viernes, septiembre 20, 2024
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Cómo se cambia de género

Matías Chiacchio

Las personas nacen con un sexo biológico establecido, pero algunos durante su vida se sienten identificados con el género opuesto, por eso recurren a los endocrinólogos (médicos especialistas en las glándulas hormonales del ser humano) para realizase distintos tipos de estudios y transformarse en la persona con la que tienen una identidad, a través de técnicas invasivas (distintas cirugías) o no invasivas (medicamentos vía oral o intravenoso). Además, dentro de esta rama de la medicina hormonal se analiza la mente de las personas con la neuroendocrinología, para ver las arquitecturas hormonales del “sexo biológico” que existen dentro del cerebro, durante el proceso de transformación.

El período de cambio es lento y depende del organismo de cada paciente, pero, mayormente, los hombres que se sienten mujeres (mujeres transexuales) muestran las primeras modificaciones corporales a los tres meses de tratamiento; en cambio las mujeres que se sienten hombres (hombres transexuales) lo hacen un tiempo después. En ambos puede durar entre cuatro y cinco años para que sea, completamente, lo que sienten. “Lo que hacemos es un proceso de hormonización que significa cruzar las hormonas del género percibido, con el recibido al nacer y casi siempre arrancamos con el que perciben. En el caso de los varones transexuales, se les dará testosterona, hormona masculina, y si es una mujer se le darán estrógenos que es la femenina. Generalmente, a algunas personas se les da un antiandrógeno (antihormona), para evitar que la dosis de estrógeno sea demasiado alta y afecte a este proceso”, dice Cecilia Calvar, vocal titular de la Federación de Endocrinología Argentina y jefa de endocrinología en el Hospital Fernández, uno de los centros más importantes junto al del Hospital Durand.

Durante este proceso los médicos apoyan a sus pacientes, a través de “El enfoque despatologizador”, que consiste en decir que las personas que se sienten identificadas con otro género no están enfermas psicológicamente, como decían, hasta la implementación de la Ley de Identidad de Género (26.742), los manuales de sexología y psicología. “A estas personas las ayudamos cuando dicen que tienen un problema mental, porque no están felices con su situación corporal y genital, y más si los ofenden de esa manera”, dice Calvar. Por otro lado, Lucia Ciccia, bioquímica y neuroendocrinóloga, analiza: “Algunas personas quieren construir un sexo ideal que está determinado con cuestiones genéticas, hormonales, anatomía genital y la arquitectura cerebral. Nadie cumple con esto y, socialmente, nos obligan a ajustarnos a este pensamiento”.

A las personas transexuales las observan desde distintos puntos de la medicina. La neuroendocrinología se basa en analizar las hormonas en el cerebro de las personas, para determinar por qué su identidad cambió y buscar las arquitecturas en el cerebro del sexo opuesto al que tienen una identidad. “No hay estudios de este estilo, pero sí lo hacen en animales y ahí no podés ver la identidad de género porque son conceptos humanos. Se los ve en la vida adulta si tienen arquitecturas del género biológico y la cantidad de testosterona que hay en el estadio setal, para evaluar si se feminizó o masculinizó de manera opuesta a los genitales. Esos estudios, que son pocos, los hacen con un grupo reducido de personas, por eso no es un muestreo fiable porque no hay más de 30 personas. No es representativo”, dice Ciccia.

Las hormonas integran las funciones sexuales del cuerpo y son reguladas por el Eje de Hipotálamo-Hipofisario (regulan y equilibra los niveles hormonales del cuerpo). Cada una cumple una función distinta: el hipotálamo elimina hormonas y la hipófisis las libera para actuar sobre los órganos genitales del hombre y de la mujer (ovarios y testículos). Además, la hipófisis “se estimula” con la hormona que libera gonadotrofina para fabricar testosterona (interventor y regulador de los procesos de reproducción). En las personas transexuales, incluso en los púberes menores de 16 años, se les pone un inhibidor de gonadotrofina para que el sexo establecido al nacer no se desarrolle. Estas hormonas también forman parte del cerebro, a pesar de la cantidad de testosterona que tenga cada persona.

“El hombre tiene mucha más testosterona que la mujer. Esa diferencia, según la neurociencia, hace que el cerebro se divida en dos formas, en uno femenino y otro masculino, por eso lo define de acuerdo a los dos niveles: si una mujer tiene más testosterona, tiene el cerebro masculinizado y por eso tendría atracción con personas del mismo sexo del identificado al nacer, pero es una mirada biologísta a la que no estoy de acuerdo. Para la endocrinología hay una cosa bilógica para definir la identidad de género: La cantidad de testosterona. Se plantea que nuestras conductas están determinadas al nacer y si una persona se siente de otro género, la neurociencia dice que es un cerebro feminizado o masculinizado porque tuvo menores o más niveles de testosterona”, dice la bioquímica. Además cree que no se puede hacer un estudio para evaluar la cantidad de testosterona a un bebé y luego hacérselo en la vida adulta para evaluar los cambios en las arquitecturas cerebrales. “No sería ético y muy invasivo”, concluye.

