sábado, diciembre 28, 2024
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Mitos y realidades de la inclusión deportiva

Por Martín Demarchi, Federico Mazzolini y Ezequiel Trajterman

El ambiente en el que los deportistas se manejan diariamente suele estar visto de reojo por la mayoría, aquellos que dudan de la competitividad noble, del esfuerzo constante o los intereses entrecruzados con los sueños. Pero en general, uno se imagina al deportista exitoso que logró vivir del deporte, nunca al excluido por tener amputado un miembro de su cuerpo o por una discapacidad intelectual.

En Argentina la inclusión, sea para una persona con una discapacidad física o intelectual, lleva años de retraso en comparación con otros países del mundo. Inclusión e integración no son sinónimos aunque en muchas ocasiones se las utiliza como el mismo concepto de manera errónea. La inclusión plantea el reconocimiento y la valoración de la diversidad como un derecho humano y la participación plena en todos los ámbitos. La integración se centra en agrupar a un determinado colectivo dentro del grupo total sin relacionarse entre ambas partes.

“El logro de una verdadera inclusión pasa por el respeto, por el hacerlo parte, por un montón de cosas”, sentencia Javier Zurzolo (50), profesor de educación física y uno de los responsables de Olimpíadas Especiales Argentinas, una Organización no Gubernamental reconocida por el Comité Olímpico Argentino (COA), en la que deportistas con discapacidades intelectuales practican deportes adaptados.

Tanto Special Olympics como los Juegos Paralímpicos fueron creados en la década del ’60 en el siglo pasado, pero en estos últimos en sus comienzos solo participaban aquellos con discapacidades físicas. “Hoy en día la principal diferencia de OEA es que participan todos los atletas y cada uno en una categoría donde exista una verdadera competencia, a diferencia de los juegos donde uno tiene que presentar una marca oficial al igual que en las olimpíadas tradicionales”, explicó Zurzolo.

A pesar de estas diferencias, los sistemas de trabajo que los entrenadores utilizan suelen ser muy similares y el sustento familiar por detrás de todas estas personas suele ser un factor determinante. “Los padres se entusiasman cuando el chico tiene futuro y ahí se enganchan, cree que tienen que ser muy consecuente y es difícil porque por ahí la realidad de estas familias no es acorde”, opinó la entrenadora de jóvenes con discapacidades físicas Virginia Reina (52).

Juan Aguilar (64), compañero de Virginia en los Juegos Parapanamericanos de Toronto 2015, donde un atleta suyo obtuvo una medalla de bronce, opinó sobre el desempeño de los que fueron sus deportistas: “Al igual que en el deporte convencional están los que ese día rinden igual, mejor o peor que en el entrenamiento”.

En el caso de estos atletas los aportes económicos que consiguen suelen ser muy diferentes a los de Olimpíadas Especiales; al tener el mismo sistema de clasificación que los deportistas olímpicos, las becas para estos participantes son muy exigentes. “Cuando gana y saca medalla, gana una beca por un año, bajo un compromiso de mantenerse”,explica Reina. “Está tan mal todo, que si no conservan sus marcas, se les quita la beca, no dándoles la posibilidad de volver a superarse”, agrega Aguilar.

Pero en OEA el panorama suena más equitativo. “No apoyamos a un solo atleta, buscamos apoyar al programa”, dijo Zurzolo. Cuando tienen que financiar un proyecto o un viaje para participar en una competencia las donaciones o el dinero que aporte el Estado va a la organización para que la situación económica familiar no sea el indicador que decida quién pueda participar y quién no.

Si hay algo en lo que ambos programas coinciden es que los organizadores de los torneos son los responsables de las necesidades que los deportistas pueden llegar a tener desde que comienzan hasta que abandonan la competencia. La entrenadora Reina estuvo presente en una edición de los juegos Evita donde a los chicos del interior del país los hospedaron en hoteles de alto nivel y eso les terminó dificultando volver a sus casas, principalmente a los más carenciados.

Otra gran diferencia que tienen las competencias de estas dos ramas del deporte adaptado es el rol de los voluntarios. Camila Seoane (20) estudia Ciencias de la Educación en la Universidad de Buenos Aires y es parte de OEA desde que estaba en el secundario. “Se siente mucho amor, siempre buscando que los chicos crezcan y disfruten. La presencia del voluntario y la contención que le pueden dar a los atletas es fundamental porque hoy no tienen muchos espacios donde puedan ser ellos mismos”, expresó.

Pero las citas locales como los Juegos Evita o los Bonaerenses no parecen estar en sintonia con este formato; al ser organizados por el Estado, las autoridades, jueces o árbitros son designados por el mismo. Es así como la única referencia y posible contención de los participantes son sus entrenadores.

Un ejemplo del deporte y de la vida

Erik Medina es un chico de 17 años que  está en último año del secundario y que al mismo tiempo entrena atletismo adaptado. Su discapacidad consiste en que tiene medio brazo amputado y la virtud en este deporte es correr. Sin ser mayor de edad, el velocista trabaja de repartidor de pizza: “Fue una decisión mía trabajar porque quiero tener mis cosas y también ayudar en parte a mi familia”, explicó el atleta. Además agregó: “El único que trabaja es mi papá y ahora me sumé yo”.

Hasta el momento la gente no mira mucho el atletismo para chicos convencionales ni tampoco lo incorpora en la sociedad. “No se ve mucho pero se ve”, expresó el adolescente. “Hay apoyo pero a veces no. Como hoy en día ves a una persona que le falta una pierna  y dicen este no hace nada, pero después lo ves en una pista y vuela”, añadió el joven. 

Para encajar en el colegio con sus compañeros al principio fue complicado. “Sufrí bullying cuando era chiquito, en primaria y en el primer año de secundaria”, exclamó el delivery de pizza. Sin embargo con el tiempo, sus amigos dejaron de molestarlo y empezaron a incluirlo: “Me fueron entendiendo de a poco  y así supieron lo que tenía y me apoyaron en todo”, dijo Medina.

En 2016, Erik Medina tuvo un gran año en el deporte, viajó a Mar Del Plata, donde compitió en los Torneos Bonaerenses y obtuvo la medalla dorada. Gracias a eso fue convocado por la selección argentina de atletismo adaptado: “Por ahora no me convocaron, cambió la gente de ahí. La profesora que tengo ahora, Mabel, quiere que yo vaya pero estoy esperando a tener los 18”, declaró.

Dos años más tarde el atleta estuvo en su peor momento, tanto en su vida personal como en el deporte. Sufrió una enfermedad llamada estreptococo, que lo alejó de las pistas: “El agua corriente estaba contaminada en ese entonces y me afectó a los pulmones”. Este año el chico de la zona oeste continúa preparándose con su nueva preparadora física, Mabel, esperando con ansias de obtener un lugar en el seleccionado argentino y así cumplir su sueño de competir en un Paralímpico. 

Cambios en el programa de los Juegos Paralímpicos

La Junta de Gobierno del Comité Paralímpico Internacional anunció el programa para los Juegos  de Tokio 2022. En octubre de 2014 se habían aprobado 16 deportes de cara a los Juegos de Río 2016 y a estos ahora se sumarán otros seis: ciclismo, esgrima en silla de ruedas, fútbol 5, judo, piragüismo y taekwondo. Han quedado fuera la vela y fútbol 7 por no cumplir los requisitos de participación a nivel mundial. El Comité Paralímpico Internacional también apercibió al ciclismo en pista que debe hacer un esfuerzo por aumentar su número de deportistas y de competiciones internacionales durante el año.

El boom del futsal

Por Diego Patiño, Francisco García Brecht y Alejo Brizuel

Los deportes amateurs fueron prosperando de a poco en nuestro país y el futsal es el claro ejemplo de esto, ya que desde la Copa del Mundo obtenida por la Selección Argentina en 2016 se encuentra en constante levantada.

El futsal apareció en Argentina a mediados de los 90, pero con poca relevancia. El tiempo fue pasando y solo algunos clubes de barrio abrían las puertas de sus establecimientos para que los chicos practicaran el deporte.

Pablo Marcone, de 34 años y actual jugador de Kimberley (club de la A de AFA), hace más de diez años que lo practica y explicó cómo eran los viejos torneos: “Antes solo se competía entre dos clubes y como yo jugaba en uno de esos (Pinocho), era ir a ver por cuántos goles ganábamos”. De esta manera, queda en evidencia el poco desarrollo que tenía el futsal comparado con el fútbol y también con otros deportes amateurs.

Hoy en día esto cambió. Si bien es notoria la diferencia económica entre clubes como San Lorenzo, Boca y Ferro con los clubes de barrio, el torneo lo puede ganar cualquiera y esto se percibe en los cruces que hay en los play off.

Cuatro de los ocho clasificados son clubes de barrio -17 de Agosto, Pinocho (14 veces campeón), Hebraica y El Talar-, mientras que los otros cuatro son equipos con trascendencia en el fútbol profesional -Boca (12 títulos), San Lorenzo (7 campeonatos ganados), Racing y Barracas-. 

Sin embargo, también hay casos de clubes grandes que tienen sus equipos de futsal, pero no invierten lo mismo que en los otros deportes, como es el caso de River (descendió a la B) e Independiente, que definirá el descenso frente a Villa la Ñata, club en el que juega Daniel Scioli.

Juan Cruz Claverie, arquero de Ferro (último campeón de la Copa Argentina) destacó a los medios de comunicación como grandes protagonistas del crecimiento del futsal: “El deporte antes tenía poca difusión, pero luego de que la TV pública transmitió el Mundial, se comenzó a hacer más famoso el futsal”.

Tanto Marcone como Claverie confirman que a nivel estructural y económico, Argentina está muy lejos de países como España, Brasil e Italia, pero que a nivel deportivo no hay nada que envidiarle a ningún país. Por eso es que tanto en niveles formativos como en la mayor, la Selección Argentina es protagonista en cualquier amistoso o torneo que juegue.

