viernes, septiembre 20, 2024
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El mejor compositor de la pelota

Nicolás Bruno (@NicoJBruno)

Para los fanáticos de la redonda más que de las cuerdas, jugar al fútbol descomprime, relaja; como la música para el grueso popular. Para los futboleros el mejor compositor, porque no hubo otro deportista o artista teniendo en cuenta nuestra ideología, fue Diego Maradona. Con una sola manifestación logró justificar: el fútbol es arte, el fútbol tiene melodía; el fútbol es música. Fue su forma de expresarse, de revelarse, de vivir.

Una de las principales virtudes que un músico debería tener es la de atrapar, entretener, hacer bailar a su público. Maradona era un músico particular, porque no tocaba ningún instrumento, pero atrapaba la pelota, entretenía a sus seguidores y hacía bailar a sus rivales sólo con la redonda en sus pies. Y la amaba, tanto como un compositor a sus partituras. No es casualidad que la canción preferida del Diez haya sido “Me das cada día más”, de Valeria Lynch. Porque eso era él, sin dudas. Le daba a su gente, su Argentina, la que soñaba e imploraba conseguir aquel campeonato del mundo, cada día más.

Fue Maradona el que aclaró que la pelota no se mancha, la misma que lloró el retiro de su gran amor, del que más la pisó y la cuidó. “Aleluya por el modo que tienes de amar”, susurraba la pelota cada vez que Maradona dejaba en el camino a otro inglés. Aquella pelota pedía por favor que los soldados de la Reina se corrieran, porque quería hacer historia con aquel pibe de rulos que la acompañó desde chiquito y, adelantándose un par de años, le gritó a Peter Reid, al 16, al que lo seguía más de cerca, que no lo frenara: “Please, don´t stop the music”.

Para Valeria Lynch, cantante y amiga de Diego, el segundo gol a Inglaterra fue una pintura, una canción, una escultura, una película, en fin, una obra maestra:

-¿Considerás que el segundo gol de Diego a Inglaterra es una obra de arte?

-¡Claro que sí!, sin dudas es uno de los goles que quedó en la historia de los mundiales, el gol del siglo. Será recordado por siempre porque fue magistral, Diego dejó atrás un tendal de jugadores ingleses para finalmente coronar la jugada con una definición brillante. Pero también por lo que significó el momento para nuestro país, aquel triunfo frente a los ingleses, nada menos.

-¿Cómo interpretás, entonces, aquella expresión artística?

-Fue algo majestuoso, un ejemplo de virtuosismo, de tesón y garra. Diego es un deportista único, tocado por la varita mágica, y en el mundial del 86′ estaba en su apogeo. ¡Brillaba!

Su magnífica jugada ante los ingleses, fue una sutil combinación de talento, actitud y genialidad que culminó en una obra memorable. Logró emocionarnos a todos. Diego estaba angelado, fue un momento antológico ante los ojos del mundo entero que será imposible de olvidar.

-¿Por qué creés que “Me das cada día más”, tu canción, significaba tanto para Diego?

-Maradona siempre fue admirador mío. Venía a verme en mis shows, y escuchaba mis canciones, incluso en la concentración de cara al mundial 86′. En esa época, el tema principal de mi último álbum era “Me das cada día más”, y él amaba esa canción. Por eso, cuando los productores ingleses de la película “Héroes” le preguntaron qué canción querría para la película, Diego pidió que pongan mi tema. Así se convirtió en un himno, una canción que pasó todas las modas, que automáticamente se identifica con la Selección Argentina, con México 86 y, obviamente, con Maradona. Incluso por eso muchos hombres comenzaron a seguirme y ver mis shows.

Es una canción de amor, de amor incondicional, que tiene mucha fuerza, mucha pasión… Y Diego es así: su entrega en la cancha siempre fue incondicional, con la pelota era un astro, lleno de fuerza y pasión.

-¿Cómo era tu relación con Diego y cómo aquella canción cambió tu vida?

-Nos llevamos muy bien, hay una admiración muy grande entre los dos. Yo fui a verlo en la concentración de México 86, canté a pedido de él en un especial que realizó la RAI con los mejores jugadores del mundo, y él vino a muchos de mis shows. Por ejemplo, estuvo presente en el festival de San Remo, Italia, donde fue expresamente a verme a mí. Es el padrino de mi hijo menor, Santiago. Nos une una relación de afecto y admiración, yo creo que es el jugador más grande de todos los tiempos.

“Como un dibujo de Dalí”

Javier Bardoneschi

Marcelo Figueras ha fotografiado e inmortalizado momentos cruciales del deporte nacional durante décadas. A los 75 años, con su gran lucidez y carisma característicos, el prestigioso reportero gráfico recuerda la cobertura que realizó del Mundial México 1986, donde capturó la secuencia del afamado segundo gol de Maradona a los ingleses. A 30 años de aquel histórico partido, Figueras relata sus vivencias y sensaciones durante esa tarde en el Estadio Azteca, y se expresa sobre una de sus obras más reconocidas.

-¿Cómo logra capturar las mejores imágenes?

-Una buena foto es la que puede retratar todo lo sucedido en el partido sin apoyo de un texto. En el círculo de reporteros gráficos se sabe que, al trabajar desde las tribunas en un partido de fútbol, se debe prestar especial atención cuando la pelota pasa la mitad de la cancha. Además, tenés que estudiar y saber sobre el deporte que cubrís. Tenés que poder anticiparte lo mejor que puedas a la jugada. Hay jugadores que uno conoce y sabe qué movimientos pueden llegar a hacer.

-¿Recuerda el Mundial 86?

-Yo trabajaba para la revista El Gráfico en esa época. Éramos un par de reporteros argentinos enviados a México. Cubrimos todos los partidos de la Selección hasta la final. Me acuerdo que teníamos cábalas entre los periodistas. Cuando íbamos a los partidos nos poníamos siempre la misma ropa, las mismas medias, terminamos todos sucios.

