lunes, agosto 11, 2025
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Medrano: “Es muy difícil entrenarse cuando las jugadoras no tienen recursos”

Por Rocco Merani

Después de la suspensión del torneo femenino de fútbol, Karina Medrano, entrenadora de Lanús, charló con El Equipo sobre la inesperada situación que deben atravesar y las dificultades que se pueden presentar para mantener el buen estado de ánimo del equipo.

-¿Cómo se adaptaron al entrenamiento online?

-La realidad es que es muy difícil entrenarse de esa forma cuando las jugadoras no tienen recursos, como tener internet en su casa. La jugadora queda casi descartada, porque no tienen forma de estar conectada con nosotros, y se les consumen los datos de una manera rápida. Entonces si se conecta en la llamada, se desconecta del resto del mundo prácticamente porque se queda sin datos. Así que priorizan usar el WhatsApp, que es la aplicación más utilizada por todos nosotros.

-¿Cómo ves el ánimo de las jugadoras?

-Están bien, pero bueno esto abarca mucho más que ellas. Tiene que ver con los reporteros, los dirigentes, el cuerpo técnico, esto es una situación global y excepcional, además de supervisar el entrenamiento y guiarlo, también estamos en contacto para que tres veces por semana el equipo se encuentre junto. Algunas están bien, manejan el mismo sentido del humor de siempre mientras que otras son calladas. Tiene que ver más que nada con la personalidad de cada persona ya que si no hablaron nunca, menos ahora en una cámara, pero en general están bien. También por mi parte hago llamadas individuales a cada jugadora y ver cómo están de humor.

-¿Con qué jugadora estás más cerca?

-Trato de estar con todas por igual, algunas por mensaje, pero generalmente siempre con la capitana y con las jugadoras que tienen más reflexión conmigo, las que provocan el contacto conmigo. Al menos una vez por día nos contactamos, pero no mucho más porque tampoco queremos abrumarlas.

-¿Les informó algo Nicolás Russo, presidente de Lanús, acerca de cuándo cree que va a volver el futbol y los entrenamientos presenciales?

-A nosotros específicamente no, pero si hablan con la prensa y en la reunión de la comisión directiva. Yo he hablado con el presidente de Lanús, y lo único que me manifestó es la importancia de nuestro cuidado y que ante todo está nuestra salud para no infectarnos, después en segundo plano vendrá la parte deportiva. Hoy por hoy ha cambiado muchísimo cuál es la prioridad y tenemos que adaptarnos con los recursos que tenemos a la hora de entrenar.

-¿En qué aspectos trabajan en los entrenamientos?

-La parte física fundamentalmente, porque es la base del equipo. Tratamos que no se pierda la preparación física de las jugadoras, pero de ninguna forma podemos lograr una similitud con el entrenamiento real, el que tenemos en la cancha. Después en la parte emocional también trabajamos, sobre todo en la concientización de los valores que tienen que tener. Eso es fundamental en esta situación que nos agrupa a todos, más allá de todas las acotaciones que tenemos, físicas, técnicas o tácticas. Nosotros nos estamos basando en el perfil de la jugadora con la parte del estudio, y con la parte psicológica, que es de gran importancia. Volviendo a los valores, en el futbol femenino son bastante dejados de lado y por eso hacemos hincapié en ellos, porque si la jugadora no tiene un buen perfil, no puede avanzar en esta disciplina. Se va quedando y por mas buena que sea jugando con los pies, es un factor influyente y es una política que no solamente lo pienso yo, sino que es una política del mismo club en general, ya que se maneja así la parte de infantiles, la juvenil, la reserva y de todo el futbol profesional.

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La ex jugadora de All Boys y El Porvenir llegó a la institución en 2017 cuando estaba en la segunda división. Al año siguiente ascendieron y ese mismo año se clasificaron a la zona campeonato para disputar el título. Actualmente es una de las cinco mujeres entrenadoras del Torneo Rexona.

Daireaux y Montero, las caras de la truncada experiencia de la Superliga Americana de Rugby

Por Pedro Duffau, Leandro Gambino y Marcelo López Aspuru

La Superliga Americana de Rugby iba a tener su primera temporada este año, pero debido a la pandemia por coronavirus y las medidas que se tomaron al respecto, no solo no se pudieron completar las dos primeras fechas del torneo, sino que se suspendió hasta 2021. A su vez, Juan Bautista Daireaux, jugador de Ceibos, y Manuel Montero, jugador de Olimpia de Paraguay, cuentan a El Equipo sus distintas sensaciones y realidades en este contexto.

-¿Cómo fue su primera experiencia en la SLAR (Superliga Americana de Rugby)? ¿Qué significa en sus carrera?

Juan Bautista Daireaux: La verdad que mi experiencia fue muy buena y muy enriquecedora, poder ser profesional por primera vez en mi vida me hizo crecer un montón. Me fui muy contento también con los resultados, tanto los individuales como los grupales y me hice muchos amigos, pero fue una lástima que haya durado tan poco por la situación actual que vive el mundo. Ceibos significa un gran avance en mi carrera, ya que es mi primer equipo profesional.

Manuel Montero: Me gustó mucho sinceramente, hicimos un grupo tremendo y sentíamos que teníamos un lindo equipo. No me costó adaptarme para nada, los jugadores sudafricanos y otros extranjeros que se fueron agregando sumaron mucho al grupo. La relación bárbara, tanto los chicos paraguayos como los que nos sumamos teníamos la mejor, los sudafricanos estaban siempre arriba levantando al grupo. Con Raúl Pérez (el entrenador de Olimpia) ya nos conocíamos de Jaguares, así que todo bien.

-¿Qué les pareció la suspensión del torneo?

JBD: Me pareció que fue lo más correcto y lo más prudente. La verdad que fue muy triste, sentimos mucha bronca ya que estábamos entrenándonos mucho para tener un gran torneo y estábamos muy motivados y con muchísimas ganas. Pero bueno, ya lo fuimos digiriendo y ahora, estamos entrenando cada uno para lo que sigue.

MM: Me dio mucha lástima porque veníamos trabajando muy duro desde enero, jugamos amistosos, debutamos en la primera fecha y que después se suspenda fue un garrón. De acuerdo no estoy, pero también entiendo el contexto que estamos viviendo todos. Mucha gente tuvo que cambiar los planes de su año.

