viernes, agosto 15, 2025
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La realidad ignorada de los nadadores paralímpicos argentinos

Por Bruno Sisti

Nicolás Ricci tiene una discapacidad de nacimiento, una parálisis cerebral que lo acompañó durante toda su vida. Su supuesta imposibilidad de realizar algún deporte que le permita competir debido a su falta de coordinación lo tuvo renegando durante toda su infancia. Incluso en su escuela primaria, el sentimiento de exclusión fue aún mayor, debido a que una profesora le pidió a los directivos que lo quiten de la clase porque podía lastimar a sus compañeros. A los 13 años, inmerso en la expedición familiar de ir a tomar un helado a Cremolatti, encontró la solución a todo lo que estaba buscando. Su futura entrenadora de natación paralímpica, Marcela Belviso, estaba parada en la heladería, analizando su biotipo y charlando con su padre acerca de la posibilidad de que arranque en esta disciplina. El caso de Nicolás Ricci de 20 años, ya con dos mundiales y un ParaPanamericano en la espalda, es una forma de poner en perspectiva la realidad. Aunque Argentina está avanzando hacia la inclusión, es evidente que todavía hay muchos aspectos en los que se encuentra rezagada.

La educación cumple un papel central. Las personas con discapacidad tienen más riesgos de caer en pobreza debido a la falta de oportunidades laborales, dificultad para realizar actividades, movilidad limitada y discriminación. Según la Defensoría de la Provincia de Buenos Aires, en Argentina más del 87% de las personas mayores de 14 años con Certificado Único de Discapacidad (CUD) no tiene trabajo. Además, un estudio de la consultora Adecco en 2022 mostró que queda mucho por hacer en lo que se refiere a la demanda laboral inclusiva: apenas tres de cada diez empresas incluyen personas con algún tipo de discapacidad en las áreas de trabajo, y más del 60% de esas empresas carece de programas que promuevan la incorporación de ellos. 

Si no hay igualdad para una persona con discapacidad que busca un laburo, ¿qué posibilidades hay para aquellos que desean competir al más alto nivel en la natación adaptada? El enfoque del deporte para el desarrollo puede utilizarse de forma muy efectiva para promover la igualdad de personas con discapacidad, pero tiene que ocurrir el cambio social desde las bases y no apartarlos de la sociedad, como si fueran extraños. Fomentar la inclusión como medida esencial.

El contexto aporta muy poco para que los nadadores encuentren su mejor versión. Nicolás Ricci, que actualmente integra el equipo de River, que representó a Argentina en el último mundial de paranatación en Manchester que se disputó desde el 31 de julio al 6 de agosto y que ahora mismo se encuentra en Chile en los ParaPanamericanos, considera que hay otro elemento, otra causa que como consecuencia deja a los paranadadores en una posición de desventaja: “Algo que creo fundamental es el tema de la difusión y que haya chicos con discapacidad que conozcan que existe la natación paralímpica. Yo tenía diez años, y era un loco por competir, pero no tenía dónde ni en qué, y tarde muchísimo en encontrar esto en lo que ahora me desempeño, porque mediáticamente casi que no existe”.

La difusión para los nadadores es primordial. El deporte paralímpico sale a la luz de los periodistas únicamente cada cuatro años, con motivo de la celebración de los Juegos Paralímpicos. Luego, vuelve a caer en el rincón de los olvidos. Los deportistas necesitan de esa difusión para que el deporte en sí crezca. Los países que se encuentran en la élite de este deporte disfrutan del beneficio de la divulgación. Sin ir más lejos, Nicolás Arregui, subcampeón mundial de natación paralímpica en México 2017 y muy experimentado en el tema de viajar por el mundo compitiendo, afirma: “La difusión en países del primer mundo de Europa está prácticamente a la par del deporte convencional, tanto en publicidad, sponsor, infraestructura. Te diría que es muy probable que la gente conozca de la misma manera a un deportista adaptado que convencional”. El diario Marca, quizás el periódico más recurrido en España, tiene una sección en su soporte digital de “paralímpicos”, en la que diariamente informan sobre las noticias más importantes del deporte adaptado de su país.

La prensa es uno de los actores principales en esta construcción social que se genera alrededor de la gente que tiene alguna discapacidad. La masividad con la que disponen les permite formular una “opinión”, un sentimiento de pena, de debilidad, que se instala en el pensamiento de la sociedad. 

También hay diferencias infraestructurales en países de Primer Mundo, que en mayor medida son las potencias en la natación paralímpica, como España e Italia, que hoy son las dos mejores competidoras que hay. Desde el punto de vista económico les sobra algo que a Argentina le falta: herramientas. Gracias a esto, desde un principio, los nadadores se encuentren en un ámbito propenso a crecer de forma más rápida. Atraer a los patrocinadores y anunciantes que a menudo gravitan hacia los principales eventos deportivos, descuidando el potencial que se encuentra dentro de los Juegos Paralímpicos, es un objetivo claro. Al destacar la habilidad, la determinación y las cautivadoras historias de los nadadores paralímpicos, los medios de comunicación pueden atraer patrocinadores, lo que genera mayores inversiones financieras en instalaciones de entrenamiento, equipos y sistemas de apoyo a los atletas.

Así como falta infraestructura, educación y difusión, también falta la reclutación. No se buscan nuevos talentos, aparecen. Eso es una pérdida total de oportunidades y potencial. En muchos casos, las personas con discapacidad no tienen acceso a una educación física inclusiva o a programas deportivos adaptados desde una edad temprana. La falta de apoyo y orientación adecuada dificulta que aquellos con talento y pasión por la natación puedan explorar su capacidad.

-¿Creés que falta un sistema de reclutamiento de talentos? -le pregunta El Equipo a Marcela Belviso, entrenadora de los nadadores paralímpicos en River y ex entrenadora de la selección argentina.

-Hace 30 años que trabajo con personas con discapacidades. Evidentemente la cosa fue evolucionando. Al principio, cuando estaba haciendo el curso de profesora, le contaba muy ilusionado a mis maestros la iniciativa para que ellos me presten la pileta. No había centros de entrenamiento ni conocimientos. Yo misma iba analizando biotipos de la gente con discapacidad y me tomaba el atrevimiento de ir a preguntarles si hacian algún deporte y tratar de inducirlos a este camino. Igualmente, todavía hay mucho para mejorar y a veces las condiciones del país no ayudan mucho.

-¿Cómo fue evolucionando con el transcurso de los años?

-Hoy es totalmente diferente a mis inicios. Antes tenía que ir a promocionar el deporte, ilusionar a los chicos. Ahora son los chicos los que vienen a River y les tenemos que explicar que se los trata como deportistas de alto rendimiento, que tienen que estar preparados para entrenar de lunes a sábado, y algunos doble turno. Cambiaron muchas cosas.

-¿Y hay lugar para todos?

-La realidad es que no. Nosotros no hacemos tareas recreativas. Tratamos a los deportistas como lo que son, deportistas de alto rendimiento. A veces es difícil explicarles a algunos de los chicos que no están preparados y hay que tener mucho cuidado. Cuando te vas a probar al fútbol de River y te dicen que no entraste, te vas a probar a Defensores, a Excursionistas. Acá si le comunicás a alguien que no puede entrar al programa te puede denunciar por discriminación contra un discapcitado. Hay que ser muy claro y tener muchísimo tacto.

El establecimiento de programas de detección y desarrollo de talento en la natación adaptada no solo permitiría descubrir y nutrir a los futuros campeones paralímpicos, sino que también fomentaría la participación generalizada en el deporte adaptado y promovería una cultura inclusiva en la sociedad. Al brindar a los nadadores con discapacidad las oportunidades y el apoyo adecuados desde una edad temprana, se puede cultivar un entorno propicio para el crecimiento y el éxito en la natación adaptada en Argentina. La detección temprana es crucial para identificar a los posibles nadadores paralímpicos y proporcionarles un entrenamiento especializado desde etapas iniciales de su desarrollo. Sin programas de detección y seguimiento, es posible que muchos talentos pasen desapercibidos y no puedan alcanzar su pleno potencial en la natación adaptada.

El caso de Nicolás Ricci muestra cómo la natación adaptada puede ofrecer oportunidades y un sentido de pertenencia a personas con discapacidad. Sin embargo, Argentina aún enfrenta desafíos en términos de inclusión para las personas con discapacidad.

Las impactantes cifras de dinero y jugadores que mueven las apuestas

Por Mateo Falco y Tomás Fabianos 

 En cualquier escenario un número de estas características, 334 billones de dólares, es impactante. Esa escandalosa cifra de dinero movió el mundo de las apuestas en el año 2013 en todo el globo. El juego tiene millones de adeptos, tanto en la presencialidad como en la virtualidad. Pero está última es la ruta más sencilla para acceder al mundo del juego. Se trata de poner dinero a lo que sea, pues se puede apostar en partidas de ajedrez, en un torneo de dardos y hasta hay compulsas de orden político. Es por eso que cuando se advierte el crecimiento de esta actividad año tras años, resulta imposible no pensar en que la ludopatía ronda a cada paso. Sólo hace falta revisar las estadísticas.

Pese a que no se repitió la cifra alcanzada en 2013, no deja de sorprender los billones que se han generado en el último tiempo: en 2019, 293 billones de dólares, en 2020, us$ 193 billones, en 2022, us$ 249 billones y en 2023 se espera que se alcancen los us$ 263 billones. Los países que más dinero han producido con el juego en el último año son Estados Unidos con 60 billones de dólares, Reino Unido con us$ 18 billones y Francia con us$ 14 billones.

