jueves, agosto 14, 2025
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“La selección tiene grandes chances de pelear por el título”

Por Enzo Azzolina

A lo largo de sus 103 años de vida, la Copa América marcó la carrera de muchos jugadores y seleccionados. Para bien o para mal. Un torneo en donde los países disputan el prestigio y el honor de ser el dueño del continente. Actualmente, la estadística dice que el Rey de Copas es Uruguay con 15 trofeos en sus vitrinas. Hasta el año 2011 Los Orientales estaban empatados con Argentina en 14 para cada uno, pero en esa edición disputada en suelo Albiceleste, los uruguayos arrasaron de punta a punta. El Equipo se dio el lujo de dialogar en exclusiva con Diego Forlán, gran responsable de la competencia obtenida en 2011.

A la selección la vi muy bien, para mí era candidata antes de arrancar la copa y sin lugar a dudas confirmó lo que no solo yo, sino mucha gente, pensaba que tiene grandes chances de pelear por el título”, pronunció tras el debut con victoria por 4 a 0 ante Ecuador en Belo Horizonte. Ahora el rival de los Charrúas será Japón y el exjugador de la selección no dudó en halagar a sus excompañeros: “Estamos acostumbrados a ver una selección sólida defensivamente. Esperemos seguir manteniendo lo que se hizo ofensivamente frente Ecuador porque fue lindo de ver”.

Forlán estuvo 13 años vestido de celeste con 113 partidos y 36 goles anotados, representando a más de 3 millones de personas en cada encuentro que le tocó disputar. Pero en ese ciclo hubo una pieza fundamental que a día de hoy sigue estando para los jugadores que se calzan la gloriosa casaca nacional, y es, Óscar Washington Tabárez. El Maestro estuvo en 9 años a cargo de él, en esos disputaron los Mundiales 2010 y 2014 Y las Copas Américas de 2007 y 2011. “El Maestro es un entrenador con muchísima experiencia que tenemos el privilegio de poder tenerlo todavía en vigencia y aprender de él tanto adentro como afuera de la cancha. Para los jóvenes y para los jugadores de experiencia termina siendo más favorable”, sentenció al recordar al entrenador de 72 años.

Para todo uruguayo tener la posibilidad de levantar la copa con tu selección es un sueño hecho realidad y algo muy difícil de lograrlo. Ya vestir la camiseta, cantar el himno y ganar un título es algo muy especial” fueron sus palabras al recordar aquella proeza de los Charrúas en suelo argentino.

Y si de Copa América se habla, Diego Forlán es palabra autorizada para esto. No solo por su gran logro de salir campeón en el Estadio Monumental frente a Paraguay por 3 a 0 con dos goles de él, sino que, este certamen lo lleva en la sangre por otro motivo: “Ganarla tiene otro valor en lo personal, mi abuelo ganó dos Copas América, mi padre obtuvo una y yo también logré otra. Somos la única familia en el mundo que tenemos cuatro copas dentro de la familia”, haciendo alusión a los logros por su abuelo materno Juan Carlos Corazzo en 1959 y 1967 ambas como entrenador y su padre Pablo Forlán, en 1967 siendo dirigido por su suegro.

Cachavacha hoy se encuentra en el tramo final de su carrera con 40 años y es imposible que no recuerde de buena manera al club donde se inició por allá cuando asomaba  el nuevo milenio, Independiente de Avellaneda: “De Argentina tengo muchísimos recuerdos. Con Independiente estoy muy agradecido por la oportunidad que me dieron, Bochini entre ellos, compartí casi 2 años en la pensión con chicos del interior. Fueron años espectaculares con grandes entrenadores y con una hinchada que hasta el día de hoy por todas partes del mundo me demuestra su cariño. Agradecido por haber hecho inferiores, reserva y debutar en un club tan grande e importante”.

Diego a lo largo de sus 20 años de carrera pasó por diferentes equipos, entre ellos se destacan Manchester United en lo que fue su primera experiencia en suelo europeo, Villarreal, Atlético de Madrid e Inter de Milán. En todos esos lugares vivió momentos únicos que hoy a la distancia las valora con mayor fuerza: “El fútbol me dejó el privilegio de vivir de esta profesión, haber conocido a muchísima gente y grandes jugadores y haber recorrido el mundo.”, eligió como lo más importante tras su paso por los grandes clubes.

