jueves, junio 26, 2025
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Paloma Giordano, la joven promesa del esquí náutico argentino

Con tan solo 16 años, Paloma Giordano se roba todas las miradas en cada competición en la que participa: a su pronta edad ostenta todos los records argentinos juveniles de esquí náutico y el récord latinoamericano sub-13. No solo eso, es la actual N°5 del ranking mundial de mayores y con proyección para seguir escalando posiciones.

“Empecé a los seis años. Mi familia es de larga tradición en este deporte ya que mi papá lo practicaba en su juventud y lo heredé de él”, cuenta la esquiadora platense. Giordano es entrenada por su padre Carlos, quien la acompaña a cada torneo en el que compite junto a Mariana, su esposa y madre de la atleta. “Es difícil que tu entrenador sea tu papá, pero creo que por eso conseguí buenos resultados. Es muy exigente”, remarca y agrega: “Desde chica siempre me preguntaron qué deporte quería hacer, nunca me lo impusieron, yo lo elegí”.

Al ser el esquí náutico un deporte amateur en la Argentina, la dificultad para conseguir patrocinadores y el poco apoyo de las entidades nacionales es moneda corriente para Giordano. “Estoy becada por el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD) y por la Agencia de Deporte Nacional, de los que recibo 15.000 pesos mensuales que no me sirven para nada. Tan solo con la nafta de la lancha gasto 45.000 pesos. Voy a pérdidas siempre”, explica y añade: “Me mantengo con el dinero que invierte mi familia. Tengo un esquí de hace 10 años y no puedo cambiarlo porque cuesta más de 2000 dólares; es todo a pulmón”.

Además de estas dificultades, la platense sufre la exclusión social por parte de jóvenes de su misma edad. “No tengo amigas porque si no hacés las cosas que realizan los demás, no pertenecés. Me han dicho que soy una estúpida por la vida sacrificada que llevo. En la escuela me rechazaban tanto mis compañeros como los directivos, quienes no aceptaban que sea deportista y estudiante a la vez”, afirma.

Más allá del amateurismo, Giordano vive y se entrena como una profesional: se levanta a las 5, esquía 40 minutos y se detiene entre una y dos horas. La rutina se replica sucesivamente hasta las 19, cuando es tiempo del descanso final, para así volver el día siguiente, de lunes a sábados. “Aquello que me relaja y en donde me siento plena es cuando entreno en el agua o en el gimnasio, ahí soy yo misma”, indica.

A los 10 años, la joven estuvo muy cerca de abandonar el esquí náutico, ya que se fracturó el fémur de la pierna izquierda. “Me rompí mientras formaba parte de una clínica en Estados Unidos. Estuve un mes y medio sin caminar, y después volví al agua, pero estuve más de dos años sin poder avanzar en mi carrera. Hice cuatro años de rehabilitación y ahora me siento mejor”, explica.

En cuanto a su futuro, Giordano se propone objetivos a corto plazo: “Para este año mi meta es hacer un buen papel en los Juegos Panamericanos de Lima (Perú) y en el Masters de Georgia (Estados Unidos), donde compiten las cinco mejores del mundo”. En lo que va de la temporada logró dos medallas de plata en los Juegos Suramericanos de Playa disputados en Rosario en las categorías de slalom y figuras, mejorando así su actuación del año anterior en los Juegos Sudamericanos de Cochabamba, en donde consiguió el tercer puesto.

A pesar de estar lejos de las luces y la atención que poseen otros deportes y atletas argentinos, Paloma Giordano, con sus rendimientos y actuaciones, tiene brillo propio, lo que sin dudas, la hará llegar lejos en el esquí náutico.

El costado solidario de Arsenal

Por San Miguel Dalmira

Según la Real Academia Española (RAE), la solidaridad es la adhesión o apoyo incondicional a causas o intereses ajenos, especialmente en situaciones comprometidas o difíciles. Esa definición le encaja a la perfección al equipo de Arsenal de Sarandí. Este club, no sólo es reconocido por sus logros futbolísticos (Súper Copa Argentina 2012, Sudamericana 2007, Suruga Bank 2008, entre otros), sino que también por sus inigualables campañas y proyectos solidarios.

El Departamento de Cultura del club se autodenomina con la palabra solidarizARSE. Es que Arsenal a lo largo del tiempo se convirtió en uno de los equipos más fraternales del fútbol argentino. En estos últimos meses, el Arse realizó una tradicional bicicleteada para recaudar alimentos no perecederos y útiles escolares, que fueron donados a la Escuela Rural N°47 de Villa Dominico. Por otra parte, se juntaron libros y revistas para la biblioteca del comedor del barrio. También junto a Vasalisa, empresa diseñadora de juguetes, realizaron muñecos de trapo inclusivos, con los colores del equipo, por la igualdad y los derechos de los discapacitados.

Y como era de esperarse, Arsenal volvió a dar la nota positiva en el último partido que disputó en su cancha frente a Gimnasia y Esgrima de Mendoza. Esta vez, levantaron en alto el lema Haciendo que lo invisible sea visible. Esta campaña solidaria la comanda el grupo de padres Unid@s por el TDAH, Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad.

El TDAH, es un trastorno del neurodesarrollo con una importante influencia genética que se manifiesta por la presencia de síntomas de hiperactividad, desatención e impulsividad, que genera a través de estas manifestaciones, dificultades significativas en el normal funcionamiento de la persona (social, educativa, ocupacional). El mismo se detecta mediante un examen clínico interdisciplinario, siendo muy importante la detención temprana, cumpliendo los criterios del DSM-V, Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales.

En el Estadio Julio Humberto Grondona, los simpatizantes de Arsenal estaban ansiosos por ver la salida al campo de juego de los futbolistas. A las 14:25 los mismos salieron a la cancha pero lo hicieron acompañados por cuatro niños, estos tenían una remera con la inscripción de “Unid@s por el TDAH” y una bandera desplegada que hacía referencia al mismo. Los jugadores acompañaron esta iniciativa con cartulinas naranjas, color que representa al Trastorno, se cubrieron la cara durante la foto del comienzo del partido, e hicieron visible la campaña que llevan adelante el grupo de padres.

En el entretiempo los niños repartieron en la tribuna folletos, en los cuales se dejaba bien a la vista el TDAH. Cuando finalizó el encuentro los jugadores y cuerpo técnico del club firmaron una cartulina naranja. Y Emiliano Méndez y Lucas Necul, futbolistas de Arsenal, grabaron un mensaje para que lo invisible se haga visible.

