El duelo de este domingo a las 21 horas, correspondiente a la final de la Copa América 2024, será el partido número 41 que enfrente a la Argentina y Colombia. Así, Estados Unidos, más precisamente Miami con el Hard Rock Stadium, tendrá el privilegio de abarcar un duelo con mucha historia, antecedentes y, sobre todo, actualidad. Uno, en busca de defender el título y ser el máximo ganador. El otro, el invicto más largo de la actualidad.
La primera vez que se vieron las caras fue el 7 de febrero de 1945, en el Campeonato Sudamericano de aquel año. Allí, la Albiceleste logró la mayor goleada en un cruce entre ambos. Fue 9 a 1, con goles argentinos de René Pontoni, Norberto Doroteo Méndez, Juan José Ferraro, todos en dos ocasiones, Rinaldo Fioramonte Martino, Mario Boyé y Félix Loustau; mientras que para la Selección Cafetera anotó Arturo Mendoza.
Por su parte, Colombia consiguió la diferencia más abultada el 5 de septiembre de 1993, en el Estadio Monumental de River y el cual estaba completamente lleno. Ese día, con el Pibe Valderrama a la cabeza, el conjunto de Francisco Maturana bailó a su contrincante y le ganó 5 a 0. Antes, con el 2 a 1 en Barranquilla, le había cortado a la Argentina de Alfio Basile un invicto de 31 partidos, que a su vez venía de conseguir el bicampeonato de la Copa América. La primera, en Chile 1991 y la segunda, en Ecuador 1993. Ese título, fue el último hasta 2021.
Con Lionel Scaloni al mando, y luego de 28 años de sequía, la Selección comandada en el terreno de juego por Lionel Messi volvió a sonreír. En Brasil 2021 Argentina levantó el trofeo, pero en las semifinales primero debió superar a Colombia. Luego de un empate en el tiempo regular, la definición fue a la tanda de penales. Allí, emergió la figura de Emiliano el Dibu Martínez y su famoso “mirá que te como, hermano”, en un estadio vacío por la pandemia del Covid-19. Este es el antecedente más reciente de un mano a mano entre ambos. Sin embargo, la actualidad de Los Cafeteros ahora es otra y buscan repetir la hazaña conseguida en 2001, cuando ganaron, de local, su única Copa América.
Néstor Lorenzo es quien, desde 2022, dirige las riendas de Colombia y le devolvió la alegría a toda la nación, ya que lleva 28 partidos sin conocer la derrota y superó la marca del país, conseguida entre 1992 y 1994, cuando no perdió durante 27 encuentros. Con un equipo combativo, pero de muy buen pie y juego vistoso, los focos apuntan al extremo Luis Díaz y al recuperado James Rodríguez; pero centrales como Davinson Sánchez también son cruciales. En esta Copa América, los de Lorenzo son el equipo del Siglo XXI que más goles de cabeza convirtió en el certamen internacional, con un total de cinco, y están a uno de superar la marca histórica. En 1991 la Argentina anotó seis tantos por esta vía.
Y si de conexiones se trata, el último partido que perdió La Tricolor fue, precisamente, contra quien va a disputar la corona de América. El 1 de febrero de 2022 es la fecha en cuestión. El villano para Colombia, pero por ende héroe para Scaloni, fue Lautaro Martínez, quien anotó el único gol del encuentro disputado en Córdoba, Argentina.
Hasta ahora llevan disputados 40 partidos (el de la final será el 41), de los cuales la Albiceleste ganó 20, Los Cafeteros nueve y empataron en 11. Además de los mencionados, otro encuentro que quedó grabado en la memoria colectiva de los aficionados es el que se jugó el 4 de julio de 1999, por la Copa América. Aquel día, en el estadio Ubaldo Aquino de Luque, Paraguay, Colombia venció por 3 a 0 y Martín Palermo falló tres penales.
Domingo 14 de julio a las 21 horas, fecha en la que dos viejos conocidos se disputarán, por primera vez en la historia, un título de mayores, ya que el encuentro en el certamen de 1991 no fue una final oficial, sino que era una fase definitoria con formato de liguilla. Además, Argentina buscará defender el trofeo y ser el máximo ganador con 16 Copas, para así superar a Uruguay, que tiene 15. Por su parte, la selección de Néstor Lorenzo quiere repetir lo hecho en 2001 y seguir estirando su invicto, para batir la marca histórica de 37 partidos.
