jueves, mayo 15, 2025
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Maradona, como leyenda urbana de todo un pueblo

Por Federico Bajo y Fernando Bajo

Una tarde invernal, en un pueblo de menos de 5 mil habitantes y en un estadio con cuatro pequeñas tribunas hechas con tablones de madera, el fútbol juntó a dos antagónicos números diez. Uno jugaba en una liga amateur, el otro ya había cautivado al mundo con su juego. Uno, el que jugaba en Argentinos de aquella localidad, dicen que era el mejor de su equipo. El otro era (es) el mejor futbolista de todos los tiempos. Uno, el de Argentinos, era Darío Lopardo que, mientras corría, lloraba de emoción, de alegría y de asombro por estar enfrentando a su ídolo de toda la vida. El otro, el ídolo, corría a su lado. Era Diego Armando Maradona.

La escena ocurrió el sábado 3 de junio de 1995 en Carlos Tejedor, ciudad ubicada al noroeste bonaerense, y a la cual Maradona arribó en una avioneta, para disputar un partido de exhibición, tras haber pagado él mismo el viaje.

Yo soy fanático de él. Cuando llegó la noticia de que iba a venir estaba enloquecido. No lo podía creer. A mi hijo le puse Diego por él”, cuenta Lopardo que hoy, 25 años después de aquel día, trabaja como ambulanciero. Tal era su amor por Maradona que previo al partido amistoso le pidió a su técnico dejar la camiseta número diez que usaba a menudo y ponerse la nueve. Lopardo sabía que su ídolo en algunos amistosos anteriores, en los últimos minutos de juego, tenía la costumbre de cambiarse de equipo con el diez rival y no quería perderse la oportunidad de jugar con él. Sin embargo, Diego nunca cambió de bando.

La llegada de Maradona a Tejedor se gestó en una concesionaria de autos. Allí se juntaban a charlar sobre fútbol y política un grupo de amigos entre los que estaba Luis Magnello, quien era secretario de Argentinos, y a ellos, a veces, se sumaba Marcelo Bottari, ex futbolista de Huracán de Parque Patricios que viajaba seguido a visitar sus campos que tenía en la ciudad bonaerense. Durante su estadía en Capital, Bottari cada tanto jugaba al fútbol 5 con Maradona, entre otros ex jugadores, y logró entablar una amistad.

—Es posible que llevemos a jugar a Diego a El Fortín de Olavarría un amistoso —les avisó Bottari.

—Pero, ¿cómo? ¿Por qué a Olavarría? —preguntó Magnello.

—Lo que pasa es que le vendo cereal a una empresa de allá, me hice amigo de dirigentes de fútbol y dijimos de hacer un partido para llevar a Maradona.

—No, dejate de joder. Traelo a Tejedor, ¿cómo lo vas a llevar a Olavarría? Traelo acá.

—Dejame ver, porque ya lo tenemos arreglado. Lo voy a conversar con él.

A la semana siguiente Bottari llamó a Magnello y le dijo: “Lo charlamos y le gustó la idea. Está entusiasmado así que va a ir a jugar a Tejedor”. Los dos clubes de la ciudad, Huracán y Argentinos, se unieron y comenzaron a preparar el evento.

 

Aquel Maradona que, acompañado por su representante Guillermo Coppola, viajó a 455 kilómetros de las luces de la Capital Federal, llevaba más de 11 meses -el 25 de junio de 1995 se cumpliría un año- sin disputar un partido oficial a raíz de la suspensión que le impuso la FIFA por resultar positivo en un control antidoping en el Mundial de Estados Unidos 1994. En ese lapso, el hombre de Villa Fiorito incursionó en la dirección técnica. Primero, el 3 de octubre de 1994 se transformó en el entrenador de Deportivo Mandiyú y luego, el 6 de enero del año siguiente, asumió como técnico de Racing Club, cargo que dejaría en mayo tras la derrota en las elecciones del hasta ese entonces presidente de la Academia, Juan Destéfano.

El encuentro en cuestión iba a realizarse el 25 de mayo, pero Maradona fue invitado a Mónaco para ver el Gran Premio de la Fórmula 1. Sin embargo, no olvidó su compromiso con su amigo Bottari y reprogramó el partido para el 3 de junio. Allí llevó su propio equipo para jugar, conformado por varios ex jugadores como el propio Bottari, Carlos Randazzo, Eduardo Papa y Carlos Torino, entre otros. Aquel grupo se había constituido a fines de 1994 para disputar en México el Mundial de fútbol rápido que, además de la presencia estelar de Maradona, contó con la participación de su hermano Raúl, conocido como Lalo, y la de otro ex futbolista, Juan Amador Sánchez. Este último fue quien organizó un encuentro para que el 6 de mayo del 95 Maradona juegue con ese equipo en Totoras, provincia de Santa Fe, y lugar de nacimiento de Sánchez. De la misma manera, en Tejedor, Maradona y sus amigos, que -a diferencia de Pelusa- viajaron en combi, salieron al campo de juego del estadio Hermanos García, que pertenece a Huracán, con una camiseta roja con detalles blancos en las mangas para enfrentarse a los dos equipos de la ciudad. El primer tiempo lo hicieron frente al local y el segundo contra Argentinos.

No obstante, hubo gente que no creyó que llegaba Maradona. El futbolista con más fieles en el mundo, por quien hasta fundaron la iglesia maradoniana, despertó suspicacias con la noticia de su arribo. Incluso, algunos de los futbolistas que jugaron ese día, tuvieron la certeza de que enfrentarían a uno de los mejores jugadores de todos los tiempos recién cuando vieron a la avioneta en la que se trasladaba sobrevolar por Tejedor. “Estábamos cambiándonos en el club cuando escuchamos el avión y ahí recién nos convencimos de que venía Diego”, recuerda Bruno Rodríguez, en ese tiempo estudiante de veterinaria e integrante del plantel de Argentinos. El sentimiento que tenían él y sus compañeros no era diferente al del resto del pueblo. “Mucha gente no fue porque no creía, era algo impensado”, explica Gustavo Iglesias, uno de los centrales de Argentinos aquella tarde.

Muchos de los presentes ese día coinciden en que era inverosímil el hecho de que Maradona pudiera presentarse en ese lugar. Esto, sumado a que la presencia del ex jugador de la selección argentina se confirmó finalmente el jueves 1 de junio, dos días antes del partido, explica los motivos de que solo estuvieran presentes cerca de 3 mil personas a pesar de que, en esos tres días, un grupo de dirigentes repartió volantes en otras localidades vecinas como Pehuajó, América y Trenque Lauquen.

Las crónicas periodísticas sobre aquella tarde reflejan que, ante la escasez de tribunas, el público improvisó con camiones jaulas que hicieron de gradas. Todos buscaban un lugar de privilegio para ver a Maradona. Aunque los hinchas no eran los únicos. En la previa al partido, el buffet del club Huracán, que funcionó como sala de prensa, estaba repleto de periodistas de medios regionales que habían ido a cubrir el histórico evento.

Una vez dentro del campo de juego, el mundo giraba en torno a Maradona. “Cuando ingresó a la cancha íbamos todos trotando atrás de él para que nos fotografíen mientras entraba en calor. Incluso, en el momento en que estábamos por sacarnos la foto con el equipo, Maradona viene corriendo para sumarse y con un compañero nos abrimos para que quede en el medio de nosotros y Diego apoya la mano izquierda en mi pierna derecha. Todavía tengo esa foto recortada y en un cuadro en mi casa”, cuenta Rodríguez. El encuentro terminó 8 a 0 a favor del equipo de Maradona que derrotó por 4 a 0 a cada uno de los conjuntos locales, pero el resultado fue lo que menos importó.

Para nosotros parecía que estábamos en otro mundo -apunta Iglesias-, lo mirábamos todo el tiempo a él”. Rodríguez ayuda a imaginar la dimensión de lo vivido: “Si hubiera sido en estos tiempos, habríamos jugado con el teléfono en la mano para sacarnos fotos y filmar”.

Para que la fiesta fuera completa, no podían faltar los goles del único futbolista de la cancha al que todos habían ido a ver. Por eso, los tejedorenses no quisieron dejar nada librado al azar. “Nuestro técnico nos dijo: ‘Hagamos que el espectáculo sea él’. Así que -relata Iglesias- nos pidió que le hiciéramos faltas cerca del área para que pueda patear”. Finalmente, Maradona -que esa tarde anotó tres tantos- tuvo un tiro libre al borde del área y puso la pelota en el ángulo izquierdo del arquero para que delire todo el pueblo. Casualidad o no, ese gol fue casi un adelanto de lo que se vendría en la vida de Maradona porque casi cuatro meses después, el 15 de octubre de 1995, en la cancha de Vélez y por la fecha 10 del torneo Apertura, vistiendo nuevamente la camiseta de Boca, convirtió ante Argentinos Juniors otra vez de tiro libre y desde una posición muy similar. La única diferencia es que en esta ocasión la pelota viajó al otro ángulo.

