miércoles, julio 16, 2025
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Mariano Mignini: “Dirigir no termina de apasionarme”

Por Juan Ignacio Estevez

Nacido en la ciudad de Mar del Plata, el apellido de Mariano no pasa desapercibido en la
costa atlántica, y menos si la charla va por el lado del fútbol. Y claro, además de haber
estado en la Primera División del fútbol argentino, tanto él como su padre, su tío, estuvieron directamente vinculados a la comisión directiva de Kimberley. Además, su primo, es el actual presidente de dicha institución.
Con un paso por el fútbol europeo, Mariano Mignini ha estado en actividad desde 1994 hasta 2009. Su época más recordada fue su primer paso por Chacarita, donde importantes nombres como los de Mauricio Serna o Fernando Gamboa completaron el plantel, y en Aldosivi entre el 2006 y el 2008, donde formó parte de aquel equipo que gestó las bases para el tan ansiado ascenso a Primera del “Tiburón”, que recién se pudo dar en 2014.
Mariano Mignini es un ex futbolista argentino con pasado en Aldosivi, Chacarita y
Argentinos Juniors, entre otros. Se desarrolló como mediocampista y actualmente se
encuentra desvinculado del mundo del fútbol tras haber dirigido a las juveniles y a la Primera División del Club Kimberley de Mar del Plata. “Creo que no voy a continuar dirigiendo por el momento, a no ser que aparezca algo que me guste y me motive. No quiere decir que estar en Kimberley no me haya motivado, pero por el momento no tengo
pensado seguir ligado al fútbol” declaró Mignini.
A pesar de haber obtenido buenos resultados al frente a la dirección técnica de Kimberley:
campeones del Torneo Clausura 2016, Superfinal 2016 y finalista del Torneo Anual 2017,
ha manifestado no haber encontrado la pasión que le daba el competir desde el otro lado de la línea: Cuando dejé de jugar me imaginaba seguir ligado al fútbol, pero he
descubierto que no me termina de llenar ni de apasionarme del mismo modo que
cuando jugaba. Lógicamente son cosas diferentes. En esos cuatro años que dirigí fui
descubriendo que el seguir ligado a la pelota, entrenar al aire libre, estar con chicos
más jóvenes, seguir aprendiendo… convivir con todas esas situaciones en el dia a
dia a uno lo iba llenando y diariamente se aprende de pequeñas y variadas
circunstancias. La he pasado muy bien, el haber dirigido en el club donde yo nací…
tenía todo al alcance”
La etapa del retiro es difícil para todo jugador. Entre los tantos entrenadores que Mignini ha
tenido a lo largo de su carrera, se encuentra el nombre de Julio Cesar Toresani, con quien
coincidió en el 2007 en Aldosivi. “Se mezclan varias cosas: el tenerlo todo, haber
jugado en Boca y en River, una calidad de vida muy buena, el ser reconocido y el
retirarse a una corta edad. Te encontrarás en una situación súper complicada, la
mayoría de los jugadores no saben hacer otra cosa que jugar al fútbol. Son muy
pocos los que hacen una carrera terciaria… La mayoría de los casos, cuando
terminan de jugar, encuentran un vacío enorme… te quedas en tu casa, estás solo, el golpe es duro… a mi en lo personal me afectó el no tener un entrenamiento diario y la competencia… Después a medida que uno va creciendo y el cuerpo lo va castigando en el sentido de no poder jugar a la misma velocidad o patear con la misma fuerza y tener dolores, inconscientemente lo vas dejando como algo pasado”, contó Mignini.

Nombres de la talla como Ruben Capria, Silvio Carrario o el Fernando Navarro Montoya,
fueron algunos con los que tuvo el placer de compartir equipo durante su paso por
Chacarita entre el 2001 y el 2004. Otros nombres,por aquel entonces, no eran tan rutilantes,como el de Javier Pinola, referente y pieza fundamental para el River Plate de Marcelo Gallardo en los últimos años. “A Javier lo he tenido de compañero el primer año en
Chacarita. Como todo juvenil era callado, respetuoso. Tuvo un año bárbaro en el club,
vivía cerca de casa… me acuerdo que lo llevaba a las concentraciones… es un gusto
el de haber compartido con gente a la que fue tan bien, que son buena gente y en el
caso como el de Capria o Carrario el haber aprendido de la experiencia y las
enseñanzas de semejantes jugadores”, recordó Mignini.
Chacarita se caracterizó, por ese entonces, por una serie de contrataciones de gran nivel,
campeones de Copa América como Fernando Gamboa y campeones de la Copa
Libertadores y del Mundo (a nivel clubes) como Mauricio Serna. “La verdad que era como
para cualquier jugador, cualquier chico que haya soñado jugar al fútbol… yo tuve la
posibilidad que a todos ellos, al haber nacido en Mar del Plata y hacerse los torneos
de verano, tenía la posibilidad de ir como alcanzapelotas… les alcance la pelota a
todos, he tenido fotos con ellos y después se las mostraba… un disfrute total. El
poder mirarlos de un lado y después tenerlos de compañeros y la verdad, una gran
admiración porque todos los que nombraste tienen una calidad humana
impresionante y te hacen sentir uno más, si te podrán ayudar o dar un consejo lo
hacían”, expresó Mignini.
En su primera etapa en Aldosivi, en 1997, jugó un amistoso con el
Feyenoord a modo de preparación durante la pretemporada. Ronald Koeman
y Henrik Larsson fueron los nombres destacados de aquella memorable jornada. El resultado fue 6 a 1 en favor de los holandeses, pero Mignini logró marcar el único gol para su equipo: “Te soy sincero, recuerdo muy poco de lo que fue el partido, se me han venido un par de flashes. Recuerdo que perdimos, que nos marcaron la diferencia,pero en el trato eran muy gentiles. Solo los vimos en el partido y en el entrenamiento,después no los vimos más… no fuimos a comer, solo tengo el recuerdo de haberme sacado una foto, y es más, un colega me dijo que había marcado yo el gol, justo
habíamos salido 6 a 1 y marque el gol yo pero no me lo acordaba. Me acordaba que
había sido en la villa de Kimberley…”
Justamente el año que viene es el centenario de Kimberley ¿Que significa para vos y tu familia?
– Estar ligado al club en el que crecí, mi papá, mi tío y mi primo ahora está en la
dirigencia como presidente y tengo un grupo de amigos ligado a la comisión, la mayoría de
Kimberley y ahora están abocados a colaborar y dar una mano al club. Había escuchado
que querían organizar una fiesta grande para festejar los 100 años del club, están viendo de qué manera poder organizar y demás, lógicamente que este año tan complicado por el tema de la pandemia se les ha hecho muy difícil… el club tiene muchos empleados más los
profes de la villa y sus empleados… esto lo ha golpeado mucho y están tratando de ver la
manera para solucionar los problemas principalmente a los empleados… por eso están
viendo cómo organizan la fiesta del año que viene y sea accesible para todos.

-¿Cómo te imaginas que hubiera sido el contexto actual de pandemia en tu época como jugador?
– Totalmente desgastante desde lo mental y lo físico… si me tocaba en Buenos Aires
hubiera sido en un departamento no muy amplio, había internet pero no existían las video
llamadas. Me imagino que el profe nos daría unas fotocopias o nos llamaría para ver lo que
hacíamos, pero en el plano profesional te diría totalmente al borde del retiro porque estar
seis meses parados o entrenando en un departamento no es nada saludable para un jugador de la alta competencia.

Sergio Ibarra, entre convertir y dirigir

Por Agostina Woloszyn, Julián Salvia, Agustín Kuc y Florencia Pereira

El rol del jugador/entrenador apareció a mediados de la década del ’90, con el argentino Sergio Batista en Japón y marcó un antes y un después en el fútbol mundial. Junto con el holandés Ruud Gullit, el italiano Gianluca Vialli y, actualmente, el uruguayo Sebastián Abreu, son los cuatro personajes destacados en desarrollar la doble labor.

