jueves, agosto 7, 2025
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Croacia, seis años de “vida” y podio mundialista

Por Federico Guerrero

Mundial de Francia 1998. Era la segunda vez que se disputaba en el país europeo –la primera había sido en 1938-. Los locales terminaron consagrándose campeones por primera vez en su historia al vencer en la final a Brasil. El conjunto ‘Galocontaba con el apoyo de su gente y tenía como figura a Zinedine Zidane. Pero la sorpresa del campeonato fue quien completó el podio mundialista: Croacia. Una pequeña y joven selección que empezaba a dar sus primeros pasos de forma independiente. Un territorio que apenas seis años antes, en 1992, había logrado su autonomía de la extinta Yugoslavia. Tras años de terribles conflictos bélicos entre las otras repúblicas que conformaban la península balcánica, un equipo, conformado por una gran generación de jugadores croatas, pudo representar a su nación en una Copa del Mundo.

La historia de Croacia y su lucha como país arrancó en la Segunda Guerra Mundial, cuando Yugoslavia fue invadida y los croatas aprovecharon esta situación para obtener su autonomía en 1939. Pero recién en abril de 1941, y con tropas alemanas e italianas situadas en el territorio, pudieron independizarse por primera vez. Luego de la Guerra se proclamaría la Federación Yugoslava, con Josip Broz Tito como líder, convirtiendo a Croacia en una de sus repúblicas. En 1980 murió Tito y los dirigentes serbios intentaron obtener el poder sobre la Federación y se levantaron en armas contra Eslovenia, Bosnia y Croacia. Este último conseguiría de nuevo su independencia en 1991, tras las elecciones democráticas de 1990, y en 1992 la Unión Europea la reconoció como nación.

Dos años antes del Mundial de Francia, Croacia ya daba que hablar cuando se destacó en la Eurocopa de 1996, que tuvo como sede a Inglaterra. Cayó en cuartos de final ante Alemania, quien sería el campeón. La gente confiaba en sus jugadores porque era una buena camada de futbolistas que, representando a Yugoslavia, algunos habían ganado el Mundial Sub-20 en 1987, en Chile. Davor Suker, Zvonimir Boban y Robert Prosinecki fueron las jóvenes promesas y figuras que sobresalieron en el torneo juvenil. Luego, 11 años más tarde, fueron los abanderados que llevaron a su Selección a lograr el ‘bronce’.

El camino en su primer Mundial fue duro ya desde la fase de grupos. Argentina, Japón y Jamaica fueron sus rivales. Pero dando la primera muestra de sorpresa, la Selección de camiseta cuadrillé de rojo y blanco se clasificó en segundo lugar, con seis puntos; perdió únicamente contra la albiceleste, líder con nueve unidades. En octavos de final venció con lo justo a Rumania con un gol de su ‘héroe’ y goleador, Davor Suker. El pueblo croata seguía soñando. En cuartos de final le tocaba el campeón de Europa: Alemania. Para muchos esa ilusión iba a ser efímera. Pero un 3 a 0 demoledor ante los favoritos iba a servir para seguir alimentando el júbilo en su gente. Croacia entre los cuatro primeros del campeonato. “Es el mejor recuerdo de mi carrera. Les teníamos muchas ganas después de lo que pasó en 1996. El árbitro nos robó en aquella Eurocopa y estábamos muy heridos. Salimos a comernos el campo. Creo que no he corrido tanto en mi vida”, recordó el exmediocampista Robert Jarni en El Periódico.

En semifinales perdió ante Francia, pero no había reproches. Además, les quedaba otra batalla. La armadura ‘ajedrezada’ que vestían sus jugadores debía aguantar un encuentro más, ante uno de los equipos favoritos del Mundial. Kluivert, Bergkamp, Edgar Davids, Seedorf, De Boer, Van de Sar, entre otras grandes figuras conformaban la plantilla de Holanda. Pero no importó demasiado. Croacia quería hacer historia. Quería quedar en el podio. Dar otra sorpresa más. Y así fue. Un 2 a 1 ante ‘La naranja mecánica’ hizo realidad lo que, en la previa, era toda una utopía. Prosinecki y Sukerlos anotaron los goles. Así, una nación que apenas estaba dando sus primeros pasos, qué vivió penurias y terribles guerras, sorprendía con un tercer lugar en un Mundial.

“Recuerdo que tras cada partido estábamos más y más felices. Eran sentimientos muy especiales. Al mismo tiempo, fue un gran logro para Croacia y todo el mundo nos conoció finalmente. Recuerdo que empecé a soñar con lograr ese nivel de fútbol algún día. Fue extraordinario. También recuerdo la tristeza tras nuestra derrota contra Francia, pero luego de batir a Holanda en el partido por el tercer lugar, la alegría fue inmensa, relató Luka Modric, figura del Real Madrid y de Croacia, para la página oficial de la FIFA quien, años más tarde, en el Mundial de Rusia 2018, llegaría a la final con su Selección en otro hecho histórico para el fútbol de su país.

El coronavirus desnuda una nueva problemática para las boxeadoras

En abril de 2014, cuando Erica Farías (de blanco) perdió el título mundial frente a Delfine Persoon (de rojo).

