miércoles, agosto 20, 2025
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Un regalo que trasciende el básquet: La historia de Santi y Franco Balbi

Por Luis Climenti y Tobias Rodríguez 

Emanuel Ginóbili no fue el mejor jugador del mundo en el básquet, no tiene grandes distinciones o premios individuales como, por ejemplo, sí los tiene Leo Messi. No fue Michael Jordan, ni LeBron James. Sus mayores logros fueron el sacrificio, su competitividad y hacer grandes a los equipos en los que jugó. Los logros individuales no son importantes para Manu, lo más importante es dar, es entregarse por sus compañeros. Con los Spurs logró 4 anillos NBA, fue dos veces All-Star y la emblemática camiseta número 20, la que siempre usó en los San Antonio Spurs, fue retirada en marzo de 2019. 

Las camisetas en el básquet tienen una relevancia que trasciende lo meramente estético. Son mucho más que un simple uniforme para diferenciarse del contrario. Representan la identidad, la pasión y la unión de un grupo de deportistas que comparten un objetivo común. Simbolizan la profunda conexión entre un jugador, su equipo y el deporte. En muchas ocasiones, describen la perseverancia, la habilidad y la dedicación de un deportista. Inspiran a futuras generaciones a esforzarse por alcanzar la excelencia en el deporte y a recordar que siempre el trabajo y el amor por el juego son fundamentales para el éxito en cualquier cancha.

El 29 de mayo de 2023, Santino Noceda Migliardo, un nene de 8 años que juega al básquet en el Club Unión Vecinal de Luis Guillón desde 2022, le regaló su camiseta con el dorsal número 12 al base de Boca Juniors Franco Balbi, luego de que “el Mago” haya jugado la semifinal de la Liga Nacional contra Instituto en la Bombonerita. Pero eso no es todo, la camiseta iba con dedicatoria: “Para mi ídolo Franco, de Santi”. Se dieron vuelta las costumbres, el nene no se acercó al jugador reconocido para pedirle algún recuerdo. No, para nada. Santi le regaló a su ídolo lo más preciado que hoy tiene. Como hacen los grandes, el pequeño gigante dio lo mejor que tenía sin esperar nada a cambio.

Esta situación sorprendió a Balbi y afirmó que le generó mucha sorpresa, porque generalmente se da al revés: “Santi nunca me pidió nada. Nos sacamos una foto y siempre me daba unas palabras de aliento cuando ganábamos o perdíamos. Que ese día él me haya regalado la camiseta con la que juega, fue una linda sorpresa para mí. Obviamente, la tengo con mi colección, junto con las que usé en mi carrera y con las que cambié”.

Balbi cuenta que no es consciente de que hay mucha gente mirando los partidos y que puede pasar que los chicos se sientan representados con su juego y con su personalidad. El jugador reconoce que simplemente hace su trabajo, pero hay personas que realmente admiran su juego o su personalidad.

“Siempre trato de hacer las cosas que me salen dentro de la cancha. No busco ser el espejo de nadie ni forzar ninguna situación. Lo de Santi se dio muy natural. Él siempre me esperaba después de los partidos en la Bombonerita y nos sacábamos una foto. Siempre tenía unas palabras para mí, al igual que sus padres, que lo apoyan y lo acompañan. Así lo fui conociendo”, afirma Balbi.

En octubre de 2022, Maximiliano Noceda, el papá de Santi, que jugó al básquet en las inferiores de Ferro, llevó al nene a ver un partido entre Boca y Ferro en el inicio de temporada de la Liga Nacional. Ese día el nene de Unión Vecinal vio que desde el Verde le regalaron una camiseta a su ídolo Xeneize, por su pasado en el club. Entonces, él quiso hacer lo mismo. Porque entendió que, en esa acción de dar, hay un reconocimiento hacia el que recibe la ofrenda. 

Franco antes jugaba en Ferro. Un día fui a ver Boca vs Ferro, antes de empezar el partido le dieron la camiseta a él. Recordé eso y quise hacer lo mismo”, cuenta Santi con algo de timidez mientras toma un juguito multifruta en el bar de su club en Luis Guillón.