-¿Qué actividades físicas realizan ahora dado el Coronavirus? ¿Tienen una rutina de entrenamiento?

JBD: Trato de mantenerme físicamente como antes de que todo esto empezará. Entreno dos veces por día, en el primer turno es a la mañana después de un buen desayuno y en el segundo, trato de hacerlo siempre alrededor de las 19 horas. Intento hacer cada día un poco de entrenamiento físico y un poco de gimnasio. También tengo dos hermanos en casa, y como hay un aro de básquet jugamos mucho con eso o con las diferentes pelotas de rugby o de fútbol.

MM: Tengo muy pocas cosas en casa como para entrenar bien, pero trato de ingeniármelas.

-Dado lo que dijo Gonzalo Quesada sobre la idea de empezar armar una competencia interna, ¿qué te parece esta alternativa? ¿Creés que beneficiaría a los jugadores?

JBD: Mi opinión es que sí beneficiaría mucho a los jugadores y que sería una muy buena alternativa, porque la verdad sería muy complicado que los Jaguares o Los Pumas puedan llegar a jugar algún torneo este año o algún partido amistoso, y sino no juegan ningún partido van a perder mucho el ritmo. Es más, creo que los sudafricanos y los neozelandeses van a armar un torneo regional en su país, y entonces si se puede armar alguna competencia interna acá en nuestro país, va a beneficiar mucho a los jugadores para seguir mejorando día a día.

-¿Creen que por la suspensión del torneo pierden la posibilidad de mostrarte para futuras convocatorias a distintos equipos argentinos?

JBD: Creo que sí, creo que se pierden posibilidades para mostrarse. La verdad que Ceibos era una muy buena plataforma para que los entrenadores de arriba te puedan ver y con la suspensión del torneo, eso se pierde. Me tengo fe en cuanto a nuevas posibilidades y convocatorias, me quedo un poco tranquilo con eso, así que a seguir entrenando para que me vuelvan a llamar.

MM: Hoy estoy en Buenos Aires a la espera de que pasará con la URBA, pero me gustaría seguir jugando profesionalmente. Con respecto a Los Pumas, hoy mi cabeza ya no piensa en eso, todos tenemos una etapa y yo siento que ya pasó.

El ascenso y la amenaza económica, en boca de los jugadores

Por Matías Cavallero y Tomás Lucero

El pago de los salarios de los futbolistas de las categorías más humildes no está garantizado por algunos clubes en medio de la pandemia, y la presencia de Futbolistas Argentinos Agremiados es casi nula. Teléfono para los dirigentes: si los jugadores no cobran, no comen.

El lunes 16 de marzo la pelota dejó de rodar en la Argentina. La Copa de la Superliga quedó postergada hasta nuevo aviso y hoy, más de un mes después de aquel último cotejo, la incertidumbre es total. A la par, creció la deuda de los clubes, apremiados por la abrupta baja de ingresos: gran parte de los socios no pagan su cuota mensual y la falta de partidos hace que los que poseen los derechos televisivos no puedan afrontar la repartición a las instituciones. Los principales damnificados son los protagonistas.

La frase de Carlos Tévez –“los jugadores podemos vivir un tiempo sin cobrar”- resonó en el mundo del fútbol. A partir de ese disparador, seis futbolistas, representantes de las cinco categorías más trascendentes del deporte rey en nuestro país, se hacen eco de los principales reclamos y dejan claros los contrastes entre la realidad del ascenso y de la Primera División.

Enzo Caroccia, capitán de Cambaceres, de la Primera D, también es profesor en una escuela. En épocas de cuarentena, la rutina dispuesta por el preparador físico del club se sigue a rajatabla: “Me armé unas pesas con cemento y latas. Para la parte de fuerza hago lo posible”. Los contactos con los compañeros, que eran diarios, son más complejos, pero continúan: “Usamos la aplicación Zoom para hacer una videollamada general, más que nada cuando quiere hablar el director técnico para todos”.

Hasta ahora, el club que desfila en la división más humilde pudo hacerle frente a los sueldos de marzo. Sin embargo, la preocupación se acrecienta a partir de la posibilidad de una eventual rebaja de salarios: “Vivo con mis padres, cobré mis dos sueldos y no gasto tanto, pero la situación está dura. Es muy poco lo que cobramos en la división. Cuando habló Tévez, yo interpreté que se refería a los jugadores de Primera, porque al ascenso lo matás. Sería una locura”. A su vez, comentó que Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA), el gremio que los nuclea, hizo oídos sordos a la situación: “No recibimos ni una llamada. Un par de futbolistas de Deportivo Paraguayo iban a armar un comunicado para (Sergio) Marchi, porque nunca supimos nada de ellos”.

Damián Leyes es un trotamundos; pasó por gran parte de las categorías. De larga trayectoria en Tigre y Quilmes, hoy es la voz de mando de Excursionistas, de la Primera C. El mediocampista coincide con la observación de Caroccia: “La gran mayoría de los futbolistas no puede vivir sin cobrar, incluidos algunos de Primera y del Nacional. La reducción sería un golpe durísimo a la economía de jugadores que viven al día. Nosotros firmábamos un contrato en junio y ya perdíamos plata por la monstruosa devaluación que teníamos, peor ahora”.

Sin embargo, los caudillos de la cuarta división del fútbol argentino sí han tenido comunicación con FAA: “Estamos en permanente contacto con el gremio. Tuvimos una reunión  por videoconferencia el viernes para que todos expresen sus opiniones. El tema central es que aún no se sabe cómo va a seguir todo esto, no es una cuestión de predisposición de los dirigentes”. Excursio, por lo pronto, garantizó los pagos: “Desde que llegué al club hace dos años nos tienen siempre al día, está muy bien administrado y se cumple con lo que se promete”.

Christian Soria, goleador de Deportivo Armenio, de la Primera B Metropolitana, aprovecha la época de cuarentena para pasar más tiempo con sus seres queridos: “Tengo un hijo y ahora paso mucho tiempo jugando con él”. El Tricolor es uno de los clubes que no le ha abonado a sus jugadores la totalidad de los sueldos, y el parate puede traerle aún más complicaciones: “Los dirigentes están haciendo un gran esfuerzo para abonar lo que falta. Estoy tratando de no gastar tanto y esperar a que se solucione”.

