lunes, diciembre 23, 2024
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Que se pongan de acuerdo y lo dejen por escrito

Julián Princic @JulianPrincic

La burocratización es uno de los procedimientos fríos que llevan a un juego a convertirse en deporte. Las sociedades europeas del postmodernismo adoptaron como cultura la práctica de dejar por sentadas las bases y condiciones de cualquier actividad con el fin de poder regularlas.

El deporte, por sus características y aunque no hubiera nacido con tales fines, se ha convertido en una herramienta social muy poderosa. La igualdad que los individuos poseen en los minutos reglamentarios de una competencia es difícilmente equiparable a cualquier otra circunstancia de la vida en sociedad.

Para todos aplican las mismas reglas: todos pueden ganar y perder. No importa la edad, el estatus o el poder económico. De lado quedan los prejuicios y preconceptos. No tienen efecto los antecedentes y ni siquiera las cuestiones físicas y biológicas son realmente determinantes.

Por eso, porque el deporte es igualdad, necesitamos saber cuál es el argumento por el cual dejan afuera a personas que sienten desencontradas con sus características sexuales. Porque, más allá de la Ley de Identidad de Género o las regulaciones del Comité Olímpico Internacional, varias federaciones deportivas de nuestro país continúan mirando hacia otro lado, y hacerse los distraídos es discriminar.

Mientras unas pocas asociaciones nacionales se guían por el sexo que esté indicado en el DNI de cada deportista y otras exigen cumplir con los requisitos hormonales que impone el COI, el fútbol y el básquet -entre varias- prefieren hacer oídos sordos a un asunto que cada vez golpea sus puertas con mayor fuerza.

Por eso, porque el deporte es igualdad, necesitamos, por sobre todas las cosas -y ya que así están mecanizadas las normativas del deporte-, que se pongan de acuerdo y lo dejen por escrito; que digan por qué no se puede, que argumenten. Porque recién entonces habrá algo por lo que luchar para que se modifique.

Un defensor argentino en Gibraltar

Manuel Antuna

Belfortti comenzó jugando al fútbol en el club Mitre a los seis años pero rápidamente pasó al club Parque, conocido semillero que nutrió de grandes futbolistas como Juan Pablo Sorín, Fernando Redondo y Nicolás Pareja a Argentinos Juniors. Ese fue el destino del jovencito que a los nueve se integró a las inferiores del Bicho, en donde lo entrenaron figuras como Ramón Madonni, actual coordinador de las inferiores de Boca, y Carlos Baldaza, ex futbolista que trabaja en inferiores de Argentinos desde hace 48 años.

El por entonces volante central pasó con éxito por las inferiores y el 22 de abril de 2000, con 19 años recién cumplidos, debutó en la Primera División en el Monumental contra River, en un partido que finalizó 2 a 2. Sin embargo, nunca le dieron mucha continuidad en el club de La Paternal, ni siquiera luego del descenso que sufrió el equipo en 2002. Al año siguiente, quedó libre. De su paso por Argentinos, Belfortti remarca: “Me sentí muy bien ahí porque ese es el lugar donde yo pasé mi infancia, donde debuté en Primera División y de donde me llevé amigos. Me hubiese gustado jugar más y haber tenido mayor rodaje pero en definitiva Argentinos para mí fue un aprendizaje, porque en ese lugar aprendí a ser el futbolista que soy hoy en día”.

Al finalizar el vínculo con el Bicho, emprendió viaje hacia España en donde se probó en un club de la Primera B que finalmente no lo contrató. Con esa chance caída, su representante le comentó que el Libertas Brera, un club del ascenso italiano, estaba interesado en adquirirlo y allí el jugador estuvo hasta finales de 2004.

En 2005, y tras una fallida vuelta a Argentina, en donde pasó por Defensores de Belgrano, Belfortti llegó a su primer equipo español, la Unión Deportiva Melilla, club al cual arribó por medio de Nicolás Chietino, un amigo que jugaba allí, que le mostró al entrenador del equipo un video de Belfortti y este pidió incorporarlo.

Desde 2005 hasta 2012, el argentino pasó por siete equipos del ascenso español: Melilla (2005-2006), Loja Club Deportivo (2006-2007), Club de Fútbol Villanovense (2007-2008), Agrupación Deportiva Cerro de Reyes Badajoz Atlétic (2008-2010), Club Deportivo Lugo (2010-2011), Villanueva Club Fútbol (2011) y Club Deportivo Roquetas (2012). De esta experiencia por el país ibérico, recalca: “Mi paso por el fútbol español fue muy bonito porque pude aprender muchísimo. Tuve buenos y malos momentos. Tuve la posibilidad de vivir un ascenso y también un descenso. Pero más que nada me dio la posibilidad de residir en muchos lugares y conocer el país. Aunque en un principio los pases de un club a otro los manejaba mi representante, ya más grande me manejé solo porque ya me conocían los clubes y me llamaban directamente. Además en el ascenso de España se juega más al fútbol, sin presiones, es más abierto que en Argentina porque no se vive como un drama si se pierde un partido”.

Luego de un tercer paso frustrado por Argentina en 2012, esta vez en Estudiantes de Caseros, y tras pasar por su octavo equipo en España en 2013, el Arandina Club Fútbol, a Belfortti le llegó una propuesta interesante de Gerardo Berodia, un ex compañero en Lugo, que lo llamó para ver si estaba interesado en sumarse a Jorge Wilstermann de Bolivia, oferta que finalmente aceptó el defensor. De su paso por el equipo boliviano en 2014, Belfortti tiene buenos recuerdos: “Si bien en lo grupal no fue bueno, porque la campaña fue mala, en lo personal creo que fue uno de mis mejores momentos como futbolista. Me sentí muy querido por la gente allí. Tengo un gran recuerdo del club y de su hinchada que es muy grande. Estoy muy agradecido por el cariño recibido y siempre estoy pendiente de cómo les va y me alegro que siga creciendo”.

En enero de 2015, David y Dimas Carrasco, ex compañeros de Belfortti que actualmente entrenan a la filial del Sevilla, se contactaron con él desde el Europa Football Club, en donde dirigían, para hacerle llegar sus intenciones de sumarlo al equipo. El buen proyecto que le presentaron, más la ambición de llegar a jugar competiciones europeas, fueron suficiente motivo para que el jugador negociase una desvinculación y comenzase su viaje a Gibraltar. Allí ganó la Supercopa de 2016, el torneo de Primera División 2016/2017 y la Copa de la Liga en 2017. Estos títulos permitieron que Europa F.C. pudiera jugar la primera ronda de playoffs de la Champions League 2017/2018 en donde enfrentó al New Saints de Gales en un encuentro que finalizó 4-3 en el global para los galeses, luego de una prórroga. “Fue cumplir un sueño que tenía de chico. Una gran experiencia futbolística que pude disfrutar con amigos que hice en el equipo, aunque fue una pena no haber podido pasar la eliminatoria”, asegura el defensor.

