lunes, agosto 4, 2025
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Deschamps, el líder que quiere ser el hombre más importante de Francia

Pedro Basla

El idilio de Didier Deschamps con la Copa del Mundo comenzó en el minuto 74 de la semifinal entre Francia y Croacia del Mundial de Francia 1998. Les Bleus, que habían dado vuelta el partido con un doblete del defensor Lilian Thuram, sufrieron la expulsión de su capitán, Laurent Blanc, por una agresión. Los locales aguantarían el partido e irían a la final ante Brasil, en la que ganarían 3-0 con un doblete de Zinedine Zidane y el restante de Emmanuel Petit. Deschamps, capitán en ese partido por la suspensión de Blanc y volante central de ese equipo, sería el encargado de levantar la primera Copa Mundial de la historia de su país.

Pasaron 14 años para que en 2012, luego de la Eurocopa de ese año, otra vez le toque reemplazar a Laurent Blanc, esta vez como entrenador de la Selección Francesa. En Brasil 2014, con un equipo en formación luego de la catástrofe en Sudáfrica 2010, compitió y cayó de pie ante Alemania en cuartos de final. En la Eurocopa 2016, llegó a la final que luego perdió ante Portugal en París. Con cuestionamientos y dudas, arribó a Rusia 2018, mundial en el que se destapó como entrenador: ganó seis partidos, empató uno y obtuvo la segunda Copa del Mundo para Francia, tras ganar contundentemente y sufrir poco en casi todos los partidos. De hecho, solo estuvo en desventaja menos de 10 minutos en todo el Mundial: ante Argentina, cuando la selección de Jorge Sampaoli se puso 2-1 con el tanto de Gabriel Mercado, ventaja que duró poco tras el empate de Benjamin Pavard.

Cómo obtener la camiseta de Francia con la segunda estrella de campeona del mundo? - LaPatilla.com
Deschamps, con la copa más preciada en su etapa de jugador. Foto: LaPatilla

Luego de ser Campeones del Mundo, parecía que los galos habían tocado techo: en la Eurocopa del año pasado, Francia se quedó fuera en octavos de final ante Suiza. En los amistosos y en las Eliminatorias, había dejado dudas. La mala administración del recambio era algo de lo que la opinión pública más le achacaba a Deschamps. Sin embargo, y como si la Copa del Mundo fuera una competición que se abstrae del resto, Francia volvió a una final del mundo tras ser demoledora ante Australia, Polonia y Marruecos y haber ganado con justicia ante Dinamarca e Inglaterra.

¿Por qué se impone, otra vez, el estilo Deschamps en un Mundial? En el fútbol de clubes, los mejores entrenadores son los que más potencian a sus jugadores y mejor funcionamiento le dan a su equipo. En eso, Pep Guardiola y Jurgen Klopp, son los dos mejores del Mundo. Carlo Ancelotti, entrenador del Real Madrid, también es un gran potenciador, pero tiene una forma de conducir distinta, más tranquila y menos espectacular.

El entrenador de Francia, en cuanto a su manera, es mucho más parecido a Ancelotti que a Guardiola o Klopp, con un liderazgo tranquilo, que sabe bien en qué lugar y cómo los jugadores que él recibe de clubes, pueden darle lo mejor a su país. No busca que sus jugadores se adapten a su sistema, él se adapta a los jugadores. Además, sabe bien que para que el equipo rinda de la mejor manera en la cancha, el clima interno debe ser el mejor. Francia, con estrellas como Kylian Mbappé, Antoine Griezmann, Paul Pogba, Ousmane Dembelé y Karim Benzema (no todos están en la lista de convocados de Qatar 2022) es uno de los planteles más difíciles de gestionar. Él, pese a algunas idas y vueltas, lo ha logrado a la perfección, al menos en los Mundiales.

Sería muy fácil, para ese grupo de cracks que es Francia, ser un conjunto en el que reinen las individualidades por sobre lo grupal. Deschamps ha logrado que Francia, entre quien entre y salga quien salga, tenga una identidad y sea un equipo, con más brillo para algunos y con menos para otros. Mañana, ante Argentina, querrá levantar por tercera vez la Copa del Mundo: lo hizo como capitán en Francia 1998 y como entrenador en Rusia 2018. Si ya es una de las personas más importantes en la historia de la Selección Francesa, mañana puede convertirse en el más.