Nacido en Río Cuarto (provincia de Córdoba) Sergio Checho Ibarra tomó las riendas del Club Sportivo Cienciano y, a su vez, formó parte de la plantilla de los futbolistas de campo en la temporada 2010 de La Liga 1 de Perú. “Fue un momento especial porque yo estaba con una lesión, hablé con los jugadores y me dijeron que ellos me iban a apoyar. Debido a eso acepté el reto porque el equipo no tenía dinero para traer un técnico”, resaltó el ex delantero.

Para ese entonces, la institución presidida por Juvenal Silva sufría una fuerte debacle económica, que casi deriva en la caída a la Segunda División ya que, a pocas jornadas de finalizar el Campeonato Descentralizado, el club radicado en Cusco se encontraba en zona de descenso. En referencia a ese suceso por el que Los Rojos atravesaban Ibarra detalló: La situación de la escuadra era muy complicada, estaba quebrada y nadie quería tomar el mando en virtud de la crisis por la que Cienciano transitaba. Quienes estábamos tuvimos que poner el pecho por el equipo y, con la ayuda de los hinchas y los buenos resultados, pudimos salir de esa dificultad”.

La labor del entrenador/jugador en el fútbol no es un hecho frecuente; sin embargo, el Checho cargó con esta responsabilidad en 2010 y afirmó que la dificultad es pequeña, a causa del conocimiento que tienen entre sí puesto que la ventaja es que ya se conocen entre los compañeros de plantel. No obstante, el máximo goleador histórico de la Primera División peruana resaltó: “Hay que ir de frente con el jugador, decirle las cosas en la cara. Es fundamental separar al jugador del director técnico. Cuando hay relajo se divierte, pero a la hora de trabajar se trabaja”.

Lealtad, compromiso, franqueza y mucha llegada al grupo. Así fuesen mis amigos fuera de la cancha, a la hora del partido, jugaba el que estaba mejor. Eso percibió la escuadra y, por eso, dejaron todo para mantener al club en la categoría mayor”, manifestó el ex profesional de 47 años.

EL PREMIO POR ABARATAR COSTOS

La temporada 2010 fue de las más duras para el Club Sportivo Cienciano. Histórico en el fútbol peruano, el equipo comenzó a bajar su rendimiento en 2008 luego de finalizar en el cuarto lugar del Torneo Apertura y quinto en el Clausura, lo cual trajo como consecuencia su ausencia en la Copa Libertadores, certamen en el que participó cinco veces de manera consecutiva.

Para 2009 decayó aún más el rendimiento del conjunto cusqueño y terminó quedándose a mitad de tabla del Campeonato Descentralizado y sin la posibilidad de volver a participar en un campeonato internacional.

Tras los malos resultados y con una dirigencia desorganizada, Los Rojos sufrieron una grave crisis económica y se mantuvieron todo el campeonato en zona de descenso. El héroe de este acontecimiento fue Sergio Ibarra, quien unió a todos sus compañeros de equipo y tomó la posta del plantel, para cumplir la doble función de jugador/entrenador.

Por la última fecha del torneo, y tras grandes incidencias dentro del Cienciano, el club dirigido por el Checho, que había sido nombrado como la mejor institución futbolística de la liga peruana entre la década 2000-2010, logró la hazaña soñada y, tras vencer 2-1 a Alianza Atlético de Sullana, se salvó de perder la categoría. De esta manera, Ibarra quedó plasmado para siempre en el corazón de los hinchas cusqueños, convirtiéndose así en uno de sus máximos ídolos.

 LOS NUEVE PERSONAJES QUE EJERCIERON LA DOBLE FUNCIÓN

 El argentino Sergio Batista inauguró la doble función en el fútbol como jugador/entrenador del Tosu Future de Japón, en 1994 y 1997. Dos años después, repitió la tarea en All Boys.

El atacante holandés Ruud Gullit asumió, en 1996, como director técnico del Chelsea, aunque sin descartar su función como jugador de campo. Un año más tarde, obtuvo la FA Cup.

Gianluca Vialli, centrodelantero italiano que brillara en la Juventus, Sampdoria y Chelsea, entre otros, heredó las riendas de los Blues de Londres y cosechó la Copa de la Liga, la Recopa de Europa y la Supercopa de Europa.

Ocho figuras más ocuparon ambos cargos: George Weah, quien, entre 2000 y 2002, dirigió a la Selección de Liberia y, a su vez, jugó en Manchester City y Olympique de Marsella; el inglés Paul Ince en el Macclesfield Town F.C  durante 2006 y 2007; el brasileño Romário en Vasco Da Gama entre octubre de 2007 y enero de 2008; el galés Ryan Giggs al frente del Manchester United a fines de la temporada 2013/14; el japonés Keisuke Honda, que en 2018 jugó en el Melbourne City y comandó la Selección de Camboya; y Sebastián Abreu, actual técnico/futbolista del Boston River de Uruguay, su país natal.

Poner los físicos a punto en pandemia

Por Victoria Falabella

En Argentina son muy pocos los que pueden cumplir el sueño de vivir del fútbol. Es por eso que a cierta edad si no se lo logra. se debe renunciar al sueño o equilibrar la vida con otro trabajo. Luis Nucara no fue la excepción y debió buscar la manera de conseguir un sueldo para vivir: estudiando para ser preparador físico.

  Su primer club fue el Italiano, por recomendación de un docente suyo, quedó para estar a cargo de la escuelita de los más chiquitos, él aún no había terminado sus estudios. Pero cuando se abocó completamente a la docencia tuvo la experiencia que lo marcó: “Fui a hacer experiencia trabajando con chicos carenciados, eso me marcó y me enganchó”.

Pero en época de la pandemia del coronavirus es difícil trabajar con los más chicos, pero a la vez es necesario para mantenerlos activos y que no caigan en la ociosidad. Nucara es actualmente el encargado de las inferiores en Vélez y Deportivo Morón: “No podemos perder contacto con los chicos, entonces empezamos por zoom, aprovechamos desde otro lado y los conocemos más”.

Quizás los entrenamientos tradicionales también se les harían tediosos a los menores, ya que pasan horas delante de la computadora por las escuelas, entonces junto a los profesores de fútbol optaron también por hacer dinámicas, juegos y tener invitados como futbolistas que los puedan motivar para seguir entrenando.

Aunque las realidades son más difíciles, sobre todo para aquellos que no tienen recursos para acceder a conexión o ni siquiera un dispositivo, entonces junto a los clubes tuvieron que organizarse: “Teníamos chicos que no podían conectarse entonces nos mandaban vídeos por mensaje y los corregimos, nos servía también para verlos pero cuando pasó el tiempo ellos mismos se encargaron de buscar alguna forma de conectarse”.

Luis sabe que a esta altura muchos psicólogos y especialistas no recomiendan tener a los chicos conectados todo el día y lo mismo con los jugadores. Trabajó en clubes con los planteles profesionales de Sarmiento, Ferro, Argentinos Juniors, Huracán, entre otros. desde su experiencia: “El hecho de conectarnos nos da la posibilidad de saber como están en el día a día, todos los clubes lo manejaron variado porque lo que perdés no lo ganas por una computadora”.

En su experiencia entrenando jugadores de alto rendimiento, compartió varios planteles con Ricardo Caruso Lombardi, en Tigre, Sarmiento, Arsenal, Tristán Suárez, entre otros. Siempre los clubes estaban en problemas con los descensos y con los puntos. Iban para tratar de salvarlos y la mayoría de las veces les salió bien. Pero sus equipos debían estar preparados para esos partidos difíciles tanto anímicamente como físicamente y Luis era el encargado de prepararlos: “Caruso necesitaba equipos que corran en el 1er tiempo, pero el 2do tienen que correr el doble”. No sólo eso, dentro de los planteles, Luis cuenta que el secreto del director técnico es siempre hacerse cargo de los resultados y de esa forma no cargar a los jugadores con la responsabilidad. Pero de la misma manera Caruso no siempre ha hecho todo bien a la hora de trabajar: “Cortaba con un club y no tomaba hasta 6 meses después y nosotros no podemos estar sin trabajar tanto tiempo”.

