jueves, junio 26, 2025
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El poder de las ligas en países desarrollados

Por Carolina Jurczyszyn

La Copa América, el torneo más importante a nivel selecciones de Sudamérica, se volverá a realizar en 2020 para que se dispute a la par de la Eurocopa y, de este modo, que haya igualdad en el calendario.

Cada edición de esta competencia tiene equipos invitados.  En esta ocasión serán Japón y Catar, finalistas de la última edición de la Copa Asiática.

La Selección Nipona disputó la Copa América en 1999, que se llevó a cabo en Paraguay. Dicha participación le sirvió para organizar el Mundial de 2002, junto con Corea del Sur, del cual se despidió en octavos de final. En 2011 estaba invitada, pero no asistió debido al terremoto (8,9 grados en la escala de Richter) y al tsunami que devastaron a gran parte del archipiélago.

La máxima categoría del fútbol japonés se empezó a disputar en 1992 y, desde ese momento, intenta que su campeonato se haga visible atrayendo jugadores de ligas europeas, como la inglesa y la española.

Algunos jugadores extranjeros, antes de retirarse de forma absoluta de este deporte, hacen su paso por Japón, país que ofrece contratos millonarios.

Un caso reciente es del español Andrés Iniesta, que dejó el Barcelona para vestir la camiseta del Vissel Kobe. Uno de las razones que motivó al jugador de Fuentealbilla, a mudarse a 10.000 kilómetros de distancia, fue para seguir impulsando el vino que fabrica la bodega, de la cual es dueña y se lleva su apellido.

En Japón están tres ex campeones mundiales: los españoles David Villa y Fernando Torres (Sudáfrica 2010) y el alemán Lucas Podolski (Brasil 2014).

Los argentinos que disputaron el campeonato nipón fueron Ramón Díaz, que jugó en el Yokohama Marinos durante 1993 y 1994, mientras que el Alberto Beto Acosta y Néstor Pipo Gorosito lo hicieron en el mismo club dos años después.

Catar, por su parte, será la primera vez que dispute esta competición a la espera del Campeonato del Mundo que organizará en tres años. Previo a su participación en Brasil, la selección árabe ganó la última edición de la Copa Asiática.

En este país también se ofrecen contratos millonarios. El español y ex jugador azulgrana Xavi Hernández puso fin allí su carrera deportiva. Jugó en el Al-Sadd desde el 2015. Ahora, comenzará ahí mismo su etapa como director técnico.

Otras figuras que se retiraron en Catar fueron Gabriel Batistuta, Pep Guardiola y Raúl González (ex Real Madrid), con Al-Arabiy, Al-Ahliy y Al-Sadd, respectivamente.

Una vuelta de tuerca

Por Valentín Gogorza

1934. Los seleccionados de fútbol se nutren únicamente de jugadores del campeonato local, sin importar su origen. Italia, por ejemplo, goza de la consecuencia de disponer de los argentinos Luis Monti, Raimundo Orsi, Atilio Di María y Enrique Guaita entre sus representantes y logra levantar la Copa del Mundo.

Imaginar, por unos segundos, cómo estarían formados actualmente los conjuntos nacionales si aquella norma no hubiera caducado se torna imposible. Los países europeos, anfitriones de los mecanizados y emocionantes espectáculos ligueros, correrían con ventaja en cuanto a la disponibilidad de futbolistas. La Premier League proveería a Inglaterra de 400 de estos, todos de alto nivel, y serios problemas a su técnico. Alemania, España, Francia, Holanda y Portugal enfrentarían el mismo inconveniente a cambio de deleitarse con las grandes individualidades que militan en sus campeonatos.

Sobre el campo de la imaginación, siempre hay más. China observaría con satisfacción cómo sus representantes de todas partes del mundo vuelven realidad su proyecto deportivo. Sudamérica, a primera vista, saldría damnificado: sin sus materias primas, comercializadas en el viejo continente, debería valerse de los talentos que secan e inundan su geografía.

