sábado, octubre 12, 2024

El crecimiento del futsal masculino de San Lorenzo en los últimos años

Por Nicolás Díaz

Día nublado, fresco y lluvioso. Bares antiguos y murales azulgranas invaden el barrio de Boedo. Son las dos y media de la tarde y de a poco empiezan a llegar los jugadores y el cuerpo técnico del futsal de San Lorenzo al Polideportivo Roberto Pando para una nueva jornada de entrenamiento. De tres a cinco suelen ser las prácticas y la cantidad de días a la semana varía en relación a la fecha del partido. Van mezclando trabajos de cancha con los de fuerza y cada quince días va la nutricionista a controlar al plantel. Hay buenas vibras, hay sanlorencismo. Primero entran en calor con un juego divertido y después se meten de lleno con lo que pida el entrenador, en busca de cómo evitar los errores defensivos que cometieron el fin de semana y de afinar jugadas nuevas en ataque. El equipo entrena con seriedad, compromiso y ganas de seguir mejorando, aunque hace un poco más de dos meses hayan obtenido el bicampeonato de la Copa Argentina en Bariloche.

El futsal masculino en San Lorenzo de Almagro es uno de los deportes que más creció en los últimos años. Tuvo buenos momentos como también malos. Sin duda, desde 2016 hasta la fecha se convirtió en uno de los clubes más importantes a nivel nacional gracias a la gente que dedicó su tiempo, técnicos de nombre, jugadores de calidad, títulos obtenidos y, para nada menos importante, la localía en Boedo.

La disciplina en el club empezó a finales de los 90 y desde ese entonces tuvo muchos altibajos. De hecho inició en la segunda división, pero rápidamente logró el ascenso a primera y nunca más volvió a descender. En los primeros años se obtuvieron nueve títulos en total: El Apertura 1999 y los Clausura 1999, 2000, 2001, 2004 y 2006. Además, logró ganar la Copa Benito Pujol en 1999, 2000 y en 2004. Luego de estos campeonatos, hubo un periodo sin coronación. Más de diez años pasaron para que el Ciclón vuelva a gritar campeón en el futsal, pero desde 2018 hasta hoy consiguió muchos títulos. 

Damián Stazzone, actual capitán de San Lorenzo que llegó al club en 1998 con 13 años, debutó en primera a los 18 y desde ese entonces pasó la mayor parte de su carrera ahí, se refirió a la situación de la disciplina en ese momento: “El último título había sido en 2006 con Alejandro De Nicola como entrenador, en 2007 se jugó una Libertadores que fue muy buena y después a nivel resultados hubo un bache, pero el plan siguió creciendo. Creo que fue una etapa de transición que terminó cuando el futsal explotó en Argentina con el Mundial 2016 y ahí el club decidió acompañar ese crecimiento y crear un nuevo proyecto”. Palabra autorizada del campeón del mundo con el seleccionado nacional en Colombia.

“Tuve momentos buenos en el sentido de entender lo que estaba pasando y poner el hombro, pero también lo pasé mal con muchas discusiones con los dirigentes porque entendía que había cosas que se podían mejorar y no se hacían. Eso me llevó a alejarme del club dos años, irme a jugar a Italia y volver en 2014. Ahí ya había una nueva dirigencia, Bruno Calabria me llamó y volví a San Lorenzo para arrancar todo lo que fue este último ciclo”, sentenció Stazzone, en relación a cómo vivió ese periodo.

Bruno Calabria, ex jugador y uno de los impulsores del futsal en el club, contó cómo fue su llegada a la disciplina: “En enero de 2017 Matías Lammens (presidente del club en ese entonces) nos llamó a mi y a mi hermano y nos preguntó cómo hacíamos para profesionalizar al deporte. Nosotros ya veníamos de años anteriores. Yo jugué fútbol 11 y cuando me retiré vine acá porque soy hincha, vivía en el club y me dijeron de competir en futsal. Estuve tres años, dejé de jugar y quedé como responsable”.  