Hace 6 meses que los equipos argentinos no compiten, lo que llevó a que los jugadores estén fuera de estado. Como preparador físico, él considera que haría una readaptación general para poner a todos los jugadores en una misma línea y de ahí entrenar. Pero para la Copa Libertadores, los equipos argentinos tienen una doble carga por lo que no pudieron llegar a ponerse a ritmo.Por eso es que habrá lesiones musculares que serán normales.

La pandemia estiró la brecha de géneros en el fútbol argentino

Por Diego Maturana y Matías Pennacchio

La desigualdad entre el fútbol femenino y masculino se profundizó más durante la pandemia en Argentina a pesar de la profesionalización de las mujeres en 2019. Los salarios y convenios colectivos de trabajo se contemplaron sobre la inscripción de solo ocho jugadoras de Primera División, con sueldos equivalentes a los de un jugador varón de Primera C.

La arquera de Estudiantes de La Plata, Magdalena Alberti, dijo: “Es injusto como nosotras empezamos a tener contacto con el fútbol en comparación a los hombres; ahí está el gran cambio. Se nos tiene que empezar a formar de chicas y se va a equiparar todo. Hay muchos clubes que están apostando más al femenino. De esa manera va creciendo la infraestructura y se cree en un proyecto más sólido”.

La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) expuso que para 2022 tendrán un equipo de división juvenil con jugadoras menores de 16 años y que para 2023 se espera inferiores para las chicas menores a 14 años.

La AFA agregó que para 2021 habrá que tener 12 profesionales en cada club de Primera División y para 2023 deberán firmar 15 jugadoras un contrato con los equipos de la máxima categoría del fútbol femenino.

Los salarios en Argentina y Sudamérica son temas de polémica. Así se manifestó Ruth Bravo en Twitter: “Dicen que Neymar cobra más que todo el equipo de Atalanta y se sorprenden. Neymar cobra más que todo el fútbol femenino de Sudamérica y eso no le sorprende a nadie”.

La jugadora libre Agustina Plazzotta opinó sobre la diferencia entre el sueldo de Neymar y todo el fútbol femenino sudamericano a la que se refirió Bravo: “Viene siendo muy complicado la igualdad entre masculino y femenino. Hace poco vi lo que dijo Ruth Bravo, que fue mi compañera en Argentino Juvenil. Cuando lo leí me quedé sorprendida. Es notable la diferencia que hay. Ojalá todas y todos ganáramos lo mismo. En otros países es diferente que acá en Argentina. Cambia hasta el fútbol”.

El entrenador de arqueras de Estudiantes de La Plata, Ramiro Blanco, también se manifestó sobre esta diferencia entre el fútbol femenino y masculino: “Viene de muchos años la desigualdad entre ambos sexos en el país. En Europa se valora más equitativamente a todos y todas”.

En Europa, es cierto, hay bastantes cambios para la equidad de género. Uno de ellos fue el de la selección de Noruega, que decidió igualar los sueldos entre ambos combinados, doblando la remuneración de las mujeres, que era de 330.000 a 620.000 euros. El aumento se produjo gracias a la protesta de Ada Hegerberg, quien dejó de jugar con su selección en 2017 ante la desigualdad en los pagos y condiciones de este deporte en su país.

En Brasil también se logró que haya un valor igual en relación con los premios y pagos entre el fútbol masculino y femenino. Esto se reveló el 2 de septiembre, cuando el presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Rogerio Caboclo, dio la noticia en conferencia de prensa.

Los entrenamientos virtuales fueron una de las novedades en la pandemia. A muchas chicas de Primera División les costó por la falta de algunos recursos, a diferencia de sus pares masculinos, como contó Magdalena Alberti: “Estoy bastante limitada por el lugar en mi casa. Para ejercicios como los específicos de arquera, de arrastre y caídas, no los puedo hacer por el piso y por no tener pasto. Igual nuestros entrenadores se las ingenian para que trabajemos con el lugar que tenemos. Para los ejercicios con pelota también estoy limitada y con el tema de los materiales para los entrenamientos hay que rebuscarse con lo que tenemos”.

El fútbol femenino volvió a los entrenamientos el 28 de septiembre y los primeros equipos fueron Boca, River, San Lorenzo, Estudiantes de la Plata, Excursionistas, Sociedad Atlético de Televisión, Platense, Rosario Central y Racing.

La falta de tiempo para asistir a los entrenamientos por tener otro trabajo es otra de las razones por las que se presenta la desigualdad. Muchas mujeres de Primera División tienen un segundo empleo a diferencia de la máxima categoría del masculino cuyos jugadores pueden vivir de jugar. Plazzotta, ex jugadora de Villa San Carlos, se refirió sobre su falta de tiempo cuando era parte del club: “Yo me sumaba al zoom de las chicas tarde y no podía entrenar porque estaba trabajando. O sea que tenía que llegar a mi casa y entrenar sola, eso era lo peor. También, me la bajaba un poco porque no estaba acompañada, pero lo tenía que hacer porque si no me achanchaba”.

La desigualdad entre el fútbol femenino y masculino es una de las tantas diferencias que dejó expuestas esta pandemia de Covid-19, tanto que las mujeres esperan tener  la misma igualdad con el futbol masculino y los dirigentes de sus clubes no solucionan el problema con el presidente de la Asociación del Futbol Argentino.

 

La única locomotora que fue de la Patagonia a la cima del mundo

Por Florencia Pereira

Los rulos entreverados, un cuerpo lleno de cicatrices, una mirada penetrante y toda una vida acompañado del boxeo. Siempre siendo una persona sencilla y humilde definen lo que hasta el día de hoy es Jorge Locomotora Castro, quien tocó el cielo con sus manos enguantadas en 1994, cuando se consagró campeón del mundo en la categoría mediano.

Desde muy chico, el nacido en Caleta Olivia, provincia de Santa Cruz, comenzó a pelear en las calles de su barrio y con su inmensa capacidad escaló al boxeo profesional. “Empecé a pelear a los 14 años, era un nene, fue porque necesitaba el dinero y así sucesivamente, fui peleando con uno y con otro hasta que llegue a Buenos Aires a los 17 para representar a Argentina con la selección”, afirmó.

Roña, apodo que se ganó desde chico por su personalidad de peleador, o Locomotora, por ir siempre para adelante, confesó que a él nadie le enseñó a boxear: “Yo siempre fui un superdotado, un tocado por la varita mágica porque al poco tiempo de empezar yo ya sabía todo, pegar, golpear a pera, a la bolsa, saltar la soga. Era difícil pero yo podía”.

El boxeador argentino tuvo su debut profesional en 1985 y llevará consigo un historial de 144 peleas, de las cuales ganó 130 (90 por nocaut), perdió 11 y empató tres. “Me hice profesional a los 18 años. El profesionalismo se hace a los 20 pero conmigo hicieron la excepción”, resaltó.

Sin dudas, uno de sus enfrentamientos más distinguidos fue ante Reggie Johnsonn, en el que se consagró campeón mundial en la categoría mediano. “Para pelear el título tenía que estar en el ranking del mundo, y estaba primero y si era campeón me tenían que dar obligatoriamente la chance para pelear por él y me consagré”, recordó antes de agregar: “Fue una alegría terrible para mí y para todos los argentinos porque eso fue lo máximo. Se me cruzaba que tenía que ganar porque si lo lograba, podía hacer mucho más de lo que hacía por eso cobre más plata de la que cobraba, ganaba en dólares, pude viajar y conocer muchas partes del mundo gracias al boxeo”.

