martes, enero 14, 2025
Home Blog Page 57

El crecimiento del futsal masculino de San Lorenzo en los últimos años

Por Nicolás Díaz

Día nublado, fresco y lluvioso. Bares antiguos y murales azulgranas invaden el barrio de Boedo. Son las dos y media de la tarde y de a poco empiezan a llegar los jugadores y el cuerpo técnico del futsal de San Lorenzo al Polideportivo Roberto Pando para una nueva jornada de entrenamiento. De tres a cinco suelen ser las prácticas y la cantidad de días a la semana varía en relación a la fecha del partido. Van mezclando trabajos de cancha con los de fuerza y cada quince días va la nutricionista a controlar al plantel. Hay buenas vibras, hay sanlorencismo. Primero entran en calor con un juego divertido y después se meten de lleno con lo que pida el entrenador, en busca de cómo evitar los errores defensivos que cometieron el fin de semana y de afinar jugadas nuevas en ataque. El equipo entrena con seriedad, compromiso y ganas de seguir mejorando, aunque hace un poco más de dos meses hayan obtenido el bicampeonato de la Copa Argentina en Bariloche.

El futsal masculino en San Lorenzo de Almagro es uno de los deportes que más creció en los últimos años. Tuvo buenos momentos como también malos. Sin duda, desde 2016 hasta la fecha se convirtió en uno de los clubes más importantes a nivel nacional gracias a la gente que dedicó su tiempo, técnicos de nombre, jugadores de calidad, títulos obtenidos y, para nada menos importante, la localía en Boedo.

La disciplina en el club empezó a finales de los 90 y desde ese entonces tuvo muchos altibajos. De hecho inició en la segunda división, pero rápidamente logró el ascenso a primera y nunca más volvió a descender. En los primeros años se obtuvieron nueve títulos en total: El Apertura 1999 y los Clausura 1999, 2000, 2001, 2004 y 2006. Además, logró ganar la Copa Benito Pujol en 1999, 2000 y en 2004. Luego de estos campeonatos, hubo un periodo sin coronación. Más de diez años pasaron para que el Ciclón vuelva a gritar campeón en el futsal, pero desde 2018 hasta hoy consiguió muchos títulos. 

Damián Stazzone, actual capitán de San Lorenzo que llegó al club en 1998 con 13 años, debutó en primera a los 18 y desde ese entonces pasó la mayor parte de su carrera ahí, se refirió a la situación de la disciplina en ese momento: “El último título había sido en 2006 con Alejandro De Nicola como entrenador, en 2007 se jugó una Libertadores que fue muy buena y después a nivel resultados hubo un bache, pero el plan siguió creciendo. Creo que fue una etapa de transición que terminó cuando el futsal explotó en Argentina con el Mundial 2016 y ahí el club decidió acompañar ese crecimiento y crear un nuevo proyecto”. Palabra autorizada del campeón del mundo con el seleccionado nacional en Colombia.

“Tuve momentos buenos en el sentido de entender lo que estaba pasando y poner el hombro, pero también lo pasé mal con muchas discusiones con los dirigentes porque entendía que había cosas que se podían mejorar y no se hacían. Eso me llevó a alejarme del club dos años, irme a jugar a Italia y volver en 2014. Ahí ya había una nueva dirigencia, Bruno Calabria me llamó y volví a San Lorenzo para arrancar todo lo que fue este último ciclo”, sentenció Stazzone, en relación a cómo vivió ese periodo.

Bruno Calabria, ex jugador y uno de los impulsores del futsal en el club, contó cómo fue su llegada a la disciplina: “En enero de 2017 Matías Lammens (presidente del club en ese entonces) nos llamó a mi y a mi hermano y nos preguntó cómo hacíamos para profesionalizar al deporte. Nosotros ya veníamos de años anteriores. Yo jugué fútbol 11 y cuando me retiré vine acá porque soy hincha, vivía en el club y me dijeron de competir en futsal. Estuve tres años, dejé de jugar y quedé como responsable”.  

“En ese momento era amateur. Se entrenaba de noche y peleamos el descenso en 2013, 2014 y 2015. Cuando Matías Lammens nos propuso la idea, nosotros queríamos que los jugadores vivan del futsal y que estén disponibles las 24 horas. Les brindamos todas las herramientas para que se pudieran desarrollar. Esa fue la clave”, comentó Calabria sobre cómo estaba el ambiente y qué era lo que querían modificar.

En la actualidad, el conjunto de Boedo es uno de los protagonistas y de los favoritos a quedarse con el Torneo AFA luego de poder sobrellevar algunos altibajos en el inicio que el plantel sufrió debido a varias bajas, nuevas incorporaciones y la presencia de jóvenes. Luciano Antonelli sigue siendo el técnico y los referentes siguen estando. Por otro lado, no pudo coronar en la Copa de Oro y quedó eliminado en semifinales. Pese a esto, el equipo  está siendo competitivo. La vara quedó alta, la gente se acostumbró a verlos ganar y saben que tienen material para volver a campeonar.

Luciano Antonelli, entrenador del Ciclón, aseguró que están entrenando en cada detalle, tratando de mejorar, que sabían que el primer semestre iban a tener altibajos porque hay un grupo nuevo con jugadores jóvenes y que lleva su tiempo, y agregó: “El objetivo es hacer crecer al equipo y terminar dentro de los ocho primeros. Es lindo hacer algo distinto”.

“No es fácil porque estamos acostumbrados a ganar. Desde que estoy nunca tuve tres partidos sin victorias. Eso cuesta, pero hay que tener madurez para sacarle responsabilidad a los chicos y hacerles entender que es parte del crecimiento. Hay que estar fuertes para recibir estos golpes. Son sensaciones nuevas”, declaró Antonelli sobre los encuentros ante Independiente (derrota), Kimberley (derrota) y Banfield (empate), correspondientes a las fechas 5, 6 y 7.

Figu llegó como jugador en 2014 gracias al llamado de Bruno Calabria. “Era otra cosa, entrenaba casi sin ropa y de noche en la Ciudad Deportiva y peleamos el descenso”, recuerda él. Luego se retiró y empezó a dirigir a la quinta división. Estuvo un año como ayudante de Leandro Planas, después llegó Facundo Ruscica y se quedó con él. “Facu dio un salto de calidad terrible”, memoriza Antonelli. Las situaciones de la vida hicieron que se hiciera cargo del primer equipo debido a algunos problemas de salud de Ruscica. 

”En abril de 2019 fue mi primera temporada como entrenador de San Lorenzo. Fue muy distinto porque te haces cargo de todo, algo que tal vez como ayudante no. Fue complicado, pero me apoyé en lo que veníamos haciendo. A mis jugadores trato de mostrarles el porqué de cada situación, hay un ida y vuelta. Quiero que sepan lo que hacen, que estén convencidos de ellos mismos”, sostuvo el técnico multicampeón. 

Franco Calabria, el otro impulsor del futsal del club, detalló cómo fueron los primeros años: “Cuando a Bruno (Calabria) le propusieron hacerse cargo de la disciplina, lo primero que me dijo fue que vaya a AFA para tener presencia. San Lorenzo participaba de la Comisión de Futsal y en ese momento el presidente era Luis Segura. Estuve un poco más de dos años ahí. A partir del 2017, ya con Claudio Tapia como mandatario, se designó un nuevo grupo de integrantes y fui el único que quedó. En 2018 me fui porque nos prohibieron jugar las finales en el Pando, algo que yo había planteado antes del inicio del torneo para hacer crecer la disciplina. Los playoffs se tenían que jugar en cancha neutral”. 

“Estaba en el día a día tratando de coordinar varios temas. En ese momento todavía estábamos en el Salón San Martín de Ciudad Deportiva, entonces necesitábamos contar con espacios y horarios para entrenar, nos arreglábamos con los recursos que teníamos, buscábamos no descender. Ahí fue que armamos el primer cuerpo técnico con Nicolás Valdés y después con Leandro Planas. A partir del 2017 ya arrancamos con Ruscica”, recuerda Franco como si fuese ayer. De a poco iba comenzando la nueva etapa.  

Después del Campeonato 2006, San Lorenzo recién volvió a consagrarse en 2018, y encima por triplicado. Dylan Vargas, ex integrante del plantel que obtuvo esos títulos, recuerda ese año: “Con la Copa Argentina nos sacamos la mochila de encima porque fuimos el equipo que más había invertido, teníamos la cancha más linda y nos habían puesto todo para ser los mejores. A partir de ahí pisamos fuerte. Después ganamos el Torneo y la Superfinal a Villa La Ñata”.

Luego de jugar un año y medio en Argentinos, Vargas llegó al club en 2015, estuvo hasta 2018, se fue a SECLA, en 2020 regresó y hace aproximadamente tres meses se fue a continuar su carrera a Letonia. “En Argentinos entrenaba a la noche y nunca me faltó nada, pero llegué acá y la exigencia era otra porque estábamos en la A. Llegó (Facundo) Ruscica y cambió la forma de ejercitar y la manera de pensar. Teníamos que tener la cabeza en el futsal. Él y Damián Stazzone fueron los pilares para la renovación mental y futbolística del futsal en general, no solo del club. Cuando arribé a San Lorenzo me di cuenta que había mucho para crecer, no me arrepiento de nada. Mejoró muchísimo todo. Parece un club nuevo si comparás el 2015 con el 2023”, proclamó Cucha, que además confesó que al principio la mentalidad era la de competir, mientras que los últimos años era la de ganar campeonatos.

