Se asemeja a una historia de ficción. No hay archivos de esos años en ninguna parte de la ciudad. En el relato popular suele decirse que fue el Real Madrid, pero lo cierto es que en 1926 el primer equipo de fútbol del Espanyol de Barcelona revolucionó Pehuajó, que en ese entonces era un pequeño pueblo de 10 mil habitantes ubicado en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, a 365 kilómetros de Capital Federal.
Sumido en una profunda crisis, el conjunto catalán se convirtió en el primer equipo de su país en realizar una gira por América Latina en busca de recaudar fondos. A la Argentina arribó a fines de junio y a principios de octubre retornó al Viejo Continente. En el trascurso de aquellos meses jugó siete partidos en el país, la mayoría en la Ciudad de Buenos Aires, uno ante Huracán, dos frente a un combinado de la Liga Rosarina (el primero se llevó a cabo en Santa Fe), uno contra un representante del Sur bonaerense y otro del Norte, otro ante la selección argentina y el rival restante fue un elenco conformado por jugadores pehuajenses.
Si se tiene en cuenta que los demás encuentros de la gira, que se disputaron en Chile, Perú, Uruguay y Cuba, los jugaron en ciudades importantes como Valparaíso, Montevideo, Lima y La Habana, resulta curioso que uno de los equipos españoles más importantes haya terminado jugando en un pequeño pueblo argentino.
Sin embargo, la delegación española, compuesta por el arquero Ricardo Zamora, considerado uno de los mejores del mundo y cuyo nombre lleva el premio que entrega el diario Marca al portero que tenga la valla menos vencida de La Liga, llegó a Pehuajó el 21 de julio tras ser contactado por José Esteban Garré, dirigente de Sportivo Argentino (hoy llamado Deportivo Argentino) que, además de ser el árbitro del encuentro al día siguiente, fue quien hospedó en una de sus estancias a los futbolistas europeos.
Aquel equipo pehuajense estuvo conformado por jugadores de tres clubes distintos: Sportivo, Atlético KDT y Estudiantes Unidos. El Espanyol tampoco contaba solamente con deportistas de sus filas, ya que para aquella gira se sumaron representantes del Osasuna, Valencia y Real Madrid. Tal fue la conmoción que produjo en la región que, según una nota publicada en el diario Noticias de Pehuajó en 2015, cuatro mil personas se acercaron a la cancha de Sportivo Argentino para ver el encuentro.
El partido terminó 1 a 0 a favor de los blanquiazules y el resultado refleja lo que describieron las crónicas de los medios españoles que publicó el Centro de Investigaciones de Historia y Estadística del Fútbol Español (CIHEFE): “El juego fue muy disputado; no se abrió el marcador en la primera parte”. Sin embargo, otra vez surge una incógnita sobre el encuentro. Algunos medios españoles aseguran que el tanto lo marcó José Padrón a los 35 minutos del complemento, pero otras fuentes se lo acreditan a Félix Quesada.
Los mitos alrededor de este imprevisible partido no cesan. En la investigación del CIHEFE, también se asevera que Jesús Díaz anotó un gol para Pehuajó, pero que debido al reclamo de posición adelantada y la amenaza de retirar al equipo que le realizó Zamora al juez, Garré prefirió anularlo y continuar con el evento histórico que mantenía eufórico al público.
Jesús Díaz años más tarde se vengó de Zamora al marcar un gol durante la gira de Gimnasia y Esgrima La Plata por España en 1931 en la que venció por 3 a 2 al Real Madrid, equipo que defendía el Divino.
Luego de su expedición en la provincia de Buenos Aires, el conjunto español continúo su gira por América. Para llegar a Chile la plantilla española realizó una travesía única: cruzó los Andes en mula. Solo hay un precedente de un hecho similar y no es precisamente la cruzada que llevó a cabo el general José de San Martín, sino que para el Campeonato Sudamericano –lo que hoy se conoce como Copa América- de 1919, la selección chilena realizó el mismo viaje que el Español en 1926.
Además de emular la cruzada realizada por San Martin un siglo antes, el equipo europeo, en tierras bonaerenses, pudo realizar su propia hazaña. Aunque, claro que está muy lejos de la realizada por el militar.
Hoy, Pehuajó cuenta con 40 mil habitantes y Deportivo Argentino está próximo a cumplir 101 años de vida. Pese a las incertidumbres que dejó aquel partido y las fábulas que se divulgaron alrededor de esa historia, todavía, algún lugar de la ciudad, guarda el recuerdo de las atajadas de Ricardo Zamora porque esta vez, y como tantas otras, solo la memoria es la que mantiene viva la revolución del Espanyol.
Por Pedro Duffau, Leandro Gambino y Marcelo López Aspuru
Daniel Alejandro Franco es jugador argentino de 28 años, de inferiores en Argentinos Juniors y de trayectoria por el ascenso, que se desempeña de defensor en Oriente Petrolero de Bolivia desde este año. Su entrenador, Pablo Vitamina Sánchez, lo acompaña y juntos le cuentan a El Equipo cómo es cumplir cada uno con su rol en este párate por esta pandemia, con el agregado de vivir en el extranjero.
-¿Cómo estás entrenando en este contexto que no hay fútbol oficial?
-Daniel Franco: En mi casa. Vivo en un departamento que tiene gimnasio, entonces ahí hago una rutina diaria que me manda el preparador físico del club, en un simple turno y a veces en dos turnos de trabajo, y sirve un poco para distraerse además de mantener el estado físico.
-¿Cómo es la relación con tus compañeros en cuarentena?
-DF: Bien, ahora está un poco más tranquila, pero es todo por WhatsApp o redes sociales, se están usando mucho los retos challenge, así que están todo el tiempo con eso, ya no sabemos qué hacer (risas).
-¿Tenés algún cuidado especial más que de costumbre?
-DF: Si, el cuidado ahora es un poco más estricto al no tener el mismo desgaste que en un entrenamiento normal o en un partido, hay que cuidarse más en las comidas.Tenemos la nutricionista del club que nos manda un plan de comida individual y hay que tratar de cumplirlo para no perder masa muscular y no sumarle grasa al cuerpo.
-¿Cómo es cumplir con la cuarentena en otro país y sin tus familiares?
-DF: Es complicada, es difícil estar encerrado y lejos de los familiares, por suerte estoy con mi familia (esposa y dos hijas) y tratamos de entretenernos, ellas quizá son las que la están pasando peor por el encierro total, ellas no salen del departamento, yo dentro de todo voy al gimnasio o a entrenar, o salgo a hacer las compras una vez a la semana, pero bueno, estar encerrados es la mejor manera de pasar este momento sin riesgos.
-¿Cómo manejás la ansiedad de volver a la competencia oficial? ¿Estás recibiendo algún tipo de ayuda psicológica?
-DF: No, por ahora lo llevo tranquilo, pienso en que ésta es la mejor forma de estar lejos de cualquier riesgo y hay que pensar que primero está la salud, el resto de las cosas son secundarias, si bien las ganas de volver a la competencia está firme, pero te repito, primero la salud que es lo más importante.