Pero como todo campeón había que defender el título y una de sus defensas más recordadas fue ante John David Jackson, en México, donde el argentino sufrió hasta el octavo round el castigo del estadounidense. Al llegar el noveno asalto, el santacruceño logró noquear al rival y retener el título. “Al pelear tanto en esos ocho round, él me iba ganando ampliamente porque yo tenía las dos cejas cortadas, perdía sangre, la boca rota, estaba hecho mierda hasta que le emboque una piña. Le tiré la mano derecha para noquearlo y lo agarré con la izquierda. Por suerte me consagré fue una pelea histórica que va a quedar para siempre en el recuerdo de todos los argentinos”, remarcó.

Catalogado como un gran boxeador argentino, Castro confesó: “Mi mayor virtud era el boleo de derecha que iba al mentón y noqueaba mucho con esa trompada y mi mayor defecto fue no abandonar, como la pelea con Jackson nunca baje los brazos. Nunca tuve cábala, era subirme al ring y no importarme nada, ni como se llamaba”.

A los 28 años, después de perder el título, Roña decidió dejar ser apadrinado por su manager y resaltó: “A mi siempre me cagaban, me sacaban más de lo que me tenían que sacar. Preferí quedarme solo, ganaba mucho más dinero solo que estando con manager, eso es lo que pasó conmigo”.

La carrera de Locomotora fue sublime hasta 2005 cuando sufrió un accidente automovilístico en Buenos Aires. De ese hecho, el boxeador afirmó: “Si me preguntas que me pasó nunca supe, me dormí, me agarró un árbol y cuando me desperté a los 27 días estaba con cables por todos lados. Nunca se me pasó por la cabeza abandonar, luego volví a pelear pero no era el mismo y después, en 2007 decidí retirarme porque ya había hecho todo, no tenía más nada que demostrar”.

Hoy en día, Jorge Castro no tiene relación con el boxeo. Su único vínculo es su gimnasio ubicado en la localidad de Temperley. Actualmente, afirma que no sería ni técnico ni manager y explicó: “No me gustaría tener algún cargo de esos porque no viviría del esfuerzo humano. De mi han vivido mucho y no quiero hacerle lo mismo a los pibes que comienzan”.

Por otro lado, dio su punto de vista sobre lo que es el boxeo tanto femenino como masculino y opinó: “Yo dije que las mujeres eran para la casa y me sacó cagando la Tigresa Acuña porque fue una boxeadora espectacular y después vinieron muchas pibas mejores y las felicito porque son deportistas que se hicieron con aguante. Y los boxeadores argentinos están muy caídos, muy quedados, no hay figura como para decir si este puede ser campeón del mundo. Si vos me decís ¿Cuál puede ser? Yo te digo no, no hay”.

Por último, en estos tiempos de coronavirus, Locomotora Castro demuestra que es una persona humilde ante todo con un corazón enorme (como su carrera) y ayuda a comedores y merenderos. “Como no puedo abrir el gimnasio, estoy ayudando a la gente que más necesita dándole lo mejor: comida, ropa, alimentos no perecederos, reparto verduras y frutas. Es muy bueno porque hoy en día varias personas lo necesitan. La gente me trata cómo siempre, soy una persona común y corriente”, finalizó.

Walter Matthysse Jr debuta como profesional en el boxeo

Por Juan Estévez

El encargado de continuar el legado de los Matthysse tendrá su estreno en la categoría Welter de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) este sábado 24 de de octubre en la ciudad brasileña de San Pablo, frente al local Fernando Henrique Messias Machado, invicto con 2-0 (1 KO).

“Voy a representar a mi país de la mejor manera este 24 de octubre. Espero me estén apoyando todos por la pantalla de TyC Sports”, compartió el pugilista en sus redes sociales.

En el ámbito amateur, Walter Matthysse Jr obtuvo números más que positivos con un total de 63 peleas de las que se desprenden 30 victorias por nocaut, 3 derrotas y 1 empate. Además, se consagró como campeón regional, provincial y en 2018 alcanzó el título de campeón mundial amateur del CMB en la categoría hasta 75 kilos, donde venció al estadounidense Jerry Bradford.

En comunicación con el sitio Pasta de Campeón, el joven de 22 años declaró: “Estoy muy contento con los logros que he tenido hasta ahora, aunque para mí ya es mucho porque por un momento de mi vida creí que no podía llegar ni a la esquina… pero aún queda muchísimo más por lograr”.

Sampson Lewkowicz, promotor de Matthysse Jr, será el organizador de la jornada que, junto al Consejo Nacional de Boxeo de Brasil y la Comisión Uruguaya de Boxeo Amateur y Profesional, tendrá como combate principal a Juan Hernan Leal y Fernando Luis Pinto, por el título latino vacante de peso wélter de la Organización Mundial de Boxeo.

Auge y caída de un proyecto único: los Galácticos de Real Madrid

Por Ramiro Franco

A mediados del 2000, el Real Madrid se consagraba como el último campeón de Europa del siglo XX, al derrotar por 3 a 0 al Valencia de los argentinos Héctor Cúper y Claudio el piojo López. La situación no podía ir mejor para el presidente merengue, Lorenzo Sanz, que traía de Francia la segunda copa europea durante su gestión. Tanta era su satisfacción que, apenas un mes después, decide llamar a elecciones para alargar su mandato. Un solo candidato de la oposición le haría frente, el empresario Florentino Pérez, que mantenía conversaciones con algunas figuras del futbol mundial.

Pérez lanzó su bomba de campaña poco antes de las elecciones, donde afirmaba que si asumía como presidente del club blanco, traería al delantero emblema del Barcelona Luis Figo, como primer fichaje. Para dar credibilidad a sus declaraciones, prometió que si ganaba y Figo no vestía de blanco, pagaría con su dinero el abono de todos los socios. La expectativa implantada por Florentino superó los logros cosechados por Sanz y los votos se decantaron por el empresario.

El 16 de julio del 2000 se confirmó la sorpresa, Florentino Pérez tomaba el control del Real Madrid. El primer movimiento del nuevo mandatario fue cumplir su promesa. Fichó al portugués Figo por 60 millones de euros, lo que sería por ese entonces el fichaje más caro de la historia. Aquella temporada, los merengues también ficharon a Makélélé, Flávio Conceição, Munitis y Santiago Solari. En total se invirtieron casi 120 millones de euros, lo que tuvo que solventarse con las prematuras salidas del capitán Fernando Redondo al Milán y Nicolás Anelka al PSG. Pérez dio el primer paso de su sueño de rellenar al equipo de estrellas, pero si quería ser el mejor equipo del mundo debía tener al mejor jugador del mundo.

Luego de la derrota ante Boca Juniors por la copa Intercontinental en Japón, el empresario español puso sus ojos en el francés Zinedine Zidane, campeón de Europa y del mundo con su selección. Durante la ceremonia del “Balón de Oro” donde Zizou sería galardonado como mejor jugador del mundo, Florentino Pérez le acercó una servilleta donde preguntaba si este estaba interesado en mudarse a Madrid. El mediocampista de la Juventus contestó que sí, ya que en Italia no estaba cómodo y quería un cambio. Las negociaciones culminaron con el traspaso del astro francés por la suma de 75 millones de euros.

Desde ese entonces el equipo se popularizó bajo el nombre Los Galácticos, que refería a que la manera de jugar de estos jugadores venía “de otra galaxia”. Pérez estableció el hábito de comprar al menos un galáctico cada verano, para aumentar el nivel de comercialización del equipo. Esta política fue inicialmente llamada “Zidanes y Pavones”. Este nombre vino del fichaje de Zinedine Zidane y del ascenso al primer equipo de Francisco Pavón. La idea del presidente era firmar una de las principales superestrellas por año y promover jóvenes desde la cantera.

La delantera del Equipo Galáctico, conformada por Raúl, Zidane y Figo, logró la 9na Champions League con un gol del galo en la final ante el Bayer Leverkusen.

En el verano del 2002 se disputó el Mundial de fútbol en Corea y Japón, donde Ronaldo Nazário demostraría que seguía siendo uno de los mejores jugadores al salir campeón del mundo con su selección. El Real Madrid aprovechó las peleas de Nazário con el cuerpo técnico del Inter de Milán, y concretó su fichaje al finalizar el Mundial por 45 millones de euros. En su debut en el Bernabéu, el brasileño solo tardó un minuto en meter su primer gol.

