sábado, diciembre 28, 2024
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Eugénie Le Sommer, el amuleto de Francia

Por Daniel Melluso

Mas allá de la brillante actuación de la defensora Wendie Renard, autora de dos goles en la victoria de Francia ante Corea del Sur por 4 a 0, y sin ánimo de menoscabar su rol en dicho encuentro, es la delantera Eugénie Le Sommer, y no la central, quien se erige como la figura más determinante. Esto es así, puesto que la extremo,  quien convirtió el primer tanto en el partido inaugural del Mundial, es una fija a la hora de marcar en debuts de competencias internacionales para el conjunto galo.

Desde la Eurocopa 2013 hasta la actualidad, la futbolista de Olympique de Lyon se fue transformando, paulatinamente, en una garantía al momento de inflar la red del rival. En aquella Copa de Europa, realizada en Suecia, metió la última diana de su selección en el triunfo por 3 a 1 contra Rusia. De la misma manera, la nacida en Grasse, perteneciente a la región de la Costa Azul, firmó el único tanto ante Inglaterra, en el estreno de ambas en la Copa del Mundo Canadá 2015.

Asimismo, ser la responsable de romper el cero en las primeras presentaciones no es un hecho aislado para ella, por lo que repitió dos años después en el torneo más importante a nivel de selecciones del viejo continente, organizado, esta vez, en Holanda, en la victoria de Les Bleues ante Islandia, por la mínima. En los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, frente a Colombia, en la apertura del Grupo G, también fue goleadora, tras meter el segundo en el éxito de las galas por 4 a 0.

Esta vez en el Parque de los Príncipes, la atacante de 30 años fue la responsable, nuevamente, de abrir el tanteador. Luego de una gran jugada de Amandine Henry —mediocampista central, capitana y autora de la cuarta conquista––, quien tras desbordar por la banda derecha, le cedió el balón, para que ella convirtiera y continuara con su increíble racha.

Teniendo en cuenta los datos y cuestiones aquí planteados, se puede afirmar que tanto el pueblo francés como su entrenadora Corinne Diacre deben quedarse tranquilos ya que, mientras su amuleto, Eugénie Le Sommer, esté en el campo, en cada uno de los inicios de certámenes por los puntos, habrá un gol asegurado.

La capitana de Francia casi cuelga los botines

Por Daniel Melluso

“Nuestra gloria más grande no consiste en no haberse caído nunca, sino en haberse levantado después de cada caída”

Esta frase escrita por Confucio, el pensador y filósofo chino que vivió entre los siglos V y VI antes de Cristo, se aplica perfectamente al camino –muy sinuoso, de hecho- que transcurrió Amandine Henry para convertirse en la capitana de la selección francesa de fútbol. Nacida en Lille hace 29 años, Henry tuvo que levantarse de un sinfín de caídas provocadas por determinados escollos en su trayecto a la gloria: ser la referente del conjunto galo en la Copa del Mundo que lo tiene como anfitrión.

La joven comenzó a jugar al fútbol a los 5 años inspirada por su padre, quien la llevaba a ver partidos desde pequeña, y fue él, el que la inscribió en su primer club, el OSM Lomme de su ciudad natal cuando tenía 11. Un año antes había llegado el primer obstáculo: en otra institución de la zona le habían prohibido el ingreso para practicar el deporte por el hecho de ser mujer. Sin embargo esto no le importó ni influyó, y jugó en el mencionado OSM Lomme, que era un equipo mixto, hasta los 13, para que, dos años después, en la temporada 2004/05, debute en la Ligue 1, Primera División de Francia, con el Fútbol Club Femenino Henin- Beaumont.

Henry, que juega de mediocampista central, pero que a su vez, por sus dotes técnicos, enlaza la defensa y el ataque como si fuera, por momentos,  una especie de cinco adelantada o una enganche atrasada, por otros, convirtió 11 goles en 20 partidos en su primer torneo en la elite del fútbol galo con tan solo 15 años. Tras esto fue fichada, por dos temporadas, por CNFE Clairefointane, en el que mantuvo un gran nivel tras realizar 22 tantos en 32 encuentros, lo que la llevó a ser comprada por el Olympique de Lyon, multicampeón francés.

Ya en Lyon llegó el golpe más fuerte, aquel que casi concluye con su incipiente carrera deportiva: en febrero de 2008 sufrió la rotura del cartílago de la rodilla derecha y debió ser intervenida quirúrgicamente con ninguna posibilidad de retorno al deporte de alto rendimiento, según los especialistas que la operaron. “Cuando me hacen resonancias magnéticas, los médicos no entienden (cómo volvió a jugar al fútbol). Soy un enigma”, le contó Henry al diario Le Progrès en una nota publicada el 22 de marzo de 2018. Como secuela de esto, la futbolista tiene un déficit muscular del 40 por ciento en su cuádriceps derecho al compararlo con el izquierdo, por lo que debería ser incapaz de continuar con la actividad, por lo tanto, para ello tuvo que cambiar su estilo para regresar a las canchas. “Diremos que logré encontrar un equilibrio en mi desequilibrio. Sé que mi cuerpo nunca estará al 100 por ciento. Ya no puedo usar mi pierna. Tenía que aceptarlo y por eso, reformateé mi cerebro. Incluso aprendí nuevos soportes para girar y acelerar” explicó la francesa.

Con Lyon ganó 11 títulos de liga, 6 de Copa Nacional y 5 Champions League, y a su vez, tuvo un breve paso por el Portland de Estados Unidos con el que conquistó el Campeonato de la National Women’s Soccer League (NWSL) en 2017. En el transcurso de este lapso fue galardonada, en dos ocasiones, como la segunda mejor jugadora de Europa (2015 y 2016), obtuvo el Balón de Plata en la última Copa Mundial disputada en Canadá y fue nominada para ganar el Premio The Best 2018, otorgado por la Federación de Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), para ser catalogada como la mejor futbolista del planeta.

A pesar de estos logros, Henry debió superar otra barrera: entre 2010 y 2013 fue excluida del seleccionado por el director técnico de aquel entonces, Bruno Bini, por no considerarla parte del proyecto futbolístico que él tenía para Les Bleues, sumado a las diferencias que tenía la mediocampista con varias compañeras. Con la ida de Bini, la jugadora volvió a ser considerada para el conjunto francés, a tal punto de que fue asignada como capitana por Corinne Diacre, actual entrenadora gala.

A partir de esto, Amandine Henry decidió narrar sus primeros pasos y su trayectoria en un libro, una novela ilustrada llamada Cree en sus sueños, que se lanzó el 15 de mayo pasado. Es un diario para los más pequeños, en el que les cuenta a los futbolistas en ciernes, pero también a los niños en general, los obstáculos que tuvo que superar y las caídas de las que se tuvo que levantar, antes de usar el brazalete de la selección francesa en la próxima Copa del Mundo.