Luego de la triple corona en 2018, el Ciclón no paró de ganar. De ahí en adelante obtuvo una Liga Nacional (2019), dos Copas Argentina (2022 y 2023), una Superfinal (2020), una Copa Libertadores (2021), dos Supercopa (2020 y 2021) y dos Campeonatos (2019 y 2022). El último trofeo lo ganó el 26 de agosto ante 17 de Agosto por penales, luego de un 2-2 en el tiempo reglamentario. Pero sin dudas que el más importante de todos estos fue la Libertadores. El 22 de mayo de 2021, San Lorenzo derrotó 4-3 a Carlos Barbosa (BRA) y se convirtió en el primer equipo argentino en lograr este título. Para llegar a esta instancia, primero los dirigidos por Antonelli derrotaron a Boca para clasificar a fase de grupos, etapa en la que quedaron segundos y pasaron al cuadro final. En cuartos golearon 4-0 a Alianza Platanera (COL) y en semifinales derrotaron 2-1 a Corinthians (BRA), otro de los candidatos.

El DT aseguró que haberla ganado fue un logro único porque haber sido los primeros argentinos en conseguirla va a quedar en la historia del deporte. Es que de 18 ediciones jugadas hasta ese año, 17 habían sido obtenidas por equipos brasileños y 1 por uno paraguayo. Además, Barbosa tenía seis títulos en total y venía de ganar las últimas tres ediciones. 

“La Libertadores 2021 fue un triunfo del futsal argentino, ya que si nosotros fuimos y jugamos de esa manera ese torneo, significa que acá se compite a un nivel muy alto”, fueron las palabras de Stazzone. Por otro lado, Vargas, entre otras declaraciones, dijo: “Fue lo máximo, porque hicimos historia”. Tanto el cuerpo técnico, los jugadores y toda la gente de la disciplina quedarán por siempre en la historia del futsal argentino. 

El Polideportivo Roberto Pando se inauguró en octubre de 2016 con un partido de básquet, pero luego se empezaron a disputar encuentros de futsal y voley, por ejemplo. Es muy importante para la institución ya que queda en Boedo, más precisamente en José Mármol 1715. La construcción de este estadio fue emocionante para los hinchas simplemente porque queda en el barrio con el que está identificado el club y se volvía a competir ahí. Sin dudas que la creación del Pando ayudó a todo el mundo San Lorenzo, y el futsal lo aprovechó de muy buena manera. 

Con los ojos vidriosos luego de que le hablás del tema, Bruno Calabria asegura que es jugar en su casa, en el barrio de San Lorenzo, y que es un plan, no es solo ir a ver un partido, si no que vas a comer, a alentar a un equipo que juega bien y gana, y además proclamó: “Tuvo mucho que ver en todo lo que pudimos ganar”.

“San Lorenzo con Boedo obviamente tiene un vínculo que no hace falta ni aclarar. El hecho de ser una disciplina que lleva la pelota con los pies para nosotros era significativo, aunque sea en el 40×20. Nos entendieron los jugadores y el cuerpo técnico. Fue un antes y un después, no solo dentro del futsal del club, si no también a nivel nacional, que seamos locales ahí y que vayan un promedio de 1500 personas por partido”, aseveró Franco Calabria.

Vargas sentenció que es algo único porque ningún club de Argentina tiene un estadio de esa magnitud y además la hinchada levanta a los futbolistas en los resultados adversos: “La gente cumple un rol importantísimo. Es uno de los motivos por los cuales la disciplina creció tanto”.

“El Pando para nosotros es clave en nuestro proyecto, que tiene que ver con el sentido de pertenencia. No hay nada más lindo que jugar en Boedo, donde nació San Lorenzo, donde tuvimos nuestra cancha y donde vamos a hacer la tercera”, relata Stazzone, Cuervo como pocos, y añadió que tanto él como el grupo respetan todo lo que esté relacionado al barrio. 

Por último, Antonelli declaró que es hermoso, que siempre habla con Claudio y Roberto Pando, arquitectos del estadio, y que le da vida porque además de jugar un partido, va también a tomar mates, a ver otros deportes, y sumó: “Estoy recontra agradecido de que esto pase y disfrutamos cada partido como si fuera el último porque es realmente algo que nos llena de energía y nos da muchas ganas de seguir”.

Sin embargo, los hermanos Calabria manifestaron su cansancio y desgaste en la disciplina y quieren dar un paso al costado para seguir enfocados en las juveniles del club. Primero, Bruno contó: “Queremos que cuando Damián Stazzone se retire, siga con este proyecto.  Él está capacitado por toda su experiencia, su trayectoria. Es un gran líder de grupo, estudió mucho, está enfermo por el club y es uno de los jugadores más importantes de la historia del futsal del mundo. Tiene todo para mejorar lo que se hizo hasta ahora”.

Además, Franco dijo: “Con Bruno queremos que el que tome nuestro lugar mejore lo que hemos hecho nosotros y Damián (Stazzone) tiene las condiciones. Es uno de los jugadores más importantes a nivel mundial. Sabemos que tiene las ganas, así que cuando él decida dejar de jugar, creemos que nos va a reemplazar y va a hacer un trabajo superador. Ojalá así sea”.

Por su parte, Stazzone contó: “Hablo con ellos constantemente. Saben que siempre voy a estar ligado al club y que hay muchas cosas que ahora no las puedo hacer por ser jugador, pero cuando me retire voy a ocupar algún lugar del proyecto. Me siento preparado. La deuda pendiente es mejorar en juveniles, no porque se haya trabajado mal, sino porque no estaban dadas las condiciones que quizás vamos a tener en unos años. Ese es el último paso que nos falta dar para que el día de mañana tengamos en el primer equipo cada vez más futbolistas surgidos de las inferiores”. 

Hace 26 años se juega el futsal masculino en San Lorenzo de Almagro y, en ese lapso, tuvo dos muy buenas épocas: los primeros 10 años y los últimos 6 años. En el medio hubo un bache en relación a la obtención de campeonatos, pero la disciplina siguió progresando. En total, el conjunto de Boedo ganó 21 títulos en este deporte que cada año crece más y más. 

 

Tobías Scarpa: “Ponerse la celeste y blanca te pone la piel de gallina”

Por Tomás Gulminelli 

Llegar hasta acá no es para cualquiera. No solo hay que ser habilidoso, tener técnica y ser el mejor del país en ese momento. También hay que poseer una mentalidad dura y fuerte. Las presiones, las lesiones, las derrotas y las victorias. Todo esto, en unos pocos que representan a muchos.

Tobías Scarpa es el líbero de Policial de Formosa. A sus 22 años recién cumplidos, fue citado por primera vez con la mayor a un gran torneo: los Juegos Panamericanos de Santiago 2023. La felicidad era gigante, tanto de él como la de sus cercanos. El gran sueño comenzaba.

A pesar de que el llamado llegó en un buen momento de su carrera, para estar en ese lugar la tuvo que pelear mucho. El sacrificio desde que era chiquito fue una de las cosas que caracterizó a Scarpa. Si de algo estaba seguro, era que se quería dedicar al vóley. Y así fue. “Cuando fui creciendo y jugando siempre lo hice con compromiso, me gustaba llegar temprano a los partidos y entrenamientos, no faltar nunca. De a poco me empecé a dar cuenta que eso no pasaba en todos, sentía que mi compromiso era natural. Me empecé a dar cuenta que faltaban por el colegio, por el fútbol, por esto o por lo otro, pero yo solamente pensaba en vóley”, expresó Tobías.

Los comienzos fueron en el Club de Amigos, pero por problemas dentro de la institución, tuvo que emigrar a otro sitio: el Club Ciudad de Buenos Aires. Aquí se continuó formando, tanto como persona y jugador. MUNI, como es apodado el equipo porteño, le dio sus primeros pasos en el más alto rendimiento de nuestro país. No solo eso, sino que también allí consiguió disputar su primera Liga con tan solo 17 años.

Algunos piensan que los logros son únicamente los trofeos o las medallas. En cierto punto sí, esos son los reconocimientos físicos. Pero un deportista que compite constantemente tiene diversas metas: superarse día a día, cuidarse con la alimentación y el descanso, priorizar por sobre todas las cosas a la profesión y muchas otras que suelen ser llamadas como el entrenamiento invisible. El líbero no es excepción de estas.

Scarpa con 21 años se consagró campeón de la Liga 2022-2023 con el club de Núñez. Sí, uno de sus mayores deseos se volvió realidad. “Siempre soñé con salir campeón de la Liga y haberlo logrado fue impresionante, me encantó. Todo el esfuerzo que se había hecho durante mucho tiempo se sintetizó en un campeonato”. Además, para él que se alcance de la mano de Facundo Conte tuvo una gran relevancia: “El significado de haberlo hecho con Facu fue tremendo. Aprendí mucho de él y con él”, declaró.

Sin embargo, por más que levantó el título, Tobías tomó una de las decisiones más difíciles de su vida: cambiarse de club e irse a Policial de Formosa. Esta elección fue porque en Ciudad no tenía los suficientes minutos que él anhelaba.

El joven vivió siempre con su familia en Vicente López y por primera vez, comenzaba el desafío de estar lejos de ellos, novia y amigos. “Fue un shock que me costó asimilar. La primera semana estuve triste, pero después empecé a estar mejor y seguro de lo que quería, que era jugar y estar ahí”, contó.