A su vez, Pablo Vitamina Sánchez se encuentra en una situación muy delicada. Como líder del cuerpo técnico, tiene en sus manos el difícil objetivo de llevarlos a buen puerto. Asimismo, el ex jugador de Rosario Central compartió sus vivencias.
-¿Cómo es el entrenamiento habitual que realizan los jugadores dado el Coronavirus?
-Pablo Sánchez: El entrenamiento de los jugadores de Oriente Petrolero está a cargo el preparador físico y el editor de video, que el caso nuestro, también es preparador físico de profesión, con lo cual entre los dos les arman una rutina a los jugadores todo el tiempo. Mis dos PF (preparador físico) por suerte son jóvenes, de estado bien atlético, con lo cual se filman y le hacen más fácil el trabajo a los chicos porque tienen la imagen de lo que tienen que hacer. Entonces, con respecto al entrenamiento, yo como entrenador no tengo prácticamente nada para hacer y deslindo todas las responsabilidades en el resto del cuerpo técnico, es este caso, todos los especialistas que son los preparadores físicos. Imagínate, que es un entrenamiento a puertas cerradas en cuatro paredes, no es lo ideal, no es sencillo y divertido, pero bueno es la única herramienta que tenemos. Confiamos en que cuando vuelva el futbol, tengamos un tiempo prudencial para poder preparar al equipo antes del primer partido.
-¿Que rol cumple el director técnico en estos momentos?
-PS: Mi rol en estos días es raro. La verdad es que estoy en un lugar medio extraño. Mi rol es escribirle al jugador y ver como está, intercambiar audios y llamados telefónicos. Lo que más monitoreo es a los futbolistas extranjeros que es lo que más difícil la tienen y quedaron lejos de sus familias. Tengo el caso de tres de seis jugadores extranjeros que quedaron completamente solos, que para ellos es mucho más difícil que para el resto. Así que estoy monitoreando la situación personal más que nada de los jugadores y bueno, por suerte, tengo muchachos que son inteligentes y que saben entender la situación que se está viviendo. Desgraciadamente, esta situación es para todo el mundo, hoy les toca estar solos, pero tienen el apoyo en este caso del cuerpo técnico y del presidente del club que es joven y permanentemente habla con ellos. Tratamos de hacerlo lo más llevadero posible, pero mi rol, más que nada, es una especie de psicología medio empírica.
-Tanto los jugadores como el cuerpo técnico, ¿reciben asistencia psicológica para manejar la ansiedad?
-PS: No, la verdad que no tenemos asistencia psicológica ni los jugadores ni el cuerpo técnico. Tratamos de alguna manera, de retroalimentarnos nosotros mismos. Cuando hablamos con los jugadores, con el cuerpo técnico, con el gerente deportivo y la gente que trabaja en el club, hasta con el presidente mismo, estamos todos en la misma situación. Todos entendemos que tenemos que cumplir con las órdenes que, en este caso, da el gobierno. Debemos acatarlas para tratar de que todo este daño que está causando esta enfermedad sea el menos posible. Pero contestando a tu pregunta, no tenemos asistencia psicológica. El club tiene un psicólogo deportivo, pero lo utilizamos mayormente en las juveniles y puntualmente, en dos o tres casos de futbolistas profesionales, pero por problemas personales.
-¿Cómo afrontás la pandemia en lo personal estando lejos de tus afectos?
-PS: En mi caso en particular, yo estoy con mi pareja y sus dos hijas. Hoy por hoy, tengo lejos a mis amigos, a mi papá, a mi hermana y a mis hijas que están en la Argentina. Me estoy comunicando con ellos todo el tiempo para ver como están. Les digo que se cuidan y me van contando como la van llevando con sus distintas sensaciones, su estado de ánimo y sus vivencias. Mucho más no puedo hacer, estoy esperando con optimismo que se encuentre rápido una vacuna para que se cure lo más rápido posible esta propagación de esta enfermedad. La verdad es que no estábamos preparados y nos tomó por sorpresa esta situación.
Las redes sociales y los principales medios de comunicación muestran diariamente la actividad de las estrellas del mundo del deporte. En sus casas, claro, debido al confinamiento que mantiene a un tercio de la población mundial dentro de sus hogares por la pandemia del coronavirus. La realidad no se reduce a aquellos espectros. En una casa en Rosario, Yanina Martínez -26 años- enciende la cámara y se reencuentra con Martín Arroyo, entrenador, amigo, y compañero de largas batallas. El entrenamiento de la ganadora de la presea dorada en los Juegos Paralímpicos de Río 2016 no se frena ni siquiera cuando el contexto es hostil. La atleta, que compite en la categoría T36 (reúne a los deportistas con parálisis cerebral y deterioro en su coordinación), se prepara durante seis de los siete días que componen la semana. No se rinde, como lo muestra su historia. En medio de la preparación para Tokio 2020, que por razones de fuerza mayor se realizará en 2021, su coach cuenta el periplo completo. El aprendizaje mutuo. Y el valor del camino más allá de los resultados.
-¿Cómo conociste a Yanina? ¿Desde un principio se acercó al atletismo?
-Ella fue probando diversas actividades. En la etapa de iniciación, hace 15 años, hacía natación en el club Echesortu de la ciudad de Rosario, donde yo trabajaba. Ahí tuvimos que cortar la inscripción porque había 45 chicos en el agua y concebimos la idea de armar distintos deportes para que tuviesen otra alternativa. Mi intención era generar, a través del atletismo, que contaran con todas las posibilidades, tanto de correr, como de lanzar y saltar. En su iniciación, Yanina practicaba una vez por semana distintas actividades, pero a los pocos meses tomé a cinco chicos menores para que empezaran a desarrollar el deporte de una forma más seria y menos recreativa.
-¿En ese momento ya le notabas cierto potencial? ¿Podías imaginar lo que llegó después?
-Cuando implementamos esto no sabíamos que existía el movimiento paralímpico. Después me empecé a interiorizar, pero el momento de la competencia era para mostrar lo que ellos habían aprendido durante todo un año. Queda linda la historia si digo que detecté algo a una temprana edad, pero era imposible, en un comienzo la idea solo era jugar: Yani empezó a caminar a los 3 años y a los 10 comenzó a hacer una actividad. Siempre arrancamos de a poco, buscando logros importantes, como la coordinación y la disociación que implican mover los brazos mientras se corre.
-¿Cuándo empezó a interiorizarse en el mundo del atletismo y de las competiciones?
-En 2007 viajamos a Buenos Aires y empezamos con los Juegos Nacionales Evita, que Yani logró ganar un año después. Ahí yo empecé a comunicarme con la gente del atletismo y en 2009 ella fue seleccionada en un Parapanamericano de menores. El proceso no fue fácil porque en esos momentos yo no tenía un respaldo, solo tenía unos pequeños trabajos, era un estudiante y mi familia que me bancaba y me acompañaba para poder seguir creciendo en la parte humana. Debíamos formarnos los dos para el objetivo en común, que era representar a la Argentina. Yani, en 2011, siendo la más chiquita del Mundial, comienza para hacer su debut olímpico en Londres 2012.
Martínez obtuvo el oro en los 100 y 200 metros de la categoría T36 en Lima 2019.
