sábado, septiembre 7, 2024
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Alisson Becker: el brasileño que ataja para su hermano

Nahuel Gala (@NahueGala)

Tiempos difíciles atravesaba La Canarinha luego de aquel 7 a 1 que Alemania sentenció en Belo Horizonte el 8 de julio del 2014. Las calles estaban repletas de hinchas desilusionados y miles de futbolistas que veían a su seleccionado caer en casa ante el futuro campeón del mundo. Lo que no sabían era que, al año siguiente, un arquero formado en las inferiores del Internacional de Porto Alegre haría su debut en la mayor de la verdeamarelha y que, gracias a su hermano, hoy defiende los colores de su nación en una Copa del Mundo. El joven guardameta que era denominado como “pequeñito” y que en la escala métrica de jugadores de las juveniles brasileñas estaba en la segunda etapa cuando el resto de sus compañeros lo hacían en la quinta, que creció de 170 a 187 centímetros en un año cuando tenía apenas 16, defenderá su arco y lo hará con énfasis a todo lo que atravesó junto a su hermano a lo largo de su infancia y adolescencia.

Muriel Becker, hermano de Alisson, es cinco años más grande que el actual portero de la selección mayor de fútbol masculino. Los Becker son una familia que le rinden fiel homenaje a esta posición en el fútbol: su madre era arquera en el equipo de handball cuando asistía a la escuela secundaria, su bisabuelo lo fue en un club de fútbol amateur en Novo Hamburgo, su ciudad natal, y su padre lo fue para el equipo de su compañía. Alisson retrata el fiel y salvaje estilo que su papá tenía cuando, junto con Muriel, lo iban a ver en los partidos y entrenamientos. Pero lo más importante es saber quién es el menor de los Becker y por qué se perfiló para defender el puesto que toda su familia tenía asignado: cuando jugaba con su hermano mayor lo hacían ir al arco porque era el más bajo de todos y, por defecto, debía ser el arquero porque esas eran las reglas. Desde ese entonces, nunca salió de los tres palos. Una mañana del 2002, Brasil era campeón por quinta ocasión en su historia y Alisson, muy conmovido y entusiasmado expresó ante Muriel: “Esto es lo que voy a hacer: voy a jugar para Brasil, voy a ir a la Copa del Mundo y la voy a ganar”.

Cuando se desempeñaba como juvenil en las inferiores del Inter de Brasil, se esforzó a flor de piel, pero no lograba la titularidad. Su hermano era compañero y contrincante del puesto que estaba en juego. Siempre venía un arquero más alto y mucho más fuerte que él y acababa con sus ilusiones en un instante. A los 14 años recordaba cuando Muriel jugaba en competencias como la Copa Nike y cuando salió mejor portero del torneo.“Yo también quiero uno”, sostuvo un joven Alisson que ni siquiera había debutado en primera división. Su técnica se pulió con el correr de las temporadas y cada vez era más largo y más hábil en el mano a mano y en la volada. Creció madurativamente y eso se vio reflejado en sus actuaciones hasta que a los 16 años fue citado a la Sub-17 de La Canarinha. Su tío y su abuelo lo habían llamado por teléfono para comunicarle la noticia, pero él no les creía y tenía que verlo con sus propios ojos. “Corrí por 30 minutos desde la playa hasta mi casa para poder ir a la computadora y consultar el sitio web oficial de CBF. Entré a la página y ahí estaba: Alisson Becker. Realmente me habían llamado”, le confesó a The Players Tribune.

Cuando cumplió 20, debutó oficialmente con el Internacional y, a los 22, para Brasil. Pero Alisson sabe bien que todo se lo debe a su hermano mayor. El esfuerzo empeñado por ambos fue fundamental para que crecieran futbolísticamente y, a pesar de que eran súper competitivos los dos, siempre se alentaban el uno para el otro. “Cuando estaba cansado, él me decía: ‘¡Vamos hermano, vamos a hacer algo más!’, y lo hacía”, contó el actual portero de la Roma. En cambio, cuando Muriel era quien se cansaba de entrenar, era el turno de Alisson para motivarlo: “¡Movete, viejo! Mirame, soy solo un niño y todavía te estoy golpeando”. Dos hermanos, dos arqueros, dos compañeros de vida. Desde que Taffarel atajó el último penal en la definición por la pena máxima en Francia 1998 contra Holanda en semifinales, ambos quisieron ser como él y como su padre. Hoy, Alisson es arquero de la verdeamarelha y defiende los colores de su país como nadie. Además de atajar los remates de sus rivales, lo hace pensando en su hermano como motivación.

A pesar de haberlo tenido como rival en el puesto en su momento, nunca dejó de alentarlo, y eso lo marcó para siempre. Cada atajada que haga en Rusia 2018 también será de Muriel.“Mi éxito es tu éxito, porque somos parte de la misma historia. Y, por eso, siempre estaré agradecido” firmó el arquero que supo consagrarse campeón en el Mundial Sub-17 disputado en Chile en el 2009, un año antes de que Brasil fuera eliminada en cuartos de final ante la subcampeona Holanda por 2 a 1 en la Copa del Mundo de Sudáfrica. Casi nueve años más tarde, y con todo un recorrido que presenció crecimiento físico, mental, y que tuvo influencias familiares y una motivación fundamental por parte de su hermano mayor, Alisson es el flamante arquero titular de la selección brasileña de fútbol y está entre los ocho mejores del actual Campeonato del Mundo.

Caemos para aprender a levantarnos

Nahuel Gala @nahueGala

Parece como si el clima de la Ciudad de Buenos Aires se contagiara de lo que sentimos en este momento. Como si el gris que se disipa por la Capital Federal se confundiera con la tristeza de que la Selección Argentina quedara eliminada nuevamente de una Copa del Mundo. Pero el fútbol de nuestro país pide a gritos una reestructuración urgente, con una idea clara y un proyecto que seguir.

Respetando plazos, pensando a futuro, apostando por juveniles, que lo inmediato no ocurra tan prontamente, que se prepare, se piense, se analice y se ejecute. Argentina es un conjunto plagado de estrellas que representan de la mejor manera posible a esta nación a lo largo y a lo ancho del planeta. Lamentablemente, llega un momento en el que los resultados no se dan y el ansiado deseo de victoria enceguece la realidad.

Tanto querer levantar un trofeo, tanto querer estar en la cima, que se desvía el foco principal: el proceso. Uno que murió cuando José Pékerman dejó el cargo de entrenador tras caer en cuartos de final del Mundial de Alemania 2006. Famoso por su formación de novatos junto a Hugo Tocalli, su asistente, lograron que la albiceleste se afianzara con el título en los Campeonatos del Mundo Sub-20 de 1997, 2001, 2005 y 2007. La mayor, desafortunadamente, no logra una copa internacional desde 1993. Un cuarto de siglo sin consagrarse.

A la hora de regenerar esa semilla perdida, hay varios equipos que se pueden tomar como grandes ejemplos para imitar. Para empezar, es necesario tener una organización fundamental en la Asociación del Fútbol Argentino, algo que no sucede porque además de que fue intervenida hace unos años, los escándalos con respecto al sueldo de los jugadores generaron un contundente paro de futbolistas en su momento. Si cada uno tira para su lado es muy complicado salir a flote. Asimismo, la función de los más jóvenes es indispensable.

De los últimos cinco Mundiales Sub-20, en Rusia estuvieron presentes solo dos integrantes de aquellos planteles: Nicolás Tagliafico (2011) y Cristian Pavón (2015). En cambio, Uruguay, por ejemplo, aportó once. Entre ellos Martín Campaña (2009), Nahitan Nández(2015) y Rodrigo Bentancur (2017).