Todos los estadios del Mundial de Francia

Por: Dalmira San Miguel 

Francia se prepara para albergar durante un mes (7 de junio al 7 de julio) a la octava edición del Mundial de Fútbol Femenino. París, Rennes, Niza, Le Havre, Montpellier, Reims, Valenciennes, Grenoble y Lyon son las sedes elegidas para esta edición de la Copa del Mundo en territorio francés. Nueve estadios abrirán sus puertas para recibir a los 24 Seleccionados e hinchas de todo el mundo.

Stade de la Mosson

PARTIDOS: Canadá-Camerún. Australia-Brasil. Sudáfrica-Alemania. Camerún- Nueva Zelanda.

Está situado en la ciudad de Montpellier, ciudad del sur de Francia. Fue inaugurado en 1972 y posee una capacidad para 32.900 espectadores. Durante el año, en esta cancha juega el equipo de Montpellier Hérault Sport Club de la Ligue. Este campo de juego ya albergó el Mundial de 1998, cuando se disputaron seis encuentros; y el Mundial de Rugby 2007, cuando se usaron las instalaciones para cuatro partidos.

Estadio de Niza

PARTIDOS: Inglaterra- Escocia. Francia- Noruega. Suecia- Tailandia. Japón- Inglaterra.

Este estadio está ubicado en Niza, ciudad situada en el departamento de los Alpes Marítimos franceses. Allí juega el equipo Olympique Gymnaste Club de la Ligue 1. Fue inaugurado el 5 de septiembre de 2013. Tiene una capacidad para 35.000 espectadores. En este campo de juego se disputaron varios partidos de la Eurocopa 2016.

Estadio de Hainaut

PARTIDOS: Australia- Italia. Alemania- España. Países Bajos- Camerún. Italia- Brasil.

Este estadio se encuentra en la ciudad de Valenciennes y cuenta con una capacidad para 24.926 espectadores. Fue construido en 2011 sobre la antigua cancha Nungesser, es de propiedad municipal y sirve de sede para los partidos del Valenciennes y para encuentros de rugby.

Parque de los Príncipes

PARTIDOS: Francia- Corea del Sur (Inaugural). Argentina- Japón. Sudáfrica- China. Estados Unidos- China. Escocia- Argentina.

Este estadio queda en la ciudad de París y durante el año alberga al equipo de París Saint Germain. Fue inaugurado el 18 de julio de 1897, tiene una capacidad para 48.583 espectadores. En ese campo de juego se disputaron dos Mundiales de fútbol masculino, 1938 y 1998; y tres Eurocopas: 1960, 1984 y 2016.

Estadio de Lyon

PARTIDOS: Las dos semifinales (2 y 3 de julio) y la final (7 de julio) del Mundial Femenino.

Está situado Décines-Charpieu, comuna francesa de la Metrópoli de Lyon. Tiene una capacidad para 59.189 hinchas y fue inaugurado el 9 de enero de 2016. Este estadio pertenece al equipo de fútbol francés Olympique Lyonnais. Albergó seis partidos de la Eurocopa 2016.

Estadio Auguste Delaune

PARTIDOS: Noruega-Nigeria. Estados Unidos- Tailandia. Jamaica- Italia. Corea- Noruega. Países Bajos- Canadá.

Está ubicado en la ciudad de Reims, noroeste de Francia. Fue inaugurado el 21 de octubre de 1934 y renovado en el año 2008. Tiene una capacidad para 21.029 espectadores. Este estadio albergó un solo partido del Mundial de 1938: Hungría 6-0 Indonesia.

Estadio Océane

PARTIDOS: España- Sudáfrica. Nueva Zelanda- Países Bajos. Inglaterra- Argentina. China- España. Suecia- Estados Unidos.

Se sitúa en Normandía, región del norte de Francia. Su inauguración fue el 12 de julio de 2012, posee una capacidad para 25.178 espectadores. En el mismo, se disputan los encuentros del equipo Le Havre Athletic Club de la Ligue 1. Esta cancha reemplaza a la anterior del club Stade Jules Deschaseaux en funciones desde 1932 hasta 2012, que había sido sede de un solo partido del Mundial 1938.

Estadio de los Alpes

PARTIDOS: Brasil- Jamaica. Nigeria- Corea del Sur. Canadá- Nueva Zelanda. Jamaica-Australia.

Ubicado en la ciudad de Grenoble, sureste de Francia. Fue inaugurado en 2008 y cuenta con una capacidad para 20.068 espectadores. Es utilizado por el equipo de fútbol Grenoble Foot 38 de la Ligue 1 y el FC Grenoble Rugby del Top 14.

Estadio Parque Roazhon

PARTIDOS: Alemania-China. Chile-Suecia. Japón-Escocia. Nigeria-Francia. Tailandia-Chile.

Está situado cerca del centro de la ciudad de Rennes. Desde 1912 el equipo de fútbol masculino Stade Rennais, de la Ligue 1 francesa, es local allí. Tiene una capacidad para 31.127 espectadores.

“El eterno aprendiz”

Por Faustino Lana

Ariel Scher es buena madera, quienes lo conocen un poco lo saben, pero quienes lo conocen un poco más aseguran que sabe cobrar silueta de guitarra, de piano, de violín, para entonar las melodías más complejas. Porque sí, muchos periodistas han sido tapa de revistas, han acumulado infinitos puntos de rating en sus programas, han recibido premios Martín Fierro o han cobrado la enorme popularidad que ofrece la televisión, sin haber transitado ni un cuarto del inmenso camino que tienen su pluma y su perfil bajo. Porque no, el tipo no hace foco en sus virtudes individuales, ni en la competencia del medio, ni en la hoguera de las vanidades. Sin lugar para supuestos en su filosofía de vida, las ideas gobiernan el universo de sus cuestionamientos, sus autocríticas y sus investigaciones.

De las pocas cosas que afirma con certeza en relación a su propio ser,  la primera es un palo para él mismo, porque considera que se interpela menos de lo que debería y que debería saber todavía mucho más. Sin querer queriendo, Ariel  evidencia la ignorancia que suele caer de los perfiles altos, mientras cava la profundidad de su propio conocimiento, para dejar en ridículo al vértigo de la vanidad que chapotea en el barro de la fama.

A contramano del individualismo, su oratoria bucea en un mundo paralelo a los livianos juicios de valor: no tiene apuro para juzgar. Y entonces no prejuzga. De hecho, prefiere no volcar alusiones personales, ni disputas personalistas, ¿para qué? Todo ese tiempo, se lo dedica a crecer y no mágicamente, sino a partir de la referencia teórica, práctica, pedagógica e ideológica que tomó de múltiples maestras y maestros, como Paulo Freire. Pero no, tampoco se rinde a sus pies, porque ahí radica su principal aprendizaje, su sistemática manía de dudar, de contrastar, de confiar en la confianza que sus lectores puedan desarrollar sobre sus propias capacidades. Pues qué mejor fórmula para seguir consiguiendo maestros, ¿no? Al fin y al cabo, la fama se sube a la cabeza cuando la encuentra vacía.