-¿Cómo es la preparación para una competencia de tan alta envergadura como esa?
-La preparación siempre comienza a partir del Ciclo Olímpico, que es un período de cinco años, sacando la situación que estamos pasando. Por suerte hay competencias como los Sudamericanos, Panamericanos y Mundiales que van formando y preparando al atleta. Además, también tenemos un equipo que trabaja con la presión y ayudan, no solo al deportista, sino también al entrenador.
-¿Cómo ves la disciplina paralímpica con respecto a la olímpica? ¿Se deja de lado, muchas veces, a esta parte de la competición?
-Por ley hay igualdad con el deporte adaptado. Hoy en día algo se ve por televisión, pero si en algún momento los Juegos Paralímpicos se transmiten como los Olímpicos, quizás tendrían más impacto. La gente vio lo qué pasó en Río y si se lo ve al atleta en televisión, pueden llegar los sponsors. Igualmente, siempre tenemos el apoyo de la Secretaría de Deportes de la Nación y del ENARD y, gracias a eso, hoy estamos en el máximo rendimiento.
-En épocas de cuarentena, ¿cómo son los entrenamientos? ¿Iban a participar de otros torneos aparte de los Juegos que acabaron suspendiéndose?
-Nosotros teníamos una gira por Francia e Italia que comenzaba en mayo, pero como fueron de los países más afectados, rápidamente quedó todo suspendido. Cuando termine todo esto podremos tener algún tipo de gira, a lo mejor ya el próximo año, previo a los Juegos. En épocas de cuarentena nosotros seguimos trabajando diariamente a través de videollamada y hacemos entrenamientos variados. No sé cuánto rinde, pero nos ayuda a mantener el vínculo y estar cerca.
-Yanina ganó la medalla de oro en Río 2016. ¿Ustedes esperaban llegar tan lejos?
-Ese año nosotros creíamos que le iba a ir muy bien. Desde los Parapanamericanos de 2011 en México, cuando Yani salió subcampeona, podíamos intentar llegar al Olímpico. De Londres a Río ya había una proyección y buscamos poder subir al podio. En 2015 Yani fue campeona y eso nos abrió una puerta a nivel mundial y nos imaginamos que podía pelear por una medalla.
Yanina Martínez se quedó con el oro en los 100 metros planos de la categoría T36, en en Río 2016.
-Si tuvieras que describirla en un par de palabras, como deportista y como persona, ¿qué dirías?
-Yani tiene esa particularidad linda: su inocencia, su bondad, una actitud siempre sencilla y siempre colabora en eventos y maratones. Todo eso la constituye como una gran persona. Tengo la posibilidad de disfrutarla tanto dentro como fuera de la pista y tiene dos personalidades distintas: en el momento en el que sale, se transforma. Conlleva una seriedad tremenda desde que empieza la preparación. A veces, mira para un costado, donde estoy yo, vuelve hacia adelante y la concentración está en su meta. Es increíble cuando lo veo. Cuando pasa la etapa de los números vuelve a ser la Yani de siempre.
-Tokio 2021 no está tan lejos en el tiempo, ¿cuál es el objetivo que se plantean para esos Juegos?
-Esta situación nos llevó a todos a replantearnos y a trabajar un año más, pero no estamos tan lejos. Hay que transitarlo y pensar en Tokio. Ojalá que sea con las mismas expectativas de este año: en el Mundial nos había ido muy bien –plata en 100 metros y bronce en 200 metros en Dubai 2019– y tenemos ese mismo objetivo. Hay que intentar mantener esas marcas y vamos a hacer todo lo posible para que se dé la chance de un podio.
-En todo este proceso que transitaste con varios deportistas debe haber habido situaciones muy complejas, ¿qué importancia le atribuís al rol de la familia? ¿Cuánto influye un resultado?
-Como en toda situación laboral los logros son pasajeros, es un momento. Necesitás el acompañamiento siempre. Tiene que haber un rol familiar en juego, deben aparecer seres queridos para hacerte más liviano el trabajo. Siempre hay situaciones problemáticas, de lo contrario, sería muy fácil lograr todo. El tema es ver cómo encararlas cada vez que surgen y estar preparado. Nosotros no estamos nunca relajados y Yani no da ventajas. En este aislamiento social se entrena seis veces anla semana. Hay que dar hasta lo último y ese proceso de lucha está. Cuando se presentaron inconvenientes la han hecho más fuerte, incluso a nivel personal y adquiere más confianza para lo que viene. Yani tiene ese don y revierte complicaciones en los momentos difíciles. Es admirable para mí y seguro que también para muchos. Es un orgullo tener una persona con esas ganas todos los días.
Así como nuestras mentes flotan por ficticios mundos, vuelan por aires infinitos y se maquinande tanto encierro físico en tiempos de cuarentena obligada por el coronavirus, la de Justin Fashanu, exjugador inglés que pasó por Norwich City y NottinghamForest, entre otros, flotó, voló y, sobre todo, se maquinóa sí misma hasta que un día tomó la decisión de dejar el mundo que habitamos. Y solo por el simple hecho de ser homosexual. Como si la identidad y la esencia de un humano o una humana se definieran por su aparato reproductor.
Nació en Hackney, Londres, en 1961. Su padre, Patrick, era un abogado nigeriano y Pearl, su madre, una empleada doméstica. En total eran cuatro hermanos, pero Pearl abandonó en un orfanato a Justin y a su hermano menor John debido a sus limitados recursos para mantenerlos. En ese tiempo, los hermanos Fashanu fueron muy unidos. John cuenta que tuvo problemas con el lenguaje que duraron tres o cuatro años, pero lo irónico era que Justin entendía exactamente todo lo que quería decir.
Fueron adoptados por Betty Jackson, una ama de casa radicada enShropham.Les costó mucho su infancia. Y era entendible.“¿Cómo explicarles a los niños de la escuela que mi mamá me dejó en manos ajenas y que (Betty) tiene la misma edad que mi abuela y que es blanca?”, se preguntaba John.
Si bien eran niños simpáticos, sufrieron con el racismo que imperaba en el Reino Unido (y que todavía impera en el mundo entero). Era tan violenta la discriminación que hasta estaba presente en discursos de Margaret Thatcher, primera ministra entre 1979 y 1990, como el que enunció en 1978: “A la gente le aterra que este país esté inundado de otras culturas. Si no queremos que se vuelva extremista, nosotros mismos debemos discutir este problema y mostrar disposición para lidiar con él”.
En los estadios, los hinchas le tirabancáscaras de banana a los jugadores(algo que no dista de la actualidad), los insultaban y atacaban cuando bajaban de los micros solo por su tez oscura.Sin embargo, en ese ámbito Justin logró destacarse como futbolista en el condado inglés de Norfolk. Hasta sorprendió aJohn Bond, entrenador del Norwich City, quien definió sus características: “Es rápido, fuerte, valiente. Es bueno para anotar goles y cabecear. No sé qué más necesita un buen delantero”.
