sábado, agosto 9, 2025
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Manuel Fernández, un DT con alma de maestro

Por Bautista Persa

La docencia en un entrenador es muy importante para Manuel Fernández, DT de Agropecuario. Ese rol en su trabajo le permite transmitir a sus jugadores su idea, su plan de partido, y allí se encuentra la clave -según dice- de su oficio. Cree que si no consigue llegar a sus dirigidos, difícilmente consiga resultados.

Es más importante el mensaje que se deja que su contenido en sí”, expresó en una videoconferencia con estudiantes de Deportea. Puede que la idea de alguien al decir algo tenga un propósito, pero lo realmente relevante es lo que entiende el receptor al recibir el mensaje. Así lo cree el ex entrenador de Sport Boys de Perú y las juveniles de Tigre y de Racing. Y así lo practica. Puede explicar su idea de muchas formas, pero lo que realmente importa es lo que el plantel capte de ella.

Además, considera que una de sus funciones más importantes es darles herramientas a sus dirigidos para que resuelvan en el campo: “Cuando advierto algo, luego sucede, y mis jugadores lo pueden solucionar, siento que las cosas se hacen bien”. La influencia que tiene un director técnico es mucha, pero Fernández cree que es el equipo el que, con el tiempo, termina apropiándose la idea: “Cuando me hago cargo de un plantel, comienzo teniendo más relevancia, pero una vez que se adaptan al funcionamiento, son los futbolistas los que se hacen cargo del juego”.

Cuando llegó a Agropecuario para dirigir en la Primera Nacional, tuvo que plantear su modo de juego con poco tiempo de preparación para competir y aseguró que ello conlleva un riesgo alto, pero que las victorias contra Nueva Chicago y Guillermo Brown le dieron confianza. El sistema que eligió es el mismo que plantó en Perú, el 5-3-2. Con un esquema así, suelen tildar a los equipos de defensivos, pero él no está de acuerdo con esa idea.

Un equipo de cinco defensores no tiene por qué ser defensivo” explicó, ya que no es el sistema, sino la vocación ofensiva o defensiva que tiene el once que sale a la cancha. Un lateral que finalice como extremo, un líbero que sale jugando, dos enganches ubicados como internos, hace que un equipo piense más en el arco contrario que en el propio, y no en sí la distribución de los jugadores en el campo.

Fernández, de 35 años, es un docente con el saco de DT. Tiene una gran facilidad para explicar sus ideas y hace entender el juego a cualquiera. Esa capacidad para llegar al plantel es lo que lo hace mejor entrenador, y así lo manifestó: “Si sabes de fútbol pero no lo transmitís, no vas a ser buen entrenador, si sabes menos pero logras eso, vas a ser mejor”.

Trinche, el artista de la pelota

Por Daniel Melluso

“Le gustaba más jugar al fútbol que ser profesional”, describió César Luis Menotti a Tomás Felipe Carlovich -Trinche, para los amigos y amantes de su historia- en el programa español Informe Robinson. Es que él era así: talentoso, elegante, habilidoso, pero vago. De esos vagos de la pelota, que en lugar de enojo te generan admiración.

Quizás por no asistir a entrenamientos, tal vez por irse a pescar o salir a los boliches de la calle Necochea de su Rosario natal, no pudo ser aquello que se esperaba. También -por qué no-, el momento de la historia en la que jugó, cambiante, con una estricta valoración de lo físico por sobre lo futbolístico.

En fin, vaya a saber la razón por la que no fue más de lo que fue, pero vaya que le alcanzó para ser un mito y leyenda. No hay nadie en Rosario que no lo conozca a él y a su historia, incluso los que no lo vieron. Estos últimos lo recuerdan más por verlo pasear con su inconfundible bicicleta por la ciudad, siempre visitando las instalaciones de su querido Central Córdoba.

Paseaba, en la cancha él se paseaba y paseaba a los rivales. Jugaba de una manera que ya no se ve, una forma que se vio y terminó -quizás- con Juan Román Riquelme y Fernando Redondo. Bueno, los que lo conocían, dicen que era esos dos juntos y más. Otro como él no hubo. “Era el símbolo de un fútbol romántico que prácticamente ya no existe”, afirmó Jorge Valdano.

Era flaco, alto, medio chueco, pero con una zurda envidiable, con la que le pegaba a la pelota para asistir y hacer goles, pero sobre todo para tenerla. ¡Qué bien que la tenía el Trinche!

Jugaba como en el potrero, siempre. Ni siquiera la inmensidad de la cancha de Newell´s en aquel 17 de abril de 1974 en el triunfo de la selección local frente al seleccionado argentino por 3 a 1 lo amedrentó. Jugó a lo rosarino, como en el potrero.

“Yo lo conocía de vista solamente, pero todo el mundo hablaba de él. Nos entendimos perfectamente aunque nunca habíamos jugado juntos. Era un tipo introvertido, serio. Casi no hablaba, pero no hizo falta. Recuerdo que jugaba como si estuviera en el patio de la casa. Sin ninguna presión. Hacía lo que se le venía a la cabeza y esa noche jugó un partido increíble. A su manera se hacía dueño de la mitad de la cancha. Era chueco, desgarbado y un poco lento, pero tenía un gran dominio de la pelota y una pegada fantástica. Después de ese partido, que quedó en la memoria de tanta gente, nunca más lo vi. Fue la primera y única vez, no sólo que lo tuve de compañero, sino que lo vi jugar. Me pareció un crack”, lo graficó Mario Zanabria -compañero en ese encuentro y ex jugador de Newell´s- en el libro Trinche, de Alejandro Caravario.