Belfortti se encuentra muy a gusto en Gibraltar. Cuenta que comparte equipo con un grupo muy lindo que vienen juntos desde hace por lo menos tres años. Pasaron muy buenos momentos, como jugar los playoffs de Europa League y Champions. Además de los tres títulos que ganaron la temporada pasada. “Todo eso no lo hubiésemos conseguido sin la unión que nosotros tenemos dentro y fuera de la cancha”, recalca.

En Gibraltar, confiesa, es en donde más se ha sentido a gusto hasta ahora en su carrera, más que nada por el grupo que han formado en Europa F.C. Ante una nueva posibilidad de volver a Argentina, sostiene: “Creo que ya pasó mi tiempo de jugar en allá, más que nada porque lo intenté varias veces y no tuve la posibilidad de tener continuidad. Es muy difícil para los futbolistas que juegan en el extranjero y no son conocidos el volver después de tanto tiempo y, a mi edad, lo que me quede lo quiero disfrutar en la cancha y sintiéndome parte importante del equipo”.

El argentino además contó cómo es su vida en Gibraltar y de qué manera se vive el fútbol allí: “Los días son muy tranquilos. dos o tres veces por semana voy al gimnasio por las mañanas, ahora empecé a estudiar osteopatía así que voy a estar entretenido y por las tardes entrenamos. Acá el fútbol se vive de manera relajada. La gente va muy poco a la cancha, a excepción de cuando jugamos el derbi con el Lincoln, pero por lo general no acude tanto público”.

En cuanto al nivel de la liga y los jugadores en Gibraltar, Belfortti opina que, a pesar de no tener el nivel de las competencias de España o Argentina, hay una evolución año a año y cada vez hay más equipos competitivos lo que la hace más interesante, ya que no es una pelea de dos equipos por el título.

Sobre Gibraltar

Se trata de una península de apenas 4,8 kilómetros cuadrados (entraría 7 veces en Vicente López), cuyo idioma oficial es el inglés, con una población de 33140 habitantes. Es considerada un territorio británico de ultramar y está ubicada al sur de España, país que reclama su soberanía. Actualmente, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) clasifica a Gibraltar como un territorio no autónomo y, junto a otros 16 territorios, se encuentra en un proceso de descolonización.

Gibraltar pasó a manos de los británicos luego de la guerra de sucesión (conflicto entre 1701 y 1713 que enfrentó a la casa de los Borbones y la casa del Archiduque de Austria por el trono español luego de la muerte de Carlos II, último representante de la casa de los Habsburgo) cuando se firmó el Tratado de Utrecht, documento en el cual Gran Bretaña aceptó reconocer a Felipe V como rey de España siempre y cuando este accediese a la cesión de la península.

Al ser un territorio británico de ultramar, la máxima autoridad de Gibraltar, que es el gobernador, no es elegido por sus habitantes sino por el monarca del Reino Unido. Ante una posible transferencia de soberanía a España, los partidos políticos locales rechazaron esa vía rotundamente y reclamaron por su autodeterminación.

La economía de Gibraltar subsiste, principalmente, del turismo y la prestación de servicios como el transporte marítimo. Además tiene su propia moneda, la libra gibraltareña, aunque también aceptan euros al ser parte de la Unión Europea.

El fútbol en Gibraltar

Localmente practican el deporte desde 1895, y en 1907 comenzó a ser organizado por la Asociación de Fútbol de Gibraltar.

El 24 de mayo de 2013, Gibraltar fue aceptado como miembro pleno de la UEFA. Lo que automáticamente lo habilitó a disputar las eliminatorias para la Eurocopa de 2016 y para el Mundial de 2018 (al día de hoy su Selección disputó 29 encuentros, ganó 1, empató 3 y perdió 25), además de darles la oportunidad a los equipos de la península de disputar la Champions League y la Europa League.

La Primera División de Gibraltar está compuesta por 10 equipos y juegan todos contra todos tres veces, dando así un total de 27 partidos y además todos los encuentros se juegan en el mismo estadio, el Victoria Stadium, debido al poco terreno del que se dispone. El campeón jugará la Champions League, mientras que el segundo y el tercero irán a la Europa League. El equipo que finalice último descenderá y el anteúltimo disputará una promoción ante el segundo mejor equipo de la Segunda División.

También se disputa la Rock Cup, que es una copa local, en donde se enfrentan los equipos de Primera y Segunda. Y por último está la Copa Pepe Reyes que es el certamen en donde se enfrentan los ganadores de la liga y la Rock Cup.

Keylor Navas, el símbolo de Costa Rica

Manuel Antuña

Keylor Navas es el mejor jugador de fútbol que ha ofrecido Costa Rica. No solo por ser el arquero titular del conjunto tricampeón de la Champions League o por haber sido el primer costarricense en alzar dicho trofeo, sino porque cumple a la perfección su rol en el equipo. Es de esos porteros que cometen muy pocos errores y que además los compensan con una inmutada seguridad, con sorprendentes reflejos y con excelsas tapadas a disparos que todos darían por gol. Sin embargo, como le ocurre a la mayoría de los futbolistas, Navas comenzó su carrera desde abajo.

Antes de convertirse en “San Keylor”, de cerrarle el arco a Holanda en el Mundial de Brasil y de generar una iniciativa en su distrito natal para que un estadio fuese bautizado en su honor, el oriundo de San Isidro de El General fue rechazado en las inferiores de su primer club y debió hacerle frente al desafío que muchos muchachos atraviesan: abandonar el pueblo para mudarse solo a la capital en busca de un sueño, de una pasión.

A los ocho años, Keylor Antonio Navas Gamboa inició su aventura en la Institución más relevante de su provincia, el Club Municipal Pérez Zeledón. Y ya desde esa edad se veía que ese jovencito tenía un interesante potencial a desarrollar. Lamentablemente, ese primer sueño duró apenas cinco años, ya que cuando tenía 13 los dirigentes del club sureño consideraron que no tenía la calidad necesaria para llegar a la élite del fútbol local. De todas maneras, lo que más pesó a la hora de tomar aquella determinación fue la baja estatura que tenía el guardameta.

