viernes, mayo 2, 2025
Home Blog Page 44

John Yeboah: el “Neymar” alemán que juega con Ecuador y pudo ser de Ghana

Por Román Pedersen

“Soy un futbolista callejero”. Esta es la carta de presentación del extremo John Yeboah Zamora, que en su ciudad de origen perfilaba para ser un gran jugador de fútbol sala, pero que en uno de sus partidos de futsal un ojeador del Wolfsburgo, equipo de la Bundesliga alemana, lo vio y no dudó en ofrecerle una prueba para las divisiones Formativas. Así, comenzó su historia con la modalidad 11 contra 11. Su destino estaba en el verde césped.

Nacido el 23 de junio de 2000 en Hamburgo, Alemania, Yeboah se destaca en el Raków Częstochowa, club de la primera división de Polonia, por su desequilibrio, agilidad para dejar rivales en el camino y velocidad para recorrer grandes distancias. De allí surge su apodo, La Gacela. En el conjunto polaco tiene cuatro goles y seis asistencias en este año, aunque antes de llegar a la institución tuvo pasos por distintos clubes de Países Bajos.

En estos equipos es donde se empezó a conocer cada vez más sus características, aunque su destaque real estuvo en las canchitas de su barrio, Veddel. Con sus amigos jugaba todo el día, todo el tiempo. De allí pasó a los torneos de fútbol bajo techo, ya que se unió al FC Türkiye Wilhelmsburg y es ahí cuando Los Lobos aprovecharon y se lo llevaron.

Llegó al Wolfsburgo en el 2015 y estuvo en las categorías inferiores sub 17, sub 19 y en el segundo plantel del equipo, para en la temporada 2018 hacer su debut a nivel profesional. Mientras tanto, defendía a las divisiones juveniles: con ellos jugó en la sub 16, sub 17, sub 18, sub 19 y sub 20, con la particularidad de que hizo goles en todas las menores, menos en la primera. A su vez, disputó el Mundial Sub 17 de India. ¿Cuál era su sueño en ese entonces? Jugar el Mundial de mayores y con la nación en la cual creció. En su trayectoria con La Maquinaria tuvo 27 partidos en total y el último certamen que jugó fue la Elite League Sub 20. Anotó dos tantos y fue titular en cuatro de los cinco encuentros.

Si bien nació en suelo germano y su documentación dice ser alemán, en su corazón también lleva a Ecuador. Su madre, Jenny, es ecuatoriana oriunda de la ciudad de Milagro, en la Provincia del Guayas, y fue quien le dio la posibilidad de nacionalizarse; pero a su vez pudo elegir portar los colores de Ghana, pues su padre es de aquel país. Entre estas tres selecciones comenzó un tira y afloja constante, ya que todas querían contar con el wing, apodado por sus compañeros de futsal, por los regates que hacía, como el Nuevo Neymar. Sin embargo, la que terminó ganando fue la sudamericana. ¿Por qué? El jugador tomó la decisión de cambiar de continente para hacerle honor a su familia materna.

La historia con La Tri comienza a inicios de 2023, cuando, debido a sus grandes actuaciones con el Śląsk Wrocław, empezó a resonar en el elenco y le pidieron que saque el pasaporte. En septiembre obtuvo esto y la partida de nacimiento, por lo que en octubre, de cara a las Eliminatorias Sudamericanas 2026, Félix Suarez lo convocó y fue suplente ante Colombia. Su presentación con Ecuador se dio el 21 de marzo de este año ante Guatemala. El entrenador español Félix Sánchez Bas confío en él y el atacante, con la 9, metió un gol.

Quien primero lo recomendó fue el director técnico argentino Jorge Célico. En 2020, previo a sus convocatorias iniciales, el coach de la Sub 20 lo anotó en su lista y delegó su nombre a la Federación Ecuatoriana de Fútbol. “Sé de la existencia de John, es un futbolista con varios partidos en la Primera División de Holanda. Se lo podría llamar”, declaró en ese momento acerca del actual “11” y figura del Raków Częstochowa.

Con todo esto, los que peor quedaron fueron los ghaneses, ya que consideraron la elección un “acto de traición”. Prueba de esto fue lo que publicó el medio Ghana Soccernet: “El talentoso jugador, nacido en Hamburgo, Alemania, de padre ghanés y madre ecuatoriana, ha optado por representar a Ecuador a nivel internacional, rechazando la oportunidad de jugar con las Estrellas Negras. Ha tomado una decisión importante en su carrera futbolística profesional que ha dejado a todos decepcionados”.

Hasta ahora, con los recientes partidos por Copa América -derrota ante Venezuela y triunfo frente a Jamaica-, La Gacela lleva cuatro partidos y dos tantos con su, ahora, Selección. En su última anotación tomó su camiseta, la estiró y la dirigió a su rostro, para darle un beso al escudo y demostrar su amor por los colores. Así, Ecuador tiene a un joven talento, a un diamante en bruto por el cual tres naciones se pelearon. John Yeboah, el Nuevo Neymar alemán que juega en La Tri.

Cayasso, el futbolista escritor e ídolo nacional de Costa Rica

Por Thiago Cammarota

Juan Cayasso anotó el primer gol para su selección en un Mundial; el más festejado en la historia de Costa Rica. De futbolista a escritor, su libro cuenta la historia detrás de la jugada que lo convirtió en leyenda.

El gol de Italia 90: destino, suerte o casualidad retrata la jugada que recuerdan un futbolista y un pueblo entero. El gol con el que Costa Rica le ganó 1-0 a Escocia, cuando salió a escena por primera vez en una Copa del Mundo. Aquella tarde de sol en el Estadio Luigi Ferraris, de Génova, forma parte de un verano italiano que quedó grabado para siempre en la memoria de los ticos. Es la obra maestra de Juan Cayasso.

“¿De qué se trata? Tiene un poco de todo. Es un poco de autoayuda, porque habla de como conseguir el éxito en los sueños; para mi, Italia 90 fue un sueño. Es historia porque habla de algo que pasó hace rato. Hasta tiene un poco de periodismo, porque tuve que entrevistar a gente que estuvo conmigo en aquel entonces”, comenta Cayasso acerca de su libro, que en la portada fija el instante crucial de la jugada histórica: la pelota ya superó la estirada del arquero Jim Leighton, mientras que en segundo plano tres jugadores escoceses miraban atónitos, sin poder comprender lo que estaba por suceder.

Aquel 11 de junio de 1990 significó el paso a la inmortalidad para el hombre nacido hace 63 años en Limón, la capital de la cultura afro-caribeña de Costa Rica. Pero Cayasso es un dios terrenal, caracterizado por la humildad y por la sonrisa que siempre aparece dibujada en su rostro. “Los niños me paran en la calle para saludarme y me dicen: ‘Usted es Cayasso, el que mi papá me dijo que hizo un gol en Italia 90’, eso se multiplica y sigue ahí, como una leyenda”, recuerda el exjugador, quien actualmente es el director deportivo del equipo Limón Black Star que milita en el ascenso costarricense. 

