jueves, enero 16, 2025
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La “locura” de De La Peña: hacer resurgir el tenis sudamericano desde Sudamérica

Por Alejo Llorente

En las últimas décadas, en el circuito de la Asociación de Tenis Profesional (ATP) se daba una situación que al fin y al cabo era una desventaja para los tenistas sudamericanos. Esto que sucedía no se catalogaba como algo que estuviese mal o fuese injusto. Pero desde siempre, los jugadores del sur de América se encontraban aislados, prácticamente sin oportunidades. 

Vivían una realidad muy dispar a lo que sucedía en Europa. Debían viajar miles de kilómetros a los Estados Unidos, al Viejo Continente o a diversas partes del mundo muy alejadas, con el fin de sumar puntos ATP. Sin embargo, para nadie era inusual, ni estaba mal visto, sino que era lo habitual, porque así estaba estipulado.

Uno de los jugadores argentinos que vivió esa época en carne propia fue Horacio el Pulga De La Peña, quien graficó todo ese sacrificio al señalar que eso que les tocaba vivir a él y a sus pares, “era lo normal”: “Por eso nos tomó tanto tiempo hacer algo al respecto”. Siempre tuvo la cabeza puesta en ayudar al tenis de la región.

En 2020, el coronavirus aisló aún más a los tenistas de esta región, las restricciones imposibilitaban a todos los deportistas a poder viajar al exterior para disputar giras en los circuitos europeos y, por lógica, aumentaba la escasez de competencia.

De La Peña tuvo una buena carrera en los años ochenta cuando consiguió diez títulos, seis de ellos en dobles y el resto como singlista. Su carrera fue más corta de lo habitual, ya que se terminó a los 28 años debido a una lesión crónica. Desde su retiro, ejerció muchos años como entrenador y hace más de una década que está radicado en Chile.

Durante la pandemia comenzó a hacer entrevistas a través de Instagram, y así, logró matar el tiempo en aquella larga cuarentena. Dentro de esas interesantes charlas que surgían con diferentes colegas suyos, se sumaban tenistas foráneos como los españoles Carlos Moyá o Juan Carlos Ferrero, quienes catalogaban como “inhumano” el esfuerzo y la pasión de los sudamericanos en los circuitos ATP. 

Esos extensos viajes y esa inusual inversión era algo totalmente irreal para ellos, ya que los europeos no estaban acostumbrados a hacer tal desgaste, tanto en lo físico como tampoco en lo económico.

Esto despertó algo en De La Peña. Sintió que era el momento de hacer algo, de darles a los tenistas actuales, las chances que él y su generación no tuvieron. “Todos me remarcaban que el tenis sudamericano corría con desventaja por la lejanía y los pocos torneos que existían en la región”, confesó. 

Luego de varios meses de organización, el 16 de marzo de 2021, con el apoyo de la Asociación Argentina de Tenis (AAT) se presentó el circuito “Legión Sudamericana”, con un total de 36 torneos en 9 países diferentes, divididos tanto en el tenis masculino como en el femenino.

Ya pasaron más de dos años de su lanzamiento, y a raíz de esta iniciativa, el circuito ha dado sus frutos. Por ejemplo, en 2021 Argentina fue el país que más títulos consiguió dentro de la Federación Internacional de Tenis y Challengers junto a Estados Unidos (50). Además, la suma de tantas competiciones previas a los torneos de Grand Slam, generaron que Argentina presente 14 jugadores en el cuadro principal de Roland Garros, algo que no se conseguía desde 2009. 

Asimismo, esto generó un gran desempeño en los tenistas de nuestro país, como es el caso de Sebastián Báez, Francisco Cerúndolo o Federico Coria, quienes han escalado posiciones en último tiempo dentro del top 100 del ranking ATP.

-¿Qué pensaste cuando escuchabas a los grandes tenistas europeos hablar del esfuerzo que debían hacer los sudamericanos?

-Me hizo mucho ruido, porque yo como jugador lo tenía instalado y cuando entendí la importancia de poder tener torneos cerca de casa, dije: tengo que hacer algo y por eso convoqué a la legión sudamericana.

El pulga reconoció que en las primeras reuniones donde se encontraba gente de la AAT y muchos ex jugadores como David Nalbandián, Guillermo Coria o Gabriela Sabatini, sorprendió su idea del nuevo circuito: “Pensaban que era una locura de las mías, luego vieron que era posible y desde ahí, todos brindaron su apoyo y aportaron ideas para que el circuito sea un éxito”.

Si bien esto ha ayudado a muchos jugadores a dar el paso al siguiente nivel de tenis y meterse en los principales cuadros de la ATP, De la Peña destacó la ayuda que este nuevo formato brinda hacia los jóvenes, para quienes la barrera de lo económico “era muy difícil de vencer”

Además, confirmó que a los 16 torneos Challengers que se disputaron en la región el año pasado, le sumarán otros cuatro con el fin de llegar a 20 en este 2023.

“Lo primero que tratamos de brindarles, es torneos en el momento exacto del circuito para que cuenten con la chance de conseguir puntos para entrar a los Grand Slam. Buscamos preparar giras antes de ir a Roland Garros en polvo de ladrillo, o torneos en cemento antes del US Open o del Abierto de Australia”, agregó De la Peña, quien suele acompañar a sus pupilos en sus torneos o en las competiciones en Europa.

“Soy como un padrino, tengo la suerte que sean todos jugadores muy agradecidos de las oportunidades que les dimos y de cómo los tratamos para que tuvieran un paso mucho más cómodo y ordenado al circuito ATP”, relató respecto del vínculo que mantiene con los nuevos talentos.

Detalló también, cómo fue la primera vez que presentó el proyecto a gente de la ATP: “Al principio no entendían nada, pensaron que era un proyecto demasiado ambicioso, pero en la actualidad valoran mucho nuestro esfuerzo y están convencidos que es el camino para la resurrección del tenis de nuestra región, o de cualquiera en algún momento bajo”.

Hoy por hoy, El Pulga disfruta de poder ayudar al deporte que tanto le dio y del que se considera un “apasionado”. Consciente o inconscientemente, De La Peña, se convirtió en uno de los mayores responsables de la resurrección del tenis sudamericano.

Padecer una lesión para cambiar la forma de pensar

Por Santiago Rodríguez

“Fue un cambio muy grande en mi vida, más allá del fútbol. Laburé con una psicóloga que me ayudó y me sigue ayudando, y empecé a ver las cosas desde otro lado, la vida de otro lado también”. Quien pensaría que algo que nadie desea, podría cambiar la manera de ver el deporte que más ama. Casi toda la vida de Pedro de la Vega se fundó a base de uno de los deportes más queridos en todo el mundo. Desde los 14 años que está en Lanús, pero lamentablemente el alto rendimiento tiene un pequeño detalle, que puede arruinar, o en este caso, ayudar al jugador: las lesiones. 

Graves o leves, lesiones al fin.

“Daño o detrimento corporal causado por una herida, un golpe o una enfermedad”, así define la Real Academia Española a la palabra “lesión”. ¿Pero realmente es algo exclusivamente físico?.

“La pregunta de: ¿Y ahora qué pasa?, Volveré a sentirme como me sentía antes… tenía vista la lesión cómo algo muy malo, cómo lo que no querés ni nombrar”. Lesionarse es algo que cualquier deportista de alto rendimiento puede sufrir, al ponerse frente a frente con la exigencia física al límite en cada entrenamiento, cada partido, todo puede pasar. Pero no solo afecta al cuerpo, pega sin escala en la confianza de cada uno, que para poder rendir y mantenerse al más alto nivel, no es algo que se quiera perder.

La cabeza debe ser fuerte, para aguantar la exposición, para mantener ese ritmo de vida, para comprender el estar lejos de tu familia, cómo la de Pedro, que desde Olavarría, un pueblo en la provincia de Buenos Aires, se encuentran a más de 350 kilómetros de donde se entrena, en el Estadio Ciudad de Lanús. “Mi familia, mis amigos, mucha gente que estaba en ese momento me acompañó, creo que una lesión es muy personal, pero la compañía es muy importante siempre, estuvieron en ese momento, y están ahora, tengo un circulo ahí que está en todo momento”.

Pero que algo físico se meta directamente en la seguridad que un futbolista debe tener en sí mismo, deja de ser una cuestión exclusivamente física. Cuando De la Vega se rompe el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, a principios de 2022, comienza un proceso no solo de recuperación, sino de apreciación al lugar en donde está. Porque no fue un momento fácil para él, y tampoco para el club. Por un lado las redes de Lanús comenzaron a mostrar los avances de la lesión de su mediocampista carismático y buena onda, para llevar buenas noticias al hincha y así darle aliento al jugador de 21 años. “Un año complicado para todo, yo desde afuera como hincha, como jugador, no fue un año positivo, y capaz en ese momento era mostrar algo distinto en un momento difícil”

Y luego de todo un proceso de ejercicios de rehabilitación, de entrenarse aparte del resto, de estar separado del grupo, o más como hincha a la hora de ver los partidos, llega el gran momento de volver a las canchas. Que dificil, otro proceso más que pasar, acomodarse al juego y a un ritmo de vida que hace meses no llevaba. Para este chico de pueblo de metro 72 los primeros partidos fueron para la Reserva, mostrando que la calidad no se había extinguido al clavar un golazo de tiro libre contra Estudiantes en octubre del 2022. “Estaba muy bien técnicamente, pero de lo físico en velocidad de juego y de acción, me veía un poco más lento, pero después con el entrenamiento y la pretemporada me fui acomodando, me costó al principio el ritmo de juego, llegaba tarde, o tardaba algo más en patear”

Volver a sentirse bien dentro de la cancha no es fácil para un jugador que estuvo ausente por más de seis meses, y todo por lo que Pedro luchó en ese tiempo, comenzó a reflejarse en los partidos de este año. El sentirse cómodo con el plantel es fundamental para que el ambiente te ayude en el proceso que estás atravesando. “Yo le doy mucha importancia a la lesión en ese cambio, en valorar más las cosas, en disfrutar mucho más, hoy soy mucho más feliz, disfruto en la cancha, en el entrenamiento, estoy re contento donde estoy y todo eso fue gracias a la lesión, que lo pude ver”

-¿Previo a la lesión, pensabas en quedarte en el club, o estabas con ganas de probar en otro lado o en otra liga? 

