Con Luis Scola como figura Argentina venció 80 a 66 a Francia y volverá a jugar una final del mundo desde Indianápolis 2002. Solo él queda de esa Generación y 17 años después tiene una nueva oportunidad.
Aportó 28 puntos, 13 rebotes y dos asistencias. Eso dice la planilla de Luis Alberto Scola. El ala pivot argentino lideró al equipo en ataque. Ya no solo es fundamental desde el juego interior, sino que desde hace tiempo es una opción constante desde el tiro de tres. En el partido frente a Francia anotó 3 de 4 lanzamientos. Dos de ellos en el último cuarto que sirvieron para estirar la ventaja y definir el partido.
Los números en esta competencia muestran la vigencia de Scola. El ala pivot de 39 años promedia 19 puntos, ocho asistencias y 27 minutos por partido en este Mundial de China. Eso significa que anota 4 puntos más, toma 1 rebote más y juega 2 minutos más que en el Mundial de Japón 2006.
Scola llegó este viernes a 40 presencias en los mundiales, lo que lo pone como el segundo jugador con más apariciones por debajo del brasileño Ubiratán Pereira Maciel (41). Además es el segundo máximo anotador de la historia de la competencia con 701 puntos. A su palmarés también se le suma ser el máximo reboteador.
El jugador formado en Ferro jugó su tercera semifinal en mundiales, tras hacerlo en 2002 y 2006. Solo dos jugadores habían logrado esa marca: Valeri Tikhonenko con la Unión Soviética y Rusia, y Vlade Divac con Yugoslavia.
Lo cierto es que Luis Scola volverá a jugar una final del mundo. El único título que le falta ganar con la selección Argentina. El emblema del equipo tendrá la posibilidad de cerrar su carrera en mundiales con la copa en la mano. Y esperemos que así sea.
Argentina venció 80 a 66 a Francia y jugará la final del mundial el domingo 15 en Shanghai ante España. Marcos Delia es el pívot titular del equipo y le tocó dura tarea de emparejarse con Rudy Gobert, defensor del año de la NBA de las últimas dos temporadas y jugador con un físico descomunal.
Delia tiene 2.09 de altura y se emparejó con Rudy Gobert- con una altura de 7 pies y 2 pulgadas medidas en el NBA Draft Combine 2013, equivalente a 2.18 m y además tiene 2.36 de envergadura, 22 centimetros superior respecto a la de Marcos Delia. Debido a su gran longitud podría suponer un problema para el argentino al momento de defenderlo.
Pero el trabajo defensivo de Marcos Delia sobre Gobert fue muy bueno, Delia jugó 24 minutos de los cuales 19 estuvo emparejado con Gobert quien solo convirtió 3 puntos-promediaba 12,7 antes de este partido-.
El nuevo jugador del Fuerza Regia de México le metió un tapón, le corrigió tiros, le realizó buenos bloqueos para agarrar el rebote o para permitir que un compañero obtenga la posesión del balón y además realizó una volcada escondido de Gobert al lado del aro, apareciendo cuando tenía que hacerlo.
Marcos fue fundamental durante todo el torneo para el conjunto dirigido por Sergio Hernández. Su trabajo sucio en la pintura, defendiendo a los internos con buenos fundamentos defensivos y con un buen timing para modificar los tiros, lo convirtieron en un jugador clave para una selección que necesitaba solidez abajo del aro al enfrentarse ante equipos con pivots más grandes físicamente, Argentina terminó capturando 41 rebotes y Francia 36.
Argentina se metió en la final del Mundial de básquet por tercera vez en su historia –las anteriores fueron en el torneo que se disputó en Buenos Aires en 1950 y en Indianápolis 2002- tras vencer a Francia por 80 a 66 en un auténtico partidazo del Alma, que respetó a rajatabla el plan de juego que ideó Sergio Hernández, el entrenador.
Una característica que se dio en casi todos los partidos –el juego de cuartos de final ante Serbia fue la excepción-, es que Argentina tuvo siempre muy buenos terceros cuartos. Es en ese momento en el que se demuestra la dureza física de cada equipo porque es necesario volver a empezar después de 15 minutos de descanso. Allí muchos tienen una debilidad o, como en este caso, una virtud.