Tanto Arsenal como “Unid@s por el TDAH” llenarán el cielo de barriletes. El primero lo hará el 25 de abril en su estadio bajo el lema “Tercera barrileteada familiar e inclusiva”. Y la segunda, será el 3 de noviembre con la consigna “Deja que te muestre el mundo que ven mis ojos” la principal concentración de personas será frente al Hospital Garrahan pero en la invitación de la misma pide que de donde se pueda se remonte ese día un barrilete color naranja y se haga visible el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad.

Un cambio de frente

“Que vaya a lavar los platos, ¿cómo nos va a dirigir una mujer?”, grita algún viejo en algún alambrado de alguna cancha del ascenso, porque en primera divisiones imposible ver una árbitra, como mucho una jueza de línea, pero no más que eso. “Mirá si una mina me va a explicar a mí, que jugué toda mi vida al fútbol, cómo forma River este fin de semana, que se deje de joder”, le habla al televisor otro viejo, sentado en el sillón de su casa, mientras come una picada y toma una cerveza viendo algún programa futbolístico. Generaciones criadas en otras épocas, con diferentes ideales y con la mujer y el deporte como antónimos. Con el correr del tiempo y la lucha de las pibas por tener su lugar, esos términos fueron asimilándose poco a poco. Ya no sorprende ver a una chica con unos botines y el bolso yendo a entrenarse, o escuchar a una periodista darle una clase de feminismo a un colega en vivo y en directo. Pero todavía no se rompieron todas las barreras, falta mucho por deconstruir.

Se puede hablar de infinidad de situaciones machistas, que es algo que abunda en nuestra sociedad y más aún en relación al mundo deportivo. Desde la gran diferencia que hay en las selecciones femeninas y masculinas de fútbol – las jugadoras aseguran no recibir ningún tipo de apoyo por parte de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) – hasta la enorme desproporción que existe entre varones y mujeres en los programas deportivos o incluso en un ambiente mucho más pequeño como los deportes electrónicos (Esports), en los que el género femenino tiene un espacio casi imperceptible. Sin embargo sería incorrecto afirmar que hasta ahora no se logró ningún cambio. En noviembre, el seleccionado argentino femenino de fútbol enfrentó a Panamá por el repechaje del Mundial de Francia 2019 en un estadio repleto, un hito memorable para la historia de esta disciplina. También es destacable el trabajo del movimiento Periodistas Unidas, que lucha contra el acoso y la violencia machista que hay en el fútbol y, entre otras cosas, consiguió quitarles las acreditaciones a varios periodistas que fueron denunciados.

“Conozco pibas que se entrenan sin luz, en condiciones nefastas y no les dan un peso, la pasan mal”, denuncia Lola Schodlbauer, jugadora de la primera categoría de Gimnasia y Esgrima La Plata. Las chicas juegan por el mero hecho de la pasión por el deporte, porque si dependiera de lo institucional esta actividad casi no existiría. No más de 400 pesos por partido les dan, cuando un par de botines, que es lo básico para practicar, cuestan más de 2500. Schodlbauer protesta: “Es abismal la diferencia que hay con los hombres, no puede ser que el sueldo más alto de una de las pibas no llegue ni a cubrir la cuarta parte del más bajo de algún jugador de Boca o River”. Esta desigualdad no solo ocurre en los clubes, sino que también se evidencia en el equipo nacional. Las deportistas reclaman que la AFA no las escucha y sus pedidos no van más allá del pago de viáticos, la falta de nueva indumentaria y una mejora en la infraestructura para así poder entrenar en óptimas condiciones. Al parecer, la asociación presidida por Claudio “Chiqui” Tapia solo presta atención cuando se trata de cumplir los caprichos de la selección masculina, desde realizar concentraciones en lugares top hasta pagar infinidad de viajes para que un entrenador pueda charlar con los miembros del plantel.

No se puede pasar por alto los prejuicios que sufren a diario las mujeres deportistas, que parece que por el simple hecho de no ser del género masculino no pueden realizar las mismas actividades y se considera que están en un nivel inferior sin siquiera ver cómo se desempeñan. No es algo de otro mundo escuchar en la cancha un grito de “pateás como una mina” cuando un jugador le pega mal a la pelota. Si tan solo supieran la pegada que tiene la mediocampista argentina Estefanía Banini, quien en su palmarés cuenta con una gran cantidad de goles de tiro libre. Schodlbauer lo vivió en carne propia: “Cuando arranque a jugar me sentía diferente por las cosas que me decía la gente, nunca falta el que te tilda de machito. Con el tiempo comencé a tener más confianza, notaba que estaba rompiendo con los estereotipos de que la mujer solo puede hacer deportes como el vóley o el hockey. Hoy día me siento empoderada”.

No es algo que suceda solo en el juego. ¿Qué tan común es ver a una periodista cubriendo un partido de fútbol como relatora? Recién en Rusia 2018 Viviana Vila se convirtió en la primera mujer en relatar un encuentro de la Copa del Mundo luego de 88 años de Mundiales. Sí, leyeron bien, 88 años de Mundiales, un dato que alegra y entristece al mismo tiempo. ¿Sabían que únicamente el 27 por ciento del total de las personas que aparecen en la televisión argentina son del género femenino? ¿Y que de todas esas mujeres que salen al aire, el 41 por ciento es por ser víctimas de algún femicidio o de alguna situación sexista? Probablemente no, no es un dato que salga en los medios, no solo por la invisibilización y cosificación que padece la mujer en el ámbito televisivo, sino también porque está muy por debajo del promedio mundial, que es del 37 por ciento, según un informe del Proyecto de Monitoreo Global de Medios (GMMP, sus siglas en inglés).

Esto se puede ver de forma muy sencilla en los medios de nuestro país. Por ejemplo, el Diario Olé en su edición del lunes 12 de noviembre -el día posterior a la primera final de la Copa Libertadores entre Boca y River-, no tiene ninguna mujer en su fila de redactores. Ni una de las 64 páginas dedicadas al Superclásico incluye un texto escrito por una de ellas. Ni un recuadro.

Verónica Brunati, periodista que trabaja en TNT Sports y en los diarios As y Sport de España, señaló: “Me costó mucho trabajar en la Argentina, nunca encontré la regularidad de trabajar acá como en el exterior. He vivido desde que me roben notas para que las firme un colega hombre hasta que me quiten las credenciales para dárselas a otro antes de un partido. He recibido retos por preguntar en ruedas de prensa y también he sido inhabilitada para hacer entrevistas solo por el hecho de ser mujer. He sufrido la hostilidad de muchos colegas y hasta uno de ellos se metió en mi habitación durante una cobertura. Me han manoseado en la cancha, me han insultado e incluso me han tirado cosas. Ya perdí la cuenta de todas las barbaridades que superé”.