El partido se vivió como una fiesta. No solo los futbolistas cumplieron un sueño, los hinchas que se acercaron a la cancha también rememoran con emoción aquel día. José Merlotti, ex empleado del Banco Nación de Tejedor, es, quizá, el más afortunado de todos ellos. “Maradona se arrimó al alambre a charlar con nosotros como uno más. Tiene una humildad tremenda. Le habían comentado que yo salía a cazar cada tanto y me dijo si lo acompañaba un día. Un orgullo para mí, aunque nunca se concretó”, revela. Maradona no solo se tomó el tiempo para charlar con Merlotti, también se sacó fotos con los chicos que lograron ingresar al campo de juego. Y antes del encuentro, en la conferencia de prensa, elaboró una frase que, además de ser el título de la nota principal de la revista Esfera Deportiva, que realizó la cobertura del acontecimiento, dejaba en claro por qué había decidido viajar hasta aquel remoto pueblo: “Me gusta estar siempre en contacto con mi gente”. Debido a la cantidad de personas que querían estar, al menos por un momento, cerca de Maradona, un dirigente tuvo que entrar con su auto al campo de juego y acercarse hasta el túnel que conducía al vestuario para que pueda retirarse del estadio.

A pesar de que Maradona nunca más volvió a pisar Carlos Tejedor, en la ciudad en la que nació el mítico arquero Xeneize Hugo Orlando Gatti y murió en un accidente aéreo el piloto automovilístico Luis Di Palma, aún quedan vestigios de su paso: la camiseta que lució ese día.

Marcelo Bottari viajaba seguido a Carlos Tejedor y, cada vez que lo hacía, Oscar Bonetti, un amigo suyo, le insistía para que le consiguiera la camiseta.

—Mirá, es muy difícil porque no sé qué la ha hecho Diego, pero voy a intentar —le explicó Bottari a su amigo una vez.

A Bonetti esa respuesta no lo conformó. Un día, después de aquellos encargos incansables, Bottari apareció con la camiseta que había usado Maradona y se la regaló. Sin embargo, a la historia de la casaca le faltaba un capítulo más.

Alejandro Rocha, un gomero que tenía de cliente a Bonetti, aplicó la misma estrategia que este con Bottari. Le pidió en reiteradas oportunidades la camiseta, pero Bonetti fue contundente:

—Ni loco te la regalo. Mirá, Rocha, pedime cualquier cosa, pero no la camiseta de Maradona porque con lo que me costó conseguirla, mientras yo viva, la voy a conservar conmigo. No se la voy a regalar a nadie.

Varios años después, Bonetti, a quien le habían diagnosticado una grave enfermedad, apareció unos días antes de morir en la gomería de su amigo Rocha. Para ese entonces, la existencia de la camiseta había quedado en el olvido.

—Rochita necesito que me hagas un favor —se anunció Bonetti.

—Sí, Oscar. ¿Qué precisás?

—¿No me calibrás las cubiertas del auto?

—Sí, cómo no.

—Yo voy a poner a calentar el agua para tomar unos mates.

Una vez que la tarea del gomero había concluido, Bonetti, ya dispuesto a irse, le insiste:

—Che, decime cuánto es por el laburo.

—No, si no cobro para inflar las ruedas del auto.

—Sí, cobrame.

—No, no.

—Bueno entonces te voy a dar un presente —avisó Bonetti.

—Pero no es necesario, Oscar. No me tenés que dar nada…

Bonetti fue hasta el auto y volvió con una bolsa de nylon verde en la mano.

—Tomá, te regalo esto porque ¿sabés una cosa, Rochita? Me quedan muy pocos días, así que te hago este regalo y quiero que lo conserves de por vida.

En la bolsa estaba la camiseta roja, con el número 10 en negro estampado en la espalda, que Rocha conserva hasta hoy.

Revolución Bielsa

Por Thomas Somoza

El hombre nació en 1955 en una familia acomodada. Su abuelo era un Juez muy reconocido en Rosario. Pero, aun así, él poseía esa cuota de humildad, junto con el trabajo duro que siempre le inculcaron para llegar a los objetivos. Y, cuando llegó a Chile en 2007, quiso conocer las realidades de la gente que era como él nunca ha sido ni será. E intentó dar y ayudar sin esperar nada a cambio.

La Villa el Salitre está frente al Complejo Deportivo Juan Pinto Durán, donde se entrena la Selección chilena de fútbol. Más de diez villas rodean el predio y Marcelo Bielsa, cuando era entrenador de la Roja, las recorría caminando o en bicicleta. Paraba a comprar en alguna panadería o verdulería. Regalaba plata, ropa o asistía a enfermos. Cuando la ciudad de Concepción sufrió un terremoto el 27 de febrero de 2010, él acudió junto al sacerdote jesuita Felipe Berríos para visitar a las personas damnificadas.

—Todo lo que vi es demoledor, pero llegué aquí lleno de esperanza porque la gente con la que hablé tiene un dolor latente inmenso y lacerante. Pero a su vez ya están reconstruyéndose. Cada espacio físico que veía era imposible de asimilar. Y cada conversación que mantuve fue una bocanada de optimismo por el futuro de todos ustedes. Porque esa gente va a reconstruir lo que perdió, seguro—, fue el mensaje de Bielsa en el programa Chile ayuda a Chile el 6 de marzo de 2010.

No escapaba a su compromiso públicamente. Cuando el actual presidente de Chile Sebastián Piñera buscaba ser elegido para suceder a Michelle Bachelet en lo que terminó siendo su primer mandato (2010-2014) dijo en campaña: “Quiero ser como Bielsa para los chilenos”. El entrenador no titubeó al contestar: “Yo les digo a mis jugadores que quiero ser como Michelle Bachelet para ellos”.

Asumió como seleccionador el 10 de agosto de 2007. Antes de que firmara había recorrido las instalaciones del Pinto Durán con el presidente de la federación Harold Mayne-Nicholls. No estaban a la altura de una Selección. Pero Bielsa valoró la honestidad del mandatario, le pidió permiso para vivir ahí y empezó a dar conferencias, charlas y simposios por el país. La plata recaudada iba directo al predio para que los jugadores se sintieran cómodos con nuevas infraestructuras. Ponía gente a espantar a los pájaros que intentaban comerse las semillas para que creciera el pasto y hasta limpiaba personalmente algunos sectores.

Chile no se había clasificado a un Mundial hacía 12 años. No había proyectos y los jugadores tenían problemas de conducta. Pero el hombre que se recibió como Licenciado en Educación Física sabía cómo exprimir cada gota de los cuerpos chilenos. Algunos respondieron. Otros no aguantaron.

—Cuando me ofrecieron el seleccionado chileno, me junté con unos amigos para resolver si debía asumir. Vimos partidos, hablamos de fútbol y armamos una lista de 22 jugadores con los que, supuse, debíamos clasificar al Mundial. Al año quedaban 9 de esos 22—, admitió en noviembre de 2010.

Formó un equipo que peleaba en cualquier cancha. Marca individual en todo el terreno. Garra para marcar y presionar. Juego inteligente, pero también con dosis de corazón. Obtuvieron victorias en canchas donde jamás las habían logrado. Le ganaron a Argentina y finalizaron segundos en las Eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica. Solo un punto detrás de Brasil.

En el sur de África vencieron a Honduras y Suiza. Pusieron en aprietos a España, a la postre campeón, y quedaron eliminados en octavos contra Brasil. Pero la revolución en Chile no tenía vuelta atrás. Todo el país lo amaba. Transformó la sociedad y parte de la cultura, la que estudió antes de asumir con cineastas oriundos de esas tierras porque, para llenar otro casillero, el hombre es amante del cine. Les pedía a sus asistentes leer todas las cartas que le mandaban. Una era de un chico que estaba enfermo porque un profesor de educación física le dijo que era gordo y él dejó de comer. Bielsa procuró que no trascendieran sus visitas al muchacho. Y así hay acciones que el hombre realizó sin que nadie se enterase.

Ahora bien, ¿por qué no trascienden estos hechos, más allá de sus intentos porque no sean públicos? ¿Por qué se destacan resultados y se le exige tanto como si le debiese a alguien? Quizá él mismo pueda contestar:

—El procedimiento educativo más poderoso que tiene la sociedad ya no son más las escuelas. Son los medios de comunicación, porque influyen más que la familia y la escuela, que son los elementos genuinos de formación. Tienen intereses específicos y la educación tiene intereses diferentes. Se especializan en pervertir a los seres humanos según victoria o derrota.

Bielsa se deja conocer por pocos. Pero él estará para quienes le pidan una charla, como lo hizo Sergio Vigil, exentrenador de Las Leonas. Ambos se juntaron en 2002, comieron en una propiedad del entonces director técnico de la Selección Argentina en Máximo Paz y hablaron por horas de presión, tácticas y el éxito, entre otros ítems. Pero Vigil rescata otra cuestión:

—La fiesta más grande es con el ser humano que hay detrás del grandioso profesional que es Marcelo Bielsa.

