domingo, diciembre 22, 2024
Home Blog Page 190

Se va de la Copa, se trae una base

Por Santiago Carrodeguas

Una nueva derrota ante Brasil por Copa América, como las de aquellas finales del 2007 y 2004, volvió a poner el foco en un seleccionado argentino que no se creía favorito por el caos vivido en Rusia 2018 y ha terminado demostrándole a todos el peligro de infravalorarla.

En el arco, Franco Armani se asentó como el titular indiscutido. Si bien es cierto que la lesión de Esteban Andrada antes de comenzar el torneo le allanó el camino, ha despejado las dudas de los primeros partidos con la seguridad habitual que demuestra en River Plate. Seguramente repita el año que viene. Sin embargo, el Mundial de Catar 2022 es otro tema, ya que llegaría con 35 años. Si Gerónimo Rulli o Andrada no destacan demasiado y Lionel Scaloni no confía en alguien de gran presente, como el arquero del Niza francés Walter Benítez, volvería a disputar un Mundial.

La defensa fue casi siempre la misma, con Nicolás Otamendi y Germán Pezzella en la zaga central y Nicolás Tagliafico de lateral izquierdo. No obstante, Argentina demostró que le sigue faltando un especialista en el lateral derecho desde la renuncia de Pablo Zabaleta. Renzo Saravia había tenido un buen torneo en Racing pero no jugó bien en el debut ante Colombia. Milton Casco, aunque es lateral izquierdo, fue improvisado frente a Paraguay. Finalmente, el habitual central del Tottenham Juan Foyth, quien había actuado algunos partidos en esa posición, fue quien se quedó con el puesto. Anuló completamente a Darwin Machís y a Everton, provocando que este último fuese reemplazado en el entretiempo.

El centro del campo fue, quizás, la zona que más le costó encontrar a Scaloni, recién en el segundo tiempo frente a Venezuela. De aquella línea de 4 que empezó ante Colombia, con un Ángel Di María que parece haber disputado su último certamen con el seleccionado argentino, Leandro Paredes y Guido Rodríguez incómodos al tener que compartir el medio, y un Lo Celso que lucía perdido si no se movía al centro, solo sobrevivió Paredes, quien supo encontrarse como 5 organizador y de marca. A su derecha, Rodrigo de Paul, quien ni siquiera era titular, se ganó el puesto gracias a su capacidad de romper líneas enemigas, y al mismo tiempo, no descuidar la marca en ningún momento. Marcos Acuña fue el último que se sumo y aportó mucho con sus incontables carreras para ayudar a Tagliafico y sumarse al ataque cuando fuera necesario.

La delantera fue, seguramente, donde más evolucionó argentina. Solo hizo falta que se sumara un nombre, pero fue el que cambió todo. Los movimientos de Lautaro Martínez le dieron un acompañante ideal a Agüero y le sacaron la presión de crear peligro a Lionel Messi, de una floja Copa América salvo ante la Canarinha. Con esto, Argentina pasó de sufrir para patear al arco en los primeros partidos a generarle varias situaciones de gol a un gran equipo como lo es Brasil.

Ha sido un torneo de aprendizaje para Scaloni, quien ha fracasado en algunos aspectos y triunfado en otros. Si su objetivo principal era crear la base para el futuro, indudablemente lo consiguió. Sin embargo, no parece capacitado para llevar este proceso al siguiente paso. Los errores en los cambios y una actitud exasperante a la hora de declarar y en la cancha parecen difíciles de soportar. Sin embargo, no hay entrenadores con experiencia que quieran ocupar el puesto y, conociendo la habilidad de la AFA para improvisar, Argentina se arriesga a volver atrás si no continúa. Y eso es algo que, visto el progreso que la Albiceleste ha logrado, sería un error imperdonable.

La máquina de Ellis

Foto: fifa.com

Por Santiago Carrodeguas

La ausencia de Megan Rapinoe, quien había hecho el precalentamiento normalmente, hizo que Ellis eligiera a Christen Press como su reemplazante, quien cumplió perfectamente con su rol de anular la banda derecha del ataque inglés e hizo que Lucy Bronze y Nikita Parris no generaran peligro alguno. Press no solo se limitó a defender, sino que también se dedicó a atacar los espacios que dejaba la marca dócil de Bronze. Así marcó el primr gol Estados Unidos, luego de un centro de Kelly O’ Hara que remató de cabeza.

El dominio de las campeonas vigentes continuó, tratando buscando ampliar la ventaja. Mientras Julie Ertz anulaba a Jill Scott, mediocampista del Manchester City, Rose Lavelle hacía evidentes los problemas de Demi Stokes. El control del partido fue absoluto hasta que Inglaterra empató mediante un contragolpe en el que Mead habilitó a Ellen White, quien con 6 goles era hasta ese momento la máxima artillera del torneo, superando por uno a Alex Morgan.

Justamente Morgan, quien había marcado cinco en su debut contra Tailandia y luego no había podido continuar su racha goleadora, supo que era el momento de actuar. Tirándose atrás, a la banda y siendo un fantasma para Stephanie Houghton y Millie Bright, las centrales inglesas. Luego de un centro de Horan, la 13 se filtró por el sector de Stokes y cabeceó para poner en ventaja a las campeonas

Durante todo el complemento, Inglaterra dirigió un ataque furioso sobre el arco de Alyssa Naeher. Estuvo cerca, sobre todo luego del penal que les otorgó la árbitra brasileña Edina Alves Batista. Parris, la lanzadora designada, había fallado ante Argentina y Noruega, por lo que le cedió la presión a Houghton. La capitana no tuvo mejor suerte y ejecutó un tiro bajo al palo izquierdo que Naeher no tuvo problemas para detener.

