viernes, octubre 18, 2024
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El secreto del Tigre

Alejandro Rodríguez Tovar

Para nadie es un secreto que Radamel Falcao García es uno de los futbolistas más importantes en la historia del fútbol colombiano, llegando incluso a ser el máximo goleador de la selección cafetera con 30 goles. Su relación con la Tricolor tuvo su punto más alto el pasado 24 de junio, cuando Colombia derrotó a Polonia 3 a 0 con un gol suyo, cumpliendo el sueño que tenía desde pequeño y que había postergado cuatro años por la lesión en su rodilla izquierda que le impidió disputar el Mundial de Brasil 2014.

Durante dos temporadas, el mayor goleador en la historia de la Europa League jugó en la isla británica, para el Manchester United en la temporada 2014/15, y para el Chelsea en la 2015/16, aunque su rendimiento no fue el esperado y debió volver a la liga francesa. El próximo rival del equipo de Pékerman será Inglaterra, por los octavos de final, y El Tigre quiere seguir sumando goles en su cuenta personal para avanzar de ronda. Pero hay algo detrás del jugador del Mónaco que muchos no saben y es que el capitán de Colombia tiene ascendencia inglesa.

Recién iniciaba la década del ’30 y Europa aún sufría los estragos de la Primera Guerra Mundial y de la Gran Depresión de 1929. En Burn, un pequeño pueblo del condado de Yorkshire del Norte, ubicado al nordeste de suelo inglés, vivía George King, quien se desempeñaba como contador en Selby, una aldea vecina. La dura crisis obligó a King a aceptar un trabajo en el norte de Colombia, en la multinacional UnitedFruit Company, exportadora de bananas en la Costa Caribe, así que armó sus valijas y desembarcó en tierras colombianas en 1932 con su esposa esperando un hijo. Lamentablemente su mujer falleció en el parto de la pequeña criatura y King quedó viudo. En medio de la tragedia decidió quedarse en América, donde conocería a una mujer con la que se casaría de nuevo y tendría cinco hijos: Jack, Roy, Carlos, Telma y la abuela de Falcao, a la que llamaron Denis.

Así fueron creciendo los King en Santa Marta hasta llegar a Radamel García King, padre del delantero del Mónaco y exfutbolista, quien, en 2014, mientras su hijo jugaba en el Manchester United confesó que quiso sacarle el pasaporte inglés a Falcao.

Denis King todavía vive en Santa Marta, junto con su familia, y recibe muchas veces la visita del delantero de la selección colombiana, que no pudo demostrar su poder goleador en la tierra de sus antepasados, pero que espera seguir inflando las redes en la máxima cita del fútbol mundial, marcarle al país de su bisabuelo y avanzar con Colombia a cuartos de final para seguir haciendo historia y tratar de superar lo hecho en la Copa del Mundo pasada. Esta vez, con El Tigre en la cancha.

La historia detrás de Kuba

Alejandro Rodríguez Tovar

Es muy común que muchos futbolistas levanten sus dedos, señalando al cielo, luego de marcar un gol, para dedicarlo a ese alguien especial, pero Jakub Blaszczykowski tiene una dedicatoria que oculta una historia trágica y un trauma que casi lo hace abandonar la práctica del fútbol, privando a los hinchas del Borussia Dortmund de su entrega en la cancha durante nueve años y, al gran Zbigniew Boniek, de apodarlo como El Pequeño Figo.

Todo comenzó en la pequeña ciudad de Czestochowa, donde Kuba vivía junto a sus padres y su hermano. Él jugaba en el equipo de la localidad, pero la fama de alcohólico de su padre y las constantes peleas en su casa lo hacían un chico infeliz. Hasta que un día llegó el recuerdo imborrable y en su casa apareció el demonio de la violencia de género. Con apenas 11 años, tuvo a su madre moribunda en brazos, producto de certeras puñaladas. Todo cambió para los dos hermanos Blaszczykowski, que se quedaron sin mamá y sin papá, condenado a 15 años de prisión. Fueron separados, y su abuela se volvió su tutora legal.

Una escena tan fuerte superó al pequeño Jakub, que abandonó el club y la práctica del fútbol. Con apenas 11 años debía reconstruir su vida y madurar con una situación notoriamente traumática, pero en el camino apareció su tío, Jerzy Brezczec, ex capitán de la selección y medallista olímpico en Barcelona 1992, y lo llevó a volver a jugar como salida a los recuerdos que lo atormentaban. “La experiencia me sacudió. Hasta los 15 o 16 años fui muy pequeño, sólo medía 1,55. Todas las emociones las tenía muy adentro. No las podía sacar. Era difícil con esos recuerdos en la cabeza. Sólo cuando estás preparado para aceptarlo, puedes dar un paso hacia adelante”, recordaba en una entrevista a ‘Die Welt’.

