viernes, diciembre 6, 2024
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Deportistas transgénero por el mundo

Martin Cascardo (@MartinCascardo1)

La discriminación y la escasa reglamentación en la materia son obstáculos que los atletas trans deben atravesar no solamente en Argentina, sino que a lo largo de todo el mundo existen casos emblemáticos en los que se impusieron una serie de impedimentos para la normal práctica deportiva en el género con el que se identifican.

El primero en tomar relevancia pública se remonta a 1976, cuando la tenista trans estadounidense Reneé Richards de 42 años iba a disputar el US Open en el circuito femenino, pero ante el reclamo de otras jugadoras la organización exigió una verificación de cromosomas, según la normativa del Comité Olímpico Internacional para la época.

Ofendida por la medida, Richards demandó a la Asociación de Tenis de Estados Unidos ante la Corte de Nueva York. Un año más tarde, el tribunal le dio la razón y en consecuencia Reneé pudo entrar en el cuadro principal del US Open 1977.

Previo a su operación de cambio de género en 1975, Reneé ya había participado del certamen cinco veces, durante la década del ’50, en individuales masculinos como Richard Raskind, su nombre de nacimiento. Sin embargo, sólo en 1955 y en 1957 había logrado superar la primera ronda. Para el abierto de 1977 sus resultados tampoco fueron exitosos a nivel individual femenino, ya que quedó eliminada en su debut, pero en contrapartida Richards se destacó como doblista al llegar hasta la final del torneo.

A partir de allí, Reneé tuvo actuaciones destacadas en esa especialidad y en la de dobles mixtos –en la que llegó a jugar junto a Illie Nastase y Jimmy Connors– hasta 1981, cuando a sus 47 años dejó de jugar y se dedicó a entrenar a Martina Navratilova.

Un caso similar fue el de la golfista trans Lana Lawless, que también debió recurrir a la vía judicial. La estadounidense de 57 años debió demandar en octubre de 2010 a la Ladies Professional Golf Association (LPGA) de su país, ya que su reglamento solo habilitaba a competir a “mujeres de nacimiento”.

La controversia en torno a la autorización de Lawless se produjo a partir de que se consagró campeona mundial en 2008 de long-drive, una especialidad que premia a aquel que impulse la pelota a la mayor distancia posible. La golfista había logrado que la bola recorriera 232 metros y al respecto explicaba en una nota con La Vanguardia: “Gané gracias al viento favorable y a mi técnica que he entrenado durante diez años. El proceso de conversión transexual (realizado en 2005) ha provocado que pierda masa muscular y el tratamiento ha bloqueado mi producción de testosterona. En siete meses he perdido más de 20 kilogramos y mis músculos se atrofiaron rápidamente“.

Afortunadamente para Lawless, a dos meses de iniciada la demanda, los miembros de la LPGA aprobaron la eliminación de la condición de “mujer de nacimiento” para la autorización de las golfistas, siguiendo las recomendaciones del COI, que para 2003 por primera vez autorizaba a los atletas trans a competir, siempre y cuando estos se hubiesen sometido a una cirugía de reasignación de género y un tratamiento hormonal por al menos dos años.

La norma del máximo organismo del olimpismo mundial ya había sido retomada previamente por la Australian Ladies Professional Golf en 2003 y la Ladies European Tour en 2005 luego de los constantes reclamos de otra golfista, la danesa Mianne Bagger, que se convirtió en la primera transexual en competir profesionalmente al disputar el Abierto de Australia de 2004.

Así como el golf ha mostrado una mayor apertura hacia la inclusión de atletas trans, el ciclismo es otro de los deportes pioneros en la materia. Incluso en 2002, un año antes de las primeras recomendaciones del COI al respecto, la Unión Ciclista Internacional ya le había ratificado la licencia profesional a la corredora canadiense trans de mountain bike Michelle Dumaresq.

Sus buenas actuaciones a nivel nacional –se consagró en la Canadá Cup Series de 2002 y en los campeonatos nacionales de 2003, 2004 y 2006– le permitieron representar a su país en distintos torneos internacionales, entre ellos el Mundial de Les Gets 2014, en el que alcanzó el 17° puesto.

Algunos años más tarde, la canadiense Kristen Worley, la holandesa Natalie Van Gogh y la estadounidense Jillian Bearden también obtuvieron sus licencias profesionales.

Por último, existen también casos de hombres transgénero que se desempeñan en el alto rendimiento, derribando el mito de una supuesta desventaja física. El más famoso es el de Chris Mosier, especialista en duatlón sprint, que en 2015 se convirtió en el primer atleta trans en calificar para un seleccionado nacional estadounidense distinto a su género biológico.

Sin embargo, Mosier, que es además autor del sitio transathlete.com de ayuda a deportistas trans, explicaba que “sabía que no sería elegido para competir en el campeonato mundial del año siguiente por el reglamento de atletas transgénero, que en ese momento declaraba que debía someterme a una cirugía completa”.

Su reclamo llegó hasta el Comité Olímpico Internacional que finalmente determinó en noviembre de 2015 que los atletas trans no estaban obligados a operarse, sino que el único requisito excluyente era su tratamiento hormonal. En consecuencia, Chris Mosier pudo competir por primera vez representando a su país de manera internacional en junio de 2016: “Se trata de una oportunidad no sólo para mí, sino que siento que es una puerta abierta para que otros nuevos atletas puedan enamorarse del deporte y ser ellos mismos”.

Repercuciones de la derrota ante Croacia

Julián Rozencwaig

Prohibido olvidar las atrocidades que fueron comentadas en las redes sociales sobre Wilfredo Caballero, arquero de la Selección Argentina pero por sobre todas las cosas, un ser humano. Hay quienes desearon la muerte a su esposa y su hija.

Prohibido olvidar el hinchismo argentino plasmado con agresiones a simpatizantes croatas durante el partido de la segunda jornada que culminó en derrota, sustantivo inaceptable para la gran mayoría argentina (sería una generalización errónea poner a todos en la misma bolsa). Ante Rebic, delantero del conjunto europeo, admitió que “los argentinos no saben perder” como motivo de su arrepentimiento de pedir la camiseta de Lionel Messi para un amigo. Philipp Lahm, exfutbolista alemán, manifestó idénticamente la frase en la previa al encuentro de cuartos de final del Mundial de Sudáfrica 2010 entre Alemania y Argentina, anunciando en conferencia de prensa que esperaba ver cómo reaccionaban sus rivales de turno cuando perdieran, mezclando provocación y realidad en la víspera al duelo mundialista.

