martes, diciembre 24, 2024
Home Blog Page 228

Si Messi se cae, todo alrededor se cae

Julián Rozencwaig

Poco menos de una hora para las 15 y el centro porteño argentino ya daba indicios del contexto venidero sin tener en cuenta el resultado y la desazón que podría generar el 3 a 0 en contra. Dos mujeres, una de ellas vistiendo una bufanda celeste y blanca con el escudo argentino estampado, miraban vidrieras. Otro esperaba cruzar la calle con la camiseta que en su espalda registraba el 10 bajo el grabado “Messi”. En el colectivo, un nene, sentado detrás del conductor con una tira colorida bajo los tonos de la bandera nacional colgando de su hombro izquierdo, pataleaba, quizás, de la ansiedad que inoculaba disfrutar un partido de fútbol de Argentina con goles lujosos y proezas típicas de un soñador.

Goles y proezas que no sucedieron en ningún tramo del partido para el lado argentino. Cuatro disparos al arco fueron suficientes para tres tantos croatas; mientras que seis del conjunto dirigido por Jorge Sampaoli no lograron ningún porcentaje de efectividad. El concepto de juego que el oriundo de Casilda anheló y manifestó desde su asunción a partir del primero de junio de 2017 no fue transmitido en el campo de juego ante Croacia.

Un funcionamiento que no estuvo lo suficientemente aceitado para plasmar en esta instancia ante un equipo que demostró totalmente lo contrario: aptitud para afrontar el contexto y el rival. ¿Falta de trabajo? Zlatko Dalic, director técnico croata, asumió el plantel que hoy entrena cuatro meses después de que lo haga Sampaoli en la Selección Argentina.

“Jugar por abajo y protagonizar”, como el entrenador de 58 años comunicó cuando dirigía a Chile durante una conferencia de prensa previa al partido ante Ecuador por la Copa América en junio de 2015, parece una opción inviable para este equipo en el transcurso de la competencia y espinoso para las selecciones identificadas con conceptos lúdicos idénticos o similares (caso España: empate ante Portugal y victoria laboriosa frente a Irán por la mínima).

“El secreto está en creer en la capacidad individual y, sobre todo, creer en la estructura colectiva. Si uno tiene un mal día individualmente, hay que descansar en el conjunto”, le afirmó Sebastián Beccacece, ayudante de campo del conjunto nacional, al diario Clarín el 16 de enero de 2017, cuando entrenaba a Defensa y Justicia. Aplicado a su función actual, Messi tuvo un mal día individualmente y el equipo no ayudó.

“Si el amor se cae, todo alrededor se cae”, dicen en una de sus canciones Los Cafres, una de las bandas favoritas de Lionel Messi según sus manifestaciones al canal de la FIFA, previo al inicio de la Copa del Mundo. Y si Messi se cae, todo alrededor se cae.

Mbappé, el niño récord que despidió a Perú

Agustín Loza @agustinloza25

Cuando Didier Deschamps, su actual entrenador en la selección, levantaba la primera y única Copa del Mundo para Francia en París hace 20 años, de la mano de Zinedine Zidane y Thierry Henry, el joven goleador estaba en el vientre de su madre. Es el único convocado por la selección gala para Rusia 2018 que no había nacido cuando Les Bleus tocaron el cielo con las manos en 1998.

Kylian Mbappé conoce muchas historias de triunfos a su corta edad. Ya fue protagonista de definiciones que cualquier futbolista tiene con un largo recorrido en su carrera deportiva. Fue el más joven en debutar en un Mundial para Francia y, en el mismo sentido, el primero en marcar un gol para su selección en una Copa del Mundo con 19 años y 186 días. No fue cualquier tanto, sino que con este resultado, el elenco dirigido por Didier Deschamps se clasificó a los octavos de final.

Francia jugaba un partido clave para sus pretensiones en el Grupo C de Rusia 2018. En Ekaterimburgo enfrentó a Perú, uno de los equipos más competitivos de su zona, con el plus de que los sudamericanos tenían la necesidad de ganar o empatar para seguir con posibilidades de clasificarse a la siguiente fase tras su frustrado debut ante Dinamarca. La jerarquía de los nombres en la delantera francesa fue un factor clave en este encuentro. Los dirigidos por Ricardo Gareca arrancaron el primer tiempo con una presión furiosa. Los defensores galos no encontraron respuestas durante los primeros minutos, pero la calidad de ciertos jugadores marcó las diferencias entre un equipo normal y otro que quiere llegar a lo más alto.