Este torneo fue una gran prueba para Phil Neville, quien fue designado en su cargo sin tener experiencia previa. Claramente, no estuvo a la altura de un grupo de jugadoras candidatas al título en los papeles. Nunca se decidió en el arco, puesto en el que alternaron Karen Bardsley y Karly Telford. Telford, la elegida para este partido, mostró dudas para cortar los centros y esta indecisión, probablemente, fue una de los motivos por los que Inglaterra se tendrá que conformar con pelear por el tercer puesto.

Messidependencia y emancipación

Por Santiago Carrodeguas

-¿Pueden jugar juntos, los dos, en una selección, dónde sea?

Lionel Messi se quedó mudo. No estaba acostumbrado a tanta exposición y desconocía cómo resolver la situación. Apenas era su primera temporada con el Barcelona y una de sus primeras convocatorias al combinado nacional, que afrontaba las Eliminatorias para el Mundial del 2006. Al final, se limitó a poner cara de no tener ni idea de qué responder y Juan Román Riquelme se cansó de su indecisión:

Vos decí que sí, boludo. Decí que sí le dijo en broma antes de volver a su seriedad habitual. Riquelme, en ese entonces en el Villarreal de España, nunca había sido amigo de la prensa. Quizás, al reconocerse en los nervios de aquel chico rosarino, decidió ayudarlo el tiempo que permanecieran juntos. Cuatro años después de aquel consejo, Riquelme se despedía del seleccionado argentino tras pelearse con el técnico Diego Maradona.

Fue el mismo Maradona quien, ansioso de moldear a Messi a su imagen y semejanza, le ofreció vestir el número ’10’ y la cinta de capitán. No obstante, Messi le terminó demostrando que, en cuanto a personalidad, eran tan parecidos como el agua y el aceite. Es inútil hacer caudillo a un hombre que va 20 veces al baño antes del partido, sentenció Maradona años después de su renuncia al cargo.

Más allá de eso, Messi se dio cuenta de que, al igual que Riquelme, no le gustaba dar entrevistas. Hablaba muy bajo y mirando al piso, como si estuviera confesando las travesuras que hacía en la cancha. Posiblemente, si hubiera tenido la habilidad para defenderse con la palabra en su juventud, muchos detractores no hubieran podido instalar mentiras como verdades a medias.

Luego de su ascenso meteórico al Olimpo del fútbol, se empezó a decir que, si Argentina quería volver a ganar, el equipo se tenía que armar alrededor de él. Esto no solo le dio beneficios cuando el engranaje funcionó, también lo hizo ser el foco de las críticas si los resultados no eran buenos. De ahí nació la palabra Messidependencia, que contradecía el juicio anterior al considerar que su figura era tan grande que terminaba perjudicando a sus compañeros.

Por más que se debatiera en estudios de televisión, nunca fue un problema para su equipo. Sencillamente, sus compañeros sabían que absorbería la presión y les facilitaría el partido, aunque tuviera que bajar hasta mitad de cancha para iniciar el juego, muchas veces soportando una marca pegajosa y los abucheos de su propia hinchada.

Ya con 32 años, decidió que este era el momento de hablar. Primero en radio, en la 94.7, y luego en TyC Sports y Fox Sports. Tuvo ganas de soltar, de contar todo lo que calló tras el dolor de perder aquella final del Mundo y las dos de Copa América. No le habló a los entrevistadores, sino que se comunicó directamente con la gente y buscó, aunque fuera un poco, volver a ser una figura terrenal.

Eso no se limitó tan solo al trato con los medios, que continuó con las declaraciones post victoria ante Venezuela en las que aceptó que no está en su mejor nivel en esta Copa América y se quejó del estado de las canchas, sino que se extendió al terreno de juego con los saludos a sus compañeros antes de empezar los partidos. Por fin, aceptó su rol como capitán y está dispuesto a cumplirlo a pesar de que el equipo, dado su bajo nivel ahora mismo, parezca un adolescente que se rebela contra él y ya no quiera depender tanto de sus virtudes. Después de todo, han descubierto que su ídolo, aunque parezca tener el don de la inmortalidad en ciertos momentos, no estará ahí para siempre.

Las claves de un partido táctico

Por Roberto Aboian

Hay que volver al 2007 para revivir la última vez que se jugó el superclásico mundial por la Copa América. Aquella vez, también en Brasil, la Canarinha venció categóricamente por 3-0 en la definición del certamen. Hoy, el conjunto local llega a esta instancia luego de ganarle a Paraguay por penales y la Argentina, de vencer a Venezuela por 2-0.  Ambos seleccionados, fueron consolidando su equipo y su táctica con el correr de los partidos. Están en su mejor momento.

La idea principal que Tité busca transmitir en Brasil es crear superioridad numérica en el medio, con el apoyo de los laterales, para luego generar el desequilibrio por las bandas con los extremos. Para eso, busca la asociación de los volantes con Coutinho, el principal generador de juego, y los laterales que trazan diagonales hacia adentro.

En el comienzo del certamen, Brasil paró un 4-2-3-1 y se observó un equipo partido, muy fácil de doblegar en ataque. Frente a Bolivia se veía como los dos volantes centrales junto a la línea defensiva quedaban de un lado del mar de jugadores bolivianos, y los delanteros del otro. A su vez, con Venezuela, ante la aferrada marca pegajosa que sufrieron, los venezolanos pudieron anular sin problemas a Coutinho para que no recibiera.