Sus primeros partidos fueron por la Supercopa ACLAV. Debutó con una victoria ante MUNI, su ex equipo, en la semifinal y se enfrentó ante UPCN de San Juan en la final. Tan solo dos partidos le bastaron para encontrarse nuevamente a un paso del trofeo. El último encuentro culminó con un 3 a 1 a favor y Scarpa pudo volver a festejar. Otra medalla, otra experiencia y más sueños cumplidos. Quién se animaba a decir que la nueva institución lo iba a recibir tan bien.

El gran nivel que tuvo durante el año no tardó en impresionar a los técnicos de la selección argentina. Hace meses que viene entrenando con la mayor de la albiceleste y allí comenzó a medirse con los mejores del país, pero esta vez también con aquellos que juegan en las grandes ligas de afuera.

Aquí hay que hacer una pausa. Si un deportista tiene una máxima aspiración, es la de poder defender la camiseta y los colores de su nación. Así lo han expresado los mejores. Maradona, Messi, Ginóbili. Él se encontraba cerca y hasta conseguirlo, su actitud no iba a cesar.

Las oportunidades estaban, ya que el equipo tenía varias competencias por delante. La primera fue la VNL –Liga de Naciones de Voleibol–, pero Tobías quedó fuera de la lista de convocados. Lo mismo le sucedió con el Preolímpico que se disputó a principios de octubre. A pesar de esto, el líbero jamás se reprochó algo y resaltó las cosas positivas: “Entrenar con ellos es tremendo. Nunca me había tocado un nivel de entrenamiento tan alto, se aprende mucho en cada práctica y en cada pelota. La felicidad es absoluta. Estar con los mejores jugadores es una locura”.

El esfuerzo de hoy es la recompensa de mañana. Ese parecía ser el lema de Tobías Scarpa, que sin importar las adversidades del momento, siempre siguió luchando. Sí, luchando por sus sueños.

La circunstancia tan esperada llegó. Un día arribó al CeNARD y se fue con la gran noticia: iba a disputar los Juegos Panamericanos de Santiago 2023. La felicidad que tenía era única. Iba a vestir la camiseta que más quería ponerse. La que era bicampeona Panamericana y había conseguido la medalla de bronce en los últimos Juegos Olímpicos.

“Representar al país siempre es hermoso. Ponerse la celeste y blanca te pone la piel de gallina, más en unos Juegos Panamericanos con todo el significado que conllevan”, explicó el chico de 22 años sobre la importancia que tiene ser parte del seleccionado nacional en un torneo de tal magnitud.

En este certamen compartieron grupo con Puerto Rico, Chile y República Dominicana. En principio, el objetivo del equipo era quedarse con el primer puesto a pesar de que tenía que enfrentar a grandes delegaciones.


El debut fue ante los dominicanos. Con un alto nivel, Argentina triunfó por 3 a 0. En este partido el líbero estaba nervioso, pero con el pasar de los minutos logró soltarse y se permitió disfrutar.

La segunda tocaba contra los puertorriqueños. Esta vez el encuentro no comenzó de la mejor manera. Se perdió el primer set y se estuvo a muy poquito de que suceda lo mismo en el segundo –más de un set ball en contra–. Pero en los momentos complicados, los chicos se agrandaron. Dieron vuelta el resultado y lo ganaron por 28 a 26. Ese fue un quiebre para el grupo, ya que a partir de ahí el nivel aumentó rotundamente. 3 a 1 ganó nuestro país y estaba cada vez más cerca de las semis.

La última de esta fase era la más complicada. Contra un clásico de la región y además, los locales. En un Movistar Arena colmado por las 10 mil personas que fueron a disfrutar del espectáculo, era el turno de enfrentar a Chile. El estadio era un hervidero, pero parecía que a los nuestros no les importaba. Pelota a pelota, la albiceleste demostraba por qué venía de ser bicampeón Panamericano. 3 a 0 fue la victoria conseguida y así se aseguraron estar entre los cuatro mejores. Ya peleaban por alguna medalla.

Tobías tuvo un muy buen juego en la primera fase pero sabía que ahora llegaba lo más difícil. Este era el momento de poner el pecho y llevar a la Argentina a lo más alto. Antes, había una final anticipada: Cuba.

Ellos tuvieron un día menos de descanso porque al salir en el segundo puesto del grupo, jugaron unos cuartos de final ante Puerto Rico. El equipo nacional lo sabía. El partido fue muy disputado, no se podía regalar nada. Se perdió el primer set, aunque nuevamente con un gran carácter la historia se dio vuelta. Con un 3 a 1 a favor, la selección volvió a meterse entre los dos mejores del continente entero. Otra vez, el vóley se iba a llevar una presea.

En estos instantes, para los deportistas es complicado disfrutar. En la previa a una situación tan importante, la presión y la ansiedad hacen lo suyo. Muchos quieren que sea la hora de que el árbitro toque el silbato y la pelota empiece a volar.

El líbero que arrancó a los ocho años en el Club de Amigos, que luego se fue a Ciudad para crecer, que jugó en las selecciones juveniles, que dejó de lado tantas cosas importantes para vivir estos momentos, estaba por disputar una final de los Juegos Panamericanos.

Brasil esperaba. Ahora sí, el clásico de toda la vida. Esta vez, ellos tenían un equipazo. No se guardaron nada. Argentina no brindó su mejor performance y sufrió la única derrota del certamen. Fue un 3 a 0 que dejó al país en el segundo lugar.

Scarpa volvía con una presea plateada colgada en su cuello. “Cuando era chico siempre veía por la tele cuando se colgaban la medalla y era una sensación hermosa. Yo ahí estaba viviendo lo que siempre miraba por la tele y no lo podía creer”, expresó el líbero con mucha satisfacción. Además, agregó que esa distinción “era el premio al esfuerzo” que habían realizado por tanto tiempo.

Algunos solo ven un torneo, un partido, un set, un punto o una jugada. Detrás de todo eso, hay años de esfuerzo y dedicación. Tobías ya cumplió algunos de sus sueños, pero su camino recién arranca. Con tan solo 22 años, aspira a seguir creciendo y aprendiendo. Él ya sabe, nadie dijo que iba a ser fácil.

 

Dodgeball, el deporte que jugabas de chico, pero que lo conocías por el nombre de “quemado”

Por Lautaro Bracaccini

El dodgeball nació durante el siglo XX en Estados Unidos, arrancó como un ejercicio universitario, queriendo salir de los deportes comunes como el básquet y el béisbol. El año que se oficializó como deporte fue en 1960.

Son dos equipos en la cancha; la medida es de 18 x 9 y está dividida por la mitad. Seis jugadores por equipo y se utilizan media docena de pelotas. Dirigen cuatro árbitros y dos jueces de línea. Los partidos son de 40 minutos y se dividen en dos tiempos de 20. Y un sólo objetivo, “eliminar” al otro equipo y dejarlo sin jugadores en la cancha.

El partido se inicia cuando el árbitro coloca las seis pelotas en la mitad de la cancha y los jugadores se paran en la línea final de su respectivo lado. Así empieza el set; se llama “Bienvenida”. El juez pita y los jugadores tienen que correr hacia las pelotas y agarrar las tres que ven a su derecha.

El objetivo es “quemar” al rival; la pelota puede pegar en cualquier parte, exceptuando la cabeza. Hay muchas formas de ser eliminado: una es que te toque y caiga al suelo, la otra es que se te caiga la pelota que intentás agarrar. La última es que la pelota que lanzaste la agarraron, y en ese momento el expulsado es uno.

Como todo deporte tiene sus prohibiciones: no se puede utilizar los pies, no se puede retener la pelota más de cinco segundos. La última prohibición es la de no poder salir del campo de juego ni cruzar la línea de mitad de cancha.

Hay formas de defenderse a la hora del juego y en el momento que te atacan; una es esquivar, otra es el utilizar la pelota que tenés en tus manos como escudo y desviarla.

Un rol importante es el de “Catcher”: la especialidad es agarrar y lograr el reingreso del jugador de su equipo que fue eliminado. Otro papel importante en el deporte, pero fuera del campo de juego, son los “Shaggers”, son las personas fuera de la cancha que alcanzan las pelotas a los que están adentro.

El deporte tiene su Mundial y su ente regularizador llamado World Dodgeball Federation (WDF). Contiene a la Federación Africana, la de Asia, de Europa, la latinoamericana y por último la de América del Norte y el Caribe. Dentro de esas regiones hay miembros, en total 87. En 2024 se realizará el décimo Mundial en Austria. El primero fue en 2012 en Kuala Lumpur.

Los países más fuertes en el dodgeball son Estados Unidos, Canadá y Malasia. Argentina fue pionera en América del Sur; fue el primer país que empezó a jugarlo y luego se le sumó Colombia y Brasil. Dentro de Argentina, tomó tal magnitud que muchas provincias lo practican: Buenos Aires, Córdoba, Catamarca, La Rioja, Salta, San Luis, San Juan, Río Negro y Jujuy.

Argentina tiene un ente regularizador, la Asociación Argentina de Dodgeball (AAD), y el presidente y además vicepresidente de la World Dodgeball Federation Latinoamericana es Diego Bértola. El AAD nació el 14 de noviembre de 2018 y la sede queda en CABA, en la calle Ávalos al 1000.