Se despidió de Chile, casi con lágrimas, el 4 de febrero de 2011 en una conferencia que armó en Juan Pinto Durán. Explicó que los motivos de su renuncia eran porque Mayne-Nicholls no ganó las elecciones para presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP), en las que fue vencido por el empresario español Jorge Segovia, quien era dueño de una parte de las acciones de Unión Española. “Sé perfectamente que no puedo ni voy a trabajar en común con el señor Segovia. Es imposible que lo haga”, sentenció. Y recordó una frase del sacerdote Berríos:

—El que quiere y se siente querido, mejora. Aquí viví justamente eso: saberme querido, injustamente querido.

Superliga: cuatro años y un fracaso

Por H. Meriles, M. Pasanisi, M. García, V. Chiva y P. Fonseca

La Superliga llegó como una pionera de las tantas prometidas inversiones que caerían sobre nuestro país. Un negocio redondo que tendría el objetivo de potenciar, tanto económica como deportivamente, el desarrollo del fútbol argentino. Lo cierto es que las inversiones no llegaron y -desde 2017 hasta el día de hoy- los únicos cambios progresivos que se vieron en el fútbol fueron los aumentos que sufrió el valor inicial de la suscripción que permitiría ver los partidos de nuestro adorado y privado deporte.

En principio, el primer paso para la privatización se dio a partir de la finalización del contrato conocido como Fútbol Para Todos que tenía el gobierno, liderado por Cristina Fernández en su momento, con la Asociación del Fútbol Argentino. Esta ruptura impulsada por Mauricio Macri, quien -con un discurso igual de elitista que oportunista- quedó a cargo de la administración del Estado después de ganar las elecciones en 2015, abrió la puerta de un mercado al cual no tardaron en llegar compradores.

De esta manera, y con un jugoso acuerdo millonario de por medio, las empresas estadounidenses Fox y Turner se hicieron con los derechos de televisación y privatizaron la transmisión de los encuentros que se disputaban en el campeonato de Primera División, creando la ya nombrada Superliga.

Los nuevos dueños acordaron pagar a la AFA un adelanto de 1200 millones de pesos argentinos sumados a otros 3200 millones por temporada, con un contrato que tendría, en primera instancia, una duración de cinco años con la opción de extenderse otros cinco más. Si bien las cifras eran cercanas a las que manejaban sus competidores de MediaPro y ESPN, lo que inclinó la balanza hacia su favor fue el compromiso que tomaron al hacerse cargo del juicio que atravesaba el organismo que rige el fútbol con el Grupo Clarín por el incumplimiento de un acuerdo relacionado al Nacional B que los unía hasta 2014.

Una vez pactado el comienzo del torneo, los cableoperadores incluyeron en su cuota un abono mensual, llamado Pack Fútbol, que tuvo un valor no menor a $300 pesos durante los dos primeros semestres, pero en tan solo dos años su precio aumentó, acompañado por una caída fuerte en la economía, a $580, casi el doble de su estimación inicial. Además, se esperaba una inscripción de 1,5 millones de usuarios, la cual fue superada rápidamente ya que en febrero de 2019 presentó un total de entre 2,5 y 3 millones de clientes activos, lo que generó una suma mensual aproximada a los $9000 millones.

Un negocio redondo, pero no para todos. Cuando surgió el acuerdo que confirmaba la creación de la SAF, el dólar equivalía a casi 20 pesos argentinos. En la actualidad, la moneda estadounidense oscila entre los 128 y 130 pesos, lo que produce aumentos en todos los sectores y afecta significativamente el bolsillo de la población.

Por su parte, las compañías de televisión digital más solicitadas, entre ellas DirecTv y Telecentro, presentan una oferta que no desciende de los $3100 sin incluir el pack, números que son indudablemente imposibles para la mayoría.

Con el diario del lunes se sabe que el proyecto no prosperó, aún así, resulta interesante rascar el fondo de la olla para descubrir cuestiones que en su momento no se pudo, o estaban escondidas.

¿Fue verdaderamente funcional el desarrollo de la liga, como producto privado, para el crecimiento del fútbol en nuestro país?, o se utilizó para esconder otras intenciones relacionadas al establecimiento y consolidación de las Sociedades Anónimas.

El surgimiento de la SAF, como salvación en medio del caos

Para empezar a desglosar lo que dejó la Superliga, hay que remontar a su aparición en medio de un periodo de crisis en el fútbol argentino. Los mismos dirigentes que años anteriores habían levantado la mano en la asamblea y aprobaron el torneo de 30 equipos que imponía Julio Humberto Grondona por el temor que este generaba entre sus compañeros, no sabían cómo arreglar el mamarracho que habían hecho. Cuando el histórico mandamás de la AFA falleció en 2014, muchos quisieron borrar con el codo lo que escribieron con la mano, y no hicieron más que empeorar las cosas.

El experimento de 30 equipos no salió como se esperaba, hinchas de todo el país se mostraban en contra del mismo y ya muchos dirigentes estaban viendo la manera de arreglar el error que cometieron por decirle todo que sí a Don Julio. En el medio, estaba en juego quién ocuparía el sillón del despacho presidencial de la calle Viamonte. Para ello, había dos candidatos: por un lado, estaba Luis Segura, hombre que formaba parte del grupo que ya venía gobernando, y por el otro asomaba la figura de Marcelo Tinelli, que con su bloque venía con la idea de una “nueva AFA”.

Así, comenzó la disputa por el poder de manejar los hilos del fútbol argentino, se generó una grieta enorme que dividía ambos bandos y todo terminó con una bochornosa votación el 3 de diciembre de 2015, en la que participaban 75 votantes y el resultado increíblemente dio 38-38. Sí, aunque sea difícil de creer, dio empate cuando había un número impar de votantes, por lo que era imposible que eso ocurriera.

Mientras tanto, el campeonato de primera división volvió a cambiar su formato y en la primera mitad del 2016 se jugó un campeonato corto de transición, para equilibrar el calendario con las competiciones europeas. Dos zonas con quince equipos cada una, con una final entre el ganador de cada una para determinar al campeón. Luego, regresó el formato del torneo largo que enfrentaría a todos los equipos entre sí a una rueda, pero que esta vez iría de junio a junio, y se aprobó también la idea de bajar la cantidad de equipos aumentando a cuatro los descensos, y así equilibrar para dentro de un par de años volver a tener 20. Ese Torneo de la Independencia 2016/17, que tuvo a Boca como campeón, fue el último bajo la órbita de la AFA, ya que para la temporada 2017/18 pasó a manos de la Superliga.

Con Daniel Angelici como principal impulsor, quien contaba con el apoyo del entonces presidente del país Mauricio Macri, este nuevo organismo aparecía con la idea de ser un primer paso para la aparición de las sociedades anónimas, un tema tabú en el fútbol argentino. La finalidad era relanzar una competencia que estaba devaluada, con muchos equipos de un nivel deportivo muy flojo y además con problemas económicos, lo que llevaba a que muchos futboleros hayan perdido el encanto de ver nuestro torneo.

Un producto integral, que parecía ideal para el momento que se vivía. Venía con el propósito de generar más ingresos en los clubes y que el dinero se empezara a repartir más equitativamente, de acuerdo a los méritos que hacía cada uno. De esta manera, se ayudaría a aquellos que la estaban pasando mal y también haría posible que los equipos más débiles puedan armar planteles mejores y competir con los poderosos que, desde que empezaron los torneos largos, habían tomado el centro de la escena más que nunca. Otro punto que se quería imponer en el tema económico era la de tener las cuentas del club en orden, y establecer sanciones deportivas a aquellos que tengan deudas con otro club por el pase de algún jugador o con los sueldos de su propio plantel.

Darle más atractivo a la liga haría que ese producto pueda venderse a escala global y así expandir los horizontes del fútbol nacional. Se mejoraron los canales de difusión, creando perfiles exclusivos en las redes sociales principales (Twitter, Instagram, Facebook, YouTube) para generar cercanía con el hincha de nuestro país y, además, que se conozca en el exterior. Por esto, también, surgió la variación de poner un partido el domingo a las 11 de la mañana, ya que a esa hora en otros continentes sería de tarde o de noche (por ejemplo, en Asia) y se podría disfrutar en vivo de un Boca-Arsenal en La Bombonera.

En los papeles, todo sonaba lindo y parecía que era la ‘salvación’ del futbol argentino. Pero, había que llevarlo a la práctica. La idea de las SA en Argentina no cuenta con muchos adeptos por la pasión que tienen los hinchas, que no contemplan ‘vender’ sus colores y, además, por la importante acción social que tienen las instituciones.

La transformación de los clubes de asociaciones civiles a empresas, en un fútbol argentino que sólo cuenta con un par de clubes ricos (River y Boca), era una idea que solo parecía caber en la cabeza del gobierno de turno y sus allegados. Las deudas de los otros clubes podrían poner contra las cuerdas a la vieja estructura dirigencial y acelerar la llegada de las Sociedades Anónimas Deportivas apoyadas desde el gobierno, así como la posibilidad de que lleguen inversiones extranjeras que potencien la Superliga.