Por Thomas Martínez

El coronavirus llegó para cambiar el mundo. Miles de millones de personas están en aislamiento social alrededor del planeta. El deporte y sus actores principales no quedaron exentos a esta alteración en la vida cotidiana. Las federaciones y asociaciones se vieron obligadas a tomar medidas acorde al contexto. Con errores y aciertos resolvieron cuestiones que en algunos casos fueron corrigiendo sobre la marcha.

Los deportistas sufren las consecuencias en su estado físico y en la práctica de su actividad. Es habitual ver videos en las redes sociales de ellos entrenando. El espectador se inmiscuyó en su vida íntima, por lo que se visibilizaron las diferencias entre los deportistas de elite, quienes tienen hasta un gimnasio en sus hogares, y aquellos que carecen de material para realizar su entrenamiento. Está claro que al volver a la actividad no todos estarán en igualdad de condiciones. Las boxeadoras argentinas son un caso más de esta situación.

Soledad Matthysse, campeona peso pluma de la FAB y excampeona mundial AMB y CMB, revela que en lo deportivo se vio afectada: “El entrenamiento se divide en dos etapas. Por la mañana, la física, y a la tarde, la técnica. Para el segundo turno no tengo muchos elementos para seguir la rutina, pero una se la rebusca”.

Matthyse, aparte de boxeadora, es portera de una escuela primaria en su provincia natal (Chubut), trabajo por el que recibe un sueldo que la ayuda a sostenerse. Además, cuenta con una beca del municipio en el que vive. Por su parte, no sufre notablemente su economía, pese a que las boxeadoras cobran por pelea realizada. Asegura que desde la Federación Argentina de Boxeo (FAB) nadie se contactó con ella para ver si necesitaba algo: “Como no estamos asociados con ningún promotor es mucho más difícil. Así lo creo yo, que cuando era campeona mundial me ayudaban con elementos de vez en cuando”.

También, la campeona argentina Iara Altamirano cuenta que hace más de un año vive con su pareja, Jeremías Ponce, campeón mundial IBO, y que juntos solventan los gastos generales. Al igual que a Matthysse, desde la FAB nadie se le acercó para ayudarla y opina que de ser así no estaría mal.

Prueba de la diferencia que hay entre distintos deportistas es Érica La Pantera Farías, excampeona mundial CMB, quien tiene otros ingresos como el de directora de una escuela de San Fernando y el de su barbería, que en este momento se encuentra inactivo. “Mis representantes están pendientes de mis necesidades y no perdí contacto con ellos. La verdad que no me faltan elementos. Calculo que con lo que está pasando hay muchas que no deben contar con materiales y sería una buena idea que las puedan ayudar. Lo veo bien desde ese punto. Sería bueno ayudar a chicas que lo necesiten”, manifiesta Farías.

El virus desnudó nuevas necesidades que trascienden los géneros. La incertidumbre de la continuidad del aislamiento social provoca la dificultad del desempeño en las actividades de los deportistas que tienen menos recursos. La pasión por lo que realizan es lo que los mueve a resolver estas adversidades que, al fin y al cabo, afectan su ingreso económico y, en un futuro, se verán reflejadas en la competencia.

Morir por una patada: la historia de Eduard Dubinsky

Por Celeste Femia

La Unión Soviética se coronó campeón de la primera edición de la Eurocopa en 1960 y en ese torneo fue que Eduard Dubinsky comenzó a ganarse el espacio en la selección. Gavriil Kachalin, entrenador de la URSS en ese momento, comenzaba a hacer unos pequeños retoques de cara a la Copa del Mundo de Chile en 1962. Así fue cómo comenzó a ser citado y rápidamente pasó a ser una de las atracciones que presentó el Ejército Rojo, en sus alineaciones.

Morocho, no tan corpulento, pero fuerte y aguerrido. 174 centímetros de altura. Kachalin le dio la oportunidad como lateral titular. La Unión Soviética era una de las selecciones favoritas, ya que venía de ganar la Eurocopa, jugando la final ante Yugoslavia, país con el que abrió la Copa del Mundo en 1962. Enorme ilusión para Dubinsky, que se apagó en cuestión de minutos.

Era la revancha entre los que podían considerarse los dos mejores equipos del Viejo Continente, Unión Soviética – Yugoslavia, (junto a España y Checoslovaquia). Poco antes del descanso se produjo una escena que con el pasar de los años terminaría siendo fatal. Dubinsky fue a despejar un balón en su zona del campo. Al cruce apareció el bosnio Muhamed Mujic, quien no frenó la carrera pese a que ya no tenía opción de frenar la jugada y se lanzó con vehemencia en dirección a la pierna derecha del rival. El resultado fue una estremecedora fractura de tibia y peroné para Dubinsky.

El árbitro, que había perdido de vista la jugada, no marcó ni falta. Fueron los propios compañeros de Mujic los que lo sacaron del campo por la acción que acababa de cometer. Destrozado, el lateral nacido en territorio ucraniano fue asistido entre muchos gestos de dolor. El Mundial ya se había terminado para él y su carrera quedaba en suspenso.

Nacido el 6 de abril de 1935 en Kharkiv, Ucrania, país que en ese momento pertenecía a la Unión Soviética y proveniente de una familia judía y con pocos recursos económicos, Dubisnky decidió ingresar al ámbito futbolístico. Comenzó haciéndolo en Lokomotiv Kharkiv, equipo de su pueblo, donde desde el primer día se ubicó en la defensa como lateral derecho y ese fue el puesto del cual se adueñaría.

