jueves, septiembre 19, 2024
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El rol del aguafiestas

Por Barbara Fritzler

La sociedad actual se podría considerar privilegiada. Tiene en su poder herramientas que en un pasado nadie hubiera soñado con su existencia, y es testigo de fenómenos únicos en la historia. Todos ellos se ven atravesados por la vorágine de las redes sociales: cuando pasa algo, hay que compartirlo. Y si bien esto puede resultar un beneficio para la comunicación en numerosos aspectos, ¿cuál es el lado dañino de las redes, en qué puede culminar?

Pocas personas son las que hoy desconocen el significado de la palabra “meme”. Los memes son imágenes que pretenden expresar un concepto humorístico, y los usuarios de Internet ven la chance de crear uno nuevo apenas se da un hecho de relevancia cotidiana (política, música, fútbol, etc). Son graciosos, sí, pero nunca faltan los oportunistas que por ególatras no diferencian el verdadero humor de aquel que cruza la línea.

Hace algunas décadas la opinión pública no tenía tantos medios para manifestarse, y sin embargo las críticas siempre afectaron a los más débiles. En el fútbol, es un caso conocido el de Robert Enke, el arquero alemán que se suicidó a causa de la depresión que le generaban los comentarios negativos y la constante agresión.

Hoy todo eso se ve magnificado por las plataformas virtuales que permiten a quien sea decir lo que sea. El humor es delicado, la ironía fina es para pocos; y oponerse a las agresiones se transformó en un sinónimo de aguafiestas. “Vamos, es humor negro, no seas tan sensible”. El fútbol, nuevamente, sirve para todo, y los memes no son la excepción.

En este caso, se puede decir que la Selección Argentina “les da de comer” a los que buscan dañar. O puede que no, puede que simplemente desde la ignorancia se intente hacer un chiste sin tener en cuenta su repercusión y cómo puede perjudicar a una persona hasta etiquetarla con algo que deberá cargar constantemente. Gonzalo Higuaín es el mejor ejemplo: erró una situación de gol clave en más de una final, y eso parece haberlo condenado a una eternidad de burlas que lo van a relacionar para siempre con esos hecho. La catarata de memes surgió en 2014 y continúa hoy, incluso con Higuaín fuera de los convocados. Basta con que aparezca para que las ideas se renueven: las imágenes lo muestran siempre equivocándose. Higuaín confundiéndose de cancha. Higuaín diseñando la polémica camiseta de Boca con el patrocinador arriba de la banda amarilla y no sobre ella. Higuaín intentando sacarse una foto agarrando la luna con los dedos (y fracasando). Higuaín en una escena de los Simpson en la que Bart le pide que firme su yeso, y se decepciona cuando el jugador en lugar del yeso firma la pierna.

Es peligroso no entender el poder que la opinión pública puede llegar a tener. El Pipita no es ningún fracasado: brilla en Europa, se cansa de hacer goles y gana millones. Sin embargo, se lo encasilló como el hombre al que nunca le alcanza, el que siempre se equivoca, el tonto. ¿Quién es el verdadero tonto?

Sin ir muy atrás, la lesión de Fernando Gago ante Perú generó las mismas repercusiones. Un jugador de fútbol que se rompió el tendón de Aquiles dos veces y que ahora sufre una de las peores lesiones en su rodilla, debería ser todo lo contrario a un “pecho frío”. No obstante, los comentarios son contagiosos. “Mirá, ahí entro Gago, seguro en cinco minutos se lesiona”. A una sociedad bizarra, cada vez más cerca de transformarse en una verdadera distopía, ni los gritos del mediocampista pidiendo que lo dejen jugar aun con la rodilla rota la conmueven. En realidad, los apuntados varían según la situación, generalmente no hay quien se salve de las humoradas. Y es que también hay que saber dirigirlas.

Corriendo el riesgo de ser el amargado, el que no sabe apreciar el humor negro, el “sensible”, todavía existe el que se opone. En el fútbol y en la vida, ser sensible no es un insulto, es ser inteligente. Y muchas veces la inteligencia duele, porque es abrir los ojos, deshacerse del cinismo cotidiano y comprender todo eso que los demás prefieren ignorar. Así que dale, no seas sensible. No nos arruines la fiesta.

“Me gusta poder hacer las cosas que hago pero sin exponerme”

Por Tiago Couce

Según Matías Biscay, el ayudante de campo debe adaptarse a “las necesidades del entrenador, entregarse a él y estar preparado para brindar las soluciones que se requiera”. Recalcó que en River son dos los ayudantes, Hernán Buján y él. Trabajan en conjunto para abarcar cada detalle, preparar los entrenamientos que Marcelo Gallardo les indica y observar enfrentamientos de los rivales para mostrarles a sus jugadores “a quiénes se van a enfrentar, sus virtudes y debilidades”.

Sobre Gallardo confesó que “es bastante abierto al momento de recibir información, pregunta y escucha sin problema”. Aseguró que suelen acertar muchas veces en los pensamientos pero que también hay casos en los que disienten. Sin embargo, una vez que el entrenador ya tomó la decisión, van detrás de lo que él dijo, sin oposiciones y apoyándose entre todos. “Tampoco se trata de una ‘monarquía’, por decirlo de alguna manera. Primero nos da la libertad de opinar y argumentar lo que pensamos. Debatimos entre todos y cada uno expone su idea y en base a los argumentos es que tomamos una determinación”, remarcó el ex Compostela.

Aunque hacen parecer que es una tarea fácil la que llevan adelante y en la cual les va bien, esto no siempre es así. Biscay reveló que “la clave para que esto pase es la complicidad” que tienen con Marcelo, el entendimiento que entre ellos corre y se puede expresar en un simple cruce de miradas. “Cada uno sabe lo que el otro piensa”, dijo y explicó que tienen un punto en común que es el mínimo e indispensable para ser un buen equipo: la idea futbolística y los mismos fundamentos del deporte.

Adhiere también al relato de que es fundamental la formación que tuvieron ellos dos y Hernán en el club desde chicos. “El sentido de pertenencia” que tienen hacia la institución los hace ser cada vez más competitivos para “poder obtener los objetivos propuestos”. Saben qué es lo que la gente quiere y lo que el club te exige por su grandeza. Hizo hincapié en que son tres amigos que les apasiona su trabajo, del cual disfrutan mucho a pesar de la exigencia que ellos mismos se proyectan.

-Si bien te encontrás muy cómodo en tu posición, ¿pensás ser director técnico en algún momento?

-Esa posibilidad todavía ni pasa por mi cabeza. Estoy muy bien en la actualidad y no quiero cambiarlo, disfruto mucho de lo que vivo y no pienso en otra cosa. Me siento muy bien trabajando como lo hacemos y aparte no me siento cómodo con la exposición que tienen los entrenadores. No me gusta hablar en los medios. Me gusta poder hacer las cosas que hago pero sin exponerme. Yo prefiero estar detrás, cumpliendo con mis tareas sin tener que darle explicaciones a nadie que no sea del club y tenga que dárselas. A veces los entrenadores son muy aporreados sin saber todo lo que se realiza durante la semana.