“En ese momento era amateur. Se entrenaba de noche y peleamos el descenso en 2013, 2014 y 2015. Cuando Matías Lammens nos propuso la idea, nosotros queríamos que los jugadores vivan del futsal y que estén disponibles las 24 horas. Les brindamos todas las herramientas para que se pudieran desarrollar. Esa fue la clave”, comentó Calabria sobre cómo estaba el ambiente y qué era lo que querían modificar.

En la actualidad, el conjunto de Boedo es uno de los protagonistas y de los favoritos a quedarse con el Torneo AFA luego de poder sobrellevar algunos altibajos en el inicio que el plantel sufrió debido a varias bajas, nuevas incorporaciones y la presencia de jóvenes. Luciano Antonelli sigue siendo el técnico y los referentes siguen estando. Por otro lado, no pudo coronar en la Copa de Oro y quedó eliminado en semifinales. Pese a esto, el equipo  está siendo competitivo. La vara quedó alta, la gente se acostumbró a verlos ganar y saben que tienen material para volver a campeonar.

Luciano Antonelli, entrenador del Ciclón, aseguró que están entrenando en cada detalle, tratando de mejorar, que sabían que el primer semestre iban a tener altibajos porque hay un grupo nuevo con jugadores jóvenes y que lleva su tiempo, y agregó: “El objetivo es hacer crecer al equipo y terminar dentro de los ocho primeros. Es lindo hacer algo distinto”.

“No es fácil porque estamos acostumbrados a ganar. Desde que estoy nunca tuve tres partidos sin victorias. Eso cuesta, pero hay que tener madurez para sacarle responsabilidad a los chicos y hacerles entender que es parte del crecimiento. Hay que estar fuertes para recibir estos golpes. Son sensaciones nuevas”, declaró Antonelli sobre los encuentros ante Independiente (derrota), Kimberley (derrota) y Banfield (empate), correspondientes a las fechas 5, 6 y 7.

Figu llegó como jugador en 2014 gracias al llamado de Bruno Calabria. “Era otra cosa, entrenaba casi sin ropa y de noche en la Ciudad Deportiva y peleamos el descenso”, recuerda él. Luego se retiró y empezó a dirigir a la quinta división. Estuvo un año como ayudante de Leandro Planas, después llegó Facundo Ruscica y se quedó con él. “Facu dio un salto de calidad terrible”, memoriza Antonelli. Las situaciones de la vida hicieron que se hiciera cargo del primer equipo debido a algunos problemas de salud de Ruscica. 

”En abril de 2019 fue mi primera temporada como entrenador de San Lorenzo. Fue muy distinto porque te haces cargo de todo, algo que tal vez como ayudante no. Fue complicado, pero me apoyé en lo que veníamos haciendo. A mis jugadores trato de mostrarles el porqué de cada situación, hay un ida y vuelta. Quiero que sepan lo que hacen, que estén convencidos de ellos mismos”, sostuvo el técnico multicampeón. 

Franco Calabria, el otro impulsor del futsal del club, detalló cómo fueron los primeros años: “Cuando a Bruno (Calabria) le propusieron hacerse cargo de la disciplina, lo primero que me dijo fue que vaya a AFA para tener presencia. San Lorenzo participaba de la Comisión de Futsal y en ese momento el presidente era Luis Segura. Estuve un poco más de dos años ahí. A partir del 2017, ya con Claudio Tapia como mandatario, se designó un nuevo grupo de integrantes y fui el único que quedó. En 2018 me fui porque nos prohibieron jugar las finales en el Pando, algo que yo había planteado antes del inicio del torneo para hacer crecer la disciplina. Los playoffs se tenían que jugar en cancha neutral”. 

