miércoles, abril 24, 2024

Tricolore: el primer balón multicolor de los Mundiales

Por Juan Ignacio Estévez

El Tricolore fue el primer balón de competición multicolor. La bandera tricolor y el gallo, símbolos tradicionales de la República Francesa y de su Selección nacional de fútbol, inspiraron el nombre y el diseño del balón.

Adidas, que fue su fabricante, eligió los símbolos que mostraran la “Francia moderna” y estos fueron: el gallo, un tren de gran velocidad y una turbina, elementos que reflejan historia, energía y velocidad.

  • El gallo, símbolo tradicional de Francia, está asociado al deporte del país. Aparece en los uniformes de las Selecciones nacionales francesas y fue el modelo para la mascota de la Copa Mundial y para la Selección francesa mundialista.
  • El tren de gran velocidad y la turbina simbolizan fuerza, propulsión e ímpetu, atributos típicos de la energía y el entusiasmo en Francia.
  • Los colores azul, blanco y rojo tienen su origen en la Revolución Francesa, cuando los soldados empleaban las llamadas “escarapelas”, insignias en azul y rojo en sus gorras de uniforme, los colores de París. El blanco era el símbolo de la monarquía. En 1974, el “Tricolore” se convirtió en la bandera oficial de Francia.

El balón oficial de la Copa Mundial Francia `98 incluyó como novedad una capa de espuma sintética, un avanzado material compacto compuesto de microburbujas rellenas de gas. La espuma aumentó más la durabilidad, su recuperación energética y su capacidad de respuesta.

Las ventajas frente al poliuretano de alta compresión utilizado durante los últimos Mundiales fueron claras. Este nuevo material, denominado “espuma sintáctica”, tiene una compresión y una capacidad de rebote mucho mayor, lo cual hace que la pelota sea más blanda y veloz que el modelo utilizado en Estados Unidos ‘94, el Questra, con la que se buscó goles más “espectaculares” desde corta y media distancia.

El delantero que más provecho supo sacarle fue el croata Davor Šuker, quien convirtió un total de de 6 goles, y detrás de él estuvieron Gabriel Batistuta (5) y el italiano Christian Vieri (5).

Por otra parte, la valla menos vencida estuvo a cargo de Fabián Barthez. Francia, su equipo, solo recibió 5 goles, de los cuales 3 fueron en la tanda de penales frente a Italia por los Cuartos de Final. En la final, Barthez levantó la Copa del Mundo y dio paso a una de las cábalas más recordadas de los Mundiales: un beso en su cabeza.

Este balón no desató ninguna polémica en particular por parte de los jugadores, quienes suelen ser la palabra final para determinar si una pelota “sirve o no”. Sin embargo, el Questra del ´94 ya había instalado la polémica. Los arqueros empezaron a culpar, hasta hoy en día, a los giros y curvas fortuitas que el esférico desplegaba en el aire con el fin de justificar los goles que muchas veces parecen insólitos. 

El Tricolore fue el último balón mundialista del siglo XX y consigo trajo cambios significativos. Hubo un antes y un después en la elaboración de pelotas de fútbol y las grandes fábricas ya no se encontraban en el continente europeo, sino que se establecieron en países donde les era mucho más económico producir.

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