Cabe recordar que él ya tuvo una gran experiencia como entrenador cuando le tocó estar en la vuelta de la final de la Copa Libertadores obtenida en el 2015 por una expulsión que sufrió el Muñeco en México contra Tigres. Rememoró el incidente con tristeza porque “Marcelo se merecía más que nadie estar presente en ese momento y por una sanción estúpida ni siquiera pudo bajar al vestuario”.

A su vez, al ser consultado si quisiera continuar con este grupo de trabajo en algún club europeo, aseveró que disfruta mucho su “estadía en el club de Núñez” y no habrá muchos lugares en donde pueda sentirse tan bien.

Ya adentrado en plena conversación, se notaba distendido al entrevistado. Un ambiente relajado, sin esquivar preguntas y compartiendo un café. Era bastante expresivo a la hora de responder y estaba predispuesto a seguir adelante con mucho entusiasmo.

Cuando se indagó sobre si dirigirían el seleccionado argentino, la respuesta no fue tan contundente como la anterior. Se notó en él sus ganas de vestir el buzo de la Argentina. Recordó el rumor que circuló sobre Gallardo como director en plena crisis de AFA pero en ese momento todavía tenían mucho tiempo de contrato con River, por lo cual “ni siquiera fue considerada la opción”.

Por último, el ayudante de campo que tuvo su paso por Nacional de Uruguay, aclaró el asunto de la salida de Lucas Alario. Manifestó que no se esperaban “la partida en un momento como el que se atraviesa, con muchas competiciones” y que será muy difícil reemplazarlo. No obstante, realzó que el punto importante es “el equipo y el funcionamiento en conjunto”.

-¿Cómo creés que fueron los manejos entre los clubes?

-Creo que no se trató bien el tema. Me dio bronca por Lucas, merecía irse mucho mejor porque es un muy buen chico. Creo que no tienen que tomarlo como un rehén de esta situación. Es un conflicto entre River y el Bayer Leverkusen que tienen que solucionar y dejar que el Pipa haga su trabajo tranquilo, porque en definitiva es eso.

“Piensan que criticar es hacer periodismo y están muy equivocados”

Por Agustín Galluzzo

Jorge Higuaín, el padre de Gonzalo y ex futbolista, fue siempre un zaguero central muy difícil de superar. Esta vez el Pipa salió con los tapones de punta para enfrentar a quienes se mostraron críticos con la selección nacional y apuntó contra la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y sus desorganizaciones.

El ex defensor de 60 años dialogó a solas con El Equipo, reveló intimidades del paso del Pipita a la Juventus desde Napoli y contó, entre otras cosas, cómo decidió jugar para River luego de haber sido un jugador muy querido en su clásico rival, Boca Juniors.

-¿Creés que se es injusto con tu hijo? ¿Cómo se convive con los memes o chistes mal intencionados?

-Primero que nada, hay muchos periodistas que hablan de futbol y que realmente no entienden nada. Creen que criticar desmedidamente es hacer periodismo y están realmente equivocados. Un jugador que está jugando en Europa hace tantos años y sigue convirtiendo tantos goles merece un mínimo de respeto. Con ese criterio y después de los goles que erraron, Benedetto e Icardi no podrían jugar más y no es así. Al tema de los memes no le doy importancia, me parece que hay gente que vive al pedo y le dedica tiempo a eso. Pero burlarse de la lesión de Gago me pareció de una mala leche tremenda.

-Se ha convocado y se ha probado con distintos N°9 en el último tiempo, ¿El problema pasa por?

-El problema de Argentina es general, es de equipo. No se le puede caer únicamente a los cuatro de arriba. En un Banco el gerente puede ser el mejor, pero si los empleados trabajan mal, el negocio no va a funcionar. En el futbol es lo mismo, los otros siete u ocho del equipo también tienen que aportar desde su lado. Por otro parte, están las desorganizaciones que venimos teniendo en AFA que quieras o no repercuten en lo futbolístico.

Habiendo jugado en las dos canchas y con ambas camisetas, ¿Considerabas importante el cambio de cancha?

-No, para nada. Los jugadores si responden van a responder en cualquier cancha. No se ganan así los partidos, se ganan jugando mejor y haciendo goles. Jugamos mejor que Perú, pero la pelota no quiso entrar.

¿Qué opinás de las críticas que reciben algunos jugadores por no cantar el himno?

-Me cae muy mal eso. Me parece muy patético que el presidente de la nación y el de AFA permitan que el himno se tararee y no que se cante completo. Yo bajaría línea desde ahí. Somos el único país del mundo que no canta el himno.

¿Qué opinás sobre Jorge Sampaoli?

-La verdad que no lo conozco. Tampoco en estos partidos logré entender su forma de juego. Ahora, si le vieron capacidad hay que bancarlo pase lo que pase. No es un mago que te va a armar al equipo campeón del mundo en pocos partidos.

¿Qué te pareció la idea de no hablar con la prensa? ¿Y su alejamiento con la gente?

-Lo de la prensa es entendible. Es probable que hayan hecho un pacto. Si vos hablas mal de mí yo no tengo por qué hablar con vos. Con la gente se hace difícil el acercamiento, hay poco tiempo. Antes todos los jugadores eran del futbol argentino y la gente tenía ese arraigo con los de su club. Hoy, la mayoría juega en Europa y eso es una grieta que en la mala es muy difícil de subsanar.

¿Cómo viviste el paso de Gonzalo de Napoli a Juventus? ¿Fue una decisión difícil, pudiste hablar con él o darle algún consejo?

-Lo que pasa es que Gonzalo en Napoli era muy querido, pero no tenía vida propia. No podía salir a la calle. Nosotros somos muy parecidos a los napolitanos. Allá, como acá, la relación es amor u odio. Apareció Juventus, que institucionalmente es más grande, y para Gonzalo fue volver al primer nivel. Claramente no se equivocó porque el primer año fue campeón y jugó la final de la Champions League.

-¿Cómo fue tomar la decisión de ir a River tras el llamado de Menotti luego de haber jugado en Boca y anteriormente en San Lorenzo?

-Son pasos que tiene que dar el futbolista profesional. En San Lorenzo me dejaron en la calle. En Boca fui muy feliz. Pero cuando César Luis Menotti, que me había tenido en Boca, me llamó una madrugada no pude negarme porque era un gran desafío.

Te tocó hacerle un gol a Boca con la camiseta de River, ¿Cómo fue la decisión de gritarlo?

-Lo tomé como una cuestión deportiva. La idea de gritar un gol es meramente profesional. No gritar el gol me parece una tontería y una falta de respeto al club al que te está tocando representar en ese momento.

Siempre hablando de tu carrera futbolística, si tuvieras que elegir el momento más feliz y el más triste de tu carrera ¿Cuál elegirías?