Foto Destacada: Depor.com

Cuti Romero, dueño de una fortaleza mental que se refleja en el juego

Por Tomás Randazzo 

Siendo el menor de tres hermanos, en su infancia tuvo días en los que pasó hambre. Sin embargo, quienes lo conocen de toda la vida, recuerdan a un niño que era feliz con poco, que se la pasaba pateando la pelota en las canchas de tierra de Villa Rivadavia con sus botines negros. Se unía a cualquier partido sin importar si los que se encontraban jugando eran mayores que él. Este es Cristian Gabriel Romero, quien hoy en día juega en el Tottenham Hotspur de la Premier League, y es pieza fundamental para Lionel Scaloni en la Selección Argentina.

A sus 13 años, jugaba en las inferiores de Talleres de Córdoba. En una charla que tuvo con Gustavo Spallina, reclutador e ídolo de Belgrano (y quién más tarde lo llevó al Pirata), fue consultado por su sueño, y el defensor central le confesó que era jugar en Europa y en la Selección Argentina.

El resto de la historia es conocida. Romero está viviendo un presente de ensueño y logró cumplir con lo que tanto anhelaba desde muy chico. Actualmente está representando a su país en la Copa Mundial, viene de consagrarse campeón de la Copa América, y en el continente europeo, es habitual titular en los “Spurs” de Antonio Conte.

Fue bautizado como “Cuti” por su fallecido tío Claudio, pero con la particularidad de que él mismo desconoce el origen del apodo. Siempre mostró su pasión por el fútbol. Tal es así que, con edad de infantiles, jugaba con sus primos mayores en un potrero. A los 8 años comenzó a jugar en San Lorenzo de barrio Las Flores, desde pequeño ya mostraba buenas condiciones. San Lorenzo, equipo al que pertenecía, realizó un acuerdo con Talleres por cinco futbolistas y uno de los que estaba incluido en aquella nómina era él. A sus 12 años seguía perteneciendo al club de Las Flores, pero mientras tanto también jugaba para pre-AFA en la “T”.

Belgrano por aquel entonces se encontraba armando el equipo de la novena división que iba a participar en el torneo juvenil de AFA. Gustavo Spallina, fue quien le insistió a Federico Bessone, encargado del área de reclutamiento, para ir a verlo a la Córdoba Club, un torneo de la zona.

De esta manera, a sus 14 años, Cristian Romero se incorporó a Belgrano, el club del cual su familia y él son hinchas. Supo destacarse en las inferiores por su venerable condición física (mide 1,85). En 2016, con tan solo 17 años, Ricardo Zielinski lo convocó para realizar la pretemporada con el primer equipo. En aquel año, por su edad, aún seguía alternando partidos entre la reserva y la cuarta división. Un 28 de agosto, ya con Esteban González como entrenador, tuvo su debut en primera en un partido frente a Independiente en el estadio Mario Alberto Kempes. A pesar de que su equipo perdió 1 a 0, tuvo un partido aceptable, e incluso le tiró un caño a Germán Denis. 

Romero es alguien que sabe imponerse ante las adversidades de la vida. Porque pasó por no tan buenas situaciones a los inicios de su carrera. A sus 17 años, por un error defensivo digno de su inexperiencia, Belgrano quedó eliminado ante Coritiba de la Copa Sudamericana. Avanzar en el plano internacional significaba para el cuadro cordobés un importante ingreso económico. “Los dirigentes me tiraban mierda teniendo 17 años. Las cosas que pasé en Córdoba futbolísticamente, me hicieron muy fuerte de la cabeza, ser constante y no rendirme me ayudaron a llegar a donde estoy. Si no hubiera sido así, seguramente hubiera dejado el fútbol”, expresó el defensor en una entrevista con el diario “La Voz del Interior”. Incluso, fue alejado del plantel profesional e iba a correr solo a otra cancha, mientras sus compañeros entrenaban.

El “Cuti” no bajó los brazos y arrancó el 2017 siendo convocado para el Sudamericano Sub-20 con la Selección Argentina y además fue elegido como capitán. Sin embargo, tras haber clasificado al mundial juvenil y ganar un poco más de continuidad en Belgrano, el técnico del seleccionado, Nelson Vivas, no lo convocó a la Copa del Mundo.

A mediados de 2018 y con tan solo 19 partidos en primera, estuvo en la mira de Boca y Racing, incluso Guillermo Barros Schelotto, DT del “Xeneize” en aquel momento, quería contar con él. No obstante, el cordobés también recibió ofertas de Europa y prefirió seguir su carrera en el viejo continente. El Genoa lo fichó por alrededor de un millón y medio de euros.

En el club italiano fue de menor a mayor, esto debido a que no fue tenido en cuenta en los primeros 8 partidos, pero se ganó el puesto y finalizó la temporada 2019/20 disputando 27 partidos. Uno de los más grandes de Italia puso sus ojos en él: Juventus lo compró por 26 millones de euros y lo volvió a ceder al cuadro genovés. En su segunda temporada en Italia participó de 33 encuentros. De cara a la temporada 2020/21 fue nuevamente cedido a préstamo, esta vez al Atalanta, club al que llegó por pedido expreso de su entrenador Gian Piero Gasperini. En el equipo con sede en Bérgamo tuvo la mejor temporada de su carrera, participando de 42 partidos entre Serie A, Copa Italia y UEFA Champions League, además de anotar 3 tantos. 