Prohibido olvidar que un periodista, con un número de audiencia importante sin tener en cuenta la reproducción de sus dichos en las redes sociales (es decir, más audiencia aún), le rogó a un jugador que ganó 34 títulos colectivos y 9 individuales –dentro de esta última categoría fue calificado en 5 ocasiones como el mejor jugador del mundo- que piense en renunciar a la Selección Argentina. También está prohibido, pero prohibidísimo olvidar las sugerencias e incitaciones a “cagarse a trompadas” de un periodista hacia los jugadores y el entrenador, comunicando, además, que ante Nigeria “jueguen los que queden vivos”.

Prohibido olvidar los zócalos televisivos con frases de hinchas y panelistas en alusión a la derrota como fracaso, título aún posible a falta de la fase final de la Copa del Mundo y un futuro incierto para el combinado nacional. Prohibido olvidar porque, olvidando, difícil es aprender y en consecuencia, cambiar. Saber perder es más importante que saber jugar. De nada servirá continuar jugando y ganando si no se conoce cómo afrontar la derrota.

Foto: @Argentina

Qué dicen las leyes del deporte

Germán Trucchi y Javier López Ezcurra

En noviembre de 2015, a meses del inicio de los Juegos Olímpicos de Río 2016, médicos, científicos, abogados y fisiólogos se reunieron en Lausana, convocados por la Comisión Médica y Científica del Comité Olímpico Internacional (COI). El propósito fue redactar nuevas reglas que les permitieran competir a los atletas transexuales. Los hombres trans, que cambiaron su género biológico, podían participar en Río 2016 sin necesidad de operarse quirúrgicamente, pero no lo hicieron.

Chris Mosier, duatleta estadounidense, se privó de participar en los Juegos Olímpicos de Río 2016 porque el duatlón –correr y andar en bicicleta- no es un deporte olímpico. Mosier a los 4 años se dio cuenta que su identidad de género (masculino) y su sexo biológico (femenino) no estaban en sintonía. En 2009 comenzó su transición con el objetivo de competir con hombres. En junio de 2016, compitió en el Mundial de Áviles de duatlón en el que logró un puesto 26 y el orgullo de haber representado a los Estados Unidos.

Sobre los cambios de la reglamentación del COI, el médico y vicepresidente de la entidad, Ugur Erdener, explicó: “Es necesario garantizar en la medida de lo posible que los atletas transgénero no sean excluidos de la oportunidad de participar en la competencia deportiva”.

Las reglas varían cuando se trata de mujeres transexuales que quieren competir con mujeres. Se impuso la condición de que se compruebe que los que antes eran considerados hombres y quieran competir con mujeres tengan un nivel de testosterona inferior a 10 nanogramos por mililitro de sangre en los 12 meses previo a la competencia. Para ello, deben someterse a tratamientos con estrógenos que frenen la producción de testosterona, la hormona masculina. Otro punto que se destaca en el documento del COI es que, la deportista que declare que su identidad de género es mujer no podrá cambiar de género a lo que concierne al deporte, durante al menos cuatro años.

La decisión del COI marca un antes y un después en el transgénero y los Juegos Olímpicos. Antes, regía una regla aprobada en 2003, en la que se explicitaba que los atletas que hicieran la transición de un sexo a otro no podían competir a menos que se hubieran sometido a una cirugía, seguida por al menos dos años de terapia hormonal.

Hasta el momento no ha habido ningún atleta transexual en los Juegos Olímpicos. Bruce Jenner, quien ganó la medalla de oro en decatlón en Montreal 1976, pasó a ser, luego de re-descubrirse, Caitlyn Jenner. Balian Buschbaum cuando terminó sexto en salto con garrocha en Sidney 2000 no era Balian sino Yvonne Buschbaum.

A continuación, un repaso de cómo se trabaja esta temática a nivel nacional e internacional en las federaciones más representativas:

El rugby siempre vivió bajo el legado como el ‘deporte más inclusivo’. Y no es para menos, porque según el vicepresidente primero de la Unión Argentina de Rugby, Néstor Galán, no existe ningún problema con que un transexual juegue y practique el deporte en primera división. “Si la persona tiene un documento que dice que es mujer, está habilitado para jugar con mujeres. La UAR siempre va a respetar eso”. Mientras que Carlos Araujo, Presidente de la entidad, reafirmó que “hombre o mujer puede jugar en cualquier equipo con el DNI correspondiente”.

Juan Gutiérrez, presidente de la Federación del Vóleibol Argentino, junto con Mariano Céspedes, abogado de la FeVA, admitieron que no hay impedimentos para que un transexual juegue con el género que quiera. “La reglamentación y el cambio de sexo no depende del deporte, sino del Estado”, sintetizó Gutiérrez. Y agregó: “Para nosotros lo que el documento diga es lo que certifica la condición de cada jugador”.

Javier Otero, representante del departamento de prensa de la Federacion Internacional de Baloncesto radicado en Puerto Rico, manifestó no tener información sobre la posibilidad de que un transexual juegue federado en básquet y aclaró: “No recuerdo si existe algún caso particular”. Mientras que Germán Beder, Jefe de Prensa de la CABB, admite que dentro de la legislación del deporte naranja no hay ley que prohíba o permita que un transexual pueda jugar con el género con el que se siente identificado.

En referencia al mundo del fútbol, la FIFA creó en mayo de 2011, el Reglamento para la Verificación de la Identidad Sexual. En él establece que los andrógenos (hormonas sexuales masculinas) intensifican el rendimiento del atleta, especialmente en aspectos como la fuerza física y la velocidad, y podrían proporcionar ventaja e influir en el resultado. El cuerpo médico de cada club es responsable de corroborar la identidad sexual de los jugadores y la Federación Internacional sólo intervendrá, si existen las pruebas necesarias para acusar a un integrante por violar la reglamentación.