Queda bien claro que los deportes son un territorio hostil para las mujeres. No es casualidad que se haya creado el movimiento Periodistas Unidas, un grupo de chicas relacionadas al ambiente que reclaman por la igualdad de condiciones y para que se acaben las diferencias laborales y el acoso. Aproximadamente 50 pibas conforman este grupo, desde estudiantes de periodismo hasta profesionales ya recibidas, todas unidas al grito de “No nos callamos más”. El caso que impulsó el movimiento fue el de Loana Mosquera, que denunció que un fotógrafo la acosaba en las canchas a las que iba, le sacaba fotos a su espalda y hasta le hacía comentarios sobre su cuerpo sin su consentimiento. Esto se empezó a esparcir entre sus colegas y varias de ellas contaron que también habían pasado por situaciones similares. Con la fuerza necesaria para frenar estos actos machistas, comenzaron a ser escrachados públicamente los diferentes denunciados.

Brunati aprovechó para apoyar al movimiento: “Me parece importante visibilizar estos casos de abuso y acoso, esto sirve para que muchas mujeres no sufran tener que tolerarlo, que se sientan protegidas y que también se penalice al abusador y al acosador. Hace unos años las periodistas no podíamos denunciar ninguno de estos hechos porque si lo hacíamos nos tildaban de conflictivas. No teníamos ningún tipo de protección”.

El mundo de los Esports no es diferente. Los jugadores abundan mientras que es casi utópico encontrar una jugadora en un torneo internacional. La diferencia no es solamente la cantidad de participantes, sino que también cambian los premios. Como si por ser mujeres merecieran menos dinero por ganar, en igualdad de condiciones, la misma competición que sus pares masculinos. Un claro ejemplo es el caso de la jugadora sueca de Counter Strike Global Offensive (CS:GO) Zainab Turkie, que siendo campeona tres veces consecutivas de la copa Intel Challenge Katowice en 2015, 2016 y 2017, ganó un total de 27 mil dólares aproximadamente, mientras que Gabriel Toledo (FalleN según su nombre virtual), con la misma experiencia e igual número de trofeos obtenidos, consiguió un total de 642 mil dólares. ¿La única diferencia? Uno es hombre y la otra es mujer.

Según un estudio realizado por la Universidad de California, tras analizar a más de 11 mil personas, tanto las mujeres como los hombres tienen la misma capacidad para los videojuegos, no existe ninguna disparidad entre ambos géneros. Algo que es más que evidente en los torneos mixtos que se organizan. Evelyn Zyven, periodista que se dedica a cubrir deportes electrónicos, piensa que la situación cambiará en un futuro, pero que el problema no comienza en la escena de los Esports, sino que es más amplio y abarca una cuestión social y cultural. “Un pilar fundamental para este cambio es la educación”, sentencia.

¿Es casualidad que una mujer cobre menos por el mismo trabajo? ¿Es casualidad que haya menos de ellas trabajando? ¿Es casualidad que sean acosadas? No, claro que no. Históricamente no se las relacionaba con el fútbol o cualquier otra actividad deportiva, pero claramente no es porque a ellas no les gustase. Nunca se les dio el lugar que se merecen y siempre que una mujer ocupaba el rol que era habitualmente de un hombre se la criticaba mucho más. Alguna vez Eduardo Galeano bien supo decir: “El miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo”. ¿Será que a la mujer no le gusta el deporte o será que al hombre no le gusta la mujer opinando sobre cosas en las que se considera experto? ¿Tendrá miedo de no ser el que más sabe?

El respeto no tiene precio

Santiago Ballatore

Probablemente no alcancen los adjetivos del diccionario para describir lo que significó Emanuel Ginóbili para la NBA. Pero si hubiera que quedarse con uno, sería desinteresado. No por el juego ni su equipo, sino que por el éxito personal, siempre y cuando lo que hiciera fuera útil para sus compañeros. Por el dinero. Porque, si hubiera querido, podría haber conseguido un contrato mucho más alto que el que tuvo en San Antonio Spurs la mayor parte de su carrera. Es por esta cualidad que Ginóbili se ganó el respeto casi unánime de toda la liga y de los mejores jugadores que participaron en ella.

Relata el periodista estadounidense Zach Lowe que durante uno de los primeros partidos del bahiense ante Los Ángeles Lakers, la figura Kobe Bryant le pidió a Bruce Bowen, estrella de los Spurs en ese entonces, que le contara sobre ese “blanquito”, en un tono medio despectivo. A lo que Bowen le respondió: “No es ningún ‘blanquito’. Ya vas a ver”.
Es que si hay algo que nunca le faltó al argentino desde que entró a la liga hasta su retiro, fue su carácter. Bruce Bowen era un jugador que se caracterizaba por su defensa fuerte y sus mañas, que volvían locos a los atacantes. Tim Duncan, probablemente el mejor jugador que se puso la camiseta de San Antonio, contó que durante toda la primera temporada de Ginóbili, Bowen intentaba sacarlo de sus casillas. Pero Manu nunca respondía ni cobraba las faltas, sino que se levantaba y seguía jugando. “Ahí fue cuando supe que estaría bien”, dijo Duncan, quien al principio tenía dudas sobre el argentino.
Inteligencia. Ahí va otra característica del paso de Ginóbili por la NBA. Gregg Popovich, quien fue su entrenador durante los 16 años que jugó en la franquicia, comentó tiempo atrás que cuando Manu llegó al equipo, no creía poder entrenarlo, ya que era muy terco y tomaba muchas decisiones arriesgadas. Pero al fin y al cabo se dio cuenta de que todo lo que hacía era por un motivo. Que arriesgarse era necesario. “Llegué a la conclusión de que tendría que ser más a su manera que a la mía”, contó.
Era tal la confianza que Popovich tenía puesta en el oriundo de Bahía Blanca que, en un partido de pretemporada ante Los Ángeles Clippers en 2010, le entregó la pizarra, se hizo a un lado y dejó que diagramara la jugada final para sus compañeros. Y, como si fuera poco, los jugadores siguieron las órdenes a la perfección y terminaron ganando por un punto.
En 2002 fue el debut de Ginóbili en la liga de básquet más importante del mundo. Tanto tiempo pasó de esa temporada, que muchos jugadores que enfrentó en los últimos años estaban inspirados por él. Un ejemplo es Gordon Hayward, estrella de Boston Celtics, que usa el dorsal 20 en su honor. O D’Angelo Russell, figura emergente de la liga, que teniendo a Kobe Bryant de compañero en los Lakers, contó varias veces que fue Manu el jugador en el que se inspiró y de quien copió la mayoría de sus movimientos.
El caso de James Harden, elegido jugador más valioso de la liga en 2018, es muy especial. Harden es como un espejo de Ginóbili, no solo por tener la zurda como mano hábil, sino por las cosas que hace dentro de la cancha. Incluso muchos analistas norteamericanos lo llaman “El Ginóbili moderno”. El famoso eurostep, movimiento que se usaba mucho en las ligas de Europa y que fue patentado en Estados Unidos por el argentino, es moneda corriente en el juego del norteamericano.
Quien mejor explicó cómo era jugar contra el bahiense fue Mike Krzyzewski, también conocido como Coach K, que fue entrenador de la selección de Estados Unidos entre 2006 y 2016. Luego del partido en el que Estados Unidos eliminó a Argentina en los Juegos Olímpicos de Río 2016, Coach K comentó que se acerco a Manu y le dijo: “Nunca me había enfrentado a un competidor más feroz que vos”.
Sin el 20 de los Spurs, que, citando al histórico Magic Johnson, “era uno de los jugadores más divertidos de ver”, a la NBA le falta algo. Y ni hablar del básquet argentino, que tendrá la difícil misión de que cada jugador proveniente de este país que sea reconocido a nivel mundial, no sea comparado Emanuel Ginóbili.