Lionel Scaloni lo venía siguiendo de cerca y finalmente lo convocó para los partidos frente a Chile y Colombia por las eliminatorias. Contra “La Roja” fue una de las figuras del encuentro y ante “Los Cafeteros” anotó su primer gol, y hasta el momento, único gol con la selección. Fue convocado a la Copa América, y pese a algunos inconvenientes físicos, terminó siendo pieza clave en la consagración de Argentina tras 28 años. Asimismo, fue elegido dentro del equipo ideal de la competencia.

Sus notables rendimientos en el Calcio y en la albiceleste lograron despertar el interés del Tottenham. Primeramente, el cuadro inglés lo contrató a préstamo con opción de compra de 50 millones de euros, que luego fue ejecutada por el buen nivel del cordobés en la Premier League.

La carrera del “Cuti” es un ejemplo de perseverancia y superación. Su fortaleza mental fue clave para el éxito de una carrera la cual está en alza, y que tiene mucho por recorrer, ya que tan solo tiene 24 años.

 

Argentina y Francia, por el objetivo de la tercera estrella

Por Pedro Ignacio Pérez Naveira

Los dos países tienen en sus vitrinas dos copas del mundo, ahora en Qatar ambos comparten el mismo objetivo, llegar a levantar por tercera vez el trofeo más importante del fútbol. Mientras Francia lo consiguió en la modernidad (1998 y 2018), Argentina debe volver al pasado para revalidar sus mundiales con estrellas como Mario Kempes en 1978 y Diego Armando Maradona en 1986.

Kempes: "Messi nunca conseguirá ser mejor que Maradona" | MARCA Claro Colombia

Francia se volvió una gran selección en los últimos años, su primer título lo consiguió en 1998 con una victoria contundente frente a Brasil por 3-0. Eso les dio el impulso de llegar a cuatro finales en los últimos siete mundiales, llegó al partido final en 1998, 2006, 2018 y 2022, solo faltó al partido final en 2002, 2010 y 2014. Demostrando que son una nación que cada día crece aún más a nivel fútbol. Ya sea por las colonias y los jugadores con ascendencia africana o por la influencia de jugadores como Michel Platini o Zinedine Zidane. Francia supo posicionarse como una potencia mundial del siglo XXI en el fútbol.

Argentina es la tierra de los dioses paganos, esos héroes imperfectos que serán recordados para la eternidad.  Pero ahora deberá enfrentar a un equipo difícil, más allá de cualquier coyuntura, Francia es el último campeón y será deber de “La albiceleste”, evitar que los “Los galos” hagan la hazaña de repetir un título mundialista, algo que no pasaba desde Brasil en 1958 y 1962.

Brasil, con cinco títulos, Alemania e Italia con cuatro campeonatos, luego de esta final sabremos quién se posiciona detrás de ellos con la estrella número tres, será Francia o será Argentina, pero lo que está claro es que el ganador estará en una posición de privilegio a la hora de hablar de las mejores selecciones del mundo.

El cantante argentino que le entregó el premio de mejor jugador a Messi tras Argentina-Australia - TyC Sports

También existe la lucha de Lionel Messi, subcampeón en 2014 que puede ser el primer jugador en la historia en ganar el premio a Mejor Jugador del Mundial dos veces, algo muy probable ya que comparte, por ahora, el premio de máximo goleador con 5 tantos junto a Kylian Mbappé y máximo asistidor con 3 pases gol junto al portugués Bruno Fernandes. Además de 4 premios a mejor jugador del partido (México, Australia, Holanda y Croacia).

Solo seis futbolistas quedan de aquella tarde con derrota en Rusia

Soccer Football - World Cup - Round of 16 - France vs Argentina - Kazan Arena, Kazan, Russia - June 30, 2018 Argentina's Lionel Messi looks dejected after the match REUTERS/Michael Dalder

Por Franco Pinceti

El Mundial de Rusia 2018 no fue bueno para la Selección Argentina: no solo se volvió en octavos de final, sino que ganó apenas uno de los cuatro partidos que disputó.

El debut con empate 1-1 ante Islandia, con penal fallado por Messi incluido, fue una premonición de lo que se vendría: derrota ante Croacia 3-0, triunfo agónico 2-1 ante Nigeria y caída 4-3 ante Francia en octavos de final, que provocó la vuelta temprana de la selección de la cita mundialista.