Existe un solo camino directo desde Paraná hasta Santa Fe. Un poco más de 30 kilómetros es lo que separa el recorrido entre ambas ciudades. En el medio, las personas deben cruzar el Río Paraná, a través de un paso único en toda Sudamérica, el Túnel Subfluvial Uranga-Begnis. Esta colosal estructura subacuática permite la conexión entre las dos provincias —Entre Ríos y Santa Fe—. Y gracias a ella, José Luis Marzo podía ir a entrenar todos los días al Club Atlético Unión. El trayecto era toda una travesía. “Mi viejo no tenía los recursos económicos suficientes para que viajara en colectivo. Yo tenía que ir y volver ‘a dedo’. Sufrí del viento, frío, calor; de día y de noche”, cuenta el “Loco” sobre el sacrificio en los comienzos de su carrera como futbolista.
—Estoy un poco más gordo, más cachetón —dice mientras se ríe de su estado físico a los 52 años de edad—.
La realidad es que sus facciones apenas han visto cambio alguno. Sus ojos marrones se ven rodeados por unas cejas que pasan desapercibidas. Sus poros faciales respiran la experiencia del fútbol. Su cabello largo, a veces hacia un costado y muchas otras separado a la mitad y vuelto hacia ambos lados como un libro abierto; siempre está prolijamente peinado.
“Era un fenómeno, tanto con el pie como con la cabeza. Tener un nueve como él me lo hacía fácil. Yo levantaba la vista y él realizaba diagonales. Había que ponerla ahí nomás para que él defina. Tenía un don en la personalidad, que para un equipo vale mucho. Siempre contaba una anécdota, siempre sonreía, siempre estaba positivo”, detalla Darío Cabrol, excompañero de Marzo en Unión, en referencia a las cualidades técnicas y temperamentales del delantero.
Desde chico, ya le atraían los colores de Unión. Le encantaba el rojiblanco. Pero tenía un tío que siempre le insistía para que jugara en Colón. Aun así, se mantenía firme a sus convicciones y proyectaba la gloria en el “Tatengue” con sueños sobre festejos de gol. Nunca pensó que llegaría a ser ídolo del club de sus amores o que quedaría tercero entre los máximos goleadores de la institución con 63 tantos. Los sueños están para cumplirse, aunque solo los logran quienes día a día ponen su ímpetu y voluntad para ello.
José Luis era un tipo capaz de trepar cual araña un alambrado durante 5 o 6 metros para festejar con gritos desaforados un triunfo junto a la hinchada. Con la valentía y el coraje del que solo disponen los locos para ir a trabar una pelota con la cabeza.
“Un compañero que era arquero, ‘Cachito’ Escobar, se había comprado un Volkswagen Gacel bastante estropeado. Las puertas cerraban mal y, como las ventanillas no tenían vidrio, las tapaba con cartones. Éramos bastante malditos. Entonces, le empezábamos a arrancar los cartones, nos subíamos arriba del capó; José saltaba en el techo del auto. Por ahí también agarrábamos a alguno y le poníamos pimienta en la nariz”, cuenta entre risas Cabrol, en alusión a las barbaridades que hacían juntos dentro del vestuario.
En su paso por Lanús, Marzo enfrentóa por primera vez al “Tatengue” con otra camiseta. A través de un excelente pase entre líneas de Hugo Morales, el “Loco” tuvo en sus pies la posibilidad de abrir el marcador. En fracción de segundo, en la mente del delantero desfilaron recuerdos centelleantes sobre su vida en Unión. “Tomé la decisión de tirarla afuera, de errar adrede. Hoy lo veo en las redes y me digo ‘qué pedazo de hijo de su madre’. Me costó caro porque jugaba de titular y a partir de ahí no lo volví a hacer”. Un acto de autosabotaje o uno de amor; sin límites ni fronteras.
Como jugador de Los Andes, la situación fue completamente distinta. En la semana previa a enfrentar a Unión, el “Mil Rayitas” recibió la ingrata visita de la barra brava, que llegó con el objetivo de transmitir un claro mensaje, que tenía como evidente destinatario al “Loco”, por su experiencia pasada en el “Granate”. Durante el encuentro, no le quedó otra que marcar tres goles, de esos catalogados como “imposibles de fallar”. Lamentablemente, o no, el “Tatengue” dio vuelta el resultado y el partido acabó 4 a 3.
“Nunca me volvieron a llamar para que terminara mi carrera futbolística ahí. Me sigo cruzando con gente de la dirigencia y no me dicen nada, no hablan de frente conmigo. Ellos sabrán por qué. Lo que uno quiere es poder trabajar en el club que ama. Ojalá se dé la posibilidad y, si no, seguiré esperando. Me tocará alentar a Unión como un hincha más”, expresa —con cierto tono de indignación— sobre su frustrado regreso a la institución. “Estaría buenísimo que vuelva. Es un referente que lograría transmitir muchas cosas a los jóvenes. Sería algo lindo e importante para ellos”, afirma Darío Gigena, excompañero en Talleres, acerca de los conocimientos que Marzo puede difundir en Unión.