El periodista estadounidense Zach Lowe cuenta que durante uno de los primeros partidos del bahiense ante Los Ángeles Lakers, la figura Kobe Bryant le pidió a Bruce Bowen, estrella de los Spurs en ese entonces, que le contara sobre ese “blanquito”, en un tono medio despectivo. A lo que Bowen le respondió: “No es ningún ‘blanquito’. Ya vas a ver”.

Es que si hay algo que nunca le faltó al argentino desde que entró a la liga hasta su retiro fue su carácter. Bruce Bowen era un jugador que se caracterizaba por su defensa fuerte y sus mañas, que volvían locos a los atacantes. Tim Duncan, probablemente el mejor jugador que se puso la camiseta de San Antonio, contó que durante toda la primera temporada de Ginóbili, Bowen intentaba sacarlo de sus casillas. Pero Manu nunca respondía ni cobraba las faltas, sino que se levantaba y seguía jugando. “Ahí fue cuando supe que estaría bien”, dijo Duncan, quien al principio tenía dudas sobre el argentino.

Inteligencia. Ahí va otra característica del paso de Ginóbili por la NBA. Gregg Popovich, quien fue su entrenador durante los 16 años que jugó en la franquicia, comentó tiempo atrás que cuando Manu llegó al equipo no creía poder entrenarlo, ya que era muy terco y tomaba muchas decisiones arriesgadas. Pero al fin y al cabo se dio cuenta de que todo lo que hacía era por un motivo. Que arriesgarse era necesario. “Llegué a la conclusión de que tendría que ser más a su manera que a la mía”, contó.

Era tal la confianza que Popovich tenía puesta en el oriundo de Bahía Blanca que, en un partido de pretemporada ante Los Ángeles Clippers en 2010, le entregó la pizarra, se hizo a un lado y dejó que diagramara la jugada final para sus compañeros. Y, como si fuera poco, los jugadores siguieron las órdenes a la perfección y terminaron ganando por un punto.

En 2002 fue el debut de Ginóbili en la liga de básquet más importante del mundo. Tanto tiempo pasó de esa temporada, que muchos jugadores que enfrentó en los últimos años se inspiraban en él. Un ejemplo es Gordon Hayward, estrella de Boston Celtics, que usa el dorsal 20 en su honor. O D’Angelo Russell, figura emergente de la liga, que teniendo a Kobe Bryant de compañero en los Lakers, contó varias veces que fue Manu el jugador a quien le copió la mayoría de sus movimientos.

El caso de James Harden, elegido jugador más valioso de la liga en 2018, es muy especial. Harden es como un espejo de Ginóbili, no solo por tener la zurda como mano hábil, sino por las cosas que hace dentro de la cancha. Incluso muchos analistas norteamericanos lo llaman “El Ginóbili moderno”. El famoso eurostep, movimiento que se usaba mucho en las ligas de Europa y que fue patentado en Estados Unidos por el argentino, es moneda corriente en el juego del norteamericano.

Quien mejor explicó cómo era jugar contra el bahiense fue Mike Krzyzewski, también conocido como Coach K, que fue entrenador de la selección de Estados Unidos entre 2006 y 2016. Luego del partido en el que Estados Unidos eliminó a Argentina en los Juegos Olímpicos de Río 2016, Coach K comentó que se acerco a Manu y le dijo: “Nunca me había enfrentado a un competidor más feroz que vos”.
Sin el 20 de los Spurs, que, citando al histórico Magic Johnson, “era uno de los jugadores más divertidos de ver”, a la NBA le falta algo. Y ni hablar del básquet argentino, que tendrá la difícil misión de que cada jugador proveniente de este país que sea reconocido a nivel mundial, no sea comparado Emanuel Ginóbili.

La importancia de James para triunfar en Rusia

Renzo Calissano

Rodríguez había sufrido una contusión en uno de sus muslos en abril, jugando para el Bayern Münich, en el encuentro de vuelta de los cuartos de final de la UEFA Champions League, ante Sevilla. Desde allí, trabajó en su recuperación para llegar a disputar el Mundial.

En el primer partido en Rusia -derrota 2 a 1 ante Japón- James no fue titular, aunque sumó unos minutos al entrar a los 59’ por Juanfer Quintero. Luego, en la segunda fecha, ante Polonia, el jugador del Bayern estuvo en el once inicial, completó los 90 minutos y fue clave en la victoria 3 a 0 de su selección, aportando dos asistencias y siendo la figura del encuentro.

Al partido de hoy Senegal llegaba con un poco más de chances que Colombia, ya que con un empate le bastaba para meterse entre los 16 mejores del certamen. Por su parte, los colombianos necesitaban la victoria para no depender de que Japón no sumara puntos ante Polonia, lo que hubiera clasificado a los sudamericanos aunque empataran.