En el debut frente a Corea del Sur la diferencia estuvo marcada desde el primer minuto, por lo que sería rebuscado plantear que en el tercer cuarto estuvo la clave de la victoria. La realidad es que ese fue el período en el que más diferencia sacó y más puntos hizo, aprovechando el cansancio de Guna Ra, la figura rival: terminó 28 a 16.
Contra Nigeria esta tendencia comenzó a tomar importancia. Después de un gran primer cuarto argentino, los africanos habían conseguido empatar el partido en el segundo, aprovechando la superioridad física. Pero en el tercer parcial aparecieron los triples de Nicolás Laprovíttola y la Albiceleste pudo volver a sacar más de 10 puntos de ventaja, ganando el período por 29 a 18.
El partido ante Rusia fue particular: después de un mal primer cuarto, salvado por un triple de Facundo Campazzo en el final, Argentina había conseguido dar vuelta la historia ganando el segundo parcial por más de 10 puntos. La principal particularidad del tercero estuvo situada en la defensa: convirtió nada más que 14 puntos, pero permitió solamente 7.
El primer encuentro de la segunda fase fue frente a Venezuela. El juego fue totalmente dominado por El Alma, que ganó los cuatro períodos. Con Polonia el partido también tuvo esas características, ya que fue una clase magistral de la defensa del equipo: en el tercer cuarto recibió 14 puntos y anotó 28, la mayor ventaja en un parcial del enfrentamiento.
Si bien Serbia ganó el tercer cuarto 18 a 14, Argentina venció en la totalidad del juego con autoridad y llegó a las semis, donde se enfrentó con Francia. Y también le ganó a los galos, con más convicción aún que contra los serbios: se ganaron todos los parciales, pero el 21 a 16 del tercero fue en el que más diferencia hubo. Tayavek Gallizzi fue una de las claves de este momento argentino, ya que reemplazó a Marcos Delía para hacer un trabajo de obrero: luchar cada balón debajo de los tableros frente a los gigantes franceses.
Mediocampista central o por derecha y marcador de punta tenaz, aguerrido, solidario, incansable y con gran remate de media distancia que supo destacarse en momentos difíciles de la institución. Así lo define la sección Ídolos de la página oficial de Racing. Carlos Squeo dejó una marca importante tanto en el club de Avellaneda como en el resto del fútbol argentino. Un hombre de perfil bajo que siempre fue querido en el ambiente de este deporte.
Arrancó su carrera en Dock Sud con tan solo 16 años, en 1965.Su gran nivel en el Docke, club en el que se destacó como volante derecho, lo llevó a La Academia, conjunto en el que jugó un total de 7 temporadas divididas en 3 etapas, una de ellas mientras Racing disputaba el Campeonato de Primera División B. Fue uno de los estandartes del equipo en la década del 70, en la cual jugó 306 partidos y se ubicó como el séptimo futbolista con mayor cantidad de encuentros en la historia de esa institución.
No solo los de Avellaneda lo disfrutaron en su etapa como jugador. En Boca Juniors logró el único título de su carrera, nada menos que la Copa Libertadores de América. Fue en 1978, la segunda del bicampeonato que ganó el Xeneize en esa década.
Además de su estadía en Dock Sud, Racing y Boca, Squeo pasó por Vélez Sarsfield, Loma Negra de Olavarría, Instituto, Belgrano y Alumni de Villa María. También realizó una corta experiencia en el Jalisco de México.
Y, cómo no, su perseverancia también lo llevó a vestir la camiseta de la Selección Argentina. Disputó 2 partidos en el Mundial de Alemania 1974, que fue uno de los picos máximos de su carrera. Estuvo presente en el 0-4 ante Holanda, en el que le tocó marcar a una de las figuras del momento, Johan Cruyff.
Tras retirarse del fútbol profesional se convirtió en un fiel ayudante de campo de Miguel Ángel Brindisi, con quien había compartido plantel en la Selección y en Racing (1984). Tan buena fue la relación que formaron que el director técnico terminó siendo padrino de Camila, la hija menor de Squeo.