Como todo mito, muchas voces y palabras lo vistieron a lo largo del tiempo, hizo cosas que nadie puede corroborar en videos, solo se comprueba con el saber colectivo de aquellos que lo vieron. De igual manera, no hay una mejor voz que la suya. No hay nada mejor que vestirse uno mismo. “Mi virtud frente a los demás era saber medio segundo antes el destino que le iba a dar a la pelota. Antes de recibirla, sabía todo”, así, como si fuera tan simple, se cuenta el propio Trinche.

Despuntó el vicio, además de en Central Córdoba, en Rosario Central, Colón e Independiente Rivadavia de Mendoza. Tuvo posibilidades de irse fuera, al fútbol francés y al New York Cosmos, el mismo en que jugaba Pelé. Carlovich manifestó que algo raro pasó para que se truncara aquel traspaso. Quizás el astro brasileño no quería la llegada del ídolo rosarino. Ese interrogante no tiene o nunca tendrá respuesta.

Y su final llegó paseando, al igual que como lo hacía en la cancha. A los 74 años, por robarle la bicicleta con la que deambulaba por Rosario le quitaron su vida. Le arrebataron la vida y la bicicleta, pero de algo quedémonos tranquilos: nadie le pudo sacar la pelota, porque ella piensa. Así lo delineó Menotti: “La pelota lo llevaba. Una pelota inteligente que disfrutaba de hacer cosas artísticas”.

Seguro, esté donde esté, está haciendo arte con la pelota.

Evita, los Juegos y el fútbol como herramienta de inclusión

Por Thomas Somoza

Corría el año 1945 cuando María Eva Duarte, una actriz nacida el 7 de mayo de 1919 (se cumplen 101 años) en la ciudad bonaerense de Junín y que todavía no era Evita, se casó con el General Juan Domingo Perón. Al año siguiente, ambos se embarcaron en la campaña para conseguir la presidencia de la Nación argentina. Perón ganó las elecciones y Eva se convirtió en primera dama. En ese rol, impulsó a mediados de 1948 —mediante la Fundación de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón— el Campeonato de Fútbol Infantil Doña María Eva Duarte de Perón (los Juegos Nacionales Evita), lo que significó la primera intervención del Estado en la historia argentina en materia deportiva con la intención de promover la inclusión social de niños de sectores postergados que no eran alcanzados por otros planes sociales y, al mismo tiempo, realizar un control sanitario de la población infantil.

Esta iniciativa, que integraba a clubes de barrio y también equipos del fútbol profesional —como el conjunto Pedro Ochoa, que pertenecía a las divisiones inferiores de Racing— estuvo bajo el control de la Secretaría de Salud Pública con el Dr. Ramón Carrillo como encargado (luego Ministro cuando el área se transformó en Ministerio en 1949). Los objetivos de los Campeonatos no solo eran la democratización del deporte (solo fútbol en un principio, luego se le agregaron otras disciplinas), sino también vincularlos e integrar a los niños con la salud. A los inscriptos, que tenían el límite de 14 años para participar, se les confeccionaba una ficha médica para que el Estado tenga información y pueda realizar un seguimiento de la población infantil.

Carrillo desarrolló su idea y estableció las políticas sanitarias a seguir en el país en el Plan Analítico de Salud Pública que él mismo escribió en 1947: “Nuestro objetivo principal está orientado hacia un perfeccionamiento físico y espiritual del niño y del joven por los deportes y la gimnasia científicamente controlada”. Esta misión se vio reflejada en los Campeonatos Evita.

Mediante el Decreto 32912/48 del 23 de octubre de 1948, el Dr. Carrillo impulsó también el examen médico pre deportivo y obligatorio que permitía hacer un reconocimiento completo de los participantes de cualquier torneo deportivo, y en el mismo afirmaba: “El objeto del deporte es perfeccionar la salud y no formar campeones”. Incluso se exigía a las instituciones que organizaran competencias que no podrían autorizar la participación de personas que no contaran con la libreta sanitaria actualizada.

Estas facultades fueron implementadas por la Secretaría de Salud en los Campeonatos Evita. En el primero que se organizó —finalizó en febrero/marzo de 1949— participaron solo niños de la Provincia de Buenos Aires y la Capital Federal. Fueron, en total, 15.205 jóvenes que disfrutaron del deporte como instrumento para integrar a diversos sectores, edades y de distintos puntos de la provincia en un principio y del país más tarde. Se desarrolló el concepto de solidaridad y la conciencia de grupo sin importar las diferencias culturales, religiosas o de clase. El espíritu de los juegos se ve reflejado en una marcha que expresaba: “…Si ganamos o perdemos no ofendemos al rival, si ganamos o perdemos mantenemos la moral”.

Según Mario Martín Lucero, profesor de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, San Lorenzo, Argentinos Juniors, Dock Sud, Independiente y Huracán presentaron equipos conformados por futbolistas de sus divisiones inferiores. Todos los barrios de la provincia armaron los suyos también. Se jugó en distintas canchas, como las del Cuervo, el Bicho, River, Boca y Dock Sud. La final de Provincia fue disputada entre Pedro Ochoa (terminó cuarto) y Pueblo Unido (finalizó en tercera posición). La de Capital enfrentó al equipo juvenil del Ciclón, que poseía futbolistas del Hogar General San Martín (a la postre campeones), y Arsenal (obtuvieron el segundo lugar).

Con el tiempo, los Campeonatos Evita fueron agregando distintos deportes. Luis Rivera, docente de la Universidad Nacional de La Plata, señala que los juegos tuvieron tanta eficacia que la dictadura que en 1955 derrocó a Perón los dejó sin efecto. “Los pibes eran rescatados para las escuelas y hacían educación física, que en algunas instituciones ni siquiera tenían esa materia y otras la llamaban ‘clases de gimnasia’. Se invirtieron muchos recursos, como involucrar al Ministerio de Salud. Se utilizaron para emparentar la cuestión deportiva con la sanitaria”, explica Rivera sobre los objetivos y beneficios de los torneos. Y finaliza: “Fue el primer gran proyecto inclusivo de la República Argentina”.