-Creo que hoy soy más consciente de esas cosas, eso cambió también, en su momento, siempre me iba, en los mercados algo aparecía, que algo siempre iba a cambiar, si me iba o no, era muy chico también, entonces lo llevé como pude y no era para nada consciente de lo que estaba pasando, no sabía ni donde estaba, la cabeza era un quilombo.

Cómo va a saber dónde estaba parado, si era convocado para la selección sub-20, tenía que concentrarse en lo que Lanús atravesaba, después llegaba una oferta de Europa que capaz pasaba como capaz no, y todo esto en un chico de 17/18 años, que si bien podía llegar a pensar que la tenía clara (como a todos les pasa cuando son chicos), las preguntas eran infinitas y todo era incertidumbre. Gracias a todo lo que pasó en esos años, Pepo pudo comprender que, aunque claramente quiera jugar en Europa y hacer carrera en otro lado, no está desesperado por eso, y ahora logró concentrarse en todo lo que tiene con el club que lo albergó desde chico. “Hoy puedo separar eso; antes era un quilombo, capaz estaba pensando más en el futuro en donde voy a ir, que va a pasar, y después cuando no pasaba nada de eso, era como un bajón, como un fracaso, más siendo chico”

“Si bien el pensamiento negativo fue al principio, hoy lo veo todo positivo, no pienso ni en pedo en que me perdí un año de jugar; me hubiese encantado jugar, obvio, pero creo que hice otras cosas re importantes que hacen que hoy disfrute”. En el presente de Lanús, una gran campaña 2023, a semanas de un clásico más, que desea ganar como hincha y como jugador, junto a los mates “perfectos” de Orozco o los del uruguayo Boggio, como dice De la Vega. Este chico que puso esfuerzo y pasión logró de cierta manera, transformar una lesión, algo que nadie desea, en algo que realmente ayudó para cambiar la manera de ver el deporte que más ama.

Joaquín Berthold: de León a villano Disney

Por Dafne Villalba

En los partidos de hockey entre clubes no suele haber relato ni comentario, al menos en la Argentina. De haber habido un relator, ese típico domingo de hockey hubiese dicho algo así: 

“Salida a favor de SAG. La va a hacer… ¿EL ARQUERO? ¿Qué va a hacer Berthold? El arquero con todo el equipo puesto levanta la bocha y la patea por el aire. Va a parar directamente a la otra punta de la cancha. Berthold la baja y de un toque manda un centro directo al área contraria. El arquero de Quilmes sale a achicar pero en ese momento Berthold se le adelanta, recibe la bocha y con un paso se saca de encima al arquero y la clava directamente en la red. Gooool. Gooool de SAG. Gooool del equipo de Polvorines. Otra vez Joaquín Berthold sorprende con ese recurso realmente increíble. Su marca registrada”.

¿Un poco confuso, no? ¿Acaso Berthold se teletransporta y desde su puesto de arquero termina metiendo un gol? Aunque sería una anécdota realmente increíble, la respuesta es mucho más simple: “Tengo goles de asistencia directa a mi hermano. Tengo uno que es una patada a Guille que cruzó toda la cancha diagonal, la pelota picó y tiró el centro y mi otro hermano Mártin se tiró a desviar. La toqué yo una vez, mi hermano Guille una vez, mi hermano Martín una vez y fue gol. Y mi papá filmando y llorando. Tenemos un gol Berthold en Primera con un toque cada uno”. Fundadores de la Sociedad Alemana de Gimnasia, los Berthold son una familia que se desvive por el club. Los tres hermanos hasta llegaron a jugar algún partido en Primera con su padre, que hoy -y con 78 años- continúa jugando mundiales +70. 

Joaquín llevá en su muñeca izquierda el escudo del club que lo convirtió en la persona que es hoy. Un tatuaje desgastado por el paso de los años pero cuyo significado permanece impoluto. Con 43 años, tiene una meta que cumplir antes de poder dar un paso al costado en el mundo del deporte: “Lo voy a tener que esperar a mi hijo. En un trabajo que él hizo cuando terminó séptimo grado puso que su sueño era jugar con su papá en la Primera del club. Si uno tiene en las manos la posibilidad de cumplir el sueño de su hijo lo tiene que hacer”.  

Desde los 12 años, Joaquín Berthold formó parte de manera intermitente en el seleccionado argentino. A sus 17 años ya había sido convocado al seleccionado mayor y con 21 años fue subcampeón del mundo pero decidió con sus idas y vueltas priorizar su pasión por las artes escénicas y la actuación. Por su contrato con Disney para grabar lo que sería la serie más vista globalmente, Violetta, Joaquín tuvo que renunciar a participar en el Mundial un mes antes del inicio: “Los acompañé de otro lado. Siento que cada decisión que tomé la tomé consciente. Junto con la TV Pública comenté el juego de Las Leonas y Los Leones, y era muy loco porque hace tres meses eran mis compañeros. Así que les hacía notas y me largaba a llorar con ellos”.

A la sociedad en general le incomoda el hecho de no poder encasillar a alguien en un lugar fijo. ¿Cómo vas a ser actor y jugar tan bien un deporte al mismo tiempo? Y es esa convergencia de identidades que se suponen diferentes son lo que a su vez lo convierten en una persona tan completa: “Yo vengo de otro palo totalmente, vengo soy actor y deportista. A veces digo me pongo los pads y soy deportista, me saco los pads y soy actor”. Luciano Cáceres, actor con quien comparte una compañía de teatro, halaga en él la facilidad de formar grupo y unir a las personas, sobre todo en un ambiente como el actoral dónde la presión y el ego muchas veces genera divisiones. “Mi profesión que se basa en la observación y en el trabajo con el otro y en la emocionalidad y en la fragilidad y trabajar con todos nuestros estados emocionales.Cuando yo armo grupos tanto en el club o en España o con los leones o con lo que sea, siempre estuve en un lugar donde estoy atento a la emocionalidad de planteles de 20 de 30 o de 40 personas y que no todos piensan igual y no todos vienen del mismo lugar”, dice Joaquín sobre el tema y además le atribuye un peso importante a Piscis, que es tanto su signo solar como su luna, y suele estar ligado a esta emocionalidad a la que se refiere.

Su trabajo lo lleva a viajar por todo el globo: filmar una serie en Austria y después hacer una gira de teatro por Europa. Lo acompañan siempre que pueden su familia: su esposa, Luciana,  y sus hijos Malena y Lautaro,  junto con su perro salchicha Boris. Pasa unos meses jugando en Complutense, su club en España, en el que también todos los miembros de su familia jugaron una temporada.  Pero si hay algo que no negocia jamás es volver a defender el arco de SAG: “Cuando me voy, el arquero al que le tocó atajar me dice Bueno te lo cuido un ratito hasta que vuelvas. Pero sabes un poco de antemano de que ese es mi lugar, siento que un poco es mi lugar en el mundo. Algún día va a dejar de serlo pero hoy vuelvo y es como volver a mi casa”.

Rubio, carilindo y de ojos claros: la combinación perfecta para interpretar galanes de novela. Su pasión por el arte y el deporte parecen hechas la una para la otra. “Me salvé mucho siendo arquero porque por mi carrera creo que siendo jugador me hubiese lastimado mucho porque no le tengo miedo a la bocha, me tiro de cabeza a desviar”. El portero en el hockey está protegido de pies a cabeza y Joaquín ejerce una profesión en la cual su cuerpo es su instrumento. En caballeros, por la fuerza que tienen, una bocha puede llegar a adquirir una velocidad de 120km/h, y digamos que un personaje caracterizado por su belleza, como algunos de los que interpretó, no puede llegar con el rostro o el cuerpo todo magullado si no es por la trama.

“Cuando yo elijo hacer las obras no me pongo los domingos, pero cuando son contratos tengo que cumplirlos y muchas veces me he ido o después del partido corriendo y apurando a toda la tira para que arranque puntual o muchas veces me he ido a mitad del partido y me quería morir porque mientras estoy manejando como loco para llegar a la función me van relatando el partido. Cuando llego a la función ni me bañé, así que imaginate que mis compañeras que me tocaba chapar me odiaban”, cuenta.

Es difícil cuando uno tiene pasiones que tiran con la misma intensidad. Hay momentos que se prioriza una u otra pero lo que tiene de sorprendente el caso de Joaquín Berthold es la entrega que le pone a lo que se propone y es así como logró ser deportista de élite y hasta jugar con el seleccionado nacional, al que sólo llegan unos pocos, y a su vez ser un actor reconocido a nivel mundial, tanto en cine como en teatro y con una trayectoria que no para de crecer. De León a villano Disney, Berthold demuestra que nunca hay que encasillarse y que siempre lo más importante es seguir el camino de aquello que te apasiona.

No fue un adiós, sino un hasta luego: los jugadores que pegaron la vuelta al fútbol argentino

En los últimos mercados de pases, casi un centenar de futbolistas con experiencia en el exterior, armaron las valijas y optaron por volver a competir en el fútbol de los campeones del mundo. Repletos de ilusiones y con mucho para dar en un país pasional como pocos.

En los primeros ocho meses del 2023, 97 jugadores que tuvieron un paso por el extranjero, retornaron al fútbol argentino. Deportistas consagrados como Marcelo Barovero y jóvenes que apuntan a relanzar sus carreras, caso Román Vega, integran esta extensa lista que promedia los 28 años de edad, en la que además resaltan nombres como Manuel Lanzini, Federico Mancuello e Ignacio Pusetto, que tuvieron un extenso recorrido en el exterior y han dejado huella también en el fútbol local.

Conociendo la situación económica del país, no es fácil para un futbolista regresar a Argentina. En muchos de estos casos, el amor y el corazón para decidir son más fuertes que la billetera. Por otro lado, otros eligen la opción de volver a jugar en el fútbol local por la pasión que este despierta cada fin de semana. Gran parte de estas vueltas están sumergidas en grandes curiosidades. En este listado repasaremos algunas de ellas.

Juan Fernando Quintero regresó al país para ponerse la camiseta de Racing Club de Avellaneda bajo una actitud que es bastante repetitiva en nuestro fútbol en el último tiempo. “En Argentina sólo jugaría en…”, es una frase controversial a la que los propios futbolistas muchas veces responden presionados, para quedar bien con el club y alimentar así el morbo del hincha. Más de una vez, quedan presos de sus propias palabras. Juanfer había declarado que en el país solo se pondría la camiseta de River Plate, lugar en el que tuvo un paso muy recordado por el año 2018. Lo cierto es que no fue así, y después de su breve paso por Junior de Barranquilla en Colombia, el colombiano estampó la firma en Racing como jugador libre.