Organizar la futura camada es muy importante. Educar entrenadores, dirigentes, futbolistas, preparadores físicos, ayudantes de campo, puede servir para que lo cosechado rinda sus frutos. La Federación Alemana de Fútbol aporta un gran respaldo a sus 36 clubes de élite (18 de Bundesliga y 18 de 2. Bundesliga, segunda división profesional) para que fomenten la educación amateur a jugadores hasta la categoría Sub-21. Los directores técnicos de las categorías Sub-9 hasta Sub-19 obligatoriamente deben ser full time.

Los teutones son los principales artífices de seguir una idea sin derribarla en el largo camino que conlleva: en la Eurocopa del 2000, disputada en Bélgica y Holanda, cayeron en fase de grupos por primera vez en su historia. Luego perdieron la final de la Copa del Mundo de Corea-Japón contra Brasil 2 a 0. En el Campeonato Europeo de Portugal 2004 volvieron a caer en primera ronda. Fue así que, en el Mundial del 2006, albergado en su nación, terminaron en el tercer puesto.

Dos años más tarde, en la Eurocopa de Austria y Suiza cayeron en la final ante España 1 a 0, resultado que se repetiría en las semifinales de Sudáfrica 2010 en Durban Stadium ante el mismo rival. En Ucrania y Polonia, donde se celebró el Campeonato Europeo del 2012, también sufrieron la caída en esa instancia, esta vez a manos de Italia. No dejaron de creer y de seguir su proyecto. Finalmente, en Brasil 2014, alzaron la Copa del Mundo en el Maracaná.

Joachim Löw, entrenador desde el 2007, no bajó la cabeza y siguió al mando ante tantas derrotas pero que trajeron lo que deseaba. Hace once años es quien dirige a Die Mannschaft y renovó contrato hasta finalizar Qatar 2022. En este milenio, Alemania tuvo solo cuatro: Erich RibbeckRudi VöllerJürgen Klinsmann y Löw.

Argentina, en cambio, tuvo nueve entre Marcelo Bielsa (asumió en 1999) y Jorge Sampaoli. Un estilo diferente como el inglés sigue esta línea de restauración e ideología de recambio hace ya tiempo.

En Alemania 2006 cayeron con Portugal en octavos de final con la recordada expulsión a un inocente y joven Wayne Rooney que los dejó con uno menos hasta que, tras 120 minutos, Ricardo (arquero portugués) paró tres penales y le dejó servida la serie a un Cristiano Ronaldo de 21 años que sellaría la clasificación y eliminación de los británicos anotando desde la pena máxima que definió la serie.

De ahí a Sudáfrica 2010 pasaron cuatro temporadas, jugadores mucho más maduros de mente y edad: Frank LampardSteven GerrardJohn Terry y una selección con un promedio de edad de más de 28 años entre 23 convocados. Inglaterra quedó eliminada en octavos contra el conjunto de Löw por 4 a 1.

Roy Hodgson, entrenador inglés en Brasil 2014, reforzó con nuevos jugadores un plantel plagado de leyendas indiscutibles pero que estaban en las últimas con la camiseta de Los Tres Leones. De todos modos, quedaron afuera en primera ronda en el grupo que compartieron con UruguayItalia y la sorpresiva Costa Rica que llegó a estar entre los ocho mejores. Tras tantas caídas, y al quedar eliminados en octavos de final de la Eurocopa de Francia 2016 contra la histórica Islandia, el reclutamiento de jóvenes comenzó.

En el 2017, Inglaterra logró la Copa del Mundo Sub-17 y Sub-20, el Campeonato Europeo Sub-19 y el Torneo Esperanzas de Toulon en Francia. Jugadores como Trent Alexander-Arnold (19) del Liverpool, Ruben Loftus-Cheek (22) del Crystal Palace, Marcus Rashford (20) del Manchester United, Dele Alli (24) del Tottenham Hotspur y Raheem Sterling (23) del Manchester City integran los citados por Gareth Southgate para dar frescura y energía a un equipo que carecía de juventud hace años.

Estas naciones europeas dieron la nota por estructurar sus divisiones inferiores y organizar el fútbol con proyección mirando hacia adelante, que es todo lo contrario a Argentina. De todos modos, nunca es tarde. La reconstrucción es posible si la AFA está dispuesta a que suceda. Queda en manos de los dirigentes que se renueve la manera en que nuestro amado deporte consiga reabastecerse ya que quedó en añicos tras el 4 a 3 sufrido ante Francia en octavos de Rusia 2018.

Indudablemente, los entrenadores y jugadores que vengan de ahora en más también deberán ser respetados como parte del proceso dirigencial y futbolístico que se sugiere que haya. Hace rato que la Selección no gana un título oficial, pero para estar en la cima primero hay que saber estar al borde del abismo y ponerse en cuestión por qué las cosas no vienen saliendo como se espera.

Darse cuenta de que no todo va por el lado de tener al mejor jugador del mundo sino saber complementarlo con juveniles que, a futuro, ganen experiencia y afiancen un grupo en temporadas por venir. Es hora del recambio, sin echar a nadie, solo enfatizarse en quiénes cumplieron un ciclo y le dejan lugar a los más jóvenes y quiénes todavía tienen cuerda para seguir guiando a este conjunto a la gloria que se les niega hace 25 años.

El villano favorito se llevó la NBA

Por Nicolás Bruno @NicoJBruno

Lo consideraron el villano, el traidor, la bomba que destruyó la liga. Lo llamaron cobarde, liviano, débil. Lo odiaron quienes lo amaban, le faltaron el respeto quienes lo admiraban. Lo insultaron quienes lo aclamaban, quemaron su camiseta quienes decoraban su casa con su vestimenta. Pero eligió, por primera vez. Y se consagró campeón de la NBA.

Kevin Durant decidió abandonar su Oklahoma City el 4 de julio del año pasado. El día que todos los ciudadanos norteamericanos celebraban su Día de la Independencia, él se independizó de su hermano Russell Westbrook, y también liberó de todos los fantasmas a Golden State: se enfrentaría a lo que sea con tal de conseguir el Larry O´Brien.

Analizar a los Warriors, merecido ganador de las Finales de este año, es el objetivo. Y la introducción con los dos párrafos anteriores, la herramienta. ¿Por qué? Sencillo: el sobrehumano que desequilibró la balanza para la Bahía de San Francisco tiene nombre y apellido, y fue el MVP de la final.

Hace dos años, el revolucionario rendimiento de Golden State y la heroica temporada de Steph Curry los llevaron a pelear por su primer campeonato. Se veía una identidad similar a la de San Antonio, con conexiones ofensivas dignas de FIBA, la búsqueda del mejor compañero abierto y un gran aporte de la banca, pero con una dinámica ofensiva admirable y el tiro de tres puntos como su arma letal. Ya eran favoritos antes de las lesiones de Kyrie Irving y Kevin Love, pero con Cleveland diezmado no hubo quien los detuviera.

Al año siguiente la convicción de su identidad no debía por qué verse cuestionada luego del título. Sin embargo, lejos de ponerse en duda, se perfeccionó. Esta vez sí con un Curry de otra galaxia, y el récord de 73-9 en sus hombros, comenzaban la postemporada. Pero su héroe se lesionó y llegó tocado a las Finales, donde también Draymond Green cometió un par de errores de conducta y fue sancionado. Con Cleveland entero, el más poderoso LeBron James consiguió lo que nadie antes: remontar un 1-3 en las Finales y ser campeón con los Cavaliers.

