jueves, julio 17, 2025
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Catolicismo y deporte, una relación a prueba del tiempo

Por Victoria Falabella

La historia de la fe católica se extiende por cientos de años y durante ese tiempo, el deporte está presente, primero como algo negativo, luego como algo aceptado debido a la popularidad. En Argentina, con la llegada de comunidades europeas hubo un gran crecimiento, ya que el mismo fue utilizado para la evangelización. Con los años no dejó de existir relación entre ambos factores culturales.

El deporte se define como ejercicio físico, sujeto a ciertas normas, con o sin competiciones. Se realizaban desde el comienzo de la historia el movimiento físico o actividad física en ritos religiosos para la lluvia, para la buena cosecha, etc.

Después de la caída del Imperio Romano, la iglesia se convirtió en el eje político, el historiador Fernando Guarnaccio contó el pensamiento de los sacerdotes: “La postura de la iglesia respecto de la actividad física o de la competencia va a ser de rechazo, ya que lo asocian con el pecado”.

Aún así, en la Biblia se menciona al deporte como una parábola para el deportista y su gloria: ““..¿No saben que en el estadio todos corren, pero uno solo recibe el premio? Corran entonces para conseguirlo. Los que compiten se controlan en todo y ellos lo hacen para ganar una corona corruptible, nosotros una incorruptible. Por mi parte yo corro, pero no sin conocer el rumbo; lucho, pero no dando golpes al aire…”. En las cartas a los Corintios, escrita por San Pablo, evangelizador en en la sociedad griega, usaba estos paralelismos entre el deporte y un creyente de Jesús.

El comienzo de la aceptación, por parte del clero moderno, no tiene una fecha exacta. Con la llegada de las comunidades europeas, en su mayoría escocesas e irlandesas, marcaron la diferencia en Argentina. Aunque las primeras generaciones no fueron respetuosas con las culturas nativas, el proceso fue evolucionando y la popularización de prácticas deportivas generaron la inculturación.

En la actualidad, desde el Vaticano la declaración más relacionada al deporte es la creación del Dicasterio (podría decirse que es como un ministerio u oficina) para los Laicos, la Familia y la Vida. En él, el Papa Francisco apoya la práctica de deportes ya que en ellos se comparten los valores que promueve la iglesia católica. Pero además a través del deporte, el católico puede sentirlo como su camino de Fe ya que Dios acompaña en todo momento. El teólogo Rolando Vera lo explica: “El instrumento de revelación para Dios es en el propio cuerpo, y Él se inmersa en lo que se realiza cotidianamente”.

Hay deportes que se relacionan mediante fundaciones de clubes que promueven o promovieron el catolicismo. El fútbol, el hockey y el rugby tienen claros ejemplos de estas relaciones..

En el torneo de primera división del fútbol hay dos clubes que tienen relación: San Lorenzo de Almagro y Patronato de la Juventud Católica. Ambos comenzaron su historia con curas y hoy en día Patronato sigue teniendo misas para el plantel superior y San Lorenzo es el único club que tiene una capilla dentro del predio autorizado para dar todos los sacramentos (casamientos, bautismos, comuniones, etc). En el caso del Ciclón hay un proyecto de socios para que vuelva a tener un guía espiritual. Para Oscar Lucchini, arquitecto de la capilla y uno de los impulsores, es una tradición desde la fundación que haya un sacerdote ocupando ese lugar.

Por otro lado, el club Champagnat de hockey y rugby fue fundado desde el colegio por los hermanos Maristas para tener una recreación para los alumnos. Pero para 1956 los propios deportistas pidieron separarse y así fue, aunque no por eso perdieron la práctica de fe. Luis Chiesa, presidente del club, ex-egresado y jugador promueve los valores de sus fundadores: “Nuestra actividad católica es activa, tenemos un grupo misionero en el que participan chicos del colegio y del club, rezamos el rosario por zoom con intenciones de los socios y tenemos misas para inauguraciones o aniversarios”.

El Club San Cirano también se desprendió del Colegio fundado por un matrimonio irlandés creyentes. Para Bautista Bottino, capitán en su equipo de rugby y creyente, no tiene un acompañamiento en ese aspecto pero aún así sus compañeros también creen. En su caso no se persigna al entrar a la cancha sino que prefiere rezar desayunando antes de ir al club. Es así como cada varios clubes tienen su historia fundada en el catolicismo. Pero con el avance y evolución de ideologías, educacionales, etc, cada institución dió prioridades a distintos factores

“El día que un futbolista de renombre declare su homosexualidad, marcará un antes y un después para todo el mundo”

Por Victoria Mezzorana y Luca Solda

Aunque estamos en el año 2020 y la sexualidad de las personas ya no debería ser cuestionada, ser gay y deportista sigue siendo incompatible para muchos, lo cual amplía la grieta abierta en el muro de uno de los grandes tabúes del deporte, el de la homosexualidad masculina. En relación a esto, Vittorio Rosti y Nicolás Fernández contaron sus experiencias, mientras que Andrea Vázquez y Emiliano Pinsón opinaron al respecto.

En un espacio históricamente pensado para los hombres en el que se han elaborado las lógicas de competencia dejando fuera conductas que no sean acordes a una idea de lo varonil, la dificultad de expresar la homosexualidad es sumamente compleja y salir del clóset como deportista profesional, todavía es noticia.

Pese a que la mayoría de los que han revelado su condición sexual lo han hecho una vez retirados o con su carrera ya consolidada y nunca cuando su actividad está en proyección, cada vez son más los que salen del armario con o sin temor a las repercusiones que podrían presentarse en su profesión. Actualmente, el fútbol y el tenis son las únicas disciplinas de Argentina en las que no se conoce ningún jugador de primera línea declarado gay, lo cual no significa que no los haya.

En el deporte, lo trascendental pasa por la cancha: cada persona es libre de pregonar o no su vida privada y poco y nada debería importar su orientación sexual. Ahora, al momento en que la sexualidad afecta e incomoda el rendimiento o comportamiento de un ser humano en cualquier trabajo o ámbito, es ahí cuando debe cobrar relevancia.

Experiencias en primera persona

Vittorio Rosti y Nicolás Fernández son dos de las grandes razones por las cuales la homosexualidad en el deporte argentino tomó visibilidad: Rosti, tres mundiales juveniles con Los Pumitas y muchos campeonatos con Duendes de Rosario, y Fernández, ex arquero de General Belgrano, fueron los primeros en declararse abiertamente homosexuales en sus respectivas disciplinas aquí en el país.

En ambientes tan machistas como los del rugby y fútbol, ambos tuvieron que esconder durante un largo tiempo quienes eran realmente. Mientras estaba en el club rosarino, Vittorio solía inventar situaciones en las que había estado con alguna chica para ahorrarse preguntas de sus amigos: “Ese momento es muy duro, creo que es lo más estresante de estar dentro del clóset, porque las cosas se te van ocurriendo ahí pero tenés que acordarte lo que dijiste veces anteriores para no pisarte”.