En Buenos Aires se juegan dos torneos; uno es la Liga Foam en donde el material de la pelota es de espuma recubierto con poliuretano, y la otra es la Liga Cloth en la cuál es de tela. Hay más equipos en la Foam, nueve, que en la Cloth, siete.

Cada balón cuesta 30 mil pesos, se necesitan 180 mil para el set, y tres Padrenuestros para pedir que no se te rompa ninguna sino estás incompleto.

Los equipos de la Liga Foam son Freestyle, Griffindodge, Leviatán, Lynch, Hydra, Almirante Brown, PCH, Supernova y Panthers. Mientras que los que juegan el torneo Cloth son Freestyle, Griffindodge, Panthers, Supernova, Burzaco, Lynch y Leviatán. Todos los domingos por la mañana estos equipos buscan sumar puntos para escalar posiciones. Los partidos empiezan desde las 9:30.

En Argentina hay muchos jugadores buenos que lograron vestir la camiseta de la selección. Uno de ellos es Rodrigo Manzella, jugador del equipo Supernova, que cuenta cómo llegó al dodgeball: “Por un amigo qué me invitó a jugar, en ese momento los dos estudiábamos en el profesorado de Educación Física. Empecé en 2018 a jugar al dodgeball”, dice Manzella. Y señala que usar la camiseta de Argentina es lo mejor que le puede pasar a cualquier deportista. Indica que su rol en el juego y su virtud es la de esquivar las pelotas y sus lanzamientos fuertes.

Valentín Garaventa, el 10 de la Argentina y de Leviatán, habló sobre cómo llegó el dodgeball a su vida: “A principios de 2018, mi hermano que también juega, Agustín, encuentra una nota de Infobae en el cuál contaba lo qué era el deporte, dónde se jugaba y eso nos interesó. Representar a mi país es una experiencia única”.

Leviatán fue creado en 2019 por los hermanos Agustín y Valentín Garaventa. Al principio el equipo de dodgeball se llamaba “Hellfish”, pero luego adoptó el nombre actual ya que Valentín es parte del club de e-sport de League of Legends (LOL), un juego de PC en el que se utiliza la estrategia, y pidió si podían utilizarlo. Leviatán lo autorizó a partir de 2022. Agustín cuenta que el sueño del equipo es salir campeón de la liga FOAM y Cloth de dodgeball. Además, señala que el premio total son cien mil pesos, es el total de la cantidad que cada equipo pone para participar. La idea que tienen es que se empiecen a entregar medallas, pero lo que resalta es el tema de que sale todo de ellos, la iniciativa y el dinero.


Carlos Goonting, de Malasia; Andrew Ketchum, de Estados Unidos; y Piong, de Hong Kong son los tres mejores jugadores del mundo.

El dodgeball nació en el siglo XX, pero llegó a Argentina a finales de 2015 gracias a Diego Bértola. En la actualidad, se juega más en el AMBA. La idea de los referentes es que el dodgeball se masifique y se haga eco en todas las provincias del país.

Argentina, por ahora, pudo participar en dos mundiales. El primer Mundial se realizó en 2012 el deporte aún no había llegado al país. Luego le siguió el de 2013, 2014 y 2015. En 2016 tampoco participó Argentina, pero el deporte ya se practicaba en suelo argentino. Llegó 2017, en Toronto, y Argentina podía ir, pero había un problema más grave, el dinero. La Selección Argentina de dodgeball no tenía la economía para llevar su delegación y no pudo participar. En el Mundial Los Ángeles 2018, Argentina participó, pudieron viajar gracias a que los jugadores y dirigentes se movieron y en distintos medios señalaron que querían representar al país en el Mundial. Lograron reunir la plata necesaria y emprendieron el viaje. No pudieron lograr el podio, salieron octavos, pero fue el primer Mundial y la primera experiencia. En 2019 participaron del Mundial que se disputó en Cancún. El problema fue la falta de dinero, pero finalmente lo pudieron costear. Y en el de 2022 en Canadá, con una Selección Argentina con más chapa para demostrar, tuvo el mismo inconveniente que le imposibilitó el de 2017, la escasez de la plata. Por cuarta vez se impone, por ende la selección no pudo representar.

Manzella, el jugador de Supernova, piensa que habría que darle importancia al dodgeball. “Se le da importancia solo al fútbol, una ayuda económica de parte de marcas comerciales sería buenísimo para cubrir gastos básicos y hacer un poco más profesional al deporte”, dice Manzella. En la actualidad, el dodgeball argentino tiene dos sponsors: GBSPORT y Banco Nación.

En la actualidad, el deporte no es olímpico pero Manzella no descarta que en un mañana pueda suceder, no en lo inmediato, pero sí en un futuro. “El dodgeball debería ser olímpico porque representa todos los valores y objetivos que demuestra. Además es muy entretenido y fácil de entender”.

El entrenamiento del equipo PCH arranca como cualquier otro, haciendo una entrada en calor. Luego se realiza un juego, parecido al dodgeball. Termina, arman los equipos, colocan las seis pelotas en su lugar y empieza el partido. Se juegan varios, los equipos van cambiando, pero lo importante es que perfeccionan el juego y los errores que cometieron en el partido anterior. Finalizado el entrenamiento, elongan.

Todo el entrenamiento transcurrió en el Parque Chacabuco, al lado del Centro Cultural Adán, en un pasaje que hay debajo de la autopista, lo que conlleva que tenían que frenar por si pasaban transeúntes. Hacen lo posible por entrenar. Es un poco lo que caracteriza al dodgeball, seguir practicando el deporte y siempre desde la iniciativa de los jugadores, todo a pulmón. Mientras que a deportes como el fútbol se le da todas las herramientas y ni hablar la cantidad de dinero.

 

Brian Castaño, el boxeador cuyo legado sobrepasa su título mundial

- Crédito: Guille Llamos

Por Manuel Escudero, José Baía y Lautaro Moyano

Los cinturones resultan indiferentes cuando lo que se pone en discusión es el futuro del boxeo argentino. El éxito deportivo es, indudablemente, sinónimo de gloria absoluta en todo el mundo. Sin embargo, muchas veces el prestigio no se mide solamente en triunfos, sino en el legado que alguien deja. En este caso, el boxeador argentino Brian Castaño es un ejemplo, ya que gracias a su gimnasio y su figura, está dejando marca en las nuevas generaciones del boxeo nacional.

Castaño es un boxeador argentino nacido en Isidro Casanova, Buenos Aires, el 12 de septiembre de 1989. A pesar de tener una enorme carrera con distinciones tales como el título del mundo de la OMB en la categoría superwelter y un extenso registro de peleas en los Estados Unidos, su fenómeno no se construye gracias a sus éxitos, sino por su búsqueda de marcar un camino y un legado en el boxeo a nivel nacional. 

Lejos de abandonar su lugar de origen, posee un gimnasio en Leon Gallo al 3026, San Justo, dirigido por su padre Carlos Castaño, el cual le abre sus puertas a alrededor de 150 jóvenes por día, divididos en tres turnos. Es un espacio de alto rendimiento profesional, preparado para recibir y formar deportistas de élite, perfectamente equipado con innumerables cantidades de equipamiento de boxeo, bolsas y cuadriláteros a disposición. Castaño no sólo hace uso de las instalaciones para hacer sus entrenamientos, sino también para acompañar la formación de jóvenes que buscan ganarse la vida en el boxeo. 

El gimnasio se encuentra ubicado dentro del barrio que lo vió crecer y formarse como boxeador y persona. Es un terreno grande, aunque lejos está de ser ostentoso: no posee grandes entradas ni carteles que lo distingan, sólo una chapa que resguarda los tesoros y los futuros boxeadores que se encuentran dentro. Enfrente del gimnasio hay una plaza y detrás de ella, se ven los monoblocks de San Justo. A su izquierda está ubicada la escuela número 514. Alrededor de las 3 de la tarde, horario en el que el gimnasio abre sus puertas para su segundo turno, se respiran aires de tranquilidad en sus afueras, lo cual puede tener que ver con el buen ambiente que se vivirá dentro, tan sólo algunos minutos después, cuando comiencen los entrenamientos. 

En caso de que alguien quiera entrenarse en dicho lugar, los valores van de $1000 a $7000 mensuales, dependiendo de la cantidad de clases a las que uno asista semanalmente. Si el alumno asiste a dos sesiones por semana, el mes cuesta $4500, si son tres, $5500 y, si acude cinco veces, $7000. Además, se deben tener en cuenta los horarios que se manejan. A la mañana las clases son de 9 a 11.30, durante las tardes de 15 a 17 y, el turno vespertino va de 19 a 20.30.

Castaño no es un factor menor en todo esto. Suele pasar horas adentro, entrenando y formando a los jóvenes. En el barrio es un hombre querido por todos: se pasea con su auto de alta gama, con calma, saludando a la gente que pasa y siempre siéndole fiel a lo suyo, a su lugar y a su gente.

Miguel Sánchez es uno de los tantos boxeadores que son acompañados por Castaño. Él no sólo suele entrenarse en su gimnasio, donde pasa casi tres horas por día, sino que también fue parte del campamento del campeón del mundo en Estados Unidos, cuando se enfrentó por segunda vez a Jermell Charlo, en mayo del 2022: “Entrenar con Brian y Carlos es un orgullo. Te brindan enormes enseñanzas no sólo en el boxeo, sino como persona”. Aún así, Miguel no sólo habló de sus formas de entrenamiento y de cómo estas ayudan a los jóvenes a formarse, sino que también sobre el padrinazgo del púgil y su entorno para con los alumnos: “Lamentablemente durante el campamento falleció mi padre. Cuando me enteré de la noticia, pensé en volver a Argentina, pero Brian y Carlos tomaron un papel muy importante en mi contención”.