Eso sí, la interna daba todos los indicios que la decisión sería dura. Boca, con Angelici cercano a Macri y River, con D’Onofrio, en contra de las SAD, estaban en veredas opuestas. Rodolfo D’Onofrio no desestimaba el factor económico del fútbol y marcaba fuerte oposición al modelo de las SA. “En la Argentina los clubes son asociaciones civiles sin fines de lucro porque tienen muchas más actividades de índole social más allá del fútbol. Eso no significa que no tengamos que ir a buscar el superávit, porque esa es la razón de ser de las inversiones que hacemos en el club y lo que sostiene nuestro crecimiento”, dijo en 2017. “En un modelo de sociedad anónima, los resultados son dividendos que se reparten entre accionistas y no vuelven a los socios. Barcelona y Real Madrid son asociaciones civiles. Nada indica que por ser una SA te va a ir mejor”. El peso de las declaraciones del máximo mandamás de River Plate fue un puntapié más a la desestimación de esta idea irrisoria que surgía en el seno de la Casa Rosada.

Esto, sumado a que lo que proponía la Superliga, no se veía reflejado y no hizo más que mantener o hasta extender la brecha entre los grandes y los chicos, su inclusión tenía cada vez menos apoyo tanto entre los propios dirigentes como en la opinión pública, por lo que no tardó mucho tiempo en desaparecer y simplemente ser un capítulo más en la historia del fútbol argentino.

La pelota al costado, el negocio primero

En el periodo 2018-19, los derechos de TV sumaron 3.744 millones y los sponsors 537 millones, lo que arrojó un total de 4.281 millones, para repartir entre 26 equipos; un promedio de 164,6 millones, lo que implicó ese aumento del 55% en un año.

“Le ganamos a la inflación y al tipo de cambio. Si me dicen que tenemos un problema con el tipo de cambio o la inflación, no es cierto. El problema no es la plata que estamos repartiendo desde la organización”, explicó el Presidente de la Superliga Mariano Elizondo durante la presentación del informe de gestión en el marco del año 2017/18.

De la facturación total, la Superliga mantuvo el 2% para gastos operativos, el 18% se transfirió a la AFA y el resto se dividió entre los clubes. “En cuanto a la distribución de dinero, nuestro esquema es más similar al europeo. La diferencia en ingresos de TV entre el club que recibe más y el que recibe menos es 2.2 veces. Es decir, el que recibió más recibió 240 millones y el que recibió menos es 110 millones “, analizó Elizondo, agregando en clara referencia al momento en que los cheques de la AFA se cobraron en efectivo: “No tengo ningún cheque porque todo es por transferencia bancaria”.

Respecto al monitoreo que realizaba la Superliga de los balances de los clubes, el principal mandatario de la SAF aseguró en 2019: “Si tenemos clubes más sanos económica y financieramente, van a tener más tiempo a los jugadores en sus equipos y van a vender cuando corresponda vender. No como pasó históricamente que los clubes apuraban la venta de un jugador para cerrar el balance”.

El club que más ganó en la temporada 2018-2019 embolsó 193.750.254 de pesos. Por cuestiones de confidencialidad, no se reveló la entidad con mayores ingresos. En este período, se esperaba que el que más dinero reciba tendría ingresos por 275.555.164 de pesos; lo que significa un 42 por ciento más.

Por otro lado, el club que menos ganó se llevó 90.100.715 pesos, y en este ítem aparecen los descendidos San Martín de San Juan, San Martín de Tucumán y Belgrano. Esto, en contraposición con las afirmaciones de Elizondo sobre que el problema no pasa por el dinero’’, desnuda que la brecha de ganancia entre los que más y menos reciben sigue siendo agigantada, ya que fue por encima del doble.

Lo más llamativo es que, en la temporada 19/20, esa diferencia hubiera crecido aún más debido a que quien perciba los menores ingresos se llevaría 125.904.561, es decir que habrá un 39,7 por ciento de incremento. Entonces, la diferencia real sería aproximadamente de 150 millones de pesos.

Para responder ante esta cuestión, desde la organización explicaron que ‘’ya no se contemplan los antecedentes históricos’’ haciendo prevalecer el encendido de TV. De esta manera, un histórico como Argentinos Juniors sale perdiendo en el mano a mano con Defensa y Justicia, con pocos años en primera división.

En definitiva, la intención era la misma. Agrandar la brecha entre los que más y los que menos tienen, o pueden. El discurso del crecimiento económico tropezaba solo: mientras que los equipos denominados grandes, con proyecciones deportivas lógicamente más altas en relación a las del resto, obtenían importantes cantidades de capital, los equipos de menor índole veían como se los dejaba de lado nuevamente, cuando Superliga profesaba una idea de “igualdad” económica entre todas las instituciones que componían el campeonato de primera división.

El quiebre entre la SAF y AFA, y el nacimiento de la Liga Profesional

Sin embargo, a pesar de las ilusiones iniciales con la gestión Superliga y visualizarse un leve cambio para mejor, con el correr del tiempo fue todo en picada. Poner el negocio por sobre la pelota hizo que el fútbol argentino inicie su descenso en caída libre.

Las disputas económicas y de poder terminaron con la ruptura definitiva entre Superliga y la Asociación del Fútbol Argentino, en una relación que ya venía tirante y estaba sumamente desgastada.

El choque en el calendario de las competencias nacionales con partidos de la Selección, diferencias en cuanto al criterio de clasificación a copas internacionales (el caso de Tigre, con un tira y afloje para ver si finalmente disputaba la Copa Libertadores a pesar de su descenso), las sanciones a los clubes, la licitación de los derechos internacionales de televisión, y la distribución de ingresos, la cual consideraron los clubes como insuficiente comparado con las expectativas que se habían planteado cuando se creó del organismo, fueron algunos de los detonantes para que la SAF llegue a su fin.

Así, la AFA se decantó por la Liga Profesional de Fútbol como nueva entidad. Este organismo arranca con dos grandes obligaciones: en primer lugar, el negocio de los derechos televisivos (tanto internacionales como nacionales). Y segundo, deberá configurar y organizar los torneos del fútbol argentino. La gran prueba será lo que queda de este 2020 (cuando pueda reanudarse la actividad luego de la suspensión por la pandemia del Covid-19), y en 2021, donde será clave la reestructuración del campeonato local, y mucho depende de las decisiones que se tomen desde lo dirigencial.

La entidad madre seguirá teniendo bajo su manto al Tribunal de Disciplina y al Tribunal de Apelaciones, así como también las licencias para jugar en Primera División, y permisos para jugar copas internacionales. Lo que será compartido entre AFA y LPF, y que no es un dato menor, es el control del Fair Play Financiero de los clubes.

Al realizarse un gran cambio en cuanto a la estructura, esto conllevó, lógicamente, a una reestructuración en cuanto a los nombres. Marcelo Tinelli (San Lorenzo) será la cabeza de este nuevo proyecto, y en el Consejo Directivo tendrá a una línea de cuatro conformada por el resto de los presidentes de los clubes grandes: Rodolfo D’Onofrio (River), Jorge Amor Ameal (Boca Juniors), Hugo Moyano (Independiente) y Víctor Blanco (Racing).

No hay que dejar pasar de lado que es la vuelta de River a un cargo de peso, luego de estar alejado de la gestión Superliga y de la AFA en sí. Desde la década del 2000 que el Millonario atraviesa una relación tirante con la entidad reguladora, pasando por las marcadas diferencias con Daniel Passarella y posteriormente los fuertes conflictos desde la asunción del actual presidente, D’Onofrio.

Además, también formarán parte de la cúpula de la Liga Profesional de Fútbol: Cristian Malaspina (Argentinos Juniors), Hernán Arboleya (Lanús) y Mario Leito (Atlético Tucumán), los tres como vicepresidentes. Sergio Rapisarda (Vélez) será el Secretario. Y Gabriel Pellegrino (Gimnasia de La Plata), el Prosecretario.

La idea principal de la Liga Profesional, según su flamante presidente, Marcelo Tinelli es “mejorar todos los aspectos de la competencia, potenciar el ingreso de recursos para las instituciones y brindarles a los simpatizantes mejores espectáculos y servicios. Trabajar para ofrecer encuentros más atractivos, torneos dinámicos y crear infraestructuras sólidas que acompañen el crecimiento de la competencia local. El fútbol argentino debe recuperar el lugar de privilegio que supo tener y que lo convirtió en potencia mundial”.

Si para bien o para mal, no sabemos. El tiempo y los resultados dirán. Pero lo cierto y claro es que la reestructuración del fútbol argentino está en marcha. Ya arrancó una nueva página. Ya arrancó la era de la Liga Profesional de Fútbol.

