sábado, octubre 12, 2024

Omar Gallardo: “Antes me puteaban en la cancha, después me aplaudían a la noche”

Por Marcos Baez

Nació en Moreno, tiene 44 años, fue un volante central salido de San Lorenzo, campeón de la B Nacional 2005/06 con Nueva Chicago y con pasado en Chacarita, entre otros. A partir de 2019, tras su retiro, comenzó a trabajar arriba de una ambulancia. En 2020, atravesó la pandemia sin dejar de laborar y exponiéndose para el bienestar del prójimo. 

-¿Cómo empieza tu historia como ambulanciero? ¿Cómo y por qué llegaste a agarrar el puesto? 

– Me retiré en Excursionistas a los 38 años en 2017, como la plata no alcanzaba tuve que salir a buscar trabajo. Empecé en una clínica de Lanús en diciembre de 2019 gracias a un exdirigente del Ciclón que me dio una mano, porque ya no teníamos nada para comer. Pero nunca me imaginé lo que se vino meses después.

-¿Qué rol cumplías?

-Hacía traslados. Generalmente a gente grande que necesitaba tratamientos, si no podían asistir al hospital, íbamos con un médico para que no tuvieran que salir y no se expongan al contagio.

-¿Tenías miedo? ¿Cómo te veía la gente?

– Sí, al principio sí. Más que nada cuando todavía no se sabía mucho sobre el Covid. Mi mamá y mi suegra son diabéticas, no las podía ver. Si pasaba por casa tenía que encerrar a los chicos en el cuarto, sacarme las zapatillas antes de entrar, lavar mi ropa ni bien llegaba. La gente me reconocía el esfuerzo y la predisposición por ayudar a la gente pero otros nos veían como fantasmas, como si los fuera a contagiar por manejar una ambulancia. Es gracioso porque antes me puteaban en la cancha y después me aplaudían de noche.


“La gente me reconocía el esfuerzo y la predisposición por ayudar a la gente pero otros nos veían como fantasmas, como si los fuera a contagiar por manejar una ambulancia”.

 

-¿Creés que fue justo el trato que recibió el personal de salud?

– En parte sí y en parte no, me acuerdo que me ponía mal cuando veía esos casos que en los edificios querían echar a los médicos. Uno estaba arriesgando la vida por los demás. En mi caso yo arriesgaba la vida por mi mujer y por mis hijos, pero es mi trabajo y lo tengo que hacer por una necesidad. A mi me hubiese gustado quedarme en mi casa, pero tenía y tengo que darle de comer a mis hijos y mantener la casa. Lamentablemente hay gente que no lo entendía.

-¿Te enojabas mucho con la gente que no tomaba los recaudos necesarios?

– Sí, claro. Había que tomar real consciencia, era horrible el aislamiento durante los primeros días de pandemia, cuando entraban a la habitación para la limpieza y hacer la cama con el disfraz que parece de astronauta, la paciente se ponía contra el rincón mirando hacia la pared como si estuviera en penitencia. Si estás en esa situación no te puede ver nadie más. Era horrible, es una cagada. No veías más a ningún familiar hasta que se te pase.

-¿Se podía evitar tanta propagación del virus o manejarse mejor la cuarentena en tu opinión?

– Con el diario del lunes es más fácil. En el momento que surgió todo el desconocimiento era total. Sobre los contagios, yo creo que el punto estuvo en los barrios más humildes porque nunca se enteraron de lo que estaba pasando, ya que no le daban la importancia que se debe.

– Volviendo a la actualidad; ¿Estás laburando más tranquilo? ¿Volviste a jugar a la pelota?

– Sí, ahora es otra cosa. Sigo laburando de domingo a viernes pero más cómodo. Estoy jugando en el Senior de San Lorenzo, me cruzo seguido con Romagnoli y Gorosito. 

 

 

 

 

 

Epígrafe Foto 1: El Indio con Beto Acosta y Pipo Gorosito, en el senior de San Lorenzo.

Epígrafe Foto 2: Gallardo junto a la ambulancia, su medio de trabajo.

Epígrafe Foto 3: El ambulanciero jugando para el Ciclón, club donde surgió como futbolista.

 

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