-¿Recuerda el partido de cuartos de final?

-Claro, ese día el estadio estaba hasta las pelotas. Haberle ganado a Inglaterra fue muy especial. Era como una revancha para mí. Yo había sido enviado por la revista Gente para cubrir al ejército argentino durante 1983, en plena Guerra de Malvinas, algo no muy agradable. Cuando Maradona hizo el segundo gol se lo grité en la cara a dos ingleses que teníamos detrás.

-A pesar de la euforia logró capturar uno de sus más reconocidos trabajos…

-Esa secuencia pasó a la historia. Son 16 fotos en total. Un trabajo importantísimo, un documento.

-¿Usted sabía lo que se venía cuando Maradona agarró la pelota en mitad de cancha?

-No, Diego era impredecible, y eso es lo más maravilloso del gol. En cada parte de la secuencia parece tener una idea nueva.

-¿Cuál de todas esas fotos le gusta más?

-Obviamente, la más bella de todas es la del gol, cuando empuja la pelota mientras se va cayendo. Es la última pincelada.

-¿Considera a ese gol una expresión artística?

-Por supuesto. Fue una jugada excepcional, con un movimiento fantástico, como un dibujo de Salvador Dalí.

Dibuje, maestro

Nicolás Bruno (@NicoJBruno) y Alvaro Nanton (@Nantonalvaro)

El alcance maradoniano es extraordinario. Comenzó con hinchas de un club, hinchas del fútbol, y terminó como una religión. Maradona en su esplendor fue arte para todos los gustos, para todos los sentidos. Desde escuchar aquel famoso relato de Víctor Hugo como si fuera una partitura del compositor más talentoso, hasta apreciar el talento desparramado aquella tarde calurosa como si fuera la obra del dibujante más inspirado. Maradona era sintonía, inteligencia, elegancia para los ojos y música para los oídos.

Para conmemorar los 30 años del gol de Maradona, Augusto Costhanzo publicó en su cuenta de Twitter (@Costhanzo) una serigrafía con Diego gambeteando ingleses sobre un pentagrama y con la “letra” de Víctor Hugo Morales. En diálogo con El Equipo, el artista explica al artista.

-¿Cómo viviste el “gol del siglo”?

-Mirá, durante Mundial 86 yo tenía 16 años. Fue el primer mundial al cual le presté mucha antención, porque al de España no le di tanta bola. Fue justo ese, muy especial. Iba comprando el Clarín deportivo de la época, El Gráfico, y los tengo todos guardados. Y la verdad es que hace unos años me di cuenta que todo sale mucho mejor cuando dibujo las cosas que a mi me gustan, mis pasiones. Me gusta el cine, la música y el fútbol, y siempre quise asociarlos pero me costaba mucho en lo visual.

-¿Dónde estaba esa dificultad?

-Era difícil relacionarlos porque no había nunca instrumentos con forma redonda, con forma de pelota, por ejemplo. Me faltaba esa vinculación. Le pegué en el palo cuando hice un dibujo de Messi, con sus ojos reemplazados por comandos de PlayStation, y desde ese lugar intento mirar el fútbol, desde otro lado. Esta idea la tenía hace mucho, la de Diego en formato pentagrama.

-Entonces, ¿lo que te movió es tu pasión por Maradona y el arte?

-Sí, primero me inspiró el cine con Héroes, que es una gran película. Es muy meritoria la actitud de los ingleses de no tener miedo de dejar a Diego ahí arriba. Él mismo dice que pudo hacer ese gol por la lealtad inglesa. Volviendo al pentagrama, yo como dibujante no lo había hecho porque tenía poco dibujo. Es más una idea, y a mi me gusta dibujar, por eso era medio vago. Pero ahora la efeméride me apuró.

-Desde el punto de vista artístico, ¿considerás el “gol del siglo” una obra de arte?

-Aquel sí, pero el resto también. Los goles frente a Bélgica, el que le hizo a Grecia en el 94. En realidad sus movimientos me parecen arte. Con su cuerpo en estado me parece de una fineza que no volví a ver, y de un control que me genera la misma sensación que un buen músico. Soy un musico y un futbolista frustado, por eso ando por esos lados. Me parece que tiene vinculación con ese músico al que le sale fácil hacer lo que hace. Diego es un caso especial. A mi me gusta ver videos de él porque es muy lindo estéticamente.

El escenario, un verde césped

Alvaro Nanton @nantonalvaro

Con un nivel muy bajo de actuación, bailó al compás de su propia música. Cantó en su propio idioma y se desenvolvió en el mejor escenario. Jugó como si fuera local y generó más lágrimas que aplausos. Emocionó a la audiencia y se llevó más abrazos que boletos vendidos. El mejor actor, Diego Armando Maradona.

Acelera. Frena y vuelve a arrancar. Da una vuelta y cambia de velocidad mientras conduce la pelota. Esquiva mientras piensa qué seguirá haciendo. Vuelva a gambetear y sigue. Sigue, sigue y no lo pudieron parar.

“Ese ritmo que aplicó Maradona, es el mismo se utiliza en las obras, desde la actuación misma hasta en la conformación de los guiones”, ejemplificó Rubén De La Torre, director de Barrilete Cósmico, una obra que desarrolla la vivencia de unos hinchas junto con sus cábalas.

La obra, con la voz de Víctor Hugo Morales, desarrolla esa pasión y locura que le agrega al fútbol y se diferencia del resto de las artes.

-¿Qué significó para vos ese gol?

-Una locura hermosa. A mi me parece que el fútbol es un juego maravilloso, al igual que el teatro o la actuación, pero creo que a estos le falta esa pasión y locura.

-¿Qué te llevó a hacer Barrilete Cósmico?