El día que Santino le regaló su camiseta a Balbi, Boca le ganó a Instituto 104 a 96, se puso 2 a 2 en la serie de semifinales y forzó el quinto partido, que unos días más tarde el equipo Xeneize le ganó por 3 puntos al campeón vigente y consiguió el pase a las finales de la Liga Nacional de Básquet después de 16 años. En ese contexto, el Mago frenó para recibir la ofrenda de Santi. En medio de una definición de campeonato. 

Los chicos, ilusionados, se le acercan a Balbi y él trata de corresponder con todos, porque recuerda que también fue ese chico que se quiso sacar una foto o ver de cerca a sus ídolos: “Hoy en día me pasa de estar cerca de gente que admiro, si bien no pido fotos, me genera un impacto. Siempre que los chicos me piden un autógrafo o una foto, trato de darlo. Tienen esa ingenuidad de pedir una foto o de charlar un rato; y yo trato de cumplirles ese deseo, de darles ese ratito de felicidad. Hay momentos en los que hay mucha gente y no se puede cumplir con todos, pero siempre trato de darle algo a los más chicos”.

Balbi creció en Junín, su ciudad natal, y de chico soñaba con ser jugador profesional. Respiraba básquet y admiraba a Marcelo Milanesio. Se sentía identificado con el estilo de juego del cordobés y se sorprendía con lo que veía. Quería ser cómo su ídolo, ese que brillaba en Atenas.

Anabella, la mamá de Santi, se muestra sorprendida por la relación que forjaron Balbi y su hijo. Algo mágico pasó entre ellos. La camiseta de Unión Vecinal, esa que tiene el dorsal 12, dio paso a una historia de cuentos entre el maestro y su aprendiz: “Durante las finales contra Quimsa, lo fuimos a ver y lo esperamos como siempre. Santi le pidió a Franco ver un entrenamiento, él dijo que sí y al otro día del partido lo fue a ver entrenar. Los entrenamientos de Boca son a puertas cerradas, pero Franco lo autorizó y lo invitó a la cancha a tirar al aro”.

Con la inocencia de un nene de 8 años, Santi sueña con ser basquetbolista profesional. En ese sentido, Balbi asegura que el foco en un niño tiene que estar en divertirse y pasarla bien con el básquet y con los amigos. Ya vendrán los tiempos en los que la responsabilidad empiece a ganar. Hoy Balbi juega en el Flamengo de Brasil y cuenta que ser profesional es tener una rutina diaria de 10 meses o 1 año, y que lo más difícil es mantener esa constancia. Todos los días levantarse, desayunar, ir a entrenar, volver, comer y descansar. Todos los días, a la misma hora. No hay feriados, no hay sábados, no hay domingos. Todos los días, con la misma disciplina y constancia.

Los padres de Santi están muy contentos con que Franco Balbi sea el referente de su hijo, porque ven en el base a una persona con valores, que van más allá de ser un gran jugador. Ambos coincidieron en destacar la humildad de Balbi para acercarse a Santino y alimentar su ilusión.  

El hecho de que un nene le regale la camiseta con la que juega en su club de barrio, firmada y dedicada a su ídolo, abrió un camino con el que el ex Boca se siente a gusto: “Si el día de mañana Santi llega a ser profesional, que tenga presente el esfuerzo que hizo en el pasado y lo valore. Cuando llegás a ser profesional, te olvidás de todo lo que hiciste o todo lo que dejaste por serlo. A la edad de él, es más importante el disfrute y las ganas de jugar.  Ojalá que, pasados los años, él pueda estar en mi lugar dando una charla y contar su historia con algún nene”.

El Mago le dijo a su seguidor que hoy lo más importante es divertirse: “A Santi le diría que conocerlo fue un gran gusto. Que me tenga como espejo es una responsabilidad también. Tengo que seguir haciendo mi trabajo y hacerlo de la mejor manera. Ojalá que el día de mañana, esa camiseta que me dio, sea la primera de muchas que le pidan. Y poder decir que yo tuve el gusto y el honor de tener su primera camiseta. Va a estar guardada siempre. Ojalá que el día de mañana él esté en el lugar en donde yo estoy hoy, y que también pueda contar la historia de un chico que tiene una ilusión muy grande de ser jugador profesional. Que seguramente, por como es él y como es su familia, va a insistir y va a buscar ese sueño. Pero ahora todo es diversión”. 