 

Era tanto el compromiso de Evita con los juegos que en 1951 —un año antes de morir por un cáncer— asistió a la finalización a pesar de que le habían recomendado que no saliera por su enfermedad.

En 1973, con el tercer mandato de Perón, volvieron a disputarse y Diego Armando Maradona participó con el equipo Los Cebollitas, que era dirigido por Francis Cornejo y pertenecía a Argentinos Juniors. El periodista Marcos Villalobo escribió en la revista El Gráfico que llegaron a semifinales y, en la ciudad cordobesa Embalse, perdieron por penales contra Club Social Pinto de Santiago del Estero, que era conducido por Elías Ganem.

Al año siguiente, Maradona obtuvo su primer título en el fútbol con Los Cebollitas. Hay numerosos testimonios —incluso de Pelusa, quien luego sería campeón del mundo con Argentina en 1986— que se prestan a la confusión. Pero, como afirma Rivera, no había un registro oficial de los Campeonatos, ya que tenían un sentido de inclusión social que iban más allá de una medalla. Los ganadores eran llevados a la localidad marplatense de Chapadmalal y ahí conocían por primera vez el mar. “Evita pidió, antes de morir, que ese complejo y el de Embalse quedaran para los chicos”, destaca Rivera.

En 1976 se volvieron a interrumpir por el golpe de Estado que la Junta Militar integrada por Jorge Videla, Emilio Massera y Orlando Agosti derrocó al Gobierno de Isabel Martínez de Perón.

El historiador Víctor Lupo remarca —en el capítulo 30 de su libro Historia política del deporte argentino (1610-2002)— que una gran cantidad de futbolistas que luego tomaron trascendencia nacional e internacional salieron de estos Campeonatos Evita: Enrique Omar Sívori, José Sanfilippo, José Yudica y Alberto Rendo, quien en el lanzamiento de los juegos en 1991 recordó: “Yo jugaba en el equipo ‘Tata Perón’ y nunca mientras viva me voy a olvidar que gracias a estos Campeonatos tuve la indumentaria deportiva completa y pisé el césped de la cancha de Boca Juniors por primera vez”.

En 2003 volvieron a estar presente por el decreto del presidente Néstor Kirchner y también los convirtió en política de Estado. En la edición de 2010 participaron más de un millón de niñas, niños, jóvenes y adultos mayores de todo el país. En 2008, Cristina Fernández de Kirchner los transformó en la Ley 26.462.

Actualmente, en los Juegos Nacionales Evita están integrados 42 deportes, incluidos seis adaptados y cuatro para adultos mayores. Cuentan también con actividades culturales. Fueron y son una herramienta de acceso a la salud y al deporte social para personas que nunca tuvieron posibilidades de contar con estos beneficios porque, como reza en la página 110 de la Memoria y Balance de la Fundación Eva Perón, los únicos privilegiados son los niños.

 

Fotos: Goles Magazine, Universidad de La Matanza y El Gráfico.

“Los clubes no pueden ser on line”

Por Pablo Fonseca

Los clubes de barrio, al igual que los comedores comunitarios y las escuelas públicas, tienen un papel fundamental en la vida de muchos de los integrantes de nuestra sociedad. No solo porque son establecimientos que invitan a pasar un buen momento, formarse y aprender, sino porque también resultan una distracción para aquellos chicos que viven realidades complicadas de las cuales no pueden escapar.

Hoy, gran parte de estos clubes están sufriendo las medidas de aislamiento obligatorio necesarias para contener al Covid-19 y, más allá de intentar continuar con algunas actividades vía internet, la imposibilidad de abrir sus puertas a la comunidad los obliga a tomar decisiones que lastiman su economía hasta la raíz.

El José Hernández, ubicado en el barrio Mataderos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es uno de los tantos ejemplos. A medida que los días avanzan, está cada vez más cerca de desaparecer. Debido a esto, Mariel Guillen, presidenta del club, decidió hacer una “carta abierta a los socios” en la que explica y da a conocer la difícil situación que atraviesa el ateneo.

“JH está muriendo y cada vez está más débil”, expresa Mariel, quien ve en primera fila como el lugar que eligió para que sus hijos crezcan y se desarrollen como personas se desarma. Por el momento, los socios que pueden continúan ayudando a la institución con el abono de sus respectivas cuotas mediante transferencias bancarias, mientras que los directivos optaron por hacer una reducción de sus ingresos con el fin de no achicar el mantenimiento del mismo, incluso aportando dinero de su propio bolsillo.

Para sobrellevar el delicado presente, la presidenta buscó el rescate de las autoridades gubernamentales de la Ciudad como “respirador automático”, quienes brindan, según las necesidades, acceso a subsidios, beneficios especiales, y tarifas sociales para aquellas asociaciones independientes y sin fines de lucro. Sin embargo, esto parece no ser suficiente ya que el capital requerido para el pago de impuestos excede cualquier tipo de medida.

La realidad es que, como dice Guillen en su manifiesto, los clubes no pueden ser online porque es en donde las personas conviven, es decir, donde las personas viven con otros, donde pueden vivir con todas sus letras, donde pueden ser felices. Donde todos tienen los mismos colores y la familia es una a pesar de las diferentes disciplinas.

De todas formas, también es cierto que al enfrentar una pandemia se requiere hacer sacrificios, sin importar lo que puedan llegar a doler. Aun así, resulta necesario ponerse a pensar que será del futuro de aquellos chicos y chicas cuando les digan que no podrán compartir otro momento en ese lugar que los unió como grupo, como compañeros, como amigos y todo gracias a la excusa de hacer un poco de deporte.