Era rápido, activo, dinámico y muy eficaz, lo que llevó a que otros equipos pusieran los ojos en él. Al año siguiente, el ODO Kyiv se hizo de sus servicios. En este equipo fue en el cual su carrera explotó y empezó a dar a conocer su gran talento. A mitad de temporada, ODO Sverdlovsk le ofreció una gran suma de dinero y Dubinsky cambió de camiseta. Tiempo después apareció CSKA de Moscú, y emigró al equipo ruso. Serio dentro y fuera del campo de juego, se convirtió en capitán y referente del equipo, estuvo siete temporadas en las que jugó 112 partidos y marcó sus primeros tres goles como profesional. Sin embargo, el CSKA estuvo varios años sin ganar títulos y los entrenadores cambiaban con frecuencia.

Habiendo dejado atrás su lesión, fue capaz de volver a jugar trece meses después pero su nivel ya no fue el mismo. Tampoco Mujic regresó a la escena internacional, repudiado en su país por la salvaje entrada. En 1964, se marchó a Hungría, más exactamente al KFK YuGV en el cual no jugó ningún partido a causa de su vieja la lesión. Tiempo después fue fichado por el SKA Odessa donde volvió con su ritmo para jugar 14 partidos y marcar un gol. En sus últimas dos temporadas como futbolista, estuvo en el Metallurg Lipetsk y no jugó ningún partido.

En 1968, con 33 años, se le diagnosticó un sarcoma debido a la mala curación de las heridas que le produjo la fractura de 1962. Fue operado en varias ocasiones hasta que los médicos no tuvieron más alternativa que la de amputarle la pierna izquierda. Las complicaciones posteriores llevaron un año después, con solo 34 años, a su muerte.

Son, el coreano que brilla en todos lados

Por Andrés Kalbermatten

Todos los deportistas surcoreanos tienen la oportunidad de reducir su formación militar si ganan el oro olímpico y en el caso de los futbolistas, llegar a los octavos de final de los mundiales es otra posibilidad. Ese fue el caso de los integrantes de la selección semifinalista en 2002, entre los que se encuentra el exjugador del Manchester United Park-Ji Sung.

La decepción en el Mundial y los Juegos Asiáticos

Heung-Min Son viajó al Mundial de Rusia 2018 con su selección sabiendo que si avanzaba a octavos, iba a ser exceptuado de los casi dos años de servicio militar que debía completar antes de los 28 años.

El sorteo de la Copa del Mundo los emparejó con Alemania, México y Suecia en el Grupo F. A pesar de vencer a los campeones del mundo por 2-0 en el tercer partido de la primera fase, Corea del Sur fue eliminado por perder anteriormente contra los escandinavos por 0-1 y 1-2 contra los aztecas. La estrella del Tottenham se retiraba del torneo en medio de lágrimas, sabiendo que sólo le quedaba una oportunidad para salvar su carrera: ser campeón en los Juegos Asiáticos.

Los Juegos de aquel año se realizaron en Jakarta y Palembang, ambas ciudades de Indonesia. Los capitaneados por Son avanzaron sin grandes complicaciones a octavos, donde eliminaron a Irán. Seguramente el siguiente partido habrá sido uno de los más sufridos por el delantero. Luego de empatar 3 a 3 ante Uzbekistán en el tiempo regular, fueron al alargue. Recién en el minuto 118, desde el punto de penal, un gol de Hwang-Hee Chan dio tranquilidad a todos.

En semifinales, Corea eliminó a Vietnam, y en la final debían de enfrentar a uno de los candidatos: Japón. A Son solo le servía colgarse la de oro. Si no, su carrera en el Viejo Continente sería interrumpida. Otra vez más terminaron los 90 minutos sin sacarse diferencias, pero apenas iniciada la prórroga los coreanos se pusieron en ventaja. A cinco del final, cuando ganaban 2-0, los japoneses descontaron para aumentar la tensión, pero no les sirvió. Son y su país ganaron la medalla dorada.

Experiencia en el servicio militar

Luego de que la Premier League fuera suspendida por el coronavirus en marzo, el club londinense le permitió a Son viajar a Seúl para recuperarse de la fractura en su brazo junto a sus padres. Tras haber cumplido la cuarentena obligatoria de 14 días, aprovechó para realizar las semanas de servicio militar en la Novena Brigada del cuerpo de Marines.

Sus tareas incluyeron practicar disparo con armas de fuego, ejercicios con bayoneta, largas caminatas con peso encima y entrenamientos químicos en una cámara de gases lacrimógenos.

Son terminó entre las cinco mejores calificaciones de su grupo y fue galardonado con el premio Pilsung, irónicamente para un delantero, por su gran puntería en los disparos.

A pesar de haber cumplido con las tres semanas de servicio militar obligatorio, el delantero del Tottenham todavía debe realizar 455 horas de servicios sociales dentro de los próximos tres años.

El futbolista surcoreano ahora podrá volar de regreso a Londres para sumarse a los entrenamientos del equipo dirigido por José Mourinho, luego de cumplir otra cuarentena más, la tercera desde el comienzo de esta pandemia. La liga inglesa tiene pensado reanudar la competición a principios de junio, pero todavía no hay nada oficial. Son deberá esperar para volver a brillar en la cancha.