Mbappé es uno de esos futbolistas que siempre tienen algo más para mostrar. Conoce lo que es romper récords desde que debutó. Cuando saltó a la cancha con 16 años y 347 días se convirtió en el debutante más joven de la historia del fútbol francés, quitándole ese honor a una leyenda como Thierry Henry. También se apropió de otra marca que tenía el ex delantero del Arsenal al marcar su primer gol en primera con la camiseta del Mónaco ante el Tróyes por la liga francesa.

Su juventud no es una excusa para decir que no puede ser protagonista en partidos importantes. Cuando jugaba en Mónaco fue clave para que elequipo del principado llegara a semifinales de Champions. Por eso, el París Saint Germain desembolsó más de 180 millones de euros parahacerse con sus servicios. No es novedad que el joven francés tiene talla internacional. Y su futuro no tiene techo. Muchos sostienen que será el mejor jugador del mundo en los próximos años. Está claro que los elogios no encandilan a un joven que todavía no cumplió 20 años, pero que ya carga con unaresponsabilidad importante.

Si seguimos hablando de marcas, hoy Mbappé rompió otra, pero la alegría de él se contrasta con la tristeza de Perú, que no jugaba un Mundial desde hace 36 años, un número que casi duplica a la edad de la joya francesa. Finalmente, el sueño incaico terminó en Ekaterimburgo por el tanto que marcó el delantero del PSG. El equipo de Gareca se despidió del Mundial 2018 por el festejo del joven cazador de récords.

Luka Modric y Lionel Messi: los capitanes del talento

Rodrigo Engel

La historia futbolística del capitán croata, reciente tricampeón de Champions League con el Real Madrid, tiene un capítulo similar al del argentino, en el que el extraordinario talento eludió sus debilidades físicas. Apodado por algunos en Zadar, su ciudad natal, como “El Cruyff de los Balcanes”, Luka buscará sellar el pase a octavos de final y así mantener con vida el sueño de conseguir un título con su selección.

La Guerra por la independencia de Croacia, transcurrida durante 1991 y 1995, tras la crisis económica financiera de los 80′ y el final de la Guerra Fría, fue determinante en la niñez de Modric: el avance de las fuerzas rebeldes serbias en las zonas balcánicas obligó a la familia a recorrer de uno a otro los hoteles para refugiados. La pelota fue la solución del pequeño y delgado niño en aquel terrible contexto, donde las granadas volaban de un lado a otro y él jugaba, en un escenario que no lo permitía.

Josip Bajlo, director deportivo del Club Zadar en aquel entonces, fue quien se vio sorprendido ante las capacidades de Luka en el estacionamiento del Hotel Kolovare, su estadio preferido. A partir de allí, el Zadar se convertiría en su primer club. El entrenador Miodrag Paunovicdecía que no se hacía notar por su timidez, pero que su talento dentro del campo era evidente.

A los 12 años, el director de la Escuela del Zadar lo llevó a realizar una prueba en Hajduk Split, el club donde Modric soñaba con jugar. Sin embargo, llegó el primer gran golpe deportivo: la falta de físico pesó más que su calidad. Los entrenadores pensaban que era demasiado pequeño, poco desarrollado físicamente y no lo ficharon. A diferencia de Messi, quien sufría un déficit parcial de hormona de crecimiento a los 9 años y necesitó de un costoso tratamiento del cual Newell’s Old Boys de Rosario, el club de sus amores, no se hizo cargo, derivando en la ida del argentino al Barcelona de España, lo del croata era solo cuestión de tiempo.

El Dinamo de Zagreb, rival encarnecido del Hajduk Split, fue quien se quedó finalmente con el diamante. La visión para generar juego fue la principal característica por la cual decidieron contratarlo en 2003. Aunque permaneció cedido por dos temporadas en Zrinjski Inter Zapresic, regresó para conquistar seis títulos y en 2008 ser transferido al Tottenham de Inglaterra.

El 27 de agosto de 2012 se convirtió en nuevo jugador del Real Madrid, donde fue parte de las últimas 4 Champions League conquistadas por el conjunto merengue y siendo pieza fundamental en el esquema de Zinadine Zidane. En silencio y con la misma timidez que recalcó su primer entrenador, es el abanderado del manto sagrado con el número 10. Los jugadores como Lukita no brillan, lo que brilla es el juego que ellos mismos producen.

El Cruyff de los Balcanes ha sido ubicado en todos los sectores del mediocampo a lo largo de su carrera: fue enganche, parte del doble pivote, mediapunta por izquierda y por derecha, cumplió tareas ofensivas y defensivas, de marca, de distribución. La eficacia en la ejecución de pases es abrumadora, prácticamente perfecta.

