. “Toda mi familia es argentina, mi sueño es vestir la celeste y blanca”, había declarado el juvenil para el sitio web de la AFA en 2018. Y agregó dos años después en una entrevista con Clarín: “Nunca dudé en jugar para Argentina, que igual fue la que primero se fijó en mí y me llamó. Me gustó mucho cuando estuve y voy a estar en la Selección hasta que no me quieran más”.
Dos años después de su nacimiento, su padre mudó a la familia a España para asentarse y seguir su carrera allí, por lo cual Luka cuenta, también, con la ciudadanía española. Ahí floreció la opción de representar a alguna de las tres selecciones. Romero ya disputó torneos juveniles con las selecciones Sub 15 y Sub 20. “En cada charla nos hace sentir las ganas que tiene por jugar en Argentina, está contento con la Selección y con el entorno”, comentó el año pasado Juan Martín Tassi, cabeza principal del departamento de Scouting, en una entrevista con TyC Sports.
Todavía no disputó ningún partido oficial con Argentina, ya que la FIFA cuenta como oficiales solo los partidos de las selecciones mayores y no la de juveniles, lo que implica que Luka tiene tiempo de cambiar de decisión si quisiera. Actualmente desarrolla su carrera en la Lazio de Italia y aún no sumó minutos en la presente temporada
Nacido el 8 de septiembre de 2004 en Tenerife, España, pero hijo de argentinos, Nicolás Paz es un talentoso extremo o mediocampista ofensivo de 17 años que juega en Real Madrid. Esta temporada se encuentra en el equipo B del conjunto “Merengue”, donde es dirigido por Raúl González, histórico goleador del equipo madrileño. Nicolás usa la “10”, y está catalogado como una de las mayores promesas de la “Casa Blanca” de cara al futuro.
Su padre, Pablo Paz, exfutbolista de Newell’s, Independiente y con pasado en la Selección Argentina, contó hace unos meses que cuando Nicolás se había enterado de la convocatoria por parte de Lionel Scaloni “salió temblando, no podía hablar”. Cabe resaltar que el joven nació en España, dado que Pablo realizó la mayor parte de su carrera allí. “Esto es una sorpresa mayúscula, aunque ya sabíamos que el scout en Madrid lo venía siguiendo, no sabíamos que iba a tener esta convocatoria”, destacó su padre.
El fútbol argentino suele ser un semillero de talentos que, generalmente, emigran al Viejo Continente luego de demostrar sus habilidades en Primera División. Desde comienzos del siglo XXI, varias familias han decidido mudar su cotidianeidad a Europa, y con ellas se fueron algunas de las futuras estrellas del fútbol. A pesar de ello, el argentino tiene algo que no se pierde y que se transmite directamente en los genes: el sentido de pertenencia. Es por ese sentimiento y ese amor por Argentina que siete de los futbolistas que integran regularmente el plantel del seleccionado Sub 20 viven o directamente nacieron en el exterior: Nicolás Paz, Franco Carboni, Valentín Carboni, Tiago Geralnik, Matías Soulé, Luka Romero y Alejandro Garnacho.
El hecho de no haber podido disfrutar de sus cualidades en la Primera del fútbol argentino es quizás el factor por el cual no fue sino hasta haber formado parte de la citación de Lionel Scaloni para aquella doble fecha de Eliminatorias en marzo de 2022 que sus nombres comenzaron a resonar en el público local. Poco se sabe de ellos, por lo tanto: ¿qué mejor manera de conocerlos que a partir de su talento dentro de la cancha?
A pesar de la insistente presión rival, Nico Paz no tiene mayores inconvenientes para salir jugando. Un mediocampista con sus características suele explotarlas en ofensiva, pero su riqueza técnica, su buen físico –falencia que mejoró con el paso del tiempo– y facilidad para girar sobre su eje –inteligencia y anticipación como fundamento– y posicionarse de frente al campo rival le brindan al equipo un plus en salida y creación. Una vez de frente, varias son las opciones que puede aplicar gracias a su precisa zurda: un cambio de frente, una gambeta que progresa por más riesgosa que parezca –algo similar a lo que ocurría en las mejores etapas de Mesut Ozil–. Y aunque son opciones totalmente válidas, el juego táctico actual impone salidas a puro toque al ras del césped, por lo que, perfilado, abre el juego al lateral izquierdo.
