sábado, diciembre 14, 2024

Tobías Scarpa: “Ponerse la celeste y blanca te pone la piel de gallina”

Por Tomás Gulminelli 

Llegar hasta acá no es para cualquiera. No solo hay que ser habilidoso, tener técnica y ser el mejor del país en ese momento. También hay que poseer una mentalidad dura y fuerte. Las presiones, las lesiones, las derrotas y las victorias. Todo esto, en unos pocos que representan a muchos.

Tobías Scarpa es el líbero de Policial de Formosa. A sus 22 años recién cumplidos, fue citado por primera vez con la mayor a un gran torneo: los Juegos Panamericanos de Santiago 2023. La felicidad era gigante, tanto de él como la de sus cercanos. El gran sueño comenzaba.

A pesar de que el llamado llegó en un buen momento de su carrera, para estar en ese lugar la tuvo que pelear mucho. El sacrificio desde que era chiquito fue una de las cosas que caracterizó a Scarpa. Si de algo estaba seguro, era que se quería dedicar al vóley. Y así fue. “Cuando fui creciendo y jugando siempre lo hice con compromiso, me gustaba llegar temprano a los partidos y entrenamientos, no faltar nunca. De a poco me empecé a dar cuenta que eso no pasaba en todos, sentía que mi compromiso era natural. Me empecé a dar cuenta que faltaban por el colegio, por el fútbol, por esto o por lo otro, pero yo solamente pensaba en vóley”, expresó Tobías.

Los comienzos fueron en el Club de Amigos, pero por problemas dentro de la institución, tuvo que emigrar a otro sitio: el Club Ciudad de Buenos Aires. Aquí se continuó formando, tanto como persona y jugador. MUNI, como es apodado el equipo porteño, le dio sus primeros pasos en el más alto rendimiento de nuestro país. No solo eso, sino que también allí consiguió disputar su primera Liga con tan solo 17 años.

Algunos piensan que los logros son únicamente los trofeos o las medallas. En cierto punto sí, esos son los reconocimientos físicos. Pero un deportista que compite constantemente tiene diversas metas: superarse día a día, cuidarse con la alimentación y el descanso, priorizar por sobre todas las cosas a la profesión y muchas otras que suelen ser llamadas como el entrenamiento invisible. El líbero no es excepción de estas.

Scarpa con 21 años se consagró campeón de la Liga 2022-2023 con el club de Núñez. Sí, uno de sus mayores deseos se volvió realidad. “Siempre soñé con salir campeón de la Liga y haberlo logrado fue impresionante, me encantó. Todo el esfuerzo que se había hecho durante mucho tiempo se sintetizó en un campeonato”. Además, para él que se alcance de la mano de Facundo Conte tuvo una gran relevancia: “El significado de haberlo hecho con Facu fue tremendo. Aprendí mucho de él y con él”, declaró.

Sin embargo, por más que levantó el título, Tobías tomó una de las decisiones más difíciles de su vida: cambiarse de club e irse a Policial de Formosa. Esta elección fue porque en Ciudad no tenía los suficientes minutos que él anhelaba.

El joven vivió siempre con su familia en Vicente López y por primera vez, comenzaba el desafío de estar lejos de ellos, novia y amigos. “Fue un shock que me costó asimilar. La primera semana estuve triste, pero después empecé a estar mejor y seguro de lo que quería, que era jugar y estar ahí”, contó.

Sus primeros partidos fueron por la Supercopa ACLAV. Debutó con una victoria ante MUNI, su ex equipo, en la semifinal y se enfrentó ante UPCN de San Juan en la final. Tan solo dos partidos le bastaron para encontrarse nuevamente a un paso del trofeo. El último encuentro culminó con un 3 a 1 a favor y Scarpa pudo volver a festejar. Otra medalla, otra experiencia y más sueños cumplidos. Quién se animaba a decir que la nueva institución lo iba a recibir tan bien.

El gran nivel que tuvo durante el año no tardó en impresionar a los técnicos de la selección argentina. Hace meses que viene entrenando con la mayor de la albiceleste y allí comenzó a medirse con los mejores del país, pero esta vez también con aquellos que juegan en las grandes ligas de afuera.

Aquí hay que hacer una pausa. Si un deportista tiene una máxima aspiración, es la de poder defender la camiseta y los colores de su nación. Así lo han expresado los mejores. Maradona, Messi, Ginóbili. Él se encontraba cerca y hasta conseguirlo, su actitud no iba a cesar.

Las oportunidades estaban, ya que el equipo tenía varias competencias por delante. La primera fue la VNL –Liga de Naciones de Voleibol–, pero Tobías quedó fuera de la lista de convocados. Lo mismo le sucedió con el Preolímpico que se disputó a principios de octubre. A pesar de esto, el líbero jamás se reprochó algo y resaltó las cosas positivas: “Entrenar con ellos es tremendo. Nunca me había tocado un nivel de entrenamiento tan alto, se aprende mucho en cada práctica y en cada pelota. La felicidad es absoluta. Estar con los mejores jugadores es una locura”.