La marca de Ronaldo

Julián Rozencwaig

Dos minutos de partido. Cristiano Ronaldo ya había entrado en contacto con la pelota en tres ocasiones, produciendo filigranas –que no es igual a una gambeta que tiene como fin pasar a un rival o un efecto similar que incida en el juego- y generando un penal que posteriormente cambió por gol. En la primera de las tres, los simpatizantes se envolvieron en un grito eufórico que, si un televidente mutaba los relatos y no prestaba atención al partido, automáticamente posaría los ojos en la pantalla para verificar que aquellos bramidos no habían sido consecuencia de un gol.

Por su actualidad en la liga española, no solo los portugueses disfrutaron de su individualidad sino que un grupo importante del sector opuesto del encuentro coincidió con el placer. Y, aunque parecía que Portugal generaría una catástrofe en la historia del fútbol hispano, el conjunto que es dirigido desde hace 72 horas por Fernando Hierro ni se preocupó: movió la pelota y dejó que su juego, ya amoldado, fluya.

Con alrededor del 70% de la posesión del lado español en la mayoría del encuentro, el equipo conducido por Fernando Santos fue contundente y agresivo en tres cuartos de cancha hacia adelante, con Gonçalo Guedes ubicado al lado de Ronaldo como opción de descarga. Junto a Bernardo Silva, quien procuró enlazar los hilos ofensivos de los contraataques que sorprendían a España en inferioridad numérica. La presión alta a partir del mediocampista William Carvalho, como pilar en la mitad del campo, fue la apuesta para neutralizar la conducción de Andrés Iniesta, Isco y David Silva. Ese plan funcionó hasta las salidas del libreto de Diego Costa e Ignacio (Nacho) Fernández, autor de un tercer gol imposible para cualquier arquero por la potencia y la ubicación del tiro.

España desafió las críticas mundiales tras la exclusión del exentrenador, Julen Lopetegui, tras su asunción como director técnico de Real Madrid y el subsiguiente enojo de la Real Federación Española de Fútbol, debido a la ética y a la forma con que el también exconductor de Rayo Vallecano en 2003 llevó a cabo su decisión. A más de tres días de la caída de su piloto, el equipo demostró funcionar automáticamente, con la única necesidad de que alguien escogiera los jugadores que saldrían a la cancha, causa de un proyecto llevado adelante tras el Mundial de Brasil 2014. El seleccionador Hierro –imposible denominarlo entrenador por su flamante aparición- removió tres fichas según la última formación de Lopetegui publicada por la cuenta oficial de la Selección Española: Nacho por Álvaro Odriozola, Koke por Thiago Alcántara y Costa por Rodrigo Moreno Machado.

A falta de 10 minutos para el final y con el marcador a su favor, los jugadores mostraron una tranquilidad digna de un equipo barrial que juega para divertirse junto a sus amigos. Como si no necesitaran nada más. Solo a ellos. La posesión de la pelota anteriormente citada justifica la ambición y las ganas.

Dante Panzeri, fallecido periodista y escritor del libro “Fútbol, dinámica de lo impensado”, escribió en 1967: “(…) hombres que, con más audacia que talento, coparon las posiciones de un inexistente magisterio bajo apariencias de ´directores técnicos´, asimilados al fútbol como instrumentadores de la inaudita automatización de la espontaneidad, que hoy se pretende hacer creer que conforma un llamado ´fútbol moderno´. Siempre antiguo. Siempre fútbol, el único, el bueno, o el malo. El de los jugadores”. España es de los jugadores, aun cuando el resultado devenga de un imprevisto a los 87 minutos llamado Cristiano Ronaldo. Con su marca, la de los tres goles. La marca de Ronaldo.

¿Saca ventaja una mujer transexual en un deporte femenino?

Agustín Loza

Los transexuales ganaron una gran cantidad de derechos en los últimos años, como el de poder casarse con personas del mismo género, o que puedan tener la libertad de elegir su identidad sin importar la condición biológica. Los tiempos cambiaron, y para bien, pero todavía hay un grupo de gente que se quedó en el pasado.

Uno de los avances que está en proceso es el de la práctica del deporte profesional. Que es una de las cuestiones que por vacíos legales quedaron estancadas. Hay muchísimos casos en los que hay confusiones incluso en las federaciones, por el temor de que exista alguna ventaja.

Ante este panorama, hubo consultas con distintos profesionales de la salud para aclarar las dudas ante estos casos tan controversiales. Casi todos coincidieron en que anatómicamente no existe ningún beneficio para los competidores si incluyen a un transexual en una prueba deportiva, ya sea de manera individual o colectiva.

El Comité Olímpico Internacional indica que para que una mujer que nació siendo hombre compita con el género femenino debe tener un límite de 10 nanolitros de testosterona por mililitro de sangre. Ni siquiera sugieren operaciones para extirparse sus genitales con los que nació.

El licenciado Manuel Ponce es especialista en kinesiología y en educación física, tiene una maestría en Medicina Deportiva y trabaja en la Secretaría de Deportes de la provincia de Jujuy. Aseguró que tuvo la posibilidad de verificar los análisis de personas transexuales que se acercaron a realizarse chequeos en el centro de estudios que tiene y llegó a la conclusión de que tenían tejidos algo más trabajados, ya que son más detallados por cuestiones estéticas porque tienen un cuidado mayor al de los demás.