-El golpe más duro fue la final de la Supercopa que perdimos con Cruzeiro en 1991. Además, habíamos ganado 2-0 en cancha de River y allá nos bailaron. Perder 3-0 esa final y teniendo más de 30 años me dolió más porque no sabía si iba a tener revancha. Los de máxima felicidad fueron muchos. Recuerdo los títulos con River y cuando ganamos una liguilla eliminando a Boca, con todo lo que eso significa.

¿Te quedó la espina de no haber jugado en la Selección Argentina?

-Si, la verdad que sí. Sin embargo, es algo que no depende únicamente de uno. Bilardo, que era el técnico, tuvo otras prioridades y es respetable. En lo que corresponde a mi esfuerzo personal, me quedo tranquilo porque hice todo lo posible para estar, fui un profesional con todas las letras.

¿Cuál fue el mejor DT que tuviste en tu carrera? ¿Por qué?

-Sin lugar a duda César Luis Menotti. Es difícil explicarte la razón porque hablo desde la admiración. Tenía una sabiduría innata, una gran capacidad de expresarse y de sostener a los futbolistas en los malos momentos. Estoy totalmente identificado con su manera de interpretar el fútbol.

-¿Cómo viviste ese River y Chicago en cancha de River en el que tus hijos se enfrentaron? ¿Se vive distinto a otros partidos?

-Fue un partido especial porque también son los dos clubes que más quiero. Al haber jugado profesionalmente, no sufrí porque sé todo lo que viven dentro de una cancha. Sufro cuando no hacen un gol o los critican, pero es otro tipo de sufrimiento. Trato de transmitirles esa tranquilidad a mis amigos que no jugaron a la pelota para que también se la trasladen a sus hijos.

Federico (Higuaín) lleva 5 años jugando en Estados Unidos. ¿Cómo se adaptó a ese futbol? ¿Qué diferencias encontró o encontraste vos en la MLS con respecto a otras ligas?

En el año 1983, mi entrenador era el Bambino Veira. Una tarde nos dijo: “Muchachos aprendan el inglés que el futuro está en el fútbol de Estados Unidos”. Nosotros lo miramos raro, pero fue todo un sabio. La liga ha crecido muchísimo. Te encontras con estrellas que ganan como en Europa. Sólo falta que el equipo completo sea profesional porque muchos utilizan el futbol como pantalla para pagar sus estudios. El día que se solucione esto van a ser aún más competitivos.

Volver a la historia

Por Magalí Robles @maguirobles2

A principios de este año, la empresa Torneos anunció el cierre de la revista El Gráfico, que en 2019 habría cumplido cien años. Y no debe perderse la historia de que entre las décadas de 1920s y 1960s puso a más mujeres atletas en tapa que cualquier otra revista deportiva de Latinoamérica.

Sin embargo, durante esos primeros 50 años de la revista, solamente el 10 por ciento de las tapas fue destinado a mujeres, y nada más que el seis por ciento a mujeres atletas, ya que en sus principios era una revista dedicada al interés general.

Su cobertura del deporte femenino se deterioró a partir de 1960; desde entonces, este casi no fue promovido y con frecuencia se lo minimizó: Si durante las primeras cinco décadas -desde 1919 hasta 1969- el porcentaje de las mujeres fue del 10 por ciento, desde la década del 1970 hasta su cierre en 2018 -este año mundialista- no llegó siquiera al 2 por ciento.

Brenda Elsey -historiadora estadounidense de política, género y cultura popular especializada en el fútbol en Latinoamérica- manifestó que si bien la cantidad de mujeres que aparecen en las portadas de El Gráfico es poca, es mucho mayor que en otras publicaciones, por ejemplo Jornal dos Sports en Brasil o Estadio en Chile.

La segunda mitad de la década de 1960 y la década de 1970 íntegra transcurrieron sin que una sola mujer pase por la tapa de El Gráfico: desde 1964 hasta 1982 no hubo una sola mujer en portada. Recién hubo nuevamente una presencia femenina en enero de 1983, luego de 18 años, pero no fue una tapa exclusivamente dedicada a una mujer. Fue una tapa que reunió a los deportistas campeones del año anterior, y la integraron tres mujeres… acompañadas de 17 hombres.

Ese casi 2 por ciento de mujeres que aparecen en tapas de las últimas cinco décadas de la revista corresponde a 28 mujeres en 1.867 tapas. Sin embargo, de esas 28 portadas integradas por mujeres, solamente 15 tapas estuvieron dedicadas exclusivamente a ellas: 14 a Gabriela Sabatini y una a Las Leonas. No es menor el hecho de que hayan debido ser campeonas para aparecer allí. Con los deportistas hombres, eso no pasa.

Con esos datos es imprescindible preguntarse por qué el periodismo deportivo le da más relevancia a los eventos masculinos que a los femeninos. Porque sigue ocurriendo lo mismo.

Sólo revisando la historia se puede reflexionar sobre el presente.

El periodismo deportivo no se enteró de la revolución de las pibas”, escribió la periodista Luciana Peker en su libro La Revolución de las Mujeres. Y es así. El periodismo deportivo es un obstáculo para las deportistas. Los medios -y no solo los periodistas deportivos- tienen la responsabilidad de investigar las condiciones bajo las cuales las mujeres realizan deportes, y por qué lo siguen haciendo a pesar de la objetivización permanente y la indiferencia.

El mundo del deporte no es un mundo aislado. Pero allí se debe replantear por qué en los medios de comunicación los periodistas hacen más hincapié en las mujeres de los deportistas -sobre todo futbolistas- que en las deportistas en sí.

Fueron casi 100 años antes de que Torneos cerrara la revista El Gráfico, y solamente 300 de sus 4.489 tapas históricas fueron ocupadas por mujeres. Ese número incluye a deportistas y no deportistas, acompañadas por hombres y protagonizando las tapas ellas. Y, al final, es cierto: el periodismo deportivo no se enteró de la revolución de las pibas. Todavía.

Huelga

Huelga general de mujeres. ¿Qué sucedería si las mujeres se declararan en huelga, todas las mujeres, no sólo las que trabajan fuera de sus casas, sino también las esposas y madres de familia? Las consecuencias de esta formidable huelga serían terribles y el gobierno o los hombres se verían obligados a ceder inmediatamente. Tal parece ser la conclusión que se deriva de la siguiente crónica, escrita por un periodista madrugador, que, celoso de la primacía noticiosa de su diario, no ha vacilado en describir la huelga antes de que se produzca”, decía un extracto de un artículo publicado en la revista El Gráfico el 3 de enero de 1923.

Hace 95 años ya se había planteado la idea de llevar a cabo una huelga de mujeres. Y hoy, 95 años después, se llevó a cabo este 8 de marzo un paro de mujeres que, organizado internacionalmente a través de las redes sociales, levanta en más de 30 países del mundo la consigna: “Si nuestra vida no vale, produzcan sin nosotras”.