El núcleo que más dinero mueve es el de los jugadores activos. Los países que lideran la lista de los mismos son los Estados Unidos con 58 millones de jugadores, Alemania y Reino Unido con 29 millones, y Canadá con 19 millones, tienen 39 millones de habitantes, así que una enorme parte de la población apuesta.

El juego en línea, que ha ganado enorme popularidad en todo el mundo, actualmente cuenta con 176 millones de usuarios, se espera que aumente a 210 millones para 2025. Mientras que las apuestas deportivas en línea, que tocan de cerca a la Argentina, ya que Boca y River llevan los nombres de casas de apuestas deportivas en sus camisetas, tienen 127 millones de clientes. Si estas últimas mantienen su crecimiento, podrían llegar a ser 156.9 millones en dos años. En 2019 había 60 millones de jugadores por está vía, en tan solo 4 años se duplicó. 

En el fútbol argentino los clubes más populares portan el nombre de una casa de apuestas en sus camisetas: Boca, River, Racing, Rosario Central, Newell´s, Estudiantes de la Plata, Vélez y Lanús forman parte de está tendencia. Jorge Brito, presidente de River, afirmó que era “un orgullo que una marca internacional de tanto prestigió confié en River”, además de que estaban “contentos por la nueva oportunidad que se genera para que ambas marcas se potencien”. El presidente de Racing, Victor Blanco, declaró que el trato con Betsson ratificaba la relevancia del club como marca y que era un orgullo que dicha casa de apuestas los eligiera para difundir su nombre. Este año, Lanús retomó su vínculo con el Bingo Lanús, ahora Codere-Bingo Lanús, tras finalizar el mismo en 2016 y, manteniéndose en la misma línea que Brito y Blanco, Luis María Chebel, presidente del Granate, sostuvo que volver a contar con Codere era una alegría muy grande y esperaba que ambas instituciones tuvieran éxito. Uno de los pocos dirigentes que se opuso al trato con Betsson en Boca fue el presidente del club, Jorge Ameal. Sin embargo, la voluntad de Juan Román Riquelme y la comisión se impuso a su negativa.

La postura es clara, trabajar con este tipo de empresas es un privilegio para los clubes, ya que son marcas internacionales que les dan notoriedad, y muchísimo dinero. Los dos ejemplos más claros son Boca y River. En el caso del azul y oro, ingresarán 7,5 millones de dólares en un año y medio de contrato, mientras que al millonario se le pagará la suma de 3,5 millones de dólares por año hasta 2025. Los problemas de adicción que causa el juego pasan a un segundo plano, al punto de que no hay dirigentes de Primera que se opongan a estos patrocinios, al menos públicamente.

El mercado de las apuestas en línea está generando cantidades gigantes de dinero, pues fueron tasadas en 90 billones de dólares en 2022, se espera que desde 2023 a 2032 logren un precio de 370 billones. Mientras que las apuestas deportivas en línea se valoraron en 36.5 billones de dólares en el último año, hay expectativas de que del 2023 a 2030 aumente su precio a 116.7 billones. 

Uno de los países con mayor cantidad de ludópatas es Letonia, que es la nación con mayor problemas de adicción, 6.0% de su población padece la misma. China, es el territorio con mayor cantidad de adictos al tener 60 millones (4% de su población), 20 millones de personas tienen problemas con el juego en Estados Unidos y el 2.8% de los habitantes en Reino Unido también sufren de esta enfermedad. Se estima que entre el 1.2 y el 6% de la población mundial padece adicción al juego.

Los sectores que comúnmente suelen padecer esta enfermedad son hombres que conforman un rango de edad de entre 18 a 24 años (7% de los adictos entran en dicho grupo), de los 35 a 54 años es menos común que una persona sea adicta (el 2.7% de los jugadores compulsivos entra en este rango). El 5% de los jóvenes de entre 12 y 17 años muestran más de un signo de poder tener problemas con el juego. El 14% de los estudiantes de secundaria están en riesgo de volverse adictos mientras que el 6% de los estudiantes universitarios apuestan compulsivamente y un 75% de ellos han apostado en los últimos 12 meses. Además, es más común que quienes viven solos se metan en el mundo del juego. Pero es muy común que dicha adicción no sea el único problema, un estudio del Nature Reviews Disease Premier ha demostrado que un estimado del 96% de los casos analizados padecen problemas como el abuso de sustancias estupefacientes, trastornos como no poder controlar sus impulsos, trastorno del estado de ánimo y desórdenes de ansiedad. 

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“Ludopatía Deportiva”, la nueva cepa que arrasa en Argentina

 

Por Nicolás Mendez y Abel Iranzi

“Nos preocupa mucho la cantidad de chicos que se meten en los problemas por las apuestas deportivas, conozco casos donde los jóvenes le roban dinero a sus padres y se lo gastan en apuestas”, narra una de las voces referentes de la hermandad “Jugadores Anónimos”, asociación que se especializa en tratar la dependencia al juego. Durante los últimos años la ludopatía alrededor del deporte creció a números agigantados perjudicando la vida de cientos de personas, entre ellos, adolescentes y niños. 

A medida que se indaga en el tema las historias son aún más traumáticas, como lo es el escalofriante testimonio de Mirian, ex jugadora y encargada del departamento de Relaciones Públicas de la asociación Jugadores Anónimos: “Durante 17 años viví en el infierno sin saberlo, mi vida solo pasaba por el juego, era mi única motivación, llegué a perder la cifra correspondiente a dos autos. Afortunadamente estuve acompañada de gente que me ayudó a dejarlo, no fue fácil pero sin dudas fue una decisión que me salvó la vida”. Sin lugar a dudas sus palabras representan el dolor y el calvario que pueden llegar a transitar las víctimas de esta problemática.

Históricamente las adicciones al juego formaron parte de la sociedad, sin embargo, luego de la pandemia provocada por el Covid-19 el número de casos de ludopatía aumentó a grandes escalas debido a la aparición de las plataformas digitales, lo que facilitó el acceso de millones de usuarios a diario.

Tras la legalización del juego online a finales de 2012 en la Provincia y Ciudad de Buenos Aires, los clubes del fútbol argentino han ido tejiendo acuerdos publicitarios con casas de apuestas y webs de juego, hasta la Liga Profesional Argentina tiene como sponsor a BPlay. Otro de los grandes conflictos es la escasa y casi nula información que brindan los medios de comunicación acerca del fenómeno de las apuestas deportivas, ¿a qué se debe?. A los millones que generan a través de las publicidades. Sin ir más lejos son cada vez más los espacios publicitarios en la televisión que son utilizados para promocionar dichas plataformas.

Otro de los puntos a tener en cuenta a la hora de analizar este fenómeno es la facilidad con la que se puede acceder a dicho sistema. Es tan simple como contar con un dispositivo que disponga de conexión a Internet y dinero en alguna cuenta, ya sea bancaria o plataforma de pago, como pueden ser: Mercado Pago, PayPal, entre otras.

La ludopatía es una adicción que a diferencia de otras como pueden ser el alcohol, la droga, el tabaco, etc, no presenta represalias en el cuerpo de quienes la padecen. Esa es una de las principales dificultades a la hora de tratar con quienes sufren de esta enfermedad, afirma Mirian en su relato. “ Lo más difícil es reconocer el problema, luego se comienza a trabajar en un proceso que es conocido como los 7 pasos, que conociste en 7 fases, comenzando por la aceptación hasta finalizar con la reinserción”. Al igual que en una cárcel, cada jugador se encierra en este oscuro y fúnebre ambiente.

En la Argentina siete de cada 100 personas son adictas al juego, según un estudio realizado por la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires. Además, dicho estudio arrojó que en los últimos años la cifra de jugadores jóvenes aumentó a niveles estratosféricos. Otra investigación realizada por la cadena radial y televisiva de la BBC, muestra que entre el 1% y 3% de la población mundial se ve afectada por la ludopatía, pero lo que es aún más preocupante es que de dicho porcentaje se estima que 20 millones de personas residen en América Latina.

Cada 17 de febrero se conmemora el Día Internacional del Juego Responsable. Desde pequeños se acostumbra a enseñar a los niños que el concepto de juego es algo tan hermoso como simple que consta de una regla universal; se puede ganar o perder. No obstante, cuando se habla de ludopatía el resultado será siempre el mismo, perder.

 

Santiago Rodríguez: vocación y pasión

Por Juan Martín Souto 

Aguerrido, formador, leal, compañero… son algunas de las características que definen a Santiago Andrés Rodríguez, ex jugador de fútbol profesional, esposo, padre de dos hijos y actual coordinador de juveniles en Huachipato de Chile. 

Nació el 6 de septiembre de 1976, en la clínica San Ramón de Quilmes. Tuvo una infancia buena. La pasión por el deporte hacía que, cuando no estudiaba, vaya a jugar con sus amigos: “En ese entonces todavía existían los potreros. Mi niñez era como la de antes. Podía salir a la calle, andar en bicicleta. Fue una etapa muy linda en el barrio de Bernal, donde pasé mi infancia, junto a amigos de la cuadra; Hernán Rubio, Juan Pablo Ruíz, Ariel Pellegrino y Diego Presta”, expresó. 

Entre los nueve y diez años comenzó su carrera como jugador: fue en Argentino de Quilmes en el cual realizó una prueba, invitado por el padre de un amigo: “Fue casi por casualidad. Hernán, mi vecino, se iba a probar y terminé quedando yo en lugar de él”, sentenció.