Lo que pasó luego es historia. Tras jugar en el Wisla Cracovia emigró al Wolsburgo de Alemania, donde juega actualmente. Sin embargo, es ídolo en el Borussia Dortmund, donde fue elegido como el mejor jugador de la temporada 2009 y formó parte del equipo de Jurgen Klopp que llegó a la final de la Champions League en 2013.

Hoy, Kuba, con 32 años y el número 16 en su espalda, es un pilar fundamental de las Águilas Blancas y se prepara para jugar su primer mundial, el séptimo en la historia de la Selección de Polonia. Junto con Robert Lewandowski, Lukasz Piszczek y compañía, le permite soñar a todo el pueblo polaco con hacer un gran papel en la cita mundialista y superar aquellas gestas de Boniek y Lato, con los terceros lugares que lograron en Alemania 1974 y España 1982.

Górski, la leyenda polaca

Alejandro Rodríguez Tovar

Decir Kazimierz Górski en Polonia es también decir fútbol. Es que fue un hombre que amó al deporte y a su país por encima de todo y es por eso que es tan recordado en su querida Varsovia, donde murió en 2006 poco después de recibir dos órdenes a mérito por parte de la FIFA y la UEFA, entre tantos otros honores y distinciones que obtuvo.

Nacido en Lviv, actual Ucrania, comenzó allí su carrera como futbolista en el RKS, un club en el que jugaban los empleados ferroviarios.Todo cambió cuando en un partido frente a Pogonia Lwów se convirtió en el jugador promesa de la nación, gracias a su actuación dentro de la cancha. Cuando su carrera parecía que sería la más promisoria de su país, se interpuso la Segunda Guerra Mundial. La ocupación tanto soviética como alemana en Lviv le detuvieron el camino. Aunque en un comienzo los regímenes organizaban torneos y los futbolistas vivían con privilegios, como no hacer colas para comprar víveres, terminaron con cualquier rastro de los primeros clubes para imponer el modelo de deporte soviético.

Górzki se unió al Spartak, club en el que seleccionó a los jugadores y dominó la pequeña liga hasta que los alemanes invadieron el territorio. Con su llegada, prohibieron cualquier tipo de actividad deportiva pública y a pesar de que se jugaban algunos partidos de la liga, los estadios estaban vacíos porque la gente temía ser capturada por el ejército invasor.

En julio de 1944 Ucrania fue desocupada y a pesar del caos y la destrucción la gente quería volver a ver fútbol, por eso el Dynamo le propuso formar parte de sus filas, pero Kazimierz prefirió incorporarse al servicio militar, ya que no quería ser un ciudadano de élite y finalmente abandonó la ciudad.

Aunque su pelotón tenía la intención de llegar a Berlín, Kaziu, como lo apodaban, se quedó en Varsovia para ser uno de los futbolistas del primer club de fútbol militar, el Legia de Varsovia. Cuando terminó la guerra, todos los soldados ucranianos fueron enviados a casa, pero Górski llamó la atención de Henryk Reyman, quien le propuso jugar en la Selección de Polonia. Una lesión lo dejó afuera y solamente pudo disputar un partido como internacional con las Águilas Blancas: un triste 0 – 8 frente a Dinamarca. Así se retiró en 1956 para luego dirigir a las categorías menores sub- 20 de Polonia, al Legia Varsovia y a varios equipos de la primera división polaca, hasta que se hizo cargo de la Selección Mayor en 1970.

Con Kazimierz al mando, Polonia logró la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de 1972 y la medalla de bronce en 1976, además del tercer puesto en el Mundial de Alemania 1974. En 1976 dejó la dirección técnica para dedicarse a la dirigencia, pero dejó un legado de grandes jugadores como Lato y Boniek, entre otros. Se dice que fue el gran gestor de la época dorada del fútbol polaco.

Así vivió Kaziu hasta 2006, entre dirigentes y reconocimientos por su labor. Un cáncer terminó con su vida y con una leyenda para todos los que aman el fútbol en Polonia, pero además dejó su huella para siempre en la selección Rojiblanca y aunque su lugar de nacimiento fue Ucrania, su corazón siempre estuvo en Varsovia y él estará siempre en los corazones de los hinchas del Legia y de todos los polacos.