Luego de aquella experiencia, Miguel Sánchez llevó a cabo una pelea de exhibición en la que venció por KO a Adrián Silva. Aunque la fortuna no fue la misma para Castaño durante aquella pelea en California, cuando no pudo traer el título mundial WBO a la Argentina, su gimnasio continúa creciendo y siendo ya una referencia a nivel país. Santiago Rodríguez, también boxeador en formación y habitué en Team Castaño, afirma: “La estructura está basada en gimnasios estadounidenses, como por ejemplo Legends Boxing o knockout boxing facility, que son referentes en el área”.  

Si bien siempre está ambientado con música, en los momentos de entrenamiento se vibra un aire de competitividad y responsabilidad absoluta, que demuestra el deseo de los jóvenes boxeadores de ganarse la vida a costa del deporte y que a su vez jerarquiza el nivel de la creación de Castaño, quien con este legado ya significa mucho más que sólo un boxeador campeón del mundo. 

 

Signorini: “Al jugador lo quieren frívolo y estúpido”

Por Leticia Villagra

“Al jugador lo quieren frívolo y estúpido”, aseguró el entrenador que trabajó con el cuerpo y la mente de Diego Armando Maradona. Crítico de la utilización política del fútbol, lucha por difundir un mensaje para cambiar la sociedad. 

Fernando Signorini rechazó siempre ser llamado preparador físico, y en la entrevista que tuvo frente a estudiantes de Deportea lo afirmó una vez más al presentarse: “Aborrezco esa definición”. Su experiencia conociendo el interior de Maradona, como lo cuenta en su libro Diego desde adentro, lo ayudó a ver la otra cara del deporte y a enfocarse no solo en el estado físico, sino también en la salud mental de un jugador.

-¿Qué sentís que podes darle en sentido filosófico a quién entrenás?

-Trato de transmitirle que no se deje confundir, que desprecie la vulgaridad. Yo sé que no voy a poder evitar nada de lo que me va a pasar. Haber reflexionado mucho me hace vivirlo. Al jugador le hablo de todo eso, de la vida; sobre todo, le hablo mano a mano. Trato de ayudar, abriéndole los ojos acerca del mundo que los rodea; sobre todo a los que tienen muchas condiciones. ¿El éxito es ganar? Hay partidos en el fútbol que te van mal. Alguna vez se lo dije a Martín Palermo: fuiste capaz de errar tres penales en un mismo partido, y después metiste un gol de mitad de cancha de cabeza. El resultado es una cosa, el éxito es otra, es dar lo mejor de uno mismo

Hoy, “El Profe” tiene 72 años, pero el tiempo no se le nota: llegó con una gorra puesta y un par de zapatillas relucientes; casi tanto como su memoria, dado que recordaba constantemente distintos fragmentos de su hobbie principal: la poesía. Cada pregunta que se le hacía era una nueva oportunidad para desplegar alguno de todos los versos que se leyó, y que recordaba a la perfección.


“Yo soy lo que soy, y soy aquello que quise ser. Que ser sin haber querido, no tiene razón de ser. Algunos son, y no saben las razones ni el porqué de haber sido como son sin haber querido ser. Entonces no son ni han sido, y ya nunca podrán ser. Soy lo que quise ser”.


 

-¿Sos lo que querías ser?

-Si. Si hay algo de lo que estoy convencido, es que no conozco a una persona con más suerte que yo; todo se me dió por casualidad. En la última página de Clarín sale una nota a mí, en la que yo decía que prefería que Diego se muriera tomando droga antes de que lo despersonalizaran. Diego vivió como quiso y murió como quiso, estaba dispuesto a vivir la vida a su manera. Mi viejo me hizo el favor de morir cuando tenía 19 años, y de casualidad entré a la carrera de entrenador físico.

-¿Por qué te “hizo el favor”?

-Sino, yo hubiera sido empleado de su presa. Hubiera estado encerrado entre cuatro paredes. Los hijos son como los pájaros: vos le tenes que enseñar a volar, pero no seguir el vuelo.

Fernando dio sus primeros pasos como entrenador en Lincoln, su ciudad natal ubicada en la Provincia de Buenos Aires, en 1973. Fue recién diez años después que hizo un viaje a España, porque Menotti lo sedujo acerca de que el fútbol “tiene que ser una maravillosa excusa para ser feliz”, y su destino lo llevó al momento exacto en el que Diego Maradona llevaba adelante una lesión para acompañarlo. “Hay que ganar, para eso se compite. Pero mucho más importante son los medios que se utilizan para lograr los fines”, aseguró Signorini.

El seguimiento del 10 en primera persona y su preparación para los mundiales del 86, 90 y 94 lo hizo ver el ambiente oscuro del fútbol y su manipulación en la sociedad: “Detectaron un poderoso alimento para hacer pedazos a la sociedad; para trivalizarla, frivolizarla, y para hacer creer que el fútbol es el árbol que tapa todos los problemas, cuando hay 400 millones de chicos que mueren de hambre”. En este sentido, el ex entrenador de Maradona criticó duramente a los medios de comunicación más importantes, considerándolos “ovejas de un rebaño” y les dejó un consejo a todos los estudiantes de periodismo que escuchaban: “Si quieren ser frívolos, hay un montón de posibilidades. Desarrollen la sensibilidad, vayan a villas, no den por sentado absolutamente nada”. 

El linqueño visitó comunidades toxicodependientes para ayudar a Diego: “Un día le dije ´se acabó, ya no sos jugador de fútbol, sos un chico que tiene una adicción y necesitas gente que te ayude´”. Se interesó en involucrarse en el bienestar de cada jugador frente a todas las presiones externas, y mantuvo un vínculo profundo con cada uno, al punto de contestar llamadas a las 5 de la mañana de un deportista que aseguraba “no poder más con su vida”. “Según el sistema, lo que importa es tener, no ser. El que tiene es un exitoso, el que no puede es un fracasado”, dijo Signorini, emocionado tras haber recordado ese momento. “A mi me encanta el fútbol, sobre todo cuando es capaz de emocionarte. Uno recuerda lo que le emociona. Si Argentina me emociona, que gane Argentina; y si es Francia, que gane Francia”, apuntó.

-¿Te seguiste involucrando?

-Si, con todo. Hace poco pasó con Cirigliano. La única manera de que el sistema reaccione es que uno los visibilice. Yo salí a hablar en contra del Secretario del Gremio de Jugadores, cayó también el presidente de River. El futuro del fútbol argentino se parece al futuro de la sociedad argentina.

Aseguró que le interesa hacer política en el deporte, pero desde afuera: “Si estás adentro, te chupan y no podés hacer nada”. Fernando visualiza el fútbol formativo como una herramienta capaz de cambiar la sociedad para mejor, y va a las escuelitas de fútbol de las villas más pobres. Desde 2018 aporta su granito de arena en Villas Unidas, un club de barrio que agrupa los sectores más vulnerados y que se nutre de las ganancias de los intercambios internacionales de jugadores profesionales surgidos de esos sectores. No se olvida de su pasado, y recuerda aún en el presente la persona que le cambió el rumbo de su vida: “Gracias a un negrito villero, viví una vida que jamás imagine en el mundo”.

“Las pibas del Millo”, el grupo de hinchas que se formó para que ninguna vaya “sola” a la cancha

Por Leticia Villagra

Miércoles por la tarde. Faltan dos horas para el clásico entre River e Independiente,
las calles de Núñez se tiñen de familias y amigos con camisetas de River. La cantidad de
“manteros” que venden gorros y bufandas aumenta proporcionalmente a la cercanía del
Monumental. En la Plazoleta Adán Quiroga, a 700 metros del estadio Antonio Vespucio
Liberti, se arma la “previa” entre varios hinchas que, con un par de horas de anticipación, se acercan a la intersección de las Avenidas Libertador y Udaondo cada vez que el “Millonario” tiene la localía en un partido oficial. Abundan los vendedores con heladeras cargadas de cervezas, y surgen los primeros simpatizantes que, después de haber tomado dos o tres, arengan con canciones de tribuna para levantar el clima de cancha.

Entre la multitud, están las pibas. Hacen lo posible por ir a ver a River, y no se
resignan de vivir lejos, o de estar solas. Quieren ir a la cancha igual. Una bandera colgada en las rejas del monumento “De los cuatro Siglos” funciona como punto de encuentro de chicas de distintas zonas alejadas de la ciudad. La frase “Las Pibas del Millo” identifica al movimiento que, desde mayo de este año, se difunde en redes sociales como una “opción segura” para que las jóvenes que no tienen acompañamiento puedan ir más tranquilas al Monumental. “Surgió de un grupo de cinco chicas que habíamos quedado afuera una vez, y con el paso del tiempo empezamos a difundirlo en Tik Tok o en Twitter. Poníamos un mensaje simple como: ‘¿Querés ir a la cancha y estás sola? Somos un grupo de chicas que nos organizamos para ir’, decía Carolina, una de las creadoras.