La leyenda croata Zvonimir Boban comparó sus cualidades con las del italiano Roberto Baggio. “Es el mejor jugador nacido en nuestra tierra de la historia”, expresó Robert Prosinecki, ídolo de la selección que logró el tercer puesto en Francia 1998. El perfeccionamiento de su técnica desde pequeño, su talento individual único y la fuerza mental para no caer ante la situaciones adversas lo instalaron como ejemplo en Croacia.

“Cambiaría mis títulos individuales por ser Campeón Mundial en Rusia”, declaró días previos a la Copa del Mundo, uniéndose al mismo sueño que Messi, quien reiteró en varias oportunidades el deseo de llevar a su país a la cima.

El fútbol los cruza en un encuentro que cambiará el rumbo del Grupo D en Rusia. Ambos con la misma numeración, como en el Real Madrid y el Barcelona. Dos señores que vencieron con talento a las incapacidades físicas. Dos señores que continúan dándole prestigio mundial a la talentosa número 10.

17 de junio, fecha de batallas para la Tricolor

Agustín Loza @agustinloza25

El gol de Hirving Lozano a los 34 minutos del primer tiempo quedará grabado para siempre en la retina de los simpatizantes aztecas. El Estadio Luzhniki de Moscú, que conoce mucho de hazañas, se conmovió al ver la caída del arco vigilado por Manuel Neuer y vio cómo el actual monarca quedaba de rodillas ante el excelente planteo del elenco tricolor.

El 17 de junio es una fecha que quedará marcada a fuego en los libros históricos del fútbol mexicano. El seleccionado nacional dio el golpe que nadie imaginaba, al vencer al vigente campeón del mundo en la presentación del grupo F de Rusia 2018.

Ganarle a Alemania, no es cosa que pasa todos los días. Pero México sabe lo que significa jugar en el décimo séptimo día del mes de junio en este certamen. Lo hizo en cuatro oportunidades. La primera experiencia fue triste, pero después, la historia comenzó a darle guiños positivos a los aztecas.

La primera vez que se paró en la cancha un 17 de junio para una presentación futbolística en un Mundial cayó ante Estados Unidos por los octavos de final de Corea-Japón 2002 en la ciudad de Jeonju. Los goles de Brian McBride y Landon Donovan obligaron a la Tricolor a emprender el regreso a casa.

Pero el fútbol sabe de revanchas, y vaya si las hay. Desde Sudáfrica 2010, comenzó una seguidilla de tres veces consecutivas en las que el destino pone al equipo azteca en un estadio para disputar un encuentro mundialista. Y desde ese momento, los resultados le sonríen, y mucho. En 2010, venció a Francia, el equipo encabezado por Thierry Henry que era el subcampeón vigente. El lugar de esa hazaña fue el Estadio Peter Mokoba, de la ciudad de Polokwane. Los goles de Javier “Chicharito” Hernández y Cuauhtémoc Blanco pusieron el 2-0 definitivo que sacó a los galos de la competición en la primera ronda. Ese fue el único éxito del Tricolor en territorio africano.

Cuatro años más tarde, en Brasil, logró un empate valiosísimo ante el combinado local, uno de los candidatos. La igualdad en cero, con el arquero Guillermo Ochoa como figura indiscutible del encuentro, puso al equipo mexicano con un pie y medio en los octavos de final, donde fue eliminado por Holanda.

Para los fanáticos de la quiniela, los números y los sueños, el 17 significa la desgracia, pero el seleccionado mexicano parece hacerle caso omiso a la superstición. Los devotos a las coincidencias, a tomar nota. A pesar del primer gran tropezón ante un combinado sin mucha historia como Estados Unidos, luego las veces que los aztecas enfrentaron a un equipo que fue campeón mundial en la máxima cita, tuvieron resultados positivos.

México cuenta con cierta tradición en el fútbol, por eso lo de ayer generó varias reacciones. Será difícil de olvidar para los hinchas este triunfo inolvidable ante los teutones. Y con lo que viene sucediendo en los últimos 12 años, de ahora en adelante, todos los 17 de junio, serán sinónimos de sonrisas para el combinado Tricolor.

Fue travesticidio

Jenifer Orellana @jeniorellana97

El jueves 14 de junio comenzó el Mundial de fútbol masculino en Rusia con un 5 a 0 por parte del local sobre Arabia Saudita. Por otro lado, en Argentina está en disputa el Mundial de la Igualdad, el cual a partir del miércoles 13 de este mes dio inicio con la histórica aprobación de la media sanción por la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y este lunes 18 continuó haciendo historia con la incorporación de la figura de “travesticidio” al homicidio de la militante trans Diana Sacayán.

El Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N° 4 de la Capital, integrado por los jueces Adolfo Calvete, Ivana Bloch y Julio César Báez, tomó la decisión el lunes al mediodía de condenar -unánimemente- a Gabriel David Marino a prisión perpetua bajo los cargos de “homicidio triplemente agravado por haber sido ejecutado mediando violencia de género, por odio a la identidad de género y con alevosía, en concurso ideal por robo”.

Marino se encuentra detenido hace dos años, por resultar culpable del crimen que se cometió el 11 de octubre del 2015 en el barrio porteño de Flores.

Una vez oída la sentencia, tanto la sala de audiencias como la plaza ubicada frente a Tribunales se transformaron en un converger de aplausos, calurosos abrazos y llantos con gritos de “¡Diana Sacayán, presente!”. Una postal similar a los festejos en las tribunas cuando la Selección conquista una victoria.

Se sostuvo la evidencia de que durante la madrugada de octubre, Sacayán fue brutalmente asesinada. Las y los peritos contaron más de veinte cortes en su cuerpo, signos de haber sido maniatada y luego de matarla la taparon con un colchón.

El próximo 6 de julio, a las 13.30, se darán a conocer los fundamentos de la sentencia. A su vez, en otra investigación judicial se persiste la búsqueda de una presunta segunda persona involucrada en el travesticidio.

Amancay Diana Sacayán nació en Tucumán pero construyó su compromiso con los derechos humanos y la igualdad en el conurbano matancero, Gregorio de Laferrere. A sus 17 años asumió su identidad trans y la exclusión la indujo a prostituirse por más de una década, vivenciando la violencia institucional.

Siempre rompió los esquemas, desde la expectativa de vida del colectivo trans que es de 35 años, ella vivió cuatro años más (39), hasta convertirse en una de las impulsoras de las leyes Argentinas de la Identidad de Género y del cupo laboral travesti trans, el cual obliga a que el uno por ciento de la administración pública de la provincia de Buenos Aires sean personas de géneros no binarios.

Las argentinas y argentinos con Latinoamérica unida exclamamos: “Basta de travesticidios” y “Libres, juntas y diversas”.

Al otro lado del charco, donde la pelota rueda en los estadios rusos, la persecución hacia la comunidad LGTBIQ+ es moneda corriente y gravemente castigada, amparándose en una ley promulgada en 2013 que prohíbe la propaganda homosexual a menores de edad.

Esperemos que el canto de las libertadoras de América llegue al territorio gobernado por Vladimir Putin para que haya justicia social.

Mascherano convertido en héroe

Agustín Galluzzo @agusgalluzzo

“Con su potente mirada y fuerte discurso a sus compañeros le dará palabras de aliento al arquero para que sepa que ese día puede ser un héroe. Pero, quien quedará en la historia argentina como el superhéroe del equipo es él. Porque a todos les queda claro: él es el Jefe”.Con esa última palabra se titula su biografía, en la que Alfredo Ves Losada y Andrés Eliceche recuperan, de manera minuciosa, la historia de Javier Mascherano, un futbolista convertido en superhéroe, en su superhéroe, en Superman.

Mascherano nunca imaginó para su vida algo que no fuera el fútbol. Desde que era un niño apasionado del barrio de San Lorenzo en Santa Fé hasta el profesional que se convirtió en el jugador con más presencias en la Selección Argentina, con 143 partidos. “¿Usted sabe el hijo que tiene? No es normal la seriedad y la manera en la que se desvive por triunfar”, le dijeron a su padre, Oscar, cuando llegó a River para dar sus primeros pasos con apenas 13 años.

El argentino que juega en el Hebei Fortune de China confesó en “Jefe” su devoción por el fútbol y su escasa cantidad de amigos durante la niñez. “Casi no tenía amigos, únicamente me encerraba en casa a mirar partidos o alguna película de Superman”, expresó en las primeras páginas sobre su superhéroe favorito, al que parece haberle copiado sus mejores rasgos.