Una vez más, el deporte y los chicos nos muestran el camino. Como diría Fito Páez, “Dar es dar. No marcar las cartas, simplemente dar”. Porque lo más importante es dejar algo en el otro, de eso se trata la vida. Puede ser un consejo, una camiseta, un sueño o una linda historia.

 

Luna roja en Avellaneda

Por Franco Criniti

Independiente venció a Racing Club por 2-0 en condición de visitante y se quedó con el clásico de Avellaneda luego de más de dos años. Esta derrota desató una reacción negativa y violenta de la fanaticada de la Academia, dirigida hacia el cuerpo técnico, la dirigencia y entre ellos mismos.

Si bien antes del comienzo del encuentro la hinchada de Racing se mostró eufórica y compañera con los jugadores, a la hora de sonar el nombre de su director técnico, Fernando Gago, el estadio se dividió en dos: algunos repartieron silbidos en contra mientras que otros aplaudían a “Pintita”. Sin embargo, el apoyo que recibió el plantel previo al inicio del partido no necesito de mucho tiempo para darse vuelta.

El Rojo se adelantó en el marcador a tan sólo dos minutos del partido por medio de un gol fabricado por Alexis Canelo, lo que provocó que la hinchada local realizara cantos polémicos para “motivar” a sus jugadores.

 El clima en el Cilindro de Avellaneda se fue tensando cada vez más, tal fue el caso que a los 23 minutos de juego, en la platea sector B, dos hinchas de Racing comenzaron a repartirse golpes entre sí, lo que generó que la policía tenga que intervenir y que el público se enfureciera más. 

Los cánticos eran cada vez más fuertes y apuntados a jugadores como Piovi, Rojas, entre otros, pero sobre todo las críticas le llovían a Fernando Gago.

El entrenador respondió y decidió sacar a Piovi que no tuvo un gran rendimiento. Pero esto no calmó a los fanáticos, si no contrario, ya que ingresó Maxi Romero, el futbolista más resistido por el público.

El tiempo pasaba y Racing no podía conectar con su juego, y para empeorar la situación, el árbitro del encuentro, Mastrángelo, decidió cobrar un penal para Independiente que el “Chaco” Martínez cambió por gol.

En ese momento fue cuando todo se desvirtuó y la gente, más que enfurecida, pedía a todo pulmón por la renuncia de su entrenador. 

A esta altura del partido, también hubo incidentes entre los propios hinchas de Racing pero esta vez en la popular baja detrás de los bancos de suplentes.

El clima hostil en El Cilindro provocó que la reconocida cantante “La Joaqui”, quien se encontraba en uno de los palcos, tenga que retirarse del estadio ya que cuando la reconocieron, empezaron a insultarla y a tratarla de una manera violenta. 

Una vez finalizado el encuentro, el público se tomó un tiempo antes de retirarse para cantar una vez más “Andate Gago, La P*** que lo pario”. 

Esto sin dudas generó una decisión dentro del ex Boca, quien decidió no dar la conferencia de prensa habitual, pero le comunicó a sus jugadores en el vestuario que no continuará como entrenador de Racing.

Gago nunca había perdido un clásico como entrenador, por lo que su primera vez, también fue la última en su vínculo con el club.

El clásico que se juega con la calculadora en mano

 Por Diego Stoler

Este fin de semana no será uno más del montón para los fanáticos del deporte, ya que en la Copa de la Liga Profesional del Fútbol Argentino se disputará la “fecha de los clásicos”, una jornada en la que los clubes de la primera división se enfrentan a sus rivales durante el transcurso de cuatro días.

Para colmo, uno de los condimentos extra que hay en estos enfrentamientos será el contexto en el cual se llevará a cabo el clásico santafesino. Tanto Unión como Colón llegan ambos con 37 puntos en la tabla general, a un punto del único descenso por ese medio.

Este no es el primer caso en el cual un clásico rival puede colocar al otro en puestos de descenso o promoción, pero sí tiene la particularidad de que los dos tienen ambas opciones de bajar de categoría. Una derrota para los dos los puede condenar al descenso, ya que además del resultado, esta derrota significa un bajón tanto moral como anímico para cualquier equipo.