Esa primera y rotunda negativa lo golpeó fuerte al pequeño Keylor, al punto de pensar en dejar de jugar. Pero sus padres y sus abuelos lograron convencerlo de que no se rindiera. Fue así que comenzó a practicar en la Escuela de Fútbol de Pedregoso, una academia deportiva en la que jugaba localmente contra otros niños. Y fue en uno de esos partidos en los que Navas se destacó y llamó la atención de un cazatalentos del Deportivo Saprissa, uno de los clubes más importantes del país por aquel entonces. Ese hombre estaba decidido a llevárselo a la capital y, para hacerse de los servicios del jugador, abonó lo que el club dispuso: 2.000 dólares, lo que equivale a 100 pelotas de fútbol. Este fue el segundo gran reto que debió afrontar el arquero. Alejado de todos sus familiares y de sus amigos con solo 16 años, la idea de regresar a su pueblo se le cruzó por la mente, pero una de las competencias que lo ayudó a quedarse fue el Mundial sub 17 de 2003 en Finlandia. A pesar de que fue convocado, no sumó minutos y quedó como suplente de Daniel Cambronero, quien terminó quedando detrás de Navas en Brasil 2014.

Su ansiado debut en Primera se dio en 2005, cuando acompañó a la delegación del Deportivo Saprissa a Japón. Allí observó desde el banco el histórico tercer puesto que su equipo consiguió en el Mundial de Clubes. Ya en 2007, el arco de los “Morados” se había vuelto suyo, y suyo fue hasta el 2010, período en el que cosechó cuatro títulos locales.

Ya había tocado su techo con Saprissa, no había mucho más que podía conseguir. O al menos eso creía. Algunas ofertas llegaron desde México y de los Estados Unidos, pero el club las desestimó rápidamente porque no alcanzaban la cifra que tenía en mente la dirigencia. Ante esta situación, con el deseo de Keylor de cambiar de aires, Luis Gabelo Conejo, ex portero costarricense en el Mundial de Italia 1990, apareció y le recomendó al Albacete de España, club en el cual se había destacado entre 1991 y 1993, que fichara a Navas cuanto antes. Tras varias idas y vueltas de los directivos, el pase se efectuó y aterrizó en las tierras ibéricas. Allí no fue suplente, fue titular. Y con garras y dientes peleó hasta el final la permanencia del “Alba” en la Segunda División, objetivo que finalmente no consiguió.

De ahí en adelante, su historia es más conocida. Recaló en el Levante, donde empezó como suplente. Luego fue titular y pieza clave para que el club valenciano no descendiera. Y tras su inolvidable actuación en el Mundial de Brasil 2014, terminó de convencer al Real Madrid para que lo compraran. Actualmente es una grandísima figura del fútbol internacional. Pero detrás de este fascinante portero, una vez hubo un niño que decidió continuar a pesar de que le afirmaran una y otra vez, que nunca llegaría a destacarse.

Vivir, jugar y resistir en Venezuela

Manuel Antuña

Desde el 23 de enero, cuando Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, se autoproclamó “presidente encargado” del país bolivariano desde la plaza Juan Pablo II y, casi en simultaneo, Nicolás Maduro manifestó que se estaba llevando a cabo un intento de golpe de Estado impulsado por los Estados Unidos y que rompía las relaciones diplomáticas con el “gigante del norte de América”, los ojos del mundo están posados en Venezuela.

Esa misma noche, mientras comenzaban los incidentes, que más tarde arrojarían el trágico registro de 30 muertos y alrededor de 800 detenidos, el equipo venezolano Deportivo La Guaira hacía su debut en la Copa Libertadores frente al Real Garcilaso de Perú, en el estadio Olímpico de Caracas, por el partido de ida de la Primera Fase.

En medio de los tumultuosos acontecimientos, el equipo cuyo nombre hace referencia a la ciudad capital del estado de Vargas, pero que en realidad juega y se entrena en la principal metrópoli de Venezuela, se impuso por 1 a 0.

El rosarino de 34 años Mario Alberto Santilli fue el arquero de los naranjas esa velada. Y lo volvió a ser seis días después, cuando su equipo cayó por 2 a 1 en Cusco, Perú, y se clasificó por el gol de visitante a la Segunda Fase de la Copa Libertadores.

El hombre que hizo inferiores en Rosario Central y Central Córdoba de Rosario-club en el que llegó a debutar-, hace ya dos años que juega en Venezuela, donde conquistó la copa nacional en 2017 con Mineros de Guayana, y ha atravesado lo que muchos de sus habitantes padecen: inseguridad, desabastecimiento en los supermercados, falta de medicamentos, inflación y la devaluación de la moneda local.

Santilli charló con El Equipo sobre cómo se vivió desde adentro de la concentración de Deportivo La Guaira los episodios del 23 de enero, del momento de cambio que se respira en Venezuela y acerca de que los triunfos deportivos no pueden ocultar las problemáticas sociales que se viven en el día a día.

– ¿Cómo fue ese día en la concentración del equipo?

– Estábamos todos pendientes, era un día muy importante para el país por todo lo que se había hablado y lo que se venía viviendo día a día acá. Los compañeros, que son casi todos venezolanos, estaban al tanto de lo que podía pasar con sus familias, que seguramente se movilizaron. Fue uno de los días de protesta más importantes para el país en los últimos años, porque creo que se ha logrado un cambio en lo que va a ser el mandato de Venezuela. Nosotros veíamos a la gente pasando, manifestándose en las calles desde los ventanales del hotel en donde concentrábamos.

– ¿Cómo hicieron para jugar esa misma noche después de todo lo acontecido?

– Fue un poco atípico ya que la cabeza de todos estaba más pendiente de los hechos que en el propio juego. Pero al final no quedaba otra que concentrarse y asumir el encuentro con la máxima responsabilidad posible. Al entrar en la cancha, uno como profesional tiene que abstraerse de todo lo que está pasando afuera, sean problemas personales o en este caso sociales. No había otra opción, y encima en un enfrentamiento tan importante como el debut del club en la Copa Libertadores.

– ¿Qué clima se vive en el equipo?

– Muchas veces los jugadores de fútbol están un poco alejados de los temas políticos y no les dan demasiada importancia. Pero acá, en Deportivo La Guaira, se habla bastante acerca de política y los asuntos sociales que atraviesa el país. Es algo que me provoca a mí querer interiorizarme sobre lo que acontece hoy en Venezuela, porque el tema es realmente duro y está afectando a las familias de mis compañeros.

– ¿Cómo ves vos la situación de la gente en Venezuela?