Pero en un principio, la convocatoria de Cayasso para la cita mundialista generó murmullos desconfiados del público futbolero. Esto se debe a que jugó en los dos equipos más grandes del país. Debutó en la Liga Deportiva Alajuelense en 1981 y ocho años más tarde, luego de un conflicto con los dirigentes, pasó al Deportivo Saprissa, eterno rival de Alajuelense, al que le marcó un gol en el primer clásico. Desde entonces, la hinchada rojinegra no tolera verlo en la selección. Su destacada actuación en Italia 90 le dió la oportunidad de emigrar a Europa para defender los colores del Stuttgarter Kickers, de la segunda división, con el que ascendió a la Bundesliga. En Alemania fue blanco de miradas despectivas fuera del césped, debido a su color de piel.

Hay muchos ejemplos de futbolistas que, al igual que Cayasso, decidieron dedicarse a la literatura luego de colgar los botines. Alberto Edjogo-Owono nacido en Barcelona pero de origen africano, escribió Indomable: cuadernos del fútbol africano que explica de un modo ameno la historia poscolonial de distintas regiones del continente, siempre con el fútbol como excusa. Miguel Pardeza, exjugador del Real Madrid en los 80 publicó dos novelas que reflejan el lado más amargo de la élite y las preocupaciones por el retiro profesional. Fútbol B: lo que me hubiera gustado saber cuando era futbolista y nadie me contó es el libro escrito por Jacinto Ela Eyene, quien pasó de ser una de las grandes promesas del fútbol mundial a dejar el deporte por la puerta de atrás con tan solo 26 años.

¿Destino, suerte o casualidad? es el interrogante que emerge de las letras impresas en la página del libro de Cayasso. El protagonista de esta historia es quien da la respuesta: “Hay un poco de suerte y casualidad porque justo estaba en esa posición favorable. Pero, sobre todo, hay mucho de destino en la jugada. Estaba marcado que debía hacer el primer gol de Costa Rica en un Mundial”. Y Cayasso lo hizo. Su seleccionado superó la fase de grupos, pero perdió 4-1 con Checoslovaquia en los octavos de final de aquella Copa del Mundo. Así fue como su leyenda se extendió a lo largo y ancho de 51.100 kilómetros cuadrados de territorio costarricense.

Paraguay, la bestia negra de Brasil en la Copa América

Por Joaquín Arias

Luego de los históricos triunfos paraguayos en la semifinales de 1979, donde terminaría alzando el título, y 1983, Brasil se adueñó claramente del historial, al igual que lo hizo con todas las selecciones de la CONMEBOL. Sin embargo, en este siglo la selección guaraní se convertiría en un dolor de cabeza para la verdeamarela, manteniendo un invicto de veinte años. 

Todo comenzó en el último partido de la fase de grupos de Perú 2004. Ambos conjuntos ya habían amarrado la clasificación, y sólo restaba definir el primer lugar. En Arequipa, Julio González adelantó a los paraguayos, y si bien Luis Fabiano empató el encuentro, Fredy Bareiro puso el 2-1 definitivo, marcando la sorpresa. Los albirrojos no pudieron disfrutar mucho su victoria, ya que quedaron eliminados en cuartos de final ante Uruguay. Brasil se repuso goleando a México y venciendo a los charrúas y a Argentina por penales para alzar el título. 

Siete años después, volvieron a compartir grupo en Argentina 2011. Ambos venían de empatar su primer partido. En Córdoba Jadson adelantaba a la Canarinha al minuto 39, con un disparo raso desde afuera del área. Ya en el complemento, Paraguay reaccionaría, primero con un veloz contraataque que culminó Roque Santa Cruz y después con un tanto de Nelson Haedo Valdez tras una serie de errores defensivos. Parecía que se repetía la historia del 2004 pero a un minuto para el final Fred recibió un pase de Ganso, dio media vuelta y definió mano a mano para salvar un punto.

Brasil terminaría como líder de la zona, mientras que los dirigidos por Gerardo “Tata” Martino, que habían empatado sus tres partidos, avanzaron como mejores terceros. Un día antes la anfitriona Argentina se había quedado afuera, por lo que la Scratch se erigía como la máxima candidata al título. Esta vez la sede fue La Plata, donde el encuentro careció de emociones por 120 minutos. Llegó el turno de los penales, y allí los favoritos tuvieron una tanda para el olvido. Justo Villar detuvo el lanzamiento de Thiago Silva, y Elano, André Santos y Fred ni siquiera acertaron al arco. Paraguay, que también arrancó fallando, ganó por 2-0 y se clasificó a las semifinales. Con otra victoria en penales ante Venezuela, se plantó en la final sin ganar un partido. Allí cayó por goleada ante Uruguay en El Monumental. 

Cuatro años después se volvieron a cruzar en cuartos de final, ya que los dos habían pasado como segundos de grupo. En Concepción, Chile, Robinho aprovechó un centro de Dani Alves para poner el 1-0 al cuarto de hora. Parecía que los de Dunga conseguían la venganza pero una clara mano de Thiago Silva a veinte minutos del final derivó en un penal para los de Ramón Díaz. Derlis González cruzó el remate y puso el empate. El resultado no se movió y de nuevo hubo penales. Everto Ribeiro mandó afuera el segundo penal y Douglas Costa el cuarto, y aunque Santa Cruz desperdició un match point el gol del héroe de los 90 minutos, Derlis González, consumó un nuevo Paraguayazo. Los últimos integrantes de la gran generación guaraní no pudieron repetir la hazaña en semifinales ante Argentina, y terminaron la copa en el cuarto puesto.

Tras doce años sin títulos, Brasil organizaba la Copa 2019 con el fin de lograr levantar el trofeo en su suelo. Pudo sortear con tranquilidad la fase de grupos, pero seguro más de uno se agarró la cabeza cuando vio que en cuartos les volvía a tocar Paraguay. Ya con unos años de decadencia futbolística, los comandados por Eduardo Berizzo habían clasificado con solo dos puntos, conseguidos ante Argentina y la débil Qatar. El partido disputado en Porto Alegre fue dominado ampliamente por el local, que intentó sortear de cualquier manera posible la férrea defensa guaraní. Sin embargo no pudieron hacerlo, incluso estando media hora con un jugador más por la roja a Fabián Balbuena. De nuevo era hora de decidir por la vía de la pena máxima. Alisson le atajó el primer penal a Gustavo Gómez, aunque Firmino desperdició el cuarto tirándolo afuera. Al héroe del 2015, Derlis, también se le fue su remate por el costado derecho, y Gabriel Jesús lograba darle el pase a la verdeamarela a semifinales. 