La entidad que comanda Sergio Marchi, hasta el momento, no ha tenido contacto con el club con sede en Ingeniero Maschwitz: “No han hablado con nosotros, había escuchado ciertos rumores de una rebaja del 20% del salario, pero mucha importancia no le dimos al tema. Sabemos de la situación de otros equipos que llevan dos o tres meses sin cobrar y es muy fea. En sí, nosotros, por suerte, no estamos complicados”.

Por otro lado, para Milton Giménez, máximo artillero de Comunicaciones y de la B Metropolitana, la preparación física en su casa es complicada debido al tamaño de la misma: “Entrenamos cuatro veces por semana. Yo vivo en un departamento de dos ambientes y los preparadores arman las rutinas de acuerdo a nuestros espacios”. El Cartero se encuentra en una situación semejante a la de Armenio, ya que está un mes atrasado en cuanto a los pagos a sus jugadores.

El delantero sostiene la misma postura que sus colegas en cuanto a una posible baja salarial: “En la B Metropolitana no lo podríamos aguantar, es imposible. Si nos cortan el sueldo a nosotros, nos dejan muy poco, sería muy difícil vivir. Si cobrara al día, ya sabría con la plata que cuento, pero no es así, y si encima nos quieren recortar sería muy complicado”.

Federico Crivelli, arquero y capitán de Temperley, está aprovechando la cuarentena para ayudar a su suegro con su trabajo de distribución de productos de limpieza, y así generar un ingreso extra frente a la complicada situación del Gasolero: “El club, mal o bien, nos depositó 30.000 pesos, que a algunos les sirve más y a otros menos; no es lo ideal, pero es algo. Yo empecé con el otro empleo para no quedarme quieto, hacer cosas y generar la plata del día a día que alcance para llegar a casa, estar bien con la familia y que no falte nada”.

La deuda en la institución que radica en la Primera Nacional es grande, debido a que el último ingreso que recibieron los futbolistas fue “un porcentaje de febrero”, según afirma Crivelli. Además, el guardameta planteó una posible solución a la falta de pagos: “Acá hay jugadores que cobran salarios equivalentes al de cualquier empleado que trabaja en un banco o una fábrica, entonces es muy difícil recortar el presupuesto cuando ya es bajo de por sí, y muchos llegan con lo justo a fin de mes. Yo opiné que había que unirnos, y que cada uno que pueda ayudar, aporte a un fondo solidario para los que más lo necesitan”.

Gabriel Diaz, jugador de Ferro a préstamo en Patronato, no para de contar las horas para volver al ruedo, pero reconoce la importancia de la cuarentena: “Tengo muchas ganas de jugar al fútbol y que esto se resuelva rápido, pero me parece prioridad cuidarnos. Yo confío plenamente en los que saben para que ellos dispongan el momento adecuado, cuando crean que sea necesaria la vuelta”.

En cuanto a la máxima categoría del fútbol argentino, el contacto con FAA es permanente y el gremio, hasta el momento, brindó la calma necesaria tras comunicarle a los jugadores que van a cobrar el sueldo correctamente: “Los capitanes de todos los clubes tienen reuniones por conferencia con el gremio, así que, de ahora en adelante, tendremos más novedades. Nos hablan dado la tranquilidad de que vamos a cobrar marzo porque había entrado la plata de la televisión. Nosotros estamos al día, y no se habló en Patronato de reducción de salarios por el momento. El estar de acuerdo o no ya es algo personal, que va a diferir en las distintas realidades que tenga cada uno”.

Los dirigentes más optimistas esperan la vuelta de las competiciones en la segunda mitad del año, pero ya saben que los partidos se disputarán, en principio, sin público en las tribunas. Las puertas para que juveniles empiecen a jugar en el primer equipo se abrirán de par en par y por un tiempo, los grandes refuerzos en los clubes más populosos tendrán que esperar. Mientras tanto, los futbolistas, trabajadores, tienen que darle de comer a sus familias. El desconcierto ya toca las puertas de los altos mandos de las instituciones.

Ricchetti: “Los jugadores necesitan el dinero para mantener a su familia”

Por Rodrigo Cabrera

“El futbolista puede estar seis meses o un año sin cobrar”. La frase de Carlos Tevez, jugador de Boca Juniors, respecto a la situación económica de los jugadores de fútbol no puede estar más lejos de la realidad. Solo unos pocos pueden tener una vida llena de lujos, que son los más conocidos, y esto provoca confusiones. Pablo Ricchetti, entrenador de Santamarina de Tandil, en una videoconferencia con alumnos de Deportea, graficó la realidad de sus futbolistas: “Necesitan el dinero para mantener a su familia”.

En los tiempos que corren no solo preocupa el COVID 19. Muchas problemáticas que ya tenían historia comenzaron a incrementarse. La más alarmante -luego de la salud- es la económica. La cuarentena obligatoria hizo que todos paren la pelota. Y literalmente esto fue lo que tuvieron que hacer los deportistas. Entrenamientos controlados virtualmente, rutinas físicas en departamentos y la incertidumbre del retorno a las canchas. Pero la pausa en la actividad tiene sus consecuencias: clubes en estados críticos por la falta de ingresos por las entradas a los partidos, la falta de pago de sus socios y el dinero por la televisación que no ingresa.

Son escasas las instituciones que pueden afrontar esto con cierta comodidad. La brecha económica entre la Primera División y las categorías del ascenso se nota más que nunca. Ricchetti explicó que Santamarina puede pagarles los sueldos a algunos y a otros, no. “Seis meses o un año sin cobrar” no es viable. “No tenemos la posibilidad que tiene otros clubes de más envergadura de facilitarles herramientas para los entrenamientos. Nuestros jugadores levantan bidones de agua”, agregó.

Crítico del control de los entrenamientos, el ex ayudante de Jorge Almirón (de último paso por Al Shabab de Arabia Saudita), confía en la profesionalidad de sus dirigidos y no los vigila. Con su cuerpo técnico planificaron rutinas personales centradas en lo físico en base a lo que dispongan en sus hogares. Pero lo que priorizan es lo emocional en tiempos de distanciamiento social. “Intentamos que nadie se sienta abandonado. Les brindamos información y libros para el tiempo libre, además de videos de análisis táctico de su posición y del equipo”. Agregó que comenzarán a hacer challanges (desafíos como los jueguitos con papel higiénico) en redes sociales entre el plantel para pasar el rato.

