De no tener botines para ir a entrenar a consagrarse campeón en el mítico Maracaná. Alan Franco, reciente incorporación del Atlanta United de la MLS, se caracteriza por ponerle el pecho a las adversidades que se le presentan en la vida y todos sus logros, tanto en su vida personal como en su carrera deportiva, no hacen más que demostrarlo.
Gustavo Franco, su tío, contó que cuando su sobrino era chiquito y jugaba en el Club Las Torres sufrió un corte profundo en la frente en medio de un partido y no quería salir; pidió que su abuelo, quien era el entrenador, le hiciera un vendaje para volver a ingresar a la cancha. “Cuando entró de nuevo, se comió un pelotazo en la nariz y empezó a sangrar. Su abuelo lo iba a sacar, pero él se puso a llorar porque quería seguir jugando. Finalmente, siguió y convirtió el gol de la victoria. Alan fue siempre ese jugador”, señaló su familiar.
Además de sobreponerse a las situaciones adversas, el ex zaguero central de Independiente busca ayudar a los más jóvenes para que lo hagan también. Hace no mucho realizó una donación de útiles escolares para que 80 chicos del club donde dio sus primeros pasos como futbolista puedan empezar el nuevo ciclo lectivo de manera presencial. También dijo que la educación “es muy importante” y más en los chicos de bajos recursos para que no elijan “el camino fácil, el de la delincuencia”, como él pudo haber hecho durante su infancia.
El joven defensor de 24 años, que hizo su debut profesional a principios del 2017 de la mano de Ariel Holan, cuenta que le debe todo a Dios. Desde siempre fue creyente, pero no fue hasta hace dos meses que fue bautizado. El padre de Stefano y Brunella afirma que está en una etapa espiritual muy fuerte, y se siente feliz y en paz. Antes de cada partido, el jugador surgido en las divisiones inferiores de San Telmo hace una oración de rodillas y, además, en las redes sociales acompaña la mayoría de sus publicaciones con pasajes de la Biblia.
Foto publicada por Alan Franco en Instagram, que acompañó con la frase: “Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré. Y él oirá mi voz”.
Según sus familiares, es muy divertido a la hora de los encuentros y le encanta comer asado, a pesar de que su comida favorita son los ravioles. “Es muy cariñoso y paciente con sus hijos, le gusta mucho jugar con ellos y, por momentos, parece uno más”, contó su tío Gustavo en relación a cómo se maneja dentro del entorno familiar.
El central de 1,80 metros, nacido en Avellaneda, que juega con las medias hasta por encima de las rodillas, nunca se olvidó de sus orígenes y es por eso que, luego de haber firmado su primer gran contrato con el Rojo, les cumplió el sueño a sus padres, Javier y Estela, y les compró una casa. “Es una de las mayores alegrías que me dio la profesión”, dijo al respecto.
Alan Franco en un entrenamiento con la Selección en septiembre de 2018. Foto: Instagram.
Antes de viajar al estado de Georgia, Franco, el amante de la cumbia que debutó con la camiseta de la Selección argentina en una victoria amistosa por 3-0 ante Guatemala en septiembre del 2018, declaró que le gusta quedarse con los buenos momentos que vivió en Independiente, como las obtenciones de la Sudamericana y Suruga Bank, pero es consciente de que también hubo malos y, a pesar de todo, afirmó que volvería a vestirse de rojo porque, además del apoyo que sintió por parte de la hinchada, se identificó mucho con el club.
La Selección argentina Sub 23 dirigida por Fernando Batista se enfrentó en dos amistosos a Japón, el 26 y 29 de marzo, para prepararse para los Juegos Olímpicos de Tokio. Estos dos encuentros traen al recuerdo cuando ambos combinados se cruzaron en la fase de grupos de los JJOO de 1964, desarrollados justamente en la capital nipona. Este partido marcó el inicio de la modernización futbolística para una de las dos naciones, mientras que la otra volvió a sufrir un nuevo fracaso.
La Albiceleste llegaba como favorita para colgarse una medalla. Consiguió clasificarse a los Juegos de Tokio 1964 luego de que ese mismo año se consagrara campeón invicto del Preolímpico de Lima en la anteúltima fecha debido a los incidentes en el partido ante Perú, que dejaron más de 300 fallecidos y obligó a la suspensión del campeonato. En aquel torneo, el conjunto dirigido por Ernesto Duchini ganó todos los encuentros: 2-0 a Colombia, 1-0 a Ecuador, 4-0 a Chile, 3-1 a Uruguay y 1-0 a los anfitriones.
En aquella época, las Selecciones debían llevar jugadores amateurs para disputar los torneos de fútbol masculino en los Juegos Olímpicos. Por esta razón, se envió un plantel repleto de juveniles a la capital del país del Sol Naciente. En aquel combinado se destacaban el central Roberto Perfumo y el arquero Agustín Cejas, quienes luego harían historia con Racing, y otros futbolistas que tuvieron una destacada carrera en Primera División, como Miguel Marín, de Vélez, o Miguel Tojo, de Ferro.
Mientras, Japón estaba muy lejos del gran momento que está viviendo en la actualidad. En ese entonces, el fútbol no era muy popular y estaba opacado por el béisbol. Incluso, su Selección estaba conformada por futbolistas amateurs e inexpertos, que eran estudiantes universitarios o trabajadores de los grandes conglomerados nipones.
Además, el País del Sol Naciente aún no contaba con una liga nacional, aunque sí tenían tres campeonatos importantes, pero organizados por diferentes asociaciones. La famosa Copa del Emperador era manejada por la Asociación de Fútbol de Japón (JFA); el All Japan University Soccer Championship, por la Asociación de Fútbol Universitario de Japón y la All Japan Business Group, co-patrocinada por el popular diario Asahi Shimbun.
Con este contexto, en 1960, Yuzuru Nozu, el presidente de la JFA, decidió contratar a un entrenador extranjero con el fin de preparar a la Selección japonesa para los Juegos Olímpicos de 1964. La Federación de Fútbol de la Alemania Occidental recomendó a Dettmar Cramer, quien años más tarde lograría ganar dos Copas de Europa con el Bayern Múnich.
Dettmar Cramer entrenando a la Selección japonesa.
Cramer comenzó su trabajo como asistente del director técnico Hidetoki Takahashi y luego conformó un tridente técnico junto con Ken Naganuma y Shunichiro Okano. Rápidamente notó la debilidad de la Selección nipona. No tenían los conceptos básicos de patear y cabecear. A partir de eso y a pesar de la desconfianza inicial de sus jugadores, entrenó repetitivamente para mejorarlos. Además, aprendió y se entusiasmó con la cultura japonesa. De estas prácticas lideradas por el alemán salieron grandes futbolistas como Kunishige Kamamoto, Saburo Kawabuchi y Ryuichi Sugiyama.
Llegaba el momento de iniciar el torneo en Tokio. Argentina y Japón compartían el grupo con Italia y Ghana, pero el retiro de la Selección europea por haber incluido jugadores profesionales le permitió a los nipones tener una fecha libre. Mientras, la Albiceleste iniciaba su camino en el torneo con un empate 1-1 ante los africanos.
El resultado en el debut obligaba a la Argentina a derrotar a los japoneses para poder asegurarse un lugar en los cuartos de final del torneo. Para el encuentro clave, la Argentina formó con: Agustín Cejas; Andrés Bertolloni, Otto Sesana; Horacio Morales, Miguel Mori y Roberto Perfumo; Antonio Cabrera, Juan Risso, Juan Carlos Domínguez, Néstor Manfredi y Héctor Ochoa. Durante el primer tiempo fue claramente superior a los nipones y lograron anotar el primer gol del encuentro gracias a Domínguez, luego de un pase en profundidad de Mori.
Ya en el segundo tiempo se comenzó a acercar Japón gracias a su extremo Ryuichi Sugiyama, quien con su rapidez complicó en todo momento a los defensores argentinos, que lo dejaron hacer lo que quería por la banda izquierda. Justamente, Sugiyama logró empatar el partido. La Albiceleste reaccionó rápidamente y se volvió a poner en ventaja gracias a una nueva anotación de Domínguez.
Cuando faltaban diez minutos para que terminara el partido y parecía que la Argentina finalmente iba llevarse la victoria, los nipones tenían otros planes y no se rindieron. Siguieron insistiendo y atacando, como si fueran unos kamikazes, para buscar los goles de la victoria. Lo lograron. Primero llegó el empate gracias a un cabezazo de Saburo Kawabuchi, tras un gran centro de Kunishige Kamamoto desde la derecha, y un minuto después volvió a aparecer Sugiyama por la izquierda. La gran pesadilla de la defensa argentina desbordó y tiró un centro para que Aritatsu Ogi anotara el 3-2 definitivo.
Los jugadores japoneses festejan el triunfo ante Argentina por el segundo partido de los Juegos Olímpicos de Tokio 1964.
“Los japoneses dejaron knock-out a los albicelestes y pusieron en evidencia ante el mundo que ya dejamos de ser potencia mundial en esta actividad (…) Al terminar el partido, que los albicelestes lo tuvieron ganado dos veces y no supieron defenderlo, cual si fuera una juventud sin espíritu, se produjo lo de siempre: jugadores llorando como magdalenas con final melodramático digno de una radionovela. Lo peor es que nadie puede ni podrá explicarse el motivo, pues Japón fue vencedor inobjetable y merecido. El máximo desconsuelo no es perder, pues si Argentina hubiese sido vencida por Yugoslavia, Alemania, Hungría o Polonia, potencias futbolísticas representativas, no habría dolido. Pero Japón futbolísticamente se halla en la escuela primaria. Triunfó por esa fuerza poderosa que hace milagros y es la espiritual, de la que carecen incomprensiblemente y cada vez más acentuadamente, nuestros muchachos”, describió Diego Lucero, el histórico periodista uruguayo de Clarín, la caída ante Japón.
Nota escrita para Clarín por el periodista Diego Lucero tras la derrota de Argentina ante Japón.
