viernes, diciembre 19, 2025
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Los recuerdos de un partido histórico de Los Pumas

Por Agustín Paratcha

Argentina venció por primera vez a Sudáfrica en el Rugby Championship en 2015 como visitante en Durban y fue un punto de inflexión para que la selección siguiera progresando. Marcelo Bosch, quien arrancó de titular, y el entrenador Daniel Hourcade hablaron con El Equipo y recordaron cómo vivieron el partido histórico y especial por la presencia también de los históricos Pumas del 65, quienes vencieron a los Springboks en Johannesburgo.

Marcelo Bosch, hoy comentarista y analista deportivo, comentó cómo fue la preparación, destacó el juego que transmitía Daniel Hourcade al plantel y resaltó lo especial que fue el partido.

– ¿Qué te acordás de la jugada? ¿Qué sentiste al convertir el primer try del partido al minuto de juego?

– Habíamos practicado en la semana la jugada que derivó en el try, ya que el último jugador de Sudáfrica, en la cola del line, iba rápido como interno de número 10. Lo habíamos visto en un análisis de video. Una de las jugadas que podíamos lanzar de line up era hacer un “tapping” al número 12 para dar un pase plano interno a Juan Imhoff, quien era el wing izquierdo. Agarró el espacio, empezó a correr, me anticipé a la jugada y me acerqué junto a él para darle un soporte. Corrí una línea, le di un escape a Imhoff cuando le había salido el full back y tomé la pelota para anotar el try.

– ¿Qué pensás de aquel equipo compuesto por jugadores como Juan Imhoff, Agustín Creevy y Juan Martín Hernández, que fueron determinantes para anotar tres tries en 30 minutos ante Sudáfrica en Durban?

– Era un plantel que empezaba a consolidarse en el 2015 porque había muchos chicos que habían iniciado en el seleccionado el año anterior. Se juntaron jóvenes que le daban una enorme inyección de energía al equipo con algunos jugadores con más experiencia. El equipo se ensambló bien y alcanzó en aquel partido, previo al Mundial disputado en Inglaterra, un buen de rendimiento.

Además, el grupo encontró cierta confianza en el juego del exentrenador Daniel Hourcade, quien imponía ser más ofensivo, mantener la posesión de la pelota y nos sentíamos más cómodos al adaptarnos a su manera de jugar.

 – ¿Cuál fue la clave para quedarse con el partido? ¿Los penales en el primer tiempo? ¿Por qué decidiste patear un penal desde la mitad de la cancha?

 – Era una buena opción de penales de larga distancia y el penal surgió de un scrum en el cierre del primer tiempo. Decidí patear de mitad de cancha porque estaba confiado. Le dije a Agustín Creevy que podía hacerme cargo. Sirvió mucho haber anotado para estirar la diferencia. Fuimos muy clínicos en marcar puntos cuando se nos daba la oportunidad, como el primer try o los tres de Juan Imhoff. Otra clave fue alternar el juego con el pie. Nos costaba mucho salir de nuestro campo. Además, tuvimos solidez defensiva.

– ¿Qué tan especial fue el partido? ¿Qué análisis hacés nueve años después?

– Es un recuerdo no sólo especial por haberle ganado a Sudáfrica en su país, sino por la semana: fueron Los Pumas del 65 de gira, compartimos una cena en el hotel y nos sentíamos preparados para el partido por los entrenamientos. Fue un encuentro único, que lo recuerdo por el gran juego colectivo y porque fue mi primero como padre. Me había ido de Buenos Aires a la gira de Sudáfrica y dejé a mis hijos, que habían nacido días atrás y que todavía estaban en la clínica. Tuve muchas emociones encontradas.

Daniel Hourcade, exentrenador de Los Pumas, comentó cómo vivió el partido desde la cabina y qué tan confiado estaban tanto él como el grupo para encarar el Mundial de Rugby 2015 en Inglaterra.

 – Los primeros 60 minutos fueron superiores. Sin embargo, Sudáfrica anotó varios puntos seguidos en la última media hora. ¿Sentiste que se escapaba el partido?

– El primer tiempo fue brillante por la solidez del equipo. La reacción de Sudáfrica era lógica, era una selección superior en algunas facetas de juego. Nosotros teníamos que tratar de salir rápido del mal momento y no frustrarnos. Recuerdo que teníamos una preparación técnica, física y mental para aguantarlos, y sabía que el equipo podía sostener el partido.

– ¿Qué te acordás del post partido?

– Los jugadores y el staff fueron a la zona donde estaban Los Pumas del 65, que disfrutaron como si hubieran jugado el partido. Fue un momento muy emotivo y especial por el cariño mutuo, y hubo muchos abrazos.

– ¿Qué tan ilusionado estabas para el Mundial de Inglaterra con este grupo en 2015?

– El equipo estaba confiado, pero éramos conscientes de que enfrente había selecciones de gran nivel. Francia, por más que no hizo un buen Mundial (cayó ante Nueva Zelanda), estaba muy bien. Había que estar atentos a Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica e Irlanda. Argentina, previo al Mundial, demostraba que podía ganarle a cualquiera.

Las Leonas: 24 años de rugidos olímpicos 

Por Bruno Toscano y Santiago Bussetti

El 29 de septiembre del 2000, en Sidney, Las Leonas ganaron la primera medalla en la historia del hockey argentino. Desde esos Juegos Olímpicos, la selección nacional formó parte de todos los podios, salvo en Río 2016, e inició un ciclo que logró seis preseas: tres de plata (Sidney 2000, Londres 2012 y Tokio 2020) y tres de bronce (Atenas 2004, Pekín 2008 y París 2024).

La selección argentina de hockey sobre césped, con Sergio “Cachito” Vigil al mando, inició la fase inicial de los Juegos Olímpicos con dos victorias, frente Corea del Sur y Gran Bretaña, seguidas de dos derrotas, contra Australia y España.

Obligada a ganar todos los partidos restantes de la segunda fase para conquistar una medalla, la selección nacional venció 3 a 1 a Holanda en un partido en el que las jugadoras argentinas utilizaron por primera vez unas camisetas con una leona bordada, lo que le dio origen a su distintivo apodo. 

Una joven Luciana Aimar y la goleadora Vanina Oneto, con actuaciones excepcionales, lideraron una hazaña que hasta ese Juego Olímpico parecía imposible. Vencieron a China y aplastaron 7 a 1 a Nueva Zelanda para asegurarse, con la ayuda de otros resultados, el boleto a la final en la que esperaba el cuco del momento, Australia. 