Firmó contrato con los canariose hizo su debut profesional en primera división a los 17 años ante el West BromwichAlbion. Se asentó ysu carrera comenzó a ascender. Iba a programas de televisión, radio y eventos. Se vestía con tapados de piel, sombreros y elegantes sacos. Jugó en la Selección juvenil de Inglaterra y afirmaba: “Lo que me motiva es el hecho de que estoy jugando para la gente negra que quizá no ha tenido una vida tan buena como la mía, han estado viviendo en guetos y que todo este tiempo han sido víctimas de perjuicios raciales”.
El 9 de febrero de 1980 creó su obra maestra y fue vista por millones de personas. Norwich recibió a Liverpool —posteriormente campeón— por la fecha 27 del campeonato. Justin se ubicó por el sector derecho de la cancha, fuera del área y de espaldas al arco rival. Un compañero le pasó la pelota en dirección a su pierna inhábil, la izquierda, y su recepción fue con la parte externa del botín diestro, un movimiento atípico pero elegante al mismo tiempo, porque un jugador de los redslo atosigaba. El control orientado fue largo, en dirección a la zona interna del campoy elevado a la altura de su cabeza. Sin dejarla caer, giró sacándose la marca de encima con una simpleza envidiable y la impactó de lleno con su zurda para meterla en la red muy lejos del arqueroRayClemence, que voló en vano, pero tuvo el consuelo de ver en primera fila el que luego sería premiado por la BBC como gol de la temporada.
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Brian Cloughfue el técnico de NottinghamForest entre 1975 y 1993. Con ese equipo obtuvoel campeonato de la Primera División inglesa —hoy Premier League— en la temporada 1977-1978 y la Copa de Campeones de Europa —hoy Champions League— dos veces y de manera consecutiva en 1979 y 1980. Buscaba refuerzos y se fijó en Justin. No solo lo anotó, sino que la compra se concretó en agosto de 1981 y fue tapa de diario: “Fashanu: primer jugador negro de un millón de libras”.
Mientras jugaba para el Nottingham,admitió que sentía presión por lo que se había pagado por él y por eso bajó el rendimiento. A eso se le sumó que corrían rumores de que frecuentaba discotecas gays. Como la ciudad era pequeña, Clough se enteró y se preguntaba: “¿El maldito de Fashanu es maricón?”. Como consecuencia —¿tendrían que haberlas?—, lo suspendió y, cuando Justin quiso ingresar a un entrenamiento, dos policías lo echaron de la cancha.
Si bien Clough consiguió títulos en el club y es considerado uno de los mejores entrenadores de la historia inglesa, era un preparadorde ideas antiguas y conservadoras, puesto que hasta en los entrenamientos gritaba: “¡Merecés que te metanun maldito tiro por fallar desde ahí!”.Técnico y jugador cultivaron una mala relación hasta que todo acabó. AmbroseMendy, un asesor deportivo británico, sentenció: “La carrera de Fashanu en Nottingham se terminó porque era gay”.
Mientras tanto, Thatcher continuaba con su prosa racista y ahora homofóbica en undiscurso para el partido conservador en 1987: “A los niños que necesitan aprender y respetar los valores morales y tradicionales se les está enseñando que tienen derecho inalienable a ser gays. A todos esos niños se les está negando la base para un buen porvenir”. Valores tradicionales. Normalidad. Normas. ¿Puestas por quién o quiénes? Quizá sea que el orden establecido dice quién se debe ser y qué cosas deben gustar. ¿Será eso tener derechos?
En 1990, luego de pasar por los Estados Unidos a tratarse por una operación en la rodilla que casi lo deja afuera del fútbol, Justin firmó con el LeytonOrient de la tercera división inglesa. Allí comenzó el calvario.El diario TheSun público en su tapa: “Estrella del fútbol de un millón de libras: SOY GAY”.
Nick Baker, autor del libro biográfico “El delantero prohibido”, sostiene que Justin fue extorsionado. “Sabemos que eres gay. O lo cuentas y te pagamos por ello o igualmente lo sacamos y no recibirás nada de dinero”, presionaron los periodistas. Por la entrevista recibió 20.000 libras y no solo contó su orientación sexual, sino que también denunció al parlamentario británico David Atkinson, casado y con dos hijos, con quien se conoció en un pub gay y terminaron “en la cama de su piso en Londres”. Atkinson admitió todo.
Cuando le preguntaron por qué lo había revelado, Justin afirmó: “No es para tanto, ya que los equipos me contratarán por lo que sé hacer en el campo”. Eso pasaría en una situación que no esté cargada de discriminación. Pero no es así. Y, en línea con lo que opinó sobre la homosexualidad en el fútbol Daniel Osvaldo, jugador de Banfield, en enero de este año,la gente no tiene por qué saber lo que una persona hace en su habitación.
Luego de la declaración, el vínculo con su hermano se pulverizó, pero porque así lo quiso John, quien le había ofrecido dinero para que no confesara su orientación sexual porque pensaba que el mundo creería que los dos eran gays. “Eso fracturó. La relación se había terminado”, sentenció John. Por su parte, Justin manifestó: “Su reacciónme ha defraudado porque lo creí mejor persona”.
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En 1993 arribó al Hearts de la primera división escocesa. El 7 de febrero de 1994,Stephen Milligan, parlamentario británico del partido conservador, apareció muerto en su domicilio, y Fashanufue relacionado con el hecho. Dos detectives de la Policía Metropolitana lo interrogaron en su casa de Edimburgo. Él mismo ofreció ir a las casas de políticos, reconocer objetos e identificar marcas en sus cuerpos. Había rumores de que con esta dramática situación ganaría alrededor de 300 mil libras. Luego admitió que todo lo que contó sobre sus relaciones con parlamentarios fue inventado en conjunto con el diario The Sun: “Quizá debí haber negado todo antes, pero en mi situación creí que esto sería dinero fácil porque convencí al público de que estaba involucrado”.
Que haya sido abandonado en su infancia, el racismo, la discriminación, los insultos por su homosexualidad, las mentiras que dijo en relación al caso Milligan y la ruptura del vínculo con su hermanose fueron sumando hasta destrozar a Justin, que se sentía desolado y abatido. En 1997 volvió a tierra estadounidense al aterrizar en Baltimore para entrenar en Maryland Mania. Le encantaba enseñara los más jóvenes, pero cuando la gente involucrada al club se enteró de que era gay, pasó a ser cuestionado. “No puede ser parte de esta comunidad ni estar con niños en los campos”, esgrimían.
En marzo de 1998 fue acusado por agredir sexualmente a un chico de 17 años. Lo interrogó la policía y se estableció una orden de arresto. Se escapó hacia Inglaterra luego de hablar por teléfono con un amigo y confesarle que no era culpable y que no soportaría estar en una cárcel. Meses después, Scotland Yard, la policía de Londres, demostró que no existía orden de detención y que el caso fue abandonado por falta de pruebas. Pero era tarde. El 2 de mayo de 1998 encontraron a Justin estrangulado en un garaje abandonado deShoreditch, al oeste de Londres. Se suicidó.