Los dirigidos por José Pékerman no arrancaron bien el partido. No podían generar situaciones de gol, ni superar los tres cuartos de cancha, mientras que los senegaleses intentaban recuperar en el mediocampo y salir en velocidad hacia adelante. En una de esas recuperaciones de los africanos llegó la polémica del encuentro; Sadio Mané recibió un pase mientras se adentraba en el área rival y cuando estaba dispuesto a definir fue derribado por el defensor Davinson Sánchez. El árbitro cobró penal, pero desde el VAR le indicaron que era una jugada para revisar, y se dirigió hacia el monitor del costado del terreno de juego para corroborar su decisión. Concluyó en que no había sido falta, y anuló su fallo.
Quince minutos después, Pékerman produjo el primer cambio del partido: afuera James, adentro Muriel. Rodríguez estaba en el piso cuando vio que se anunciaba su reemplazo; golpeó el pasto con su puño y se dispuso a abandonar la cancha. El DT lo quiso alentar, sin éxito, mientras el 10 se iba directo para el vestuario sin emitir un gesto o sonido.

Los dirigidos por José Pékerman no arrancaron bien el partido. No podían generar situaciones de gol, ni superar los tres cuartos de cancha, mientras que los senegaleses intentaban recuperar en el mediocampo y salir en velocidad hacia adelante. En una de esas recuperaciones de los africanos llegó la polémica del encuentro: Sadio Mané recibió un pase mientras se adentraba en el área rival y cuando estaba dispuesto a definir fue derribado por el defensor Davinson Sánchez. El árbitro cobró penal, pero desde el VAR le indicaron que era una jugada para revisar y se dirigió hacia el monitor del costado del terreno de juego para corroborar su decisión. Concluyó en que no había sido falta y anuló su fallo.

Quince minutos después, Pékerman produjo el primer cambio del partido: afuera James, adentro Muriel. Rodríguez estaba en el piso cuando vio que se anunciaba su reemplazo, golpeó el pasto con su puño y se dispuso a abandonar la cancha. El DT lo quiso alentar, sin éxito, mientras el 10 se iba directo para el vestuario sin emitir un gesto o sonido.

Para el segundo tiempo, a James se lo vio en el banco de suplentes sin cara de felicidad pero tampoco fastidiado. Cuando el equipo necesitaba orden y tranquilidad, sobre el final de la contienda, Rodríguez daba indicaciones con entusiasmo, como si fuera un miembro más del cuerpo técnico.

A los 74 minutos llegó el gol de la victoria por medio del defensor Yerry Mina, de cabeza en un córner. Gracias a eso, Colombia se clasificó primero en su grupo y se enfrentará a quien salga segundo en el Grupo G (Bélgica o Inglaterra) en los octavos de final. Por segunda vez consecutiva estará en esta instancia el conjunto latino y, teniendo en cuenta lo importante que fue James en aquel encuentro ante Uruguay en Brasil 2014, será indispensable para Pékerman tener a su estandarte en óptimas condiciones.

Una derrota con buen rendimiento para La Garra

Candelaria Mazzeo

La garra no arrancó bien el primer tiempo en el Arena do Futuro. A los 11 minutos ya estaba perdiendo 7-0, pero se repuso rápidamente con cuatro atajadas de la arquera Valentina Kogan y un parcial de 7-2 a favor. A los 23 minutos, el entrenador holandés se vio obligado a pedir un tiempo técnico, en el que Eduardo Peruchena, técnico argentino, aprovechó para pedirle a sus jugadoras que no se desordenaran y que contraatacaran. Cuando Argentina tenía posesión faltando unos pocos segundos, perdió la pelota y terminó en un gol de las europeas, lo que generó que se fueran al entretiempo 13-9 en favor de Holanda.

El segundo tiempo Argentina lo arrancó convirtiendo dos goles, pero un minuto después y con dos jugadoras más en cancha, malogró un penal y de esa misma jugada convirtió Holanda. Hasta el minuto 12 se mantuvo en partido, convirtiendo varios goles para ponerse a dos puntos de Holanda (19-17), pero solo pudo convertir un gol más. Aunque en los tiempos técnicos Peruchena insistía en que era importante defender bien, las holandesas lograron marcar hasta alcanzar el resultado final, 26-18, del que la arquera holandesa fue responsable, al atajar 11 pelotas en el partido.

Victoria Crivelli salió en el primer tiempo por una supuesta lesión en uno de sus dedos como consecuencia de una jugada desafortunada, pero reapareció en el segundo parcial. Por el contrario, la central Elke Karsten salió en la segunda mitad por un problema en su rodilla izquierda, en la que había sufrido un desgarro en el ligamento cruzado, jugando para su club en Málaga, en mayo. Por su parte, las holandesas se caracterizaron por un juego brusco, con 10 expulsiones.

En cuanto al resto de los equipos del grupo B, Suecia le ganó 31-28 a Corea del Sur, mientras que Rusia se impuso ante Francia por 26-25. La tabla de posiciones está liderada por Rusia y Suecia, que tienen 4 puntos, tras haber ganado sus dos presentaciones, y los siguen Francia y Holanda con 2 puntos. Por su parte, Argentina y Corea del Sur se encuentran últimas, tras no haber logrado ningún triunfo.

Argentina se enfrentará ante Francia el próximo miércoles a las 21.50. La selección argentina, que llegó a Río por el segundo puesto que logró en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, deberá conseguir un triunfo, ya que los cuatro primeros equipos de cada grupo clasifican a los cuartos de final.

Senegal no perdonó

Renzo Calissano

El partido era trabado; Polonia apostaba a la posesión e intentaba penetrar, sin eficacia, la defensa rival. Senegal llegaba al campo contrario con contraataques, y esperaba el error del contrincante, que aprovecharía al máximo a lo largo del encuentro.

Los polacos manejaban la pelota y la hacían circular a lo ancho del terreno de juego, pero no podían romper la doble línea de cuatro jugadores de los senegaleses, que estaban bien parados y dispuestos a salir en velocidad cuando recuperaran la tenencia.

En una de esas jugadas, a los 37’M’Baye Niang le ganó la disputa limpiamente a Lukasz Piszczek sobre el sector izquierdo, y condujo el ataque hasta las inmediaciones del área, cuando le cedió el balón a su compañero Sadio Mané, mientras los defensores polacos se reubicaban en sus posiciones. Mané, cerca de la medialuna, se la pasó a Idrissa Gueye, que llegaba por la derecha a toda velocidad. Éste remató, y parecía que el arquero Wojciech Szczesny podría controlar el tiro, pero en el medio la pelota rebotó en el defensor Thiago Cionek, desvió su trayectoria y se metió en el arco.

Luego, el partido seguía igual que antes, con Polonia tomando la iniciativa y Senegal aguantando y aguardando, aunque, si podía, trataba de salir jugando. Robert Lewandowskituvo una ocasión clara en el inicio del segundo tiempo, con un tiro libre generado por él mismo, que el arquero Khadim N’Diaye despejó hacia el costado; los polacos dominaban y parecía que el empate era inminente, pero sucedió lo contrario.