Marcelo Saracchi. Boca Juniors, ex Levante U.D.

Marcelo Saracchi, si bien nunca “pisó el palito” con una declaración como la de Quintero, se manifestó hincha de River, club en el que jugó entre agosto de 2017 y junio de 2018. Lo curioso es que, tras 5 años jugando en Europa y pasando por equipos como el Galatasaray de Turquía y el Levante de España, tomó la decisión de retornar al fútbol local, pero para ponerse la camiseta de Boca, máximo rival histórico del “Millonario”. El uruguayo firmó con el Xeneize un préstamo por 18 meses y su pase no deja de ser interesante.

Soy hincha de…”, es otra de las típicas declaraciones que pone en el ojo de la tormenta a los futbolistas. Facundo Colidio, de muy buen paso por Tigre el semestre pasado, fue comprado definitivamente por River Plate al Inter de Milán. El dato a resaltar de este fichaje es que el delantero realizó todas las inferiores en Boca, y pese a ni haber debutado, hizo público su fanatismo por el club de La Ribera en una entrevista a la radio FM 94.7 en el año 2020. Luego de ser oficializado como refuerzo del equipo de Martín Demichelis, el deportista eliminó todas las publicaciones de su cuenta de Instagram que lo mostraban con la remera Azul y Oro.

“Nacho” Pusetto, extremo derecho salido de las inferiores de Atlético Rafaela, regresó a Huracán con apenas 27 años. El futbolista rescindió el contrato que lo ligaba al Watford de Inglaterra para volver y pelear la permanencia con “el Globo”, en un acto digno de amor por el club, en el cual tuvo un gran paso entre 2016 y 2018, previo a emigrar al Udinese italiano. En el Viejo Continente, vistió también la remera de Sampdoria. 

Enzo Gaggi, otro jugador surgido en Rafaela, firmó su contrato con Godoy Cruz en condición de libre luego de finalizar su vínculo con el Volos FC de Grecia. Tiene la particularidad de nunca haber jugado en la primera división argentina, debido a que “La Crema” milita en la Primera Nacional.

Manuel Lanzini. River Plate, ex West Ham.

Sin lugar a dudas, una de las vueltas al fútbol local más impactantes del último tiempo fue la de “Manu” Lanzini a River Plate, que volvió a sus 30 años de edad al club que lo formó como profesional y lo hizo debutar en el año 2010. El enganche retornó al país tras 9 años, a la misma institución con la que ganó dos títulos en 2014: Final y Súper Final 2014. Durante su carrera en el exterior, pasó por equipos como el West Ham, Fluminense y Al Jazira de Emiratos Árabes Unidos.

La opción de volver al club de los amores e inicios es difícil de rechazar, y hacerlo en total plenitud es todo un desafío. Maximiliano Lovera, de 24 años, desechó ofertas del futbol argentino para volver a vestir los colores de Rosario Central, el equipo que lo vio nacer. En su paso anterior por el Canalla, Lovera formó parte del plantel campeón de la Copa Argentina 2018. El delantero tuvo pasos por clubes griegos como el Olympiacos y el Ionikos Nikeas de Grecia y el Omonia Nicosia de Chipre, y en el 2021 tuvo un paso poco exitoso por Racing Club de Avellaneda.

Y si hablamos de cariño a la institución, debemos mencionar el regreso de Federico Mancuello a Independiente de Avellaneda, en uno de sus peores momentos dirigenciales y con la permanencia en primera como principal objetivo. Mancuello llegó en condición de libre tras rescindir su contrato con el Puebla de México. El volante de 34 años regresó al club de sus inicios futbolísticos tras 7 años y medio, en el medio defendió las camisetas de Flamengo, Cruzeiro y Toluca. Además, había tenido un paso por Vélez entre octubre de 2020 y diciembre de 2021.

Federico Mancuello. Independiente de Avellaneda, ex Club Puebla.

No todos regresan al club de sus amores, ni al que los formó futbolísticamente, pero sí al que más interés demuestra por contar con sus servicios. Es el caso de Marcelo Barovero, de 39 años, que firmó en Banfield y regresó al país tras 7 años en el exterior. El Taladro había pretendido al arquero en mercados de pases anteriores, pero por diferentes motivos, nunca logró concretarse. “Trapito” tuvo pasos por Necaxa, Monterrey y San Luis de México, su último club. En Argentina atajó en Huracán, Vélez y River, donde logró la Copa Sudamericana 2014, la Copa Libertadores 2015, la Recopa Sudamericana 2015 y la Suruga Bank 2014. Es, por el momento, el futbolista más grande en volver. El veterano arquero vestirá los colores del equipo del Sur por primera vez en su carrera profesional.

Marcelo Barovero. Banfield, ex Atlético de San Luis.

Román Vega, de 19 años, regresó a Argentinos Juniors tras su breve paso por el Barcelona B de España, donde jugó únicamente 17 partidos. Finalizó su préstamo y el conjunto Culé no hizo uso de la opción de compra, que era de 4.5 millones de euros. En Argentinos Juniors había disputado únicamente 2 partidos pero ahora regresa con la ilusión de triunfar en el equipo de La Paternal y poder así, reimpulsar su carrera profesional. Vega fue parte de la Selección Argentina Sub 20 en el pasado mundial de 2023.

Tomás Molina regresó al país para reforzar el ataque de Talleres de Córdoba. La particularidad que tiene este fichaje es que el delantero proviene de Juárez de México, equipo en el que el presidente del conjunto cordobés, Andrés Fassi, tiene acciones y maneja toda la parte deportiva. El fútbol se convirtió en un negocio, y esta es una muestra de ello. Molina retorna para jugar por primera vez en la primera división argentina, debido a que aquí jugó en Ferro Carril Oeste, de la segunda categoría.

El fútbol mundial actualmente corre peligro por el auge de las apuestas deportivas, cada vez son más las páginas que promueven estas acciones y muchas veces son los propios jugadores los que se ven envueltos en polémicas, como le pasó a Kevin Lomónaco, nuevo refuerzo de Tigre. El defensor de 21 años fue castigado por unos chats que mantuvo con una persona desconocida que le ofrecía 70.000 reales a cambio de que fuera amonestado en el primer tiempo de un partido entre su equipo, Red Bull Bragantino y América MG. El juvenil fue separado del plantel y el Tribunal de Justicia Deportiva de Brasil lo sancionó con 380 días sin jugar y una multa de 25.000 reales. Lomónaco, ex Lanús y Platense, regresó al país para jugar en el “Matador” de Victoria a préstamo por un año y con opción de compra.

Augusto Lotti y Ramiro Carrera, dos de los puntos más altos del 2022 en el Atlético Tucumán de Lucas Pusineri, fueron vendidos en enero de este año a Cruz Azul. Ambos jugadores, 6 meses después, regresaron al fútbol local. Lotti volvió a la Argentina en condición de préstamo desde el club mexicano para vestir la camiseta de Lanús, mientras que Carrera retornó, en la misma condición pero al Decano, que seis meses antes lo había vendido al exterior por USD1.300.000 por el 50% del pase.

Un paso fugaz pero recordado por el futbol argentino será el de Luis Leal por Arsenal de Sarandí. El máximo goleador histórico de la Selección de Santo Tomé Príncipe jugó 18 partidos y anotó 3 goles en el equipo del viaducto, pero su vuelta al país no fue lo que esperaba y seis meses después, rescindió el contrato que lo vinculaba con la institución. “La pantera” ya había defendido los colores de Newells Old Boys de Rosario entre el año 2017 y el 2020.

La patria potestad está apareciendo cada vez más en el fútbol argentino y no deja de ser una preocupación para los clubes, que ven cómo juveniles formados en la institución abandonan los equipos sin firmar un contrato y sin dejarle el dinero que se invierte en la preparación del futbolista. Santiago Ramos Mingo optó por esta opción en 2020, cuando emigró gratis a Barcelona desde Boca, que hizo los reclamos correspondientes ante el TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo), aunque ninguno tuvo éxito. El defensor central de 21 años no llegó a debutar en el primer equipo del conjunto catalán, que lo dejó en libertad de acción a mediados del 2022. Mingo regresó al país para jugar en Defensa y Justicia, a préstamo desde el OH Leuven de Bélgica, en el que tampoco sumó minutos.

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Producción: Bautista Torre Spika, Camila Staropoli, Nahuel Strack, Mijail Sokolowski, Andoni Juárez, Galo Maggi, Facundo Mariño, Ramiro Payero, Marike Souto, Bautista Marson, Gonzalo Khammar, Franco Villagra, Lucas  Sicilia, Lucas Peralta y Vicente Quitegui. Coordinación: Juan Pedro Tomaghelli,  Bautista Mendiburu.

 

El camino de Los Pumas hacia la gloria

Por Lucas Martín Rodríguez

A tan solo una semana del arranque del Mundial, el seleccionado argentino se prepara para dar lo mejor de sí y quedar en lo más alto posible. Formará parte del grupo D donde jugará contra Inglaterra, Japón, Samoa y Chile. 

El director técnico del equipo albiceleste, Michael Cheika, presentó los 33 jugadores que representarán al país. Los forwards son: Matías Alemanno, Eduardo Bello, Rodrigo Bruni, Agustín Creevy, Thomas Gallo, Francisco Gómez Kodela, Juan Martín González, Santiago Grondona, Facundo Isa, Marcos Kremer, Tomás Lavanini, Pablo Matera, Julián Montoya, Guido Petti, Pedro Rubiolo, Ignacio Ruiz, Joel Sclavi y Nahuel Tetaz Chaparro. Por otro lado, los backs son: Lautaro Bazán Vélez, Gonzalo Bertranou, Emiliano Boffelli, Martín Bogado, Mateo Carreras, Santiago Carreras, Santiago Chocobares, Lucio Cinti, Tomás Cubelli, Jerónimo De la Fuente, Juan Imhoff, Rodrigo Isgro, Juan Cruz Mallía, Matías Moroni, Nicolás Sánchez. Dentro de esta lista, hubo varias sorpresas. Los principales ausentes, tanto por lesiones o por malos rendimientos son:  Matías Orlando, Santiago Cordero, Lucas Paulos, Tomas Albornoz, Lucio Sordoni, Lucas Paulos, Bautista Delguy y Sebastián Cancelliere. Por otro lado, las sorpresivas inclusiones son Martin Bogado, Rodrigo Isgro y Pedro Rubiolo ya que no tenían tanta experiencia en el equipo y es su primera vez en un Mundial. De todos los elegidos por el australiano, ninguno juega en un club nacional, sino que todos se desempeñan en el extranjero.