Szczesny, el atleta del arco

Alejandro Rodríguez Tovar

Durante su estadía en la Academia del Arsenal, Wojciech Szczesny estuvo a punto de retirarse para siempre del mundo del fútbol. La causa: sendas fracturas en sus dos antebrazos. Sin sus dos herramientas de trabajo era muy complicado que pudiera seguir en la élite del club inglés, que sufría el retiro de Jens Lehmann, su arquero titular. Diez años después, el arquero polaco es el elegido para defender el arco bianconero, tras la ida del legendario Gianluigi Buffon, y debutará en una Copa del Mundo con las Águilas Blancas en Rusia.

Wojciech es hijo del histórico Maciej Szczesny, el único jugador campeón de la Liga de Polonia con cuatro equipos distintos. Todo un récord para el exarquero. Sin embargo, la vocación no siempre estuvo clara en los herederos de la familia Szczesny. Jakub, el hermano mayor, se dedicó en su juventud al baile de salón, disciplina en la que llegó a ser el número 6 de toda Polonia. En esa actividad también participó Wojciech, aunque no por mucho tiempo, porque cambiaría la música por las pistas de atletismo. Su altura y la longitud de sus extremidades le permitían destacarse en las diferentes modalidades, sobre todo en el lanzamiento de jabalina. Incluso llegó a participar en unos juegos juveniles que se realizan con deportistas de todos los rincones de Polonia. Hasta 2005 todo era normal para la familia del ex arquero de la Selección de Polonia, hasta que su hija menor, de dos años de edad, falleció y todo cambió dentro del seno del círculo íntimo.

Con 15 años, Wojciech decidió probar suerte con los guantes y se paró bajo los tres palos. Dos pasos fugaces por las categorías formativas de Agrykola y Legia, ambos de Varsovia, fueron sus equipos antes de que Bobby Aarbor lo llevara al Arsenal. Dos años y el suspenso con la fractura de sus dos antebrazos, producto de perder el equilibrio mientras levantaba pesas en el gimnasio, fueron la aventura londinense antes de un prematuro debut con Los Gunners, debido a las lesiones de Manuel Almunia y Lukasz Fabianski, en Old Trafford, ante el Manchester United.

Querido y odiado por los hinchas del Arsenal, terminó su periplo inglés en 2015, cuando Roma lo fichó para ser el titular de la Loba. Su destacado rendimiento durante dos temporadas hizo que el máximo campeón de Italia posara sus ojos en él, y lo fichara, para convertirse en el arquero más caro en la historia del fútbol polaco, ya que la Vecchia Signora desembolsó 12 millones de euros por su pase.

A pesar de ser un gran arquero, Szczesny tuvo varios errores en su carrera que lo marcaron. En sus primeros partidos, una pifia suya le costó la Carling Cup al Arsenal y en la selección es recordado por el error frente a Grecia en el partido inaugural de la Eurocopa, en la que los polacos compartieron como anfitriones con Ucrania. Este es el punto de partida para el guardameta de la Juventus, que con más madurez y experiencia asume la responsabilidad de ser el cerrojo de Polonia en su vuelta a los mundiales tras 12 años de ausencias, y así mandar sus errores al olvido y consolidarse como un arquero de élite, de la talla de Buffon.

Un economista advierte el inicio de un nuevo éxodo de futbolistas

Tomás A. Seré

El dólar cotizaba 19,36 al 30 de enero de este año, cuando Fernando Gaibor firmaba su contrato en Independiente. Al igual que una gran cantidad de jugadores en el fútbol argentino, el ecuatoriano cerraba un acuerdo con una moneda estadounidense fija al precio de la firma, por lo que su salario se devaluó casi un 100 por ciento -en menos de doce meses-. Lo que a simple vista parece una locura, resulta bastante común en los clubes con mayor poderío del país. En un contexto histórico de constante variación económica, las instituciones que manejan sus contratos en la moneda internacional se aseguran rigurosamente de establecer o un dolár inmóvil o un piso máximo. Y, en el caso de que el futbolista no acepte cumplir esa condición, como sucedió con Gustavo Gómez en Boca, es prácticamente imposible que se concrete el acuerdo.

Ante dicho contexto, Daniel Artana, director de la consultora FIEL y parte del equipo de economistas de la Superliga, aseguró: “Con un tipo de cambio más depreciado a los clubes de Primera División se les va a complicar retener a los jugadores de elite. Los sueldos de Europa van a ser mucho más atractivos de los que se van a poder pagar acá”. De este modo, los clubes “grandes”, que hoy tienen entre 13 y 14 jugadores de elite, el año que viene probablemente puedan tener 8 o 9.

-¿Cómo crees que la crisis económica y la devaluación del peso van impactar en los clubes de fútbol?

-No va a ser tan fácil de acá para adelante. Hay que tener en cuenta que en época de crisis la publicidad merma y eso va a generar una gran complicación para generar ingresos. Serán momentos en los que los clubes deberán ser muy cuidadosos con los gastos. Muchos van a tener que vender a valores más bajos, el que compra sabe también que con menos puede hacer mucho más. Se mueve todo para abajo.