Para Argentina solamente vale ganar

Nahuel Gala @NahueGala

Siete minutos del segundo tiempo suplementario en el Estadio Maracaná, Río de Janeiro. Desborda André Schürrle. Centro. Gol de Götze. Argentina volvía a perder una final del mundo ante Alemania. La primera, en México 1986, la ganó 3 a 2, en la de Italia 1990 cayó 1 a 0 y, en esta última ocasión –con Brasil 2014 como epicentro–, repetiría resultado. Copa América Chile 2015 y Centenario 2016 en Estados Unidos: nuevamente, la derrota estuvo presente. Dos caídas por penales ante la selección chilena golpearían a un plantel que no pudo alzar un trofeo en tres instancias internacionales decisivas consecutivas.

Una parte importante del periodismo hizo hincapié en su análisis desde altos niveles de exitismo. Al comunicar opiniones, rumores, imponer condiciones, suponer obligaciones, se reflejan matices que hacen parecer que lo único que sirve en este juego es la victoria. Ángel Cappa, entrenador argentino, expresó en un debate para el diario El País de España en 2015 el porqué de esta postura erróneamente naturalizada en los medios de mayor circulación: “El capitalismo en el deporte logró que ganar no sea lo más importante sino lo único importante. Uno ya no encuentra esa diferencia entre ganar o perder, entre el éxito y el fracaso, porque solamente vale ganar”. ¿El juego, el funcionamiento, la estrategia, no importa? ¿Qué lugar ocupa?

“El fútbol es lo más importante de las cosas menos importantes de la vida”, dice Jorge Valdano. Un reflejo de que hay otras prioridades en la cotidianeidad de cualquiera. ¿La derrota nos hace fracasados? Es más, ¿qué tipo de derrota nos hará fracasados, si se tiene en cuenta el camino repleto de turbulencias por el que atravesó este plantel en los últimos cuatro años? “Los jugadores que no juegan bien las finales no son jugadores de selección. Messi juega mal las finales con Argentina”.

Un año después, con el mismo resultado en la tercera final al hilo, se tituló: “Un fracaso más. La selección tocó fondo”. Los memes contra Higuaín dispararon sin piedad. El delantero de la Juventus de Italia erró goles determinantes en instancias cruciales y la sociedad futbolera, que está destinada a buscar el éxito y que responde a la lógica del mensaje dominante de los medios masivos, no tuvo reparo en saber cómo se sentiría él ni ninguno de los demás futbolistas que integraron los equipos que llegaron a ese último partido con la celeste y blanca. “Veo a Lionel Messi y veo a un chico que es el mejor del mundo y el peor de Argentina”.

Messi, estandarte invaluable de este grupo, no soportó más la presión y la exposición mediática que busca culpables ante las caídas consecutivas del equipo y se retiró, momentáneamente, del plantel: “Es increíble pero no se me da. Se terminó para mí la selección”. Al poco tiempo se dio cuenta de que lo había dicho en caliente, sin pensarlo dos o tres veces, y regresó. “La gente se cree que por tener a Messi ya lo tenemos que ganar todo. No nos equivoquemos, Argentina sin él es un equipo normal. Así que a Messi hay que cuidarlo, no criticarlo. Que lo cuiden porque, sino, no iremos al próximo Mundial”, había expresado César Luis Menotti. Una profecía que por poco se cumple.

“En la segunda final ante Chile, por ejemplo, Messi le hizo mal a la selección argentina. No jugó, ocupó el lugar que pudo haber ocupado un cono naranja. Messi le hace daño a Argentina”.

Sin embargo, en el cierre de aquel año, la gota que rebalsó el vaso: Brasil vapulearía al plantel albiceleste por 3 a 0 en Belo Horizonte en las Eliminatorias rumbo a Rusia 2018 y las críticas, las búsquedas de sentencias, los rasgos que debilitan a los futbolistas por parte de los medios de comunicación, determinaron que ellos no quieran hablar más por esa vía.“Preferimos dar la cara antes de mandar un comunicado. Estamos acá para decirles que hemos tomado la decisión de no hablar más con la prensa. Recibimos muchas acusaciones, muchas faltas de respeto y nunca dijimos nada”.

Seis entrenadores en una década. Gerardo Martino y Edgardo Bauza duraron, entre los dos, tres años al mando del conjunto nacional. Fueron los primeros en caer cuando las papas quemaban. Mejor dicho, cuando el periodismo apuntaba que todo iba mal y que el seleccionado no iba a poder clasificar al próximo Campeonato Mundial por la elección de los que conformaban el equipo. Messi y sus amistades, Messi y su club de amigos. La culpa la tenían ellos, los que el capitán pedía que sean integrados. Como si esos supuestos amigos no entendieran el juego o no tuvieran experiencia alguna: Sergio Agüero, máximo goleador de la historia del Manchester City y tercero en la historia de la celeste y blanca. Javier Mascherano, jugador con más presencias en la selección argentina. Lucas Biglia, símbolo del Anderletch belga y de la Lazio italiana, ahora en AC Milan. Ángel Di María, multicampeón de España y Europa con el Real Madrid y ahora en París Saint-Germain. Gonzalo Higuaín, el sexto máximo goleador de la historia de la albiceleste y actual bicampeón de la Serie A con Juventus.

“Este equipo está lleno de fracasados. Bauza, ¡me hacés perder guita si no vas al Mundial, quiero que vayas al Mundial! Si Argentina no va al Mundial, no nos contrata ningún canal, ninguna radio, no escribimos para nadie ni cobramos viático y perdemos plata. Vivimos de eso nosotros”.

El Patón fue despedido e indemnizado por la AFA que conduce Claudio Tapia. Jorge Sampaoli sería el encargado de asumir la responsabilidad del mandato del equipo e intentar evitar el repechaje y obtener un boleto directo a Rusia. Debutó contra Uruguay como visitante y prosiguió con Venezuela –última en la tabla sudamericana– de local en el Estadio Monumental, en Buenos Aires. Ambos partidos con empates. La clasificación pendía de un hilo y el repechaje también se alejaba. La selección estaba afuera del Mundial. “Tengan un poco de vergüenza, pechos fríos. Por lo menos pidan perdón, perdón y perdón porque no le ganamos a Venezuela. Son unos mamarrachos, así no vamos a la Copa del Mundo. Salvo Otamendi, Mascherano y las ganas que le puso Messi, muy mal Argentina. El técnico se sigue equivocando en casi todo lo que él piensa que puede darse en la cancha”.

-“En Barcelona la agarra en la casa y la manda al fondo. ¿Por qué acá no? ¡Le pesa la camiseta! Sin ganas, sin potencia, sin dirección”.

-“El que no ve que Messi está dos puntos por debajo de lo que es Messi, no sabe de fútbol, no ve fútbol y está borracho”.

-“Todos son rehenes de tener que pasarle la pelota al nene chiquito que, si no la tiene, se pone mal. Y que cuando no la tiene tampoco te salva”.

-“Esos goles importantes que hace en España estaría bueno que los haga acá. Para ir y hacer eso no vayas”.