Si bien el futsal se insertó en un principio en la AFA por imposición de la FIFA -al igual que el fútbol playa-, a partir del logro del título mundial se terminó de integrar con mayor importancia. 

Igualmente, a pesar de la difusión masiva que tuvo, aún el camino a seguir es cuesta arriba, ya que muchas decisiones no son claras en cuanto a la relación de AFA, sponsor y dirigentes de los clubes, entre otros temas. 

Gustavo García Villegas, coordinador general de Kimberley, dijo que es muy importante que los clubes de cancha de once se sumen al futsal porque gracias a eso se crearon las distintas divisiones que hay hoy en día, y se abre el espacio para que los chicos se integren al deporte. Pero a la hora de referirse a los presupuestos, Villegas aseguró: “AFA no apoya económicamente al futsal. Los gastos cuando uno hace de local son bastante grandes, aunque, por suerte, al ser un deporte familiar, viene mucha gente a los partidos.”

Sin embargo, a pesar de que ambos se juegan con los pies, la principal diferencia entre el fútbol y el futsal es lo que logró el crecimiento tan grande de este deporte, y es el fin con el que se practica. Cuando se juega en cancha de once de chico, el objetivo es llegar al profesionalismo, en cambio, en el futsal se busca más la integración de los que no pueden llegar. 

Todos lo pueden jugar y es por eso que muchos clubes también incluyen en la práctica a los niños y adolescentes, tanto hombres como mujeres (La Liga Femenina cuenta con 30 equipos repartidos en dos divisiones).

Los logros obtenidos por la Selección Argentina de futsal fueron la pauta clave para demostrar que lo que sobra es la calidad deportiva en el país. Ahora ya contando con una estructura de AFA armada y muchas ligas paralelas en las que se compite este nuevo deporte, el trabajo de los dirigentes será la clave para ver si se está a la altura realmente de los países de Europa.

Actualmente, la liga cuenta con 85 equipos, los cuales se dividen en cuatro categorías desde la “A” hasta la “D”. Dentro de ellos, el 44% está afiliado a fútbol 11 en AFA y sólo Newell’s, que juega en la “C”, es del interior del país.

Como a lo largo de toda la historia deportiva argentina, el material de trabajo está y se encuentra en su auge. Sólo queda esperar a ver si se aprovecha y se explota para lograr dar el gran salto, o todo el progreso logrado hasta ahora queda estancado.

 

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ASÍ SE JUEGA 

El futsal, deporte en el que Argentina obtuvo el último campeonato del mundo, va creciendo en popularidad, y para seguir en ese camino, hay que conocer las reglas básicas que lo diferencian del fútbol en cancha de once que se ve tradicionalmente.

La principal característica del futsal es que se juega con un arquero y cuatro jugadores de base titular por equipo, en una cancha con medidas obligatorias de 38 a 42 metros de largo por entre 20 y 25 metros de ancho. 

 En cuanto al juego, la duración es de dos tiempos 20 minutos con 15 de descanso, cada entrenador tiene un tiempo muerto de un minuto en cada periodo y el cronómetro se detiene cada vez que sale la pelota de la cancha, hay algún gol o una falta.

Las infracciones toman un papel muy importante en cada partido: se pueden cobrar indirectas, directas o penales en caso de ser dentro del área. Las directas se acumulan y al llegar a la sexta se sanciona un doble penal, que es un tiro sin barrera a diez metros del arco. Al finalizar el primer tiempo se borran las faltas y comienzan el segundo tiempo con cero cada equipo.

En caso de expulsiones, el equipo pierde al hombre y jugará con uno menos por un lapso de dos minutos o hasta que le conviertan un gol, momento en el que puede ingresar un compañero. Además, los cambios son ilimitados y no hace falta parar el tiempo para realizarlos, ni pedirle autorización al árbitro.

La liga argentina de AFA, por su parte, cuenta con 4 categorías, de la A a la D. La primera división tiene 16 equipos que forman un torneo de ida y vuelta a 30 fechas. Este tiene la particularidad que el mejor posicionado en la tabla no se corona campeón, sino que clasifica a los play off junto a los siete equipos que están debajo y se enfrentan del mejor al peor ubicado, a tres partidos cada definición.

Hay dos descensos que se deciden de la siguiente forma: el último baja directo a la segunda división, mientras que el 14º y el 15º juegan un partido único en cancha neutral para ver quién mantiene la categoría.

Por último, del 9º al 13º juegan una copa de plata todos contra todos a una sola rueda y el  ganador de este minicampeonato clasifica a la Supercopa del año siguiente.

 

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MOMENTO DE GLORIA

De la mano del entrenador, Diego Giustozzi, la Selección Argentina llegó a los más alto y se coronó campeón del mundo de Futsal, rompiendo con la racha que venían teniendo Brasil (5) y España (2), que se habían repartido los 7 campeonatos anteriores que se habían disputado.

En el año 2016, en la ciudad de Bucaramanga, Colombia, Argentina comenzaba su sueño de lograr por primera vez un campeonato del mundo y lo haría de buena forma, ya que pasaría la primera ronda sin inconvenientes, quedándose con el grupo E, en el cual vencería a Kazajistán e Islas Salomón y empataría el restante frente a Costa Rica.

En octavos llegó el turno de Ucrania, a quién venció por 1 a 0 en tiempo suplementario con un gol de sexta falta de Leandro Cuzzolino y así pasó a cuartos de final, instancia en la que le ganó por 5 a 0 al complicado Egipto.

La hazaña estaba cada vez más cerca y tocaban las semifinales contra el Portugal de Ricardinho (mejor jugador del mundo), que con las eliminaciones de Brasil y España, era el máximo candidato a ganar el título, pero a la Argentina poco le importó esto y lo venció por 5 a 2 en un excelente partido de todo el equipo.

Cali era la sede de la final, que se jugó un sábado primero de octubre, ante Rusia, que era un equipo plagado de brasileños nacionalizados rusos, por lo que de entrada era un partido durísimo. 

Argentina se hizo fuerte y logró ganar 5 a 4 en un encuentro que parecía tener dominado con su goleador, Alan Brandi, encendido y con su capitán, Fernando Wilhem, muy seguro abajo. Sin embargo, sobre el final, Rusia se despertó y se puso a un gol, metiendo a Argentina en su arco, que Nicolás Sarmiento supo aguantar sin que le marcaran, para así lograr el objetivo.

El fútbol amateur se va para arriba

Por Joaquín D’Achary y Marco Petrone

Los torneos amateurs van tomando una mayor trascendencia hoy en día y son llevados a cabo por gente que toma la decisión de organizarlos o por centros de estudiantes que los arman para que las personas que provienen de otras provincias se sientan de alguna forma más cómodas y puedan compartir con gente de su lugar de origen. 

Entre los distintos torneos que son llevados adelante en Capital Federal podemos encontrar el Centro de Estudiantes Misioneros en Buenos Aires (CEMIBA), la Liga Núñez, KDT y el Costa Salguero. La organización de cada uno de ellos es llevada a cabo de diferente manera y se necesitan distintos tipos de requisitos para participar.

El CEMIBA se encarga de organizar un torneo llamado Pancho Luco, que es nombrado así en honor a un misionero que falleció en un accidente y era muy cercano al entorno. El mismo fue creado hace 30 años, pero hoy en día la trascendencia que tomó es mucho mayor y la concurrencia de jugadores y espectadores es grande. Este año se inscribieron más de 30 equipos entre la rama masculina y femenina, aunque este segundo se lleva alrededor del 20%. Si se comparan ambos, la diferencia es mucha, pero teniendo en cuenta los años anteriores, el campeonato de mujeres creció de forma exponencial. Son llevados adelante por la misma organización, es decir, las reglas de juego son las mismas en tema de exigencia pero al reducirse la cantidad de equipos el formato es distinto.

Bruno Bladilo (Presidente del CEMIBA) y su compañera Marianella Zapelli.

Liga Núñez es uno de los torneos más completos de CABA, ya que tiene cuatro sedes: Grun, La esquina futbol, Banco Nación Futbol y Obras Sanitarias. Está conformado por dos categorías, una de egresados (mayores de 18 años) y otra de juveniles (menores de 18, pero si hay dos jugadores con 18 años, el equipo participa en la otra). Sin embargo, no lleva adelante campeonatos de fútbol femenino. 

Tanto el de Costa Salguero como KDT están compuestos por cuatro categorías y en cada una hay 20 equipos, con formato de ascenso y descenso. Los premios son para el primero y segundo de cada división y brindan un premio individual al mejor jugador de cada partido. Los partidos son los viernes, sábados y domingos y antes de iniciar deben elegir dos días y durante la semana se les informa cuándo juegan.

CEMIBA y Liga Núñez no cuentan con sedes propias, es decir, que alquilan las canchas para llevar adelante los torneos. Por su parte, KDT y Salguero tienen sedes propias y ahí marcan una diferencia con el resto de los torneos, ya que los ingresos por partidos son para ellos y no deben pagar a los propietarios, como sí deben hacerlo los que no son.

Algo que tienen en común la mayoría de los torneos amateurs es el periodo en el que se realizan, que es semestral, ya que al no tener la obligación de participar, suele suceder que equipos se den de baja cuando no cumplen con las expectativas. 

El CEMIBA tiene árbitros que son de AFA para dirigir los partidos. Nicolás Halley es un veedor de la Asociación Argentina de Futbol y es el encargado de designar jueces para los partidos. “Son estudiantes de la escuela y llevan las practicas en este tipo de competencia, ya que deben sumar horas para poder recibir el título” comentó Halley con respecto a sus alumnos, que son calificados por él.