Todo fue historia, y se especulaba con que se repetiría, hasta que llegó él y formó la liga de los villanos que desafiaría al hoy superhéroe de la NBA, LeBron, que hasta hace unos años era el malo de la película. Todo fue historia hasta que el traidor, el tibio, el odiado por el amor que había causado y el no respetado por la admiración que había generado, eligió cambiar la liga, una vez más.

En esta oportunidad el juego de Golden State se perfeccionó con tanta rapidez, que provocó el rechazo de muchos, al considerarlos cobardes. Se convirtieron en el Escuadrón Suicida, pero para enfrentar equipos terrestres. Sólo en Ohio se erguía el vigente campeón, y los villanos estaban armados específicamente para esa batalla. Otra vez no podían fallar, y armaron un “súper-equipo”, para ser comparado con los Celtics de Bill Russell y los de Larry Bird, el Showtime de los Lakers de Magic Johnson, o los Bulls “72-10” de Michael Jordan.

Sortearon obstáculos con simpleza, como el choque de protagonismo en la ofensiva entre el líder del escuadrón, Curry, y el temible Durant. Si bien el rendimiento del equipo no era cuestionado, sí la actuación del último Jugador Más Valioso, quien no conseguía desencadenar toda su magia. Un par de retos de Green acomodaron al nuevo en la ofensiva, pero principalmente en su propio aro, donde el primer mes se concedió una importante cantidad de puntos del rival a pesar de las victorias.

Paradójicamente fue la lesión del oriundo de Washington la que los convirtió en una máquina casi invencible. Sufrieron un par de derrotas consecutivas, bajo rendimiento y sequía ofensiva. No obstante, cuando Curry logró volver a ser él mismo, nunca dejó su protagonismo, y el terror que se había generado cuando los fanáticos se imaginaron a cuatro All-Star conviviendo en el mismo quinteto se hizo realidad.

Para la postemporada, el Escuadrón Suicida estaba preparado: Kevin Durant logró incorporarse al ritmo de los Warriors de Steph Curry, su capitán. Y así, compartiendo el liderazgo y la brillantez, Klay Thompson cedió protagonismo cuando fue necesario, y se avocó en defender el perímetro, al igual que Green la pintura. El sistema perfecto había conseguido que todas sus piezas se ubiquen sin flaquezas, y la escoba comenzó a barrer…

Doce triunfos seguidos, cuatro frente a cada rival, Portland, Utah y San Antonio, los depositó frente a frente, una vez más, con LeBron James. Los dos mejores equipos por primera vez se enfrentarían en plenitud. Pero el Rey y sus soldados, acostumbrados al poder anterior de Golden State, no pudieron con quien estaba destinado a ser el villano favorito.

Una mezcla entre la sed de revancha de los Bulls de Jordan frente a Detroit, el coraje y espíritu defensivo de aquellos Bad Boys y el Showtime de los Lakers fueron el repertorio que demostraron los malos frente a los buenos, en los primeros tres partidos. La liga entera, los fanáticos y el periodismo que se había mostrado indignado por la formación de un “súper-equipo” querían justicia.

Y así el Rey, uno de los héroes más poderosos de todos los tiempos, tenía que realizar lo imposible. La maldición que el día que sea rota marcará un hito en la historia de la NBA: los 0-3 no pueden revertirse. Y a pesar de un gran nivel de Irving y JR Smith en los últimos encuentros, fue inútil. Fue 4-1, y esta vez ganaron los villanos, o por lo menos así quieren apodarlos.

¿Son realmente villanos Curry, Thompson y Green cuando resignaron dinero, minutos, puntos y liderazgo para que llegara uno de los mejores anotadores jamás vistos para ser campeón? ¿Es realmente villano Durant, quien desde los 8 años sueña con salir campeón, por haber dejado a Oklahoma luego de 9 años, cuando el Thunder se esmeró para desarmar una gran plantilla que estuvo cerca en 2012 y esta fue la primera vez que pudo elegir su destino por ser agente libre?

El superhéroe no flaqueó, flameó su capa con la 23 en la espalda en Oakland y Cleveland. Utilizó todos sus trucos, todas sus armas. Peleó hasta su último suspiro y se convirtió en el primero en promediar un triple doble en Finales. LeBron James no pudo con dos Jugadores Más Valiosos que priorizaron el éxito deportivo antes que el económico y la popularidad. Steph Curry volvió a ser campeón, se redimió con una actuación brillante en los cinco partidos y mostró su hegemonía. Pero Kevin Durant, de los jugadores con más recursos en la historia de la liga, tenía que tener sus Finales. Se las debía. Y esta vez, fue el villano favorito.

“Yo me quiero sentar en la mesa del otro equipo”

Por Carolina Belardo

Almirante Brown es uno de los 28 clubes afiliados a la Asociación de Fútbol Argentino que pertenecen a MACFUT (Mujeres Asociadas a Clubes de Fútbol). Cuentan con una Comisión Directiva, un Comité de Disciplina, reglamento de convivencia y distintas comisiones con sus respectivas actividades (Prensa, eventos, Tercer Tiempo). Cada dos meses tienen encuentros en los cuales se capacitan.

Brown pertenece al Comité de Disciplina con Colón, Vélez, y Banfield. Junto a Racing, Newell’s, Lanús, Morón, Banfield e Independiente se encargan de el “Tercer Tiempo” luego de las jornadas de las inferiores con los equipos rivales. “En el club trabajamos todo lo que tenga que ver con lo social, por eso elegimos esta actividad. La Comisión Directiva nos autorizó desde el principio”, cuenta Gabriela Faria, directora de la Comisión de Mujeres de Almirante Brown. También explica que integran MACFUT con el propósito de que el género femenino pueda representar al club, pero asegura que para eso hay que prepararse. “Estamos capacitadas pero hay que demostrarlo”, destaca.

El “Tercer Tiempo” es un espacio para que los niños de inferiores aprendan que el fútbol es un juego que deben vivir sin violencia. Una vez finalizados los encuentros deportivos entre las escuelas de fútbol de las distintas instituciones, los equipos comparten una merienda, escuchan música, y generan un espacio recreativo para enseñar a valorar al adversario y entablar relaciones. En Almirante Brown se compartieron dos “Tercer Tiempo” desde que arrancó el año. El primero fue con Barracas, y contó con la presencia del ex jugador y actual entrenador de la reserva, Carlos Zavaleta, quien compartió unas palabras con los presentes.

El segundo fue con el Club Deportivo Morón, su eterno rival. “Lo decidimos porque creíamos, entre todas, que era muy importante hacerlo con nuestro clásico”, cuenta Solange Antunia, integrante de la Comisión de Mujeres. Los jugadores Ivan Fassione de Almirante y Nicolás Martínez de Morón, estuvieron presentes compartiendo experiencias y destacando el juego limpio. “Es muy importante el apoyo de los jugadores porque muchos niños se ven reflejados en ellos”, dice Sandra Gerez, otra integrante.

Participaron del mismo las categorías 2005, 2006, 2007, incluyendo a los que no estuvieron citados. “Mi idea es que todos puedan asistir”, expresa Faria. Brown Social también colaboró. Las chicas destacan un momento en el que uno de los niños dijo: Yo me quiero sentar en la mesa del otro equipo, la idea es la unión. “El reconocimiento es muy reconfortante para nuestro trabajo” agrega Gerez. “Terminamos muy contentas y nos sentamos a tomar mates pensando en los próximos encuentros”, finaliza Antunia.