Con esta derrota, Argentina volvió a vivir un fracaso deportivo seis años después del “Desastre de Suecia”. Mientras, Japón vivió un momento histórico al asegurar un lugar entre los ocho mejores equipos del torneo, igualando la perfomance de Berlín 1936.
Luego de aquel encuentro, Japón no volvió a conocer la victoria. Derrota 3-2 ante Ghana y goleada en contra 4-0 ante Checoslovaquia en cuartos. Su participación terminaría con un 1-6 ante Yugoslavia en un torneo de consolación. A pesar de esas derrotas, el alemán Dettmar Cramer se fue conforme con el papel desempeñado en el torneo y la victoria ante la Argentina le dejó algo claro: el fútbol japonés puede crecer mucho más. Por esta razón, antes de dejar su cargo, le dejó cinco recomendaciones a la JFA, de las cuales más destacadas son: la creación de una liga en la que los equipos nipones más fuertes se enfrenten entre sí y que la Selección adquiera mucha experiencia enfrentando a los mejores clubes y Selecciones del mundo.
A partir de esa idea de Cramer de que se conformara una liga nacional aprovechando las líneas del Shinkansen, la JFA decidió crear en 1965 la Japan Soccer League (JSL) con la intención de que participaran los clubes corporativos y universitarios. Estos últimos, finalmente, no podrían participar debido a su ajustado calendario. Además, comenzaron a organizar varios encuentros amistosos con los mejores equipos del mundo: El Bayern Múnich de Franz Beckenbauer, el Borussia Mönchengladbach de los 70, el New York Cosmos de Pelé y el Boca de Maradona, entre otros.
Cuatro años después de la partida de Cramer, su legado siguió vigente en el fútbol japonés. Mientras la JSL daba sus primeros pasos, en 1967, el equipo del Sol Naciente, aún dirigido por Ken Naganuma y Shunichiro Okano, logró quedarse con la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de México 1968, con Kunishige Kamamoto y Ryuichi Sugiyama como estandartes.
Los avances tecnológicos a los que nos vimos inmersos con el paso del tiempo revolucionaron nuestras vidas y le dieron un giro de 180 grados a la cotidianeidad. El fútbol no fue la excepción. Los cuerpos técnicos ya no son integrados solamente por un entrenador y un par de ayudantes: hoy también hablamos de videoanalistas, analistas de datos y scouts. ¿De qué se tratan estos roles y cómo evolucionaron a lo largo de los años?
Análisis de video
Se entiende como analista a quien se encarga de identificar y conocer características y patrones propios y rivales, tanto a nivel colectivo (equipo) como individual (jugadores y entrenadores). Tal como lo conocemos ahora es un rol relativamente nuevo en el fútbol. Sin embargo, sus orígenes nos remontan a la época de la videocasetera.
Carlos Timoteo Griguol fue el cerebro detrás del Ferro campeón de la máxima categoría del fútbol argentino en 1982 y 1984. Durante su estadía en el club de Caballito reunía a sus dirigidos en una habitación para visualizar la repetición de los partidos. El periodista y matemático Adrián Paenza era el encargado de conseguir el material audiovisual.
Todos escuchamos al menos una anécdota que dejaba en evidencia lo minucioso que era Carlos Salvador Bilardo en su labor como director técnico. El Doctor conserva al día de hoy unos 8.500 VHS con grabaciones de partidos y entrenamientos que se retrotraen a su etapa de entrenador.“El video es fundamental. Uno puede hablarle y marcarle al jugador,pero este siempre le va a decir que no. Va al vídeo y ahí ve lo que pasó”, asegura.
Ya en la década del ’90, un joven Marcelo Bielsa siguió con el legado de Bilardo y Griguol e implementó esta misma metodología. “Marcelo nos pedía que, a más tardar, el martes estuvieran los videos, los informes del rival, los resúmenes de las entrevistas. Un día me pidió que fuera a buscar a las 11 de la noche un cassette que llegaba de Buenos Aires y que lo llamara apenas lo tuviera”, detalló Daniel Carmona, uno de sus ayudantes durante su paso por Newell’s.
“Me acuerdo un día que Bielsa me trajo unos cassettes para que viera cómo se movía el finlandés Jari Litmanen. Yo no tenía ni idea de quién era. El tipo después fue un fenómeno en el Ajax y también jugó en el Barcelona, pero cuando me entregó los vídeos estaba jugando en Finlandia y no lo conocía nadie. ¡No lo podía creer! ¡Él solo tenía esas imágenes!”, reveló Cristian Domizi, campeón en Newell’s bajo la tutela del Loco.
Hoy la realidad es otra. Los constantes avances tecnológicos permitieron que el análisis de video se vuelva mucho más meticuloso. Softwares, cámaras IP y de acción, drones y GPS’s son algunas de las herramientas que constituyen un cambio sustancial a la hora de analizar. LongoMatch, KlipDraw, NacSport y Eric Sports son los nombres propios más conocidos dentro del mercado de softwares dedicados al análisis de video. Estos programas permiten almacenar información y organizarla según diferentes necesidades. También se puede editar y dibujar sobre las imágenes con diferentes finalidades que las de los editores de video tradicionales.
Por otra parte, la gran variedad de herramientas físicas para capturar imágenes que se encuentran hoy en día nos permiten sacarle un mayor provecho al videoanálisis: las cámaras IP pueden manejarse de manera remota, las de acción -GoPro y similares- poseen un lente gran angular (180°) y los drones proporcionan otras perspectivas de lo que sucede en los entrenamientos.
“Cuando River juega de local, Nahuel (Hidalgo; videoanalista del club) se instala en su cabina, por encima de la posición en la que se ubica la cámara de TV, consiguiendo tomar tres cuartas partes del campo de juego. Apoya la tablet sobre la cámara y codifica. Estima que hace unas 1.500 codificaciones por partido, es decir que apreta 1.500 veces la tableta.¿Ejemplos? Si determinado jugador la recibió con zurda o derecha, cómo la pasó, cuántas veces la quitó. A los 40’ del primer tiempo, Nahuel sale corriendo desde la Belgrano Alta y Buján (asistente) hace lo propio desde el palco de Secretaría Técnica, en la San Martín. Se encuentran en el vestuario y le pasa la computadora con todo el material para que luego se junten con Gallardo y Biscay (asistente) y decidan corregir cosas para el segundo tiempo”, cuenta Diego Borinsky en su libro Gallardo Monumental: vida, pensamiento y método de un líder.
“En el fútbol es el deporte donde más tarde llegó el videoanálisis. Muchas de las cosas que hoy se hacen en el fútbol, en la NBA se hacían en los ’90”, afirma Matías Navarro García, analista táctico de Quilmes. “En Argentina seguimos muy atrasados, pero hoy en todas las categorías tenés analistas. Falta mucha visión dirigencial: darse cuenta de que esto no es un gasto, sino una inversión. Hay gente en los medios de comunicación que baja el mensaje de que analizar no sirve y, me guste o no a mí, es algo que a los dirigentes les llega y a nosotros nos afecta” agrega el autor de los libros Respirar Fútbol y Gallardo Superclásico.
“Yo creo que hasta que no entre un analista a cabecear una pelota y haga un gol acá no vaa haber un cambio de mentalidad. Va a ser muy difícil”, ironiza Navarro García. Alemania e Inglaterra, los países más desarrollados en materia de videoanálisis, parecen quedar aún más lejos de los casi 10 mil kilómetros que separan a América del Sur de Europa.
Análisis de Datos y Big Data
El 18 de marzo de 1950 se enfrentaban el Swindon Town y el Bristol Rovers por la tercera división del futbol inglés. Finalizados los primeros 45 minutos de juego, el marcador indicaba un empate en cero. Para la segunda mitad, el contador Charles Reep decidió anotar en su libreta todas las acciones ofensivas de los locales. Una vez consumada la victoria por 1-0 de los Robins, Reep concluyó que un partido de fútbol tenía, en promedio, un total de 280 acciones y 2 goles convertidos. Desde ese día, se lo vio varias veces en Plymouth anotando cada movimiento de su equipo, el Plymouth Argyle, para analizarlo posteriormente.
Su trabajo despertó el interés del Brentford, quien lo incorporó a su cuerpo técnico en enero de 1951. Cuando Reep desembarcó en Londres, las Abejas se encontraban en la parte baja de la tabla de la segunda división. Una vez empleadas sus tácticas, el equipo revirtió positivamente la situación: ganaron 10 de los 17 partidos que disputaron, logrando mantener la categoría.
Reep desarrolló una teoría que, respaldada por estudios estadísticos, aseguraba que, a mayor cantidad de pases, menor era la posibilidad de convertir. Sus análisis sugerían que se necesitaban 10 tiros para hacer un gol: el 50% de ellos llegaba tras un pase o menos, mientras que el 80% lo hacía luego de tres pases o menos. Tan solo en el 5% de las jugadas había 4 pases o más. Se dice que Reep vio entre 2200 y 2500 partidos de fútbol hasta el momento de su muerte, en febrero de 2002.
Durante la década del ’70, el entrenador ucraniano Valeri Lobanovskyi comenzó a aplicar la informática en el fútbol: le solicitó una computadora al ejército soviético y creó un equipo de estadísticos con el fin de analizar diferentes aspectos de los jugadores. “Cuando era jugador -allá por los años ’50 y ’60- era difícil evaluar el rendimiento del equipo. El entrenador podía decir que un jugador no estuvo en el lugar correcto en el momento indicado, y el destinatario de la crítica podía simplemente estar en desacuerdo. No había vídeos ni herramientas reales de análisis. Hoy en día, el jugador no puede objetar. Saben que la mañana después del partido una hoja de papel va a estar colgada con las cifras que describen en detalle su juego”, diferenció el Coronel.
Si bien históricamente en el fútbol siempre se utilizaron datos, hasta fines de los ’80 se reducían a los hechos más importantes del partido. En los ’90 se añaden datos que trascienden a la pelota (distancia recorrida, posicionamiento, etc.), mientras que se profundizan los relacionados con ella (pases, lanzamientos, etc). Desde 2011, y con la incorporación de datos complejos, generación de indicadores y KPIs, surge una nueva dimensión de análisis.