El “Loco” ya tiene experiencia como coordinador de inferiores en el Club Atlético Paraná —donde se retiró como jugador en 2012—. Fue entrenador en Unión de Crespo, Atlético Hernandarias y Viale Foot Ball Club, todos pertenecientes a localidades cercanas a su ciudad natal. “En Unión me encantaría trabajar como técnico, ayudante o enseñándole cosas que falten a los juveniles. El tema dirigencial es complicado, pero si tengo la posibilidad lo hago. Me siento capacitado para aportar en el ámbito futbolístico. Habría que armarlo bien para hacerle llegar el mensaje a los hinchas. La gente tiene que saber que no lastimaríamos al club como lo lastiman los dirigentes que están hoy. Ninguno tiene que sacarle provecho a la institución. Apuntaría a ganar algún título”, opina sobre un posible retorno. A través de un cargo político no sería una excepción porque en la actualidad existen casos similares en Argentina: Juan Román Riquelme en Boca, Juan Sebastián Verón en Estudiantes o Gonzalo Belloso, excompañero de Marzo en Lanús, como presidente de Rosario Central.
Hasta hace poco, el “Loco” laburaba junto a su concuñado en una miniempresa propia de venta de harinas. Él se encargaba de distribuirla en el camión por diferentes localidades de Entre Ríos y en las cercanías de Santa Fe. “Tuve que dejarlo porque ahora trabajo en la Secretaría de Deportes de Entre Ríos. Estoy a disposición de los distintos planes que están saliendo para las instituciones de menor recurso o las que ya se hallan a nivel profesional, como Patronato. Necesitamos de estos clubes para que el deporte crezca en todas sus dimensiones a lo largo de la provincia”, expresa Marzo acerca de su nueva función.
Durante su extensa carrera, el “Loco” fue mudando de territorio como un nómada. En 1995, emigró al exterior al ser comprado por el América de Cali, en lo que fue su segundo equipo.
—¿Cómo fue tu paso por Colombia?
—La verdad pensé que no volvía más, que de ahí me iba para Europa.
Un sólido comienzo, con 3 goles en 5 partidos, fue lo que alimentó las esperanzas. Aun así, esa torre de ilusiones se acabó de derrumbar demasiado pronto y su estadía duró solo seis meses. El motivo no tuvo ni un ápice que ver con el fútbol. En ese entonces, uno de los dueños del club era Miguel Rodríguez Orejuela, famoso narcotraficante que la policía capturó ese mismo año —1995—. Esto desencadenó complicaciones y cientos de amenazas. En consecuencia, los dirigentes optaron por devolver a los jugadores extranjeros a sus países pese a que las intimidaciones no iban dirigidas hacia ellos. Un año más tarde, el equipo colombiano llegó a la final de la Copa Libertadores, en la que cayó frente a River.
Donde sí fue importante es en la Copa Conmebol conseguida por Talleres en 1999. La última edición de este certamen significó a sí mismo la única consagración en la carrera de Marzo —además de sus tres ascensos—. Con el “Tigre” Gareca al mando, la “T” era un conjunto que se fortalecía y absorbía la energía que la gente le transmitía en su propia tierra. De hecho, no pudo vencer en ningún encuentro como visitante, pero los resultados eran revertidos de local. “Teníamos un grupo humano increíble, cada jugador que entraba al campo de juego dejaba la vida. Íbamos a muerte”, dice el “Loco”, que cumplió un rol fundamental al convertir 2 goles durante el torneo para ayudar al equipo cordobés a obtener su primer título internacional.
—¿Hay otro deporte que te atraiga ver?
—Me encanta el automovilismo —responde al instante—. Si no hubiese sido futbolista, estoy seguro de que habría tirado por ese lado.
—¿Sos más de Chevrolet o de Ford?
—Siempre me gustó Ford en Turismo Carretera, pero creo que existen categorías más divertidas para ver.
A la hora de los viajes, Marzo decide optar por escuchar cumbias y cuartetos. “Me mantienen atento a lo que pueda pasar en la ruta. Aunque suelo poner de todo: pop, rock, lento. Si no encuentro nada en la radio, enchufo el pendrive”. Su banda favorita es estadounidense y forma parte del Olimpo de la música: los Guns N’ Roses. Junto a su esposa Silvina, el delantero es padre por duplicado: Antonella —la mayor— y Agustín. “Disfruto estar con mis hijos. Abrazarlos, darles un beso. Puedo vivir muchas cosas con ellos que no disfruté con mi viejo por su trabajo como camionero”.