La psicóloga del plantel profesional de Boca Juniors, Andrea Vázquez, sostuvo que “la emoción traspasa el ámbito de la destreza deportiva porque los jugadores ya no solo juegan con los pies sino también con la cabeza”, y el hecho de no poder ser uno mismo claramente puede afectar en el rendimiento. Fernández dijo que en algún partido lo han sacado de foco con insultos, pero dependía mucho de cómo viniera el resultado, porque cuando estás perdiendo “las cargas emocionales son distintas”. Rosti, por su parte, comenzaba los entrenamientos del seleccionado juvenil a principio de año y finalizaba la temporada en diciembre con el equipo de la Unión Rosarina (en el medio tenía giras con Los Pumitas, mundial y torneos con Duendes). En cuanto a esto, el oriundo de Pergamino agregó que terminaba quemado física y mentalmente: “Entre mediados de 2015 y principios de 2016 me di cuenta que estaba jugando muy mal por tener la cabeza en otro lado, por eso ahí decidí dejar por primera vez”. Luego, a fines de ese año, “Vito” volvió a las canchas con su sexualidad más blanqueada y tuvo un gran rendimiento en el Torneo del Litoral, en el cual se consagró campeón.

Ambos jugadores han servido de ejemplo para otros chicos que están pasando por el mismo problema que ellos: Fernández dijo que todos los futbolistas que se comunicaron con él para comentarle acerca de malas experiencias decidieron seguir dentro del clóset. “Es entendible, porque no es fácil, pero, aunque creo que ninguna persona debería sentirse obligada a blanquear su sexualidad, los homosexuales sienten una relajación tremenda después de contarlo”. Por esta razón, “Nico” siempre aconseja hablarlo y quienes al enterarse no lo acepten, se perderán de una persona importante en su vida. Rosti comentó que suele contar cómo lo manejó él y lo que le sirvió, pero entiende que muchas veces depende del entorno de cada uno.

El rol de la cabeza

La palabra miedo suele aparecer cuando se habla de los momentos previos a que un gay decida salir del clóset: “¿Cómo van a reaccionar los demás?” “¿Y si me dejan de lado?” “¿Me comenzarán a tratar diferente?” son algunas de las inquietudes que pueden llegar a surgir. Andrea Vázquez argumentó que para un deportista este era el momento de mayor valentía porque en su entorno todavía no estaba naturalizado el hecho de declarar la homosexualidad. “Esto si vos lo trasladás al mundo del arte es totalmente diferente, dado que allí hay menor discriminación sobre la orientación sexual y eso claramente influye de manera positiva para quienes pertenecen al mismo”.

Tanto Vittorio como Nicolás dijeron que su rendimiento decayó por no haber sido ellos mismos durante cierto período. Andrea reiteró que esto sucedía porque “todo lo que no se dice, el cuerpo lo siente como una carga y va a demostrarlo, generalmente con lesiones”. Además, agregó que el hecho de no comunicar lo que a uno le pasa, lleva a estar tensionados y consecuentemente no desempeñarse como se suele hacerlo. “El deportista no está acostumbrado a hablar, pero una vez que lo logra, siente una liberación tremenda y eso se ve reflejado en el lenguaje corporal”, sostuvo Vázquez quien añadió que la confianza entre psicólogo y paciente es clave para generar un clima ameno y ella lo consigue estando siempre presente en entrenamientos, sesiones de gimnasio y partidos.

Rosti cree que a él en parte se le hizo más fácil porque jugó tres mundiales juveniles y obtuvo varios campeonatos con su equipo, es decir, porque fue exitoso. Fernández, de acuerdo con esto, dijo que, si mañana un futbolista de renombre mundial saliera a declarar su homosexualidad, también recibiría más apoyo. La psicóloga coincidió con ambos y remarcó la importancia del ambiente que rodea a una persona al tomar la decisión de revelar su sexualidad.

Falta de difusión

El periodista deportivo Emiliano Pinsón sostuvo que la poca importancia que se le da a la homosexualidad en el deporte desde los medios se debe a que todavía les cuesta mucho asumir el tema, principalmente en el mundo del fútbol: “Es un ambiente donde está anticuado el concepto de los hombres y del macho e incluso los insultos dentro de la cancha tienen que ver con eso”, reconoció.

A su vez, consideró que es necesario poner el tema sobre la mesa, para poder hablarlo naturalmente: “Creo que se va hacia ese lugar, no va a ser una cuestión fácil, no va a ser de un día para el otro, pero ante todo si un jugador lo cuenta o lo quiere hacer público, debemos verlo de manera natural. Es la única forma de que el periodismo lo converse, y que se vaya aceptando con el correr del tiempo”.

En lo personal, quien integra el panel de ESPN FC Show asumió que fue criado con un concepto erróneo y resaltó que las nuevas generaciones lo manejan de una manera mucho más clara y más sana: “Sin dudas cuanto más chicos son hoy, mejor entienden la situación y lo toman como natural”.

Mirando al futuro

Sabemos que, como sostuvo Fernández, “el día que un futbolista profesional de renombre declare su homosexualidad, marcará un antes y un después para todo el mundo”, pero ¿esperaremos a que eso suceda para comenzar a romper con esquemas que solamente atrasan?

Teniendo en claro que los jóvenes vienen con la cabeza cada vez más abierta, algo que es de gran ayuda, los pensamientos y acciones machistas u homofóbicos siguen vigentes. Es necesario que desde las instituciones deportivas se empiecen a hacer cargo. Ya sea con las redes sociales, charlas en los clubes y/o comunicados oficiales, pero no dejar de decirlo, porque como bien declaró Vittorio Rosti “cuanto más se comunique, mayor visualización tendrá y más gente se animará a contar su historia” y “cuantas más historias reales haya, más conocerá el que discrimina”.

De acuerdo con esto, Andrea Vázquez afirmó que “deben laburar mucho con la psicoeducación en los clubes” para que los jugadores puedan entender y saber qué hacer con lo que les pasa.

En conclusión, la información y la educación son claves en el primer eslabón del proceso de naturalizar la homosexualidad, no solo en el deporte, sino también en la sociedad, porque está claro que el desconocimiento hace a la desinformación y al odio.

 

“Llegaremos a Tokio mucho mejor de lo que ibamos a llegar”

Por Matías Pennacchio

La regatista Lourdes Hartkopf, quien se clasificó a Tokio junto a Belén Tavella este año en Mar del Plata en la carrera 470, comentó que la suspensión de los juegos le dio tranquilidad para prepararse mejor. Además, contó su experiencia en entrenar a chicos los fines de semana por zoom y porque se trasladó de Misiones a Buenos Aires y como fue su periodo de adaptación.

-¿Qué sensaciones tenes de haber clasificado a Tokio? y son tus primeros juegos ¿Cuál es la expectativa?

-Que se hayan retrasado un año permitirá qué lleguemos mucho mejor de lo que íbamos a llegar. Porque teníamos todo planificado y de golpe se cancelaron todos los eventos y no se podía navegar. La expectativa es ganar mucha experiencia, aprender un montón y ojala pueda conseguir un buen resultado.

-¿Cuál es el objetivo?

-La idea es llegar entre los primeros diez puestos pero hay que seguir entrenando. No se va ser fácil pero se puede.

-¿En qué tiene que mejorar?

-En la técnica del barco y también tenemos que subir de peso porque el barco necesita un peso y estamos muy livianas y trabajamos para que los días de vientos nos vaya mejor.

-¿Están con una nutricionista?

-Sí. Nos hace una dieta y nos dice que se puede pero tenemos cumplir.

-¿Cómo fue entrenarte en tu casa?

-Los primeros meses hacía rutinas que me mandaba mi preparador físico sin ningún elemento, después de mayo el Enard nos mandó cosas del gimnasio (mancuernas, barras, disco) y ahí pudimos hacer una rutina mejor y una vez que volvimos a entrenar no perdimos masa muscular.