Antes de la pandemia sus entrenamientos estaban pensados en base al juego. La parte física la dedicaban a la pelota para ensayar acciones de partido. Le gusta que su equipo recupere, no que defienda, y que genere más ocasiones en ataque. “Los profes toman importancia porque los técnicos trabajan cada vez menos horas”, explicó. La cuestión táctica también es fundamental: hacen análisis propios y del rival, en base a eso diseñan su semana de entrenamiento. Todo varía según a quien se enfrenten y tratan de brindarles toda la información posible: “Nunca se puede hacer que un plantel se adapte a tu idea, sino que nosotros debemos adaptarnos”.

No solo el presente es difícil, sino que el futuro también lo será. Piensa que cuando todo esto termine y la vuelta a la actividad sea un hecho, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) les dará un mes para poner a punto la parte física para la exigencia deportiva. Piensa. También van a haber negociaciones de contratos, ya que a algunos se les vence al final de la temporada y no saben qué va a suceder. Otros son grandes y tampoco saben si van a continuar jugando u optarán por el retiro. Expresó que el plantel está preocupado y cansado, esperando una confirmación oficial.

Nadie sabe qué pasará y cuando se volverá a las actividades normales. La incertidumbre es lo que ronda en la cabeza de todos y hace que la desesperación se apodere de los pensamientos. Pero lo que sí se sabe y dejaron claro es que no todos los futbolistas pueden estar un año sin cobrar.

La supervivencia del fútbol alemán

Por Guillermo Rojas y Daniela von Simons

En Alemania el lunes 20 de abril volvieron a reactivar su economía, pero la pelota va a tener que seguir esperando. El fútbol alemán confiaba en regresar para principios de mayo, con 126 personas por estadio y con testeos semanales a los jugadores. Todo esto quedó en la nada, ya que la canciller Ángela Merkel prohibió las reuniones masivas hasta el 31 de agosto, lo que significa que los estadios seguirán cerrados 4 meses más y obviamente los clubes tendrán menos recursos económicos.

Del fútbol amateur y profesional dependen 65.000 puestos de trabajo y el Estado se está haciendo cargo del 60% del neto, más lo que cada club puede aportar. Pero el mayor problema es que, de no terminar la temporada, se perderán 700 millones de euros, según le contó a El Equipo Eduardo Coppol, ex periodista deportivo y actualmente radicado en Alemania. También dijo que la Federación de Fútbol Alemana no pedirá la solvencia económica de los clubes, en una situación normal no podrían participar de ningún campeonato afiliado a la Federación”.

La crisis también sacó un lado solidario de los clubes poderosos del país: Bayern Munich, Borussia Dortmund, RasenBallsport Leipzig (Red Bull Leipzig) y el Bayer Leverkusen aportaron 20 millones de euros para repartir entre los equipos con menos ingresos, aunque esto la Federación no lo hace público, según manifestó Coppol. Además, los equipos de la Bundesliga ya han retornado a los entrenamientos, pero en grupos de 2 ó 3 jugadores entrenando en distintos turnos.

Los clubes del ascenso serán los más perjudicados por esta crisis, ya que sus ingresos dependen de la recaudación de las entradas y no habrá público en Europa hasta que haya una vacuna eficaz. A su vez, estos están tratando de que los hinchas donen algo de dinero, solo para poder subsistir.

“El Coronavirus es un tema delicado y los jugadores lo sufren”

Por Iván Ezequiel García

Fernando Signorini tiene 69 años, fue preparador físico, trabajó en cuatro mundiales y en reiteradas oportunidades comentó que tuvo la “inmensa fortuna de entrenar a los máximos ídolos de la Selección”: a Diego Armando Maradona (1983 al 1994) y a Lionel Andrés Messi (2008 al 2010). También compartió etapas con idealistas del futbol argentino como Carlos Bilardo y César Luis Menotti.

Palabra autorizada para opinar, se refirió sobre el momento que atraviesan los futbolistas en el contexto de pandemia: “Cada uno tendrá las sugerencia que les darán desde el cuerpo técnico. El problema es que no hay fecha definida, seguramente esto se extenderá y nadie sabe cuándo volveremos a la normalidad”, y agregó: “Lo importante es mantenerse y estar en contacto con el club para que no se sientan solos”.

El nacido en la Ciudad de Lincoln, provincia de Buenos Aires, se refirió a los tipos de rutinas que debe llevar un profesional ante estas situaciones. “Son primordiales los trabajos que ayuden a mantener el tono muscular, como ejercicios de fuerza y resistencia, pero también es importante respetar los horarios de descanso y una buena alimentación”.

El profesor de educación física afirmó que los deportistas no solo se deben preocupar por hacer los ejercicios que los preparadores físicos les ofrecen, sino que también es importante que sepan los cuidados que hay que tener durante esta cuarentena. “Deben preocuparse por informarse sobre este tipo de problemas porque no solo son futbolistas, sino también seres humanos que son parte de esta problemática”, afirmó y opinó que leer es muy bueno: “Se debe inculcar desde chicos para que tengan un pensamiento crítico, para que no se dejen manejar”.

Asimismo, Signorini dijo que los clubes deben estar encima de los jugadores por cualquier urgencia: “No es lo mismo estos problemas para un jugador veterano que para uno que recién empieza, hay que tener en cuenta y ser muy cuidadosos con los contextos familiares, las formaciones y la educación de cada uno. Esto no es para nada sencillo”.

Por último, afirmó que nunca vio una situación parecida a la actual: “Va a ser difícil sobrellevarlo y más en un sistema capitalista en el que vivimos, que exige siempre producir y vender”.

¿Por qué Johan Cruyff no asistió al Mundial de Argentina 1978?

Foto: Tomikoshi Photography

Por Thomas Somoza

“Mirar siempre hacia delante significa que me puedo concentrar mejor en lo que estoy haciendo y que solo miro atrás para ver qué puedo aprender de los errores”, define como filosofía de vida y fútbol Johan Cruyff, uno de los mejores jugadores de la historia y revolucionario del deporte, tras su paso por el Ajax y el Barcelona como jugador y entrenador, en su autobiografía Johan Cruyff 14. En esta ocasión, el objetivo de ir al pasado es esclarecer los motivos por los que el neerlandés no participó del Mundial disputado en Argentina en 1978.