En una carta escribió: “Me he dado cuenta de que ya he sido condenado como culpable. No quiero ser más una vergüenza para mis amigos y familia. Espero que el Jesús que amo me dé la bienvenida y finalmente encuentre la paz”. Antes de que eso sucediera, le habíanpreguntado en un programa de televisión por su vínculo con John y él contestó: “Nos reuniremos y cuando eso pase espero que me rodee con sus brazos, me bese con fuerza y me diga: ‘Oye, te amo y te he extrañado’”. Su mente se había maquinado. Demasiado. El sufrimiento que soportó fue tan grande que terminó en tragedia. Padeció muchas circunstancias, pero las agresiones por ser gay fueron el punto culmine. La homofobia lo mató.
A pesar de la pandemia de coronavirus, en México el fútbol continúa. El 10 de abril Monterrey derrotó por 4-2 a Necaxaen en el partido que dio inicio a la primera fecha. Aunque esto no significa que en el país norteamericano estén desafiando al virus o poniendo en riesgo la salud de los jugadores, ni nada parecido.Porque si bien la pelota sigue rodando, lo hace en una orbe exenta de crisis sanitarias:el torneo se juega en un mundo virtual.
No resulta disparatado afirmar que en Méxicolos futbolistas se controlan a ellos mismos, ya que se está desarrollando la e–Liga MX,una réplica del torneo Clausura 2020 –que debió suspenderse en la décima fecha-pero que selleva a cabo de forma online y en la que cada club es representado por tres futbolistas de su plantel profesional que disputan cada partido a través de la PlayStation 4 por medio del juego FIFA 20. Esta iniciativa, única en el mundo, se desarrollacon un formato idéntico al torneo interrumpido por la cuarentena obligatoria, con un fixture espejo y fase regular de 17 encuentros en la que los 8 mejores clasifican a una liguilla y, además, cuenta con la transmisión televisiva en vivo realizada por los relatores habituales de los canalesTUDN y TV Azteca.
Los partidos son en modo uno contra uno, por lo que cada equipo debe elegir, con dos días de anticipación al siguiente duelo, a uno de sus tres representantes para disputar el encuentro que durará dos tiempos de 6 minutos cada uno, con un entretiempo de 2.38 minutos. Si bien la principal consigna de este proyecto es fomentar que la gente se quede en sus casas con el lema #TuCasaTuCancha, también originó un nuevo paradigma futbolero. Con los protagonistas en sus casas y con hinchas virtuales, el deporte más popular del mundo no para.
Esta nueva modalidad de jugar al fútbolaniquiló la excusa fácil de los entrenadores para justificar la ausencia de juveniles con la falta de experiencia. La e-Liga provocó una invasión de los sub-23, especialistas en la materia videojuegos, en los planteles. Con un promedio general de 24 años, solo tres equipos –Fútbol ClubJuarez, Deportivo Toluca y Necaxa- eligieron entresus tres futbolistas a mayores de 23 años.
El nuevo campeonato mexicano también es la revancha de los postergados. Aquellos que no entraron en los planes de los entrenadores durante los 10 partidos que duró el Clausura, ahora son las principales figuras de sus conjuntos. Una reivindicación digna de envidiar. Más de la mitad de los 54 jugadores que participan de este torneo llevaban disputados menos del 50% de los minutos con sus equipos hasta que el coronavirus paró el mundo. Incluso, algunos no alcanzan ni a contabilizar los 20 minutos en primera.
El caso más icónico es el de Santiago Ormeño, delantero de 26 años que llegó a Puebla en 2018 luego de haber pasado por América, donde no llegó a debutar en primera, Pumas y Chivas de Guadalajara, sin poder ganarse un lugar como titular. El mediapunta zurdo, que de chico era comparado con Lionel Messi por su forma de juego, hasta el momento no ha podido demostrar sus cualidades en la Liga MX, pero sobresale en esta nueva versión de la competición a tal punto que posicionó al Puebla como principal candidato al título.
Así como los jugadores practican sus propias revanchas personales, la e-Liga equiparó a los 18 equipos de primera. Ya no hay presupuestos que garanticen la pelea por el título, como le sucede al Cruz Azul, el puntero en el mundo real que ocupa la última posición de la tabla del certamen virtual.
Si antes el mal clima y los disturbios eran los principales motivos por los que podía suspenderse un encuentro, ahora la red se convirtió en el mayor fantasma. Siinternet falla no hay posibilidad de continuar con el juego en línea. Problemas propios del ciberespacio. De todos modos, el fútbol, con o sin pandemias y con o sin conexión, encontrará un espacio para persistir.
Finalizada su carrera deportiva, Mario Alberto Kempes realizó una inefable travesía por el mundo con la ambición de dirigir un equipo. Pero en El Salvador se encontró con un club que parece estar atado a los ídolos argentinos y a San Lorenzo.
Kempes no pudo concretar su posibilidad de dirigir en El Salvador a causa de que la esposa del presidente del club que solicitaba los servicios del campeón del mundo fue secuestrada por un grupo guerrillero. Por este motivo, se truncó la negociación y además el presidente entró en depresión por lo sucedido y falleció a los pocos días por un infarto. Parece un cuento, pero no lo es. Simplemente es una anécdota más de las tantas que vivió el bellvillense a lo largo de su ignota carrera como entrenador.
Sergio Torres Rivera se llamaba el hombre que perdió su vida en 2001. Alcalde del departamento de Usulután, ciudad de El Salvador, y máxima autoridad del club Luis Ángel Firpo. Si, Luis Ángel Firpo. La fallida contratación de Kempes (quien aparece en la foto con Jorge “Mágico” González, el máximo ídolo del futbol salvadoreño) fue un hito más en la historia del club que parece estar atado a la Argentina.
El 17 de septiembre de 1923 un grupo de empresarios se reunieron para fundar el club Tecun Uman. Fanáticos del boxeo, a los cinco días decidieron cambiar el nombre a Luis Ángel Firpo, el argentino que una semana antes había disputado una de las peleas más importantes de la historia del boxeo. El Toro de las Pampas se enfrentó a Jack Dempsey en el Polo Grounds de Nueva York. La pelea fue un sinfín de emociones por la cantidad de veces que ambos boxeadores cayeron a la lona. Incluso, el argentino logró sacar del ring a su rival con un golpe. Sin embargo, el estadounidense volvió a la pelea con ayuda externa, lo que está prohibido en el reglamento, pero nadie iba a permitir que Dempsey pierda esa pelea siendo local. Finalmente “el padre del boxeo argentino” perdió el combate por nocaut en el 2º round, pero conquistó los corazones de miles de fanáticos. A tal punto que un club de fútbol en El Salvador cambió su nombre por el boxeador.
Resulta impactante que en 1923, cuando no existía la televisión y la radio estaba dando sus primeros pasos, en un país de Centroamérica estaban informados con tantos datos acerca del deportista argentino. Porque no solo le rindieron homenaje con el nombre del club, si no que los colores elegidos para la institución fueron inspirados en San Lorenzo, equipo del cual era hincha Firpo. Además el logo del club es un toro, en memoria de su apodo.
En la actualidad, el equipo no existe más debido a que el año pasado perdió la categoría y no logró contar en su plantilla con la cantidad de jugadores que requería la Segunda División. Un empresario se hizo cargo del club que ahora se llama “CD Firpo”.