Las Leonas fueron derrotadas 3 a 1 por las locales, que se hicieron aún más fuertes con el apoyo de su gente. “Fuimos a buscar una medalla. La final la jugamos confiadas de que podíamos ganar, pero sabíamos que eran superiores”, rememora Anabel Gambero, integrante de Las Leonas en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, a El Equipo.

La obtención de la medalla de plata marcó un antes y después para el hockey sobre césped en Argentina, que pasó de tener una audiencia escasa a volverse una sensación nacional. A partir de aquellos Juegos, muchos jóvenes se volcaron al hockey e hizo que el deporte creciera en todo el país.

Las décadas pasaron y aquellas Leonas se retiraron de la selección. Nuevas generaciones con el mismo hambre de gloria ocuparon sus puestos, lo que llevó a la Argentina a ser candidata en cada competición que disputó, como sucedió en los Juegos Olímpicos de París 2024. “Las jugadoras más chicas me llamaron mucho la atención. Tuvieron un torneo excelente y no ví que se pusieran nerviosas en los momentos decisivos. Argentina tuvo la mala suerte de que no se le dieron los cruces y le tocó jugar prácticamente una final frente a Países Bajos que nos dejó afuera del partido por la medalla de oro o de plata, es algo que puede pasar”, lamenta Gambero.

En los Juegos Olímpicos de París 2024, Las Leonas tuvieron un certamen impecable, pero el empate de Australia sobre el final del partido, con gol de Mariah Williams, hizo que quedaran segundas en su grupo y tengan que enfrentarse a Países Bajos en la semifinal del torneo. Las jugadoras neerlandesas mostraron su supremacía y ganaron 3 a 0 sin mayores complicaciones, por lo que Las Leonas tuvieron que conformarse con pelear el tercer puesto contra Bélgica. El empate 2 a 2 en tiempo regular estiró la definición del partido a penales australianos, en los que las jóvenes Lara Casas, Zoe Díaz y Sofía Cairó destacaron para darle una nueva medalla de bronce a la Argentina.

Algunos cambios reglamentarios hicieron que el hockey hoy sea más vistoso. De estilos de juegos colectivos, como los vistos en Sidney donde era primordial la conexión de pases, a unos más individualistas y físicos. Lara Casas, delantera debutante y medallista con Las Leonas en los Juegos Olímpicos de París 2024, explica la importancia de los entrenamientos: “El hockey en la actualidad es más rápido que antes, es fundamental la preparación física dada la exigencia que demanda el hockey”.

Los deportes amateurs y menos visualizados en países con constantes crisis económicas, como Argentina, tienen complicaciones para solventar los gastos que producen sus prácticas, a diferencia de lo que sucede en Europa donde son muchas las selecciones que hace años están en un alto nivel y profesionalizaron las competencias. “Países Bajos tiene un recorrido mucho mayor al nuestro. Desde chicas juegan en canchas de agua y los clubes entrenan a un mismo sistema en todos los procesos. Están mucho más avanzadas que nosotras”, asegura Casas.

Un camino que comenzó hace 24 años e implicó un sacrificio enorme por parte de cada jugadora que integró los diversos planteles de Las Leonas. Una selección que no parece saciar sus ganas de querer ganar algo más: un legado que el plantel de Sidney 2000 le transmitió a la perfección a sus generaciones sucesoras.

La sangre de Ángel Labruna era roja y blanca

Por Tomás Cilley

El día que estés obsesionado con ganarle a Boca, recién ahí vas a poder lucir con orgullo la camiseta de River” –  Ángel Amadeo Labruna

Ángel Amadeo Labruna es River y River es Labruna. Es el máximo goleador de la historia del club con 317 goles en 541 partidos, nadie hizo más goles que él en superclásicos, con 16. Lideró a La Máquina en la década del 40, fue uno de los primeros anti-Boca y jugó el Mundial de 1958 en Suecia. En su etapa como director técnico, logró sacar campeón al Millonario después de una sequía de 18 años.

Nació el 28 de septiembre de 1918 en Buenos Aires. Esa misma fecha, en 2003, se decretó como el Día del Hincha de River en su honor. Su padre era relojero y quería que su hijo siguiera su legado, pero tenía otras pasiones. El básquet y el fútbol permitieron que el Feo ya pudiera tener puesta la banda roja que atravesó su corazón desde chiquito. El talento para ambos deportes lo portaba, pero no podía elegir los dos. 

En 1937, Angelito jugaba amistosos con la primera, y dos años después, debutó de manera oficial. Su sueldo era de 25 pesos por encuentro disputado. Eran otros tiempos. No le costó nada la adaptación. En su primer campeonato, hizo siete tantos, entre ellos uno a Boca. También impregnaba en su juego la filosofía del club.

Durante la década del 40 en River se formó un equipo ofensivo y ganador. Fue apodado “La Máquina”. Tuvo grandes jugadores que funcionaron muy bien a lo largo de los años, como Juan Carlos Muñoz, José Manuel “Charro” Moreno, Adolfo Pedernera y Amadeo Carrizo. Se entendían todos de memoria. Era un juego intenso que provocaba miedo en los rivales, todas sus piezas eran importantes. En 1947, volvió al club Alfredo Di Stéfano. La Saeta Rubia trazaba diagonales con su rapidez y Labruna definía con calidad. Esa dupla fue de las mejores de la historia del deporte.

Desde 1941 hasta 1947, el Millonario conquistó 10 títulos: cuatro de Primera División, tres Copas Aldao, dos Copas Ibarguren y una Copa Escobar. La impronta de este equipo fue mundial. Tanto el Real Madrid que ganó las primeras 5 Champions de la historia como el Barcelona de Guardiola se influenciaron en uno de los mejores equipos del siglo XX. 

La caída

En 1958, Labruna disputó el Mundial de Suecia, aunque ya parecía un ex jugador. Argentina tuvo un papel más que lamentable y sufrió su peor derrota en la Copa del Mundo, tras perder por 6-1 contra Checoslovaquia. El Viejo estaba semi-retirado, por lo que al año siguiente se vio obligado a irse del club de sus amores. Le dolió mucho. Tanto que él mismo llegó a confesar que se había querido pegar un tiro.

Antes de retirarse, disputó un puñado de partidos en Rangers de Chile, Rampla de Uruguay y Platense. Su próximo objetivo, ya no como jugador, era volver a convertirse en leyenda, pero como director técnico. Por supuesto que seguía y acompañaba la campaña de River, y cada vez que podía, preguntaba cuánto había salido. 