Ahora, en 2019, si la realidad dictara un cúmulo de distintas percepciones y los combinados participantes de la Copa América se alimentaran únicamente de jugadores que hayan actuado en clubes de su país, la cuestión sería otra.

Conforme a la nueva disposición, las selecciones más relevantes no contarían con futbolistas que son asiduos convocados a las mismas. Brasil, el anfitrión, perdería a quien acostumbraba ser su arquero titular, Ederson Moraes. El guardameta del Manchester City llegó a los 16 años a Portugal, procedente de San Pablo, en el que nunca disputó un encuentro en Primera División.

Asimismo, la más rutilante ausencia sería la de Lionel Messi. El rosarino, que desde niño juega en Barcelona, desampararía al combinado argentino en la competencia subcontinental. Colombia, por su parte, quitaría de su lista a Roger Martínez, ya que el nacido en Cartagena nunca tuvo lugar en el fútbol local cafetero.

Uruguay sufriría dos bajas sensibles, las de Rodrigo Bentancur y Lucas Torreira. El primero, actualmente en la Juventus, inició su carrera en Boca y no logró relacionarse con la Primera División Charrúa. El segundo hizo lo propio en Italia, puesto que debutó en Pescara, pasó a Sampdoria y luego al Arsenal inglés.

Mauricio Isla no podría defender a Chile como lo hizo en los Mundiales de Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, porque no jugó en un ningún equipo trasandino. Se desarrolló en Italia, pasó por Udinese y Juventus, luego por Inglaterra y Francia. En la actualidad se desempeña en el Fenerbache turco.

Las realidades de cada selección serían distintas sin estos nombres. Año tras año, las jóvenes promesas duran menos en las ligas de sus países por las tentaciones que ofrece el viejo continente. Menos mal que esto es imaginación y, competencia tras competencia, estos jugadores vuelven a representar a sus selecciones para elevar el nivel del fútbol sudamericano.

Un pasado sin logros

Por Facundo Weich

Venezuela debutó en la Copa América en 1967, edición que se jugó en Uruguay. En esa ocasión, la Selección Vinotinto terminó en el quinto lugar tras ganar solo un partido, a Bolivia por 3-0.

En 1975 participó por segunda vez y fue eliminada en primera ronda, luego de caer por goleada 11-0 ante Argentina y  6-0 contra Brasil. Cuatro años después, con dos empates y dos derrotas, volvió a quedar afuera en la fase de grupos, la cual integró junto a Chile y Colombia.

En Ecuador 1993 llegó hasta segunda ronda por primera vez y, a pesar de que no pudo seguir avanzando, el máximo anotador del torneo fue un venezolano, José Luis Dolgetta, con cuatro tantos.

En la Copa América Perú 2004, Venezuela volvió a ser eliminada en la instancia inicial del torneo y solo consiguió un punto al empatar con Bolivia. La gran oportunidad llegaría tres años después.

En 2007 fue el organizador de la competición y el gobierno venezolano invirtió cerca de 900 millones de dólares para el evento. Igualó frente a Bolivia por 2-2 y le ganó a Perú, lo que significó la segunda victoria para Venezuela en este certamen. En la tercera fecha el 0-0 ante Uruguay le dio la clasificación a cuartos de final donde cayó por 4-1 contra el conjunto Charrúa.

En Argentina 2011, Venezuela sorprendió al empatar 0-0 ante Brasil. Luego, venció a Ecuador 1-0 y, con un equipo alternativo, igualó 3-3 frente a Paraguay. De esta manera avanzó a cuartos de final. Allí, La Vinotinto consiguió imponerse 2-1 contra Chile y logró un objetivo impensado: disputar la semifinal. En aquel partido le anularon un gol y terminó perdiendo por penales ante Los Guaraníes. Debido a eso, tuvo que disputar el encuentro por el tercer puesto frente a Perú, en el que La Blanquirroja obtuvo la victoria por 4-1.

En Chile 2015, Venezuela inmersa en conflictos políticos, quedó eliminada en primera ronda y al año siguiente en la Copa América Centenario en Estados Unidos, perdió en cuartos de final contra Argentina por 4-1.