La suerte de El Matador en el país centroamericano fue similar a la que el destino le tenía preparada al conjunto que intentaba contratarlo. Tras la negociación frustrada, emprendió viaje hacia Marruecos porque un empresario africano quería que dirija una selección del Resto del Mundo, en la que participarían estrellas como Maradona y Zidane. Un proyecto que nunca se concretó. Con el deseo de volver a sus hogares, Kempes y su pareja llamaron al hotel que los alojó en El Salvador y en cual habían dejado sus valijas. Su equipaje ya no estaba. El país sufrió un terremoto y la encargada del hotel, creyendo que no iban a volver, decidió donar toda la ropa a los afectados. “Nos habíamos quedado prácticamente con lo puesto”, expresó Kempes en su autobiografía.
Es difícil para el hincha no poder ver más a su equipo favorito, no ir a la cancha y disfrutar el encuentro. También lo es para los deportistas. Un claro ejemplo de lo que está pasando en los deportes es el caso del Club Comunicaciones de Buenos Aires, institución la cual brinda varias disciplinas, entre ellos el hockey sobre césped.
Las chicas de hockey de Comunicaciones habían empezado con su pretemporada el 3 de febrero para tener un mes de entrenamiento físico, ya que el sábado 14 de marzo tendrían que haber jugado su primer encuentro y así dar comienzo al nuevo torneo metropolitano. Pero esto no pudo ser, ya que la pandemia llegó para quedarse por mucho tiempo y el campeonato no se desarrollará hasta nuevo aviso.
Mariana Maydana, jugadora de Comunicaciones, sabiendo lo que sucedía con el torneo y el club, habló con El Equipo sobre las decisiones que se tomaron, tanto sanitarias como económicas, ya que no se sabe cuánto tiempo va a estar paralizado el deporte.
Explicando de la forma más sencilla, Mariana expresó: “Comunicaciones permanece cerrado desde el 16 de marzo, cuando el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, declaró cuarentena social obligatoria; en ese momento, el club decidió dar clases vía online para los asociados al club”
Esta decisión fue determinada para que las jugadoras y jugadores de Comunicaciones sigan con sus rutinas de entrenamiento y que el establecimiento, a pesar de encontrarse cerrado, pueda cobrarles los aranceles mensuales y así pagar las cuentas y a los empleados, buscando como solución el pago con tarjetas, para que los socios no se acerquen hasta el lugar.
Por otro lado, la delantera de El Cartero contó como hacían con los entrenamientos ya que no pueden ir a practicar al club: “Se siguen en los días habituales, pero sin juego, el preparador físico nos manda una rutina escrita o por video para que realicemos”.
Para finalizar comentó cómo hace el club para certificar que los jugadores realizan las rutinas que se les pide y en los horarios estipulados: “Hay una sola forma de que el club sepa que los ejercicios se hacen y en los horarios que los piden y es filmándonos mientras los hacemos y mandándolos a un grupo de Whatsapp que tenemos”.
Entrando a la ciudad de Bariloche en la costa del Nahuel Huapí hay un pequeño club de
natación, Piletas del Nahuel. No es muy distinto a cualquier otro del país aunque si
mencionamos que Anna Huusmann, integrante de la selección argentina, se entrena ahí
puede parecer de otro planeta. Ella difícilmente lo vea así, sino más bien como el lugar
donde disfruta hacer lo que ama, nadar. O tal vez sea su segunda casa, ya que en el
club comparte tiempo con su mamá y otros miembros de su familia.
Anna a sus 15 años deslumbró en el último Mundial Juvenil disputado en Budapest. Ahí se destacó especialmente en la prueba de 1500 metros al quitarle el record de la categoría a Delfina Pignatiello y se quedó con el 11° puesto. Este junto con
otros resultados recientes le valió la clasificación al Sudamericano de Natación, donde
competirá con mayores. Recuerda sus inicios desde muy chiquita, cuando era bebé y
nadaba con su mamá. Después, a los ocho años empezó a nadar con su actual
entrenador Maximiliano Ceballez, o simplemente Machi, como suele llamarlo. De sus
comienzos no recuerda mucho, pero alcanza a afirmar con una sonrisa que siempre le
gustó nadar y rescata de su memoria a sus hermanos, que también nadaban en alto
rendimiento y ella solía ir a verlos competir.
Ella tiene sueños como cualquier otro adolescente, quizás ser campeona sea uno de ellos
pero no pierde la cabeza por conseguirlo. Le gusta vivirlos, no le interesa ganar una
medalla, quiere competir, viajar, nadar; en otras palabras, disfrutar la experiencia que
la llevó a ese resultado. El día a día es su principal motivación, según ella, los torneos
en los que compite en el presente siempre son su objetivo y no piensa mucho en el
futuro, a excepción de su gran meta del momento: clasificar a los Juegos Olímpicos de
la Juventud Dakar 2022.
Además de nadadora, es una persona muy apegada a sus seres queridos, a quienes recordó con estas palabras: “Siempre que viajo el grupo y mi familia me están apoyando aunque sea mandándome videos. Cuando volví del mundial todos fueron a buscarme al aeropuerto. Es algo muy lindo porque no sería lo mismo estando sola. Mi familia y amigos son súper importantes y gracias a ellos estoy acá”.
El año pasado disputó su primer Múndial Juvenil en Budapest, Hungría, el cual significó un gran cambio en su carrera por todos los nervios y la adrenalina que puede generar una situación como esta. Mientras recuerda su experiencia expresa: “Estaba muy nerviosa. Llegué a Budapest cuatro días antes de competir y la idea de competir en la pileta que siempre vi en tele (Duna Arena) me ponía la piel de gallina. Pude romper el hielo con la posta en el primer día y después al segundo nadé los 800 metros. Pobre Machi, seguro lo habré re molestado, estaba insoportable. Después de esa carrera me relajé, traté de meterme en la cabeza que estaba en un Mundial y que tenía que disfrutarlo”.
Más allá de sus nervios iniciales, hoy a la distancia guarda recuerdos muy placenteros de su estadía en una de las piletas más emblemáticas de este deporte. Los expresó con estas
palabras: “Para mí fue muy emocionante, vi como se manejaban las potencias importantes. Me traje muchas experiencias para volver a entrenar. Eran tantos que te motivaba a estar en un equipo así. Ver a Estados Unidos o a Rusia como se alentaban entre ellos era hermoso”.
El primer sueño que vivió en su carrera fue su debut en la selección juvenil, el cual
describió recordando su asombro: “La pasé muy bien, conocí a otros chicos que hacían lo
mismo que yo y eso está buenísimo porque te conectás con otras personas. Fue súper
importante porque siempre soñé con estar ahí”.
Desde aquél momento, su carrera creció mucho y tal vez esté lejos de su tope aunque eso el tiempo se encargará de descubrirlo. El diciembre pasado se garantizó la clasificación al
Sudamericano de mayores que iba a disputarse del 25 al 29 de marzo en el Parque Olímpico pero que fue postergado debido a la pandemia del Coronavirus. Aún así no deja que esto le impida soñar con vivir otro de sus sueños, el debut en la selección mayor, el cual afirmó que va a ser todo un cambio y agregó estas palabras: “Por un lado estoy muy intrigada por ver qué pasa pero también un poco nerviosa. Va a ser raro convivir con gente tan grande pero voy a tratar de aprender de ellos, son los mejores nadadores del país y quiero aprovechar para preguntarles más que nada como hacen para seguir adelante después de un mal torneo, entre otras cosas”.