– Es complicada, es triste, es difícil, todos los adjetivos negativos que quieras buscar. Es muy complejo para la gente trabajadora. Resulta cada vez más difícil estar bien acá porque todo cuesta. Conseguir alimento, poder tener el dinero para comprarlo, y te hablo de la gente de clase media, que, en otro país, esforzándose, viven de una buena manera. Hoy en día esa clase está desapareciendo y hace todo más cuesta arriba.

– ¿Hace mucho que se vive este descontento?

– Tengo entendido que esto empezó a empeorar desde el 2013. Cuando yo llegué a Venezuela, en 2017, el país estaba así y no ha mejorado en nada.

La forma de conseguir alimento es muy complicada, los supermercados no están totalmente abastecidos. Se tiene que estar recorriendo varios locales para poder hacer una compra que comúnmente en otro país se hace toda en un almacén, y acá una persona tiene que estar buscando dónde conseguir las cosas.

También hay una inflación diaria de la moneda nacional. Todos los días, todo sube. Uno va a comprar algo y no encuentra los precios en las estanterías porque los tienen que subir todos diariamente. Uno recién se entera cuánto cuesta la compra cuando llega a la caja.

La escasez de medicina no la padezco porque al no tener grandes complicaciones, las cosas básicas las conseguimos en el club gracias a los médicos del plantel.

Lo más triste es no poder salir a las calles por la inseguridad, que uno no es libre en su vida social de hacer lo que quiera. A la tardecita/noche ya hay que estar guardado.

– En este momento, ¿la gente tiene miedo de expresarse?

– Creo que no. Ya las personas han perdido el miedo a todo. Aunque aún hay un poco de temor a querer expresarse o de mostrar algunas cosas, porque se ha escuchado que han ido a buscar a jóvenes que se estaban manifestando hasta a sus casas, que los encierran. La gente de Venezuela está buscando un cambio y este es el momento para hacerlo, ya que hay una repercusión a nivel mundial.

– ¿Hubo incidentes por la zona en donde vivís?

– No exactamente por donde vivo. Mi novia me contó que el 23 de enero se veía pasar a la gente que iba hacia los puntos de encuentro. Nosotros estamos a 20 cuadras de la plaza Altamira, que fue un lugar de agrupación importante aquel día.

– ¿Te sentís seguro en este momento en Venezuela?

– Yo vivo tranquilo. No frecuento las marchas, aunque duela todo lo que está viviendo la gente, porque es muy arriesgado al no conocer bien la zona de Caracas. Al oscurecer, las calles son complicadas para salir, es aconsejable no hacerlo. También es recomendable que si uno es extranjero no hable mucho para que no se den cuenta que se es de otro país, porque no sabés a quién tenés al lado. Acá la inseguridad es realmente grande, es lo que se vive en el día a día. Hay que evitar andar en lugares públicos, y tratar de estar un poco encerrados, lastimosamente.

– La Selección sub-20 de Venezuela se encuentra haciendo un gran sudamericano en Chile y Deportivo La Guaira logró avanzar de fase en su debut en la Copa Libertadores; ¿creés que estos acontecimientos deportivos le llevan un poco de felicidad a un pueblo que está tan conmocionado?

– Más allá del buen trabajo que viene haciendo Venezuela en las selecciones juveniles, cosa que quedó demostrada en el último Mundial sub-20 donde llegaron a la final, la satisfacción deportiva es para la gente que está avocada al fútbol. Los que están atravesando problemas sociales no le deben estar prestando mucha atención. La clasificación que obtuvimos a la siguiente fase de la Libertadores es importante para los que consumen este deporte y espero que haya sido una alegría para ellos y para el pueblo, pero, por lo que se está viviendo, al común de la gente poco le debe importar.

La historia de Remedi, el nuevo patrón de Banfield

Mateo Balbiani

Mientras en la televisión de su casa, en Monte Grande, estaba la previa de algunos partidos de Champions League –torneo el cual sueña jugar alguna vez- se escuchó “chillar” la pava que había puesto el futbolista para los mates. Así, Eric Remedi, jugador de Banfield, recibe a El Equipo.

-¿Cómo llegaste al club?

-Llegué los 15 años. Alejandro Schneider, presidente del Club Atlético Belgrano, equipo donde jugué en Paraná se contactó con Pedro Soma, un “cazatalentos” ligado a Banfield quien me presentó con el Coordinador de Inferiores en aquel momento, Raúl Wensel. En febrero de 2011 estuve tres días a prueba y el último día me comunicaron que había quedado en el club.

***

El volante se desempeñó en sexta y séptima división, hasta que en quinta sólo pudo disputar media temporada, por consecuencia de una artritis reactiva en sus tobillos que le impidió caminar por tres meses y que lo llevó a hacer otros tres meses de kinesiología y recuperación.

En su vuelta a las canchas, Remedi ya se encontraba en cuarta división. Sumado a la vuelta de Banfield a la Primera División, en 2014, comenzó a tener rodaje en la Reserva, con Ariel Holan como entrenador y de quien asegura haber aprendido muchos conceptos en sus etapas formativas. Con la llegada de Matías Almeyda a la dirección técnica del primer equipo, el paranaense conquistó su primer sueño, debutar en Primera, justamente un día después de su cumpleaños número 20, ante Sarmiento, en el Florencio Sola, en junio del 2015. Dos meses más tarde, Almeyda renunció a su cargo y lo sucedió Claudio Vivas, quien dirigía las categorías juveniles y decidió no tener en cuenta a Remedi. Tras 20 fechas al frente del equipo, Vivas fue relegado y lo reemplazó Julio César Falcioni. Ya en su tercer ciclo en el club, el DT determinó que el joven mediocampista vuelva a ser parte del plantel de Primera, luego de haberlo observado en un partido de Reserva para que, la semana siguiente, debutase como titular, contra Patronato, en su ciudad natal. Ya son más de 40 los partidos que disputó en el once inicial.

Un poco más distendido, el futbolista cebó el primer mate del segundo termo y abrió un paquete de galletitas, mientras mantenía un poco de su atención en la entrada en calor del Barcelona.

-¿Cómo recibís el reconocimiento de la gente dentro y fuera de la cancha?

-Bien, a uno le gusta que lo reconozcan. Al ser salido del club, el público consideró mucho ese aspecto, aplicado también al rendimiento.

-¿Ya te piden fotos y autógrafos?

-Por lo general los nenes más chiquitos, pero todavía no soy muy conocido, jaja. La foto que buscan es con los ídolos como Cvitanich o Civelli.

-Ahora que nombraste a los ídolos, ¿quiénes y de qué manera influyen sobre vos?