Su puesto en el campo era de marcador central, pero también podía oficiar de marcador de punta por ambos lados o volante central: “Fui un defensor muy destacado en los gestos técnicos defensivos, también muy rápido y fuerte. Además, tenía buen juego aéreo en las dos áreas, de hecho, tengo 19 goles de cabeza”, afirmó. Con el paso del tiempo, toda la experiencia en el campo se la transmitió a su hijo Valentín, hoy jugador de Comunicaciones a préstamo desde Temperley. “Durante mi etapa formativa traté de aprovechar al máximo las veces que me podía ir a ver. Al haber jugado en mi puesto recibí una gran cantidad de conceptos en las distintas charlas de fútbol que teníamos o en el análisis de los partidos. A veces nos sentamos a ver encuentros míos o de cualquier equipo donde prestamos atención a los movimientos de diferentes defensores. Puedo decir que hay muchos consejos que me ayudaron y eso me permitió competir al máximo nivel”, remarcó su hijo. 

A los 16 años, Santiago pasó a préstamo a Independiente, club donde firmó su primer contrato como profesional y fue dirigido por César Luis Menotti, campeón del Mundial de 1978: “Jugar en el Rojo fue una experiencia única. Compartir plantel con Néstor Clausen (campeón del mundo en 1986), Faryd Mondragón (mundialista con Colombia), Daniel Garnero (campeón en dos oportunidades de la Supercopa), Albeiro ‘Palomo’ Usuriaga (campeón del torneo de 1994), José Serrizuela (campeón de la Supercopa de 1995). El proceso fue de muchísimo aprendizaje, además fui dirigido por un entrenador como Menotti y otros como Miguel Ángel Brindisi o Ricardo Gareca. Ellos fueron muy importantes para el desarrollo de mi carrera”, destacó. De igual manera, no tuvo la oportunidad de debutar oficialmente hasta su llegada a Temperley, institución cuyo lema es ‘donde los sueños se cumplen’, en la cual sí pudo hacerlo durante el segundo semestre de 1999: “Había tremendos equipos en Independiente. Cuando pasé a Temperley rápidamente debuté y disputé el campeonato de titular. Es de los clubes que más quiero, porque cumplí mi sueño. Luego, en 2001, tuve la oportunidad de jugar en Primera División cuando llegué a Banfield”. Explicó que el ‘Taladro’ fue de los pasos más importantes en su carrera: “Allí jugué hasta 2003. Prácticamente fui titular casi siempre salvo cuando me lastimé una vértebra y el ojo (desprendimiento de retina) en 2002, lesión que me demoró 4 meses pero que consideré como una más aún con los que me decían que no tenía que seguir jugando. Tuve la posibilidad de hacer un gol muy importante en el clásico ante Lanús que cortó una racha de 33 años sin ganarle en Primera División. Esa gesta todavía es recordada por los hinchas”, concluyó. 

También pasó por América de Cali de Colombia durante la temporada 2006 y 2007, la cual fue productiva porque lo consideró como jugar en uno de los equipos más grandes de Argentina: “Es de los más importantes de ese país. La experiencia fue muy linda y además tuve la oportunidad de relacionarme con futbolistas que luego estuvieron en la Selección de su país o Pablo Galdames (campeón del torneo chileno con Universidad en dos ocasiones) que lo convocaron en Chile”, afirmó. 

Pero la vida le daría otra oportunidad en Independiente. Luego de un paso como coordinador de juveniles en Temperley y entrenador de la 5ta división en inferiores de Arsenal, Santiago retornaría al ‘Rojo’ en distintas áreas tales como captación, infantiles y juveniles: “Volver fue una especie de revancha por no haber podido hacerme conocido en mi etapa como futbolista en el club que soy socio e hincha. Lo que me faltó como jugador lo cumplí desde el lado de la formación”, detalló. En su segunda casa, formó un grupo de trabajo junto a Maximiliano Sá, Walter Cespedes y Luciano Damián Bellera. Justamente este último es uno de sus mejores amigos y guarda un gran recuerdo de pasar años junto a él: “Fue una experiencia hermosa donde compartimos momentos juntos y aprendí muchísimo. Como profesional, Santiago trabaja las 24 horas pensando qué falta, cómo es el crecimiento de los chicos, tanto en lo futbolístico como en lo personal. En su labor, es un fuera de serie”, sentenció Luciano. Entre los futbolistas que pasaron por su gestión se encuentran grandes talentos como Fabricio Bustos (campeón de Copa Sudamericana en 2017), Alan Velasco (figura del Dallas FC y recientemente convocado a la Selección Argentina), o Esequiel Barco (figura de River y campeón con Independiente en 2017). También hay grandes proyectos como Santiago Hidalgo o David Martínez (figura en el último clásico de Avellaneda): “A Santi lo conocí en las infantiles de Independiente, allá por el 2013. En la etapa formativa siempre insistía mucho en la actitud y el protagonismo. De él resalto que siempre estaba encima del jugador para que no le falte nada y si pudiera tener una charla con él le agradecería por ayudarme a ser lo que soy hoy en día”, expresó ‘Tata’ Martínez. “Siempre nos insistía en ganar. Destaco la generosidad y lo que hizo por mí, en abrirme las puertas de su casa. Le agradezco por todo, incluida la linda amistad que quedó con su familia”, sentenció Hidalgo. 

Todo deportista llega a las instancias del retiro y ‘Lechu’ no fue la excepción: “Se dio de forma natural. En mi paso por Colombia me debían mucha plata, después en Ferro sufrí lo mismo, sumado a problemas de cintura, y realicé un primer retiro. Después tuve un paso fugaz en Berazategui de un año donde disfruté pero me ocurrió como en los otros clubes sumado a que los dolores se acrecentaban y tomé la decisión final en 2010”, manifestó Santiago y agregó que no se reprocha demasiado en su carrera: “Con el diario del lunes uno se pone a pensar sobre alguna decisión, por ejemplo me perdí la oportunidad de jugar la Copa Libertadores con Deportes Iquique de Chile porque tenía arreglado con Almería de España, pero esa chance se cayó y me quedé sin oportunidad de disputar uno de los torneos más importantes a nivel de clubes en 2003/04. Tal vez eso pueda reprocharme. Fui un futbolista que estuvo al máximo de sus posibilidades, llegué hasta donde me dieron las condiciones y la capacidad, pero no puedo reclamarme nada”, afirmó. 

A final de 2022 abandonaría su segunda casa luego de que la nueva dirigencia, encabezada en su momento por Fabián Doman, decidiera que no debía continuar en el cargo: “Me alejaron porque me asociaron a la anterior comisión directiva, la de Hugo Moyano. Es verdad que trabajé ocho años con ellos, pero también estuve con otra. Esa gente de alguna manera sintió que debía renovar todos los sectores del club”, argumentó y definió su paso por el club como una oportunidad de trabajar en cualquier institución del mundo: “Para mí fue un posgrado. Estar a cargo del fútbol amateur te da las herramientas, la experiencia y el prestigio para que de muchos lugares te busquen. Fue estresante pero muy gratificante a la vez”.

Luego de su salida, apareció la oportunidad de cruzar de vereda para cumplir esa misma función en Racing luego de que Miguel Gomis (encargado del área de detección de talentos y descubridor de Diego Milito) le ofreciera el cargo: “Fue un sondeo de Miguel. Él quería retirarse de la coordinación y quedar como un asesor. Trabajamos juntos en su momento en Independiente entonces me deslizó esa chance de que ocupe su lugar. Me pareció que no era la forma ni el momento porque era todo muy reciente. Hubiese sido algo muy bueno por el tamaño del club que representa. A mí me toca estar del otro lado, pero desde el afecto somos necesario el uno para el otro”, expresó. 

Previo a su llegada al ‘Rojo’, Santiago formó parte (durante la temporada 2013/14) del cuerpo técnico de Sebastián Rambert en Aldosivi, como ayudante de campo. En el ‘Tiburón’ sacarían el 35.41% de los puntos producto de tres victorias, ocho empates y cinco derrotas: “Mi experiencia fue muy productiva porque me daba mucho lugar. Era su ayudante, pero a los efectos del trabajo actuábamos como una dupla. También me sirvió para darme cuenta que prefería más el fútbol formativo en vez del profesional”. 

Fuera del deporte, Santiago tiene completos sus estudios primarios y secundarios además de un diplomado en ciencias sociales en la Universidad de Quilmes. A su vez es coaching ontológico, deportivo y director técnico con licencia CONMEBOL PRO: “Decidí hacer el curso porque cada vez estoy más convencido que de los cuatro componentes del fútbol, técnico, táctico, físico y mental o cognitivo, el más importante es el último. Todo lo que pasa en la cabeza del jugador es determinante, tanto en la formación como en el profesionalismo. Entender este mundo me da a mí más herramientas”. Comentó que se siente identificado con todos los directores técnicos que los dirigieron: “Siempre digo, armo un entrenador con pedazos de todos los que tuve. No hay uno con el cual piense ‘busco ser como este o manejar grupos de tal forma según su estilo’. Sí tengo cosas de cada uno, me copio virtudes de ellos. Además, sigo a otros que no tuve para sacar aquello que termina siendo positivo”, argumentó. 

En el entorno familiar, es esposo y padre de dos hijos (Valentín y Joaquín) con quienes compartió charlas de fútbol y consejos de vida: “Aunque me resulte difícil definirlo, en una palabra, puedo decir que es apasionado”, comenzó Valentín. “Sé todo el empeño que le pone y lo observo cuando un chico llega a primera, se asienta y él se pone feliz. Veo sus ganas, veo su trabajo día a día, el compromiso que maneja. La pasión es su motor”, y aclaró que es una persona confiable: “No está llamando a todo el mundo, pero todos podemos contar con él. Es una gran persona la cual pregona el bien. Mi padre es mi ídolo, siempre difunde el buen ejemplo. Tanto a mi como a mi hermano y mi mamá nunca nos faltó nada, se rompía el lomo para darnos lo mejor. Somos muy unidos, nuestra relación es excelente”, finalizó. 