Nicolas Halley (izquierda) y su colega.

Hoy en día estos campeonatos crecieron mucho y las redes sociales tienen muchísima influencia, ya que mediante instagram, facebook y twitter se puede llegar a un público más amplio y esa es una de las razones por las cuales va más gente a ver los partidos. “Varias de las personas que concurren a las canchas nos confirmaron que se enteraron de la competencia por estas aplicaciones y el buen nivel, junto a la identificación con alguno de estos equipos hace que se mantengan como espectadores fijos” dijo Bruno Bladilo, Presidente del CEMIBA.

La posibilidad de hacer llegar a los medios los torneos es algo que esta fuera de su alcance y no se imaginan que vaya a pasar, aunque sea por el momento. Sin embargo, hay torneos que graban todos los partidos completos y los suben a distintas plataformas, como por ejemplo a Youtube, para que aquellas personas puedan revivirlo.

 

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Ellas también juegan

El fenómeno es tan fuerte que hoy en día es muy común ver torneos de fútbol femenino amateur a la par de los torneos masculinos. Tanto durante la semana como los fines de semana, muchos grupos de mujeres optan por competir, ya sea en cancha de 5, 8 u 11.

El CEMIBA, por su parte, buscó que no haya diferencias entre los dos géneros, y por esa misma razón el reglamento es igual, y tanto hombres como mujeres dirigen los partidos.

Años atrás no eran muchos los torneos en los que se podía ver fútbol femenino, pero hoy son pocos los campeonatos que no lo tienen. La profesionalización del mismo acompañó a que estos se realicen, pero no es una “moda”, sino que desde hace varios años que vienen ganando terreno. Además, muestran otros valores, la competencia es más sana y es otro ambiente. La diferencia se puede ver en que en los partidos de hombres hay mucha pierna fuerte y varios terminan con discusiones y con personas interviniendo para separar, mientras que en el femenino prácticamente no se ven estos actos.

La barrera más difícil ya fue superada y era la del estereotipo machista que aseguraba que la práctica de este deporte tenía que ser exclusivo para los hombres. Hoy es totalmente normal ver a las mujeres realizando esta disciplina. La difusión en los medios de comunicación y los aportes económicos por parte del Estado son factores muy necesarios para impulsar esto de manera más rápida y efectiva. Por esto, la cantidad de gente -tanto mujeres como hombres- que asiste a ver los partidos femeninos es cada vez mayor.

 

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Los torneos y sus redes

Muchos critican el uso de las redes porque consumen mucho tiempo, pero existen distintos tipos de beneficios si se les da un buen uso. Hoy en día es la forma más simple de tener un gran alcance de forma muy económica.

Para la organización de un torneo es fundamental la creación de una de estas aplicaciones, ya que mediante ellas, las personas se enteran de estos campeonatos. Desde ahí se pueden contactar quienes estén interesadas en participar o simplemente quieran sacarse dudas que tengan al respecto. Se utilizan mucho plataformas como Instagram o Youtube para poder subir fotos y compilados de los partidos. Además de las redes tradicionales también hay campeonatos que crean sus propias páginas y aplicaciones para plasmar toda su información, como estadísticas, fixtures, máximos goleadores, tablas de puntos, fotos, etc. 

Un uso novedoso que se le da a las redes es la realización de sorteos brindados por los sponsors. También son utilizadas las encuestas para interactuar con los seguidores y así poder ver qué sugieren que se pueda mejorar y que se cree un ambiente apto para todo público.

Atila, el Rey de la pileta

Por Fernando Bajo

Luis Alberto Nicolao es considerado uno de los mejores nadadores argentinos de la historia. Las 24 medallas de oro en competencias sudamericanas que ostenta, el título nacional de Estados Unidos que ganó en 1965 y las tres preseas de bronce que obtuvo en los Juegos Panamericanos, denotan su calidad. Sin embargo, para lograr esas conquistas tuvo que superar su miedo de meterse a la pileta. Cuando era un niño acudía al Club Ateneo de la Juventud y allí las jornadas siempre finalizaban con una clase de natación, pero en el momento de ir a la piscina, se retiraba de la fila para zambullirse al agua.

No obstante, a los 9 años vio nadar a Fernando Fanjul, uno de los mejores mariposistas de la época, y decidió que quería practicar el mismo estilo que éste. A la jornada siguiente le notificó su intención a Alberto Carranza, su profesor, que le ordenó que comience en la Escuelita, con los más pequeños, pero él quería hacerlo con sus amigos.

Día tras día el entrenador lo echó de las prácticas. Pese a eso, Nicolao siguió yendo hasta que logró su propósito.

“Bueno, vení. Te metés y te vas agarrando del borde, pero no molestes a tus compañeros”, le dijo el instructor.

Nicolao fue y empezó a copiar los movimientos de los demás. “Al principio daba de a una brazada mientras me agarraba de una tabla. Si el entrenamiento comenzaba a las 17 yo llegaba un rato antes y si terminaba a las 19 me iba a las 19.30, siempre me quedaba más tiempo porque quería aprender”, rememora.

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Era el 29 de junio de 1955 y Nicolao, que había cumplido 11 años el día anterior, decidió competir en el campeonato que se llevaría a cabo en el Club Ateneo de la Juventud.

—¿Vos qué haces acá?— preguntó Carranza.

—Vine al torneo— respondió Nicolao.

—No te puedo incorporar al equipo. Los chicos vienen entrenando hace mucho, no voy a arriesgarme a hacer un papelón— le retrucó el entrenador.

Aquella mañana, luego de aquel diálogo, se retiró triste a sentarse en un rincón. Un rato después lo vio Carlos Yelmini, que era el presidente de la Federación Argentina de Natación (FAN), y le preguntó qué le pasaba. Posteriormente, Yelmini lo anotó en una de las pruebas para deportistas no federados. Nicolao, para sorpresa de todos, ganó el certamen.

Ese triunfo ocasionó que sea considerado por su director técnico para los próximos acontecimientos. Ahí comenzó a gestarse su trayectoria que culminaría en los Juegos Olímpicos de México 1968.

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El 27 de julio de 1962, Nicolao estaba en el club Guanabara de Brasil. Hacía dos días que había batido el récord mundial de 100 metros mariposa, que ostentaba Fred Schmidt, luego de marcar 58,04 segundos. Ahora, iba por superar su propio resultado. Tardó 57 segundos en completar la prueba y el público explotó de euforia. Nicolao logró lo inesperado: ser récord mundial dos veces en 72 horas. Al día siguiente, los medios argentinos visibilizaron el triunfo y el 16 de mayo de ese año fue tapa de la revista El Gráfico.

Debido a que siempre nadaba los 100 metros mariposa en menos de un minuto, el diario Clarín lo definió como Atila, que era el nombre del último Rey de Los Hunos, tribu asiática del siglo V.

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Nicolao está parado charlando con dos amigos en la recepción de la sede del Club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, ubicada en el barrio porteño de San Nicolás. Viste una campera de color marrón y un sombrero de vaquero. Mide 182 centímetros y tiene el cabello canoso, aunque ya no le queda demasiado. Sus grandes ojos celestes se asemejan al tinte del mar. Su larga barba blanca realza su figura y le da un aspecto de sapiencia. Habla suave y pausado, como meditando cada palabra que emite.

A pesar de que vive en Mar Del Plata, se las ingenia para visitar a menudo a sus amigos. “Es una gran persona y estoy seguro que fue la mayor figura que tuvo la natación argentina. Aunque está radicado lejos de Capital, hablamos todos los días”, detalla Aarón Sehter, quien fue trece veces campeón mundial de pelota vasca y uno de sus compinches en los últimos 60 años.

Con Sehter se conocieron en Estados Unidos a través de un amigo en común y en México 1968 afianzaron su relación. Allí, mientras que Kike obtuvo dos medallas de plata, Nicolao vivió la frustración más grande de su vida. Era su tercer torneo de esa relevancia, luego de haber participado en Roma 1960 y Tokio 1964, y con 24 años llegaba en su mejor forma física como consecuencia de haberse entrenado en el país anfitrión durante tres meses.

Mientras mira el piso, recuerda con impotencia: “Los dirigentes fueron de vacaciones. La delegación fue notificada una semana antes de que iba a haber complicaciones con el transporte porque se iba a estar disputando la maratón olímpica y yo nunca me enteré. Me tomé el ómnibus de siempre 4 horas antes de la semifinal de 100 metros mariposa y no llegué”.

Debido a esta situación el Comité Olímpico Argentino (COA) podía solicitar que tuviera una posibilidad más para intentar alcanzar la marca que lo clasificara a la final. Días después se constató que ese pedido nunca fue elevado al Comité Olímpico Internacional (COI) y quedó descalificado. “Ahí abandoné, si mi esfuerzo estaba en las manos de incapaces no tenía sentido continuar”, explica.

Luego de dejar el deporte terminó la carrera de Ciencias Políticas en la Universidad de Stanford, en Estados Unidos. Se casó con la nadadora Lee Davis y tuvo tres hijos, dos mujeres y un varón. En 1970 llegó a Brasil para perfeccionar a los nadadores del club Corinthians, pero diez años después volvió a Argentina, donde se puso en pareja con Graciela Maestripieri, ex jugadora de la selección argentina de hockey, y tuvieron dos hijas. Hasta 2016 se dedicó a ser instructor personal y el último de sus discípulos fue Joaquín Ampalio que asegura: “Lo mejor que me dejó Luis fue su enseñanza. Es un tipo sabio”. Fabián, padre del joven, especifica: “Es una persona maravillosa”.