El Flaco falleció el 24 de marzo de 2016, a los 68 años, por un cáncer de pulmón provocado por su relación con el cigarrillo. Se aseguró que su inasistencia en 1978 fue en señal de protesta a la dictadura cívico militar implantada por la Junta Militar que integraron Jorge Videla, Emilio Massera y Orlando Agosti y que instauró un plan sistemático, económico, político y social de genocidio y desaparición de personas utilizando todo el aparato estatal.

Otra cuestión que se esgrimía era que su esposa, Danny Coster, fue la que lo obligó a no participar del certamen, algo que Cruyff negó rotundamente: “Es realmente increíble. Si ha existido una sola mujer de futbolista que nunca ha buscado publicidad, esa ha sido ella, sin duda. Y, sin embargo, la convirtieron en la culpable de casi todo”.

Lo cierto es que el 17 de septiembre de 1977, el ganador del balón de oro en tres ocasiones —1971, 1973 y 1974— estaba en su casa, en un edificio de Barcelona, mirando un partido de básquet cuando lo que pensó que era una mensajero tocó la puerta. Cuando la abrió, un hombre le puso una pistola en su cabeza y lo obligó a ponerse boca abajo en el suelo. Su esposa y sus hijos —Chantal, Jordi y Susila— estaban en el departamento. El hombre también le dijo a Danny que se pusiera boca abajo. Acto seguido, ató a Cruyff a un mueble y, mientras lo hacía, dejó por un momento el arma de fuego. Esto le permitió a su mujer salir corriendo por el pasillo, por lo que el intruso la persiguió y fue ahí cuando lo atraparon.

Luego encontraron una camioneta con un colchón adentro frente al edificio. Por ende, todo parecía un plan para secuestrar a Cruyff, pero él nunca quiso averiguar sobre el caso. Solo quería que ese hombre estuviera fuera de sus vidas“Los seis meses siguientes fueron espantosos. Teníamos vigilancia policial permanente. Cuando me iba de viaje, cuando llevaba a los niños al colegio, cuando iba a entrenar o a jugar con el Barcelona”, recordaba el hombre que de chico jugaba en la calle y que descubrió que el cordón de la vereda era un compañero de equipo para el uno-dos con el que podía trabajar la técnica.

Aquella atmósfera insoportable se sumó a sus dudas de retiro prematuro que tenía planeado para 1978 (con 31 años), luego de que Holanda perdiera la final del Mundial de Alemania 1974 con la Selección local (pero finalmente abandonó su etapa de jugador en 1984). “En esa situación no dejás sola a tu familia durante ocho semanas, así que no había manera de que yo fuera a Argentina con el equipo holandés”, afirmó en su libro el ganador de 21 títulos obtenidoscomo jugador con Ajax, Barcelona y Feyenoord.

Ernst Happel, entrenador austríaco del seleccionado en ese entonces, trató de persuadirlo para asistir al Mundial y hasta se puso en marcha la campaña nacional ‘Hay que convencer a Cruyff’, por la que le llegaban bolsas llenas de peticiones rogándole que jugara con la Selección. “Tras el intento de secuestro, no dudé ni por un momento sobre no ir a Argentina. Aquella opción estaba excluida”, aseguró el Flaco.

Para la final entre Argentina y Holanda, la Corporación de Radiodifusión Británica (BBC por sus siglas en inglés) le pidió a Cruyff que hiciera de comentarista. Él aceptó y la pasó muy mal por el encuentro que el equipo de su país natal perdió 3 a 1 en el alargue. Y, como consecuencia, se preguntó: “¿Podríamos haber ganado si yo hubiera estado allí? Sinceramente, creo que tal vez sí”.

Foto: Tomikoshi Photography

A 34 años de Chernobyl: la historia que pateó al fútbol

Por Pablo Barresi

1:23 de la madrugada del 26 de abril. A 3 kilómetros retumba un fuerte estallido que vislumbra un brillante resplandor en la noche de Pripyat. Una falla, pero también una negligencia en la prueba de seguridad, provocan una sobrecarga de energía generando una explosión en el reactor 4 de la central nuclear Vladimir Ilich LeninMurieron 31 trabajadores y una innumerable cantidad de personas sufrieron las secuelas de esta catástrofe. La radioactividad fue incluso quinientas veces más potente que la bomba atómica de Hiroshima lanzada por Estados Unidos a Japón en 1945. Construida en 1970 con el propósito de albergar y dar hogar a los trabajadores de la planta, el accidente afectó a más de los 40 mil habitantes que debieron evacuar la ciudad. Miles de actividades y recintos como la Noria del parque de diversiones también tuvieron que ser abandonadas. Y entre ellas, también está el fútbol.

Como todas las comunidades que empiezan a formarse, también nació el FC Stroitel Prípiat, conocido como El Constructor, equipo de fútbol de la ciudad que estuvo a un paso de estrenar el Avanhard Stadium, que contaba con una tribuna para cinco mil personas y una pista de atletismo. Los jugadores formaban parte de la central nuclear -estaban inscriptos, aunque no trabajaban- pero sólo eran del equipo, ya que entrenaban de manera casi profesional. “Tenemos gente en cuatro turnos de trabajo. Nadie se va a relajar en ninguna parte más que yendo a ver fútbol y bebiendo una botella de cerveza”, fueron las palabras de Vasili Kizima Trofimovich, jefe de construcción de la planta y primer y único presidente de la institución. Para la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) era un lujo presentar a Prípiat y sus actividades pues era una ciudad modelo. Querían que el fútbol de esta ciudad participara en el profesionalismo, pero todo ese anhelo se vio interrumpido.

Después de la evacuación de toda la población, los mismos habitantes fundaron una ciudad bajo el nombre de Slavutych, a 45 kilómetros de la ciudad de Prípiat, dónde también formaron el FC Stroiel Slavutych. Pero no funcionó. Los integrantes del equipo no pudieron sanar las heridas de aquel irreparable episodio que dejó como víctimas a cinco de sus compañeros. Dos años fueron suficientes para que las actividades cesaran y se dieran por terminadas.