-¿Ves a la inversión en inferiores como la salida?

-Creo que armar y trabajar en las inferiores es un gran método. Tener una buena cantera genera la posibilidad de tener jugadores para vender a futuro y, por ende, de producir una ganancia. Las instituciones que lo hicieron han sobrevivido mucho mejor que otras.

-¿Cuánto pensás que esto puede influir en otras actividades que puedan tener los clubes?

-En general, en la mayoría de los casos el grueso de la facturación van ligadas al fútbol. Las otras actividades suelen ser “secundarias” y es el fútbol quien las suele subsidiar. Entonces, si no pueden generar un sustento propio, van a sufrir la situación. Igualmente, hay que tener claro que en época de crisis se recorta un poco de todos lados.

Sin embargo, a pesar de todas las dificultades, Artana no ve a las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) como la única salida posible. “Creo que lo principal es una administración transparente. Las SAD pueden ayudar al tener una especie de control externo, pero también se podría lograr de otro modo”, afirmó. En este sentido, el director de FIEL se mostró convencido en que los clubes de fútbol deben rendir cuentas a los asociados. Administraciones más profesionales que garanticen el orden y la sostenibilidad, con controles estrictos y prevención para no darse cuenta cuando ya es tarde, son, desde su punto de vista, la clave para lograr una solución.

En cuanto a la recuperación económica del fútbol a futuro, Artana explicó que no dependerá pura y exclusivamente de sí mismo. “El futuro de esta fase depende mucho de cómo avance el país. Yo creo que va a costar, todo el 2019 va a ser de transición y esperemos que mejore en el 2020”, sentenció.

Campeón de la vida

Tomás Seré

“Belgrano no es una moda, Belgrano es una pasión”, cantaba el equipo de rugby del Belgrano Athletic Club (BAC) luego de la victoria del domingo frente a Cuba por 40 a 32 y de consagrarse, después de 22 fechas, campeón invicto de la categoría Menores 19 (M19). Según aseguraron varios miembros del plantel, gran parte de este logro se debió al trabajo de Horacio “El Flaqui” Cangueiro, entrenador del grupo que de nacimiento se encuentra en silla de ruedas.

Fue recién en el 2017 cuando, después de estar más de 15 años identificado con la institución y el deporte en particular, Cangueiro se animó a dirigir. “Siempre estuve muy metido en el rugby, pero la parte de entrenar me daba vergüenza”, explicó. Finalmente, Federico Vultan, entrenador principal, lo pudo convencer y comenzó a ir a los entrenamientos. De este modo, quedó específicamente encargado del equipo “B”, aunque el método de trabajo en conjunto lo obligó a ayudar en ambos.

En este sentido, la lesión, que se le generó por una asfixia al momento del parto prematuro, no le provocó injerencia alguna para ejercer su cargo. “Sé que en el fondo no deja de ser raro que yo, estando en silla de ruedas y nunca habiendo disputado un partido, dé indicaciones de cómo debe jugar el equipo. Pero cuando doy las charlas, me siento muy respetado y que me escuchan. No sé qué dirán después en las previas, jaja”, dijo.

De acuerdo con la imagen que Horacio cree que da están sus propios jugadores, que lo respetan mucho en su rol. “Si lo tengo que definir en pocas palabras te digo que es un capo. Muy inteligente de cabeza, no para nunca, siempre a disposición del grupo y sin joderte de más. Sabe mucho, entonces capaz le prestas un poco de mayor atención que al resto”, valoró Theo Blaksley, capitán del plantel. Además, varios jugadores coinciden en que es un técnico que particularmente se luce y emociona en las charlas antes de los partidos.

Cangueiro formó parte de la delegación que acompañó a la M19 en la gira que hizo en enero por Inglaterra, en lo que fue su primer viaje sin su familia. “Al principio capaz que tenía un poco de miedo de ser una molestia para nosotros, pero al revés. Estuvo muy prendido y hasta vino al boliche con el plantel”, recordó Bautista Goapper, uno de los líderes del grupo.

Sin embargo, para Cangueiro el día a día no siempre fue tan fácil como en el club de Belgrano R. “Ya es sabido por todos que uno nace discapacitado, pero la sociedad, con sus acciones y omisiones, te incapacita más o menos”, publicó en Twitter en el 2014, un año antes de recibirse como abogado en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Recién cuando se abrió al mundo universitario y laboral, actualmente trabaja en la UIF (un organismo estatal que lucha contra el lavado de activos), fue que se chocó con esa barrera humana. “Antes creía que todo el mundo iba a estar siempre a mi disposición, porque el club me había demostrado eso. En el BAC nunca fue una barrera que yo esté en silla de ruedas y hay hasta un pacto tácito de querer ayudarme”, aseguró.