En ese ese laboratorio fantástico que comandaron José Pékerman y Hugo Tocalli en las selecciones juveniles, se gestó un jugador que, al igual que Superman, brillaría a través de su sacrificio y sus habilidades, las que pondría al servicio de causas sociales y nobles, y no para interés propio. A esto se referían los cazatalentos de River, a ese carácter altamente competitivo que lo llevó a creerse el único capaz de poder salvar al planeta, ese planeta que Mascherano también vio redondo y que habitualmente se conoce con el nombre de pelota. “La dedicación casi full time a la tarea, el lugar superior en el que lo pone el resto de la humanidad, la capacidad de hacer cosas que muy pocos hacen y su mirada hacia los rivales como si fuesen enemigos son rasgos que podrían asemejarse a Superman”, aseguró Ignacio Alcuri, un periodista uruguayo que escribe críticas cinematográficas, literarias y sobre cómics en su blog “Multiverseros”.

Así como Superman, casi siempre vestido de azul y rojo, supo adaptarse a Kirk Alyn, Christopher Reeves y Brandon Routh, entre otros actores que llevaron su traje, el “Jefecito” tuvo también que reinventarse, con un atuendo de colores similares, ante los pedidos de Pep GuardiolaGerardo MartinoLuis Enrique y demás entrenadores que lo dirigieron en el Barcelona. Pasó de mediocampista a defensor central, de héroe en un lugar a héroe en otro.

Andrea Letamendi, como Clark Kent, tiene un trabajo “normal” durante el día. Es una psicóloga clínica ecuatoriana que trabaja en la Universidad de California, Estados Unidos, pero que, durante su tiempo libre y como buena fanática de los cómics, se convierte en la psicóloga de los superhéroes. “Superman perdió a su padre, sufrió la sobreexposición como si fuese el futbolista más famoso del mundo. Difícil encontrar una ilustración de trauma más clara”, sentenció la profesional que creó “Underthemask”, el sitio web en el que analiza a cada uno de los personajes de los cómics.

“Curarlos o no curarlos, esa es la cuestión”, propone Letamendi en una discordia entre su amor por los cómics y su amor por la profesión. ¿Qué pasaría si Mascherano o cualquier superhéroe contara con una profesional que lo convenciera de que lo mejor es alejarse de lo que lo hace sufrir? Si el argentino es un “soldado que va directo a morir”, un jugador que sufre el fútbol, ¿dejaría el deporte ante una consulta con una psicóloga? Por suerte, “Masche” no tiene sesión pactada hasta después del Mundial de Rusia. Afortunadamente no habrá ninguna kryptonita que debilite el sueño de gloria de este Superman argentino.

Gabriel Jesús, del barrio a Rusia

Matías Tolosa

Hace 4 años pintaba descalzo las calles de su barrio, ahora dibujan su cara en los murales de su ciudad. Gabriel Jesús es el ejemplo más claro de perseverancia que, a pesar de las dificultades que tuvo a lo largo de su vida, supo salir adelante y hoy es una de las estrellas del seleccionado brasileño.

Hay que remontarse al mundial pasado, en Brasil, para ver esa famosa imagen de un joven que usaba los colores verde y amarillo para decorar las calles de Jardim Peri, un pequeño suburbio del norte de San Pablo. Pero para saber dónde empezó el sueño del actual delantero del Manchester City, hay que pasar por el club Pequeninos, su frustrada prueba en San Pablo y su éxito en Palmeiras.

A sus nueve años, Gabriel Jesús comenzó su camino en el fútbol en el club Pequeninos, ubicado enfrente de una cárcel y donde muchos chicos iban porque, además de jugar a la pelota, recibían un sándwich y una bebida y para muchos esa era su única comida del día. Cuando jugaban un torneo, el trofeo era una lata de gaseosa, para ellos más importante que la Copa Libertadores.

En Brasil, los jóvenes que querían dedicarse profesionalmente al fútbol debían iniciar las categorías menores en un club entre los 8 y 10 años aproximadamente, para tener más probabilidades de llegar a Primera División. Por este motivo, Gabriel Jesús fue a realizar una prueba en el San Pablo. Los entrenadores quedaron encantados con el juego del joven delantero, pero había un problema: el club no tenía lugar en la pensión para que se quede a dormir ahí y la madre del niño no podía solventar los gastos del colectivo que lo llevaría a entrenar todos los días. Esa posibilidad quedaba descartada.

Luego de ese primer traspié, el pequeño, pero ambicioso brasileño, se anotó para jugar en un torneo de adultos para estar a la altura si algún día le tocaba competir profesionalmente. En uno de esos partidos, un rival lo amenazó con romperle las piernas si lo seguía gambeteando. Lejos de tenerle miedo, el atrevido de Jardim Peri, lo volvió a pasar de largo una y otra vez hasta dejarlo tirado en el piso. Gracias a sus compañeros, el jugador del equipo contrario no pudo llegar a Gabriel Jesús para quebrarlo, sino la historia sería otra.