Las tardes entrenando, los asados en el quincho, las pernoctadas y los veranos en la pileta son rituales de una rutina de vida que se transmite en la barriada generación tras generación y lo que hacen, en definitiva, a la esencia de muchos argentinos. Lamentablemente, si se derrumban estos espacios físicos, las tradiciones mencionadas pueden entrar en un peligro de extinción.

Mariel es quien alza la voz y se niega a imaginar la posibilidad de no poder ver a sus nietos entrar al club por la puerta que da Bragado, o no tener la oportunidad de verlos alentar en las tribunas que dan a Oliden, o no poder verlos jugar con la camiseta blanca y azul que representa todo por lo que ella luchó, ‘’todo por no haber hecho un esfuerzo más’’.

José Hernández es tan solo el protagonista de esta historia que busca dar a conocer la problemática que enfrentan, o enfrentarán, la gran mayoría de las sociedades de fomento. La crisis social y económica que está viviendo la Argentina en la actualidad obliga a reflexionar sobre la dramática posición que afrontan las instituciones deportivas.

Tan solo en la Ciudad Autónoma, hay un total de 215 clubes de barrio. Si elevamos esa cifra teniendo en cuenta todo el resto del territorio nacional e incluyendo también a los clubes de pueblo, los números se multiplicarían de forma agigantada.

Al igual que las escuelas y comedores públicos, la función pulmonar que tienen estos establecimientos es invaluable. Desde la inclusión individual hasta el desarrollo colectivo. Abrazarlos y valorarlos, como así también exigir su sostén y mejoría, es tarea de todos.

Tu club te necesita más que nunca, no lo abandones.

El Ascenso no sabe como va a seguir

Por Joaquín Cirigliano y Franco Iván Haz

Muchos de los jugadores de las instituciones del ascenso están viviendo un momento de preocupación e incertidumbre debido a los contratos que van a vencer en junio y que, por la crisis actual, probablemente no sean renovados y se queden sin equipo.

Tal como dijo Valentín Viola, de Nueva Chicago, los futbolistas que no son de Superliga viven el día a día y la mayoría llegan justo a fin de mes. También vaticinó: “Muchos van a quedar varados y no conseguirán donde jugar. Varios de los clubes no están cumpliendo con los salarios”.

Con respecto a esta situación, el arquero y referente de All Boys, Joaquín Pucheta, opinó que hay equipos que hicieron un gran esfuerzo para ascender y lo merecen. Además, afirmó que tienen que darle más importancia a quienes se queden sin contrato en junio: “A mí se me vence y no sé que voy a hacer la verdad, la vamos a pasar mal”.

Desde las divisiones del ascenso están pidiendo ayuda a los dirigentes de primera para que recorten salarios de sus jugadores, de esa forma podrán pagar los sueldos de los suyos. Tal como reclamó Damián Salvatierra, de Acassuso: “Más allá que los jugadores de la Superliga estén salvados, necesitamos que ellos colaboren para llegar a un acuerdo que sea fructífero para ambas partes”.

“Todos nuestros trabajadores tienen los mismos derechos”, fue la frase que dejó Javier Marín, Presidente del “Quemero”. También, a través de sus redes sociales, respondió a la postura de  Futbolistas Argentinos Agremiados, quienes esperan una ayuda económica por parte de los deportistas de la máxima categoría: “Hoy nos preocupa la salud física de ellos y sus familias. Cada uno deberá poner algo para mantener el vínculo laboral y que nadie se quede sin su empleo”.

Ante el dilema generado con los sueldos, surgió una propuesta por parte de algunas instituciones: renovar los contratos por 18 meses, pagándoles un máximo de 100.000 pesos a los jugadores hasta diciembre y que luego pasen a cobrar un salario sin un tope fijo, como lo hacen normalmente.

“Es una situación injusta para quienes tenemos méritos deportivos, no nos tienen que castigar. Nos quieren bajar en el escritorio”, sostuvo Roberto Sagra, presidente de San Martín de Tucumán, refiriéndose a que deberían darle el ascenso a “El Santo” y a Atlanta, líderes de cada zona de la Primera B. Al haberse suspendido los descensos, los tucumanos y los “Bohemios” quieren ascender de forma directa.

Marcelo Achile, titular de la Primera Nacional y presidente de Defensores de Belgrano afirmó que “se sienten campeones de algo que no son”, en referencia a quienes están punteros. “San Martín quiere aprovechar la pandemia para beneficio personal”, afirmó.

 

La mano del Estado llega a los clubes

Por Iñaki Peña, Bautista Olmos y Luca Solda

Matías Lammens, ministro de Turismo y Deporte, reveló que lanzará el Programa de Reproducción Productiva llamado REPRO para ayudar a los clubes. “Los clubes de barrio y las sociedades de fomento están cumpliendo un rol fundamental durante esta crisis y desde el Gobierno Nacional no los vamos a dejar solos”, expresó en sus redes sociales el expresidente de San Lorenzo acerca de un programa que se complementará con la eximición de las contribuciones patronales y créditos a tasa del 24%.

El REPRO se basa en un crédito blando promovido por el Estado para las empresas que pasan la línea de los 100 trabajadores, que oscila entre los 6 mil y 10 mil pesos por cada empleado. Lammens aclaró que una gran cantidad de clubes, incluso de barrio, se quieren inscribir debido a que “una parte de la economía tiene que ver con la recaudación de la cuota social y una porción está totalmente perdida porque es en efectivo”. Además, agregó que el futbolista del ascenso suele tener otro trabajo, y si es monotributista podrá cobrar el subsidio de 10.000 pesos.