Sin estudiar a ciertos autores y sobre todo sin practicar la viabilidad de tales teorías puestas en práctica, sin todo su edificio ideológico, de seguro no tendría todos, pero todos, pero todos, esos “pocos elementos” que administra su inteligencia. “Pocos”, sí, dice “pocos”, porque consciente o inconscientemente les permite agrandarse a los demás. Y poco a poco, va consiguiendo así una fuente abastecedora de conocimiento y de transformación, que no nace necesariamente de grandes intelectuales o catedráticos, sino de cada compañero, de cada estudiante, de cada hincha. Durante sus clases, incluso, promueve el intercambio como dinámica sistemática, para que nadie conciba el proceso de construcción del conocimiento como una vía unilateral. Interroga, pregunta, escucha, reflexiona y se informa, hasta que se rinden cada uno de los supuestos. Se rinden y se van, hechos información.

Una mirada cercana y clarificadora alumbra todavía más: Iván Sandler, licenciado en Comunicación Social, ex alumno de Deportea y actual copiloto suyo en la materia Política y Deporte, afirma que Scher “se aburre muy rápidamente de las rutinas y necesita renovarse constantemente”, aunque él disfruta viendo cómo presenta una misma clase tres veces consecutivas, en tres cursos diferentes, “porque nunca son iguales” y “porque siempre te deja reflexionando, una vuelta de tuerca más”.

Y no, Scher no solo medita conjeturas del pasado: rema, avanza y navega sobre temas actuales, estudiando, estudiando, estudiando y volviendo a estudiar. No se detiene jamás, ese barco que timonea sobre el océano del saber, enfrentando temporales o surfeando mareas, tan grandes y poderosas como la marea verde por el aborto seguro, gratuito y legal. Que apoya, sí, pero no sin antes reparar cuánto tardó en asignarle al tema la importancia que tiene hoy.  Ahí no le toca ser capitán, ni timón, ni timonel: simplemente se declara voluntario para toda la transformación interna o externa que demande la tripulación feminista que llegó para cambiar todo lo que deba ser cambiado.

Poco a poco, “la vida se ha vuelto un enorme espectáculo, cuya obra central es el deporte”, también atrapado por la lógica del show, pero a cada certeza le impone una nueva pregunta y ésa no es la excepción. “¿Quién lo modela como un espectáculo? ¿A quién le interesa que sea de esa forma? Bueno, la industria del entretenimiento y la logia de poder actual funcionan en el marco del vértigo, porque cuando se va muy rápido se hace muy difícil poder llegar muy profundo. Y por eso se hace tan necesario cambiar esa lógica, porque tal como decía Eduardo Galeano, “’muchas personas, en muchos lugares, haciendo muchas cosas, van cambiando al mundo’ “.

Se va la nota, la charla, el perfil, el individualismo, la competencia, el ego. Y apenas queda sobre sus huellas, una evidencia más: ahora que lo elegimos protagonista, ahora que arranca el 7 de junio, ahora que celebramos el Día del Periodista, ahora tampoco eligió mostrarse, ni chapear, ni figurar. Una vez más, Ariel Scher utilizó al periodismo para poder interpelarse a sí mismo, porque no estaba charlando, estaba enseñando.

Feliz Día, maestro.

Milagros Oliver, sueño de tripera

Facundo Guerreiro

17 de mayo cerca de las 17. Por la calle 53 viene caminando una chica con una botella de jugo naranja y una mochila colgando del hombro a paso corto. Ella es Milagros Oliver, volante central de Gimnasia La Plata, equipo revelación de la segunda división del fútbol femenino, que se consagró campeón y consiguió el ascenso a dos fechas del final. La tripera llega al banco de la plaza Güemes, apoya su mochila, su botella y se prepara para dialogar.

Gimnasia consiguió por primera vez el ascenso a primera después de un estupendo torneo en el que ganó 15 de los 16 partidos que disputó y sólo perdió ante Real Pilar. Milagros cuenta qué significa el premio al esfuerzo y cumplir un sueño: “Al ser hincha de Gimnasia creo que esto vale muchísimo más. De chiquita imaginaba gritar ‘dale campeón’ y lo logré. Ahora vamos por la primera”.

La jugadora Tripera reveló lo primero que pensó tras conseguir el objetivo: “Si bien veníamos ganando todo, la derrota ante Real Pilar tan cerca del objetivo pegó fuerte y nos dio ese envión de querer cerrar esto lo antes posible. Cuando el pitido del árbitro marcó el final del partido con Banfield, fue una alegría y una emoción muy grande. Ya te digo, fue el sueño que tenía desde chiquita cuando gritaba ‘dale campeón’ revoleando la camiseta en el parque de mi casa y ahora era real, lo habíamos logrado”.

La Peque, como le dicen sus compañeras, agradece la posibilidad que le brinda el club. “Gimnasia nos está permitiendo cumplir un sueño tras otro, sin escalas, y hay que agradecer a todas las personas que lo hacen posible. Lo disfrutamos al máximo con la gente, con la familia y nosotras como equipo. Logramos hacer historia”.

Foto: @ramirodominguez

La volante central definió el nivel que tiene la Segunda División y comparó la diferencia con la Primera, donde jugó con la camiseta de Estudiantes: “Esta categoría es muy luchada. Jugué en primera y quizás contra los grandes los partidos son más limpios, en cambio, en la segunda son luchados, pero con buen nivel”.

Milagros se refirió a la profesionalización del fútbol femenino: “Muchos sueños de a poco se iban a hacer realidad. Yo creo que lo veíamos muy lejano a todo esto y de repente llegó. Falta mucho, pero algo es algo y por suerte se puso primera, esperemos seguir creciendo”.

La oriunda de Madariaga, que está estudiando profesorado de Educación Física en la Universidad de La Plata, se definió como volante central y remarcó que también puede jugar de volante interno: “Según me dicen, tengo visión de juego y manejo bien las dos piernas, pero siempre digo que tengo más garra que otra cosa”.

Las delanteras de la Selección Argentina

Por: Dalmira San Miguel

Belén Potassa

Comenzó a jugar al fútbol a los 6 años en Juventud Unida Rosquín Club, el equipo de varones de su pueblo, Cañada, provincia de Santa Fe. A los 14 años ya jugaba en la posición de delantera, y a esa edad tuvo una propuesta para jugar en Rosario Central. Belén la aceptó y participó dos temporadas en ese club.

Dejó al equipo rosarino y jugó por una temporada en San Lorenzo de Almagro. Después tuvo un pase fugaz por Chile, vistió la camiseta de Deportes Santiago Morning por cuatro meses. En 2010 volvió a la Argentina y formó para de Las Gladiadoras. En Boca estuvo cuatro temporadas y convirtió 118 goles. También con este último obtuvo ocho títulos. Del 2015 hasta la actualidad Belén juega en la UAI Urquiza.