Con Perú se vio un cambio importante cuando Tite pasó a formar 4-3-3, con Casemiro de volante central, Arthur Melo y Coutinho de interiores. La cercanía de ambos jugadores del Barcelona, generó una mejor asociación entre todos. El pase de Arhtur con la creatividad de Coutinho hicieron que el equipo tenga llegadas más claras. Tan visible fue, que le ganó 5-0 a Perú.

Así mismo, Brasil cuenta con laterales que hacen inmensos aportes en ataque. Dani Alves, desde la derecha, termina en la última línea como extremo, generando que el extremo que este jugando en ese momento, sea Richarlison o Gabriel Jesús, tire diagonales hacia el centro, teniendo así mucha más gente en ataque. Filipe Luís, por su parte, suele terminar como interior y imponiendo el dos a uno al rival con Everton. Ambos jugadores se asocian a los mediocampistas en la gestación del juego.

Un dato a tener en cuenta es la valla invicta que mantiene el conjunto brasileño. La gran calidad de sus centrales y su arquero anticipan que doblegarlos será muy difícil. Sin embargo, Brasil suele jugar muy adelantado y con la capacidad de los jugadores del ataque argentino, no sería descabellado algún contraataque peligroso.

Los extremos de Brasil son letales en el uno contra uno, como también con los disparos de afuera del área. Tienen la capacidad de juntar jugadores y, en consecuencia, dejar a sus compañeros habilitados para profundizar aún más.

La Argentina, en primer lugar, deberá afianzarse lo más que pueda defensivamente, dado que, contra Venezuela, el ingreso de Soteldo generó bastantes dificultades por el lado de Foyth.

El mediocampo será la clave del encuentro. Brasil gesta su juego desde allí con los laterales apoyando en la misma línea, por lo que será necesario el aporte de alguno de los tres jugadores de arriba en la presión para no dejarlos jugar y distribuir a su gusto. La anulación de Arthur y Coutinho es inminente para romper con el esquema brasileño.

Nuevamente, la Argentina deberá estar en constante movimiento, ser estático sería lo peor considerando la velocidad de juego que impone Brasil.

Lionel Messi deberá volver a su nivel de alto vuelo lo antes posible. Más allá de que Argentina logró una buena performance en lo grupal ante Venezuela con un Messi errático, las cualidades del rosarino serán necesarias de cara a este enfrentamiento.

Argentina llega mejor en lo emocional, ganó su partido marcando goles. En tanto, Brasil, no pudo concretar ninguna de las numerosas chances que tuvo ante Paraguay. En el juego, bastante parejos, por lo que queda disfrutar, si se puede, de una nueva edición del superclásico mundial.

San Lorenzo y la identidad recuperada

Por Santiago Ballatore

Hay cosas curiosas. Pero lo de San Lorenzo y Boedo, más que curioso, es impactante. En ese barrio el club no disputa un partido desde hace 40 años pero, sin embargo, sus hinchas lo sienten propio. Desde los más grandes, que lo vieron y disfrutaron, hasta los más chicos, que generaron ese sentido de pertenencia en base a recuerdos de esos que lo pisaron. Que los cuervos vuelvan a tener posesión de los terrenos de Avenida La Plata al 1700 es mucho más que un hecho anecdótico: se trata de una deuda que tenía la democracia hacia la institución y sus hinchas, que todavía sangran por la herida que dejó la última dictadura cívico militar.

El domingo 30 de junio no es un día común. Al menos no para todos. San Lorenzo está a punto de cerrar una etapa y dar comienzo a una muy importante para la historia. Pasadas las 23.59 horas, las tierras donde estaba ubicado El Viejo Gasómetro, o “Tierra Santa” para algunos, volverán a ser propiedad del club. El Carrefour que estuvo ubicado allí por décadas, lleva ya más de un mes sin funcionar.

A las 19.30 comienza la histórica jornada, el operativo retorno. Una misa en el Oratorio San Antonio es el puntapié inicial. Claro que ese no fue un lugar elegido al azar, ya que fue allí donde el Padre Lorenzo Massa fundó el club. Terminada la ceremonia, comienza la caravana hasta el destino final. En ese trayecto, los hinchas que están desde el principio, se unen con aquellos que, por diversas razones, no fueron a la misa. La alegría y, principalmente, la ansiedad están en el aire. Falta muy poco.

Son dos las puertas habilitadas para ingresar al predio, que está equipado con dos escenarios enfrentados. La gente, ansiosa, se desespera por tener su lugar en esta cita con la historia. Ni la organización esperaba que hubiera tanta gente como la que hay, caminando en multitud desde hace más de 20 cuadras. Algunos empujones en la entrada ensucian un poco el comienzo de la fiesta, pero afortunadamente no pasa a mayores.

Una vez adentro, el clima es totalmente distinto al que había en la entrada, metros atrás. Siendo las 21.30, comienza. “Cuando yo era chico, prácticamente vivía acá”, cuenta un señor, al borde las lágrimas, mientras suena el mítico “Señores, yo soy de un barrio, barrio de corazón. Señores, yo soy de Boedo, y soy hincha del Ciclón”.

Pasaron infinidad de cosas en ese cemento en el que están expectantes los hinchas. Campeonatos, algunos más recordados y otros menos. Los Matadores, dirigidos por el brasileño Tim, salieron campeones invictos en ese lugar. Los Carasucias, ese equipo de jóvenes que cautivó al fútbol argentino en 1964 a pesar de no haber conseguido el título, también dejaron su sello. Muchos más equipos pasaron, y vaya uno a saber los que quedan por venir.