Un hecho parecido con el clásico santafesino sucedió en el año 1989, en donde el Sabalero y el Tatengue disputaron el último ascenso a Primera División. En esa ocasión, Unión venció a Colón en ambos encuentros de la final del reducido, 2-0 en el “Cementerio de los Elefantes” en la ida y terminó de sellar su ascenso con el 1-0 de local en el Estadio 15 de Abril. De esta manera el Tate consiguió el ascenso y condenó a Colón a disputar un año más en la segunda división.

Otro suceso fue en el año 1983, cuando en la última fecha del campeonato Metropolitano se enfrentaron Independiente y Racing. En esta ocasión, el Rojo llegaba a la última fecha en una situación diversa al de su clásico rival, de obtener la victoria salía campeón, con el condimento adicional de que la “Academia” ya había dictaminado su suerte siendo uno de los equipos que ese año perdía la categoría. De esta manera el Rojo obtuvo la victoria por 2-o y no sólo festejó el título, sino que también el primer descenso de su rival de toda la vida.

Ésta fecha Racing tuvo la chance de devolverle el favor al Rojo, en esta ocasión la Academia jugando de local tuvo la oportunidad de complicar a Independiente en la tabla general, en la cual hasta el partido se encontraba con 39 puntos, a tres de la zona de descenso. Una derrota hubiese complicado mucho a los dirigidos por Carlos Tévez, ya que sus rivales por la permanencia aún no habían disputado sus encuentros. Con esta victoria escala a 42 puntos y no solo se escapa del descenso, sino que ahora aspira a clasificarse a la zona final de la Copa de la Liga y poder soñar con el título. 

Colón y Unión se enfrentarán en el estadio Brigadier Estanislao López a las 16:30 por la séptima fecha de la Copa de la Liga, en lo que será un encuentro clave en la lucha por el descenso.

El día que Boca hizo de local en un superclásico en el Monumental

Por Franco Rosa

El 24 de junio de 1984, Boca y River se enfrentaron por la fecha 13 del torneo Metropolitano. Pero el resultado final, un 1-1, quedó casi en segundo plano ya que se dió un acontecimiento muy curioso: el Xeneize hizo de local en el estadio de su clásico rival. Hecho que, sin dudas, quedará para la historia. 

En la década de los 80’, ninguno pasaba por su mejor momento. El Millonario venía de campañas muy malas y el Xeneize tampoco demostraba un buen nivel en cuanto a lo futbolístico, además había sufrido una gran crisis institucional por culpa del dólar. Tanto es así que meses después tuvieron que jugar un partido contra Atlanta con los números en la espalda pintados con marcador, ese partido lo disputaron jugadores de la cuarta división del club. Además tuvo lugar la recordada huelga que provocó la salida de Ricardo Gareca y Oscar Ruggeri, justamente al clásico rival. 

En ese momento, La Bombonera estaba clausurada y Domingo Corigliano, presidente del club de La Ribera en ese entonces, tuvo la idea de hablar con Hugo Santilli, dirigente de River, para que le preste la cancha y él aceptó. Llegó el día del Superclásico, los hinchas azul y oro no pagaron sus entradas, mientras que la parcialidad, en ese partido visitante, tenían que abonar el valor de los tickets para dicho encuentro a pesar de que se jugaba en su estadio. Transcurría una tarde lluviosa en Nuñez, el partido concluyó con un empate. El primer gol fue a los 39 minutos del primer tiempo, el uruguayo Ariel Krasouski abrió el marcador para Boca. Pero en el complemento los “visitantes” empataron con un gol en contra de Ivan Stafuza. 

Este suceso quedó guardado en la mente de muchos fanáticos del fútbol, ya que fue la única vez en la historia de este clásico que el que juega de local lo haga en el estadio de su archirrival, con mayoría de público de su parcialidad.

El Pity Martínez y su vuelta a los superclásicos tras cinco años

Por Lautaro Moyano

Tuvieron que pasar 1833 días para que Gonzalo “Pity” Martínez, uno de los héroes de River a nivel deportivo, regrese a un escenario el cual le sienta muy cómodo, impensado para muchos, La Bombonera, estadio del rival de toda la vida, Boca Juniors. Dicho enfrentamiento tendrá lugar por la fecha 7 de la Copa de la Liga.