El trabajo realizado por las mujeres es a voluntad. Para pertenecer a MACFUT pagan una cuota de $200. Fuera de la organización también realizan otras actividades: creen que la psicología y la alimentación en los niños es fundamental. Junto a Brown Social y las chicas que trabajan en el merendero, festejaron el día del niño con la participación de todas las familias. Cuando lo ven necesario, sin importar el día o la hora, se quedan hablando con cualquier chico que lo desee.

Gabriela Faria sostiene que con capacitación lograrán dejar bien representado al género femenino desde la comisión, mientras que Sandra Gerez y Solange Antunia consideran que con el esfuerzo de todas podrán cumplir con el objetivo. Erradicar la violencia en el mundo del fútbol, respeto mutuo, valores, y bregar por una mayor participación en las comisiones directivas son las metas a las que estas mujeres quieren llegar con el correr de los años.

Viaje al interior de Brian Sarmiento

por Juan Manuel Rico @ManuRico98 y Cintia Aldana Perpetua @cintiaaldanaper

Quiere ser recordado como un “chico feliz”, es amante de la música y jugador de actualidad gratificante que explotó en Banfield al pelear el campeonato. Así, Brian Sarmiento le contó sus vivencias a El Equipo en un mano a mano.

Un pibe de 17 años que conllevaba con sí el sueño de ser jugador de futbol. Un rosarino lleno de objetivos que cumplir, en Argentina o en donde fuese, que sufrió las problemáticas del fútbol local y se alejó de Estudiantes de La Plata para ser parte del mundo deportivo de España, aunque no todo salió de 10.

El excapitán de la Sub 17 -año 2007- llegó, a sus 14 años al club de la capital de Buenos Aires gracias a Claudio Vivas, quien logró convencerlo de que dejara de lado al equipo de Núñez, el cual insistía por él. “Decidí ir a Estudiantes por el trato que a mí me dieron, fue una experiencia muy linda”, expresó Brian.

Aun siendo la promesa del fútbol argentino, no llegó a un acuerdo económico con el Pincha y opto por Racing de Santander. Sin embargo, el equipo español no pudo utilizar de gran manera a Sarmiento ya que Estudiantes de La Plata pidió la intervención de FIFA por el derecho de formación. “Me hubiera gustado irme con más experiencia y mejor acompañado”, remarcó el volante de Banfield. Aunque dejó en claro que, si hubiera tenido la posibilidad habría elegido triunfar en Estudiantes desde joven, donde él se sentía “bien”.

No todo sucedió de la mejor manera, pero luego de conseguir más minutos en el suelo europeo, el joven, que también ahora es cantante, pudo diferenciar al fútbol local y dejó en claro qué “es una locura que solo se vive acá”, y a diferencia del otro continente: “Allá se escuchan 10 o 20 personas detrás del arco, y los demás comiendo pipas, hasta se escucha el ruido de cuando las cortan, jaja”.

Con respecto a su vuelta al fútbol argentino, dijo: “Extrañaba el sentirme jugador, ir a la cancha custodiado por la policía. Que terminé el partido y te puteen”. A su vez insistió con que el fanatismo es muy fuerte y que siempre, en algún momento, el jugador se plantea el “¿Por qué volví?”, aunque remarcó que “son cosas con las que uno convive y la verdad que a mí me gusta”.

No solo el fútbol es su pasión sino que la música lo acompaña día a día. En su paso por España vivió experiencias musicales, las cuales fueron inolvidables para él, como el haber conocido a Bono, cantante de U2. En 2009, uno de sus compañeros de equipo, Gerard Lopez, lo invito a la fiesta de cumpleaños de “un amigo” y esa misma noche volaron a Mónaco. Al llegar a la fiesta, la cual se realizó en un barco, su compañero del Girona de España le presento al cumpleañero. Tras dicha acción, Brian le pregunta a su amigo: “Che Gerard, le veo cara conocida ¿Quién es?”. A lo que le contestó: “Es bono, el cantante de U2”. Entre risas comentó: “Yo no lo podía creer. No sabía ni quién era, un desastre. Eso es de colgado nomás”.

En su regreso a Argentina comenzó a utilizar su pasión por la música como un tipo de escape, distracción de lo que conlleva el mundo futbolístico. Cuando pasó por Racing, en 2011, tuvo como hobbie una banda con su compañero Lucas Castro: “Íbamos a tocar a barcitos chiquitos pero todo haciendo covers, re tranqui”. Ahora no es solo elogiado cuando disputa un encuentro con la camiseta de Banfield, sino que a su vez vive una “película”.

Todo inició cuando el cantante de Los Turros, banda de cumbia, le ofreció hacer un tema con su frase personal “Tamo Activo”. El tema superó las expectativas de todos: “Es una locura como lo escuchan en todos lados, tuve la oportunidad de, después del clásico, ir a Córdoba. Estuvimos tocando en dos boliches y la gente se sabía todo el tema. Cuando yo salía a cantar gritaban, la verdad que yo ¡No lo podía creer!”.

Gracias a la explosión mediática que consiguió con su canción lanzó una línea de gorras con el slogan #TamoActivo. Un porcentaje de ventas es dirigido a su ONG, Juntos vamos por más, en la cual se dedica a ayudar a los chicos más necesitados entregándoles alimentos y ropa a comedores.

“Cuando era chico no me sobraban las cosas, tenía, gracias a Dios, para comer pero muchas cosas me faltaban. Ahora que tengo la posibilidad de ayudar, con tan solo un video por Instagram puedo juntar ropa, leches y frazadas” Además agregó: “No me molesta perder el tiempo para hacer eso, es más, es tiempo ganado para mí. Me llena el corazón de alegría”

“Que me recuerden como una persona feliz, que no le hace mal a nadie. Por ahí no hace falta tener plata, ser millonario o ser exitoso en tu trabajo, sino serlo con la gente que a uno lo rodea. Ser feliz. Uno no sabe cuándo puede dejar de estar, hay que llevarse y dejar una alegría siempre”, cerró el 10 de Banfield.

 

Un partido de Premier League

Nahuel Gala (@NahueGala)

La Premier League inglesa es la liga que más jugadores le aporta a este Campeonato del Mundo con más de 120. El Manchester City, conjunto que dirige técnicamente Pep Guardiola, es el club que más apellidos representará en camisetas nacionales con 16. Los Diablos Rojos son entrenados por Roberto Martínez, cuyo trabajo previo al del equipo belga fue estar al mando del Everton. Los Tres Leones, en sus filas, son encabezados por Gareth Southgate: tuvo su primera experiencia en el Middlesbrough FC entre 2006 y 2009. Ocho años más tarde, está en las filas internacionales de su amada Inglaterra.

La selección inglesa es la única en todo el Mundial que posee a sus 23 convocados dentro de su torneo doméstico. Asimismo, Bélgica tiene a 12 de sus integrantes jugando en dicha competición con un equivalente al 52%. En el once inicial de los británicos es una obviedad expresar que tiene a todo su combinado con ese acento futbolístico aunque, por el lado de los nórdicos el número es exactamente el 54%, ya que 6 de los titulares que Martínez puso en la cancha en la victoria 3 a 0 ante Panamá y 5 a 2 ante Túnez pertenecen a la primera división de Inglaterra: Thibaut Courtois (Chelsea), Toby Alderweireld (Tottenham Hotspur), Jan Vertonghen (Tottenham Hotspur), Kevin De Bruyne (Manchester City), Eden Hazard (Chelsea) y Romelu Lukaku (Manchester United).