Tango, poemas, cuentos. El arte volvió a Boedo, como si fuera un flashback de aquella escuela de escritores que vagaban por el barrio hace algunas décadas. Vicentico, junto a su hijo Florián, entona Vasos Vacíos, uno de los varios temas que los cuervos adaptaron para ser cantados en la cancha. “Soy del barrio de Boedo, y siempre lo voy a seguir. Aunque juegues en cualquier cancha, contigo yo tengo que ir”, cantan, mientras el cantante utiliza la letra original. En cualquier cancha. Como cuando el club no tenía una, y entonces iba haciendo propia cada una en la que hacía de local. En la A o en la B, eso no le importó a los hinchas que hicieron un tour de estadios de capital federal durante años.

El Bridagier Osvaldo Cacciatore, uno de los impulsores de la movida que había dejado a San Lorenzo sin terrenos, no es olvidado en la cabeza de los presentes. Incluso uno de los artistas que está arriba del escenario, dedica unos segundos de su canción a insultarlo. Y no es para menos. Casi llegando a la hora, la tensión va en subida. Lógico, San Lorenzo es Boedo y Boedo es San Lorenzo. Y a partir de las 12 de la noche, el alma va a volver al cuerpo. El club va a volver al barrio.

3, 2, 1… es la hora. El primer cántico de los hinchas es el esperado: “San Lorenzo ya volvió, se lo dedicamos a todos…”. Es el fin de una era. Años y años de gastadas por una razón que excedía al club, terminados. Llanto y sonrisas no faltan en el lugar, mientras que en el cielo se ven los fuegos artificiales que marcan el final de la jornada. De acá hasta que se construya el estadio hay todavía un camino, pero el paso que dio San Lorenzo fue muy importante. ¿De qué barrio son? De Boedo.

El doble nueve

Por Fernando Bajo

No hace mucho tiempo parecía casi imposible que la Selección argentina jugara con dos centrodelanteros. Desde 1998 hasta la actualidad, muy pocas veces el conjunto nacional salió a la cancha con dos número 9, e incluso las oportunidades en que lo hizo uno de ellos cumplió otra función.

“Deberían jugar uno atrás del otro o uno al costado del otro y ninguna de las dos versiones me parecen las mejores”, argumentaba Marcelo Bielsa durante el Mundial de Corea y Japón 2002 en el que nunca puso en cancha al mismo tiempo a Hernán Crespo y Gabriel Batistuta.

En 2016 Gerardo Martino explicó por qué no incluía en una misma formación a Gonzalo Higuaín y Sergio Agüero: ”Estoy en la búsqueda de una manera determinada de jugar y necesitamos hacernos fuertes con esa forma que pretendo. Entonces no aplica que estén los dos juntos”.

Sin embargo, en 2006 José Pekerman juntó a Javier Saviola y Crespo, pero fue uno de los únicos casos, hasta ahora, ya que en esta Copa América, Lionel Scaloni terminó afianzando a Lautaro Martínez y al Kun, pese a que esta no era la idea inicial del entrenador. En el debut, ante Colombia, el titular fue el goleador del Manchester City y en su lugar ingresó Matías Suárez que ni siquiera juega en la misma posición.

¿Por qué Scaloni terminó optando por incluir a los dos entre los once iniciales? Solo él lo sabrá, pero con los dos atacantes en cancha, frente a Catar y Venezuela -contra Paraguay apenas compartieron 21 minutos y en ese lapso se vio lo mejor de Argentina – la Selección pateó 12 veces al arco. Cuando jugó solo uno, frente a Colombia y ante la Albirroja, solo seis. 

La presencia de El Torito y Agüero perfeccionó el desempeño del equipo, los mejores pasajes de juego del equipo nacional fueron con ambos en cancha. Para eso, tuvieron que acatar estrictamente las órdenes del técnico: “Entendieron lo que era el compromiso y que, para jugar de esta manera, tenían que sacrificarse”, afirmó Scaloni luego del encuentro ante los asiáticos.

Además de que tres de los cinco goles que convirtió Argentina en el certamen fueron de la dupla ofensiva, la otra virtud que mostró el equipo nacional con estos cambios fue la presión que le ejerció al rival. En ambos encuentros los delanteros y Messi se encargaron de marcar a los defensores y esa función fue fundamental para el equipo debido a que en el mediocampo se compensa con esfuerzo colectivo la ausencia de un futbolista con características defensivas.

Agüero y Martínez tuvieron la capacidad de no sobreponerse, cuando uno se quedaba en el centro del ataque (el Kun fue quien más realizó esa labor) el otro se movía por afuera y encaraba mano a mano a uno de los dos laterales. En el retroceso también se turnaban, y junto con Lio se repartían las zonas de la cancha. Uno marcaba por la izquierda, otro por el medio -al volante central del rival- y el restante por la derecha.

Poco a poco parece que el santafesino va encontrando el mejor equipo posible para el buen funcionamiento de la Selección. A pesar de su inexperiencia y consecuentemente falta de pergaminos, logró congeniar el doble nueve, algo que sus predecesores no lograron hacer. Excepto Alejandro Sabella, aunque las veces que juntó a Gonzalo Higuain y Agüero, este último se desempeñó como delantero por afuera o en algunas ocasiones lo hizo detrás del Pipa.

Argentina, campeón mundial en Softbol

Por Nicolás Venier

El deporte argentino vuelve a brillar a nivel mundial. En esta ocasión, el Softbol masculino festeja por primera vez un título internacional en Praga, República Checa. El rival fue Japón, único equipo en vencerlo en fase de grupos. Un espectáculo de final. El equipo asiático era el candidato a coronarse y se encontraba 2-0 arriba en el marcador. Argentina logró revertir el resultado y sobre el final selló el 3-2 que le daba la victoria y la satisfacción de poder alzar bien alto, su primera Copa en la historia.