-¿Cómo fue volver a entrenar?¨

-Estuvo bueno. Estamos yendo dos veces por semana, antes íbamos 2 horas, y ahora 1:30 pero esta bueno porque estamos muy juntos de vuelta. Además, está nuestro preparador físico y nos puede hacer un mejor seguimiento.

-Extrañaron el agua ¿cómo fue volver y que sentiste?

-Fue muy lindo volver a navegar al aire libre no había nadie en el rio. Ahora estamos los siete días y fue de golpe porque nos sacaron eso y quedamos encerrados en nuestra casa.

-¿Te preocupaba mucho?

-Sí. Porqué no sabía en que nivel íbamos a volver ni como íbamos a estar ,no nos costó tanto el tema de llevar el barco. Lo que nos costó fue adaptarnos al ritmo y nos cansamos muy rápido y tardamos un mes en volver a la normalidad.

-Se clasificaron en febrero en Mar del Plata ¿Qué sentiste?

-Estaba muy contenta y no me di cuenta de lo que era sentía y lo tomé como un campeonato más.

-¿Porque sentías que era un campeonato más?

-Cuando empezó el torneo ya sabíamos que estábamos clasificadas y porque un juego olímpico es distinto.

-Te viniste a Buenos Aires a estudiar ¿Cómo fue adaptarte?

-No me costó mucho porque tenía familiares acá. Cuando vine vivíamos juntas con mi hermana. Mi papá nos venía a visitar así que me sentí cómoda.

-¿Solo por estudio?

-Sí.

-¿Como fue tu vida en ese proceso?

-La carrera de comercio exterior la hice en 4 años pero al mismo tiempo seguía navegando y entrenaba todos los fines de semana ,más como hobby, para competir acá pero fue una linda época porque conocí nuevas amigas y cuando me recibí me sentí muy contenta.

-¿Fue difícil venirte acá?

-No. Ya lo tenía decidido que apenas terminaba el colegio me venía para acá y me quería venir porque no quería estar allá.

-¿Por qué te viniste?

-Venir a una ciudad grande, formarme acá en una universidad y poder ser más independiente, te abre un poco la cabeza.

-¿En qué te hizo abrir la cabeza?

-En estar sola. Si necesito algo lo tengo que hacer yo y no que lo haga alguien. También crecer intelectualmente, conocer gente nueva con otra forma de pensar o en otra formación y cuando llegué a la facultad mis amigas habían visto materias que no había visto. Llegué atrasada.

-¿Cómo fue trabajar en una empresa?

-Fue muy buena. Aprendí un montón, nada que ver a lo que vi en la facultad. Era una empresa chica y a mi medio era lo que había estudiado. Sabía que tenía que hacerlo bien que era todo a pulmón porque si algo salía mal la empresa tenía que pagar.

-¿Trabajar te hizo crecer?

-Si seguro. Fue mi primera experiencia laboral, crecí un montón en el manejo, en tener un jefe y como reportarme. Crecí un montón pero me falta mucho para aprender.

-¿Cómo fue esa experiencia? ¿Qué destacas?

-Fue muy buena, aprendí mucho. No creo que vuelva a esa empresa o a otra en otra área. Yo hacía importaciones y ahora me gustaría hacer exportaciones. Me quedé con una buena relación con el jefe y me llamó para ver si quería volver pero justo estaba navegando y le dije que no.

-¿La idea es quedarte acá?

-Sí por el momento. La idea es volver a competir. En marzo tenemos el mundial que se hace en Portugal y a fin de mes hay otro campeonato y en abril y mayo hay dos torneos, si se hacen en Francia y después ir a Japón.

-¿Cómo te ves a volver a competir?

-Va ser duro. Porqué no competimos en una flota muy grande desde hace un año en el mundial y tampoco tuvimos muchos campeonatos y va ser bueno, necesitamos correr. En nuestro deporte, entrenar no es lo mismo volver a competir.

-¿Porque?

-Competir te hace ganar experiencia en otras cosas.

-¿Qué expectativa tenes para el año que viene?

-Esperamos viajar para competir es lo que más queremos.

-¿En qué pudiste aprovechar en tiempo en tu casa en algo que no hacías?

-En poder estudiar cosas en navegación que normalmente no lo hacía porque llegaba cansada a mi casa.

-¿Como fue esa experiencia de entrenar a chicos por zoom?

-Fue raro. Al comienzo fue difícil, le tuve que agarrar la mano y me costó 6 meses. Entreno a chicos de 15 a 20 años como que ellos no se querían conectar a zoom y al final ya estaban casados porque no querían entrenar por zoom.

-¿Se acostumbraron?

-Sí. Pero estaban cansados era todo por zoom porque se aburrían.

 

 

¿Por qué los argentinos se adaptan mejor a Brasil que los brasileños a Argentina?

Por Tomás Scigliano

Es sabido que las dos mayores potencias de América, futbolísticamente hablando, son Brasil y Argentina. Por títulos a nivel clubes y selección, por exportación y jerarquía de jugadores y por haber propinado grandes leyendas del este deporte, como Messi, Maradona, Pelé, entre otros. Pero hay una realidad, y es que a lo largo de la historia, menos de la mitad de los jugadores brasileños han emigrado al fútbol local a comparación de los argentinos que fueron a Brasil.

Un total de 230 jugadores argentinos, divididos en más de 45 equipos, han pasado y actualmente se encuentran en el fútbol de Brasil. En cuanto a los brasileños, son 111 (algunos no han debutado oficialmente, pero si han formado parte de convocatorias o planteles) distribuidos en más de 60 equipos. Esto se debe a tres factores fundamentales a la hora de analizar esta situación: las diferencias futbolísticas, lo económico y lo social.

A la hora de referirse a lo futbolístico, los propios protagonistas son quienes marcan estas disimilitudes. Agustín Cattáneo, actual jugador de Tristán Suarez y ex Figueirense de Brasil, cuenta su experiencia y opina ante esta circunstancia: “Para mí ir allá con 21 años fue una aventura. Tienen un fútbol más técnico, en ese sentido son muy superiores. Se la pasan haciendo entrenamientos eludiendo conitos, al estilo baby fútbol acá en Argentina. Nosotros tenemos un fútbol más temperamental y de entrega”, analiza el jugador de 32 años, que además reconoce que los propios brasileños creen que los argentinos les tenemos bronca: “Yo les decía que no. Que son rivalidades futbolísticas y ya”.

La otra cara de la moneda es el brasileño Roberval, ex jugador de San Martín de San Juan y actual jugador de Peñarol de la misma ciudad, que milita en el Federal A: “Si tengo que elegir uno de los dos me quedo con el de Brasil. Para que te des una idea, en una pretemporada se hace solamente dos veces gimnasio al mes. Acá se trabaja mucho en ese sentido. Brasil es más de técnica y Argentina de contacto. Aparte, económicamente hay muchísima diferencia, pero yo en Argentina vivo muy cómodo”, manifestó.

Para referirse a lo social es clave la palabra de Andrés D´alessandro, que hace algunos años reconocía en Fox Sports que la vida en Argentina es muy difícil: “Pienso más en mi familia. Además, soy más valorado acá en Brasil que en Argentina”, admite el ídolo de Internacional de Porto Alegre.