-Lo sensible que tenía ese mundial. Yo sigo teniendo intacta esa locura que viví en el 86′. Las críticas a Bilardo, la post guerra de Malvinas, cómo se fueron dando los cruces y justo con Inglaterra. Tuvo un peso muy importante ese gol, contra ese rival y de la forma en que lo hizo.

-¿Cómo surgió la idea de la obra?

-Fue todo muy loco. Saqué una antena que tenía en el techo de mi casa, y cuando la iba a tirar, abrí la puerta y dije: ‘esto tiene que ser el elemento para una obra de teatro’, y así fue. Eso viejo representativo lo asocié con el gol y salió. Primero planteé las cábalas y luego los personajes, y todo fue saliendo. Recibimos un premio y el apoyo de Víctor Hugo Morales, quien participó de la obra, relatando el gol.

-¿Creés que ese gol fue arte?

-Sin dudas. Esos cambios de ritmo que realizó él conduciendo la pelota y eludiendo ingleses, es totalmente aplicable al arte teatral. Es más, yo lo aplico cuando armo los guiones y mismo cuando actúo. Y también se ve en todos los escenarios. Los cambios de tono de voz, la gestualidad los movimientos, la presentación del escenario, el decorado; todo.

-Si son arte las dos, ¿cuál es la diferencia?

-La locura. Esa es la principal. La pasión y lo que genera en los que consumimos fútbol es increíble. Mueve tanto interés que hasta algunos viajan hasta Japón a ver a su club. Se cruzan el mundo. Y es en lo único que Estados Unidos está desprotegido, porque la toca de oído, y muchas veces no lo pueden comprender.

-¿Y creés que está bien que un deporte genere tanto?

-Sí, me parece genial que mueva tanto el fútbol. Lo que sí creo es que ahora está manejando y jugando mucho con la política y a veces se empaña. Pero un negocio siempre fue y lo seguirá siendo.

Armando a Diego Maradona

Bernardo Scotti

El Gol del Siglo, esa genialidad ante los ingleses que pintó de cuerpo entero a Diego Maradona, se transformó instantáneamente en un imaginario colectivo. A 30 años de ese histórico momento, Carlos Benavidez, un escultor argentino que esbozó al Diez en Bahía Blanca, define -entre otras cuestiones- algunos conceptos claves para entender por qué el fútbol podría entenderse como una clase de arte.

-¿Cómo definís la relación entre el arte y el fútbol?

-En el caso de los tocados como Maradona o Messi, que generan una pasión y una alegría tan grande para todos los que hemos tocado –o no- la pelota en algún momento, y que sabemos lo difícil que es hacer lo que ellos hacen tan fácil, es gratificante poder plasmarlo en el arte.

-Hiciste la primera escultura de Diego en Bahía Blanca. ¿Qué significó eso para vos?

-Fue bárbaro. A partir de esa escultura se pudo crear el Mundial Fútbol Club, un club que hoy en día alberga a más de 200 chicos y con el que se le pudo dar de comer a mucha gente pobre. Todo eso es por esta magia que generó Diego adentro de la cancha.

-¿Es entonces el fútbol una clase de arte?

-Definitivamente sí. El fútbol apunta a una partecita muy íntima de nuestro corazón. Pero ojo, esto no lo generan todos, sólo esta clase de jugadores. Además Diego tiene el plus de venir desde abajo, y eso es un claro ejemplo para los jóvenes.

-¿En qué te inspiraste para realizar la obra?

-Un tiempo antes de comenzar, la gente de la Iglesia Maradoniana se había contactado conmigo. A partir de ahí diseñé una maqueta y comencé a informarme sobre su vida. Eso fue fundamental, porque sin conocer la personalidad, sus detalles más íntimos, no lo hubiera podido hacer. Me di cuenta que Diego era ese tipo que miraba a la distancia, que llevaba la pelota dominada. Pero finalmente esa maqueta quedó arrumbada por la desaparición de la iglesia rosarina.

-Y al tiempo conociste a Andrés Rebollal en Bahía Blanca…

-Sí, con él impulsé la idea definitiva de terminar ese proyecto que había comenzado con una maqueta. Nos llevó alrededor de cuatro meses el trabajo y se culminó con la escultura de Diego de aproximadamente tres metros. Y encima la inauguramos el día de su cumpleaños.

Benavidez es un apasionado del deporte en general, pero en él prevalece el fútbol. Su conocimiento y seguimiento contínuo sobre la redonda hace aún más épica su escultura. Y más si se tiene en cuenta que fue la primera en llevarse a cabo en Bahía Blanca.

-¿Cómo influyó en tu trabajo la personalidad de Diego?

-Yo siempre trabajo sobre la personalidad de la otra persona. Sabía de su carácter pero además necesité ampliar ese panorama. Sin dudas la personalidad de Maradona es significativa y eso no se puede dejar de lado. Si no volcaba su personalidad y su estampa en la obra, hubiese sido simplemente una forma y nada más.

-¿Cómo ves el manejo de la escultura de Diego en el Paseo de la Gloria?

-En el Paseo de la Gloria ya está prácticamente terminada la escultura de Diego, sólo resta presentarla. Por algunos problemas políticos no pudo salir a la luz todavía. Pero confío en que va a estar, porque sería el broche de oro, no puede faltar él. Justo él, no.

Kylian Mbappé Lottin, la estrella que apunta a la Luna

Julián Rozencwaig

Fayza Lamari festejaba. Eran tiempos que lo ameritaban. Ella era argelina y su marido camerunés, pero el aprecio por Francia existía producto de sus vivencias en Bondy, aquel suburbio radicado en París en el que habitaban. Y, aunque los rasgos, el roce físico y la felicidad solo la pudieran sentir dos personas en ese ambiente vanagloriado por el porvenir tras la consagración de la Selección Francesa en el Mundial, había uno más dentro de la panza de Fayza que, sin saberlo, se convertiría en protagonista de una celebración similar 19 años después. La mujer y su cónyuge desconocían que por julio de 2018 el nombre de Kylian Mbappé Lottin, el que habían pensado para el benjamín, estaría en boca de todo el mundo.