El auge del Big Data llega luego del Mundial de Brasil 2014, donde Alemania consiguió el título del mundo siendo cliente frecuente de la información para la toma de decisiones. Durante los entrenamientos de aquella Copa del Mundo, el entrenador alemán Joachim Löw recibió los datos de Match Insights. El software indicaba que el tiempo promedio de posesión de la pelota del seleccionado teutón era de 3,4 segundos, y Jogi interpretó que había que reducirlo. Lo hizo casi en un 70%, y en el célebre 7-1 frente a Brasil por las semifinales, Alemania convirtió tres goles en 179 segundos.
Un año después, en diciembre de 2015, un informe de statsbomb.com sugirió que según las características del Leicester (convertir y que le conviertan mucho), sumado al análisis de los expected goals (xG) -las posibilidades de que una jugada termine en gol, según distintas variables-, los Zorros podían terminar en la parte alta de la tabla. Contra (casi) todo pronóstico -en las casas de apuestas pagaba más de 6000 euros por euro apostado-, el equipo dirigido por Claudio Ranieri se coronó campeón de la Premier League por primera vez en su historia.
“Una cosa es el análisis de datos y otra el Big Data. La posesión de balón y los tiros al arco en un partido tienen que ver con el análisis de datos, el Big Data son grandes volúmenes de información en tiempo real y en diferentes formatos. La diferencia que se produce entre 2010 y 2014 es porque se empiezan a relevar los datos de juego a través de proveedores de datos, entonces se puede acumular mucha más información y trabajar Big Data de verdad”, explica Juan Ferlaino, creador de ATENEA, una agencia de decisiones dedicada al fútbol.
En Argentina, el análisis de datos empieza a crecer entre 2008 y 2009, pero en 2018, a raíz de la creación de un área de innovación por parte de Superliga, se genera un gran salto de calidad. En un principio los datos no estaban orientados a los clubes, sino a los medios. En la actualidad, los clubes argentinos no trabajan con Big Data real, aunque, en mayor o menor medida, todos tienen un proveedor que trabaja con Big Data para ellos. Estos proveedores comenzaron a acercarse con mayor fuerza a los clubes entre 2015 y 2018.
El 15 de marzo de 2018, Independiente venció por 1-0 a Millonarios de Colombia por la fase de grupos de la Copa Libertadores. Martín Benítez, autor del único gol del encuentro, fue sustituido en el entretiempo por no rendir al 100% según lo que indicaba su GPS: el atacante no pasó los 20 km/h en los 45 minutos que estuvo en cancha, cuando su máximo es de 33 km/h. “Benítez juega a velocidades muy altas y realmente en el primer tiempo ni las rozó. Como ya había hecho un gol y el partido lo estábamos ganando, preferimos sacarlo por precaución. Nos respaldamos en la tecnología para que lo que podíamos ver subjetivamente fuera respaldado objetivamente“, señaló Ariel Holan, entrenador del Rojo en aquel entonces.
“Hay dos tipos de datos: los de eventos, que son los que se capturan semi-manualmente con gente mirando los partidos; y los de tracking, que se capturan a través de cámaras que están en los estadios y todo el tiempo te da la posición de los jugadores y la pelota. Hoy por hoy en el fútbol argentino no hay tracking. Las cámaras solo están en las canchas de Boca y River, por eso se ven datos físicos (como por ejemplo de distancia recorrida) cuando juega uno de estos equipos de local”, detalla Matías Conde, analista de Superliga Innova.
“A mediano plazo no me extrañaría que algún club haga un proyecto más integral en cuanto a análisis de datos. No los veo a Boca o a River porque les va bien así como están, pero sí quizás a un club de segunda línea”, agrega Conde. Dos grandes ejemplos de esto en la región son Atlético Paranaense e Independiente del Valle, los dos últimos campeones de la Copa Sudamericana, quienes operan con la misma compañía de análisis de datos: Kin Analytics.
Si viajamos hacia Inglaterra, nos encontramos con el caso del Brentford. En 2012 el club londinense fue adquirido por el ludópata Matthew Benham, quien implementó una nueva filosofía en la institución: hizo que todas las decisiones se basen en números. Buscar entrenadores que prioricen las estadísticas y las jugadas de pelota parada, prohibirles a los jugadores patear al arco desde zonas donde el expected goals (xG) no es alto y prescindir de la academia porque no dejaba ingresos son algunas muestras de ello. En el Championship 2019/20 finalizó tercero, por detrás del Leeds de Bielsa y el West Bromwich Albion.
“Es una evolución que ya se está dando en otras latitudes. Es como lo que pasó con el videoanálisis, que es una actividad donde hoy es inviable pensar en un cuerpo técnico sin un videoanalista. Lo mismo va a pasar con el análisis de datos”, vaticina Ferlaino.
Scouting
La palabra “scouting” proviene del inglés y significa “recogida de información y análisis”. Se hace sobre los jugadores a nivel individual. Se reúnen datos y parámetros de partidos, entrenamientos y vida particular.
Actualmente, las herramientas son variadas: existen múltiples softwares de bases de datos relacionados al mundo del deporte, tales como SofaScore, Instat, Wyscout, StatsPerform y DataRef. También se utilizan herramientas de visualización para la realización de gráficos, como por ejemplo PowerBI o Tableau.
Un usuario habitual de Wyscout es Juan Manuel Foyth. El actual zaguero del Villarreal, quien además supo ganarse un lugar en las convocatorias de Lionel Scaloni para el seleccionado nacional, lo dio a conocer durante el desarrollo de la Copa América de Brasil. “Me la pasó mi representante y la pago exclusivamente para analizar a los rivales. Ponés el nombre de un jugador y te aparece toda la información y sus mejores jugadas… Y ahí trato de analizar a quién me toca enfrentar y sus características”, precisó.
Monchi, Director Deportivo del Sevilla, es uno de los mayores referentes en materia de scouting y su metodología. Su modelo de trabajo potenció a las divisiones inferiores y completó negocios que le permitieron a la institución vivir la etapa más gloriosa de su historia. Durante su gestión, al club andaluz le ingresaron más de 300 millones de euros por traspasos. De los 11 jugadores que disputaron la final de la UEFA Europa League el pasado 21 de agosto frente al Inter, 9 fueron refuerzos que trajo Monchi para esta última temporada. “No hay que tener miedo a vender buenos jugadores, el problema es no comprarlos”, garantiza.
Sudanalytics surge en mayo de 2020 “con la idea principal de combinar los datos y el fútbol, innovando y buscando mostrar al público sudamericano la importancia que puede tener un análisis estadístico, centrándose sobre todo en materia de scouting”. Sus informes, muy populares en Twitter, utilizan datos y gráficos para búsquedas específicas de jugadores por características.
“Argentina está muy atrasado en lo que a scouting se refiere, y se refleja claramente en los refuerzos. Racing, con un modelo claro, es el mejor a día de hoy; Newell’s está comenzando a trabajar bien; Talleres hizo muy buenas cosas también y, a pesar de que se fue al exterior la gente que lo hacía, está buscando rearmarse; River creemos que ha tenido buen ojo ‘individual’ por Gallardo y Francescoli si se quiere, pero no tanta metodología atrás”, aseguran desde Sudanalytics y agregan: “Las tecnologías son muchísimas, y van a ser aún más. Desde la realización de una base de datos de jugadores a observar, hasta la utilización de modelos para predicción de valores reales de mercado, para alertar sobre jugadores interesantes, para evaluar caídas y subidas de rendimiento, para identificar oportunidades de mercado, entre muchísimos otros”, describen.
En 2015 la US Soccer prohibió que los chicos menores de 10 años cabecearan pelotas y limitó la práctica en jóvenes de 11 a 13. Un conflicto legal y un dato estadístico fueron el puntapié inicial de una medida que busca evitar la conmoción y el daño cerebral en los niños. Una patología médica que llegó a tener en Estados Unidos 50 mil consultas anuales vinculadas al fútbol por el solo acto de cabecear la pelota o sufrir un choque entre cabezas.
“¿Cómo veo la situación en Argentina? Muy lenta porque ni siquiera tenemos estadísticas. No podemos hacer un diagnóstico de situación y eso implica trabajar a ciegas”, declaró Santiago Kweitel, deportólogo que trabajó en el fútbol infantil de Banfield hace más de una década. Una pelota número 4 tiene un peso menor a 400 gramos y las consecuencias que podrían acarrear cabezazos constantes en niños carecen de una investigación exhaustiva que debería estar a cargo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
A diferencia de la Argentina, en los Estados Unidos hay academias periféricas a los clubes que trabajan con los chicos en edad infantil y Guido Bonini, preparador físico de San José Earthquakes de la Major League Soccer, expresó las limitaciones que existen en la práctica del cabezazo. “En los entrenamientos, se puede hacer una actividad para desarrollar la capacidad del salto o la coordinación del cabezazo, pero debe ser con los protocolos sin disputa aérea”, aseguró y agregó: “Generalmente, usan pelotas más blandas y llevan un control de las repeticiones que hacen en la semana”.
Fernando Kuyumchoglu, coordinador de las inferiores de San Lorenzo, aseveró que desde la institución llevan a cabo ejercicios con pelotas de goma o sogas con una pelota desinflada que amortiguan el golpe. En su etapa como futbolista, recuerda que practicaban con la de baby fútbol y sentenció que “pegarle 10 veces a esa pelota te rompía la cabeza”. En el presente, se cambió la técnica porque “podés hacer lo mismo con una pelota de goma”. En consonancia a lo que sucedía décadas atrás, Kweitel aseguró que, durante su etapa en el Taladro, debía atender a chicos que “lloraban por cabecear la pelota”.