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Quizá aquella vivencia en el país Azteca provocó que Nicolao fuera muy crítico con las autoridades del deporte nacional: “Al atleta no se le exige estudiar”, apunta y analiza: “Argentina está mejorando mucho deportivamente. Veo chicos con grandes condiciones, pero el resto del mundo avanza un poco más”. Tal es su conocimiento por las diferentes disciplinas que en 2008 fue uno de los asesores de los Juegos Olímpicos de Beijing.

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“Hoy a los 75 años nado mejor que a los 20, tengo más técnica”, dice Nicolao.

En enero retomó la actividad después de 30 años. Tenía 25 kilos de más. Vivía cansado y le dolía el cuerpo. “Un día llamé a un amigo que va a nadar todas las semanas y le dije que quería sumarme. Al otro día empecé y ahora me siento mejor”, relata. “Voy seguido a ver competencias, no participo porque no tengo ganas, pero quizás en cualquier momento me meto en alguna posta con un amigo”, se entusiasma.

Perseverancia, insistencia y sacrificio son, tal vez, las palabras que mejor lo describen. “Mi carrera la logré con voluntad y esfuerzo”, afirma. Desde el día en que se propuso ser nadador no paró hasta lograr su objetivo. De niño se repetía una frase que confiesa que es su lema: “Lo imposible no existe, con voluntad podés llegar a lo que te propongas”.

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Luego de haber estado una hora sentado se incorpora con mucho esfuerzo y comienza a caminar por el gimnasio a paso lento. “Me voy a la pileta un rato. Si dejo de nadar, por los problemas de columna que padezco, me tienen que operar. Aunque para eso -avisa Nicolao mientras se aleja- el cirujano me va a tener que correr”.

Sicher, el “one-hit wonder” que pocos reconocen

Por Federico Bajo

Apenas jugó un campeonato y marcó un gol con la camiseta de Racing Club, pero le alcanzó para ganarse el cariño de los hinchas.

En 1985 la institución de Avellaneda transitaba por la Primera B, segunda división del fútbol argentino, a la que había descendido en 1983. Era uno de los peores momentos para el club, por el cual pasaron cuatro entrenadores en una campaña de 48 partidos. Eso, sumado a la crisis que sufría, con una deuda que llegó a 1,5 millones de dólares y que obligó a realizar una convocatoria de acreedores, planteaban un panorama desolador.

Sin embargo, la pesadilla terminó el 27 de diciembre cuando Racing igualó 1-1 con Atlanta en el partido de vuelta de la final del octogonal por el segundo ascenso -la otra plaza fue para Rosario Central, el campeón- y consumó su regreso a Primera. Como en la ida se había impuesto por 4-0, ese día la Academia necesitaba ganar o empatar para evitar un tercer encuentro. El fin del recorrido por la B se allanó a los 17 minutos del primer tiempo cuando Néstor Edgardo Sicher, un lateral izquierdo que había arribado a préstamo desde Lanús a principio de temporada, recibió un pase al borde del área y ejecutó un disparo de zurda que clavó la pelota en el ángulo superior derecho del arco defendido por Daniel Baglioni. En el complemento llegó el empate, pero nada evitó que en la cancha de River Plate, donde se jugaron ambos encuentros, se desatara la fiesta albiceleste.

“Era difícil rescatarlo de todos los brazos que querían capturarlo para brindarle el reconocimiento al ‘goleador’ de la gran noche”, describió una crónica publicada al día siguiente en el diario Clarín. Pero para Sicher la fiesta duraría poco ya que la fractura de mandíbula que sufrió en una acción posterior al gol, le demandaría reposo. Además, aún le faltaba saber que aquella había sido su última vez como futbolista de Racing.

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En la calle Erezcano 1252, localidad de José Mármol, provincia de Buenos Aires, se ubica la Secretaría de Desarrollo Social de la Municipalidad de Almirante Brown. Allí un largo pasillo conduce a las distintas oficinas entre las que se encuentra la del Coordinador de Adultos Mayores, cargo que desde 2003 ocupa Sicher.

La melena enrulada que lucía en sus épocas de futbolista perdió volumen y dio lugar a unas prominentes entradas. Lo que sí mantiene es su particular bigote, que el tiempo volvió canoso.

Nacido en Rafael Calzada el 28 de septiembre de 1960, ingresó a trabajar en el municipio en 1993, un año antes de finalizar su carrera futbolística, y primero se desempeñó en la Dirección de Deportes como encargado de organizar actividades en los barrios.

A pesar del tiempo que lleva trabajando en la Secretaría, no todos lo conocen.

“Quién es Néstor Sicher?”, pregunta confundida la recepcionista.

Nadie le responde.

No es el único lugar en el que ocurre. Durante la Superliga 2018/19, de la que Racing se coronó campeón, Sicher fue a la cancha cada vez que el equipo jugó como local, ya que el club le otorgó una platea para él y un acompañante. En la mayoría de las ocasiones, caminó entre los miles de hinchas racinguistas sin ser identificado.

“Pasó mucho tiempo. Hay gente que ronda los 60 años y por ahí me reconoce, pero son pocos”, se apresura a explicar.

Cuando era chico simpatizaba por Boca, pero el camino transitado como futbolista lo acercó a Racing. Es padre de dos varones y una mujer, todos hinchas de la Academia. Incluso Gastón, su hijo mayor, nació ocho días antes del partido final ante el Bohemio.

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En su paso por Racing, Sicher jugó 42 encuentros y junto a Walter Fernández fueron los futbolistas del plantel que más partidos disputaron ese certamen. Pero días después de ascender, debió regresar a Lanús porque Racing no renovó su préstamo cuyo monto era de 50 mil dólares. Nunca le explicaron los motivos. No obstante, al día siguiente del duelo ante Atlanta, Héctor Rinaldi ganó las elecciones y se transformó en el nuevo presidente del club, que en medio de la crisis debería afrontar el primer semestre de 1986 sin competencias debido a una reforma de los torneos.

“Estuve dolido -asegura Sicher sentado en su oficina-, aunque las cosas se dieron así. Duró muy poco. En el fútbol disfrutás el momento y ya tenés que estar preparado para lo que viene”.

Tiene una voz áspera, pero habla claro y transmite seguridad al hacerlo. Sin embargo, su vozarrón se entrecorta cuando recuerda el gol y por única vez parece estar a punto de quebrarse.

“Esos momentos -hace una pausa y carraspea antes de continuar- son difíciles de olvidar”.

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Para resumir su carrera podría decirse que pasó por cinco clubes: Lanús entre 1980 y 1984, y el primer semestre de 1986, Racing en 1985, Gimnasia La Plata en las temporadas 1986/87 y 1987/88, Chacarita Juniors de 1988 hasta mediados de 1991 y Brown de Adrogué donde se retiró en 1994. Solo fue campeón de la Primera C en 1981 y en la máxima categoría del fútbol argentino disputó siete partidos con el conjunto platense porque, según reconoce, no supo ganarse el puesto.

Nunca sobresalió por un ser un futbolista técnico, lo suyo era la fuerza y la entrega. “Tenía que estar bien físicamente porque me destacaba por el despliegue”, resalta.

“Cómo se ‘equivocó’ ese Sicher, ¿no? Fue espectacular. Racing merecía regresar con un gol así”, declaró Omar Corbatta, figura de la Academia entre las décadas del ‘50 y ‘60, a Clarín, dos días después de concluido el ascenso.

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Néstor es un crack. Cuando vine acá me hizo sentir muy cómodo. A mí me gusta mucho el fútbol, por eso todo el tiempo le hago preguntas”, cuenta Leandro, quien hace tres años que comparte oficina con Sicher.

El Coordinador de Adultos Mayores lleva puesto un jogging negro y una campera deportiva del mismo color, con el cierre subido hasta el mentón.

Se viste como futbolista”, lo defiende su compañero.

“Es muy carismático. Los pibes le tenían un cariño impresionante”, revela Julio Barrientos, ex presidente del Club Atlético Claypole, quien en 2003 entabló amistad con Sicher cuando éste estuvo al frente del fútbol infantil de la institución.

Aún hoy entrena chicos. Se recibió de director técnico en el Club Banfield y tiene su propia escuela que se llama La Saeta, ubicada en Claypole. Los nenes a veces le preguntan: “¿Usted jugó en Racing?”.

Además de trabajar en la Secretaría y en el fútbol infantil, está terminando el secundario. “De joven dejé la escuela y mis padres no me lo perdonaron. Era una cuenta pendiente que tenía con ellos. Mi mamá falleció, pero mi viejo vive”, señala quien asiste al Club Social y Deportivo Villa Rafael Calzada, donde funciona una de las sedes del Plan de Finalización de Estudios Primarios y Secundarios. Si le va bien, a fin de año obtendrá el título.

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Sicher se formó como futbolista en Lanús. “Empecé a jugar en mi barrio, en el Club Calzada. Participábamos de los Juegos Evita, esos grandes torneos que organizaba el Partido Justicialista -relata mientras lanza una sonrisa cómplice a Leandro– y ahí me vieron de Lanús y me llevaron cuando tenía 10 años”.

En su oficina hay un cuadro colgado en la pared más próxima a su escritorio con una foto del ex Presidente de la Nación, Juan Domingo Perón, y su esposa, Eva Duarte. El peronismo es la fuerza política que ha gobernado el partido de Almirante Brown desde que en 1983 se restituyó la democracia en Argentina.

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Sicher asegura que recuerda el gol seguido y aún analiza lo que vivió aquella noche: “En ese momento no me di cuenta de la magnitud, pero después sí. Terminó el partido y empecé a ver que fue como un sueño lo que me pasó”.

