miércoles, abril 24, 2024

El boom del futsal

Por Diego Patiño, Francisco García Brecht y Alejo Brizuel

Los deportes amateurs fueron prosperando de a poco en nuestro país y el futsal es el claro ejemplo de esto, ya que desde la Copa del Mundo obtenida por la Selección Argentina en 2016 se encuentra en constante levantada.

El futsal apareció en Argentina a mediados de los 90, pero con poca relevancia. El tiempo fue pasando y solo algunos clubes de barrio abrían las puertas de sus establecimientos para que los chicos practicaran el deporte.

Pablo Marcone, de 34 años y actual jugador de Kimberley (club de la A de AFA), hace más de diez años que lo practica y explicó cómo eran los viejos torneos: “Antes solo se competía entre dos clubes y como yo jugaba en uno de esos (Pinocho), era ir a ver por cuántos goles ganábamos”. De esta manera, queda en evidencia el poco desarrollo que tenía el futsal comparado con el fútbol y también con otros deportes amateurs.

Hoy en día esto cambió. Si bien es notoria la diferencia económica entre clubes como San Lorenzo, Boca y Ferro con los clubes de barrio, el torneo lo puede ganar cualquiera y esto se percibe en los cruces que hay en los play off.

Cuatro de los ocho clasificados son clubes de barrio -17 de Agosto, Pinocho (14 veces campeón), Hebraica y El Talar-, mientras que los otros cuatro son equipos con trascendencia en el fútbol profesional -Boca (12 títulos), San Lorenzo (7 campeonatos ganados), Racing y Barracas-. 

Sin embargo, también hay casos de clubes grandes que tienen sus equipos de futsal, pero no invierten lo mismo que en los otros deportes, como es el caso de River (descendió a la B) e Independiente, que definirá el descenso frente a Villa la Ñata, club en el que juega Daniel Scioli.

Juan Cruz Claverie, arquero de Ferro (último campeón de la Copa Argentina) destacó a los medios de comunicación como grandes protagonistas del crecimiento del futsal: “El deporte antes tenía poca difusión, pero luego de que la TV pública transmitió el Mundial, se comenzó a hacer más famoso el futsal”.

Tanto Marcone como Claverie confirman que a nivel estructural y económico, Argentina está muy lejos de países como España, Brasil e Italia, pero que a nivel deportivo no hay nada que envidiarle a ningún país. Por eso es que tanto en niveles formativos como en la mayor, la Selección Argentina es protagonista en cualquier amistoso o torneo que juegue.

Si bien el futsal se insertó en un principio en la AFA por imposición de la FIFA -al igual que el fútbol playa-, a partir del logro del título mundial se terminó de integrar con mayor importancia. 

Igualmente, a pesar de la difusión masiva que tuvo, aún el camino a seguir es cuesta arriba, ya que muchas decisiones no son claras en cuanto a la relación de AFA, sponsor y dirigentes de los clubes, entre otros temas. 

Gustavo García Villegas, coordinador general de Kimberley, dijo que es muy importante que los clubes de cancha de once se sumen al futsal porque gracias a eso se crearon las distintas divisiones que hay hoy en día, y se abre el espacio para que los chicos se integren al deporte. Pero a la hora de referirse a los presupuestos, Villegas aseguró: “AFA no apoya económicamente al futsal. Los gastos cuando uno hace de local son bastante grandes, aunque, por suerte, al ser un deporte familiar, viene mucha gente a los partidos.”

Sin embargo, a pesar de que ambos se juegan con los pies, la principal diferencia entre el fútbol y el futsal es lo que logró el crecimiento tan grande de este deporte, y es el fin con el que se practica. Cuando se juega en cancha de once de chico, el objetivo es llegar al profesionalismo, en cambio, en el futsal se busca más la integración de los que no pueden llegar. 

Todos lo pueden jugar y es por eso que muchos clubes también incluyen en la práctica a los niños y adolescentes, tanto hombres como mujeres (La Liga Femenina cuenta con 30 equipos repartidos en dos divisiones).

Los logros obtenidos por la Selección Argentina de futsal fueron la pauta clave para demostrar que lo que sobra es la calidad deportiva en el país. Ahora ya contando con una estructura de AFA armada y muchas ligas paralelas en las que se compite este nuevo deporte, el trabajo de los dirigentes será la clave para ver si se está a la altura realmente de los países de Europa.