Para esta nueva edición, el país que preside Nicolás Maduro atraviesa problemas económicos y enfrentamientos entre civiles y el ejército. Sin embargo, la ilusión de la Selección Vinotinto está latente debido a los cambios futbolísticos que vienen preparando desde las divisiones inferiores y se espera que su participación en la Copa América sea positiva.

Sánchez Bas: El hombre de La Masía que comanda a Catar

Por Federico Bajo

Siete partidos jugados y siete victorias, 19 goles a favor y solo uno en contra: éstos son los números que dejó la participación de Catar en la Copa Asia 2019. Detrás de la mejor actuación futbolística en la historia del país hay un hombre que fue el gran artífice del éxito. Español, de 43 años y formado en La Masía, Félix Sánchez Bas es el entrenador de la selección de la península arábiga desde 2017, aunque su influencia en el fútbol de aquel país comenzó once años antes.

En 2004, mediante un decreto, el gobierno catarí fundó la Aspire Academy, un centro de entrenamiento deportivo y educación para preparar atletas con potencial. En aquel momento el director de la institución era el español Josep Colomer, quien había estado a cargo del fútbol base del Barcelona, y contactó a Sánchez Bas para que se sumara como formador de juveniles en 2006. Así fue como el entrenador español desembarcó en el país árabe luego de haber dirigido durante diez años distintos equipos de inferiores del club catalán, en el que entrenó a varios jugadores que han debutado en primera división, como Sergi Roberto, Gerard Deulofeu, Martín Montoya o Marc Muniesa, demostrando un fuerte liderazgo al punto de adoptar la medida de prohibir a los padres gritarles a sus hijos ya que si lo hacían no se les permitiría presenciar los partidos.

Por su calvicie, por la influencia de la escuela de Johan Cruyff en su formación y por su revolucionario estilo, Sánchez Bas podría ser fácilmente relacionado con Pep Guardiola, el actual entrenador del Manchester City. “Nos gusta ser dominadores del juego, que es cuando los chicos más disfrutan. A nuestros jugadores les gusta dominar el balón, porque así se sienten con mucha más confianza”, expresó acerca de su idea de juego, aunque sin dejar de tener en cuenta la realidad y limitaciones del equipo que comanda: “Hay que ser conscientes de que somos Catar y si siempre jugáramos de la misma manera, seríamos eliminados en octavos de la Copa Asia”.

Un año después de su llegada al centro de entrenamiento -trabajó con los jóvenes con un estilo similar al que aprendió en La Masía con el objetivo de que sus jugadores entiendan el juego-, el español asumió como entrenador del Seleccionado Nacional Sub16 y se encontró con que solo había 220 jugadores fichados en todo el país. Luego, antes de hacerse cargo de la absoluta tras la partida del uruguayo Jorge Fossati, también dirigió el Sub19, con el que fue campeón del continente en 2014, el Sub20 y el Sub23.

Sin embargo, los lazos de Sánchez Bas con el Barcelona no terminan solo en su formación azulgrana. Su ayudante es Sergio Alegre, otro hombre de la cantera del Barça, y con ellos colaboró Xavi Hernández, el histórico jugador del club catalán y campeón del mundo con España que terminó su carrera este año jugando en el Al Saad de Catar, y Raúl González, ex goleador del Real Madrid que entre 2012 y 2014 vistió la misma camiseta con la que se retiró su compatriota Xavi. Además, Fran, hermano de Félix, dirigió la primera división femenina del conjunto azulgrana y antes habían trabajado juntos en las juveniles.

Siempre estaré agradecido a mi mujer por su apoyo en esta aventura. Al principio hablamos de hacer un plan de valoración cada dos años, para así analizar la situación y decidir si volver o quedarnos, y ya llevamos 12 años seguidos. Mis hijas se han criado aquí”, ha declarado Sánchez Bas quien parece que seguirá por unos años más al frente del seleccionado: a principios de 2019 renovó contrato hasta 2022 con el objetivo de continuar el proyecto hasta el Mundial que tendrá al país árabe como anfitrión.