Allí en la banda esperaba Franco Carboni para continuar una salida limpia. Para la posición que ocupa dentro de la disposición táctica del equipo –lateral izquierdo–, su físico es imponente: un metro ochenta y tres de altura, potencia, velocidad y fuerza, un excesivo parecido a Lucas Hernández. Claro, quizá eso adquiere sentido al saber que en sus inicios, jugaba como extremo con gran proyección, por lo que requería de cierta potencia física. Al igual que Nico Paz, el abanico de posibilidades para continuar la jugada es bastante amplio gracias a su gran capacidad para tomar decisiones y, sobre todo, su privilegiada zurda; pero al estar parado sobre la línea de lateral, las opciones se reducían a aprovechar su velocidad y continuar en largo por ese sector, o descansar en un mediocampista que bien conoce: su hermano Valentín.
Si bien el menor de los Carboni suele jugar por el sector derecho del campo de juego para hacer rendir al máximo su zurda, no hay mejor sociedad que la de aquellos que juegan juntos desde niños. La posibilidad de descansar en las cualidades defensivas de Nico Paz, le permite a Valentín exprimir al máximo su capacidad de generar juego e involucrar a sus compañeros. Típico de argentino, la gambeta está siempre en su radar y, a pesar del impulso de encarar en velocidad hacia adelante y dejar atrás a varios rivales –porque sus habilidades con la pelota bajo el pie se lo permiten–, tener un medio campo repleto de talento lo obliga a mover el esférico de lado a lado. Más cerca de la banda izquierda, recorta hacia el centro, y debido a que su perfil no se ve favorecido, el jugador de Inter de Milán opta por la posibilidad de tocar atrás para Tiago Geralnik, que se aproximaba para hacerse de la pelota.
Al igual que en Villarreal, su equipo, Geralnik busca tener la pelota bajo control. La riqueza técnica del mediocampo del seleccionado Sub 20 facilita la creación. De alguna manera su calidad quedó evidenciada en el lamento de Marcelo Gallardo luego de su partida del millonario en 2020. Su carácter distintivo en este caso, y en contra de lo que suele pasar, es su pie hábil: a diferencia del resto de los cuatro que conforman la mitad, Tiago es diestro. Abierto por izquierda, a perfil cambiado, generalmente aprovecha su picardía y rebeldía para trasladar de afuera hacia adentro y dejar a los rivales sin chance alguna; pero a pesar de su excelente habilidad, si algo desconcierta al equipo contrario es jugar a un toque, detalle que Geralnik hace a la perfección. Su inmediato pase logra tal desarticulación y la pelota llega al sector derecho de la cancha.
Desde el lugar que mayor comodidad le brinda a su propio juego, Matías Soulé recibe la pelota con el área rival entre ceja y ceja. El control orientado es el primer aspecto a señalar, ya que a partir de él surgen sus movimientos en ataque. Con el esférico pegado a su prodigiosa zurda, encara con aspectos muy similares a los de Ángel Di María. Quizá en lo que más se asemeja es en esa característica gambeta que de tan solo un momento a otro pasa de parecer un jugador completamente desarmado a dejar parado al rival sin sentido de ubicación. Al igual que Fideo, su preferencia por el recorte hacia adentro para quedar perfilado les da un parámetro a los defensores que, en este caso, no resulta: el desborde es la opción elegida y el centro atrás tiene a otro gran talento como receptor.
En la medialuna, Luka Romero recibe la pelota con el arco de frente. De alguna manera, todo indica que el delantero finalizará la jugada. Los defensores salen disparados a detener ese inminente remate. Al verse casi encerrado, recurre a su mejor cualidad: la gambeta y el pie a pie en espacios reducidos. No solo estas características, sino también sus similitudes físicas sirven a la comparación con los inicios de Lionel Messi: pelo largo, 1,69 metros de altura y la capacidad para escurrirse por cualquier espacio que el promedio de los jugadores y hasta incluso el público pensaría imposible. Con eso como premisa, Romero se deshace de la muralla rival y, en vez de rematar, su agilidad mental le permite distinguir un carril entre líneas para asistir a Garnacho.