En total, 17 de 22 en el campo de juego serían titulares dignos de un equipo de la liga más cotizada del planeta. La que más recursos genera, derechos televisivos más caros tiene y fútbol más rápido del mundo posee. Cada encuentro en este campeonato local es digno de Dante Panzeri: dinámica de lo impensado. Un ida y vuelta constante en la Premier League la hacen la liga más dramática y más entretenida del deporte rey. El tan recordado final de la temporada 2011/12, con el gol de Sergio Agüero para el Manchester City en tiempo de descuento que sentenció el 3 a 2 sobre el Queens Park Rangers, y que significó un torneo para los Citizens tras 44 años de sequía en la máxima categoría, es un claro ejemplo de ello. Además, está el capítulo más emotivo de los últimos tiempos: Leicester City campeón por primera vez en su historia en la 2015/16 tras haberse salvado del descenso tan solo una temporada antes.

A pesar de que el entrenador español de la selección belga sitúe solamente a la titularidad a poco más de la mitad de quienes actúan en esa competición, tiene mucho recambio respecto a ese rubro: en la goleada 3 a 0 con los centroamericanos en el debut de la Copa Mundial ingresaron Nacer Chadli (West Bromwich Albion) y Mousa Dembélé (Tottenham Hotspur). Por otro lado, en el quinteto de goles con los que vapulearon a los africanos en la segunda jornada entraron como suplentes Marouane Fellaini (Manchester United) y Michy Batshuayi (Dortmund), autor del gol final. Hasta el momento solo dos futbolistas belgas no vieron acción en este Campeonato del Mundo: Simon Mignolet (Liverpool) y Vincent Kompany (Manchester City). Por parte de los dirigidos por Southgate, los clubes de la Premier League que le aportan sus determinados integrantes: Tottenham Hotspur (5), Manchester City (4), Manchester United (4), Chelsea (2), Liverpool (2), Leicester City (2), Arsenal (1), Everton (1), Stoke City (1) y Burnley (1).

Por ahora, Harry Kane (5) y Romelu Lukaku (4) son dos de los tres máximos goleadores de Rusia 2018. El inglés anotó los dos en la victoria 2 a 1 ante Túnez con un agónico cabezazo en el área chica en tiempo adicionado, y un triplete en la paliza que le dieron a Panamá por 6 a 1. A su vez, el belga marcó por duplicado en ambas presentaciones de su equipo. Será un partido digno de Premier League. Definirán quién avanza a octavos como líder y escolta del Grupo G para verse las caras con Senegal, Colombia o Japón en la ronda de los 16 mejores. El encuentro se disputará en el Kaliningrad Stadium de Kaliningrado este jueves, 28 de junio, a las 15hs (horario de Argentina).

Los 24 de junio, Messi

Nahuel Gala @nahueGala

No es una fecha más y no puede pasar desapercibida porque no existe otro como él. El 24 de junio de 1987 nació Lionel Messi, pequeño gran hombre. Futbolista único que marcó una época en la historia del deporte rey en el planeta.

Ahora que es el capitán y defiende los colores de la albiceleste por cuarto Mundial consecutivo, ¿dónde estaba, cómo vivía y que ocurría futbolísticamente en cada uno de sus cumpleaños mientras se jugaban las respectivas Copas del Mundo?

Cuando Diego Armando Maradona alzó el trofeo dorado más preciado en el Estadio Azteca de México el 29 de junio de 1986, restarían 360 días para que naciera un joven rosarino que llenaría de sueños, goles y esperanzas a una familia que esperaba un miembro que, sin saberlo de antemano, cambiaría la historia de su apellido para siempre.

En Italia 1990, con 3 años y en plena infancia, el santafesino aprendió a ponerse de pie, caminar, hablar y moverse por su propia cuenta. Vivió en su humilde hogar el gol de CaniggiaBrasil para avanzar a los cuartos de final de aquella competición. Mientras Maradona eludía cual verdeamarelho se le interpusiera, Messi daba sus primeros pasos y estaba presente entre los festejos que sus hermanos, padre y madre empeñaban durante la victoria de Argentina en cuartos de final que lo dejaría posicionarse en el podio de los cuatro mejores y, posteriormente, en el partido decisivo por el título.

Cuatro años más tarde, con Estados Unidos como sede mundialista, Lionel ya tenía 7 años y la número cinco como mejor amiga. En Abanderado Grandoli, su primer club, ya había deslumbrado a entrenadores y espectadores que se acercaban a ver las ilusiones que los niños desarrollaban a través de una pelota.

El 24 de junio de aquel año, Brasil derrotaría a Camerún 3 a 0 en la segunda fecha del Grupo D y se encaminaría en la obtención de su cuarta corona, al igual que se encaminaría Leo a entrenarse en las divisiones inferiores del Club Atlético Newell’s Old Boys.

En el 1998 tuvo lugar un hecho de una trascendencia fundamental en la vida de Messi. En ese momento, había sido diagnosticado con una deficiencia de la hormona de crecimiento. “Quedate tranquilo, un día vas a ser más alto que Maradona, no sé si mejor pero sí más alto” le aseguró el doctor Diego Schwarzstein.

A partir de ese instante, tuvo que empezar a inyectarse testosterona para poder extender el volumen de su físico en los años que se aproximarían y, así, lograr un óptimo progreso. El tratamiento era muy costoso y Leo sintió ese miedo de no poder lograr su más grande sueño: ser futbolista.

En uno de los cumpleaños más tristes de su vida, Francia derrotaba a Dinamarca por 2 a 1 en Lyon para liderar el Grupo C con nueve unidades y clasificarse a los octavos de final y encarrilarse a la consagración de su primer Campeonato del Mundo.

Próximo destino: Barcelona. A orillas del mar Mediterráneo y en los comienzos del nuevo milenio, el pequeño nacido en Rosario daría inicio a su adolescencia en plena ciudad española. Carles Rexach organizó una prueba para determinar si tenía las cualidades necesarias para entrar en La Masía: “Messi vino a Barcelona para una prueba de 15 días y sobraron 14”.

Mientras, en 2002, se disputaba el Mundial de Corea-Japón, el 24 de junio Leo cumpliría 15 años –su segundo en tierras ibéricas– y lo celebraría en la cantera del club blaugrana junto a sus compañeros Cesc Fàbregas y Gerard Piqué, entre otros, mientras al combinado albiceleste era eliminado en primera ronda en manos de InglaterraNigeria y Suecia.

Entre la Copa del Mundo que se jugó en suelo asiático y la de Alemania en 2006, el planeta fútbol vio la explosividad de Lionel. Fue campeón del Mundial Sub-20 con la selección y de la Liga de España y la UEFA Champions League con el club catalán.

Finalmente, José Pékerman lo convocaría entre los 23 integrantes del plantel argentino en el campeonato que lo vería debutar con un gol en el 6 a 0 frente a Serbia y Montenegro y en el que tuvo como regalo de cumpleaños la volea de Maximiliano Rodríguez en el 2 a 1 contra México por los octavos de final de aquel certamen. Ese 24 de junio Leo lo vivió con la celeste y blanca puesta y con su primera aparición en este tipo de competiciones.

En Sudáfrica 2010 heredó la 10 de Juan Román Riquelme, ganó el Balón de Oro que se le negó a Maradona en su época y se perfiló como el emblema del equipo en cuanto a talento y destreza. Justamente Diego Armando fue el director técnico que lo vio lucir la misma camiseta con la que él levantó la copa 24 años antes.