Un cuento chino

Por Leandro Daniel Gambino

“Excelente profesional y mejor persona”. “Un pibe con una humildad inmensa”. “Un terrible delantero”, son las frases que se repiten cuando sus compañeros hablan de ese chico, que en la temporada 2004-2005, le daría inicio a una relación que continúa hasta hoy. Carlos Luna, de buen paso por All Boys en la temporada 2003-2004, con 16 goles en 39 partidos, llegó a Tigre de la mano de Ricardo Caruso Lombardi, quien ya lo había dirigido en el equipo de Floresta, para afrontar un nuevo desafío en su corta carrera como futbolista profesional, sin imaginarse que encontraría su lugar en el mundo.

El Chino Luna, a sus 22 años, se convirtió en el goleador del equipo de zona norte en el torneo de la Primera B Metropolitana. Con un promedio de gol 0,63, que son 24 goles en 38 partidos, un tercio de los tantos que convirtió el equipo en la competencia anual. Las actuaciones del delantero le permitieron al Matador conquistar los Torneos Apertura y Clausura con una cosecha récord en materia de puntos para la categoría creada en 1986, con un total de 93, y perdiendo solamente un partido en 40.

Gonzalo González, el defensor central de ese equipo, recuerda las tardes de concentración con el delantero cordobés. Luego de la merienda, se iba a caminar con Luna y Eugenio Peralta Cabrera, otro delantero de Tigre en esa temporada. Ingresaban a un local de ropa deportiva, que siempre era el mismo, y encontraban graciosa la situación de pedirle las alarmas que tiene la ropa al seguridad del establecimiento y guardarlas en el bolsillo de Peralta Cabrera para que cuando saliera del local, sonara la alarma.

Gustavo Sever, enganche del equipo bicampeón, cuenta esos viajes con Luna a los entrenamientos y cómo eran recompensados por los goles que hacía: “Yo lo pasaba a buscar. Él en ese momento vivía en Parque de los Patricios. El viaje lo hacíamos Gonzalo González, Facundo Lemmo, él y yo. Cada vez que alguno del auto convertía un gol, mí señora hacía una torta y la íbamos comiendo en el camino con unos mates”. Dentro de la cancha, Sever reconoce que el Chino le hacía todo más fácil: “Ese año la descoció toda y fue muy importante para mí, porque me permitió lucirme mucho por la posición en la que jugaba yo”.

El nacido en Piquillín empezó a quedar en la historia del club en la anteúltima fecha del Apertura. El 20 de noviembre de 2004, Tigre perdió con Los Andes de local y quedó puntero, pero a un punto del segundo, Platense, y tenía que ir a jugar a Vicente López el siguiente partido. Una semana después, llegó el clásico, y a los 21 minutos del primer tiempo, luego de un pase de Sever, el 9 enfrentó al arquero y, de taco, marcó el gol que, por un lado, abrió el camino al triunfo esa tarde y al campeonato Apertura y, por otro, consolidó la relación de amor mutuo con la hinchada de Tigre. En honor a este partido, los fanáticos del club de Victoria celebran todos los 27 de noviembre el “Día Internacional del Hincha de Tigre”.

A pesar de que a ese equipo le marcaban poco, recibió 24 goles en 40 partidos. Luciano Krikorian, defensor de ese plantel, reconoce que el delantero central fue la llave para sacar adelante partidos y devolver a la segunda categoría al club: “Fue determinante durante los dos torneos. Muchos de sus goles nos permitieron destrabar partidos, que a falta de pocos minutos para el final no podíamos ganar”. Los goles clave que marca el defensor se pueden ver, por ejemplo, en el primer partido de la segunda ronda, cuando Luna convirtió el primer y único gol del partido ante Flandria a los 89 minutos o el antepenúltimo partido de la misma ronda, cuando se despachó a los 95 minutos ante Los Andes de visitante. Con ese gol decretó el 3 a 3, que mantenía el invicto en ese torneo y en toda la temporada.

Con esa gran cantidad de goles y de buenas actuaciones no pasó desapercibido. Cuando terminó el Clausura, el 9 de julio de 2005, Racing posó sus ojos en el delantero, compró su pase y se lo llevó a disputar el torneo de Primera División en la siguiente temporada, pero el jugador sabía que no era el punto final en su relación con Tigre, sino más bien, un hasta luego. Hoy, Luna no solo volvió a Tigre, sino que se convirtió en uno de los máximos ídolos que tiene el club. 

La tarde épica de Gimnasia

Por Pedro Duffau, Leandro Gambino y Marcelo López Aspuru

La revancha de la promoción que Gimnasia y Esgrima La Plata le ganó a Atlético Rafaela en 2009 será recordada para siempre por todos los hinchas triperos. El Lobo, que estaba con nueve hombres cuando el descenso parecía un hecho consumado, alcanzó los tres goles que necesitaba para mantener la categoría. 

La ida la había ganado Rafaela como local por 3-0 con tres goles de Aldo Visconti. Sin embargo, el plantel de Gimnasia se tenía mucha confianza: “Tanto en lo personal como en lo grupal, estábamos muy comprometidos con la situación. Los hinchas tienen un muy fuerte sentido de pertenencia, por eso no podíamos entregarnos tan fácilmente. En la primera práctica luego del partido hicimos una reunión entre todo el cuerpo técnico y jugadores y nos propusimos dar vuelta la historia”, cuenta Gastón Sessa, arquero de aquel equipo.

El 12 de julio fue el partido de vuelta en el Bosque, donde Rafaela contó con las situaciones más claras en la parte inicial. A los tres minutos, Álvaro Ormeño salvó sobre la línea a Gimnasia, algo que hubiera sido imposible de remontar. Desde el arranque, el conjunto platense fue puro nerviosismo. El primer tiempo terminó sin goles.

Leonardo Madelón, director técnico del Lobo en ese entonces, cuenta: “En el entretiempo, cuando entraron los jugadores hablé de lo importante que era el equipo por sobre las individualidades y que cualquiera tenía que estar preparado de acuerdo a la necesidad del resultado. Así que podía salir la figura más grande o el más histórico, con tal de beneficiar al equipo”.

En el segundo tiempo, el fantasma del descenso le pasaba de cerca a Gimnasia. El equipo estaba muy impreciso y el gol no llegaba. “Solamente en un segundo del partido –recuerda Sebastián Chirola Romero- se me cruzó la imagen de que no podíamos darlo vuelta. Pero la borré rápidamente, porque lo que nos había llevado a ese momento fue siempre creer y no había que bajar los brazos”.

El equipo de Marcelo Fuentes defendía sin sobresaltos. Los centrales, siempre de frente, rechazaban cada pelota sin problemas. Además, La Crema jugaba a ensuciar el encuentro y a aprovechar cada momento para detener el juego. El partido se puso muy áspero y llegó a su punto más caliente. A los 12 minutos, Esteban González -de Gimnasia- y Esteban Gil -de Rafaela-, por excederse verbalmente, fueron expulsados por el árbitro Javier Collado.

“Pelear el descenso no es fácil. Jugás sabiendo que tenés que ganar casi todos los partidos porque si no los números no alcanzan, tenés que encontrar el equilibrio justo para que tu rendimiento sea lo más óptimo posible en este tipo de momentos. Era un grupo de jugadores con mucho recorrido, mucha experiencia y eso fue clave”, afirma Romero.

Madelón movió el banco y se jugó las últimas fichas. Ingresaron Roberto Sosa por Messera y Franco Niell por Maldonado. El Pampa y el petiso cambiaron el partido. Iban 27 minutos, llegó un centro, Sosa la bajó en el área y el uruguayo Diego Alonso puso el 1-0 y la fe intacta para el Lobo. En ese momento, el miedo invadió a los visitantes.

Gimnasia fue en busca de los dos goles que lo salvaran del infierno. Pero los minutos pasaban y la salvación parecía una utopía, sobre todo cuando a los 40 minutos el Pampa Sosa se hizo expulsar.

Con nueve hombres, Gimnasia logró el segundo gol. Iban 44 minutos, centro pasado, no calculó bien Darío Capogrosso, arquero visitante, y Niell, de cabeza, puso el 2-0. El árbitro adicionó seis minutos y la ilusión ya era realidad en el Bosque. 

El reloj ahora marcaba 46 minutos, jugada idéntica desde la izquierda, centro al segundo palo y por atrás de todos apareció Niell para tirarse en palomita y estampar el 3-0. Impresionante. Explosión y locura en las tribunas. 

“Del momento del tercer gol – cuenta Marcela Cornejo, socia vitalicia del Lobo – no recuerdo absolutamente nada, solo gente abrazándose y llorando, un momento inolvidable”. “Después del tercer gol, me di con mi hijo el abrazo más lindo y emotivo de toda la vida. Todos emocionados, fue único”, relata Julio Fidanza, otro simpatizante tripero.

No hubo tiempo para más. Collado marcó el final y todo el Bosque fue una fiesta. Sessa cuenta: “Habíamos hecho un excelente campeonato y así y todo teníamos que jugar una promoción. Se dio el primer encuentro con tres goles abajo y la situación estaba muy difícil. La verdad que haber podido dar vuelta ese partido siendo hincha del club hizo que la satisfacción fuera doble”. 