Tras siete largos meses de parate, el Pity recibió el alta médica, luego de recuperarse de una ruptura en el ligamento colateral externo de la rodilla izquierda, y volvió a pisar las canchas el pasado 24 de septiembre, cuando ingresó en el partido ante Banfield. Fue un duelo en el cual los dirigidos por Martín Demichelis dejaron más dudas que certezas, pero uno de los puntos positivos fue el regreso del volante de 30 años. 

Ya recuperado de su lesión, pero con poco rodaje, el zurdo integra la nómina de los convocados por Demichelis para disputar el Superclásico en la Boca, donde comenzó la idolatría de los hinchas Millonarios por los goles que convirtió en el campeonato del 2017 y en el 2018. 

La primera vez que el mendocino brilló ante el xeneize en el Alberto J. Armando fue en el torneo de Primera División del 2017. El millonario venció por 3 a 1. En ese encuentro, Martínez abrió el marcador con un golazo de volea y asistió a Lucas Alario para que amplié la ventaja. 

En el 2018, también por la liga local, River volvió a visitar a y los liderados por Marcelo Gallardo se llevaron a Nuñez los tres puntos. Fue 2 a 0 con un gol, idéntico al que había hecho en el 2017, de Gonzalo Martínez y el otro de Ignacio Scocco. Cabe destacar que, en ese mismo año, el Pity le marcó otro tanto a los de la Ribera, pero esta vez en el Estadio Malvinas Argentinas de Mendoza en el marco de la final de la Supercopa Argentina. Sin dudas 2018 fue un año maravilloso para él, pues el nueve de diciembre convirtió el 3-1 definitivo en el Santiago Bernabeu para que River le ganará la final de la Copa Libertadores a Boca, un gol que quedará para la historia del Millo y el fútbol.

Probablemente Gonzalo Martínez no tenga un lugar en el once titular de Martín Demichelis, pero puede ser fundamental en caso de ingresar en el complemento. Tanto hinchas locales como visitantes estarán a la espera de ver si el Pity se reencuentra con el gol en este escenario tan grande que ya ha sabido dominar hace cinco años.

Di Stéfano, el que jugó hasta de arquero en el superclásico

Por Abel Iranzi

Para muchos considerado uno de los mejores jugadores de la historia. Alfredo Di Stéfano fue uno de los pioneros de la revolución del fútbol junto a grandes apellidos en el renacer del deporte como Puskas, Sivori, Stábile y el mismísimo Pelé. El fútbol argentino tuvo el honor de tener en su liga a un jugador completamente distinto al resto.

Di Stéfano con la camiseta de River antes de emigrar al Millonarios de Colombia.

Si algo caracterizaba a Alfredo, era su polivalencia a la hora de meterse en el campo de juego. Durante su carrera jugó en el mediocampo, en la delantera, por el centro, por bandas y junto a la saga central. Era un jugador capaz de cumplir la función de cualquier jugador. Pero si hay una posición totalmente distinta al resto, esa es la del arquero.

A pesar de la diferencia del portero con la de los jugadores de campo, Di Stéfano no le tuvo miedo a los tres palos y atajó en un River – Boca en el Torneo Oficial Argentino de 1949. En aquellos años, el arco de La Banda lo ocupaba Amadeo Carrizo, uno de los arqueros más importantes y reconocidos dentro de la historia del fútbol argentino. Ambos jugadores disputaron aquel Superclásico el cual abrió el marcador Ángel Labruna. Pero faltando 10 minutos para el final del partido, Carrizo recibió un rodillazo en los testículos, provocando que el portero salga del encuentro sin poder disputar los minutos restantes. 

Debido a que la regla de las tres sustituciones se hizo vigente recién en 1958, River estuvo obligado a disputar el final del partido con un jugador menos. Es por eso que Di Stéfano se cambió, se puso la vestimenta amarilla de arquero y disputó esos minutos finales como arquero. Finalmente, La Saeta Rubia mantuvo la valla en cero y proclamó la victoria del conjunto de José María Minella venciendo a su clásico rival por la mínima con un jugador menos.

Recibió el apodo “La Saeta Rubia” en su paso por Real Madrid.

Recién en 2014 Amadeo Carrizo detalló lo que había pasado en aquel partido: “Fue un pelotazo tremendo ahí abajo y tuve que salir porque me sentía descompuesto y entonces Alfredo entró por mí. Estamos hablando de él, era bueno en todo, hasta en eso de atajar”.