En 1969 sufrió la peor desgracia de su vida. Su hijo, Ángel Daniel, falleció a causa de leucemia con apenas 18 años. Un duelo que tuvo que soportar tanto él, su esposa Ana y su otro hijo Omar. 

 

El famoso Ángel que volvió a Núñez para ser campeón

Labruna fue toda su vida elegante, desde su bigote clásico y su juego. En el Metropolitano de 1975, el club llevaba 18 años sin campeonar, lo que significaba la peor racha de su historia. Pero apareció el Ángel, en su tercera etapa como entrenador. Llevaba una corbata roja y blanca, que ya forma parte de la historia de River. Hay pocas personas que son dignas de portar y llevar con orgullo. No se trata de una simple cábala. Cuando Juan José López la tiró por la ventana de un colectivo, el director técnico obligó a retroceder el bondi y ordenó a todo el plantel que la busque. Finalmente, la encontraron. También, Labruna dirigió a Talleres, rival de River de hoy a las 18:15, y sacó campeón a Rosario Central. 

“¿Cómo voy a odiar a Boca si siempre me dio de comer?”. Labruna la pasaba bien cada vez que pisaba la Bombonera. Logró salir campeón en 1942, fue aplaudido por la hinchada rival y cuando entraba vestido de traje se tapaba la nariz. Diversos historiadores afirman que él inventó el folclore del superclásico.  

No pudo ver a River levantar la Copa Libertadores, una cuenta que le quedó pendiente. Desde el  19 de septiembre de 1983 alienta en la Cuarta Bandeja del Monumental. Es el responsable de que hoy River sea como lo conocemos. Es emblema. Marcelo Gallardo, actual técnico del Millonario y el más ganador de la historia de la institución, lo homenajea en ocasiones puntuales al ponerse la corbata. “A Angelito no se le puede igualar. Es imposible, fue el mejor de todos y sigue siendo, y va a ser”, sostiene Ramón Díaz, quien también se ganó ser parte de la historia grande del club de Núñez.

Los riesgos latentes en el deporte

Por Joaquín Basile

En los últimos años varios deportistas sufrieron problemas cardíacos, entre los más conocidos, Sergio Agüero, Christian Eriksen y, el más reciente, Juan Izquierdo. En estos tiempos aparenta ser algo más común de ver, sin embargo, según la MSD (Merck Sharp & Dohme), estudios indican que entre uno y tres de cada 100 mil deportistas jóvenes sanos sufren de arritmia (ritmo cardíaco anómalo) de forma súbita que ocasiona su muerte repentina durante la práctica del ejercicio. Los varones se ven hasta diez veces más afectados que las mujeres.

Para esto, hay que saber a qué se denomina muerte súbita. Lucas Angiono, cardiólogo, dice que es una muerte inesperada y asintomática, que ocurre en la primera hora una vez presentados los síntomas o en el contexto deportivo va a ser aquella muerte que se produzca en la práctica o hasta las 24hs posteriores de haberla realizado.

El doctor Angiono, explicó las distintas muertes súbitas de origen cardiovascular: “Se pueden dividir en aquellas que tienen que ver con alguna alteración estructural del corazón, que en ese caso son los pacientes que tienen enfermedades en las válvulas del corazón o tienen determinadas miopatías o alteraciones congénitas de la salida de los vasos coronarios o aquellas que son arrítmicas, que tienen que ver mas que nada con alteraciones en los canales específicos del miocardio que favorecen al desarrollo de arritmias”. 

Entre muchos casos que sufrieron deportistas argentinos, se encuentra el caso sin respuesta de Martín Gaitán, un ex puma que a sus 29 años sufrió un caso cardiovascular que, hasta el momento, no tiene una respuesta clara. Aquel episodio lo retiró del deporte que tanto amaba y le costó su participación en el mundial de rugby de 2007.

A pesar de que el impacto fue fuerte, Gatián elige ver el lado bueno: “Creo que fue positivo básicamente porque ese tipo de situaciones o accidentes terminan en personas fallecidas entonces a partir de ese momento todo dolor estaba en un segundo plano, el no ir al mundial, el no volver a jugar al rugby perdió importancia, siempre fui muy consciente de poder seguir con vida y, prácticamente, sin secuelas” . 

Algunos deportistas no comunican las alertas que su cuerpo les hace previo a estos problemas del corazón. La mayoría de la gente que muere por infartos no es porque sean insalvables, sino porque no advierten o hacen caso omiso a los síntomas. 

Ante esto, el ex puma opinó: “Yo creo que esta bueno, no solo para deportistas sino la vida en general, estar atento a las alertas, cuando algo le duele, se le duerme el brazo o tiene esos dolores o cierto malestar en la espalda, pecho, comunicar bien que siente de esos dolores y también saber qué hacer si uno siente estos dolores así entender si le esta pasando o no”.

La difusión de hacerse electrocardiogramas, pruebas de esfuerzo, ecografía y los estudios pertinentes, colaboran a que ciertos casos puedan ser previstos y ayudados en la medida que sea necesaria. El doctor Angiono comentó: “Se recomienda a todo paciente que va a iniciar una actividad competitiva o deportiva recreativa, tener una evaluación cardiológica precompetitiva. Uno nunca aconseja el dejar el deporte porque siempre es mucho más importante el beneficio que trae el hacerlo que el riesgo que conlleva”.

Por último, Gaitán que fue un deportista de élite y que estuvo cerca de la muerte, luego de ese episodio que le cambió la vida, remarca la importancia de los controles cardíacos: “Esa toma de conciencia puede ayudar a salvar vidas”.

 

Luciano Gauna, el más joven de la selección de futsal en Uzbekistán                  

Por Agustín Paratcha

El futsal es un deporte que requiere habilidad. Se juega en una cancha chica donde los movimientos y la toma de decisiones deben ser de manera instantánea. Pero además, cuenta con un detalle no menor: inteligencia táctica. Luciano Gauna complementaba estas dos características en el club de su barrio Social Lynch, ubicado en San Martín, provincia de Buenos Aires cuando dejó de jugar fútbol once. Federico Orga, quien lo formó y conoció de cerca su personalidad en la cancha, se desempeña como entrenador de la institución.

Gauna era un chico de 13 años de contextura delgada, de los más bajitos en la cancha y habilidoso con ambas piernas. Lo apodaban “Luchi”. No pasaba desapercibido en un principio. Entrenaba en un gimnasio de techo muy alto y en un piso de baldosa callado, sin transmitir muchas palabras. Tranquilo y de perfil bajo. Tenía un gran talento, pero entendía el juego, según Fernando Casas, dirigente del Lynch.