Al igual que el Ciclón, River utiliza los mismos materiales de entrenamiento para cuidar a los más chicos y entrenar el salto junto a la coordinación. Sin embargo, Gustavo Pérez Solano, coordinador del área física, estimó que no se practica de forma rutinaria hasta los 14 años porque “hay otras cuestiones técnicas que hay que mejorar mucho antes que eso: el control, el pase, los trabajos de coordinación con balón. Hay muy poco golpe de cabeza”.
Más allá que manifestó su desconocimiento a lo que ocurría en los Estados Unidos, el panorama es mucho más complejo. Desde la neurología tampoco saben dar una respuesta exacta a esta situación y la falta de un programa unificado hace que otras instituciones como Vélez practiquen con la misma pelota número 4 que se juega en competencia oficial. “En los chicos de seis años, ya se empieza a practicar el cabezazo. Los primeros ejercicios de esos chicos son casi todos iguales con despeje y potencia”, cuenta Leandro González, vicepresidente del fútbol infantil en el club de Liniers y detalla que, a partir de los 10 a los 12 años, los trabajos se enfocan más a la posición de cada jugador. A partir de ahí, se trabaja con la pelota número 5, que oscila en un peso de 410 a 450 gramos.
La neuróloga e integrante de la Sociedad Argentina de Neurología Infantil (SANI) María Vaccarezza fue consultada sobre si la práctica del cabezazo podía generar micro traumatismos de cráneo y expresó que no lo sabía. Además, explicó que la conmoción cerebral no se aprecia en ninguna resonancia y Kweitel ahondó en que esa patología es “muy probable” en el hábito deportivo. A la par, destacó que, ante la falta de estadísticas, la AFA debería realizar en las universidades y sociedades científicas “una evaluación sobre el impacto de masa que puede producir una pelota sobre la cabeza de un chico a diferencia de un adulto porque no es lo mismo el impacto de una pelota de 500 gramos, con una determinada circunferencia, en una estructura de un chico de ocho o nueve años que en un jugador como Pezzella u Otamendi”.
El especialista vinculó la falta de información sobre el tema a la inexistencia del estudio y ahondó en las principales dificultades para llevarlo a cabo: “La AFA tendría que investigar un montón para tomar conductas basadas en la ciencia y en la investigación, pero en nuestro país no hay investigación en deporte. Tampoco hay ayudas económicas. En Europa se fomenta e incentiva a la investigación. Acá las universidades no la fomentan y no hay una estructura”.
Sin embargo, los clubes son uno de los eslabones, pero no el único. Las instituciones de barrio y los potreros son, en muchos casos, los primeros lugares de donde emergen esos niños y allí no llega ni la AFA ni la Liga Metropolitana -torneo que juegan los clubes con categorías de chicos menores a 10 años- con los materiales y la infraestructura. Y la pata del Estado es una de las que aparece como actor para regular la actividad y cuidar a los más chicos.
Con respecto a esto, Kuyumchoglu cerró: “Salvo algunos casos que tienen los materiales, es difícil que puedan tenerlos. Depende de quién esté a cargo del club como para que se fije en esos detalles. Habría que bajar una línea general y ver si los clubes tienen la posibilidad de acceder a una soga, dónde colgarla y tener pelotas de goma. Eso sería ideal porque los chicos aprenden igual y es menos nocivo”.
Además, no se puede dejar de mencionar la parte económica y salarial. Santiago Kweitel no volvió a trabajar en un club por una cuestión “pura y exclusivamente económica”. El especialista de la salud explicó que el fútbol de divisiones inferiores está “muy mal pago y no es regular”. Al momento de generar certidumbre y condiciones aptas para los más chiquitos, el dinero no debería ser un problema, pero en un país que tiene mal pago a todo el personal médico ya deja de ser un problema del fútbol para pasar a ser estructural.
El protocolo de la MLS y la salud de los jugadores
Si el médico de la liga determina que un jugador pudo haber sufrido una conmoción o contusión, se activa el protocolo, sale de la cancha, se somete a estudios, entrena diferenciado y no juega el siguiente encuentro. En relación a eso, Bonini calificó como “muy peligroso” lo ocurrido con ´´El Pulga´´ Rodriguez, quien recibió un golpe en la cabeza, siguió jugando y, después del encuentro, declaró que no se acordaba los dos primeros goles de Colón en un partido de la Sudamericana 2019. “A veces, estamos jugando con la salud de los jugadores”, concluyó.
Por Melina Kellmer, Clara Palacio, Yanella Palacios y Sol Pochettino
¿La censura es una situación recurrente en los medios? ¿Hay más autocensura que voces calladas bajo ordenanza? ¿Se cuestiona este tema entre colegas? En base a diferentes testimonios e historias contadas en primera persona, se desarrollarán situaciones que vivieron algunos comunicadores dentro de la profesión, así como también analizarán el rol de las generaciones futuras y cuestionarán su propio llamado al silencio que muchas veces optan por hacer.
La palabra “censura” generalmente es asociada a la acción llevada a cabo por un superior de prohibir publicar o decir determinada información. A su vez, en los medios de comunicación hegemónicos, empresariales, independientes, existen otras maneras más sutiles de callar voces. Por ejemplo, no brindarle una cobertura a tal periodista, por identificar que su perfil o pensamientos ideológicos no favorecerían a los intereses que tienen los dueños con relación al tema a desarrollar.
Un caso conocido de censura directa fue el acontecimiento que sufrió Alexis Szewczyk a finales de 2013. Lo desvincularon de Torneos y Competencias luego de comentar al aire que el futbolista Joaquín Arzura del Club Atlético Tigre estaba jugando sin contrato.
A personas con mucho peso en la institución de Victoria esto no les cayó para nada bien. Creían que el periodista estaba investigando sobre los manejos dirigenciales, en momentos previos a elecciones legislativas, en la que uno de los candidatos era Sergio Massa, un hombre fuertemente vinculado con el club.
Sin embargo, Szewczyk había expuesto esta situación solo a raíz de que el Matador había perdido a otro jugador por no tener un vínculo contractual meses antes. Él buscaba hacer público este episodio con la única intención de que no volviera a suceder. “Fue un comentario ingenuo del partido”, manifestó el comunicador.
Más allá de este caso puntual y de algunos otros que no han salido a la luz, lo que más abunda son los intentos de censura, como el que contó Ezequiel Fernández Moores, cuando en diciembre de 1978 fue a Santa Cruz con acreditación de la Agencia de Noticias Argentinas, para cubrir las reuniones del presidente de facto Jorge Rafael Videla.
En una de ellas, el escritor se encontraba a menos de 10 metros del lugar donde conversaban el militar e integrantes de las Fuerzas Vivas. En un momento, le hacen una pregunta a Videla, y él responde que ‘buena o mala, la política económica al menos es estable’. Fernández Moores recuerda haber estado titulando con esa frase, cuando detrás suyo el director de prensa del gobierno, el Teniente General Mario Cándido Díaz, se acercó a remarcarle que no podía enviar la nota con esa rotulación, ya que si lo hacía medios como Crónica iban a hacer foco en lo negativo.
“Hice una llamada telefónica al Director Horacio Tato en Buenos Aires. Se enojó pero me dijo que me quede tranquilo, me explicó que todos los acreditados en Casa de Gobierno le mostraban lo que mandaban dado que era una práctica común”, relató.
Otro caso orientado fue el de Luciano González, redactor de la sección deportes del Diario Clarín, a quien le pidieron que escribiera una nota sobre un tópico en el cual la empresa tenía intereses en juego. Narró desde su punto de vista, pero eso no convenció a los dueños y decidieron no publicarla. Desde ese entonces no volvieron a pedirle que se encargara de artículos que sean controversiales para las inclinaciones del medio. Es por ello que para él es importante dejar en claro de antemano su ideología y que no va a ceder con ella, para evitar posibles circunstancias de la misma índole.
Por situaciones como estas, muchos trabajadores de prensa deciden autocensurarse sobre determinados temas que puedan llegar a causarles futuros conflictos, dado que han vivenciado despidos de compañeros, amenazas o que no puedan volver a ser contratados en otros lugares por haber hecho público su pensamiento. Son cuestiones que van ligadas a la libertad de expresión puesto que no sería posible que todos los periodistas de distintos medios tengan la misma opinión sobre ciertos temas controversiales.
Robertino Sánchez Flecha, politólogo, egresado y docente de Tea y Deportea, entiende que el mismo contexto laboral hace percibir ese llamado al silencio sobre determinados asuntos. Desde su punto de vista, es un gran error callarse y es una manera de reprimirse a uno mismo, pero a la vez cree que si todos dijeran lo que piensan sería muy difícil convivir entre sí. “Todo el tiempo tenemos pensamientos que decidimos no decir, a veces porque creemos que sería desubicado, inadecuado o contraproducente hacerlo. No decir todo, sería ocultar, pero no mentir. Yo te cuento hasta un punto, lo que te conté es cierto y lo que me guardé, lo hice por diferentes cuestiones. Uno coexiste con la autocensura”, sostuvo.
En contraposición a esto, el conductor de C5N Juan Amorín comprende que si alguien oprime sus propios ideales para defender los del canal en el cual trabaja, debería replantearse su tarea. “La autocensura tiene que ir en camino a la extinción”, cerró.
De forma semejante, Matías Palacios, relator argentino freelance que vive en España hace poco más de dos años, argumenta que en el periodismo deportivo hay que hablar más de la autocensura que de la censura en sí. “Hay que estar atento al presidente o dirigente de tal club y a sus allegados. En el periodismo del fútbol todos sabemos para quién laburamos, a quién pertenece cada empresa y qué intereses responde”, afirmó.
Diego Pietrafesa, delegado de SiPreBa y movilero de Telefé, distingue que no se trata de falsas éticas o falsos heroísmos, sino que el periodista nunca tiene que dejar de contar la noticia ni priorizar algo antes que la información.
¿Las futuras generaciones podrán erradicar la práctica de autocensura?