Ni ella ni ese pequeño grupo reducido se imaginaban la viralización que iban a lograr
en las redes en tan poco tiempo, ni tampoco la complejización del trabajo que implicaba.
“Armamos un grupo de Whatsapp, pero cuando superamos la capacidad se nos complicó. Ahí tuvimos que organizarnos y dividirnos por zonas”, comentó Caro. Hay coordinadoras para Zona Norte, Zona Sur, Oeste y Capital. Incluyeron un formulario para poder identificar la identidad de cada una que esté en el grupo, y una división para conocer a las chicas con quienes van a compartir tribuna o platea. Están presentes en Twitter, Tik Tok y Facebook, y en Instagram ya alcanzaron los 22 mil seguidores en estos siete meses.

Carolina está segura que la idea es crecer: “Lo que logramos lo hicimos laburando y difundiendo, pero igualmente buscamos un respaldo oficial del club. Queremos que esta
movida se conozca, y que podamos acompañar a cualquier chica que quiera venir al estadio para que se sienta segura. No solo eso, sino que también se crean grupos de amigas, de fútbol también, etcétera”.

El armado de filiales para acercarse al club no es ninguna novedad, ni tampoco lo es la inclusión de las mujeres en los estadios las últimas décadas. Sin embargo, la expansión de estos espacios de encuentro y sororidad sirven para visibilizar un movimiento y facilitar la experiencia de alguna chica que sienta miedo o inseguridad de ir sola a un lugar donde mayoritariamente fue ocupado por hombres a lo largo de la historia. Dependiendo del día y horario del partido, varía la cantidad de chicas que se suman. A River – Independiente fueron 60, pero esperan seguir creciendo, y ser cada día más.

El racismo en el fútbol argentino pasa desapercibido

Por Tomás Caroprese

Gustavo Gómez, hincha de River, le arrojó una cáscara de banana a los simpatizantes de Fortaleza el 13 de abril de 2022, cuando el Millonario le ganó 2 a 0 por la fase de grupos de la Copa Libertadores. Desde River la sanción que le impusieron a Gómez fue de seis meses sin poder ingresar al estadio Monumental, pero por decisión del Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires no podrá concurrir a ninguna cancha por cuatro años.

El 18 de septiembre de 2021, en pandemia, Atlético Tucumán realizó un sorteo para que 100 hinchas asistieran al partido ante Boca en el estadio Monumental José Fierro. Cuando transcurrían 41 minutos del primer tiempo, el jugador de Boca, Luis Advíncula estaba por sacar un lateral y le gritaron desde la platea: “¡Dale sacá, negro puto”. El futbolista de inmediato se volteó para mirar a la platea donde estaban los hinchas del Decano. Otro de los casos de racismo en el fútbol argentino fue el de Frank Fabra, lateral izquierdo de Boca, quien se fue llorando al vestuario del Estadio Uno luego de recibir insultos por parte de hinchas de Estudiantes de La Plata, el 6 de mayo de 2017. Luego del partido, Fernando Gago, en ese momento jugador de Boca, se acercó al árbitro Silvio Trucco y le reprochó: “¿Por qué no paraste el partido? Le gritaron toda la noche”.

Mauricio Cuero, en el partido de Banfield contra Argentinos Juniors, el 24 de abril de 2021, fue expulsado por Fernando Espinoza al escupirle en la cara a Miguel Torrén, jugador del Bicho. Según el descargo de Cuero realizado en Twitter su intención nunca fue escupir a Torrén, después de recibir insultos racistas por parte de Miguel Torrent y que en ese momento escupió al césped y Torrent simuló y justo el árbitro pasó y lo vio.

Desde 2008 hasta 2019, según el informe de denuncias al Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), organismo que se encarga de luchar contra la discriminación en el país, acumula 26.975 casos de racismo en el país, aunque en el fútbol según explicó el asistente técnico del INADI: “Es muy difícil saber cuantos casos hay en el fútbol argentino” y que desde el organismo no tienen esas estadísticas relacionadas al fútbol. El pico más alto de los casos de racismo fue en 2011 con 2731 denuncias y el pico más bajo fue en el año 2015 con 1865 denuncias, además de tener en los primeros tres años (2008, 2009 y 2010) un promedio de 1900 denuncias a 2500 entre los años 2017, 2018 y 2019. “Además no se puede dejar de lado los insultos relacionados con el tema de género porque sumado al racismo los hacen puntos que no se pueden obviar en la discriminación en el deporte, porque todo eso forma parte de un esfuerzo físico; si todos ayudáramos a combatir el racismo mejoraríamos las perspectivas sociales y ayudaríamos a la convivencia colectiva, además de alejar el racismo del fútbol”, dice Julio César Eslejer, asistente técnico del INADI.

En abril de 2010, Breyner Bonilla, en ese entonces defensor de Boca, lloró ante cámara luego de denunciar que el delantero de Colón de Santa Fe Esteban “Bichi” Fuertes lo había insultado: “En el primer tiempo, finalizando, hay una jugada que choco con Fuertes. Al salir de la jugada, él se tiró al costado derecho y yo estaba del sector izquierdo y me dice: ‘Negro de mierda, te vas a volver para África, muerto de hambre’”. Según el INADI, el 72% de la población argentina identificaron hechos de discriminación en el país y que el 28% de esas personas naturalizan estas situaciones que ocurren día a día. “En el fútbol hay racismo porque en la sociedad argentina hay racismo, pero en el fútbol esto se potencia más, porque está instalada ‘la cultura del aguante’, que consiste en que los hinchas entienden al rival como un enemigo que hay que destruir, superar, humillar, denigrar, no solo simbólica sino físicamente; por eso somos uno de los países que más muertes tiene vinculadas al fútbol, en ese ‘juego’ de humillar al otro, como cuando juegan con equipos que tienen poblaciones afrodescendientes, como Brasil, donde hacen el gesto del mono o también con otros países limítrofes como Bolivia y Perú, o como le pasa a Belgrano y a Boca”, dice Nicolás Cabrera, sociólogo que se encarga de estudiar los episodios de violencia que suceden en el fútbol argentino.

En Argentina, la población afrodescendiente es de 149.493 personas, de las 137.503 son argentinos, 10.182 nacieron fuera del país pero dentro del continente americano; 1.040 son africanos; 601, europeos y 167, asiáticos, según el último índice que salió en 2010 (el de 2022 sobre la población afrodescendiente no se publicó en el informe y desde el INDEC dijeron que no hay fechas previstas para la presentación del informe), difundido en la página oficial del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). La Asociación del Fútbol Argentino (AFA), instruyó a los árbitros para que en situaciones donde sucedan hechos de racismo pueda pararse el partido y hasta suspenderse si los hinchas no detienen los gritos discriminatorios. Uno de ellos es el artículo 88 del reglamento de Transgresiones y Penas que aplica el Tribunal de Disciplina, dice que se impondrán sanciones al club cuando los socios, hinchas o parcialidad exhiban insultos o símbolos discriminatorios u ofensivos a la moral.

Desde la AFA sostienen que no es tan común que se denuncie sobre el racismo y que por lo general se denuncian más hechos de género, vinculadas con la homofobia. Además, la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) en los partidos por la Copa Libertadores entre Nacional-Inter y River-Fluminense difundió un mensaje que decía: “Que el racismo no opaque lo lindo del fútbol”, además de una bandera: “Basta de racismo”. El 29 de junio de 2023, en otro partido por la Libertadores, la CONMEBOL sancionó a River clausurando el 50% de la tribuna Centenario Alta del Monumental por hechos de racismo sucedidos en la fecha 5 de la fase de grupos de la Libertadores en el partido ante Fluminense; además le aplicó una multa de 100.000 dólares y le ordenó a River que exhiba una bandera contra el racismo.

Juan David Ortiz Palacio, que en 2021 estaba jugando en Unión y Juventud de Bandera, sufrió insultos racistas en el partido contra Ferro Dho de San Cristóbal por la sexta fecha de la Liga Ceresina, en la provincia de Santa Fe: “En ese partido recibí insultos racistas; como se hizo público recibí disculpas por parte del club. Los argentinos sienten que es parte del ‘folclore del fútbol’, sienten que es algo normal, pero hay palabras que se pasan y son fuertes como cuando te dicen mono. Pero esa vez, en el partido con Ferro, fue la primera vez y me pegó fuerte, no lo esperaba; además, el árbitro no hizo nada, los del equipo rival tampoco pero mis compañeros sí los escucharon, y el arquero le avisó al árbitro. Fue una situación triste porque antes de esto nunca lo había vivido pero a partir de ahí me pasó ya un par de veces y te toca mirar hacia otro lado. En el club que estaba me dijeron si quería demandar pero no quise agrandar el problema y lo deje ahí”.

“En el fútbol hay racismo porque en la sociedad hay racismo. Sólo que en el fútbol se ve más claro porque es un espacio donde se permite este tipo de expresiones y se las legitima diciendo que es parte del ‘folclore’”, explica Javier Bundio, antropólogo e investigador del CONICET, principal organismo dedicado a la promoción de la ciencia y la tecnología en Argentina.