Maximiliano Ceballez: “Anna es una nadadora de mucho potencial, convicciones e ilusión”
-¿Cómo ves que Anna se toma el deporte?
-Se lo toma muy al extremo. A veces hay que explicarle que tiene que bajar un cambio. La única forma de salir con una sonrisa no es con una medalla de oro. Hay muchas otras cosas atrás de eso. Su explosión al momento de querer competir le hace conseguir los logros que tenemos pero lo más importante es su desarrollo en su carrera.
-¿Ves que va captando ese mensaje?
-A medida que va creciendo va implementando unos conceptos. Tiene que tomarse las cosas con calma y entender que con un mal entrenamiento no pasa nada y que un buen
entrenamiento por sí solo no le garantiza ser campeona. Está en mí enseñarle la otra cara del deporte: Que aprenda cosas de otro lado, que disfrute y que entienda que el proceso es lo más importante y no el resultado.
-¿Cómo la definirías como nadadora?
-Es muy obsesionada. Es una nadadora con mucho potencial, convicciones e ilusión. Eso hace que por momentos sea el pilar y a veces algo negativo. Tiene mucho camino por recorrer y aprender. Todavía no está definida como nadadora ni como deportista, está en ese proceso. Queda en mí entregarle las herramientas para que se vaya definiendo.
-¿Intentás trabajar desde lo emocional?
-Si, tengo una psicóloga deportiva que trabaja conmigo. Día a día hacemos ejercicios para
comprender que un buen o mal entrenamiento no es determinante. Puedo mostrarle un
montón de semanas malas y así todo conseguimos un buen resultado. Estar siempre cerca de ella hace que no pueda generar falsas ilusiones.
-¿Qué similitudes y diferencias notás entre la Anna que recién empezaba a nadar y la actual?
-Va creciendo un montón pero desde mi punto de vista falta. Ya calmó muchas de sus
ansiedades que tienen los chicos, va cambiando planificación a planificación. Estamos lejos de lograr el objetivo final en esa madurez. Tiene 15 años, eso es lógico.
-¿Cómo fue la preparación para el Mundial Juvenil?
-Fue muy linda. Anna pegó un salto gigantesco como persona y deportista. Nuestra preparación empezó a fines de mayo, cuando fuimos a Santiago del Estero para hacer la marca y clasificar. Antes del torneo entrenamos dos semanas solos en pileta de 50 metros para concentrarnos y buscar el ritmo de la prueba que teníamos que encontrar. Parecía una locura pero estábamos convencidos de que era lo que íbamos a buscar. Cuando hicimos la marca, nos fuimos devuelta solos a Buenos Aires para entrenar dos semanas en el CeNARD. Para una nena de 14 años es una experiencia espectacular porque no solo tiene que generar buenos entrenamientos sino entender un proceso. Debió entender que estaba dos semanas volcada a la natación. Eso hizo que Anna crezca un montón para sumarse a la gira que hizo el seleccionado en España antes del Mundial en Budapest. Haber quedado 11 del mundo fue excelente (en 1500 metros libre) y un premio merecido porque trabajamos un montón para lograrlo pero ilusionándonos con poder dar un poco más.
-¿Le costó trabajo adaptarse a la pileta de 50 para la preparación?
-En su caso pasa por el convencimiento. Si estamos convencidos de que la pileta de 25 metros donde entrenamos nos va a llegar a lograr el objetivo, así será. No es necesario entrenar en una pileta de 50 para eso aunque hace bien, en su momento nos dio la seguridad de lo que estábamos haciendo. En Santiago del Estero le costó cuatro o cinco días adaptarse pero después empezaron a salir los promedios de entrenamiento que buscábamos.
-¿Cómo se tomó el viaje al Mundial?
Lo primero que intenté hacerle entender es que nunca tenemos responsabilidad de ganar algo sino que tenemos experiencia. Con 15 años tiene mucho camino por recorrer. Creo que entendió que no tenemos la presión de ganar cosas. Entendió que no íbamos a ser campeones del Mundo y que iba a hacer su marca. Tiene que seguir su proceso y no el de cualquier otra nadadora. Tiene que disfrutar del proceso independientemente del resultado para que el día de mañana pueda contar que fue nadadora con mucha alegría. Esa fue nuestra clave, entender que no teníamos obligación sino que era muy probable que nos equivoquemos, porque ir a un estadio como el Duna Arena en un Mundial con 15 años podía llevar a eso. Pasa lo mismo con el sudamericano de mayores que está planeado para este año.
-¿Creés que al terminar el Mundial entendió el mensaje?
-Creo que si. Cuando terminó sus pruebas nos pusimos a ver a lo demás países. Creo que
entendió que no íbamos a hacerle fuerza a las potencias y que nosotros no íbamos a cambiar la historia de la natación argentina en el Mundial. Entendió que iba a nadar en su parcial sin importar el resultado.
-¿Qué experiencia te dio a vos el Mundial?
-Me traje un montón de ventanas abiertas, estamos lejos de la elite mundial y yo en mi
estructura a años luz pero entiendo que tenemos que tratar de pelearles y de hecho, se puede, hay nadadores que lo han logrado. Tenemos que analizar nuestra estructura y analizar que si queremos pegar ese salto de calidad, por lo menos tenemos que mudarnos de Bariloche a otro país. La manera con la que se manejaban las potencias nos dejaba muy lejos de ellos y nosotros llevamos buenos nadadores. Ellos nadaban en cuatro o cinco pruebas cuando nosotros lo hacíamos en una sola para que no se cansaran. Ese concepto nos marca como somos . Yo me pregunto: ¿Por qué las potencias pueden competir varias pruebas en un Mundial y nosotros no? Si esto pasa es porque algo estamos haciendo mal y ellos algo están haciendo mejor.
-¿Pudiste encontrar la respuesta a esa pregunta?
-Es muy difícil. Me fui con la ilusión de hacer contactos y charlar con otros entrenadores pero estuve muy enfocado a Anna y no tuve tiempo para hacer las dos cosas. Observe bastante la unidad de sus grupos, sus entradas en calor, vi si hacían las cosas parecidas a nosotros y descubrí que muchas eran distintas. Ver a la campeona del mundo de los 800 y 1500 metros terminar de competir y no hacer una remosión como lo tenemos nosotros en los archivos me hace preguntar por qué lo hacemos. Descubrí que estamos lejos pero podemos pelearle de igual a igual a las potencias.
-¿Cuál es tu objetivo a futuro como entrenador?
-Mi objetivo es formar muchos deportistas, ojalá que muchos de ellos puedan vivir lo que vivió Anna. Personalmente lograr cumplir los objetivos con cada deportistas, en el caso de Anna es un Juego Olímpico Juvenil, llegado ese objetivo, plantearemos otro. Estar en un mundial es algo muy lindo que nos da la posibilidad de competir internacionalmente. Ese fue el objetivo del año pasado pero van cambiando planificación a planificación. Obvio que todos tenemos muchos sueños, no soy el único que quiere estar en un Juego Olímpico o en Mundial de mayores pero para eso falta.