La generación venezolana que sabe de sorpresas

Por Fabrizio Ramos

De la mano de su entrenador Rafael Dudamel, Venezuela llega a la Copa América con el objetivo de darle el mayor rodaje posible a una nueva generación de futbolistas jóvenes, mezclados con experimentados, para competir en forma plena en las Eliminatorias. Aun así, el país se ilusiona con ser la sorpresa de la competencia.

La Vinotinto vive tiempos de renovación y evolución. Ya no es sorpresa que en la lista preliminar de jugadores que presentó su técnico, veintiuno de ellos tengan 25 años o menos, y sólo cuatro superen los 30 años.

La nueva base, con el arquero Wuilker Faríñez como la máxima figura, llega con un logro histórico en el Mundial Sub20 Corea del Sur 2017 ya que finalizó en la segunda posición y fue el equipo que más goles convirtió en el certamen.

Para el entrenador venezolano muchos jugadores aún están en una etapa de desarrollo y aprendizaje y no deben lidiar con todas las responsabilidades. Allí cumplen un papel fundamental los de mayor experiencia, como Tomás Rincón (31), Salomón Rondón (29) y Roberto Rosales (30), que suman más de 70 partidos cada uno vistiendo la camiseta Vinotinto.

Venezuela participó 17 veces en la copa más importante de Sudamérica: en las últimas cuatro ganó al menos un partido, mientras que en sus primeras 13 ediciones sólo consiguió un triunfo. Disputará el grupo B con Brasil, Bolivia y Perú. Aunque el mensaje es competir para conseguir la mayor experiencia posible, entienden que están en condiciones de repetir el histórico cuarto puesto de la Copa América 2011 con una generación de futbolistas que saben de sorpresas.

El rey Salomón

Por Agustín de la Fuente

José Salomón Rondón Giménez nació el 16 de septiembre de 1989 en la ciudad de Caracas. Apenas 16 años después debutó como futbolista profesional en el Aragua Fútbol Club, de la Primera División de Venezuela. En esta institución disputó 58 partidos, convirtió 18 goles y obtuvo la Copa Venezuela de Fútbol 2007. Luego recibió el premio al Juvenil del año de la máxima categoría.

En 2008 fue transferido a la Unión Deportiva Las Palmas, club que militaba en la Segunda División de España. Ese mismo año El Gladiador debutó en la selección Sub20 y, a la vez, en la mayor, ambas en competiciones amistosas.

Disputó el Sudamericano Sub20 de 2009, que se jugó en Venezuela y cuya selección quedó en cuarto lugar. En 8 partidos, el atacante convirtió 3 goles. Esa actuación clasificó a la Vinotinto a la Copa Mundial de Fútbol de la divisional de 2009 disputada en Egipto. En aquella competición, Salomón marcó 4 tantos y su equipo llegó hasta los octavos de final.

En 2010 se sumó al Málaga de España y al año siguiente se convirtió en el autor del gol número 1000 en la historia del club andaluz. Esa temporada fue el máximo anotador de su equipo, con 16 tantos. Por sus muy buenas actuaciones fue incluido en el once revelación de la Primera División de España hecho por la UEFA.

En 2011 formó parte de la Selección Venezolana en la Copa América disputada en Argentina en la que jugó 6 partidos e hizo 1 gol. En las eliminatorias para el Mundial 2014, Rondón marcó 5 tantos, pero Venezuela quedó sexta y no logró clasificar. En 2016 participó de la Copa América Centenario que se llevó a cabo en Estados Unidos. En la clasificación para la Copa Mundial del 2018, Salomón Rondón disputó 14 encuentros, pero sólo logró anotar 1 tanto. Venezuela tuvo malos resultados y quedó en la última posición.

En 2012, el delantero firmó contrato con el Rubin Kazán ruso. Luego, en 2014, pasó al Zenit de San Petersburgo con el que conquistó la Liga Premier de Rusia, y fue el máximo goleador de su club con 21 anotaciones. Al año siguiente se consagró campeón de la Supercopa de Rusia.