De esta manera Paraguay lleva cinco partidos sin perder en los 90 minutos ante Brasil. En Nevada el Scratch buscará acabar con esta racha y revertir la floja cara del debut ante Costa Rica. Los guaraníes, por su parte, buscarán apelar a su historia de garra y solidez defensiva para conseguir un resultado que les permita seguir soñando en esta Copa América.

El día que nos cortaron las piernas

Por Pilar Scacciaferro y Candela Carabajal

El 27 de junio de 1994 la FIFA anunció el positivo de Diego Armando Maradona, en medio del Mundial de Estados Unidos. Dos días antes y sin saberlo, el ídolo argentino vistió por última vez la camiseta de la Selección Argentina en el triunfo por 2-1 ante Nigeria por la segunda fecha.

Argentina compartía el grupo D con Bulgaria, Grecia y Nigeria, y el 21 de junio, en la primera fecha ante los griegos, Maradona convirtió su último gol con el combinado nacional. Cuatro días después, dos enfermeras aparecieron dentro del campo de juego tras la victoria ante los africanos y se llevaron a Maradona y al exdefensor Sergio Vázquez para realizarles el control antidoping. Todavía en la cancha, el 10 declaró: “Me siento maravilloso, me sentí muy bien porque me sentí importante. El equipo necesitaba que yo tuviera la pelota y así lo hice. Esto es para todos los argentinos, los quiero mucho”. Diego tomó de la mano a la enfermera Sue Ellen Carpenter y se fue al vestuario. Dos días más tarde, esa imagen sería la postal más triste en la historia del fútbol argentino.

Era un lunes 27 de junio en Dallas. Grondona había lanzado una frase ante un grupo de periodistas: “Hay un positivo, es Vázquez o el pibe”. Todos los ojos del entrenamiento de la Selección y todos los ojos del país estaban sobre Maradona, que se mostraba contento ante sus compañeros. Había pasado dos meses en El Marito, La Pampa, preparándose para el Mundial junto a su preparador físico Fernando Signorini, y a la par luchaba con la abstinencia a las drogas. Había decidido alejarse de Buenos Aires y la “mala vida”. También necesitaba ponerse bien físicamente ya que en marzo se había quedado sin club.

Los acompañaba Daniel Cerrini, personal trainer y nutricionista, que le había entregado a Diego unas pastillas para adelgazar que generaban discusión entre él y Signorini porque insistía en dejarlo en 70 kilos, mientras que el Profe lo quería en 76. En medio de una discusión, Maradona soltó: “Cerrani, cerrá el orto que vos de esto no sabés nada”. Cerrini compró más de estos suplementos cuando viajaron a Estados Unidos, pero en ningún momento revisó los componentes.


El positivo fue de Diego Maradona en efedrina, norefedrina, pseudoefedrina, norpseudoefedrina y metaefedrina. Las pastillas que había comprado Cerrini contenían ‘ma huang’: efedrina.

El 10 pasó de sentirse pleno en el pasto a caer de un golpe seco en la tierra. La ira se transformó en la sangre de sus venas y los gritos de dolor reemplazaron las palabras, que no existían para explicar tal sufrimiento. Unos ojos que brillaban por una ilusión, ahora lo hacían por las lágrimas que corrían por su cara.

Te juro por mis hijas que no me drogué. Yo quiero correr, quiero volar, me preparé muy bien para este mundial, como nunca, hablan de la efedrina y después del partido corrí 10 kilómetros. Y me duele mucho porque me cortan las piernas, me dan por la cabeza cuando tenía la posibilidad de resurgir de un montón de cosas. El día que me drogué fui y le dije a la jueza: ‘Sí, me drogué, ¿qué hay que pagar?’, y lo pagué, fueron dos años durísimos de vida”, declaró en esas horas Maradona en una entrevista con su amigo y periodista Adrián Paenza en Canal 13. Y siguió: “No quiero dramatizar, pero me cortaron las piernas, a mí y a los que siguen al lado mío. Nos sacaron del Mundial, nos sacaron la ilusión y sobre todas las cosas a mí me sacaron del fútbol definitivamente. Tengo los brazos caídos y el alma destrozada. No corrí por la droga, corrí por el corazón y la camiseta”.


Diego fue dado de baja y desplazado de su capitanía y Argentina quedó afuera tras caer 3-2 contra Rumania en los octavos de final.

Aquel “cóctel” de drogas condenaron a una trayectoria inmensa al olvido, dejando a Maradona afuera de un Mundial por un doping que, según él, no era tal. El procedimiento debió haber sido anulado ya que el recipiente debía ser ciego, pero la AFA no apeló contra la falla y la justicia siguió un curso injusto y que solo ellos entendían. Fue así como Roberto Peidró, uno de los médicos de la selección argentina en Estados Unidos 1994, pidió la nulidad del procedimiento, pero Grondona decidió no interponerse en la decisión de la FIFA.

Aquel frasco tenía el nombre del contenido que era todo. También contenía los restos de política, traición, desprecio y mentiras.

 

Antonio Carlos Zago, el DT de Bolivia que escupió en la cara a Simeone

Por Santiago Gutiérrez

 

El entrenador brasileño Antonio Carlos Zago tendrá su primera experiencia en la Copa América al frente de la selección de Bolivia. Desde el 31 de octubre de 2023 que el ex entrenador de Palmeiras y Bolívar reemplazó al argentino Gustavo Costas, pero a diferencia del agradable perfil del actual DT de Racing, el de Zago es más bien un personaje con muy poco carácter, demasiado temperamento y rodeado de polémicas.

Escupitajo a Simeone

El ex defensor central de la selección brasileña, paradójicamente con linda salida por abajo, pero con la boca suelta, tuvo dos situaciones que culminaron con un denominador común: escupir al rival. Mientras jugaba en la Roma y representaba a la selección de Brasil escupió en un clásico romano, en 1999, al argentino Diego Simeone. En el partido no fue expulsado, pero después la Federación Italiana lo suspendió por tres fechas, gracias a la transmisión del partido. “Yo de Zago me acuerdo cuando se llamaba Antonio Carlos y jugaba en el Albacete. Ahora se puso Zago”, dijo Simeone en una entrevista con La Nación en el año 2000.

A fines de 2022, ya con Antonio Carlos Zago como entrenador del Bolívar, decidió volver a sus raíces de jugador y le escupió a su compatriota y rival Serginho. Luego el DT cenó junto al jugador, en ese momento de Jorge Wilstermann, y posteó en su cuenta de X que “lo que pasa en la cancha, se queda en la cancha”. Esto parece un mandamiento para el DT brasileño.