Además de Di Stéfano, otros 16 jugadores en la historia de River tuvieron que cubrir los tres palos, pero la diferencia con este caso es que ningún otro lo hizo en un Superclásico.

Lanzini, el del gol récord en el clásico

Por Abel Iranzi

Manuel Lanzini, luego de nueve años, volvió a vestir la camiseta de River y espera jugar el siempre tan ansiado partido contra Boca este domingo. Es por eso que vale la pena recordar el récord atípico que tiene el ex jugador del West Ham, el de marcar el gol más rápido en la historia de los Superclásicos.

Para tener un contexto, hay que retroceder hacia el 2013. El 5 de mayo de ese año los Xeneizes recibieron a los Millonarios en el barrio de La Boca para disputar la fecha 12 del Torneo Final. El partido concluyó 1-1 pero lo que más destacó fue la problemática que hubo por parte de los hinchas del equipo local y del entrenador de River en aquel entonces, Ramón Díaz. Hubo dos cortes en el segundo tiempo, el primero fue por parte de Ramón, quien fue expulsado a los 22 minutos del segundo tiempo, y la segunda fue por la intervención de la barra de Boca, que dejó el partido parado por siete minutos debido a que tiraron bombas de estruendo, algunos se colgaban del alambrado y unos pocos invadían el terreno de juego. Fue un partido para el olvido, lo único rescatable fue aquel gol que quedará en la historia de River. 

Ni bien arrancó el clásico, el uruguayo Carlos Sánchez ganó una pelota tras un error de Nicolás Burdisso, tras avanzar por la derecha, el 8 de River envió un centro para que Lanzini remate cómodamente de cabeza y así convierta el 1-0 en apenas 42 segundos, cifra que hasta el día de hoy continúa latente como el gol más rápido de la historia en un River – Boca.

El 10 de River le arrebató el récord a Pablo Ledesma, que había hecho lo propio en el Torneo Clausura 2007 convirtiendo tras un pase de Juan Román Riquelme a los 47 segundos. A estos números le siguen los tantos de Norberto Menéndez en 1957 y Ernesto Mastrángelo en 1972, ambos con la camiseta del Millonario lograron convertir a los 60 segundos.

 

El peruano que enamoró a O Rei

Por Luca Luvino, Carolina Sartore y Franco Melese

El 1 de octubre de 1977, “O Rei” Pelé le decía adiós al deporte que él mismo modernizó. En aquel partido amistoso, disputado entre los dos únicos clubes en los que jugó, el New York Cosmos y el Santos de Brasil, el brasileño vistió la camiseta de los dos equipos, una en cada tiempo. 

Ese día, 75 mil personas estuvieron presentes en el Giants Stadium, que además juntó colaboraciones para una causa benéfica de UNICEF. Entre los grandes futbolistas que participaron de aquel encuentro, se encuentran Franz Beckenbauer, Carlos Alberto y el peruano Ramón Mifflin.

Con Mifflin, Pelé formó una gran amistad dado que compartieron vestuario en el Santos de Brasil y años más tarde en el Cosmos. El fútbol los había unido tanto en la primera de las dos etapas que, luego de su breve paso por Racing, el brasileño lo recomendó para irse al equipo estadounidense y que el deporte los volviera a encontrar.

El capítulo final de esta amistad en el ámbito deportivo, que había dado sus primeros pasos en el Mundial del 70’ cuando cambiaron camisetas, sería justamente en la despedida de O Rei, donde ambos anotaron los goles para la victoria por 2 a 1 del New York Cosmos sobre el Santos.

Al Cosmos no sólo le dieron goles y triunfos juntos, sino que también lo llevaron a conquistar dos años seguidos la Liga Norteamericana de Fútbol (NASL) a fines de la década del 70.

Así como Mifflin estuvo en las buenas junto a Pelé, también estuvo en las malas. El 29 de diciembre de 2022, el tres veces campeón del mundo falleció a causa de un cáncer de colon. Días previos a que eso ocurriera, el ex futbolista peruano quiso ir a visitarlo al hospital junto a su esposa, pero no pudo ya que sólo podían hacerlo sus hijos.