A mediados de agosto de 2015, Rondón fue contratado por el West Bromwich Albion, club que, en ese momento, militaba en la Premier League. En su primera temporada en esa institución mandó la pelota a la red en 9 ocasiones y fue el máximo goleador del club. En la temporada 2016/2017 volvió a ser el máximo anotador del West Brom, con 8.

Desde 2018 se desempeña en el Newcastle United inglés y en su primera temporada fue galardonado como el mejor jugador del año del equipo. En Brasil 2019 será la máxima esperanza de su seleccionado.

Con Carlos Queiroz, Colombia no extrañará tanto a Pékerman

Por Martín Mulhall

Nacido en Mozambique hace 66 años, cuando la república africana era colonia portuguesa, el entrenador Carlos Queiroz vivirá su primer reto en Sudamérica tras un amplio recorrido en selecciones.

Comenzó su carrera futbolística en África, donde atajó en el Ferroviário de Nampula durante 6 temporadas. En 1975, luego de la Revolución de los Claveles, abandonó el fútbol y se trasladó a Portugal donde ingresó al Instituto Superior de Educación en la Facultad de Motricidad Humana (actual Universidad Técnica de Lisboa).

Su primera experiencia como entrenador fue en 1989, cuando la Federación Portuguesa de Fútbol lo eligió para dirigir la selección Sub20. Comandó a la Generación Dorada del país europeo, la cual se consagró campeona del Mundial de ese año, al igual que en 1991, en la que formó a jugadores de la talla de Luis Figo y Rui Costa.

Esos éxitos lo llevaron a la Selección Mayor con la que no logró la clasificación a la Copa del Mundo de Estados Unidos 1994, razón por la que fue desplazado del cargo. Posteriormente condujo al Sporting de Lisboa, New York Metrostars, Nagoya Grampus (Japón) y al conjunto nacional de Emiratos Árabes.

Sin embargo, en 2002, Queiroz volvería a los primeros planos por acceder al Mundial de Corea-Japón con Sudáfrica, pero el equipo africano se despidió en la fase de grupos. La gran particularidad del nuevo director técnico de la Fiebre Amarilla es que dirigió más selecciones (5) que clubes (4).

Tras ser asistente de Alex Ferguson en el Manchester United y dirigir al Real Madrid durante una temporada, en 2008 tuvo su segundo mandato en Portugal con el que consiguió clasificar a la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010, en la que Los Lusos quedaron eliminados frente a España.

Él es un fantástico entrenador y profesor. Su principal propósito de vida es desarrollar gente joven, inspirarlos y lograr que se conviertan en buenos seres humanos”, afirmó Alex Ferguson en 2010 para referirse a quien fue su ayudante durante 5 años.

Queiroz llega a Colombia luego de un extenso y exitoso paso por Irán con el cual disputó dos Mundiales seguidos, Brasil 2014 (enfrentó a Argentina) y Rusia 2018. Un estilo de juego, con un rol de docente distinguido por sus jugadores y su perfil bajo, posicionan a Queiroz como el sucesor ideal para reemplazar a José Pékerman con el objetivo de mantener a la selección Cafetera en la cima del fútbol sudamericano.

Catar y Japón llegan a la Copa América en un buen momento deportivo

Por Fernando Bajo

Japón y Catar llegan como invitados a la Copa América. A priori, parecen equipos inferiores a la mayoría de los demás participantes, pero son los dos mejores seleccionados de Asia.

En los últimos años la Selección de Fútbol de Japón consiguió logros deportivos que la posicionaron en el puesto 26 del ranking de la FIFA. Luego de disputar su primer Mundial de Fútbol en Francia 1998 y jugar la Copa América en 1999, en la que quedó eliminada en primera fase, vivió los mejores momentos deportivos de su historia. En Corea Japón 2002, Sudáfrica 2010 y Rusia 2018 llegó a octavos de final de la Copa del Mundo, récord histórico.