Agregó que todas las personas pueden realizar el deporte que deseen, sin tener riesgo alguno y que no hay capacidades que sean predeterminadas que definan si un deportista tiene ventaja sobre otro, sino que lo que es fundamental es el entrenamiento constante.

“La sociedad a veces discrimina o ignora ciertas cosas porque no está preparada. Todos tenemos la capacidad y la libertad de teneruna actividad física adecuada”, comentó Ponce. Entonces, la conclusión es que hay cierto prejuicio de personas ajenas a la medicina, que ante el desconocimiento, hace caso omiso a lo que indica la ciencia. De hecho, el licenciado afirmó que hay deportistas frustrados porque no se animan a anotarse por el miedo a ser rechazados.

Cerró su conclusión con una sugerencia reglamentaria y ética. En las federaciones deberían haber reglamentos que sean claros porque de esa manera le dan un protagonismo a los transexuales que nunca tuvieron. Añadió que es antihumano prohibir la práctica a alguien por su elección sexual y comparó esos casos con los problemas que se generan en las escuelas cuando un chico es obeso y no le permiten hacer ciertas actividades.

El doctor Oscar Perini es jefe de Clínica Médica y del Departamento de Endocrinología del Hospital Guillermo Paterson de la ciudad de San Pedro de Jujuy. El profesional aclaró que los transexuales deben inyectarse hormonas para practicar deportes; si quieren ser mujeres, tendrán que colocarse estrógenos, y si el deseo de una persona es ser varón, necesitará testosteronas. No tienen problemas en hacer cualquier tipo de actividad física.

Además coincidió con el hecho de que no hay inconvenientes biológicos con la práctica deportiva y que a algunos les genera rechazo que los trans sean federados en alguna disciplina. “La gente cambió, hoy tiene la mentalidad más abierta. Cada ser humano decide cómo vivir y eso a algunos no le gusta”, sentenció.

El doctor Perini afirmó que no existe ninguna ventaja física en una competición porque los niveles de fuerza no varían según el género, es una cuestión de entrenamiento. También hizo un análisis conciso en el que apeló al sentido común. “Si un varón quiere ser mujer, tratará de desarrollar movimientos que lo identifiquen con el género femenino, tendrá más delicadeza”.

La doctora Sandra Magirena es especialista en ginecología. Coincidió con que todos pueden hacer cualquier disciplina, incluso hay algunas actividades que permiten las conformaciones de equipos mixtos, como en la FAFI, donde los niños y las niñas pueden ser integrantes de un mismo plantel sin ninguna restricción.

Aunque declaró que en los deportes de alto rendimiento hay grises que no permiten sacar una conclusión exacta, porque hay hormonas que están dentro de las sustancias dopantes pero están contempladas con ciertas limitaciones del COI para evitar el exceso de las consumiciones. “Personalmente no creo que haya diferencias entre hombres, mujeres o trans, eso depende más del entrenamiento que del género”, manifestó la doctora Magirena.

La doctora Cecilia Calvar es la jefa de Endocrinología del Hospital Fernández, comentó que después de un año de tratamiento hormonal en algunas asociaciones americanas permiten que las mujeres transexuales hagan deportes de impacto con mujeres. Hay ciertas contemplaciones pero finalmente hay igualdad de género.

Subrayó que para pensar si existen ventajas en las disciplinas de alto rendimiento hay que tener en cuenta que no hay superioridad física por la parte hormonal sino que lo que inclina los niveles de habilidad para la práctica deportiva son la genética, las destrezas y otros factores.

La reflexión general de los profesionales de la salud fue que el problema para que los transexuales practiquen deportes de alto nivel viene más por lo ideológico. Físicamente no existen ventajas y que el trabajo que debería hacerse es en lo social, porque el tiempo pasa y con ello hay evoluciones de pensamiento. Pero lo que aún no cambió, fue la estigmatización que sufren los transexuales en ciertos sectores de la ciudadanía.

Por qué Islandia puede dar la sorpresa

Julián Rozencwaig

Islandia, Croacia y Nigeria son equipos que tienen pocas obligaciones y mucho entusiasmo”, soltó Jorge Sampaoli, entrenador del seleccionado argentino, luego de conocer a quienes serán sus rivales mundialistas dentro de seis meses y medio.

¿Es Islandia solo una selección con “pocas obligaciones y mucho entusiasmo”? A partir de 2002, la Federación de Fútbol del país llevó a cabo un proceso instaurador del deporte local: construyeron canchas cubiertas para entrenar durante todo el año, lo que era prácticamente desgastante al aire libre ante las bajas temperaturas; y contrataron entrenadores certificados por la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA). Esta inversión en infraestructura y divisiones juveniles se dispuso cuando la selección nacional se posicionaba en el puesto 132 en el ranking FIFA. Hoy, ocupan el 22. “El sueño de todo futbolista es jugar en Barcelona o Real Madrid. A nuestros chicos de 15 y 16 años ya se los están llevando los clubes europeos”, cuentan Rúnar Kristinsson, entrenador del club islandés KB Reykjavík, y Guðmundur Benediktsson, periodista y exjugador de la misma nacionalidad.