Fiesta con Ronaldo Nazario

Los escupitajos son solo la punta del iceberg de todas las polémicas del actual entrenador de Bolivia. En diciembre de 2008 se anunció la llegada de Ronaldo Nazario al Corinthians. Zago era el actual director deportivo del club y había sido compañero del Fenómeno a fines de los 90 en la selección de Brasil. En marzo de 2009, Corinthians estaba disputando el Campeonato Paulista. Ronaldo todavía se estaba poniendo a punto para debutar en el Timao, pero hay diferentes perspectivas sobre qué es ponerse a punto. Después del partido ante Oeste de Presidente Prudente, el gran delantero brasileño, aunque no entró a la cancha, acompañó al equipo. Sin embargo, después de la victoria del Corinthians 2 a 0, el Fenómeno volvió a la concentración a las 5:30 de la mañana. Nazario solamente pidió perdón por su actitud, pero Antonio Carlos Zago, que aprovechó para acompañarlo en el baile, no corrió con la misma suerte y lo invitaron a retirarse del equipo.

Despido precoz en Palmeiras

El 19 de febrero de 2010 Zago tuvo su segunda experiencia como entrenador (la primera había sido en el Sao Caetano) en el Palmeiras. El ex defensa defendió los colores del Verdao como jugador y ganó dos campeonatos de Brasil en 1993 y 1994. “Antonio Carlos es un líder nato. Tenemos absoluta convicción que será un comandante victorioso al frente de nuestro equipo”, dijo el vicepresidente del Palmeiras Gilberto Cipullo. Sin embargo, el buen desempeño de Zago como jugador no pudo sostener el poco carácter que tenía. Casi tres meses exactos, el 18 de mayo de 2010 el DT tuvo una fuerte discusión con su delantero, Robert, porque había llegado muy tarde al hotel de concentración después del empate a cero con Vasco de Gama, en Río de Janeiro. En un acuerdo mutuo, Antonio Carlos Zago se fue del Palmeiras “para evitar un desgaste y complicaciones al trabajo con el grupo de jugadores”, según Cipullo que tardó sólo tres meses en cambiar de opinión acerca del entrenador.

“Nadie murió en la altura”

Estas fueron las declaraciones de Zago en su primera conferencia de prensa como entrenador de Bolivia. La respuesta surgió por las declaraciones de Jorge Fossati, DT de Perú, acerca de que “es imposible competir en la altura de la Paz”. “Nadie murió en la altura, se juega donde se vive”, respondió crudamente Zago.

Gestos racistas

Hace una semana se publicó la noticia de que tres hinchas del Valencia, que insultaron de manera racista al jugador del Real Madrid, Vinicius Junior, fueron los primeros condenados por racismo en el fútbol de España. A diferencia de este caso, el defensa Antonio Carlos Zago, en ese momento en Juventude de Brasil, fue el que cometió actos racistas dentro de la cancha. El 5 de marzo de 2006, durante un partido del Campeonato Regional contra Gremio, Zago fue expulsado por un codazo contra el jugador Geovanio. Hubo encontronazos de por medio y en su salida de la cancha, el central señaló el color de su brazo, un acto de tinte racista.

Según el medio Globo, el jugador fue expulsado por cuatro fechas por los actos racistas y 120 días por el codazo, además de comparecer semanalmente en tribunales. En 2023, cuando Zago fue presentado como DT de Coritiba, respondió sobre este tema: “Tal vez fue por el exceso de voluntad que tuve en el campo. Pero fue un episodio que hice, pagué y ya es parte del pasado”. Geovanio, en una entrevista con el medio GZH, dijo que “no tengo nada contra Antonio Carlos. Todavía me afecta mucho, pero ya quedó atrás. Después hablé con Fabio Pereira, que estuvo conmigo en Gremio y con Zago en Juventude, y me dijo: ́António dijo que éste es el mayor arrepentimiento de su vida´, y yo le creo”.

Más allá de su fuerte personalidad y distintas polémicas, Antonio Carlos Zago fue elegido como entrenador de Bolivia gracias a su gran desempeño en el club Bolívar con un saldo de 44 victorias, 13 empates, 14 derrotas en 71 partidos, más un Torneo Apertura en 2022. Al igual que Marcelo Bielsa, Zago también se encarga de las selecciones juveniles y participó del último Preolímpico Sub-23. Sus objetivos son jugar lindo y crear un sentido de pertenencia con el fútbol de Bolivia. “Yo siempre dije que el jugador boliviano tiene buena técnica. Sólo le falta tener un poco más de confianza”, dijo Zago en una entrevista con FIFA. Y su máximo deseo, más que competir en la Copa América, es volver a clasificar a una Copa del Mundo: “Hace 30 años que Bolivia no compite en el Mundial, ¿Quién sabe si no lo lograremos nosotros?”. La Copa América 2024 será la primera para el polémico entrenador brasileño quien puede ser el encargado de transformar por completo al fútbol boliviano o retirarse a los pocos meses por cualquier tontería.

La primera gran final entre Argentina y Brasil: suspensiones, caos y goles agónicos

Por Federico Zbogar

La histórica rivalidad sudamericana cuenta con su primer gran escenario en la Copa América de 1937 con un evento de más de tres horas de duración, a raíz de la cantidad de problemas en el desarrollo.

En 1937 se jugó por decimocuarta vez la Copa América, por ese entonces denominada “Campeonato Sudamericano”. Durante las ediciones más tempraneras, al haber tan pocas selecciones, el torneo se jugaba en formato liguilla todos contra todos, con la particularidad de que, en caso de empate de puntos entre dos equipos, se jugaría un partido desempate que, contextualmente, sería una final (si eran más de dos equipos los empatados se realizaba otra liguilla entre los involucrados).

Esta excepción había ocurrido un par de veces (1919 y 1922), pero nunca entre Brasil y Argentina. Fue así que luego de una victoria argentina 1 a 0 con gol del “Chueco” García por la última fecha ante una “Verdeamarelha” que le servía el empate situó en tablas a ambas selecciones que se vieron obligadas a jugar una “revancha” 48 horas después para determinar quién dejaba en jaque a quién. Fue la primera gran final entre Argentina y Brasil en torneos de máxima reputación y prestigio. 

La odisea inició desde la previa cuando el conjunto brasileño se quejó del arbitraje de quien por reglamento debería haber sido el referí del encuentro, el uruguayo Aníbal Tejada. Cambió el colegiado y dirigió el partido el oriental Luis Ángel Mirabel, quien a fin de cuentas no se libraría de la vorágine. Todos los Argentina-Brasil eran revoltosos, un juego físico, intenso, donde el afán de ganar se traducía en violencia. La tensión se liberó exhaustivamente por primera vez a los 36 minutos del primer tiempo cuando Francisco Varallo, delantero rioplatense, lanzó dos patadas desde atrás al defensor rival, Carnera. El motivo varía por donde se busque, por un lado, “El Gráfico” alude a que Afonsinho (volante brasileño) lo embistió previamente y Varallo apenas se levantó generó la trifulca. Por el otro, el medio “Jornal dos Sports” de Rio de Janeiro culpa por completo a los jugadores argentinos que ese día “se dispusieron a jugar con una violencia desmedida”. 