Para repasar datos estadísticos, el club que más jugadores brasileños ha tenido en su historia es Boca, con 25. De esos, varios se han destacado y han salido campeones. Un caso conocido es el de Pedro Iarley, quien consiguió la Copa Libertadores e Intercontinental 2003. Otro que no ha tenido participación pero ha formado parte de ese plantel fue el delantero Edilio Cardoso. Más atrás en el tiempo, Charles ha formado parte del campeón del Apertura 1992, Heraldo Bezerra estuvo en la obtención de la Copa Libertadores 1977, Almir, Maurinho, Edson y Walter Da Silva han sido parte del campeón del torneo en 1962, junto con Orlando y el delantero Paulo Valentim, que además obtuvieron el título en 1962, 1964 y 1965, y 1962 y 1964 respectivamente. La lista la completan Ayres Moraes, campeón en 1964 y 1965 y Domingos Da Guía (campeón 1935), Bibí (campeón 1935) y Moisés (campeón 1934 y 1935).

Quién tiene el récord de ser el que más títulos consiguió y además es uno de los primeros en haber jugador es el defensor Aaron Wergifker, quien llegó a River en 1932 y obtuvo diez campeonatos, ocho locales y dos internacionales. Luego, continuo su carrera en Platense y allí se retiró.

En toda la historia solo un jugador fue goleador de un campeonato: Walter Machado Da Silva, en Racing. En el Metropolitano 1969 el delantero, que llegó desde Flamengo, se despachó  con 14 goles y a pesar de no haber obtenido títulos, quedó para siempre en la memoria del hincha por su calidad de juego. Otro que le ha ido bien en el club de Avellaneda es Joao Cardoso, que fue campeón de la Copa Libertadores y de la Intercontinental en 1967.

El resto de la lista de los campeones lo completan Jadson Viera, campeón con Lanús en 2007, Paulo Silas, campeón con San Lorenzo 1995, Mario Jardel, quien estuvo en el Newell´s del 2004, Beny Guagliardi, Agostino Zeola y Paulo Berg, que formaron parte del Independiente campeón 1963 y por último Joao Ramon, Agostinho Teixeira y Petronilo De Brito que fueron integrantes de los planteles del San Lorenzo campeón de 1933.

Fútbol en Bariloche: hay pasión, pero no desarrollo institucional

Por Lucas Pacheco

A pesar de poseer alrededor de 140 mil habitantes, una de las poblaciones más extensas de la Patagonia Argentina, la Liga de Fútbol de Bariloche no ha desarrollado todo su potencial. De hecho, nunca llegó a tener un equipo profesional o que integre las categorías más importantes de ascenso. Eso se debió a diferentes factores como la falta de inversión en las bases infantiles, la ausencia de proyectos de crecimiento en infraestructura, y el carácter cosmopolita de la ciudad, que tiene como consecuencia la cantidad de cuadros locales: 16 conjuntos de barrio -en su mayoría sin predio-, enemistados entre sí y con similar masa societaria, buscan representar a la localidad andina, en detrimento de los otros.

Si bien el sur del país no tiene el historial futbolístico que otras regiones sí tienen, lo cierto es que hay aglomeraciones urbanas cercanas a Bariloche que, con la mitad o menos de residentes, sí alcanzaron la élite del deporte. Por un lado están Cipolletti y Villa Regina, que han tenido a sus clubes homónimos en Primera División, y por el otro están Puerto Madryn, Cutral Có y General Roca, que con frecuencia presentan equipos en categorías profesionales. Hay un factor común entre ellas: no tienen liga propia, por lo que sus cuadros juegan en campeonatos que las reúnen con poblados aledaños.

De ello se desprende uno de los principales problemas en la localidad andina: a diferencia de las ciudades mencionadas, su liga no posee un cuadro que represente a la mayoría de la gente, y eso se debe a la heterogeneidad de sus habitantes, producto de diferentes procesos de inmigraciones. Bariloche históricamente fue integrada por descendientes de pueblos originarios y naciones europeas, y hace no más de tres décadas comenzaron a llegar migrantes porteños en búsqueda de oportunidades. De allí la cantidad de barrios que integran la aglomeración urbana y las diferencias entre ellos, que se plasman en rivalidades entre cuadros vecinos, que no se apoyan siquiera cuando alguno de ellos compite en certámenes de relevancia.

En sintonía, otro factor fue la ausencia de proyectos de infraestructura. Sí hubo campañas de fortalecimiento deportivo como la de Boca Unidos en el Torneo Regional de 1984, en el que alcanzó las semifinales del certamen. Pero, Gabriel Lefián, capitán de aquel plantel, reconoció: “Al terminar el proyecto al club no le quedó nada, porque no creció en infraestructura, era sólo un equipo de fútbol con mucha gente de afuera”.

No obstante, en la actualidad los protagonistas tienen intenciones de potenciar la liga local. El presidente de aquella, Horacio Fuentes, afirmó que hoy se rechazan inscripciones de equipos nuevos, y se aumentaron los requisitos de participación: “Ahora pedimos que todos tengan los papeles estatutarios y de personalidad jurídica al día, que tengan planteles en todas las divisiones inferiores dirigidos por profesionales, y que estén por lo menos en búsqueda de la cancha propia”. Además, señaló que se otorgará un predio para el fútbol infantil, que hasta entonces jugaba en canchas de tierra.

Por el otro lado, la municipalidad de Bariloche y la provincia fomentan esta idea de mejora institucional. Marcelo Szczygol, subsecretario de Deportes de Río Negro, puso entre sus objetivos de campaña “Trabajar en conjunto con las Federaciones y Clubes para el desarrollo del deporte de competencia”; y eso se tradujo en subsidios económicos y la facilitación de herramientas de manejo administrativo.

De todos modos, hay clubes que sí crecieron en infraestructura en la última década, como consecuencia de resultados deportivos positivos. Dos ejemplos claros son Puerto Moreno y Cruz del Sur que disputan el Torneo Regional Amateur, la cuarta categoría del fútbol argentino. El primero, fundado en 1975, colocó este año torres de iluminación en el estadio, que jamás hubo en la región. El segundo, que nació trece años después, se encuentra a punto de terminar su estadio propio. Quien preside a los Cruzados, Marcos Rehel, manifestó la necesidad de afianzarse en la sociedad: “Tener nuestra cancha nos dará identidad, y ayudará a generar esa pertenencia colectiva que la zona no tiene. Las bases hoy están sentadas para que por fin los clubes crezcan a nivel institucional, en vez de sólo hacerlo deportivamente”.

La liga barilochense está lejos de alcanzar su potencial, y sus propios protagonistas lo reconocen. Quedará en manos de ellos poder revertir la situación e incluirse en la élite del fútbol argentino.

Martín Kremenchuzky, el argentino que hizo historia en el IronMan y que va por más

Por Yanella Palacios

Su familia, allegados y gente que pasó tiempo con él lo describe como humilde, carismático, alegre, predispuesto, amable, educado. Eso y mucho más es Martín Kremenchuzky. Sordociego; papá de Tomás, pareja de Diana, triatleta, ingeniero en sistemas y conferencista motivacional.

Hoy tiene 46 años y a los 35 años perdió completamente la visión a causa de una enfermedad genética llamada Síndrome de Usher.

Aún así hizo historia,: es el primer ciego argentino y el único sordociego en el mundo que completó la competencia Ironman (triatlón que consiste en nadar 3,8 km en aguas abiertas; 180 km pedaleando; 42k a pie).

¿Cómo conociste la competencia y cuáles fueron tus sensaciones después de cruzar la meta?