Alejandro Nicolás De Los Santos, máximo goleador de El Porvenir con 80 goles en 139 partidos, quien el 10 de diciembre de 1922 se convirtió en el único futbolista negro en jugar para la selección argentina, hijo de padres esclavos que escaparon de Angola, nació el 17 de mayo de 1902. Comenzó en Oriente del Sud, pasó por San Lorenzo, jugó en Sportivo Dock Sud entre 1922 y 1924. De hecho no disputó el Mundial realizado en 1930 en Uruguay, por motivos de discriminación, según le contó la familia a Guido Guichenduc, historiador de El Porvenir. En el partido entre El Porvenir y Racing, fue victoria para El Porvenir por 1 a 0 y Carlos Gardel, cantante argentino, quien estaba en la tribuna preguntó: “¿Quién es el negro este que nadie lo puede parar?”.

Colapinto enciende motores y va tras los pasos del Lole, el Popy y Mazzacane

Por Joaquin Sitzer

El pilarense Franco Colapinto saltó de un auto de la Fórmula Tres, a uno de la Dos y ahora se prueba uno de la Uno. Salta con la facilidad de un canguro. Hace 22 años que no hay un argentino que compita al volante de un auto de la categoría rey. El último había sido Gastón Mazzacane con un Prost. Colapinto conducirá uno en una práctica para los jóvenes talentos de la Fórmula. Lo hará con un Williams, de la marca con la que el Lole Reutemann estuvo a un punto de coronarse tras desobedecer en Brasil una orden del amo y señor del equipo.


Popy Larrauri fue sucesor del Lole, sin éxito, tras la notable campaña del santafesino, el mejor después del más grande de todos los tiempos, el pentacampeón Juan Manuel Fangio.

Para Colapinto todo viene meteórico, a la velocidad de las pistas. No hace mucho que había hecho público su ascenso a la Fórmula 2. Esta noticia fue publicada el 25 de octubre por su cuenta personal y las de MP Motorsport, la escudería en la cual el piloto argentino corrió en 2023 en Fórmula 3 y lo hará el próximo año, Williams, el equipo donde forma parte de su academia y la cuenta de Fórmula 2. Ya los fans argentinos habían  estallado  de alegría con el anuncio de su entrada a la segunda máxima categoría del deporte motor antes de saber que Colapinto se subiría a un Fórmula 1.

Ese mismo día el piloto también anunció que correrá la última carrera de Fórmula 2 en Abu Dhabi junto a la escudería MP Motorsport. La práctica libre es el viernes 24 de noviembre en la madrugada argentina, mientras que la clasificación tendrá lugar tan solo unas horas después. La sprint race será el sábado a la mañana y la carrera el domingo. Colapinto conducirá por primera vez un auto de este prototipo y lo hará con el número dos.

Las buenas noticias siguieron, el miércoles 2 de noviembre Colapinto anunció que formará parte de los rookies tests junto a la escudería Williams, siendo el primer piloto argentino en conducir un Fórmula luego de 16 años. El último había sido el cordobés Ricardo Risatti, en 2007 como reconocimiento al ser campeón de la Fórmula 3 española. Franco conducirá el Williams FW 45, auto que actualmente usan Alex Albon y Logan Sargent en la máxima categoría del deporte motor. 

Los rookies tests darán lugar el veintiocho y veintinueve de noviembre en Abu Dhabi, en estos dos días Colapinto buscará demostrar su talento y potencial que tiene y tratará de recorrer los máximos kilómetros posibles. Esto es debido a que además de tener que conseguir  en los últimos tres años cuarenta puntos en la superlicencia de la FIA (objetivo que el piloto ya supera por un punto), para llegar a la máxima categoría, los deportistas deben recorrer trescientos kilómetros en un auto de Fórmula 1.


La práctica libre es el viernes 24 de noviembre en la madrugada argentina, mientras que la clasificación tendrá lugar tan solo unas horas después.

Otra noticia que ilusiona a los fans argentinos es sobre la aparición de Franco Colapinto junto a mecánicos e ingenieros de Williams y del piloto rookie estadounidense Logan Sargeant durante el jueves en la previa del Gran Premio de São Paulo. De esta manera, el argentino acompañará durante este fin de semana de carrera a la escudería inglesa a falta de tres semanas de su debut en Fórmula 2. Por último, MP Motosport dio a conocer el compañero de equipo de Colapinto. Este va a ser el piloto noruego Dennis Hauger, campeón de la Fórmula 4 Italiana en 2019 y del Campeonato de Fórmula 3 de la FIA en 2021. Hauger está corriendo con dicha escudería en Fórmula 2 siendo su segundo año consecutivo aunque su primera temporada fue con PREMA Racing.

La Agencia Mundial Antidopaje todavía no se amiga con la marihuana

Por Enzo Andrade

El viernes 23 de septiembre de 2022 integrantes de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA/WADA) tuvieron una reunión en la que analizaron la posibilidad de despenalizar la marihuana para los deportistas olímpicos en 2023, tras el pedido de muchos atletas y funcionarios deportivos. Finalmente, el 1 de octubre de ese año la AMA rechazó la posibilidad de legalizar el cannabis, ya que está en la lista de sustancias prohibidas para los deportistas olímpicos en 2023.
La marihuana legal en la liga más importante de básquet
Según el último convenio (establecido entre 2017 y 2023), la marihuana era una sustancia prohibida en la NBA. Tenía una sanción de cinco partidos si había tres positivos. Los jugadores se sometían a cuatro controles anuales. El actual acuerdo de la legalización de la marihuana para la temporada 2023-24 entre la Asociación de Jugadores de la NBA y la propia liga, dio paso a legalizar totalmente su utilización. Dicho acuerdo se firmó por los próximos siete años. Un gran paso para normalizar el consumo de la marihuana en el deporte, estigmatizado por años sin sentido ni evidencia clínica que mostrara una ayuda extra al desempeño del deportista.
La cultura cannabica de la NBA
Cada 20 de abril se celebra el Día Mundial de la Marihuana en conmemoración a Los Waldos, estudiantes de California que a partir de 1971 se juntaron siempre a las 16.20 y empezaron a fomentar la cultura cannabica.
En la NBA, desde la década del 90 se está planteando el tema de la marihuana dentro de la liga; incluso, en 1997, en una charla de Joe Dumars, ex basquetbolista, con The New York Times, aseguró que eran muchos los jugadores que fumaban. “Si hacen controles se tiene que suspender la liga”, afirmó el jugador de Detroit Pistons en ese entonces.
En 2017 empezó a hablarse entre las autoridades de la NBA sobre la idea de despenalizar el consumo. Al Harrington, ex jugador de básquet, fue uno de los pioneros, ya que es abogado y directivo de una empresa para su uso medicinal, y durante gran parte de su carrera utilizó cannabidiol (medicamento derivado del cannabis) para tratar secuelas de una operación en su rodilla. En noviembre de 2017, la NBA, a través de su vicepresidente Mike Bass, confirmó que Adam Silver (comisionado de la NBA) estaba interesado en analizar el uso de la marihuana con fines medicinales. El programa antidopaje de la NBA decía que el primer positivo por cannabis obligaba a entrar en un programa de tratamiento; el segundo se lo castigaba con una multa de 25.000 dólares; el tercero con cinco partidos de sanción; y a partir del cuarto se castigaba con cinco partidos por cada positivo.
Desde el 2017 el debate se estableció continuamente en el mundo NBA y varias de sus mayores estrellas hablaron sobre la marihuana. Kevin Durant fue uno de los jugadores que se expresó. “Si la amas, la amas. Si no lo haces, ni siquiera la probarás. La marihuana sólo es marihuana, no hace daño a nadie. Ayuda y mejora las cosas. No es un debate”, contó en All The Smoke, un podcast de Matt Barnes y Stephen Jackson (ex jugadores de la NBA), quienes confesaron que eran habituales consumidores de la marihuana.
En 2017 Jay Williams (ex Chicago Bulls) dijo que entre el 75% y el 80% de los jugadores fumaban marihuana. En 2018 Kenyon Martin (ex Denver Nuggets), promotor de su despenalización, aseguró que el 85% de los jugadores fumaban marihuana.
Por otra parte, Michael Jordan en la serie de Netflix The Last Dance expresó su rechazo al consumo de drogas por un suceso que vivió a inicios de su carrera en la NBA. “Estaba en un hotel tratando de encontrar a mis compañeros de equipo. Empiezo a llamar a las puertas, entré a un cuarto y prácticamente todo el equipo estaba ahí. Había cosas que no había visto en mi vida. Rayas de cocaína, por un lado, fumadores de marihuana, por otro, y mujeres. Dije: ‘Estoy fuera de eso'”, afirmó Jordan.
La NBA no es la primera liga de Estados Unidos que autoriza el consumo recreativo del cannabis. Mientras la Major League Baseball (MLB), como la Ultimate Fighting Championship (UFC), fueron pioneras en sacar a la marihuana de sus listas de drogas sancionables. La MLB en 2019 legalizó el uso recreativo del cannabis. La UFC la despenalizó en 2021. Sin embargo, en la empresa Ultimate Fighting Championship que dirige Dana White solo son sancionados aquellos luchadores que utilizan la marihuana para obtener una ventaja competitiva. En 2020 la National Football League (NFL) decidió no penalizar más el uso del cannabis por sus dotes medicinales.
La marihuana no es saludable; tampoco sirve para ser mejor deportista. Sin embargo, sobran ejemplos de basquetbolistas de la NBA castigados por consumir cannabis, como son los casos de Larry Sanders y Malik Beasley.
Larry Sanders fue suspendido en 2015 por cinco partidos tras dar positivo por marihuana, después volvió a dar positivo y le sumaron 10 juegos más de suspensión. El caso más reciente es el de Malik Beasley. En 2020 el escolta fue detenido por posesión de marihuana y fue sancionado con 12 partidos en la NBA debido a que también enfrentó cargos federales.
También está el caso de Sha ‘Carri Richardson. La velocista estadounidense dio positivo en un control antidopaje en junio de 2021 por cannabis. Ella había fumado marihuana después de enterarse de la muerte de su madre biológica. Y ese era su refugio para tratar de aliviar el dolor que sentía. Sha ‘Carri había consumido en Oregon (Estados Unidos), uno de los 19 estados donde su consumo es legal. Luego, recibió una sanción de 30 días y se perdió los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y la prueba de 200 metros de la Diamond League en Estocolmo 2021.
Pese a todo el revuelo que ocurrió por lo sucedido a Sha ‘Carri Richardson en 2021 y la despenalización del cannabis en la NBA en 2023, desde la Agencia Mundial Antidopaje continúan firmes con su decisión de mantenerla entre las sustancias prohibidas. La AMA reveló en un comunicado que un consejo, formado por expertos de diversos campos, analizaron que tan solo “un pequeño número” de países había pedido la legalización del cannabis en el deporte.
La marihuana legal e ilegal en diferentes países
El cannabis es ilegal en algunos países como Singapur, que la tenencia, consumo y tráfico se castigan con la pena de muerte por ahorcamiento. En Omán, el cultivo, venta o posesión de cannabis con fines terapéuticos son ilegales. Los castigos son 20 años de cárcel y 50 latigazos por consumir cannabis o cualquier otra droga. La ley de Indonesia no hace diferencias entre turistas y locales, y las condenas por posesión van de cuatro a veinte años de cárcel y pueden alcanzar la pena de muerte. En Emiratos Árabes Unidos, las penas de prisión por posesión van desde los cuatro años hasta la cadena perpetua y en los casos más graves, de tráfico, el veredicto es la pena de muerte por decapitación.
Por otro lado, el uso de la marihuana recreativa es legal en países como Malta, Tailandia, Canadá, 21 jurisdicciones de Estados Unidos (18 estados, 2 territorios y el Distrito de Columbia) y Uruguay y México, los únicos países de Latinoamérica donde es legal el uso recreativo. En Alemania a finales de 2023 podría ser legal su uso recreativo, resta la aprobación del parlamento alemán.
En Argentina, Colombia, Chile, Ecuador, Costa Rica, Panamá, Paraguay, Perú y Puerto Rico el cannabis es legal con fines medicinales. Según un informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en 2020 consumieron marihuana 209 millones de personas (de 15 a 64 años), es decir, el 4% de la población mundial en este grupo de edad.
La mayor sanción en el básquet argentino por doping de marihuana
En 2001, cuando el estadounidense, Joshua Pittman, jugaba en Peñarol de Mar del Plata y el ex basquetbolista contó que el médico de la Selección Argentina en ese entonces le dijo a el que precisaba de la marihuana: “El medico me dijo que necesitaba marihuana para jugar al básquet, sino no podía jugar más”. El caso de Joshua Pittman es conocido como la mayor sanción de la historia en el básquet argentino, ya que le dieron tres años por doping de marihuana en 2007, cuando jugaba en Libertad de Sunchales. El club santafesino luego le rescindió el contrato. La penalización no le permitió jugar en Argentina por tres años. El estadounidense se fue a México a cumplir la sanción y volvió a jugar al básquet argentino en 2010 para Obras Sanitarias. Pittman ya había tenido una sanción por positivo de marihuana en 2004, cuando jugaba para Atenas de Córdoba, pero solo le habían dado tres meses de suspensión. El estadounidense aseguró: “La marihuana formaba parte de mi cultura en ese entonces, ya no”. 
Por otro lado, el médico especialista en Medicina del deporte, ex futbolista, periodista y docente universitario en la UBA, Juan Manuel Herbella aseguró: “La marihuana es una droga recreativa que no beneficia el rendimiento deportivo”. El tratamiento con marihuana medicinal consiste en el uso para ayudar a tratar síntomas como dolor, rigidez muscular, náuseas y falta de apetito. El cannabis puede traer problemas de memoria y aprendizaje, abandono prematuro de los estudios, trastornos emocionales y de personalidad.
La legalización de la marihuana en el básquet argentino no depende de la Confederación Argentina de Básquet, sino del Comité Olímpico Internacional (COI) y de la Agencia Mundial Antidopaje. La posibilidad de que el COI legalice la marihuana en 2024 está lejos, porque esa organización y la Agencia Mundial Antidopaje siguen con su postura de no despenalizar el cannabis, al igual que lo hicieron a finales de 2022 cuando se debatió entre los integrantes de la AMA.