“Uno de los principales objetivos que persigue el Reglamento de la FIFA para la Verificación de la Identidad Sexual consiste en proteger la dignidad y la intimidad de las personas. Por eso, la normativa define unos trámites de gestión tipificados para la verificación de la identidad sexual de todos los futbolistas, siempre que exista una duda bien fundada. A cada asociación miembro le corresponde asegurarse, antes del nombramiento de su selección nacional, de la correcta identificación sexual de todos sus jugadores. Para ello, deberá investigar activamente cualquier desviación perceptible en las características sexuales secundarias y conservar la documentación completa de los resultados”, se detalla. Es decir, atribuciones físicas como los pechos, el tamaño de las caderas, el vello corporal, la musculatura, etcétera. Desde hace años la propia FIFA asegura luchar contra la discriminación dentro de las canchas de fútbol. Sin embargo, puertas a afuera esta temática parece tener una postura bien definida. En tiempos de lucha por la igualdad de género y la inclusión, la organización rectora del deporte más importante del mundo no solo continúa marcando una diferencia entre hombres y mujeres, sino que además, juzgará y penará a aquellas asociaciones que no cumplan con las reglas y seleccionen jugadores o jugadoras que no sean “del sexo correcto”.

Tanto a nivel local como regional no existe una legislación que permita la participación de personas transexuales en el fútbol. Ni la Asociación del Fútbol Argentino ni la Confederación Sudamericana han discutido la problemática con seriedad. Por lo tanto, se entiende que avalan el comunicado de la FIFA.

En la Confederación Argentina de Hockey se debe acatar lo que manifiesta la Federación Internacional de Hockey, que a su vez, esta misma debe cumplir lo establecido por el Comité Olímpico Internacional. Es decir, según la Circular Nº 33-2017 de la CAH, las entidades afiliadas a dicha confederación deben respetar lo establecido por el COI mencionado anteriormente: tales lineamientos deben ser respetados para cumplir con la Carta Olímpica.

A quién le importa el género de un futbolista

Santiago Ferrer

Admiración, de principio a fin. De pies a cabeza, mejor dicho. Porque desde esa perspectiva observamos fútbol. Y esa es la sensación que tienen los amantes de este deporte cuando ven en una cancha a Lionel Messi. Por sus goles y gambetas. Por sus logros y conquistas. Por la habilidad de convertir constantemente en fácil lo que no lo es. No hay que ser argentino para llegar a enloquecer cuando el rosarino agarra la pelota y encara hacia el arco rival. No, todo lo contrario. Messi es mundial, no conoce de fronteras. No se preocupa por los límites geográficos, ideológicos, espirituales, sociales, o incluso, de identidad.

Pero, ¿qué pasaría si este ícono global del deporte fuera trans? ¿Qué pensarías de Messi si tuviera una identidad de género diferente a la que le tocó cuando nació? En pocas palabras, si no se sintiera hombre ¿Seguirías viendo todos los partidos que juega? ¿Mirarías cada uno de los encuentros del Barcelona por Champions? ¿Te sentarías con las mismas ganas para disfrutar de la Selección Argentina durante el Mundial de Rusia? ¿Gritarías todos sus goles con gran euforia? ¿Festejarías todos sus triunfos y todos los records que sigue batiendo fin de semana tras fin de semana tal y como hacés hoy en día?

Y, ¿qué pasaría si Lieke Martens, ganadora del The Best a la mejor jugadora del año y flamante refuerzo del Barcelona, no se sintiera mujer? ¿Qué pasaría si quisiera integrar la delantera junto con Luis Suárez? ¿Le cerrarían las puertas o la dejarían formar parte de una de las delanteras más letales del fútbol? Ernesto Valverde se quedaría con la holandesa y Fran Sánchez, DT del Barça femenino, con Messi. En ambos casos, ¿respetarían esa decisión de los dos jugadores?

De todas formas, los goles, las jugadas, las gambetas serían idénticas. Porque Messi siempre será Messi, y Martens siempre será Martens. Sean heterosexuales, homosexuales o transexuales. El fútbol no comprende las barreras de identidad. Las gambetea, igual que estos futbolistas a todos sus rivales. Porque lo que realmente importa es cuidar la pasión por la pelota. “No se mancha”, dijo Maradona alguna vez. La identidad de género tampoco se mancha, no discrimina, no hace diferencias dentro de una cancha.

En un punto, todos nos parecemos en algo. Buscamos cosas similares. ¿Debutar en Primera? ¿Hacer un gol? ¿Levantar una copa? No. Todos queremos ser aceptados. Es una búsqueda inalcanzable para algunos, pero a pesar de cruzarse con miles de obstáculos, siguen intentando dejar atrás la marca de los prejuicios que le ponen la sociedad y las federaciones. Para poder, de una vez por todas, gritar goles en libertad.

En el laberinto de la mente hay una salida trans

Juan Ignacio Saravia

Las personas transexuales pueden sufrir emocionalmente el proceso por el cual deciden cambiar de género. En diálogo con El Equipo, el psicólogo y docente de la UBA (Universidad de Buenos Aires) Ricardo Iacub afirma: “No es que todos ellos sienten que fueron algo distinto durante mucho tiempo sino que se trata de un vínculo con uno mismo donde cada uno puede seguir encontrándose. Lo más valioso es elegir lo que uno quiere ser a cualquier edad”.

Cuando una persona toma la decisión de cambiar de género puede recurrir a tratamientos psicológicos para buscar ayuda en este proceso. El tratamiento comienza con una evaluación, seguida de varias entrevistas prolongadas durante varios meses para estar totalmente seguros de la transición. Muchas mujeres, por ejemplo, descubren allí su sexualidad pero pueden no encontrarse en una situación que facilite su cambio de género, por lo que el psicólogo descarta esta opción aunque sigue tratando a su paciente. Esto puede ocurrir a cualquier edad: la película Laerte-Se, por ejemplo, refleja la historia real de la vida de Laerte Coutinho, una humorista gráfica brasileña que a sus 58 años, luego de casarse tres veces, tener tres hijos y ser reconocida en los medios, admitió sentirse mujer para, años más tarde, declararse definitivamente una mujer transgénero.