Asimismo, los clubes recibirán un ingreso que vendrá de los 74 millones de pesos que la FIFA le envió a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). El Presidente Claudio Tapia explicó cómo iba a ser la distribución: $1 millón para los 24 equipos de Superliga y los 30 de Primera Nacional. A cada equipo de la B Metropolitana le corresponderá $500 mil, $200 mil para los de Primera C, los de Primera D recibirán $100 mil y finalmente $190 mil a aquellos que participan en el Federal A.

Tapia comparó la situación económica actual con la crisis del 2001 y concluyó en que no son iguales. “En aquel momento se emitían monedas alternativas, salías de una situación para adelante y te endeudabas. Pero hoy no hay recursos, no hay ingresos”, explicó el “Chiqui”.

Aunque el país esté en un momento difícil, los socios siempre van a hacer lo posible para mantener latente a su club. Así como lo hicieron los hinchas de Racing cuando en 1998, ya declarado en quiebra, colmaron la cancha en lo que hubiese sido su último partido y con su presión social impulsaron el fideicomiso que salvó a la “Academia”, y en 2008 tras un proceso de gerenciamiento de Blanquiceleste S.A. volvieron a tener democracia. Esta semana se convirtió en el primer club denominado “grande” en anotarse al REPRO, pero su caso de superación vuelve a tomar conciencia en esta época de inestabilidad institucional.

Los socios tienen un poderío enorme con respecto al futuro de su club, y eso es lo que está pasando actualmente en Boca. Al xeneize se le cayeron los ingresos por publicidad y por venta de entradas y cada mes se complica más subsistir. “Boca necesita de sus socios más que nunca. Esta situación es inédita y tenemos que hacer un esfuerzo muy grande para mantener a los 800 empleados, nuestros jugadores y entrenadores”, declaró Ricardo Rosica, secretario general del último campeón del fútbol argentino. ”Sabemos que es difícil pagar hoy la cuota social o mantener un abono, más cuando uno no sabe cuándo se va a reanudar la actividad. Pero también estamos seguros que el esfuerzo de los que van a seguir pagando sin poder ir a la cancha va a ser recompensado”, agregó. El pedido llegó luego de que el plantel profesional negara una reducción salarial.

Rosario Central, al igual que Boca, publicó un video en las redes sociales pidiéndole a los socios que sigan pagando la cuota para “sostener la economía y que la institución pueda salir de esta crisis”. El “Canalla” cuenta con 60 mil asociados, pero 42 mil son los que pagan. Además, de este número restante solo un 45% paga por débito automático. De todas formas, desde la directiva confirmaron que aquellos que no puedan pagar, no serán dados de baja.

All Boys vive una situación parecida, en la que el 75% de sus socios abona la cuota a través de la famosa ventanilla. “Generalmente este ingreso es el que nos permite pagarle a los empleados del club que son ajenos al fútbol” comentó Nicolás Cambiasso, presidente del conjunto de Floresta. “Le hemos propuesto a nuestros asociados que se unan al débito automático, para que el agujero financiero no sea tan grande”, agregó Cambiasso. Para concluir, el exarquero del “Albo” sostuvo que sin la ayuda que recibieron de parte de la AFA “sería imposible subsistir”.

Ferro fue el primer equipo en anotarse en el programa REPRO, mientras que todos los clubes de la Superliga, menos Boca y Godoy Cruz, siguieron su camino. La cuota social toma mayor protagonismo ante la caída de los ingresos de la TV y sponsors. Ahora los roles se invirtieron y son los dirigentes quienes recaen en los socios. ¿Podrán los hinchas salvar a sus equipos o deberán pedirle ayuda al Gobierno?

 

La cuarentena del ascenso

Por Yanella Palacios, Tomás Tesoriere y Federico Pineda

La industria necesita de su materia prima para sobrevivir y no morir en el intento, pero el fútbol no parece tener una realidad muy alentadora. Algunos dirigentes estiman su vuelta dentro de cuatro meses y el presente preocupa más que el futuro. Los clubes del ascenso carecen de fondos para afrontar el pago de sueldos en estos meses sin competencia y la baja de la cuota social representa otro ingreso que ya no perciben junto a los sponsors. Se dejó de hablar sobre la reanudación de los torneos para dar paso a otra discusión: la posibilidad latente de la quiebra.

“Los clubes no podemos resistir mucho más”, declara Pablo Bianchini, presidente de Platense. El equipo de la Primera Nacional tiene tres focos de ingresos provistos de la cuota social, la plata de la televisión y la cartelería que da a la Autopista General Paz, publicidad ociosa en tiempos de suspensión. El pago de la cuota social disminuyó en un 75 por ciento y, comparado a un mes de competencia, el Calamar cobró un 80 por ciento menos. “Si no fuera por la AFA (Asociación del Fútbol Argentino) que nos sigue pagando la plata de la televisión, para los clubes sería muy complicado subsistir”, sentenció.

La institución de Vicente López se cerró una semana antes de que se dictara el confinamiento y toda la maquinaria que implican las 16 disciplinas que cuenta el club se vio parada por este escenario. Sin contar al plantel profesional, hay 180 personas que dependen de su salario para poder subsistir en el día a día, pero el recorte de sueldos no es una opción en el corto plazo.

En relación a esto, el presidente de Deportivo Morón, Roque Labozzetta, expresó: “Hasta este momento nosotros no hemos tomado ninguna determinación, estamos un poco atrasados en el pago de los sueldos, pero hasta el último mes hemos depositado el 100 por ciento. Estamos casi al día, pero no se sabe hasta cuándo. Solo esperamos poder mantenernos en esta situación”.

A diferencia de su colega en el Gallo, Bianchini estimó que se pagaron una parte de los sueldos de los trabajadores de la entidad, pero en referencia al plantel profesional aún “se debe una parte de marzo y una parte de la segunda cuota de febrero”. Sin embargo, este problema no atañe solamente a la segunda categoría en importancia del fútbol argentino.