Actualmente, ‘Lechu’ trabaja en Huachipato de Chile. Su labor está centrada en ser coordinador de inferiores: “Esta posibilidad llegó con la idea de buscar nuevas alternativas, por la situación económica de Argentina. Necesitaban un jefe técnico de fútbol joven, me contactaron y rápidamente nos pusimos de acuerdo con todo porque a mí también me gustó el proyecto. Huachipato es uno de los conjuntos más formadores de futbolistas juveniles. Por ahora no transitó un tiempo tan largo como para que me cueste estar lejos de mi familia, aunque estoy viendo la forma de que alguno de ellos pueda venir a vivir. Me considero una persona muy familiera”. 

A la hora de elegir, opta por la gestión deportiva, solución de problemas y ayudas para ser profesional en la formación del deporte amateur: “Como jugador fui muy del montón. Como entrenador me fue muy bien, tuve buenos resultados siempre en inferiores de Temperley, Independiente o Arsenal. Pero la realidad es que me gusta colaborar para que los chicos puedan ser jugadores. Mi lugar está en el campo con ellos. Para lo que naturalmente soy bueno es la coordinación”.

Santiago es definido de distintas maneras, pero todos coinciden que es buena persona, alguien preocupado por el otro y quien deja de lado cuestiones propias por ayudar: “Es incondicional. Siempre piensa en alguien más en lugar de él mismo. En el tiempo que pasé, me enseñó a valorar al que tenía cerca. En una palabra, lo defino como hermano. Son esos hermanos para toda la vida, un hermano no de sangre, pero sí de corazón. Gracias a Dios pude conocerlo, compartir día a día y eso es algo impagable para uno”, afirmó Bellera. 

A su vez, él se autodefine como alguien que llegó al mundo para estar relacionado al fútbol: “Soy un apasionado por este deporte. Estoy para colaborar con el sueño de miles de chicos que quieren ser jugadores de Primera División. Santiago Andrés Rodríguez es un tipo que no anda con vueltas y dice lo que siente. Fundamentalmente es leal”. Además dijo que se considera tanto un buen hijo como un buen padre: “No sé si me considero el mejor en ambas, pero creo que soy buena persona. Siempre traté de que mis padres estén orgullosos de mis actos. En la vida intento que mis hijos estén orgullosos de su papá”.

San Lorenzo, el renacer de un grande

Por Facundo Santin

Lo primero que dijo Rubén Darío Insua al firmar con San Lorenzo, a mediados de 2022, fue que tanto él como su cuerpo técnico iban a tener un compromiso al 100% con el escudo. El entrenador llegó de la mano de Matías Caruzzo, mánager del club, con la premisa de que volvía un ídolo a casa después de 20 años de su último paso. Insua ya era ídolo del club; fue el DT campeón de la primera Copa Sudamericana en 2002; además, en su etapa como futbolista, pateó el penal para que San Lorenzo volviera a la Primera División en 1981. Entrenó a uno de los máximos ídolos de la historia del club, Leandro Romagnoli, quien describió lo que Insua está llevando a cabo en San Lorenzo: “Logró que vuelva ese sentido de pertenencia que le estaba faltando al club”.

El entrenador llegó en uno de los peores momentos económicos y futbolísticos de la historia de la institución. Deudas multimillonarias, que ascendían a 6 millones de dólares,  jugadores y cuerpo técnicos que no estaban más y un coqueteo permanente con los últimos puestos en la tabla de promedios. En el mercado de pases del 2022 logró reordenar el plantel y deshacerse de futbolistas que no estaban a la altura, como Gino Peruzzi, Alejandro Donatti, Ricardo Centurión y Jeison Gordillo. A su vez, alimentó al equipo con jugadores que demostraron interés en estar en un grande, como con la vuelta desde Paraguay de Adam Bareiro o el regreso de su préstamo, en San Martín de San Juan,  de Gastón Hernández. El Gallego, en cada oportunidad, dejaba en claro su visión acerca de lo que él sentía por el club y lo que quería que los futbolistas demostraran dentro de la cancha: “A San Lorenzo hay que defenderlo todos los días en todo momento y en todos los ámbitos”.

De a poco la hinchada pasó de insultar y silbar a la gran mayoría del plantel, a que haya un consenso de ir todos para adelante y sacar de la pésima situación alentando al equipo. Esto  es en gran parte por el entrenador, quien motivó e incentivó a estos futbolistas a matarse dentro del verde césped e intentar que el hincha se viera representado por ellos. El “click” de la mayoría de la gente con el equipo y el cuerpo técnico fue en la cuarta fecha de la liga 2022 cuando San Lorenzo le ganó a Boca por 2 a 1. A partir de ahí  se volvió a escuchar la canción “vamos vamos los pibes”. Lo cual, de algún modo, fue en gran parte por Insua, quien les empezaba a cambiar la cabeza tanto a los hinchas como a los futbolistas. En reiteradas oportunidades reclamaba en los medios que necesitaba por lo menos 3 futbolistas por línea para encarar el campeonato 2022 que estaba en disputa. No obstante, en la fecha 11 la dirigencia vendió Nicolas Fernández Mercau, el juvenil con más proyección del club. Pedía refuerzos y en lugar de dárselos, le acortaban el plantel. Sin embargo, el entrenador logró que un futbolista tan criticado como era Malcom Braida se ubicará de lateral izquierdo. Con las poquísimas herramientas que tenía pudo solucionar ese problema y hoy Braida es uno de los mejores laterales del fútbol argentino y de los más aplaudidos en el Pedro Bidegain.

Sin embargo, no fue hasta la fecha 13 de la liga  2023 que Insua logró tener todos los refuerzos que buscaba, lo cual deja en claro que todo lo bueno que le pasa o le pasó a San Lorenzo es por el cuerpo técnico, ya que la dirigencia sigue destruyendo el club como hace ocho años.

Además de que está prácticamente todo el día todos los días en el club, una de las cosas que más me impactó es que con el Tonga (Gastón Hernández) y Tomás Silva están siempre hablando del futsal de San Lorenzo o del básquet. No va a verlos, pero sigue todas las disciplinas por la tele, sabe todo del club”, dice Elián Irala juvenil categoría 2004, quien pudo debutar en primera división bajo las órdenes de el Gallego .

El Gallego no solo quiere que la gente se sienta representada con el equipo, algo que logró casi con la totalidad de la hinchada, sino que también busca que vuelva el pensamiento positivo del hincha, ya que estos últimos cinco años fueron  pésimos, la única tabla que se miraba era la de los promedios. Una de sus primeras frases, a mediados de 2022, hacía referencia a eso: “El año que viene queremos intentar volver a ganar algún campeonato. A fin de año veremos en qué lugar estamos y si hay alguna posibilidad de conseguirlo”. Dicho y hecho: San Lorenzo, durante todo 2023, compitió a la par con River en el campeonato 2022, club con mucho más plantel y recursos económicos. A pesar de esto logró alcanzar los octavos de final de la Sudamericana y meterse dentro de los cuatro mejores de la Copa Argentina.

Dylan Vargas es jugador del futsal de San Lorenzo y desde su mirada como deportista e hincha describe qué le genera Insua y qué se puede apreciar desde afuera

-¿Tuviste algún acercamiento a Insua? 

-Directamente no; ojalá pueda tenerlo algún día ya que soy hincha. Pero el Gallego le mandó un mensaje a Damián (Stazzone) un día después de ganarle la final de la liga a Boca. Nos felicitó a todos y dijo que nos quiere conocer. Es uno de los máximos ídolos de San Lorenzo y está claro que es un loco lindo”.

Graciela Allende, armadora del equipo profesional de voley,no tuvo problema en responder si había tenido algún acercamiento a el Gallego: “No me lo crucé nunca y tampoco por redes sociales tuvimos interacción. Pero me consta que al cuerpo técnico le hablo, a la semana de perder la final con Boca del año pasado, y se puso a disposición para mejorar las instalaciones de entrenamiento del polideportivo. El vóley fue muy bastardeado y nos limitaron muchos materiales para entrenarnos. Estuvo muchos años fuera del club, pero no sé cómo estaba al tanto de este problema”. Insua no tiene pelos en la lengua a la hora de criticar, y su famosa frase “puteen a Tinelli que se robó todo” caló hondo en el corazón del hincha azulgrana,ya que Tinelli es uno de los apuntados como responsable del mal momento institucional de San Lorenzo. Al hincha lo hace sentir que no está tan sólo.

De igual manera hay hinchas que cuestionan a Insua ya que no les gusta la forma que juega el equipo ya que lo  tildan de defensivo y hasta a veces de terco (por no romper la línea de cinco que lo acompaña desde que asumió en el cargo en mayo de 2022). Sin embargo, algo que logró es que no haya un clima hostil en el estadio. Que por esas dos o tres horas la gente vaya y no le recrimine por demás al equipo, además de que casi no hay insultos hacia el propio jugador, algo que era cotidiano en la vida sanlorencista.”Me encanta la química que se ha construido entre el equipo y la gente”, Insua en La oral deportiva.