El pasado domingo 8 de septiembre, Carlitos falleció a sus 71 años, y este suceso provocó una catarata de saludos y reconocimientos para él en las redes sociales. Gracias a su personalidad tanto dentro como fuera de la cancha, dejó una huella imborrable en la memoria de todos los hinchas argentinos.
El primer cuarto del partido terminó 22 a 21 para el conjunto español,con gran contribución de Juancho Hernangomez, jugador NBA de los Denver Nuggets y de Sergio Llull-quien anotó un triple sobre el último segundo del parcial que puso en ventaja a España-con 8 y 5 puntos respectivamente. En Australia Matthew Dellavedova anoto 6 puntos y repartió 3 pases gol.
Durante el segundo cuarto, el equipo australiano sacó una ventaja de seis puntos y el primer tiempo terminó 37 a 32. Fue buena la primera mitad de la doble base Dellavedova-Mills ya que anotaron 17 de los 37 puntos, con una buena conducción del base de Cleveland Cavaliers que alcanzó las 5 asistencias. Ricky Rubio, con 9 puntos y 4 asistencias, lideró al conjunto dirigido por Sergio Scariolo que tuvo problemas para anotar durante los primeros minutos del segmento, acertando el 23,5% de los lanzamientos de tres puntos.
En la segunda parte, el partido continuó con baja efectividad desde los lanzamientos y con una reducida anotación, Australia lideraba 55 a 51 el marcador, con un buen parcial de Mills anotando 7 unidades-18 en el partido- y deNicholas Kay, gracias a sus 8 puntos y 4 rebotes durante el segmento. En España, Marc Gasolhizo sentir su aparición en el partido y alcanzó los 12 puntos, mientras que Ricky continuó siendo el líder en el equipo con 13 puntos y 5 asistencias.
Ya en el último cuarto España emparejó el partido gracias a una gran actuación de Marc Gasol, quien sobre el final anotó dos tiros libres para poner al frente a España por un punto. El base de San Antonio Spurs, tuvo en sus manos la oportunidad de pasar al frente con dos tiros libres a solo cuatro segundos del final, anoto el primero pero falló el segundo, tras el rebote defensivo, Rubio tuvo la oportunidad del tiro ganador, pero erró el triple desde mitad de cancha, por lo que empataron en 71 y todo se definiría en el tiempo suplementario.
En el suplementario nuevamente Mills y Gasol mediante tiros libres fueron los protagonistas, Marc empató el partido con dos tiros libres anotados a falta de cuatro segundos y Dellavedova falló de manera incómoda el último tiro debido a al poco tiempo disponible para correr la cancha. Así se entró al segundo suplementario del partido con empate en 80.
En un partido intenso, físico y luchado, en el que ambos bajaron su anotación respecto a partidos anteriores, en España, el reciente campeón de la NBA mostró todo su desfachatez en los dos suplementarios, sumando 11 puntos-goleador del partido con 33 unidades y logró su máxima anotación en la selección- acompañado del base de Phoenix Suns que anotó 19 puntos y asistió en 12 ocasiones. Los dirigidos por Andrej Lemanis, no aprovecharon la ocasión de cerrar el partido en tiempo y lo pagaron caro, a pesar de los 32 puntos de Patty Mills, España terminó 95 a 88 arriba en el marcador y consiguió el boleto a la final del domingo ante la Argentina.
El de China será la peor actuación de Estados Unidos en un Mundial en su historia. Serbia venció 94-89 a los norteamericanos y los condenó. Fueron 28 puntos, 6 asistencias y 4 rebotes del MVP serbio Bogdan Bogdanovic y Estados Unidos condenado a jugar por el 7º puesto. Este es, nada más, ni nada menos que el peor Mundial de su historia, incluso por debajo de su actuación en Indianápolis 2002, donde el Dream Team comandado por Reggie Miller y Ben Wallace, finalizó 6º. Otra vez, sus mejores jugadores no quisieron asistir, pero, esta vez el mundo FIBA se los hizo pagar.