La policía tuvo que intervenir dentro del campo para calmar las aguas sin éxito alguno y el partido se suspendió por cuarenta minutos donde varios de la visita volvieron a los vestuarios con cero intenciones de reanudar. No obstante, los jugadores volvieron al terreno de juego, luego de una charla entre dirigentes de ambas delegaciones donde, según Jornal dos Sports, “se garantizará a las visitas que se jugaría el partido sin mayores incidentes”.

El fuego que parecía apaciguado ardió nuevamente en el Viejo Gasómetro cuando se desarrolló un segundo alboroto con varias versiones. El Gráfico contó que Zozaya, volante argentino estaba tirado en el piso y que con la pelota en posesión rival, Roberto Cerro hizo una falta táctica para frenar a Luisinho lo que desencadenó en una represalia del jugador en una patada que sostuvo el argentino mientras le agarraba el pie. Esto generó que Britto, jugador visitante inicie una nueva pelea en el estadio de San Lorenzo. En la otra cara de la moneda, el Jornal Dos Sports alegó que Cerro “carga” contra Luisinho y luego comenzó a repartir puntapiés a diestra y siniestra contra Britto y otros jugadores vecinos. Nuevamente el reinado del caos hizo presencia, con la policía y dirigentes de mediadores. A las duchas y a organizar cómo seguir.

Lo que debía ser una gran jornada deportiva parecía serlo, pero en formato de velada de boxeo. Por suerte, durante la segunda suspensión del partido, ambos equipos hicieron “las paces” pese a que el delegado brasileño Castello Branco quería finalizar el partido. A partir de allí, las patadas se transformaron en disparos mientras que los puñetazos y tumultos en gambetas. El respeto fue vital sobre el campo y se convirtió en el nuevo norte del juego. Si bien Brasil dominaba con su poder ofensivo en su temido tridente de Cardeal, Tim y Patesko, Argentina no se quedaba atrás transformando a Jurandyr, arquero paulista, como figura y ambas selecciones brindaron un gran partido donde no pudieron sacarse diferencias en los primeros 90 minutos por lo que el alargue –de dos tiempos de diez minutos– iba a ser la solución en tal rocambolesco evento.

Britto, mediocampista brasileño, en el piso a raíz de los enfrentamientos.

Para un encuentro que inició a las 21:47, la prórroga se comenzó a jugar cuarenta minutos pasadas las doce de la noche. No solo los jugadores sino que también el público estaba extenuado, pero con hambre de victoria. Luego de una tranquila primera mitad, lo mejor quedó para la última parte. Apenas dos minutos pasaron cuando el cuero, mal rechazado por el central brasileño Jahú y Jurandyr, quedó flotando en el área, listo para que un jovencísimo Vicente De la Mata de 18 años remate cruzado y ponga el primer gol en el marcador.

 

Tan solo diez minutos después, la frutilla del postre llegaría tras un cabezazo donde el mítico Bernabé Ferreyra peina la pelota, y nuevamente De la Mata arremete para sellar el resultado final y clavarle la daga a Brasil. Se inundó el ambiente a quejas, algo ya recurrente en el evento, porque jugadores y dirigentes brasileños reclamaban un fuera de juego que según El Gráfico, “por lo menos dudoso pareció en el palco de periodistas”, pero que de todas maneras el juez Mirabal decidió proseguir con el gol. Argentina había ganado su quinto campeonato sudamericano, en una final contra Brasil, que quedó para la historia.

Bernabé Ferreyra y De la Mata.

Cuatro son las finales disputadas entre una de las rivalidades más gloriosas y memorables del fútbol de selecciones. La recién mencionada de 1937 como primer antecedente y las otras tres disputadas en los últimos 20 años: Perú 2004 con victoria de Brasil por penales, Venezuela 2007 con aquella fatídica goleada por 3 a 0 de parte de la Verdeamarelha y la más reciente en 2021 con el gol de Di María que no solo cortó una sequía de 28 años sin títulos para la albiceleste, sino que también significó el primer gran trofeo levantado por Lionel Andrés Messi. ¿Y quién sabe? Quizá en Estados Unidos pueda repetirse la historia…

 

Argentina y Colombia: entre la tragedia y la victoria

Por Paula Prieto

La Selección argentina de fútbol no participó solamente de tres ediciones de la Copa América, de las cuales en una no se presentó: la del 2001, en Colombia. Al mismo tiempo, aquella copa fue la primera y única ganada por el seleccionado colombiano en su país con su propia gente, aunque días atrás había estado a punto de dejar de ser sede por las tragedias que ocurrieron en consecuencia de la crisis social por la que atravesaba el país.  Pero si de igual manera la realizaron allí, ¿por qué Argentina decidió no asistir?

Dos meses antes del inicio de la competencia, en mayo de 2001, Colombia había sufrido cuatro atentados terroristas en distintas ciudades: Cali, Medellín, Bogotá y Barrancabermeja. Además, en el mismo mes, habían desactivado un vehículo cargado con explosivos, entre estos un misil aire-tierra, antes de que provocaran un nuevo ataque criminal. Frente a estos actos violentos de la población, el presidente de turno Andrés Pastrana, le había solicitado a la Conmebol que respaldara a Colombia como país anfitrión de la que había denominado como “Copa de la Paz”. Lo que más quería era que el certamen internacional fuera un mensaje de unión para el pueblo, después de llevar tres años dialogando con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) para que acabaran con las movilizaciones. Tal como pasó también años más tarde en 2021, cuando el país sí perdió la posibilidad de ser el organizador, los ciudadanos pedían que no aceptaran llevar a cabo el torneo ya que ocultarían el crítico momento social.

A pesar de los reclamos la decisión seguía en pie, hasta que un hecho catastrófico cambiaría el pensamiento de la Confederación Sudamericana: las FARC habían secuestrado al vicepresidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Hernán Mejía Campuzano. 

La guerrilla lo liberó rápidamente dos días después, pero la Conmebol ya había dado marcha atrás. Tanta fue la insistencia del presidente, que el ente regulador, en solidaridad con los colombianos, terminó aceptando al país como cabeza del evento. Esta fue la razón por la que el comité ejecutivo de la AFA, encabezado en ese momento por Julio Grondona, decidió que el conjunto argentino no participaría.

“Argentina no participará por razones de seguridad de la Copa América que comienza mañana en Colombia, según la decisión unánime del comité ejecutivo de la AFA, informó anoche al salir de la reunión el presidente del club Argentino Juniors, Oscar Giménez. La presencia del seleccionado albiceleste en el torneo estaba en duda durante los últimos días y mantenía en suspenso a la dirigencia futbolística continental. No bien conocida la decisión, desde Colombia llegaron los lamentos y –en algún caso– los explosivos desacuerdos con la decisión argentina, tachada de insolidaria con el pueblo y el fútbol colombianos. A último momento se difundió que Honduras reemplazaría a la Selección Nacional”, explicaba el comienzo de una nota publicada en el diario Página 12.