La personalidad de Horacio se forjó en su infancia y adolescencia en el club, que fue como el patio de su casa, ya que su casa está literalmente pegada a las instalaciones. Que su padre haya vestido la camiseta de la institución como jugador, fue probablemente lo que lo acercó aún más. Fundamental también, fue el sentido de inclusión que inculca el rugby: “Es un deporte que incluye mucho. Ya lo ves en la variedad que tiene, hay gordos, flacos, rápidos, lentos, y necesitás de todos para formar un gran equipo”, manifestó.

De todos modos, la contención que recibe constantemente el entrenador de la M19 no es algo que se haga por obligación, sino que él se supo ganar. “El cuidado y respeto que se tiene hacia Horacito es algo que surge muy natural. Al igual que su padre, tiene ese fanatismo por el club y siempre colaboró mucho desde distintos lugares, es muy querido como técnico y como persona”, opinó Sebastián Carroll, actual presidente.

El compromiso, uno de los conceptos que Cangueiro más busca transmitirle a sus entrenados, fue una pieza clave en su vida. Con esa línea como guía para el título, sus jugadores entendieron al máximo el mensaje en cada uno de los partidos. A pesar de todas las injustas barreras humanas que debió superar a lo largo de su vida, “El Flaqui” demostró que el esfuerzo siempre paga.

Mariano Andújar: el transmisor del “ADN pincha”

Tomás A. Seré

Cuando se piensan las principales características que debe tener un capitán, probablemente aparezcan en la mente de la mayoría la experiencia y el liderazgo. Y Estudiantes de La Plata las tiene bien cubiertas con su arquero, Mariano Andújar.

Si hay algo que no le falta a quien formó parte de la Selección Argentina en los Mundiales 2010 y 2014, es experiencia. No sólo la obtuvo en lo deportivo, terreno en el que ganó importantes títulos con Estudiantes -como la Copa Libertadores 2009- y disputó competencias europeas con el Napoli y el Catania, sino también en la vida. Es que Andújar realmente pasó por todo. Desde vivir en los monoblocks 1 y 2 de Lugano, donde las drogas y los robos eran moneda corriente -sus amigos, a los que aún visita en la cárcel de Devoto, eran protagonistas como ladrones-, a la tranquilidad de mudarse a un barrio cerrado con su esposa y sus dos hijos.

La personalidad, que en gran medida se forjó en su juventud en Lugano, sus inicios en Yupanqui y después en Huracán, tampoco es un factor que adeude. Dentro de la cancha demostró en varias ocasiones que no duda a la hora de ir al frente por un compañero (hasta llegar al extremo de pelearse “mano a mano” con varios rivales, como pasó en un partido de verano frente a Gimnasia). Esta característica, fundamental para el “ADN pincha”, es justamente una de las que el capitán mayormente intenta transmitirle a la nueva camada, según cuenta Jerónimo Pourtau, tercer arquero del club y reciente campeón con la Selección Argentina Sub20 en el torneo de L´Alcúdia. Pourtau también lo describe como un personaje fuera de la cancha, en parte, debido a los constantes comentarios que le suele hacer a los juveniles en las fotos de Instragam.

Sin embargo, todos los logros obtenidos estuvieron muy lejos del azar o de la suerte. “Su manera de entrenar, la seriedad con la que encara cada ejercicio, su inteligencia y el interesarse en cada detalle lo llevaron a hacer la carrera que hizo. En los arqueros eso es lo que hace las grandes diferencias”, detalla Leandro Cortizo, actual entrenador de arqueros de Estudiantes y para quien es un placer trabajar con un profesional de semejante talla.

No solo sus compañeros y miembros del cuerpo técnico están contentos de compartir plantel con él, sino que también es muy apreciado por los hinchas. “En este momento que Estudiantes está volviendo a ser Estudiantes, es fundamental una personalidad como la suya para contagiar a los pibes. Es un arquerazo. Varios creemos que si hubiera estado en la final del mundo con el Barcelona hubiéramos sido campeones”, narra Marcelo Fortes, quien se describe como un hincha “enfermo” de Estudiantes.

Además de Andújar, el plantel cuenta con otros futbolistas con larga tradición en el club: Rodrigo Braña, Gastón Fernández, Mariano Pavone y Jonathan Schunke son algunos de los ejemplos. A esto hay que sumarle que están dirigidos técnicamente por otro conocido como Leandro Benítez y que el presidente es Juan Sebastián Verón. Cada uno deberá, entonces, aportar su granito de arena para que los nuevos jugadores puedan recuperar el “ADN pincha” y repetir las hazañas de los equipos de Alejandro Sabella u Osvaldo Zubeldía.