La Federación Argentina de Softbol nació en 1960, en la capital de nuestro país, Buenos Aires. Sin embargo, no es la provincia donde mayormente se lo practica. Salta, Córdoba y Entre Ríos, son aquellas partes del país donde se realiza en superior cantidad esta actividad. La última, característica de este deporte. De los 17 integrantes dentro del plantel, 12 eran de Paraná, la capital de Entre Ríos.

Desde la previa, ya era una final bastante complicada. Primero y principal, por el contexto que conlleva disputar un partido en estas instancias, más para Argentina que nunca lo había conseguido. Segundo, por el rival. No obstante, Argentina venía de eliminar a potencias como Estados Unidos, por 9-0 en cuartos, y  Canadá, por 7-0 en semifinales. Llegaba en racha para su último partido en la Copa Mundial, y buscaba tomarse revancha de lo sucedido en la fase de grupos. Lo logró. Complicado pero no imposible, revirtió el resultado y consiguió su primera Copa, que quedará en las vitrinas, como la más recordada en este deporte. 

Esta es la lista de los 17 jugadores que hicieron historia no solo a nivel nacional, sino que también a nivel internacional, por ser los primeros argentinos en coronarse: Santiago Nicolás Carril, Federico Alejandro Eder, Gustavo Oscar Godoy, Manuel Ignacio Godoy, Román Alejandro Godoy Herbel, Juan Ladislao Malarczuk, Huemul Ezequiel Mata Carabajal, Pablo Migliavacca Skladny, Teo Migliavacca Skladny, Mariano Alberto Montero, Bruno Motroni, Gonzalo Augusto Ojeda, Federico Olheiser, Alan Javier Peker, Juan Adolfo Potolicchio, Gian Marco Enrique Scialacomo y Juan Cruz Zara.

Por el lado del cuerpo técnico, los integrantes fueron: Julio Ismael Gamarci (entrenador principal), Gustavo Germán Guerrinieri (coach), José Alberto Guerrinieri (coach), Kevin Hernán Bolzán (preparador físico), Luciano Benedetti (médico) y Javier Martínez (jefe de equipo).

¿Será que con esta victoria, el pueblo argentino comience a mirar tantos otros deportes, que quizás, ni sabían previamente de su existencia o no eran observados del mismo modo? La respuesta a esta pregunta, puede ser variada, ya que la gente mira deportes a cuestión de gustos. Habrá personas a favor, y otras que seguramente estén en contra. Lo importante, sería que siempre empujen para una Argentina mejor, en todos los aspectos, sea de su gusto, o no.

 

Cuatro historias en un clásico americano

Por Facundo Guerreiro y Agustín Painehual

Brasil y Argentina, una rivalidad histórica en Copa América

Los seleccionados se han enfrentado 32 veces, de las cuales hubo 9 victorias para el actual local, 7 empates y 15 ganados por Argentina.

Brasil y Argentina jugarán una mítica semifinal en el Estadio Mineirao. Dos de los tres máximos campeones, detrás de Uruguay, se verán las caras para levantar la ansiada Copa América Brasil 2019. Pese a tener entre ambos 22 títulos, ninguno de sus máximos ídolos pudo obtener el trofeo. Ahora sin Neymar, sólo es posible que Lionel Messi rompa esa racha en tierra de su rival de toda la vida.

El País anfitrión tuvo como máximo exponente en la historia a Edson Arantes do Nascimiento “Pelé” y en la actualidad es Neymar da Silva Santos Júnior. En Argentina son Diego Armando Maradona y Lionel Andrés Messi. 

Del Santos F.C a la Selección

La Copa América de 1959 fue la única que jugó Pelé con tan sólo 18 años. Fue la figura y anotó 8 goles en 6 partidos, la mayor cifra en ese certamen. Pese a su importante influencia en el desarrollo de la competencia, quedaron en el segundo puesto con un punto detrás de Argentina. Ese mismo año se realizó otra copa, en Ecuador. Para esa competencia llevó un plantel con mayoría de jugadores de Pernambuco, estado de Brasil. 

Desde ese torneo no participó más por el desorden que presentaba la organización de la competencia. En 1963 fue sede Bolivia, sólo eligieron dos estadios, Cochabamba y La Paz. Esta última elección generó conflicto, razón por la cuál se bajaría del torneo Uruguay, Argentina llevó suplentes, Brasil llevó nuevamente un seleccionado de un estado y Chile no fue invitado por la disputa que se dio en ese momento por el uso del Río Lauca. En Uruguay 1967, Brasil decidió no participar, mientras tanto Pelé estaba de gira con Santos recaudando fondos por Colombia, Argentina, Estados Unidos y México.

Neymar disputó su primera Copa América en 2011 con 19 años, llegó a cuartos de final y perdió por penales frente a Paraguay. Cuatro años después se repitió el cruce en la misma fase, el resultado fue el mismo y pasó la selección dirigida en ese momento por Ramón Díaz. En 2016 se realizó una edición especial por el centenario de la Copa América. En esta ocasión el Barcelona sólo dio la posibilidad a sus jugadores que participen en una sólo torneo, la competencia sudamericana o los Juegos Olímpicos que se desarrollaron en Rio de Janeiro. El jugador optó por la segunda debido a que su país no había conseguido la medalla de oro. En el certamen que esta en desarrollo no pudo asistir por una lesión en el tobillo derecho durante un partido amistoso frente a Catar.     