Los resultados comenzaron a reflejarse exponencialmente a partir de las Eliminatorias al Mundial de Brasil 2014, del que quedó eliminado en el Repechaje frente a Croacia por 2 a 0. Clasificar a la Eurocopa 2016 ya era considerado un milagro para los islandeses, que finalizaron su desempeño en cuartos de final con derrota 5 a 2 ante la anfitriona y posteriormente subcampeona Francia. Hoy, es una de las 32 selecciones que irán a Rusia en 2018, mérito de la primera posición obtenida en su grupo de Eliminatorias.

Con 334.252 habitantes (según el recuento de 2016), 120 jugadores profesionales y un odontólogo como director técnico, Islandia demostró que no le tiene miedo a nada ni a nadie. Eliminó de la Eurocopa a la Inglaterra de Wayne Rooney, Raheem Sterling y Joe Hart. Suele situarse ofensivamente con el sistema táctico 4-3-1-2, con el objetivo de liberar a su figura Gylfi Sigurðsson, el número 10 por el que el Everton de Inglaterra desembolsó 50 millones de euros para obtenerlo en agosto del presente año. Uno de los fuertes del conjunto nórdico es la pelota parada, debido a la altura de sus delanteros y defensores (el más bajo mide 1, 84 metros, excepto el lateral derecho Ari Skúlason), como así también la solidez defensiva: en las Eliminatorias recibió 7 tantos en 10 partidos, de los cuales en la mitad mantuvo la valla invicta; y convirtió 16 goles. Ganó 7 encuentros, empató 1 y perdió 2. Cosechó 22 puntos y obtuvo el primer lugar en un grupo en el que tuvo como oponentes a Croacia, Ucrania, Turquía, Finlandia y Kosovo. Heimir Hallgrímsson, su entrenador, enfatiza en una sola virtud para alcanzar el triunfo: “El trabajo en equipo es fundamental”.

En esta profesión ejerces la deontología. Tienes que relajar a las personas como cuando uno tiene miedo de ir al dentista, debes divertirlos y ser rápido para adaptarte a cada personalidad. Aunque, más que de odontólogo, ejerzo de psicólogo”, admite el director técnico, quien asumió el año pasado luego de la dimisión de Lars Lagerbäck tras la eliminación en la Eurocopa. En la previa a los partidos de local, el seleccionador anuncia ante los aficionados la formación en un bar y relata los movimientos que tiene en mente para doblegar a su rival.

Desde el fútbol local, Kristinsson afirma: “No solo buscamos la formación de futbolistas, sino crear un vínculo entre el jugador y el club, además de formar buenas personas”. Kristjan Eymundsson, delantero del seleccionado nórdico, advierte: “Si los jugadores argentinos piensan que va a ser un grupo fácil, les digo que no”. La cultura islandesa no cree en Dios. O, al menos, el 100% de los jóvenes menores a 25 años, según un estudio nacional. De 25 a 44, casi el 80%. Son los islandeses. “Vikingos”. Creadores de su propio mérito.

Agustina Pérez: una pionera de un cambio en el deporte

Mateo Balbiani

La joven de 25 años se desempeña en el Club Villa San José desde hace ya dos años y medio. Luego de obtener su cambio de identidad legal, decidió presentarse en la Asociación Salteña de Básquet Femenina (ASBF) para firmar con el equipo del cual hoy es parte. Tras presentar la documentación solicitada (DNI, fotocopia de la primera y segunda hoja, cuatro fotos 4×4, certificado de salud y 200 pesos de inscripción) fue aceptada para comenzar a competir sin ningún tipo de reclamos.

Los impedimentos comenzaron después de los primeros dos partidos que disputó contra el Club Atlético Independiente y Villa Belgrano, respectivamente. Este último equipo fue el que más inconvenientes propuso, por parte de los entrenadores, jugadoras y sus padres. Las quejas que presentaron fueron por la disconformidad con su inclusión por su condición sexual y las supuestas ventajas deportivas y físicas. Dichas oposiciones fueron relegadas en reuniones de la ASBF, luego de que se comprobara que no poseía una identidad falsa y varias contrincantes poseían ciertas ventajas fisonómicas por sobre ella.

“Un día voy a jugar al básquet con mujeres”, expresó la deportista. Desde niña se relacionó con chicas y cosas femeninas, hasta los 20 años que fue cuando se decidió a ser mujer todos los días. “Es lo que me hace bien”, confesó. Bien supo la salteña de las dificultades que se le presentarían al momento de querer federarse, pero reconoce que fue cuestión de tiempo y adaptación por parte de sus compañeras, del resto de los equipos y la mirada social de la provincia. Por esto, con el esfuerzo que se desenvolvió, hoy puede jugar con total tranquilidad.

El básquet, además de practicarlo por placer, también lo utiliza para distenderse. La deportista nacida y residente del barrio 20 de febrero, en Salta (capital), posee dos trabajos: peluquera unisex y asistente de decoradora de eventos; ambos con horarios rotativos, ella misma organiza sus tiempos para también concentrarse en su equipo. Aunque, igualmente, no descuida sus empleos que son con los que solventa sus gastos y con los que ayuda a su familia –padre, madre y dos hermanos de 27 y 15 años- quienes siempre la apoyaron en sus decisiones, como así también, lo hizo su pareja desde hace ya tres meses y con quien desea irse a vivir a Rosario.