En 1984 Boca Juniors transitaba quizá el peor año de su historia ya que no contaba con fondos económicos, tenía deudas con otros clubes y estuvo a punto de que le remataran el estadio. Mientras tanto, Oscar Pinino Mas, ídolo de River, se ponía la camiseta azul y oro para defender a Boca Juniors de San Carlos de Bariloche que comenzaba el proyecto futbolístico más ambicioso de la historia de la ciudad patagónica. El yin y el yang, de un lado el nuevo Boca que transitaba un proceso glorioso y del otro, el Boca popular que luchaba día a día para no desaparecer.
Mas llegaba a Boca y consigo cargaba una mochila de ilusiones para los futboleros barilochenses. El nuevo Boca ideado por el dirigente José Antonio Jalil –hoy el Estadio Municipal lleva su nombre- transitaba tiempos de gloria y paralelamente, en Buenos Aires, el viejo Boca se quedaba sin plantel profesional ya que 16 jugadores le enviaban un telegrama al club en el que declaraban su libertad de acción.
El 25 de noviembre en Bariloche, el local enfrentó a Cipoletti por la cuarta fecha del Torneo Regional. Entre los once del Albinegro había un joven que tiempo después su nombre sería ovacionado en La Bombonera: Blas Armando Giunta. Aquel encuentro quedó en la memoria de los futboleros lugareños, Mas anotó los dos goles del triunfo por 2 a 1 de Boca de Bariloche y la hinchada deliró con la actuación del ex delantero de la selección argentina. Pipino terminó de ganarse el corazón de la gente.
Poco quedaba de aquel extremo zurdo que supo brillar en el fútbol nacional con su destreza y rapidez. Ahora estaba un poco más morrudo y lucía la poca cabellera que le quedaba, pero con 39 años seguía derrochando habilidad. Era la gran figura de la ciudad a la que conmocionó de tal manera que hasta la revista El Gráfico reflejaba en sus ediciones la presencia del zurdo en la Patagonia.
Cuatro días después de aquella tarde de gloria ante Cipoletti, Raúl Alfonsín, entonces presidente de la Argentina, designó a Federico Polak como nuevo interventor del Club Atlético Boca Juniors, que en ese momento apenas contaba con seis integrantes en su Comisión Directiva como consecuencia de que varios habían claudicado por la situación que atravesaban.
Para enero de 1985 estaban pautadas las elecciones en la institución y las agrupaciones xeneizes unieron fuerzas para apoyar a Antonio Alegre, un empresario de 61 años que luego de imponerse en los comicios comenzaría uno de los mandatos más exitosos en la historia del club.
En el momento en el que Boca parecía que volvía a resurgir entre las cenizas, en Bariloche la euforia se convertía en desilusión. Boca, el del sur del país, no pudo conseguir el pase para jugar el Nacional de 1985, ya que quedó segundo en su zona por detrás de Cipolletti, su clásico rival.
En enero, cuando Alegre se convertía en primer mandatario boquense, Mas jugaba su último partido con la azul y oro en Bariloche. El crack que había hecho ilusionar a toda una ciudad continuaría su carrera en otro lado, pero su lazo con Boca Juniors tendría un segundo capítulo.
Entre 1987 y 1989 Mas volvió a jugar para Boca, pero esta vez de Coronel Suárez. Si bien no pudo lograr un título, se convirtió en un emblema del fútbol de aquel lugar y allí aún recuerdan un gol que marcó desde atrás de la mitad de cancha. “Aquí he pasado momentos inolvidables”, recordó Pinino en 2016 cuando visitó la ciudad en la que fue condecorado como Huésped de Honor.
“Oscar Mas era, fundamentalmente, espectacularidad. De esos jugadores que, en verdad, levantan a la tribuna, motivan, convulsionan, electrizan”, escribió Roberto Fontanarrosa en No te vayas campeón. Puede que sea esa la mejor definición que alguna vez alguien haya escrito sobre Pinino que era de esos futbolistas que transmitían alegría a donde iban. Es el segundo máximo goleador de la historia del Millonario, camiseta que, según contó, llevaba debajo de la de Boca cada vez que salía a la cancha en Coronel Suarez.
No todas las historias de Mas son jocosas. En 2010 confesó estar arrepentido de haberles robado dinero a algunos padres de los chicos que jugaban en las inferiores de River, debido a su ludopatía y en 2017 afirmó estar seguro que Rodrigo Mora tenía cáncer, aunque luego se retractó.
Hoy, a los 73 años, cada tanto, aparece en algún programa de televisión. Ya no puede deleitar a los hinchas dentro de la cancha, pero, seguramente, emocione a algún fanático riverplatense que añore sus goles. Y, por supuesto, a algún hincha de Boca de Bariloche o Coronel Suarez, también. Porque, al fin y al cabo, Mas es ídolo de River y Boca.
El coronavirus está afectando absolutamente a todos los deportes y, por consecuencia, a todos los deportistas. El fútbol femenino no es la excepción, en esta época se encuentra en pleno crecimiento y en plena lucha por igualdad de condiciones con los futbolistas hombres y los equipos de la Superliga. La cuarentena es quien evita que este movimiento continúe su auge.
“Esta situación nos cortó al medio”, opinó la entrenadora de Banfield, Indiana Fernández, sobre el estado físico de las jugadoras. Para intentar disminuir los efectos del parate, dijo que sería conveniente realizar una “pretemporada corta” y así reforzar todo lo futbolístico. Sobre esto, lo mismo opinaron Antonella Tatulli, de Defensores de Belgrano, y Agustina Maturano, de Gimnasia La Plata.
Esta última dijo que el preparador físico del equipo se encarga de enviarles entrenamientos que se adapten a los elementos y espacios para trabajar de cada jugadora desde que se suspendió el fútbol. Además agregó: “La falta de trabajo con la pelota y el contacto que teníamos normalmente lo estamos perdiendo”. Situación parecida es la que sucede en Defe: “Nos preguntan cómo nos estamos alimentando y cómo dormimos. Tratamos de llevar una vida cotidiana con los entrenamientos que nos mandan y cuidarnos lo más que podamos”, aseguró Tatulli.
“Obviamente la mayoría de clubes van a verse afectados por la situación económica, pero los que tengan menos espalda van a sufrir más y quienes están en la elite lo padecerán menos”, afirmó la delantera de las Dragonas.
Charly Marian, prensa del fútbol femenino de Excursionistas, afirmó que la suspensión encontró al equipo, en lo deportivo, en un momento en el que se pensaba consolidar una base para la zona de permanencia (13° posición) y mantener la categoría.
En cuanto a lo económico, Marian confesó que el club trabaja para que las jugadoras puedan cobrar, pero que nadie sabe cómo seguirá todo esto y cuándo volverá la actividad. Además, hizo una comparación con el fútbol europeo: “Acá estamos lejos de cómo se juega allá. Sin embargo, hubo una gran evolución que se vio reflejada en el Mundial pasado. Estoy seguro de que Argentina transitará etapas que permitan que sea profesional, porque la realidad es que hoy no lo es”.