La primera derrota de este no tan soñado equipo estadounidense pudo haber llegado con Turquía, pero estos no tuvieron el temple necesario para cerrar el partido. Sin ser un equipo apabullante, como lo fueron históricamente desde el arribo de los jugadores NBA en 1992, los norteamericanos pasaron las primeras dos rondas y cumplieron con un objetivo primordial: clasificarse a Tokio 2020, donde su equipo -sin duda- será más completo.
Bogdan Bogdanovic (@LeaderOfHorde) was on 🔥🔥🔥 in @KSSrbije 🇷🇸’s impressive victory with 28 points (10-17 FG) and 6 assists!
Excepto contra Turquía, el conjunto norteamericano había mostrado cierta solidez, por lo menos en defensa, característica de los equipos de Gregg Popovich, en el resto de sus partidos de primera y segunda ronda, venciendo a rivales interesantes como República Checa, Grecia y Brasil. Sin embargo, la ausencia de poder de fuego y experiencia de las estrellas de la NBA que no se comprometieron con su selección, se hicieron notar.
Como lo demostró Australia antes de empezar el Mundial, el conjunto estadounidense era un equipo vulnerable, con muchas dudas, tanto en su país como en el resto del mundo, excesivamente dependientes del tiro exterior y de arrebatos individuales de sus talentosos jugadores. Su derrota era esperada, solo faltaba ver quién se iba a encargar de bajar al equipo norteamericano. Finalmente, el elegido fue Francia en los cuartos de final.
Lo único que le quedaba a Estados Unidos era aspirar a un 5º puesto, pero tuvo que enfrentarse a la poderosa Serbia. “Si nos cruzamos con Estados Unidos, que Dios los ayude”, había dicho el técnico Sasha Djordjevic. Claro, no esperaba que este titánico duelo se diera en esta instancia, pero, en un principio, parecía tener razón: de la mano de Bogdanovic –que metió cuatro triples en tan solo cuatro minutos- Serbia borró de la cancha al equipo NBA en el primer cuarto, con un parcial de 32-7.
Sin embargo, los dirigidos por Popovich se despertaron en el segundo. Aplastaron a los serbios con un parcial de 33-12 y se pusieron en partido. Este equipo joven sintió la ausencia de jugadores que se bajaron como James Harden, Anthony Davis, Bradley Beal y Kevin Love, por ejemplo. Solamente Mason Plumlee y Harrison Barnes ya habían participado de un torneo FIBA de mayores, y solamente otros dos estuvieron seleccionados para el All Star Game en la temporada pasada: Khris Middleton y Kemba Walker.
En el segundo tiempo, el partido fue más parejo, aunque Serbia siempre se mantuvo por encima en el marcador. Bogdanovic retomó su nivel del primer cuarto y volvió a castigar desde lejos, sumado a un buen partido Vladimir Lucic. Con Barnes a la cabeza, Estados Unidos peleó todo lo que pudo, pero no le alcanzó. El equipo dirigido por Popovich y Steve Kerr firmó el mayor fracaso en Mundiales de la historia de su país.
CJ McCollum, uno de los jugadores no se comprometió con su país para este torneo, explicó antes del arranque de China 2019 por qué la gran mayoría de los convocados se habían bajado de la lista. Priorizar su preparación para la larga temporada de la NBA era una causa, sin embargo, la principal razón era el miedo a ser la cara de una nueva derrota internacional. Para la sociedad norteamericana, vale más un anillo que una medalla de oro. Pero, además, esta no dejará de castigar al equipo estadounidense que no sea campeón en los torneos FIBA. Son marcados de por vida.
Este fracaso de Estados Unidos revela la clara mejora del nivel de los países del universo FIBA, con cada vez más jugadores en la NBA y ligas nacionales muy competitivas. La indiferencia de los norteamericanos ante estos torneos no es nueva, pero ahora queda demostrado que no pueden ganar sin sus mejores jugadores. Este equipo estaba compuesto por basquetbolistas titulares en sus equipos y con gran futuro, pero nuevamente, como en el Mundial 2002, y en Atenas 2004, el mundo les envió un mensaje. Veremos cómo lo asimilan de cara a Tokio 2020.
Resulta una obviedad decir que la NBA es la liga por excelencia en lo que al básquet refiere. No llega cualquiera a jugar ahí: participar en alguno de esos equipos da un roce y puesta a punto superiores a cualquier otra competencia, pues se enfrentan y se entrenan con los mejores del mundo en cada posición de la cancha.