Deportistas transgénero por el mundo

Martin Cascardo (@MartinCascardo1)

La discriminación y la escasa reglamentación en la materia son obstáculos que los atletas trans deben atravesar no solamente en Argentina, sino que a lo largo de todo el mundo existen casos emblemáticos en los que se impusieron una serie de impedimentos para la normal práctica deportiva en el género con el que se identifican.

El primero en tomar relevancia pública se remonta a 1976, cuando la tenista trans estadounidense Reneé Richards de 42 años iba a disputar el US Open en el circuito femenino, pero ante el reclamo de otras jugadoras la organización exigió una verificación de cromosomas, según la normativa del Comité Olímpico Internacional para la época.

Ofendida por la medida, Richards demandó a la Asociación de Tenis de Estados Unidos ante la Corte de Nueva York. Un año más tarde, el tribunal le dio la razón y en consecuencia Reneé pudo entrar en el cuadro principal del US Open 1977.

Previo a su operación de cambio de género en 1975, Reneé ya había participado del certamen cinco veces, durante la década del ’50, en individuales masculinos como Richard Raskind, su nombre de nacimiento. Sin embargo, sólo en 1955 y en 1957 había logrado superar la primera ronda. Para el abierto de 1977 sus resultados tampoco fueron exitosos a nivel individual femenino, ya que quedó eliminada en su debut, pero en contrapartida Richards se destacó como doblista al llegar hasta la final del torneo.

A partir de allí, Reneé tuvo actuaciones destacadas en esa especialidad y en la de dobles mixtos –en la que llegó a jugar junto a Illie Nastase y Jimmy Connors– hasta 1981, cuando a sus 47 años dejó de jugar y se dedicó a entrenar a Martina Navratilova.

Un caso similar fue el de la golfista trans Lana Lawless, que también debió recurrir a la vía judicial. La estadounidense de 57 años debió demandar en octubre de 2010 a la Ladies Professional Golf Association (LPGA) de su país, ya que su reglamento solo habilitaba a competir a “mujeres de nacimiento”.

La controversia en torno a la autorización de Lawless se produjo a partir de que se consagró campeona mundial en 2008 de long-drive, una especialidad que premia a aquel que impulse la pelota a la mayor distancia posible. La golfista había logrado que la bola recorriera 232 metros y al respecto explicaba en una nota con La Vanguardia: “Gané gracias al viento favorable y a mi técnica que he entrenado durante diez años. El proceso de conversión transexual (realizado en 2005) ha provocado que pierda masa muscular y el tratamiento ha bloqueado mi producción de testosterona. En siete meses he perdido más de 20 kilogramos y mis músculos se atrofiaron rápidamente“.

Afortunadamente para Lawless, a dos meses de iniciada la demanda, los miembros de la LPGA aprobaron la eliminación de la condición de “mujer de nacimiento” para la autorización de las golfistas, siguiendo las recomendaciones del COI, que para 2003 por primera vez autorizaba a los atletas trans a competir, siempre y cuando estos se hubiesen sometido a una cirugía de reasignación de género y un tratamiento hormonal por al menos dos años.

La norma del máximo organismo del olimpismo mundial ya había sido retomada previamente por la Australian Ladies Professional Golf en 2003 y la Ladies European Tour en 2005 luego de los constantes reclamos de otra golfista, la danesa Mianne Bagger, que se convirtió en la primera transexual en competir profesionalmente al disputar el Abierto de Australia de 2004.

Así como el golf ha mostrado una mayor apertura hacia la inclusión de atletas trans, el ciclismo es otro de los deportes pioneros en la materia. Incluso en 2002, un año antes de las primeras recomendaciones del COI al respecto, la Unión Ciclista Internacional ya le había ratificado la licencia profesional a la corredora canadiense trans de mountain bike Michelle Dumaresq.

Sus buenas actuaciones a nivel nacional –se consagró en la Canadá Cup Series de 2002 y en los campeonatos nacionales de 2003, 2004 y 2006– le permitieron representar a su país en distintos torneos internacionales, entre ellos el Mundial de Les Gets 2014, en el que alcanzó el 17° puesto.

Algunos años más tarde, la canadiense Kristen Worley, la holandesa Natalie Van Gogh y la estadounidense Jillian Bearden también obtuvieron sus licencias profesionales.

Por último, existen también casos de hombres transgénero que se desempeñan en el alto rendimiento, derribando el mito de una supuesta desventaja física. El más famoso es el de Chris Mosier, especialista en duatlón sprint, que en 2015 se convirtió en el primer atleta trans en calificar para un seleccionado nacional estadounidense distinto a su género biológico.

Sin embargo, Mosier, que es además autor del sitio transathlete.com de ayuda a deportistas trans, explicaba que “sabía que no sería elegido para competir en el campeonato mundial del año siguiente por el reglamento de atletas transgénero, que en ese momento declaraba que debía someterme a una cirugía completa”.

Su reclamo llegó hasta el Comité Olímpico Internacional que finalmente determinó en noviembre de 2015 que los atletas trans no estaban obligados a operarse, sino que el único requisito excluyente era su tratamiento hormonal. En consecuencia, Chris Mosier pudo competir por primera vez representando a su país de manera internacional en junio de 2016: “Se trata de una oportunidad no sólo para mí, sino que siento que es una puerta abierta para que otros nuevos atletas puedan enamorarse del deporte y ser ellos mismos”.