“Estaba en el día a día tratando de coordinar varios temas. En ese momento todavía estábamos en el Salón San Martín de Ciudad Deportiva, entonces necesitábamos contar con espacios y horarios para entrenar, nos arreglábamos con los recursos que teníamos, buscábamos no descender. Ahí fue que armamos el primer cuerpo técnico con Nicolás Valdés y después con Leandro Planas. A partir del 2017 ya arrancamos con Ruscica”, recuerda Franco como si fuese ayer. De a poco iba comenzando la nueva etapa.  

Después del Campeonato 2006, San Lorenzo recién volvió a consagrarse en 2018, y encima por triplicado. Dylan Vargas, ex integrante del plantel que obtuvo esos títulos, recuerda ese año: “Con la Copa Argentina nos sacamos la mochila de encima porque fuimos el equipo que más había invertido, teníamos la cancha más linda y nos habían puesto todo para ser los mejores. A partir de ahí pisamos fuerte. Después ganamos el Torneo y la Superfinal a Villa La Ñata”.

Luego de jugar un año y medio en Argentinos, Vargas llegó al club en 2015, estuvo hasta 2018, se fue a SECLA, en 2020 regresó y hace aproximadamente tres meses se fue a continuar su carrera a Letonia. “En Argentinos entrenaba a la noche y nunca me faltó nada, pero llegué acá y la exigencia era otra porque estábamos en la A. Llegó (Facundo) Ruscica y cambió la forma de ejercitar y la manera de pensar. Teníamos que tener la cabeza en el futsal. Él y Damián Stazzone fueron los pilares para la renovación mental y futbolística del futsal en general, no solo del club. Cuando arribé a San Lorenzo me di cuenta que había mucho para crecer, no me arrepiento de nada. Mejoró muchísimo todo. Parece un club nuevo si comparás el 2015 con el 2023”, proclamó Cucha, que además confesó que al principio la mentalidad era la de competir, mientras que los últimos años era la de ganar campeonatos.

Luego de la triple corona en 2018, el Ciclón no paró de ganar. De ahí en adelante obtuvo una Liga Nacional (2019), dos Copas Argentina (2022 y 2023), una Superfinal (2020), una Copa Libertadores (2021), dos Supercopa (2020 y 2021) y dos Campeonatos (2019 y 2022). El último trofeo lo ganó el 26 de agosto ante 17 de Agosto por penales, luego de un 2-2 en el tiempo reglamentario. Pero sin dudas que el más importante de todos estos fue la Libertadores. El 22 de mayo de 2021, San Lorenzo derrotó 4-3 a Carlos Barbosa (BRA) y se convirtió en el primer equipo argentino en lograr este título. Para llegar a esta instancia, primero los dirigidos por Antonelli derrotaron a Boca para clasificar a fase de grupos, etapa en la que quedaron segundos y pasaron al cuadro final. En cuartos golearon 4-0 a Alianza Platanera (COL) y en semifinales derrotaron 2-1 a Corinthians (BRA), otro de los candidatos.

El DT aseguró que haberla ganado fue un logro único porque haber sido los primeros argentinos en conseguirla va a quedar en la historia del deporte. Es que de 18 ediciones jugadas hasta ese año, 17 habían sido obtenidas por equipos brasileños y 1 por uno paraguayo. Además, Barbosa tenía seis títulos en total y venía de ganar las últimas tres ediciones. 

“La Libertadores 2021 fue un triunfo del futsal argentino, ya que si nosotros fuimos y jugamos de esa manera ese torneo, significa que acá se compite a un nivel muy alto”, fueron las palabras de Stazzone. Por otro lado, Vargas, entre otras declaraciones, dijo: “Fue lo máximo, porque hicimos historia”. Tanto el cuerpo técnico, los jugadores y toda la gente de la disciplina quedarán por siempre en la historia del futsal argentino. 

El Polideportivo Roberto Pando se inauguró en octubre de 2016 con un partido de básquet, pero luego se empezaron a disputar encuentros de futsal y voley, por ejemplo. Es muy importante para la institución ya que queda en Boedo, más precisamente en José Mármol 1715. La construcción de este estadio fue emocionante para los hinchas simplemente porque queda en el barrio con el que está identificado el club y se volvía a competir ahí. Sin dudas que la creación del Pando ayudó a todo el mundo San Lorenzo, y el futsal lo aprovechó de muy buena manera. 