Guzmán, el que siempre sale del área propia

Por Fernando Bajo

Nahuel Guzmán se muestra tal cual es. Rompe con el estereotipo de futbolista que no se involucra con las problemáticas sociales, como cuando en enero intentó hacer reflexionar sobre la imagen a los periodistas mexicanos presentes en una conferencia de prensa.

Se presentó vestido con traje, camisa y corbata, y preguntó:

-Para ustedes, ¿la imagen es importante?

-Sí –le respondieron algunos.

-O sea, me toman más en serio si me visto así. ¿Estaría bien que yo le dé una nota, por ejemplo, a él (mientras señalaba a su izquierda) porque tiene camisa? Lo importante es el contenido –retrucó el Patón.

Al finalizar la rueda de prensa les advirtió: “Recuerden que no todo es lo que parece”. Luego, se paró y debajo lucía un pantalón corto de color rojo.

Hoy, desde México, en cuarentena y más informal que aquella vez brindó una videoconferencia a través de Instagram Live a los estudiantes de primer año de Deportea en el marco de la materia Introducción al Periodismo y a la Información Deportiva. Mientras lucía sus grandes auriculares blancos y sonreía cada vez que podía anunció una frase que lo describe: “Por tres cosas estará atravesada mi vida: el fútbol, el arte y la política”.

Sí, al Patón no le basta con haber llegado a ser uno de los tres arqueros de la selección argentina en el último Mundial. Sueña con formar parte de una banda de música y más de una vez se ha expresado a favor de distintos movimientos sociales. El 24 de Marzo pasado posteó una foto en su cuenta con un pañuelo blanco que apoyaba a las Madres de Plaza de Mayo y en enero de este año defendió el arco del Tigres con sus pelos pintados con los colores de la bandera de la comunidad LGTBIQ+.

“Yo me siento preparado para opinar de distintas cosas. No creo que sepa, pero tengo una postura”, explicó y luego profundizó su análisis: “Al mismo tiempo siento que se impone una carga hacia los jugadores para que hablen. Y hay muchos que no quieren hacerlo. Yo creo que hay un por qué y tiene que ver con nuestra formación base como futbolista. El sálvate solo con el que crecemos”.

Pero, ¿cómo hizo Guzmán para atravesar esas barreras que les imponen a los jugadores de fútbol en sus inicios? Su madre fue militante y su papá, aunque lo hizo en un ambiente más artístico, también. El exarquero de Newell´s creció rodeado de la conciencia social que transmitían sus padres y de libros del filósofo Karl Marx, aunque eso no impidió que durante un tiempo haya quedado atrapado en la esfera futbolística. “El envión para despertar mi conciencia social –contó el Patón- sucede con la llegada de Néstor (Kirchner) al gobierno”.

Nahuel Guzmán es arte, es política y también es fútbol, deporte al que ve como una herramienta transformadora: “A veces, los futbolistas vivimos en una burbuja, fuera de ese 95 por ciento en el que vive la población mundial. Y sobre todo hablo de quienes formamos parte del fútbol de élite, quienes tenemos asegurado el futuro por esta profesión. En la mayoría de los casos nos comemos un personaje que no es cierto”, afirmó.

El rosarino de 34 años no duda en realizar una introspección e incluso analiza a sus pares, pero no es a los únicos que trata de entender. A lo largo de su carrera recibió varías críticas, sobre todo, por parte del periodismo deportivo, oficio que considera importante, pero con el que tiene un vínculo reticente: “Banco al periodista que le gusta hablar de fútbol y también te lleva hacia otros lados, pero en el último tiempo ganó un poco una versión atinellizada al hablar de fútbol, donde un panel de reidores, de ruidos y gritos le gana al análisis”, especificó.

El Patón responde lo que piensa y siente. Es transparente en su discurso y este concuerda con su accionar. Además, apoya el recambio que realizó Lionel Scaloni en la selección: “Es necesaria la sangre nueva. Están preparados quienes hoy integran el plantel”, avisó. No obstante, no solo es el fútbol masculino el que le importa. “Me parece ridículo que se dude si debe profesionalizarse el fútbol femenino. Es un derecho necesario para que también las chicas se formen a temprana edad y que sepan que puede ser una elección de vida”, manifestó.

Fiel a su estilo, Guzmán trata de transmitirles un mensaje a quienes lo escuchan. Y como no todo es lo que parece, él no solo se destaca por sus virtudes como arquero y sus 193 centímetros, ya que el Patón es, ante todo, un comunicador de todas las canchas.

Fotos: @nahuelguzman111/ y Télam

 

Gabriela Chávez: una defensora que aprovechó la cabeza de su muñeca para hacerla pelota

Por Iván Ezequiel García

Gabriela Patricia Chávez tiene 31 años, es defensora y tiene una larga trayectoria en el fútbol femenino: jugó en cuatro de los cinco grandes de nuestro país. Gracias a los viajes que realizó con la celeste y blanca pudo conocer a íconos del fútbol mundial como aquel día cuando se sentó a tomar mates con el astro brasileño, Ronaldinho Gaucho: “Le pedí una foto, como cualquier futbolero haría, pero me dijo que si no me sentaba y le compartía un mate, no lo iba a hacer. Quedé sorprendida y estuvimos hablando de todo, sinceramente es una gran persona y un crack”.