—Primero incursioné en remo y quedé en la Selección Nacional de remo adaptado; después empecé a correr, me convertí maratonista, hice carreras de trail y luego triatlones de corta y larga distancia cada vez más exigentes. Un día un amigo me dijo: “Vos tenés que hacer un Ironman”, para mí era algo imposible. Me anoté y al día siguiente le avisé al que era mi entrenador que me iba a tener que guiar. Así que comencé a prepararme, un mes antes tomé conciencia que sería el primer argentino ciego en intentarlo. Fue increíble ganar la categoría. Llevo más de 320 competencias y esa fue la más emocionante por todo lo que significó el antes y el después. En el último kilómetro se me vinieron un montón de imágenes en la cabeza: orgullo, satisfacción, paz, sensaciones muy lindas.

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Sin embargo, no se quedó ahí, la compitió y completó tres veces más. En 2017 en Sudáfrica; 2018 en Nueva Zelanda; 2019 en España, y este año iba a ir al continente asiático, a Kazajistán, a conquistar la medalla número cinco, pero la pandemia se lo impidió.

En agosto ibas a participar de tu quinta Ironman, son competencias llevan una larga organización, pero llegó la pandemia, la cuarentena y la suspensión de la carrera. ¿Cómo readaptaste tus entrenamientos para perder lo menos posible la preparación que tuviste realizando estos últimos meses?

—Cuando declararon la cuarentena me cambié el chip. Empecé a ver de qué forma entrenar en casa. Estuve casi 170 días sin salir del departamento. Estoy mucho más expuesto que otro porque si salgo no sé dónde meto la mano o dónde tocó; o si el que me está hablando al lado tiene barbijo o no. Realicé trabajos de fuerza, quizás perdí en velocidad, pero gané en resistencia. Hace un mes que estoy de vuelta corriendo, pedaleando y nadando, obviamente mucho más lento, pero voy dejando que el cuerpo se vaya acordando de todo. Por lo pronto apunta a distancia más que a velocidad.

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Su hijo Tomás fue su motor para salir de la depresión en la que se sumergió al momento de sufrir la pérdida de uno de los cinco sentidos. Afirmó que fue su refugio y gran contención.

¿Qué fue lo primero que pensaste o sentiste al momento de saber que venía en camino?

—Tenía muchas ganas de tener un hijo, en el tiempo que mi pareja estaba embarazada yo todavía veía, me terminé quedando ciego cuando “Toto” tenía un añito. Muchos cambios vinieron después de que nació, cuando era chiquito para mí todo era muy fácil me quedaba con él en el dormitorio, le cantaba canciones o le contaba cuentos. Era muy duro porque estaba dejando de poder hacer cosas que antes hacía.

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En estos últimos años recibió muchas distinciones, entre ellas:

  • Personalidad destacada de la ciudad de Buenos Aires. Otorgado por la Legislatura Porteña, 2017.
  • Diploma de honor. Dado por el Senado de la Nación, en reconocimiento a la dedicación y amor al deporte, 2017.
  • Abanderado de la Delegación Argentina que representó al país en las Macabeadas Mundiales en Israel, julio 2017.

Hay un libro que cuenta su biografía, con testimonios de familiares, amigos del colegio y facultad y demás que lo acompañaron en su trayectoria deportiva y en su vida personal.

— ¿Cómo te llegó la propuesta para contar tu historia en el libro Confianza ciega?

— Cuando terminé mi primer Ironman en marzo del 2015 todos me decían que tenía que hacer un libro. Yo no estaba tan convencido, no era de tanta exposición, pero finalmente me terminó gustando la idea. Uno de mis guías había comentado que en su grupo había una escritora uruguaya, periodista que le parecía muy copada para que hiciera mi libro. Me junté con ella, hubo mucha química y así empezó todo. Fue un proceso de más de un año donde me hizo marca personal por todos lados, venía conmigo a las conferencias, a las competencias, a los viajes, a las fundaciones; hasta pasó las fiestas conmigo. Hizo un trabajo de investigación muy fuerte. Así se armó Confianza ciega.

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Hay mucha gente que lo ve como un referente, ya sean personas que tengan algún tipo de discapacidad, o familiares de ellos. Al principio no se sentía como ejemplo, incluso creía que le “tiraban flores” por chamuyo. Pero a partir de 2013, luego de una nota que dio a un diario, su historia tomó mucha visibilidad y ahí se dio cuenta que evidentemente algo transmitía. Lleva más de 215 conferencias, en el país y en el exterior: “Fueron muchas las personas que se me acercaron y me dijeron que gracias a mi testimonio pudieron mejorar su calidad de vida”, cerró.

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No solo asistió a competencias como participante, sino también como orientador: “Una vez un guía me comentó sobre el atletismo asistido y me dijo: ‘Estaría bueno que lo hagas’. Fui a la Federación de Atletismo Asistido, les comenté la idea y les encantó.  La primera experiencia la llevé a cabo con un amigo que tiene Síndrome de Down. Posteriormente otro al que le faltaba un brazo; un muchacho sordo; y seguidamente un hombre que tenía la pierna amputada. Quería mostrar cómo nos podemos complementar y visibilizar más la discapacidad, muchos creen que podemos hacer poco y nada y en realidad podemos hacer bastante”.

Dentro del libro afirmaste que siempre tuviste buena relación con los animales, incluso hablaste de tu perro ovejero alemán llamado Dunkel ¿En algún momento pensaste en tener un perro que te asistiera?

— No, ya que hoy por hoy si querés tener un perro guía, es muy difícil puesto que todo el tiempo tiene que estar acompañándote, hay que estar siempre juntos.

En primer lugar, las leyes de Buenos Aires no están bien instrumentadas, no cualquier taxi te deja subir con tu perro, y/o no en todos los lugares permiten entrar con él. Yo me las arreglo bastante bien. Suelo conseguir “cómplices”, si voy por la calle siempre le pido a alguien que me ayude, le pongo onda, la gente se copa y me acompaña.

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Le encanta la adrenalina, a tal punto que en una ocasión se lanzó en paracaídas de una avioneta: “Para mí es más fácil, abro la puerta, no veo nada y me tiró. Me gustan los deportes extremos. Esa caída libre de 200 kilómetros por hora fue impresionante”.

Siempre va por más, a mediados de noviembre, junto a su hijo y esposa viajó a México para acompañar y realizar junto a un amigo, una carrera. Otra más, para la gran lista que tiene en su haber.

Troglio: “El fútbol argentino actual ya no tiene lugar para mí”

Por Agustín Machinandiarena y Sol Pochettino

Mantenerse durante quince años en la dirección técnica del fútbol profesional no es fácil, menos en la realidad de un deporte y un mundo que sentencia y toma idea rápidamente. Por eso, la figura de Pedro Troglio es tan respetada en el ambiente. Su gran amor por Gimnasia y Esgrima La Plata y sus títulos en diferentes países del continente como Cerro Porteño de Paraguay y Olimpia de Honduras, marcan su carrera como entrenador. En su época futbolística, se destacó por sus grandes pasos en la Selección Argentina y en River Plate.

En muchos aspectos, la sociedad argentina, y principalmente la futbolera, le da más valor a lo ocurrido en el pasado que en el presente. Se tornó recurrente escuchar que las últimas décadas del siglo XIX fueron mejores que las posteriores, que Lionel Messi no representa lo mismo que Diego Maradona, que los jugadores actuales no sienten y transpiran la celeste y blanca como los de antes.