Años atrás, Andriy Shevchenko, histórico jugador y actual entrenador de Ucrania, exfutbolista en el Milán de Italia y Balón de Oro en 2004, fue uno de los afectados en 1986 y se refirió al accidente: “Recuerdo que mi padre llego un día a mi casa con un aparato que medía la radiación. Yo jugaba al fútbol en mi barrio y el balón terminó en una casa muy alta. Como era largo logré trepar y me encontré con varios balones. Me los traje a casa y cuando hicimos la medición de radiación en ellos nos dimos cuenta de que estaba muy alta. Hoy, en tiempos donde el temor se hace presente por la pandemia del Covid19 y las cuarentenas decretadas en muchos países del mundo se hacen largas, también hizo referencia: “Viví algo muy similar con la explosión en Chernóbil. Vivo en Londres y hace 10 días que estoy encerrado”.

Ya decía Mijaíl Gorbachov -exjefe de Estado de la Unión Soviética- en 2006 que posiblemente una de las causas de la disolución de la URSS se debió en gran medida al accidente nuclear más peligroso en la historia de la humanidad. Mientras, en la actualidad, la zona de exclusión es una fuente de ingresos utilizada para el turismo y visitada por miles de viajeros, pero con algunas restricciones propias de las secuelas que ha dejado la radiación, como sentarse y tocar objetos. Se calcula que aproximadamente deben pasar 24 mil años para la eliminación natural del ambiente tóxico, sin embargo, no fue un impedimento para las trescientas personas, en su mayoría de la tercera edad, que decidieron volver.

Lo cierto es que quedará una incógnita en la historia si en vez de forestación en el estadio hubiera veintidós jugadores detrás de un balón o si los habitantes de Pripyat hubieran podido festejar aunque sea un gol. Porque ese sentimiento de relajación que manifestó Trofimovich de ir por unas cervezas y ver fútbol después de turnos incansables de trabajo no podrán ni pudieron ser.

Análisis táctico: viaje al interior del Vélez de Heinze

Por Thomas Somoza / Imágenes: Ian Rodríguez

“La táctica son las posiciones”, define Gabriel Heinze (Crespo, Entre Ríos, 1978), ex jugador de Real Madrid, Manchester United y Newell’s, entre otros, y ex entrenador de Godoy Cruz (corto paso de dos meses), Argentinos Juniors y Vélez Sarsfield. Ahora bien, ¿qué posiciones ocupan los jugadores? ¿Qué roles y características tienen cada uno? ¿Cuál es la relación entre ellos en la cancha? ¿Qué conceptos y herramientas les brindó el Gringo a sus futbolistas para que adopten a la hora de competir? Análisis de su paso por el Fortín.

Luego de más de dos años en la institución, el entrerriano dejó rasgos distintivos en el equipo de Liniers en la última Superliga —tramo que se tomará dada la cantidad de ensayos para definir su idea y conceptos— para dejarlo en la tercera posición luego de dirigir su último partido ante Unión —victoria 3 a 0 en Santa Fe— y elevar el nivel del fútbol argentino. Vélez supo tener paciencia para encontrar espacios (segundo en posesión de pelota con un promedio de 57,7 por ciento por partido); generó superioridades desde el arquero y los centrales; estableció una férrea marca hombre a hombre en todo el terreno para cortar de raíz el circuito rival; presionó tras pérdida para recuperar la posesión, lo que va de la mano con encadenar pases para que haya poco espacio entre líneas; y, con mayor frecuencia en el último tramo, los jugadores llegaron a saber qué exactos movimientos debían realizar para encontrar al hombre libre.

El dibujo predilecto fue un 4-3-3. En ocasiones se utilizó el 3-3-1-3 con Thiago Almada por dentro y detrás del delantero Maximiliano Romero para favorecer sus características creativas. Pero esto no dice nada si no se desarrollan qué roles cumplieron los jugadores, qué movimientos realizaron y en qué espacios se ubicaron, cómo se relacionaron y por qué, básicamente, los jugadores se mueven constantemente. Además, si se insiste en los números de teléfono —como los llama César Luis Menotti—, Vélez llegó a establecer un 2-3-5 posicionado en campo rival.

¿Qué es el juego de posición?

Todas estas cuestiones estuvieron basadas en el juego de posición (de ubicación diría el entrenador español Juan Manuel Lillo), en el que se establece que cada jugador ocupe determinada zona para así ayudar a sus compañeros sin la necesidad de intervenir activamente con la pelota ni dejando su lugar. Esto es: fijar rivales y no moverse del lugar para crear espacios o pasillos en distintos sectores.  También se hace hincapié en generar superioridades numéricas en distintos sectores del campo dependiendo la disposición táctica y presiones del rival. Esto es, en palabras del entrenador Pep Guardiola —Heinze es admirador confeso del catalán—, en función de los movimientos del contrario se realizarán los propios —mediante triangulaciones, atracciones, fijaciones, desmarques de apoyo y ruptura, paredes y hasta gambetas— para encontrar al compañero libre con ventaja para progresar en el terreno.

Posiciones, roles y movimientos

El arquero Lucas Hoyos era seguido por el Gringo desde que dirigía en Argentinos. Su buen manejo de la pelota para generar superioridad en la construcción de ataque, el atrevimiento y la valentía para ser el líbero —llegó a colocarse entre los dos centrales— lo llevaron a ser el titular por sobre el ecuatoriano Alexander Domínguez.

“Veo qué hacen con el balón —explica el Gringo sobre cómo elige a los centrales— y ahí hay dos caminos: cuando está con presión y cuando está sin presión”. Lautaro Gianetti y Luis Abram (diestro y zurdo, respectivamente, a pie natural) fueron fundamentales a la hora de filtrar para romper líneas y también en la conducción para atraer marcas y así dejar libre a uno o más compañeros.

“Después pasamos a lo que son pases cortos y pases profundos. Después a pases intermedios, que son los de interlínea”, continúa Heinze. Gianetti se ubicó en el primer puesto de pases correctos por partido (1085) en Superliga y Abram en el séptimo (1009). El peruano también se posiciona segundo como jugador con más precisión de pases con 90,1 por ciento. Aunque también se deben saber interpretar los datos porque no es lo mismo hacer pases en horizontal sin generar peligro que de forma vertical para dar profundidad.

La idea fue atraer al rival —si es que presionaba alto— para atacar espacios que fueron dejando a sus espaldas. Por lo que no se escatimó a la hora de realizar envíos largos para favorecer esta cuestión.

Quien ofició de mediocentro en la mayoría de los casos fue Fernando Gago. El ex-Boca brilló en la construcción, distribución y filtración por técnica y jerarquía. Se varió la cantidad de jugadores en la primera línea dependiendo de la presión rival. En el caso de que fuese agresiva y numerosa, tres jugadores se colocaron en el fondo y fue un mediocampista —mayoritariamente Gastón Giménez— quien se sumó a los centrales.