A la Selección llegó en el Sudamericano Femenino de 2006 y el conjunto argentino logró consagrarse campeón en ese torneo. La Copa Mundial Femenina la disputó tres veces: China 2007 con la mayor, y Rusia 2006 y Chile 2008, con el Sub 20. También jugó los Juegos Panamericanos Brasil 2007, México 2011 y Canadá 2015. Por último, jugó la Copa América Chile 2018, obtuvo el tercer puesto.

Mariana Larroquette

Pedro, uno de sus vecinos, le propuso un día ir a jugar al fútbol en a la plaza de su barrio, Ituzaingo, Mariana, con 6 años aceptó la propuesta y desde ese día nunca dejó de patear la redonda. Todas las tardes, cuando salía del colegio, se la pasaba en aquel parque. Ya desde temprana edad se destacaba como una gran delantera.

Su carrera futbolística, en la máxima categoría, comenzó en 2010. En ese año Mariana se presentó a una prueba en River y quedó. En el club de Núñez participó durante cinco temporadas. Después tuvo su primera experiencia internacional, en la Universidad de Chile, donde jugó de 2016 a 2017. En el conjunto chileno se consagró campeona del Torneo de Primera División de aquel país. Con 25 años volvió a Argentina, más precisamente a la UAI de Urquiza. En el equipo de Villa Lynch, ganó el Torneo de Primera División Femenina en dos temporadas: 2017-2018 y 2018-2019. En el primero, convirtió 45 goles y en el segundo, 28 tantos.

En cuanto con la Selección argentina, comenzó a representarla en el 2007, cuando tenía 14 años en el Sub-17. A los 16 jugó en el Sub-20 y participó en dos Mundiales en esa categoría: Chile 2008 y Japón 2012. Con la mayor fue parte del elenco campeón en los Juegos Sudamericanos de Santiago 2014 y disputó los Juegos panamericanos de Toronto 2015. Además, jugó la Copa América de Ecuador 2014 y se colgó la medalla de bronce en la Copa América de Chile 2018 y participó en el repechaje en el que Argentina consiguió la clasificación a la Copa Mundial Femenina de Francia 2019.

Milagros Menéndez

Descubrió el amor por el fútbol desde muy chica. En su familia eran muy amantes de los karting y del tenis, pero a Milagros le aburrían los deportes individuales. Así y todo primero probó con los fierros y tuvo una destacada actividad en el karting, donde se convirtió en la primera mujer bicampeona de la Asociación Zonal de Karting Mar y Sierras (AZK) en 2008 y en 2009. Esta actividad no le terminó de convencer así que decidió arrancar a jugar al fútbol.

Sus comienzos con la pelota número 5 fueron en el barrio de San Antonio, Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires. Cortaba la calle juntó a sus vecinos y convertía goles tras goles. Después pasó a jugar en el club Racing de Mar del Plata, y estuvo allí hasta que llegó a una edad en la que la institución ya no le permitía jugar con los varones. Le siguió el club Punto Sur y luego el Deportivo Cristal.

Actualmente, con 22 años, juega en la UAI de Urquiza. En el equipo de Villa Lynch consiguió tres títulos en cuatro años en los campeonatos femeninos de la Asociación del Fútbol Argentino de 2016, 2018 y 2019. En los dos torneos fue titular, todos los partidos, como delantera.

“Sueño con jugar en la Selección Argentina. No quedé para la Copa América pero eso me da más fuerzas para seguir. Ya tuve la chance de entrenar y no me conformo, quiero ir por más. Y si bien soy chica, también me gustaría en el futuro ser directora técnica y ayudar a que siga creciendo el fútbol femenino en nuestro país”, dijo Milagros en un entrevista para el medio online El Retrato de Hoy.

Soledad Jaimes

Con 12 años se dio cuenta que le fascinaba jugar al fútbol. Al principio, lo hacía con sus amigos del barrio y después cuando cumplió los 15 se vino a Buenos Aires para probarse en Boca. En el equipo de La Boca quedó y comenzó a formar parte del plantel. Dejó atrás a su pueblo natal, Nogoya, provincia de Entre Ríos para perseguir sus sueños en la gran ciudad.

En Boca estuvo de 2004 a 2014. En 2014 emigró para el equipo Foz Cataratas, donde estuvo solo una temporada. Después, se fue al San Pablo, y consiguió un subcampeonato en 2015. Le siguió el conjunto de Santos, también de Brasil, donde se consagró como goleadora y mejor delantera del torneo Paulista de 2016. Con 29 años, se fue a jugar por una temporada al Dalian Quanjian de China.

Actualmente, con 30 años, viste la camiseta del Olympique de Lyon, conjunto francés. En este logró ser la primera mujer argentina en consagrarse campeona de la Champions League, en la temporada 2018-2019. En el último partido, las francesas enfrentaron al Barcelona, y ganaron por 4 a 1. La final se disputó en el Ferencvaros Stadium, de Budapest, Hungría.      

En la Selección participó, por primera vez, con 16 años, en el Sub-20, en el Mundial Rusia 2006. Con la Mayor participó del Mundial China 2007 de los Juegos Panamericanos Brasil 2007, México 2011 y Canadá 2015 y de los Juegos Olímpicos Pekín 2008.  Por último, jugó la Copa América Chile 2018, donde obtuvo el tercer lugar.

Yael Oviedo

Nació en Concordia, provincia de Entre Ríos, y desde pequeña eligió la pelota número 5 antes que los zapatos de ballet que quería su madre que usara. Yael comenzó su carrera futbolística cuando tenía 17 años, en Boca Junior. Le gustaba tanto jugar a la pelota que cuando terminó el secundario les dijo a sus padres que ella iba a vivir, por el resto de su vida, del fútbol. A los 22 años dejó el barrio de La Boca y se fue a Villa Lynch. Allí vistió la camiseta de la UAI Urquiza por dos temporadas. A los 24 años, emigró a España, jugó en el conjunto de Granada profesionalmente y pudo lograr su sueño de vivir del fútbol.

Actualmente, con 26 años, juega como delantera en el Rayo Vallecano, que terminó 8° en la tabla de la Primera Liga de España. El plantel cuenta con tres jugadoras sudamericanas más: dos chilenas y una venezolana. En el conjunto español firmó contrato hasta junio de 2020. “Estoy muy contenta de haber llegado a este club. Extraño muchísimo Argentina pero quería jugar a la pelota en forma profesional. Y acá en España lo pude lograr”, dijo Yael en una entrevista para un medio español.

La camiseta de la Selección la vistió en la Copa América Chile 2018, y obtuvo el tercer puesto. También, participó en los partidos de repechaje frente a Panamá para clasificar a la octava edición del Mundial Francia 2019.