Pedro Troglio agregó otro ejemplo a la lista: “El segundo puesto del 2014 no se valora como el del ’90, debido a que en Italia la gente venía dulce por los campeonatos obtenidos en el ‘78 y en el ’86, ahora ya pasaron 34 años. A nosotros nos recibieron como héroes, le tenían mucho cariño al seleccionado por Maradona. Recuerdo que llegamos a Ezeiza y tardamos seis horas en ir a la Casa Rosada. En cambio, después de Brasil llegaron al país y se fueron a sus casas. El argentino de por sí es un criticador serial y el periodismo de televisión se encarga de seguir alimentándolo”.

En la siguiente cita mundialista, Estados Unidos ’94, el ex mediocampista central estuvo entre las concretas posibilidades de integrar la lista. Finalmente, Alfio Basile decidió no convocarlo. “Era ley que se iba Carlos Bilardo y con él nos íbamos casi todos sus jugadores. No le guardo rencor al Coco, ahora soy técnico y entiendo que no se puede dejar conformes a todos”, expresó el íntimo amigo de Maradona. En 1997 estuvo a instantes de volver a ser citado por Daniel Passarella, pero una rotura de ligamentos cruzados se lo impidió y sentenció su fin en la albiceleste.

Aunque hay algo en la vida de Troglio que nunca terminará: la pasión gimnasista. Siempre estarán en la misma vereda. A su vez, el actual entrenador del Olimpia hondureño aún se relaciona fuertemente con Bilardo.

¿Es posible apegarse a dos conceptos tan distintos? Él lo hace, por amor a la institución tripera y por respeto a una de las personas que más le enseñó en su etapa futbolística. “Hubiese sido muy ingrato de mi parte ocultar el cariño que le tengo al doctor, no me parecía ético no nombrarlo por estar dirigiendo en un lugar con ideales contrarios. Yo los amo a los dos, ambos me dieron todo, uno como jugador y otro como entrenador”, manifestó.

A pesar de ello, afirmó que una porción minoritaria de hinchas del Lobo no se ha sentido a gusto con este trío amoroso y que comenzaron a criticarlo por idolatrar al máximo referente del clásico rival. Por el lado de la yunta de enfrente, como los mencionaba Diego, Peter aseguró que casi no le han faltado el respeto en la calle, aunque en la cancha mayoritariamente se haya llevado cargadas, insultos y escupitajos.

Si bien el basurero y él van de la mano, no es un amor de nacimiento. Se conocieron el 23 de febrero de 1997, cuando el ahora ex futbolista se puso la azul y blanca a sus 32 años. Allí comenzó este vínculo que aún parece no tener fin. Jugó cinco temporadas, hasta que pasó a Villa Dálmine, donde le puso punto final a su carrera en 2003.

Sin embargo, como casi siempre se vuelve a donde se fue feliz, se reencontraron en 2005, ya en su faceta como entrenador. Tuvo dos ciclos más, de 2011 a 2016 y de 2018 a 2019. Logró tres subcampeonatos, uno en cada paso diferente, un ascenso, y en su primer torneo quedó un punto por debajo de la mejor campaña histórica del club. Además, la camiseta 21 que había vestido, se convirtió en el primer número retirado del fútbol argentino, a modo de homenaje.

Quizás, por nunca haber podido finalizar con un título bajo el brazo, la caída por penales en la final de la Copa Argentina 2018 es y será la más difícil de dejar atrás: “Del último partido con Rosario Central todavía no me puedo recuperar, no me lo voy a olvidar nunca. Si ganábamos era el último capítulo ideal para cerrar mi historia con el Lobo. Salir primero con Gimnasia era lo máximo que me podía pasar”, confesó nostálgico, el campeón intercontinental con el River del Bambino Veira en el ‘86.

Asimismo, ya a casi dos años de aquella noche en Mendoza, Rulo eligió quedarse con lo mejor de esa competencia: “Recuerdo que en el vestuario del José María Minella me largué a llorar tras dejar afuera a River. Me sentía campeón, no me podían contener. Además, se le sumaba que también habíamos dejado afuera a Boca, los dos equipos que días más tarde iban a jugar la final de Copa Libertadores”.

Cinco partidos después, fue despedido del cargo luego de caer ante Defensa y Justicia. “Veníamos de salir segundos, tuvimos tres partidos malos y me echaron. Ese día en el medio del encuentro dije una frase en caliente en la que mencionaba a Christian Bragarnik -hombre con peso en el club de Florencio Varela-, y a la mañana siguiente me llamó el presidente de Gimnasia para comunicarme que no seguía”, declaró.

El cariño seguirá, desde lejos. Ya no se verá a Peter sentado en el banco del estadio Juan Carmelo Zerillo. “Creo haber conseguido algo que no va a ser fácil repetir, pelearle un torneo a Boca o River las tres veces que fui. Y eso ni siquiera me alcanzó, porque la última vez a los dos meses perdí dos partidos seguidos y me echaron”, enfatizó y sentenció que no quiere generar más afecto ni odio, que cada vez que regresa al Lobo, se va “hecho pedazos”.

Consideró haber tenido el 100% de aceptación por parte de los hinchas en las primeras épocas, hasta que tuvo la desgracia de perder un clásico muy fuerte en 2006, el 7 a 1: “Yo no podía ver el porqué y un día mi mujer me dijo: ‘Tenés que entender que tuviste una derrota fea y un tercio de la gente dejó de quererte’”. Según Pedro, los que lo quieran putear que lo hagan, a él le importa el basurero. “Nunca fui cuando le estaba yendo bien. Cada una de las veces, el barco se estaba hundiendo y lo sacamos adelante con el corazón”, resaltó.

Finalmente, sobre el conjunto platense, reflexiona que “es difícil no vivir algo feo”, debido a que cada medio año deben reestructurar el equipo porque surgen talentos como Nacho Fernández o el Mono Monetti y los grandes se los sacan de las manos. Concluyó: “Me quedo con lo hermoso que viví y el amor que siento, es una pasión familiar y le agradezco a Dios haber pertenecido tantos años. A mí cada derrota con Gimnasia me dolía el doble. Creo que, con errores y aciertos, di todo lo que pude”.

Pedro aseguró que, luego de irse, tuvo la posibilidad de asumir en cuatro equipos locales, lo cual no se terminó concretando. Al respecto, expresó: “El fútbol argentino actual ya no tiene lugar para mí. Siempre giran los mismos cinco o seis entrenadores, obviamente bien manejados. Por lo tanto, elegí venir a un grande de Honduras, que venía de cuatro años sin salir campeón”. Seis meses más tarde, en diciembre de 2019, Olimpia derrotó por 4 a 0 a Marathón en la última fecha del pentagonal final y consiguió el torneo local. Y él se convirtió en ídolo.

“Me siento valorado, es un desafío muy lindo”, sostuvo el ex futbolista de la Lazio y el Hellas Verona, y señaló que, lógicamente, en Argentina desvalorizan la liga hondureña por no conocerla, pero que jugar la Concachampions con México y Estados Unidos tiene un gran encanto.

También estuvo sentado en los bancos de Godoy Cruz, donde dio sus primeros pasos como DT, Independiente y Tigre. Algo de la liga local sabe. “El fútbol argentino es un espectáculo de élite, tiene una generación de jugadores extraordinaria. Desde lo futbolístico y lo organizativo, tranquilamente está por detrás de las grandes potencias de Europa y por encima de todas las demás ligas de Sudamérica y Centroamérica”, afirmó.