No había nacido aún y moraba a once kilómetros del Stade de France, escenario de la final de 1998 en la que los galos obtuvieron su primer campeonato mundial tras vencer a Brasil 3 a 0. Hoy, en el estadio, brilla un cartel publicitario de la industria de artículos deportivos Nike que reza: El 98´ fue un gran año para el fútbol francés. Nació Kylian”.

El jugador de 19 años promete integrar el grupo reducido de astros futbolísticos: no solo jugará la final del Mundial de Rusia, sino que su velocidad (llegó a correr 32,4 kilómetros con pelota contra Argentina y su promedio en la Copa del Mundo es de 17,4), su habilidad técnica y su mirada colectiva del juego aportan motivos para pensar en su futuro. Convirtió tres tantos y luego de su doblete en octavos de final, se ubicó como el segundo jugador en la historia en lograrlo durante la competencia con menos de 20 años, después de Pelé, el futbolista brasilero que lo hizo a sus 17 en Suecia 1958.

Es con el jugador que ganó tres Mundiales (1958, 1962 y 1970) con quien lo comparóArsene Wenger, exentrenador de Arsenal de Inglaterra, quien pronosticó que será “el nuevo Pelé”, además de equipararlo con el exdelantero francés Thierry Henry, al que “no es exactamente idéntico, pero es cierto que tiene cualidades similares”.

A partir de los 6 años, cuando ya era reconocido por la Federación Francesa de Fútbol como una promesa, su padre Wilfried, actualmente exdirector técnico, le enseñaba algunas habilidades que consideraba importantes para su juego en AS Bondy, equipo que hoy milita en la décima categoría de la liga local y en el que el camerunés fue director deportivo y desempeñó otras funciones a las que renunció al principio del presente año.

Además de las enseñanzas de su progenitor, progresó en Clarefontaine, el centro académico que especializa a jugadores del fútbol francés y se destaca como cuna de talentos por forjar, entre otros, a Olivier Giroud, Blaise Matuidi, Paul Pogba, N´Golo Kanté y Benjamin Mendy, integrantes del plantel de Les Bleus.

El argumento del porqué de sus cualidades técnicas habita en la genética, según Paulino Granero, preparador físico español que ejerce su función en la Selección de Rusia y en CSKA Moscú, quien justificó que su velocidad y su resistencia es fruto de la mezcla de sus padres. Marc Westerloppe, ojeador jefe encargado de reclutar futbolistas para París Saint-Germain, aseguró que incluso su cuerpo no desarrolló totalmente y que lo hará alrededor de los 21 años, edad en la que “ganará más velocidad y explosividad de la que ya posee”.

Mbappé debutó en Mónaco de Francia a los 16 años y 347 días de su nacimiento en los suburbios. Expertos y no tan expertos comenzaron a testimoniar acerca de sus atributos apenas los demostró en la cancha. La explicación la proliferó el protagonista, el dueño de su juego, cuando era un niño y vislumbraba su futuro como lo que sucede a su alrededor en un campo de juego: “Es mejor apuntar a la Luna. De esa manera, si fallas, llegarás a las nubes”.

Deschamps, el bicampeón

Julián Rozencwaig

Ese rubiecito no parecía de 11 años. Sin embargo, los tenía. Lo corroboraba Norbert Navarro, su primer entrenador de fútbol, junto a los ojeadores que asistían a los partidos para cazar algún talento. Ese chiquilín atrevido les daba órdenes a chicos cuatro años mayores que él y estos obedecían. Un presagio de lo que sucedería 17 años después cuando, por su personalidad, llevó la cinta de capitán estampada en la manga izquierda de una camiseta que le llegaba hasta los antebrazos y con la que levantó la Copa del Mundo.

“Lo que me sorprendió la primera vez que jugué con él fue su barba, tenía 12 años y era un fenómeno físico. Les llevaba una cabeza a todos. Creo seriamente que nació con un brazalete de capitán alrededor del brazo”, revela Bixente Lizarazu, exfutbolista que compartió equipo con ese pequeño adulto en el campeonato mundial de 1998. Sus muslos también se diferenciaban del resto de sus compañeros por su gran tamaño.

Navarro confiesa que “sabía leer el juego desde pequeño y con eso era un líder natural”. En un partido de categorías inferiores, fracturó el antebrazo de un arquero como consecuencia de un tiro libre ejecutado desde 25 metros de distancia.

El chiquito achaparrado nacido en Bayona, una ciudad del sur francés que mezcla trazos galos y vascos, es Didier Deschamps, actual entrenador campeón de la Selección Francesa de fútbol. Es propicioso aclarar el deporte ya que comenzó jugando al rugby en su localidad y no tuvo otro remedio que pasarse al fútbol en Aviron Bayonnais, su primer club, por insistencia de sus amigos que lo habían dejado solo practicando con la pelota ovalada.

De hecho, no dejó de seguir uno de los ocios de su niñez. En 2015, cuando la Federación Francesa de Rugby (FFR) decidió que el Top 14 (campeonato masculino de clubes franceses) se disputase paralelamente al campeonato mundial con la dificultad que esto traía para las instituciones de perder a sus mejores jugadores, Deschamps le comunicó aBernard Laporte, entrenador de RC Toulon, que las resoluciones “no eran normales en el rugby” y esto le causaba gracia.