Fue a los 60’, cuando en una situación que no implicaba peligro alguno para los europeos, llegó el segundo gol de los africanos. Tras un despeje de la defensa de Senegal, Grzegorz Krychowiak tiró, desde el mediocampo, un pelotazo hacia atrás para que su equipo reorganizara la salida. Niang, quien había salido del campo por un golpe sufrido en la jugada anterior, obtuvo la orden del árbitro para volver a ingresar, y apareció como un fantasma por el costado de Jan Bednarek, quien iba a recibir el bochazo de su compañero. El senegalés interceptó y la punteó ante la desesperada salida de Szczesny; luego, no tuvo que hacer más que empujarla hacia la red.

Todo continuó como antes, y finalmente cayó el descuento de Polonia, a los 86’, por medio de Krychowiak, de cabeza en un tiro libre. Terminó la contienda y triunfaron los dirigidos por Aliou Cisse, con responsabilidad del árbitro en el segundo tanto, es cierto, pero también aprovechando, con contundencia, cada pérdida y error de los polacos.

México maniató al campeón a pura velocidad

Renzo Calissano

La Selección de México no se destaca por contar con jugadores altos o fuertes, tampoco muy habilidosos. Alemania, en ese sentido, es superior, por lo que los mexicanos debieron explotar al máximo sus capacidades para intentar ganar el partido.

El estadio Luzhinki, de Moscú estaba repleto, como es habitual en encuentros de un Mundial. Los hinchas mexicanos sobresalían de los demás; alentaban con fervor y entusiasmo, aún más después de darse cuenta de que tenían serias chances de ganar.

Los dirigidos por el colombiano Juan Carlos Osorio arrancaron más enchufados que los alemanes. Cuando los de Low atacaban, México se replegaba y defendía aguerridamente para recuperar la pelota y salir de contra.

Los ataques más peligrosos de Alemania se daban con la subida del lateral derecho Joshua Kimmich, pero éste no volvía rápido, y los mexicanos llegaban por su espalda al área alemana con veloces contragolpes.

Después de varias jugadas desperdiciadas, México se encontró con el único gol del partido a los 35. En uno de esos contraataques en los que Alemania se encontraba mal parado en defensa, Chicharito Hernández rebotó la pelota de primera para desmarcarse y volvió a recibir. Condujo adentrándose al área mientras los defensores retrocedían desesperados y le cedió la pelota a su compañero Hirving Lozano, que pasaba como una flecha por la izquierda del ataque. Lozano encaró hacia el arco y en su camino se cruzó el volante Mesut Ozil, quien se encontraba en esa posición dando una mano, ante el desorden defensivo de su equipo. El Chuky lo hizo pasar de largo con un enganche hacia adentro, casi dentro del área chica, y con un remate rasante de derecha pegado al palo de Manuel Neuer anotó el único tanto del encuentro.

El resto del partido, México continuó con la misma intensidad, marcando fuerte y contraatacando a gran velocidad, y desperdiciando claras situaciones para liquidar la contienda; con una lógica merma sobre el final, cuando los alemanes bombardeaban el área mexicana en busca del empate.

México contó con las grandes actuaciones, sobre todo en el primer tiempo, de Hernández, Carlos Vela y Héctor Herrera, que rompían por el medio en velocidad y conducían las contras; y Lozano y Miguel Layún que iban como trenes por afuera a espaldas de los laterales de Alemania.

Los alemanes nunca se sintieron cómodos ni pudieron desplegar todo su juego, a causa del gran planteo de Osorio, la firmeza defensiva y la velocidad colectiva de los mexicanos.

Un chico de a caballo

Renzo Calissano

Richard Kierkegaard es jinete profesional desde el año pasado, y cumplirá 16 años en noviembre, luego de los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires, en los que ocupa la plaza argentina en las pruebas de equitación.

“Estoy más que contento”, afirmó Kierkegaard, y continuó: Poder representar a mi país en los Juegos Olímpicos es como un sueño, un sentimiento único que no puedo explicar. Me pasa cada vez que represento a la Argentina; es un orgullo…tantas cosas te transmite representar a tu país; es algo que a un deportista le llena el alma. Encima, justo estos Juegos son en Buenos Aires, entonces toda la gente va a estar ahí para verme y fijando su atención en mí, por lo que es un gran desafío”.

Richard se enteró que sería el representante argentino en estos Juegos al ganar la prueba selectiva. Nadie se lo había informado oficialmente, pero él sabía que la había ganado y que, por ende, sería el seleccionado. Dice que la emoción lo invadió en ese momento, le pasaron muchas cosas por la cabeza, el sentimiento de estar cada día más cerca de cumplir su sueño olímpico, y de saber que todo el esfuerzo y el tiempo que estuvo trabajando para eso valió la pena.

En Argentina, lógicamente, Richard se siente local, aunque, si tiene que elegir, prefiere competir en el Viejo Continente. “En Europa los lugares son mucho más sofisticados y las infraestructuras son muchísimo mejores, por eso me siento más cómodo ahí. Aparte, la competencia es mayor, así que me tengo que estar exigiendo siempre al máximo, y por eso me gusta más, pero obviamente allá no me siento local”, comentó el jinete.

Un buen antecedente

Durante la primera semana de septiembre, Richard estuvo compitiendo en la final del Campeonato Mundial de Salto de la Federación Ecuestre Internacional (FEI World Jumping Challenge) en Uzbekistán, en la que obtuvo la medalla de plata, midiéndose ante jinetes cuyas edades variaban entre los 16 y los 55 años. El podio lo ocuparon los más jóvenes y, entre ellos, Richard era el más chico.

Había clasificado a dicha final mediante el clasificatorio argentino del año anterior, que se realizó en más de 44 países con el mismo recorrido, las mismas distancias y las mismas vallas. Los 20 mejores del mundo clasificaron a la final de Uzbekistán, y Richard llegó como el mejor de esos 20.

El condimento más interesante fue que todos los jinetes debieron utilizar caballos sorteados, que no conocían, a diferencia de las demás competencias, en las que se presenta un binomio para competir, es decir, el jinete y el caballo en conjunto.

Kierkegaard siempre tuvo gran afecto por sus caballos. De hecho, se crió montando, ya que su familia es dueña del Haras Zangersheide, reconocido mundialmente. Su madre, Marleen Melchior, es holandesa, y heredó de su padre el haras que se encuentra en los Países Bajos. Cuando se vino a vivir a la Argentina puso, con su marido Ricardo Kierkegaard, otra sede de Zangersheide en la localidad de Moreno, en donde viven actualmente con sus hijos Richard, Leslie y Joseph.