El periodismo es una de las profesiones que va modificándose con el paso del tiempo, a veces para su mejoría, más evolucionada y abierta, y en otras ocasiones para generar contrariedad en el que piensa distinto. En el ambiente es de público conocimiento que hay una larga lista de quienes evitan comunicar determinados datos o noticias para no quedar expuestos, fallando así a su rol laboral en la sociedad.
El papel central de un periodista no debería sufrir alteraciones, es decir, jamás tendría que dejar de comunicar, transmitir e informar la realidad a los ciudadanos. Dicho por Amorín, las nuevas generaciones deben saber que no pueden alejarse de este eje y lograr así revertir la situación, ya que de ellos va a depender eliminar las prácticas de autocensura que invaden a tantísimos medios de comunicación.
Es una de las circunstancias negativas que atraviesan a la profesión y la falta de diálogo entre colegas sobre estos sucesos tiene una gran incidencia en ello, tornando así “un tabú”. Frente a dicha coyuntura, Fernández Moores y Szewczyk afirman que es un tema que se habla y aborda poco, dado que debería formar parte de las condiciones laborales tratadas en conjunto.
Pietrafesa expresó: “Muchos no se manifiestan porque temen hacerlo y que les cueste caro. Con razón o no, a veces marcar disidencias es entrar en conflictos y como consecuencia podés desaparecer del mapa laboral”.
Según Amorín, es una cuestión que se discute entre compañeros, pero de todas maneras cree que debe charlarse a puertas abiertas. “Toda organización conjunta es el camino hacia un mejor periodismo”, exclamó.
Al periodista le gustaría que exista un colectivo que nuclee a los comunicadores que hacen pasantías y luego no son regularizados para no pagarles en blanco, a los que no les remuneran las horas extras, entre otras arbitrariedades. Un buen ejemplo para él es la Comisión Interna de C5N, delegación bajo la órbita del Sindicato Argentino de Televisión (SAT), que está presente en todos los canales representando a los distintos sectores de trabajo.
Lucila Trujillo, conductora de La Tarde también por C5N, resalta su admiración por aquellos que se ponen la camiseta de los trabajadores sin importar de qué gremio sean, peleando por las mejoras salariales e intentando tornar más justa su profesión. “Suelen ser los más vapuleados por los empleadores e incluso mismos compañeros, parece que siempre están en la lupa y nunca es suficiente lo que hacen por y para el resto”, añadió.
En cuanto a los medios gráficos, en el 2000 fue el penúltimo episodio de despidos masivos en Clarín, lo que produjo la caída de la vida sindical dentro del diario. 12 años más tarde, lograron hacer la primera elección de comisión interna bajo el paraguas de UTPBA (Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires), única agrupación gremial que existía en ese entonces. Consiguieron la vuelta de una asamblea dentro del medio y volvieron a tener un representante que pudiera sentarse a negociar con los dueños de la empresa. En 2015 el Ministerio de Trabajo oficializó el Sindicato de Prensa de Buenos Aires y desde aquel momento, interpela la delegación del periódico.
Pietrafesa asegura que de los que están frente a cámara no son muchos los que aceptan ese rol sindical por lo complicada que puede volverse la situación. “Me hace muy feliz ser miembro de SiPreBa y me reconcilia con la profesión, porque a veces uno está medio peleado. Entiendo la defensa de nuestros derechos como un rol fundamental de los trabajadores”, concluyó.
¿Entonces?
Como en tantos otros aspectos de la vida, en el periodismo van a seguir existiendo personas que se sienten con el poder de manejar todo lo que les compete bajo sus conveniencias, pero estará en cada uno no seguir permitiéndolo, no dejar que nada ni nadie interfiera en el rol primordial de comunicar la verdad. En este último tiempo, el papel periodístico es muy cuestionado por factores de este estilo que se ponen en duda. Posando en él un ojo crítico, dejándolo aún más expuesto ante una falla, que es humana.
A lo largo de las entrevistas hubo una respuesta que fue muy reiterativa y en la que gran parte coincidió, no hay ningún ámbito en el que la censura predomine más que en otro, ya sea audiovisual, gráfico o radial. Sino que cada uno responde a la línea editorial del medio y al corporativo al que pertenece.
Al fin y al cabo, cada uno es dueño de sus decisiones, está en sí mismo acatar las órdenes que se bajan o enfrentarlas, tomando el valor para asumir las consecuencias buenas y malas. En los últimos años empezaron a crecer más los medios independientes y autogestionados que no deben pasar por ningún filtro superior para contar la noticia.
Asimismo y como casi toda lucha social, no sería conveniente enfrentarla individualmente periodista por periodista, sino bajo el núcleo de un agrupamiento colectivo que incentive y pelee por la libertad de expresión, logrando así, de una vez por todas, ir contra la corriente de esta profesión.
Sergio Vigil es un fiel representante de la pasión y la dedicación puesta en su labor como formador. El ex director técnico del seleccionado argentino de hockey femenino y masculino plantea modos particulares de vivir dentro y fuera de una cancha: sensibilidad, comprensión e instrucción ante todo. Como entrena, vive. Y como enseña, aprende.
El vínculo de Cachito con el hockey comenzó a sus apenas 9 años, en el Club Ciudad de Buenos Aires. Allí logró debutar en primera a los 18 y permaneció durante toda su carrera, con un saldo final de 7 títulos conseguidos. Con la camiseta nacional, en 1984 participó en sus primeros Juegos Panamericanos, donde obtuvo la medalla dorada. Al año siguiente, jugó el Campeonato Mundial Junior en Vancouver y en 1986 formó parte del histórico seleccionado masculino que venció al entonces campeón olímpico, Pakistán.
Mientras jugaba, comandaba el barco de otros equipos, ya en su rol como entrenador. Conoció el cargo a sus 17 años, cuando tomó las riendas del Sub-14 y Sub-16 de varones y del Sub-18 femenino en Los Cedros. Doce meses más tarde, tuvo la gran oportunidad de agarrar el mando de la primera, un plantel integrado en su totalidad por mujeres mayores a él, de entre 19 y 35 años. Luego, dirigió al conjunto masculino y durante cuatro temporadas al femenino del club que le dio todo como jugador, el Muni.
En 1997 fue nombrado entrenador de Las Leonas, donde tocó el cielo con las manos. El primer torneo ganado fue en los Panamericanos de Winnipeg 1999, con la aparición de Luciana Aymar, y desde allí consiguió por lo menos un título internacional en cada año de su ciclo. En el 2000, obtuvo la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Sídney. Posteriormente, su segundo oro, Champions Trophy Ámsterdam 2001. En 2002, además de conseguir la plateada en Macao, ganó el primer Campeonato Mundial para la Argentina en Perth, un hito histórico para el deporte nacional. Luego, alcanzó la dorada en los Panamericanos de Santo Domingo 2003 y la de bronce en el Champions Trophy, nuevamente en suelo australiano. Por último, se retiró del enorme seleccionado con el tercer puesto olímpico en Atenas 2004.
Inmediatamente, pasó a dirigir a la Selección argentina de hombres por cuatro años. Sus mayores logros fueron dos medallas doradas en los Champions Challenge de 2005 y 2007 y la plateada en los Panamericanos de Río 2007. Al perder la final preolímpica con Nueva Zelanda para Pekín 2008, renunció al cargo. Luego, asumió en el Club Atlético River Plate, donde consiguió las Ligas Nacionales de 2015 y 2016 con Las Vikingas.
Actualmente, es el head coach de la disciplina en la institución de Núñez y el director técnico de la Selección femenina de Chile desde 2015.
A continuación, reflexiones con Cachito:
-¿Cuáles son las principales diferencias entre un plantel masculino y uno femenino?
-Creo que tanto en un equipo femenino como uno masculino, hay algo que ambos quieren: tener bienestar, pasarla bien en el recorrido del camino, ser valorados, respetados y mirados, aprender, crecer, que haya un liderazgo de equidad y, sobre todo, tener desafíos grandes. Lo que sí hay que atender es que los aspectos en los ciclos emocionales son diferentes. En la mujer hay mucha más variación emocional, no solo de acuerdo a lo que va sucediendo en una competencia o en las relaciones interpersonales, sino también dentro de ella. Esto tiene que ver con una característica que el varón no tiene: el ciclo menstrual. Además, cada una lo vive de manera diferente. Hay que tenerlo en cuenta porque muchas veces se acusa al proceso de entrenamiento en equipos femeninos de ciclotímico. Otra característica es que la mujer integra mucho más su vida, no hace compartimiento estanco tan fácilmente como el varón, ellas incorporan al entrenamiento las 24 horas de sus días. También pretenden relacionarse de otra manera, atienden a las formas de decir las cosas o lo que le pasa a otro integrante del plantel. Observan más detalles y no solo lo propio de la práctica deportiva diaria. Diferente es lo que ocurre en el varón, está en el entrenamiento y eso es lo único que existe.
Sin embargo, todo lo anterior ocurre cada vez menos, porque la mujer y el varón ahora integran más la parte femenina y masculina del otro, y eso me parece fabuloso. Hoy para un equipo masculino tendría en cuenta algo que antes solo creía importante en los femeninos: el cuidado para decir las cosas. Mirar detrás de la retina era propio de la mujer, siempre han pedido y enseñado a tener cautela en la forma de comunicarse, cuidarse y cuidar al otro, prestar atención también a lo que dice lo gestual. Hoy pienso que eso es importante para el ser humano en general. El varón se sigue haciendo el duro, pero dentro de él ahora las maneras importan. Me parece que hay que aprender que cualquier género necesita ese cuidado.
-¿Qué técnico eras al comienzo de tu carrera, siendo tan joven, y qué técnico sos ahora?
En aquel momento era un técnico irreverente, priorizaba el ser y no el deber ser. Era un adolescente y soñaba con que el equipo disfrute el antes, el durante y el después de los entrenamientos, que se generara una familia humana donde haya respeto, cariño, escucha y se permita tener utopías. Tenía la fantasía de que los desafíos que buscásemos a nivel numérico no tapen nunca los logros humanos y hockísticos que íbamos teniendo en el camino. Quería que cada integrante se encuentre con su campeón en la práctica deportiva y así con su campeón en los otros órdenes de la vida. Los sentimientos afectivos eran muy importantes para mis equipos, lo más lindo en un plantel es formar una familia, hermanos de camiseta, de sueños.