Durante el verano de 2023, Federico Gattoni se vio inmerso en una polémica con San Lorenzo, ya que el defensor central quería ser vendido y, a su vez, los dirigentes no tenían la misma intención. Caruzzo, manager, dio a entender que el futbolista iba a ser relegado y que no jugaría hasta que se fuera al Sevilla, club que finalmente lo compró en 1.5 millones de dólares. La persona que pudo destrabar esta situación fue Insua, quien reclamó en varias oportunidades que el club debía cuidar su patrimonio y que mientras estuviera en el equipo sería tenido en cuenta. Defiende los recursos que le quedan a capa y espada, entiende lo poco que hay y no quiere privarse de ningún futbolista, menos uno formado y criado en San Lorenzo. “Si me das una chequera en blanco, no busco a nadie de otro club, pongo la plata para que les hagan contratos largos a los chicos de San Lorenzo. Hay que valorar lo que tenemos”, dijo, como para entender un poco el método de laburo que está practicando Insua en el club de su vida. Un ídolo, como jugador y entrenador, que volvió a poner el pecho por su equipo y hoy tiene más que merecida su ovación: “¡Gallego, querido, Boedo está contigo!”.

Las estatuas en el fútbol argentino, una obra de inmortalidad

Por Tomas Curell

Es la mañana del 24 de julio de 2023 y Juan Pablo Sosa ingresa a la cafetería Bonafide. Mira el interior del local, empieza a caminar hacia el lado derecho y se sienta en una mesa para dos. Lleva puesto un conjunto negro, pantalón largo y un buzo que dice “boxeo” debajo del escudo de All Boys. Sosa es integrante de “El Campito”, una agrupación de socios e hinchas del Albo que tuvo la idea de hacerle la estatua a José Santos “Pepe” Romero, ex jugador y director técnico del club. Hecha por llaves y bañada en bronce, lo que permite el toque justo en los detalles. Está ubicada sobre la calle Mercedes, al lado de la oficina de socios, de espaldas al campo de juego y, del otro lado de la oficina, hay una puerta de acceso a la platea baja del Estadio Islas Malvinas. “Nosotros le propusimos al presidente, que en aquel entonces era Roberto Bugallo, que sea colocada al lado de la oficina de socios, porque creemos que es un lugar muy concurrido”, dice Sosa. 

La obra fue inaugurada en diciembre de 2012 y fue posible gracias a la colaboración Arte Barbados, un grupo de artistas que se dedican al diseño, dibujar murales, hacer placas, banderas y estatuas. La agrupación, en su predio, organizó en diciembre de 2012, una fiesta para la inauguración de la estatua ante más de 1500 personas, y una de ellas era Pepe, acompañado por su esposa e hijos. “Emocionó a toda su familia”, dice Sosa. De manera sorpresiva, un señor sentado en otra mesa lo interrumpe y, mientras se conmueve cuando lo escucha hablar de Romero, argumenta: “Deben hacerle dos monumentos, uno por su grandeza y otro por todo lo que logró en el club”. Luego se levanta y saluda con la mano al cerrar la puerta.

La estatua en Boca en gratitud a Carlos Bianchi mide 2,40 metros de altura. El estreno se desarrolló en octubre de 2016. Tuvo lugar en las inmediaciones del vestuario local de La Bombonera. Bianchi dirigió a Juan Román Riquelme, Martín Palermo, Walter Samuel y Sebastián Battaglia. Bianchi le dio golpecitos al micrófono y luego dijo en conferencia de prensa: “Esta estatua es gracias a los verdaderos protagonistas, los futbolistas, que me llevaron a ganar los títulos que ganamos”. La pose de la obra hace referencia a su posición de cuando era entrenador: se sostiene el mentón con el brazo izquierdo mientras descansa sobre el derecho, ubicado en forma horizontal. En 1974, tras su paso como futbolista en el Stade de Reims de Francia, en un amistoso entre un combinado con París Saint-Germain ante Barcelona, Bianchi sufrió una triple fractura en la pierna. “Me hiciste la pierna derecha igual como la tengo”, le bromeó Bianchi a Enrique Savio, el escultor. No le produjo su retirada del fútbol, ya que al año siguiente volvería a pisar un campo de juego. El ex entrenador es reconocido no solo por los 9 campeonatos que logró, sino por las emociones que causó y los grandes festejos que quedarán en el recuerdo. Juan Cruz Benítez tiene 25 años, no es socio pero es hincha fanático de Boca, dice: “Bianchi lo es todo para Boca, no solo los títulos ganados y la gloria, sino los recuerdos, las emociones y los festejos que tuvo y disfrutó”.

La obra en memoria a Marcelo Gallardo en River se localiza en la Avenida Figueroa Alcorta, a pocos metros del Museo River. Fue inaugurada en mayo de 2023 en las afueras del Estadio Monumental, sobre la misma avenida, ante más de 20 mil hinchas y jugadores del equipo. Gracias a la colaboración de la escultora Mercedes Savall y Carlos Trillo, quien supo ser el presidente del Departamento Médico de River entre 2002 y 2009, fue posible el proyecto para la realización del monumento que comenzó con una idea en 2018, un día antes de la final contra Boca por Copa Libertadores. La escultura está hecha de bronce, creada mediante la fundición de miles de llaves que fueron donadas por los hinchas, y el molde está hecho por yeso y rellenado con material metálico. Pesa 6.5 toneladas y mide más de siete metros. Está ubicada en el mismo lugar que fue inaugurada y protegida por unas vallas que rodean la escultura. Lo único peculiar que resultó llamativo es el tamaño de su entrepierna. “Yo no tuve la idea, el principal de este detalle es Carlos Trillo, habrá que preguntarle”, dijo Savall en diálogo con TN. Trillo aclara que “se puede corregir en la estética de la parte inferior” con la posibilidad de limarla y que “pretende agrandar el pantalón”. La Comisión Directiva del club tendrá la decisión final de la situación de la entrepierna.

Más allá de los 14 títulos que consiguió, Gallardo convirtió a River en un modelo. Le hizo honor a la historia futbolística del club y fue el técnico que más pibes hizo debutar (42) en un plazo de ocho años y medio. “Lo que más destaco de la era Gallardo fue que apostó por las juveniles, todas las categorías pasaron por su control”, dice Ezequiel Azcona de 24 años, hincha del Millonario y no socio.

El homenaje en vida que Ferro le hizo a Carlos “Timoteo” Griguol se organizó en la sede del club, en Federico García Lorca 350, en octubre de 2016, ante unas 300 personas. La pose corresponde a una foto de la revista El Gráfico, en la que tiene puesta una gorra y, con su antebrazo izquierdo, sostiene una pelota. Continúa ubicada en la sede, al aire libre, rodeada de césped y con una placa en la parte inferior derecha con la frase “Quien no solo produjo jugadores campeones, sino que también, hombres de bien”. Cuando era entrenador Griguol no solo se ocupó de resolver problemas futbolísticos, sino también se interesó por cuestiones más íntimas de los jugadores. Les revisaba el boletín de calificaciones y las inasistencias del colegio. También les exigía que aprendieran algún oficio para que estén preparados para la vida.

Los impulsores de este reconocimiento fueron los periodistas Adrián Paenza y Miguel “Tití” Fernández, junto con Germán “Mono” Burgos, exarquero del Verdolaga. “El que tuvo la idea fue Burgos; decía que Griguol necesitaba un homenaje. Una vez que el club aceptó el proyecto, nos convocaron y le metimos para adelante”, dijo Daniel Cardell, profesor superior en artes visuales, para Rock and Ball. Es integrante de Arte Barbados, el mismo grupo que realizó la estatua de Pepe Romero en All Boys. Al momento de inmortalizar la figura de Griguol, hubo algunos factores que fueron elegidos por el círculo más cercano del ídolo de Ferro. “La postura de la estatua fue elegida por su familia”, argumenta Cardell. Si bien los que llevaron adelante la idea de realizar la estatua no fueron personas ligadas en el día a día en el club, Ferro se encargó de los costos del trabajo artístico.

Es la tarde del 26 de julio de 2023 y Álvaro Balestrini entra al café Martínez. Balestrini, vestido con un jean y una camisa de cuadros, es el secretario de Vélez y colaborador de la estatua de Bianchi, construida con resina plástica y de 2,30 metros de altura, ubicada en Juan B. Justo 9200, sede del club. En los alrededores de la obra hay una vitrina con algunos títulos internacionales de Vélez y una confitería con el nombre “Intercontinental”. Dentro y detrás del mostrador, sobre una repisa, descansa la Copa que le hace honor al resto bar. La escultura fue presentada en diciembre de 2015 en el estacionamiento cubierto del club. Organizado por la Subcomisión del Hincha, contó con la presencia de Bianchi, acompañado por su esposa e hija. Posa con las manos suspendidas en el aire y es sostenida por una base de un metro. “Lo que más me gustó de la estatua fue el gesto con las manos, es igual a cómo jugaba, él tenía una característica particular, era un goleador de raza que la bajaba de pechito y hacía el gol”, dice Balestrini.

La artista plástica fue Elizabeth Eichhorn que, además de ser la escultora de la estatua en Vélez, realizó otras similares como la de Diego Maradona, Palermo, Riquelme (todas situadas en el Museo de la Pasión Boquense) y diversos próceres de la patria argentina, como Manuel Belgrano, José de San Martín y Francisco Ramírez (ubicadas en parques, colegios y diferentes regimientos del país). El Virrey Bianchi rompió la mala racha luego de obtener el Clausura 1993. “Para las personas de mi edad, nos hizo resurgir de ser hincha de Vélez”, concluye Balestrini, en referencia a que estuvieron 25 años sin salir campeón.

El potrero, padre de la gambeta

Por Agustin Otero

En Mercedes, provincia de Buenos Aires, a 105 km de Capital Federal, se ve el potrero de tierra o pasto, con arcos de madera, metal o demarcados con ladrillos. Los potreros no se pueden definir por cómo están hechos; si no, más bien, por lo que se genera en ellos: amistad, valores, la idea de equipo y sueños.