En sus espaldas, el exdelantero cuenta con 12 grandes títulos y ser elegido como el mejor jugador del Mundial 2010 como frutilla del postre. Por lo tanto, no considera que le haya quedado algo pendiente en este sagrado deporte: “Cuando uno soñaba con jugar al fútbol nunca me hubiera imaginado jugar más de 20 años, por todas partes del mundo y a buen nivel. Ganar premios y torneos, es mucho más de lo que imaginaba. No me queda nada, solo soy un agradecido por todo lo que me tocó vivir”.

Ya pensando en el futuro, Forlán todavía se sigue sintiendo un deportista más. Aunque admite que ser entrenador es algo que está en proceso: “La idea es ser técnico, formar dupla con mi hermano, con mi profe Santiago Alfaro y de ahí ver que oferta llega. Me encantaría estar vinculado al fútbol porque es lo que me apasiona”. Por último, es alguien que no le teme al avance de la tecnología en el deporte, es por eso que se declara a favor del uso del VAR: “Yo estoy a favor, cada vez está más presente en nuestras vidas y son cosas que nos pueden ayudar. En el fútbol va a ayudar”.

Armani, sí que ataja penales

Por Federico Bajo

En 2010 Franco Armani jugó sólo dos partidos con la camiseta de Atlético Nacional de Colombia. En uno de ellos, se llevó a cabo una definición por penales y al argentino lo criticaron porque no atajó ninguno. Nueve años después, el jugador de River Plate le tapó un penal a Derlis González en un momento, que resultó clave para que Argentina empate 1 a 1 ante Paraguay en el Mineirao y aún mantenga chances de clasificar a cuartos de final.

Cuando la selección argentina se encontró perdiendo 1 a 0 a los 37 minutos del primer tiempo parecía que se repetía la misma historia de Rusia 2018. Un equipo desesperado y caído anímicamente que reflejaba esos síntomas en imprecisiones y desatenciones, como la del propio Armani que salió lejos, paró mal la pelota, le pegó una patada al delantero que lo presionó y fue amonestado. Pero el penal a favor de la Albiceleste sancionado a través del VAR, la definición de Lionel Messi y el impulso emotivo que produjo la tapada del arquero nacido en Casilda permitieron alejar viejos fantasmas.

Asimismo, la actuación del equipo dirigido por Lionel Scaloni estuvo lejos de ser brillante. Que en 90 minutos apenas dos remates hayan ido directo al arco, ambos de Messi -el tiro libre en la primera parte y el penal en el complemento-, parecen muy poco para un equipo con el nivel de individualidades, en especial en la delantera, con el que cuenta el conjunto nacional. Esta tal vez puede ser la razón principal para explicar por qué Argentina tendrá la necesidad de ganar en la tercera fecha ante Catar para poder clasificar.

Por eso, debido al presente del equipo argentino, la aparición del arquero del seleccionado a los 17 minutos de la segunda parte significó más que una jugada clave del partido. También fue la primera gran acción de un futbolista en el puesto que más dudas generaba desde que Sergio Romero dejó de ser indiscutido. Armani llegó a la titularidad en el arco de Argentina en el Mundial del año pasado, al que fue convocado por su gran desempeño en River, luego de que el elegido por Jorge Sampaoli para esa posición, Wilfredo Caballero, cometiera un grosero error ante Croacia en la segunda fecha. Pero hasta hoy, el casildense no había tenido la chance de convertirse en una figura excluyente del equipo. Este fue el cuarto penal que le patean en defensa del arco argentino y en toda su carrera, recibió 44 tiros desde los doce pasos, de los cuales contuvo nueve, con una efectividad del 20,4 por ciento.

De todos modos, si se habla de la gran atajada de Armani, no hay que dejar de mencionar a su hermano mayor, Leandro. También futbolista, se desempeña como delantero y fue quien forjó a Franco como arquero cuando de chico lo hacía pararse delante del marco de la entrada al garaje de su casa y le pateaba hasta el cansancio. A pesar de haber sido inducido desde muy chico a elegir su puesto actual, el hombre de 32 años se enamoró rápido de la posición. “Yo voy a ser arquero de verdad”, le dijo a su abuelo cuando tenía seis años. Posiblemente, en ese momento ya soñaba con volar bajo los tres palos y atajar penales.