Luego de ese Mundial, Argentina pasó por un proceso de recambio de futbolistas y cuerpo técnico que trajo consigo dos títulos: la Copa América y la Finalissima, un invicto de 36 partidos, el más largo en la historia de la selección nacional, y un cambio en la mentalidad de jugadores e hinchas producto de los trofeos conseguidos.

En la final de Qatar 2022, Argentina volverá a enfrentar a Francia y el cambio por el que pasó todo el seleccionado se verá reflejado no solo en el campo de juego sino también en el banco de suplentes. De los futbolistas argentinos que cayeron 4-3 el 30 de junio de 2018 ante “Les Blues”, solamente hay seis que están nuevamente en la nómina: Franco Armani, Nicolás Otamendi, Lionel Messi y Ángel Di María, que fueron titular, y Marcos Acuña y Paulo Dybala, quienes estuvieron en el banco.

Viéndolo en retrospectiva y con la incredulidad que le aporta el paso del tiempo, el equipo que paró Jorge Sampaoli resulta realmente llamativo: Armani; Mercado, Otamendi, Rojo, Tagliafico; Pérez, Mascherano, Biglia; Pavón, Messi y Di María, fueron los elegidos por el casildense.

A lo largo de su carrera en la selección, el fútbol le ha dado revancha a Messi en más de una oportunidad y, una vez más, el astro argentino y todo el país, tendrá su merecida revancha mañana en una nueva final de la copa del mundo y, si el fútbol es justo, será el broche de oro para la carrera del, para muchos, mejor jugador de todos los tiempos.

Mbappé y su mirada crítica sobre el fútbol sudamericano

Por Pedro Ignacio Pérez Naveira

En Sudamérica el fútbol no está tan avanzado como en Europa”, declaró el delantero Kylian Mbappé hace seis meses, en la previa del Mundial, menospreciando la actuación de Brasil y de Argentina en las eliminatorias sudamericanas.

Algo cierto en la frase de Mbappé es que desde 2002 no hay un campeón del mundo sudamericano, pero también existe un aroma a superioridad por parte de Europa, algo real en los clubes por las diferencias económicas, pero que se iguala en el momento de medirse entre selecciones.

Con la creación de la Nations League, los países de Europa dejaron de medirse con los sudamericanos en las ventanas amistosas de la FIFA, pero aun así las actuaciones en distintos mundiales de Uruguay, Argentina y Brasil, estuvieron al mismo nivel de los europeos. El argumento del delantero francés perdería validez si Argentina hubiera ganado la final de 2014.

UEFA Nations League: Ligas, grupos, días, horarios y más - Ole

Más allá de las comparaciones, son los mismos clubes de Europa quienes buscan los talentos de nuestro continente en todo momento. Por ejemplo, el Real Madrid, el último campeón de Champions League, tiene atracción por los jugadores sudamericanos, incorporaron a Federico Valverde y los brasileños Rodrygo, Vinicius Jr. y ahora su última incorporación Endrick, que con un puñado de partidos en Palmeiras ya tiene un contrato con “Los merengues” para llegar al club español en 2024.

Este Mundial marcó la nota de que ya no solo existe Sudamérica y Europa, Marruecos demostró el poder que tiene África y su potencial. Sabiendo que muchos de ellos fueron colonias en tiempos pasados de los países europeos, si hoy Europa puede darse el lujo de alardear de su talento, en parte es por las colonias que tenían en el pasado y que aun poseen. Francia es el gran ejemplo, porque de los 26 jugadores seleccionados por Didier Deschamps hay 14 que tienen raíces africanas. De hecho, hay dos nacidos allí: Mandanda y Camavinga. El portero vino al mundo en Kinshasa (República Democrática del Congo) y el centrocampista en Cabinda (Angola).

La gran estrella francesa, Kylian Mbappé, es de padre camerunés y madre argelina, Ousmane Dembélé tiene ascendencia senegalesa, Mauritana y de Mali, Karim Benzema es de padres argelinos, mientras en casa de los Guendozi de padres Marroquies. Koundé, cuya familia es de Benin. Tchouameni, con ascendencia camerunes, mismo país del que tiene antecedentes Saliba. Mali verá como dos jugadores que pudieron vestir su camiseta lo harán con la de Francia: Konauté y Fofana, idéntico caso del Congo con Disasi y Kolo Muani o Guinea-Bisáu con Upamecano. Areola, que es hijo de filipinos, Griezmann, quien tiene abuelos portugueses y el caso de Varane, Coman y Marcus Thuram es especial al tener raíces en las Antillas francesas, islas pertenecientes a Francia aunque geográficamente en el Caribe, el primero en la isla de Martinica y los dos restantes en la de Guadalupe.