Simplemente Messi

Por Nicolás Caram

“Y el ganador del Balón de Oro masculino 2023 es… Lionel Messi”, esbozó -con una pose desfachatada y una mano en el bolsillo- el icónico David Beckham a la vez que con esas palabras, que acapararon tan solo 10 segundos en la larga gala que se llevó a cabo en la capital francesa, destapó la olla a presión que contenía la lluvia de aplausos condensados en el interior del recinto.

Pero no sólo activó los aplausos de los cientos de futbolistas, y allegados a ellos, que se encontraban en el ‘Teatro du Chatelet’, sino que también selló un momento para la historia. Lionel Messi, con 8, superaba su propio récord de 7 galardones individuales entregados por la revista France Football, más que cualquier otro futbolista, hombre o mujer, más que cualquier otro país en la historia del premio. Algo que solo el pibe de Rosario pudo lograr, a lo que se ha acostumbrado, y a nosotros también, desde la primera vez que entró a deslumbrar al verde césped. Sea de chico en Grandoli, aquel que él mismo cataloga como su primer club y del cuál han brotado infinidad de archivos apilando rivales para colocar la pelota en el lugar imposible para el pequeño arquerito de turno. Algo que continuó a los 8 años con su llegada a Newell’s, el de sus amores, los colores que se ponía en su infancia y los cuáles siempre quiso defender hasta que fue imposible y no tuvo más remedio que cambiar por el azulgrana en edades de infantil. Desde allí, todo el resto es historia un poco más conocida.

Una historia que el propio Lionel Messi se encargó de escribir, con su zurda como pluma y que, como todo buen mago, guardaba lo mejor para el final. El broche de oro que ni una convención de prestigiosos guionistas se hubiera animado a cranear, porque sería desafiar al realismo fuera de un cuento de hadas. El clímax de esta obra de arte que es la trayectoria del, entonces, ‘10’ del Barcelona comenzó su gesta en 2018 tras la eliminación de la Selección Argentina en el Mundial de Rusia a manos de Francia la posterior campeona del mundo. Lo que parecía que había sido la última bala en la recámara para bordar la tercera estrella en la camiseta albiceleste, no era más que una prueba de fuego antes de usar la de plata. Aquel metal que se coló en el museo de Messi en varias oportunidades. Primero en 2007, luego en 2014, 2015 y en 2016 pero que después fue fundido en los trofeos de la Copa América y la Finalissima, el último que levantó Diego Armando Maradona con esa misma camiseta en 1993.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de Leo Messi (@leomessi)

Diego, aquel que siempre estaba presente donde flameaba la bandera nacional y que contribuyó en el cuento de Leo. Ese mismo que a su manera estuvo en Qatar cuando Messi alcanzó el “ya está” para sí y para su familia, también estuvo presente en París, en lo que hubiera sido su cumpleaños número 63. Seguro que, desde donde esté, se alegró por el octavo rodeado de personas que aman a la pelotita tanto como él lo hizo.

Aquellos que dejaron a Messi como el único jugador sin un reconocimiento público, aquellos que en 2018 festejaron pero que esta vez se quedaron con las manos vacías. Aquellos que abuchearon a Dibu por haber hecho la atajada más importante en la historia de los mundiales, aquellos para los que Messi fue demasiado.

A aquellos pero sobre todo a nosotros, los argentinos y todos los amantes del fútbol, se nos vino a los ojos cada alegría que dio en una cancha. Cada gol, pase, regate, cada uno de los festejos dedicados a su abuela Celia, con la del Barcelona, la del Paris Saint-Germain, con la del Inter Miami pero en especial con la camiseta de la Selección Argentina. Con lo bueno equilibrando la balanza por todos los malos momentos que pasó, como si ese sufrimiento hubiera valido la pena.

Con 36 años no se cansa de escribir. Según él ya en otra faceta de su vida y de su carrera, pero que igual ahí lo tienen. Una vez más subiendo las escaleras para hacerse con un nuevo Balón de Oro, ese que no se patea pero con el que si quisieran podrían jugar sus hijos. Aquellos que lo vieron recolectar una infinidad de premios que se fueron sumando a lo largo de los años, hasta llegar a la ‘tercera’.

Esos 10 segundos que se tomó David Beckham para anunciar al ganador, sin siquiera una pausa de por medio para darle suspenso, fueron los últimos antes de la conclusión del capítulo. Un desenlace que bajó su telón con una ovación de pie, que hizo más ruido que el silencio de los franceses. Aplausos como si fueran una despedida, un reconocimiento no solo a la última temporada sino a su carrera. Si bien ya no continúa en Europa, sí lo hace en Estados Unidos donde será la próxima Copa América y la Copa del Mundo y donde puede haber un capítulo final. Para Messi, ya está, pero con estos guionistas nunca se sabe.