Luciano Gauna, en un principio, no solía prestar mucha atención a lo táctico por una cuestión de edad porque el jugador con calidad suele ser vago. Sin embargo, empezó a enamorarse del deporte. “Luchi”, una vez que le agarró el gustito al futsal, era el primero que levantaba la voz o se acercaba a su profesor Federico para hablar del esquema. Se adaptaba de acuerdo a las circunstancias del juego. Él, en caso de que el partido requería de jugar a dos toques o gambetear, lo hacía.

“Ví un millón de pibes con su edad que son talentosos. Todos los vemos en los clubes de barrio, pero hay muy pocos que se centran en el deporte y se comprometen desde lo táctico. Hacía jugar mejor al resto de sus compañeros. Lo distinguía de los demás. Es una diferencia que noto de un jugador habilidoso que juega para él”, contaba Federico Orga a “El Equipo” en cuanto al compromiso del pequeño Gauna, quien estuvo en la categoría de menores y cadetes en el club.

Orga jamás olvidará el llamado de atención que Luciano le hizo a uno de sus compañeros en una de final de Copa de Campeones entre Social Lynch y Estudiantil Porteño. Siempre fue educado y transmitía poco desde lo gestual. “Me duele la rodilla”, expresaba uno de sus compañeros. “Jugá igual”, le contestaba para animarlo. Daba orden si tenía que decir algo. Fue algo raro en él, pero de a poco se convirtió en un referente. Se transformó, desde lo futbolístico, en un líder positivo tanto con la pelota como en el vestuario. 

Su gran rendimiento despertó el interés de Pinocho, que lo llamó para que juegue en la primera. “Andá, tenés que crecer porque es una oportunidad única. El técnico por algo se fijó directamente en vos“, le mencionó Orga a Luciano, quien dejaba la institución a los 17 años.

El Social Lynch es un espacio familiar para Luciano. Lo ayudaron con los estudios en un verano porque se había llevado muchas materias para que pudiera rendir bien. También le dieron una mano con el pasaporte en su viaje a España en su traspaso al Peñíscola, equipo donde juega en la actualidad. Además, desayunaba con sus amigos en el club para luego ir a clases. Un chico que vivía la vida de barrio. Se estableció una linda unión entre el jugador y el club.

“Luchi”, agradecido siempre, no olvidó nunca sus raíces y volvió hace poco de Europa al club. Se sentó a mirar una práctica de los chicos en un rinconcito. Orga, quien manejaba el entrenamiento, ensayaba una jugada, pero no salía como planeaba. Eduardo Casas, hoy dirigente del Lynch, contó que Gauna se paró delante de su exprofesor y le dijo: “Acá tenés que tener un zurdo Fede”. Se acordó de su liderazgo que le habían inculcado. 

El caso Gauna es un ejemplo más de la importancia que cumplen en nuestra sociedad los clubes de barrio, permitiendo el desarrollo social y deportivo de los chicos. Así, la formación y el crecimiento en su equipo fue un punto de inflexión para que hoy, con 23 años, defienda los colores de la selección Argentina en el Mundial de Uzbekistán.  

Manu Ginóbili, el debut profesional de la leyenda

Por Bruno Toscano

Un 29 de septiembre, pero de 1995, un joven de 18 años oriundo de Bahía Blanca llamado Emanuel David Ginóbili, más conocido como Manu, debutó en la Liga Nacional de Básquetbol con Andino de La Rioja en un partido de visitante frente a Peñarol de Mar del Plata en el Estadio Polideportivo Islas Malvinas.

Tras dar sus primeros pasos en Bahiense del Norte, Manu, el menor de tres hermanos basquetbolistas, fue reclutado para formar parte del plantel de Andino, equipo que ya contaba con múltiples jugadores de renombre como Gabriel Riofrío, Daniel Farabello, Hernán “Pancho” Jasen, entre otros. “Fue uno de los equipos con más talento y experiencia que he dirigido. Deleitaban al público”, recuerda Oscar “Huevo” Sánchez, entrenador de Andino en 1995, a El Equipo.

¡Dale Sepo, entrá!”, le gritó Sánchez a Manu, quien lo confundió con Sebastián, uno de sus hermanos. Ingresó con el número seis en la espalda e hizo su debut profesional en la máxima categoría del básquetbol argentino. Trece minutos le bastaron para anotar nueve puntos, con tres triples en siete intentos. “Ese cuerpito no decía mucho, pero la rompió. No pasó desapercibido para nada”, afirma Sánchez. 

Lo que escaseaba desde lo físico, abundaba en lo mental. Sánchez sostiene que la personalidad de Manu fue la clave detrás de todo lo que logró a lo largo de su carrera: “Era un jugador valiente. A pesar de ser propenso a que le peguen en cada penetración, nunca dejó de atacar el aro”. 

No sé si Ginóbili está para la Liga”, prejuzgó Rubén “El Ruso” Muñoz, comentarista del partido frente a Peñarol, luego de unos pocos minutos del bahiense en cancha. La observación era lógica: era muy delgado y no tenía experiencia, pero mejoró y fue nombrado el mejor debutante de la Liga Nacional cuando finalizó la temporada.

Tras un año en el equipo riojano, Manu tomó la decisión de volver a su ciudad natal para jugar en Estudiantes hasta 1998, antes de irse a Europa. El destino elegido fue Italia, primero el Viola Reggio Calabria y luego el Kinder Bologna. Meses más tarde fue seleccionado por los San Antonio Spurs con el puesto 57 del draft de 1999 de la National Basketball Association (NBA), aunque recién se unió al equipo estadounidense en el 2002. Dieciséis temporadas seguidas y cuatro anillos (2003, 2005, 2007 y 2014) con los Spurs lo convirtieron en un basquetbolista histórico de la franquicia texana. 

Se retiró el 27 de agosto de 2018, a sus 41 años, tras conquistar hazañas que al debutar nunca hubiera imaginado. Ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 e integra el salón de la fama del básquet en Springfield. “Lo que hizo Manu Ginóbili es imposible que se vuelva a repetir”, asegura Sánchez. Se convirtió en el mejor basquetbolista argentino de la historia, para el asombro de quienes lo siguen desde sus inicios en Andino, un día como hoy hace 29 años.

Lucas Pérez: “En San Lorenzo hay un mix lindo”

Por Pedro Lujambio

El capitán de San Lorenzo de Almagro analizó, tras el inicio de la pretemporada, los objetivos del equipo en la Liga Nacional 2024/25. Además, habló de su forma de liderar, de su relación con los juveniles, que son mayoría en el plantel, y repasó su camino con la camiseta azulgrana hasta llegar a su cuarto año en el club.