 Maradona y Messi, dos historias similares en la Copa América

 La Copa América es un trofeo que se le niega a las grandes estrellas del fútbol argentino. Diego Maradona y Lionel Messi, el jugador del Barcelona todavía puede romper la mala racha, son los dos casos más excluyentes. La historia de Maradona en la Copa América comenzó en 1979, en ese momento la competencia se jugaba en el formato de ida y vuelta, y la sede designada fue Perú. Argentina llegaba envalentonada por conseguir su primer mundial en la historia y Diego llegaba en la misma situación, ya que la selección Sub 20 había conseguido el primer mundial en esa categoría. La producción de ese seleccionado en la Copa no fue bueno, a causa de que quedó eliminado en fase de grupos. Bolivia y Brasil fueron las selecciones que compartieron grupo con Argentina. La dura derrota con Brasil y el inesperado empate frente a Bolivia terminaron con las ilusiones argentinas. En 1987 fue donde Diego estuvo mas cerca de conseguir el título debido a que venía de hacer historia en México y el torneo se disputaba en Argentina, pero la selección cayó en semifinales ante Uruguay. El seleccionado venía haciendo un gran torneo hasta llegar a esa instancia donde se desmoronó y perdió 1-0. Esta derrota fue un golpe tan duro que lo afectó en el resto del torneo ya que no pudo conseguir el tercer puesto al perder con Colombia. En 1989, esta copa fue muy similar a la anterior, ya que hizo una gran primera ronda pero en la segunda fase chocó contra Uruguay y Brasil donde sufrió dos derrotas duras.

 A diferencia de Maradona, Lionel Messi jugó dos copas más que Diego, incluyendo la corriente edición, y fue subcampeón en tres oportunidades. En 2007, Argentina tenía una selección envidiable. Estaba pasando por un cambio generacional pero fue la fusión de dos generaciones extraordinarias que llegó sin problemas a la final. Ahí se encontró con el mismo rival que enfrentará el martes en la Arena do Gremio. Brasil llevó a esa copa América un seleccionado suplente con muchos juveniles y sorprendió al golear a Argentina. En 2011, cuando Argentina era otra vez el país organizador, luego de la copa de 1987. Los argentinos tenían muchas expectativas, ya que el recambio era un hecho y ganar la copa era cortar una racha de 18 años sin título. Esta edición fue la peor actuación de Messi, por lo que no pudo llevar a su selección al trofeo, tras caer en cuartos ante Uruguay, el campeón de dicha copa. En 2015, Messi llegaba a Chile, tras perder la final del mundial en 2014 y tenía la gran oportunidad de reivindicarse. Argentina hizo un gran torneo y el rosarino tuvo una gran actuación. Pero en la final ante el local cayó en los penales con un bajón de nivel notable del equipo. La Copa Centenario de EEUU 2016 era para muchos la gran oportunidad del astro argentino de conseguirla. El argentino hizo una estupenda copa América hasta llegar a la final que otra vez pierde por penales ante el mismo rival que cayó en Santiago, lo que parecía un maleficio difícil de romper. Lo curioso de esta edición, es que después del partido, Messi declaró que renunciaba a la selección, decisión que año más tarde tras el pedido de casi todos los argentinos para que vuelva a vestir la albiceleste. Ahora, Argentina se encuentra en semifinales ante el rival de toda la vida, pero Messi es la carta ganadora de este equipo.

 

 

Lautaro cumplió el sueño

Por Joaquín Méndez

Un científico, un neurólogo y un psicólogo analizan las posibilidades de reacción de un individuo en situaciones extremas. Su objeto de estudio es la capacidad que tiene una persona para responder a un estímulo determinado en fracciones de segundos o menos. Pero hay un caso que no pueden resolver, un gran problema. Se llama Lautaro Martínez y es un delantero argentino. Perdón, en realidad son dos conflictos, el de su velocidad mental para ejecutar una acción y el de su anticipación a ella, es decir, a su predicción. El atacante hizo un gol poco frecuente, a varios kilómetros por hora y encima, ya sabía que iba a hacerlo. “En la jugada del gol, me lo imaginé un segundo antes”.

Los tres especialistas comenzaron a reunir datos del deportista. Martínez nació el 22 de agosto de 1997, en Bahía Blanca. Su padre, Mario Martínez, fue futbolista, era lateral izquierdo. Jugó cinco temporadas en el Nacional B. Además, consiguió al menos un ascenso en todos los clubes donde compitió. Sus hermanos, también están vinculados al ámbito deportivo, Alan, su hermano mayor, es defensor central y el menor, Franco, juega al básquet. Dato curioso encontraron, a Lautaro le gusta ver más partidos de baloncesto, que de fútbol.

La familia es una pata muy fuerte para los Martínez, de chico, cuando jugaba en el club Liniers de su ciudad natal, Fabio Radaelli, entrenador de la Reserva de Racing por entonces, lo vio en un seleccionado y lo llevó al club de Avellaneda. No fue una decisión fácil, Lautaro necesitaba a su familia, pero también soñaba. Soñaba con convertir goles como los que hacían el uruguayo Luis Suárez y el colombiano Radamel Falcao. Lo que no sabía era que, una década después, los haría en una misma competencia internacional.