Florencia Bonsegundo

Con 6 años empezó a patear la pelota en su pueblo natal, Monteros, noroeste de la provincia de Córdoba. Sus comienzos en esta disciplina fueron en el club de su barrio, Roberto Colombo. En el mismo, formaba parte del equipo masculino de fútbol ya que femenino no había. En este último estuvo desde los 7 hasta los 13 años. Tuvo que dejar el conjunto cordobés ya que, desde la Liga, le prohibieron jugar por ser mujer.

Después de ese episodio se alejó del fútbol por unos años. En 2011 comenzó a vestir la camiseta de Huracán. En el club de Parque Patricios jugó por dos temporadas. En 2013 quedó seleccionada para formar parte del equipo de la UAI Urquiza. En el mismo, trabajaba por la mañana en la parte de ventas de la indumentaria deportiva del club y después, a la tarde, se entrenaba con el conjunto de Villa Lynch. En ese equipo se coronó tres veces campeona: 2014, 2016 y 2018.

Actualmente, con 26 años, está en el Sporting Huelga, equipo español. Se desempeña como delantera, en la Primera División. En este conjunto juega profesionalmente. “Estoy muy feliz de haber llegado a España. Por fin puedo vivir de lo que a mi me gusta. No me arrepiento de nada de lo que hice para llegar hasta acá”, dijo Florencia en una entrevista para Infobae.

La camiseta de la Selección Mayor ya la vistió en varias oportunidades. En 2015 formó parte del equipo que participó de los Juegos Panamericanos 2015. También jugó dos Copas Américas: Ecuador 2014 y Chile 2018. En esta última competición fue la capitana del equipo nacional. También, formó parte del Sub-20 en 2012, cuando tenía 19 años en el Mundial en Japón.

Perú y las faltas de disciplina

Foto: Fifa.com

Por Matías Pirritano

Con la Copa América a unos pocos días de comenzar, el pueblo peruano se encuentra expectante por la actuación de su seleccionado mayor, siendo este certamen una clara oportunidad para poder conseguir un buen puesto, como lo hizo en la misma competencia en 2015 quedándose con el tercer lugar, o bien teniendo un papel protagónico plasmando en su estilo de juego que le viene dando buenos frutos hace unos años.

Con el argentino Ricardo El Tigre Gareca como entrenador, Perú desea dar ese salto de calidad que tanto viene buscando. En el último Mundial de fútbol lograron clasificar teniendo que jugar un partido de repechaje contra Nueva Zelanda, el cuál ganaron por 2-0. Aunque su participación fue mala, eliminados en fase de grupos, no accedían a una cita mundialista desde España 1982.

Pero hay un problema histórico con los jugadores del seleccionado, no todos obviamente, que es la indisciplina. El primer caso se dio en 1949 justo antes de partir a Brasil para disputar el Sudamericano de ese año. Exactamente seis jugadores se escaparon de la base aérea de la armada peruana en Las Palmas para celebrar el carnaval del Callao, famosa fiesta de origen venezolano que se festeja en otros países de Latinoamérica.

Los culpables fueron Eliseo Morales, René Rosasco, Félix Mina, Juan Lecca, Juan Castillo y Vlaeriano López; este último figura indiscutible del fútbol peruano teniendo 207 goles en 199 partidos oficiales. Todos fueron suspendidos por la Federación Peruana de Fútbol y apartados de las convocatorias nacionales.

También en 1970, en pleno proceso eliminatorio para llegar al Mundial con sede en México, una de sus figuras protagonizaría un acto similar. Pedro Pablo El Perico León, por aquel entonces delantero de uno de los clubes más representativos de Perú, Alianza Lima, no tuvo mejor idea que fugarse del Colegio Nacional Militar Leoncio Prado, institución pública de educación militar ubicado en Callao, provincia costera del país y donde la Blanquiroja se concentraba.

Según cuentan, el delantero habría trepado las paredes del recinto para pasar la noche acompañado de un grupo de señoritas. Lo más curioso de este caso es que, por más de haber sido descubierto, el director técnico de aquel entonces, Waldir Didí Pereyra, optó por no desafectarlo del plantel ya que sus compañeros abogaron por él. Además, fue quién hizo el famoso gol a Argentina en la victoria en condición de visitante por 1-0 que implicó la clasificatoria al Mundial de ese año.

Y uno de los más resonantes y que trajo más consecuencias sucedió el 18 de Noviembre de 2007 en el hotel y club de golf Los Incas, situado en el distrito de Santiago de Surco en la provincia de Lima, más precisamente en la zona de Cerros de Camacho. Esta vez los principales señalados serían tres hombres que pusieron al fútbol Inca en un lugar importante, por lo menos en Sudamérica, Claudio Pizarro, Jefferson Farfán y Paolo Guerrero.

Después del empate frente a Brasil por 1-1 en el estadio Monumental de Lima, algunos jugadores del plantel decidieron festejar esa misma noche con una reunión en el hotel donde se estaban hospedando. Bastaron solo unas horas para que todo salga a la luz, ya que en la celebración no faltaron botellas de alcohol ni acompañantes femeninas que habrían entrado por la parte de atrás del lugar llevadas hasta allí por un conocido del seleccionado. Un total escándalo que puso en duda el compromiso de los jugadores con la selección.

Ahora, con un proyecto estable, jugadores en importantes ligas del mundo y logrando buenas posiciones en los torneos internacionales, Perú quiere dejar atrás este historial de desfavorables acontecimientos para afianzarse como uno de los pesos pesados de Sudamérica, esto intentarán demostrar durante su estadía en la próxima Copa América que tendrá a Brasil como anfitrión.

Soñar en grande: El fútbol sudafricano femenino disputará su primer mundial en la historia

Por Bautista Romaniuk

No hemos ganado para los 60 mil aficionados que hay en el estadio, hemos ganado para los 43 millones de sudafricanos” decía Francois Pienaar, capitán de los Springboks, luego de campeonar en el Mundial de Rugby de 1995 sucedido en dicho país. Pareciera ser una simple declaración, aquella que nace naturalmente luego de conseguir semejante logro, pero estaba cargada de un significado gigantesco: el adiós al Apartheid.

Las elecciones presidenciales del 26 al 29 de abril de 1994 marcaron un hito en la vida de todos los sudafricanos. Por primera vez en la historia del país y bajo el derecho al sufragio universal, todas las personas sin importar el sexo, las creencias o su condición social tuvieron la posibilidad de votar.

Luego de tres días envueltos en violencia y de largas colas por las que desfilaron millones de ciudadanos, Nelson Mandela con el 62,65% de los votos sería el ganador de las elecciones para convertirse en el primer presidente negro de la historia de Sudáfrica. De esta manera, se comenzó a consolidar el proceso que se venía gestando desde exactamente el 2 de febrero de 1990, que tenía como fin dejar atrás el sistema de segregación racial implantada en el país e ir en busca de una nación que sea capaz de convivir libre y pacíficamente.