“Agus”, que nació con una total privación de la vista, cuenta sobre su papá: “Es amigo, compañero, chinchudo por momentos; da buenos consejos. Me transmitió la pasión por el deporte. Yo no puedo ver pero el fútbol se siente”. Hoy transcurre su tercer año de facultad, en la carrera de periodismo deportivo. Formó parte del plantel de Los Búhos, primer equipo de fútbol para ciegos de Santa Fe, como defensor, actividad que debió marginar por los estudios. “Lo que más me gusta hacer es ir a la cancha con mi viejo. En Unión le piden fotos, autógrafos y lo ovacionan”, añade acerca de la experiencia de cada fin de semana.
En el año 2001, mientras Marzo jugaba para Los Andes, sufrió una lesión en el ligamento externo de la rodilla izquierda, que fue el causante del mayor desmoronamiento en su cabeza. En un instante, la torre de jenga perdió estabilidad, y los bloques, que habían sido dispuestos uno a uno con sumo cuidado, amenazaron con poner en peligro una excelente carrera. “Fue lo más duro. Sentí que se venía todo abajo. Me pegó muchísimo, aunque uno sabía que tenía que estar preparado para eso. Cerré los ojos, no me olvidé del sacrificio, de la crianza que tuve y del apoyo de mi familia. Son cosas que pasan en la vida y creo que tenemos que poner el pecho y salir adelante. Otro momento difícil no he tenido. Hoy puedo disfrutar de mis hijos y estoy más que orgulloso de ellos”.
El “Loco” gozó de una trayectoria notable, que dejó huellas en cada paso. Con 52 años, sigue soñando, porque para ello no hay límites. Este deseo es volver al club de sus amores y pareciera que no va a parar hasta conseguirlo. Una vida que ya se puede enmarcar para el recuerdo, pero a la que le quedan muchos capítulos restantes.
En un país donde solo se respira fútbol, tanto en el ámbito social como cultural, también existe un mundo paralelo: el deporte paralímpico. Estos deportistas son los que no tienen voz porque todo gira alrededor de la “pelotita” y quedan marginados de otras disciplinas y en esa oscuridad, se encuentra el tenis de mesa adaptado, aunque en estos últimos años está creciendo considerablemente en argentina. Elías Romero, jugador de la selección nacional de tenis de mesa adaptado comentó: “El crecimiento juvenil es un impulso positivo, además de las mejoras de las infraestructuras que ayudan a posicionar el deporte paralímpico en lo más alto”.
Mielomeningocele fue lo que le diagnosticaron el 5 de noviembre de 1999. Esto impidió el correcto desarrollo de su columna y médula ósea, lo que no le permite caminar. Obligado a estar en una silla de ruedas, Elías encontró de casualidad su pasión, que primero le serviría como superación y luego como su forma de vida.
Su familia está conformada por sus padres y sus dos hermanos. Sus pilares en la vida son sus viejos, en quienes confía. Sabe que, si les cuenta algo, ellos van a saber qué decirle. Siempre obtuvo el apoyo incondicional de su familía; nunca le fallaron y son su motivación.
Todo comenzó en el Centro de Discapacitados de La Matanza (Cedima) a los 6 años. “Cuando iba al centro de rehabilitación a hacer Kinesiología en San Justo, el señor del traslado nos dijo a mí y a los demás chicos si queríamos hacer deporte recreativo. Había tenis de mesa, básquet en silla de ruedas y atletismo. A los 7 años, arranque con el Ping Pong y ahí me gustó”, resaltó el campeón paralímpico de Chile 2023.
Su padre, Ruben Romero, lo llevaba en colectivo a Cedima los lunes, miércoles y viernes a pesar de ser una familia de bajos recursos económicos. Ellos tenían la suerte de vivir cerca del club, en el barrio de Isidro Casanova. Si Ruben no podía llevarlo iba con su vecino en remis y compartían el viaje. Con tan solo 13 años, ya formaba parte de la selección juvenil. En 2013, tuvo la oportunidad de disputar su primer Parapanamericano de la juventud, que se realizó en Buenos Aires, Argentina.