Fabián Turnes, exjugador del seleccionado albiceleste, opinó sobre el staff y Michael Cheika: “Es un buen entrenador con mucha experiencia que ha vivido muchos momentos como este. El resto del staff son referentes de nuestro rugby con muchos mundiales vividos como jugadores y bastante cercanos generacionalmente con los jugadores de hoy en día. Es una lista con buen condimento de jóvenes y de experiencia”.

 

El último partido fue un amistoso contra España en el que ganó 62 a 3 destacando el dominio en las formaciones fijas, el tackle y el orden en sus jugadas. Lamentablemente no todas las noticias son buenas ya que, el tercera línea Santiago Grondona sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda y se pierde el Mundial. Otro lesionado que afecta fuertemente al equipo es Nahuel Tetaz Chaparro, quien en un entrenamiento se rompió el tendón de Aquiles de la pierna izquierda. Estas dos bajas van a pesar muchísimo en el rendimiento de Los Pumas y habrá que ver si el entrenador es capaz de modificar el plan de juego correctamente para tratar de equilibrar esas ausencias.

El primer rival con el que debuta en el torneo es Inglaterra, el sábado 9 de septiembre a las 16 horas en el Stade Vélodrome. El historial en los mundiales marca un resultado negativo, ya que las tres veces que se enfrentaron, fue victoria para la Rosa. Por otro lado, la última vez que jugaron, fue triunfo para Los Pumas por 30 a 29 y cortaron una racha de 16 años sin poder vencerlos. Si bien fue en un amistoso y la atmósfera de un partido de la copa del mundo es diferente, el seleccionado albiceleste viene aumentando su nivel a paso fuerte y puede llegar a dar una sorpresa en su debut. Además, el seleccionado inglés cuenta con dos duras bajas que pueden favorecernos. Owen Farrell, capitán y apertura del equipo y el medio scrum Jack van Poortvliet. Estas ausencias empezaron a hacer efecto debido a que perdieron por primera vez en toda su historia contra Fiji por 30 a 22. Este duro golpe, llega con una sonrisa al país ya que aumenta fuertemente las posibilidades de ganar el partido y, por qué no, terminar primero en la tabla.


Michael Cheika, entrenador de Los Pumas, se refirió a la baja de Nahuel Tetaz Chaparro y contó con quien tiene pensado reemplazarlo en el scrum: “Es claro que perdemos a un jugador con mucha experiencia, pero al mismo tiempo tenemos a Sclavi que estuvo jugando de pilar izquierdo en su club y lo puede reemplazar”. Por otro lado, criticó a las personas que menosprecian a los jugadores jóvenes que forman parte del plantel argumentando que “ellos necesitan decirse a sí mismos que siempre son capaces de hacer lo que se plantean y que todo siempre es posible”.

 

El segundo rival que le toca enfrentar es Samoa, el 22 de septiembre a las 12:45 en el Estadio Geoffroy Guichard. Será la cuarta vez que se enfrenten en una Copa del Mundo, con dos triunfos por parte de los oceánicos (35-12 en 1991 y 32-26 en 1995) y uno argentino (32-16 en 1999). Si bien el equipo samoano se encuentra doceavo en la tabla del ranking masculino de rugby, no hay que bajar la guardia ya que pueden llegar a dar una sorpresa. Hace unos días enfrentó a una de las selecciones candidatas a ganar el torneo, Irlanda. El conjunto oceánico asfixió al rival con velocidad y con alta presión en la defensa y estuvo muy cerca de vencerlo, pero perdió 17 a 13. Un dato particular que tiene este equipo es que para este Mundial llega con varios jugadores extranjeros que se nacionalizaron recientemente. El ala Steven Luatua, el pilar Charlie Faumuina y el apertura Lima Sopoaga pertenecieron al seleccionado neozelandés. Además, Christian Lealiifano, otro de los backs que está en la lista, representó a Australia en el torneo pasado en Japón. Esta particularidad se debe a que en la Reglamentación de Elegibilidad de la World Rugby, la Regulación 8, ley vigente desde noviembre del 2021, permite a un jugador internacional cambiar de una unión a otra si demuestra que existe un vínculo cercano a través del derecho de nacimiento. Si nació en ese país o tiene un padre o un abuelo nacido allí, alcanza para demostrar ese vínculo.

El tercer rival es Chile con el que jugará el 30 de septiembre a las 10:00 en el Estadio de la Beaujoire. El último rival que enfrentó fue Argentina XV y perdió por 28 a 26. Definitivamente es el equipo de menor nivel en el grupo. Esta es su primera vez jugando esta copa y frente a los poderosos rivales que tiene, es muy probable que quede último y que no se destaque.

El último, pero no menos importante es Japón, el partido se disputará el 8 de octubre a las 8:00 en el Estadio de la Beaujoire. Al igual que Samoa, cuenta con demasiados extranjeros. Un tercio de sus jugadores no son japoneses de origen y tan solo 19 lo son. Dentro de los rivales del grupo que disputaron este torneo anteriormente, el seleccionado nipón fue el único que no pudo vencer a Los Pumas. Jugaron solamente un partido en el Mundial de 1999 y fue victoria para el seleccionado argentino por 33 a 12. Sin embargo, fueron los protagonistas de la mayor sorpresa en la historia de esta copa, cuando vencieron a Sudáfrica por 34 a 32 en 2015 y además en 2019, le ganaron a Irlanda por 19 a 12 en el Mundial que se disputó en su país. Más allá de estos partidos, en la actualidad no se destacan demasiado. En el ranking figuran catorceavo (peor que Samoa) y no tendrían que ser un rival difícil de superar. De igual manera, los que más se destacan en el equipo son el capitán y forward Michael Leitch y el back Kotaro Matsushima.


El ex jugador de Los Pumas y Banco Nación, Fabio “Aguja” Gómez, opinó sobre la actualidad del seleccionado argentino: “Después de lo del 2007 esperamos mucho más de Los Pumas, pero le falta constancia, poder mantener el nivel y su alto rendimiento en partidos importantes. A veces perdemos con equipos que no tendríamos que perder, pero yo creo que, si logramos mantener el nivel, en algún momento vamos a ganar el Mundial”. Además, argumentó que este Mundial es el más parejo de todos y que la sorpresa puede llegar a ser Irlanda: “Tienen un muy buen equipo y hacen todo bien”.

 

Luego de haber analizado los rivales que enfrentarán los dirigidos por Cheika, ¿qué es lo que se espera de Argentina? Técnicamente y si todo sale bien, el equipo no tendría problemas en clasificar a la siguiente ronda. Probablemente salga segundo e Inglaterra primero. En el hipotético caso de que esto suceda, en los cuartos de final enfrentará al primero del grupo C donde los probables cruces serán con Australia, Gales y Fiji. Cualquiera de estos rivales no es fácil de superar. Pero, si se plantea un juego similar al del Rugby Championship de este año, donde le ganó a los Wallabies por 34 a 31 de visitante, podría pasar a semifinales. Si bien estos pronósticos pueden ser inciertos, lo que sí es seguro es que la selección argentina muestra un talento individual de alto nivel y tiene a un entrenador que es considerado como uno de los mejores, el cual cuenta con amplia experiencia en este ámbito, y con una habilidad probada para superar a los equipos más fuertes. Por otro lado, es importante tener en cuenta que sigue siendo un equipo en proceso de desarrollo, lo que puede llevar a momentos de inestabilidad en el que rinde de manera excepcional una semana y a la otra se derrumba. En cuanto al posible ganador de este torneo, los que más suenan en todos los pronósticos son: Francia (por su condición de local donde sale ampliamente favorecido), Irlanda (por los últimos resultados que viene teniendo y por la obtención del Seis Naciones) y Nueva Zelanda (porque, más allá de que no está pasando por su mejor momento, es la mejor selección de toda la historia de este deporte y se puede levantar fácilmente).

Morena Corvalan: “El handball es pasión, compromiso y entrega”

Por Guadalupe Ledesma

Su anhelo máximo era jugar para la Selección Argentina y con tan solo 21 años, Morena Corvalan ya vivió momentos inolvidables en su carrera. Alegre, predispuesta, guerrera, bondadosa y compañera son algunos de los adjetivos que le calzan a la perfección a esta joven soñadora que a los seis años comenzó su amor por el handball y hasta la actualidad continúa. La cancha que mide 40 por 20 metros la vio crecer y desarrollarse tanto deportivamente como a nivel personal. 

Para mí, el handball es pasión, compromiso y entrega”, sentenció la pivote de la Selección Argentina Junior. Durante los últimos años, la actual jugadora de Sedalo salió de su zona de confort, dio un salto de calidad en su nivel de juego y conquistó su primer título en el equipo de Lanús. Un trofeo que fue histórico, tanto para ella como para la institución. Desde hace 11 años, no lograba consagrarse en lo más alto de la Liga de Honor Oro Damas y lo consiguió este año, en el Torneo Apertura 2023 de Femebal (Federación Metropolitana de Balonmano), con un plantel conformado por jugadoras que en su mayoría eran categoría Juniors. 

Trabajo, pasión, compromiso, compañerismo y hambre de gloria fueron algunas de las palabras que sonaron en los últimos meses en los vestuarios de la institución. Tras un torneo muy disputado ante otro de los equipos líderes del handball argentino, Ferro, las jugadoras de Sedalo lograron obtener un amplio triunfo por 33 a 25 en el cruce directo ante el conjunto de Caballito y de a poco, el máximo objetivo comenzaba a aproximarse. Aunque en un principio era impensado, finalmente el club del sur llegó a la última fecha del campeonato apertura con chances de ser campeón. 