Boxeador de oro y promesa argentina

Fernando Bajo

Está parado a la derecha del árbitro vestido de rojo, ya sin los guantes, solo con las vendas blancas que le cubren los puños. Antes de que el anunciador termine de dar a conocer el resultado de la pelea, el joven oriundo de Villaguay, provincia de Entre Ríos, pega un salto con su mano derecha en alto y el puño apretado. Brian Arregui acaba de consagrarse campeón en la categoría welter de boxeo en los Juegos Olímpicos de la Juventud y no puede contener la alegría, salta como un niño arriba del ring.

Luego de esa celebración mezclada de abrazos con los que se cruzan en el camino, baja del cuadrilátero y se dirige hacia una de las tribunas, besa a su hija Briana, recibe el cariño del público que está a su alrededor, se saca fotos, besa la bandera Argentina y posa para los fotógrafos con ella.

Arregui es el menor de cuatro hermanos. Nació el 15 de enero del 2000 y a sus 9 años sufrió, quizás, el nocaut más duro de su vida: falleció su padre Raúl, de quien cuenta que no tiene muchos recuerdos. A esa edad comenzó a boxear, luego de que su madre no lo hubiera dejado empezar ese deporte tiempo atrás, ya que sufría si le pegaban a su hijo.

“Mis primos son boxeadores y los iba a ver. Un día, el más chico de ellos me dijo: ‘Acompañame a entrenar’. No me llamaba la atención la verdad, pero me puse a saltar la soga, me gustó y me dieron ganas de empezar”, afirmó Brian hace un tiempo en una entrevista con Enganche.

Está casado con Paola Pérez, a quién la vio por primera vez en un festival de boxeo, ya que es hija de su entrenador Darío “Chanchito” Pérez, que asegura que antes de ser su suegro ya era importante en su vida. Con Paola tuvieron a Briana el 18 de agosto de 2017.

Con el dinero proveniente de las becas que recibe de su ciudad natal y de Buenos Aires, le manda dinero a su familia, cubre sus gastos personales e invierte una parte del monto para construir la casa para su hija, su mujer y él.

Es el capitán de los Pitbulls (Selección Argentina Juvenil de Boxeo), se autodefine como “picante”. Dice que le gusta ir al frente, aunque igual pide que su papá –a quién lleva tatuado en su cuerpo- y Diosito lo cuiden para que no lo lastimen y su mamá no sufra.

En el pabellón Oceanía que está en el Parque Olímpico de la Juventud frente a la Villa Olímpica, Arregui se metió en la historia grande del boxeo argentino. Venció por un contundente 5-0 al marroquí Yassine Elouarz en tres rounds, se colgó la medalla de oro en Buenos Aires 2018 y se transformó en el tercer púgil argentino en obtener el máximo podio en unos Juegos Olímpicos –en Londres 1948 lo lograron Pascual Pérez en peso mosca y Rafael Iglesias en peso pesado-.

En el fútbol sigue sin ser aceptada la homosexualidad

Fernando Bajo

Hasta hace unas semanas atrás, en India ser homosexual se pagaba con la cárcel o, en algunos casos, con la vida. El 6 de septiembre se aprobó la ley para descriminalizar las relaciones homosexuales, mismo hecho que había sucedido en abril en Trinidad y Tobago.En 2017 un informe de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex para América Latina y el Caribe (ILGALAC) afirmó que en 72 países del mundo penalizaban las relaciones entre personas del mismo sexo. Poco a poco parece que las naciones más conservadoras van modificando leyes antiguas y homofóbicas, pero en el fútbol, la homosexualidad sigue siendo un tema tabú y el eje de discriminación más grande desde los inicios de este deporte.

“Me llaman lesbiana porque tengo el pelo largo, y después siguen con otros insultos homófobos. Cuando juego mal, la situación se vuelve insostenible”, afirmó el español Héctor Bellerín, jugador del Arsenal de Inglaterra, a principios de septiembre, en una entrevista con el diario inglés The Times. A pesar de que en Inglaterra la homosexualidad es legal desde 1967, Bellerín, 51 años después, es discriminado por su apariencia y no es el único futbolista que jugó en aquel país que lo ha padecido. El delantero Justin Fashanu en 1990 en una entrevista con el diario The Sun confesó que era gay. Varios años antes de su declaración, por rumores sobre su orientación sexual, había sido separado del plantel del Nottingham Forest. En 1998 un joven denunció que el inglés había abusado de él sexualmente y Fashanu decidió suicidarse. Tiempo después se confirmó que las acusaciones eran falsas. El día del nacimiento del exdelantero, el 19 de febrero, se celebra el Día Internacional contra la Homofobia en el Fútbol, debido a que fue el primer futbolista profesional en decir públicamente que era gay.