A los 54 años he aprendido a no pensar tanto en las diferencias, sino en verlo desde otro lugar. Al entrenador que soy hoy le ha pasado que sigue siendo irreverente, rompiendo estructuras, teniendo en cuenta que el bienestar de los equipos es lo más importante, generándose desafíos y permitiéndose la posibilidad de ser primero o último ya que el objetivo es crecer. A través de los años que entrené y las experiencias vividas que tanto me hicieron reflexionar, me di cuenta de que el sueño es el mismo y lo que cambiaron son las metodologías para recorrer el camino. Sigo siendo un ser de experiencia y no un experimentado, eso no se modificó, porque todas las aventuras que viví no me han convertido en un sabelotodo, cada día dudo y tengo las mismas emociones de ganas, entusiasmo, miedo, tristeza y alegría que el primer día. Sigo dándome cuenta de que lo magnifico de la experiencia es seguir arrojándote a ella. Y lo que hice antes no era malo, solo que hoy puedo hacerlo de otra manera porque he vivido un montón de otras cosas. Lo que no quiero hacer de otra manera es lo que refiere a la ilusión de seguir viviendo desafíos humanos y deportivos, sin importar la categoría, primera, un seleccionado, una categoría de mami hockey o un Sub 10.
-¿Cómo se mantiene de pie a una jugadora que durante un largo tiempo se mantiene en la suplencia?
-A veces al que está en el banco de suplentes se le pueden disparar emociones de enojo, bronca, envidia, intolerancia, ganas de que el director técnico se vaya, que el equipo pierda, o no le importe si gana por no sentirse parte. Durante muchos momentos de mi vida trataba de convencer al suplente de que no lo era, de que la vida no transcurría en el banco como él o ella la estaba viendo, sino que era parte y que era importante, que tenía que ponerse contento cuando al equipo le iba bien, que iba a tener su momento y su lugar, y otros tantos “valores perfectos” más.
Hace 10 años empecé a reflexionar y a tener otras conversaciones con ellos. Comprendí que tenemos que dejar de querer sacarles la tristeza, porque lo que en realidad necesitan es hablar sobre ella, que se la validen y lo acompañen. Ahora en vez de darles lecciones, trato de escucharlos y sacarles culpas, respetar sus sensaciones de envidia y que puedan liberarla. Generalmente les falta confianza propia y externa, y hablar de lo que se la quita es lo más importante de todo.
A raíz de eso, también comencé a replantearme qué son los valores. Porque estas personas que están en el banco de suplentes fingen todo eso, por el equipo, por el deber ser, cuando por dentro se están sintiendo pésimo. Y eso no es falta de valores. Entonces, ¿qué valores estamos queriendo enseñar si los corazones sienten otra cosa?
-Con todas las vivencias que tuviste dirigiendo diferentes grupos humanos y con distintos objetivos, ¿qué no puede faltar en un equipo tuyo?
-Los buenos resultados que se alcanzan son consecuencia de un montón de logros que uno va obteniendo en el camino, parecen pequeños, pero en realidad no lo son. Porque a veces también pueden conseguirse resultados sin logros en el medio, por el hecho de que no había forma de que cierto acontecimiento no se dé. Por eso considero que hay que atender más a los logros diarios que al resultado final.
Hay momentos de sequía, y debemos permitírnoslos. Ahí pasan a tener un rol muy importante del mismo modo los no logros. Porque del no conseguir también se aprende, y quizás gracias a eso unos años después sí lleguen los resultados esperados.
El que se fija en los logros y no logros, constantemente crece y puede ser mejor que el día anterior.
-En todos los años de tu carrera, ¿cuál es el golpe de realidad más grande que tuviste al mando de un equipo?
-Tuve muchísimos y por suerte los sigo teniendo, porque es lo que permite romper estructuras permanentemente. El choque más grande fue con la Selección masculina. Me encontré con la realidad de estar dirigiendo otro equipo nacional a los dos o tres meses de Las Leonas, donde fue muy fuerte lo que nos pasó. Sin haber tenido etapa de reflexión, de duelo, de poder despedir totalmente de mí al equipo que había entrenado a máxima exigencia durante 7 años, no fue apropiado. Aprendí que, antes de agarrar a otro seleccionado, me tomaría un año para el duelo emocional, prepararme, analizar totalmente todo el contexto al que voy a ir, y después elegir desde dos lugares diferentes, la razón y el sentimiento.
También me topé con la verdad de que hay momentos justos para dirigir a determinados grupos, adecuados para el equipo y para uno, y me di cuenta que el momento de encuentro con Los Leones no era idóneo para ellos ni para mí. Quizás, si nos encontrábamos diez años después, era totalmente distinto. Una persona no es siempre igual, a lo largo de su vida se va encontrando en diferentes etapas, por eso nosotros no somos, estamos siendo. Y a veces en este estar siendo, nos encontramos en un momento inapropiado para uno y apropiado para otro. Con el tiempo, aprendí a ver algo más de esa situación.
-¿Alguna vez no pudiste transmitirle a tus jugadores/as un mensaje o lo que querías que adquieran de vos? ¿Cómo lo resolviste?
-En muchas ocasiones, con la Selección masculina un montón. Lo analicé a fondo y comprendí que yo no era la persona apropiada para el equipo en ese momento. A la misma vez teníamos crecimientos y ocurrían cosas muy buenas, pero había algo en mi figura que simplemente trababa, sin necesidad de que el plantel tuviera un problema conmigo. Lo resolví hablándolo con los jugadores y diciéndoles que no era un tema puntual ni de ellos ni del cuerpo técnico, sino de todos, que alguien tenía que dar un paso al costado y decidía ser yo. Ellos tenían todas las condiciones y lo que estábamos haciendo nosotros también podía dar más frutos de los que estaba dando. Lo único que le pedí a los dirigentes fue que respeten a todo el resto: Luis Bruno Barrionuevo como preparador físico, Carlos Retegui como asistente técnico y todos los demás. No tenía dudas de que iba a funcionar, porque había una traba sin intención. A los dos o tres meses, todo lo que nos recriminábamos que en los entrenamientos y competencias no salía, empezó a fluir solo.
Otras veces logré observar que el problema iba más allá de las personas. A veces algo raro ocurría en el mensaje que intentaba dar, porque quizás yo quería decir tal cosa y ellos no interpretaban lo mismo, y lo que más ruido hacía era lo segundo. Entonces, comencé a preguntarles qué estaban recibiendo de mi mensaje. Cuando me dediqué a prestarle atención a eso, me di cuenta de que evidentemente había una falla en la manera de expresarme. El que comunica tiene que saber lo que adquiere el otro, porque sino nos embroncamos y el mensaje nunca llega claro.
En otras situaciones, ocurrió que estaba transmitiendo algo distinto a lo que el grupo necesitaba, y al hablarlo se hizo una fusión de ambas cosas y se generó algo lindísimo, ahí me fui dando cuenta de que un equipo es un nosotros. Es mucho más importante lo que termine generándose en el aprendizaje que quien enseñe, porque por más de que este busque dar una instrucción a otro, no siempre se logra un nuevo conocimiento, ya que el foco puede estar en el lugar equivocado.
-¿Qué se necesita para que un equipo se consolide?
-A partir de chequear lo que uno quiere comunicar y lo que el otro escucha, se genera un aprendizaje mutuo y empieza a surgir un liderazgo colectivo, donde están claros los roles pero también que cada uno aporta algo sustancial al equipo. El entrenador debe saber que de la misma manera él es un aprendiz de sus jugadores y de su cuerpo técnico, y así todo el plantel se potencia. Lo que pasa es que muchas veces se cree erróneamente que un enseñante no puede tener debilidades, pero lo que hay que buscar es que el equipo no las tenga, quizás la flaqueza de uno sea la fortaleza de otro. Pasa todo el tiempo con los jugadores dentro del campo, uno brinda una cualidad que otro no tiene y viceversa, lo importante es que ambas sean valoradas en pos de servirle al equipo. No es fundamental que el director técnico sea completo, sino que el aprendizaje que causa lo sea.
La experiencia de Cristian Díaz como DT en la primera división comenzó en el año 2012 con Independiente, cuando asumió el cargo de entrenador interino, tras la salida de Ramón Díaz. El debut fue por los 16avos de final de la Copa Argentina frente a Belgrano y su equipo cayó por 2-0. Cuatro días después de esa derrota llegaría una de las victorias más agónicas y recordadas del fútbol argentino, el 5-4 frente a Boca Juniors en La Bombonera, cortándole así un invicto de 33 partidos sin perder.
Luego de una mala racha de resultados. Cristian Díaz dejó su cargo y tuvo pasos precoces por diferentes equipos de diversos países de América y estuvo algunos años sin conseguir club, hasta que finalmente le llegó una oportunidad que impulsaría su carrera como DT. El llamado que recibió fue de un país algo lejano, la propuesta era para dirigir al Santa Tecla de El Salvador. Aunque quizás no era lo que se esperaba, ya que no es un país muy reconocido en lo deportivo, finalmente decidió armar las valijas y partir rumbo a Centroamérica.
“La verdad que cuando me lo comentaron se me cayó el alma al suelo, no era precisamente lo que imaginaba para mi carrera, un lugar tan distante de casa. Pero cuando vi cómo venía la dinámica de ese equipo en los últimos tiempos, mi conclusión fue que podía ser un equipo que me dé la posibilidad de pelear por un título y a partir de eso poder soñar con cosas mejores en mi carrera. Gracias a Dios salió todo bien, logramos el campeonato local, la Copa El Salvador y lo más importante que fue la palabra “campeón” en el currículum, que es algo muy difícil de plasmar”, comenta.