Al ser consultado por quién es el mejor entrenador local a su criterio, indicó que se orientaría a técnicos que hayan hecho rendir a equipos de bajos recursos y se hayan mantenido en el tiempo. Ejemplificó con el Ruso Zielinski, Gustavo Alfaro y Miguel Ángel Russo.

“A mis jugadores les digo que mientras puedan estudien, se preparen o junten dinero porque la carrera se termina joven y la vida sigue. No todos pueden acomodarse a buscar un trabajo alejado del fútbol”, manifestó Troglio, quien se retiró en 2003 y a la temporada siguiente comenzó a dirigir.

En muchísimas oportunidades, los futbolistas sufren la concepción general de que solo sirven para patear una pelota. Al respecto, el oriundo de Luján declaró: “El 70 u 80 por ciento se ha criado en barrios difíciles, donde quizás se genera un estilo familiar más apuntado al fútbol que a la formación del chico. Salvo los clubes que tienen escuelas o universidades y pueden darle una mano a los jóvenes, los demás solo conviven con ellos dos horas al día y desconocen qué hacen con su vida el tiempo restante”.

Por último, el entrenador de 55 años aseguró que no tendría ningún inconveniente en conducir un equipo femenino: “La disciplina ha logrado un avance impresionante y cada día se supera más. Nunca me he planteado involucrarme porque siempre dirigí primera división masculina, pero es fútbol, se juega con dos arcos, una pelota y 11 jugadores de cada lado. No importa si son hombres o mujeres. No importa el género”.

El covid dejó en evidencia una diferencia que juega en contra de las mujeres

Por Micaela Delzart

Stephanie Rea fue la primera jugadora del fútbol argentino en tener Covid-19. A diferencia de otros futbolistas de Primera que pudieron salir de las zonas precarias en donde nacieron, gracias al fútbol, ella vive en la Villa 31, en el Barrio de Retiro. Tiene dos trabajos (maestra jardinera y repartidora de comida por Rappi) porque el sueldo del club no le alcanza.

La arquera de Excursionistas dio positivo el 24 de mayo y las redes explotaron con insultos misóginos y clasistas hacia ella y su apariencia, y eso terminó afectándole más que la misma enfermedad.

“Si tuviéramos salarios parecidos al del masculino, no tendríamos la necesidad de salir a trabajar en estos casos, como la pandemia”, expresa su compañera de equipo, Ludmila Garzón, que también estuvo contagiada.

La delantera Garzón se infectó el 28 de agosto por tener contacto con familiares que habían dado positivo aunque ella no lo sabía. Fue asintomática, pero tuvo algunos dolores de cabeza.

La futbolista de reserva de River Camila Godoy fue la segunda jugadora en contagiarse, unas horas después que Rea; algo lógico porque comparten barrio en Retiro. Estuvo aislada por unos días en un hotel del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y luego le dieron de alta.

El lugar en donde viven estas deportistas se quedó varios días sin agua en ese momento y por eso las condiciones se hicieron más precarias y fue mucho más difícil plantarse al virus.

Las jugadoras no tienen casas tan espaciosas y tampoco cuentan con equipos para entrenar, a diferencia de los futbolistas del masculino. Tienen que prepararse en lugares mucho más chicos para competir en el torneo.

Roció Vázquez, mediocampista de San Lorenzo, se contagió junto a los seis integrantes de su familia. Aunque vive a unas cuadras del club, el Ciclón negó que haya tenido la enfermedad allí.

En Platense se contagiaron varios de sus futbolistas hombres y mujeres, entre ellas, Nerea Sosa, que compartió un mate con su hermana y su madre sin saber que estaban contagiadas.

Ella comentó: “Yo creo que la diferencia siempre va a estar, aunque no tendría que ser así. Por mi parte en el club nos brindan las mismas cosas que en el masculino. Hay que entender que el fútbol es semi-profesional, recién arranca y hay muchas cosas que limar. Yo siempre jugué por nada y ahora que me dan salario mínimo, lo recibo agradecida. No se puede vivir del fútbol porque no alcanza, pero tengo fe que algún día eso va a cambiar, hay que seguir trabajando duro”.

El responsable del fútbol femenino de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), Jorge Barrios, anunció en mayo que el subsidio del fútbol femenino se iba a terminar y horas más tarde lo desmintió: “La AFA continua con el apoyo porque así lo determina el presidente Claudio ‘Chiqui’ Tapia”.

En julio, la FIFA les brindó a las futbolistas el plan de apoyo Covid-19, que otorgará a las federaciones un millón y medio de dólares, de los cuales 500 mil serán destinados para proteger y garantizar que la reanudación del fútbol femenino se lleve a cabo en un entorno sano.

Varias futbolistas se tuvieron que ir al exterior para obtener mejores condiciones de vida, por eso, clubes Racing o UAI Urquiza tienen una gran parte del plantel nuevo.

Las jugadoras infectadas (que los clubes notificaron) fueron 11, aunque hay algunos que prefirieron no dar los nombres. Mientras las deportistas pelean por la profesionalización en su totalidad,  tienen que seguir jugando un partido más difícil que los jugadores de la misma categoría.

Ana María Comaschi, casi olímpica

Por Candelaria Santillán Acuña

“Como deportista era muy segura y fuerte. Cuando iba a competir decían ́uy ahí viene la Comaschi´. Con la presencia ya les ganaba. Me describo como una persona resistente que pasó por muchas cosas en su vida. Siempre logró salir mirando hacia delante, nunca me caigo”. Esta auto presentación es una muestra de la gran persona que es.

Ana María Comaschi es un nombre un poco olvidado a lo largo de la historia deportiva del país. Algunos ni recuerdan su talento ni sus virtudes. Era una niña del pequeña ciuadad de Necochea que se negaba a dormir la siesta. Mientras el silencio abrazaba las calles y los ronquidos se asomaban por las ventanas, Comaschi salía a dar una vuelta a la manzana. En total eran 400 metros, como una de las tantas pruebas del atletismo.

Criada por su tía, debido a que perdió a su madre cuando era muy chica, Ana se fue convirtiendo en una atleta de lujo a lo largo de su infancia. Uno de sus profesores del colegio observó lo buena que era en todos los deportes y desde ese entonces, la llevó a Mar del Plata a entrenar, a que mejore su nivel y conozca más disciplinas.

Sola, en un lugar desconocido, con una nueva amiga en su mano: una bala. En su primer tiro, rompió el récord nacional júnior, a los ocho años. La fuerza de Ana no era muscular, era algo que venía de adentro, de su corazón. Su facilidad en las competencias de saltos, velocidad y fuerza la llevaron a anotarse en las pruebas combinadas.

Comaschi fue dueña de varias marcas nacionales durante muchos años. Su récord de heptatlón lo batió la mendocina Fiorella Chiappe, después de 30 años y en Estados Unidos ya que ella estudia y se entrena allí. En 1990, Ana consiguió una nueva marca en los 400mt en un torneo en el viejo continente. Ella describe este acontecimiento como “una vuelta a la manzana en España”.

Su vida y su carrera deportiva están llenas de anécdotas tristes y alegres. Pero hay una en especial que no solo es conmovedora, sino que también refleja su personalidad. Era el año 1985, Campeonato Sudamericano, Ana había ganado su primer oro. Lo que nadie esperaba entre tantos gritos y emociones es que Comaschi en pleno podio le diera su medalla a su compañera Nancy Vallecilla.