Nació el 9 de Abril de 1989 en Moreno, Provincia de Buenos Aires. Integrante de una familia numerosa, que la apoyó desde el principio, compuesta por sus cinco hermanos y su padre, Ramón Chávez, y su madre Luisa Sánchez. “Ella era chica y un día estaba limpiando su cuarto, vi que le faltaba la cabeza a una muñeca que le habíamos regalado, cuando fui a preguntarle qué había pasado, la encuentro usándola como pelota de fútbol. Ahí sentí que la cosa iba por otro lado”, comenta la mamá entre risas.

Desde muy chica viste la camiseta de la Selección. En 2006 cumplió su sueño de ganar la Copa América. Cinco años más tarde decidió dar un paso al costado, por cuestiones económicas, para ser policía, pero la insistencia de Carlos Borrello, DT de la UAI Urquiza en ese momento, la convenció de volver a hacer lo que más le gusta, jugar al fútbol.

La defensora de Boca decidió dejar el colegio –años más tarde lo terminó– para dedicarse al fútbol, porque no le daban los tiempos. Salía a la mañana y viajaba horas hasta el predio de Ezeiza para entrenarse con la Selección: “La vuelta se hacía muy cansadora, no sólo por los entrenamientos sino por el viaje largo. La AFA nos ponía un micro hasta Retiro, de ahí me tomaba el tren hasta José C. Paz y luego otro colectivo que me dejaba en mi casa, llegaba muy de noche”.

Chávez comenzó en San Lorenzo, luego se mudó a Avellaneda para jugar en Independiente, partió a Chile, más precisamente al Everton pero fueron tres meses los que tardó para volver a su país y ponerse la de Boca, logró dos campeonatos seguidos en 2010 y 2011. “Después de mi vuelta y al no tener un buen rendimiento en la UAI, me voy a Platense que me ayudó mucho para después afianzarme en clubes grandes como River y Boca”, comentó.

Gabriela admira a Carlos Borrello, DT de la Selección femenina, porque la ayudó a adaptarse rápidamente, le puso como apodo Gatito porque jugaba con el pelo suelto y le decía que tenía dicho animal en la cabeza y además fue quien la puso en la posición de lateral derecha. Y lo más importante es que fue clave para que volviera a jugar al fútbol: “Todos los días me llenaba de mensajes y llamadas, me decía que era una lástima que el fútbol femenino ya no disfrute de mis cualidades, al principio me negaba porque pensaba que era un ciclo terminado pero me convenció y firmé con la UAI”.

En su paso por Boca, durante un partido contra San Lorenzo, la defensora pasó por un incidente en el que un hombre, desde la tribuna, no paraba de insultarla por su “físico” hasta que llegó una jugada clave: “Hay un cambio de frente, que me deja mano a mano con la arquera, cierro los ojos, se la picó y meto el gol, sin dudarlo, fui a donde estaba este hincha y me toqué la panza”. “Creo que después de eso se fue porque no lo escuché más, ja”, rememoró.

Familiares y amigos la consideran una excelente persona, que siempre está presente. Pero a la vez afirman que tiene un pequeño defecto: “Su carácter es bastante fuerte y es de gritar mucho, sobre todo cuando se enoja con sus compañeras porque no se esfuerzan como lo hace ella”. Agustín, no de sus hermanos, acota entre risas: “Cuando la ves con las cejas cruzadas es mejor no hablarle”.

Entre sus proyectos, la jugadora aún tiene un sueño y cree que no está muy lejos de cumplirlo: “Jugar en la Selección y haber salido campeona hizo que cumpla un 95 por ciento de mis sueños futbolísticos. El restante sería ganar una Copa Libertadores y creo que si seguimos jugando de esta manera, lo vamos a lograr”.

Si bien pudo haber proyectado una carrera en otros lugares, para ella Argentina es su lugar en el mundo y no se imagina vivir en otro país: “Me costó mucho la adaptación en Chile, extrañaba a mi familia, a mis amigos, por eso estuve poco tiempo”. Por el mismo motivo, rechazó ofertas de Estados unidos y de España, más precisamente del Zaragoza: “No me arrepiento de haber tomado esa decisión”.

Siente orgullo cada vez que juega con la Selección, tuvo alegrías y tristezas. “Lo peor de mi carrera fue haber perdido 11 a 0 contra Alemania en el Mundial de 2007, sentí que decepcioné a todo un país, fue horrible”, contó y enseguida, mientras se mordía los labios, agregó: “Ni hablar cuando erré el penal contra Colombia en la final de los Panamericanos, el año pasado”.

La de Chávez es una carrera con matices, no todo fue malo, porque le tocó salir campeona en 2006: “Imaginate, fue mi primer título, no paraba de llorar de la emoción y mi familia lo mismo. A cada lugar que fui, siempre nos pedían camisetas, medias o lo que sea, sienten admiración por la celeste y blanca”, comentó con una sonrisa.

Su segundo Mundial fue el año pasado, en 2019, Argentina se clasificó tras 12 años de ausencia en este torneo –entre 2005 y 2017, no había un equipo formado– “Fue histórico por todo lo que pasó previamente, a pesar de que perdimos en primera ronda, el público nos felicitó”, y en lo personal agregó: “Un sueño total porque no solamente jugué mi segundo Mundial sino que conocí un lugar fantástico, como lo es Francia que fue la anfitriona del campeonato”.

Gabriela Chávez nunca pudo abandonar del todo al fútbol, ni en su peor momento y piensa seguir por muchos años más: “No sé por cuánto tiempo más seguiré jugando, pero quiero seguir ligada a la pelota. Tengo pensado estudiar kinesiología deportiva, así que veremos qué pasa”.