Pero detrás de lo comunicado, había escondido algo más: el equipo dirigido por Marcelo Bielsa había sido amenazado en la embajada argentina en Bogotá semanas atrás. Ningún jugador estaba a salvo en un lugar donde no sabían qué era lo que podía pasar.

Sin embargo, esa Copa fue histórica para Colombia y pudo alumbrar con alegría el momento tan oscuro por el que estaban pasando. Los Cafeteros hicieron lo que podría decirse “un torneo perfecto” al ganar el trofeo de manera invicta y sin recibir goles en contra, mayormente gracias al mérito del arquero Oscar Córdoba, relevante figura de Boca Juniors en aquellos años. Además, Víctor Hugo Aristizábal fue el goleador de la competencia con seis tantos en seis partidos. Luego de que el equipo dirigido por Francisco Maturana hubiera quedado primero de su grupo, en el que estaban Chile, Ecuador y Venezuela, y de ganarle a Perú y a Honduras en las siguientes fases, la Tricolor llegó a la final contra México en el Campín de Bogotá, en dónde Iván Ramiro Córdoba convirtió el único gol del partido que le daría el primer título al seleccionado colombiano.

Honduras debutó ese año como reemplazante de Argentina, convirtiéndose en el decimoquinto país en jugar la competición. Los hondureños lograron el tercer puesto en su única participación en el torneo hasta la actualidad, eliminando a Brasil en los cuartos de final con un 2 a 0 y luego a Uruguay por penales.

Si se revisa a la Selección argentina de ese año y a las figuras que la integraban como Martín Palermo, Gabriel Milito, Hernán Crespo y Gabriel Batistuta, entre otros, ¿podría ese equipo haber ganado la Copa América 2001?

Radamel Falcao García, un Tigre suelto por Europa

Por Dante Silveyra

Nació en Santa Marta, Colombia, Radamel Falcao García Zárate era un chico con muchas ilusiones de jugar al fútbol y poder representar a su país, siendo hijo del histórico ex defensor Radamel García, el deporte lo lleva en la sangre, un tipo muy creyente, con una amabilidad que lo destaca incluso en el presente.

Desde muy pequeño, Radamel sintió un fuerte amor por la pelota, cuando empezó a formar su carrera en las divisiones inferiores de Lanceros Boyacá, que jugaba en la segunda categoría del futbol colombiano, en un abrir y cerrar de ojos un 28 de agosto de 1999 con apenas 13 años reemplazó a Andrey Molina y concretó su debut en primera ante el Deportivo Pereira. Después de ese debut soñado, la joven promesa de Colombia no jugaría hasta el año siguiente. Ya con 14 años, el 23 de abril de 2000, Falcao marcó su primer gol en el fútbol profesional contra Club El Cóndor, en su segunda temporada con el equipo colombiano.

Siendo apenas un joven de 15 años, un club argentino le echó la mirada y se lo llevó sin dudar: River Plate se quedó con la joya colombiana que ya deslumbraba. Pero el proceso fue lento, lo llevaron de a poco y el Tigre no debutó hasta el 2005 con 19 años, de la mano de Leonardo Rubén Astrada en la victoria 3 a 1 contra Instituto de Córdoba. Ingresó en el minuto 41 del segundo tiempo. Desde ese debut, el colombiano enamoró los corazones millonarios. Pero vale destacar que antes de esos momentos llegó solo a un país del que ni siquiera tenía conocimiento y lo fue a recibir un grande como lo es Néstor Sívori.

Ya en sus primeros entrenamientos en Reserva tenía mucha calidad, que de a poco lo llevó a entrenarse con la Primera. Hernán Díaz contó en una entrevista: “Acostumbrábamos a poner pierna fuerte en los entrenamientos con los pibes para que se fueran formando. A Radamel le metí muy fuerte, pero muy fuerte. No lo podía parar”. Estuvo cinco años en River, donde jugó 111 partidos, marcó 45 goles y repartió 9 asistencias, y fue campeón del Clausura de 2008 con el Millonario.

Un Tigre en Portugal

En 2009, Falcao dejaba la Argentina con la frente en alto y sacaba pasaje rumbo a Europa. El Porto de Portugal apostaba por él y le salió de maravilla: llegó con 23 años y en su debut con la camisa azul y blanca el Tigre marcaba en su primer partido oficial ante el Paços de Ferreira en el empate 1 a 1.

Falcao hacía maravillas en Europa y eso le bastó para ganar una Europa League, la Supercopa de Portugal, la Copa de Portugal y la Liga portuguesa, también logró un histórico quinto puesto en la gala del Balón de Oro y quedó solo por detrás de jugadores de la talla de Iniesta, Xavi, Cristiano Ronaldo y Messi todo esto en su primer año con la camiseta del Porto. En la segunda temporada que disputó en Portugal, se cansó de marcar goles y logró nuevamente ganar la Supercopa de Portugal, la Copa de Portugal y la Liga portuguesa. Cerró su etapa en Porto con 51 partidos, 41 goles y 11 asistencias.

Después de dos temporadas maravillosas en Portugal y de despertar interés en los grandes clubes de Europa, en 2011 Falcao agarraba sus maletas y se iba a España, el Atlético de Madrid se quedaba con los servicios del colombiano a cambio de un total de 40 millones de euros, generando mucha expectativa y el Tigre volvió a ser garantía. En tan solo su primera temporada, Falcao marcó 24 goles sin lograr ningún título, pero al año siguiente ganó la Copa del Rey, la Europa League y la Supercopa de Europa con un histórico triplete. También logró ser el tercer máximo artillero de esa temporada de la Liga española.

“No me quiero ir”

“Reconozco el gran esfuerzo que hizo Enrique Cerezo para que yo pudiera mantenerme en el club”. Falcao inesperadamente el 31 de mayo de 2013 se iba al Mónaco, que pagó 63 millones de euros por su fichaje. Llegó a mitad de temporada y logró marcar 9 goles en 17 partidos, pero ya para la siguiente temporada el colombiano sufriría la rotura del ligamento cruzado anterior, que le demandó seis meses de recuperación y se fue cedido primero al Manchester United (26 partidos y 4 goles) y después para la temporada 2015/16 llegó también cedido al Chelsea, pero solo jugó diez partidos y marcó un gol.

Esos dos pasos por Inglaterra fueron para el olvido y cuando todo parecía perdido, el Tigre volvió a Francia, y se reincorporó al Mónaco, recuperando su mejor versión. Fue campeón de la Ligue 1 con el club que no lo lograban desde hacía más de 17 años y anotó 21 goles en 29 partidos. Tuvo otras dos grandes temporadas en el club francés, en las cuales no consiguió títulos, pero logró algo histórico como meterse en una semifinal de Champions League que no lo hacía desde 2004.

