domingo, octubre 13, 2024

Julio Libonatti fue el principio de todo

Por Santiago Oviedo

30 de octubre de 1921. En la Plaza de Mayo, los argentinos están festejando la obtención de su primer Campeonato Sudamericano, ese torneo continental que, desde su creación en 1916, nunca habían podido obtener. El jugador que es llevado en andas, cual ídolo popular, es Julio Libonatti. De los 8 goles en 15 partidos que metería en total con la albiceleste, acababa de meter el más importante: fue contra Uruguay en la cancha de Sportivo Barracas en el minuto 57, y significó la obtención del primero de los 14 campeonatos continentales. No obstante, lo que no sabía este jugador es que cuatro años más tarde será el protagonista de un hecho que cambiaría la historia del fútbol.

Nacido en 1901 en Rosario, podía ocupar cualquier puesto de la delantera. En años en que los campeonatos nacionales solo se jugaban en Buenos Aires, este jugador de Newell’s Old Boys era muy conocido por la calidad futbolística que tenía, lo que le valió ser convocado para los Campeonatos Sudamericanos de 1920, 1921 y 1922. En el país todavía se cultivaba un fútbol amateur, de amor por la camiseta, aunque algunos jugadores ya tenían algunos sueldos. Era la época conocida como “Amateurismo Marrón”. Libonatti, “El Potrillo” o “El Matador”, como era apodado, había debutado en 1917, con solo 16 años, en la Copa Nicasio Vila, la primera división de la Liga Rosarina. Con Newell’s ganó esta competencia 3 veces en total: 1918, 1921 y 1922, y también consiguió la Copa Ibarguen en 1921, de alcance nacional. Ese Newell´s tuvo la primera gran delantera de su historia, de esas que algunos memoriosos repiten: Celli, Badalini, Libonatti, Saruppo y Francia, todos integrantes de la selección.

A fines de 1919, junto a su hermano y su padre – contratista de la obra – , contribuyeron a la construcción de una popular en la cancha de Newell’s. A esta se la conoció como la “Tribuna Libonatti” o también la “Tribuna Roja”, por el color que tenía, hasta que la demolieron en 1971 para la construcción de una segunda visera. Actualmente allí se encuentra la Tribuna Diego Armando Maradona.

Las crónicas dicen que en 1925 el entonces presidente del Torino, Enrico Maroni. quedó fascinado cuando lo vio en un partido contra Tiro Federal, en el que hizo 2 goles. En esa época solo aquellos que poseían la nacionalidad italiana podían jugar en la liga, y Libonatti la pudo obtener porque sus padres eran inmigrantes nacidos en ese país y, de esta manera, se convirtió en el primer jugador nacido en el continente americano en haber sido transferido a un club europeo. Varios clubes, italianos en un principio y de todo el continente después, imitaron este accionar y comenzaron a contratar jugadores sudamericanos.

En Torino se convirtió en ídolo. En la actualidad, con 152 tantos, es el segundo máximo artillero del club. Fue la figura del equipo cuando obtuvieron la liga de 1927/1928, haciendo la friolera de 35 goles en 34 partidos. Libonatti tenía un tiro de puntín al centro de la pelota que generaba fuertes remates, algo que en Italia nunca se había visto y que hacía que el público quede impactado.

Sus grandes actuaciones lo llevaron a ser pionero: fue el primer argentino y extranjero en jugar para la selección italiana, algo que años más tarde harían jugadores como Luis Monti, Raimundo Orsi, Humberto Maschio y el mismísimo Enrique Omar Sívori, entre muchos otros. Debutó con la azzurra en 1926 y 4 años más tarde ganó la Coppa Internazzionale, la antecesora de la Eurocopa.

Se fue del Torino en 1934 para jugar en Genoa, club con el que obtuvo un ascenso a la Serie A aunque, debido a unas lesiones, su nivel decayó y ya no volvería a ser el mismo. En 1936 fue contratado por el Rimini de la tercera categoría para ser jugador y técnico, pero no disputó ningún partido porque el físico no le daba y su equipo terminó quinto. Fue su única experiencia como DT.

Años más tarde volvió a su Rosario natal, donde falleció el 9 de octubre de 1981. Consigo se llevó el haber sido el primer americano que jugó en una selección europea y el precursor de las transferencias internacionales, del sueño de jugar en Europa y por sobre todas las cosas, el jugador que le dio la primera Copa América a Argentina.

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