Además, conquistó las Copas Asiáticas Japón 1992, Líbano 2000, China 2004 y Catar 2011. En la última edición, Emiratos Árabes Unidos 2019, que se jugó a principio de año, finalizó en segundo lugar luego de llegar como el favorito, tras caer en la final ante Catar por 3 a 1, el otro invitado a la máxima cita subcontinental.

Para la Copa América el equipo que dirige Hajime Moriyasu estará formado en su mayoría por jugadores Sub23. “Buscamos traer una nueva generación de jugadores. Esta es una buena experiencia para ellos”, afirmó el  entrenador con expectativas a los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020.

Entre los citados quien sobresale es Takefusa Kubo, el volante de 17 años a quien apodan el Messi japonés, actualmente se desempeña en el FC Tokio de su país y es la máxima promesa del fútbol Nipón. Además de los juveniles que asistirán a la Copa, los dos más experimentados que integrarán el plantel son el arquero Eiji Kawashima, con 88 encuentros disputados, y Shinji Okazaki, que defendió la camiseta de Los Samuráis Azules en 116 oportunidades.

Por su parte, el país que será sede de la próxima Copa del Mundo alcanzó su máximo logro deportivo este año al coronarse campeón de la Copa Asiática. Antes, solo había llegado a cuartos de final en dos ocasiones, cuando fue anfitrión del torneo en 2011 y en la edición del año 2000 disputada en Líbano.

En 2022 jugará su primer Mundial, al que clasificó por ser el organizador. Sin embargo, en el último tiempo demostró algunas virtudes gracias al proyecto futbolístico que llevó a cabo el país desde 2006. Fue el cuarto equipo más jóven de Emiratos Árabes Unidos 2019 y varios de sus jugadores pasaron por ligas europeas, como Akran Afif que integró el plantel del Sporting de Gijón de España en la temporada 2016/2017, Abdelkarim Hasssan hizo lo propio en el KAS Eupen de Bélgica y Ali Almoez en el Cultural y Deportiva Leonesa, también de España. Estas últimas dos instituciones pertenecen a la fundación catarí Aspire Zone, ligada al fútbol de aquel país.

Sin dudas, la mayor evolución que alcanzó el fútbol de Catar fue lograr que, salvo excepciones, como el lateral Pedro Correira que se formó en Portugal, y Boualem Khoukhi, que lo hizo en Argelia, el resto creció en el país y solo seis jugadores de los 23 participantes de la Copa Asiática nacieron en el exterior, algo que años atrás era difícil de lograr y que tuvo como consecuencia que el máximo goleador histórico del seleccionado, Sebastián Soria, sea uruguayo.

Alemania ganó y cumplió frente a China

Foto: fifa.com

Por Paula Serricchio

Alemania, una de las selecciones favoritas del certamen, logró quedarse con los primeros tres puntos en un encuentro donde no demostró fluidez en su juego y se topó ante la nueva generación de las Rosas de Acero, un equipo ordenado con juego sencillo, pero efectivo, con rápidas salidas de contraataques, quienes intentarán, a lo largo de la competencia, devolver a China a su esplendor de antaño.

Por su parte, Alemania se llevó los tres puntos, pero no evidenció el poderío que, en teoría, se presupone a las discípulas de Martina Voss-Tecklenburg. A pesar de haber tenido una mayor posesión del balón, un 63%, el seleccionado chino tuvo las jugadas más claras de gol del partido, pero no pudieron concretarlas.

En la segunda mitad del encuentro, China cambió su estrategia de juego, demostró ser más cauta y cuidadosa, cerrada en campo propio, y su principal ataque consistiría en recuperar el balón y jugar de rápido de contragolpe.

Sin embargo, en el minuto 66 del complemento, Alemania disputó un córner y, ante un despeje fallido de una jugadora china, Giulia Gwinn se encontró con el balón en la medialuna del área y con un potente disparo derecho, abrió el marcador del partido.

Giulia Gwinn, que el próximo 2 de julio cumplirá los 20 años, milita en el Friburgo, pero la próxima campaña jugará en el Bayern Múnich. Se destaca en el control de pelota y en las subidas por los laterales, usando su velocidad para causar estragos entre las defensas rivales.