“Al final del encuentro –revela Madelón- cuando terminó y ganamos, conocí quizás el máximo placer en lo que es la vida deportiva, te sentís Dios en el buen sentido. A los jugadores les dije que recibieron el premio por todas las adversidades que habían pasado durante mucho tiempo y por el amor que sentían por la institución”.

Fue una tarde épica para Gimnasia. Ese cabezazo de Niell, cuando ya no había tiempo para nada, quedó marcado para siempre. Una vez más quedó demostrado que la esperanza es lo último que se pierde.

Yanina Martínez, campeona de las pistas y de la vida

Por Luca Solda

Argentina siempre se caracterizó por ser cuna de excelentes deportistas que a su vez consiguieron grandes gestas deportivas: Maradona en 1986, el oro olímpico del básquet en 2004, la dorada de Pareto en los últimos Juegos en Río. Allí mismo, casi un mes después, otra joven le daba al país una nueva medalla: Yanina Martínez, rosarina de 26 años, quien tiene una parálisis cerebral, ganó la dorada en los 100 metros de la categoría T36 de los Juegos Paralímpicos disputados en la ciudad brasileña. Luego de la postergación de Tokio 2020, la atleta, junto con su madre Claudia Chávez, comentaron a El Equipo sobre su carrera y el lugar que ocupan, o no, los deportes paralímpicos en Argentina.

Desde 2004, su mamá la llevó a Yanina a clases de natación en el club Echesortu de su ciudad natal con la idea que empezara a hacer deporte para integrarse. Un año más tarde, apareció una de las figuras más importantes de esta historia, su entrenador Martín Arroyo, quien la invitó a la pista de atletismo a jugar con amigos. “Primero comenzamos con algunos juegos con pelotitas y botellas, y después empezamos a correr”, recordó Yani sus primeras horas con Arroyo. Martínez sostuvo que Martín era su profe, entrenador personal y amigo. “Me cuida, acompaña y ayuda. Somos un equipo”, agregó. El otro gran soporte emocional de la atleta es su familia, que la apoya constantemente.

Su gran palmarés de medallas arrancó con las obtenidas en 2009 durante los Juegos Parapanamericanos Juveniles en Bogotá. Allí ganó una de oro y otra de plata. Aquella cita fue la primera experiencia internacional de Yanina. “Me fui en avión, sin Martín”, comentó la atleta. Desde ese momento, las competencias parapanamericanas aparentan ser su contienda predilecta: consiguió cuatro medallas doradas y dos plateadas en las tres ediciones que participó (Guadalajara 2011, Toronto 2015 y Lima 2019).

Yani formó parte de la delegación argentina para los Juegos Paralímpicos por primera vez en la edición de Londres 2012, donde obtuvo más que un diploma olímpico y, según ella, pudo hacer muchos amigos de todas partes del mundo. La gran hazaña llegó cuatro años más tarde cuando el 9 de septiembre de 2016 ganó la medalla dorada en los 100 metros de su categoría y cortó así una racha de 20 años sin atletas argentinos en lo más alto del podio paralímpico. “Cuando vi el número hice fuerza fuerza fuerza y después festejé, me puso muy contenta”, describió Yanina los últimos instantes de la carrera en la que se impuso. Además, la rosarina fue la encargada de portar la bandera nacional, cierre de ensueño para Martínez.

Pero las experiencias en este tipo de competiciones van mucho más allá de lo deportivo: durante varios días, atletas de todo el mundo comparten la Villa Paralímpica, lugar en el que se crean grandes vínculos: “Nos ayudamos y alentamos entre todos, no solo con los de Argentina. Compartimos entrenamientos, risas, cariños y abrazos”, expresó, evidenciando la importancia que tienen los valores del deporte para superarse día a día.

La postergación de Tokio alteró la rutina de la santafesina, que hasta hace dos semanas entrenaba de lunes a sábado, siempre desde su casa vía videollamada con su entrenador, quien declaró que las prácticas se estaban haciendo muy difíciles, especialmente en la parte anímica. “Les mandaba mensajes o videos diciéndole que esto iba a terminar pronto y que ya íbamos a poder volver a la pista”. Además, Arroyo agregó que tanto atletas como entrenadores tuvieron distintas charlas con psicólogos y kinesiólogos para explicar por qué era necesario que la vuelta a los entrenamientos fuera paulatina y no “brusca”, como fue en algunos países.

La provincia de Santa Fe habilitó hace un par de semanas a los atletas olímpicos y paralímpicos clasificados a la cita del año próximo a retomar los entrenamientos. En el caso de Yanina, su coach comentó que por el momento los están realizando tres veces por semana en el estadio municipal de Rosario, muy de a poco. “Se quedan con ganas de más, pero es normal”, concluyó Arroyo.

En el decreto que dictó el presidente el 6 de junio, se establecía que los atletas que van a estar presentes en Japón en los Juegos Olímpicos podían retomar las prácticas, pero nada se dijo acerca de aquellos que van a representar a Argentina en los Paralímpicos: “Esta es una de las tantas diferencias que hay, los dos comités deberían ponerse de acuerdo y hacer un protocolo para todos”, sostuvo Claudia Chávez.

Al deporte paralímpico le falta difusión, lo que conlleva una dificultad a la hora de encontrar auspiciantes que den un soporte económico a los y las atletas”, declaró la madre de la rosarina. Martínez tuvo un inconveniente en 2017 cuando el Estado Nacional le quitó su pensión por discapacidad, por el simple hecho que Yanina, por mérito propio, había conseguido al Banco Provincia como sponsor. Luego de que Claudia hiciera público el hecho, tres meses después el Estado volvió a abonarle el dinero que le correspondía. “Los deportistas paralímpicos no son reconocidos como deberían”, sentenció Chávez.

La santafesina fue galardonada con dos Olimpia de Plata, en 2016 y 2019. En agosto de 2017, la municipalidad de Rosario bautizó con su nombre a la pista del estadio en la que ella practica diariamente. La primera vez que la vio se puso muy contenta y le dio un beso, además de acariciarla después de entrenar. “Yani tiene esa particularidad linda: su inocencia, su bondad, una actitud sencilla y siempre colabora en eventos y maratones”, describió Arroyo a su entrenada. Sumado a esto, Martín dijo que una vez que Yanina entra a la pista se transforma, desde que arranca la carrera hasta que termina es otra persona, pero una vez que cruza la línea de llegada vuelve a ser ella misma. “Todo eso la constituye como una gran persona”, expresó su entrenador.

Los deportes superan las barreras de los entrenamientos, competencias y medallas. Son los momentos en los que uno se expresa realmente como es, libera tensiones y comparte con amigos. Durante estos meses en los que tuvimos que quedarnos en casa, y a pesar de extrañar a su entrenador y sus amigos, a Yanina siempre se la vio con una sonrisa dibujada, esperando el momento que hace un par de semanas llegó, ese que le permitió retornar a la pista de atletismo.

 

 

 

Beto Rodríguez: “Hay países en donde uno de cada dos habitantes sabe que existe el deporte adaptado”

Por Victoria Mezzorana

Carlos Alberto “Beto” Rodríguez, presidente del Comité Paralímpico Argentino (COPAR), tiene como objetivo lograr que la sociedad argentina adquiera conocimiento sobre los deportes adaptados, ya que en países como Inglaterra y Japón esto sucede gracias a que se les informa sobre el tema desde que los niños están en el jardín: “Hay que apuntar en la formación primaria y secundaria, hablarles desde chicos sobre discapacidad”.

A su vez, no cree que en el país haya una discriminación hacia estas disciplinas, sino que existe un gran desconocimiento, acompañado de falta de información y capacitación. Y trabaja en cambiarlo, con un horizonte claro: “Hay países en donde uno de cada dos habitantes sabe que existe el deporte adaptado”.

Hoy en día, puede darnos detalles sobre este mundo tan grande, pero con tan poco entendimiento, ya que además de ser el presidente del COPAR atravesó un extenso camino dentro de los deportes adaptados a lo largo de los 58 años que lleva de vida.

Entre 1980 y 2005 fue corredor maratonista en silla de ruedas, e incluso antes de introducirse en el atletismo, ya había formado parte de un equipo de básquet adaptado. Así mismo, en el 2000 logró ingresar al Instituto Nacional del Deporte, donde obtuvo la tecnicatura como entrenador de todos los deportes convencionales. Para el 2003 ya le habían ofrecido un puesto en el COPAR, específicamente en la administración de la Federación de Deportes sobre silla de ruedas (FADESIR).

Aunque Rodríguez todavía competía en carreras y tenía una mentalidad de atleta, igualmente aceptó y comenzó a trabajar a la par de las competencias: fue dirigente y deportista a la vez durante casi tres años. En 2005, en una maratón en San Pablo, se retiró del atletismo adaptado para dedicarse de lleno a su puesto dirigencial e iniciar su labor como entrenador.

Con el paso del tiempo, formó parte de la organización de diferentes eventos que incluían deportes para personas con discapacidades, como por ejemplo los Juegos Nacionales Evita de 2004, una de las primeras ocasiones en las que se incluyó a los deportes adaptados en la Argentina y se les demostró reconocimiento.