“Cuando arrancamos el año, nuestro objetivo principal era meter podio, estar entre esos primeros tres equipos para lograr acercarnos más a la clasificación al Torneo Nacional de Clubes del próximo año. Después se fueron dando los resultados y cuando nos dimos cuenta que teníamos posibilidades le seguimos metiendo, pero éramos conscientes que teníamos que ir partido a partido”, contó Morena. A tan solo un triunfo de la gloria, el pasado 6 de julio, comenzó a correr el tablero en la Casa del Handball Argentino y Morena, como durante todo el torneo, fue una pieza fundamental en el plantel dirigido por Fernando García. 

 


Después de obtener el campeonato vivimos una locura, todavía no caemos en la realidad. Es muy loco e histórico lo que logramos, fuimos el equipo más joven en ganar un trofeo en Liga de Honor”, expresó la jugadora de handball.

 

La pivote, que desde muy pequeña sabe lo que es soñar en grande, tocó el cielo con las manos y ayudó a sus anhelos a seguir por más. No solo obtuvo junto a sus compañeras el título número 29 en el club, sino que también fue la segunda máxima goleadora del torneo con 120 goles anotados con su derecha mágica. 

“El campeonato fue algo increíble e inolvidable para todo el equipo. Cada partido se vive con mucha intensidad, vamos siempre y realmente la pasamos muy bien”, explicó Claudio Corvalan, papá de la jugadora. Tras esa temporada, Morena no se conformó y siguió con su mente puesta en el próximo desafío, dejar al club en lo más alto y mantenerse en la élite del handball argentino. “Me encantaría jugar en el exterior. Ser profesional de algo que amo sería un sueño por cumplir, aunque todavía lo veo lejano. El objetivo más cercano es seguir creciendo en el club”, sentenció la atleta. 

Sus primeros pasos como deportista los dio en el club Larre Handball de González Catán, en ese entonces comenzó la actividad como una niña más que iba a divertirse con otro grupo de chicos. “Descubrió el deporte como un juego y fue una de las primeras niñas que formó parte de la categoría en el club Larre Handball, fue una de las pioneras. Recuerdo que era una nena súper enérgica y muy habilidosa, le encantaba entrenar, divertirse y compartir. Siempre se destacó por su personalidad”, afirmó Gisela Thurmann, su primera entrenadora. 

Al poco tiempo, esa pequeña que jugaba y disfrutaba de cada momento dentro de la cancha, se dio cuenta que además de gustarle ese deporte, tenía condiciones para seguir sus sueños. “Cuando More tenía cinco años hacía handball, natación y patín. Siempre fue muy deportista. Un día estábamos en un entrenamiento de patín y una de sus compañeras se cayó y se rompió la muñeca, ella automáticamente se acercó a mí y me dijo que no quería hacer más por miedo a caerse y no poder jugar más al handball. En ese momento, me di cuenta que ese deporte marcó la diferencia en ella, si bien siguió con las otras actividades, ya desde muy chica priorizó el handball”, confesó Vanesa Trimarchi, mamá de la handbolista. 

Cuando llegó a la categoría menor tomó una decisión que tarde o temprano cambiaría su futuro. Con el claro objetivo de seguir por más, la deportista que usa la camiseta número cinco, al igual que lo hacía su mamá cuando era jugadora, migró hacia el club Dorrego de Morón. Allí sembró un camino repleto de aprendizaje y crecimiento. “Fue muy difícil cambiarme de club. Yo siempre digo que para tomar esa decisión tenes que ser muy valiente”, expresó Morena Corvalan. A partir de su rendimiento destacado, llegó la tan esperada y trabajada primera convocatoria para representar a la Selección Argentina. 

En la vida hay dos tipos de personas una de ellas son las que ante una adversidad se caen y no vuelven a intentarlo, otra las que ante un duro golpe le dan batalla y pelean por sus sueños. Morena es de ese grupo, de las que se sacrifican y no paran hasta conseguirlo. “Cuando la vimos con la celeste y blanca fue algo hermoso. Ella tuvo una convocatoria previa que fue difícil pasarla porque llegó hasta el final y en la última lista, cuando las fichas estaban todas puestas en ella, quedó afuera. Después de sufrir mucho, al próximo año la vuelven a convocar, entonces ahí tuvimos que poner paños fríos. Aprender, disfrutar y crecer en el proceso. Verla dentro de esos nombres fue algo impresionante”, sostuvo su mamá. 

El 2018 fue el momento de máxima felicidad para la deportista, cuando era segundo año de la categoría cadeta, su nombre formó parte de las 14 jugadoras convocadas para disputar el Torneo Sudamericano con la albiceleste. “Me acuerdo todo de ese instante. Estaba en un almuerzo con mis primos, me mandaron un mensaje con la lista definitiva y eran tantos los nervios que tenía que no podía verla. Cuando leí mi nombre fue una mezcla de emociones hermosas, grité, salté y festejé con mis seres queridos”, contó la goleadora que formó parte del equipo ideal del Torneo Apertura de Femebal. 

En las siguientes temporadas, su nombre comenzó a resonar en el ambiente del balonmano. “Sus condiciones se notaban desde chica. Además de sus propias capacidades, su potencial lo fue desarrollando con los entrenamientos, con su conducta y compromiso”, relató su primera DT Gisela Thurmann, actual jugadora de la Selección Argentina de Beach Handball. En 2022, la carrera deportiva y la vida de la jugadora de handball escalaron. Luego de varios meses de preparación, muchos entrenamientos y tras un excelente Campeonato Panamericano, en el cual Argentina se coronó campeón y obtuvo el pasaje a la cita mundialista, la pivote de Sedalo entró en la lista definitiva de jugadoras que representarían al conjunto albiceleste en el Mundial Junior de Eslovenia. 

Una mezcla de sensaciones en los días previos al viaje pasaban por la cotidianidad de la handbolista. Emoción, abrazos, palabras de aliento, felicitaciones y cálidas despedidas transitó la pivote en la previa del viaje de su vida. Aunque no lo contó en voz alta, su máximo deseo era que su familia viviera la experiencia junto a ella, aunque sabía que era muy difícil que sus seres queridos planeen todo en menos de una semana. Sus padres, quienes cumplieron un rol fundamental en su carrera y la acompañaron durante toda su vida, también morían de ganas por ver cumplir a su hija su principal sueño. 

El mundial fue algo mágico. En la mitad de semana dieron la lista definitiva y nosotros como papás ya habíamos decidido que si quedaba, viajábamos. Planeamos un viaje en cinco días, fue una locura y una gran aventura”, recordó la mamá de la joven de 21 años. Finalmente las dos personas más importantes en la vida de la jugadora estuvieron presentes en el viejo continente. Tras partir de Buenos Aires, hicieron escala en Roma, agradecieron en el Vaticano y continuaron el viaje hacía el país en donde se iba a disputar la máxima cita. “El abrazo con More cuando llegamos a Eslovenia fue algo hermoso”, afirmó Vanesa. 

Ese reencuentro de seres queridos en Europa fue la sinopsis perfecta de lo que representa esta familia. Unión, amor, compañerismo y trabajo en equipo. Todos juntos formaron parte del sueño de Morena. “El apoyo de su familia, tanto de su mamá como de su papá, es el principal pilar en este deporte”, expresó Fiorella Trimarchi, prima de Corvalán. 

El momento de felicidad plena que siente un deportista al escuchar el himno argentino no se compara con nada, ver el fruto después de tanto sacrificio es el mejor motor para seguir en camino. Vestir la celeste y blanca y representar a tu país es todo, en ese instante lo único que se te pasa por la cabeza es que tanto esfuerzo valió la pena”, detalló la experimentada jugadora de balonmano. 

Con su rendimiento dentro de la cancha también demostró porque formó parte de esa selectiva planilla de handbolistas que habían tenido la oportunidad de vestir la celeste y blanca. Con su aguerrida defensa, impecables goles, versatilidad posicional e inteligencia mental se convirtió en una de las máximas promesas que se mostró ante los ojos del mundo en la cita ecuménica. 

El Campeonato del Mundo que jugó fue una alegría total e inolvidable”, contó el padre. Jugar con el corazón y disfrutar de la vida fue la enseñanza que le dieron en su casa desde pequeña. Se enamoró del deporte, soñó en grande, alcanzó sus sueños y se sigue superando”, expresó la técnica que la vio crecer. 

Picar la pelota la conquistó completamente y la 40 por 20 metros se volvió un hábito en su vida. Además de poder encariñarse con el deporte en conjunto y alegrarse por los logros colectivos, porque eso también es Morena, una compañera que nutre al equipo y hace crecer a sus pares. 

La jugadora de La Garrita hizo rutina lo extraordinario y demostró que los sueños que uno tiene en la infancia, con esfuerzo y con dedicación pueden hacerse realidad. 

 

Alejandro Orfila: “Nadie pegaba más que yo”

Por Ludmila Herner

El día estaba nublado, pero cada tanto se asomaba un rayo de sol que iluminaba el césped del Estadio Beranger en la localidad de Turdera. Ahí se encontraba Alejandro Chano Orfila, el hombre de ojos marrones, barba, su inevitable calvicie y con cara de enojo tratando de guardar la enorme ternura que le viene desde adentro.

Su voz nítida y pausada llega clara al micrófono porque en él, difícilmente exista una escasa elaboración de las frases. Del uruguayo al que habitualmente se lo ve de traje, corbata, anteojos y su valija que tanto lo identifica no podía esperarse otra cosa. “Respecto a mi vestimenta, yo siempre fui atípico. Trataba de andar de camisa cuando era jugador y ahora que soy Director Técnico ni hablar, voy de traje todos los partidos”, reconoce en diálogo con El Equipo.

Buscar al rival, pegarle y hacer el juego sucio. El combo que revolucionó el concepto del cinco clásico. Ese mediocampista áspero que se hacía fuerte, hoy a los 47 años viaja en el tiempo y recuerda su paso en el fútbol argentino.

En su tierra, con 14 años dejó los estudios y se dedicó a trabajar mientras iniciaba su carrera futbolística en Defensor Sporting, club que ya desde aquellos años era de los que mejores trabajaban con los juveniles en el país. Tras debutar en el año 1996, tuvo la posibilidad de cruzar el Río de la Plata y ser vendido a Tigre, en Argentina, sin saber que ese sería el comienzo de la formación de su familia, su carrera y con el paso de los años ser uno de los directores técnicos más emblemáticos del ascenso.