 

Café a la Duván

Por Juan Pablo Manera

Colombia, que fue muy superior y propuso mucho más, derrotó por 1-0 a un Qatar muy distinto al que enfrentó a Paraguay el pasado domingo, ya que en aquel encuentro había mostrado un buen nivel de juego con respecto a lo que se esperaba. Hoy, no tuvo gran brillo frente a una de las potencias sudamericanas, pero sí lo tuvo su arquero, Saad Al Sheeb, quien tapó varios pelotazos del equipo comandado por Carlos Queiroz, ya clasificado a la siguiente instancia de la Copa América. Sin embargo, la gran estrella de la noche y el salvador de los cafeteros en el estadio Morumbí es un conocido para el público argentino, y no solo por el gol convertido en el debut de la Copa América. Fue Duván Zapata, uno de los máximos artilleros que lleva el corriente certamen subcontinental junto a Philippe Coutinho y Eduardo Vargas, todos con dos tantos cada uno.

En Padilla, pueblo ubicado en la localidad de Cauca, un lugar donde las personas que viven ahí se dedican especialmente a los cultivos de caña y al cuidado de sus propias tierras, Duván daba los primeros pasos de una vida que tendría destino de futbolista europeo. Siendo todavía un bebé, allá por 1991, sus padres, José Oliver y Elsa Cely, decidieron trasladar a la familia hacia la ciudad de Cali en búsqueda de nuevas oportunidades laborales. Y fue una decisión acertada, porque el actual delantero de la Selección de Colombia comenzó a figurar en los primeros planos del América, uno de los equipos más grandes del país que tiene su sede en esa ubicación. Debutó en Primera División en el 2008 y estuvo, con algunos altibajos, hasta el 2011, año en el que sufrió el fallecimiento de su madre mientras disputaba la Copa del Mundo Sub-20.

Luego de aquel Mundial, donde marcó un gol con el combinado cafetero, fue cuando su carrera despegó. Estudiantes de La Plata anunció su incorporación y Zapata se mantuvo en el León por 2 años, en los cuales disputó 46 partidos y anotó 22 goles, lo que dejó un gran recuerdo en los simpatizantes del Pincha.

Su gran rendimiento lo catapultó a la Serie A de Italia, liga en la cual todavía se mantiene. Pasó por clubes como el Napoli, Udinese y la Sampdoria. Actualmente, defiende los colores del Atalanta y lleva anotados 28 tantos en 48 encuentros. Hoy fue titular en su Selección y marcó el tanto de la clasificación a los 40 minutos del segundo tiempo tras un gran centro de James Rodríguez. Café a la Duván.

De la indiferencia y el olvido, al reconocimiento mundial

Por Daniel Melluso

“Las argentinas y los argentinos tenemos ese plus del amor a la camiseta, de dar todo”, le expresó Belén Potassa, delantera del seleccionado nacional, al diario Página 12. Una frase que parece pensada y hecha para la muestra de carácter que dieron las futbolistas albicelestes ante Escocia. Se suele decir que a veces el resultado es anecdótico, aún más un empate, pero esta vez no, la remontada que derivó en el 3 a 3 final es la prueba cabal que estas mujeres futbolistas ante la adversidad, se hacen fuertes.

La mayoría de ellas trabajan y estudian, mientras en paralelo entrenan y juegan. Esto último en condiciones precarias y casi sin apoyo, sobre todo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), organización que regula la disciplina a nivel local, y que por ende, debería ayudarlas.

Sin lugar a dudas, la profesionalización que anunció en marzo el presidente de la AFA, Claudio Tapia, le dio aire a una liga femenina desgastada y con escasos recursos, tanto técnicos como económicos, pero no alcanza. Que tan solo entre 8 y 11 deportistas por club puedan firmar contrato no es suficiente, puesto que el sueldo establecido no supera los 15.000 pesos, y el objetivo de la profesionalización, por lo menos el que se supone, es que ellas se dediquen exclusivamente a la pelota, cosa que es imposible que suceda, con ese salario, en un Estado en recesión y con creciente inflación.

Lamentablemente la única posibilidad de dedicarse a su pasión que tienen las futbolistas es salir del país, renunciar a sus raíces, alejarse de sus seres queridos y que algún equipo de Europa o Estados Unidos se fije en ellas. La selección es la vidriera perfecta para eso, pero, ¿cuántas pueden hacerlo? Muy pocas.

“Es hora de que mute en lo deportivo y en lo cultural como se ve el fútbol femenino en el país. Esto tiene que ser el puntapié inicial para nuevos cambios”, afirmó, luego del encuentro, la mediocampista Florencia Bonsegundo, autora de dos tantos ante Escocia. Más claro, imposible. Pero a ellas, aquello no las aminora, por lo contrario, las agranda y es el motor de su lucha por la igualdad, tanto en el trato como en la difusión que reciben al compararlas con el combinado masculino.