En la búsqueda incesante, encontraron a un joven que marcó la vida del jugador. Brian Mansilla, su consejero. El oriundo de Rosario fue quien, a pesar de ocupar el mismo puesto que él, lo ayudó en sus primeros meses lejos de sus seres queridos. Alguien vital en el desarrollo profesional de Lautaro, que se lo agradeció con goles y en cantidad: 53 en 64 partidos disputados en inferiores. Ojo, no seamos ingenuos, el esfuerzo no vino sólo de un consejo. Un periodista reveló que un trabajador del club vio al chico de Bahía pedir los videos de sus partidos para analizar su juego. Además, dijo que era muy responsable y que barría en la pensión del club.

Muy interesantes aportes, pero todavía no les cierra al científico, al neurólogo y al psicólogo lo que sucede. Entonces, fueron a un archivo a ver alguna nota de El Gráfico, histórico medio deportivo,  en la que apareciera Martínez. Allí encontraron la siguiente cita de él: “Soy de castigarme, a veces me marcan que lo tengo que hacer menos”.

 

-Dejate de joder. 53 goles pibe, ¿qué te pasa?- dijo el científico.

-Eso no es nada, mirá esto- exclamó el psicólogo.

-No me digas que hay otra locura de este muchacho- acotó el neurólogo

El psicólogo saca de su morral marrón de cuero gastado, un libro de Pelota de Papel, el dos, literatura escrita por futbolistas. Lee el siguiente extracto del prólogo del cuento “Sueño de pensión” de Lautaro Martínez, que escribió Roberto Parrottino: “¿O por qué, después de meter tres goles en un partido, Lautaro piensa en las jugadas que no terminaron en gol, en las definiciones que falló, en las pelotas que perdió en la cancha, y no se siente bien, cómodo con el mismo?”

 Se quedan un momento en silencio hasta que el psicólogo encuentra otro dato gracias al periodista que introdujo al relato del jugador. Otra especialista en su materia, Cecilia Contarino, que trabaja en Racing, aportó nueva información. Tras un estudio a más de 200 chicos en el club, descubrió que Lautaro era el que resolvía más rápido y el que puntaje más alto sacaba en el examen.

-Al fin un poco de lo que estamos buscando- dice el científico.

Aun así, no son pruebas suficientes para explicar lo que sucedió en aquella maravilla que hace maravilla al fútbol.

-Comencemos a ver sus vídeos- sugiere el neurólogo

Las imágenes que aparecen en la computadora parecen calcos de jugadas, todas tienen similitud. Lautaro aguanta la embestida del defensor, con brazos y codos sobre su pecho, así genera la segunda jugada para un compañero cuando viene el balón largo y si no ahoga a sus rivales, no para de correrlos, traba, va al piso, es agresivo en la presión y en la mayoría de las veces, se sale con la suya. Su juego es terco, lo que se propone, lo consigue.

Disciplina y dedicación en conjunción con habilidad técnica y potencia son las aptitudes en las que concuerdan los tres profesionales, para  justificar el rendimiento del futbolista dentro del campo de juego. En su club actual, el Inter de Milán de la Serie A, tuvo 35 participaciones, 16 como titular e hizo 9 goles y concretó 2 asistencias, que incluyen el premio al jugador revelación y al mejor gol del año de la institución italiana. Hasta el momento en su carrera, consiguió 36 gritos y asistió en 8 ocasiones en 94 partidos. Su trayectoria en la Selección indica 6 alegrías en 10 encuentros.

Su gol y desempeño frente a Catar implicó el inicio de la clasificación argentina a la fase final de la Copa América, que dependía de algunos resultados para que no haya alarma alguna. Algo que llamó la atención de los investigadores es que no es la primera vez que esto ocurre.  Tiene dos antecedentes, ambos con la selección, pero Sub 20. Uno fue en el sudamericano donde con triunfo en el último partido, tras ser el mejor jugador del mismo, debió esperar el resultado de Brasil-Colombia, para saber si clasificaban al Mundial. Lograron el objetivo y en esa competencia, en la última fecha del grupo, volvió a ser figura y debió esperar si pasaban a octavos de final. Aquella vez, quedaron eliminados. Lo llamativo: Martínez siempre respondió en encuentros decisivos.

Vestir la camiseta albiceleste fue un sueño cumplido para él, lo cuenta en su relato: “La primera vez que escuché el himno argentino con esta camiseta puesta tenía ganas de largarme a llorar, pero no por miedo, sino porque me acordaba de cuando miraba los partidos por televisión y enfocaban a otros jugadores”.

-¿Qué dirá ahora que comparte equipo con Lionel Messi y Sergio Agüero?- Dice el neurólogo

-Mmm no sé, el otro día Scaloni lo sacó y parecía enojado- refuta el científico

-¿Acaso a usted le agrada dejar de hacer algo que le gusta?- pregunta el psicólogo.

El psicólogo comienza a explicar las razones que pueden hacer enojar a cualquier jugador en la misma situación y contexto. Aludió a que es joven y que su personalidad indica sinceridad. Su hipótesis suponía que con una charla o un consejo, Lautaro lo entendería y así ocurrió, o no, pero en el último partido cuando le tocó salir del campo, pese a ser uno de los más destacados, no le afectó, al menos en su expresión corporal.

-¿Cómo lo va a sacar si fue de los mejores? – indignado el científico

Nadie supo responder la incógnita. Silencio.

-Bueno che, vamos a lo nuestro. Sigamos.- dice tímidamente el neurólogo.

-¿Pero cómo? Ya no tenemos manera de saber lo que este pibe hace – más indignado todavía vuelve a preguntar el científico.