“Mi primera experiencia en un torneo fue una mezcla de satisfacción y un orgullo inmenso al representar a Argentina en los Parapanamericanos de 2013. Me dieron un bolso, lo desarmé enseguida y me volví loco. Pensé que me iban a dar ropa como la que usa la selección de fútbol, pero me llevé una sorpresa al saber que era indumentaria de los Juegos Olímpicos. En ese torneo llegué hasta la final, perdí ante un brasileño, pero tuve mi revancha en 2017 ante el mismo oponente, esta vez le gané yo”, dijo Elías, mientras se reía de la anécdota.
A los 14 años consiguió la beca del Centro Nacional de Alto Rendimiento (Cenard) para ir a vivir allí, entrenar y terminar el secundario. En esta etapa, según nos relata su madre Verónica Salazar “no fue nada fácil dejarlo ir, en el 2013 le llegó la primera propuesta pero no lo deje porque era muy chico. En 2014 acepté y le permiti vivir ahí, sabía que lo tenía que dejar ir para que creciera y fue lo mejor”.
Un año después, con 15 años, ya estaba en la delegación argentina mayor en los Juegos Parapanamericanos de Toronto 2015, del cual volvió con la medalla de bronce colgada en el cuello. Fue el argentino más joven de toda la nómina. Llegó hasta las semifinales, donde perdió ante su compatriota Mauro Depergola por 3-0. En 2017, cerró uno de sus mejores torneos a nivel personal: en Costa Rica fue campeón en la categoría individual y en equipos (Clase 5). Además, fue elegido como el mejor jugador en silla de ruedas y se retiró invicto. “Tenía muchos nervios” y agregó: “Era el torneo más importante del año para mí. En los primeros partidos no me sentí muy cómodo, me costó adaptarme. De a poco me fui soltando y pude jugar a mi nivel. Estar en el Mundial es un sueño cumplido, una de las metas de mi vida que pude alcanzar”.
Su entrenador Santiago Romero, lo define como una persona resiliente:“De eso se trata la vida y esa palabra encaja a la perfección para definirlo”. Pero, ¿qué es exactamente la resiliencia?. Es la capacidad humana para sobreponerse y adaptarse a distintos entornos, situaciones adversas, obstáculos y circunstancias desafiantes en la vida. Elías pudo convertir su discapacidad en su motor de vida, al ser jugador de tenis de mesa adaptado clase 5 que es para las personas en silla de ruedas.
Además de entrenar incansablemente, empezó un nuevo desafío en su vida por fuera del Ping Pong al salir de su zona de confort. Comenzó a estudiar inglés en una academía, para mejorar su comunicación en los viajes y competencías internacionales. Va dos veces por semana, los martes y viernes aunque admite que le cuesta mucho, ya que su única base prevía fue en el secundario, donde le iba bastante bien. Sin embargo, confía que dentro de poco su nivel será tan sólido como su revés que tantos triunfos le ha dado.
Luego de Toronto, su carrera creció como la espuma: múltiples medallas en distintos torneos, incluidos los Juegos Parapanamericanos de Lima 2019. Llegaba como favorito para llevarse el boleto directo a Tokio. Era el top 1 en el ranking sub 23, un orgullo tan grande que le jugó en contra porque venía de hacer un gran año y tenía la presión de ganar el oro sí o sí y obtener la clasificación directa. Ganó dos medallas de bronce, en individuales y en dobles. La cara de él en el podio lo decía todo, esa sonrisa no era de alegría, sino de compromiso: “Nos fue bien pero yo esperaba otra cosa, tenía otro objetivo”. Así es la mentalidad de los ganadores.
Ya estaba entre los mejores, se sentaba en la mesa de los más grandes y se medía cara a cara con cualquiera. Pero le faltaba un pasó para afirmarse en esa preciada lista de los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. No se pudo concretar, tuvo la mala suerte de que por triple empate quedó afuera. En el primer partido había ganado 3-1 y en el siguiente encuentro tenía que haber sacado un set pero perdió 3-0.
Es una persona sumamente cabulera y meticulosa antes y durante el partido. Uno de los primeros rituales que realiza es doblar su toalla prolijamente en cuatro partes exactas para que quede perfectamente cuadrada. Una vez que finaliza un punto, se va para atras dando una remada completa con sus brazos para tomar impulso y vuelve colocarse en posición de juego. Pero el más fundamental e inamovible de todos es la preparación de su mochila la noche anterior del partido. Con una puntualidad impecable: a las nueve y veintiocho, ni un minuto más ni uno menos.
El 18 de noviembre de 2023 quedará marcado en la memoria de Romero como un hito histórico en su carrera deportiva tras vencer al brasilero Lucas Carvalhal por 3-2 en una reñida batalla y obtener la tan ansiada plaza directa para París 2024. De esta manera, logró la revancha que tanto esperaba después de su decepción en Lima, al obtener la medalla de oro en singles en Chile.