Así es el caso del Club Atlético Ituzaingó, que se desempeña en la Primera C. “Hasta que se pueda vamos afrontar el total de los sueldos, salvo algún caso acordado”, declaró su Presidente Hernando Politano, a pesar que hubo una disminución del 80 por ciento en el ingreso de las cuota de los socios y en un 100 por ciento por parte de los sponsors. Los pagos lo llevarán a cabo “con el ingreso de televisión y algunos ahorros con los que contamos”.

Dos categorías más abajo, en el Federal A, el presidente de Sportivo Belgrano, Pablo Esser, destacó que el 50 por ciento de los 3000 socios no pagó la cuota mensual y detalló la situación que estaba pasando la institución: “Hasta el 20 de marzo estábamos al día. Después de que cerramos el club no pudimos pagar más. Los trabajadores cobraron sus sueldos, pero el plantel profesional está atrasado. A partir del próximo mes, vamos a tener que empezar a bajar los ingresos de los empleados”. El equipo cordobés perdió dos millones de pesos en los últimos 30 días y tampoco puede pagar los alquileres de los departamentos donde viven los jugadores profesionales. “Estamos viendo si algún programa gubernamental nos otorga alguna ayuda. Estamos con incertidumbre de no saber qué va a pasar”, declaró.

A diferencia de los equipos ya mencionados, Sportivo Belgrano es un club sin actividades por fuera del fútbol y solamente tiene 20 empleados sin contar al plantel profesional. No puede adherirse al Programa de Recuperación Productiva (REPRO), que lanzó el Gobierno Nacional en el cual se brinda a los trabajadores de las empresas una suma fija mensual remunerativa de hasta un monto equivalente al salario mínimo, vital y móvil (16.875 pesos) por trabajador actualizado a la fecha de otorgamiento, por un plazo de hasta 12 meses, destinada a completar el sueldo de su categoría laboral. Si cobra más del mínimo, el empleador deberá afrontar la diferencia.

Uno de los tantos clubes que se anotó para percibir esa colaboración fue Deportivo Morón. Labozzetta especificó que ellos ya están inscriptos, con los papeles presentados y preparados, solo quedaba esperar el día que se deposite el dinero a los empleados y que sea lo antes posible. En una coyuntura parecida se encuentra la institución comandada por Politano que aún aguarda la respuesta para ser admitidos dentro de la ayuda estatal. Sin embargo, este bálsamo que brinda el Estado no incluye a los jugadores ni a los entrenadores. “Ese es el presupuesto mayor que tenemos. Con lo cual, vamos a necesitar otro tipo de herramientas para ellos que hoy no las tenemos”, alertó Bianchini, cuyo club tiene una masa salarial de 8.500.000 pesos y el 60 por ciento corresponde al plantel del primer equipo y el cuerpo técnico. Platense también se anotó en el REPRO.

La televisión y la iniciativa que comanda la Jefatura de Gabinete no es la única contribución que recibirán los clubes en las próximas horas. Tanto la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) y la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL), dan diferentes programas de desarrollo vigentes al día de la fecha llamados Foward y Evolución respectivamente. Al estar la actividad parada, ambos entes han liberado esos fondos para cada Federación asociada. Con estos ingresos, la AFA contará con 74 millones de pesos para repartir desde la Primera División hasta el Federal A. Los 24 equipos de la Superliga y los 30 de la Primera Nacional recibirán un millón de pesos. En la B Metropolitana, 500 mil pesos por cada institución. La Primera C recibirá 200 mil pesos por cada uno de los 19 equipos. En la Primera D, los 15 clubes cobrarán 100 mil pesos y 190 mil pesos percibirá cada club del Federal A (30).

Este pago se dará por única vez e Ituzaingó ya lo recibió en sus arcas financieras. El mandamás de Platense destacó este aporte económico, pero en las categorías menores el pago representa una mínima parte del gasto mensual. “Es una ayuda pero eso es lo que gasta el club en dos días”, dijo Esser sobre el déficit mensual del club ubicado en la ciudad cordobesa de San Francisco.

Otra de las consecuencias que tiene el parate total de la actividad, tanto económica como social en esos lugares, es la incertidumbre que se genera con los contratos que están próximos a vencer el 30 de junio. En el caso de Deportivo Morón se baraja la posibilidad de una disminución del 30 o 40 por ciento de los salarios. “Tengo en mente la reducción del presupuesto a partir de junio y subiremos al plantel cinco o seis chicos de las inferiores. Si es posible, bajaremos los contratos o no los renovaremos”, declaró Labozzetta.

Unos días antes que la AFA dictara la suspensión de todos los torneos de la primera división hasta el Federal A, Bianchini reconocía que había una recomendación de FIFA para extender los vínculos hasta la finalización de los campeonatos, pero estimaba que dependía de la reanudación de las competencias. “Se verá sobre la marcha qué decisión tomar. Si el torneo puede terminar el 15 de julio, vos podés extender el contrato 15 días más”, había contado.

Por otra parte, Esser no creía en la posibilidad de una extensión y especificaba que “hasta no saber cuándo vuelve el fútbol yo no sé si puedo prescindir de algunos jugadores. Si a alguno le llega una oferta mejor, el 1° de julio se van a otro club. De manera que aún no hay nada definido”.

Esas mismas incógnitas se replicaban al futuro inmediato de los ascensos y descensos que habían quedado en veremos tras la suspensión. Allí, Bianchini evitó hablar del tema y aseguró que “la única preocupación de la AFA es que los clubes se mantengan en vida, que no quiebren ni desaparezcan y cuidar la salud de todos”. En la misma línea el presidente de Sportivo Belgrano manifestó: “No se sabe si el fútbol va a volver en 4 meses. Si es en septiembre, a pesar de que sea a puertas cerradas, uno se la puede ingeniar para recaudar ingresos con la televisión o el sponsor por ejemplo”. Además, tras sus diálogos con otros directivos de diferentes clubes también estimó que no habría descensos en ninguna categoría por los próximos dos años, decisión que confirmó la AFA.