Todo esto nos lleva al meollo de la cuestión. No importa si Chile y Tailandia empatan, al igual que Camerún y Nueva Zelanda, resultados que las clasificarían a los octavos de final, porque estas mujeres futbolistas ya ganaron, no solo con participar de la competencia, algo que no sucedía hace 12 años, sino porque vencieron en la batalla del olvido y el abandono. No solo de los dirigentes sino de una sociedad entera que durante mucho tiempo las ignoró. Aquel gesto característico con las manos que hacía el Topo Gigio, marioneta de la década del ´60 que entretuvo a los niños durante mucho tiempo, que hicieron ellas durante la Copa América realizada en Chile, el año pasado, funcionó, ya que fueron escuchadas.

Se transformaron en el ejemplo de muchas niñas y niños que quieren jugar al fútbol. Las nuevas generaciones tienen la obligación de ser protagonistas y no olvidar los obstáculos que ellas pasaron, para que no vuelvan a ocurrir.

Todo un país está a la expectativa de su futuro, tanto próximo como lejano. Su actuación quedará marcada en la historia grande del deporte nacional y el 19 de junio de 2019 será recordado como la fecha en la que el el seleccionado femenino de fútbol argentino se lanzó al mundo. Un porvenir próspero se divisa a la distancia.

Las redes sociales antes y después del empate de las argentinas

PARIS, FRANCE - JUNE 19: Florencia Bonsegundo of Argentina celebrates after scoring her team's third goal during the 2019 FIFA Women's World Cup France group D match between Scotland and Argentina at Parc des Princes on June 19, 2019 in Paris, France. (Photo by Catherine Ivill - FIFA/FIFA via Getty Images)

Por Lucila Ferreyra

“Ponete la camiseta que tengas que nosotras prometemos transpirarla y defenderla a morir”, publicaba en su Instagram Belén Potassa horas antes del partido. Estefanía Banini por su parte aseguraba: “Estamos acostumbradas a pelear por lo que soñamos”.

Agustina Barroso escribía en sus redes sociales: “Vamos a dejar todo, no nos guardemos nada, por el sueño de clasificar a octavos” y antes del comienzo, mientras sonaba de fondo el himno argentino, la defensora no pudo contener las lágrimas de emoción. La número 18 Gabriela Chávez agregó: “Hoy es el día de dejar esa huella”.

Las jugadoras fueron publicando en la previa diferentes mensajes animándose entre ellas y fotos en las que se veían ansiosas aunque disfrutando de su estadía en Francia. Además compartieron el aliento que recibían de sus hinchas. “Tenemos el respaldo de todo un país por eso vamos por más”, afirmaba Potassa.

Todo demostraba que el partido frente a Escocia era más que un simple cruce entre Selecciones y que las argentinas saldrían a la cancha para intentar hacer historia, más de la que ya habían hecho. Porque ellas sabían que no era un Mundial más, era el momento de mostrar las ganas y abrir así puertas para que el fútbol femenino del país siga creciendo.

Luego del final del encuentro el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA),  Claudio Chiqui Tapia, no tardó en enviarles sus felicitaciones que fueron escuchadas en el vestuario del estadio Parque de los Príncipes.

La página del equipo albiceleste también decidió festejar con una imagen de Florencia Bonsegundo, goleadora argentina, con tres palabras que describen lo sucedido “Garra, corazón y pasión”.

Los hinchas por su parte celebran por las redes la remontada y empate, 3 a 3 tras una goleada escocesa que parecía definitiva, con miles de tuits logrando tendencias en Twitter. Y es que como había dicho la jugadora que entró a los 70 minutos, Dalila Ippolito, en una de sus fotos: ni 11, ni 23, un país entero.

 

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La UBA se involucra con la Selección Femenina

Por Carolina Jurczyszyn

De la tranquilidad previa al partido, a la incertidumbre y emoción mientras sonaba el himno argentino en el estadio Parque de los Príncipes.

De la desesperación por la búsqueda del gol, a la frustración porque Escocia había convertido el primer tanto del partido.

De la injusticia por recibir el tercer gol, a la confianza que generó Florencia Bonsegundo cuando se disponía a ejecutar el primer penal.

Del “pensé que en el rebote lograba el gol” a sumergirse en un abrazo colectivo que ocasionó emoción entre los presentes.