A diferencia de Inglaterra, en Argentina, la homosexualidad nunca fue considerada un delito por el Código Penal que rige desde 1921. Sin embargo, a pesar de que la sociedad ha evolucionado con el paso del tiempo, la discriminación hacia los homosexuales, sobre todo en el fútbol, aún existe. En las tribunas argentinas la palabra “puto” aparece en todas las canciones, como muestra el comediante Peter Capussoto en sus videos “Canciones de rock adaptadas al fútbol”.

Ningún jugador, de los 26 equipos que actualmente conforman la primera división del fútbol argentino, declaró públicamente ser homosexual. De hecho, Estados Unidos es el único país en el que, en la máxima categoría, juegan futbolistas que han expresado ser gays. El primero de ellos fue Robbie Rogers, que lo afirmó en 2013 cuando jugaba en Inglaterra, luego dejó por cinco meses la actividad. Sin embargo, ese mismo año retornó a su país natal y firmó contrato con Los Angeles Galaxy, donde juega actualmente. Martin Collin, jugador del Minnesota United, es el otro estadounidense que este año, a través de una publicación en Instagram, contó cuál es su orientación sexual.

Mientras tanto, en Argentina la comunidad LGBT+ (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales), intenta generar conciencia sobre este tema en el fútbol. En 2007 el equipo argentino homosexual, Los Dogos, se consagró campeón del Campeonato Mundial Gay y, en 2017, el conjunto Selección Argentina de Futbolistas Gays (SAFG) logró el título en el torneo World Out Games. “En Argentina no hay un lugar natural para la homosexualidad, mucho menos en el fútbol. Existe en todos niveles del deporte, pero no es aceptado”, declaró a Infobae Cristian Pare, capitán del SAFG.

“El fútbol es un lugar opresor. Que un chico no llegue a jugar por su condición sexual es muy triste. La cultura del fútbol es la más machista que existe y está generada así: el que da es el que goza, el que recibe es el que pierde y perder está mal. Tiene que ver con la cultura de la victoria. El que es gay en la cultura del fútbol no es un ganador y en el fútbol hay que ser ganador”, afirmó Ignacio Bogino, futbolista de Brown de Adrogué, hace unos días en una entrevista con Enganche.

Quizás es el momento para que los que día a día conforman el mundo del fútbol empiecen a escuchar a algunos protagonistas de este deporte y comiencen a erradicar este tipo de discriminación del siglo pasado.

¿Cómo encarar un Mundial de fútbol?

Iván Lorenz @Ivanlorenz_ Germán Leandro @GeermanLeandro

Fernando Signorini, quien fue preparador físico de Diego Armando Maradona y Lionel Messi, piensa que “lo más importante es disponer de tiempo para ensayar la idea, que es lo que no tienen actualmente las selecciones, fundamentalmente en Sudamérica”. Los clubes no ceden a sus jugadores. Hay semanas en las cuales los equipos disputan tres partidos por tres competiciones distintas.

Para el Profe, como lo llamaba Maradona, la falta de tiempo exige aún más a los futbolistas porque se le demandan respuestas de maduración que antes tenían muchos más lapsos de entrenamiento y que actualmente se demandan de un día para el otro.

“Menotti estuvo cuatro meses concentrado en la fundación Salvatori para preparar el Mundial ´78. En el ´86 estuvimos 44 días antes en el predio del América en México. Con Diego (Maradona) estuvimos nueve días antes en Pretoria. Cada vez los tiempos se van apretando más”, agrega Signorini.

Oscar Alberto Ortiz, wing campeón del mundo en 1978, asegura que la clave que tuvo a favor el cuerpo técnico encabezado por César Luis Menotti en su etapa de selección fue que “la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) pedía a los clubes que cedieran a los jugadores en la semana para entrenar con la Selección”. El Negro cuenta que gracias a esa medida podían entrenar de lunes a viernes y finalmente jugar para los clubes el domingo. Esa era la forma que tenía el técnico de trabajar con cada uno de los jugadores.

“Alemania y España obtienen títulos hoy en día porque los jugadores en su mayoría ya están en el país y nuestra Selección se reúne solo tres o cuatro días antes para preparar el partido”, añade Ortíz.