Se sufrió, sí. Pero el pasaje se logró. Messi y compañía brillaron en Quito y le dieron al fútbol argentino la satisfacción de poder ver un Mundial de fútbol siendo parte de la competencia. Muchos se pusieron el buzo del entrenador y los botines de los futbolistas como si fuera sencillo. “¡Y no me importa lo que digan esos p*tos periodistas, la p*ta que los parió! ¡Hay que alentar a la selección!”. El exitismo es inevitable a estas alturas y el debut en la cita mundialista frente a Islandia tendrá los condimentos de ir en contra de los memes, las cargadas, las acusaciones, los insultos, las faltas de respeto, las descalificaciones y las inventadas obligaciones: “El seleccionado debe llegar a la final y ser campeón”. ¿Por qué deben llevar esa mochila en la espalda? ¿Por qué la prensa tiene que salir a decir que el objetivo es ganar y que lo único que importa es llegar al último encuentro y conseguir el trofeo? Si bien ganó en dos oportunidades, ¿por qué se genera una obligación que tienen que cargar los 23 de Sampaoli?

En el medio de la preparación y los amistosos que disputó la albiceleste, llegó la caída 6 a 1 con España en el Estadio Wanda Metropolitano de Madrid. “Sampaoli es un 4 de copa con culo y salió campeón con Chile por Bielsa. Si él quisiera podrá dejar de vender humo”.Indudablemente los ibéricos demostraron un despliegue futbolístico fascinante y el resultado era cada vez más irreversible. Argentina abrirá el Grupo D del Campeonato del Mundo del 2018 el sábado 16 de junio, a las 10 de la mañana, frente a Islandia en el Spartak Stadium de Moscú. Parece ser que las prioridades son otras: solo vale el resultado, perder es de fracasados y ganar es una obligación. Este equipo entró por la ventana y buscará salir por la puerta grande. Se vivió mucha incertidumbre desde aquel gol de Götze, una votación de 75 integrantes de la AFA que culminó increíblemente empatada 38 a 38, dos finales continentales perdidas por la pena máxima y la escapatoria del repechaje en la última fecha de las Eliminatorias.

Depender de Lionel Messi no es una necesidad sino un instinto futbolístico. Tener con la 10 en la espalda y la cinta de capitán a un jugador de su talla dentro de los 11 titulares no es para cualquiera y no les ocurre a todos los seleccionados del mundo. Pensar que Messi será capaz de guiar a este plantel a la gloria en solitario es un error. Encontrar los socios ideales para que el funcionamiento se concrete es una virtud. Giovani Lo Celso, Cristian Pavón y Maximiliano Meza, caras nuevas, propuestas nuevas. Argentina está asociada a la crítica por perder tres finales consecutivas, pero quienes malgastan su tiempo en encontrar esas falencias no ponen en cuestión el hecho de que hubo tres entrenadores diferentes en el lapso de dos años y medio y que, estratégicamente hablando, no es fácil volcar un pensamiento táctico en tan poco tiempo. El juego es lo más importante, pero armar un proyecto y respetarlo lo es aún más. El enfocarse solo en imaginar que Messi sea el artífice de un milagro deportivo es un paradigma que se liga a lo extraordinario.

La historia de Nizhny Nóvgorod, la ciudad cerrada que se abrió para el Mundial

Por Tomás Grasso

El común denominador del argentino futbolero escuchó nombrar por primera vez a Nizhny Nóvgorod el día que se sorteó la primera fase del Mundial y se determinó que allí el combinado nacional enfrentaría a Croacia por la segunda fecha del Grupo D. Pero que esta ciudad ubicada 417 kilómetros al este de la capital rusa esconde años de historia durante la era soviética.

La ciudad fue construida en la confluencia de dos grandes ríos navegables que atraviesan la mayor parte de la llanura de Europa Occidental, el Volga y el Oka, y aprovechó durante siglos su enclave privilegiado en el camino fluvial directo a Persia y a otros países del oriente.

En la novela de Julio Verne, Miguel Strogoff, el correo del Zar debía alcanzar la ciudad para avisar a las tropas imperiales rusas de la invasión de los tártaros. Nizhny fue el epicentro industrial del país durante el Siglo XX, lo que lo convirtió en el máximo proveedor de equipamiento militar al frente oriental. Esto originó que haya sido el centro de los constantes ataques aéreos y bombardeos por parte de la Luftwaffe –la fuerza aérea alemana durante la segunda guerra mundial-, en la búsqueda de destruir la fortaleza del imperio soviético.

Gorki –nombre que llevaba la ciudad durante la época soviética por decisión de Stalin, en honor del escritor Máximo Gorki- sufrió 43 ataques germanos,33.934 bombas incendiarias y otras 1.631 de alto poder explosivo fueron lanzadas sobre la urbe.

Sobre los escombros y las constantes reconstrucciones que marcaron su historia, se edificó el Nizhny Nóvgorod Stadium a orillas del Volga, de lado opuesto del Kremlin, una fortaleza de piedra demarcada por doce torres que envuelve los palacios y los edificios religiosos más importantes de la ciudad.

Un estadio que fue reformado para la Copa del Mundo y actualmente tiene lugar para 55.300 espectadores pero que una vez finalizada la cita mundialista se desarmarán las tribunas tubulares y verá reducida su capacidad en 25.000 localidades. Y continuará con su uso el FC Volga y el FC Olimpiyets.

Durante gran parte de la era soviética, la ciudad fuecerrada a los extranjerospara salvaguardar la seguridad de la investigación militar soviética, a pesar de que se trataba de un punto de parada popular para los turistas soviéticos que entraban y salían del Volga en embarcaciones turísticas.

En contraposición con aquella decisión de Stalin de aislarla, con la llegada de la Copa de Mundo Nizhny recibirá a una gran diversidad de naciones y de culturas, que se verán representadas en los hinchas que irán a defender su bandera a las gradas del estadio.

21 de agosto: el día que busca trascender en la historia del fútbol femenino

Por Morena Beltrán

Año 1971. En Bolivia, el militar Hugo Banzer Suárez asume la presidencia, luego de darle un golpe de estado al presidente Juan José Torres Gonzales. Guerra de Vietnam: Australia y Nueva Zelanda deciden retirar sus tropas. John McCarthy, padre de la inteligencia artificial, obtenía el Premio Turing. Johan Cruyff ganaba su primer Balón de Oro. Fallecía, a los 64 años, Rosa Wernicke, escritora, poeta, dramaturga y periodista argentina. El poeta chileno Pablo Neruda era galardonado con el Premio Nobel. Y ahí en Argentina, mientras el mandatario de facto Alejandro Agustín Lanusse proponía el Gran Acuerdo Nacional, un grupo de mujeres se cosía camisetas, se calzaba los botines y desafiaba al statu quo de la época.

Se trata de las pioneras del fútbol femenino del país, quienes se juntaron unos pesos como pudieron y partieron rumbo a México para competir en el Mundial de Fútbol, el segundo organizado en la historia de la disciplina. En aquella competencia, frente a más de 100.000 personas en el Estadio Azteca, Argentina derrotó categóricamente por 4 a 1 a Inglaterra. Una gambeta de Grillo o un remate de Elba Selva (autora de los cuatro goles). Un manotazo de Julio Elías Musimessi o una salida de puños de Marta Soler. El heroísmo omitido por un deporte androcentrista.