El aula Sergio Caletti, quien fue profesor de la carrera de Ciencias Sociales de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y decano de la misma, y al cual le reconocen su compromiso por el pensamiento crítico, se habilitó para la transmisión de los encuentros del seleccionado femenino en el Mundial de Francia. Muchos sentimientos se produjeron dentro del aula 300 de la calle Santiago del Estero 1029.

Victoria Imperatore, socióloga, y Ana Laura Asparren, docente de la UBA, integran la Sub Secretaría de Políticas de Género e hicieron esto para contribuir a la visibilización del fútbol femenino en Argentina, que está transitando un camino, y así apoyar la lucha de las futbolistas.

Describieron el partido con mucha emoción, liberando tensión a base de extensos suspiros. “Esto refleja la disparidad que hay frente a los demás seleccionados. Lo vivimos con alegría porque sabemos que las futbolistas se están jugando más que un resultado”, asumió Asparren.

Algunos subían al tercer piso de la Universidad y se asomaban por la puerta para ver el resultado que se mostraba en la pantalla. Se retiraban decepcionados, sin ánimos de seguir viendo un partido que estaba perdido tras el último gol de las escocesas, que finalmente quedaron eliminadas. Solo seis personas, todas mujeres, se quedaron hasta que el encuentro finalizó, aplaudiendo, llevándose las manos a la cabeza, otras incluso, retirándose del aula previo al empate de Argentina.

Porque eso significa el fútbol femenino para la gente que lucha por la igualdad de género. Sentimientos que se unen y se manifiestan a través de 90 minutos: gritos, reclamos, suspiros y aplausos, sintiéndose en Francia.

Mientras el mate era trasladado de derecha a izquierda y viceversa y el paquete de galletitas circulaba entre los presentes, las pibas, como se hace referencia a las futbolistas argentinas, empataron un encuentro apasionante.

Aunque no se lo visibilice como a un Mundial masculino, el femenino se proyecta en los lugares menos pensados, y aunque en el aula 300 del tercer piso del edificio de Ciencias Sociales haya estado ocupado por seis personas, fueron suficientes para que a las 17.50 las clases que se estaban dictando enfrente se vieran interrumpidas por los gritos de gol y los saltos cargados de emoción por hacer historia.

El aula Sergio Caletti abrió sus puertas para recibir a más de 300 personas para ver el partido entre: Argentina y Escocia, por la fase de grupos, del Mundial Femenino en Francia.  

La Selección ya está en el campo de juego, se entonan las estrofas del Himno Nacional Argentino, y se ocupa la totalidad de los asientos en el aula.

Argentina, con el corazón

PARIS, FRANCE - JUNE 19: Florencia Bonsegundo of Argentina celebrates after scoring her team's second goal during the 2019 FIFA Women's World Cup France group D match between Scotland and Argentina at Parc des Princes on June 19, 2019 in Paris, France. (Photo by Catherine Ivill - FIFA/FIFA via Getty Images)

Por Martín Fernández

Las jugadoras ingresan a la cancha y la presión en el ambiente empieza a sentirse. Los himnos empiezan a sonar en el Parc des Princes. Las jugadoras argentinas, abrazadas, tanto las que están dentro como las que están por fuera del campo de juego. Los ojos llorosos de Estefanía Banini, Agustina Barroso y Eliana Stábile son captados por las cámaras, así como el grito de guerra de Florencia Bonsegundo cuando terminan las estrofas del himno argentino. Las escocesas se posicionan en la cancha luego del sorteo, mientras que las argentinas se reúnen en ronda para la arenga antes de acomodarse. La árbitra da por iniciado el enfrentamiento que dejará a, por lo menos, una selección con los sueños rotos.

Argentina con presión en toda la cancha, a diferencia de lo ocurrido en los partidos anteriores, y la entrega de todas las jugadoras del equipo refleja su esperanza y ambición por alcanzar el objetivo. Sin embargo, Erin Cuthbert está decidida en arruinar las ilusiones del conjunto Albiceleste. Es a través de ella, asistiendo a Kim Little, que Escocia se adelanta en el marcador luego de la oportunidad desaprovechada por Soledad Jaimes y Mariana Larroquette.

El espíritu sudamericano se mantiene intacto durante el primer tiempo, pero el juego colectivo, la clave para ganar este partido, desarrollado por las europeas es el que prevalece.

En el segundo tiempo parece que la balanza se inclina hacia la costa oriental del Océano Atlántico. El conjunto Albiceleste parecía perder el rumbo cuando llegaron las anotaciones de Jennifer Beattie y Cuthbert, sucedidas por las sustituciones de Banini, la 10 argentina cuyos ojos nuevamente están al borde de las lágrimas, llenos de tristeza y desilusión.