Repercuciones de la derrota ante Croacia

Julián Rozencwaig

Prohibido olvidar las atrocidades que fueron comentadas en las redes sociales sobre Wilfredo Caballero, arquero de la Selección Argentina pero por sobre todas las cosas, un ser humano. Hay quienes desearon la muerte a su esposa y su hija.

Prohibido olvidar el hinchismo argentino plasmado con agresiones a simpatizantes croatas durante el partido de la segunda jornada que culminó en derrota, sustantivo inaceptable para la gran mayoría argentina (sería una generalización errónea poner a todos en la misma bolsa). Ante Rebic, delantero del conjunto europeo, admitió que “los argentinos no saben perder” como motivo de su arrepentimiento de pedir la camiseta de Lionel Messi para un amigo. Philipp Lahm, exfutbolista alemán, manifestó idénticamente la frase en la previa al encuentro de cuartos de final del Mundial de Sudáfrica 2010 entre Alemania y Argentina, anunciando en conferencia de prensa que esperaba ver cómo reaccionaban sus rivales de turno cuando perdieran, mezclando provocación y realidad en la víspera al duelo mundialista.

Prohibido olvidar que un periodista, con un número de audiencia importante sin tener en cuenta la reproducción de sus dichos en las redes sociales (es decir, más audiencia aún), le rogó a un jugador que ganó 34 títulos colectivos y 9 individuales –dentro de esta última categoría fue calificado en 5 ocasiones como el mejor jugador del mundo- que piense en renunciar a la Selección Argentina. También está prohibido, pero prohibidísimo olvidar las sugerencias e incitaciones a “cagarse a trompadas” de un periodista hacia los jugadores y el entrenador, comunicando, además, que ante Nigeria “jueguen los que queden vivos”.

Prohibido olvidar los zócalos televisivos con frases de hinchas y panelistas en alusión a la derrota como fracaso, título aún posible a falta de la fase final de la Copa del Mundo y un futuro incierto para el combinado nacional. Prohibido olvidar porque, olvidando, difícil es aprender y en consecuencia, cambiar. Saber perder es más importante que saber jugar. De nada servirá continuar jugando y ganando si no se conoce cómo afrontar la derrota.

Foto: @Argentina

Qué dicen las leyes del deporte

Germán Trucchi y Javier López Ezcurra

En noviembre de 2015, a meses del inicio de los Juegos Olímpicos de Río 2016, médicos, científicos, abogados y fisiólogos se reunieron en Lausana, convocados por la Comisión Médica y Científica del Comité Olímpico Internacional (COI). El propósito fue redactar nuevas reglas que les permitieran competir a los atletas transexuales. Los hombres trans, que cambiaron su género biológico, podían participar en Río 2016 sin necesidad de operarse quirúrgicamente, pero no lo hicieron.

Chris Mosier, duatleta estadounidense, se privó de participar en los Juegos Olímpicos de Río 2016 porque el duatlón –correr y andar en bicicleta- no es un deporte olímpico. Mosier a los 4 años se dio cuenta que su identidad de género (masculino) y su sexo biológico (femenino) no estaban en sintonía. En 2009 comenzó su transición con el objetivo de competir con hombres. En junio de 2016, compitió en el Mundial de Áviles de duatlón en el que logró un puesto 26 y el orgullo de haber representado a los Estados Unidos.

Sobre los cambios de la reglamentación del COI, el médico y vicepresidente de la entidad, Ugur Erdener, explicó: “Es necesario garantizar en la medida de lo posible que los atletas transgénero no sean excluidos de la oportunidad de participar en la competencia deportiva”.

Las reglas varían cuando se trata de mujeres transexuales que quieren competir con mujeres. Se impuso la condición de que se compruebe que los que antes eran considerados hombres y quieran competir con mujeres tengan un nivel de testosterona inferior a 10 nanogramos por mililitro de sangre en los 12 meses previo a la competencia. Para ello, deben someterse a tratamientos con estrógenos que frenen la producción de testosterona, la hormona masculina. Otro punto que se destaca en el documento del COI es que, la deportista que declare que su identidad de género es mujer no podrá cambiar de género a lo que concierne al deporte, durante al menos cuatro años.

La decisión del COI marca un antes y un después en el transgénero y los Juegos Olímpicos. Antes, regía una regla aprobada en 2003, en la que se explicitaba que los atletas que hicieran la transición de un sexo a otro no podían competir a menos que se hubieran sometido a una cirugía, seguida por al menos dos años de terapia hormonal.

Hasta el momento no ha habido ningún atleta transexual en los Juegos Olímpicos. Bruce Jenner, quien ganó la medalla de oro en decatlón en Montreal 1976, pasó a ser, luego de re-descubrirse, Caitlyn Jenner. Balian Buschbaum cuando terminó sexto en salto con garrocha en Sidney 2000 no era Balian sino Yvonne Buschbaum.