“Nunca imaginé todo esto, en ese momento pensé en venir a Argentina por 4 o 5 años y volver de vuelta a mi país porque era muy joven y apegado a mi familia, pero acá tenía más posibilidades de formarme y poder ser alguien reconocido”, recuerda.

Siempre con el termo y el mate debajo del brazo como buen uruguayo, la adaptación al fútbol argentino no fue para nada fácil. Orfila admite que fue el volante propulsor de meter diagonales -que hasta ese momento no existía-, pero que todo cambió: “En un partido frente a Huracán me di cuenta que lo mío no era el juego sino meter patadas. Y como a la gente le gustaba, entendí que así podía permanecer”.

Ni cinco ni metedor por nacimiento, sino por adopción. De a poco lo fueron formando y así transformó su posición de ocho a un volante central “como los de antes”, un cinco táctico que iba a buscar siempre a los rivales pero con inteligencia, cuando el árbitro no veía, se mandaba alguna maña de las suyas.

Nadie pegaba más que yo. La gran mayoría de los jugadores decían que yo era un mala leche pero después me conocían fuera del campo de juego y pensaban lo contrario”, asegura Orfila.

Aunque se reconozca como una persona frontal, el DT de Temperley (pelea por ingresar en el Reducido en la Zona A de la Primera Nacional) contó que es muy respetuoso y sabe dónde está su límite.

Sucio en el campo pero con la virtud de no recibir tantas expulsiones. Con el paso del tiempo fue generando una fisonomía para representar lo que en Argentina se llama la “garra charrúa”. Calvo, barba vikinga y la camiseta arremangada intimidaban a los rivales dentro de la cancha. Para Alejandro Orfila su carrera se basó en eso, ser líder y caudillo para su equipo, jugando con pasión y ganas de ganar constantemente. “Los entrenadores de los equipos me llamaban por eso, porque necesitaban orden y un líder”, recuerda en los pasillos del Beranger.

El último rayito de sol caía por las tribunas de la casa del Gasolero en el cual a las cinco y media de la tarde se percibe una tranquilidad que hace olvidar que una de sus tribunas golpea contra la Avenida 9 de Julio, por donde transitan miles de autos por día. En las calles de ese barrio pero hace 20 años atrás, el Chano daba sus primeros pasos en el ascenso del fútbol argentino en el Club Atlético Temperley.

Sportivo Italiano, Almirante Brown, Tristán Suárez, Deportivo Morón y Barracas
Central, fueron algunos de los equipos en los cuales vistió su camiseta y formó parte de su trayectoria en el país. Se retiró en San Miguel después de haber jugado ahí el último semestre del año 2015 y hasta casi sus 40 años. Enseguida supo que quería ser entrenador. Tras un año de descanso tomó la decisión de dejar de lado el guerrero que les pegaba en los tobillos a los rivales para abrirle camino y pasar a ser el gurí que transmite sus propias enseñanzas de vida.

Después de tantos años en el ascenso no quedaban dudas de que Uruguay tenía que seguir esperando para su llegada y Comunicaciones fue el que le abrió las puertas a esta nueva etapa de entrenador. Atlanta, Belgrano, Morón y Brown, fueron los equipos en los que estuvo al mando con la particularidad de ser el técnico con más equipos dirigidos en menos tiempo en la categoría. “En casi todos hice buenas campañas pero el fútbol argentino es así, muy resultadista. El ascenso es inigualable pero tiene esas cosas, yo me lo tomo con responsabilidad pero es mi trabajo y con eso soy muy exigente”, explica.

Orfila se identifica como un entrenador apasionado, trabajador y leal. Tras su salida de Almirante Brown, la experiencia le dio una nueva oportunidad en la máxima categoría de ascenso del fútbol argentino casi inmediatamente y después de 14 años regresó a la casa de Temperley. “Mis equipos, por lo general, siempre son muy ofensivos, pero trato también de que sean equilibrados, que sepan transitar los momentos de cada uno de los partidos. Así que en eso estamos trabajando”, define.

Con el mismo objetivo desde que comenzó y el mismo que estableció el club al inicio de la temporada, el Chano expresó su deseo de mantenerse entre las primeras posiciones y así lograr el tan deseado ascenso con el Celeste.

Futbolero de sangre. Sólido, contundente, ordenado y presionando mucho en campo rival es como les impone su estilo a los jugadores. Como técnico, está del otro lado de lo que mostraba en las canchas, del áspero volante central no parecen quedar rastros. El uruguayo reveló que por las condiciones que tuvo hizo una carrera extraordinaria. Un cinco como los de antes, de esos que ya no existen.

Ahora su función está del otro lado de la línea de cal del Beranger, pero sin las características que tanto lo representan cuando se recuerda su tiempo en pantalones cortos.

Pancho Varallo, el caso que inauguró el mercado de pases argentino

Por María Eva Pietrantuono

El mercado de pases despierta más y más pasión con el paso de las temporadas, con hinchadas que quedan más y menos conformes; con las que terminan agradecidas como las que no. La devoción a los distintos ídolos o queridos de un club puede estar atada a la “lealtad” que éste profese. Casos como el de Mauro Zárate y el enojo de los fortineros por dejar Vélez, o mismo la angustia que en su momento expresaron muchos culés luego de que Lionel Messi anunciara su salida del Barça. Pero esta dinámica no es algo novedoso y de hecho data de varios años atrás. Uno de los primeros en el fútbol argentino fue el de Francisco Varallo.

Este delantero, conocido como “Pancho”, vivió un siglo completo. Y cien años son más que suficientes para tener algo qué contar. Aunque el oriundo de La Plata logró superar esa expectativa: a los 20 enfrentó a Uruguay en la Final del primer Mundial de Fútbol de 1930 –la cual recordaba siempre indignado – y conoció una derrota no perecedera; además, supo ser el máximo goleador de Boca por décadas con 181 tantos, solo desplazado por un tal Martín Palermo. Sin embargo, una de las historias tal vez menos contadas, aunque no menos digna de replicar, es la de su ida de Gimnasia y Esgrima de La Plata –tras la conquista del que sería el único título del Lobo– y el desamor sufrido por la hinchada, para luego llegar al siempre todopoderoso Xeneize. 

Varallo nació el 5 de febrero de 1910 en la localidad platense de Los Hornos. Sus inicios futbolísticos fueron en el club barrial 12 De Octubre, pero no tardó en llegar al Bosque: solo necesitó un partido en la tercera división, en el que convirtió los nueve – sí, casi diez– goles del encuentro, para ganarse con 18 años un lugar en la primera categoría de Gimnasia. Y fue en ese 1928 que su historia de amor Tripera comenzó, una relación ida y vuelta. 


Al regreso del Mundial del 30, el goleador mudó sus tantos a La Boca. La contratación fue uno de los hitos del incipiente profesionalismo, el cual se había decretado ese mismo año como respuesta del gobierno dictatorial de José Félix Uriburu ante las huelgas de los futbolistas.

 

El club de La Plata fue la vidriera perfecta para darse a conocer ante el mundo del fútbol: con 29 goles en 64 partidos jugados, logró ser parte del equipo que conquistó en 1929 el excepcional campeonato del Lobo, luego de superar a Boca por 2-1 en una final que se jugó en en el viejo estadio de River. Pero había un detalle: el deporte aún era amateur, y se hablaba de un “amateurismo marrón” porque los jugadores recibían compensaciones no blanqueadas. 

En ese interín llegó el Mundial del 30 y Pancho fue; se suponía que continuaría en su club a la vuelta del torneo pero, para mala suerte de los Triperos, el goleador mudó sus tantos a La Boca. La contratación fue uno de los hitos del incipiente profesionalismo, el cual se había decretado ese mismo año como respuesta del gobierno dictatorial de José Félix Uriburu ante las huelgas de los futbolistas, quienes reclamaban por el la libertad de pase que no tenían por la entonces vigente Ley Candado: el club debía autorizar cualquier cambio. 

La noticia del pase de Varallo al Xeneize no fue bien recibida por la hinchada del Bosque, menos aún cuando el artillero convirtió cuatro goles en el 5-0 de Boca a Gimnasia en el primer torneo oficial de 1931, el cual tuvo como campeón al equipo de La Ribera.

El descontento no desapareció en el tiempo cercano: “El día que Gimnasia se paró en la cancha y se dejó ganar en 1933 contra San Lorenzo me la vi mal. Yo no venía nunca los domingos a La Plata y ese día le pegaron a Viola un pelotazo y lo acompañé. ¿Para qué?… En el tren me vieron los hinchas de Gimnasia. Y cuando me bajé del andén me agarraron a trompadas y a patadas. Ellos no entendían lo que yo sentía por Gimnasia, era todo lo contrario”, contó Varallo en una entrevista con el periodista deportivo Alejandro Fabbri para TyC Sports.

Porque si bien el jugador había aceptado aquella oferta de Boca por 8.000 pesos al principio de los 30, a lo que se sumaban 800 mensuales, el Cañoncito aseguró que no deseaba abandonar su club: “Yo ganaba 10 pesos por domingo en Gimnasia, así y todo les dije a mi padre y a mis tíos que no me iba ir”. Además, en reiterados reportajes contó que el Lobo lo había “salvado del Servicio Militar”, que desde 1901 al 1995 tuvo carácter obligatorio en Argentina. 

El Gráfico 30/01/1996.

Sin embargo, es difícil encontrar una herida que el tiempo no sane. A lo largo de su vida y hasta su fallecimiento el 30 de agosto de 2010, Varallo no perdió oportunidad para expresar su cariño por el club que lo vio nacer. Y, pasado el furor sentido a causa de su decisión por el cambio de curso en su carrera, la misma gente Tripera respondió con gratitud y reconocimiento. “Se fue una parte grande de la historia de Gimnasia, un ídolo y artífice del título del 29”, fueron algunas de las palabras que emitió la Institución ante la partida de Pancho, día que tanto en el club de la Boca como en el Bosque fue declarado duelo. 

La pasión está al mando en el fútbol argentino y el mercado de pases no parece ser la excepción. Solo el tiempo va a revelar las sorpresas que tiene preparadas cada temporada, así como alivianar el despecho o la alegría que la novedad de turno pueda causar. 

Solo queda esperar. 

Los dorados años 20 de la natación

Michael Phelps, tras entregarle la medalla dorada de los 400m combinado a Léon Marchand

Por Franco Zabala

La natación está viviendo un recambio generacional. El Mundial de Fukuoka 2023 fue, simbólica y literalmente, la consagración de las nuevas categorías, que se adueñaron de la disciplina.

