Por Ramiro Marun
Uno de los atletas olímpicos más destacados de Tokio 2020 fue el boxeador argentino Francisco Verón (22), nacido en José León Suarez, pero con orígenes correntinos por parte de su padre. Y con esa pasión por el boxeo como lo tienen sus antepasados, como su bisabuelo, su abuelo y su papá que también fueron pugilistas en su tiempo.
Bebu, como es apodado por todos, es estudiante de educación física en la Universidad Nacional de Hurlingham, y en esta edición de los Juegos Olímpicos compitió en la categoría mediano (75 kg). El púgil argentino logró llegar a octavos de final de la competencia, en donde quedó eliminado en manos del dominicano Eudi Cedeño Martínez, por decisión dividida (3-2 en las tarjetas).
Su día a día fuera del ring es realmente extraordinario, Bebu trabaja de remisero y almacenero para poder solventar los gastos de su vida cotidiana y los entrenamientos para su carrera boxística. Como muchos otros atletas, Verón sufrió las restricciones de la pandemia y se vio forzado a entrenar en las plazas de su barrio para llegar con todo a Tokio.
Su padrino boxístico es nada más ni nada menos que Marcos Chino Maidana. El ex campeón del mundo también lo tiene formando parte de su compañía, CMP (Chino Maidana Promotions). Con solo 22 años, Bebu Verón ya cuenta con más de 140 peleas y una medalla de oro del torneo internacional que se realizó en Estambul (Turquía).
Sin duda alguna, Verón es uno de los boxeadores con más futuro en la Argentina, junto con Mirco Cuello, Ramón Quiroga y Brian Aguirre, que también formaron parte de la delegación olímpica. Ya finalizada esta edición de los JJ.OO, estos muchachos seguirán entrenando día tras día para lograr ese título mundial tan deseado y porque no, la medalla dorada en París 2024, que se le viene negando a la Argentina desde Atlanta 1996 en donde Pablo Chacón logró colgarse la de bronce.