También se retira Jaimes, la delantera icónica del seleccionado, y entra la joven Dalila Ippolito de 17 años. Parecería ser una especie de simbolización de un cambio generacional en los últimos 20 minutos de juego, En ese tiempo sólo hay lugar para la épica. Sólo para la épica.

Las ingresadas Ippolito y Menéndez se asocian en ataque para convertir el descuento. La energía y frescura de las nuevas caras dentro del campo de juego empiezan a hacer la diferencia; los cambios, que parecían significar la rendición para algunos, comienzan a demostrar la construcción de nuevas ideas ofensivas.

Bonsegundo, con su gran despliegue a lo largo y lo ancho durante todo el partido, pelea nuevamente por la pelota y termina disparando al arco forzada, en plena caída, depositando la pelota por encima de la arquera Alexander que no puede evitar que la pelota ingrese. 3 a 2.

El tiempo pasa y llega la jugada. Aldana Cometti aparece sorpresivamente ingresando al área y recibe una entrada que no es percibida por la colegiada, pero la tecnología está para intervenir cuando es necesario. El VAR, justiciero para algunos y detonador del deporte para otros, sentencia la pena máxima.

Parece un final de película. Bonsegundo, con la salida de Jaimes y Banini, es la encargada de acercar al conjunto Albiceleste a cumplir su objetivo. Cuando empezaba su carrera tenía los mismos ojos cristalinos que Banini, esos mismos ojos que observaron desde afuera cómo  terminó contenido el disparo por la arquera europea. Pero el justiciero actúa nuevamente desde más allá del campo de juego, inconforme con el cumplimiento del nuevo reglamento FIFA, o quizá inconforme con el resultado del penal, ordena la repetición de la acción.

Bonsegundo, nuevamente, la encargada de ejecutar. Empieza a avanzar. A lo mejor se le pasó por la mente una vieja frase armada, “fuerte y al medio” dicen algunos. Esa fue la ejecución de la jugadora argentina que nuevamente terminó en el piso festejando cómo conectaba la pelota con el fondo de la red. Esa fue la sentencia del 3 a 3, la máxima remontada de un resultado adverso en la historia mundialista del fútbol femenino.

Las lágrimas llegaron finalmente, pero provenientes de ambos lados. Unas por la desilusión de quedarse afuera en su primera participación, otras por haber realizado una hazaña importantísima que, tristemente, puede llegar a ser inútil. Sin embargo, lo que no fue en vano, fue la demostración del carácter y ambición de la selección femenina para cumplir sus objetivos.

Inglaterra: una historia que comenzó hace 5 años

Por Federico Bajo

En la final de la FA Cup femenina de 2014, una nena, que en ese entonces jugaba en las inferiores del Blackburn Rovers y soñaba con ser futbolista profesional, hizo cola durante media hora para poder sacarse una foto con Stephanie Houghton, una leyenda del fútbol inglés y capitana del Seleccionado Nacional.

Cinco años después, aquella joven y la marcadora central volvieron a encontrarse a través del fútbol. La nena que una vez esperó por fotografiarse con su ídola era Georgia Stanway, la integrante más joven del plantel que dirige Phil Neville en Francia 2019. Hoy, tanto Houghton como Stanway fueron parte del once inicial con el que Inglaterra derrotó por 2 a 0 a Japón en el cierre del Grupo D.

Stanway, que se desempeña como delantera o volante ofensiva, empezó a entrenar a los tres años con el equipo masculino en el que jugaba su hermano. “No sabía lo que estaba haciendo, solo pateaba la pelota, pero me encantó”, recordó la futbolista de 20 años sobre aquella época. Así fueron sus comienzos hasta que a los 13 se incorporó a las inferiores del Blackburn.

Pese a ser la más chica del seleccionado inglés, Stanway tiene experiencia vistiendo esta camiseta. Fue parte del plantel que alcanzó los cuartos de final del Mundial Sub17 en 2016 y obtuvo la medalla de bronce en la Copa del Mundo Sub20 del año pasado en la que anotó seis goles. Todas esas destacadas actuaciones llevaron a que sea contratada por el Manchester City en 2015. Actualmente integra la primera división del conjunto inglés y comparte vestuario justamente con Houghton. “Todo sucedió en un corto espacio de tiempo y me ha costado ser capaz de manejar mis emociones porque todo ha sido un torbellino“, confesó la joven que en cinco años pasó de sacarse una foto con la referente de la selección inglesa a jugar un Mundial junto a ella.