-Yo siempre digo que a mí me ayudó mucho Erviti, conmigo siempre se portó de diez. Cuando debuté, me aconsejaba todo el tiempo y más aún cuando me tocó bajar a Reserva, me apoyaba y me mandaba mensajes de aliento. Sin embargo, ahora, Darío (Cvitanich) y Renato (Civelli) nos acompañan y nos brindan lo mejor de ellos, aunque, al ser un plantel con tantos juveniles, ellos tuvieron que adaptarse a nosotros.

***

Mientras Olympiacos y Barcelona aburrían, Remedi aconsejó: “Vamos a mirar al PSG”. Allí se desempeña Marco Verrati, el volante italiano, quien es el ejemplo a seguir del jugador de Banfield. “Me encanta como juega”, afirmó. De todas maneras, el 5 paranaense remarca que cuando mira un partido de fútbol, se enfoca en quien juega en su puesto y saca lo mejor de cada uno.

Durante las primeras semanas de Jorge Sampaoli como DT de la Selección Argentina, se instalaron algunos rumores sobre que el entrenador venía siguiendo los pasos del juvenil banfileño.

-¿De qué manera tomaste estos rumores y qué opinión tenés del seleccionado?

-Representar a tu país no tiene comparación, es lo máximo, pero estoy tranquilo y trabajo para ser cada día mejor. Me gusta el estilo de juego de Sampaoli, la idea de salir jugando y en cuanto a los jugadores, por ejemplo, yo me quedo con Higuaín, creo que debería ser el 9 titular. Me parece que a este grupo de jugadores se los critica por demás, más allá de las finales perdidas, Argentina siempre se mantuvo en los puestos de arriba y por eso, no puedo quejarme de esta Selección.

-¿De Messi qué pensás?

-Es el mejor del mundo, lejos. Lo tuve cerca, lo marqué cuando fui sparring y es un animal, va más rápido que todos, entiende el juego de todas las formas posibles. No entiendo cuando lo critican, es el mejor en lo que hace, pero eso no significa que no pueda equivocarse.

***

En 2012, existió una pre selección sub 18 de la Selección Argentina. Remedi jugó un partido en sexta división en el que enfrentó a River. En ese encuentro había varios jugadores que ya formaban parte de ese seleccionado: Jorge Rodríguez por el lado de Banfield, Juan Kaprof, Tomás Martínez, Alexander Barboza, Pablo Carreras y Giovanni Simeone, por el lado Millonario. En aquel momento, el entrenador de esa selección era el campeón del mundo en 1986 Julio Olarticoechea, quien fue a observar a Remedi en aquel enfrentamiento, para luego convocarlo y ser parte de los sparring de la selección mayor durante las Eliminatorias para el Mundial de Brasil 2014.

-¿Cómo fue tu experiencia en la Selección?

-Estuve casi dos años, hasta que me esguincé la rodilla a mediados de 2013. Formé parte de los primeros 45 jugadores para el Sudamericano en Uruguay, pero luego no fui tenido en cuenta para la lista final. La mayoría ya jugaban en Primera y yo recién estaba en sexta.

-¿Qué sentiste al jugar en contra de quienes llegaron a la final del Mundial?

-Fue increíble, me pellizcaba porque parecía un sueño. Entrenar en esas canchas (predio de Ezeiza) y ver a esos fenómenos fue tremendo, también aprendí mucho. A veces jugábamos 5 contra 5 y sentía la presión de no equivocarme y que me digan algo, pero todo lo contrario, nos apoyaron y nos alentaron para que jugáramos sin preocuparnos. Además, por ejemplo, Lavezzi jodía y nos contaba chistes, otros nos regalaban los buzos de entrenamiento. Fue algo hermoso.

Argentina, la capital mundial del exitismo

Por Agustín Alonso, Dimas Ballada, Martina Bavaro y Camila Misa

Cuando se gana, está todo bien. Cuando se pierde… parece que todo acaba. La naturalización extrema de la pasión y de la competitividad en Argentina producen la necesidad de un resultado inmediato. Esa búsqueda casi desesperada por la obtención del logro se expandió hasta el fútbol. Desde hombres de poder, padres, entrenadores, hasta niños, conllevan un largo proceso que transparenta por qué este deporte predomina por sobre todo y todos.

El fútbol se ha llegado a mezclar de una manera muy peligrosa con el exitismo (afán desmedido por el éxito). “A la gente se la envuelve en un vértigo de exitismo total. El éxito es caerse y levantarse con más fuerza, sacar el oro que tenemos dentro como una permanente conquista. Acá se piensa que el éxito es alcanzar un número y entonces estamos formando generaciones de fracasados, porque si vamos por el número sólo son exitosos diez en un millón. Y así estamos destruyendo nuestra propia sociedad, nuestros sueños”, manifestó Sergio Vigil, ex entrenador de la Selección femenina de hockey, luego de su retiro en 2004.

El fútbol es quizá uno de los deportes con más exitismo de Argentina, eso quedó demostrado anteriormente, pero deberíamos preguntarnos por qué es que sucede esto. No solo la sociedad es la que lo fomenta sino también los medios de comunicación en los que cada clásico debe ser disputado a vida o muerte y si nos adentramos más en este deporte, no solo los clásicos:cualquier partido de la categoría que sea y de las edades que sea, genera en el fútbol una locura difícil de combatir y que se acrecienta paulatinamente.

Será el exitismo el que provocó la pérdida de autoridad de los árbitros a la hora de dirigir un partido, ya que son increpados no solo por jugadores o el público sino también por quienes deberían ser unos referentes, los directores técnicos. Son incontables la cantidad de entrenadores que deciden ensuciar los partidos o fomentar la violencia desde el banco de suplentes, son ellos quienes pueden llegar a impartir que salgan a jugar cada partido a “matar o morir” y no solo sucede en Primera división sino también en los clubes de menor relevancia a la de Boca, River, Racing, Independiente o San Lorenzo.

Se puede visualizar un claro ejemplo de Primera división si se retrocede a junio del 2011 cuando River Plate descendió a la “B” Nacional y sus hinchas destruyeron el estadio Monumental, amenazaron a jugadores y dirigentes, se enfrentaron a la policía con balas de goma y piedras, incendiaron autos e hirieron a cuanta persona se cruzase en el camino. Fue la falta de éxito de este club la que hizo que los simpatizantes no soportaran el presente que les tocaba afrontar y la histeria exitista los lleva a reaccionar de esa manera. Otro ejemplo del que no tantos conocen es el ocurrido hace ocho meses cuando el director técnico de El Fortín de Olavarría, del Federal C, entró al campo de juego e increpó con un cabezazo al árbitro.