El Fenómeno encajó perfectamente en el equipo que se consagró campeón de la Liga y copa Intercontinental de ese año, mientras que individualmente fue galardonado con el “Balón de Oro”. Sin embargo, en la Champions los merengues caerían en semifinales ante la Juventus que daría vuelta la serie en Turín. El planteamiento de Vicente Del Bosque y la mala actuación de Fernando Hierro marcarían el futuro de cada uno en el club. Florentino Pérez decidió no renovar ni al entrenador ni al capitán del Real Madrid, enturbiando las celebraciones de los títulos obtenidos.

Para la temporada 2003/04, Carlos Queiroz se haría cargo del equipo, mientras que el británico David Beckham llegaría como la última pieza de los Galácticos. El mediocampista arribó a España por 36 millones de euros y su llegada significó un aumento masivo en la venta de indumentaria madridista. De esta forma se cumplía el sueño de Florentino Pérez. Y en estos cuatro jugadores se habían invertido casi 200 millones de euros.

El equipo goleaba, sus estrellas brillaban y jugaban el mejor futbol de Europa. Pero desafortunadamente, el proyecto de 4 años de Pérez se desarmaría al poco tiempo de completarse. La falta de suplentes competentes exprimió la energía de las figuras merengues, que llegaron al final de la temporada extenuados.

En la final de la Copa del Rey caerían ante el Real Zaragoza por 3 a 2 con un gol en el alargue. Poco después serían eliminados de los cuartos de final de la Champions, a manos del Mónaco de un Morientes encendido. Finalmente, el derrumbe del equipo blanco se consumaría en el ámbito nacional, donde perderían la liga a pesar de tener una ventaja de 8 puntos a pocas fechas del final. Los dirigidos por Queiroz perdieron seis de las siete últimas jornadas.

Después de la temporada desastrosa, Florentino contrató cómo DT a José Antonio Camacho para reflotar su sueño galáctico en la temporada 2004/05.También trajo a Walter Samuel, Jonathan Woodgate y Michael Owen, además del regreso del cedido Fernando Morientes. A pesar del cambio de aire, el Madrid acabaría segundo en la liga y eliminado en octavos de Champions por la Juventus. Otra temporada en blanco para los galácticos.

La 2005/06 comenzaría con otro entrenador, esta vez sería Vanderlei Luxemburgo, quien no pudo evitar la marcha del primer galáctico: Ante la falta de titularidad, Luis Figo abandonó el Real Madrid para irse al Inter de Milán. Junto con este se marcharon Samuel, Owen y Solari. En su lugar, arribaron los brasileños Robinho, Cicinho y Baptista; además de los uruguayos Pablo García y Diogo. Pero el fichaje más importante fue el de Sergio Ramos proveniente del Sevilla, quien sería el primer jugador español comprado por Florentino Pérez.

A pesar de las compras, la temporada no cambiaría mucho para los blancos: Un choque con el Barcelona de Ronaldinho provocó la dimisión de Luxemburgo y el posterior arribo de López Caro. El fichaje del italiano Antonio Cassano no alivió los males del equipo merengue, que terminó perdiendo sus opciones de liga con una derrota en Mallorca. Este partido significó la posterior renuncia de Florentino Pérez, que abandonó el club al verse incapaz de reflotar el proyecto. Una semana después, el Madrid quedaría eliminado de Champions por el Arsenal de Henry. Era la tercera temporada consecutiva sin títulos importantes. La era Galáctica culminaría con el retiro de Zinedine Zidane y la llamada a elecciones que ganaría Ramón Calderón.

Durante los 6 años del ciclo Galáctico, el Real Madrid de Florentino Pérez obtuvo 7 títulos, incluyendo 2 ligas, 1 Champions y 1 copa Intercontinental. Un proyecto ambicioso que generó admiración y decepción a partes iguales, y que volvió a comenzar a mediados de 2009 con la vuelta de Pérez al club, y la contratación de Cristiano Ronaldo, Kaká y Karim Benzemá, pera esa es otra historia.

Los tres actos en la vida de los hermanos Crismanich

Por Nicolás Rogovsky

En la provincia de Corrientes comenzó una historia de gloria deportiva, que aún hoy sigue dando sus frutos. Con inicios en el Taekwondo, luego se extendió al deporte y la cultura en general. Los protagonistas son los hermanos Mauro y Sebastián Crismanich.

¿Cómo comenzó la pasión por la actividad física en la familia Crismanich? Durante su infancia, sus padres les exigían que practicaran algún deporte, según Sebastián, debido a que “era una salida de malos entornos, a través del cual buscaban una vida sana”.

Mientras el mayor de los hermanos comenzaba a interiorizarse en el taekwondo, donde encontraba formas de “canalizar los sentimientos, descargarse y levantar la autoestima”, su hermano no se decidía entre esa arte marcial y el fútbol. “A Sebastián no le gustaba golpear ni que lo golpearan, por eso no le terminaba de gustar la disciplina”, recuerda Mauro, hoy a sus 36 años.

“A mí me atrapaban más los deportes colectivos para jugar con otros chicos, como el fútbol, el rugby, el básquet”, ratifica Sebastián, aunque aclara que en un primer momento jugaban “para ejercitarse y divertirse, sin proyectar una carrera profesional”.

Sebastián, el menor de los hermanos por tres años de diferencia, repartía su tiempo entre taekwondo y fútbol. Se destacaba tanto con la pelota que jugaba partidos con su categoría y con los más grandes. De hecho, cuenta que tuvo la chance de probarse en clubes grandes del país, pero por motivos que él enumera, terminó consolidado en el taekwondo: “Mis viejos tenían miedo al fútbol por los valores, que no son los mismos que en artes marciales. Tampoco quería alejarme de mi familia en Corrientes por irme a un club de fútbol en otra provincia”.

En un torneo de fútbol Sebastián recibió una dura patada que le dejó la pierna lastimada, y días después debía competir en un torneo importante de taekwondo. Allí el papá le explicó que tenía que tomar una determinación porque no podía “especializarse en ambos deportes a la vez”. Así fue cómo ambos hermanos comenzaron a enfocarse al ciento por ciento en el arte marcial, y su padre vendió algunos instrumentos de la pesca y la caza que eran parte de su ocio, para pagar los viajes a los distintos torneos que irían a competir.

La primera vez que compitieron fue en Mar del Plata en 1994, con apenas 7 y 10 años cada uno. Según ellos mismos cuentan, recibieron muchos más golpes de los que pudieron dar, incluso Mauro sufrió una fisura, y volvieron para Corrientes sin haber tenido un buen rendimiento en las peleas.

Tras un nuevo torneo sin resultados positivos, emprendieron viaje a Misiones, donde lograron diferenciarse de sus rivales, y posicionarse entre los mejores de ese certamen, factor que ayudó para que se motiven para el futuro.

El punto de quiebre para los Crismanich fue cuando Mauro se consagró campeón en un Torneo Nacional en 2001, y el entrenador de la Selección, Julio Ramos, lo convocó para el selectivo de 55 kilos del Panamericano Juvenil. Tiempo más tarde, Mauro le contaría al técnico sobre la habilidad de su hermano para llevarlo a una prueba. “Todavía sin ser cinturón negro, Sebastián vino y deslumbró a todos con su gran técnica”, recuerda.

Después de algunos torneos juveniles que les sirvieron para crecer y formarse, llegó su primer desafío a nivel mayores, el Mundial de Madrid en 2005. Sebastián habla de ese evento con orgullo: “Fuimos sin experiencia en competencias de adultos, al darnos cuenta de que estuvimos muy bien y éramos competitivos fue una motivación e ilusión para el futuro. Peleabas contra algunos rivales que parecían inalcanzables. Nos dimos cuenta de que estábamos para mucho más. Antes no se esperaba que un argentino pase la primera ronda, cambiamos esa idea”. Ambos llegaron a los cuartos de final en esa ocasión, logrando una marca sin precedentes en el taekwondo argentino.