Cristian Leonel Díaz actualmente tiene 44 años y es el entrenador del Club Deportivo Jorge Wilstermann de la Primera División de Bolivia, una de las sorpresas de la Copa Libertadores. Hoy ya no es ese técnico que se vio por última vez en la Argentina –en 2017 cuando tuvo un frustrado paso por Quilmes de tan solo 72 días– ya que en estos tres años sumó en su palmarés tres copas: El Torneo Apertura 2018 y la Copa El Salvador 2019 con Santa Tecla, y el Torneo Clausura 2019 con Jorge Wilstermann. Además, clasificó al Aviador a octavos de final de la Copa Libertadores como líder de su zona, la que compartió con equipos de mucho renombre como Peñarol, Athletico Paranaense y Colo Colo.
Sin embargo no todo es, ni le fue fácil a Díaz, como se ve desde afuera. El fútbol en muchos países de América no es el mismo que en la Argentina en cuanto al profesionalismo, la idiosincrasia y los recursos, y eso fue algo a lo que él tuvo que enfrentarse.
“Las diferencias más grandes las pude notar en algunos lugares como Bolivia, Centroamérica y Perú, y están relacionadas al tema formativo. La preparación deportiva y profesional que tienen los jugadores en estos países no es como en Argentina, además de que carecen de espacios idóneos, de complejos, etc. Para la formación se necesita dinero, se necesita invertir en educación, captación, preparación y en estos países que tienen muchos problemas con el dinero es muy complejo. Otro gran problema es que, por ejemplo Bolivia, no es un país que venda muchos jugadores al extranjero que le dejen un dinero para poder progresar”, describe.
Con ocho años de trayectoria como entrenador y varios más de carrera por delante, no tiene en claro dónde continuará cuando se cierre la experiencia en el Altiplano. Pero de lo que sí está seguro es que lo que más le importa a la hora de tomar una decisión es la calidad de vida del país al que vaya.
“Me gustaría ir a Europa pero más que nada para poder estar en un lugar donde la calidad de vida sea buena. No importa si es un alto o bajo sueldo, obviamente que con una buena economía es todo más fácil, pero lo que me importa es el respeto, la educación, la sensación de seguridad. Siempre estamos mirando las propuestas que hay y analizando todo, no tengo ninguna prioridad pero me gustaría dirigir en España”, explica.
Por Nicolás Blum, Joaquín Cirigliano, Melina Kellmer, Tomás Lucero y Tomás Tesoriere
Referente, símbolo y compañero son algunos de los sinónimos que se le atribuyen a un héroe como lo es Chapu. Integrante del plantel que ganó el oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 batiendo a Estados Unidos, deleitó a propios y extraños con sus triples que lo llevaron a las mejores ligas. Remarcó la importancia de la Generación Dorada, dio un voto de confianza al grupo de jugadores actual, aunque afirmó que son dos conjuntos diferentes y no hay que compararlos, sino disfrutarlos.
Andrés Nocioni, ex basquetbolista que pasó por grandes clubes como Chicago Bulls, Saski-Baskonia, Real Madrid, también dejó una huella en la Selección Argentina: formó parte de la Albiceleste más ganadora de todos los tiempos. Aseguró: “Somos el equipo que cambió la historia por ser el primero que le ganó al Dream Team de Estados Unidos en Indianápolis 2002”. Ese encuentro le dio confianza a la plantilla, generó respeto en los rivales, principalmente de los norteamericanos que a partir de ahí los miraron con otros ojos.
“Nos han hecho entender que nuestra filosofía era positiva y como consecuencia para volver al plano mundial ellos tomaron de ejemplo nuestra escuela”, agregó el oriundo de Gálvez. Se mostró a favor de la frase de Emanuel Ginóbili que dice “primero está jugar bien, luego poner huevos”, opinó que solo con garra no se le gana a todo el mundo, sino que hay que hacer un complemento entre el talento, la capacidad y la personalidad de cada uno.
Por otro lado, refiriéndose a la camada actual de la Selección, el santafesino manifestó que le parece injusta la comparación con la Generación Dorada, ya que son contextos diferentes. De todas formas agregó que la cultura del básquet argentino continúa por la misma línea y es un aspecto positivo.
En relación a esto, el Chapu afirmó que no hay necesidad de comparar a los dos equipos ya que el presente es una realidad y hay que disfrutarlo: “Salimos segundos en China, que no es poca cosa. Sí hay que trabajar para generar mejores jugadores en el futuro, pero no es necesario estar continuamente demandándoles más a los que tenemos hoy en día”
En cuanto al plantel actual, el medallista olímpico destacó que es competitivo, de alto nivel con grandes figuras que tienen mucho potencial. “Facundo Campazzo es ídolo del Real Madrid, ahora llegó a la NBA. Seguramente lo sigan Luca Vildoza, quien también es reconocido en el Saski Baskonia, y Leandro Bolmaro es una proyección a estar entre los primeros 20 del próximo Draft”, concluyó el ex Chicago Bulls, Sacramento Kings y Philadelphia 76ers.
Frente a esta posibilidad, el alero de 40 años no quiso dejar pasar la oportunidad de recomendarles que si llegan a tener la chance de jugar en la liga más popular del mundo, ni lo duden. “¿Quién no quisiera trabajar en la mejor empresa donde uno pudiera estar?”, expresó y continuó: “Es la más fuerte porque están los mayores talentos, la economía más sobresaliente, maneja mucho más dinero que otras competiciones, por lo que despierta en todos el deseo de jugar allí”.
El Chapu estuvo 8 temporadas seguidas en la liga de Estados Unidos, con un paso muy importante en los Chicago Bulls, conjunto en el cual jugó 5 años seguidos y se ganó el cariño de la gente. Tal es así que todo el United Center coreó su nombre y esta fue la única vez que se ovacionó a alguien después de Michael Jordan en esa cancha.
“Me he sentido querido en todos los lugares, no tuve problemas en ningún club. La gente siempre me dio ese apoyo que el basquetbolista necesita”, agregó. Encontró su mejor versión en el Saski-Baskonia (Tau Cerámica en ese entonces), luego en la franquicia de Illinois, así como sus primeros años en el Real Madrid donde ganó la Euroliga, Liga ACB, Copa del Rey y Supercopa.
El subcampeón del mundo en 2002 aclaró que como la gran mayoría de jóvenes, tenía la ilusión de estar en las mejores ligas del mundo, pero que de todas formas no lo pensaba mucho. “Iba, jugaba, disfrutaba, trataba de ser mejor, nunca me puse un objetivo en la vida”, comentó y sumó: “Obviamente que jugar en la NBA o en Europa es el sueño de todos, pero eso se va dando paulatinamente, a su tiempo”.
En su largo recorrido, Nocioni vivió momentos que no va a olvidar, los cuales se llevará con él a la tumba: “Haber arribado al viejo continente, a la Liga Nacional y a la NBA, fueron cruciales. A nivel selección sería mi debut. Me gusta mirar mi camino en general, no centrarme en un torneo o un día en particular, todos son de igual importancia que recordaré por siempre”.
El santafesino no hace hincapié en cuál fue su punto más alto y bajo, sino que afirma: “Todo tiene su parte positiva y negativa. Pienso que decir que la medalla dorada fue lo más importante es injusto con muchas otras cosas que pasaron, como puede ser la primera liga española o el Súper 8 con Peñarol”. No le quita importancia a los títulos más resonantes como fueron el campeonato en Atenas y la Euroliga pero aclaró que todos tuvieron su valor trascendental dentro de su paso por el deporte.
-¿Te quedó algo por ganar?
-Creo que no, la verdad no me lo planteo. Lo que mejor puedo hacer es pensar en lo que he logrado. Al compararme con mis pares, uno se da cuenta que he estado en las ligas más importantes del mundo, enfrentado con los mejores jugadores, ganado los torneos más valiosos. Tengo que estar agradecido por lo que conseguí, darle valor. Pienso que mi carrera es muy buena, positiva, tiene muchas cosas increíbles, torneos importantísimos. Vista desde otra perspectiva, es una muy exitosa. Viendo a un deportista que logró lo mismo que yo, me parece que es una trayectoria para respetar y tener en cuenta.
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Recientemente fue analista de las finales donde salieron campeones Los Angeles Lakers y al respecto manifestó: “La verdad que cuando lo hice me gustó. Es la segunda o tercera vez que tuve la oportunidad de hacer algo así. Lo hice con la Selección, ahora con la NBA, en su momento también en la Euroliga. Me gustaría estar metido en este rubro porque me llama bastante la atención”.
Sobre la posibilidad de ser director técnico, se mostró negativo y aclaró que nunca se le presentó la oportunidad ni tampoco la buscó, además de que no tiene la vocación. Sí quiere formar parte del mundo del básquet en diferentes campus o eventos, pero no cerca del banco.
Del mismo modo expresó que pasó por equipos con muy buenos entrenadores de los que siempre rescató algo, aunque quienes más lo marcaron fueron León Najnudel (Racing Club), Dusko Ivanovic (Saski-Baskonia), Scott Skiles (Chicago Bulls) y Pablo Laso (Real Madrid). En la Albiceleste, destacó a aquellos con los que trabajó, ya sea, Sergio Hernández, Julio Lamas, así como Rubén Magnano: “Me siento privilegiado de haber sido dirigido por ellos”.
Andrés Nocioni tuvo una trayectoria intachable en la que vivió cosas muy importantes, ganó muchos torneos, pero su principal logro es el respeto y la admiración tanto de sus pares como de jóvenes con ambición.
-¿Qué te genera que te digan que sos un referente?
–Es un orgullo, uno trata de hacer las cosas lo mejor posible para ser un ejemplo, aunque no me parece correcto que nos pongan arriba de todo. Somos personas normales, gente como cualquier otra que tuvo la suerte o el momento de trascender a nivel deportivo. No pienso que tengamos que ser los modelos de todo, pero sí es un honor que para muchos juveniles seamos los espejos de sus carreras.