El Mundial de Marruecos, directo a las pantallas

Por Leandro Manganelli

La alegría y el legado que los Leones del Atlas dejaron a todo el pueblo marroquí quedarán documentados en Netflix, ya que Roman Saiss, capitán de la selección africana, contará con un capítulo en la serie “Captains”, desarrollada por la empresa estadounidense.

Marruecos quedó eliminada del Mundial de Qatar 2022 tras ser derrotada por Francia 2-0 y viajará al estadio Khalifa Internacional para disputar el partido por el tercer puesto del sábado frente a Croacia, donde buscarán obtener la medalla de bronce para cerrar una Copa del Mundo inolvidable.

Saiss, el jugador del Besiktas de Turquía, se lesionó y salió en camilla en el partido de cuartos de final contra Portugal y fue la principal preocupación de los marroquíes. Llegó exigido al partido que los enfrentó a Francia y tuvo que ser sustituido a los 20 minutos del primer tiempo por Selim Amallah.

Radiografía del San Lorenzo bicampeón, a medio siglo de la gesta

Por Francisco Guerci, Florencia Freire, Lucas Belossi, Mateo Basta, Matías Rissi, y Mauro Weiss

El 17 de diciembre de 1972, San Lorenzo escribió una nueva página dentro de la gran historia del fútbol argentino, cuando se consagró como el primer bicampeón de la era profesional, al ganar el Torneo Nacional de ese año. El conjunto de Boedo fue protagonista de varias singularidades que hicieron de esta conquista algo difícil de olvidar, y, a pesar de que hayan pasado 50 años desde la obtención, continúa en la memoria de todo el pueblo Azulgrana.

El primer campeonato (Metropolitano 1972)

Para contextualizar hay que destacar que San Lorenzo comenzó este exitoso período con el campeonato de 1968, en el cual Los Matadores -equipo con una base muy grande de jugadores salidos de las inferiores del club- fueron los primeros campeones invictos del profesionalismo.

Para el Metropolitano de 1972, San Lorenzo contrató a Juan Carlos Toto Lorenzo como su entrenador, en el que fue su segundo ciclo por el club. El técnico venía de ascender a la Lazio a la Serie A italiana y replicó las estrategias europeas: un equipo muy sólido en defensa y que recibía pocos goles.

Una de las medidas que tomó Lorenzo al llegar fue levantar la suspensión de Victorio Cocco y Carlos Veglio. A estos jugadores los había suspendido el anterior entrenador, Rogelio Domínguez, sin ninguna explicación. Según comentó Cocco: “Nos estaba esperando Domínguez con tres directivos más, y nos dijo: ‘Bueno muchachos, queremos comunicarles que no vengan más’”. El Toto además sumó la vuelta de José Nene Sanfilippo a sus 37 años, para reemplazar la salida del goleador Rodolfo Fischer. Si bien se reforzó bien, no lo querían mucho a Lorenzo. Alberto Dean -periodista que escribió el libro “San Lorenzo 100 años de pasión” y que fue jefe de prensa del club- admitió que “la gente lo quería matar y lo querían echar”.

El gran motivo fue su comienzo, ya que su primer partido fue en la fecha 6, y empató 3 encuentros seguidos. Luego, Dean reconoció que Osvaldo Valiño -presidente del club que lo llevó a Lorenzo- decidió bancar a Lorenzo y El Ciclón no perdió hasta el partido siguiente a ser campeones contra Huracán. En la fecha 11 alcanzaron la punta y dieron la vuelta con cinco jornadas de anticipación. Al final fueron derrotados en 3 partidos, empataron 13 y ganaron 18.  

¿Cómo se conformó el equipo del segundo torneo Nacional 72’?

San Lorenzo afrontó el torneo Nacional 1972 con la misma base campeona del Metro. Rubén Ayala volvió a ser el goleador del equipo, esta vez con ocho anotaciones, seguido por Enrique Chazarreta (5) y Sanfilippo (2). Los futbolistas armaron una formación tan compacta que terminó invicta la Zona A, con diez victorias y tres empates.

La formación era: Agustín Irusta; Ricardo Rezza, Antonio Rosl, Sergio Villar, Roberto Mario Espósito; Ramón Heredia; Luciano Figueroa, Roberto Telch, Rubén Ayala; Victorio Cocco y Enrique Chazarreta. 

Para Dean, la gran figura fue Cocco y dijo que fue el mejor momento de San Lorenzo en la historia, sin duda. 

Sus puntos fuertes

Para hablar de las fortalezas del equipo y de quiénes eran las figuras le consultamos a Victorio Cocco, enganche y capitán de ese San Lorenzo. 