Las franquicias norteamericanas siempre tuvieron una relación antagónica de amor-odio con los mundiales, porque han nutrido (y nutren) a selecciones con jugadores top, pero a su vez influyen en las decisiones de otros, que en muchas ocasiones desisten de participar. Ni hablar de las ventanas de clasificación, en las que han llegado a tomar la firme decisión de no dejar ir a ninguno a disputarlas. Un claro ejemplo es Canadá, que quedó eliminado en fase de grupos: actualmente tiene al equipo campeón de la NBA y a 14 hombres en esta liga, pero al país oriental llevó tan solo a dos.
El presente Mundial de China es récord en NBA players con 54, nueve más que en 2014; aunque también lo es en cantidad de equipos (32, ocho por encima del de España), lo que hace potable el hecho de encontrar más de lo normal. Si lo medimos en porcentaje, el 7,1% forma parte de la liga estadounidense, más que el 6,4% que dijo presente cinco años atrás en tierras europeas.
▫️ Record 54 current NBA players will be featured on national team rosters
▫️ Record 103 combined current NBA players, NBA draftees, and players with NBA experience#WorldGotGamepic.twitter.com/mJyZ60sr0Z
En el análisis previo al primer partido se podría haber destacado que solo nueve franquicias no contaban con ningún jugador en la competencia, y que Boston Celtics era el que más representantes tenía, con seis: la tercera parte del roster estadounidense más Vincent Poirier, de Francia; y Daniel Theis, de Alemania. Si esto aplicaba en selecciones, se podría llegar a la conclusión de que 17 de las 32 tenían al menos uno, y que el Grupo A era el único sin jugadores NBA. El Grupo E, su opuesto, con superpoblación.
Uno de esos quince países sin jugadores NBA en su plantilla es Argentina, que en el Mundial pasado contó con Pablo Prigioni en New York Knicks y con Luis Scola en Indiana Pacers. De ese grupo sin jugadores en la elite, diez equipos quedaron eliminados en primera ronda, aunque de antemano, había tres que sí o sí pasarían de ronda: dos del Grupo A (finalmente Polonia y Venezuela) y uno del Grupo B (pasaron dos: Argentina y Rusia). El valiente quinto equipo fue la República Dominicana del Che García, que le ganó con lo justo a Alemania y se clasificó segunda del Grupo G, por detrás de Francia. Los que no pudieron avanzar fueron Venezuela y Costa de Marfil (A), Corea del Sur (B), Túnez e Irán (C), Angola y Filipinas (D), Nueva Zelanda (F), Jordania (G) y Senegal (H).
Si se toma como foco a los “jugadores NBA”, Argentina no tuvo muchas dificultades en su camino a semis. Para alcanzar los cuartos, instancia a la que llegó de manera invicta, debió toparse con Josh Okogie, Al-Farouq Aminu y Chimezie Metu, todos de la Selección nigeriana, a la que superó cómodamente en el debut (94-81). Ya en el cuadro final, con un Facundo Campazzo intratable, El Alma venció por diez a Serbia, la máxima candidata a llevarse el título según FIBA y la segunda con más NBA (5) junto a Francia, que dio la nota con un último período superlativo para superar por 89-79 al equipo de Gregg Popovich y Steve Kerr.
No es que los balcánicos tenían jugadores promedio, porque entre ellos estaban ni más ni menos que Nikola Jokić, centro del quinteto ideal de la última temporada, y Bogdan Bogdanović, firme candidato al MVP de la justa mundialista, que además formó parte del 2º Mejor Quinteto de Rookies de la NBA en 2018.Los otros tres: Marko Gudurić, Boban Marjanović y Nemanja Bjelica. El único que no fue citado es Alen Smailagić, un joven nacido en 2000 que fue elegido en el último Draft en la 39º posición de la primera ronda. El conjunto galo, rival de Argentina el próximo viernes a las 9, cuenta con Frank Ntilikina (de los Knicks, nacido en Bélgica y con gran proyección a sus 21 años), Evan Fournier (uno de los puntos más altos de todo el Mundial, ya asentado en Orlando Magic), Nicolas Batum (integrante del Quinteto Ideal de España 2014, hace cinco años en los Hornets), Rudy Gobert (Mejor Defensor en 2018 y parte del Mejor Quinteto Defensivo las última tres temporadas, siempre en Utah Jazz) y Vincent Poirier (recién fichado por los Celtics, con pocos minutos en China por tener adelante a Gobert).