Cómo tener un medio propio y no fracasar en el intento

Por Lucas Bonifacio, Bruno Annibali, Enzo Govoni y Lautaro Taverna

En las últimas décadas se acrecentó la crisis del modelo patronal empresarial, incluido en el sector de los medios de comunicación. Hubo múltiples despidos, cierre de diversos medios y vaciamientos de empresas del rubro. Ante este acontecimiento, los trabajadores y trabajadoras de la prensa buscaron otras soluciones. Comenzaron con una tendencia de recuperación de aquellas empresas quebradas, buscando eliminar la figura patronal –asumiendo formas de cooperativas-, y le dieron origen a los proyectos de autogestión del periodismo en Argentina.

Éste fenómeno no se produjo únicamente durante el gobierno de Mauricio Macri, período en el que el sector sufrió un fuerte impacto a causa del ajuste y la suba de la inflación, sino que data de muchos años atrás. Durante el mandato de Cristina Kirchner se promulgó la ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual, conocida popularmente como la Ley de Medios, la cual les permitió a trabajadores de diferentes cooperativas tener mejores condiciones para ejercer su actividad. Esta ley llegó en reemplazo de la 22.285, instituida durante el Proceso de Reorganización Nacional (1976-1986), la cual le impedía a las cooperativas el acceso a las frecuencias de radio y echaba por tierra cualquier tipo de iniciativa para llevar adelante un medio propio. Durante el kirchnerismo hubo más oportunidades para aquellos trabajadores de prensa que buscaban recuperar empresas o iniciar proyectos autogestivos de comunicación. Existen muchos medios que se iniciaron en ese período y decayeron mucho durante los últimos años. 

Tras dialogar con diversos periodistas que ejercen la profesión en un medio autogestivo -Marco Isla, Hernán Kodjafachian y Florencia Tozzi-, todos se encontraron con el mismo problema: la sustentabilidad económica.

No es muy redituable hoy en día por la situación que vive el país. La gente tiene miedo de apostar por un medio. Algo que es muy efectivo hoy en día es el canje. Dar algo para recibir otra cosa a cambio, como publicidad por ejemplo”, afirmó Isla. 

Entrando en el terreno de la autogestión en sí, los trabajadores que la llevan a cabo coinciden en que ellos eligen el material que van a subir, y cómo lo van a hacer. “Cuando hacés autogestión sentís mucha más libertad y autonomía, pero no hay que abusar de ella. Hay que saber cómo y a quién dirigirse”, añadió Kodjafachian. 

Los entrevistados afirmaron que les gusta no depender de otros ni tener que seguir una línea sobre cómo redactar o hablar sobre los temas. Lo ven como una ventaja y resuelven sobre qué y cómo hablar mediante debates entre los periodistas del medio, en los que intercambian ideas, y deciden como mostrar y dar a conocer su contenido.

Al principio siempre es difícil, uno tiene que ver la competencia, para así saber qué cosa diferente puede aportar uno, teniendo en cuenta las virtudes y los defectos de los demás. La única forma de ganarles es con buen material, periodismo serio, constancia y durabilidad”, reveló Isla.

Las transmisiones en plataformas como Podcast, YouTube y Twitch, entre otras, resultan muy viables en los medios autogestivos. Kodjafachian confesó que lo ve como una forma en la que un periodista se puede mostrar para algún trabajo, e incluso sirve para que la audiencia sepa cómo se trabaja en el lugar de los hechos. Afirmó que el podcast muestra la importancia del audio y lo que dice el entrevistado directamente de su propia voz. Creo que es una forma de atrapar audiencia más joven. Tiempo atrás dependíamos de la tele, pero ahora con YouTube o Podcast la gente decide qué quiere ver. Antes estaban sujetos a lo que la televisión les mostraba”, comentó Kodjafachian. 

Tanto él como Isla destacaron la importancia de las redes sociales, a las cuales consideran el medio más importante para llegar al público. “Es una manera de retroalimentarse. En un medio es fundamental saber qué querés hacer, aunque lo más importante siempre es informar bien, que a su vez implica estar informado. Y si estas innovaciones ayudan a esto, bienvenidas sean”, concluyó Hernán Kodjafachian.

Respecto a las noticias falsas que suelen circular en diversos medios -más conocidas como fake news- Florencia Tozzi aseguró que el método principal para evitarlas es tener buenas fuentes y no distorsionar la realidad. Afirmó que cuando un periodista miente para conseguir una primicia, lo que hace es alejar al oyente. Dice que la forma más efectiva de atraer a una audiencia es brindar información correcta y no hablar de más ni de menos.

Los adultos son una audiencia más estructurada y antigua. Suelen seguir transmisiones de radio o programas de tv que no se someten a los gritos o intercambio de opiniones sin respeto. En cambio, los jóvenes consumen más tecnología, no escuchan radio ni leen diarios. Todo pasa por redes sociales”, opinó Tozzi acerca de los oyentes y lectores de hoy en día.

Un medio autogestivo, por más que no sea redituable, es una alternativa para aquellos periodistas que buscan mostrarse e informar bajo su propio criterio y no con uno impuesto por un tercero, que no les permitiría tener la misma libertad para expresarse.

 

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Freelancers

Debido a la crisis económica que vive el país, muchas empresas  tienden a despedir a sus empleados. No solo despiden personal, sino que tampoco generan puestos de trabajo. Ser periodista freelance puede ser una salida positiva para quienes se encuentran en esta situación. Aún así, esta forma de ejercer el periodismo no es fácil, ya que los medios han ido evolucionando, dejando así una menor producción de notas en papel y, por lo tanto, se ha reducido el personal.

Cuando se es periodista autónomo se debe tener en cuenta que los ingresos dependen de uno mismo y muchas veces no tener un salario fijo puede ser un problema. Gustavo Pereyra, periodista freelance y dueño de Proyecto Fútbol, reconoció que siempre tuvo otro trabajo, con el cual financió y creó su medio, que al día de hoy creció notablemente.

Los contactos son imprescindibles en el periodismo autónomo para brindar información de calidad. Además, antes de empezar a trabajar por cuenta propia, es recomendable adquirir experiencia en los medios tradicionales, para así tener más herramientas.

 

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La voz de la experiencia

“Tengo mi programa que se llama Islasports hace tres años y medio y estamos muy contentos porque la cuenta que tenemos en Instagram tiene cuatro mil seguidores”, dijo Marco Isla sobre su proyecto autogestionado que se produce los martes y jueves de 19 a 21.

“Un día hice una transmisión relatando y el operador de la radio La Poderosa 98.9 me ofreció este emprendimiento y me vino como anillo al dedo. Crecimos mucho y tratamos de abrirle las puertas a cualquiera. Nadie nace sabiendo”, manifestó Isla en relación a sus inicios en el periodismo. 

Realizando un balance sobre esta profesión, Isla afirmó que: “La autogestión va hacia el objetivo de generar experiencia y contenido para abarcar cierta cantidad de seguidores. La desventaja es que se arranca de cero y es necesario ir formándose de a poco. No nos hacemos conocidos de la noche a la mañana sin trabajar mucho”.

El periodista manifestó que la única forma de ganarle a la competencia es la constancia a través de los años y no apuntar a vender, sino a tener información concreta. “No generamos publicaciones que repercutan en discusiones, somos fieles a nuestro estilo”, agregó.

“Es muy importante tener un segundo trabajo porque nadie vive del periodismo autogestionado. De esa manera se banca el proyecto e intentamos buscar sponsors mediante canjes”, expresó acerca dela sustentabilidad del medio.

Además, explicó que las ventajas de este formato es que uno elige qué, cómo y cuándo subir el contenido. No dependen de nadie que baje una línea, a diferencia de cuando se trabaja en una cadena y el productor marca los temas.

Mary Terán de Weiss: la tenista fantasma

Por Thomas Martínez

Posiblemente al preguntar sobre los deportistas argentinos más destacados de la historia todos nombren a Diego Maradona, Lionel Messi, Emanuel Ginóbili, Guillermo Vilas, Gabriela Sabatini, Juan Manuel Fangio, Carlos Monzón, Luciana Aymar o Roberto De Vicenzo, y seguro que nadie mencionará a Mary Terán de Weiss, una de las pioneras del tenis femenino a nivel nacional y reconocida a escala internacional, que puede ser invitada a la mesa de los grandes mencionados anteriormente por sus logros con la raqueta y por la huella que dejó fuera de las canchas.

¿Por qué motivo no es conocida popularmente Mary? Para responder a este interrogante es necesario comprender la historia argentina durante el Siglo XX, en el que una gran cantidad de ciudadanos fueron perseguidos y censurados por sus ideologías. Pero qué mejor que lo conteste la propia tenista: “Yo llegué a la vida argentina 20 años antes. Si a Evita no le perdonaban ser mujer, conmigo no iban a ser menos. Yo además de peronista era una mujer que había logrado destacarme mundialmente en un deporte que, acá, era exclusividad de una elite masculina y esas cosas en este país no se perdonan”.

Mary nació el 29 de enero de 1918. Era hija del encargado del buffet del Rowing Club de Rosario, quién le inculcó la práctica deportiva desde niños a sus hijos, a tal punto que los tres se destacaban en todas la áreas, pero lo de su hija era distinto debido a que desde los 12 años ya jugaba al tenis con gran facilidad, y a los 15 cruzó el Río Paraná nadando. También era timonel del equipo de remeros del Club Alberdi, la única mujer a bordo del barco.

Su habilidad hizo que el entrenador del equipo de la Copa Davis, Sanders, la convocara para que sea parte. Luego de eso, el hombre de origen sueco almorzaba con los Terán todos los jueves y se iba con ella al Club Atlético Rosario para entrenar, institución en la que jugaba representando a Santa Fé.

Según le contó a la escritora Liliana Morelli (autora del libro “Mujeres deportistas”), el amigo de la tenista, Roberto Andersen, Mary era una jugadora con un buen revés y drive, que tenía un juego de base largo y de gran movilidad. Añade que no voleaba mucho, pero desde su campaña europea posterior a 1955, llegó a hacerlo muy bien. A su vez, destaca que era una jugadora de aliento, planeaba tácticas y su juego no era espectacular pero sí muy ofensivo. Concluye con que parecía una gacela en la cancha pese a su baja estatura que no la beneficiaba.