En 2019, Falcao ponía fin a su etapa en Francia y se iba a Turquía, al Galatasaray. Se quedaría por dos años y no lograría ningún título. Jugó muy poco: apenas  34 partidos y marcó 19 goles. Tras la falta de minutos, el Rayo Vallecano lo llamó y en el 2021 decidió volver a España, en donde ya jugó tres temporadas disputando 71 partidos y marcando solo 9 goles. Mayormente, siempre toma el rol de suplente en el equipo y ya está dando sus últimos gritos con 38 años.

“Voy a dar todo por mi país”

“Mi padre me enseñó los valores de este deporte y el cariño a la camiseta y al escudo de la Selección”, el amor que tiene Falcao por su país es tan grande que siempre dejó todo para que Colombia estuviera los más arriba posible. Desde chico, tan solo con 19 años, salió campeón con Colombia en el Campeonato Sudamericano Sub-20 jugando seis partidos y marcando un gol. Y en 2007 daría su gran salto a la selección absoluta de Colombia. Desde ese momento Falcao sabía que iba a morir por esa camiseta, siendo el jugador con más goles en la historia de Colombia con 36 gritos en tan solo 90 partidos, también logró meter a su selección al mundial de 2014 en Brasil por primera vez tras 24 años de no jugar en dicha competición (la última vez había sido en Francia 98). Pese a haber sido muy importante no pudo participar de ese Mundial debido a una lesión que lo marginó, pero la vida le dio revancha y en 2018 logró clasificar nuevamente a su selección a un Mundial y marcó por primera vez un gol en la competencia más prestigiosa a nivel selecciones.

También Falcao disputó con su selección tres Copa América (las del 2011, 2015 y 2019), logró ser ese jugador que una vez le prometió a su padre y ahora en la que pudo haber sido su última Copa América el técnico de la selección colombiana Néstor Lorenzo decidió no convocarlo. La desilusión fue enorme, pero el Tigre de Santa Marta dejó su huella para siempre en el combinado nacional.

Donde Messi dijo basta

Por Francisco Gentile

Se terminó la selección para mí, ya está, hice todo lo posible, me duele más que a ninguno pero no es para mí”, fueron las palabras del astro argentino tras la derrota en la final de la Copa América Centenario 2016. ¿Desde dónde lo vivieron sus ahora compañeros?
Hace ocho años, el paradigma de la Albiceleste era distinto, con tres copas menos en los palmarés y una sequía de casi tres décadas, sólo dos futbolistas del actual plantel estuvieron presentes aquel día junto a Lionel, Ángel Di María y Nicolás Otamendi, el resto de quienes hoy forman parte del seleccionado, vivían una realidad diferente y muchos pedían públicamente al capitán que se quede. Lionel Scaloni, que llevaba un año retirado del fútbol tras despedirse en Atalanta y nunca había sido entrenador profesional, le pidió que no se vaya vía Twitter. Por otro lado, Pablo Aimar y Walter Samuel, quienes hoy conforman el Cuerpo Técnico, llevaban menos de un año sin actividad futbolística y el Payasito aún no había disputado su partido despedida en Estudiantes de Río Cuarto.

Tweet del actual entrenador.

La gran mayoría de los titulares en la consagración en Qatar, no se manifestaron en redes, a excepción de Enzo Fernández, quien con 15 años le dedicó un emotivo posteo en Facebook: “Cómo te vamos a convencer nosotros que somos unos muertos. Como te vamos a convencer nosotros que en nuestra vida tuvimos el 1% de presión que tenés en tus hombros, que te levantas a la mañana ! te miras al espejo y sabes que una multitud de más de 40 millones de habitantes no solamente quieren que hagas las cosas perfectas sino que ridículamente se ha impuesto que pueden exigírtelas.
Como te vamos a convencer nosotros que no pudimos entender que sos un ser humano,una persona con un talento inigualable,el mejor jugador del planeta pero una persona en fin,como te vamos a convencer nosotros sino paramos ni un segundo ha darnos cuenta que vos no sos el responsable del enojo que nos provoca perder, que muchas veces tiene más que ver con frustraciones propias que se despiertan.”

La vida del resto de futbolistas también era de otra manera. Emiliano Martínez, indiscutido bajo los tres palos, acababa de regresar al Arsenal tras una cesión en Wolverhampton, tenía 23 años. Cristian Romero daba sus primeros pasos en Belgrano con 18, a su vez Nahuel Molina Lucero los hacía en Boca a la misma edad, Rodrigo de Paul con 22, jugaba su última temporada en Racing tras volver de una cesión en el Valencia.

Por su parte, Alexis Mac Allister y Julián Álvarez eran los únicos menores de edad, tenían 17 y 16 respectivamente y ninguno de los dos había debutado en primera, faltaban cuatro meses para que lo haga el ex Argentinos Juniors y dos años y cuatro meses para que lo haga el delantero del Manchester City.

Los más chicos del actual plantel, Alejandro Garnacho y Valentín Carboni tenían solamente 11 años, sin embargo el nacido en España, ya había firmado por el Atlético de Madrid, mientras tanto, Valentín todavía no había desembarcado en Italia y jugaba en las inferiores de Lanús.

Alejandro Garnacho en un encuentro de LaLiga Promises con el Colchonero.

Christian Pulisic, el Capitán América

Por Laureano Vergara

En 2016, en la previa a disputar su primera Copa América, con solo 17 años y en su tercer partido, Christian Pulisic se convirtió en el jugador más joven de la historia en hacer un gol para la Selección de Estados Unidos, en lo que fue la victoria 4 a 0 frente a Bolivia. Apenas un tiempo después, por su recurrencia a ser capitán del conjunto, adquirió el apodo de un personaje ícono de la pantalla grande: “Capitán América”.

Christian nació en la pequeña localidad de Hershey, que cuenta con unos 13000 habitantes y es parte del Estado de Pensilvania. Este sitio es reconocido como “El lugar más dulce de la Tierra” debido a que allí se fundó la empresa fabricante de chocolates que lleva el mismo nombre del pueblo. Tal vez sean estas golosinas las que explican el origen de los superpoderes de Pulisic para jugar al fútbol.

Pese a tener un apodo de estrella de cine, la realidad es que su personalidad no va de la mano con el mundo de las cámaras. Christian ya ha admitido no sentirse del todo cómodo con el alias que sus fanáticos le adjudicaron. Su sencillez, timidez y tranquilidad fuera de la cancha son inversamente proporcionales al descaro que muestra al jugar dentro de ella. El delantero estadounidense posee la ecuación para un ataque letal: una velocidad tremenda, sumada a una habilidad exquisita con los pies, le son sumamente útiles para dejar rivales desparramados en el césped.