En el deporte puede ocurrir que una persona sea discriminada o marginada de una actividad por ser transexual, ya sea por sentirse mujer tras haber nacido con órganos masculinos o por sentirse hombre tras haber nacido con órganos femeninos. Más allá del deporte, según Iacub, cualquiera que haya sido negado a oportunidades en su vida padecerá situaciones complejas a nivel psicológico y pone como ejemplo a la tenista Reneé Richards, que en 1976 fue privada de jugar el Abierto de Estados Unidos con las mujeres por haber nacido hombre, aunque ella había cambiado su sexo el año anterior.

Muchos de ellos han sufrido distintos tipos de agresiones y esto es producido tanto desde afuera como desde adentro de la persona: “Por un lado se generan una tensión y un miedo muy fuertes por tratar de evitar cualquier situación que se asemeje a la violencia. Por otro, existe una opresión interna en la que el ser humano, por más de tener claro lo que quiere ser, es víctima de las creencias externas y genera una homofobia o transfobia interna que hace que se aleje de ciertos gustos por determinados estereotipos”, indica.

Algo similar ocurre con los varones homosexuales, quienes tienden a no querer participar de ciertos deportes como el fútbol porque la sociedad los masculinizó y sienten que no tendrán posibilidades. Vale recordar el caso de la los Dogos, selección argentina y primer equipo gay en Sudamérica.

“Hay muchas situaciones en las que este tipo de personas o cualquiera perteneciente a la comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) se niega a consultar un médico por miedo a que lo llamen por un nombre que no los identifique o que pertenezca al sexo opuesto, que les hagan preguntas vergonzosas e incómodas o que se las critique y se les detecte una enfermedad grave que ellos no sabían”, añade Iacub.

Todas estas cuestiones van en contra de su salud. “El deporte como ritual simbólico social muchas veces limitó a que puedan ordenarse”, señala Iacub y agrega: “No deben cerrarse en sí mismos y deben salir de ciertos espacios étnicos exclusivos que tienen y que funcionan como guetos, como los judíos que eran obligados a permanecer en ellos”.

“La inserción en el deporte aporta una vida más saludable psicológicamente. Para la comunidad trans esto es muy importante porque, ante la falta de ánimo, estas personas tienden a caer en el alcohol o en las drogas. Por otro lado, no debe dejarse de lado la educación, la cual genera trabajo y elementos para su vida cotidiana”, concluye.

A Maradona le pegaron todos

Julián Rozencwaig

La vorágine napolitana aún no nacía. “Oh mamma mamma mamma, oh mamma mamma mamma, ¿sai perché mi batte il cuore? Ho visto Maradona, ho visto Maradona, oh, mamma, innamorato son”, era el hit que todavía no existía entre la hinchada de Napoli de Italia. “Oh mamá, ¿sabes por qué me late el corazón? He visto a Maradona, enamorado estoy”, reza la letra en español. Faltarían dos años para la obtención del primer scudetto de la institución, en la temporada en la que el cántico fluía a medida que el número 10 asistía a sus compañeros y convertía goles.

En Argentina, el emblema del “Nunca Más” comenzaba a imponerse culturalmente luego de la violación de los derechos humanos por parte de la última dictadura militar, que empezó el 24 de marzo de 1976 y finalizó el 30 de octubre de 1983, con la elección de Raúl Alfonsín como presidente.

Era mayo de 1985 y la economía, en tiempos en los que no deja de ser noticia, también lo era 33 años atrás. Según la agencia de noticias EFE, la inflación aumentaba en un 683,4% y el Plan Austral, el programa que se aplicaría para estabilizar la situación financiera, aún no marchaba.

Las Eliminatorias para el Mundial de México del año siguiente se acercaban y la Federación Italiana, junto a los clubes y a diferencia de los equipos argentinos, no cedían a sus jugadores para los compromisos venideros con sus selecciones. A Maradona no le importó. “Yo viajo a la Argentina pase lo que pase. Ni el presidente (Sandro) Pertini podrá impedirme que viaje, porque él no puede parar los aviones que salen desde Roma…”, manifestó en la conferencia de prensa post victoria 3 a 1 ante Inter, en el estadio San Paolo, en abril.

Viajó. “Ya empezaban a darse cuenta de que, cuando a mí se me metía una cosa en la cabeza, no me la sacaba nadie”, escribió en su libro, junto al periodista Daniel Arcucci, titulado Mi Mundial. Mi verdad. Un mes después, el viernes 24 de mayo, aterrizó en San Cristóbal, ciudad venezolana, para disputar el primer partido de Eliminatorias. En el camino al hotel El Tama, entre la euforia y el desborde que ocasionaba su presencia, un hincha le pegó una patada “sin querer, seguro…”, como afirma él en su libro, que afectó el músculo poplíteo -ubicado en la región posterior de la rodilla- de su rodilla derecha hasta el comienzo del Mundial.

Jugó sin problemas el debut, con triunfo 3 a 2 ante el conjunto del entrenador Walter Roque. Sin embargo, los médicos italianos de Napoli conocieron la noticia y arribaron a Argentina tras la tercera fecha del certamen, el 16 de junio, para analizar lo que padecía su figura. “En las condiciones en la que estás, nosotros no te hubiéramos dejado jugar”, le dijo uno de ellos.

Tampoco le importó. Continuó haciendo de las suyas aunque, en la última fecha ante Perú en el Monumental, con el marcador 2 a 1 en contra y sin el pase a la Copa del Mundo (necesitaba, mínimo, un empate), la rodilla no le dejaba hacer lo que quería y el dolor “era terrible”. Ricardo Gareca, el delantero en cancha, empujó la pelota a los 36 minutos del segundo tiempo para ingresar a la gloria de México 86, en una escena que sería repetida en 2010 por Martín Palermo para clasificar al Mundial de Sudáfrica.