Mientras Argentina avanzaría a octavos de final de manera cómoda y Messi celebraba sus 23 años en Pretoria –ciudad donde concentraron–, las cosas no iban igual para el vigente campeón del torneo. Italia conformó el Grupo F con Paraguay, Nueva Zelanda y Eslovaquia. Esta última, que debutaba en Copas del Mundo, la derrotó 3 a 2 en lo que también fue la primera y hasta hoy única victoria de los capitaneados por Marek Hamšík. La Azzurra, que había logrado su cuarta estrella en el Mundial que vio participar a Lionel por primera vez, fue eliminada en primera ronda cuatro años después.

El capitán de la selección argentina para Brasil 2014 tenía nombre y apellido: Lionel Messi. Hace dos años se había convertido en padre con la llegada de Thiago a meses de que consiguiera su cuarto Balón de Oro consecutivo. Fue el goleador del equipo con 4 tantos y lideró al conjunto dirigido por Alejandro Sabella hacia el subcampeonato.

Alemania le arrebató en 120 minutos la ilusión de lograr el tercer título albiceleste. En plena actividad mundialista, el estandarte argentino se preparaba para enfrentar a Nigeria un día después de cumplir los 27. Mientras tanto, en Cuiabá, Colombia derrotaba a Japón por 4 a 1 y pasaba la fase de grupos por segunda vez en su historia.

Rusia 2018: nuevo capítulo de la historia de Messi. El 10 argentino disputará su cuarto Campeonato del Mundo al hilo iniciándolo con 30 años y finalizándolo con 31, que los cumplirá el día que la debutante Panamá se mida con Inglaterra –consagrada en 1966 como anfitriona y nación que vio nacer a este deporte– por la segunda fecha del Grupo H.

Ya casado con Antonella Roccuzzo y con tres hijos –Thiago de 5 años, Mateo de 2 y Ciro de 3 meses–, afianzado con el Barcelona y denominado como uno de los mejores deportistas de todos los tiempos, defenderá los colores del conjunto que entrena Jorge Sampaoli y buscará que el camino apedreado por el que transcurre Argentina tras el empate 1-1 con Islandia y la derrota 0-3 ante Croacia, comience a allanarse y finalice el 15 de julio con la copa bien alta en Moscú.

“Endeudar al club para conseguir los objetivos deportivos no sirve”

Por Ivana Verbanaz @iviverbanaz y Micaela Magnani @mikaamagnani

Una vez cumplido el primer objetivo del club, que era evitar la zona de descenso, Omar De Felippe cuenta cómo es trabajar en un equipo como Vélez, con la presión de revertir las malas campañas anteriores, su trabajo frente a un plantel joven y la bajada de línea que hace dentro del vestuario: “Tenemos pautas para nuestros jugadores, evitar demasiada exposición tanto en sus redes como de su vida privada”.

No los trato como chicos, los trato como jugadores”, expresó el entrenador en referencia a las críticas por el bajo promedio de edad del plantel. Pese a dirigir a futbolistas tan jóvenes indicó lo fácil que le resulta trabajar con ellos por la experiencia que adquirió a lo largo de su carrera. Además, los comparó con el plantel de Olimpo, equipo del que fue técnico desde 2009 hasta 2011, en el cual el promedio de edad era notablemente más alto. “Es fácil trabajar con chicos, te das cuenta cuando les pasa algo y es más fácil hablarlo. En cambio un jugador más grande sabe que si no rinde no juega, entonces no te cuenta cuando tiene un problema”.

A su vez, comentó cómo manejó al plantel ante la posibilidad del descenso: “La confianza fue fundamental, hacerle saber al que entra que es porque es el que mejor está y puede dar lo mejor”, explicó, y recordó que el último encuentro, de visitante ante Atlético Tucumán, fue clave para sus jugadores, pese al empate que se llevaron. “Les dio madurez y una clara muestra de lo que deberán atravesar a lo largo de sus carreras”, sostuvo en referencia a los incidentes que hubo durante el transcurso del partido.

Ya fuera de lo que es Vélez, relacionó la histeria de los medios e hinchas con el caso del ex jugador de Boca Rodrigo Bentancur, quien se fue del club, entre otros motivos, porque no absorbía la presión desde distintos sectores. “Hay una necesidad constante de encontrar al próximo Lionel Messi y que esté en tu equipo, pero está claro que les hace mal a todos”, analizó De Felippe y agregó que esto les hace quemar etapas e incluso los quema a ellos mismos.

Uno de los hombres más cuestionados en la institución de Liniers es su presidente, Raúl Gámez, a quien se lo critica por sus formas de trabajo dentro del club y con el máximo ente regulador del fútbol argentino, desde aquella vez que expresó públicamente que prefiere ganar el campeonato económico. De Felippe lo respaldó al coincidir que todos los clubes deberían enfocarse no sólo en lo deportivo, sino también las finanzas, “Endeudar al club para conseguir los objetivos deportivos no sirve, terminan sacando ventaja de aquel que cuida la economía del club”, cerró.

En relación a la actualidad del fútbol argentino, el técnico sostiene que el formato de los campeonatos largos sólo favorecen a los equipos más grandes y que marca notables diferencias con los clubes que menos recursos tienen. Además, se mostró asombrado de que en un torneo de 30 fechas haya habido 29 cambios de entrenadores. “Está claro que no existen los proyectos a largo plazo, quieren todo ya y no dejan desarrollar las ideas de trabajo de cada uno”.

Finalmente, pese tener contrato hasta diciembre de este año, De Felippe anunció que deberán “rearmar el equipo” tras la salida de Juan Manuel Martínez y de Mariano Pavone, dos de los referentes del plantel. Entusiasmado ante el posible retorno de Jonathan Cristaldo admitió que también le gustaría dirigir a Jonás Gutiérrez, quien terminó su contrato con Defensa y Justicia, por la historia que tiene dentro del club y porque contar con jugadores con sentido de pertenencia es indispensable para el momento que atraviesa la institución.

“El fútbol está visto como un medio para ser millonario, pero no para sacar a los chicos de la calle”

Por Daniela Simón @danielaasimon y Stefanía Vera @stefaniaavera

Villa Domínico amanece acechada por una copiosa lluvia que borra todo lo que toca. Las gotas se adhieren al césped, sobre el que unas horas antes había estado entrenándose el plantel de Independiente. El diluvio acompaña, durante gran parte del almuerzo, a los jugadores y se ausenta en simultáneo a él.

La puerta no cierra y dando un portazo, Walter Erviti aparece en la sala de prensa, que luce inmaculadamente blanca y contrasta con algunos destellos rojos. Mientras se sienta acomoda su campera azul con el propósito de que no estorbe al micrófono.

-¿Cómo se juega al fútbol en una sociedad donde el error no existe?

-Soy consciente de que el error es humano. Más allá de que tenga autocrítica, entiendo cuáles son mis dificultades para poder hacer las cosas bien. No necesito escuchar al otro para saber cómo estoy, entonces mi atención hacia afuera es mínima. No estoy exento, porque aislarse es imposible, con los años aprendí a convivir con el entorno. Quizás, en nuestra posición, afecta más a la familia que a uno, eso es algo que no puedo manejar.

-¿Creés que a veces los hinchas o el periodismo se olvidan de que detrás del futbolista hay una persona?

-Es lógico. Todos somos hinchas. Yo lo soy de un club y más allá de estar de este lado, también entiendo o intento ponerme en su lugar. Cuando hay sentimientos de por medio es muy difícil pedirle a una persona que razone, pasa en la vida con el amor. Imaginate un hincha que quiere ver ganar a su equipo a toda costa. Yo los entiendo, trato de dar lo mejor para quedarme tranquilo conmigo mismo. Pero es imposible que le pidamos a nuestra sociedad que no pase.

-El fútbol es un ambiente bastante exitista, ¿qué es el éxito para vos?