El lunes 2 de septiembre San Lorenzo comenzó la pretemporada de cara a la Liga Nacional. Lucas Pérez, capitán del “Ciclón”, reveló a qué apuntan tanto él como el equipo para esta temporada.

-Recién arrancaron la pretemporada, ¿ya se plantearon algún objetivo para lo que viene?

-Como grupo, por la filosofía que tiene el entrenador, no se habla tanto de esto de “objetivos” en cuanto a resultados, pero sí de objetivos de rendimiento. No se habla tanto de si queremos llegar a tal instancia, sino que él se preocupa más por “el proceso” —así lo llama— y por el rendimiento en cuanto a que se cumplan ciertas reglas o cosas a las que apuntamos como equipo. La filosofía pasa por “cuidar el proceso” y, si eso lo hacemos bien, el entrenador confía en que vamos a andar más por la victoria que por la derrota.

-¿En lo personal pensás lo mismo o apuntás a resultados concretos?

-En lo personal uno sí trata de ponerse objetivos, de ser un poquito mejor que la temporada anterior. En la última nos clasificamos a los play-off, pasamos la primera llave, estuvimos cerca de alcanzar una semifinal e hicimos una muy linda serie con Boca. A mí me gustaría repetir y mejorar lo del año pasado, seguro. ¿Por qué no este año soñar con una semi? Veremos. Por ahora, tan temprano, estamos más en construcción. Por ahí en enero o febrero sí tenés un poco más claro a qué resultados apuntar.

Para esta temporada, San Lorenzo contará con muchos jugadores que están dando los primeros pasos de su carrera. Sumados a otros jóvenes que ya eran parte del plantel, cinco jugadores de entre 18 y 22 años fueron subidos al primer equipo desde la Liga Desarrollo. Además, se incorporaron Diego Collomb, de 19 años, proveniente de Quimsa, y Facundo Rutenberg, quien regresó con 23 años a la institución que lo formó, tras un paso por el básquetbol español. El capitán Lucas Pérez explicó cómo es su relación con los más chicos al ser él un líder y, además, opinó acerca de los diferentes contextos para que ellos se vayan asentando.

-Es un plantel con muchos jugadores que rondan los 20 años; vos sos el capitán y uno de los más experimentados… ¿Qué relación tenés con ellos? ¿Les das consejos?

-Con algunos ya tengo relación de varias temporadas, de los chicos nuevos conozco a Rutenberg y ahí en el vestuario al compartir el día a día vas generando un vínculo. No soy tanto de aconsejar pero si alguno se acerca y pregunta o necesita algo, sí. Yo soy más de liderar principalmente con el trabajo y con el ejemplo. No soy tanto de hablar, digamos.

-Varios jugadores subieron desde la Liga Desarrollo y va a ser su primera temporada en la Liga Nacional. ¿Creés que es ideal que tengan su debut con muchos compañeros en su misma situación? ¿O es mejor que vayan asentándose en un equipo con jugadores más experimentados?

-No hay una fórmula, las dos tienen sus pros y contras. Cuando subís con un grupo en el que todos tienen la misma edad, la dinámica y la química van haciendo que todo fluya; cuando mechás con jugadores con más experiencia, tenés la ventaja de aprender cosas que te van a ayudar un montón. En este caso, San Lorenzo, además de los más chicos, tiene varios jugadores grandes como Iván Basualdo y yo, y también están Córdoba y Grun que son un poco más jóvenes pero ya jugaron varias ligas y tienen bastante experiencia para que los más chicos se apoyen en ellos. Así que hay un mix. Hay un mix lindo.

Pérez llegó a San Lorenzo con 33 años para disputar la temporada 2021/22, en la que comenzaba un período de reconstrucción del equipo, que venía de ganar su quinto campeonato consecutivo. Rápidamente se convirtió en un pilar del equipo para esa etapa en la que los “cuervos” dejaron de aspirar a ser campeones y empezaron a mirar la tabla de abajo.

-En tu segunda temporada en el club —la 2022/23, tu primera como capitán— les tocó pelear por la permanencia hasta llegar al desempate con Atenas. ¿Cómo fue ese campeonato? ¿Los más grandes, como vos o Federico Marín, sentían que se tenían que “poner el equipo al hombro” en esos momentos de presión?

-Sabíamos que iba a ser un año complicado. A mí me había tocado una situación similar con Boca, jugar por el descenso, a Fede Marín le pasó lo mismo, entonces como ya lo viviste no lo dramatizás tanto, aunque por ahí los más jóvenes sí lo sentían un poco más. Pero la verdad que te puedo decir que se disfruta igual: venir y jugar, jugar por algo. Si bien no es lindo jugar por la permanencia, lo que eso implica —que venís al Pando con la cancha llena, con tu gente— se disfruta.

-Habías llegado en 2021 y te convertiste muy rápidamente en un emblema, a tal punto de que tras solo una temporada empezaste a ser el capitán. ¿Por qué se dio esto?

-Me tocó venir en una época de reconstrucción en la que el club necesitaba empezar otro proyecto y, por esto que hablábamos de la trayectoria, la edad y la experiencia, a uno lo van contratando para ocupar ese rol. Por suerte lo pudimos hacer, creo que ambas partes están contentas y por eso ya va a ser mi cuarta temporada en el club.

 

Una propuesta inesperada

Pese a haber nacido en Viedma, Río Negro, y a haber jugado durante casi toda su carrera en Argentina, en enero de este año Lucas Pérez recibió una convocatoria que lo sorprendió. Facundo Petracci, flamante entrenador de la Selección Siria, quería contar con él. “Fue el entrenador que tuve en Gimnasia de La Plata a los 20 años y se acordaba de que yo tenía ascendencia por mi bisabuelo, que vino de allá”, explicó Pérez, cuyo segundo nombre “Naim” tiene origen en Medio Oriente.

“Fue raro, no lo esperaba a esta altura, con más de 30 años”, expresó el capitán de San Lorenzo, aunque no dudó en aceptar. A partir de ese momento, empezó a tramitar la ciudadanía siria. Viajó para la doble fecha de febrero en la que se enfrentaron a Líbano y Emiratos Árabes, pero no recibió la habilitación de FIBA para jugar. “Nunca había ido ni conocido nada parecido a Asia, así que estar ahí fue muy lindo. El grupo de jugadores y la selección me trató bárbaro. Vamos a ver si llega la habilitación para la ventana de noviembre”, concluyó, esperanzado, el base del “Ciclón”.