¿Por qué Lilian Thuram es un jugador distinto?

Por Joaquin O’Donnell

“Fue un momento muy importante en Francia porque fue la primera vez que la selección ganó un título Mundial. Se plantearon dos cuestiones. Primero, ¿Cómo es posible que un equipo multicolor y multi religioso consigue ganar unido? Esto planteó otra cuestión: ¿Por qué esto no ocurre en otros ámbitos en Francia? Esto es muy importante. El cuestionamiento sobre la igualdad, sobre la historia, se vuelve cada vez más legítimo a partir de 1998. Desde 1998 ese debate se instala en la sociedad”, dijo Lilian Thuram en el diario El País.

Thuram debutó en 1994 con la Selección francesa, casualmente el mismo día que lo hizo Zinedine Zidane. En aquel amistoso frente a Checoslovaquia le tocó marcar a Tomas Skuhravy, un grandote de 1,93m. Aquella noche fue la primera vez que vistió la camiseta gala para hacerlo un total de 142 oportunidades y convertirse en el que más veces la ha lucido por delante de jugadores como Thierry Henry (123) y Marcel Desailly (116), todo un honor para un futbolista de la procedencia de Thuram, no siempre bien visto por determinados grupos políticos en su país.

Pero la noche más recordada para el jugador fue la del 8 de julio de 1998, en el Mundial que se disputaba en la misma Francia, ya que convirtió los únicos dos goles. De esa manera, los galos derrotaron 2-1 a la Croacia de Davor Suker, quien se convertiría en el goleador del Mundial. Tras ese partido, los anfitriones del campeonato accedieron a la final por primera vez en su historia y la ganaron por 3-0 frente a Brasil, pero esta vez fueron dos de Zidane y uno de Emmanuel Petit los que le dieron la victoria.

Lilian nació en las Antillas francesas en el comienzo de 1972. A los nueve años se mudó desde la isla Guadalupe a un barrio parisino muy precario en el que la delincuencia y la pobreza eran sus características principales. Desde ese entonces jamás olvidaría sus inicios. Sus antepasados fueron esclavos y desde niño convivió con un clima hostil.

Sus dotes con la redonda lo llevaron a que rápidamente los ojeadores de clubes grandes se fijaran en él. Así fue como con 20 años ya era profesional en el AS Mónaco, donde debutó en 1991 y donde ganó su primer título como jugador. Luego tras cinco temporadas, pasó por Parma para conseguir la Copa UEFA (hoy Europa League) y la copa local de 1999, además de consolidarse como titular. A la Juventus llegó en el 2001 para ganar cuatro scudettos y disputar la final de la Champions League 2003. Finalmente Barcelona fue su último destino, donde se retiró antes de lo previsto por una malformación cardiaca.

Tras retirarse del fútbol, el lateral se convirtió en un activista político y llevó adelante la bandera contra el racismo hasta hoy. Su objetivo es combatir la discriminación en Francia. Todo empezó en 2007, cuando protagonizó un cruce de palabras con el por entonces presidente Nicolás Sarkozy en el que le reprochó tener una vista errónea de los suburbios de París. Sarkozy había colocado cámaras de vigilancia en las zonas mencionadas. Thuram se encargó de hacerle ver que los delincuentes no se encontraban en los suburbios sino en los barrios ricos de París.

Este jugador encontró en el fútbol una salida a sus problemas, convirtiéndose en un modelo que debería servir para entender el conflicto racial que existe en Francia y en el mundo entero. Lo cierto es que Bélgica, Inglaterra, España o la misma Francia no tendrían tanto éxito sin la ayuda de jugadores de otras nacionalidades.

Amarildo era tan pero tan bueno, que reemplazó a Pelé

Por Federico Guerrero

“Yo era el remplazo para el irremplazable, que era Pelé”, fueron las palabras que utilizó, hoy ya un hombre maduro de 80 años, Amarildo Tavares da Silveira. O de forma lacónica, Amarildo. Personaje icónico del fútbol brasileño, tierra sagrada del joga bonito. Todos saben quién es Pelé, tricampeón del mundo con la verde-amarela -1958, 1962 y 1970-, pero lo que muchos no saben es que en el Mundial ‘62, que se disputó en Chile, O Rei se lesionó en el segundo partido de la fase de grupos ante Checoslovaquia, a causa de un desgarro que lo terminó marginando por el resto de la competencia. Si bien la Canarinha contaba con enormes figuras como Garrincha y Vavá, todo era tristeza e incertidumbre. Se quedaban sin su ‘10’. Y la mayor pregunta era: ¿Quién lo iba remplazar?

Amarildo nació en la ciudad de Campos Goytacazes, en Río de Janeiro, cuna del carnaval más grande del planeta, y hogar de una de las siete maravillas del mundo, la estatua del Cristo Redentor. Pero no todo es fiesta y fe, también hay fútbol. Y en cantidad. El estado vio nacer a grandes cracks. “Corre por la cancha como alguien de Río de Janeiro, parece que está bailando”, lo define así el sociólogo y escritor brasileño Gilberto Freyre. La frase encaja también para el zurdo de piel morena, que roza el metro setenta, y que así jugaba, como un bailarín, usando el balón como compañera de pieza.