-La vida es exitista y el fútbol es parte de la vida y el fútbol argentino es parte de la sociedad argentina. Yo soy exitoso desde el momento en el que cumplo mis objetivos y mis deseos, no tienen que ver con un simple resultado. Toda mi vida quise ser futbolista y el día que entré a una cancha de fútbol y me pude consolidar como profesional, me sentí exitoso. Después, todo lo que sucede alrededor es un poco más opaco, pero no me quita la felicidad de poder hacer lo que me gusta. No disfruto de un triunfo por ser un triunfo nada más, disfruto de jugar al fútbol, de venir a entrenarme. Tengo 37 años y me sigo entrenando a la par de mis compañeros para poder jugar. Me gusta ganar, he ganado y he perdido. No tiene que ver con el conformismo, tiene que ver con, a mi entender, la realidad de la vida y las cosas que son importantes para mí, después cada uno puede tener valores diferentes. El éxito pasa por otro lado, por poder disfrutar de mi familia. Desde ese punto de vista, me considero exitoso.

-Y en contracara, ¿qué es el fracaso?

-Todo el tiempo se habla de fracasos. En el fútbol, fracaso es la primera palabra cuando se pierde un partido. A nosotros nos tocó quedar afuera de la Copa Libertadores por un punto. Todos creían que habíamos fracasado porque perdimos el partido “importante” y nosotros para jugarlo ganamos otros quince partidos importantes. Los jugamos todos, hasta que nos tocó perder, eso no significa fracaso. A veces los medios de comunicación exponen situaciones con un objetivo o interés propio y no son claros a la hora de informar. Nosotros convivimos con ese tipo de situaciones y está bueno hacerle entender a los chicos y sobre todo a la sociedad que una derrota no significa fracaso. Una derrota en el fútbol está acompañada, muchas veces, por el azar.

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Walter Erviti nació en Mar del Plata y a los 14 años se alejó del calor de su hogar para vivir en la pensión de San Lorenzo, fue allí donde apunta que debió sortear algunas necesidades. “Cuando debuté en Primera el técnico me dijo que ya había logrado lo más fácil y se venía lo más complicado, mantenerme. Para mí, ya había hecho lo más difícil, sobrepasar todas esas carencias”, recuerda.

-Dijiste que pasaste necesidades, ¿qué sentís cuando ves a un chico en la calle?

-Me siento muy mal. Si bien no soy el responsable de que suceda, me siento así porque soy parte de una sociedad que permite ese tipo de situaciones. Yo no puedo entender que en este país se peleen por diferentes situaciones como impuestos y edificaciones cuando hay chicos tirados en la calle muriéndose de frío. Como el gobierno no deja de invertir en ciertas cosas, que son importantes, pero que me parece mucho más importante darles un futuro a estos chicos que han tenido la desgracia de tener padres irresponsables. Es una situación muy complicada, en la cual muchos miramos para el otro lado. Llevo comida en el auto para darles un paquete de galletitas, pero no es la solución. Antes les daba plata, hasta que entendí que eso era un peligro porque podían comprar cualquier cosa.

-¿El fútbol es una herramienta que tenés para torcer ese rumbo?

-Lo viví en carne propia. Nosotros éramos una familia muy humilde, pasamos necesidades y hoy mis hijos no las pasan. Desde ese lado intento ayudar. Pero volvemos a nuestra sociedad donde el fútbol está visto como un camino para hacerte millonario y no como una herramienta que puede sacar a los chicos de la calle, educarlos, mantenerlos en grupo. Un chico que a los 10 años “no sirve” , lo dejan tirado y se preocupan por el que le pega bien a la pelota. Mi idea, en estos lugares donde acompaño, es que todos tengan las mismas oportunidades de poder ser educados a través del deporte, que entiendan que una cosa va acompañada de la otra. Pero es muy difícil, a nadie le interesa, todos miran el tramo corto y más fácil para llegar. Como decía Bielsa, él prefiere llegar a la puerta por el camino que es más largo pero no pisar las flores, nosotros cruzamos el jardín, pisamos todas las flores e intentamos llegar primeros a cualquier lugar.

-¿Existen padres que buscan salvarse convirtiendo a sus hijos en futbolistas?

-Lo vivo. Mis hijos juegan al fútbol y convivo con padres que putean al árbitro, al entrenador o a nenes de 10 años. Gritan goles como si hubiesen salido campeones del mundo. Lo último que les preguntan a sus hijos es como la pasaron. Los cambian de colegio a uno de menor nivel para que puedan entrenarse. Para mí la educación es algo fundamental y prioridad en un chico. Es muy complicada una situación así porque ¿desde dónde va a crecer nuestra sociedad? Si no empezamos a priorizar las cosas que realmente son importantes, va a ser muy difícil.

El entorno del fútbol no le es de su agrado, y no tiene ningún problema en contarlo. Si lo puede evitar, lo hace y si puede pasar inadvertido, lo disfruta. De todas formas, es consciente de que son cosas con las que debe convivir e intenta hacerlo de la mejor manera. Erviti es capaz de soportar cualquier tipo de adversidad o disgusto que le pueda generar el ambiente por un solo motivo: sentir la libertad cuando la pelota impacta en sus pies.

-Alguna vez dijiste que el fútbol para vos es solo un trabajo, ¿de qué te privó este trabajo?

-Yo amo jugar al fútbol, pero solo lo que pasa adentro de la cancha. Lo de afuera, para mí, es un trabajo y no me gusta. De todas formas, las opciones que tengo, las conseguí siendo futbolista. Me limitó a la hora de pasar tiempo con mi familia, mis hermanos, mis papás. Yo vivo lejos de mi casa desde los 14. Durante el año veo a mis viejos cinco o seis veces. A mi familia la amo, pero no son algo cotidiano. No me despido de ustedes y me voy a tomar un té con mi mamá, eso no me pasa desde muy chico. Han fallecido mis abuelos y no pude asistir.

-¿Sos feliz dentro de una cancha?

-Sí, dentro de una cancha soy muy feliz. Es la parte de mi vida en la que más libre me siento. Es donde menos finjo, donde más soy yo. Dentro de la cancha no evito nada, disfruto todo. He tenido la oportunidad de jugar siempre, no fui suplente casi nunca y eso me dio la posibilidad de disfrutar mucho. El resultado no me afecta, me hace feliz estar dentro de la cancha.

-¿Pensás en el retiro?

-Es algo que lo tengo bastante trabajado y el día que me retire voy a ser feliz, porque va a ser cuando no me queden más energías para jugar. Lo más difícil a mi edad es el día a día, al partido llego bien pero, tener dolores, venir a entrenar con pibes de 20 años que tienen una energía terrible es difícil porque no es un día, son todos. Desde ese lado entiendo que estoy dando el máximo, el día que me retire, seguramente sea pronto, voy a estar tranquilo sabiendo qué voy a hacer. Hace tiempo que me preparo para hacer otras cosas, tengo negocios y quiero ser entrenador.

-¿Siempre te imaginaste siendo futbolista?