Zangersheide, además de ser un haras es un stud book, que es donde se inscriben los caballos. Actualmente, el de Moreno es un stud book para América del Sur, así como lo es el otro para Europa. Para que los caballos tengan doble nacionalidad, los Kierkegaard los anotan en ambos establecimientos. Todos los equinos son europeos, de la misma línea que criaba el padre de Marleen.

He pasado por un montón de caballos toda mi vida, pero con los que he logrado mis mayores objetivos los sigo teniendo, y siguen trabajando conmigo. Aunque el más importante de mi carrera fue Dunoble Z, que desde que soy muy chico entrenamos juntos y recién el año pasado lo jubilé. Ahora está en el campo disfrutando de su merecido descanso. Dunoble me dio todo; me enseñó a montar, me llevó a saltar internacionalmente, a mis primeros Sudamericanos y, la verdad, es inexplicable todo lo que viví con él”, contó el joven.

50 y 50

Richard argumenta que el cuidado de los caballos es muy importante, porque son ellos los verdaderos protagonistas de la historia en la equitación. Dice que el resultado depende en un 50 por ciento del rendimiento del equino, y que es muy importante el trabajo que uno le da día a día, el cuidado, la salud y la alimentación. Su preferido actualmente es Darwin D’hyrencourt Z, con el que saltó en los Juegos Sudamericanos del año pasado, en los que obtuvo doble medalla de plata (en la competencia por equipos y en la individual). Es un caballo irlandés de nueve años, al que le tiene mucho afecto, ya que lo considera un proyecto suyo, porque lo tiene desde chico y fueron creciendo juntos; además de que “es un crack saltando”.

Los Juegos Olímpicos de la Juventud tendrán la misma particularidad que el torneo de Uzbekistán: los jinetes deberán utilizar caballos desconocidos. Igualmente, Richard está lejos de sentirse incómodo por eso: “Tengo expectativas altas, voy a dar todo de mí para conseguir una medalla. Tal vez no sea la de oro, pero la verdad es que voy a eso”.

Su hermana Leslie, que es un año mayor que él y también practica equitación, contó: “Richard está siendo su propio entrenador, ya que era nuestro papá, Ricardo, quien nos entrenaba. Pero las cosas se pusieron complicadas porque el carácter de nuestro papá es muy complicado, y él decidió seguir su camino solo. Y, la verdad, le está yendo mejor que nunca”.

Ricardo Kierkegaard es argentino, tiene 65 años y desciende directamente del filósofo danés Søren Kierkegaard, padre de la filosofía existencialista, quien vivió entre 1813 y 1855. Ricardo fue tres veces Campeón Nacional de Equitación, Campeón Internacional en 1985, ganó tres Grandes Premios y posee el récord argentino de altura, que logró en 1992 al saltar 2,335 metros. Participó en tres Mundiales, cuatro Juegos Panamericanos, en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, y ganó el Olimpia de Plata en 2006, entre otros logros. Actualmente se dedica a la cría y el entrenamiento de caballos deportivos junto a su esposa.

“Por mi experiencia, podría aconsejarlo (a Richard) para que tenga un buen desempeño en estos Juegos, teniendo en cuenta que son especiales, porque no se va a presentar un binomio, sino los jinetes solos, y los caballos van a ser sorteados”, comentó Ricardo, y amplió: “El temple lo tiene, las ganas de ganar y la capacidad para hacerlo, también las tiene. Ha demostrado día a día que cuando se junta con sus pares es uno de los buenos en el mundo. En lo que lo puedo aconsejar es, cuando le toque el caballo que le toque, cómo ayudarlo y lo que yo veo desde afuera para manejarlo y para sacarle el mayor provecho posible, que eso sería una medalla”.

Que su hijo esté triunfando desde tan joven, a Ricardo le genera sentimientos ambivalentes: “Siento placer, angustia y mucho estrés. Además de ser padre de este pequeño deportista, que ha decidido ser profesional, y lo vamos a apoyar con todo, soy profesor y profesional en la equitación; entonces, los peligros del armado de los recorridos, los veo” expresó.

Kierkaggard padre agregó luego que “el niño ha decidido hacer una carrera metódica, y yo lo acompaño, no lo quiero castrar, pero los riesgos de este deporte son muy grandes. Cuando los palos están altos, y las dificultades del armador se ven, un viejo profesional se da cuenta y sabe claramente cómo tomarlas. Richard tiene más experiencia que otros en el país porque, al ser gente de caballos, tiene la oportunidad de montar muchos, y buenos, pero de cualquier forma es muy difícil la alta competencia cuando no hay suficiente experiencia, y él la tiene para saltar con los niños, pero no con los Seniors. Todo eso me provoca un gran estrés, porque el peligro lo veo, y no lo tengo que obviar, y este mocoso es muy desfachatado contra los obstáculos y las dificultades, y avanza como si fuese un viejo experimentado”.

El chico que volvió de la muerte

En 2015, con 12 años, Richard tuvo una fuerte caída montando un caballo que no conocía, y estuvo en coma casi una semana; luego, permaneció dos meses semiparalizado, en los que sufrió un paro cardiaco y tuvo edemas. Al tercer mes mejoró considerablemente, le dieron el alta médica y ya estaba montando de vuelta.

“Cuando se recuperó era otra persona. Volvió con un hambre de ganar impresionante, tenía una experiencia que me sorprendió, era antinatural, una experiencia no acorde a su edad, no vivida”, manifestó Ricardo.

Su hermana Leslie contó lo que significa Richard para ella: “Es súper importante en mi vida. Lo admiro muchísimo, es mi mejor amigo. Pasó por muchas cosas, pero nada lo detuvo para conseguir lo que quiere. Es inteligente e independiente. Es muy buena persona, simpático y humilde, aunque tiene muchísimo carácter. Sé que siempre va a estar para mí, para escucharme y aconsejarme, siempre con una sonrisa, intentando hacer feliz a la gente a su alrededor. Él va a decir que soy su ejemplo a seguir, pero para mí es al revés; estoy orgullosa de todo lo que logró en su vida”.

Ricardo aseguró que su hijo Richard “es un perfeccionista, y está detrás de los detalles técnicos, lo que hace que las cosas le den el resultado que él desea”, y explicó que “en Argentina estamos lejos de lo que es el nivel europeo. Apuntamos a ganar un Sudamericano, a estar entre los 10 mejores de un Panamericano, y en un Juego Olímpico, a tener una buena experiencia. Richard va por todo, siempre busca la medalla”.