A continuación, un repaso de cómo se trabaja esta temática a nivel nacional e internacional en las federaciones más representativas:

El rugby siempre vivió bajo el legado como el ‘deporte más inclusivo’. Y no es para menos, porque según el vicepresidente primero de la Unión Argentina de Rugby, Néstor Galán, no existe ningún problema con que un transexual juegue y practique el deporte en primera división. “Si la persona tiene un documento que dice que es mujer, está habilitado para jugar con mujeres. La UAR siempre va a respetar eso”. Mientras que Carlos Araujo, Presidente de la entidad, reafirmó que “hombre o mujer puede jugar en cualquier equipo con el DNI correspondiente”.

Juan Gutiérrez, presidente de la Federación del Vóleibol Argentino, junto con Mariano Céspedes, abogado de la FeVA, admitieron que no hay impedimentos para que un transexual juegue con el género que quiera. “La reglamentación y el cambio de sexo no depende del deporte, sino del Estado”, sintetizó Gutiérrez. Y agregó: “Para nosotros lo que el documento diga es lo que certifica la condición de cada jugador”.

Javier Otero, representante del departamento de prensa de la Federacion Internacional de Baloncesto radicado en Puerto Rico, manifestó no tener información sobre la posibilidad de que un transexual juegue federado en básquet y aclaró: “No recuerdo si existe algún caso particular”. Mientras que Germán Beder, Jefe de Prensa de la CABB, admite que dentro de la legislación del deporte naranja no hay ley que prohíba o permita que un transexual pueda jugar con el género con el que se siente identificado.

En referencia al mundo del fútbol, la FIFA creó en mayo de 2011, el Reglamento para la Verificación de la Identidad Sexual. En él establece que los andrógenos (hormonas sexuales masculinas) intensifican el rendimiento del atleta, especialmente en aspectos como la fuerza física y la velocidad, y podrían proporcionar ventaja e influir en el resultado. El cuerpo médico de cada club es responsable de corroborar la identidad sexual de los jugadores y la Federación Internacional sólo intervendrá, si existen las pruebas necesarias para acusar a un integrante por violar la reglamentación.

“Uno de los principales objetivos que persigue el Reglamento de la FIFA para la Verificación de la Identidad Sexual consiste en proteger la dignidad y la intimidad de las personas. Por eso, la normativa define unos trámites de gestión tipificados para la verificación de la identidad sexual de todos los futbolistas, siempre que exista una duda bien fundada. A cada asociación miembro le corresponde asegurarse, antes del nombramiento de su selección nacional, de la correcta identificación sexual de todos sus jugadores. Para ello, deberá investigar activamente cualquier desviación perceptible en las características sexuales secundarias y conservar la documentación completa de los resultados”, se detalla. Es decir, atribuciones físicas como los pechos, el tamaño de las caderas, el vello corporal, la musculatura, etcétera. Desde hace años la propia FIFA asegura luchar contra la discriminación dentro de las canchas de fútbol. Sin embargo, puertas a afuera esta temática parece tener una postura bien definida. En tiempos de lucha por la igualdad de género y la inclusión, la organización rectora del deporte más importante del mundo no solo continúa marcando una diferencia entre hombres y mujeres, sino que además, juzgará y penará a aquellas asociaciones que no cumplan con las reglas y seleccionen jugadores o jugadoras que no sean “del sexo correcto”.

Tanto a nivel local como regional no existe una legislación que permita la participación de personas transexuales en el fútbol. Ni la Asociación del Fútbol Argentino ni la Confederación Sudamericana han discutido la problemática con seriedad. Por lo tanto, se entiende que avalan el comunicado de la FIFA.

En la Confederación Argentina de Hockey se debe acatar lo que manifiesta la Federación Internacional de Hockey, que a su vez, esta misma debe cumplir lo establecido por el Comité Olímpico Internacional. Es decir, según la Circular Nº 33-2017 de la CAH, las entidades afiliadas a dicha confederación deben respetar lo establecido por el COI mencionado anteriormente: tales lineamientos deben ser respetados para cumplir con la Carta Olímpica.

A quién le importa el género de un futbolista

Santiago Ferrer

Admiración, de principio a fin. De pies a cabeza, mejor dicho. Porque desde esa perspectiva observamos fútbol. Y esa es la sensación que tienen los amantes de este deporte cuando ven en una cancha a Lionel Messi. Por sus goles y gambetas. Por sus logros y conquistas. Por la habilidad de convertir constantemente en fácil lo que no lo es. No hay que ser argentino para llegar a enloquecer cuando el rosarino agarra la pelota y encara hacia el arco rival. No, todo lo contrario. Messi es mundial, no conoce de fronteras. No se preocupa por los límites geográficos, ideológicos, espirituales, sociales, o incluso, de identidad.

Pero, ¿qué pasaría si este ícono global del deporte fuera trans? ¿Qué pensarías de Messi si tuviera una identidad de género diferente a la que le tocó cuando nació? En pocas palabras, si no se sintiera hombre ¿Seguirías viendo todos los partidos que juega? ¿Mirarías cada uno de los encuentros del Barcelona por Champions? ¿Te sentarías con las mismas ganas para disfrutar de la Selección Argentina durante el Mundial de Rusia? ¿Gritarías todos sus goles con gran euforia? ¿Festejarías todos sus triunfos y todos los records que sigue batiendo fin de semana tras fin de semana tal y como hacés hoy en día?