A partir de acá comienza la historia conocida. Dos años más tarde, Palmeiras le dio el espacio en sus inferiores, donde asombró a todos y rápidamente llegó a jugar con el primer equipo en 2015. En 2016 fue convocado para disputar los Juegos Olímpicos en Río con la Canarinha y consiguió la primera medalla dorada en la historia de su país, compartiendo equipo con Neymar, el mismo Neymar al que pintaba en las calles de San Pablo para el Mundial de 2014. A su vez, el Manchester City puso los ojos en él y pagó más de 30 millones de euros por pedido de Pep Guardiola, quien llamó al delantero para convencerlo de que su equipo era la mejor opción, por sobre el Real Madrid y Barcelona, que también estaban interesados en ficharlo.

Desde ahí fue considerado por Tité, técnico del seleccionado brasileño, para formar parte del plantel que actualmente está compitiendo en la Copa del Mundo en Rusia. Lleva 9 goles en 18 partidos y nadie menos que Ronaldo Nazario, histórico goleador de la verdeamarelha, señaló a Gabriel Jesús como su digno sucesor en la selección.

Futbolistas latinoamericanos en suelo ruso

Nataniel Peirano

En el mes de mayo fue otorgada una revista de Human Rights Wacth a los periodistas encargados de cubrir el Mundial, esta organización advierte que actualmente los rusos están viviendo la peor etapa vinculada a los derechos humanos desde los tiempos de la Unión Soviética. Son 44 páginas llenas de preocupación por la discriminación laboral, la falta de derechos fundamentales y la represión a los activistas.

La censura en Internet es tema reciente y hubo manifestaciones alrededor del vasto y extenso territorio presidido por Vladimir Vladimirovich Putin desde que accedió al poder a través de un interinato en 1999. Rusia fue multada por cánticos racistas en un amistoso de Francia en Moscú y jugadores como Ari, Sampaio, Hulk y Roberto Carlos han recibido en su momento comentarios hirientes de las mismas características.

Aun así el fútbol sobrevive a crisis de cualquier índole. Este deporte ha abierto sus puertas a latinoamericanos en conjuntos europeos y viceversa. En la primera división de la Unión del Fútbol de Rusia, compuesta por 16 equipos, hay una importante cantidad de jugadores de Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay, Colombia, Ecuador y Honduras.

El caso más emblemático es el del FC Lokomotiv Moscú, club que posee al único mundialista latinoamericano de la Liga Premier rusa, Jefferson Farfán, quien forma parte de la lista de 23 de Ricardo Gareca para representar a Perú. También está acompañado de Guilherme Marinato, brasileño nacionalizado ruso, y Ariclenes Da Silva Ferreira, también nacido en ese país.

Guilherme fue el primer arquero de origen brasilero de la liga rusa, pasó de Atlético Paranaense al Lokomotiv en 2007 y de allí no se movió. Recibió la ciudadanía en 2015 y ahora posee doble nacionalidad, luego de eso se convirtió en el primer jugador fuera de los dominios de la antigua URSS en ser convocado y debutar en la selección nacional.

PFC CSKA Moscú cuenta con Mário Fernandes y Vitinho, ambos nacidos en Brasil, aunque la historia de Fernandes es bastante particular. Por decreto presidencial de Putin recibió la ciudadanía en 2016, sin embargo este año la lesión de Dani Alves generó en Tité, entrenador de la verdeamarela, la necesidad de salir a buscar un lateral derecho de repuesto y este futbolista fue el elegido, pero a la vez tenía el ofrecimiento de Stanislav Cherchésov, director técnico de Rusia, para jugar el Mundial con ellos. Finalmente el jugador se inclinó por los europeos y debutó en la goleada 5-0 a Arabia Saudita en el partido inaugural del Mundial.

El FC Spartak de Moscú posee a Fernando Lucas, Luiz Adriano y Pedro Rocha Neves de Brasil que no tienen una gran presencia en su selección nacional, pero si en el fútbol ruso.

Sigue FC Krasnodar que tiene, seguramente, la mayor diversidad de latinoamericanos en sus filas. Wanderson y Joaozinho (que dejará el club luego de la Copa del Mundo) de Brasil; Ricardo Laborde de Colombia y Mauricio Pereyra de Uruguay. Joaozinho también tiene la nacionalidad rusa.

