martes, diciembre 3, 2024

El Maligno José Torres, el hombre de titanio que se llevó el oro de París

Por Lourdes Fernández

José Torres Gil se quedó con el primer puesto en BMX Freestyle. Logró un puntaje de 94,82, un punto y medio más que el campeón en Tokio 2020.

Cuando era joven, compartía bicicleta con su hermano porque su familia no podía permitirse comprar otra. Hoy, José Torres Gil se consagró campeón olímpico de BMX Freestyle en París 2024, y la medalla que consiguió no sólo es la primera para la delegación argentina, sino que es el primer oro desde que Santiago Lange y Cecilia Carranza ganaran el suyo en la clase Nacra 17 del yachting, en Río 2016.

El argentino consiguió 94,82 puntos en su primera pasada y obligó a sus rivales a competir al límite, lo que provocó varias caídas, entre ellas, la de Logan Martin, que había sido campeón olímpico en Tokio 2020 con un puntaje de 93,30, 1,52 puntos más bajo que el de Torres Gil. El podio lo completaron el británico Kieran Reilly, con 93,91 puntos y el francés Anthony Jeanjean, con 93,76. “Cuando el australiano (Martin) no superó mi puntaje en la segunda vuelta, sentí que me aseguré una medalla, y después, cuando el inglés (Reilly) no hizo ningún truco fuerte en el final, ya empezamos a festejar con el equipo”, confesó el campeón olímpico.

Maligno, como lo apodaron sus amigos por su personalidad jocosa y su tendencia a realizar bromas pesadas, nació en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, en 1995. Hijo de padres argentinos, se mudó a Córdoba con su familia a los 11 años, y una tarde que fue al parque a jugar al fútbol con su hermano, descubrió su devoción por el BMX Freestyle: “A lo lejos vimos que había muchos chicos saltando en bici y en skate. Nos acercamos y cuando uno hizo una prueba girando de cabeza, que se llama flair, nos generó una gran atracción y adrenalina, no hubo vuelta atrás”.

El vínculo con Francisco, su mellizo, fue fundamental para su formación deportiva. Comenzaron a hacer trucos juntos y con la misma bicicleta. “Nos turnábamos para practicar, uno observaba mientras el otro montaba, y así, aprendíamos también del error del otro”, mencionó Torres. Comenzaron a competir a los 16 años, pero tras un torneo en Brasil, Francisco sufrió una lesión en la espalda que derivó en su retiro de la disciplina por la acumulación de golpes y escoliosis.

La carrera del Maligno no estuvo exenta de lesiones, todo lo contrario: no pudo competir en Tokio 2020 por una y tiene titanio en varias partes de su cuerpo, consecuencia de las operaciones a las que se sometió luego de diversas caídas. Además, sufre de asma, de hecho, luego de la clasificación a la final, había declarado: “Dentro de todo anduve bien, pero sé que puedo estar mejor. Estoy con un problema respiratorio y lo estoy viendo con los médicos, pero no me puedo quejar, me siento preparado”.

El 2023 fue ideal para él: en julio ganó la medalla de oro en los X Games en California y luego se consagró campeón en los Juegos Panamericanos de Santiago. Sin embargo, no tuvo una buena actuación en las Series de Clasificación Olímpica; terminó en el puesto 12° y obtuvo su pasaje a los Juegos Olímpicos por una reasignación de plazas de la Unión Ciclista Internacional.

Su próximo deseo, al menos a corto plazo, es llegar al Barrio Urca, en Córdoba, y acercarse al Parque de las Naciones, ubicado a cuatro cuadras de su casa, que hoy lleva su nombre, para así “salir a bicicletear con la gente y mostrar la medalla, porque es de todos”.

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