Debutó con 16 años en Nantes de su país luego de que los ojeadores de la institución lo hayan observado en un torneo juvenil, llamando la atención de propios y extraños no solo con su juego sino también con rasgos físicos como sus dientes, el blanco víctima de la creación de memes en Twitter por parte de los detractores de su ideología y su persona. Robert Budzynski, formador de futbolistas y exdirector deportivo del club, lo calificaba como “el guerrero de la tropa y el líder de la banda”, con 15 años y cuando apenas había arribado al club. Su actitud y su personalidad no iban a modificarse a lo largo de su carrera.

Es en el conjunto francés, justamente, en el que como líder del grupo, tuvo que comunicarle a su amigo Marcel Desailly la muerte de su hermano Seth Adonkor tras un suicidio. “A esa edad ya era un jefe”, coincide junto a las declaraciones de sus colegas David Le Goff, exjugador de Mónaco y compañero del volante, quien además lo definía de “sangre fría, con un perfecto dominio del lado emocional suyo y de los demás”. “Marcel, tengo que hablar contigo. Seth está muerto”, le dijo al futbolista ghanés nacionalizado francés en la habitación donde concentraban. Trece años después, compartieron el plantel que se coronó campeón del mundo.

“Marcel era como su hermano, por eso también fue él quien le reveló la muerte de su hermano”, contó David Le Goff.

En su función de mediocampista defensivo (sus primeros desempeños extraoficiales fueron de centrodelantero) logró ganar la Champions League con Olympique de Marsella en 1993y con Juventus en 1996, adjudicándose posteriormente la Copa Intercontinental y otros trece títulos como jugador.

Uno de ellos es el Mundial disputado en su país. “El mayor honor no solo de mi carrera profesional, sino que de toda mi vida”, admitió Deschamps tras su famosa fotografía con el trofeo alzado en sus manos. El jugador de 29 años contribuía al juego junto al número 21 de Juventus, Zinedine Zidane, quien marcando dos de los tres goles de la final ante Brasil se inmiscuía en la historia grande del conjunto bleu.

Deschamps levanta la copa del mundo. A su derecha, Laurent Blanc.

La melena despeinada de aquellos años mutó en canicie adornada perfectamente hacia un costado. Y pasó al otro lado de la línea de cal. En 2004, logró llevar a Mónaco a la final de la Champions League habiendo eliminado a Real Madrid, el equipo favorito de la prensa en la previa, tras un 4 a 2 desfavorable en la ida que logró remontar y, con esto, obtener el pase a las semifinales, en las que dejó en el camino a Chelsea para ser derrotado en la final con Porto. Tras ganar la Copa de la Ligaobtuvo el premio al mejor equipo del mes del mundo, otorgado por la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS).

Ascendió a Juventus en uno de los peores momentos de su historia, cuando descendió a la Serie B. En Olympique de Marsella, obtuvo la Ligue 1, título que no lograba la institución hacía 18 años.

Desde julio de 2012 está al mando de la Selección de Francia. En el Mundial de Brasil 2014, su equipo alcanzó los cuartos de final, instancia en la que fue eliminado por la posteriormente campeona Alemania. Perdió la final contra Portugal en la Eurocopa 2016, en la que fue anfitriona. Llegó a Rusia por la gloria. Repetir la hazaña, pero en esta ocasión ya no con la casaca holgada sino con saco y corbata. A veinte años del mayor honor de su vida, logró festejarlo con otra Copa del Mundo.

 

Argentina, técnico y táctico

Julián Rozencwaig

“El mundo virtual”, como señala el entrenador argentino, Jorge Sampaoli“te hace una persona descartable cuando perdés un partido”, pero simultáneamente existe una materialidad paralela denominada “mundo real, en el que las cosas se dicen de frente”.

En este último cosmos empírico, un pequeño grupo –y el más importante– corre por un objetivo disímil al de conjuntos políticos y económicos que con, justamente, estos fines, frecuenta en contra de esa minúscula agrupación que conforman jugadores y cuerpo técnico. Para satisfacer sus objetivos, utilizan, a veces, al mundo virtual.

Y es en el mundo virtual donde se necesitarían cancelar actividades rutinarias del mundo real por más de dos semanas para recolectar las profusas formaciones y los insólitos sistemas de juego que circularon y circulan aún en este momento (no importa cuando lea esto, aún después del Mundial de fútbol) sin un atisbo de seguridad ni chequeo que justificara o justifique su difusión.

En el mundo real, sin embargo, dos esquemas de once jugadores cada uno fueron suficientes para jugar dos partidos. En el mundo virtual, el delantero Cristian Pavón le pegó una trompada en el vestuario tras la derrota ante Croacia a Javier Mascherano, el subcapitán del seleccionado argentino y, entre tantos otros hechos inéditos de este universo, el plantel pretendió echar al oriundo de Casilda para que los dirija el manager, Jorge Burruchaga.

Pero en el mundo real, los futbolistas dialogaron con el seleccionador “en privado”, como manifestó Sampaoli en justificación a no publicar sus dichos, “con el afán de cada uno poner su granito de arena”, conforme a lo que admitió Mascherano y que representa un factor saludable para un equipo (porque al fin y al cabo es eso, un equipo) que se constituye, entre otras cosas, con comprensión mutua mediante comunicación verbal con la meta de trasladarlo al césped.

En el mundo virtual, millones de argentinos publican en detrimento de la Selección Argentina o, directamente, del país; en el mundo real, la pequeña delegación empuja a favor de todos esos millones. El mundo virtual y el mundo real, a veces, se cruzan para herir a los protagonistas y a su entorno que los rodea (familiares y amigos).

“(…) Cuando el objetivo y la camiseta que representamos es más grande que cualquier tipo de interpretación, vamos todos juntos unidos por ese fin”, dice el “Jefecito”, apodado de esta manera por su personalidad, soñando con que, por una vez dentro de tantas veces, un martes 26 de junio, los mundos se entrelacen con el fin de empujar para un mismo lado.