El regalo de la Selección Argentina para Andrés Nocioni
La Generación Dorada, el conjunto de jóvenes basquetbolistas que consiguieron logros únicos e inolvidables como la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, el subcampeonato del mundo en Indianápolis 2002 y el tercer puesto en Pekín 2008, no solamente fue un equipo que posicionó al baloncesto argentino en lo más alto, sino que también es un grupo de amigos.
Andrés Nocioni, parte fundamental de esta historia, recordó a sus compañeros con mucho cariño, asegurando que la relación con el plantel es espectacular. Comentó que siguen en contacto constante por las redes sociales, como por Whatsapp, donde tienen un chat muy activo.
En cuanto a lo que significa aquella camada, el Chapu mencionó: “Lo que nos representa son los valores, las maneras de enfrentar las situaciones”, y agregó: “Me dan muchísimas razones para mejorar mi persona tanto a nivel individual como grupal, además de las virtudes para ver la vida de otra manera, las cuales son muy importantes y trascendentales en mi día a día”.
Natalia Espinosa es oriunda de Necochea y viene de una familia voleibolista. Comenzó a jugar en el colegio, en el club al que frecuentaba. Cuando tuvo edad suficiente se animó y arrancó ya que allí no existían escuelas de vóley. Desde ese día hasta abril de 2019 jugó por 20 años ininterrumpidos. También hizo paddle, handball y atletismo aunque con el profesorado de Educación Física terminó practicando todos.
Su llegada a Buenos Aires se la debe a Rodolfo, el marido de Alicia Casamiquela, que un día caminando en Necochea se encontró a Natalia y a su mamá por la calle y le preguntó si le gustaría jugar al voley porque le había llamado la atención el largo de sus piernas. Así fue como se mudó a La Plata y comenzó su carrera en GELP, donde jugó desde 2001 hasta 2006.
Sus primeros años en la gran ciudad se adaptó muy bien y lo recuerda como una aventura: “Terminé el colegio y tenía mucho tiempo libre, en ese momento habían llegado muchos necochenses para estudiar. De repente me encontraba llena de amigos, La Plata parece un pueblo porque hay mucha gente del interior”.
Su etapa con las Gladiadoras comenzó en 2012 y con Boca fue multicampeona al conseguir seis títulos. Allí comenzó un gran fanatismo que la llevó a hacerse socia del Xeneize, un tema delicado en su familia ya que su padre y hermano son fanáticos del club Estudiantes de La Plata.
Durante su último año de carrera se preguntaba por qué todavía la profesionalización del vóley no se daba y cuándo iba a ser, pero siempre su respuesta era “ojalá suceda”, “ya va a venir” hasta que en enero de este año tomó riendas en el asunto. En plenas vacaciones, la Selección argentina de voley femenino clasificó por segunda vez consecutiva a los Juegos Olímpicos y eso la impulsó a crear una lista de difusión de whatsapp con las capitanas de distintos clubes para armar una movida femenista.
El segundo paso fue publicar un tweet con una solicitud para que el deporte se profesionalice firmando una petición. Rápidamente tuvo una buena repercusión en las redes sociales y eso hizo que empezaran a organizarse mejor.
“Se aproximaron muchos profesionales voluntariamente para asesorarnos, fue una abogada la que nos aconsejó que formaramos un colectivo bajo un nombre”, aseguró. La ex jugadora recuerda que ellas también comenzaron a tocar puertas en las provincias para profundizar el detrás de escena del voleibol femenino que en realidad es patriarcal.
Gracias a una diputada que se les acercó pudieron presentar formalmente en marzo el colectivo Doble Cambio. El nombre hace alusión a una característica de variante estratégica que tiene el vóley: “En este caso, sacar la desigualdad y la naturalización de diferentes actos por el ingreso de nosotras las mujeres en búsqueda de cambiar eso”, agregó.
En relación a la comparación de porqué el fútbol femenino sí es profesional, la entrevista afirmó que la FeVA (Federación del Voley Argentino) no tiene el peso político para generar algún cambio. “El fútbol tiene mucho más peso social y cultural, cuando salió la movida de Maca Sanchez la AFA estuvo detrás”.
La multicampeona sostiene que hay muchos avances pero hay tanto por hacer que cualquier cosa chiquita es un progreso: “El primer gran paso es que estamos siendo escuchadas, alzando nuestra voz. Queremos más porque es lo que merecemos”, remarcó.
Además de ser la pionera del primer colectivo, desde agosto de este año forma parte de la Secretaría de Géneros de la Federación Metropolitana de Voleibol donde allí su rol es representar a las jugadoras y organizar reglamentos internos para marcar cuales son sus objetivos. La ex capitana de Boca confirmó que están como un respaldo por si alguna jugadora atraviesa una situación en particular y su club no tiene el protocolo correspondiente para actuar. “Queremos empezar a meter la perspectiva de género en la Federación que es arcaica, vamos a modificar de a poco la desigualdad que existe. Como por ejemplo que a la hora de redactar un comunicado diga todos y todas”.
En cuanto a la frase machista “el deporte no es cosa de mujeres”, Espinosa cree que es algo culturalmente arraigado y por el hecho de ser mujer practicas alguna disciplina solo por lo social: “Tengo 20 años demostrados que el deporte es cosa de mujeres”.
Para finalizar, la necochense reconoció que los partidos que más disfrutaba jugar eran los superclásicos con River y San Lorenzo porque eran los más picantes y peleados. Es más, se retiró como bicampeona, de local jugando contra el club Azulgrana en la final de la Liga Nacional. “La cancha estaba explotada, fue soñado. Parte de mi familia estuvo en la tribuna visitante porque la gente no entraba. Es difícil exteriorizar lo que viví pero le deseo a todos los deportistas que les toque vivir un retiro como el mío”, celebró.
Los deportes virtuales, también conocidos como E-sports, llegaron para quedarse. Hoy en día se han transformado en una ventana de oportunidades para los jóvenes, que a través de sus habilidades en las distintas disciplinas, sumado a muchas horas de entrenamiento, pueden profesionalizarse y vivir de lo que más los apasiona. Entre 2010 y 2015 la audiencia tanto presencial como a través de la red de los deportes electrónicos aumentó aproximadamente un 1500%, alcanzando los 80 millones de espectadores en más de 170 países. Por su parte, los premios aumentaron un 800%, llegando a repartirse 30 millones de dólares en 2014.
Una actividad que antes era mirada con cierto prejuicio, hoy es más común entre la gente. Delia Banegas, de 57 años, madre de hijos varones de 27 y 19, cuenta: “Con el más grande he llegado a levantarme a la madrugada a los gritos y apagarle la computadora.” y agrega: “Luego entendí que inevitablemente el tema de la tecnología y los juegos era algo común en la mayoría de los chicos, y si yo le impedía eso a mi hijo, lo estaba dejando afuera de un mundo que era importante para él”.
Resulta imposible entender el crecimiento de los E-sports sin mencionar un hecho fundamental para su desarrollo, que fue la creación de Twitch en 2011, un sitio web que permite a los jugadores stremear, es decir mostrar en vivo y en directo su destreza en los diferentes deportes virtuales, y a los espectadores poder disfrutar de las principales figuras. En 2019, Twitch se ha convertido en la plataforma de streaming en vivo para videojuegos más vista con más de 2 millones de canales mensuales, 15 millones de usuarios activos al día y más de 100 millones cada mes, cifras que superan la audiencia de canales populares como ESPN.
En el último año, la cuarentena a causa de la pandemia del coronavirus generó un aumento considerable del consumo de los juegos en Argentina. El crecimiento de tráfico por título según un informe de Telecom fue el siguiente: Fortnite 240%; League of Legends 108%; Roblox 93%; Wizards 282%; GTA V 315%; Clash Royale 173%; y Counter Strike 93%.
Si bien los E-Sports crecieron de manera abismal en la última década, ¿Alcanza esto para ponerlo al mismo nivel que los deportes tradicionales masivos, como lo es por ejemplo el fútbol en Argentina? Adrián Calello, volante central de 33 años de larga trayectoria en el fútbol argentino y europeo, es un caso único en el mundo ya que además de desempeñarse como jugador profesional de fútbol al más alto nivel, es al mismo tiempo top-10 de jugadores argentinos de Age Of Empires, llegando incluso a competir internacionalmente contra los mejores del mundo. “Los deportes virtuales van a seguir avanzando y siempre van a ser el centro de atención, pero el fútbol, hacerlo personalmente, mover tu cuerpo, ir a entrenar, es una cosa totalmente diferente, es algo que lo virtual nunca tapará” dijo Carbo, sobrenombre que adopta el actual jugador de Quilmes al momento de competir virtualmente.
Otro elemento fundamental en la evolución de los deportes electrónicos y su difusión, es el surgimiento de la figura del “caster”, un usuario que a través de una plataforma como Twitch, puede mostrar, relatar y comentar una partida de algún juego y transmitírselo directamente por su canal a la gente que elige verlo, los cuales pueden realizarle donaciones que se suman a lo que gana por publicidad de la propia plataforma, según la cantidad de viewers. Sergio Contreras, también conocido como “LocoSer”, es un reconocido “caster” argentino que se dedica principalmente a transmitir y comentar partidas de Age of Empires, tanto a nivel local como torneos de gran importancia internacional: “La profesionalización de este tipo de contenido, el hecho de que se haga más seriamente, hizo que pueda competir tranquilamente con lo que uno podía llegar a mirar en otras plataformas como la tele”
El “Worlds 2020”, torneo de LoL más importante del mundo, comparable en cuanto a importancia con un Mundial en el fútbol, llegó a contar con un pico de audiencia de 44 millones de espectadores entre todas las retransmisiones, cifra que ni se acerca a los 3.500 millones de personas que vieron al menos un momento del Mundial de Rusia, o los 1.120 millones que vieron al menos un minuto de la final, lo cual hace pensar que a pesar del gran crecimiento de estos nuevos deportes, no podrán equiparar a disciplinas tan populares y de antaño como lo es el fútbol. O al menos por ahora.