Tras su gran actuación en el Mundial, llegaron a la conclusión que debían cambiar su físico para combatir contra los más grandes. Por ese motivo se mudaron a Córdoba con Giovanni Baeza, entrenador que los puso a tono físicamente y que los preparó para su glorioso futuro. “En nuestra llegada a Córdoba conocimos el deporte de alto rendimiento. Triplicamos la cantidad de entrenamiento, y Gio nos potenció al máximo nivel”, explica Mauro.

En su etapa en Córdoba, invitaron a una persona que los hermanos ya conocían a sumarse a su vida. Se trataba de Lucas Guzmán, que luego sería campeón panamericano en Lima en el 2019, y medalla de bronce en los Juegos de la Juventud, disputados en Buenos Aires.

Su relación comenzó hace 16 años cuando los hermanos dieron un seminario de taekwondo en Merlo, lugar de origen de Guzmán, quien rememora ese hecho con mucha satisfacción: “A mis diez años conocí a Seba y Mauro, en un curso en Merlo. Los veía y me daba cuenta de que técnicamente eran diferentes. Me encantaba verlos a ellos y fueron una inspiración para mí desde muy chico”.

El deportista, que se prepara para competir en sus primeros Juegos Olímpicos el año que viene en Tokio, explica la importancia de los hermanos para su desarrollo como atleta y persona: “Me tomaron como un hermano más. Me invitaban a clínicas y campamentos. Hay una linda amistad. También me enseñaron de táctica, pero mucho más de cómo usar mi cabeza a mi favor, muchos valores que hoy me representan, y tienen que ver directamente con mis resultados”.

El joven de 26 años, que también estudia para ser Licenciado en Alto Rendimiento Deportivo, admite que debido a la distancia hoy no comparten tantos momentos, pero cuando los ve siente “una alegría inmensa e indescriptible, como si fueran mejores amigos o familia”.

Caída y resurrección

Luego de esa linda etapa con Guzmán, Sebastián Crismanich vivió un duro hecho deportivo que lo pudo alejar del taekwondo en la clasificación para los Juegos Olímpicos de Beijing en 2008. “Sufrí una derrota injusta que me costó meses psicológicamente convencerme de que podía llegar a otro Juego Olímpico. Me tomé unas vacaciones porque no quería saber nada del deporte”.

Según él, gracias a su “fortaleza mental”, pudo recomponerse de esa situación y salir adelante con más energía que antes. “No valía la pena tirar todo a la basura. Hice el duelo y volví con todo para Londres”, recuerda Sebastián.

Ya en 2009, Mauro llegaría al mejor momento de su carrera tras conseguir la medalla de bronce en el Mundial de Taekwondo realizado en Dinamarca, y quedando en la historia del deporte argentino, por ser el primero en lograrlo. Hasta el día de hoy, sigue recordando ese momento “con mucha emoción y orgullo”. Una vez conseguida esa conquista, siguió luchando, aunque ya se sentía realizado, y quería enfocarse en que Sebastián lograra cumplir también sus metas.

“Cuando tenía ocho años conocí a Camau Espíndola, un atleta correntino que nos explicó como era caminar por las calles siendo un atleta olímpico. Me chocó mucho, ese día fue determinante para mí. Entendí que mi meta era ser campeón olímpico”, contó Sebastián. Y así fue. 17 años después de ese momento, se consagró campeón en los Juegos Olímpicos de Londres, convirtiéndose en el máximo referente argentino en la historia del taekwondo.

A propósito de esa histórica victoria, Sebastián recuerda emocionado y orgulloso, pero sabe del esfuerzo que le conllevó llegar a esa gloriosa medalla de oro: “Un atleta olímpico no se hace de un día para otro. Fueron años de dejarlo todo para que llegase ese momento único. El camino se empieza a construir desde muy chico porque pones como prioridad tu carrera deportiva ante cualquier cosa. No me arrepiento de nada, mi sueño era ser un deportista de élite y lo conseguí”.

El día siguiente

Luego de llegar a la gloria deportiva, los hermanos que ya eran referentes del taekwondo argentino y mundial fueron por más. En 2013 Mauro decidió retirarse de la disciplina como competidor. Estudió Marketing y Publicidad Digital, y fundó Team Crismanich, una escuela donde él comenzó a dar clases de taekwondo, y llegó a tener cuarenta alumnos por su cuenta.

Mientras tanto, el menor de los Crismanich se preparaba para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016. Pero las lesiones, que fueron una constante durante su carrera, le jugaron una mala pasada. Se fracturó tibia y peroné, intentó volver al circuito para llegar a la competencia internacional, pero los dolores eran muy fuertes. “No poder dar el 100% me generaba mucha frustración. Por eso me propuse retirarme a tiempo bien y con la frente en alto. Me costó mucho tiempo saber cómo seguir después del retiro”, recuerda Sebastián.

Tiempo después descubrió su vocación: “Encontré mi lugar dando seminarios, clínicas y charlas para jóvenes que buscan convertirse en la mejor versión de ellos mismos, y crecer con el deporte. También me involucré en proyectos de detección de talento, con el apoyo del Enard.  El objetivo es descentralizar el alcance de los deportistas nacionales, que los del interior tengan más oportunidades”.

Además de sumarse a la conducción de Team Crismanich junto a su hermano, Sebastián hoy es el presidente de la Federación Argentina de Taekwondo, miembro del Comité Olímpico Argentino, y encabeza el proyecto de detección de talentos del Enard por todo el país.

La academia hoy tiene sedes en Corrientes, Formosa, Córdoba y Buenos aires, en las que reúnen 300 alumnos y 14 cinturones negros como profesores. Tres son las orientaciones a las que sus conductores apuntan: La deportiva es para aquellos que quieren formarse como atletas y competir en las artes marciales; la recreativa para los que buscan hacer deportes para ejercitarse y divertirse; el plano social en el cual incluir la mayor cantidad de gente posible para sacarlos de malos entornos es el objetivo, que puedan distenderse a través del deporte, conocer gente nueva, y sentirse incluidos.

Otro aporte comunitario en el que participaron los Crismanich, fue que gracias a sus influencias y la ayuda de autoridades gubernamentales, se creó en Corrientes el primer Centro de Alto Rendimiento de la región, en 2016. Chicos de las provincias aledañas se acercan a entrenar allí. Pero no sólo es un lugar de entrenamiento, también se usa como sede de ayuda social para que aquellas personas más humildes puedan acercarse a satisfacer algunas de sus necesidades básicas, como por ejemplo ir a comer algo cuando el Centro se usa de merendero.

La creación de la fundación Hermanos Crismanich, con base en el Centro de Alto Rendimiento, también es una clara muestra del compromiso con la sociedad que llevan. En esta organización benéfica buscan proveer de insumos y preparación a los atletas de las diversas actividades olímpicas que se llevan a cabo allí. No solo el taekwondo, sino también karate, lucha, kick boxing, y levantamiento de pesas.

Mauro y Sebastián son considerados referentes del taekwondo y del deporte argentino. También son muy respetados y queridos por su preocupación por los demás, sus roles de formación y educación a través de las actividades deportivas. Son el pasado del taekwondo argentino por haber hecho historia en el deporte, y son el presente por sus constantes acciones para la evolución de los más chicos deportiva y humanamente. También son parte del futuro porque en la actualidad están formando a las próximas generaciones argentinas, que serán grandes deportivamente, y más importante aún, mejores personas.

Schumacher en la F1, espejismo de un tiempo mejor

Por Ignacio Maida

Casi dos realidades completamente diferentes. Por un lado está Ferrari que claudica en la zona media de la Fórmula 1; mientras que por el otro, aparece Mick Schumacher que sigue haciendo honor a su apellido con su altísimo nivel y está cerca de convertirse en el tercer integrante de su familia en correr en la máxima.