En estos Juegos Olímpicos, Kierkegaard será uno de los 30 jinetes participantes, y tendrá un calentamiento precompetitivo con el caballo que le toque, para conocerlo y adaptarse, con saltos limitados (alrededor de 10), y luego, directamente, comenzará a concursar en tres pruebas distintas.

Richard fue presentado en un video, a modo de entrevista, que hizo la página oficial de los Juegos en Instagram, en octubre del año pasado, en el que lo muestran como una gran promesa de la equitación, y una potencial figura en la competencia que se desarrollará en Buenos Aires, por el hecho de ser local.

Kierkegaard estuvo durante el último mes en Europa, por lo que sus caballos no estuvieron saltando en todo ese tiempo. Desde que volvió, Richard se está entrenando con ellos, probando binomios para los Juegos Sudamericanos de noviembre, su siguiente objetivo después de los Juegos Olímpicos de la Juventud.

Los vikingos del alba

Renzo Calissano

“De las regiones de la hermosa tierra/que mi carne y su sombra han fatigado/eres la más remota y las más íntima/última Thule, Islandia de las naves/del terco arado y del constante remo/de las tendidas redes marineras/de esa curiosa luz de tarde inmóvil/que efunde el vago cielo desde el alba/y del viento que busca los perdidos velámenes del Viking”, escribió alguna vez Jorge Luis Borges, maravillado por la belleza de los paisajes de Islandia y sus auroras boreales. Así como también cautivado por su historia, que inició a mediados del siglo IX, cuando los primeros colonos vikingos llegaron a la isla.

Las leyendas cuentan que el primero en hacerlo fue un noruego llamado Naddóður Ásvaldsson, apróximadamente, en el año 850. Buscó rastros de vida humana en la nueva tierra, pero no los encontró. Se marchó y denominó al lugar Snæland (Tierra de nieve).

Pasaría una década hasta que otro vikingo pisara este territorio. Sería Gardar Svavarsson, un sueco que se dirigía hacia Dinamarca cuando una tormenta lo obligó a desviarse y provocó que recalase en lo que hoy es la bahía de Skjálfandi, al norte de Islandia. Allí construyó una casa y se asentó durante todo el invierno. En la actualidad, la localidad que se encuentra en ese lugar se denomina Húsavík, que significa “bahía de la casa”, y hay un monumento en honor a Svavarsson.

Los islandeses deberían haberle hecho, también, un monumento a otro sueco que desembarcó en la isla, pero no en la Edad Media, sino en 2011. Lars Lagerbäck se convirtió en el director técnico de la Selección de Islandia ese año e inició un proceso que derivó en la primera participación del país en una Copa Mundial. Lagerbäck clasificó al equipo a la primera Eurocopa de su historia, disputada en Francia en 2016, en la que llegaron a estar entre los ocho mejores, tras vencer nada menos que a Inglaterra en octavos de final. Luego del torneo, el sueco renunció a su cargo.

Aunque Ásvaldsson y Svavarsson fueron los primeros vikingos en arribar a la isla, y pese a que poco tiempo después iría uno llamado Hrafna-Flóki Vilgerðarson (sí, el de la serie Vikings) que le pondría al lugar el nombre actual, el explorador que es considerado como primer colono nórdico de Islandia fue el noruego Ingólfur Arnarson, quien llegó en su knarr (barco vikingo) en el año 874. Se instaló con su familia y formó un asentamiento, al que llamó Reikiavik, que significa bahía humeante, por los vapores que había (y sigue habiendo) producto de las fuentes termales. La ínsula rápidamente se pobló y para el año 900 se calcula que ya había cerca de 20 mil habitantes.

En 930 se estableció el Alþingi, que es hasta la actualidad el parlamento nacional del país. En primera instancia se ubicó en el valle de Þingvellir (asamblea explanada, en islandés). Allí se reunía la población anualmente y el lögsögumaður (hablante de leyes) recitaba la ley a los congregados y resolvía las disputas que hubiese.

Cerca del año 1000, la isla estaba dividida en dos religiones: el cristianismo y el paganismo. El rey Olaf I de Noruega quería cristianizar el lugar por la fuerza y enviaba misioneros evangelizadores, que lo único que conseguían eran muertes y una grieta cada vez más grande. Fue entonces cuando, en una reunión del Alþingi, el hablante de leyes Þorgeir Ljósvetningagoði, que era pagano, decidió que la religión oficial sería el cristianismo, aunque, quienes lo deseasen, podrían practicar el paganismo en privado. Luego, Þorgeir arrojó todas sus estatuas de los dioses a la cascada que hoy en día se conoce como Goðafoss (cascada de los dioses).

Heimir Hallgrímsson, actual director técnico de la Selección, hace algo similar a esas asambleas del Alþingi. En la previa de los partidos, Hallgrímsson se reúne con la Tólfan (hinchada islandesa, cuyo nombre significa “el jugador número 12”) en el bar Olver, a pocas cuadras del estadio principal Laugardalsvöllur de la capital Reikiavik, y les explica cómo va a jugar el equipo y las tácticas que va a utilizar. Esto afianzó la relación de los hinchas con el plantel.

En la actualidad, los islandeses son, en su gran mayoría, cristianos luteranos, aunque hay un pequeño porcentaje de paganos, que adoran a dioses como Odín y Thor. Sin embargo, las costumbres vikingas las siguieron manteniendo a lo largo de los años.

Sus apellidos no identifican una familia ya que, la mayoría, usa una combinación del nombre de pila del padre seguido de “son”, en los varones, y de “dóttir”, en las mujeres. Por ejemplo, el padre de la figura de la Selección Nacional Gylfi Sigurðsson se llama Sigurdur Adalsteinsson.

Los islandeses suelen ponerse apodos a sí mismos que denoten una virtud propia, y se llaman así entre ellos; al igual que los antiguos nórdicos, de quienes también mantienen el lenguaje.

“Tenemos una especie de orgullo islandés que hace que no nos inclinemos ante nadie”, declaró el defensor central Ragnar Sigurðsson, luego de eliminar a Austria y meterse en los octavos de final de la Eurocopa. Y agregó: “Claro que sí, cuando ves por televisión a un jugador como Iniesta valoras su talento. Pero si me enfrento a él, me da igual”. Lo mismo debe pensar de Messi, así que no será tarea fácil para el seleccionado argentino enfrentarse a este grupo de guerreros vikingos en el frío de Rusia.