 

El clásico cordobés y un encuentro del que no se tiene registro

Por Manuel Escudero

El partido más importante de Córdoba cuenta con un antecedente del que se desconoce su resultado. Son 401 los clásicos cordobeses oficiales disputados: 134 victorias para Talleres, 133 para Belgrano e igual cantidad de empates. Sin embargo, este histórico derby cuenta con la particularidad de un clásico fantasma, del que no se tienen registros oficiales. 

Fue en el año 1975 por la final de la Copa Neder Nicola, torneo organizado por la Liga Cordobesa de Fútbol y el Círculo de Periodistas Deportivos de la Ciudad de Córdoba, que en aquel entonces gozaba de una enorme popularidad en la provincia. Se disputaba en formato cuadrangular con la participación de Talleres, Belgrano, Instituto y General Paz Juniors. En aquella edición y como era habitual desde su creación en el 61, la T y el Pirata disputarían la final, que estaba pactada para el 4 de junio. 

Debido a que ambos equipos debían enfrentarse esa misma semana por la cuarta jornada del Clausura, el partido fue postergado primero para una semana después y luego para el día 25 del mismo mes, por una sanción aplicada contra el Pirata. 

Medios locales informan sobre la postergación del encuentro.

Esta copa se jugaba a beneficio de los clubes participantes y del Círculo de Periodistas. Sin embargo, ya cerca de la ansiada final, los organizadores y los dirigentes de ambos clubes no lograron llegar a un acuerdo económico por la distribución de porcentajes de ganancias del torneo. El origen de la disputa fue que los finalistas sostenían que debían percibir un premio mayor al acordado, por lo que ambos equipos decidieron disputar el encuentro a propio beneficio y, por su parte, la prensa tomó la postura de no informar nada que tenga que ver con dicho acontecimiento. 

El partido acabó disputándose con un bajo porcentaje de asistencia y nula difusión, por lo cual, no se tiene registro de cuál fue el resultado. Jugadores han mencionado no recordar exactamente cuál fue el marcador final. Algunos dicen que fue un empate a uno, otros un intrascendente cero a cero. En definitiva, todos los testimonios concuerdan en que fue un partido de pocas emociones. 

Con el correr de los años y por la falta de pruebas contundentes para establecer un resultado oficial, este partido se ha transformado en un mito para los ciudadanos cordobeses y los hinchas de ambos equipos. Medios locales dividen los resultados del historial entre victorias para cada uno, empates y un único caso de un encuentro sin resultado conocido, por el histórico clásico fantasma.

El otro Vélez empuja desde abajo

Por Julián Savino

La primera del Fortín disputa la pelea por la permanencia mientras que su Reserva es por lejos la mejor del país en este 2023.

Vélez cayó 3 a 0 frente a Huracán y está a sólo dos puntos del descenso, sin embargo, la Reserva atraviesa un momento histórico: acumula 33 partidos seguidos sin perder.

El Fortín transita una crisis futbolística e institucional, que parece ir a peor cada vez más, pero los chicos parecen vivir una realidad distinta, ya que fueron los campeones del Torneo Proyección el semestre pasado y son punteros en su zona de la Copa actual.

El equipo dirigido por Marcelo Gómez, histórico exjugador del club, lleva desde el torneo pasado sin perder y es el principal candidato a llevarse la copa de este semestre. El Negro no solo provée de talento a la Primera, sino que se asegura dejar bien parado al club y potenciar a los juveniles.

La Reserva parece no sufrir el momento del plantel de Primera, que se lleva muchas de sus figuras para intentar salvarse del descenso, un ejemplo de ello es el caso de Thiago Fernández, quién había sido el mejor jugador del título del anterior semestre, para esta Copa Proyección no forma parte en la mayoría de encuentros, ya que se está asentando en la máxima categoría.

Pero el ciclo continua como si nada, justamente, este jueves Maher Carrizo, una de las figuras de los últimos partidos con tan solo 17 años, firmó su primer contrato con la institución de Liniers, un acuerdo que ilusiona a todos los velezanos.

El plantel profesional no levanta cabeza y no da ninguna seguridad de mantenerse en Primera, así que, si los resultados siguen resultándole esquivos, el año que viene la mejor Reserva del país podría estar recorriendo la Primera B Nacional.