A 47 años de la hazaña, una legisladora de Nuevo Encuentro, Andrea Conde, presentó un proyecto para que aquel 21 de agosto se inmortalice en el tiempo, para que se le dé punto de partida a una historia de equidad, para que se transforme en el día de la futbolista. “Buscamos considerar este día para que quede en la memoria de la historia del fútbol, porque así como estamos hoy, la historia parece que la escribieron sólo los hombres. Así como el 14 de mayo se celebra el día del futbolista en homenaje al gol de Ernesto Grillo frente a Inglaterra en 1953. Nosotras también tenemos historia, nuestras heroínas”, senaló a minutouno.comMónica Santino, ex jugadora de All Boys y fundadora de La Nuestra.

Estas mujeres, que dieron batalla para poder jugar a la pelota y ser felices en la cancha, pero que sufrieron mucho para poder hacerlo, prendieron la mecha de un cambio cultural que parece inapagable. Y… ¿Para qué tanto esfuerzo? ¿Tantos sacrificios? ¿Para sufrir situaciones denigrantes? No. Para que todas estas mujeres y muchísimas más puedan sentirse orgullosas de tirar un caño o gritar un gol. Para que, pase lo que pase, sepan que, como pioneras, nada fue en vano. Que ellas abrieron el camino y que ya no hay manera de que cese la lucha por lo que a uno le pertenece: el derecho a la libertad e igualdad. Que, aunque hoy el profesionalismo y el reconocimiento siga estando lejos en el horizonte, está un poco más cerca que décadas atrás. Y, sobre todo, para que madres, abuelas o tías, como Mónica Santino o Elba Selva, puedan decirles a los hijos de sus hijos que no hay nada, absolutamente nada, imposible para una mujer. Para que se sientan heroínas porque, como decía Roberto Gómez Bolaños: “El heroísmo no consiste en carecer de miedos, sino en superarlos. El que, consciente de esas deficiencias, se enfrenta al problema, ese es un héroe. Y los héroes pierden, muchas veces, esa es otra de sus características. Pero después sus ideas triunfan”.

El significado de Manu Ginóbili en la NBA

Nahuel Gala @NahueGala

“De los jugadores más únicos que me tocó defender. Cambiaste el juego”, publicó Jason Kidd al enterarse de que Emanuel Ginóbili ya no volvería a picar la anaranjada nuevamente, al menos, a nivel profesional. Uno de los bases más reconocidos de todos los tiempos le brindó una oración que englobó mucho de lo que significó el argentino en la NBA: desde su llegada a San Antonio, en 2002, nada volvería a ser como antes. El escolta de los Spurs durante 16 temporadas supo asumir el rol que le tocaba partido tras partido. No importaba si era titular o no, si ingresaba diez minutos o si Gregg Popovich lo hacía entrar solamente en los momentos clave. Ginóbili logró encontrar un equilibrio entre los deseos personales y colectivos. Daba igual si él era la figura de los encuentros, si era el que más puntos anotaba o si era quien anotaba el tiro ganador. Si al equipo lo beneficiaba que él estuviera en el banco para luego tomar decisiones dentro de la cancha cuando le tocara, nunca habría una queja.

Manu siempre decía que no importaba quién iniciaba los juegos sino quién los terminaba. En una época con Tim Duncan y Tony Parker como máximas estrellas, el argentino siempre quedaría apartado del quinteto inicial. Pero, de todos modos, él era la insignia de sacrificio y perseverancia con la que abanderaba a la franquicia texana. Skip Bayless, periodista deportivo de los Estados Unidos que está ligado a la NBA, le dedico unas palabras en las redes sociales: “Gracias, Manu, por sacrificar algo de tu talento especial y tu genialidad de baloncesto para que los Spurs pudieran ganar anillos. Podrías haber liderado a la NBA en anotación, pero saliste de la banca y marcaste tantos tiros clave. Fuiste el espíritu de los Spurs”.

“Fácilmente, el mejor sexto hombre de la historia. Es un talentoso escolta digno de Salón de la Fama que voluntariamente se adaptó a la segunda unidad y fue emblemático para la cultura de San Antonio”, recordó Max Kellerman, periodista de ESPN, en su programa llamado First Take. El premio al Sexto Hombre del Año requiere de una superación constante. Ginóbili lo logró una sola vez, en 2008. Pero a él le importaba más que una simple distinción, él dejó un legado. “Fuiste la persona principal a la que miré cuando decidí que iba a ser un sexto hombre para siempre. Tu estilo, talento, competitividad y voluntad de ganar serán verdaderamente extrañados. Nada más que respeto por tí”, compartió Jamal Crawford, también escolta y, además, mejor suplente en 2010, 2014 y 2016. El efecto del bahiense en quienes sabían que no iban a poder destacarse en el cuadro titular marcó una época. Unió equipos, ayudó a que cada jugador supiera adaptarse al lugar que ocupaba cuando se presentaban los encuentros. Esa fue la clave de que San Antonio fuera tan exitoso. Con Popovich en el banco junto con Manu y Parker complementando a Duncan en el parqué, sería la clave del éxito: tres anillos en un lapso de cinco temporadas, entre 2003 y 2007.

 

Ginóbili fue líder. Fue resistencia, exigencia y concreción. En palabras similares lo conmemoró Brent Barry, con quien intervino en dos de los cuatro campeonatos logrados por el argentino: “El liderazgo no se trata de un título o una designación. Se trata de impacto, influencia e inspiración. El impacto implica obtener resultados, la influencia se trata de difundir la pasión que tienes para tu trabajo, y debes inspirar a tus compañeros de equipo. Ni un día él no era dueño de los tres”. Eso fue Manu. Un inoxidable luchador que buscaba el beneficio de su equipo antes que el individual. Un inolvidable escolta digno de jugadas maravillosas como el Euro Step o sus asistencias a pase picado. Un incansable guerrero que prefirió cumplir puestos de segunda plana antes que llevarse los laureles de máxima estrella. Su pasión y sed de competitividad fueron clave para llegar a lo más alto del mundo de la NBA. “Siempre fuiste una amenaza, no importa si nos enfrentábamos en la temporada regular, en las Finales o con los seleccionados nacionales”, lo condecoró, entre tantas otras palabras de elogio, LeBron James.