Ferrari está pasando por una crisis institucional sin precedentes en la Fórmula 1, sin un auto competitivo, con un Sebastian Vettel desdibujado, en un nivel muy bajo para un ex campeón del mundo, y un Charles Leclerc que trata de sacarle lo máximo a un monoplaza que está lejos de sus expectativas. Las esperanzas de volver a tener un auto que les permita pelear por el torneo de pilotos y el de constructores parece lejano, al menos, hasta el cambio de reglamentación que se implementará para la temporada 2022.

El tope de presupuesto que entrará en vigencia la siguiente temporada e impedirá que los equipos gasten más de 145 millones por año, busca generar competitividad y acercar a las inmensas escuderías como Mercedes, Red Bull o Ferrari a las más humildes como Williams y Haas, entre otras.

Esa norma, a priori, parece dificultar aún más la situación de los de Maranello, ya que no podrán continuar con las millonarias inversiones en desarrollo que venían realizando hasta ahora. En medio de todo ese mar de problemas, apareció un oasis de esperanza que no viene desde Mónaco, como muchos esperaban; sino que de la Fórmula 2 y del apellido que hace delirar, más que cualquier otro, a los  tifosi: Schumacher.

Resulta ser que Mick, el hijo del heptacampéon del mundo  Michael Schumacher, está teniendo una muy buena temporada en la categoría que funciona como la antesala de la F1, donde lidera el torneo con 191 unidades, 22 más que Callum Llot, su principal perseguidor con cuatro carreras restantes. El hijo del Káiser salió victorioso en Monza  y en Sochi. También, posee dos segundos puestos y seis terceros en la temporada.

“Si hablaras con mi familia y amigos cercanos, te dirían que no puedo soportar perder en nada. No importa lo que sea: un juego simple, correr hacia un árbol, lucha de pulgares. No importa cuál sea el desafío; necesito ganar. Tuve pérdidas y reveses. Y los dolores reales y el ego me enseñaron cómo perder, y si te toca, hacerlo con clase. Perder también viene con oportunidades para lecciones sobre errores”, confesó Mick en una carta de Under Armour –uno de sus sponsors-.

El joven de 21 años nacido en Suiza, pero que corre bajo la bandera alemana, comenzó su carrera automovilística en la categoría Kerpener Kartchallenge, donde finalizó 1º en 2010. Para evitar la atención debido a su padre, corrió sus primeros años bajo el seudónimo “Mick Betsch”, usando el apellido de soltera de su madre.

El 13 de diciembre de 2013 su vida daría un vuelco de 180°, debido al accidente que sufrió su padre al golpearse la cabeza mientras esquiaba fuera de pista junto a Mick en la estación invernal de Méribel, en los Alpes franceses. El accidente dejó en coma durante un año al múltiple campeón del mundo y le causo grave daños cerebrales, que sigue tratando hasta hoy día. Su hijo fue quien lo socorrò en ese momento traumante, algo que lo dejó marcado y de lo que el joven de 21 años prefiere no hablar.

Los años subsiguientes participó en torneos KF en el país bávaro, hasta que, en 2015, dio el salto a los monoplazas, más precisamente a la ADAC F4 alemana con el equipo VAR. En 2016, se unió a la academia de jóvenes pilotos de Ferrari y comenzó a desenvolverse en el equipo Prema; que lo llevó a la F4 italiana, en la cual perdió el torneo con el argentino Marcos Siebert.

En 2017, Mick fue ascendido a la Fórmula 3 Europea y acabó 12° el certamen con un podio y, además, tuvo el honor de conducir el Benneton de su padre, en conmemoración de la primera victoria de Michael en F1. Esa descolorida temporada causó que distintos integrantes del Gran Circo dudaran de sus habilidades: “Hay muchas veces en las que veo a Michael en Mick. Lo conozco desde que era un niño. Creo que hubo un período en el que no estaba seguro, pero progresó mucho en los últimos doce meses”, aseguraba en su momento Ross Brawn, responsable técnico de la F-1 que trabajó en Ferrari con su padre.

Ya en la 2018, tras la adaptación del año previo, todo fue color de rosas para él: arrancó con dos podios en la primera cuatro carreras, salió victorioso por primera vez en Spa, para luego repetir en Silverstone y Misano. Más tarde ganó cinco carreras de forma consecutiva; las tres en  Nürburgring y dos en el Red Bull Ring, para coronarse en la última fecha sobre Dan Ticktum.

En 2019, fue promovido a la Fórmula 2, donde culminó su primera temporada duodécimo con 53 puntos y una victoria en Budapest. Lo más destacable de ese año fue su acercamiento a los monoplazas de La máxima, ya que probó un Ferrari SF90 en los entrenamientos posteriores al Gran Premio de Bahréin de ese año y, en su primer día, marcó el segundo mejor tiempo de la jornada. Al día siguiente, pasó a conducir un Alfa Romeo C38.

No obstante, todo alcanzó un nuevo nivel cuando en julio de ese año en Hockenheimring se subió Ferrari F2004, con el que su padre obtuvo su último título en la categoría, en la antesala del Gran Premio de Alemania ante la atenta mirada de todos los fans que parecían tener un deja vú, que los trasladaba a tiempos mejores, donde el  Cavallino Rampante era quién mandaba en la F1 de los motores V10.

“No hay duda de que Mick es uno de los grandes talentos y sus resultados recientes lo han demostrado. Obviamente es rápido, pero también es consistente y maduro detrás del volante, todos los sellos distintivos de un campeón en ciernes. Nos impresionó con su enfoque y ética de trabajo en las ocasiones en las que estuvo con nosotros el año pasado y estamos deseando volver a trabajar con él”, explicó Frédéric Vasseur, director del equipo Alfa Romeo.

Este suceso se repitió en 2020, en la antesala del Gran Premio de la Toscana, que se corrió en Mugello, pista que es propiedad de Ferrari y en dónde los tifosi volvieron a ilusionarse con la chance de ver nuevamente una de las duplas más redituables en la historia de la máxima, como lo fue la de Schumacher con Ferrari. Casi un sinónimo de victoria en su época y que tan grabada ha quedado en la memoria colectiva de los fanáticos.

Ya en septiembre de este año, Mick fue anunciado como tercer piloto de Alfa Romeo y hubiese debutado en la primera sesión de entrenamientos libres del GP de Eifel en sustitución de Antonio Giovinazzi, de no ser por las malas condiciones climáticas de ese día en la región. Aunque si participó de una forma simbólica en ese Gran Premio, ya que le hizo entrega a Lewis Hamilton de uno de los cascos de su padre a modo de reconocimiento por haber igualado la histórica marca de 91 victorias que ostentaba el Káiser.

En el futuro cercano se espera que el joven desembarque en la Fórmula 1, de hecho no son pocos los que creen que ocupará la butaca de Kimi Räikkönen, quién se estima que se retirará al final de la presente temporada. El finlandés ha sido el último campeón con la escudería que posee más de mil presencias en la máxima y que el hijo del más grande ídolo que tienen sea quien lo reemplace, quien le da aún más epicidad y revuelo al asunto.

“La presión siempre está ahí. Uno siempre quiere hacer un buen trabajo pero mi nombre no me llevará a lo más alto de una clasificación. Estamos haciendo un buen trabajo en la F2 y eso al menos demuestra que estamos en el lugar correcto”, aseguró el joven Schumacher.

El deporte durante el peronismo

Por Thomas Somoza

Un país vale por la calidad de los hombres que lo pueblan y lo sirven. El deporte está dirigido a eso, a formar, por sobre todas las cosas, una buena persona.