Cocco destacó por sobre todas las cosas la mentalidad del equipo y su solidez defensiva: “Fue un equipo moderno, nadie jugaba con stopper y líbero en ese entonces. Era una novedad para el fútbol argentino”. También, el capitán agregó, “En lo táctico éramos unos adelantados a la época”. Lo que los diferenciaba del resto era que marcaban hombre a hombre al 10 y al 9, mientras que el resto tenía libertad. 

El enganche analizó:  “Nos dio resultado porque al ser una novedad, sorprendimos con una defensa muy férrea”. Y aunque les iba muy bien, el ex jugador del Ciclón confesó que nunca se sintieron campeones antes de serlo, pero tenían una gran convicción en el plantel. 

Además nombró a algunos de sus excompañeros como las grandes figuras del plantel, entre ellos se destacaban: Roberto Mario Espósito, mediocampista con mucha marca cuyo rol era defender personalmente a los número 10; Roberto Telch, volante que recuperaba en el medio y cubría al resto cuando se iban al ataque; y Carlos Veglio, delantero goleador con técnica y con la estirpe que tenían los jugadores de aquella época.

La campaña

El viejo Torneo Nacional tuvo un aire a lo que es la actual Copa de la Liga: eran dos zonas de 13 equipos cada una, y los primeros dos se clasificaban a la semifinal, excepto que el líder de la tabla le sacase tres puntos o más a su perseguidor más cercano (en ese caso, quedaba eliminado el segundo y el puntero accedía a la final directamente).

Desde ya hay que aclarar que San Lorenzo no perdió un solo encuentro en todo el campeonato. Tuvo victorias vitales como contra Vélez en la fecha 7, donde de local superó por 3 goles a 1, con doblete de Ramón Heredia en la primera parte y de Chazarreta en la segunda. Después, en la anteúltima fecha golearon en el clásico ante Huracán, con doblete de Heredia y uno de Chazarreta, y esto les permitió llegar al partido con River con un punto más que ellos.

Justamente fue el partido decisivo y empataron 2-2 en El Monumental. Los goles del encuentro los hicieron Telch y Ayala para San Lorenzo, y Morete y Más para River.

Además cerraron el andar demoledor con un guiño de suerte, ya que en el sorteo junto a River y Boca (para ver quién accedía a la final), los de Boedo ingresaron directamente porque la moneda terminó del lado azulgrana. Esto fue debido a que el equipo de La Ribera terminó con más de 3 puntos de diferencia del segundo de su zona. River fue el vencedor de la semifinal ante su clásico y se ganó su cupo para medirse al Cuervo en el partido decisivo por el campeonato.

San Lorenzo enfrentó al Millonario en el estadio José Amalfitani, y después del penal malogrado por parte de Chazarreta en el minuto 89, el partido llegó al tiempo suplementario. El encuentro se definió a los 10 minutos del alargue, gracias a un gol de Lele Figueroa, y el equipo de Boedo se quedó con el torneo tras vencer a River por 1 a 0.

Aquel plantel concluyó la campaña del Nacional ‘72 dejando en alto el nombre de Massa Lorenzo, fundador del Ciclón, al consagrarse como el primer bicampeón de la era profesional del fútbol argentino.

El capitán, ídolo y guía de estos chicos en su primera final del mundo

Por Lucas Quarneti

Lionel Messi jugará por segunda vez en su carrera la final de la Copa del Mundo y lo hará, tras ocho años y medio de espera, el 18 de diciembre a las 12 en el Estadio Lusail. Pero, ¿dónde estaban los otros 25 jugadores del plantel argentino aquel 13 de julio de 2014?

Dos de los 25 ya habían jugado con la Albiceleste: Ángel Di María y Nicolás Otamendi, ambos de 26 años, no participaron de la final en el Estadio Maracaná. Por un lado, el Fideo venía de ganar la UEFA Champions League con el Real Madrid y ser figura en los octavos de final del Mundial frente a Suiza, pero se lesionó en los cuartos de final contra Bélgica y no pudo jugar las instancias siguientes. Por otro lado, el nacido en la Ciudad de Buenos Aires había estado presente en el Mundial de Sudáfrica 2010, en el que fue dirigido por Diego Armando Maradona, pero en el ciclo de Alejandro Sabella no fue convocado al Mundial de 2014. Para aquel entonces, el ex Vélez Sarsfield estaba en el Atlético Mineiro de Brasil, en condición de préstamo, desde el Valencia de España. 