Trazando una diagonal desde el sector izquierdo del campo llega Alejandro Garnacho a ocupar ese espacio libre a pura velocidad y potencia. El cuatro rival corre de atrás. La polifuncionalidad del delantero de Manchester United es una característica que le da un rasgo diferencial a la hora conformar un equipo. Así como es capaz de retroceder para formar parte de la generación de juego, o aprovechar una gambeta corta y la explosión en velocidad, también suele llegar a instancias definitorias y, de hecho, muy bien lo hace. Al hacer contacto con la pelota, controla con su pie menos hábil, que bastante bien maneja, y se perfila haciendo que el cuatro rival pase de largo cual tren bala. De derecha, a colocar. Pique hasta el banderín y ¡SIUUUUUUUU! calcando el festejo del portugués Cristiano Ronaldo, con quién además, comparte equipo actualmente.
Qué lindo sería replicar alguna jugada similar más adelante. Actualmente sería prácticamente imposible ver jugar a los siete al mismo tiempo en un mismo once titular del seleccionado Sub 20 –el equipo tendría exceso de talento, aunque quedaría un tanto desequilibrado–, pero teniendo en cuenta que con el paso del tiempo y de acuerdo a sus cualidades, los jugadores van modificando su estilo y también, en muchas ocasiones, su posición, ¿por qué no ilusionarse en un futuro?
Nació en Durango, México, el 18 de noviembre de 2004. Durante su infancia, vivió en distintos lugares debido al pasado futbolístico de su padre. Así mismo, gran parte de su familia está inmersa en el mundo del fútbol. Su hermano mellizo, Tobías, defiende los tres palos del club mallorquín Penya Arrabal; sus tíos, tanto paternos como maternos, han pasado por Quilmes; y su abuelo Pepe, padre de Diego fue director técnico de la Selección Juvenil de Guatemala.
A los tres años se mudó a España. Sus primeros pasos fueron en la escuelita de Estepona, en Málaga. A pesar de que no contaba con la edad permitida para disputar campeonatos federados, ya se notaba su entusiasmo y alegría al ver la pelota. Más adelante, continuó su camino en diferentes equipos de las Islas Baleares. Entre los años 2011 y 2014, fue parte de las divisiones inferiores del Formentera. Esta ciudad, de menos de 15.000 habitantes, suele ser uno de los principales destinos turísticos del país.
Una tarde en la playa, junto con otros niños, se encontraron a Dani Alves, con quien compartieron un “picadito”. Al jugador brasileño le sorprendió su parecido estético y futbolístico con Messi. La prensa española no tardó en compararlos. Sin embargo, a Luka no le gusta mucho eso, ya que él prefiere escribir su propia historia. En 2015 arribó al Mallorca, mediante unas pruebas que organizó un canal de televisión local. En total se hicieron cuatro casting: dos en Mallorca, uno en Menorca y otro en Ibiza, que nucleaba a los que vivían en Formentera. Dos exjugadores del club eran los encargados de seleccionar a los participantes. Era tal la diferencia que tenía con el resto de sus compañeros, que fue escalando muy rápido de categorías y con tan solo 15 años debutó en el equipo profesional. Actualmente se desempeña en la Lazio, donde ya jugó nueve partidos.
Tiago Geralnik
Se crió en Rosario, pero vino preparado para recorrer el mundo. Nació en el año 2003, hijo sano de la crisis. Desde muy chico empezó a jugar al fútbol, por influencia de su padre, que era preparador físico. Con tan solo dos años emigró a Venezuela, a la inversa de como suele pasar ahora, debido al trabajo de su padre en distintos clubes del país. Allí comenzó a jugar al fútbol, sobre todo en Caracas y Puerto Ordaz. Pero el amor no se olvida, tras una década, regresó a Argentina, para integrar las divisiones inferiores de ADIUR, club de la Liga Rosarina. Allí compartió plantel con Gino Infantino (actual jugador de Rosario Central), y ambos fueron llamados a la Selección Sub 15.