Actualmente, la liga cuenta con 85 equipos, los cuales se dividen en cuatro categorías desde la “A” hasta la “D”. Dentro de ellos, el 44% está afiliado a fútbol 11 en AFA y sólo Newell’s, que juega en la “C”, es del interior del país.

Como a lo largo de toda la historia deportiva argentina, el material de trabajo está y se encuentra en su auge. Sólo queda esperar a ver si se aprovecha y se explota para lograr dar el gran salto, o todo el progreso logrado hasta ahora queda estancado.

 

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ASÍ SE JUEGA 

El futsal, deporte en el que Argentina obtuvo el último campeonato del mundo, va creciendo en popularidad, y para seguir en ese camino, hay que conocer las reglas básicas que lo diferencian del fútbol en cancha de once que se ve tradicionalmente.

La principal característica del futsal es que se juega con un arquero y cuatro jugadores de base titular por equipo, en una cancha con medidas obligatorias de 38 a 42 metros de largo por entre 20 y 25 metros de ancho. 

 En cuanto al juego, la duración es de dos tiempos 20 minutos con 15 de descanso, cada entrenador tiene un tiempo muerto de un minuto en cada periodo y el cronómetro se detiene cada vez que sale la pelota de la cancha, hay algún gol o una falta.

Las infracciones toman un papel muy importante en cada partido: se pueden cobrar indirectas, directas o penales en caso de ser dentro del área. Las directas se acumulan y al llegar a la sexta se sanciona un doble penal, que es un tiro sin barrera a diez metros del arco. Al finalizar el primer tiempo se borran las faltas y comienzan el segundo tiempo con cero cada equipo.

En caso de expulsiones, el equipo pierde al hombre y jugará con uno menos por un lapso de dos minutos o hasta que le conviertan un gol, momento en el que puede ingresar un compañero. Además, los cambios son ilimitados y no hace falta parar el tiempo para realizarlos, ni pedirle autorización al árbitro.

La liga argentina de AFA, por su parte, cuenta con 4 categorías, de la A a la D. La primera división tiene 16 equipos que forman un torneo de ida y vuelta a 30 fechas. Este tiene la particularidad que el mejor posicionado en la tabla no se corona campeón, sino que clasifica a los play off junto a los siete equipos que están debajo y se enfrentan del mejor al peor ubicado, a tres partidos cada definición.

Hay dos descensos que se deciden de la siguiente forma: el último baja directo a la segunda división, mientras que el 14º y el 15º juegan un partido único en cancha neutral para ver quién mantiene la categoría.

Por último, del 9º al 13º juegan una copa de plata todos contra todos a una sola rueda y el  ganador de este minicampeonato clasifica a la Supercopa del año siguiente.

 

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MOMENTO DE GLORIA

De la mano del entrenador, Diego Giustozzi, la Selección Argentina llegó a los más alto y se coronó campeón del mundo de Futsal, rompiendo con la racha que venían teniendo Brasil (5) y España (2), que se habían repartido los 7 campeonatos anteriores que se habían disputado.

En el año 2016, en la ciudad de Bucaramanga, Colombia, Argentina comenzaba su sueño de lograr por primera vez un campeonato del mundo y lo haría de buena forma, ya que pasaría la primera ronda sin inconvenientes, quedándose con el grupo E, en el cual vencería a Kazajistán e Islas Salomón y empataría el restante frente a Costa Rica.

En octavos llegó el turno de Ucrania, a quién venció por 1 a 0 en tiempo suplementario con un gol de sexta falta de Leandro Cuzzolino y así pasó a cuartos de final, instancia en la que le ganó por 5 a 0 al complicado Egipto.

La hazaña estaba cada vez más cerca y tocaban las semifinales contra el Portugal de Ricardinho (mejor jugador del mundo), que con las eliminaciones de Brasil y España, era el máximo candidato a ganar el título, pero a la Argentina poco le importó esto y lo venció por 5 a 2 en un excelente partido de todo el equipo.

Cali era la sede de la final, que se jugó un sábado primero de octubre, ante Rusia, que era un equipo plagado de brasileños nacionalizados rusos, por lo que de entrada era un partido durísimo. 

Argentina se hizo fuerte y logró ganar 5 a 4 en un encuentro que parecía tener dominado con su goleador, Alan Brandi, encendido y con su capitán, Fernando Wilhem, muy seguro abajo. Sin embargo, sobre el final, Rusia se despertó y se puso a un gol, metiendo a Argentina en su arco, que Nicolás Sarmiento supo aguantar sin que le marcaran, para así lograr el objetivo.

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