Juan Domingo Perón

Antes de convertirse en presidente de la Nación, Juan Domingo Perón se había inscripto a los 15 años en el Colegio Militar, el 1 de marzo de 1911. Allí practicó —gracias a José Luchetti, su instructor en el Ejército, quien lo introdujo— esgrima, el deporte en el que mejor desempeño tenía, tanto que fue campeón militar y nacional por 10 años —también había experimentado el yachting, el remo y el boxeo—. El periodista Osvalo Jara señala en su libro Peronismo y deporte la historia completa que cultivó esa disciplina “como un hábito esencial e imprescindible para su formación”. Sus actuaciones eran tan destacadas que pudo haber participado de los Juegos Olímpicos de París en 1924, pero una versión sostiene que el ministro de Guerra Agustín Pedro Justo —durante la presidencia de Marcelo Torcuato de Alvear— se lo impidió porque alegaba que ya había muchos militares estudiando en Europa. “La actividad deportiva fue esencial para Perón, que la consideraba parte fundamental en la constitución de un individuo equilibrado en cuerpo, alma y mente”, indica Jara.

Foto: Universidad Nacional de La Plata

Así fue como pensó a la práctica deportiva, como una política de Estado luego de ganar las elecciones el 24 de febrero de 1946 —con María Eva Duarte como compañera— e implementó medidas para favorecer su crecimiento y el de los y las deportistas. En el libro El deporte en el primer peronismo, los historiadores Raanan Rein y Claudio Panella desarrollan: “Sucedió que por primera vez en la historia un Gobierno, el presidido por Perón, llevó adelante una gestión estatal cuyas políticas activas condujeron a la promoción y el desarrollo del deporte tanto profesional como amateur y comunitario”. Y justifican: “Se construyó infraestructura deportiva, se organizaron competencias y se apoyó económicamente a los deportistas, además de crearse organismos estatales que serían los encargados de hacer efectivas estas medidas”.

Una de las intervenciones del peronismo en esta materia fue la creación del Campeonato de Fútbol Infantil Doña María Eva Duarte de Perón (los Juegos Nacionales Evita) a mediados de 1948. El objetivo de este era promover la inclusión social de niños provenientes de sectores postergados que no eran alcanzados por otros planes sociales y, al mismo tiempo, realizar un control sanitario de la población infantil. El Dr. Ramón Carrillo —encargado de la Secretaría de Salud Pública, el organismo que nucleaba estos campeonatos— impulsó, mediante el Decreto 32912/48 del 23 de octubre de 1948, el examen médico predeportivo y obligatorio que permitía un reconocimiento completo de los participantes de cualquier torneo deportivo, y en el mismo afirmaba: “El objeto del deporte es perfeccionar la salud y no formar campeones”. Algunos de esos niños que luego se transformaron en grandes futbolistas fueron: Enrique Omar Sívori, José Sanfilippo, José Yudica, Alberto Rendo y, en 1973, Diego Maradona con Los Cebollitas. Rendo recordó en el lanzamiento de los Juegos en 1991: “Yo jugaba en el equipo ‘Tata Perón’ y nunca mientras viva me voy a olvidar que gracias a estos Campeonatos tuve la indumentaria deportiva completa y pisé el césped de la cancha de Boca Juniors por primera vez”. El lema de este certamen era: “Los únicos privilegiados son los niños”.

Foto: Archivo General de la Nación

Juan Manuel Fangio fue uno de los mejores pilotos en la historia del automovilismo. Ganó en cinco oportunidades (1951, 1954, 1955, 1956, 1957) el Gran Premio de Fórmula 1 y se ubica en la tercera posición de máximos ganadores por detrás de Lewis Hamilton (6) y Michael Schumacher (7). Nació en Balcarce el 24 de junio de 1911 y desde chico colaboró con la economía familiar. Comenzó a los 11 años a trabajar en un taller y poco a poco logró victorias a nivel nacional. Para llegar a las grandes carreras de Europa, el Gobierno presidido por Perón le brindó ayudas. El periodista Gastón Luppi cita al sociólogo Pablo Alabarces: “Todo el mundo se empeña en disimularlo, pero Fangio fue un campeón peronista. Perón le arma la campaña en el exterior. No hubiera existido Fangio sin peronismo”. “Efectivamente —continúa Luppi—, el peronismo le compró dos autos para correr y le pagó un sueldo como agregado en la Embajada argentina en Roma hasta 1950”. Pero no fue el único piloto beneficiado, ya que Froilán González —uno de los únicos tres que ganaron una carrera de Fórmula 1 junto a Fangio y Carlos Reutemann— también se vio favorecido para llegar a Europa. Era tanto el apoyo al deporte que Perón ordenó la creación del Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires —antes Autódromo 17 de octubre, por el Día de la Lealtad Peronista, y desde 2008 Autódromo Oscar y Juan Gálvez—, que fue inaugurado en 1952. Anteriormente se había disputado en 1948 el Gran Premio de América del Sur: la “Buenos Aires-Caracas” que organizó el Automóvil Club Argentino y en 1953 se corrió por primera vez en el país un Gran Premio de Fórmula 1.

Durante el peronismo, Argentina tuvo un gran desempeño en los Juegos Olímpicos de Londres en 1948, donde se consiguieron tres medallas de oro —Delfo Cabrera en atletismo y Pascual Pérez y Rafael Iglesias en boxeo—, tres de plata —Noemí Simonetto en atletismo, Carlos Díaz Sáenz Valiente en tiro y el equipo de vela— y una de bronce —Mauro Cía—. Esas siete medallas igualaron las logradas en Ámsterdam 1928 y Berlín 1936 y nunca se volvió a repetir esa cantidad —las seis de Atenas 2004 y Pekín 2008 fueron las más cercanas—. Los y las 242 deportistas llevados a suelo británico fue la mayor cantidad en la historia del país. Con estos resultados, Argentina postuló a Buenos Aires para ser sede los Juegos de 1956, pero perdió ante Melbourne en la votación que realizó el Comité Olímpico Internacional por 21 votos a 20. Sin embargo, en 1951 se recibieron los primeros Juegos Panamericanos y las 154 medallas obtenidas significaron el primer puesto por encima de las 98 cosechadas por Estados Unidos. Además, se albergaron certámenes de distintas disciplinas, como el Mundial de tiro en 1949 y el primer Campeonato Mundial de básquet —en el que Argentina se consagró campeona— en 1950.

Luego del golpe de Estado que derrocó a Perón en 1955, la autodenominada Revolución Libertadora que encabezaba Eduardo Lonardi instauró una dictadura cívico-militar y uno de los objetivos era “desperonizar” al país en todos sus ámbitos. El deporte no se salvó e instituciones y construcciones que tenían nombres relacionados al peronismo fueron cambiados —como el Club Cultural y Deportivo 17 de Agosto de Villa Pueyrredón, que antes poseía el nombre Club Barrio 17 de Octubre o, como se mencionó anteriormente, el Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires—. A los campeones del primer Mundial de básquet se les prohibió volver a jugar por estar vinculados al peronismo y a los que no se consideraban así también. Se le negó disputar partidos en el país a Mary Terán de Weiss, la primera tenista argentina en entrar en el top 10 del ranking, por expresarse abiertamente en concordancia con el Gobierno derrumbado.

“El fenómeno deportivo —escribe Jara— fue ni más ni menos que un acontecimiento cultural. Por primera vez, el deporte se había transformado en un ámbito accesible para todos. Hasta la llegada del peronismo, no existieron políticas deportivas destinadas a lograr su masificación. Al democratizar este ámbito se democratizaba la sociedad”. Rein y Panella desarrollan de manera similar: “Durante la década peronista el deporte argentino obtuvo una cantidad notable de triunfos a nivel internacional como nunca antes había sucedido y no sucedería después. Esto fue obra de la propia capacidad de los deportistas, claro está, pero en alguna medida también del apoyo gubernativo hacia estos y sus respectivas disciplinas”. El antropólogo y sociólogo Eduardo Archetti sostiene en su ensayo El deporte en argentina (1914-1983): “Esos diez años fueron, de algún modo, ejemplares y no hubo, posteriormente, otros intentos sistemáticos de vincular al deporte con la nación a través de políticas estatales claras y articuladas. Se podría decir que a partir de 1955 la relación entre deporte y nación se da cada vez más fuera del Estado”.