Con los ojos vidriosos luego de que le hablás del tema, Bruno Calabria asegura que es jugar en su casa, en el barrio de San Lorenzo, y que es un plan, no es solo ir a ver un partido, si no que vas a comer, a alentar a un equipo que juega bien y gana, y además proclamó: “Tuvo mucho que ver en todo lo que pudimos ganar”.

“San Lorenzo con Boedo obviamente tiene un vínculo que no hace falta ni aclarar. El hecho de ser una disciplina que lleva la pelota con los pies para nosotros era significativo, aunque sea en el 40×20. Nos entendieron los jugadores y el cuerpo técnico. Fue un antes y un después, no solo dentro del futsal del club, si no también a nivel nacional, que seamos locales ahí y que vayan un promedio de 1500 personas por partido”, aseveró Franco Calabria.

Vargas sentenció que es algo único porque ningún club de Argentina tiene un estadio de esa magnitud y además la hinchada levanta a los futbolistas en los resultados adversos: “La gente cumple un rol importantísimo. Es uno de los motivos por los cuales la disciplina creció tanto”.

“El Pando para nosotros es clave en nuestro proyecto, que tiene que ver con el sentido de pertenencia. No hay nada más lindo que jugar en Boedo, donde nació San Lorenzo, donde tuvimos nuestra cancha y donde vamos a hacer la tercera”, relata Stazzone, Cuervo como pocos, y añadió que tanto él como el grupo respetan todo lo que esté relacionado al barrio. 

Por último, Antonelli declaró que es hermoso, que siempre habla con Claudio y Roberto Pando, arquitectos del estadio, y que le da vida porque además de jugar un partido, va también a tomar mates, a ver otros deportes, y sumó: “Estoy recontra agradecido de que esto pase y disfrutamos cada partido como si fuera el último porque es realmente algo que nos llena de energía y nos da muchas ganas de seguir”.

Sin embargo, los hermanos Calabria manifestaron su cansancio y desgaste en la disciplina y quieren dar un paso al costado para seguir enfocados en las juveniles del club. Primero, Bruno contó: “Queremos que cuando Damián Stazzone se retire, siga con este proyecto.  Él está capacitado por toda su experiencia, su trayectoria. Es un gran líder de grupo, estudió mucho, está enfermo por el club y es uno de los jugadores más importantes de la historia del futsal del mundo. Tiene todo para mejorar lo que se hizo hasta ahora”.

Además, Franco dijo: “Con Bruno queremos que el que tome nuestro lugar mejore lo que hemos hecho nosotros y Damián (Stazzone) tiene las condiciones. Es uno de los jugadores más importantes a nivel mundial. Sabemos que tiene las ganas, así que cuando él decida dejar de jugar, creemos que nos va a reemplazar y va a hacer un trabajo superador. Ojalá así sea”.

Por su parte, Stazzone contó: “Hablo con ellos constantemente. Saben que siempre voy a estar ligado al club y que hay muchas cosas que ahora no las puedo hacer por ser jugador, pero cuando me retire voy a ocupar algún lugar del proyecto. Me siento preparado. La deuda pendiente es mejorar en juveniles, no porque se haya trabajado mal, sino porque no estaban dadas las condiciones que quizás vamos a tener en unos años. Ese es el último paso que nos falta dar para que el día de mañana tengamos en el primer equipo cada vez más futbolistas surgidos de las inferiores”. 

Hace 26 años se juega el futsal masculino en San Lorenzo de Almagro y, en ese lapso, tuvo dos muy buenas épocas: los primeros 10 años y los últimos 6 años. En el medio hubo un bache en relación a la obtención de campeonatos, pero la disciplina siguió progresando. En total, el conjunto de Boedo ganó 21 títulos en este deporte que cada año crece más y más. 

 

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