De casi jugar en la Primera División a comandar a un equipo en la lucha por ascender a la B Metropolitana

Por Tomás Schenkman

Daian Vocos es el capitán de Deportivo Español, que está segundo en la tabla del Clausura en la Primera C, a sólo dos puntos del líder Real Pilar a falta de 10 fechas. 

Este martes, vencieron 3-1 a Argentino de Rosario para quedar terceros en la tabla general. El oriundo de Capitán Bermúdez, Santa Fe, explicó por qué llegaron a estar donde están.

-¿Cuál es la clave del gran presente?

-Hoy estamos donde estamos porque tenemos un grupo muy humilde, somos conscientes de nuestro lugar y tenemos los objetivos claros. Hay buena relación y mucha unión entre todas las partes y eso influye a la hora de acomodar todo.

-¿Cuánto influye la presión de la gente?

-La presión de la gente influye mucho y más cuando estás peleando por algo importante como nosotros, los hinchas mandan mensajes motivándome para salir campeón y ascender, y ahí es cuando tenés que saber llevar a los más chicos a que no se vuelvan locos y que lo lleven tranquilos.

Vocos está en el “Gallego” desde 2019 y lleva la cinta desde hace más de dos años. Nunca antes había tenido esta responsabilidad, sin embargo, sus 31 años lo llenaron de experiencia y asume el lugar que tiene que ocupar en el grupo.

-¿Cómo llevas la capitanía?

-Siendo capitán todos te miran, tenés que dar el ejemplo tanto adentro como afuera de la cancha. Trato de aconsejar a mis compañeros siempre desde la humildad, porque eso perdura en el camino de los más chicos. Hay muchas etapas que van a atravesar, a veces juegan, otras no, y ahí juega mucho la cabeza.

-¿Por qué crees que te eligieron?

-Por los años y la experiencia, además estoy hace mucho en la institución y fui creciendo mucho acá. Tengo muy buena relación con los dirigentes, con el cuerpo técnico, trato de que todos estemos enfocados en lograr los objetivos grupales.

-¿Qué cambió desde que ocupas ese rol?

-Creo que cambió mi manera de ver el fútbol. Al no ser capitán tenés menos responsabilidades y quizás jodés un poco más. Pero llevar la cinta implica mayor seriedad, mostrar una imagen ejemplar para que todos los chicos te copien y te hagan caso para llevar al grupo por buen camino.

El “Pacha”, como lo apodan sus compañeros, hizo inferiores en Rosario Central y en Quinta División se fue a probar suerte a Central Córdoba de Rosario, donde un año más tarde hizo su debut en Primera. Allí estuvo casi tres años hasta recalar en Juventud Unida de Gualeguaychú, donde tuvo el mejor momento de su carrera porque tuvo “la posibilidad de jugar cuatro años en el Nacional B y con grandes jugadores, como Fernando Zampedri, Diego Barrado y Renzo Tesuri”.

-¿Qué fue lo que más te inculcaron?

-Lo que más te queda  de esos jugadores es la humildad. Habían jugado en equipos grandes y, teniendo la vida hecha, seguían siendo humildes. Yo siempre fui de querer aprender y escuchaba mucho. Cuando uno es chico no se da cuenta en el lugar que está y a veces es más impulsivo e irresponsable, ahí sirve que ellos te orienten. Cuando vas creciendo te vas dando cuenta cuánto sirve lo que te aconsejaron. Eso es lo que más les intento transmitir hoy a los chicos.

Luego de esas cuatro temporadas en el equipo entrerriano, el santafesino tuvo un inconveniente con un representante y pasó a jugar en Sportivo Las Parejas (Santa Fe), que militaba en el Federal A. Allí estuvo menos de un año y ahí fue cuando Deportivo Español puso sus ojos en él y lo fichó. Hoy, con más de 100 partidos en el club, supo poner en palabras lo que significa ser capitán.

-Para vos, ¿qué es ser capitán?

-Ser capitán consiste en estar en todos los detalles, ayudar para que todos estén bien psicológicamente para lograr los resultados en los partidos. Afuera de la cancha es cuando más sentís que sos el capitán, tenés que estar en el día a día y hablar con los chicos sobre sus problemas personales, si alguno falta a entrenar, preguntarle qué le pasó y estar pendientes para poder ayudarlos. El fútbol es un deporte de muchos traspiés y hay que estar preparado para saber llevarlo. 

-En cuánto a lo psicológico, ¿qué importancia tiene en el deporte?

-Es importantísimo estar bien de la cabeza siendo jugador de fútbol y más en el Ascenso porque es muy difícil mantenerse. Hemos tenido psicólogo, ahora tenemos una coaching que nos ayuda. Es importante que estén porque hay chicos que no te cuentan todo y hay casos más privados que es mejor tratar con un profesional.

-¿Cómo llevas la exposición de los más chicos en redes sociales?

-Hoy en día los chicos están mucho con las redes y exponen por demás su vida privada. Mi labor es estar pendiente de esas cosas porque cuando los resultados no acompañan, esas cosas que publican les juegan en contra. Trato de que mantengan un perfil bajo y que no se muestren tanto, y que aprendan para cuando les toque ser más grandes y tengan que aconsejar a otros. Por suerte, los chicos se toman bien los consejos, acá en “Español” son muy educados y tienen ganas de crecer, así que te prestan atención.

Cuando terminó su contrato en Juventud Unida de Gualeguaychú, estuvo a punto de irse a jugar a Patronato —que en ese momento estaba en Primera— por medio de un representante (lo querían otros equipos del Nacional B) que lo hizo esperar hasta último momento y lo dejó clavado. Aquella vez, estuvo casi cinco meses sin club y sin saber qué hacer.

Eso lo afectó mucho en lo psicológico porque tenía pensada una vida totalmente distinta y le tocó tener que arrancar casi de cero. Ahí fue cuando más pensó en dejar el fútbol. Sin embargo, remarcó que lo que lo impulsó a seguir fue su familia y “la pasión que siento por el deporte, que es más fuerte que cualquier adversidad”.

Para su suerte, por medio de un conocido, terminó arreglando para jugar en Sportivo Las Parejas (Santa Fe) un día antes de que cierre el libro de pases.