Las cosas ocurren muy rápido en la vida de la jugadora que fue elegida Mejor Futbolista Joven del Año de la Premier League. A ese mismo ritmo juega Inglaterra, que clasificó a octavos con puntaje perfecto, lo que le permitió plantear ante Japón un equipo conformado por varias jugadoras suplentes, e igual imponerse sin problemas con los dos goles de Ellen White.

Aún es imposible saber hasta qué instancia avanzará el conjunto dirigido por Neville, sin embargo, como avisó Stanway, el resultado será anecdótico para Inglaterra: “Esperemos que nos vaya bien, que ganemos partidos, que mostremos quiénes somos y respetemos nuestros valores. Si podemos inspirar a una chica, eso es suficiente, pero si podemos inspirar a 10 mil es aún mejor“.

Michelle Kerr, la dama del fútbol escocés

Foto: fifa.com

Por Julián Peyret

Entrenadora de la Selección Femenina de Fútbol de Escocia. Por sus servicios al futbol”. Así hace referencia, en la página 61, la lista de honores del evento de cumpleaños de la Reina del Reino Unido, para nombrar a Michelle Kerr como Miembro del Orden Británico. Una escocesa más, reconocida por sus aportes en el deporte.

Si no era esperado que Escocia clasificara al Mundial, imagínense de que una mujer de ese país, dedicada toda su vida al fútbol, recibiera un honorario en el cumpleaños de la Reina. Parecía un poco imposible.

Kerr nació el 15 de octubre de 1969 y creció en Broxburn, un pequeño pueblo en las colinas de West Lothian, ubicado a 19 kilómetros de la capital Edimburgo. Ella era la menor de 4 hermanos. Sus dos hermanos mayores jugaban al fútbol y ella instintivamente siguió su ejemplo y, según ella, siente más pasión por jugar que ellos.

El camino futbolero de Shelley comenzó desde que era muy pequeña. En la primaria, participó del equipo de fútbol, pero ella quería ir a los clubes locales y, lamentablemente, esas instituciones se negaban a tener una niña jugando con chicos. Cuando llegó a la escuela secundaria, ni si quiera la dejaron formar parte del equipo por las reglas que había en aquel entonces. Su madre tuvo que consultar a los directores para que, al menos, pudiera practicar con ellos y lo consiguió, pero no era suficiente para una deportista en la que la competición corre por sus venas. Por lo tanto, recurrió a ligas femeninas independientes que existían en la época.

Una vez finalizados sus estudios secundarios, a pesar de sus calificaciones bajas, comenzó a trabajar en una ensambladora de VHS de Mitsubishi y arrancó con el curso de entrenadora en el National Sports Training Centre Inverclyde, en 1989.

Además, en ese año fue convocada para jugar con la Selección de su país por primera vez a sus 20 años. Debutó en el derby contra Inglaterra, en el cual las escocesas perdieron por 3-0. Kerr dejó de jugar fútbol por un buen tiempo porque se dedicó a cuidar a su hija. Volvió al juego a los treinta años y se entrenó duro para recuperar su lugar en el equipo. Lo consiguió en 2001, donde disputó un amistoso contra Holanda. En un partido por las eliminatorias europeas de la Euro 2009 contra Ucrania, Kerr, Megan Sneddon y Suzanne Grant fueron reconocidas por alcanzar los 50 partidos disputados. La chica de Broxburn se retiró del fútbol internacional a los 39 años.

La carrera en clubes de Kerr arrancó unos años después de haber sido convocada para la selección, a fines de los ‘90 en el Dynamo de Edinburgo. Pasó por Giuliano’s Ladies en 2001/02, Kilmarnock Ladies entre 2002-2005 con el cual consiguió jugar la UEFA Women’s Cup y en 2005 hasta 2007 fue parte del Doncaster Rovers. En mitad de 2007, ya en el Hibiernian Girl’s and Ladies Club trabajó como entrenadora-jugadora del equipo hasta 2008, lo mismo que hizo con su siguiente destino; el Spartans Football Club Women’s and Girl’s.

En 2009, comenzó su carrera como entrenadora con la Selección Sub19 de Escocia y al mismo tiempo dirigía al Spartans, pero por la demanda de tiempo, tuvo que renunciar al club en 2010. Con aquel combinado, participó del Mundial Femenino Sub19 de Macedonia, pero tuvo un mal rendimiento y quedó eliminada en fase de grupos.