En FC Zenit de San Petersburgo se encuentra la mayor concentración de argentinos de la liga. Emanuel Mammana, Leandro Paredes, Sebastián Driussi, Emiliano Rigoni y Matías Kranevitter. En el FC Terek Grozny, en cambio, se halla una gran concentración de brasileños: Rodolfo Bantas Bispo, Philipe Sampaio, Ismael Silva Lima, Ravanelli Ferreira Dos Santos y Léo Jabá forman parte de la plantilla.

En el FZ Anzhí Makhachkala, el argentino Juan Eduardo Lescano es el único latinoamericano en el club. El FC Tosno, al igual que CSKA, tiene dos brasileños; Ricardo Cavalcante Mendes y Anderson Carvalho.

El último club ruso es el FC SKA-Jabarovsk que cuenta con Alejandro Barbaro de Argentina, quien pasó por All Boys, San Lorenzo y Nacional antes de emigrar a Chipre para luego llegar a Rusia.

Finalmente en el Shakhtar Donetsk juegan Taison y Fred, ambos forman parte de la lista de 23 seleccionados de Brasil. El Shakhtar es un club de Ucrania, cuyo estadio sufrió grandes pérdidas desde 2014, producto de la disputa por Crimea entre rebeldes prorrusos y ucranianos, península que antes pertenecía a la URSS y pasó a ser una república autónoma dentro de Ucrania, al independizarse esta.

A pesar de los conflictos y los actos de discriminación, estas instituciones se han mostrado, en esta última década, muy abiertas a la inclusión de jugadores latinoamericanos en sus equipos y han roto las barreras socialmente impuestas décadas atrás.

Murió Gonella, testigo de la primera hazaña argentina

Agustín Loza @agustinloza25

En el medio de los miles y miles de papelitos esparcidos por todo el Estadio Monumental de Núñez aquel 25 de junio de 1978, y entre la euforia por los goles de Mario Kempes y Daniel Bertoni que resquebrajaron las estructuras del Antonio Vespucio Liberti, se encontraba el italiano Sergio Gonella.

El juez de aquella final de la primera Copa del Mundo disputada en Argentina, donde se vieron enfrentados el seleccionado local y Holanda, el equipo más importante de la década del 70, falleció esta mañana a los 85 años, según informó el periódico Corriere dello Sport.
Gonella fue uno de los árbitros más importantes del fútbol italiano. Nacido en Asti, el 23 de mayo de 1933, es reconocido como el primer colegiado de ese país que dirigió una definición mundialista. Todo indicaba que su vida estaba destinada a la actividad bancaria, pero dio un giro rotundo y resolvió inclinarse por el arbitraje.

Comenzó su carrera en el Calcio en 1965, y gracias a sus grandes actuaciones poco a poco fue escalando posiciones y ganando reconocimiento. En 1972 fue ascendido como árbitro de la UEFA, liga en la que llegó a ser el juez de una de las finales de la Supercopa de Europa entre Bayern Munich y Dinamo Kiev, donde el elenco ucraniano se consagró por primera vez.
Su apogeo llegó en 1978 cuando fue convocado para dirigir el Mundial en Argentina. Estuvo presente en el Estadio José María Minella de Mar del Plata para ser el réferi del encuentro entre Brasil y España, que terminó en un aburrido empate sin goles.

Sin embargo, el duelo más importante que dirigió se jugó el 25 de junio en Buenos Aires. La albiceleste venció a Holanda por 3-1 consiguiendo su primer campeonato y, a pesar de lo que pasaba puertas afuera del Monumental, el pueblo festejó una alegría entre tanto sufrimiento, y Gonella fue testigo privilegiado de ese momento.

En dicho encuentro, tuvo que tomar una decisión curiosa: impidió que el holandés René van de Kerkhof jugara con un dudoso vendaje que tenía en una de sus muñecas, más parecía un yeso. Tras la advertencia del capitán de la celeste y blanca Daniel Passarella, el italiano decidió que el delantero europeo juegue con la condición de que mojara la banda que cubría su articulación, para no perjudicar al resto de los jugadores.

Luego de ese duelo histórico, el árbitro decidió abandonar la actividad. Ya había cumplido el sueño más grande que cualquiera de sus colegas podría tener. A los 45 años, pisó por última vez una cancha para ser el encargado de imponer justicia en el deporte más popular del mundo.