El psicólogo se rasca la cabeza. No emite comentario y se pone a buscar algo en internet. El buscador de Google decía: “Gol de Lautaro Martínez a Venezuela”. Tarda unos segundos en cargar la página. Click izquierdo. Comienza la reproducción.  Centro pasado de Messi. Le queda a Agüero cerca del borde del área, remata cruzado al bulto, muy fuerte. No llega transcurrir, ni siquiera, un segundo desde que Martínez puede ver que Agüero impacta. Aun así, la pelota se dirige enardecida hacia él. Tira un taco por detrás de su pierna izquierda. El arquero se tira hacia su derecha y la pelota se le escabulle entre las piernas. Gol de taco y de caño. ¿Cómo se le ocurrió hacer eso?

Recién ahí, el psicólogo tras rebobinar la jugada y dejar su cuero cabelludo rojo de rascarse, se da cuenta de qué es lo que pasó. Mira a sus compañeros y les dice: “No tiene sentido lo que estamos haciendo. No se trata de una ciencia exacta esto”. Lo miran asombrados. “Y sí, miren sus ojos, miren”. Los tres miran la pantalla de la computadora y aprecian las pupilas de Lautaro. Se dilatan. Sus cejas levemente levantadas. Algo pasó.

El psicólogo vuelve a tomar el libro que contiene el relato de Lautaro.

-Amigos, a veces hay que leer para preguntarnos, qué es lo que está sucediendo.

Corrige su postura, para estar bien erguido y en voz alta comienza la lectura.

 Hoy seguramente en alguna pieza de esa hermosa pensión hay un pibe que cree que no tiene lugar entre los titulares. Este es el momento exacto en el que hay que trabajar aún más, entrenar más, dormir bien, alimentarse mejor y, sobre todo, seguir soñando. Porque eso no es cuento: el sueño se puede cumplir.

 El llanto invade los rostros del psicólogo, el neurólogo y el científico. No hay ciencia que explique lo que sucedió. Se abrazan. Vuelven a mirar la imagen del bello gol del delantero, que comenzó el triunfo argentino a Venezuela 2 a 0, que permitirá a la Selección jugar con Brasil, el anfitrión, en semifinales.  Ya no intentaron tomarle el tiempo, ni buscarle explicación, ni analizarlo. Simplemente los disfrutan, como él. Vuelve a haber un silencio y el psicólogo dicta sentencia.

-No lo predijo. Lo buscó y lo luchó. Mejor dicho, Lautaro, lo soñó.

Perú a la semifinal por penales

Por Enzo Azzolina

En menos de 24 horas los dos mejores equipos de la fase de grupos, Colombia y La Celeste se quedaron afuera de la Copa América. Lo cual llama la atención ya que en semifinales se encuentra Perú, que además de clasificar en tercer lugar fue vapuleado ante Brasil por 5 a 0, empató tristemente 0 a 0 ante Venezuela y hoy, da la sorpresa eliminando a la selección más ganadora de América sin patear al arco y tan solo le ganó al conjunto más débil  de CONMEBOL en cuanto al juego, que es Bolivia. Por otro lado se encuentra el seleccionado argentino, que de los 4 partidos, solo desplegó un “buen juego” ante la selección vinotinto. Pero en su grupo no logró ilusionar a ningún espectador.

Si les cuentan que hubo un país que gritó tres goles en un partido y perdió, no les creerían. Lo cierto es que esto fue un hecho. Uruguay fue amplio dominador del partido frente a un Perú que no pateo al arco en 90 minutos. Marcó tres tantos que los jueces de línea invalidaron por offside de escasos milímetros. Posteriormente, el VAR le dio la derecha a ellos.

En el primer tiempo fue el turno de Giorgian De Arrascaeta, remate dentro del área contra el palo derecho. Los uruguayos gritaron el gol al unísono. Pero no, luego de unos segundos de demora el asistente del árbitro Sampaio levantó la bandera. En el complemento, llegó el turno de Edinson Cavani y Luis Suárez. Un offside más fino que el otro, pero se repitió la misma secuencia. La hinchada festejó por unos segundos hasta que se anuló el tanto.

Pero así es el fútbol y es por eso que este deporte es capaz de todo y sino, pregúntenle al Pistolero. Hoy el cazador fue cazado esta vez. Perú es su víctima preferida de Sudamérica, ya que es el país al que más goles le convirtió (Seis goles). Tres de ellos fueron en la edición de la Copa América 2011 en suelo argentino, uno en la fase de grupos y el doblete en las semifinales del torneo. Volviendo al partido, llegó el momento de la tanda de penales, y Luis fue el único uruguayo en errar desde los 12 pasos. El delantero no encontraba consuelo para lo sucedido, o explicación alguna. Realmente no la hay.

Por el lado de Perú, lograron su séptima victoria ante los charrúas en esta competencia, con un total de 21 partidos jugados, 12 para los orientales y 2 empates. Además, el último partido ganado por los incaicos en este certamen era de la edición de 2007 en donde se impusieron por 3 a 0. 

Pero ahora es momento de pensar en las semifinales y mejorar cuanto antes la imagen que dejaron, o tal vez intentar ser más ofensivos ante Chile. Ellos mantienen a Paolo Guerrero como la bandera, el símbolo de un pueblo que está en alza desde la llegada del Tigre Gareca. El 9 del equipo tuvo un flojo partido de mucha lucha, pero es lo único que hay en el ataque, ya que Jefferson Farfán fue desafectado por la lesión ligamentaria que sufrió en el torneo continental. 

Los de blanco con la banda roja intentaran hacer historia, dar la sorpresa en Brasil y llegar a la final, para coronarse campeón como ya lo supo hacer en 1939 y en 1975, con el mítico Guerrero a la cabeza.