A luchar, mi amor

Catalina Sarrabayrouse

Alba Rueda es una luchadora, una mujer transexual de 38 años que tuvo que superar muchas dificultades a lo largo de su vida y el deporte llegó para mostrarle nuevos mundos donde la discriminación tampoco se queda afuera.

En 2013 trabajaba en la Secretaría de Derechos Humanos y fue en ese momento cuando el fútbol ingresó en su vida. Una compañera se dedicaba al fútbol femenino y organizaron un torneo que llevaba el nombre de distintas mujeres desaparecidas por la trata. Hasta ese momento la estigmatización de las mujeres trans en el deporte había funcionado como factor de expulsión para mantenerla lejos de las canchas, pero su debut le revolucionó el alma. A partir de ahí, comenzó a entrenarse en un parque detrás del Hospital Garraham junto a otras compañeras trans.

Alba milita desde hace mucho tiempo las causas de discriminación a las personas transgénero en la organización Mujeres Trans Argentina y logró formar una opinión firme en cuanto a lo que ocurre en el ámbito deportivo: “En el deporte como lo vemos ahora hay dos cuestiones: una es dónde se asienta culturalmente el hacer deporte. Se asienta en una base ideológica, de creencias. La base es que las mujeres no tenían fuerza, competitividad, desarrollo muscular, una cuestión biológica que era insuperable en la competición entre las personas, entre hombres y mujeres”, argumenta Alba.

A su vez, remarca que en el momento en que se piensa a las mujeres trans como hombres se dejan de tener en cuenta todas las modificaciones que realizaron en su cuerpo para ser mujeres: “La ingesta de hormonas te da otro tipo de desarrollo muscular, otro tipo de cuidados. Tener mamas por ejemplo, las intervenciones quirúrgicas te enlentecen en el deporte, en la natación o cuando corres, todo tiene un peso particular. Realmente jugamos con otras condiciones físicas que el resto de las competidoras. Es esta creencia de que las mujeres trans son hombres en términos de potencia, pero no ponen el hincapié en el desarrollo personal de cada una”, recalca Alba.

Otro problema que nota es la falta de normativas claras en todos los deportes ya que varias mujeres transexuales se han acercado a la organización con diversas problemáticas en cada práctica: “Circula una fortuna de dinero en el negocio del deporte y hay un lobby importante para que no se permita pensar la diversidad. Ese es nuestro diagnóstico y lo vivimos a partir de las experiencias y además concretamente de acercarnos a compañeras que dan cuenta de estas relaciones asimétricas y desiguales”, apunta.

El trabajo dignifica, reza uno de los axiomas peronistas y aquí radica una de las problemáticas más grandes que enfrentan las personas transexuales: la falta de oportunidades de trabajo. La gran mayoría tiene que optar por la prostitución ya que no tiene otra posibilidad: “La prostitución no es una libre elección nuestra, estamos expulsadas de nuestros ámbitos de trabajo y para llenarte la panza de comida tenes que pararte en una esquina. Es así de siniestro, no tiene muchas vueltas”, comenta con firmeza.

Alba es una mujer fuerte, con carácter y que día a día reafirma el lugar que le corresponde en todos los ámbitos, sobre todo en el laboral. No se deja prepotear, no tolera la discriminación ni los malos tratos en ningún lugar. Callarse, ignorar lo que ocurre o mirar para otro lado cuando nota que el respeto está siendo vulnerado no es una opción para esta mujer de valores firmes. A lo largo de los años sufrió distintos tipos de discriminación: en algunas ocasiones la contrataron en trabajos donde el crecimiento laboral era nulo; en su momento, cuando estudió Filosofía en la Universidad de Buenos Aires, le pidieron que dejara la carrera porque sostenían que nunca iba a poder ser profesora; y también día a día al momento de salir a la calle sufre el calor de las miradas juzgadoras, esas que le duelen más que cualquier palabra, las que la persiguen y no la abandonan ni de día ni de noche: “Yo veo un incremento de la violencia institucional, más violencia de la gente que se siente habilitada al insulto, a la agresión física, a la irritabilidad. No es la misma Argentina la del 2015 que la del 2017. Las cosas están empeorando de manera muy fuerte, la calle es más violenta y se lo atribuyo a distintos mensajes sociales, hay una habilitación política”, denuncia. Alba se fue de su casa cuando eligió mostrarse como mujer y a lo largo del tiempo, con el avance de la sociedad y con el esfuerzo de comprensión por parte de su familia, logró reconciliarse con ellos.

Hoy Alba elige no ser madre debido a toda la violencia que toleró en su vida y cree que son las vivencias las que nos constituyen como personas. La lucha por la igualdad, por las oportunidades y por una sociedad integradora no termina jamás para esta mujer que se para firme ante los temporales que la quieren derrumbar.

***

Boca, River, Huracán, Almagro, Independiente, Ferro… parece un listado de clubes por los cuales pasó algún crack argentino, pero no. Es la lista de clubes que discriminó a Celeste Lizarraga, una mujer transexual de 55 años que lucha por la inclusión en el deporte.

Quería jugar al fútbol, quería mostrar sus habilidades vistiendo la camiseta de algún club, pero de manera federada, algo que hasta ahora nunca pudo concretar y las razones jamás fueron claras. La respuesta solía ser la misma: “No podés jugar por edad”, le dijeron en Huracán, lo mismo en Almagro, en Independiente incluso le ofrecieron una beca, pero después retrocedieron. “Fui a muchos clubes, como Ferro que los enamoraba con mi juego, pero siempre surgía el impedimento de la edad”, recuerda Celeste.