Adam Silver, comisionado de la liga, le reconoció la importancia que tuvo para que la NBA se expandiera y llegara a montones de rincones que no había logrado alcanzar: “Un campeón de la NBA y All-Star, Manu Ginobili, también es un pionero que ayudó a globalizar la NBA. Es uno de los mejores embajadores del baloncesto que cree en el poder de los deportes para cambiar vidas. Y, durante 16 años, tuvimos la suerte de ver competir a una leyenda al más alto nivel. Gracias, Manu, por una carrera que inspiró a millones de personas en todo el mundo”. Es el único no nacido en suelo estadounidense en consagrarse con, al menos, cuatro anillos y una medalla dorada en Juegos Olímpicos. Está a la altura de Bill Rusell, Michael Jordan, Kobe Bryant, Scottie Pippen, Magic Johnson, Shaquille O’Neal, entre otros. Además, es el jugador en la historia de la NBA con mayor porcentaje de victorias entre quienes tienen más de mil partidos disputados: 72%. También es quien tiene el récord de triples y robos en San Antonio y el cuarto que más tiros anotó desde atrás de la línea en Playoffs detrás de Reggie Miller, LeBron James y Ray Allen.

Buscando a Panzeri: bienvenidos a lo impensado

Por Cynthia Zabotinsky, Juan Pablo Santillán y Agustín Galuzzo

“De Panzeri lo único que se sabe y que se repite es la frase ‘dinámica de lo impensado’. Estaría bueno que se sepa qué es dinámica, qué es impensado, qué carajo quiso decir cuando lo dijo”. Sebastián Kohan Esquenazi, director del documental Buscando a Panzeri, se propuso, a través de una búsqueda implacable, responder esta cita que pronunció ese periodista al que los periodistas mencionan, sin saber, una y otra vez.

Seis años de investigación constante llevaron a Kohan Esquenazi a la Biblioteca Nacional, al Archivo Gráfico de la Nación y al de la escuela de periodismo Tea y Deportea, a la casilla de mail de Marcelo Bielsa y hasta al teléfono de Carlos Salvador Bilardo.

En el camino de la búsqueda, que lejos estuvo de ser sencilla, el director se encontró con familiares y amigos íntimos de Panzeri que hubieran podido aportar datos muy valiosos pero que optaron por llamarse a silencio. En esas aguas navegan las escenas, las de la investigación plena, las que hacen de este documental un reflejo literal de lo que es la tarea periodística.

La falta de archivo audiovisual necesario para el enriquecimiento del documental es resuelta con solvencia por un actor que imita a Panzeri y habla frente a cámara. Es un trabajo de búsqueda sobre este personaje, al que Kohan Esquenazi define como “la figurita más difícil del álbum”.

La historia abarca momentos como los comienzos de Dante Panzeri como periodista en el ciclismo y sus columnas en televisión hasta su maravillosa última tapa como director de El Gráfico, en la que, en un acto de justicia, colocó a Antonio Báez, un crack de River y Millonarios de Bogotá que llevaba diez años retirado pero que no había tenido ese privilegio en su carrera como futbolista.

Kohan Esquenazi expone con sutileza sus continuos contactos con un archivista que lo manipula ante su deseo de conseguir cintas televisivas de Panzeri que fueron extraídas de los distintos medios. En ese punto el director, al igual que el protagonista buscado, encuentra dificultades para adaptarse a ese mundo “socialmente enfermo” de la comunicación.

Lo dijo Horacio Pagani, uno de los tantos periodistas que recurre a sus frases constantemente y que además aparece en este documental: “Panzeri fue una imagen poco redituable para las empresas y muy redituable para una película”.

Aunque aún su fecha de estreno sea incierta, el objetivo del director dejará de ser impensado: Panzeri será recordado por siempre, al menos por el que vea este documental.

Betty García: “Todos tenemos los mismos derechos de ocupar nuestros lugares”

Por Jenifer Orellana @jeniorellana97

Once mujeres posaban para una foto en el Estadio Azteca de la Ciudad de México. Vestían la camiseta celeste y blanca, acompañadas de su entrenador.

Esta imagen no se encuentra impresa en ningún libro de historia. Sin embargo, constituye un emblema para el deporte femenino de Argentina.

La memoria fue capturada en el Mundial de Fútbol femenino que se disputó en México durante el año 1971. Era la segunda competencia mundialista que llevaban a cabo las mujeres, pero la primera para las argentinas.

Dentro de ese plantel que representó a nuestro país se encontraba la número nueve y capitana Gloria Betty García, quien actualmente -con 76 años- narra lo vivenciado en el Mundial de México 71: “En el año 1970 se organizó un partido por televisión directa que lo televisó Canal 13. A partir de ahí en el 71 llegaron las mexicanas a jugar acá. Y vino una invitación para que podamos jugar en el Mundial de 1971 en México. Ahí se integraron cuatro equipos: Inglaterra, Francia, Italia y Dinamarca. México y nosotras éramos los países americanos”. Además, García recordó la hazaña más significativa que tuvieron allí: “Nosotras les ganamos el 21 de agosto del 71 a Inglaterra por 4 a 1 y las sacamos del Mundial”.

Betty García es una referente para el fútbol femenino nacional, que durante 47 años vio como se invisibilizaba en los medios hegemónicos la historia que trazó entre gambetas, caños, pases y goles junto a sus compañeras desde la década del 50. “Cuando terminó el Mundial jugamos contra México, porque nos pidieron jugar un amistoso. Llegó ese día, nosotras le ganamos y luego cuando salimos de México bajamos en Perú para jugar con la Selección, también le ganamos a las peruanas. Lástima que al llegar acá no nos recibió nadie, sólo estaba la familia”, lamentó la exdelantera del seleccionado nacional.

La pionera García también fue víctima de la marginalización, precarización y ninguneo por parte de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA). Por eso, cuando integró el seleccionado femenino del 70, no recibieron ayuda de la AFA. Entonces se vieron obligadas a resolver esta problemática por sus propios medios: “Nos habían dado camisetas, pero resulta que eran de mala calidad y al primer lavado nos habíamos quedado sin ropa. Entonces ellos (México) nos facilitaron camisetas, medias, pantaloncitos para que pudiéramos volver a jugar y los botines”.

Inclusive el equipo nacional viajó sin entrenador: “Estábamos sin director técnico el primer partido, pero en el segundo ya tuvimos la colaboración de un jugador de Argentina, quien estaba en México y se llamaba Norberto Rozas. Él se hizo cargo del equipo”.

A pesar del compañerismo que demostró México con Argentina, propio del espíritu deportivo, las futbolistas no poseían dinero ni para enviar una carta a sus familias. Por eso, García comentó: “Una vez en el partido contra Italia había una señora que vendía fotos nuestras en el estadio. Entonces me entregó unas 100 fotos y nosotras las autografiábamos en el partido y nos dedicábamos a venderlas. Gracias a eso recaudábamos para pasar los días. Recién al final del campeonato nos pagaron, pero durante el campeonato no teníamos, porque a la moneda Argentina no la aceptaba ningún país en ese momento”.

Sin embargo, la alegría y la pasión que le brindó vestir la camiseta de su país no se la quita nada ni nadie. “Fue muy lindo. Yo ya la había vestido cuando fui a jugar contra la selección uruguaya, pero jugar el Mundial fue lo más hermoso que había. Todas las chicas tienen un buen recuerdo”, aseguró la capitana de la selección pionera en México 71’.