Mazzoncini, ese hombre que pedalea en el desierto

Por Nayla Suco

El deseo insondable de conocer las Pirámides de Egipto surgió a sus cinco años de edad. Fue esa postal, compartida en su casa de Olivos la que despertó en Esteban Mazzoncini el anhelo de construir un futuro donde los viajes iban a ser protagonistas.

Tan indómito fue el anhelo, que a sus 20 años cargó en su hombro una mochila y una cámara fotográfica para protagonizar su propia aventura, y aterrizó, como era previsible, en las afueras de El Cairo, Egipto. Desde ese entonces, narrar y fotografiar sus sueños de viajero curioso se volvieron su prioridad.

Los años siguientes trabajó en Buenos Aires como profesor de tenis y dando clases de educación física. Más allá de eso, resolvió estudiar fotografía en la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA), ya que esta herramienta, junto a la escritura, le permitiría solventar sus viajes y así poder dedicarse pura y exclusivamente a recorrer el mundo.

Ochenta y siete países había recorrido antes de iniciar esta última travesía, la primera en bicicleta. El argentino partió en junio de 2019. Estaba en sus planes recorrer 20.000 kilómetros desde Talim, la capital de Estonia, hasta Ciudad del Cabo, Sudáfrica. A los 14.000 se le desmoronó el sueño cuando el cierre de fronteras, debido al coronavirus, le impidió seguir.

Hospedado en la casa de un amigo en España, Esteban relata en esta entrevista con El Equipo la experiencia de pedalear por el desierto del Sahara y de descubrir la virtud de la hospitalidad en diversos recovecos del mundo, principalmente, en aquellos a los que nadie se atreve a ir.

– ¿Cuáles fueron los motivos determinantes que te llevaron a proyectar y emprender este viaje?
-En 2018 estaba viajando en moto por Argentina y conocí a Federico, un chico de Córdoba que venía recorriendo el país en bicicleta. Nos pusimos a conversar de cómo era viajar sobre dos ruedas y me di cuenta de que era lo que yo necesitaba, viajar lento por países nuevos. El objetivo de este viaje era al menos recorrer 100 países.

–  ¿Qué países, pueblos, conociste esta vez? 

-Conocí Estonia, Letonia, Lituania, Bielorrusia, Ucrania, Moldavia, Eslovenia; y Francia, España, Italia, Croacia, Serbia, Bosnia, Marruecos, que ya los conocía. De África recorrí el Sahara occidental, Mauritania, Senegal, Gambia, Guinea Bisáu, Guinea Conakri, Sierra Leona, Liberia y Costa de Marfil, donde hice el stop.

– ¿Cuáles fueron las metas que te propusiste alcanzar durante la aventura? ¿Las cumpliste?

-Además de alcanzar los 100 países, precisamente quería confirmar la hospitalidad universal, a nivel mundial, y creo que superó ampliamente mis expectativas. Me animo a decir que los lugares que menos tienen, donde más pobreza hay, humildes y sencillos, son los que más hospitalidad te dan. En África, por ejemplo, sucede algo maravilloso: los africanos no te ofrecen lo que les sobra, sino que te comparten todo lo que tienen. Si del plato de arroz iban a comer tres personas y llegás vos, ahora comen cuatro. Nunca te van a negar una porción de comida o un lugar para dormir.

– ¿Tuviste alguna dificultad durante el camino? 

-A nivel salud sí, tuve malaria cerebral severa el último día en África, antes de volver a España. Estuve internado un día con suero en Abiyán, la capital de Costa de Marfil. La verdad que fue duro, porque necesitaba reposo absoluto las primeras horas, sin embargo, y a pesar de los dolores extenuantes de cabeza y las náuseas, me subí a un avión con escala a Portugal, y claramente no fue lo más indicado.

En el desierto de Sahara llegando a la frontera con Mauritania me rompí el ligamento del pie derecho, lo que me obligó a permanecer diez días en absoluto reposo, y también se rompió el descarrilador trasero de la bicicleta, que es donde van los cambios. En Marruecos, en el desierto,  se me acercó un chico drogado que tenía un cuchillo en la mano, y si bien era de día en la ruta, me sentí incomodado.

-¿Cómo y dónde te enteraste de la pandemia del coronavirus?  ¿Qué sentiste?

-Cuando iba pedaleando por Sierra Leona, costa éste de África, me mandaban noticias mis amigos y mi familia, pero la verdad es que en África ni se escuchaba, era totalmente lejana y ajena la pandemia, por lo que en un principio pensé que no afectaría el viaje.

– ¿Cómo financiaste el viaje?

-Primero, trabajé un poco en Buenos Aires, ahorré dinero, y después, mientras fui viajando, vendí los libros que publiqué, charlas, talleres, cursos de fotografía online y de escritura también. Con respecto al hospedaje, lo que hice fue ofrecerle a los campings, hostels u hoteles fotografiar sus instalaciones y difundirlas en mis redes sociales a cambio de un día o dos de albergue. Esta vez el viaje en bicicleta era relativamente económico, porque tenía el transporte, y en un 90 por ciento el lugar donde dormir, y para lo único que necesitaba la plata era para comer.

– ¿Cómo fue la experiencia de pedalear por el Sahara?