Además, la flamante defensora alemana fue la jugadora del partido en su debut mundialista en 2016 en la Copa Mundial Femenina de Fútbol Sub17 contra Venezuela, como también lo fue en 2018 en la Copa Mundial Femenina de Fútbol Sub20 frente a Nigeria, y en su primer partido en este Mundial de Francia

De corazón naranja y sangre cafetera

Por Fabrizio Ramos

Tumaco es una ciudad ubicada al sur de Colombia, cerca de la frontera con Ecuador y a orillas del Océano Pacífico. Es el municipio del país con mayor índice de criminalidad y más de cien mil jóvenes se rebuscan la vida como pueden. Guido y Olga van der Most ya habían adoptado a una niña colombiana años antes, y en mayo de 1994, le cambiarían el destino a una tumaqueña más. 23 años después, aquella chica fue parte del campeonato europeo que levantó la Selección Naranja y dos años más tarde de ese hecho jugará su primer Mundial. Liza van der Most, de corazón naranja y sangre cafetera.

Es probable que nada de lo que vivió la defensora holandesa hubiese ocurrido creciendo en las escasas condiciones que lidian, de manera diaria, los residentes de Tumaco. Allí mueren más de 300 personas al año por crímenes entre bandas. Chicos y chicas dejan sus estudios antes de los 15 años y, ante la falta de oportunidades laborales, el narcotráfico domina casi toda la ciudad. Según la Armada de la República de Colombia (ARC), más de 200 toneladas de cocaína salen cada año por las costas con destino a Centroamérica o México, convirtiendo a la ciudad en el mayor centro de producción de drogas del país.

Liza van der Most nació el 8 de octubre de 1993 en aquel lugar. Siete meses después pasó a vivir junto con Guido, Olga y su hermana Madou, a 90 kilómetros de Ámsterdam, en Papendrecht, una ciudad holandesa con alrededor de 35 mil habitantes.

Creció, hizo amigas y amigos, y pasó la mayor parte del tiempo jugando a la pelota en la calle. Con menos de 19 años se mudó a Ámsterdam para ser parte del equipo de talentos de la Real Asociación de los Países Bajos (KNVB), luego se convirtió en jugadora de Ajax cuando el club decidió formar el equipo de fútbol femenino en 2012 y llegó a la Selección de Holanda por primera vez. Al mismo tiempo que estudiaba Asistente Social Pedagógica y trabajaba en una empresa de catering. “El fútbol no es seguro para el futuro. Creo que es importante tener una carrera universitaria mientras haces deporte”, remarcó la jugadora holandesa en julio de 2018.

Siempre sintió curiosidad por saber quiénes eran sus padres biológicos y por conocer más sobre su pasado. Todo lo que conocía de Colombia era por libros e internet, hasta que en 2014 viajó por primera vez al país sudamericano junto con su madre, tía y sobrina. Durante dos semanas recorrió gran parte del territorio colombiano y pudo cumplir aquel viaje que venía esperando hace tiempo. Así, de a poco, el círculo de su historia de vida comenzó a cerrarse.

Escuchar preguntas sobre Colombia fue una situación repetida en cada entrevista que dio en sus inicios y nunca ocultó su lugar de nacimiento, aunque tampoco su amor incondicional por Holanda. Tal es así que, ser parte de la Eurocopa conseguida por Las Leonas en condición de local, fue su momento de mayor felicidad, aunque sólo disputó los 90 minutos del tercer partido de la fase de grupos, en la victoria ante Bélgica por 2 a 1.

Para la lateral derecha, volver a representar a la Selección Naranja, en esta oportunidad en el Mundial, es otro de los logros más importantes de su vida. Pero ya no se conforma con jugar sólo un partido. La sangre latinoamericana, la de la entrega, el sacrificio y la lucha constante en cada competencia, juega su papel y le prohíbe conformarse con el hecho de estar y nada más. Al fin y al cabo, su sangre es colombiana, aunque su corazón sea holandés.