En esos pedazos de tierra nacieron los habilidosos y no tanto, los armadores, tiempistas, arqueros, goleadores. Como los dos futbolistas más importantes en la historia argentina: Diego Maradona (su potrero fue el Club Estrella Roja de Villa Fiorito, en Buenos Aires) y Lionel Messi (el suyo fue Abanderado Grandoli, en Rosario). Tipos capaces de esquivar la patada más violenta y de hacer la jugada más compleja.

La denominación del “potrero” en muchos casos está relacionada con los terrenos de juego en mal estado. Tiene que ver con que la mayoría de las canchas de tierra en Argentina,se encuentran en los barrios más populares. A la mayoría le falta pasto y son de tierra con algún que otro yuyo. Los arcos no tienen redes y en muchos ni siquiera existen por falta de recursos: son suplantados por la remera de los pibes, zapatillas o algunas piedras.

Los potreros cumplen un rol fundamental en la formación de los chicos y chicas de barrios vulnerables. Debido a las consecuencias de la pobreza estructural y del abandono que sufrieron durante años las familias, los potreros se convierten en un refugio afectivo de una triste realidad que los niños sufren a diario. Gustavo Lombardi, ex jugador de River y periodista de TyC Sports, comenta que en esos lugares donde hay más necesidades y tentaciones, el fútbol salvó a varios chicos y los llevó por un lugar distinto al que posiblemente hubieran ido si no estaban en el club. “En una sociedad donde faltan un montón de cosas, la labor de los clubes y canchas viene a tapar los problemas que tienen muchos niños en sus casas”, dice Lombardi.

De esa manera se vive en Mercedes, desde donde salieron futbolistas como Lucas Biglia, jugador que fue parte del seleccionado argentino en el Mundial de Brasil 2014 y Santiago Sosa, surgido de las inferiores de River y actualmente en el Atlanta United. En las calles del pueblo, enmarcadas con números como la Ciudad de La Plata, se respira el potrero. Se observa el interés de los chicos por divertirse, por querer jugar y olvidarse de todos sus problemas. A la vez, es muy difícil de encontrar en los clubes de la ciudad, como el Club Mercedes, Estudiantes o Quilmes. Se debe a que muchos jóvenes no solamente recurren al potrero en forma de refugio, sino que también van a un club a formarse como profesionales. Muchos cargan en sus espaldas el sueño de ayudar a sus familias económicamente y abandonan sus estudios debido a los tiempos que el club demanda.

No es una casualidad que a los mejores futbolistas argentinos los haya parido el potrero. En este lugar se encuentran alejados de los modernos entrenamientos, se lanzan a la espontaneidad e improvisación con la pelota que el territorio les ofrece. En consecuencia, se puede afirmar que la gambeta es hija del potrero, ya que nace como recurso ante el amontonamiento de jugadores en el espacio reducido.

La tecnología avanza en todos los deportes y rubros, y el fútbol no es la excepción. Durante los últimos años comenzaron a aparecer diferentes métodos de entrenamiento y herramientas que ayudan no solo a la mejora del juego, sino también para la contratación de futbolistas. El uso del Big Data permite a entrenadores apoyarse en los números para tomar decisiones que beneficien al equipo. La tecnología permite revelar los tiros al arco que se producen durante un partido, las mediciones físicas de los futbolistas y los movimientos de los jugadores en cancha, entre otras variables. De esta manera, ofrece a equipos profesionales y DTs una visión más definida y personalizada del rendimiento. Pese a eso, el entrenador argentino que dirige actualmente al Chelsea, Mauricio Pochettino, declaró en una entrevista con Fox Sports en 2019 que hasta el momento el Big Data no reemplaza la visión que podía llegar a tener en un partido, por más herramientas que brinden las nuevas tecnologías. Esta declaración se da en un contexto en el que el Big Data recién comenzaba a ser utilizado por los entrenadores de fútbol.

Si bien el software como “LongoMatch” o “Bcoach” en cuestión ayuda a la toma de decisiones, una gambeta viene a romper cualquier estructura. Y nace y se nutre en el potrero. No solo en el fútbol argentino sino en el fútbol mundial, la escasez de regates es clara. Se debe a que poco a poco el potrero se está perdiendo, por la falta de inventiva y porque el fútbol se está volviendo cada vez más en un deporte colectivo que individual. Jorge Cordon, actual entrenador de Ferro y ex coordinador de divisiones inferiores del club, observa cotidianamente más de 100 chicos que se van a probar al club y que son muy pocos aquellos que se animan a pedir la pelota, a encarar y no tener miedo de perderla. Cordon dice que no se aprende, ni se entrena, más bien se nace con el don de animarse a gambetear y a encarar: “Se puede entrenar el pase, la recepción, el control, pero ya la improvisación con la pelota es algo que se da espontáneamente durante el partido”.

En los rincones de los clubes de baby fútbol se escuchan gritos. “Tocá”. “Jugá a uno o dos toques”. No permite la inventiva de los chicos, ya que están condicionados a hacer lo que sus entrenadores le dicen. El fútbol se encuentra con entrenamientos automatizados, y cuando sucede esto es muy probable que no haya creativos. Pablo Aimar, ex futbolista de River, Benfica, Valencia y actualmente parte del cuerpo técnico de Lionel Scaloni en la selección argentina, declaró en una entrevista en Urbana Play que los entrenadores se deben hacer cargo de la supuesta o real falta de creatividad: “Si a un chico de 15 años le decimos que no tiene que gambetear porque perdió la pelota tres o cinco veces, se le está haciendo un mal, porque el fútbol es de sensaciones, de imaginación, no es ajedrez”.

La única forma de aprender de niños es jugando, desligados de cualquier tipo de instrucción; sólo así se pueden adquirir ciertas habilidades que en la etapa juvenil son imposibles de obtener. Las incorrectas prioridades de quienes toman las decisiones (entrenadores, dirigentes) llevaron a la pérdida del potrero que está directamente relacionado con la esencia del fútbol argentino. Sucede porque en el afán de formar jugadores aptos para el “fútbol moderno” olvidaron el factor más hermoso de este deporte, el humano.

Un tiempo después de que el fútbol desembarcó en 1867 en la Argentina, se hizo enseguida muy popular debido a que con muy poco podía practicarse. Hace 20 años, los potreros se contaban de a cientos en los barrios y eran fábricas incalculables de futuros cracks. Esos lugares, donde hay tierra y poco más, eran el escenario ideal para pasar horas y horas corriendo detrás de una pelota, que no tenía por qué ser una pelota. La tecnología y la gran cantidad de actividades, como la práctica de fútbol en un club, fueron quitándoles tiempo a los chicos de jugar en el potrero.

En Bahía Blanca, a 636 km de Capital Federal, en los últimos años se generó un gran movimiento de escuelitas. Uno de los primeros que decidió empezar por la Liga Municipal de Fútbol fue Marco González, ex entrenador de Olimpo, Bella Vista y Club Rosario Puerto Belgrano. Él dice que el mensaje que se les transmite a los chicos es que puedan entretenerse y tener la libre decisión de hacer lo que quieran cuando tengan la pelota en sus pies. “Mientras al chico se le dé libertad, se le permita divertirse y los entrenadores bajen líneas claras, el jugador de barrio seguirá saliendo”. A su vez, González remarca la dificultad de los chicos al momento de incorporarse a un club mayor donde la competencia y el resultado es lo importante. “En los clubes de barrio, al chico lo tenés desde un lugar de contención, pero luego cuando tienen que ir a un club grande les cuesta incorporarse al sistema de ese club. Los clubes no han sabido incorporar la parte social. Son sistemas distintos”.

El jugador de potrero está, existe y es muy buscado. Se puede entender que si bien es menor la cantidad que en otros tiempos, los chicos siguen disfrutando de los potreros y en ellos encuentran el refugio para seguir adelante. Y en la pelota, encuentran una compañera ideal para ir en busca de sus sueños.

 

 

La camisetas pioneras del fútbol argentino

Por Franco Gorrassi, Marcos Rados, Máximo Zampieri y Franco Zoccali

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LAS-15-CAMISETAS-PIONERAS-DEL-FUTBOL-ARGENTINO-FINAL

Rotura de ligamentos cruzados, ¿final o punto de partida?

Por ​​Ezequiel Galitó

Los jugadores de fútbol conviven con el riesgo latente de tener una lesión severa y complicada como es la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla. Se produce por distintos mecanismos, el 80% de las veces sin que exista contacto con otro jugador, el más común es un giro brusco acompañado de una flexión de la rodilla. Ese movimiento incoordinado puede ocurrir porque el pie se traba en el piso, pero también puede haber factores que hagan que la rodilla esté más vulnerable a romperse. La lesión de ligamento cruzado anterior puede alejarlos de las canchas por un lapso de entre seis y ocho meses que les afecta en la parte física pero también repercute en lo anímico y mental. Pasa por múltiples emociones: la primera cuando se produce el shock de la rotura, ya que de forma instantánea el futbolista se da cuenta de lo duro que le sobrevendrá porque conoce la profunda gravedad de lo que le aconteció y que la recuperación, seguro, será larga.

La rotura del ligamento cruzado anterior de rodilla es la lesión principal y más recurrente en la Primera División del fútbol argentino. Alejandro Cabrera, mediocampista de Banfield que en julio de 2023 la sufrió en su rodilla derecha, dice: “Estoy viviendo este momento dentro de todo bien, metiéndole ganas”. A su vez, en relación a su día a día en el predio de Luis Guillón, Cabrera, de 31 años, agrega: “La rutina es más o menos parecida a la de siempre, entrenamiento por la mañana y ya después tengo el día libre”. En cuanto a la rehabilitación, el oriundo de Los Cóndores, provincia de Córdoba, señala: “La recuperación es un poco fastidiosa pero hay que meterle para quedar bien y seguir jugando”.