-Aventurarme en soledad, desafiar mis miedos y dudas en el Sahara, fue lo mejor del viaje. Tomé el tren de hierro, que es el más largo del mundo. Partió desde Nuadibú, y unos 700 metros más adelante se metió al desierto hacia las minas de hierro. No hubo otra experiencia que iguale el viaje en los containers cargados de minerales, contemplando el desierto una noche de luna llena.

– ¿Está en tus planes retomar el viaje?

-Continuar por África en este momento, no. En primer lugar porque la pandemia no lo permite, al menos por un tiempo, y en caso de que el coronavirus se acabara, en el lugar donde yo abandoné el viaje seguro será época de lluvia, y no es conveniente aventurarse con el clima así. Dentro de un tiempo, supongamos un año, me gustaría viajar por Islandia o si no por Georgia o Armenia.

“Nos sentimos cerca de volver al amateurismo”

Por Sol Pochettino

La Asociación de Fútbol Argentino (AFA) determinó la finalización de los Campeonatos de Fútbol Femenino el martes 28 de abril y el retorno de la competencia estaría previsto para enero de 2021. Fueron días de incertidumbre para las futbolistas, ya que, en primera instancia, se especulaba que los contratos no iban a extenderse luego de junio, su fecha de caducidad, por lo que en ellas nació el temor de que les sean arrebatados los derechos conseguidos que derivaron en la semiprofesionalización.

Al día siguiente, el Presidente de la disciplina, Jorge Barrios, comunicó que los clubes recibirán los subsidios sin interrupciones hasta fin de año. Una semana más tarde, Julieta Blanco, arquera del Club Gimnasia y Esgrima La Plata, manifestó: “Aunque todavía nada está definido, hay un poco más de claridad que antes, pero eso no quita que nos sentimos cerca de volver al amateurismo. Todas las jugadoras tenemos el miedo de retroceder, de perder el terreno que ganamos a base de mucho esfuerzo”.

Agustina Plazzotta, defensora del Club Atlético Villa San Carlos, declaró que la pérdida de la semiprofesionalización fue su primer pensamiento a raíz del desconcierto y revuelo de información inconcreta y extraoficial. Sin embargo, aseguró: “Vamos a pelear para no llegar a esa instancia”.

En cuanto a la decisión de dar por terminado el Torneo Rexona, al cual le restaban cinco partidos de la última fecha de la fase regular y la disputa de la Zona Campeonato y Zona Permanencia, las entrevistadas discreparon en sus opiniones. Por un lado, la lateral por derecha de la institución de Berisso apoyó la resolución. En cambio, la futbolista platense sostuvo que tendría que haberse reanudado en un futuro y se lamentó ya que el certamen se desarrollaba de gran manera, con una alta competitividad, y “solo faltaba el tramo final, la mejor parte”.

Por último, las deportistas comentaron cómo tomaron la noticia de que el fútbol no volvería en el próximo semestre: “Me afectó bastante mal, las ganas de jugar están siempre muy presentes y tener que esperar hasta el año que viene es mucho tiempo perdido”, expresó Blanco. Plazzotta completó que “al principio me sentí frustrada, trabajamos mucho para que ahora quede en la nada, pero analizándolo más fríamente, debemos ser pacientes y esperar a que estén dadas las condiciones para volver a la actividad”.

 

 

 

El futsal de Velez viene complicado

Por Candelaria Santillán Acuña

Muchos clubes se encuentran afectados por culpa de la pandemia. Pero de lo que no se habla ni se remarca cotidianamente en los medios, es de los deportes que sufren recortes de presupuesto en los grandes equipos. Un ejemplo de esto es el futsal en Vélez.

El fútbol de sala es un deporte nuevo en el club de Liniers. Comenzó el año pasado y con un bajo presupuesto. La primera del “Fortín” tenía como objetivo el campeonato de este año para poder ascender.

Entrenar desde sus casas por video llamada y no poder competir hace que los jugadores pierdan la constancia y se frustren: “Es una desmotivación porque vos entrenas y no tenes una fecha de regreso fija y en cuanto lo táctico si uno no tiene mucho espacio se complica” declaró Ciro Capuano, jugador de la primera.

Con respecto a los entrenamientos “los chicos entrenan por ZOOM y también, los más grandes realizan vivos en Instagram para ir integrando jugadores” explicó Leonel Leiva, presidente del fútbol de piso de Vélez. Debido a que el comienzo no era muy fácil convocar a todos, se tomaron algunas medidas. “Cuando no entrenas tenes una multa económica. Al principio éramos 6 u 8 y en total en el plantel somos 24” manifestó Capuano.

En cuanto a la estabilidad económica: “Se le sacó el presupuesto al básquet, vóley y a nosotros, nos avisaron que se iba a pagar hasta el 15 de marzo” remarcó Leiva. De esta forma no pueden seguir pagándoles los viáticos a los jugadores. “Hasta el mes pasado hubo un acuerdo que era cobrar la mitad hasta el 12, de lo que sería el sueldo y la otra mitad a fin de mes” agregó Capuano.

Por otro lado, el reinicio del torneo todavía está en duda: “Nuestro fixture ni se sorteó, no se sabe con quién vamos a estar en la zona” concluyó el jugador haciendo referencia a la falta de información que padecen.