Previamente, Madiba -como lo apodaban-, visitó Barcelona en 1992 con motivo de los Juegos Olímpicos y notó la importancia y la trascendencia del deporte dentro de la sociedad. Por ello, utilizó al mismo como una fuerte política de inclusión y en la que se pueden reconocer dos acontecimientos claves en la historia.

El primero y ya mencionado Mundial de Rugby Sudáfrica 1995, en dónde la selección anfitriona volvió a competir oficialmente tras las ediciones de Nueva Zelanda 1987 e Inglaterra 1991 luego de las sanciones impuestas al país relacionadas al Apartheid. Los Springboks por aquel entonces eran un símbolo del poder de los blancos y un punto más de desigualdad dentro de la sociedad sudafricana -aunque curiosamente dentro de sus filas había un jugador de tez morena, Chester Williams-. Mandela con apoyo del capitán Pienaar fueron convenciendo lentamente tanto a jugadores como aficionados que el camino a seguir era el de alentar al equipo nacional.

El deporte jugó para el ganador del Premio Nobel de la Paz y el 24 de junio de 1995, en el estadio Ellis Park de Johannesburgo, el seleccionado sudafricano venció agónicamente a la favorita Nueva Zelanda por 15 a 12 con un drop de Joel Stransky y se consagró campeón mundial para que toda la ciudad se una en un grito de victoria y celebración.

El segundo, hace tan sólo 9 años, el Mundial de Fútbol Masculino Sudáfrica 2010. En este caso, Nelson Mandela ya no estaba en el poder ya que su mandato culminó en 1999 pero fue gran participe y gestor para que la Copa del Mundo tuviera lugar por primera vez en la historia en el continente africano. El expresidente de la FIFA, Joseph Blatter, en la inauguración definió a Madiba como “el verdadero arquitecto” de dicho certamen.

En el año 2000, tanto la Nación Arcoíris como Marruecos habían intentado llevar a sus tierras la organización del Mundial pero la infraestructura de Alemania y el peso de las federaciones europeas ganaron el derecho a ser el anfitrión del 2006. Pero luego, el Comité Ejecutivo de la FIFA decidió implementar la alternación de la Copa del Mundo entre los continentes y finalmente África vería su oportunidad.

La organización de un evento de enorme magnitud impactó a Sudáfrica en diversos sentidos. El crecimiento turístico fue notorio y según el informe de la Oficina de Turismo del país en 2010, 309.554 de visitantes arribaron a tierras sudafricanas y gastaron en promedio 3.640 millones de rands -moneda nacional-. Además de un récord de audiencia televisiva para aquel entonces que alcanzó aproximadamente 2,200 millones de personas según estadísticas brindadas por la página oficial de la FIFA. Pero lo más importante -hablando de deporte- fue la popularización del fútbol, una disciplina que hasta ese momento era bastante relegada y de segundo orden en el país.

Hoy en día, el fútbol es el segundo deporte que más audiencia acumula luego del rugby.

Los Banfana Banfana -apodo del seleccionado sudafricano- poseen una corta historia ya que también estuvieron suspendidos muchos años y hasta fueron expulsados de la FIFA en 1976 por culpa del Apartheid. Recién en 1998, para el Mundial de Francia, pudieron volver a competir pero se quedaron en fase de grupos. Entre sus logros más destacados está la consagración en la Copa Africana de Naciones de 1996 y un subcampeonato dos años más tarde en la misma competencia.

Pero recientemente, hace aproximadamente 7 meses, Sudáfrica volvió a vivir un hecho histórico dentro del deporte del país y relacionado al mundo del fútbol, esta vez del lado de las mujeres.

La Selección Femenina de Sudáfrica, el 27 de noviembre de 2018, clasificó por primera vez en su historia al Mundial de Francia de 2019. Tras quedar en la final junto a Nigeria del Campeonato Africano obtuvo automáticamente su pase para vivir lo que será la cita más importante para las Banyana Banyana dentro del escenario futbolístico.

En un contexto social aún más crítico en comparación a la Argentina, en donde ambos países las mujeres luchan día a día para que disminuya en todos los sentidos la desigualdad de género y el maltrato hacia la mujer, no sólo es un logro meramente deportivo, sino también un avance en materia política.

El actual gobierno, presidido por Cyril Ramaphosa, apoya firmemente la lucha de las mujeres y ya lo ha demostrado en reiteradas ocasiones: El 9 de agosto del año pasado, en un acto en conmemoración al Día de la Mujer en la ciudad del Cabo Oriental, afirmó que la mejor manera de empoderar a las jóvenes y de promover la equidad de género es mediante la educación. Además, agregó que en su mandato realizará una cumbre nacional para tratar la violencia hacia el pueblo femenino.

En este orden, el pasado 24 de mayo de este año, el presidente de la Asociación Sudafricana de Fútbol confirmó que el seleccionado femenino recibirá las mismas ganancias que el equipo masculino para los próximos torneos internacionales. En concreto, dependiendo los objetivos, los jugadores de ambos sexos cobrarán 320 mil rands –aproximadamente 20 mil dólares- por superar la fase de los 16 mejores equipos, 670 mil rands -41 mil dólares- por llegar a la semifinal y hasta 920 mil rands -51 mil dólares- si logran ganar tanto el Mundial de Francia y la Copa Africana 2019.

En un país donde un cuarto de millón de las mujeres son violadas anualmente, es un hecho que no pasa desapercibido y se une junto a Noruega quién en 2017 tras una dura batalla de sus jugadoras  también logró igualar el salario de sus futbolistas.

De esta manera, con estandartes como su capitana Janine van Wyk, la experimentada entrenadora Desiree Ellis y la mejor jugadora del año de África Thembi Kglatana, las Banyana van en busca de hacer historia el próximo 8 de junio a las 13 horas (horario argentino) cuando debuten ante la dura España por el Grupo B del Mundial. Las sudafricanas confían en su delantera, una de sus principales fortalezas, las cuales anotaron 24 tantos entre marzo y octubre, en diez encuentros consecutivos.

No será sencillo, desde su clasificación al certamen mundialista no lograron obtener victorias contra otras selecciones que no sean africanas, la última fue ante Hungría por 1 a 0 en marzo del año pasado.

Pero su unión como equipo es tan fuerte que las derrotas no derrumbarán su ilusión. Con poco que perder y mucho que ganar, las Banyana Banyana ponen en ruedo el sueño de dejar la imagen del pueblo femenino africano, en lo más alto del fútbol mundial.

Francia: la disparidad entre el Lyon y la Selección

Foto: L´Équipe

Daniel Melluso

Es curioso que la Federación Francesa de Fútbol (FFF) cuente con el mejor club del mundo entre sus asociados —Olympique de Lyon—, siendo su Selección un equipo irregular y con poco bagaje en instancias definitorias de competencias internacionales, mucho más teniendo en cuenta que una cantidad considerable de jugadoras de Les Bleues actúan en el multicampeón de la Division 1, primera categoría femenina, temporadas tras temporada.