Su próximo reto fue en 2013, luego de haber recibido la licencia pro de la UEFA, con el equipo femenino del Arsenal de Inglaterra, uno de los equipos más importantes del continente. Fue bicampeona en 2013, obteniendo Women’s League Cup y FA Cup, torneo que repitió en 2014. Aun así, en este último año renunció en agosto a su cargo luego de haber tenido un mal arranque en el torneo, la eliminación de Champions League y la Copa de la Liga.

Pero en ese mismo año que se fue del Arsenal hizo algo único en el Reino Unido: fue la primera mujer en la historia de ese conjunto de países en dirigir un equipo de hombres. En este caso, fue el Stirling University F.C. que participa en la Lowland Football League, la quinta división del futbol escoces.

Tras 3 años dirigiendo en aquella categoría, Kerr dio un salto enorme en su carrera: el 13 de abril de 2017, se convirtió en la seleccionadora nacional de Escocia y en 2018, durante las eliminatorias europeas para el Mundial de Francia 2019, finalizó en la primera posición con 21 puntos en el grupo 2, clasificando de manera directa al certamen por primera vez en su historia.

Mencionar Michelle “Shelley” Kerr es sinónimo de fútbol femenino escocés y antónimo de rendición. Es uno de los mejores ejemplos deportivos y el máximo en el ámbito futbolístico de las mujeres en su país.

Brasil y el VAR, la goleada que no fue

Por Santiago Ballatore

A veces justo, pero a veces no tanto. Cuando lo es, el equipo damnificado se enoja igualmente. Tal vez sea porque los jugadores no están de acuerdo, o simplemente por la impotencia que produce gritar un gol, para que después se escurra entre las manos, tras la anulación del árbitro, que vio la repetición cinco veces en cámara lenta. La realidad es que el VAR está siendo un gran protagonista en esta Copa América, y una manera de utilizarlo que no se había visto hasta ahora, ya que los jueces están recurriendo muchas veces a él, casi olvidándose de dirigir en el presente. Y también, fue el VAR el personaje principal de esta historia de odio de este martes a la noche: Brasil y el 3 a 0 que no fue.

El anfitrión de la Copa empató en 0 ante Venezuela, que todavía no recibió goles legalmente, aunque sí esquivó varias balas, porque teniendo en cuenta el partido contra Perú y éste, a sus rivales ya les fueron anulados cinco goles: dos el sábado y tres hoy.

Corrían 37 minutos cuando el público de Salvador ya estaba empezando a ponerse impaciente. No había silbidos, pero sí murmullos, de esos que anticipan la explosión, si todo siguiera en ese rumbo. Por suerte, o por desgracia, para los espectadores, Dani Alves apareció por la derecha y se encargó de tirar un centro correcto. Roberto Firmino hizo casi todo bien para ponerse de frente al arco, y mandó la pelota contra la red. Pero los hinchas no pudieron festejar mucho: Bascuñán, el árbitro del partido, cobró falta del delantero al venezolano Villanueva, que estaba en el piso acusando un golpe. Gol bien anulado.

Casi 25 minutos después Firmino volvió a estar en los ojos de todos cuando capturó un rebote luego de un disparó de Gabriel Jesús, y centró la pelota para que el delantero del Manchester City definiera. Pero Bascuñán recibió una llamada del VAR por su auricular, que le recomendaba que fuera a ver la jugada por un supuesto offside del jugador del Liverpool al momento de agarrar el rechazo. Y efectivamente, estaba en posición adelantada. Y al ser una jugada de pura interpretación, ya que es el juez quien debía definir si el balón había sido rechazado por Villanueva o si había rebotado en él, eligió anular el gol. Seguía 0 a 0 en la cancha, mientras en las tribunas los murmullos pasaban a ser gritos.

Y en el minuto 86 llegó la gota que rebalsó el vaso. Después de un pequeño acto de rebeldía de Everton, que había entrado minutos antes por David Neres, el equipo consiguió que la pelota llegara prácticamente limpia al área chica, donde remataría Philippe Coutinho para marcar el 1 a 0. Tanto los hinchas como los jugadores se desahogaron. Pero con el VAR desahogarse es entregarse, quedar indefenso. Y fue en ese momento de defensas bajas, en el que le avisaron al árbitro del partido, que la pelota había rebotado en Firmino, que estaba en offside. Firmino, el mismo de los otros dos goles. Lo que podría haber sido su partido consagratorio con la selección, terminó con él como máximo apuntado como responsable por los fanáticos brasileños.