Signorini coincide: “España ganó en Sudáfrica con siete jugadores del Barcelona y Alemania en Brasil con siete del Bayern de Múnich. No es casualidad. El hecho de que Argentina tenga un gaucho de cada pueblo lo hace más complicado. Si uno tuviese la oportunidad de tener siete jugadores de un equipo de acá, otro gallo cantaría”.

Otro factor importante, para el Negro Ortiz, es que el jugador sepa con mucha anticipación si va a participar en la Copa del Mundo. “Yo ya sabía que iba al Mundial casi un año antes”, dice. “Podía haber algún cambio más pero éramos los mismos 25 que trabajábamos siempre y sabíamos qué tres iban a quedar afuera. Al final fueron (Víctor) Bottaniz, (Humberto) Bravo y Diego Maradona. ¿Sabés lo que vale para el jugador que el técnico le diga “métale que usted va a jugar”? El entrenador no debe avisar sobre la hora”. Ortiz fue titular en la final del Mundial de Argentina.

Enrique Salvador Chazarreta confirma las palabras de Ortiz. El volante chaqueño, figura en San Lorenzo de Almagro, fue titular del seleccionado durante 1973, en las Eliminatorias para el Mundial de Alemania 1974. Omar Sívori, quien conducía al equipo, lo tenía entre sus preferidos y Chazarreta estaba conforme con cómo lo preparaba el entrenador para el Campeonato del Mundo: “Sívori hacía un trabajo muy bueno, trabajábamos mucho la técnica sin descuidar el físico que siempre vino bien, pero a dos meses del Mundial se fue y nunca supimos por qué”.

Sin embargo a diferencia de la de Ortiz, la experiencia del chaqueño no fue grata. En 1973 la AFA se encontraba intervenida. Tras la ida de Sívori armaron rápidamente un equipo de trabajo. Chazarreta fue convocado por el trío dirigencial compuesto por Vladislao Cap, José Varacka y Víctor Rodríguez. No obstante el cambio fue perjudicial para el volante: “Ese trío técnico hizo todo mal en el Mundial. Entrenaban solamente los titulares y los suplentes jugábamos tenis-balón a un costado. Jugué solo tres minutos frente a Italia, de haber sabido que iba a ser dejado de lado me hubiera quedado jugando para San Lorenzo”.

Mantener un entrenador también es un factor que resulta fundamental a la hora de preparar a un futbolista para un Mundial.“El conocimiento de la táctica y el uso de la técnica están ligados tan estrechamente a la preparación del jugador como el entrenamiento de exigencia física”, dice Signorini.“Para compartir y conocer la táctica y la idea en conjunto, un grupo de jugadores necesita compartir cierta cantidad de entrenamientos”.

Las condiciones no parecieran estar dadas en la actualidad para que el seleccionado pase por una preparación como la vivieron Chazarreta y Ortiz o para implementar las ideas de Signorini. Pero entonces, ¿cómo se prepara hoy a un futbolista para el Mundial?

Signorini reflexiona y comenta que lo prepararía como hicieron él y Maradona en el Mundial Sudáfrica 2010: “Les propusimos dos turnos diarios de entrenamiento. El primer turno de la mañana era optativo y tenía tres opciones: estar con los kinesiólogos, gimnasio o campo. Yo te transfiero la autoridad porque nadie es mejor que vos para saber en qué momento estás y lo que tenés que hacer para llegar de la mejor manera. Un entrenamiento por día sería responsabilidad de ellos. La tarde es obligatorio porque es fútbol con el técnico y tiene que forjar la idea”.

Los futbolistas y los entrenadores tienen que tener en mente, para el Profe, que el Mundial no son nada más que siete partidos. En un principio son tres. Signorini afirma esto porque para que sean siete hay que pasar los tres primeros. Para lograrlo, el preparador físico, sostiene:“Es fundamental estar muy bien desde el inicio. Es un juego en conjunto. A lo mejor hay un jugador que no está muy bien y hay otro que tampoco pero que tienen un gran entendimiento entre ellos. Aunque el jugador no esté bien físicamente, no es la prioridad”.

A lo largo del tiempo el físico tomó mucha importancia. El futbolista hoy primero es atleta. Signorini menciona el caso del velocista Jamaiquino Usain Bolt que se entrenó con el Borussia Dortmund y expresó sus deseos de ser futbolista.

Para el preparador, hoy se le da mucha importancia a lo físico y perdió relevancia el juego. Al Profe no le parece que la cumbre que debe desarrollar un futbolista sea aumentar su velocidad o la fuerza o buscar saltar más alto.

El secreto, a la hora de preparar un futbolista, está en “ir descubriendo los misterios del juego y traducirlos en conceptos que los ayuden a solucionar la mayor cantidad de situaciones a favor de la eficacia en cualquier momento del partido y en cualquier lugar del terreno”.