Simuladores, automovilismo de cuarentena

Por Franco Schipizza

En tiempos de quedarse en casa por la pandemia del COVID-19, los deportistas intentan mantener su estado físico para volver al 100%. En el automovilismo hay otro método para no perder el ritmo, el simulador. La nueva generación de pilotos perfecciona sus habilidades desde su casa donde, con una computadora, volante, pedales y butaca pueden practicar horas y horas en circuitos de todo el mundo. La mayoría de corredores de primer nivel de Argentina, incluso de Fórmula 1 y NASCAR, pasan la cuarentena arriba de su auto virtual.

El piloto de TC Pista Marcos Landa, campeón vigente de TC Mouras, comentó cómo son sus días durante la pandemia: “Podría decir que estoy haciendo vida normal, practico en casa con el simulador y hago ejercicios con mi entrenador personal por videollamada, lo que suelo hacer si no estaríamos en cuarentena”. Como mencionó el corredor uruguayo, el entrenamiento consta especialmente de actividades físicas y carreras virtuales.

Nicolás Moscardini, integrante del equipo oficial Honda en el Super TC2000, estableció, a su manera, la mejor variante en la previa a una competencia: “El mejor entrenamiento consta de muchas cosas: la parte física, que consiste en hacer trabajos en el cuello, por la fuerza g lateral, en el abdomen y en los brazos ya que manejas un auto que pesa más de 1000 kg, y el mental. En este se realizan ejercicios de concentración y de reflejos con luces, en una carrera es muy importante mantener al 100% estas capacidades para no cometer errores”.

Además de los dos principales tópicos al momento de entrenar, Moscardini agregó uno más: “A estos se le suma el simulador, hay plataformas de juegos muy reales en las que solemos practicar con pilotos de todo el mundo, incluso nos hemos enfrentado a Max Verstappen y Lando Norris, actuales representantes de la Fórmula 1”.

Lautaro de la Iglesia, piloto de Ford en el TC Pista, coincidió en gran parte con Landa y Moscardini: “No hay un entrenamiento específico que sea el mejor, son el complemento de varias cosas. Entreno lo físico y lo técnico mediante el simulador y el karting, estos últimos mejoran tu rendimiento y lo mental, es lo más cercano a un auto de carrera”.

Con la opinión de distintos profesionales se puede ver que el trabajo físico y mental es de lo más importante, además de lo técnico en pista. Antonino García, piloto de la Clase 3 del Turismo Nacional, también remarcó lo psicológico: “Es bastante completo y complejo nuestro entrenamiento porque uno no está sometido a un gran esfuerzo físico, pero si tiene que estar a máxima concentración y tensión durante una hora con temperaturas extremadamente altas. Aunque estar bien en lo aeróbico y anaeróbico ayuda, nosotros debemos prepararnos en muchos aspectos”.

García explicó porque es importante lo mencionado anteriormente: “Está en juego en una carrera, cada decisión y movimiento que toma el cerebro es clave ya que afecta al resultado, no pasa solo por levantar pesas, salir a correr o probar en el simulador”.A pesar de esta última frase, el corredor de Turismo Nacional también remarcó la importancia de lo virtual pero cree que depende en cómo lo toma cada piloto, algunos lo consideran como entrenamiento de concentración o de situaciones de carrera.

En el caso de los pilotos de TC Pista, De La Iglesia y Landa, ambos le dan el valor necesario al simulador. “Es una herramienta clave, en medio de la cuarentena me entrometí más. Se aprenden cosas que no se pueden en un auto real porque nunca giras más de una hora como lo haces en el juego”, comentó De La Iglesia. Landa lo enfatizó: “Le doy mucha importancia a las carreras virtuales, más allá de que es un juego, nos ayuda a nosotros”.

Para los inexpertos en el simulador, Moscardini explicó cómo rige la división de jugadores: “En la plataforma hay licencias deportivas para categorizar a cada piloto, cualquier error o choque que cometas te afectará en tu rating en el juego”.

Con respecto a la detención de las actividades en todo el país, los pilotos comentaron sobre lo difícil que es pasar meses sin generar ingresos, especialmente para los equipos. “Es malo para todos, aunque cada corredor tiene su situación, depende de su porcentaje de profesionalidad que tengan en el automovilismo. Para los equipos es el mayor problema, cada uno de ellos es una PyME ya que poseen muchos empleados y todos dependen de las carreras, sin ellas no hay ingresos y resulta muy duro para los dueños de escuadras, mecánicos e ingenieros”, describió García.

El piloto uruguayo Marcos Landa describió su situación: “Nos afecta bastante este “parate”, me impacta principalmente con los sponsors. A pesar de esto, una de las ideas para crear el campeonato virtual fue para seguir mostrando nuestros patrocinadores, diseñamos los autos en base a ellos”.

Con respecto a la vuelta de las carreras, De La Iglesia opinó: “Creo que se volverá sin público, aunque es muy prematuro para hacer un pronóstico, pero será muy complicado porque los ingresos del automovilismo también dependen de las entradas”.

Moscardini también comentó sobre la falta de información: “Es incierta la vuelta, se sabe poco y nada, se habla de que será con un mecánico e ingeniero por auto. La idea es que se vuelva lo antes posible para volver al ruedo y que las familias puedan subsistir”.

Detrás de las carreras de autos, hay un mundo gigante con miles de personas que viven de ellas y los pilotos lo remarcaron, es muy importante que se pueda volver los antes posible pero con el cuidado máximo, la salud está primero.