Era el momento de operarse. Se lo comunicaban los especialistas de Roma, de Juventus, de Inter y de Napoli. En un amistoso post Eliminatorias y pre Mundial, el doctor Rubén Darío Oliva, o el “Loco”, o el “Tordo”, como lo llamaba el oriundo de Villa Fiorito, lo infiltró. A los 10 minutos, en una pelota dividida, la rodilla “reventó”, expulsando el líquido de la infiltración como consecuencia. “Bien, era lo que yo quería”, le dijo el médico cuando ingresó a la cancha para atenderlo. “El tipo estaba más loco de lo que yo pensaba. Saca una jeringa, una jeringa gigante, y me infiltra otra vez, en plena cancha. Y la muevo, como si nada. Se había destrabado…”, cuenta Maradona. “¿Y?, ¿dónde están ahora los que te querían operar?”, le dijo Oliva.

A partir de aquel momento, inició el principio del camino a la gloria. Nueve meses después, en marzo de 1986, luego de la victoria 1 a 0 ante un Grasshopers de Suiza que el día previo había disputado un partido por su torneo local, Pelusa le dijo al diario Clarín“Debemos trabajar mucho en el tiempo que falta. Sino, esta puede ser una de las selecciones más feas de la historia argentina”.

“Che, ¿cuándo vas a echar a (Carlos) Bilardo?”, le preguntó Alfonsín a Rodolfo O´Reilly, el secretario de deportes de aquella época, acerca del entrenador de la Selección, como refleja en su libro El partido el periodista Andrés Burgo. Tres meses después, Argentina se coronaba campeón del mundo por segunda vez en su historia.

Al margen de la ley

Martín Cascardo @MartinCascardo1

“Toda persona tiene derecho al libre desarrollo conforme a su identidad de género”, según lo establece la ley nacional 26.743. Sin embargo, esto no siempre ocurre en el ámbito deportivo, como lo aclara en diálogo con El Equipo Flavia Massenzio, abogada de la Federación Argentina LGBT y coordinadora de la Defensoría LGBT de la Ciudad de Buenos Aires.

Los recientes casos de las jugadoras trans de hockey Jessica Millamán, Saira Millaqueo y Mia Gamietea, que debieron recurrir a la vía judicial para lograr su habilitación, expusieron la falta de reglamentación de las federaciones en esta materia. Al respecto, Massenzio sostiene que “existe solamente una circular de la Confederación de Hockey, que toma las sugerencias del Comité Olímpico, pero ninguna recomendación internacional puede afectar el cumplimiento del derecho interno”.

Además, agrega que las pruebas hormonales que propone el COI resultan “invasivas” para los atletas y la reglamentación en su conjunto puede servir como primer instrumento solo en países que no cuenten con una normativa avanzada en la materia. En cambio, Massenzio sostiene que, ya conseguida la herramienta legal que significa la Ley de Identidad de Género, en la Argentina “conjuntamente debe darse también una batalla cultural para consagrar esos derechos”.

Ley 26.743 – IDENTIDAD DE GENERO

ARTICULO 1º — Derecho a la identidad de género. Toda persona tiene derecho:

a) Al reconocimiento de su identidad de género;

b) Al libre desarrollo de su persona conforme a su identidad de género;

c) A ser tratada de acuerdo con su identidad de género y, en particular, a ser identificada de ese modo en los instrumentos que acreditan su identidad respecto de el/los nombre/s de pila, imagen y sexo con los que allí es registrada.

ARTICULO 2° — Definición. Se entiende por identidad de género a la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que ello sea libremente escogido. También incluye otras expresiones de género, como la vestimenta, el modo de hablar y los modales.

ARTICULO 3º — Ejercicio. Toda persona podrá solicitar la rectificación registral del sexo, y el cambio de nombre de pila e imagen, cuando no coincidan con su identidad de género autopercibida.

ARTICULO 4º — Requisitos. Toda persona que solicite la rectificación registral del sexo, el cambio de nombre de pila e imagen, en virtud de la presente ley, deberá observar los siguientes requisitos:

1. Acreditar la edad mínima de dieciocho (18) años de edad, con excepción de lo establecido en el artículo 5° de la presente ley.

2. Presentar ante el Registro Nacional de las Personas o sus oficinas seccionales correspondientes, una solicitud manifestando encontrarse amparada por la presente ley, requiriendo la rectificación registral de la partida de nacimiento y el nuevo documento nacional de identidad correspondiente, conservándose el número original.

3. Expresar el nuevo nombre de pila elegido con el que solicita inscribirse.

En ningún caso será requisito acreditar intervención quirúrgica por reasignación genital total o parcial, ni acreditar terapias hormonales u otro tratamiento psicológico o médico.

ARTICULO 5° — Personas menores de edad. Con relación a las personas menores de dieciocho (18) años de edad la solicitud del trámite a que refiere el artículo 4º deberá ser efectuada a través de sus representantes legales y con expresa conformidad del menor, teniendo en cuenta los principios de capacidad progresiva e interés superior del niño/a de acuerdo con lo estipulado en la Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley 26.061 de protección integral de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Asimismo, la persona menor de edad deberá contar con la asistencia del abogado del niño prevista en el artículo 27 de la Ley 26.061.

Cuando por cualquier causa se niegue o sea imposible obtener el consentimiento de alguno/a de los/as representantes legales del menor de edad, se podrá recurrir a la vía sumarísima para que los/as jueces/zas correspondientes resuelvan, teniendo en cuenta los principios de capacidad progresiva e interés superior del niño/a de acuerdo con lo estipulado en la Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley 26.061 de protección integral de los derechos de niñas, niños y adolescentes.

ARTICULO 6° — Trámite. Cumplidos los requisitos establecidos en los artículos 4° y 5°, el/la oficial público procederá, sin necesidad de ningún trámite judicial o administrativo, a notificar de oficio la rectificación de sexo y cambio de nombre de pila al Registro Civil de la jurisdicción donde fue asentada el acta de nacimiento para que proceda a emitir una nueva partida de nacimiento ajustándola a dichos cambios, y a expedirle un nuevo documento nacional de identidad que refleje la rectificación registral del sexo y el nuevo nombre de pila. Se prohíbe cualquier referencia a la presente ley en la partida de nacimiento rectificada y en el documento nacional de identidad expedido en virtud de la misma.

Los trámites para la rectificación registral previstos en la presente ley son gratuitos, personales y no será necesaria la intermediación de ningún gestor o abogado.