El fútbol hace emocionar a millones de personas, lleva a otras tantas a realizar viajes impensados con tal de alentar a un equipo, les hace pagar apuestas impensadas, a despertarse en horarios alocados con tal de ver a su club en otro país con diferencias horarias incalculables, pero también ha hecho sufrir a otros tantos como ocurrió en esta historia. “Para mi es una forma de vida, una pasión. Amor no porque amor se tiene a una madre o a un padre o novia o novio. Es pasión. Mi meta es jugar en Primera de AFA para que las demás como yo no tengan esta problemática. Es el momento en el que soy feliz y me olvido de todos los problemas. Es cuando siento mucha paz y felicidad”, asegura.

La angustia la ha visitado en varias ocasiones, los impedimentos la frustraron, pero siempre supo levantarse después de cada caída: “Yo vine a este mundo con ese talento y cuando te impiden hacerlo buscando excusas que no existen, entonces te deprimís y te caes”, comenta con tristeza.

Celeste es hincha de Boca. Su ídolo máximo, su referente, su único héroe en este lío es Maradona y le hubiese encantado defender la camiseta de su club, pero tampoco pudo. “Busqué en los reglamentos y no hay límites de edad, es desde los 14 en adelante. En el INADI también buscaron los reglamentos y se dieron cuenta que no es la edad”, denuncia. Actualmente juega en distintas ligas como la Liga Jujeña ya que su familia vive allá y viaja asiduamente. Ahí compite junto a otras mujeres y disfruta de jugar el deporte que la apasiona.

La religión ocupa un lugar importante en su vida, es católica y cree que si está en el camino incorrecto Dios se lo dirá. Ante las distintas negativas que tuvo que enfrentarse eligió aferrarse a sus creencias religiosas para encontrar fuerzas y salir adelante. En cuanto a su elección sexual, Celeste asegura que se siente mujer desde muy chica: “Me siento mujer desde pequeña, ya nací pensando de esa forma, no me mostraba así por respeto a mis padres. A los 30 años comencé a mostrarme, no me acuerdo exactamente la edad”, recuerda. A los 18 años tuvo a su único hijo, a la hora de analizar su vínculo destaca el respeto y el fútbol también ocupa un lugar importante: “No sé si me apoyó. Lo que cuenta es que estamos bien y nuestro diálogo es bueno… él sabe de fútbol porque yo lo entrenaba”, recuerda.

Durante 7 años trabajó en las calles, hasta que llegó un día que no pudo hacerlo más y hoy asegura que prefiere morir de hambre antes que regresar a eso: “Un día vi que ya no aguantaba más estar con tipos y que era peligroso. Lo que ganaba se iba rápido y también le pasaban cosas feas a las mujeres y decidí no volver nunca más a la calle”, cuenta Celeste.

En los últimos meses su lucha avanzó y dio algunos frutos, pero aún no se concretó su objetivo final. La abogada del INADI que la representa dialogó con la presidencia de Huracán y existe la posibilidad de que si Celeste pasa las pruebas físicas pueda formar parte del equipo de fútbol femenino. El estado físico no es algo que la preocupe, ya que confía en su criterio a la hora de jugar: “Regular quiere decir que no quemo todo el estado físico de entrada. Además, yo juego de un solo toque como las profesionales de Europa o uno de AFA masculino”, asegura. Celeste confía en su juego, es segura de sus condiciones y sobre todo de sus habilidades: “Juego de enganche, de 10, soy zurda y mi estilo es como las o los brasileños. Pura samba y con mucha habilidad y fantasías”, cuenta orgullosa.

Cierra los ojos y sueña, imagina su futuro y sus deseos son concretos: quiere jugar en el torneo de AFA y ser entrenadora de fútbol femenino. Este último está más cerca de concretarse, pero mientras tanto sigue luchando por jugar al deporte que ama como lo que es: una mujer.

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Victoria Liendro juega al hockey y el proceso para federarse no fue sencillo aunque finalmente, después de una ardua lucha, lo consiguió y el año que viene podrá participar de la liga.

La adolescencia es una etapa de la vida bastante compleja, de muchos cambios y nuevas experiencias. Es un proceso de transición en el que se deja de ser niño y se pasa lentamente a formar parte del mundo de los adultos. Todo esto desequilibra y más aún si la persona no se siente a gusto con su cuerpo como fue el caso de Victoria: “Yo dejé de jugar en la adolescencia porque no me sentía parte de la rama masculina, mi identidad física no condecía con esa adolescente”, recuerda.

Luego de varios años retomó este deporte y hoy con 39 años se choca con distintas dificultades a la hora de querer federarse ya que le exigen una cierta cantidad de hormonas en sangre para poder competir: “Yo hablé con distintos miembros, pero la única salida que hicieron fue seguir al COI y exigirles a las mujeres transgéneros esos valores que son para deportistas olímpicos. Nosotras estamos jugando en categorías locales y en mi caso de segunda división que es el depositario de jugadoras que recién están empezando”, comenta la salteña con indignación.

La circular número 33 de la Confederación Argentina de Hockey dictamina cuáles son las reglamentaciones que las deportistas deben seguir para poder competir: “El nivel de testosterona total en suero debe permanecer por debajo de los 10 nmol/L a lo largo del período de elegibilidad deseado para competir en la categoría femenina”, es una de las reglas y Victoria a mediados de 2017 logró alcanzar estos valores, por lo tanto el año que viene podrá competir de manera federada. Según cuenta, las formas de adquirir los valores requeridos son: “Haciéndome la reasignación de sexo o por bloqueo químico que es bloqueando la producción de testosterona en sangre con anti andrógenos”, explica y añade que la reasignación de sexo implicaría dejar de producir testosterona por completo, hormona que es necesaria para la calcificación de huesos y por eso no la considera como la mejor opción.

Victoria asegura haberse sentido muy sola durante este período: “No tuve apoyo absolutamente de nadie acá en Salta. Ni desde los políticos, yo pensaba que desde allí se podía destrabar esto, es vox pópuli que los estados financian las entidades deportivas y por eso pensé que iba a ser una manera de destrabarse. Ni siquiera la gente de Derechos Humanos de las provincias, ni los colegios de abogados de género, la Secretaría de deportes de la provincia, y eso que yo formo parte del Directorio de Diversidad de la Municipalidad de Salta”, aclara.