No es casualidad que Argentina sea uno de los pocos países en los que el público visitante no puede concurrir a los estadios para ver a su club, ya que son reiterados los hechos de violencia fomentados en cualquier torneo o partido, desde categorías menores hasta en el fútbol femenino. La violencia trasciende todas las cuestiones y no importa que instancia se esté disputando. Puede ser un partido amistoso, un partido por Copa, un superclásico o simplemente o un partido barrial que la violencia va a hacerse presente. Porque parece que en estos tiempos que se están transitando decir fútbol es sinónimo de violencia.

Algunos ejemplos que reafirman esto son los sucedidos en el fútbol femenino cuando cuatro jugadoras fueron trasladados al hospital por una pelea en el campo de juego o también el ocurrido en un partido de la categoría 2004 de Lamadrid ante Brown de Adrogué, cuando un padre le pegó a un jugador de apenas 14 años.

Allá quedan los abordajes hacia los árbitros que se ven todos los fines de semana en las categorías mayores cuando entendemos que realmente el problema de este exitismo que se apoderó por completo de quienes lo permiten tiene un trasfondo más complejo en el que la educación y los valores del deporte se perdieron y se naturaliza la violencia, se la hace parte del fútbol. Hasta nos sorprendemos cuando un partido culmina sin ningún incidente (sea dentro o fuera de la cancha) cuando esta situación debería ser la correcta y es lo que sucede en los otros deportes que desarrollamos a continuación, los cuales algunos no quieren permitir que la locura exitista los alcance y otros están próximos a formar parte de ella.

Rugby y Hockey

A diferencia del fútbol, en la actualidad estos deportes siguen siendo amateurs en el ámbito de los clubes; no así en el ámbito de los seleccionados y las franquicias en el caso del rugby. Será esto lo que hace que los valores que se inculcan (compañerismo, respeto y amistad) desde un comienzo, desde el club más exitoso hasta el que está conformado a pulmon pertenecientes a un barrio sigan vigentes.

Así mismo otra similitud con el fútbol o con los demás deportes, es que la presión existe en mayor o menor medida ya que por ejemplo disputar un mundial generará el mismo nerviosismo o presión en cualquiera de ellos. Quizá la particularidad de la presión en este deporte es que no se da desde pequeños ya que allí solo los incentivan a que se diviertan y disfruten del juego. Asi lo entienden también quiénes son simpatizantes del hockey o el rugby, allí se va a alentar al club al cual se pertenece pero el que está enfrente es respetado como lo merece, ya que sin el otro equipo no podrían jugar, uno necesita del otro.

Esto no quiere decir que no exista algún momento de furia entre la hinchada o los contrincantes o mismo los jugadores y jugadoras pero en el caso de estos los problemas quedan dentro de la cancha. Afuera “todos son amigos” recuerdan los entrenadores desde las infantiles, juveniles y llegando a mayores no hace falta recordarlo porque ya lo tienen incorporado. Todo aquel problema surgido dentro de la cancha queda solucionado allí y no se traslada al “tercer tiempo”, que se da una vez terminado el partido y es una manera de agasajo del club local hacia el visitante que consiste en compartir una comida entre todos los jugadores, jugadoras y entrenadores y dirigentes de ambos clubes, situación que no es muy común en otros deportes y en el caso del fútbol, tenis o básquet es nula.

A pesar de que son deportes amateurs, al jugar en el seleccionado mayor en nuestro país, comienzan simultáneamente a ser profesionales. Claro está que las presiones son distintas ya que de manera amateur representan a un club y profesionalmente representan a un país.

En este ámbito el “tercer tiempo” no se realiza pero sus valores siguen intactos. El exitismo no toma el protagonismo que tiene en el fútbol y pese a las derrotas que sufren los diversos equipos nacionales (Los Pumas, Argentina XV y Jaguares o las Leonas o los Leones) el aficionado del rugby o del hockey no deja que los resultados y el exitismo definan su pasión por estos deportes.

Básquet y tenis

Estos deportes son los que más se asemejan al ambiente del fútbol por dos circunstancias: el interés por el resultado deportivo de las Selecciones y, recientemente, la acentuación de las hinchadas. Utilizando como ejemplo a los Mundiales, existe una presión similar de la que se genera en el fútbol; el peso de jugar un campeonato tan importante cada cuatro años fomenta este suceso, como también incrementa las hinchadas, lo cual es algo nuevo.

Pero acá está la pequeña diferencia, estas no son tan prejuiciosas a la hora de un resultado deportivo. Un ejemplo tras la reciente derrota de Juan Martín Del Potro ante Novak Djokovic en la final del US Open fue que, a pesar de ese resultado, recibió elogios de miles de personas a través de las redes sociales.

La discrepancia es cuando se tiene que defender la albiceleste, ya que el suceso de las hinchadas puede acentuarse un poco más y genera desprecio e insultos para con el deportista; obligándolos a tener que ser figuras en sus respectivos seleccionados para ser valorados. Un hecho claro fue la Copa Davis del 2008; en donde el equipo español se encontraba sin Nadal, Argentina era local y había elegido la superficie, todo a favor. Los amantes del deporte lo festejaban como una victoria antes del encuentro, y con el resultado desfavorable al perder ante España se transformó una situación muy contraproducente. David Nalbandian declaró en su momento: ‘’La Argentina es un país muy exitista. Cuando se gana está todo bien y cuando se pierde, todo mal”.

Por otro lado, en el básquet jugadores como Martín Leiva se reprochan que no tienen tiempo para disfrutar de lo que viven en el momento de llegar a una final o pasar de ronda: “La gente quizás no lo entiende. Se critica tanto y no se dan cuenta lo difícil que es llegar a una final, ganar, mantenerse en los primeros planos.”

La extrema ansiedad del éxito que genera el hincha de fútbol para con su club y que contagia a los jugadores, puede causar una presión desmedida y arruinar carreras profesionales. Varios son los casos de futbolistas que no supieron controlar el miedo cuando salían a la cancha, no por no contar con la capacidad técnica de resolver situaciones, sino por la falta de confianza que invade sus mentes cuando erran un pase y se escuchan los silbidos del público.

En una entrevista a Marcelo Roffé, psicólogo deportivo muy reconocido en Argentina, habló acerca del rol que juega lo mental en el desarrollo de un deportista experto: “Ell 25% del rendimiento de un futbolista lo ocupa la cabeza. Allí se aprende a controlar miedos, presiones, sentimientos y frustración. Cuando se equipara el 75% restante (técnica, táctica y físico) la fortaleza mental hace la diferencia, y ese es el que llega a primera”.