ARTICULO 7° — Efectos. Los efectos de la rectificación del sexo y el/los nombre/s de pila, realizados en virtud de la presente ley serán oponibles a terceros desde el momento de su inscripción en el/los registro/s.

La rectificación registral no alterará la titularidad de los derechos y obligaciones jurídicas que pudieran corresponder a la persona con anterioridad a la inscripción del cambio registral, ni las provenientes de las relaciones propias del derecho de familia en todos sus órdenes y grados, las que se mantendrán inmodificables, incluida la adopción.

En todos los casos será relevante el número de documento nacional de identidad de la persona, por sobre el nombre de pila o apariencia morfológica de la persona.

ARTICULO 8° — La rectificación registral conforme la presente ley, una vez realizada, sólo podrá ser nuevamente modificada con autorización judicial.

ARTICULO 9° — Confidencialidad. Sólo tendrán acceso al acta de nacimiento originaria quienes cuenten con autorización del/la titular de la misma o con orden judicial por escrito y fundada.

No se dará publicidad a la rectificación registral de sexo y cambio de nombre de pila en ningún caso, salvo autorización del/la titular de los datos. Se omitirá la publicación en los diarios a que se refiere el artículo 17 de la Ley 18.248.

ARTICULO 10. — Notificaciones. El Registro Nacional de las Personas informará el cambio de documento nacional de identidad al Registro Nacional de Reincidencia, a la Secretaría del Registro Electoral correspondiente para la corrección del padrón electoral y a los organismos que reglamentariamente se determine, debiendo incluirse aquéllos que puedan tener información sobre medidas precautorias existentes a nombre del interesado.

ARTICULO 11. — Derecho al libre desarrollo personal. Todas las personas mayores de dieciocho (18) años de edad podrán, conforme al artículo 1° de la presente ley y a fin de garantizar el goce de su salud integral, acceder a intervenciones quirúrgicas totales y parciales y/o tratamientos integrales hormonales para adecuar su cuerpo, incluida su genitalidad, a su identidad de género autopercibida, sin necesidad de requerir autorización judicial o administrativa.

Para el acceso a los tratamientos integrales hormonales, no será necesario acreditar la voluntad en la intervención quirúrgica de reasignación genital total o parcial. En ambos casos se requerirá, únicamente, el consentimiento informado de la persona. En el caso de las personas menores de edad regirán los principios y requisitos establecidos en el artículo 5° para la obtención del consentimiento informado. Sin perjuicio de ello, para el caso de la obtención del mismo respecto de la intervención quirúrgica total o parcial se deberá contar, además, con la conformidad de la autoridad judicial competente de cada jurisdicción, quien deberá velar por los principios de capacidad progresiva e interés superior del niño o niña de acuerdo con lo estipulado por la Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley 26.061 de protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes. La autoridad judicial deberá expedirse en un plazo no mayor de sesenta (60) días contados a partir de la solicitud de conformidad.

Los efectores del sistema público de salud, ya sean estatales, privados o del subsistema de obras sociales, deberán garantizar en forma permanente los derechos que esta ley reconoce.

Todas las prestaciones de salud contempladas en el presente artículo quedan incluidas en el Plan Médico Obligatorio, o el que lo reemplace, conforme lo reglamente la autoridad de aplicación.

ARTICULO 12. — Trato digno. Deberá respetarse la identidad de género adoptada por las personas, en especial por niñas, niños y adolescentes, que utilicen un nombre de pila distinto al consignado en su documento nacional de identidad. A su solo requerimiento, el nombre de pila adoptado deberá ser utilizado para la citación, registro, legajo, llamado y cualquier otra gestión o servicio, tanto en los ámbitos públicos como privados.

Cuando la naturaleza de la gestión haga necesario registrar los datos obrantes en el documento nacional de identidad, se utilizará un sistema que combine las iniciales del nombre, el apellido completo, día y año de nacimiento y número de documento y se agregará el nombre de pila elegido por razones de identidad de género a solicitud del interesado/a.

En aquellas circunstancias en que la persona deba ser nombrada en público deberá utilizarse únicamente el nombre de pila de elección que respete la identidad de género adoptada.

ARTICULO 13. — Aplicación. Toda norma, reglamentación o procedimiento deberá respetar el derecho humano a la identidad de género de las personas. Ninguna norma, reglamentación o procedimiento podrá limitar, restringir, excluir o suprimir el ejercicio del derecho a la identidad de género de las personas, debiendo interpretarse y aplicarse las normas siempre a favor del acceso al mismo.

ARTICULO 14. — Derógase el inciso 4° del artículo 19 de la Ley 17.132.

ARTICULO 15. — Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.

Laurina Oliveros: “Nos rompemos el lomo para esto, pero nadie nos ayuda”

Julián Rozencwaig

Se levanta a las 6.55, desayuna, trabaja hasta el mediodía, entrena y cursa Educación Física en el atardecer de la cotidianeidad. Un día cualquiera en la vida de Laurina Oliveros, la arquera de la Selección Argentina de Fútbol Femenino, quien no para de recalcar la desorganización y el machismo en el deporte. Jugó en Chile y, aunque destaca su estructura institucional, sigue prefiriendo el juego argentino. “Me encanta tanto el deporte que estar al lado de figuras mundiales sería grandioso”, asegura cuando se refiere a su sueño: participar en unos Juegos Olímpicos.

Empezó a patear una pelota con cinco años en Estados Unidos, donde permaneció hasta los 11 con su familia, cuando volvió a Ramallo, al norte de la provincia de Buenos Aires, por problemas personales. No sabía que el fútbol femenino existía en el país, por eso practicó handball. Cuando se enteró de la posibilidad de hacer lo que más le gustaba, se probó en UAI Urquiza, donde quedó y hoy continúa su desempeño. Un año más tarde y con 16 años, fue convocada a la selección, en la que creció y aprendió “un montón”, como ella declara.