Las dos estrellas del Mundial de Natación Fukuoka 2023 nacieron en este siglo. La australiana Kaylee Mckeown, que se llevó el oro en todas las pruebas de espalda, nació en 2001; mientras que el francés Léon Marchand, que le sacó a Phelps su último récord mundial, nació en 2002.

Kaylee Mckeown y Léon Marchand, elegidos como los mejores nadadores del Mundial.

Como si eso fuera poco, también están las edades de otros y otras recordistas mundiales:

Hombres:

  • 100m libres: David Popovici (2005)
  • 50m espalda: Kliment Kolesnikov (2000)
  • 100m espalda: Thomas Ceccon (2001)
  • 200m mariposa: Kristof Milák (2000)

Mujeres: 

  • 400m libres: Ariarne Titmus (2000)
  • 100m y 200m espalda: Kaylee Mckeown (2001)
  • 200m pecho: Evgenia Chikunova (2004)
  • 400m combinado: Summer Mcintosh (2006)

¿Cuánto vale un récord mundial?

Sarah Sjostrom, tras lograr el récord mundial de 50m libres, en las semifinales de la prueba.

A diferencia de otros deportes, que no tienen la necesidad de tener a los mejores de la historia en vigencia para permanecer interesantes, la natación sí.

El fútbol post Pelé y Maradona, en el intervalo hasta Messi, tuvo figuras y equipos que lo mantuvieron vivo, por más que ninguna llegara al nivel de estos dos. Se puede aplicar para otros deportes como el tenis post Steffi Graf, o el básquet post Jordan, también.

La diferencia que ostentan los deportes de marca, es la búsqueda por el récord. La cifra de goles de Pelé no es más que un número impresionante, ningún futbolista lo prefiere por sobre una Copa del Mundo. En natación, el tiempo que deja el anterior, se posiciona como una vara a superar, y uno de los objetivos primordiales.

Esa carrera, la que consagra al brasileño César Cielo como el hombre más rápido de la historia, sucede en el Open de Brasil. La celebración de Cielo es tan desaforada, porque sabía que había hecho historia, el dónde queda en segundo lugar.

Es importantísimo tener esto en cuenta para poder contextualizar la entidad de lo que es un récord mundial. Es el equivalente a ser el mejor de todos los tiempos. No hay discusión, eso es lo bueno (y lo malo) de los deportes de tiempo, que el reloj no miente y no permite mentir.

Si van a pasar décadas entre récord mundial y récord mundial, pierde la gracia. 

La nueva era

Mollie O’Callaghan, tras instaurar un nuevo récord del mundo en 200m libres.

En cuanto a hombres, quedan solamente 3 poseedores de récords mundiales en actividad, que hayan nacido antes del 2000. Ellos son: el inglés Adam Peaty, el estadounidense Caeleb Dressel, y el chino Qin Haiyang, quien nació en 1999. También se puede agregar al chino Sun Yang, sobre el cual corren rumores de su posible vuelta a las pistas tras cumplir su sanción por dopaje, aunque nada está confirmado aún.

En las mujeres, quedan 5 recordistas nacidas en el milenio pasado: las estadounidenses Lillia King y Kathleen Ledecky, la sueca Sarah Sjöström, la china Liu Xang, y la húngara Katinka Hosszú. Si quisiéramos hablar únicamente de las que ya se retiraron, quedan sólo Hosszú y Xang.

El dato de la vigencia es necesario debido a que una vez que abandonan el deporte, esos deportistas dejan de ser candidatos a defensa de su título, no pueden aplicar para más réplica en caso de que rebajen su marca.

El programa mundial, que admite las pruebas de 50m estilos (mariposa, espalda y pecho), cuenta con un total de 34 récords mundiales individuales si se cuentan ambos géneros, y los post-2000 ya tienen 11 de esos. 

No, la cifra actual no es lo que impacta, pero se debe considerar que entre esos plusmarquistas hay competidores que no llegan a los 20 años. A O’Callaghan, quien sólo tiene 19 años, le quedan París 2024 y Los Ángeles 2028 en plena vigencia, lo mismo para Popovici, quien cuenta con la misma edad. 

Estas categorías se adueñaron de la escena de manera precoz. El sólo hecho de que aparezcan como un tercio de los récords mundiales es una locura. El récord de Titmus (21) es contemporáneo a Ledecky (26), y el de Chikunova (18) a King (26). Este es el momento en el que debería comenzar el ocaso de la generación anterior, no el momento de brillo absoluto de jóvenes que no pueden comprar alcohol legalmente.

NdR: La edad mínima para comprar alcohol en Canadá es de 18, Summer Mcintosh tiene 17.

¿Qué sigue?

Kristof Milák tras lograr el récord mundial de 200m mariposa en el mundial de Gwangju 2019.

Disfrutar. No hay nada más para hacer que eso, este proceso no puede ser más beneficioso para el deporte. La aparición de figuras siempre es señal de que la rueda continúa su ciclo, y que la disciplina crece. 

No debe existir nada menos interesante que un deporte donde el mejor ya existió, y nada ni nadie va a poder superarlo. 

En una cuestión plenamente literaria, eliminar a Michael Phelps de la tabla de récords, pesa mucho. Lo que hizo Marchand en los 400m combinado es parecido a lo que hizo Milák con sus respectivos 200m mariposa en 2019, tanto idéntico a lo que hizo O’Callaghan quitándole la última plusmarca a “Kikka” Pellegrini. 

Los 2000 se adelantaron, de la misma forma que lo hicieron, en décadas pasadas, todos los que también lograron récords. Es parte del proceso.

Pellegrini obtuvo su primera medalla olímpica a los 16, Michael Phelps a los 19, “Katie” Ledecky a los 15, y “Lilly” King a los 19. 

Lo mejor de esta nueva era dominada por los centennials, es que deberán enfrentar a figuras vigentes para poder establecerse definitivamente. Sí, el récord de Popovici es impresionante, pero Dressel sigue en el juego. 

Mismo tópico para O’Callaghan, quien a pesar de lograr el campeonato en los 100m libres, no puede olvidarse de la inmortal Sarah Sjostrom, quien logró otro récord mundial en los 50m libres. 

En este campeonato volvió Ruta Meilutyte (1997), quien había sido campeona mundial hace diez años, e instauró un nuevo récord en los 50m pecho. Esto elimina a Benedetta Pilato (2005) de la tabla de recordistas, más no de la competencia. 

La calidad es tal, que esta nueva camada hasta ha creado sus propios clásicos. La previamente mencionada Mckeown, de 22 años, pelea constantemente por las medallas y las plusmarcas con la estadounidense Regan Smith, de 21 años, quien fue subcampeona de todas las pruebas que ganó Kaylee.

Si se quisiera estirar un poco más, en los 200m pecho, hay dos nacidos en 1999 que pelean por el récord mundial: el chino Qin Haiyang y el australiano Zac Stubblety-Cook. Hasta antes de este torneo, este último poseía la plusmarca, pero el chino se lo arrebató durante la prueba. 

Más actualidad mundialista

Esta mezcla de épocas generó una competencia impredecible. ¿Quién será el próximo campeón de 100m libres? Nadie lo sabe. Y eso no pasa por carencia de estrellas, sino por sobrecarga de las mismas. 

La natación vive un momento en el que hay dos o más competidores por el récord o el título mundial en cada prueba, y todos nacidos en épocas diferentes. El podio de 100m libres mujeres lo conformaron una nadadora de 19, una de 25 y otra de 23; el de hombres, 25, 20 y 24. 

El podio de 100m libres, Alexy (20), Chalmers (25) y Grousset (24).

También hay ejemplos de juventud pura: 

  • El podio de 800m libres hombres lo conformaron: la estrella tunecina, Ahmed Hafnaoui (20), Samuel Short (19), y “Bobby” Finke (23). 
  • El podio de  200m combinado mujeres: Kate Douglas (21), Alex Walsh (21), Yiting Yu (17). 

Todo esto aún con la falta de, por lo menos, 5 figuras de talla mundial que no pudieron estar en el campeonato por diferentes motivos.

La síntesis final del análisis es: los Juegos Olímpicos de París 2024 serán completamente históricos para la natación. Prohibido perdérselos.

Fernando Duró, el formador al frente de Venezuela

Por Joaquín Cartieri

Que no la toque Leo Gutiérrez. Esa era la consigna principal que planteó Fernando Duró para frenar a Ben Hur, vigente campeón de la Liga Nacional y la Liga Sudamericana. Gimnasia de Comodoro Rivadavia llegaba a las semifinales por tercera vez en su historia con un juego que fue de menos a más. Pese a la vuelta de Duró como entrenador, aquel que llevó al equipo de la Patagonia al subcampeonato en la Liga Sudamericana 2001, y de tener un plantel de jerarquía con nombres como Gabriel Cocha, Sebastián “Paco” Festa, Pablo Moldú o Leandro Masieri; terminaron el año 2005 en el puesto 13 de 16. “Fernando tiene una gran capacidad de gestión para sobreponerse a los momentos difíciles”, afirma Nicolás Casalánguida, su asistente esa temporada.

Gimnasia contaba con un entrenador de experiencia como lo es Duró. Había logrado el ascenso con Obras Sanitarias en 1996 y ese mismo año fue asistente de Guillermo Vecchio en los Juegos Olímpicos de Atlanta, la vuelta del básquet argentino a la máxima cita tras Helsinki 52. Era su regreso a la patagonia, su hogar -al igual que lo son Venezuela, Santiago del Estero y Capital Federal- llegaba a Comodoro Rivadavia con la medalla de oro colgada en el cuello de Atenas 2004, donde fue asistente de Rubén Magnano en la gesta más grande en la historia del básquet. 

Nando, como le dicen cariñosamente, es más que un estratega deportivo. Conoce el deporte desde chico, un hábil anotador zurdo en sus años como jugador en las categorías infantiles del Centro Lucense. También es profesor de educación física, recibido en 1984. Es su ADN, así se define. Más allá de sus títulos -que son muchos- considera que su mayor logro como entrenador es ser un formador de jugadores y entrenadores. Casalánguida, luego de trabajar con Duró como asistente, lo sucedió en Gimnasia y fue elegido Mejor entrenador de la LNB en 2008, luego campeón con Regatas como técnico en 2013. “Cambió mi manera de entender el básquet profesional, fue como realizar un máster al lado de él”, dice.