De capitán a presidente y concejal, el compromiso de Frontini con Monteros

Por Franco Minervini

Lucas Frontini es concejal de Monteros, una ciudad ubicada en el sudeste de Tucumán, y presidente de “Monteros Voley”. Sin embargo, estos roles los asume con el mismo “compromiso” que en 2016, cuando recibió la cinta de capitán por primera vez. Hoy, a los 36 años y con dos cargos políticos encima, la sigue portando. Su destacada conducción del equipo superó los límites del deporte y se trasladó a una región de 40 mil habitantes. 

-¿Cómo pasaste de ser jugador a político?

-Se fue dando —contesta sin dudar. Las personas que notaron mi liderazgo me impulsaron para que me postulara como concejal. 

El opuesto de un metro y 99 centímetros de altura, remarcó su “vigencia y compromiso” con el club que lidera. Esto generó que en marzo de 2023 sea elegido como presidente. Monteros se fundó en 1984 y fue una de las primeras instituciones deportivas en la Argentina que nació con el vóley como disciplina central. Actualmente, cuenta con un predio de cinco hectáreas que recibe a más de mil socios y acompaña a tres mil deportistas. 

-Ante tantas responsabilidades, ¿qué rol ocupa el vóley en tu vida cotidiana?

-Lo primero en mi agenda es el compromiso que tengo con mi ciudad. En segundo plano pondría a la presidencia del club y, finalmente, al deporte. Por otro lado —continúa luego de una larga pausa— el deporte es mi cable a tierra y potenció mi característica de líder. 

-Entonces, ¿gracias al deporte aprendiste a manejar grupos?

-Puede ser. No me siento ejemplo de nadie, pero mi experiencia en la política sirve en la capitanía y viceversa. Son cosas que se van dando. 

En la Liga 2024/2025, Monteros participará por octava vez consecutiva en Primera División. La institución atraviesa un gran presente: fue campeón del Torneo Metropolitano ante Tucumán de Gimnasia, club con el que comparten provincia y categoría. Sin embargo, para Frontini el “logro principal” es el debut de cuatro juveniles durante la temporada pasada. Para él, es fundamental “seguir desarrollando jugadores para que trabajen gracias al deporte”. 

-En estos casos, ¿cómo acompañas a los jóvenes desde tu experiencia?

-Trato de inculcarles la pasión y el sentimiento. Lo que no hago desde lo físico por mi edad, lo hago desde el apoyo a mis compañeros. El deporte te inculca valores y responsabilidades que sirven para la vida. 

El concejal, presidente y capitán —por nombrarlos, según él, en orden jerárquico— hizo hincapié durante toda la entrevista en el acompañamiento a los que recién se suman al plantel, porque destaca que Monteros es una ciudad con “gran fervor por el vóley” y quiere mantener ese espíritu en sus compañeros. De hecho, cuando habla de sus ganas de continuar consiguiendo títulos como jugador, no duda ni un segundo: “Tengo el mismo hambre de siempre por competir, cuando se me apague ese fuego, dejaré de hacerlo”. 

Además, manifestó su orgullo por la influencia de Monteros en el crecimiento del vóley argentino en los últimos 15 años, pero sobre todo en el desarrollo de jóvenes jugadores tucumanos. No es casualidad que el 80% del plantel esté conformado por deportistas oriundos de la provincia; ya que Frontini y su técnico, Leonardo Patti, consideran necesario promover la pasión por este deporte en la ciudad. El ejemplo más reciente es Pablo Urcvich, quien dio sus primeros pasos en Monteros Voley y a principios de este año fue convocado para disputar la Nations League con el Seleccionado argentino. 

-En este sentido, ¿qué le queda por mejorar al voley de Monteros?

-Mucho —sentenció y realizó una pausa para reflexionar. Quiero que a las futuras generaciones no les falte nada y tengan todo lo que a mí me hubiera gustado tener como deportista. Seguiré trasladando mi conducción dentro de la cancha al sector dirigencial. 

-¿Y en tu vida profesional?

– Me estoy preparando para llegar a lo más alto en política —contestó sin regalar detalles.

-Cuando termine tu mandato en 2027, ¿en qué cargo te gustaría asumir?

-No sé (sonríe). La política es muy cambiante y aprendí a no hacer futurología, pero siempre intento llegar lo más lejos posible. 

En esta última idea resumió su vida profesional, que tuvo un gran impulso en 2016 cuando fue capitán por primera vez y logró el ascenso con Monteros a la máxima categoría. Para él, la cinta significó un “premio a la trayectoria”, pero sus declaraciones evidencian que lo motivaron a ir por más. Así, pasó de representar un plantel de 25 jugadores, a un club de mil socios y, más adelante, a una ciudad de cuarenta mil habitantes. Todo esto en siete años. Su condición de líder y su ambición lo ilusionan para seguir escalando, pero siempre resalta que todo lo aprendió gracias al deporte.

 Las últimas temporadas de Monteros Voley fueron históricas: en 2023 alcanzó por única vez la semifinal de la Liga de Primera División, en la cual perdió por un global de 3-0 ante UPCN. Este año llegó a cuartos de final y perdió por el mismo global ante River. Ante eso, Frontini aseguró que el nivel general se emparejó, ya que anteriormente era “imposible” competir contra Bolívar, UPCN o Ciudad, los tres principales clubes. 

Además, consideró que la Liga de Vóley Argentina está atravesando un “momento histórico” porque por primera vez se televisarán los 140 partidos de la temporada 2024/2025: “Al ser transmitido por Fox Sports tanto en televisión como en YouTube, la gente va a poder seguirlo por el celular. Nos vamos a sentir en contacto con aquellos que no cuentan con un decodificador”.

 

Desde Pelé hasta el Bowling: Mafalda y su lado deportivo

Por Isidoro Doumont

El 29 de septiembre de 1964 aparecía por primera vez en el semanario Primera Plana la tira de Mafalda. Esa pequeña niña ideada por Quino generó una gran revolución cultural, hasta el día de hoy, involucrándose en temas como la política, la sociedad y hasta el deporte que se ve muy bien reflejado en la historieta. 

A continuación vamos a ver los deportes que aparecieron.

Fútbol: 

La tira donde aparece Pelé fue publicada en 1967, su figura ya estaba consolidada como ícono mundial del deporte por su habilidad, que fue clave en las tres copas del mundo que ganó Brasil en 1958, 1962 y 1970, y que marcó una época dorada en el fútbol. 

El Real Madrid y el Inter de Milán son mencionados por la importancia que fueron ganando a nivel mundial, por su éxito en las competiciones europeas. Por un lado, el Real Madrid, con la gran figura de Alfredo Di Stéfano, acercó la pasión madridista a la Argentina. Él fue una de las principales razones del dominio del equipo español en la Copa de Europa durante los años 50 y 60. 