“De cara a los Olímpicos, Elías se siente muy preparado y enfocado. Sabe que no es el favorito y que la presión no lo va a afectar”. Su entrenador Santiago agregó: “Solo espera ganar experiencia, aprender de los mejores y poder avanzar. Sería un gran logro llevarse alguna medalla. Pero en cuanto a la presión, está muy tranquilo. La mente juega un papel fundamental. Después de Lima, cambió de psicólogo y ahora está más tranquilo. No siente la presión porque no es el favorito”.
Es hincha de River desde que era bebé. Planea retirarse del tenis de mesa a los 38 años, igual qué su ídolo Ariel “El Burrito” Ortega. Recuerda haberlo visto en la cancha en 2009, subido a los hombros de su papá, durante un partido contra Chacarita. “Cuando Ortega hizo ese gol picándola por arriba, fue una locura total haber visto eso”, comentó con una sonrisa nostálgica.
La pasión por el “Millonario” se ha mantenido a lo largo de los años. Otros de sus momentos más queridos es el título que Ramón Díaz conquistó en 2014. Ese logro, junto con las epopeyas del “Burrito”, han sido momentos determinantes que han avivado más su amor por el club. Espera que, al igual que su ídolo, pueda retirarse con una huella imborrable en su deporte y ser recordado con la misma admiración y cariño que él sentía hacía Ortega.
— ¿Tenés algún referente?
— A nivel nacional, destaco a Gisella Muñoz. Ella ha estado en cinco Juegos Paralímpicos seguidos, y la considero uno de mis grandes referentes.
— ¿Pensás que vos podés ser referente argentino?
—Me encantaría ser un referente para los jóvenes que vienen por detrás. Espero que mi trabajo y enfoque mental me lleven a ser un modelo a seguir en el tenis de mesa, deseo que este deporte crezca y sea más reconocido en Argentina. Anhelo ser parte activa del proceso junto a otros miembros de la selección.
A casi dos meses de que comiencen los Juegos Paralímpicos de París 2024, se avecina la oportunidad de Elías Romero para brillar en el máximo escenario deportivo y demostrar todo el esfuerzo que le ha dedicado para llegar a la cima. Desde los viajes en colectivo hasta la frustración por no haber llegado a Tokío, ha demostrado una notable resiliencia. Ahora, con su revancha a la vuelta de la esquina, se presenta la oportunidad perfecta para que su dedicación y determinación brillen aún más.
Hace diez años que Franco Corno se dedica a lo que considera el motor de su vida, el cestoball, que le permitió tocar el cielo con las manos luego de salir campeón del mundo con Argentina. Justamente el 25 de mayo de 2023, en India, en el primer Mundial, mientras sus piernas temblaban y sus lágrimas caían al compás del himno. El DT del equipo femenino de cestoball de Vélez, y jugador titular en la selección argentina, toma un mate, mientras habla con su preparador físico. En el polideportivo de Vélez se respira el deporte y uno de los pulmones es el Gimnasio de Cestoball León Raigorodsky, promotor del deporte en el club. “De Vélez, el poli es lo más lindo porque ves a la gente, a la familia”, cuenta Corno con brillos en los ojos.
-¿Cuál fue tu reacción sobre el primer Mundial de cestoball?
-Al principio fue difícil de creer, pero paso a paso fue tomando credibilidad. Era como vivir un sueño que te nombren como selección nacional argentina. Ser campeón del mundo, fue un sueño. Lo más loco fue haber escuchado el himno en otro país (India) y haber estado abrazado a los otros jugadores. En la final lloré. Se me doblaban las rodillas, no podía mantenerme parado, y me agarraron los que estaban al lado mío.
–¿Cómo fue enseñar a jugadores de otros países, con sus idiomas?
-El cesto tiene un idioma que es el cuerpo, que simplifica todos los caminos. Que la conexión sea el deporte que amás te llena de todos lados. Y que venga alguien, de otro continente, a pedirte que le enseñes porque le gusta, no tiene palabras para describirlo.
–¿Hubo hegemonía con los otros países? (En el Mundial, además de Argentina, participaron India, Francia, Zimbabue, Kenia, Bután y Bangladesh)
-Sí, por ahora la hegemonía es total. Nuestro proyecto también fue mostrar el deporte para que lo empiecen a practicar y que aumente el nivel. El principal objetivo fue salir campeones, pero enseñando. En la final con India sacamos una diferencia de 20 puntos y Melina (Véliz, su entrenadora) pidió un tiempo fuera y nos dijo que bajáramos el rendimiento. La idea era que aprendan y no se frustren. Al final terminamos ganando por 16 puntos, pero podríamos haber ganado por 50.