Finalizada la jornada del martes, que dejó a Argentina y a España como semifinalistas, la Albiceleste quedó como la única con vida sin miembros del torneo profesional norteamericano, ya que tanto La Roja (4) como Estados Unidos (12), Francia (5), Australia (4) y República Checa (1) contaban con al menos uno. Polonia fue la segunda sin ninguno que más lejos llegó, cayendo en cuartos con España.
Para encontrar el último antecedente mundialista de una Selección en semifinales sin jugadores NBA hay que remontarse a Grecia 1998, cuando sucedió algo utópico con mirada actual -y hasta para ese entonces también-: ninguno de los cuatro mejores tenía en la lista a alguien de la liga estadounidense. Recién a partir de 1989 la FIBA aceptó que integrantes de la National Basketball Association jugaran en sus torneos, lo que provocó que muchos extranjeros fueran a parar a las distintas franquicias. Sin embargo, todavía para ese Mundial de 1998 no había un número tan elevado como en Indianápolis 2002.
Curiosamente, una de las cuatro selecciones era Estados Unidos, que mezcló deportistas de clubes europeos con universitarios por el famoso lockout (paro patronal por falta de acuerdo entre los propietariosde las franquicias y los jugadores). Su rival fue Rusia, que le ganó por 66-64. El otro cruce fue entre el local y Yugoslavia, país que terminaría obteniendo el título con el base Aleksander Djordjevic como uno de sus baluartes, hoy técnico del primer equipo serbio.
Otros casos particulares son los de Nueva Zelanda en 2002, Grecia en 2006 y Lituania en 2010:
-El primero, por Sean Marks. El pívot sufrió una lesión en un ojo y se perdió la segunda fase. En el partido de semifinales no estuvo presente, pero probablemente el país oceánico no hubiese llegado a esa instancia sin su aporte en la fase de grupos (2 ganados y 1 perdido contra 2 triunfos y 3 derrotas sin él).
-El segundo, por Vassilis Spanoulis. El armador se fue de Panathinaikos a Houston un mes antes de debutar en Japón. Integraba una plantilla de la NBA, pero aún no había debutado. Grecia dio el batacazo eliminando al Dream Team en semis, pero perdió categóricamente la final contra España (70-47).
-El tercero, por Linas Kleiza. El ala-pívot tuvo un caso similar al de Spanoulis: firmó con Toronto el 7 de julio y jugó en Turquía el 28 de agosto, sin haber sumado minutos en el actual campeón de la NBA. Lituania, que venía de eliminar a Argentina en cuartos, caería ante el futuro campeón, Estados Unidos, por 89 a 74.
En otras palabras, el equipo comandado por el Oveja Hernández es el primero en el siglo XXI que llega a semifinales de un Mundial sin haber requerido de un actual jugador de la NBA. Una frase que resulta mentirosa si se tiene en cuenta que algunos ya vivieron esa experiencia (Scola, Laprovittola, Brussino y Garino) y otro, como lo es Facundo Campazzo, que tiene talento de sobra para brillar en un club de esta liga, tal como twitteó Andrés Nocioni tras el triunfo ante Serbia.
Hola! NBA. Se llama Campazzo este chico. Lleva un tiempo que ya tendría que estar ahí! Pero bueno lo disfruta el Madrid, ustedes sigan mirándolo por TV pic.twitter.com/gRgqYEPb0z
La victoria del martes ya quedó en la historia como la mayor hazaña post-Generación Dorada. Con un único sobreviviente del oro en Atenas, con un brillante estratega y con un par de magos, más la garra y corazón que demuestra el plantel ante cualquier circunstancia, Argentina buscará, ante Francia, que lo del martes quede en un día más, y patear nuevamente el tablero internacional… como ya hizo un par de veces.