Los temores no sólo se sufren dentro de la cancha. Quienes lograron alcanzar el éxito y llegar a lo más alto en el fútbol deben aprender a convivir con críticas constantes, rumores de sus traspasos, de peleas, en fin, de una constante evaluación.

Para tomar conciencia de la “enfermedad” que poseen la mayoría de los argentinos por esta disciplina, Roffé explica la dimensión que abarca una persona que simplemente práctica un deporte profesionalmente: “El futbolista en Argentina ocupa un rol social muy importante, es un ideal, la mayoría son futbolistas frustrados. Desde ese lugar hay muchas críticas porque es un país maleducado, es el único país que puede rechazar al mejor del mundo y hacer que renuncie a la Selección”.

El exitismo es algo que con lo que se debe aprender a convivir en Argentina y en el fútbol internacional. No queda otra opción que tener la decisión y virtud de no caer en temores extremos y presiones irracionales. La psicología del deporte es una disciplina la cual no conviene que este ajena a aquellas personas que sueñan con llegar a primera, pero una vez allí, no debe dejarse. Roffé manifestó que la presión y frustración la puede sufrir hasta un jugador ídolo en su club y ya consagrado.

Existen diversos caminos para exterminar estas cuestiones: “La presión se puede erradicar desde pequeño o aprender a convivir con ella. La imposición por parte de un sector en particular hacia los futbolistas son cada vez mayores, esta generalmente es externa, cuando calibras bien a la interna, que es la autoexigencia, le quitas importancia a la externa. Es importante trabajar sobre las presiones para que el futbolista no juegue al 50% de sus posibilidades”, detalla el ex psicólogo deportivo de la Selección juvenil albiceleste.

Queda claro que el fútbol se vive de manera efusiva en Sudamérica y especialmente en Argentina. Un simple resultado puede cambiar el ánimo de millones de simpatizantes y hasta instalar una polémica nacional. El hincha nunca va a estar capacitado para disfrutar de este hermoso espectáculo y entender que no va más allá del juego hasta que no se sienten las bases del espacio que verdaderamente debería ocupar el fanatismo por un deporte en una sociedad. Mientras eso no ocurra y la epidemia del exitismo se siga expandiendo con ayuda de los medios de comunicación, el fútbol pasará de ser una recreación y una actividad sana para compartir con amigos, a una enfermedad mental.

Marcos Rojo, el salvador argentino

Joaquín Grasso

Su imagen, su grito de gol, será la tapa de todos los diarios del mundo. El hincha del fútbol hablará de su primordial incidencia en el partido ante Nigeria por la última fecha del Grupo D. De su exquisito remate que desató la euforia albiceleste y que le devolvió la ilusión a un equipo –y a un país- que ya emprendía la pronta retirada del suelo ruso. No, no estamos hablando de Lionel Messi. El salvador argentino se llama Faustino Marcos Alberto Rojo.

La tarde en San Petersburgo se hacía cada vez más negra. Desde la sanción del polémico penal de Javier Mascherano a Leon Balogun y el posterior gol nigeriano, reflotar el encuentro entraba en la categoría de milagro. El equipo argentino intentaba inquietar el arco nigeriano con mucho corazón y pocas ideas, y el reloj apretaba cada vez más la soga al cuello. Faltaba poco, muy poco, para que el turco Kuneyt Cakir indicara el final y sepultara las esperanzas de los dirigidos por Jorge Sampaoli de lograr el heroico pase a octavos de final.

Minuto 86. Cristian Pavón, de espaldas y acechado por la férrea marca de Brian Idowu, inclinó su juego hacia la banda derecha. Allí recibió la pelota Gabriel Mercado. El lateral levantó la cabeza y divisó las presencias de Sergio Agüero y de Gonzalo Higuaín dentro del área. Milésimas de segundo más tarde ejecutó un centro raso con destino al punto de penal. Ni el Kun ni el Pipa tuvieron chances de llegar. Pero, a la carrera, surgió la enorme presencia del jugador con el dorsal N°16 que, con su pierna menos hábil, impactó de lleno la moderna Telstar 18 y la ubicó en el ángulo inferior izquierdo del arco de Francis Uzoho. Es gol. Es vida argentina. Lo hizo Marcos Rojo. El hombre al que todos sus compañeros quieren abrazar.

“Tuve miedo de no jugar el Mundial”, aseguró el zurdo hace poco más de un mes, a TyC Sports. El surgido de Estudiantes de La Plata estuvo cerca de una temporada inactivo a causa de la rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda. Sin embargo, su presente tiene otro color. Se ganó la consideración del entrenador, dejó el lateral izquierdo para establecerse en la zaga central y este 26 de junio de 2018 la vida –y el fútbol- le dio una alegría.

En Brasil 2014 su nombre comenzó a resaltar no solo por sus destacadas actuaciones en el combinado de Alejandro Sabella, sino por su rabona en el choque ante Bosnia y su gol convertido con la rodilla ante Nigeria –los caminos se vuelven a cruzar-. Hoy, Marcos Rojo volvió a estar en la boca de todos y su agónico tanto mantiene con vida el anhelo de 44 millones de personas. Hoy, Marcos Rojo se vistió de héroe salvador y depositó a la Selección Argentina entre los 16 mejores de la competencia. “Les había dicho a los chicos que iba a meter un gol”, afirmó. Un soñador.

Foto: @Argentina

Huracán recibe a Cruzeiro desde las 19 por la Copa Libertadores

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Cruzeiro desde las 19 por la Copa Libertadores recibe a Tigre

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El monaguillo bosnio que quiere ser campeón con Croacia

Joaquín Grasso

Deambula de un lado a otro sobre la línea de cal que demarca el área técnica. Grita. Da indicaciones. Por unos minutos se refugia en el banco de suplentes y dialoga con sus ayudantes. Vuelve a ponerse de pie. Se lleva la mano diestra al bolsillo de su pantalón. Las cámaras lo enfocan, una y otra vez. Su nombre y su rostro se proyectan sobre la pantalla gigante en lo alto del Estadio Olímpico Luzhnikí. Debió pasar cerca de un mes desde el inicio del torneo para que el mundo entero posara sus ojos en Zlatko Dalic. Este entrenador desconocido mundialmente se encuentra a tan solo diez minutos de hacer historia: conducir a Croacia a la final del Campeonato Mundial.

Mientras tanto sigue moviéndose. Gritando. Su mano derecha permanece escondida en su bolsillo. Se desplaza de un lado a otro dentro dentro de éste. En el primer plano que exhibe la televisión se distingue un rosario blanco entre sus dedos. La zurda se mantiene inmóvil, sobre la cadera. Los minutos pasan. Dalic arenga, ordena y reza. Dalic lo logra: sus dirigidos buscarán el próximo domingo, en Moscú, levantar la Copa y bordar una estrella dorada en el escudo de su nación.