La selección conducida por Carlos Borrello anunció el paro de las prácticas a fines de septiembre debido a la falta de pago de los viáticos y las condiciones de las canchas. El plantel le envió un comunicado a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), y no hubo respuesta. Sin embargo, el 22 y 24 de octubre disputaron dos amistosos contra Chile, por lo que se vieron obligadas a retomar las prácticas tres días antes. Si bien los viáticos fueron pagados, “la desorganización que hay es una locura”, revela la jugadora de 24 años.

-Chiqui Tapia, presidente de la AFA, admitió en agosto que quería ser “el dirigente de la igualdad de género”. ¿Le creés?, ¿hace algo desde su lugar?

-Tuvimos una reunión con él, nos dijo que nos iba a ayudar y que le demos la oportunidad. El tema es que decidimos volver a entrenar días antes de viajar. Entonces todavía no demostró las ganas de ayudar que tiene. Para salir del país es obligatorio el viático, pero para los entrenamientos no tuvieron la chance porque apenas volvimos para jugar contra Chile.

-¿Influyen los problemas con la AFA en el juego?

-Sí, y no está bueno, porque después tenés que andar aceptando las críticas. “Juegan mal”; “las golearon”, dicen, pero no tienen idea lo que pasa detrás de esto. Hay muchas cosas que la gente no sabe y tienen ganas de opinar igual.

-¿Tiene que ver el periodismo con lo poco que se sabe de la situación y del fútbol femenino en general?

-Sí, ni siquiera están enterados de que volvimos a entrenar porque no se publica nada. Necesitamos gente comprometida, que quiera que esto crezca, que nos haga conocer. Nadie nos conoce porque no nos publicitan, no nos hacen notas para que sepan quiénes somos, dónde jugamos y para qué. Por eso yo creo que los periodistas están dentro de esta problemática.

El 29 de agosto, Argentina goleó 3 a 0 a Uruguay en un amistoso. Relata que salieron a las 4.30 porque a las 7 viajaban en Buquebus. Arribaron tres horas después, esperaron para almorzar y tuvieron libre hasta las 16, hora del encuentro. “Las horas antes del partido estuvimos acostadas o durmiendo. Una locura la desorganización que hay. Al otro día a nadie le daba el cuero para nada”, afirma. El último partido previo a enfrentar a Uruguay había sido hace dos años en los Juegos Panamericanos de Toronto, en la derrota 2 a 0 ante Colombia, que dejó como consecuencia la eliminación en la fase de grupos y la dimisión de Julio Olarticoechea, director técnico en aquel entonces.

-Con la asunción de Carlos Borrello como entrenador después de la inactividad y lo que mencionaste de Tapia, ¿ves futuro?

-Yo creo que es un proceso, si va a haber un cambio no se va a ver ahora, será más adelante. Las que estamos hoy en día no lo vamos a disfrutar. Quizás como profesoras o entrenadoras, pero como jugadoras no creo. Es muy difícil el cambio ahora porque para que lo haya, el equipo tiene que ganar. Y si no entrenamos y no hay partidos no hay chance por más ganas que le pongamos. Nos rompemos el lomo para esto, pero nadie nos ayuda.

-Y ahora viene la Copa América, ¿tienen posibilidades?

-Equipo hay, pero para tirar hacia arriba. Necesitamos jugar, entrenar y conocernos. Es fundamental. No podemos de un día para el otro jugar un torneo y más hoy en día que no va cualquiera.

-¿Juegan cada vez más mujeres al fútbol?

-Yo creo que sí. A mí me encanta, porque más allá de que sepan jugar o no, está bueno que se integren a este deporte tan machista. Cuanto más mujeres seamos, mejor. El otro día fui a un torneo en Núñez y es increíble la cantidad de chicas que hay. Le meten ganas y es lindo verlo.

-Decís que el fútbol es un deporte machista. ¿Sufriste en particular alguna discriminación o desigualdad de género?

-Eso lo sufrimos todos los días, ya sea porque no tenés cancha para entrenar o no te pagan el viático. No es un caso particular que te pasa de vez en cuando. Con respecto a la selección, viajás, tenés que jugar, volver, que no te paguen, que te manden a la cancha sintética, al vestuario más chico… es cotidiano, se sufre todo el tiempo. Lamentablemente uno ya sabe que van a suceder estas cosas.

-La selección tiene jugadoras que viven del fútbol como Yael Oviedo y Mariana Coronel (en Granada y Madrid de España, respectivamente). ¿Cómo llega una futbolista argentina a jugar en Europa con la poca difusión y estructuración que existe?

-Lo bueno es que los clubes tienen videos de los partidos que se juegan y en prensa los suben a internet constantemente. Es un plus. Una se hace ver, aunque no tenga representante ni periodistas que cubran al fútbol femenino. Hay gente que pregunta. En eso es igual al masculino.

-¿Cuál es tu mayor sueño deportivo?

-Participar en unos Juegos Olímpicos. Tuve la oportunidad de participar en los Panamericanos, pero creo que no hay nada más lindo que los Olímpicos. Siempre que me pregunten voy a responder lo mismo.

-Y ganarlo, ni hablar…

-Bueno (ríe)… si traigo una medalla olímpica a mi casa ni te cuento.

Un duelo en soledad

Daniela Simón

En el caluroso noviembre de 1977, en el Buenos Aires Lawn Tennis, Ivanna Madruga cayó ante la primera tenista transexual, Renee Richards, por la final del Abierto del Río de la Plata. La argentina, después del partido, declaró: “Sentí que jugaba contra un hombre”.

Cuarenta años más tarde, algunas competencias empiezan lentamente a librarse de los prejuicios sexistas y aceptan que hombres y mujeres trans participen con atletas de su mismo género.

Mia Fedra es tenista y Alexa Pettone practica patín carrera, ambas son mujeres transgénero y compiten en pruebas femeninas de deportes individuales, en donde el resultado que se obtiene depende de ellas y no del rendimiento de un equipo. En estos casos, ellas no forman parte, ni son el porcentaje de un grupo, sino que son la totalidad de la fuerza, técnica o velocidad a la que las demás atletas deben vencer.