A fines de 2017, gracias a su buen desempeño, pasó a River y al año siguiente viajó a varios torneos internacionales. Fue nombrado como el mejor jugador del Mundialito de Montaigu, en Francia, por lo que los scouting de clubes europeos no tardaron en poner sus ojos en él. En 2020, ante la inminente salida de Tiago al exterior, River intentó retenerlo al ofrecerle su primer contrato, pero no lo logró. Sin embargo, se llegó a un acuerdo y no se fue por la patria potestad. El Villarreal de España adquirió su pase y pagó más de 100.000 euros por los derechos formativos, y frente una posible venta, el equipo de Nuñez obtendrá al 5% de la transacción, por lo que no se fue en malos términos.
Matías Soule
Nació hace 19 años en Mar del Plata y forjó sus primeras armas futbolísticas en clubes de la liga local. Su padre Norberto le transmitió la pasión por el fútbol. El Club Social y Deportivo Argentinos del Sud fue el primero en su formación. Así mismo, también pasó innumerables tardes en el potrero de su barrio, el SOIP. Cuando llegó el turno de pasar a cancha de nueve, se mudó a Kimberley. Sus profesores ya veían muchas cualidades técnicas en él con respecto a los otros chicos, sobre todo en el dribbling.
Con 11 años recién cumplidos, arribó a Capital Federal para formar parte de las inferiores de Vélez. Disputó varios torneos en el exterior vistiendo la V azulada, y en uno de ellos, en Portugal captó la atención de varios cazatalentos de los equipos más grandes de Europa. No tenía ningún contrato con el conjunto de Liniers, y a su familia ya le habían llegado propuestas del Atlético Madrid y la Juventus. Este último ganó la pulseada, y junto a su familia y su representante decidieron que lo mejor era emigrar a Italia. Su salida de Vélez fue bastante conflictiva al irse mediante la “patria potestad”. Para Matías fue un momento muy difícil, ya que algunos hinchas lo amenazaron a él y a su familia por las redes sociales.
Actualmente es un recambio habitual para Allegri, y ya cuenta con más de cinco participaciones en el primer equipo. Con tan solo 19 años, ya cumplió el sueño de todo futbolista, compartir plantel con Messi y Cristiano Ronaldo, y eso que aún tiene muchas páginas por escribir.
Alejandro Garnacho
“Nací en Madrid, pero mi madre es argentina, al igual que toda mi familia, y va a ser un honor poder representar a Argentina”, afirmó Alejandro Garnacho a sus 17 años, luego de haber sido convocado por Lionel Scaloni a la Selección. Nació en España y tiene acento español, sí, y jugó para el sub 17 de España entre 2018 y 2020. Se fue al Manchester United desde el Atlético de Madrid.
Pero Garnacho, quien elogia tanto a Messi como a Cristiano Ronaldo -compañero de club-, siente también su fuerte costado argentino. Hay material fotográfico, que él mismo presumió en sus redes, que lo demuestra: desde chiquito sonríe con la camiseta celeste y blanca mientras sostiene la pelota. ¿Una premonición?
Todo el lazo sanguíneo que lo une con Argentina tuvo que ser acompañado y protegido por el equipo de trabajo de la selección. En su totalidad, pero puntualmente por el área de Scouting, que ahora deberá retenerlo, cada vez con más participación directa del entrenador y sus ayudantes principales. Argentina no tiene la posibilidad de blindarlo como hizo con Messi en su momento. Las reglas cambiaron: Garnacho podrá retornar a la selección española si lo desea, hasta que se cumplan una serie de requisitos. Uno de ellos es jugar con la Selección luego de los 21 años de edad, lo que dependerá pura y exclusivamente de su decisión a lo largo del tiempo.