A la hora de analizar su historia remarca que las instituciones tienen una gran responsabilidad en la marginación de las personas transexuales. En muchos casos, la familia no acepta la decisión, pero en su caso no fue así. Su madre quedó viuda a los 32 años y tuvo que salir adelante con tres hijos sin importar cuales fueran sus decisiones sexuales. Una institución fundamental es la escuela y muchas transgéneros han tenido que dejar de asistir por la discriminación o por no encajar en los canones estipulados dentro de la institución: “La media de las compañeras trans ni siquiera tienen la posibilidad de hacer un CV porque no han terminado la escuela secundaria. Muchas no tienen la posibilidad de llegar a la entrevista, muchas fueron expulsadas de sus hogares, la cuestión laboral es una deuda pendiente del Estado”, apunta Victoria.

Hasta que consiga federarse, Victoria juega amistosos con su equipo, Central Norte, y busca romper con ciertos estigmas: “Que se saquen esta idea de que somos personas superpoderosas, que pegamos y rompemos la bocha, que matamos, golpeamos y que con un simple roce vamos a voltear a una mujer a 5 metros”. Victoria busca su lugar en el hockey y aunque suene el silbato que da fin al partido, ella seguirá luchando por la igualdad.

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“Cuando hacés la entrada en calor las hinchadas te dicen: ‘¿qué hace jugando un hombre?'”, con este tipo de comentarios convive Brisa Denise que supo sortear la discriminación y hacer oídos sordos a las rivales. Actualmente tiene 30 años y participa de dos ligas de fútbol no federadas en Salta.

En algunas ocasiones tuvo que sortear obstáculos para poder jugar: “Me decían que no podía jugar por lo físico, porque tengo muchas siliconas y hasta el día de hoy estoy limitada un poco a correr, no puedo hacer mucha fuerza”, relata Brisa.

A la hora de analizar los motivos por los cuales no forma parte de una liga federada apunta que la discriminación comienza por ella misma ya que no lo ha intentado por miedo al rechazo. El fútbol forma parte de su vida de manera recreativa y tuvo distintos trabajos: “Después de terminar el secundario mi trabajo fue en la calle, hice un terciario en administración de empresas, pero quería tener pechos y esas cosas y por eso comencé en las calles”, recuerda Brisa. Durante siete años trabajó en las calles hasta que su pareja de ese momento le pidió que no continuara y ahí se dedicó a la peluquería.

Lentamente se anima a dar pasos más grandes y tiene nuevos proyectos para el 2018: “El año que viene quiero estudiar enfermería para poder trabajar, es la primera vez que voy a presentar un Currículum”, comenta con esperanza.

El fútbol es una manera de escapar a sus problemas. Al conectarse con la pelota emprende un viaje donde las preocupaciones, la discriminación y los obstáculos quedan en el olvido por un rato.

Si Messi se cae, todo alrededor se cae

Julián Rozencwaig

Poco menos de una hora para las 15 y el centro porteño argentino ya daba indicios del contexto venidero sin tener en cuenta el resultado y la desazón que podría generar el 3 a 0 en contra. Dos mujeres, una de ellas vistiendo una bufanda celeste y blanca con el escudo argentino estampado, miraban vidrieras. Otro esperaba cruzar la calle con la camiseta que en su espalda registraba el 10 bajo el grabado “Messi”. En el colectivo, un nene, sentado detrás del conductor con una tira colorida bajo los tonos de la bandera nacional colgando de su hombro izquierdo, pataleaba, quizás, de la ansiedad que inoculaba disfrutar un partido de fútbol de Argentina con goles lujosos y proezas típicas de un soñador.

Goles y proezas que no sucedieron en ningún tramo del partido para el lado argentino. Cuatro disparos al arco fueron suficientes para tres tantos croatas; mientras que seis del conjunto dirigido por Jorge Sampaoli no lograron ningún porcentaje de efectividad. El concepto de juego que el oriundo de Casilda anheló y manifestó desde su asunción a partir del primero de junio de 2017 no fue transmitido en el campo de juego ante Croacia.

Un funcionamiento que no estuvo lo suficientemente aceitado para plasmar en esta instancia ante un equipo que demostró totalmente lo contrario: aptitud para afrontar el contexto y el rival. ¿Falta de trabajo? Zlatko Dalic, director técnico croata, asumió el plantel que hoy entrena cuatro meses después de que lo haga Sampaoli en la Selección Argentina.

“Jugar por abajo y protagonizar”, como el entrenador de 58 años comunicó cuando dirigía a Chile durante una conferencia de prensa previa al partido ante Ecuador por la Copa América en junio de 2015, parece una opción inviable para este equipo en el transcurso de la competencia y espinoso para las selecciones identificadas con conceptos lúdicos idénticos o similares (caso España: empate ante Portugal y victoria laboriosa frente a Irán por la mínima).

“El secreto está en creer en la capacidad individual y, sobre todo, creer en la estructura colectiva. Si uno tiene un mal día individualmente, hay que descansar en el conjunto”, le afirmó Sebastián Beccacece, ayudante de campo del conjunto nacional, al diario Clarín el 16 de enero de 2017, cuando entrenaba a Defensa y Justicia. Aplicado a su función actual, Messi tuvo un mal día individualmente y el equipo no ayudó.

“Si el amor se cae, todo alrededor se cae”, dicen en una de sus canciones Los Cafres, una de las bandas favoritas de Lionel Messi según sus manifestaciones al canal de la FIFA, previo al inicio de la Copa del Mundo. Y si Messi se cae, todo alrededor se cae.