jueves, abril 25, 2024

Sergio Ibarra, entre convertir y dirigir

Por Agostina Woloszyn, Julián Salvia, Agustín Kuc y Florencia Pereira

El rol del jugador/entrenador apareció a mediados de la década del ’90, con el argentino Sergio Batista en Japón y marcó un antes y un después en el fútbol mundial. Junto con el holandés Ruud Gullit, el italiano Gianluca Vialli y, actualmente, el uruguayo Sebastián Abreu, son los cuatro personajes destacados en desarrollar la doble labor.

Nacido en Río Cuarto (provincia de Córdoba) Sergio Checho Ibarra tomó las riendas del Club Sportivo Cienciano y, a su vez, formó parte de la plantilla de los futbolistas de campo en la temporada 2010 de La Liga 1 de Perú. “Fue un momento especial porque yo estaba con una lesión, hablé con los jugadores y me dijeron que ellos me iban a apoyar. Debido a eso acepté el reto porque el equipo no tenía dinero para traer un técnico”, resaltó el ex delantero.

Para ese entonces, la institución presidida por Juvenal Silva sufría una fuerte debacle económica, que casi deriva en la caída a la Segunda División ya que, a pocas jornadas de finalizar el Campeonato Descentralizado, el club radicado en Cusco se encontraba en zona de descenso. En referencia a ese suceso por el que Los Rojos atravesaban Ibarra detalló: La situación de la escuadra era muy complicada, estaba quebrada y nadie quería tomar el mando en virtud de la crisis por la que Cienciano transitaba. Quienes estábamos tuvimos que poner el pecho por el equipo y, con la ayuda de los hinchas y los buenos resultados, pudimos salir de esa dificultad”.

La labor del entrenador/jugador en el fútbol no es un hecho frecuente; sin embargo, el Checho cargó con esta responsabilidad en 2010 y afirmó que la dificultad es pequeña, a causa del conocimiento que tienen entre sí puesto que la ventaja es que ya se conocen entre los compañeros de plantel. No obstante, el máximo goleador histórico de la Primera División peruana resaltó: “Hay que ir de frente con el jugador, decirle las cosas en la cara. Es fundamental separar al jugador del director técnico. Cuando hay relajo se divierte, pero a la hora de trabajar se trabaja”.

Lealtad, compromiso, franqueza y mucha llegada al grupo. Así fuesen mis amigos fuera de la cancha, a la hora del partido, jugaba el que estaba mejor. Eso percibió la escuadra y, por eso, dejaron todo para mantener al club en la categoría mayor”, manifestó el ex profesional de 47 años.

EL PREMIO POR ABARATAR COSTOS

La temporada 2010 fue de las más duras para el Club Sportivo Cienciano. Histórico en el fútbol peruano, el equipo comenzó a bajar su rendimiento en 2008 luego de finalizar en el cuarto lugar del Torneo Apertura y quinto en el Clausura, lo cual trajo como consecuencia su ausencia en la Copa Libertadores, certamen en el que participó cinco veces de manera consecutiva.

Para 2009 decayó aún más el rendimiento del conjunto cusqueño y terminó quedándose a mitad de tabla del Campeonato Descentralizado y sin la posibilidad de volver a participar en un campeonato internacional.

Tras los malos resultados y con una dirigencia desorganizada, Los Rojos sufrieron una grave crisis económica y se mantuvieron todo el campeonato en zona de descenso. El héroe de este acontecimiento fue Sergio Ibarra, quien unió a todos sus compañeros de equipo y tomó la posta del plantel, para cumplir la doble función de jugador/entrenador.

Por la última fecha del torneo, y tras grandes incidencias dentro del Cienciano, el club dirigido por el Checho, que había sido nombrado como la mejor institución futbolística de la liga peruana entre la década 2000-2010, logró la hazaña soñada y, tras vencer 2-1 a Alianza Atlético de Sullana, se salvó de perder la categoría. De esta manera, Ibarra quedó plasmado para siempre en el corazón de los hinchas cusqueños, convirtiéndose así en uno de sus máximos ídolos.

 LOS NUEVE PERSONAJES QUE EJERCIERON LA DOBLE FUNCIÓN

 El argentino Sergio Batista inauguró la doble función en el fútbol como jugador/entrenador del Tosu Future de Japón, en 1994 y 1997. Dos años después, repitió la tarea en All Boys.

El atacante holandés Ruud Gullit asumió, en 1996, como director técnico del Chelsea, aunque sin descartar su función como jugador de campo. Un año más tarde, obtuvo la FA Cup.

Gianluca Vialli, centrodelantero italiano que brillara en la Juventus, Sampdoria y Chelsea, entre otros, heredó las riendas de los Blues de Londres y cosechó la Copa de la Liga, la Recopa de Europa y la Supercopa de Europa.

Ocho figuras más ocuparon ambos cargos: George Weah, quien, entre 2000 y 2002, dirigió a la Selección de Liberia y, a su vez, jugó en Manchester City y Olympique de Marsella; el inglés Paul Ince en el Macclesfield Town F.C  durante 2006 y 2007; el brasileño Romário en Vasco Da Gama entre octubre de 2007 y enero de 2008; el galés Ryan Giggs al frente del Manchester United a fines de la temporada 2013/14; el japonés Keisuke Honda, que en 2018 jugó en el Melbourne City y comandó la Selección de Camboya; y Sebastián Abreu, actual técnico/futbolista del Boston River de Uruguay, su país natal.

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