Actualmente, el chico de 18 años, aunque es consciente de que su apoyo explícito hacia las dos selecciones “va a dar que hablar”, mantiene una postura clara: disfruta de su presente, sabe que tiene todo un futuro por delante, y considera que haber jugado con Messi es un sueño hecho realidad.
Los Carboni
Los Carboni son Ezequiel, Franco, Valentin y Cristiano. El padre, Ezequiel, además de haber debutado en Lanús y retirado en Banfield en su etapa como jugador, es ex director técnico y -ex- coordinador de inferiores de Lanús. En 2019 no pudo continuar en Granate, y decidió cruzar el océano hacia el sur, bien al sur de Italia.
“Lo decidimos cuando nos llamó Catania, donde jugué, y ahí comenzó la historia de los chicos”, detalló en Radio La Red Ezequiel Carboni. El “Kely” ya había representado al club de la costa siciliana entre 2009 y 2011, luego de ganar la Bundesliga austríaca con el Salzburgo. Allá, al Catania, también fueron sus tres hijos. Tuvieron pruebas, que no solo han sido superadas, sino que rápidamente fueron migrando al Inter tras despertar un gran interés en varios clubes.
Franco, el mayor de los hermanos Carboni, juega de lateral izquierdo y es categoría 2003, tiene 19 años; fue el primero en emigrar hacia Milán, bien al norte, a 1022 kilómetros de su primer destino. No pasó mucho tiempo desde que Franco se había ido por su propia cuenta al Inter, hasta que el club fichó a sus hermanos por apenas 300 mil dólares. Pero, así como fue el primero en llegar, también fue el primero en irse. Los tres pertenecen al Inter, aunque Franco está a préstamo al sur de la isla de Cerdeña, en el Cagliari. Antes de jugar en la Sub 20 argentina, se puso la camiseta italiana en el Sub 18, en un amistoso frente a Austria en el que marcó un gol a los 94 minutos.
Valentín, el del medio, 2005, 17 años, es el que más llama la atención. Es menor de edad, pero debutó antes que su hermano en la Primera División del Inter, junto a Lautaro Martínez. Se estrenó en la Sub 17 de Italia en 2021 y ya lleva 11 partidos jugados, en los que anotó 4 goles. En la Sub 20 argentina jugó dos partidos. Cristiano Carboni, el más chico, apenas tiene 13 años y ya tuvo sus apariciones en el emblemático diario italiano La Gazzetta. Aún deberá esperar su primera convocatoria a la selección argentina.
Nicolás Paz
Es un mediocampista ofensivo, jugador del Real Madrid, que tiene apenas 19 años. Está nacionalizado, pero en ningún momento vivió en territorio argentino: nació en Tenerife, una isla que queda más cerca de Sahara, África, que de Argentina, e incluso que del resto de España. Pero Nicolás es hijo de argentinos. Su padre, Pablo Paz, se fue a jugar al club que lleva el nombre de la isla luego de haber pasado por Newell’s y Banfield; además, supo vestir la camiseta argentina en el Mundial de 1998.
Pablo tuvo un breve regreso al país para jugar en Independiente en la temporada 2002/03, luego regresó -esta vez, para quedarse- a España en 2004, y meses después, el 8 de septiembre, nació Nicolás. Allí vivió toda su vida. Comenzó a desarrollarse como jugador en las inferiores de Tenerife hasta que en 2016 viajó a la capital española.
Hasta el día de hoy, Nicolás aguarda por su debut en la Primera de su club: todavía no tuvo la oportunidad, pero sí lo hizo en el Real Madrid Castilla, la filial del Merengue dirigida por el histórico delantero español Raúl; y en el Sub 19 del Real Madrid, que actualmente disputa la UEFA Youth League. En dicha competencia, el jóven mediocampista marcó 2 goles en 3 partidos disputados.
En España pretendían que el chico representara a su país natal, pero Paz aceptó jugar para Argentina cuando fue convocado por Scaloni, en el marco de una estrategia del departamento de Scouting con el fin de integrar a las futuras joyas relacionadas a Argentina -de una forma o de otra- a la selección nacional.