En 1937, debido a su crecimiento deportivo, Mary viajó a Buenos Aires para seguir compitiendo. Allí jugaba para el Adrogué Tennis Club. Dos años más tarde ganó el torneo de Mar del Plata y el del Río de la Plata, en el que venció en la final a Felisa Piedrola, quien luego la vencería el mismo año en el torneo de la República.

Allí comenzó la rivalidad entre ambas tenistas. A diferencia de Mary, Piedrola era de carácter muy fuerte y muy malhumorado. Más allá de esto, a lo largo de sus carreras se encontraron en polos opuestos por ideologías políticas. Otro de los motivos que las separaba, según reveló Alfredo Terán, sobrino de la deportista, era que Mary recibía ayuda de la Asociación Argentina de Tenis (AAT) para realizar viajes al exterior, algo que no sucedía con Piedrola. Además, Dunlop le brindaba raquetas, los encordados de las mismas y le organizaba los matchs del circuito europeo. De todas formas, se alternaron las primeras posiciones del ranking nacional durante una década. Terán fue número uno en 1941, 1944, 1946, 1947, 1948 y 1952.

“La Casa del Deporte nos daba los pasajes, que eran donados por Aerolíneas Argentinas. El resto era costeado por las entidades que invitaban. De no ser así, ningún tenista podría viajar”, explicó Mary en la revista Primera Plana del 5 de septiembre de 1966.

Por su lado Andersen le aclaró a Morelli: “No es que el peronismo la ayudó, sino que ella tenía los kilates para competir a gran nivel y por eso el Estado la subvencionaba a través de la Secretaría de Deportes. También es cierto que adhería al régimen, mientras que Felisa Piédrola no tuvo el mismo apoyo por mantener la postura contraria”.

En 1940, con motivo de participar en un torneo de Córdoba, emprendió un viaje en tren. En el recorrido se cautivó con un hombre muy apuesto, y tal fue su atracción que pese a ella estar de novia, buscó llamar su atención, se sentó a su lado con su autentica simpatía y le dijo que juntos harían una linda pareja. Esa persona era Heraldo Weiss, hijo de Gottlob Weiss, famoso wing derecho de Alumni. Heraldo era nada menos que el capitán del equipo de la Copa Davis, oriundo de Lomas de Zamora, campeón argentino y figura del tenis nacional en la década del 40 junto a Enrique Morea, Alejo Russell y Héctor Etchart. Para mala suerte de Mary, el tenista también se encontraba en pareja. Tres años más tarde se casaron, y aunque la familia Weiss nunca haya aceptado a la santafesina porque asumían como futura esposa a la novia anterior de Heraldo, ellos formaron una gran relación, tanto dentro como fuera de las canchas.

La fama de Mary empezó a crecer con la conquista de varios certámenes internacionales: ganó 28, entre los que se destacó el Plate de Wimbledon (que disputaban los que no llegaban a la final del Gran Slam). Era tan popular que tenía fotos con personalidades destacadas de la época como los reyes de Grecia o la reina de Inglaterra. Su belleza hacía que se lleve todas las fotos en los courts. De esto se percató Ted Tingling, el modisto inglés que la contrató para que luciera sus prendas femeninas (polleras de organza, blusas escotadas y spolverinos ribeteados). También impuso el uso de relojes, aros, cadenas y pulseras de oro en las competencias. Siempre se caracterizó por ser muy elegante y estar bien vestida.

Mary y su marido Heraldo (fallecido en 1952), simpatizaban con el peronismo, que gobernaba el país por aquellos años, razón que la llevó a ser designada asesora deportiva de la Municipalidad de Buenos Aires. Fue la responsable de los campos deportivos ubicados en el Parque Tres de Febrero, con el objetivo de popularizar el tenis.

Por su influencia política, impulsó la remodelación del Buenos Aires Lawn Tennis Club (aumentaron las capacidades y mejoraron las comodidades de los espectadores). Pero no siempre estuvo de acuerdo al movimiento que la representaba: cuando el gobierno intentó intervenir esa entidad porque suponían que se conspiraba contra Perón, ella se impuso ante la situación presente.

“Ella inició una escuela de tenis para chicos que no estaban en condiciones de adquirir raquetas y equipos, y estos elementos le eran proporcionados por medio de la fundación Evita. El tenis siempre había sido un deporte para gente encumbrada y los de la elite no le perdonaron haberlo llevado al nivel del Pueblo”, reseña su sobrino Alfredo, luego de su muerte.

No solo era cercana al peronismo desde el activismo. Andersen le reconoció a Morelli que Perón le propuso casamiento a Mary luego de la muerte de Eva Duarte, pero ella lo rechazó con el pretexto de que no era Evita y que no la podía reemplazar, porque lo que él necesitaba era una compañera de fuste a su lado.

Por otro lado, en la biografía “Vida íntima de Perón” escrita por Enrique Pavón Pereyra, el General reveló que le ofreció formalizar relaciones y ella se negó, tras lo cual dejaron de tener vínculo, a pesar de que, con fines denigratorios, se siguió diciendo que mantenían contacto.

El 16 de septiembre de 1955 el gobierno de Perón fue derrocado por la autodenominada Revolución Libertadoa, mientras Mary se encontraba jugando el Abierto de Alemania. El Estado intervino la AAT y le pidió a la Federación Internacional de Tenis (FIT) que le prohibiera jugar, a lo que la entidad deportiva hizo oídos sordos.

En Argentina sus bienes fueron incautados y le iniciaron una investigación por su adscripción al peronismo, razón por la cual se exilió en Madrid, Barcelona y Ginebra. Nada le impidió seguir jugando al tenis y ganar torneos europeos, de los que los medios de comunicación argentinos no se hicieron eco.

Tras la asunción de Arturo Frondizi en 1958 como presidente argentino, en 1959 regresó al país, y comprobó que ya nada era igual. Belgrano Athletic, club al que perteneció durante 20 años, le comunicó que ya no podía tenerla como socia. El único que le abrió las puertas fue River por una decisión del entonces presidente Antonio Liberti (también lo hicieron Comunicaciones y Trovatore, pero no contaban con los elementos para un entrenamiento profesional). Pero en los torneos los rivales no se presentaban, y el campeonato de 1963 tuvo que ser anulado por ese motivo. Mary entendía que le estaba haciendo mal al Millonario y por una cuestión de gratitud dio un paso al costado. Su ambición por el deporte no se fue, pasó a practicar golf y a fanatizarse con él.

El 22 de julio de 1964 escribió una carta a la opinión pública en El Gráfico en la que contó su historia, como la discriminaban por pensar diferente y también se tomó en tono de broma la ausencia de oponentes en torneos: ““La mayoría de las tenistas se excusaban en la ideología para no presentarse porque sabían que perderían y que así bajaría su lugar en el ranking”.

La condena social, y el pecado de ser una mujer comprometida la llevaron al aislamiento. Su única compañía era su madre, que falleció en 1983, hecho por el que entró en una gran depresión, por la que casi no salía de su hogar y no se relacionaba con mucha gente. Luego de enviudar nunca se volvió a enamorar ni a casarse, pese a haber recibido propuestas. El 8 de diciembre de 1984 Mary se suicidó lanzándose desde un séptimo piso de un edificio en Mar del Plata. Como símbolo de lo que fue su vida, una de las pocas personalidades del ambiente del tenis que asistió a su funeral fue Enrique Morea.

En su memoria, el estadio de tenis de Villa Soldati lleva su nombre. Sin embargo, ni así se la recuerda como se debe, ya que gran parte del periodismo deportivo lo llama Parque Roca, a secas.

Marginada de la sociedad por querer popularizar un deporte elitista, puede afirmarse que María Luisa Beatriz Terán fue la tenista fantasma de nuestra historia.

Fuentes: Libro Mujeres deportistas  de Liliana Morelli, el libro Historia política del deporte argentino de Victor Lupo, Victor Lupo, Eduardo Puppo y el libro Mary Terán de Weiss de Roberto Andersen.

El Coco Capria y la teoría del Big Bang

Por Carolina Jurczyszyn

Quizás parezca extraño poder relacionar al ex futbolista Diego Raúl Capria con la creación del mundo, sin embargo, Diego, apodado el Coco, fue protagonista de hechos futbolísticos que pueden relacionarse con la existencia del Universo.

Nació en General Belgrano, un pueblo ubicado a 158 kilómetros de Capital Federal. Se reparte entre estas dos ciudades por su trabajo en el frigorífico San Antonio desde que lo heredó de su padre, Humberto, y por su mujer y sus hijos que viven en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).

Sus primeros goles no ocurrieron en el club Belgrano sino en las calles de su barrio donde jugaba con su hermano mayor Rubenel Magoy sus amigos, hasta que el sol se escondía.

Recuerda con nostalgia sus inicios en este deporte, por el cual jugó en 12 combinados diferentes, y rememora que con su equipo disputaba el campeonato en una liga de La Plata. Y fue precisamente en esa ciudad donde dio sus primeros pasos como profesional en el fútbol. Desde el plantel de Estudiantes lo observaron jugar y le propusieron hacer una prueba. “Fui”, confiesa sonriendo. Sin embargo, regresó a Belgrano para concluir sus estudios secundarios los cuales eran prioridad a nivel familiar.

En el momento en el que finalizó el colegio, Diego se propuso iniciar la carrera de veterinario. No obstante, jugar en el club de la capital de la provincia de Buenos Aires con su hermano lo describe como un sueño que imaginó desde su niñez por los momentos en lo que jugaban juntos en la plaza. Y fue tras ello.