-Siempre. He dejado todo por ser futbolista. No tengo recuerdos de haber deseado otra cosa. Cuando era muy chico quise dejar de jugar al fútbol y mi viejo me llevo a trabajar con él, duré un día y volví a entrenar y estudiar. Agradezco a mi papá porque él tuvo la personalidad que a mí me faltaba para jugar. Si dependía de mí, con las ganas no me alcanzaba. Recuerdo partidos de nenes a los cuales yo no iba porque me daba vergüenza, mi viejo me plantaba en el medio del partido. Soy muy vergonzoso, por eso mis primeros 6 meses en un club son terribles, la gente me putea, me quieren echar. Después me terminan pidiendo que no me vaya, pero entrar a un lugar nuevo con gente que no conozco es muy difícil, no me siento seguro. Por eso empecé a estudiar psicología, para entender qué me pasaba. Acá en Independiente he dado un paso importante porque los primeros meses fueron muy buenos en cuanto a relacionarme con mis compañeros, tengo un excelente vínculo. En Banfield habían pasado meses y no me hablaba con mis compañeros, llegaba, jugaba y me iba. Mi señora me dice que la gente debe creer que soy un ogro, yo le pido que entienda que soy tímido y me cuesta. Hay situaciones que vivimos los futbolistas que no ve la gente ni el periodismo y que tienen que ver con nuestra forma de ser.

Vocación de entrenador

Walter Erviti cuenta que durante su carrera pocas veces le tocó sentarse en el banco de suplentes. Aunque, cuando el retiro lo aleje de las canchas buscará resguardarse ahí ocupando el rol de entrenador. En sus tiempos libres mira fútbol y lo estudia, le gusta hacer cursos. “Ser futbolista no me habilita a ser técnico, sí me da experiencia y un plus”, asegura. Afirma que hace años que se prepara: estudia psicología deportiva y neurociencia. “Intento llenarme de herramientas para después transmitírselas a mis jugadores”.

Con respecto a su estilo de juego se define como un fanático de Pep Guardiola. Mira todos sus partidos. “Muchos creen que en Argentina no lo voy a poder aplicar por la sociedad, por su exitismo, por su falta de paciencia y porque no se entiende de procesos. Yo les digo que no me interesa, quiero ser entrenador por pasión”, dice. Asegura que se va a tomar el tiempo necesario para lograrlo. “Puedo hacerle entender al jugador que adentro de la cancha tiene que disfrutar de lo que hace y no solamente pensar en ganar. Los futbolistas pensamos en triunfar todo el tiempo, y poco nos detenemos a pensar en cómo vamos a hacerlo. Mi idea es tratar de que entiendan cómo se hace o cuál es el camino que debemos seguir para conseguir resultados”.

El fútbol para los futbolistas

Nahuel Gala @NahueGala

“Futbolistas pertenecientes a diversos clubes de la región parisina hemos decidido ocupar la sede de la Federación Francesa de Fútbol, así como los obreros ocupan sus fábricas y los estudiantes sus facultades, para devolverle a los 600.000 futbolistas y sus millones de amigos aquello que les pertenece, el fútbol, el cual les fue expropiado por los pontífices de la federación para servir a sus intereses egoístas de aprovechadores del deporte”. Así decía la carta firmada por jugadores parisinos, en su mayoría amateurs, que, el 22 de mayo de 1968, junaron fuerzas en medio del corriente Mayo Francés en una zona cercana al Arco del Triunfo. Eligieron hacerlo durante cuatro días, a modo de protesta contra los dirigentes. En aquel entonces, la sociedad estaba en crisis. Durante los meses de mayo y junio de aquel año tuvo lugar la mayor revolución estudiantil y la mayor huelga general de la historia de Francia, y, posiblemente, de Europa Occidental, que fue apoyada por más de nueve millones de trabajadores.

En plena hegemonía del Saint-Étienne, club que conquistó la Ligue 1 en siete ocasiones alrededor de diez temporadas (entre 1967 y 1976), los futbolistas de la primera división francesa tenían que firmar contrato hasta los 35 años con el club que formaran parte y existía una sola forma de romperlo: pagando la rescisión. Si después optaban por ir a otro club solo podían hacerlo con la licencia de la segunda categoría, es decir, que solo podían jugar en la clase inferior, la B. Nunca lograrían estar en equipos de primera si rescindían con uno de ellos. Durante aquel 22 de mayo entraron juntos y armaron la protesta colgando pancartas que decían: el fútbol para los futbolistas. Lograron empoderarse y bajar a los que manejaban el deporte en París, enviando un mensaje inspiracional a toda Francia. Encerraron a Pierre Delaunay, secretario general de la UEFA en aquel momento, y a Georges Boulogne, quien era instructor nacional del fútbol galo y que se convirtió en seleccionador nacional a partir del año entrante. El asalto se realizó sin ninguna agresión física a ningún individuo y con un itinerario que seguir para evitar incidentes. Empleados fueron retenidos durante varias horas y solamente estos dos hombres fueron los únicos a los que se les encerró en una habitación del edificio.

Raymond Kopa, exdelantero francés del Real Madrid y Balón de Oro en 1958, fue uno de los que liberó la tensión acumulada durante varios años y fue uno de los líderes de la protesta: “Los jugadores somos los esclavos del fútbol. Hoy, en pleno siglo XX, el futbolista profesional es el único ser humano que puede ser vendido y comprado sin contar con su opinión”. Los protestantes llevaron a cabo un documento que constituía lo siguiente: limitar la temporada a ocho meses, mejoras de las canchas e instalaciones, anular la llamada licencia B por favorecer solo a los grandes clubes y perjudicar a los jugadores y a los equipos pequeños, denunciar el trato ofensivo del entrenador del seleccionado de Francia (Louis Dugauguez, quien apoyó a sus superiores para que todos los días a las seis de la madrugada despertaran a los futbolistas con el motivo de que eran obreros y debían cumplir con los servicios que demandaba su empresa) para con los integrantes del equipo y del fútbol de este país, y denunciar la situación de esclavitud que acusó Kopa y una gestión de la Federación.

Just Fontaine, atacante marroquí nacionalizado francés que brilló en la década del 50 y principios de los 60, también se postuló a favor de esta rebelión. Fontaine es recordado y respetado, además, por haber anotado 13 goles en la Copa del Mundo de Suecia 1958 (en la cual Francia cayó en semifinales ante Brasil por 5 a 2, que luego se encarriló para obtener el primer campeonato en su historia, con un Pelé de 17 años como figura), la mayor cantidad de anotaciones en una misma edición del torneo en toda la historia. En aquella ocasión, el conjunto galo finalizó en la tercera posición ganándole a Alemania Federal el partido por el tercer y cuarto puesto con un resultado tenístico: 6 a 3. Paradójicamente, ese mismo año, Roland Garros (también conocido como Abierto de Francia y disputado en París) se convertiría en el primer Grand Slam profesional de la historia.

Cuando Boulogne fue liberado comenzó una operación en contra de quienes lo habían encerrado durante un día entero. Los principales medios de comunicación se mostraron a favor de este instructor nacional colgando títulos en sus diarios como “ocupación política de jugadores, totalmente antidemocrático”. De todos modos, los protestantes obtuvieron algunas de sus recompensas: la licencia B fue anulada por denigrante y se dio inicio a un proceso de democratización de las infraestructuras del fútbol francés. Afortunadamente, argentinos que brillaron en la primera división de este país como Delio Onnis (máximo goleador en la historia de la Ligue 1 con 299 tantos) y Carlos Bianchi (noveno artillero en esa tabla con 179 gritos) no sufrieron los pésimos contratos que se firmaban antes del Mayo Francés ya que se destacaron en este sector del Viejo Continente entre 1971 y 1986. Previo a la conclusión del 68, el presidente de la FFF, Antoine Chiarisoli, dejó su cargo al igual que Delaunay. Este movimiento dejó marca histórica, ya que tan contundente fue el mensaje que cuando Michel Platini asumió como presidente de la UEFA en 2007, su primer discurso como tal contuvo el eslogan de aquella dramática e inolvidable mañana del 22 de mayo: “El fútbol para los futbolistas”.