Los señores poderosos que convirtieron al fútbol en un negocio poseen la concepción de que este deporte jugado por mujeres no es redituable en capital monetario, olvidándose un concepto básico de la economía: las leyes de oferta y demanda. Desplazándolo a términos deportivos: si se demuestra un compromiso predispuesto a beneficiar el crecimiento del fútbol femenino, uno de los avances podría ser otorgarle un espacio en los medios de comunicación, es decir televisar los partidos de las ligas femeninas (oferta), del mismo modo que lo hacen con el masculino. A través de esta visualización se genera un involucramiento por parte del televidente (demanda), debido a que el fútbol es uno de los deportes más populares a nivel nacional.

No obstante, se ha comenzado a proporcionar un espacio en los medios televisivos, pero se debe al empoderamiento de las futbolistas que vienen resistiendo de este lado de la trinchera. Durante los 70, Canal 13 tuvo interés de televisar un partido en donde Betty García se encontraba dentro de las jugadoras e hizo mención con respecto a la transmisión: “En ese momento empezó a florecer el fútbol femenino, pero de repente se cortó y no sé por qué”.

Las canciones de cancha suelen tener un contenido xenófobo, racista, homófobo y misógino a causa de la construcción socio-cultural heteropatriarcal con la que se forma a las personas desde el momento de la concepción. Por eso, aquellas mujeres de la década del 50, que se involucraban en el fútbol, no sólo debían eludir y rematar en el arco rival sino a los hombres, quienes desde la tribuna les ordenaban a los gritos que vayan a lavar los platos. “Al principio sí, cuando entrabamos a la cancha, pero cuando empezábamos a jugar ya no nos decían nada, porque a la gente le gustaba. Tenés que dejar a la gente que demuestre lo que siente y le gusta, porque nadie tiene que decirte lo que tenés que hacer y en esa época si te lo decían”, aseguró García.

Una vez más, las chicas demostrando que son capaces de todo. Aun así el camino para ellas se convierte en un terreno pantanoso y tanto las paredes como el techo de cristal se engrosa aún más, en donde la vara del exitismo es mayormente exigente. “Hay mucho machismo acá ¿Por qué nosotras tenemos que estar demostrándoles lo que valemos? Nosotras valemos siempre, ya lo hemos demostrado, entonces no tenemos por qué demostrar nada. Sólo el hombre machista debe dar un paso al costado y dejar a la gente avanzar”, asentó la nueve de la selección del 70.

A consecuencia de los desafíos que deben enfrentar las futbolistas a diario, sus convicciones se sostienen en todos lados. Por esa razón, el compromiso ante las causas sociales es inevitable y lo trasladan de las redes sociales al campo de juego, restándole importancia a los comentarios externos pertenecientes al statu quo. “Es un adelanto bueno y nadie puede decir lo que tiene que hacer una mujer. Cada uno es dueño de sí mismo y nadie tiene que ponernos ni cláusulas, ni paredes, ni barreras”, sostuvo Betty García y opinó sobre el involucramiento del movimiento feminista en el deporte: Es bueno eso, ¿Por qué la mujer no puede estar a la par del hombre? Trabaja igual que el hombre, hace las cosas igual que él, ¿Por qué no? Todos tenemos los mismos derechos de ocupar nuestros lugares. Nadie nos tiene que decir donde nos tenemos que poner las mujeres.”

Y así fue. La nueve de la Selección del 70’ se retiró del fútbol a los 44 años, por una razón: “Cuando sos más grande tenés más problema de lesionarte y yo no podía darme el lujo de lesionarme porque tenía que trabajar. Por eso, yo digo que las jugadoras de ahora tienen que ser pagas, sin necesidad de trabajar. Así pueden practicar más, tener más tiempo para el deporte”.”

Betty García es la referente de muchas chicas que comienzan a cambiar las zapatillas por los botines y a pisar fuerte en la cancha. De todos modos, alguien debió inspirar a García para que tomara el envión y jamás dejara de correr detrás de la pelota con la cabeza siempre alta: “Yo soy hincha de Racing y mis mayores ídolos están en Racing: Roberto Perfumo, (Juan José) Pizzutti, (Juan Carlos) Cárdenas”.

Las decisiones que suele tomar una mujer se encuentran muchas veces cuestionadas si no van acorde a lo que se espera de ella. Por esa razón, la capitana de la década del 70 tuvo que gambetear otro obstáculo para que ese se convirtiera en su mayor logro: “Es haber ido al Mundial y haber podido realizar mi sueño. Una vez cuando era chica alguien me preguntó ¿Qué querés ser cuando seas grande? Y yo le dije deportista. Me miraron raro. No dije que quería ser médico, ni abogada. A mí me gustaba el deporte. Había gente que se oponía a que yo realizara el deporte pero como a mí me gustaba fui para adelante. No me gusta que me digan lo que tengo hacer”.

Ese Mundial que se jugó en México durante el año 1971 quedó marcado en la historia del fútbol femenino y en la vida de aquellas que integraron el plantel.

Hoy, luego de 47 años, salió a la luz que 17 futbolistas viajaron a disputar una competencia mundialista por sus propios medios, dejando una huella que no se puede borrar. Esto fue gracias a la organización Las Pioneras del Fútbol Femenino Argentino, quienes han combatido incansablemente para dar a conocer que las mujeres también pueden escribir y hacer historia en espacios donde se les ha asignados a los varones por costumbres de la época.

De ese modo, comenzaron a circular imágenes de archivo que constataban lo que Las Pioneras informaban. “Veo la imagen de mis compañeras y me emociona mucho porque la mitad de estas jugadoras ya no están y nos hubiera gustado que estuvieran todas para que a ellas les brindaran todo lo que nos están brindando ahora”, describe nostálgica Betty al mirar la foto que sostiene en sus manos.

Además, la fotografía con el plantel femenino en el mítico Estadio Azteca incrementó su visibilización mediante el hashtag #21deAgosto, a causa de que la organización impulsada por la exfutbolista Lucila Sandoval comenzara una campaña para que las futbolistas argentinas puedan celebrar su día con un suceso histórico que las represente. “A partir de ahí, han pedido que el 21 de agosto sea el día de la futbolista. Nosotras queremos que se haga, porque no queremos estar el mismo día que están los hombres. Nosotras queremos tener nuestro día también. ·Estuvimos en la Cámara de Diputados y parece que le van a dar causa al pedido”, declaró la pionera. El día al que ella hace mención es cuando con cuatro goles de Elba Selva acompañadas de sus asistencias derrotan a Inglaterra por 4 a 1 eliminándolas del Mundial en el mítico Estadio Azteca. Es el mismo escenario donde Diego Maradona levanta la Copa del Mundo 15 años después.

Gloria Betty García se transformó en una figura de suma importancia en el fútbol femenino por demostrar que el género no es una condición que te impida concretar las metas y los sueños. Por eso, desde Las Pioneras Futbol Femenino le adjudicaron el apodo “Orgullo nacional”, debido a que Betty García reúne todos los requisitos para representar a una mujer fuerte, insurgente, libre, empoderada y triunfadora en un mundo con un sistema que las quiere ver fracasar.