Brian Cufré por izquierda y Tomás Guidara por derecha fueron los laterales y variaron su posición dependiendo de qué zona ocupaban los volantes y los extremos, aunque en la mayoría de los casos se ubicaron por dentro como volantes, lo que favoreció distintas finalidades: estar cerca de las acciones para la presión tras pérdida y cortar de raíz posibles contraataques del rival; al estar por dentro, se arrastra al extremo rival para que el externo propio quede mano a mano y el central pueda conectar directamente con él; si no es seguido al estar en zonas internas, se cuenta con un hombre libre. Todos conceptos que también aplica Guardiola desde que estuvo a cargo de Bayern Múnich en la Bundesliga alemana y ahora lo hace en Manchester City de la Premier League inglesa. Heinze les pidió que ocuparan distintas alturas en relación con sus compañeros para ocupar todos los pasillos posibles sin superponerse y también llegaron mucho al área para finalizar jugadas.

Los internos fueron primordiales para llegar al área y aportar goles. Lucas Robertone (goleador del ciclo Heinze con 14 tantos) y Nicolás Domínguez (segundo en la tabla de goleadores de Vélez en la última Superliga con cinco) fueron los encargados de colocarse detrás de la línea de volantes rival, llegar en ofensiva y cambiar posiciones dependiendo la jugada, lo que provocó que estén tanto en zonas internas de definición como en externas para asistir.

Domínguez fue vendido al Bologna de Italia en agosto de 2019, pero en la misma operación se definió que permaneciera en el Fortín como cedido hasta enero de 2020. Cuando emigró a Europa fue reemplazado por distintos futbolistas, ya que la polifuncionalidad de muchos favoreció las opciones. Almada lo suplantó en ocasiones y, en menor medida, Mauto Pittón hizo lo propio. Pero el que se asentó fue el chileno Pablo Galdames, quien interpretó (sobre todo en la fecha 22 del campeonato ante Argentinos) qué movimientos realizar para favorecerse a sí mismo como hombre libre o a un compañero.

Guardiola mencionó que los extremos de sus equipos realizan arduas tareas porque deben ser pacientes. Esta definición es porque, al estar pegados a cada raya para generar amplitud, se les exige que no se muevan de su posición para cumplir con ciertos objetivos: generar pasillos interiores para sus compañeros; estirar al rival atrayendo a los laterales y generar intervalos; y, al llegarles la pelota, que encaren mano a mano hacia el arco contrario. Esta función fue cumplida a lo largo del campeonato —y la mayoría a pierna cambiada— por Lucas Janson, Agustín Bouzat, Ricardo Centurión, Almada y, con menor frecuencia dadas sus condiciones de juveniles, Luca Orellano y Álvaro Barreal.

El centrodelantero fue Romero, prestado desde el PSV holandés, y fue reemplazado en ocasiones por Leandro Fernández. Tuvo múltiples tareas, ya que se encargó de fijar a los centrales rivales y en otras circunstancias generó espacios vaciándolos son descensos para que sus compañeros los aprovecharan. Pero esto es del gusto del Gringo, ya que prefiere un 9 que no esté para una sola función, sino que cumpla con varios pedidos. Y, en relación a quien debe convertir los goles, explicó que él y su equipo trabajan —dependiendo el rival— para generar espacios que pueden ser ocupados por distintos futbolistas, sin importar mucho qué jugador sea. La realidad es que Romero fue el goleador de equipo en el torneo con siete tantos.

 

Aspectos colectivos y falencias

Heinze ensambló individuales a favor del conjunto. Laterales, internos y extremos fueron los que brindaron la mayor capacidad ofensiva del equipo por las bandas. Generaron triangulaciones, se posicionaron a distintas alturas, intercambiaron roles para desorganizar la defensa rival con un objetivo primordial: atacaron los intervalos que ellos mismos creaban entre los laterales y centrales rivales —todo sin que hayan posiciones vacías para no romper el juego de posición—. Este aspecto es también utilizado por Guardiola para atacar una zona indefendible, según el entrenador catalán.

Que el equipo viaje junto, como una unidad, en un bloque compacto, con poco espacio entre  las líneas fue notorio en el conjunto velezano. Esto favorece la recuperación ante una eventual pérdida, ya que los jugadores permanecen cercanos entre sí al encadenar pases y próximos a la pelota para presionar de forma agresiva. En este punto se cumple la máxima de que, para una buena defensa, se necesita un buen ataque, pero a no confundir con separarlos, ya que el fútbol es un todo indivisible. Y Vélez lo hizo posible al no perder la paciencia con la posesión. Entendiendo también que tocar hacia atrás genera espacios y metros de acción adelante.

“La única manera que entiendo el fútbol es la de la presión constante”, confiesa Marcelo Bielsa —quien dirigió al conductor del equipo velezano en la Selección Argentina cuando obtuvieron la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004—. La presión hombre a hombre fue base del equipo para presionar las salidas y progresos de los rivales. Entre la marca al hombre y la zonal existen diferencias. Menotti lo explica con un ejemplo: “Usted pone a un perro feroz delante de la puerta de su casa y vienen dos ladrones. Al primero que se acerca, el perro feroz le ladra y se le tira encima. El ladrón corre, el perro va tras él y lo aleja de la puerta. Pero mientras eso ocurre, el otro ladrón aprovecha que no está el perro, entra en la casa y roba. El perro guardián, en cambio, le ladra al primer ladrón, pero inmediatamente vuelve a custodiar la puerta. No la abandona. Esa es la diferencia. El perro guardián es el que marca en zona, el feroz prefiere al hombre”.

Fue difícil para los equipos sortear las presiones de Vélez. En ese aspecto, que requiere un estado físico ideal, fue implacable. Pero bastó, en ocasiones, con que la superen una vez para que aparezcan hombres libres en desmedro del Fortín. Además, si los jugadores contrarios poseen movilidad, se hace difícil que cada futbolista velezano esté pegado a su marca. Eso puede generar una desorganización total. Pero son los riesgos que Heinze eligió correr.