Los dos compartieron equipo en tres ocasiones: Estudiantes, Racing y Chacarita. Su padre, orgulloso de sus hijos, no esconde la emoción, la cual “fue espectacular” y se refleja en sus ojos y en su sonrisa al mencionar este hecho. “Con mi mujer Mary teníamos mucha felicidad al ver que hacían lo que querían y juntos”, comenta.

Diego recuerda cuál era su sueño cuando su única preocupación era divertirse con una pelota: jugar en San Lorenzo. El ex defensor conoce el azulgrana desde pequeño debido a que era y es hincha de dicho club. El seis fue el dorsal que lo acompañaría en su primera etapa por la institución.

Relajado luego de una jornada laboral, Coco se reincorpora en la silla frente a su escritorio en su lugar de trabajo porque el asombro lo invade al volver a ver la edición 4273 de El Gráfico, en la que fue el protagonista de la tapa. Le surge una risa espontánea, corta, pero sorpresiva; observa la revista de forma detenida con su mano derecha en su boca, intentando recordar y trasladarse a la noche del 26 de agosto de 2001: su gol de cabeza contra Boca Juniors y las 13 victorias consecutivas de un club argentino con el que soñaba jugar desde que era niño.

Recuerda que la posibilidad de establecer el récord se desvanecía ya que quedaban dos minutos para concluir el cotejo. Con la seguridad que le caracteriza al hablar, afirma que fue uno de los goles más lindos como jugador por lo que significa. “Hasta hoy y gracias a Dios sigue latente”. Haberlo convertido fue para él algo inolvidable y lo evoca cada vez que tiene oportunidad.

El hombre que llevaba el seis en la casaca iba a ser el encargado de convertirlo y de esta manera, salir al día siguiente en la tapa de una revista que él mismo compraba. La iba a apreciar, al igual que Dios cuando culminó de crear el Universo en la misma cantidad de días que el dorsal de Diego, y así observar al día siguiente lo que había logrado con su remate de cabeza.

Asimismo, ese gol no es lo único que recuerda de Boedo. Se traslada con sus dichos a su juventud y expresa que en los picados de la plaza de su pueblo él se sentía Walter Perazzo, ex delantero azulgrana. Cuando Diego lo conoció no lo podía creer. “Fue muy fuerte”, asiente. Pero más fuerte es la vigencia que le otorgó Capria al club.

En su casa, su hijo Robertino le repite a su padre que hubiese deseado estar en los momentos en los que él jugaba a la pelota, “pero las cosas se dieron así”, manifiesta el ex futbolista. Coco no solo quedó en la historia del club por el gol de cabeza, sino también por “desactivar una bomba” que igualmente explotó, como la Gran Explosión luego del Big Bang.

“Fue una sensación muy particular”, así describe el ex cuervo el 24 de enero de 2002, el día de la final de la Copa Mercosur 2001 que la crisis argentina obligó a trasladar 36 días porque el 19 de diciembre el ex presidente de la Nación, Fernando De la Rúa, declaró el estado de sitio cuando hinchas y periodistas estaban camino a la cancha o incluso ya en ella.

El partido de ida en Brasil contra Flamengo fue 0-0 y la vuelta en Argentina 1-1. El pitido final del árbitro Oscar Ruíz significó que el trofeo se definiría desde los 12 pasos. El primer título internacional para San Lorenzo estaba cerca.

“Mis compañeros me decían que desactive la bomba”, manifiesta Coco aludiendo al balón.

Con errores y aciertos de distintos jugadores, Capria fue el encargado de patear el último penal. Luego de la invasión a la cancha por parte de los locales, Diego pasó de oír su nombre cantado por la hinchada presente en el Nuevo Gasómetro “a un silencio sepulcral”. Pateó la “bomba” alta y cruzada, dirigida por su pie derecho al palo izquierdo del arco de Julio César que hizo volar las emociones de los cuervos.

Tras “desactivar la bomba”, describió la “explosión” de los hinchas como un regocijo. Cuando concluye de describir ese momento relajó su espalda contra el respaldo de la silla como si realmente se hubiera trasladado a aquel instante en el que le otorgó al club su primer título internacional.  “Dejé la cabeza, el cuerpo y el corazón en cada partido”, confiesa.

Diego no tiene un referente. Observa cuando una persona quiere crecer en lo que hace y asevera que uno aprende a escuchar cuando empieza a ser más objetivo con la vida de uno y así mejorar en la condición humana, que es una de las grandes dificultades –según él- que tenemos todos.

No piensa las decisiones varias veces, previo a su retiro del fútbol tuvo la opción por contrato de jugar tres años en Universitario de Perú, sin embargo, evaluó eso con su mujer y rechazó la oferta.

Concluida su etapa como futbolista, cada día asiste en Belgrano a su lugar de trabajo, donde se propone metas que logran un importante crecimiento para el frigorífico.

En su pueblo es uno más. Agustín San Quintín tiene una casa de repuestos de autos a la que el ex futbolista concurre. “Cuando terminó su carrera como deportista regresó aquí y empezó a caminar como un ciudadano más. Viene a mi local a comprar artículos para los vehículos de su trabajo. La gente de afuera que ingresa se sorprende al verlo”. Pero eso Diego lo tiene claro. Él camina como alguien más, asiste a la peña de San Lorenzo que lleva su nombre y deja en claro que por ser tapa de una revista no ha cambiado su forma de vida. Entiende que la realidad está en cómo la toma uno. Prefiere estar del lado de lo simple y cotidiano que en un pedestal que no tiene validez.

Apoya sus codos en la mesa y describe al fútbol como lo más lindo que le ha pasado: “La adrenalina que me generaba entrar a una cancha no me la producía nada”, concluye.

Al final, el 24 de enero en las tribunas del Nuevo Gasómetro los cuervos evocaron a Dios para que Diego Raúl Capria convirtiera el penal. La explosión surgió luego del gol. El Big Bang expulsó partículas hace más de 13 millones de años, aquella noche, la explosión en Boedo arrojó lágrimas y cánticos de felicidad.

Corazones que miran a España

Por Thomas Martínez, Santiago Belén, Pedro Masi y Carolina Jurczysyn

El fútbol español tiene una gran influencia en el mundo, y nuestro país no es la excepción. Sus equipos más importantes suelen tener peñas en cada rincón del planeta. Los tres más grandes que son Barcelona, Real Madrid y Atlético de Madrid, poseen sus filiales en Argentina, como también otros clubes más llamativos.

El único de ellos que cuenta con una peña reconocida por la entidad madre es la Peña Nicolau Casaus del Fútbol Club Barcelona. Está ubicada en el Casal de Catalunya (sede de la Generalitat Catalana en el país, una suerte de embajada) en la calle Chacabuco y avenida Independencia, barrio de San Telmo. Se fundó en 1986 casualmente en el centésimo aniversario del Casal, y funciona desde 1999. Su presidente es Alberto Caloggero (en la foto) quien también es vicepresidente de la Federación de Penyes Barcelonistas del Resto del Mundo. Además, recibió un premio a personalidad destacada del año en el Congreso Mundial de Peñas, como reconocimiento a su trayectoria. 

La Peña Nicolau Casaus suma 300 adherentes, aunque llegó a alcanzar alrededor del millar cuando Juan Román Riquelme y Javier Saviola se desempeñaban en el equipo Culé, así como durante el período dorado de la dirección técnica de Josep Guardiola. El propio Alberto informó que la mayoría de los miembros son catalanes o argentinos descendientes, y que gran parte de ellos heredan la pasión por el Barça o se sienten identificados por su juego y por los jugadores argentinos que visten la casaca. Económicamente, la entidad no pasa mayores inconvenientes ya que afirman “no tener gastos dentro del Casal de Catalunya”, y cuenta con dos grandes fuentes de ingresos: las cuotas y los subsidios por eventos realizados.

Por otra parte, la peña argentina fue pionera en realizar un programa radial, que lleva activo más de 15 años. Caloggero destaca que la “necesidad de informar la actualidad de nuestro Barcelona” fue la motivación que necesitó para iniciar las emisiones en la radio AM610. En dicho espacio se informa sobre todas las actividades del club, no solamente el mundo del fútbol. Además, cuando el cuadro culé afronta un partido trascendente, se organizan para ver el partido en la sede.

Distinta es la situación de las peñas de los equipos Madridistas en Buenos Aires, puesto que ninguna posee reconocimiento oficial de las entidades españolas. Mariano, representante del Real Madrid, comentó que “los trámites cuestan mucha plata”.

En la vereda de enfrente, Azul (quien coordina la peña del Atlético Madrid) admitió que, al igual que los de blanco, no reúnen la cantidad de afiliados mínima: “Tenemos que ser 50”. También, agregó que el costo de la cuota y mantener la entidad no justifican los beneficios que gozan las oficiales, como por ejemplo entradas gratis y que un jugador los apadrine. Al no tener una sede definida, los miembros suelen reunirse en bares a ver los partidos: la parcialidad Merengue se reúne casi siempre en Chicken Bross, ubicado en Thames 1795, en el barrio de Palermo. Los Colchoneros se juntan en Locos x el Fútbol, que se encuentra en la Avenida Las Heras 2101, Recoleta.

Ambas peñas llevan poco tiempo conformadas. Los blancos se iniciaron como un grupo de amigos en 2010, y cuando comenzaron crecer, se organizaron en el 2013. En cambio, los de Aleti se empezaron a reunir a fines el año pasado, cuando Azul pensó: “No podía ser la única fanática del equipo en Argentina. Buscando, encontré dos peñas inactivas y decidí empezar la mía”. La pasión de ambos tiene orígenes parecidos: Mariano explicó que su fanatismo por el Real nació “viendo la final de la Champions League del 2000 contra el Valencia. Me encantó ese fútbol”. La representante albirroja argumentó que su amor nació “muy de chica por el Niño Torres y el Cholo Simeone”.