Con respecto a la misma lesión hace 30 o 40 años, Julio Olarticoechea, futbolista campeón del mundo con Argentina en México 1986, dice que “el tiempo para volver era de ocho meses porque te ponían yeso y la recuperación era más lenta”. Respecto a la parte física, el Vasco expresa algunas similitudes y diferencias entre las décadas de 1980, 1990 y la actualidad: “Cambió muchísimo, antes nos íbamos de pretemporada y estábamos casi un mes en Mar del Plata o Necochea; eran largas las pretemporadas, mucha arena, te potenciaba mucho pero te quitaba velocidad, no era bueno tanta potencia”. Y sobre las rutinas de aquellos tiempos, especifica: “Poca pelota teníamos, agarrábamos el balón a la tarde pero ya estábamos fusilados de la paliza que nos pegaban en la mañana en los médanos”. En comparativa con la forma de entrenar en la actualidad, Olarticoechea remarca: “Las pretemporadas son mucho más cortas, dinámicas, y se trabaja muchísimo más con pelota, que es lo que el día del partido tenés que tratar de manejar”.

En los 80 y 90, con menos recursos o herramientas desde lo tecnológico para los problemas físicos, la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla podía significar el final de la carrera futbolística para los profesionales del fútbol. Al respecto, Fernando Signorini, histórico preparador físico de Diego Maradona, se refiere a este fenómeno de lesiones ligamentarias: “En los años 80 no eran tan comunes; creo que a partir del 2000, con el nuevo milenio, los entrenamientos comenzaron a ser mucho más intensos, casi despiadados, a veces irracionales, con demasiados trabajos de fuerza”. También Signorini manifiesta: “Cuando uno entrena, la prevención en realidad pasa por el hecho de que el contenido de los entrenamientos tiene que ser racional; sin embargo, hay una tendencia todavía instalada en Argentina en creer que más es mejor”.

El médico Daniel Galcerán, especialista en traumatología, se refiere a la intervención quirúrgica por rotura de ligamento cruzado: “La cirugía ha avanzado muchísimo; antes se hacía a cielo abierto, había que abrirle la rodilla, se buscaba hacer la reparación del ligamento mediante plásticas, y en general lo que se usaba era una parte del tendón rotuliano para reemplazarlo. Ahora es todo por artroscopia, se hacen pequeños orificios y se trabaja por ahí con cámaras de televisión para reemplazar el ligamento que se rompió con este tendón del semitendinoso. El no abrir la rodilla implica que la apertura de la articulación en vez de ser una gran incisión son tajos chiquitos, con lo cual la cicatrización es de estructuras mucho menores”. Galcerán aclara: “Antes no había cirugía de ligamentos cruzados; la artroscopia comenzó en los 80 pero era más para meniscos. Cuando tenías que hacer una reparación de ligamentos cruzados había que abrir la rodilla al medio como un libro y ver lo que estaba roto y tratar de repararlo. Implicaba grandes procesos de cicatrización y las chances de secuela eran rigideces, se hacían yesos para que no se mueva. Ahora se opera y por ahí le ponen una valva para los primeros siete días pero que se la saque un par de veces para empezar a moverse. En el Mundial 1978 vas a ver tipos que tienen unos muslos que parecen toros y arriba el tórax y los hombros son chiquitos, porque los hacían correr ocho horas por día y pegarle a la pelota todo el tiempo. En cambio hoy hacen un entrenamiento mucho más completo, con una dieta especial, los cuidan en un montón de sentidos para que el jugador físicamente esté perfecto”.

En 2023, en la Liga Profesional del fútbol argentino, hay 17 futbolistas que sufrieron la rotura del ligamento cruzado en una de sus rodillas. Supera ampliamente en número a otras dolencias como desgarros, distensiones y fracturas. El 10 de octubre, Exequiel Zeballos, extremo de Boca, sufrió esta lesión en un partido ante Belgrano por la Copa de la Liga. Es una cifra alta de futbolistas con esa ruptura pero hace cuatro años, desde la Superliga 2017/2018 hasta marzo de 2019, hubo 39 jugadores con la tan temida lesión, una alarmante estadística ya que había un promedio de una rotura de ligamentos cada 19 días. Los futbolistas de Primera disputan la Liga Profesional y la Copa de la Liga, sumados a la Copa Argentina y algunos clubes juegan torneos internacionales como Libertadores y Sudamericana. Un calendario estrecho y profesionales que compiten al máximo. No hay tanto tiempo de descanso y no se invierte tanto en prevención. Al jugador se le abren interrogantes en el proceso en el que está lesionado, sin poder realizar su trabajo ni hacer lo que tanto le apasiona.

Uno de los ejemplos trascendentes en el fútbol argentino sobre rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha es el de Martín Palermo, máximo goleador histórico de Boca, que tuvo la lesión a mediados de noviembre de 1999, anotando su gol 100 en el profesionalismo, ante Colón en Santa Fe, y volvió a jugar el 24 de mayo del 2000, cuando le marcó un gol a River en su vuelta. En total estuvo 191 días fuera de las canchas, poco más de seis meses de inactividad, el período mínimo para una lesión tan significativa, de estas características. En 2008, Palermo volvió a tener la misma lesión mientras jugaba contra Lanús en La Bombonera. En comparación con décadas pasadas, lleva un tiempo prudencialmente menor de recuperación, ya que Roberto Baggio, uno de los futbolistas italianos más destacados de los 80 y 90, sufrió en 1985 la rotura del cruzado y estuvo casi un año y medio para volver al campo de juego, un verdadero calvario para el histórico mediocampista, que confesó que llegó a pedirle a su madre que lo matara debido a tamaño sufrimiento y padecimiento físico.

Hay muchas veces ansiedad y premura por retornar al campo de juego luego de una lesión, tanto por parte del cuerpo técnico para volver a tener al jugador, como desde el futbolista, porque sabe que si está afuera de la cancha mucho tiempo pierde el ritmo de juego y, de alguna manera, se va desvalorizando porque su cotización bajará notoriamente. Sin embargo, puede ocurrir en algunas ocasiones que el retorno antes de tiempo, es decir sin cumplir el proceso de recuperación, conlleve una nueva lesión y se prolongue así la inactividad del futbolista.

Hoy los clubes tienen un personal de salud amplio que incluye médicos, masajistas, kinesiólogos, psicólogos, nutricionistas y preparadores físicos. La nutrición adecuada para el futbolista le permite disminuir la incidencia de lesiones, acelerar la recuperación y, sobre todo, conservar la salud general. En la actualidad hay muchas más posibilidades para los futbolistas que atraviesan una rotura de ligamento cruzado de volver a un rendimiento similar al que tenían previamente a la lesión, con la esperanza de seguir compitiendo al máximo nivel.

Victoriano Arenas: la isla en la que antes se olía la basura y hoy se respira fútbol en estado puro

Por Matías Di Menna y Juan Moure

Uno de los lugares más excéntricos para jugar a la pelota por su proximidad al Riachuelo y ver un espectáculo completamente poco habitual es la cancha de Victoriano Arenas.

Al pasar por el Camino de la Ribera, tres hombres se dirigían a ver al club de sus amores, Victoriano Arenas, en una tarde fría y nublada de sábado. Matías Varela, una de esas personas que era vocal de la institución hasta mediados del año pasado destacaba que se hicieron trabajos de saneamiento en el Riachuelo, por lo que ya no se nota tanto el “olor a podrido” y se podía disfrutar más del ir a la cancha.

Saturnino Moure es el estadio que probablemente sea el más raro del país por estar ubicado en el meandro de Brian, asemeja a una pequeña península perteneciente administrativamente a la Ciudad de Buenos Aires, pero integrado a la localidad de Piñeyro, en Avellaneda, dado a que está rodeada por el Río Matanza Riachuelo y sólo se conecta con el resto de la capital mediante un puente ferroviario del tren Ferrosur. Según cuentan en el club, los terrenos fueron comprados a Ferrocarriles Argentinos hace poco más de seis décadas.

El ambiente familiar en la cancha se siente desde el momento en que se cruzan las vías abandonadas en la entrada de la Saturnino Moure. Allí se empiezan a ver cada vez más banderas celestes y blancas, más pintadas y a los hinchas del CAVA disfrutando del quincho del club que no es muy grande. Tiene varias mesas, un buffet, la pileta del club y no mucho más.

Algo para destacar de esta cancha es que en el sector “Luis Ventura” (en homenaje al periodista de espectáculos que era el director técnico del club hasta hace unas semanas) se permite el acceso a hinchas de los equipos visitantes, algo a lo que ya no se está acostumbrado en las principales categorías del fútbol argentino.

Guido Franck, relator de TodosUnoTV que siguió la campaña de Victoriano Arenas en su medio, contaba la experiencia de relatar a su equipo: “Gracias al club pude conocer un montón de canchas que reflejan un fútbol distinto, uno sin tanto show como el de primera, pero hermoso de todas formas. Si alguien que no conoce al equipo ve que para transmitir nos tenemos que subir arriba de los vestuarios para que se vea toda la cancha, se termina enamorando de lo rudimentario que es esto”.

Lo que hace muy particular a esta cancha es que está prácticamente rodeado por el Riachuelo, por lo que, cada vez que una pelota se va muy lejos por detrás de los arcos o el sector “Luis Ventura”, alguien debe salir corriendo detrás de ella para que no se vaya al río.