Tiene la costumbre de arrancar gambeteando a un contrincante sobre la línea de cal para luego dirigirse hacia el medio y sacar un potente remate con su derecha. Se ha mostrado polivalente al no tener una posición fija en la delantera. En sus inicios lo hacía por el sector izquierdo, pero en el Milan se adaptó al lado contrario. Esta forma de desenvolverse en el campo de juego la adquirió gracias a los consejos de su padre: “Me enseñó a no temerle nunca a fallar o cometer errores”, manifestó en una entrevista para GQ USA.

La conexión de Pulisic con el deporte existe desde antes de su nacimiento. Kelley, su mamá, fue jugadora en la Universidad de George Mason, donde conoció a Mark —papá de Christian—, quien tuvo una etapa como jugador profesional de fútbol sala en Harrisburg Heat, equipo que forma parte de la Major Arena Soccer League. “Casi que lo empujamos a direcciones distintas al fútbol. No fue impuesto de ninguna manera. Quería asegurarme de que él estuviera tomando la decisión porque las cosas no funcionan si uno obliga a los niños a entrenar”, aseguró su padre en una nota para la Universidad GM.

Desde su niñez, Mark llamaba a su hijo “Figo”, ya que ambos eran hinchas del Real Madrid y era la leyenda de Portugal quien más admiración generaba en el pequeño Christian. Incluso la primera camiseta de fútbol que tuvo fue la del club “Merengue” con la 10 de Figo en la espalda. En la actualidad, si tuviese que elegir un jugador con quien jugar a su lado, no tiene dudas y se inclina por Lionel Messi. También tiene ídolos fuera del soccer. Aficionado al golf, es un gran fanático de Tiger Woods, quien lo inspiró a realizarse el tatuaje del rostro de un tigre en su antebrazo, el cual usó como “máscara” en algunos festejos de gol (foto).

Existe un motivo que explica a la perfección por qué el futbolista de 25 años tiene un apellido que tranquilamente podría integrar y pasar desapercibido en el plantel de la selección croata. Mate Pulisic, abuelo de Christian, nació en la pequeña Isla Olib, ubicada en el Mar Adriático y perteneciente a Croacia. Pese ae contar con la doble nacionalidad, en la mente de Pulisic nunca surgió la duda sobre qué conjunto representar y los Estados Unidos siempre ocuparon un lugar preponderante para él.  Aun así, contar con ese documento le facilitó poder jugar desde que era adolescente en la academia del Borussia Dortmund en Alemania.

Durante la época de la pandemia, debido al poco tiempo del cual disponía en el campo de juego por decisión de su entonces entrenador Thomas Tuchel, Christian llegó a tocar con sus pies el fondo de un inmenso océano que se dibujaba en su cabeza. Al grave momento futbolístico, se le sumó el fallecimiento de su querido abuelo paterno. Para sobrepasar esta etapa, supo contar con tres diferentes alternativas que lo ayudaron a atravesar este difícil camino, minado de trampas a superar.

La primera vía de escape fue una de sus otras pasiones, adquirida en las divertidas tardes como nieto de Mate: el ajedrez. “No estaba ni cerca de su nivel y desearía haber jugado más, pero me alegro de haber compartido con él. Es un recuerdo que tengo cerca de mi corazón”, admitió el delantero. Luego de tiempo sin hacerlo, recuperó el hábito junto a su ya excompañero del Chelsea, N’Golo Kanté. En honra a la memoria de su abuelo y a los bonitos momentos coincididos, el estadounidense decidió tatuarse en la cara externa de su antebrazo izquierdo la pieza que mayor dominio tiene encima del tablero a cuadros: la reina. “Es versátil, poderosa y se puede mover a cualquier parte” respondió en una entrevista sobre el porqué le parece la mejor figura del juego.

La segunda opción llegó por parte de los profesionales de la salud. Como a tantas personas, a Christian le costaba abrirse y exponer sus sentimientos al hablar. Él mismo aceptó que se creía demasiado duro como para necesitar algún tipo de ayuda. Hasta que al acercarse a un psicólogo comprendió que al comunicarse uno puede sentirse más fuerte. Dejó atrás el prejuicio de la vergüenza y aprecia al Chelsea y al equipo nacional por haberlo guiado en la dirección correcta. Este ejemplo simboliza a la perfección que hasta el mejor de los superhéroes necesita del auxilio de los demás.

Las lesiones también fueron parte de este recorrido complicado de transitar, pero su creencia en la religión le dio a Pulisic la fuerza necesaria para seguir adelante. Luego de una lesión en su rodilla se preguntaba: “¿Por qué suceden cosas como esta?”. En esos momentos decidió apoyarse en la fe y confiar en que todo sucedía por alguna razón. El impulso surgió de pensar que Dios tenía guardado para él un plan mayor en cuanto al fútbol. “Alguien me enseñó una vez que cuando voy a orar, no debo pedirle a Dios que arregle las cosas. Sólo le digo que me ayude a ver esto desde su perspectiva. Creo que cuando hago eso, entiendo que hay cosas más importantes por venir. Es simplemente tenerlo ahí y sentir su bendición sobre mí”, dijo en una entrevista para ESPN.

El Chelsea fue el club que puso en la mira la incorporación del delantero luego de ver la posibilidad del surgimiento de una nueva estrella en el Dortmund, donde Pulisic logró marcar 19 goles y otorgar 26 asistencias en 127 partidos. El pase a la Premier League supuso un gasto de 64 millones de euros para los “Blues” , transformándolo en el más caro para un jugador de Estados Unidos. Esta adquisición resultó fundamental para que el equipo inglés logre conseguir su segunda Champions League en 2021 y de esta manera Christian se convirtió en el segundo estadounidense en toda la historia en ganar la máxima competición europea —solo detrás de Jovan Kirovski en 1997—.

Luego de esta histórica consagración, Pulisic no pudo obtener la continuidad y el tiempo de juego necesario, por lo que su rendimiento comenzó a caer. En 2023 fue el Milan quien apostó por él. Durante la última temporada, el joven yankee ha vuelto a su brillo habitual y después de un gran año en cuanto a lo individual, buscará llevar a su querida selección nacional a lo más alto del continente.

Con la consagración por duplicado en la CONCACAF Nations League —2020 y 2023—, además de la participación en un Mundial y una Copa América, el capitán de Estados Unidos cuenta con la experiencia necesaria para comandar a su equipo a conseguir algo que nunca ha logrado: el reinado del continente. Afrontará el certamen en el que será local con un único deseo en el horizonte, el de ser campeón. Requisito exclusivo, ya que como bien dice la frase de Napoleon Hill que lleva tatuada en su brazo: “El deseo es el punto de partida de todo logro, no una esperanza, ni un sueño, sino un deseo punzante que lo trasciende todo”.