Al no ser reconocidas como peñas oficiales es poca la plata que pueden manejar. Mariano indicó que durante este año los únicos aportes fueron realizados por los miembros de la Comisión que dirige la entidad, que buscaban “conseguir artículos para sortear entre los socios asistentes a ciertos eventos y otros beneficios”. Del otro lado, Azul fue tajante: “al no ser oficiales, no financiamos nada aún”. 

Actualmente, el Atlético tiene más de ochocientas peñas en el mundo, de las cuales 770 están situadas en España y 47 corresponden al extranjero. Desde el área social del Colchonero buscan prestarles una especial atención a los peñistas, porque son motor adicional de la entidad madrileña.

Al mismo tiempo, se ha creado la Unión Internacional de Peñas del Atlético de Madrid. Dicha Unión consideraba que la afición rojiblanca carecía de presencia de asociaciones a nivel nacional e internacional, lo que suponía que se limitase su participación en actos de confraternidad.

Por el lado del Barcelona, existen 1200 peñas y 165.000 peñistas alrededor del mundo. Se nuclean en una organización llamada Confederació Mundial de Penyes y tiene más de cien años. Todos los años realizan congresos a los que invitan a las peñas oficiales y comparten y relacionan las culturas de los diferentes países afiliados.

Una curiosa es la que preside Hernán Montoro, la Peña Los Pibes, conformada por hinchas del Leganés, equipo que ascendió a La Liga en 2016. Hernán se hizo hincha del Lega a los 15, en el año 1994, por usarlo en un juego de computadora. Se reúnen cada vez que tiene oportunidad en la casa de su presidente a comer asados, y los transmiten en vivo para los hinchas españoles. A pesar de no ser oficial, los siete viajes que Montoro realizó a España sirvieron para tener una relación cercana al club al cual alientan.

Otra de las peñas españolas que existen en la Argentina es la del Celta de Vigo, pero a diferencia del resto de las mencionadas, no está vinculada del todo al fútbol. Esta agrupación surgió como producto del club de atletismo Real Club Celta Buenos Aires. Roberto Naone es el heredero de esta idea, impulsada por Domingo Amaisón, mediofondista que corría frecuentemente en Vigo porque era invitado por los residentes de la ciudad, debido a que generó relaciones en los viajes que realizaba a España para llevarle cartas del intendente de San Martin a Juan Domingo Perón, en tiempos de su exilio a Madrid. En una de sus travesías al Viejo Continente se enamoró de Vigo y por eso en 1974 le puso ese nombre a su club.

En 1975, Naone decidió practicar atletismo en dicha entidad por recomendación de su médico. En 1980 ya era presidente del club. A raíz de esto, comenzó un proceso de identificación personal con la cultura celtista que derivó en un acercamiento al entonces presidente de Peñas, quien le recomendó crear una en Buenos Aires.

Oficiales o no, hagan o no eventos solidarios, todos comparten una extraña pasión: ser hinchas de un club del exterior. En algunos casos, pueden ser más numerosos los miembros, en otros son menos por lo curioso de su amor. Para los gustos no hay nada escrito, y bien en claro lo dejan estas personas que son felices alentado equipos de fútbol que están a miles de kilómetros.

Los ojos del León

Por Iván Lorenz

Entre toda la multitud Pincha que no para de agitarse, hay un personaje que está petrificado. Está manejando un Jeep, bajo y sin techo. Lo miro y quiero sacarle una foto. Tardé mucho, porque yo me quedé quieto cuando lo vi.

Caminaba por 7 y me llamó la atención el vehículo rojo. Dos pinchas montados. Un nene que no tiene más de 8 añitos y quien supuse que era el padre. Ambos con la casaca bien puesta. El chiquito, como tantos otros bebés, niños y niñas que me sorprendieron aquella noche, duerme a pesar del ruido. El pelado no duerme pero está sumergido en su propio mundo onírico.

Las manos están pegadas al volante y la espalda recta, apoyada contra el respaldo. Tiene puestas unas bermudas con camuflado corte militar. La pelada, al estilo Verón pero blanquecina, refleja las luces. Tiene franjas blancas y rojas pintadas en la cara. Los ojos son claros y espejan todo lo que pasa. Lo miro y siento que una mirada no puede decir tantas cosas al mismo tiempo. No lo conozco, pero tengo la sensación de que lo entiendo y que si fuese él, estaría de la misma manera. 

Me divierte que se parezca tanto a Helsinki, el personaje de La Casa de Papel, serie en la que se visten con mamelucos rojos y hacen lío. No debe saber que lo estoy mirando. Tampoco le debe importar que le vaya a sacar una foto. Es grandote, pero la felicidad, me parece, no le entra en el cuerpo.

Me gusta. Lo digo así porque en serio se parece a cuando me gusta alguien. En este caso, un colectivo de personas. Hinchas de Estudiantes. Le digo a Juan Ignacio, mi amigo, el que me metió en el quilombo, que mire lo estáticamente maravillado que está el pelado. Justo cuando lo llamo, al personaje que me cautivó le gritan: “¡GORDO!”. El chillido despertó a los dos que iban en el auto y los hizo darse cuenta de que unas nenas que también llevan la casaca se le subieron a la parte de atrás del Jeep. Ahora se mueve todo, me cagaron, perdí la foto.

Pero si nadie nos quita lo bailado, entonces un grito no me va a sacar el recuerdo de la mirada tan pura y extasiada del pelado. En esos ojos claros, que observaban con inocencia, tan puros como los de una niña que juega, entendí en una pequeña parte lo que estaba pasando y el gran gesto que tuvo mi amigo al invitarme a compartirlo con él. Porque no soy Pincha, me sentía ajeno a la caravana, pero me dejé atrapar por las garras del León que empezaba a vivir una jornada histórica.

En esos ojos encontré otra curiosidad del fútbol. Me reí con lo ridícula que me parece la figura del hincha y dejé una sonrisa en mi cara porque la pasión es realmente hermosa en todas sus facetas. No hay amor más irracional, por eso ser fana es un sentimiento inexplicable. La devoción por una institución no la encuentro ni en la religión. Y es que la pelota creó un millón de religiones nuevas, porque lejos está de ser únicamente amor. Ser hincha es pertenecer, forma parte de la identidad de cada persona. Es fuertísimo darte cuenta de que sos algo.

Caminé con la comunidad Pincha y me asombró lo linda que estaba La Plata esa noche. Hasta me animé a cantar algunas canciones, pero solo me aprendí la que no van cantar nunca más, la que dice que van a volver a UNO. Me gustan algunos detalles, como el hecho de que dicen que van a regresar a dónde los llevaron de chiquitos o que se reconozcan como la historia de Estudiantes. Porque los clubes son de la gente.

En la mirada del pelado aprendí un montón de cosas, porque entendí todo lo que me contó mi amigo sobre Estudiantes desde que lo conozco y en el larguísimo viaje en tren que hicimos para llegar al partido del viernes. Las mañas, la picardía, las cábalas y el cariño a Gimnasia. Por un millón de razones es imposible dejarlo afuera. Y hay una que completa la historia que explica por qué, a pesar de ambos equipos estar peleando por no descender, La Plata hace mucho tiempo que es alegría. Estudiantes vuelve y a Gimnasia lo dirige Diego Armando Maradona, que, lastimosamente, más que una persona es un fenómeno cultural.

Nunca volvemos a vivir las mismas cosas, pero hay ciertos acontecimientos que son más irrepetibles que otros. Pero esto no lo voy a volver a vivir ni es tan irrepetible por algo que sentí yo, sino por lo que vi que sintieron los demás. Es difícil entender al hincha. Y es muy loco que a tantas personas algo las una. El partido del viernes, por ejemplo, el silencio previo a un casi gol de Estudiantes fue el lazo. Porque los pinchas a la mufa la condenan, pero no dejó de sorprenderme no escuchar absolutamente a nadie gritando el tanto que no fue antes de tiempo. También aprendí cuándo se grita a coro “Estudió”. Bueno, no es necesariamente después de cada fuego artificial, pero capaz si van a barrer dos veces al piso, amerite.

El domingo, cuando fuimos a la fiesta inaugural de la cancha que siempre se ubicó en 1 y 57, Juan Ignacio me felicitó por atinarle al momento de gritar “Estudió”. No me acuerdo por qué fue, pero estuve bien. Como toda la gente de Estudiantes, que estaba mucho más que bien. Y las celebraciones estuvieron a la altura del acontecimiento y la mirada dulce y anhelante del pelado. Me hubiese gustado verlo nuevamente, pero en los asientos de la platea o la popular desde mi pupitre de prensa, porque el Pincha es una escuela, ¿no?

Pero el Helsinki pincharrata no estaba. Se me ocurrió tratar de ser él y mirar estático los fuegos artificiales que salieron disparados desde la cancha en el momento exacto en el que terminó el video que prepararon Los Simuladores. No me salió imitarlo y miré de reojo. Atrás mío estaba mi amigo, petrificado. Me sonreí. Ahora no eran los ojos del pelado, sino los de él los que reflejaban lo que estaba pasando. Era tan infantil aquella forma de ver, que me lo imaginé a cococho de su viejo cuando UNO tenía gradas de madera y de tablón. Pero la imagen se distorsionó porque una lágrima empezó a brotar de las cuencas del hincha, gorda y cargada de emoción. La síntesis cristalina de lo que estaba pasando y la catarsis por no poder procesarlo. Desde afuera, me es más fácil contarlo. Así que escuchame, escuchame bien. Llorá, Juan Ignacio, porque, aunque todavía te cueste creerlo, Estudiantes volvió a 1 y 57.