Además, al ser un equipo del ascenso argentino, el campo de juego no se encuentra en las mejores condiciones, por lo que pareciera que la pelota tiene un “conejo” por cómo va saltando por toda la cancha, lo que hace que sea muy frecuente el pelotazo largo para no complicarse que termina con el balón por afuera del alambrado. 

Victoriano Arenas no es un equipo “lindo de ver”, pero sin dudas su cancha, Saturnino Moure, es un lugar al que los amantes del fútbol de ascenso y, en especial, de los estadios tienen que visitar al menos una vez en su vida por lo distinta que es en comparación de los grandes estadios de Buenos Aires. Más aún ahora que las obras de saneamiento del Riachuelo hicieron que cada vez haya menos olor a basura y se pueda disfrutar de un espectáculo atípico en el fútbol.

La tragedia del Estadio Nacional de Perú: un desastre olvidado que se cobró más de 300 vidas

Por Agustín Heredia

Es la tarde del 24 de mayo de 1964. Perú atraviesa una difícil situación desde lo social y lo político. Una crisis golpea al país por la constante suba de precios, en especial en los alimentos, y las constantes movilizaciones de la sociedad durante la presidencia de Fernando Belaúnde Terry, electo hace apenas nueve meses. Pero la realidad no le impide a Jorge Alberto Vila, un niño de apenas siete años, ir al Estadio Nacional de Perú junto a su padre Zacarías y a su tío, Aldo. Las cuatro horas que separan Ica, la ciudad donde viven, de Lima no son motivo para perderse el Perú vs Argentina en busca de la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio 1964.

Eterno fue ese viaje en colectivo para Jorge, un chico que ansiaba ver el partido. Cuatro horas de mirar por la ventana y buscar algún entretenimiento. A las ocho de la mañana emprendieron el viaje. La idea de Zacarías era llegar a Lima a la hora del almuerzo. Y así fue. Aquella mañana, el clima limeño amaneció repleto de nubes grises y con una garúa molesta e intermitente. Parecía transmitir ciertos aires de tristezas, casi que precediendo lo que sería uno de los días más tristes pero menos recordados de la historia peruana. Ese domingo se presentaba como un día festivo con el partido de la selección como eje principal.

Ya almorzados, Jorge y su familia partieron camino hacia el estadio. Con entrada en mano, rechazaban a los cientos de hinchas que revendían sus entradas en las inmediaciones. Tribuna de occidente, sector medio, fue el lugar elegido por los iqueños. Luego de varias horas sentados en un colectivo, por fin estaban en el imponente Estadio Nacional del Perú que albergaría a un poco más de 47 mil espectadores, según registros oficiales. Algunos hinchas calculaban unos 53 mil por el poco espacio que había.

Ya estaban todos reunidos en una tarde que pasó de nublada a soleada. En unas pocas horas, el clima triste pasó al sol que irradiaba cierto regocijo. Las alegrías se transformaron en nervios a las 15:30, cuando el silbatazo del árbitro uruguayo Ángel Eduardo Pazos se escuchó en la cancha. Argentina se puso en ventaja a los 60 minutos con el gol de Néstor Manfredi luego de un tiro de esquina desde la derecha.Cinco minutos faltaban para el final del partido cuando se desató el infierno. El réferi anuló el empate 1 a 1 de Perú, convertido por Victor “Kiko” Lobatón, que los acercaba a la clasificación a los Juegos de Tokio 1964. De los gritos de gol a los gritos de groserías. La gente se volvió loca y enfureció. Volaba cualquier objeto que los hinchas tenían a mano.

En el medio del disturbio, ingresó Víctor Melasio Campos, también conocido como “El negro bomba”, con la intención de golpear al árbitro. La policía lo retiró de buena manera. Pero lo mismo no ocurrió con Germán Cuenca, otro hincha que entró con las mismas intenciones. La policía liderada por el comandante Jorge de Azambuja soltó a los perros para que lo atacaran y la gente terminó de estallar. Los Vila se encontraban encerrados en una olla a presión. Estaban paralizados. Los almohadones para sentarse que recibieron los hinchas en la entrada volaban prendidos fuegos. Jorge miraba sin respuesta alguna cómo caían cerca del árbitro y de la policía. La reacción fue inmediata cuando las bombas de gases lacrimógenos aterrizaron en las tribunas, tras la orden del comandante de Azambuja.

El humo de las bombas no dejaba respirar. Las bocas de entradas se volvieron una acumulación de personas. Jorge se metió por el túnel que desembocaba a las escaleras. La gente bajaba corriendo hacia las salidas, en busca de aire. La desesperación nublaba la visión. Empujones y corridas parecían pasar en cámara lenta alrededor de Jorge. De fondo, los gritos de ayuda que quedarán inmortalizados en la memoria de los presentes. Sin pensar, Zacarías tomó del brazo a su hijo y a su primo para llevarlos hacia la salida. Aldo lo convenció de subir a la tribuna para tomar aire. Una decisión que les salvó la vida. La desesperación no lo abrumó para querer bajar hacia la salida, que estaba cerrada.

En esos tiempos, los hinchas que no podía entrar a los partidos debido a la mala situación económica del país tenían una costumbre: la “segundilla”. Consistía en ingresar durante los últimos 15 minutos, cuando los guardias abrían las puertas para la salida de los hinchas. Aquella tarde el Estadio Nacional del Perú estaba tan rebalsado que nunca se abrieron las puertas para evitar la “segundilla”.

Alrededor de tres horas estuvieron Jorge, Zacarías y Aldo en la parte superior de la tribuna de occidente. Vieron una infinidad de personas bajar esas escaleras. Destinados a la tragedia y a un desenlace mortal. En las afueras, las aguas no se calmaban. Al contrario, la desesperación y la violencia crecían. Luego de horas, las puertas se abrieron. Algunas con ayuda de los rescatistas y otras por la presión de los cuerpos. A lo lejos se escuchaban tiros y estruendos. De fondo algunas sirenas de ambulancias y policías, casi que tapadas por los gritos pidiendo auxilio.

Los jugadores habían ingresado al vestuario cuando el duro accionar policial había comenzado. Héctor Chumpitaz, capitán de aquella selección peruana con 21 años, relata en primera persona cómo se vivió la tragedia desde el lado de los jugadores: “Fuimos directo al vestuario y pusimos una mesa para ver por la ventana del lado de afuera. Veíamos cómo la gente corría y quemaba los patrulleros. También escuchamos tiros y muchos estruendos. Nunca había sucedido algo así”.

La hora de afrontar la verdad había llegado para Jorge y sus dos familiares. Las puertas ya estaban abiertas y tenían que salir. La situación afuera no era la mejor. Los sonidos anticiparon lo que en minutos verían. Los que lograron salir buscaban una especie de venganza por aquellos que ya no estaban. Incendiaron cualquier cosa que se les cruzara. Autos, edificios y hasta iglesias. Otros volvían a entrar en busca de una luz de esperanza para encontrar a sus seres queridos que no habían salido.

De la mano de su padre y de su tío, Jorge logró salir del estadio. Ya eran alrededor de las siete de la tarde y había caído la noche. Sumado a que se había cortado la luz, la salida fue en completa oscuridad y con pañuelos en la boca. Pisando los cuerpos que estaban en el piso. Ya en la salida, afrontaron los disturbios, pasando entre medio de botellas y bombas lacrimógenas que seguían volando en cielo limeño. Una experiencia traumática. Sobre todo para un niño de apenas siete años, shockeado por presenciar el suceso que más muertos dejó en una cancha de fútbol, con una cifra de 328 muertos y más de 500 heridos.

No todos fallecieron dentro del estadio por asfixia. Mientras Jorge, Zacarías y Alldo escapaban en colectivo del infierno que se había convertido Lima, la policía continuaba con la represión y la mano dura. Varios muertos y heridos fueron encontrados con balazos en sus cuerpos.

La prensa llegó lo más rápido posible al estadio para dar cobertura de lo ocurrido. Las tapas de los diarios latinoamericanos del lunes 25 de mayo incluían la noticia de la tragedia. La Prensa, uno de los más importantes de Perú en los años 60, mostró al menos una noticia en su tapa hasta el 28 de mayo. Luego, desaparecieron de la tapa y pasaron a estar dentro del diario, dando a entender que tenían una importancia menor. Las noticias de la tragedia regresaron a la tapa de La Prensa por única y última vez el 1 de junio y trataban la pérdida del cadáver de un fallecido dentro del estadio.

La poca visibilización de la prensa ayudó al olvido. También fue fundamental el papel de la justicia. El juez Benjamín Castañeda, no hizo justicia por las 328 víctimas. El único que tuvo condena fue el comandante de la policía Jorge de Azambuja, quien dio la orden de lanzar los gases lacrimógenos, sentenciado solo a 30 meses de prisión. Por otro lado, el ministro de Gobierno y Policía, Juan Languasco de Habich, negó el uso de bombas lacrimógenas. Cuando se demostró lo contrario, decidió renunciar a su cargo de ministro.

Hoy, la tragedia del Estadio Nacional del Perú es olvidada por la sociedad peruana. Muchos actores y acciones tienen que ver con esto, desde el accionar de la justicia hasta la visibilización de los medios. En la familia de Jorge Alberto Vila siempre estará presente porque él lo cuenta y mantiene esa ingrata experiencia en su mente, como pasa en muchas de las familias de los sobrevivientes. Pero todo lo contrario pasa en la mayoría de los peruanos. Parte de responsabilidad la tiene el Estado de Perú. A casi 60 años no se conmemora nada que recuerde a las víctimas. Tampoco hay una placa en las inmediaciones del Estadio Nacional del Perú que ayude a la memoria de los que lo visitan. En el aniversario 50, sin más, el estadio fue alquilado para que se realice un recital de reggaetón.