Y, ¿qué pasaría si Lieke Martens, ganadora del The Best a la mejor jugadora del año y flamante refuerzo del Barcelona, no se sintiera mujer? ¿Qué pasaría si quisiera integrar la delantera junto con Luis Suárez? ¿Le cerrarían las puertas o la dejarían formar parte de una de las delanteras más letales del fútbol? Ernesto Valverde se quedaría con la holandesa y Fran Sánchez, DT del Barça femenino, con Messi. En ambos casos, ¿respetarían esa decisión de los dos jugadores?

De todas formas, los goles, las jugadas, las gambetas serían idénticas. Porque Messi siempre será Messi, y Martens siempre será Martens. Sean heterosexuales, homosexuales o transexuales. El fútbol no comprende las barreras de identidad. Las gambetea, igual que estos futbolistas a todos sus rivales. Porque lo que realmente importa es cuidar la pasión por la pelota. “No se mancha”, dijo Maradona alguna vez. La identidad de género tampoco se mancha, no discrimina, no hace diferencias dentro de una cancha.

En un punto, todos nos parecemos en algo. Buscamos cosas similares. ¿Debutar en Primera? ¿Hacer un gol? ¿Levantar una copa? No. Todos queremos ser aceptados. Es una búsqueda inalcanzable para algunos, pero a pesar de cruzarse con miles de obstáculos, siguen intentando dejar atrás la marca de los prejuicios que le ponen la sociedad y las federaciones. Para poder, de una vez por todas, gritar goles en libertad.

En el laberinto de la mente hay una salida trans

Juan Ignacio Saravia

Las personas transexuales pueden sufrir emocionalmente el proceso por el cual deciden cambiar de género. En diálogo con El Equipo, el psicólogo y docente de la UBA (Universidad de Buenos Aires) Ricardo Iacub afirma: “No es que todos ellos sienten que fueron algo distinto durante mucho tiempo sino que se trata de un vínculo con uno mismo donde cada uno puede seguir encontrándose. Lo más valioso es elegir lo que uno quiere ser a cualquier edad”.

Cuando una persona toma la decisión de cambiar de género puede recurrir a tratamientos psicológicos para buscar ayuda en este proceso. El tratamiento comienza con una evaluación, seguida de varias entrevistas prolongadas durante varios meses para estar totalmente seguros de la transición. Muchas mujeres, por ejemplo, descubren allí su sexualidad pero pueden no encontrarse en una situación que facilite su cambio de género, por lo que el psicólogo descarta esta opción aunque sigue tratando a su paciente. Esto puede ocurrir a cualquier edad: la película Laerte-Se, por ejemplo, refleja la historia real de la vida de Laerte Coutinho, una humorista gráfica brasileña que a sus 58 años, luego de casarse tres veces, tener tres hijos y ser reconocida en los medios, admitió sentirse mujer para, años más tarde, declararse definitivamente una mujer transgénero.

En el deporte puede ocurrir que una persona sea discriminada o marginada de una actividad por ser transexual, ya sea por sentirse mujer tras haber nacido con órganos masculinos o por sentirse hombre tras haber nacido con órganos femeninos. Más allá del deporte, según Iacub, cualquiera que haya sido negado a oportunidades en su vida padecerá situaciones complejas a nivel psicológico y pone como ejemplo a la tenista Reneé Richards, que en 1976 fue privada de jugar el Abierto de Estados Unidos con las mujeres por haber nacido hombre, aunque ella había cambiado su sexo el año anterior.

Muchos de ellos han sufrido distintos tipos de agresiones y esto es producido tanto desde afuera como desde adentro de la persona: “Por un lado se generan una tensión y un miedo muy fuertes por tratar de evitar cualquier situación que se asemeje a la violencia. Por otro, existe una opresión interna en la que el ser humano, por más de tener claro lo que quiere ser, es víctima de las creencias externas y genera una homofobia o transfobia interna que hace que se aleje de ciertos gustos por determinados estereotipos”, indica.

Algo similar ocurre con los varones homosexuales, quienes tienden a no querer participar de ciertos deportes como el fútbol porque la sociedad los masculinizó y sienten que no tendrán posibilidades. Vale recordar el caso de la los Dogos, selección argentina y primer equipo gay en Sudamérica.

“Hay muchas situaciones en las que este tipo de personas o cualquiera perteneciente a la comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) se niega a consultar un médico por miedo a que lo llamen por un nombre que no los identifique o que pertenezca al sexo opuesto, que les hagan preguntas vergonzosas e incómodas o que se las critique y se les detecte una enfermedad grave que ellos no sabían”, añade Iacub.

Todas estas cuestiones van en contra de su salud. “El deporte como ritual simbólico social muchas veces limitó a que puedan ordenarse”, señala Iacub y agrega: “No deben cerrarse en sí mismos y deben salir de ciertos espacios étnicos exclusivos que tienen y que funcionan como guetos, como los judíos que eran obligados a permanecer en ellos”.

“La inserción en el deporte aporta una vida más saludable psicológicamente. Para la comunidad trans esto es muy importante porque, ante la falta de ánimo, estas personas tienden a caer en el alcohol o en las drogas. Por otro lado, no debe dejarse de lado la educación, la cual genera trabajo y elementos para su vida cotidiana”, concluye.