Tercer partido del Mundial ante España. Brasil necesitaba ganar para lograr la clasificación a cuartos de final. Todas las miradas estaban puestas en el remplazante del lesionado Pelé. Era un joven de apenas 22 años, figura del Botafogo, del cual el entrenador del equipo, Paulo Amaral, depositó su confianza. Dos goles ante los europeos le bastaron a Amarildo para respaldar esa fe de su DT y de sus compañeros. 2 a 1 concluyó el encuentro. Y el campeón del mundo había encontrado a una de sus figuras, que ayudaría a llevar a su selección a la final.

“Yo nací en una tierra de grandes jugadores. Tuve una infancia pobre, pero feliz porque donde yo vivía estaba rodeado de campos de fútbol”, recuerda su infancia el ex

delantero, con un tono nostálgico, pero pletórico. Además, agregó que la cancha de fútbol y la pelota son las cosas más bellas que alguien podría tener.

Final de la Copa del Mundo. Brasil se enfrentaba ante Checoslovaquia, rival que vio sucumbir al rey, pero que vería surgir a un príncipe. Bella ironía. Casi poética. Los favoritos eran los sudamericanos, pero se vieron en aprietos cuando los europeos se pusieron en ventaja con un gol de Masopust. Amarildo en un reportaje llamado Yo anoté un gol en la final de la Copa del Mundo de la FIFA, recordaba lo que le dijo su entrenador antes del partido: “Mirá, Amarildo, este portero siempre sale antes que crucen el balón”. El joven en un momento en el que todo era tensión, tuvo un segundo –o dos- de lucidez para encarar por el borde izquierdo del área y patear al primer palo del arquero checoslovaco, que intuyó .que el jugador con la dorsal ‘20’ iba a tirar el centro. Pero no. La pelota se le metió entre él y su poste. Gol de Brasil. Gol de Amarildo. Alegría en el pueblo brasileño. Tiempo después, agrandados por el empate, fueron por la victoria. Y la consiguieron de la mano de Vavá y

Garrincha. 3 a 1 final. La verde-amarela, bicampeona del mundo. El joven moreno por un día, por un instante, fue rey.

El recuerdo estará con él, donde quiera que vaya

 El recuerdo será para siempre, donde sea que vaya

Por un día, un instante fue rey

Los días de Garrincha en Chile

Por Juan Estévez

“Alguno de sus muchos hermanos lo bautizó Garrincha, que es el nombre de un pajarito inútil y feo. Cuando empezó a jugar al fútbol, los médicos le hicieron la cruz, diagnosticaron que nunca llegaría a ser un deportista este anormal, este pobre resto del hambre y de la poliomelitis, burro y cojo, con un cerebro infantil, una columna vertebral hecha una S y las dos piernas torcidas para el mismo lado”, Eduardo Galeano.

El Mundial Chile ‘62 no fue uno más. Los estilos de juego comenzaban a cambiar en algunos equipos, lo primordial ya no era convertir un gol, sino evitarlos. Ahí mismo es donde la figura de Manuel Dos Santos se agigantó, sin Pelé (lesionado en la primera fase) y con la responsabilidad de respaldar el título Mundial obtenido en Suecia ‘58, guió al equipo al Bicampeonato.

Su injerencia durante los seis partidos fue inconmensurable, pero sin lugar a dudas una vez finalizada la zona de grupos fue cuando más brillo. En los cuartos de final frente a Inglaterra convirtió dos goles y brindó una asistencia para que el resultado final tuviera su impronta. “¿De qué planeta viene Garrincha?”, fue el titular de los medios locales para rendirse ante semejante superioridad. En la semifinal frente a Chile volvió a cumplir por duplicado, ni bien pasada la media hora de partido su equipo ya se imponía por dos a cero gracias a él, pero sobre el final, y harto de las patadas que sufrió durante todo el encuentro, sacó a relucir otro aspecto del potrero y se fue expulsado al vestuario.

“El balón vino por la izquierda, y yo no remato bien con esa pierna, pero no tenía cómo cambiar de pie. Entonces chuté con la izquierda imaginando que era la derecha”, dijo al explicar uno de sus dos goles a Chile en las semifinales.

El gobierno brasileño se pronunció a su favor, apeló para convencer a la FIFA y así poder contar con su Ángel de las piernas torcidas en la final. Se movilizaron vertientes políticas y diplomáticas “en nombre del pueblo brasileño”. El buen historial de conducta del jugador le valió a su defensa para que la FIFA lo absuelva por 5 votos contra 2.

Garrincha se repuso de la situación y quiso saber cuál era el próximo objetivo: le informaron que la final seria frente a Checoslovaquia, equipo al que no recordaba, pese haberlos enfrentado al comienzo del torneo. Le recordaron que habían empatado y que lesionaron a Pelé, “Ahh, aquellos que son grandes y fuertes pero no juegan nada”, respondió quien había nacido con las piernas torcidas.

Esa conversación con un compañero de equipo lo define: era un jugador excepcional que solo quería divertirse con la pelota en los pies sin preocuparse de conocer a sus rivales ni mucho menos saber en que día se jugaría determinado partido. Ese rasgo propio de su personalidad se vio reflejado a falta de pocos minutos de entrar a la cancha para disputar la final del Mundo. Le preguntó al seleccionador, Aymoré Moreira: “Maestro, ¿hoy es la final?” . Y al enterarse que efectivamente lo era con una sonrisa inocente concluyó: “Ah, con razón hay tanta gente”.

Con Garrincha en la cancha, Brasil fue campeón y su figura no solo levantó la Copa del Mundo, sino que también tomó prestada la corona del Rey Pelé, fue el mejor jugador del Mundial.

Quizás nunca supo lo afortunado que fue de haber siquiera pateado una pelota. La enfermedad que padeció, la polio, ataca al sistema nervioso, puede causar la muerte, parálisis o dejar otro tipo de secuelas motrices. Aun así alcanzó la gloria jugando con sus pies.