Doce de los 23 restantes no habían debutado de manera oficial: Enzo Fernández, hoy de 21 años y titular en cuatro de los seis partidos del Mundial, tenía 13 y desde los cuatro estaba en las infantiles de River Plate. Julián Álvarez, que jugó su primer partido oficial el 27 de octubre de 2018 en el Millonario, para aquel entonces tenía 14 años y estaba haciendo las inferiores en el Club Atlético Calchín de Córdoba, su ciudad natal. Thiago Almada, que disputó seis minutos en esta competición, tenía 13 años y estaba haciendo las inferiores en el club de Liniers. Lisandro Martínez y Juan Foyth debutaron en 2017, pero en 2014 el hoy jugador del Manchester United integraba las divisiones inferiores en Newell´s Old Boys de Rosario, mientras que el futbolista del Villarreal estaba, desde 2009, en Estudiantes de La Plata.

Alexis Mac Allister, que reemplazó al lesionado Gio Lo Celso, tenía 15 años y estaba en las inferiores de Argentinos Juniors junto a sus hermanos Francis y Kevin. Montiel, Molina y Cuti Romero también debutaron en el año 2016, y al momento en que el capitán disputaba la final de la Copa del Mundo en Río de Janeiro, Gonzalo tenía 17 años y estaba en las inferiores de River Plate, Molina (16) en la Reserva de Boca Juniors y Romero, con 16, ya jugaba en Belgrano de Córdoba hacía 4 años. Lautaro Martínez también tenía 16 y estaba en las formativas en el Club Atlético Liniers de Bahía Blanca. Exequiel Palacios, nacido en Tucumán, tenía 15 en las inferiores de River Plate, donde debutaría un año más tarde. Y, por último, Guido Rodríguez tenía 20 años y ya entrenaba con el plantel profesional de River, aunque no debutó de manera oficial hasta el 9 de octubre de 2014 por la Copa Argentina. 

Once son los jugadores de este plantel que ya habían jugado profesionalmente en clubes pero que aún no lo habían hecho con la Selección Argentina (y mucho menos en una final del mundo): El Papu Gómez tenía 26 años, jugaba en el Metalist Járkov de Ucrania e iba a tener que esperar hasta 2017 para debutar con el seleccionado nacional. Franco Armani en Atlético Nacional, club en el que estuvo desde 2010 hasta 2017, y tenía 27 años. Leandro Paredes, que había debutado el 6 de noviembre de 2010 en Boca Juniors, tenía 20 años y al momento en que Argentina pierde la final con Alemania estaba haciendo la pretemporada en la Roma de Italia. Marcos Acuña (22 años) en Ferrocarril Oeste y cinco días después de finalizado del Mundial de 2014 se iba a confirmar su traspaso a Racing de Avellaneda. Gerónimo Rulli tenía 22 y tras adueñarse del arco de Estudiantes de La Plata fue transferido en junio de 2014 a la Real Sociedad de España. Germán Pezzella tenía 23 y ya alternaba titularidades en la zaga central de River Plate. 

Nicolás Tagliafico, actual jugador del Olympique de Lyon de Francia, jugó en Banfield desde 2011 hasta 2015. Paulo Dybala tenía 20 y jugaba en el Palermo de Italia desde 2012. Ángel Correa (19 años) había sido transferido previo al comienzo del Mundial al Atlético de Madrid de España pero por una afección cardíaca no pudo entrenar hasta el 28 de agosto del mismo año e incluso no pudo disputar la semifinal y final de la Copa Libertadores con San Lorenzo a causa de la enfermedad. Rodrigo de Paul, exjugador del Udinese de Italia, tenía 20 años y era suplente en el Valencia de España, club del cual se iría para volver a jugar en Racing por unos meses. Dibu Martínez, que tenía 21 años, se encontraba en el Arsenal de Inglaterra y no debutaría con la Albiceleste hasta el 3 de junio de 2021.

Argentina, apoyada aquí y en todos lados

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Por Sebastián Mongelos

La selección argentina de fútbol es la primera finalista del Mundial y todos festejan. Países extranjeros como Bangladesh, donde sus habitantes se levantan a la madrugada para alentar a la Selección Argentina (tal es el apoyo que el Gobierno planea reabrir la embajada en el país asiático). En cada sector del mundo hay un puñado de argentinos que se juntan para celebrar. En la misma sede del Mundial, en Qatar, lugar en el que se convocan banderazos los días previos al partido desde la derrota 2-1 frente Arabia Saudita en el debut. Gente de todos los continentes que se acercan para cantar durante varias horas: “Muchachos, ahora nos volvimo’ a ilusionar…”; “Brasilero qué pasó…”; “El que no salta es inglés”. Celebridades que en sus redes sociales se muestran viendo los partidos de la Albiceleste y gritando sus goles; el británico Harry Styles festejó en el escenario la clasificación del combinado a cuartos de final antes de dar un show en el país.