Su origen quebranta el típico modelo del entrenador croata al mando de la plantilla cuadrillé. Dalic nació en Livno, ciudad que por aquel entonces pertenecía a Yugoslavia pero que hoy en día es parte de Bosnia y Herzegovina. Observó desde la vereda de enfrente la Guerra Croata-Bosnia entre 1992 y 1994 y, a pesar de sus raíces, se ganó el cariño y respeto de toda la afición Vatreni. “Somos demasiado pequeños para dividirnos y pelear tanto, pero estamos lidiando con la historia. Es necesario trabajar en la coexistencia, no para repetir el pasado de la guerra, sino para ayudarse y apoyarse mutuamente”, manifestó.

Además de caracterizarse por su bajo perfil, su nacionalidad y su destacado análisis táctico a la hora de afrontar cada partido, la religión es uno de los cimientos al que se aferra este director técnico de pasado ignoto. “Puedo estar muy contento con todo lo que estoy viviendo, pero sin una fe de alta calidad y una buena motivación sería muy difícil de lograrlo”, aseguró. Y añadió: “Siempre llevo conmigo un rosario y cuando siento que estoy pasando por un momento difícil pongo mi mano en mi bolsillo, me aferro a él y luego todo es más fácil”.

Dalic se aferra a su rosario durante el Mundial de Rusia.

Su historia vinculada a Dios inició en su infancia. “Antes, en un tiempo diferente, era monaguillo. Era feliz yendo a misa. Mi madre me enseñó y me dirigió a la fe. Soy un creyente todo el tiempo y así crío a mis hijos. Normalmente, debajo de la camisa me pongo una camiseta con una imagen de Jesús. Todos los domingos intento ir a Eucaristía”, afirmó.

Sin embargo, este domingo deberá dejar de lado la transustanciación ya que tendrá una cita histórica con Croacia, en Moscú y ante Francia. Pese al glorioso presente que atraviesan el DT y la escuadra balcánica, esta relación entre ambas partes se gestó hace apenas un puñado de meses. Dalic asumió al cargo el 7 de octubre de 2017 con el seleccionado a un paso de no lograr la clasificación a Rusia 2018. Su designación fue muy resistida. Su experiencia en el banco de suplentes databa solamente de un fugaz ciclo en el Dinamo de Tirana albanés, un exitoso paso por Arabia Saudita con Al-Faisaly y Al-Hilal, y en los Emiratos Árabes, dirigiendo a Al-Ain. No obstante, dos días después de su asunción debió enfrentar a Ucrania, a la cual venció y ubicó a su equipo en el Repechaje. Finalmente, un 4-1 global frente a Grecia en la repesca situó a sus jugadores en un nuevo Mundial.

Croacia se ubicó en el Grupo D y avanzó de manera invicta a la siguiente fase tras vencer a Nigeria, Argentina e Islandia. Dalic, inclusive, expuso su autoridad al despedir del plantel a Nikola Kalinic, quien se negó a ingresar a la cancha unos minutos ante los africanos. En octavos de final superó por penales a Dinamarca. Por la misma vía lo hizo frente al anfitrión Rusia en cuartos. Y en semifinales venció en tiempo extra a Inglaterra y sacó boletos para disputar la final contra Francia.

Este domingo, a las 12, las cámaras en el Estadio Olímpico Luzhnikí destinarán gran parte de su tiempo enfocando al galo Didier Deschamps, el protagonista principal de este duelo. Por su parte, alejado de los flashes, Dalic, quien cobra una sexta parte de lo que percibe su colega, seguirá con su ritual: mano derecha en el bolsillo, el rosario blanco entre sus dedos, la zurda sobre su cadera y reiteradas miradas al cielo.

Quizás, unas horas más tarde, la televisión, los diarios digitales, la radio, las redes sociales y todo internet anuncien al mundo entero la hazaña de aquel monaguillo bosnio que colmó de alegría a un país de poco más de cuatro millones de habitantes y logró llevar a la Selección de Croacia a la cima en el Mundial de las sorpresas.

¿Qué juegos forman parte de los deportes electrónicos?

Nataniel Peirano

Los deportes electrónicos son videojuegos jugados a través de distintas plataformas como Playstation, Xbox, computadora e incluso en dispositivos móviles. ¿Todos los videojuegos son eSports? No, los juegos que son tenidos en cuenta para ser calificados de esta manera son de modalidad online y buscan enfrentar a jugadores individualmente o en equipo con el objetivo de prevalecer sobre el rival. A pesar de que hay muchas empresas que se proponen que sus productos lleguen a ser considerados parte del nuevo deporte, muy pocas alcanzan el propósito. Para que esto ocurra, tiene que haber una masividad detrás del propio juego y un firme interés de organizar un torneo.

Overwatch, Dota 2, League of Legends (LOL), Injustice, FIFA, PES, Hearthstone, Playerunknown’s Battleground, Fortnite, Counter Strike Global Offensive (CS GO), Smite, Paladins, Clash Royal, Tom Clancy Rainbow Six Siege, Call of Duty, entre otros. Estos son los videojuegos que son considerados dentro del mundo de los eSports con un público fiel y una clara estructura de competencia.

Dentro de los juegos mencionados anteriormente destacan por su popularidad el League of Legends, el CS GO y el FIFA 19. Este último lanza actualizaciones todos los años según el mercado de pases del fútbol por lo que sus jugadores se renuevan todos los años.

La Mid Season Invitational (MSI) del League of Legends alcanzó picos de 127 millones de espectadores durante el segundo fin de semana de mayo del corriente año. Un evento de los miles que hay, no solo en el LOL, sino en el resto de los juegos. La final de FaceIt, competencia perteneciente al Counter Strike Global Offensive, reunió a 800.000 personas en simultáneo siguiendo la acotada serie entre Astralis a Natus Vincere el 23 de septiembre. La fase final del FIFA eWorld Cup fue seguida por 29 millones en distintos momentos del primer fin de semana de agosto de 2018. Los tres juegos son los más concurridos a través de plataformas digitales y de forma presencial reúnen a millones de personas. Pueden seguirse de manera accesible con una conexión a Internet y una computadora estándar. Además, gozan de una cobertura de los medios de comunicación como ESPN que ayuda a que sus torneos se difundan por todo el mundo y que muchas personas se sumen a la nueva corriente de los deportes electrónicos.