Corinne Diacre, entrenadora del conjunto galo, convocó para el Mundial que allí se disputará a siete futbolistas de Lyon: la arquera Sarah Bouhaddi; las defensoras Amel Majri, Griedge Mbock Y Wendie Renard; la mediocampista Amandine Henry; y las delanteras Delphine Cascarino y Eugénie Le Sommer, lo que constituye el 30 por ciento de la lista de 23. Es más, seis de ellas son titulares tanto en la Selección como en el club, lo que compone el 54 por ciento de la formación inicial de este último.

Es cierto también, aunque no valga como justificativo, que en el hexacampeón de Champions League participan jugadoras extranjeras, las cuales suelen ser las individualidades más importantes del equipo, las que marcan la diferencia, como por ejemplo, la delantera noruega Ada Hegerberg, considerada la mejor futbolista del mundo, que fue galardonada con el Balón de Oro en 2018.

Si se comparan los logros obtenidos por Lyon con los conseguidos por la Selección gala, las diferencias entre el primero con respecto al segundo son abismales. El club francés, además de los seis títulos europeos ya mencionados (ganó las últimas cuatro ediciones), se consagró 17 veces en la liga (13 consecutivos, desde 2007 hasta la actualidad) y triunfó en 10 ocasiones en la Copa de Francia, teniendo en cuenta que su primer logro fue en 2003. En contrapartida, el máximo hito de Les Bleues fue la primera posición de la copa amistosa SheBelieves 2017, la cual disputan Selecciones invitadas por Estados Unidos, el organizador. Su mejor colocación en un Mundial fue el cuarto puesto obtenido en Alemania 2011 y no logró pasar de los cuartos de final en la Eurocopa desde su primera participación en 1997 hasta la última en 2017. Es importante remarcar que su presencia en la Copa del Mundo es intermitente: no se clasificó a las primeras tres ediciones. Recién en 2003 compitió, pero fue eliminada en primera ronda, y en China 2007 quedó afuera en las eliminatorias, por lo que no concurrió al evento. En la actualidad, lleva tres participaciones consecutivas, si se tiene en cuenta la que comenzará el 7 de junio.

A pesar de ser la cuarta Selección en importancia según el ranking de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), el conjunto galo no está a la altura de los equipos que la preceden: la lista la lidera Estados Unidos, quien es el vigente campeón mundial (ganó tres títulos: 1991, 1999 y 2015); en segundo lugar figura Alemania, bicampeón de la competición (2003 y 2007); y tercero se encuentra Inglaterra, bronce en 2015 y semifinalista de la Eurocopa disputada en Holanda en 2017.

En la última cita mundialista en Canadá 2015, Les Bleues culminaron quintas, tras perder en cuartos de final con Alemania por penales y se quedaron en las puertas de la pelea por llegar a la final. Este año, como anfitrión, Francia intentará apoderarse de la tan anhelada y esquiva Copa del Mundo para, aunque sea una vez, estar a la altura de su máximo exponente a nivel clubes, el Olympique de Lyon.

 

Las mediocampistas de la Selección Argentina

Por: Dalmira San Miguel 

Myriam Mayorga

De pequeña, tenía la manía de cortar la calle junto a sus primos y vecinos y jugar por varias horas al fútbol. La calle San Francisco III, en Bariloche, era para ellos una inmensa cancha. Myriam era la única nena que jugaba con los varones. Y fue la única de su familia y amigos que se enamoró por completo de ese deporte. 

Cuando cumplió 11 años, una de sus amigas le comentó que en el club barilochense Mutisias iban a incorporar futsal femenino. Myriam no dudó en anotarse. Sus padres la apoyaron en todo momento. Sólo le dijeron que si a ella le iba mal en el colegio automáticamente la sacaban del club. 

Cuando terminó el secundario ella seguía jugando al futsal en el club. Myriam trabajaba de cajera en un autoservicio por la mañana y a la noche iba a entrenar. Todos los viernes jugaba los torneos regionales que se disputaban los fines de semana. Un viernes, como cualquier otro, Myriam, con 22 años, viajó a Jacobacci, ciudad a 200 kilómetros de Bariloche, para disputar un partido. Lo que ella no sabía era que Diego Guacci, en ese momento director técnico de UAI de Urquiza, iba a estar mirando el encuentro. Cuando finalizó, Guacci le propuso a Myriam viajar a Buenos Aires para sumarse al club de Villa Lynch. Y además, le otorgarían una beca para que estudie la carrera universitaria que ella quisiera en la Universidad Abierta Interamericana (UAI).

La mediocampista aceptó la propuesta de Guacci. Dejó atrás Bariloche y se fue a vivir a Buenos Aires. Se anotó en medicina y se recibió el año pasado. Actualmente está estudiando la especialización en terapia intensiva. En cuanto al fútbol, hace seis años que viste la camiseta número 5 de UAI de Urquiza. En la Selección mayor participó solamente, por el momento, en las eliminatorias para el Mundial Francia 2019.

Lorena Benítez

Lorena nació en Luis Guillón, provincia de Buenos Aires, hace 20 años. Sus padres son inmigrantes paraguayos y en total tiene ocho hermanos. Su primer paso en la Primera División del Fútbol argentino fue cuando cumplió 14 años. Jugó en San Lorenzo de Almagro. En la actualidad,  la mediocampista es la mejor jugadora de futsal del país, y se destaca en Kimberley Atletic Club, de Villa Devoto. En el fútbol once también es una de las grandes promesas a futuro, y en este momento viste la camiseta de Boca Juniors.

En cuanto a la Selección lució la camiseta en la Sub-17 y Sub-18. En la Mayor fue parte del plantel que entre fines de febrero y principios de marzo de este año disputó la Copa de las Naciones en Australia ante el seleccionado local y los de Corea del Sur y Nueva Zelanda.

Un dato a tener en cuenta es que junto a su novia Verónica Rivero, titular de la Comisión de Futsal Femenino en AFA, acaban de ser madres de mellizos. Si bien el embarazo de Verónica llegaba a las 40 semanas de gestación durante la Copa del Mundo, el parto se adelantó justo antes de que Lorena viajara a Francia. Así nacieron Renata Isabela y Agustín Ezequiel.

Mariela Coronel

A los 7 años se dio cuenta de que su pasión era el fútbol. Nació en Santiago Del Estero, el 20 de junio de 1981. “Me crié con mi hermano mayor. Éramos muy traviesos los dos. Él me dio por primera vez una pelota número cinco. Nuestros padres nos mandaban a dormir la siesta todos los días pero nosotros nos escapábamos e íbamos a patear la redonda un rato”, contó Mariela en una entrevista para el sitio web El Femenino.

Cuando terminó el secundario se fue a vivir a Buenos Aires. Ya instalada en la ciudad, se presentó en una prueba de jugadoras que realizaba el club Independiente de Avellaneda. En el mismo quedó y jugó por cuatro años. Por la mañana trabajaba en una panadería y a la tarde se iba a entrenar al complejo de Los Diablos Rojos. En 2007 comenzó a vestir la casaca de San Lorenzo. En el equipo de Almagro estuvo tres temporadas.