-¿Sentís que hubo un cambio después del Mundial?
-No creo que hubo un cambio; sí siento que cayó la ficha de que ya no somos solo nosotros, ya no es sólo Argentina. El cesto trascendió. Ahora nos ve el mundo. Se rompió el paradigma de que el cesto era algo solo nuestro. Ahora tenemos la obligación de que el día de mañana nos hagan la vida imposible. Esa sensación de que te tenés que preparar porque te puede ganar cualquiera, es el sueño máximo de cualquier jugador.
–¿Qué opinás de Melina Véliz, tu entrenadora en la selección?
-Es una de las personas que más me sorprendió. Te toca el corazón, trasciende tu persona. Te termina haciendo creer tanto en lo que sos capaz de hacer, que destraba cosas. Es una fiel creyente del trabajo y por eso me identifico mucho con ella. Creo en el entrenamiento, en que todos mejoran y todo se logra si se entrena para eso. Tardará más, tardará menos, pero la confianza sobre la idea que estás buscando depende exclusivamente de cuánto entrenes para lograrlo.
-¿Qué es ser un entrenador?
-Es una tarea muy difícil. Abarca la vida entera. El ser entrenador trasciende las dos o tres veces por semana de entrenamiento. Elegí usar mi tiempo personal para dedicárselo a esto, en cierto margen, porque amo lo que hago.
-¿Cómo llegaste a Vélez?
-Llegué primero como DT en el cesto femenino, antes de la pandemia, en 2019, mientras jugaba al cestoball en el club San Martín. Me conocía de antes con ellas porque entrenábamos contra el femenino para mejorar, porque son las mejores. En la pandemia fue muy difícil. No podés jugar un deporte de aro en Zoom, un deporte de equipo separados por computadoras. Después se pudo salir adelante.
-¿Y en el masculino?
-Durante la pandemia el equipo (San Martín) se desarmó y yo no quería dejar de jugar. Cuando terminó la cuarentena, empecé a llamar gente. Quería armar un masculino acá en Vélez, tenía la disponibilidad y el espacio. No me quería perder los próximos torneos. Empezó como algo mío y terminó siendo un proyecto del club. Después salimos campeones del Torneo Apertura y Clausura.
Aráoz entre Gascón y Soler. En la única cuadra de Palermo que parece no haber sido penetrada por la arquitectura modernista, la Asociación de los Húngaros Católicos en Argentina se esconde detrás de dos troncos deshojados por el otoño. Belén Pérez Maurice se bajó de la Avenger 220 roja con Lucas Saucedo, y atravesaron el portón antiguo del trespisos porteño. La Fundación Argentina de Esgrima (Fundares) los esperaba en la primera planta.
El CASIO en su muñeca izquierda indicó las cuatro y media pasadas un minuto. Como todos los lunes, miércoles y viernes, la ‘Flaca’ -así le dicen religiosamente sus compañeros, los alumnos, veteranos, periodistas y un largo etcétera -se hizo presente una hora antes de que lleguen los demás esgrimistas.
Con el casco en su mano hábil y su buzo grisáceo de los Juegos Olímpicos abrigándola, la sablista avanzó por el pasillo opaco de la entrada. Paso a paso sobre el piso de mármol granito blanco, la firmeza que caracteriza su marcha sobre la pista dejaba entrever un rengueo. Atrás había quedado el mes con bota que demandó su rotura de ligamento interno, y dio inicio a los ejercicios de rehabilitación: “Esta semana estoy fortaleciendo. Todavía tengo dolor, pero puedo caminar normal”, confesó.
Belén dejó su retiro de la selección nacional sin efecto: en julio de 2023, hizo pública la decisión en su Instagram, tras quedar eliminada en el Campeonato Mundial de Milán. Tal determinación le duró unos meses: para marzo de 2024, como reza su conducta competitiva y disciplinada, se calzó la careta otra vez para disputar una Copa del Mundo en Sint Niklaas, Bélgica. Terminó en el puesto 24, dentro del Top 30. Con cinco victorias y una caída ante la joven francesa Manon Apithy-Brunet, Pérez Maurice volvió al alto rendimiento con 38 años.
Ya había amagado con dejar su vocación luego de Lima 2019, justo antes de que el coronavirus virtualizara su rutina diaria de entrenamiento. De haber sido así, ni el modelaje ni la ingeniería en alimentos la hubieran llenado como lo hace el deporte: “Me gusta hacer campañas o publicidades desde el lado de que soy deportista. Pero tengo contemplaciones, o sos deportista o sos modelo”.