Así se mantuvo durante varios años, hasta que en 2013 sintió un gran retroceso con mucho de lo que se venía logrando en el COPAR: “Los nuevos dirigentes que se encontraban al mando no eran más que administrativos, que no entendían nada de deportes adaptados”. Entonces, después de negarse y no estar seguro, aceptó el puesto como vicepresidente segundo, ya que prefería que los lugares importantes los ocupasen personas que estuvieran adentradas de lleno en este mundo.

Más tarde, asumió como presidente, cargo en el que actualmente continua: “Desde ese momento tengo otra cabeza, un poco más de visión en todo lo que tenga que ver con la sociedad y el rol que cumple la mirada de esta con respecto a los deportes adaptados”.

En esa línea, “Beto” explicó que el comité que preside está conformado por cuatro federaciones “madres”. Todas cuentan con atletismo y natación en sus disciplinas, aunque algunas de ellas incluyen también otros deportes: FADESIR tiene esgrima y pesas; la Federación de deportes para Ciegos (FADEC) fútbol 5 y judo; la Federación de deportistas con Parálisis Cerebral (FADEPAC) fútbol 7 y bocha; y, por último, la Federación de deportes para personas con Discapacidad Intelectual (FADDIM) no contiene más que las dos actividades ya nombradas.

Luego están las segundas Federaciones, compuestas por aquellos deportes que se independizaron de las cuatro principales y formaron la suya propia -como la Federación de Tenis Adaptado, Básquet en silla de ruedas, Paravóley, o Paraciclismo-. A su vez, existen las Federaciones de extensión, las cuales tienen una comisión paralímpica y se encuentran bajo la órbita del COPAR, pero no necesariamente integran los Paralímpicos y los Parapanamericanos -como Ecuestre, Canotaje, Tiro, Arquería, Yachting, entre otros-.

Para continuar visibilizando el deporte, Rodríguez considera que el conocimiento que uno adquiere en la formación es clave: “Dar a conocer todo este tipo de información tiene que ver con ir ganando los espacios y jerarquizar más, poder formar a los profesores de Educación Física para que tengan más idea sobre el tema y se lo transmitan a sus alumnos”.

Por último, concluyó: “Queremos que nos respeten sin importar las herramientas que tengamos para desarrollarnos en la vida y creo que eso es lo que buscamos todos los seres humanos”.

“En Chile no se puede vivir del deporte’’

Por Clara Palacio

Alberto Abarza Díaz es un paranadador chileno de 34 años y desde que nació padece de la enfermedad Charcot-Marie-Tooth, hereditaria y degenerativa, que día a día lo debilita lentamente y en un futuro lo hará perder la movilidad por completo.

Díaz no solo es un atleta de alto rendimiento, sino que hace 11 años tiene el puesto de gerente de un banco. Además, explicó que la situación económica de su país no está atravesando el mejor momento y por eso quienes se dedican al deporte no logran independizarse de su profesión para vivir. “En Chile no se puede vivir del deporte”, agregó.

Casi desde que nació comenzó a desarrollar su pasión: arrancó a sus dos años, pero a los diecisiete se vio obligado a dejar por caer en una depresión, aunque a los veinticinco decidió retomar por el nacimiento de su hija. “Como sabía que mi incapacidad avanzaba, empecé a hacer deporte nuevamente y lo tomé más como alto rendimiento”, confesó.

En octubre del año pasado se fue a Italia junto a su familia y su entrenador personal con el objetivo de entrenar para los Juegos Paralímpicos con las mejores condiciones posibles pese a que todos los gastos los pagó él de su bolsillo. “Que los Juegos se hayan retrasado me afecta porque día a día mi enfermedad avanza y yo no sé cómo voy a estar el año que viene. Realicé una gran inversión de dinero en ir a Europa porque a lo mejor este era mi último Juego y lo quería hacer de la mejor manera. Cuando todo esto pase espero tener algún tipo de financiamiento para poder volver a entrenar ya sea en Italia, en Francia o en España”,  manifestó Abarza. Sin embargo, dijo que la decisión del Comité Olímpico Internacional (COI) demoró un poco y que tendrían que haberla tomado un mes antes para no estresar a tantos deportistas y al público que iba a acudir.

Por otro lado, el entrevistado le contó a El Equipo que un par de atletas cercanos y otros amigos de la vida murieron debido al coronavirus. Producto de la tristeza, tomó mucha más conciencia de lo que realmente estaba sucediendo y comprendió que sin lugar a dudas la mejor decisión era posponerlos. “Sé de compañeros que fallecieron por este virus, así me di cuenta de la grave realidad que estaba pasando en el mundo”.

En vistas a los próximo Juegos, el campeón parapanamericano de Lima 2019 opinó que no cree que haya algún record y eso afectará mucho. En ese sentido, explicó que la natación es la que menos se verá damnificada y más rápido va a volver ya que, además de ser una disciplina individual, en el agua con cloro no hay forma de contagio y la temperatura del agua ayuda.

En su tiempo libre entrena con una planificación establecida por su preparador que consiste en hacer abdominales, flexiones y ejercicios con elástico, aunque sostuvo que no se compara con el agua: “Lo que entreno en diez meses se pierde en tres semanas sin entrenar, y en seis semanas se pierde lo que entreno en muchos años”. 

Abarza Díaz recordó un contratiempo vivido el año pasado en los Juegos de Lima que casi lo lleva a no presentarse a la disciplina de ese día: casi no compite en la carrera de los 200 metros libres por culpa de su propio equipo que no había chequeado correctamente el horario de esa prueba. El técnico brasileño fue el que le comunicó el cambio de itinerario y gracias a su rival él se pudo presentar a competir. “La lealtad y la transparencia son valores que te forja el deporte. Si tu actúas bien con alguien, el mundo va a actuar bien contigo. La vida te lo cobra de una u otra manera. Si voy a ganar algo va a ser por mi propio mérito no por aprovecharme de una situación”, declaró.

En su opinión, el deporte debería ser más moral y ético: “Hay que fijarnos en lo que podemos proyectar a los niños, cuando se gana es suerte pero los valores son lo que realmente uno puede ostentar”.

Respecto a la situación socio política que estalló en Chile a fin del año pasado, Abarza admitió que el pueblo chileno se unió más luego de las manifestaciones en contra del gobierno de Sebastián Piñera. “La gente apredreaba los bancos, instituciones privadas y farmacias de los grandes empresarios pero no los negocios populares”. Y añadió que la población está en contra de las grandes empresas por la desigualdad que existe, que se traduce a que casi no haya clase media.

Por último, aseveró que el tiempo es sagrado y que lo va a disfrutar. “Lo que cada persona tiene como vivencia vale más que lo material, tienen que saber que la vida es de momentos”, concluyó.

El taekwondista Samorano y su sueño de ser campeón en Tokio

Por Bautista Olmos

Juan Samorano es el único taekwondista clasificado a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 y sueña con traer la medalla de oro para Argentina: “Siempre me preparo para ser campeón y pienso trabajar más duro que nunca para conseguirlo”. El oriundo de Merlo siente que vive el mejor momento de su carrera profesional y explicó que está muy fuerte y seguro de sí mismo.

Samorano reveló que recibió una toalla fría recostada en su nuca cuando le notificaron la postergación del evento, que finalmente será entre el 24 de agosto y el 5 de septiembre del 2021 por culpa del coronavirus. “Necesitaba un buen descanso para relajar la cabeza y el físico después de un clasificatorio tan intenso que quedé muy golpeado”, manifestó Juan acerca del torneo que ganó en Costa Rica el pasado 11 de marzo y que le posibilitó el pasaje a Japón, donde por primera vez el taekwondo será incluido como deporte paralímpico.

“Sentí mucha emoción y satisfacción por todo lo que trabajé junto a mi entrenador Eduardo Guzmán”, entre patada y patada reflexionó el deportista de 38 años sobre el campeonato preolímpico que consiguió en el Palacio de los Deportes de la Provincia de Heredia, en tierras costarricenses, tras vencer en la final al cubano Adrián García Rodríguez por 16-14. Además, entre todos sus colegas, solo Juan utilizó el clasificatorio para escribir su apellido en el cuadro final de los Juegos Paralímpicos y aclaró: “Había una unión tan fuerte en el equipo que mis compañeros se pusieron muy contentos por mi logro”.

Previo a convertirse en un integrante de la Selección Argentina, Juan Samorano sufrió un trágico accidente que cambió su vida rotundamente hace 13 años. “Yo trabajaba fijando carteles en la vía pública y una noche volviendo al galpón, el conductor se quedó dormido y chocó la camioneta. Yo salí con medio cuerpo por la ventanilla, el chico me jaló hacia adentro, pero ya me había arrancado el brazo derecho contra el guardarraíl”, relató conmovido el escalofriante suceso.