El seleccionado francés se aseguró una plaza entre los primeros cuatro de la Copa Mundial de la FIBA en China, y repite así la hazaña de eliminar a uno de los candidatos al título, como lo había hecho en el 2014. El rival pasado fue España, país anfitrión de aquel torneo, y en esta ocasión fue Estados Unidos.
La diferencia entre ambos equipos fue variando a lo largo del encuentro, pero en el momento decisivo, los “jugadores estrella” del conjunto francés fueron más fríos y certeros. El principal artífice y figura del resultado fue Rudy Gobert, con 21 puntos y 16 rebotes, de los cuales siete sirvieron para mantener la posesión ofensiva luego de tiros fallidos. El pívot fue, junto a Nicolas Batum y Evan Fournier, participe de los dos acontecimientos, aunque su desarrollo como jugador en estos años quedó más que evidenciado en el Mundial de China.
En 1992, en una pequeña ciudad al noreste de Francia llamada Saint-Quentin, nació un niño llamado Rudy Gobert, que hacía deporte en el parque como cualquier otro, que creció, creció y creció, por lo que finalmente decidió seguir entrenando para poder ser jugador de básquet.
El joven medía 1,94 metros y jugaba de alero cuando llegó en 2007 a Cholet Basket, equipo de la primera división de Francia. Allí completó su formación a nivel deportivo e incluso jugó tres temporadas como profesional en el primer equipo. En ese tiempo siguió creciendo, por lo que tuvo que acostumbrarse y ajustar tanto sus movimientos como su juego a su físico. Aunque todavía era delgado y nadie le tenía fe, él sabía que iba a llegar a la NBA.
Llegó el Draft de 2013 y Utah Jazz decidió confiar en el francés de 21 años, que fue seleccionado en el puesto 27. En su primera temporada promedió menos de diez minutos y tres puntos por partido, pero progresivamente fue ganando espacio en el equipo, convirtiéndose titular en la temporada siguiente. Cada vez fue más protagonista, y se destacaba por su altura y sus brazos, que le permitieron agarrar hasta 25 rebotes y ocho tapones. Si bien a nivel colectivo no obtuvo grandes logros, fue reconocido en 2019 como Mejor Defensor de la NBA por segundo año consecutivo y, en principio, su equipo será uno de los candidatos al anillo la próxima temporada.
Todos los años regresa a su ciudad para realizar entrenamientos para los niños e incentivar el básquet. En 2018 estuvo presente allí para observar la final del mundial de fútbol de Rusia y fue participe del posterior festejo. “Todo el país estaba con ellos, fue un orgullo. Ver la felicidad en las calles te hace querer hacer lo mismo”, confesó luego de que Francia se consagrara campeón. Este pensamiento quedó demostrado este año, ya que esta es su segunda participación mundialista y sus números son exageradamente superiores al anterior: 12,7 puntos contra 4,1; 9,7 rebotes contra 4,7 y 2,3 tapas contra 0,9.
En un partido frente a Utah Jazz o Francia, una gran torre se interpone entre el jugador ofensivo y el aro. El atacante penetra y llega a la pintura, pero los doscientos dieciséis centímetros se convierten en casi doscientos noventa cuando Rudy Gobert levanta los brazos para bloquear el tiro. Estos brazos denegaron el intento de Donovan Mitchell de reducir la diferencia a favor de Francia en el último minuto del partido y esa mano de Gobert evitando la bandeja fue el pase de Francia a las semifinales.
Patty Mills, de consagrado torneo, inició el partido convirtiendo 13 de los 17 puntos marcados en el primer período por el conjunto australiano, que tuvo problemas con el lanzamiento exterior. Los checos, con una gran defensa, bajaron el goleo a su rival y Patrik Auda fue el máximo anotador con 7 tantos, mientras que el base de los Chicago Bulls, Tomas Satoransky, repartió 4 asistencias, lo que les permitió terminar el primer cuarto igualados en 17.