El esfuerzo de hoy es la recompensa de mañana. Ese parecía ser el lema de Tobías Scarpa, que sin importar las adversidades del momento, siempre siguió luchando. Sí, luchando por sus sueños.

La circunstancia tan esperada llegó. Un día arribó al CeNARD y se fue con la gran noticia: iba a disputar los Juegos Panamericanos de Santiago 2023. La felicidad que tenía era única. Iba a vestir la camiseta que más quería ponerse. La que era bicampeona Panamericana y había conseguido la medalla de bronce en los últimos Juegos Olímpicos.

“Representar al país siempre es hermoso. Ponerse la celeste y blanca te pone la piel de gallina, más en unos Juegos Panamericanos con todo el significado que conllevan”, explicó el chico de 22 años sobre la importancia que tiene ser parte del seleccionado nacional en un torneo de tal magnitud.

En este certamen compartieron grupo con Puerto Rico, Chile y República Dominicana. En principio, el objetivo del equipo era quedarse con el primer puesto a pesar de que tenía que enfrentar a grandes delegaciones.


El debut fue ante los dominicanos. Con un alto nivel, Argentina triunfó por 3 a 0. En este partido el líbero estaba nervioso, pero con el pasar de los minutos logró soltarse y se permitió disfrutar.

La segunda tocaba contra los puertorriqueños. Esta vez el encuentro no comenzó de la mejor manera. Se perdió el primer set y se estuvo a muy poquito de que suceda lo mismo en el segundo –más de un set ball en contra–. Pero en los momentos complicados, los chicos se agrandaron. Dieron vuelta el resultado y lo ganaron por 28 a 26. Ese fue un quiebre para el grupo, ya que a partir de ahí el nivel aumentó rotundamente. 3 a 1 ganó nuestro país y estaba cada vez más cerca de las semis.

La última de esta fase era la más complicada. Contra un clásico de la región y además, los locales. En un Movistar Arena colmado por las 10 mil personas que fueron a disfrutar del espectáculo, era el turno de enfrentar a Chile. El estadio era un hervidero, pero parecía que a los nuestros no les importaba. Pelota a pelota, la albiceleste demostraba por qué venía de ser bicampeón Panamericano. 3 a 0 fue la victoria conseguida y así se aseguraron estar entre los cuatro mejores. Ya peleaban por alguna medalla.

Tobías tuvo un muy buen juego en la primera fase pero sabía que ahora llegaba lo más difícil. Este era el momento de poner el pecho y llevar a la Argentina a lo más alto. Antes, había una final anticipada: Cuba.

Ellos tuvieron un día menos de descanso porque al salir en el segundo puesto del grupo, jugaron unos cuartos de final ante Puerto Rico. El equipo nacional lo sabía. El partido fue muy disputado, no se podía regalar nada. Se perdió el primer set, aunque nuevamente con un gran carácter la historia se dio vuelta. Con un 3 a 1 a favor, la selección volvió a meterse entre los dos mejores del continente entero. Otra vez, el vóley se iba a llevar una presea.

En estos instantes, para los deportistas es complicado disfrutar. En la previa a una situación tan importante, la presión y la ansiedad hacen lo suyo. Muchos quieren que sea la hora de que el árbitro toque el silbato y la pelota empiece a volar.

El líbero que arrancó a los ocho años en el Club de Amigos, que luego se fue a Ciudad para crecer, que jugó en las selecciones juveniles, que dejó de lado tantas cosas importantes para vivir estos momentos, estaba por disputar una final de los Juegos Panamericanos.

Brasil esperaba. Ahora sí, el clásico de toda la vida. Esta vez, ellos tenían un equipazo. No se guardaron nada. Argentina no brindó su mejor performance y sufrió la única derrota del certamen. Fue un 3 a 0 que dejó al país en el segundo lugar.

Scarpa volvía con una presea plateada colgada en su cuello. “Cuando era chico siempre veía por la tele cuando se colgaban la medalla y era una sensación hermosa. Yo ahí estaba viviendo lo que siempre miraba por la tele y no lo podía creer”, expresó el líbero con mucha satisfacción. Además, agregó que esa distinción “era el premio al esfuerzo” que habían realizado por tanto tiempo.

Algunos solo ven un torneo, un partido, un set, un punto o una jugada. Detrás de todo eso, hay años de esfuerzo y dedicación. Tobías ya cumplió algunos de sus sueños, pero su camino recién arranca. Con tan solo 22 años, aspira a seguir creciendo y aprendiendo. Él ya sabe, nadie dijo que iba a ser fácil.

 

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