Entre 1998 y 2000, fue presidente de la Asociación Italiana de Árbitros. Sin dudas, Gonella fue un referente en su actividad. El arbitraje italiano siempre tuvo una buena reputación en el fútbol internacional. No por nada, la AIA suma en la lista tres finales de Copas del Mundo.
24 años después de la experiencia de 1978, Pierluigi Collina fue el juez de la goleada de Brasil a Alemania por 3-0 en la definición de Corea-Japón 2002, mientras que, en 2014, Nicola Rizzoli arbitró la recordada final entre los teutones y Argentina, comandada por Lionel Messi. El triunfo fue para los europeos por 1-0 en tiempo suplementario.

Gonella, además de haber sido pionero en dirigir partidos de esta envergadura internacional, fue el encargado de dar el pitazo final para que los argentinos se sientan en la cima del mundo por primera vez en la historia, por eso, su deceso, también marca la partida de un protagonista de aquel 25 de junio histórico que quedará grabado para siempre en la memoria de los aficionados futboleros.

Milos Degenek, del búnker subterráneo al Mundial

Tomas Grasso

En 1999, en el marco de la guerra de Kosovo, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), bombardeaba a la antigua Yugoslavia. En el patio de un colegio de Arandelovac –ciudad serbia ubicada 70 kilómetros al sur de Belgrado- Milos Degenek y sus amigos disputaban un partido de fútbol durante el recreo. Hasta que una sirena interrumpió de prepo el normal transcurso del juego. La alarma anunció que un nuevo ataque se aproximaba y rápidamente corrieron hasta un búnker subterráneo, que gran parte de los antiguos edificios yugoslavos disponía por las conflagraciones que marcaron su historia. Milos tenía apenas seis años, pasó 48 horas sin luz natural y alimentándose a base de comida enlatada, sin saber si volvería a ver a su familia, tratando de dormir con la incertidumbre de si se volvería a despertar la mañana siguiente. “Es una mierda decirlo, pero he visto cadáveres, sentí que las bombas caían al suelo, experimenté su impacto”, reveló.

La guerra marcó a la familia Degenek: cinco años antes y cuando el defensor tenía sólo dieciocho meses, tuvieron que partir de Knin en Croacia, por la guerra independentista que atravesaba al país balcánico. Dejaron atrás su casa, su tierra, sus parientes y amigos. “Fue un período muy triste para mi corazón. No he vuelto a Croacia desde entonces”, manifestó.

Con la ayuda de un amigo de su padre que trabajaba en la Cruz Roja consiguieron un lugar en un programa que reubicaba a los afectados por los bombardeos de la OTAN. Al principio Milos y Djordje –su hermano- desde la inocencia que poseían dos chicos menores de 10 años, se encontraron emocionados por la posibilidad de subirse a un avión, una experiencia totalmente nueva y que los sacaría de ese submundo que viven los países bajo conflicto bélico.

Mudarse a Australia no fue fácil; a diferencia de su primera emigración, arribaron a un país que no hablaba el mismo idioma y la idiosincrasia era totalmente diferente a lo que acostumbraban. Los grandes edificios que conforman la abrumadora ciudad de Sidney era lo opuesto a Arandelovac, una pequeña localidad que tenía muchos siglos de antigüedad.“El cambio realmente me golpeó, había gente por todos lados”, admitió.

La llegada de otras familias de la cultura serbia y croata, sumada a la posibilidad de hacerse amigos a través del fútbol y la escuela apaciguaron la turbulenta vida que llevó Milos hasta ese entonces. La estabilidad del país oceánico le permitió a la familia comprar su primera casa, en el barrio de Liverpool. Una casa muy antigua y sin lujos, pero con un patio que dio origen al sueño de convertirse en futbolista profesional. Ese jardín verde albergaba muy temprano en la mañana sus entrenamientos individuales y durante la tarde jugaba con sus amigos, tres contra tres y cuatro contra cuatro. Lo convirtieron en un mini complejo de fútbol. La posibilidad de adquirir esa propiedad es uno de los dos momentos que hicieron que Milos se enamore del país que lo recibió con los brazos abiertos. El restante data de 2008, cuando tuvo la posibilidad de capitanear a los Joeys –seleccionado sub 15 australiano- en un amistoso frente a Japón en el Instituto del Deporte de Canberra. “El entrenador me dio la posibilidad de dirigir el país, un niño que llegó sin nada del otro lado del mundo menos de una década atrás”, manifestó.

Es por eso que la alegría será máxima durante el Mundial, brindará su alma y su corazón para defender los colores de los Socceroos en Rusia 2018, tratará de alguna manera de compensar algo de la bondad que el pueblo le extendió a su familia, que de por sí estará en las tribunas saltando de arriba abajo con una sonrisa en su rostro y con la bandera australiana en el pecho.