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De pelo renegrido y siempre lista para las fotos, Mia Fedra es la primera raqueta trans argentina. En su niñez empezó haciendo taekwondo y atletismo, pero a los 9 entendió que le gustaba el tenis. Veía los partidos de Gabriela Sabatini por televisión y espiaba detrás del alambrado los que se jugaban en el club cerca de su casa. Pero, a los 17 el sueño de convertirse en profesional y seguir compitiendo se desmoronó por completo: Mia jugaba en torneos masculinos vestida de mujer. “Cuando empecé la facultad dejé de jugar, por el estudio y por mi transición de cambio de género –recuerda-. Existía una diferencia entre los rivales y yo. Siempre fui más delicada, mis movimientos y mi estética eran femeninos y tenía menor contextura física que ellos”.

Lejos del court de polvo de ladrillo, estudió diseño de indumentaria y de comunicación visual en la UBA y conoció un nuevo mundo: el modelaje. Después de ocho años, decidió volver a eso que la apasionó tanto de chica. “Empecé el profesorado de tenis, era una forma de poder dejar la noche y asentar cabeza, pero se notaba que yo quería jugar, no enseñar”, dice.

En 2012, con su DNI de mujer en mano, la Asociación Argentina de Tenis la abaló para poder competir en los torneos nacionales femeninos. “Jamás tuve un problema y con las rivales me llevo muy bien. Reconozco que pensé que les iba a ganar fácilmente, pero no. Con la hormonización y los tratamientos perdí masa muscular, no tengo la potencia que tenía antes, bajé mi rendimiento”, confiesa. La fuerza de su derecha cayó, pero se dedicó a trabajar otros aspectos, como la estrategia y la técnica.

Hoy Mia tiene 36 años, es extrovertida y segura de sí misma. Logra organizar su cronograma entre el modelaje, las presentaciones en boliches y el tenis. Compite en el circuito femenino senior y está entre las primeras 15 del ranking. “Quiero desestigmatizar esto de ‘la chica trans’, no me preocupa que lo digan, pero quiero ser ‘la trans que juega bien al tenis o que da buena clases’”, comenta.

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Alexa Pettone vuela, lo siente cuando se calza los patines. Es libre inmersa en el amor que encuentra en su deporte. En su infancia jugó unos meses al fútbol y a los 8, cuando ya había dejado los botines, su mamá la llevó al Club Paraná de San Pedro para que practicara patín. En su primera experiencia, Alexa estaba empeñada en que no le gustaba, con el tiempo se fue enamorando.

“Hasta mi pre adolescencia, siempre competí con varones. Cuando empezó mi cambio y al no sentirme cómoda con la categoría, abandoné”, dice. La historia de Alexa es el reflejo de la experiencia de Mia.

Sus ganas de volver a la pista siempre estuvieron latentes, pero fueron reprimidas por el miedo al rechazo. Cuando consumó su cambio de género, se animó. Y fue aceptada para correr en las pruebas femeninas de “Rápido y Furioso”, un torneo no oficial. “Después de eso, le comuniqué mi deseo de competir al presidente de la Confederación Argentina de Patín, Esteban González, dejamos pasar unos meses y cuando volvimos a hablar, me dijo: ‘Buscate un club a quién representar así arrancás’”, comenta.

Así, llegó al club Cermun de José C. Paz, en donde es entrenada por la multicampeona Andrea González. En mayo de este año, se convirtió en la primera mujer trans en competir en un torneo nacional. Compañeras y rivales la recibieron con júbilo y admiración por su lucha.

Alexa nunca encontró inconvenientes para participar con atletas que, a fin de cuentas, son de su mismo género. “No creo que exista una competencia desleal porque todos los seres humanos somos diferentes orgánicamente independientemente de su género o inclinación sexual –dice-. No aceptar a una mujer trans es quitarle la posibilidad de desarrollar su rol como deportista y como ser humano. Ser transgénero no es una elección, por eso es importante que se nos incluya en lo cotidiano de la vida”.

Alexa se destaca en velocidad, ganó su primera carrera, que fue un Metropolitano, y en el Nacional de Neuquén quedó primera en la prueba de 300 y 500 metros, y fue sexta y octava en pruebas de fondo.

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Mia Fedra y Alexa Pettone son ejemplos de que los resultados no se condicionan por la identidad biológica, aun cuando el resultado de la competencia está en sus manos y no en un equipo. La cuestión parece ir por otro lado.

Por eso, Alexa aclara: “Si una persona no se entrena, siempre va a tener desventaja indistintamente del sexo y género que sea”.

Que se pongan de acuerdo y lo dejen por escrito

Julián Princic @JulianPrincic

La burocratización es uno de los procedimientos fríos que llevan a un juego a convertirse en deporte. Las sociedades europeas del postmodernismo adoptaron como cultura la práctica de dejar por sentadas las bases y condiciones de cualquier actividad con el fin de poder regularlas.

El deporte, por sus características y aunque no hubiera nacido con tales fines, se ha convertido en una herramienta social muy poderosa. La igualdad que los individuos poseen en los minutos reglamentarios de una competencia es difícilmente equiparable a cualquier otra circunstancia de la vida en sociedad.

Para todos aplican las mismas reglas: todos pueden ganar y perder. No importa la edad, el estatus o el poder económico. De lado quedan los prejuicios y preconceptos. No tienen efecto los antecedentes y ni siquiera las cuestiones físicas y biológicas son realmente determinantes.

Por eso, porque el deporte es igualdad, necesitamos saber cuál es el argumento por el cual dejan afuera a personas que sienten desencontradas con sus características sexuales. Porque, más allá de la Ley de Identidad de Género o las regulaciones del Comité Olímpico Internacional, varias federaciones deportivas de nuestro país continúan mirando hacia otro lado, y hacerse los distraídos es discriminar.

Mientras unas pocas asociaciones nacionales se guían por el sexo que esté indicado en el DNI de cada deportista y otras exigen cumplir con los requisitos hormonales que impone el COI, el fútbol y el básquet -entre varias- prefieren hacer oídos sordos a un asunto que cada vez golpea sus puertas con mayor fuerza.

Por eso, porque el deporte es igualdad, necesitamos, por sobre todas las cosas -y ya que así están mecanizadas las normativas del deporte-, que se pongan de acuerdo y lo dejen por escrito; que digan por qué no se puede, que argumenten. Porque recién entonces habrá algo por lo que luchar para que se modifique.