La atleta ecuatoriana era la favorita del torneo, las apuestas iban todas a ella. Pero en el lanzamiento de jabalina su cabeza quedó en blanco. Los tres tiros fueron nulos y no pudo sumar en esa prueba. Por esta razón, Ana decide colgarle el oro: “Me salió natural, yo sabía que iba a quedar segunda así que me pareció correcto lo que hice. Ella se lo merecía mucho”.

Lamentablemente, Comaschi llegó a la boca de todos luego de su incidente con el Comité Olímpico Argentino. Todo comenzó en los Juegos de Barcelona ‘92. Ana participó en el Iberoamericano en Sevilla y gracias a ese torneo clasificó a los Juegos. La felicidad la invadía y su sonrisa era casi imposible de borrar. Hasta que llegó lo peor, algo que nadie podía imaginar.

La inscripción de Comaschi nunca había llegado al Comité Olímpico Internacional. Ana no podía participar y tampoco podía salir de un cuarto en la Villa Olímpica ya que no estaba registrada. Las lágrimas humedecieron sus cachetes y borraron esa mueca en su cara. El sueño de ser olímpica había terminado antes de empezar. Todo por culpa de un papeleo mal hecho. Una hoja, una sola, arruinó el deseo de esa niña que corría porque era muy inquieta.

Entre tristezas, Ana se fue de Barcelona y volvió a Argentina. El aeropuerto estaba repleto de periodistas pero ella pensaba que estaban por unas modelos, con las cuales había compartido avión. Cruzó la puerta y los reporteros se tiraron encima de ella. La abrazaban, la consolaban e invitaban a todos los programas para que cuente su historia. Se subía al colectivo y la aplaudían, porque era una luchadora, una guerrera que no se merecía pasar por esto.

“El cariño de la gente me hizo dar más fuerza, yo quería demostrar que podía y que era buena”, comentó Ana. Dicho y hecho, ese mismo año fue el Campeonato Argentino de Atletismo y Comaschi ganó en cada prueba individual. Y así fue como demostró que siempre podía hacer más, que era una excelente deportista y no se iba a dar por vencida.

Comaschi tomó coraje y denunció a los culpables. Durante los largos juicios que enfrentó en sus ocho años de pelea, el COA la acusaba de ser una mujer insana que no tenía títulos y que solo quería ser famosa. “Yo sentía que luchaba contra un monstruo, no era nada. No fue tan fácil pero bueno, yo siempre estuve firme, nunca aceptamos nada en el medio, ni plata”, manifestó Ana.

Los fallos eran cada vez más lentos, el tema nunca se cerraba y el dolor aumentaba. Era como si metieran el dedo en la herida. Finalmente, la Corte Suprema de la Nación le dio la razón. Comprobaron la oportunidad deportiva que Ana había perdido y el daño moral que le causaron.

“No tienen empatía con el atleta, no saben quién sos. Cuando me pasó, el presidente del comité (el coronel Antonio Rodríguez) no sabía ni quién era yo. Me conoció cuando perdió el juicio”, expresó Ana. Gracias al “Caso Comaschi” cualquier atleta que pase por lo mismo puede denunciar penalmente al Comité.

Casi 30 años después, Ana sigue con su vida alejada de las pistas ya que les tiene una especie de “amor-odio”. Aunque su sueño ya terminó y no hay vuelta atrás, ahora acompaña a su hijo, Mauro Zelayeta, en su carrera olímpica. Quizás llegó el momento de la revancha.

300 veces Gallardo, el forjador de una identidad

Por Daniela von Simons y Guillermo Rojas

Marcelo Gallardo llegó a los 300 partidos como director técnico de River, algo que sólo otros cuatro entrenadores habían logrado. Su ciclo comenzó en 2014 por Copa Argentina contra Ferro y ya lleva 11 títulos ganados, uno cada siete meses.

Más de 160 triunfos y un equipo que supo reinventarse constantemente. El River campeón de la Copa Sudamericana 2014 jugaba muy parecido al River modelo 2020. Solo un nombre se repite en esos dos planteles: Leonardo Ponzio, quien fue capitán durante gran parte del proceso.

El ciclo tiene un sello más allá de los apellidos. En el arco, Franco Armani rinde igual que Marcelo Barovero, Gonzalo Montiel abre la cancha igual que Mercado y Enzo Pérez se transformó en un recuperador nato, al mejor estilo de Matías Krannevitter. Muchos jugadores cambiaron su estilo, Montiel comenzó jugando de marcador central y hoy es el lateral derecho titular de la Selección Argentina.

Gallardo hizo debutar a 34 juveniles en estos seis años y cuatro de ellos hoy son jugadores habitualmente citados por la Selección: Exequiel Palacios, Lucas Martínez Quarta, Gonzalo Montiel y Guido Rodríguez. Emanuel Mammana y Germán Pezzella también fueron llamados en algunas oportunidades.

Gallarod es un técnico que también da confianza en todo momento a sus dirigidos. Gonzalo Martínez llegó al Millonario en 2015 y en febrero de 2017 era muy resistido por los hinchas. Un año y ocho meses después, le hacía el tercer gol a Boca en la final de la Libertadores, luego de haber tenido rendimientos altos que lo llevaron a ponerse la camiseta de la Selección.

Caso parecido es el del uruguayo Nicolás De la Cruz, que cuando arribó a River en 2017 no convencía a los Millos y en 2019 se los ganó con excelentes partidos y un golazo a Cerro Porteño, en los cuartos de final de la Libertadores 2019.

Los goles en el River de Gallardo llegan de cualquier manera, de jugada, pelota parada, de cabeza, de córner, de tiro libre o contragolpe. Con Gallardo está todo pensado, cuando parece que River tambalea, el Muñeco sorprende con una nueva táctica o un nuevo jugador para romper el esquema.

No se casa con una misma formación y a lo largo de los años varía entre el 4-4-2, 4-3-1-2 hasta 4-5-1. También sorprendió al poner a cinco defensores en algunas ocasiones, como en la final de la Libertadores 2018 ante Boca.

Siempre usó a los laterales como una pieza ofensiva fundamental. Buscan asociarse con los volantes creativos, o mismo avanzar con la pelota hasta el borde del área para terminar la jugada en un centro, mientras que los centrales esperan y cubren la zona hasta que los laterales retrocedan.

De mitad de cancha para adelante abundan los futbolistas de buen pie; Leonardo Pisculichi, Gonzalo Martínez, Matías Suárez o Juan Fernando Quintero; tienen o tuvieron entre sus tareas tanto asistir a los delanteros por medio de centros o pases filtrados como convertir goles ellos mismos.

Los delanteros, tanto los volantes ofensivos como los de área, buscan romper desde la táctica la defensa rival al estar constantemente en movimiento hasta encontrar un espacio para luego recibir la pelota.

Otros factores positivos de los equipos de Gallardo son la velocidad y la presión. El mediocampo defensivo, donde tantos años mandó Ponzio, es vital para cortar los ataques. Enzo Pérez o Nacho Fernández continúan con la misma táctica, y Fernández también cumple el rol del distribuidor de la pelota por el campo de juego.

En River hace seis años que no existe el correr atrás de la pelota, todo tiene un por qué y todos tienen una función. Gallardo revolucionó el fútbol argentino donde los proyectos futbolísticos escasean muy rápido y logró darle a River una identidad que perdura hasta el día de hoy.