Todos los habitantes de las 23 provincias argentinas, los cuales se concentran en cada avenida cercana a su hogar, en cada monumento turístico como el Obelisco, en Buenos Aires o el Monumento a la Bandera, en Rosario, Santa Fe. En cada plaza o parque, como la Plaza Francisco Seeber o Parque Chacabuco, en el que hay una pantalla gigante para ver los partidos. En cada sector del país hay un grupo de personas festejando.

Buenos Aires es la principal ciudad en la que se celebra el pase a la final de la Copa del Mundo. En Mar del Plata, la gente se junta con los lobos marinos y celebra por su representante, Dibu Martínez. En El Talar todos están orgullosos del espectacular torneo que está realizando Otamendi. De Paul, Paredes, Enzo Fernández y Mac Allister, los mediocampistas que llevan a lo alto a Sarandí, San Justo, San Martín (todos en Buenos Aires) y La Pampa, respectivamente. Cuti Romero, de capital, y Julián Álvarez, de Calchín, no se olvidan de Córdoba en su primer Mundial.

Al fin y al cabo, tanto los rosarinos como todos los argentinos y los extranjeros que apoyan a la Albiceleste desean ver a Lionel Messi levantar el trofeo. Por eso, y como dicen las redes sociales de la Selección Argentina, “todos juntos” hay que alentar en la final del Mundial de Catar 2022 el domingo 18 al mediodía.

La sexta final en su historia y la ilusión de 45 millones

Por Ignacio Holze

La Selección Argentina venció 3 a 0 a Croacia por la semifinal del Mundial de Qatar 2022, siendo la única nación en nunca perder en esta instancia, y jugará la sexta final en toda su historia.

Desde Uruguay 1930 hasta el día de hoy se han jugado un total de 21 mundiales, de los cuales la Albiceleste disputó 19 y en cinco alcanzó la final, siendo este domingo a las 12 su sexta definición. De la misma manera se mantiene invicto en las seis semifinales que compitió. “Fútbol, dinámica de lo impensado”, diría el gran periodista Dante Panzeri. Ya que en el comienzo de la “era Scaloni” este cuerpo técnico y plantel recibían críticas a más no poder, estuvieron cerca de quedar fuera en la fase inicial de la Copa América 2021, en la que terminaron siendo derrotados en semifinales.

Uruguay 1930, la primera de muchas. El primer campeonato del mundo se definió con el clásico del Río de La Plata, en el que los Charruas ganaron 4-2. Un seleccionado argentino dirigido por Fernando Olazar, y liderado dentro de la cancha por Guillermo Stábile, máximo artillero de aquella edición con ocho tantos.

Argentina 1978. 58 años tuvieron que pasar para volver a jugar esta instancia. Esta vez de local y con un equipo que enloquecía a la gente por su juego. La Albiceleste contaría con César Luis Menotti como entrenador y con Mario Alberto Kempes como la figura de aquel plantel y goleador del torneo. En la final terminaron ganándole a Holanda por 3-1 en el tiempo suplementario.

México 1986. Un equipo y director técnico que fueron duramente criticados por la prensa y el pueblo, llegó con pocas ilusiones. Carlos Salvador Bilardo y el autor de la mejor actuación individual en una competición de este deporte, Diego Armando Maradona. El gol de “la mano de dios” y “el gol del siglo” en los cuartos ante Inglaterra. Se terminaría consagrando tras vencer 3-2 en la final a Alemania.

Esperaron tan solo cuatro años para llegar a otra final. Italia 1990, de las copas del mundo más recordadas por los argentinos. El debut que nadie imaginaba ante Camerún, el gol de Claudio Caniggia a Brasil, los penales de Sergio Goycochea y la final que aún sigue siendo cuestionada por el penal que cobró el árbitro mexicano, Edgardo Codesal, para que Alemania venciera a la Albiceleste 1-0.

La más reciente, a la que la nueva generación recuerda y le duele por haberle impedido a Lionel Messi, máxima figura de aquel plantel, cumplir el sueño de millones de habitantes que nunca lo vieron campeón. Brasil 2014, de la mano de Alejandro Sabella, Argentina volvería a una nueva final luego de 24 años. Se enfrentaría nuevamente con su peor pesadilla, Alemania. Un gol para el olvido, a los 112 minutos de Mario Gotze. 

Luego de esta victoria en semifinales, espera por Francia o Marruecos para que este domingo, el conjunto dirigido por Lionel Scaloni pueda alcanzar la gloria. Con Messi en su mejor momento futbolístico, más pensante, más táctico, más pasional. Un comienzo que puso en dudas muchas cosas y permitió al entrenador ajustar cosas en el equipo. El plantel está más unido que nunca, jugando por y para darle una alegría a la gente.