Otros de los defectos —porque ningún equipo en el mundo fue, es ni será perfecto— fueron los espacios que dejaron para que el contrario aprovechara contraataques. Ante equipos que prefieren defender en bloque bajo, cerrando todos los metros posibles, es dificultoso encontrar lugares por los que atacar si no se cuenta con futbolistas que utilicen la gambeta (la herramienta más letal). En este punto, Centurión —que llegó a Vélez en enero de este año— fue clave para romper estructuras defensivas sólidas, como en la ida de la primera fase de la Sudamericana ante Aucas de Ecuador, partido en el que eliminó a cuatro rivales para luego convertir el único gol del encuentro.

Almada es un proyecto de jugador (cumplirá 19 años el 26 de abril) con características creativas que aportó a esta óptica. Pero hubo circunstancias que desfavorecieron su impronta nacida en los potreros argentinos. Como el juego de posición exige que los jugadores no se muevan de su zona, a los futbolistas que necesiten la pelota todo el tiempo los aniquila. Prefieren descender metros, pedirla, gambetear, crear la atmósfera donde se encuentren más cómodos. Pero Heinze utilizó a Almada en muchas ocasiones como externo pegado a la raya (incluso del lado derecho, por lo que, dado que es diestro, ni siquiera tuvo la chance de poder encarar hacia adentro y tener el arco rival de frente) o como interno. Por eso se aclaró que la utilización del 3-3-1-3 fue lo que más favoreció sus cualidades al ser ese 1 con libertad de movimientos.

Por último, la eficacia fue un problema más. Vélez necesitó 10,6 remates por partido para convertir un gol. El entrenador puede dar herramientas a sus jugadores para crear la mayor cantidad de situaciones, pero el hecho de que las concreten ya no depende de él, puesto que a mayor calidad y jerarquía, menos oportunidades se necesitan. La única manera de mejorar la eficacia es, en palabras de Pablo Richetti, director técnico de Santamarina de Tandil, trabajando, practicando y repitiendo ejercicios en los entrenamientos.

Conclusiones

Todo en la pizarra tiene un aspecto atrapante y en ella los planes de partido son perfectos. Pero para el entrerriano son los jugadores los que definen partidos (o no) y quienes toman las decisiones dentro del campo. Él pudo ayudarlos dando pistas y caminos de cómo defender, recuperar, asociarse, gestar, progresar, atacar y definir —establecer solo esos conceptos es un reduccionismo que no abarca la totalidad de las tareas y ensayos realizados—, pero, al fin y al cabo, son los futbolistas quienes están envueltos en el partido.

El factor humano es base en todo para el Gringo. Porque, como preparador, puede hacer entender qué tácticas se utilizarán o cómo se prepararán físicamente. Pero cada uno es distinto y hay que hacerle llegar los análisis, las charlas y hasta exigir de distinta manera, puesto que no todos provienen de los mismos lugares ni tuvieron las mismas costumbres. Los futbolistas, aunque nos quieran hacer creer lo contrario, son humanos.

Elevó la vara del fútbol argentino. Agarró  al Fortín al borde del descenso, lo dejó jugando torneos internacionales y en el podio del campeonato local en zona de Libertadores. Lo transformó en un equipo competitivo juegue donde juegue. Transmitió valores cada vez más escasos. Firmó una renovación cuando le prometieron que no venderían jugadores y ahora Matías Vargas juega en el Español de Barcelona, Giménez fue vendido al Chicago Fire estadounidense y Domínguez al Bologna. Con mucho trabajo, otra de sus bases, logró presionar teclas en los y las amantes del fútbol que provocaron su admiración. Todos sus jugadores tienen buenas palabras para con él, algo complicado de lograr. Y, por último, consiguió que sea recordado como el Vélez de Heinze.

Yael Oviedo: “Ninguno quiere volver a jugar en España”

Por Tomás Tesoriere

España es el tercer país, por detrás de Italia y Estados Unidos, con más fallecidos del mundo por el coronavirus. Las cifras son muy altas lo que generó que se suspendieran todas las actividades deportivas y se decrete una cuarentena obligatoria hasta el 26 de abril como mínimo. Allí se encuentra Yael Oviedo, delantera convocada a la selección argentina de fútbol.

La entrerriana reside en las afueras de Madrid donde convive con la otra futbolista de la mayor, Ruth Bravo. “La situación es jodida acá. El gobierno español se dio cuenta tarde de todo. Hasta que no se decretó la cuarentena todo el mundo estaba en la calle”, opinó la jugadora del Rayo Vallecano

El 23 de marzo se dictaminó la suspensión de La Liga tanto en masculino como en femenino. Desde ese día la Real Federación Española de Fútbol intenta buscarle una solución al asunto. “Aca ninguno quiere volver a jugar, ni varones ni mujeres. Hacemos un deporte que lo fundamental es lo físico y la salud de cada uno”, aclaró la delantera.

El gran problema de todo el encierro es la pérdida de ritmo y de musculatura. Por eso los preparadores físicos  buscan la manera de crear rutinas durante la cuarentena. Oviedo explicó: “Nos mandaron unos entrenamientos con lo que tenía cada una en su casa. Nosotras con “chule” (Bravo) tenemos que enviar todas las semanas datos de nuestro peso”. Además Ruth agregó que la concordiana es la que se encarga de controlar las comidas y los entrenamientos.

En Argentina hubo un gran revuelo por las declaraciones del jugador de Boca, Carlos Tevez, que dijo que un futbolista puede vivir hasta 6 meses sin cobrar. En el caso de las argentinas, Yael aclaró: “Nos pagaron hasta el mes pasado el 100% pero ahora en abril nos rebajaron al 30%. Nos pareció bien ya que hay otras personas con más necesidades que nosotras. Hoy en día los futbolistas tanto masculinos o femeninos pueden vivir sin uno o dos sueldos”.

“Este año se firmó un convenio para que las jugadoras estén 100% dedicadas al club. Hay un subsidio muy importante en caso de quedar embarazada. El club se tiene que hacer responsable”, agregó Bravo sobre la profesionalización del fútbol femenino en Europa.

Muchos argentinos intentaron volver durante la crecida del COVID-19. Ante esto las futbolistas explicaron: “Obviamente pensamos en ir a casa pero no podemos entrar al país. Aunque retornemos a entrenar en agosto no nos podemos ir. Me gustaría poder estar con nuestras familias porque acá los días son todos iguales. Hay personas que están peores que nosotras. Por suerte tenemos para comer y podemos entrenar. Intentar estar lo más positiva posible.”