Por otro lado, el Inter de Milán, bajo la dirección de Helenio Herrera, implementó el “catenaccio”, una estrategia defensiva conocida como “estilo muralla”, que consistía en mantener un bloque defensivo y jugar a contragolpes. Esta táctica, también adoptada por la selección italiana, priorizaba la defensa sobre el ataque, y permitió al Inter destacarse en Europa. Otro jugador argentino que estuvo presente en esta época, pero en el Inter, fue Antonio Angelillo, quien jugó en el equipo italiano desde 1957 hasta 1961.

Quino reflejó a través de los personajes de Felipe y Manolito la pasión por el fútbol, ya que hablaban y lo jugaban todo el tiempo. Pero lo novedoso fue la representación de niñas jugando al fútbol, algo poco común durante el período en el que se publicó la tira e incluso después. En una época en la que el fútbol femenino no tenía visibilidad de ningún tipo, Quino rompió con los estereotipos mostrando a Mafalda y a Susanita practicando este deporte.

La primera liga femenina oficial del mundo se estableció en 1969, en Inglaterra, después de la fundación de la Women’s Football Association (WFA), lo que marcó un precedente importante para su desarrollo en el resto del mundo. La creación de una liga femenina fue parte de un creciente interés por el deporte femenino en Europa, que contrastaba fuertemente con la situación de Argentina, donde recién en la década del 90 comenzó a tener cierto reconocimiento cuando se creó la primera liga en el país.

El momento clave del fútbol femenino argentino ocurrió en 1971, cuando Argentina participó en el Mundial no oficial de fútbol femenino en México. Las jugadoras, conocidas como “Las Pioneras”, fueron la primera selección femenina en representar al país. Sin apoyo oficial ni reconocimiento mediático, estas futbolistas, a pesar de las dificultades, lograron resultados históricos como la victoria 4-1 ante Inglaterra. Pero su participación pasó desapercibida en el país. 

La inclusión de Mafalda y Susanita jugando al fútbol no solo era disruptiva por la época, sino también por el contraste entre las personalidades de ambos personajes. Susanita, quien a diferencia de Mafalda, representaba roles tradicionales y estereotipos femeninos, también estaba interesada en el fútbol. Más allá de sus valores e ideales, quería participar del deporte. 

Ajedrez:

El ajedrez tuvo un pico de popularidad en los años 60, por la rivalidad entre Estados Unidos y la Unión Soviética durante la Guerra Fría. Este enfrentamiento entre las dos potencias, que buscaban expandir sus ideologías por el mundo, no se limitó solo a lo militar o político, sino que también se reflejó en el ajedrez. En 1972, el mundo presenció una de las partidas más emblemáticas entre el estadounidense Bobby Fischer y el soviético Boris Spassky, vista como un símbolo de la lucha entre el capitalismo y el comunismo.

El “Juego del Siglo”, realizado en Islandia fue emblemático porque enfrentaba a dos de los mejores jugadores del mundo y porque representó algo mucho más profundo. El dominio soviético en el ajedrez, había sido absoluto desde el final de la Segunda Guerra Mundial, con campeones que reflejaban la potencia intelectual del comunismo. Fischer, con su estilo de juego agresivo, audaz e innovador, rompía con el planteo soviético de un juego metódico y controlado. La victoria de Fischer fue vista como un golpe simbólico a la hegemonía soviética y puso al ajedrez en un nuevo nivel de interés público, convirtiéndose en un fenómeno cultural y político en todo el mundo.

En Mafalda, el ajedrez invita a una reflexión intelectual y filosófica, protagonizada principalmente por Felipe, quien se tomaba muy en serio sus partidas contra Mafalda. En una de las tiras, mientras juegan ajedrez, se menciona al comunismo, como una referencia a los problemas geopolíticos de la época. 

 

Boxeo: 

En los años 60 y 70 el boxeo fue dominado por Muhammad Ali, quien se convirtió en un símbolo del deporte y de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos. Ali, además de destacarse en el ring por su velocidad, fuerza, estrategia y astucia psicológica, se opuso públicamente a la guerra de Vietnam y denunció la discriminación racial. Su carisma y activismo, junto a su talento en el boxeo, lo convirtieron en una de las figuras más influyentes del siglo XX.

Aunque Quino no se enfocó directamente en el boxeo en Mafalda, hizo referencias indirectas a través de metáforas y simbolismos. Un ejemplo claro es la tira en la que Mafalda, pide una revista con figuritas de animales y se encuentra con tapas que retratan el racismo, el boxeo, un escándalo futbolístico y un asesinato.

 

Ping Pong:

El ping pong tomó una relevancia geopolítica inesperada durante los años 70 gracias a la “Diplomacia del Ping Pong”, que fue clave en las relaciones entre Estados Unidos y China. En 1971, el equipo estadounidense se encontraba en el campeonato mundial de ping pong en Japón y una invitación a China cambió el rumbo. El jugador Glenn Cowan fue invitado a visitar China cuando en el mundial conoció a Zhuang Zedong, en el primer intercambio amistoso entre los dos países en años. Este evento fue aprovechado por los líderes de ambos países para mejorar sus relaciones diplomáticas. La “Diplomacia del Ping Pong” calmó las aguas y preparó el terreno para la visita del presidente Richard Nixon a China en 1972, un paso crucial para restablecer el diálogo entre las dos potencias y reducir las tensiones de la Guerra Fría.

En la tira, Mafalda pierde un partido contra Felipe y escribe sobre su derrota en su “diario íntimo con suplemento deportivo”. Estas viñetas muestran el impacto que un deporte puede tener en las relaciones y emociones humanas, del mismo modo que en la diplomacia internacional, un partido de ping pong tuvo repercusiones a nivel global.

 

Bowling: 

El bowling era un deporte recreativo muy popular en los clubes sociales de Argentina durante los años 60, donde la clase media se reunía para socializar y participar en actividades deportivas, y generaba una vía de integración social para familias y amigos. Al ser un deporte mixto, permitía la participación tanto de hombres como de mujeres.

En Mafalda se reflejó esta realidad en una tira donde los personajes practican bowling y muestra su popularidad como actividad recreativa. 

Quino, siempre atento a los temas de actualidad, utilizaba los deportes para conectar con sus lectores y reflejar los cambios sociales. Sesenta años después de aquella primera entrega de Mafalda, el deporte sigue formando parte de la vida cotidiana de las personas, instituciones y países, promoviendo los ideales de compañerismo, respeto, igualdad y disciplina.