Ronald Guillén, asistente en la selección de Venezuela, sostiene que Duró lo ayudó a mejorar en lo individual, gracias a que le exige cada día a dar lo mejor en función de lo colectivo. Su faceta de profesor de educación física siempre está vigente. Le da igual si son estrellas o adolescentes que apenas comienzan a transitar por las pistas de básquet. El profe -así lo llaman los venezolanos- los prepara de la misma forma, siempre fiel a sus fundamentos: una defensa con actitud, mucha presión y pelear cada rebote. Por eso cuando dirigió en el club Tres de Febrero a los chicos de 15 años, revolucionó las inferiores exigiéndoles como si fuesen profesionales, así lo recuerda Mariano García, uno de los tiradores de aquel equipo.

Duró cree en la importancia de la estructura de clubes como unidades formativas, lo sabe desde adentro, como cuando dirigió en Tres de Febrero o también en su primera experiencia como técnico. Fue en el 79, al mando del equipo femenino del Centro Galicia, antes llamado Centro Lucense. Hizo una prueba de seis meses y al término, se anotó en el profesorado de educación física para mejorar sus aptitudes como entrenador. Treinta años después, llegó al Ciclista Olímpico de La Banda, equipo que salvó del descenso en dos ocasiones. 

Volvió a Santiago del Estero para un tercer ciclo a cargo de Olímpico en 2015. Ya conocía al club, ya había sufrido con el club, pero ahora lo acompañaba un plan de trabajo que se basaba en sacarle jugo al nuevo invento de la LNB: La Liga de Desarrollo. El entrenador mandó a armar un moderno albergue con todas las comodidades para entrenar y pasar ratos de ocio. Quería centrarse en la formación, no solo de futuros jugadores, sino también de personas, por eso era obligatorio que cumplieran con las obligaciones del colegio secundario. En cuanto al entrenamiento, bien al estilo de Duró: marcar los lineamientos del básquet profesional en los pibes de entrada. Ese año en la liga logró firmar una temporada histórica donde llevó a la institución santiagueña a jugar las semifinales, en una serie reñida donde cayó 3-2 ante La Unión de Formosa, a un paso de la final.

La llegada de Duró a la Vinotinto en 2017 significó un cambio rotundo para el básquet del país, porque no solo fue con la idea de mantener una línea de juego y aprovechar a la mejor generación venezolana de la historia, aquella que levantó la única Americup para el país en 2015. Llegó con la chapa de su último trabajo integral en La Banda, pero en Venezuela debía armar un cambio más profundo, romper con el paradigma de trabajo que estaba establecido. En ese marco nació el Plan Nacional de Desarrollo. 

Creó la Escuela Nacional de Entrenadores y fomentó el armado de la Superliga, que se centra en el desarrollo de jugadores criollos -así los llama- y en federalizar este deporte. Quería cambiar el enfoque de la liga, que optaba por anteponer a los extranjeros por encima de los talentos propios por el rédito económico y el show. Duró quería que los criollos entre 20 y 26 años fueran los protagonistas e impulsar la reincorporación de las figuras de esta generación dorada. Nombres importantes como Gregory Vargas, Windi Graterol, Néstor Colmenares o Heissler Guillent pegaron la vuelta gracias a este proyecto.

Mientras el hincha venezolano goza los pocos años que le quedan de carrera a las grandes estrellas, Duró fue un paso más adelante y ya pensó en posibles recambios a futuro, así armó una selección alternativa formada por jóvenes talentos criollos, el llamado Equipo Blanco. 15 jugadores hasta la fecha debutaron en la Vinotinto de la mano del profe. 

 


Parte importante de aquel Gimnasia finalista de la Liga Sudamericana en 2001, había dejado Chubut para probar suerte en la liga universitaria de Estados Unidos. El pívot, hermano del arquero de Boca, Sergio “Chiquito” Romero, llegó tan solo unas horas antes al encuentro y aportó 12 puntos en 21 minutos, con un gran juego ofensivo.

 

Venezuela tiene su plantel principal, aquel que se convirtió en uno de los mejores de América en la actualidad: logró clasificar a los mundiales de China 2019, donde pasó por primera vez a la segunda ronda, y ahora al del 2023 que se celebrará en Japón, Indonesia y Filipinas; al cual Argentina -vigente medalla de plata- no clasificó. Por otro lado, está el Equipo Blanco que lejos de jugar sólo amistosos, el entrenador lo llevó para la Americup del 2022 -que tuvo como campeón al seleccionado argentino- y lejos de desentonar, cerró su participación en un muy digno séptimo lugar para haber sido la primera experiencia internacional de muchos de sus jugadores.

Aferrado a sus convicciones, pero sin ser conservador. El profesor Duró absorbe como esponja un poco de todos los entrenadores y jugadores con los que le toca trabajar. Con casi 45 años de experiencia, tiene bien trazada una línea a seguir, producto de su forma de entender el juego en sí y el básquet como una forma de vida. Como punto de partida, la exigencia para sacar lo mejor de cada uno de sus alumnos.

Con esa misma exigencia, llevó a Gimnasia de Comodoro Rivadavia a remontar la temporada en el año 2006 y terminó arrebatándole el cuarto puesto a Boca para obtener la clasificación directa a los cuartos de final, donde derrotó al Xeneize por 3-1 en la serie. El objetivo estaba cumplido, llegar a las semifinales nuevamente, pero ya que estaban ahí, querían más. Enfrente tenían al puntero y mejor equipo en aquel entonces: Ben Hur de Rafaela. Duró ya conocía a Leo Gutierrez por su paso en la selección argentina, era el MVP de la liga. Además, eran dirigidos por uno de los estrategas más icónicos y exitosos del básquet argentino, el cinco veces campeón Julio Lamas. Con una defensa férrea y fuerte presión a los perimetrales, Gimnasia se llevó el primer partido de la serie como visitante 79-82. Luego de perder el segundo, tocaban los 2 de local. El Estadio Socios Fundadores estaba lleno, la gente soñaba con jugar su primera final y le hicieron sentir toda la presión de la Patagonia entera a los vigentes campeones. La táctica de Duró fue superior a la de Lamas y Gimnasia jugaba las finales de la Liga Nacional por primera vez en su historia. 

 


La llegada de Duró a la Vinotinto en 2017 significó un cambio rotundo para el básquet del país, porque no solo fue con la idea de mantener una línea de juego y aprovechar a la mejor generación venezolana de la historia, aquella que levantó la única Americup para el país en 2015.

 

Antes de ser dos veces campeón de liga en Venezuela -una con Guaros de Lara y otra con Marinos de Anzoátegui- y de haber ganado la Liga Sudamericana con Guaros, Duró ya sabía lo que era perder una final. Con Gimnasia había caído frente al Estudiantes de Olavarría de otro ícono del básquet argentino: Sergio “Oveja” Hernández. Como asistente de Magnano en Argentina, había perdido frente a Yugoslavia en aquella recordada definición del Mundial de Indianápolis 2002 (Leo Gutiérrez estaba en ese equipo). Los jugadores de Gimnasia y Duró iban con los pies en la tierra, sabían que Libertad de Sunchales no era fácil, pero los hinchas del Mens Sana sentían que estaba todo dado para que ese 2006 sea el año donde Gimnasia gritaría campeón.

“Que de la mano, de Fernando, todos la vuelta vamos a dar”, cantaba la hinchada verde en un Estadio Socios Fundadores lleno de gente. Era el juego 6, iban en ventaja 3-2 y tenían la chance de liquidar la serie ante su público, en Chubut. Libertad de Sunchales era un rival duro, habían hecho una gran temporada, pero el planteo táctico de Duró venía a la perfección, con abultadas victorias en los partidos anteriores por 20 puntos de diferencia. No sólo era el técnico, los jugadores supieron responder a la perfección y cada uno aportó desde donde mejor se le daba, desde bajar un rebote hasta meter un triple. 

Fue un juego frenético de principio a fin. Libertad no daba el brazo a torcer y Gimnasia quería coronar. El local había sufrido la baja de uno de sus mejores jugadores por una lesión: el cubano Ruperto Herrera. La dupla Duró-Casalánguida sacó el ancho de basto escondido debajo de la manga, que tenía nombre y apellido: Diego Romero. El misionero más patagónico, hijo adoptivo de la casa -hoy jugador con más presencias en la historia del club- y producto in situ de la escuela del profe Duró, quien lo había hecho debutar a los 16. Parte importante de aquel Gimnasia finalista de la Liga Sudamericana en 2001, había dejado Chubut para probar suerte en la liga universitaria de Estados Unidos. El pívot, hermano del exarquero de la Selección Argentina Sergio “Chiquito” Romero, llegó tan solo unas horas antes al encuentro y aportó 12 puntos en 21 minutos, con un gran juego ofensivo. 

Último cuarto, a 15 segundos del final. La hinchada de Gimnasia eufórica porque su equipo iba en ventaja 82-77, hasta que Jorge Benítez recibe un pase de Sebastián Ginóbili al borde de la zona de campo, bien tirado de escolta, y mete el triple, 82-80 y la gente del verde se enmudeció. Los jugadores de Libertad apuran la salida y le cometen falta al Negro Cocha, el mejor de las finales y el capitán que jamás había errado un tiro libre en el Socios Fundadores. Había un suspenso que cortaba desde la más mínima brisa hasta el Pampero. Las aguas del Mar Argentino que rodean la costa patagónica estaban quietas. Cocha metió el primero. Y el segundo. Gimnasia de Comodoro Rivadavia, campeón de la Liga Nacional de Básquet 2005/06.

“Un grupo de valientes”, así lo destacó Duró, al igual que lo hizo con aquel de Obras que ascendió en el 96. Michael Carrera, una de las estrellas venezolanas, definió a la selección del profe como “un equipo de obreros”.  Sea con los campeones de Atenas o los chicos que asisten a uno de sus muchos campus de entrenamiento que organiza por las distintas provincias, no es un simple entrenador, es un formador de personas, un docente con todas las letras. En más de 40 años de carrera, pasó por muchas cosas buenas y otras no tanto, pero siempre aferrado a su esencia y a exigir lo mejor para potenciar tanto jugadores como entrenadores.