Ya en el segundo cuarto, Mills llegó a 16 puntos, y las pequeñas apariciones de Matthew Dellavedova y Chris Goulding, combinaron 9 anotaciones, en lo que era la victoria parcial 33 a 30 para el equipo de Andrej Lemanis. Auda anotó 4 tantos más para llegar a 11, y Satoransky, ex base de Washington Wizards, dio gala de su capacidad de pase con 8 asistencias cuando llegó el entretiempo. Un partido con baja anotación.
Al reinicio del partido, Australia tuvo un excelente cuarto, en el cual demostró superioridad individual y colectiva, ya que la ventaja la amplió de 3 a 15 puntos, colocándose arriba en el marcador por 63 a 48 al finalizar el período. Goulding elevó su casillero personal de anotación a 14 tantos, el pivot del Zalgiris Kaunas, Jock Landale, realizó un gran segmento contabilizando 7 puntos en el partido, además de brindar buena presencia en la zona pintada, y Mills alcanzó las 19 unidades. Auda y Satoransky lograron mantener en partido al conjunto dirigido por Ronen Ginzburg, debido a sus muy buenos aportes, escoltados por los demás jugadores cumpliendo su rol específico ante un rival más poderoso.
En el último cuarto, República Checa cerró un muy buen encuentro, en el que a lo largo de cada cuarto fue comandado por los mismo jugadores. Satoransky estuvo a un solo rebote de lograr el primer triple doble de la historia de los mundiales y tuvo una gran actuación con 13 puntos, 9 rebotes y 13 asistencias, mientras que Auda fue el goleador con 21. Australia logró su boleto a semifinales -enfrentará a España el viernes 13 a las 5 am- y Mills fue el jugador diferencial, con 24 puntos y 6 asistencias, en un partido que el goleo se presentó a partir del segundo tiempo.
Los españoles vencieron a Polonia por 90-78 y Rubio, base de los Phoenix Suns, fue la gran figura del encuentro con 19 puntos, 5 rebotes y 9 asistencias que lo convirtieron en el jugador con la mayor cantidad de asistencias (115) en la historia de los Mundiales, superando al argentino Pablo Prigioni. Ahora esperan por su próximo rival, que será el vencedor entre Australia y República Checa.
El conjunto ibérico terminó arriba en el primer cuarto 22 a 18, con 8 puntos de Rubio, escoltado de los buenos aportes de ‘Willy’ Hernangómez y de Víctor Claver con 4 tantos cada uno. Del lado de los dirigidos por Mike Taylor, Adam Waczynsky y A.J Slaughter sumaron 5 unidades cada uno.
En el segundo período, ‘Juancho’ Hernangomez realizó un muy buen parcial siendo certero en el tiro exterior encestando 3/3 en triples y llegó a 14 unidades en el partido, ‘Rudy’ Fernández aplicó su experiencia en cancha y alcanzó los 9 puntos en el partido, de los cuales 6 fueron en ese periodo, mostrando su marca registrada que es el tiro de tres puntos.
En Polonia, Adam Hrycaniuk colaboró con 6 puntos y se hizo fuerte en los tableros capturando 4 rebotes y Damián Kulig también aportó en el ataque convirtiendo 5 puntos. El primer tiempo terminó con una pequeña ventaja española de 46-41, y ambos seleccionados tenían más del 50% de acierto en los triples.
Al reinicio del juego, Fernández llegó a los 15 puntos, exhibiendo su repertorio ofensivo con dos tiros acertados desde la línea de 6,75m por lo que alcanzó 5/5 en triples gracias a la buena circulación del balón que otorgó Marc Gasol, quien tenía cinco asistencias al igual que Rubio. A.J Slaughter y Damián Kulig encabezaron el goleo polaco con 13 y 10 unidades, respectivamente, y terminaron el tercer parcial nueve puntos por debajo en el marcador.
Ya en el último pasaje del partido, España consiguió una importante ventaja por el gran cuarto que realizó su base. ‘Willy’ Hernangómez, aprovechando sus 2.11 metros, creció en el partido, anotó 12 puntos en ese parcial por su buena presencia en la zona pintada y sumó 18 en total. Polonia cerró un digno partido, derrotado por un rival de mayor envergadura por 90-78. Slaughter fue el goleador con 18 unidades y Waczynsky lo acompañó con 15 unidades.