En 2009, Samorano se refugió en las peleas y comenzó su rumbo como taekwondista. Su nivel mejoraba lucha tras lucha hasta que en 2014 padeció un freno de tres años debido a un cambio de reglas que no le permitían a discapacitados enfrentarse ante convencionales. Además, reveló que pasó momentos durísimos en los que engordó “85 kg en esos tres años”. No obstante, cuando su entrenador personal le explicó sobre la existencia del parataekwondo recuperó la ilusión, inició una dieta y volvió a trabajar no solo su técnica sino también su táctica.

“Un día conseguimos una pelea frente a Facundo Novik y cuando le gané la gente empezó a conocerme de nuevo”, sostuvo Juan, quien tras esa lucha logró participar del clasificatorio de los Juegos Panamericanos de Lima 2019 en República Dominicana. Ganó en Santo Domingo, viajó a Perú y allí se colgó la medalla de bronce, un hito que él describió como un antes y un después para su carrera.

“En principio quedé disconforme porque me preparé para la dorada y no lo concreté por un error mío”, declaró el atleta con total sinceridad. Pero luego, cuando volvió al país comprendió su hazaña y lo disfrutó al máximo con su familia. Samorano apenas tenía dos viajes internacionales y tras el tercer puesto, el Cenard le abrió las puertas para conocer el mundo con la Selección Argentina. “La medalla que logré fue como haber traído la de oro, sabía que lo mejor estaba por venir y eso sería la clasificación a Tokio”, dijo el taekwondista.

Hoy le toca pelear frente a un enemigo invisible y pasa la cuarentena obligatoria en su casa con su mujer y sus tres hijos: Iara, Morena y Fabricio. “Nos ayudamos entre todos para que esto no sea una tortura”, declaró entre risas. Sus rutinarias publicaciones en Instagram entrenando con Fabricio demuestran su predisposición para mezclar sus dos pasiones: el taekwondo y la familia.

En estos meses de aislamiento social, Juan participó en varias charlas virtuales “para chicos de todas las edades que deben crecer con una disciplina por intermedio de juegos y así evitar el aburrimiento”.  Allí también explica cómo debe entrenarse un luchador en su casa y la importancia mental y física de realizar deporte en esta delicada situación que vive el planeta Tierra. Asimismo, respondió sobre su rutina de ejercicios en medio de la pandemia por el COVID-19: “Lunes, miércoles y viernes realizo entrenamiento de combate mientras que los martes y jueves hago la parte física”.

Una historia de superación de un deportista que el año que viene cumplirá el objetivo de participar por primera vez de un Juego Paralímpico y con toda su ambición, Juan Samorano quiere soñar con los ojos abiertos hasta tener la medalla de oro colgada en el cuello.

El golf en cuarentena y en crisis

Por Iván Ezequiel García

Mantener un campo de golf no es tarea fácil, es un trabajo diario el que se realiza: el corte de césped, los agroquímicos que se utilizan y los empleados que lo hacen, deben cobrar mensualmente. Además de contar con personal capacitado para el uso de las máquinas, también se necesitan ingenieros agrónomos especializados en este tema puntual. Es importante tener un buen diseño y construcción del campo y una buena calidad del pasto. También se realiza el mantenimiento de instalaciones y el sistema de riego.

Los clubes: La economía en crisis

“Es una situación difícil para todos y me pongo en lugar de los socios. En la mayoría se cobran entre 10 mil y 20 mil pesos por mes”, comenta Marcelo Cruz. Es profesor desde hace más de 20 años y considera que a pesar de que la economía en el país se encuentre en una situación muy difícil, los clubes deben seguir cobrando para poder mantenerse. En estos momentos de parate, Cruz no está cobrando por su trabajo y se expresa: “Estoy en esta situación desde el comienzo de la cuarentena, cobro como monotributista”. A la vez afirma que es una decisión que fue tomada por la comisión directiva y apoyada por los directivos, por lo que muestra su descontento: “Es una determinación muy triste porque es antipático de su parte. Espero que cuando se vuelva a la normalidad, nos den las respuestas que corresponden”.

Algunos opinan que el problema de la economía en los clubes comenzó por culpa de la pandemia, pero están los que piensan lo contrario. Jorge Bollini profesor y Coordinador de Desarrollo de la Asociación Argentina de Golf afirma: “Antes de la cuarentena, muchos clubes ya estaban con un capital adverso”. A pesar de ser organizaciones sociales sin fines de lucro, en varias oportunidades, realizan eventos para recaudar fondos o aumentan las cuotas.

El medallista olímpico en los Juegos de la Juventud 2018, Mateo Fernández de Oliveira, de 20 años, es socio del Club Náutico de San Isidro, sigue pagando la mensualidad porque considera que no se debe abandonar a los clubes en este difícil momento y comenta: “Es una forma de devolverle al deporte tantas alegrías que nos da”.

La situación de los socios

Las opiniones están divididas con respecto a la decisión de los clubes en seguir cobrando la mensualidad. A pesar de que los directivos estén a favor, algunos socios lo ven como una medida incorrecta. “El golf es parte de mi vida, me ayuda a despejar y cuando le pego a la pelota, es una especie de descarga que hago. Pero nos deben entender a nosotros y hacer algo al respecto, es difícil esta situación para todos”, comenta una asociada de Ituzaingó Golf Club. Julián Allegroni, subcapitán de Lagartos Country Club, prioriza el bienestar y la economía de sus asociados y afirma: “Un socio nos planteó la difícil situación en la que está viviendo por la cuarentena.  Y nos solicitó la suspensión de los pagos de las cuotas hasta la reanudación de la práctica”, y comenta que accedieron a ese pedido porque considera que lo mejor que se puede hacer en estos momentos es “apoyar y ayudar en lo que se pueda”.

Los socios del San Andrés Golf Club también se mostraron molestos por la situación de las cuotas. “Deberían entender nuestra situación. Algunos están sin trabajar, otros cobramos el sueldo mínimo, además de que tenemos otras obligaciones”, comenta una asociada que pone otras prioridades antes que el pago de los aranceles.

Existen diferentes métodos para su práctica: además de asociarse en un club, tienen la oportunidad de pagar sus matrículas que rondan los 7.500 pesos por mes y competir por ejemplo en torneos organizados por “Boca Ratón Country Life”, que reúne a todos los golfistas amateur. Andrés Vázquez, un jugador de esa categoría, utiliza este método y comenta sobre su situación: “Por el momento no se comunicaron para ofrecerme algún reintegro o rebaja del valor de la matrícula”. Sugiere que al menos le den clases online o que organicen clínicas con profesionales cuando se retome la actividad.

Sin actividad

Los entrenamientos y los torneos han sido suspendidos por la cuarentena obligatoria. Además de ser profesor, Marcelo Cruz es un golfista que necesita entrenarse todos los días, pero en estos momentos no lo hace con normalidad y comenta que le va a costar mucho arrancar cuando se vuelva todo a la normalidad. Fernández de Oliveira realiza ejercicios físicos, entrenamientos de golf muy limitados y aclara: “Lo positivo es que me da más tiempo para dedicarme a mis estudios, en la carrera de comunicación”. A pesar de que entiende los problemas, agrega que le da bronca que se hayan suspendido los torneos en los que iba a competir y que prácticamente está perdiendo todo el año.

También se suspendieron los amistosos, los partidos que se realizan por amor al deporte, como lo hace Andrés Vázquez quien todos los domingos por la mañana se junta con sus amigos y lo hace con mucha felicidad, pero se expresa con tristeza: “La cuarentena hizo que se corte todo, lo extraño”. A pesar de la suspensión de las actividades, Jorge Bollini no paró su profesión y sigue capacitando a profesores de escuelas de golf en Córdoba, Cuyo y el sur del Litoral mediante videollamada.

El pedido de la AAG al Ministro de Deportes

Hace unos días, la Asociación Argentina de Golf le solicitó a Matías Lammens, la vuelta a la actividad. A diferencia del tema económico, los directivos y los golfistas están de acuerdo con este pedido porque afirman que no hay peligro de contagio: se juega en un espacio abierto, los competidores no tendrían contacto, los vestuarios y duchas permanecerán cerrados y habría distancia social. Consideran que es un deporte beneficioso tanto para la salud física como psicológica. Mientras que desde la Asociación agregan que permitirá a los clubes volver a generar ingresos que son fundamentales para poder pagar los sueldos de sus empleados y aseguraría la existencia de los cientos de clubes en todo el país. A pesar de este pedido, desde el ministerio ven muy difícil aprobar esta medida, porque creen que sería muy riesgoso.

Mientras tanto, la Asociación Argentina de Golf realiza charlas online gratuitas, a cargo del staff de Alto Rendimiento y Desarrollo. También publicó una guía para facilitar la planificación de los protocolos de cuidado y prevención que se deberán aplicar una vez que las autoridades autoricen las actividades deportivas. Además, suspenden y reprograman los torneos que se deberían haber jugado en estas fechas, como, por ejemplo, el Campeonato Nacional Interfederativo de Menores y Juveniles, Campeonato Sudamericano y el Mundial Juvenil, entre otros. Se autorizó la vuelta a la actividad en Salta, Jujuy, Córdoba y Corrientes. Mientras tanto Buenos Aires, deberá esperar.