Después emigró a España. Comenzó a jugar en el equipo Transporte Alcaine. Luego en el Atlético de Madrid, y allí se se convirtió en la primera mujer argentina en participar en la Champions League. Después pasó un año por el club Madrid y actualmente, con 37 años, está en el club Granada, de Segunda División de España.

La camiseta de la Selección Argentina la vistió en los Juegos Olímpicos Pekín 2008, los Mundiales Estados Unidos 2003 y China 2007.  Además ganó el Sudamericano Argentina 2006, que se disputó en Mar del Plata.

Vanesa Santana

Comenzó jugando al fútbol con los varones de su barrio, a los 4 años, en José Hernández, Buenos Aires. Tiene cinco hermanos y su madre los tuvo que criar sola ya que su ex pareja, padre de los mismo, los abandonó. Hasta los 13 años, Vanesa jugó en la Liga de fútbol de su barrio.

Cuando cumplió los 14 años uno de sus deseos fue jugar en el equipo de Boca, el club de sus amores. El deseo se le cumplió ya que a los pocos días de haber cumplido años se probó en el conjunto de La Boca y quedó. Ya con 18 años pidió un nuevo deseo. “El sueño de jugar en Boca lo cumplí. Ahora, el próximo, es jugar al fútbol pero profesionalmente”, comentó Vanesa en una entrevista para un medio colombiano.

Se fue de Argentina a lograr este último sueño. Emigró a Colombia, allí vistió la camiseta del Deportivo Cali. “Cuando me quedé a vivir en Colombia extrañaba mucho a mi mamá, mis hermanos y mis seis sobrinos. Ellos desde Argentina me daban fuerzas, por teléfono, para que me quedara en este país a cumplir mi gran sueño”, dijo Vanesa en una entrevista para el diario online El País de Colombia.  Actualmente, con 28 años, está jugando para el Club Deportivo Escuelas de Fútbol de Logroño, La Rioja, España. En el mismo, se desempeña como mediocampista y la apodan la guerrera ya que va a todas las pelotas a muerte.

En  la Selección Argentina arrancó en el Sub 17 con 15 años. Con la Mayor participó en los Juegos Olímpicos Pekín 20008, el Mundial China 2007, la Copa América Argentina 2006, Ecuador 2010, Ecuador 2014 y Chile 2018, los Panamericanos Brasil 2007, México 2011 y Canadá 2015 y el Sudamericano Chile 2014.

Estefanía Banini

Se inició futbolísticamente en el Club Cementista, en la provincia de Mendoza. Ingresó con 5 años y comenzó a jugar en el equipo con los varones ya que fútbol femenino no había. A los 16 años pasó a formar parte del club Las Pumas de la misma ciudad. Allí jugaba con otras adolescentes de su misma edad.

A los 21 años, emigró al equipo chileno Colo-Colo. En su primer año logró los Campeonatos de Apertura y Clausura de 2011. Al año siguiente, logra su tricampeonato en el Apertura. También se coronó campeona en la Copa Libertadores 2012. Su gran desempeño la llevó a ganar el premio a la Mejor deportista del fútbol femenino de Chile, siendo la primera extranjera en obtenerlo desde su instauración en 2007. En 2015, se fue a jugar al club estadounidense Washington Spirit. Allí, a Estefanía se le vino la noche, ya que se tuvo que alejar de las canchas por 6 meses debido a que sufrió una lesión en su rodilla derecha.

Tras la lesión, fichó en el Valencia de España, y jugó por una temporada. En 2018, volvió a vestir la camiseta del club estadounidense, Washington Spirit. Y a fin del año pasado, se incorporó al club español Levante.

La camiseta de la Selección Nacional la vistió en varias competiciones: tres Copas Américas (Ecuador 2010, Ecuador 2014 y Chile 2018)  y los Juegos Sudamericanos Chile 2014.

Ruth Bravo

Nació en San Remo, barrio en la provincia de Salta. A los 7 años comenzó a practicar al fútbol con sus vecinos. “Yo jugaba descalza porque tenía un solo par de zapatillas. Me acuerdo que si veía que los chicos arrancaban sin mí, agarraba un cuchillo y les pinchaba la pelota”, contó Ruth en una entrevista que le hicieron en el diario Clarín. Cuando cumplió 10 años se fue a vivir a Magdalena, pueblo ubicado a 100 kilómetros de Buenos Aires, junto a su familia. El primer club donde jugó fútbol fue en Estudiantes de La Plata.

Después del pincha pasó a jugar a Boca Juniors, el club de sus amores. Tuvo una rotura de ligamentos que la llevó a alejarse de las canchas durante dos largos años. Volvió y vistió la casaca azul y amarilla hasta el 2018. Se despidió del club de La Boca con un mensaje en sus redes sociales: “Sepan que fui la persona más feliz del mundo y les entregué todo lo que tenía. Esto es un hasta pronto, sin dudas volveré a mi lugar en el mundo”. Luego de este mensaje firmó un contrato con el club madrileño CD Tacón  de la Segunda División de la liga femenina española.

Con la Selección formó parte del Sub 18 y Sub 20. Con este último participó en el Mundial Japón 2012. Con la Mayor disputó la Copa América Femenina Chile 2018, ganó la medalla de bronce en la misma. Debido a eso, jugó en el repechaje para pelear por un lugar en el Mundial de Francia 2019.

Dalila Ippolito

Con 3 años, comenzó a patear la pelota en la plaza del barrio de Villa Lugano. Jugaba con sus vecinos o si estos no estaban lo hacía con su padre, quien era el que generalmente la llevaba a jugar fútbol con sus amigos. Al principio, Dalila alcanzaba las pelotas hasta que fue más grande y se metió en la cancha a entrenarse con su padre y los compañeros de este.

A los 6 años comenzó a entrenarse en el Club Jóvenes Deportistas de Lugano, donde practicaba con los varones ya que no había fútbol femenino. A los 8 jugaba en el JD y además arrancó en la escuelita de fútbol La Plaza. Los vecinos la definen a este como un semillero de futbolistas.

Agustín Martínez, director técnico de La Plaza, consiguió el contacto de Diego Guacci, entrenador de River. Agustín le vio tanto potencial a Dalila que le propuso que se presentará en las pruebas del club de Núñez. En febrero de 2013, Dalila comienza a vestir la camiseta blanca y roja. Debutó en el clausura 2015 contra Estudiantes de la Plata. Ese día River se impuso por 7 a 1.

En la Selección debutó directamente en la mayor. Lo hizo en un amistoso con Uruguay, el 29 de agosto de 2017. Con 15 años, fue titular en ese encuentro. La delantera de River y la Selección, sueña con poder levantar la Copa del Mundial Francia 2019., con 17 años.