La sonrisa blanquecina que sucede todas sus oraciones hizo lo suyo cuando recordó su lesión en el Preolímpico de San José un mes atrás, que la dejó tercera en la competencia y con las ganas de ir a sus cuartos Juegos Olímpicos consecutivo. “Tuve desgarros que no me pararon tanto como esta lesión. Igual no lo nombraría como algo dramático. Si me recupero, iría un poco vendada al Panamericano de junio. El equipo dijo que me necesita”.
“El esgrima no estaba acostumbrado a tener este tipo de resultados. Siento que abrí un camino, pero somos varios: están Isabel y Pascual Di Tella, Jesùs Lugones… Somos varios los que, comparados con otra generación, hicimos historia. Ojalá yo fuera un referente, ¿no?”. Dos décadas y media en la élite, siete medallas repartidas en sudamericanas y panamericanas- una dorada, dos de plata y cuatro de bronce- y tres citas olímpicas al hilo debe ser el currículum soñado para cualquier deportista, fuere de una disciplina popular o no.
Y es que, desde que Argentina dijo presente por primera vez en la esgrima olímpica- con Francisco Camet en París 1900, sólo cuatro tiradores disputaron tres ediciones al hilo:Alejandra Carbone (Atlanta 1996, Sydney 2000 y Atenas 2004 en florete individual), Raúl Saucedo (Los Ángeles 1932, Berlín 1936 y Londres 1948, en espada individual), Omar Vergara (México 1968, Múnich 1972 y Montreal 1976 en espada) y Belén Pérez Maurice (Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2021 en sable).
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Cuando pisó la escalera caracol a mitad del pasillo, la caminata imperfecta de Belén pasó a ser una escalada de trekking. El mango de su sable sobresalía del cierre de su bolsón, en movimiento siempre que lo pateaba con su jogging gris.
Llegó a una pequeña antesala blanca con un perchero negro vacío y tres puertas de madera cerradas. Dos de esos rectángulos daban a baños angostos. En el restante, aguardaba un despacho iluminado moderadamente por el cielo gris que pintaba el vidriado superior, con dos estanterías de madera antigua, un escritorio y el cuadro de un jardín. Pasado el mini hall, el salón: tres pistas largas de peana negra abarcaban casi toda la inmensidad del ambiente de luz fría y dejaban las sillas de cuero apiladas contra la pared izquierda. Un baúl decorado con retratos de Belén y Lucas y stickers de competencias internacionales, se posaba contra la derecha.
Lucas Saucedo arrendó el espacio gracias a uno de los miembros de la Fundación, que a su vez pertenece a la comunidad húngara. Y así, con ayuda de Rodrigo Álvarez, entrenador de la selección nacional de esgrima, y Nicolás Alitisz, expresidente de la Federación de Esgrima de la Ciudad de Buenos Aires (FECBA), el ‘Maestro’ creó la FUNDARES en 2006, donde enseña esgrima a niños, adolescentes y adultos, y entrena a los atletas del combinado argentino. Siempre acompañado de Belén, su alumna y esposa.
“La FUNDARES inculca la honestidad, el respeto por el otro y la ayuda mutua, principalmente. Somos todos muy compañeros”, explicó Belén, presente en cada sesión celebrada allí. Confesó que en un futuro daría clases, pero que tiene que aprender a hacer los gestos al revés y que enseñar no solo se reduce a eso: “Te podés formar en escuelas de esgrima de Europa y tener un título, pero no quiere decir que seas bueno. Lucas aprendió de los mejores del mundo y ese es el conocimiento que vale. Él sigue aprendiendo, sigue preguntando”.
Es difícil hablar de la ‘Flaca’ sin hablar del ‘Maestro’, y viceversa. Se volvieron indispensables el uno para el otro desde el verano de 1999, cuando Lucas la vio hacer saltos ornamentales en la pileta del Círculo Militar, en Retiro. Belén no pensaba en la esgrima como una posibilidad remota- pese a que su mamá fue amateur hasta poco antes de concebirla el 12 de julio de 1985. Hasta la actualidad, madre e hija jamás se enfrentaron en la peana.
Con Saucedo emprendieron un viaje que empezó con el arribo al Seleccionado Nacional de Esgrima a los 16 años, y que abarcó Juegos Olímpicos, Panamericanos, Suramericanos y competencias globales de la FIE. En veinte años, el binomio puso a la Argentina nuevamente en el circuito del deporte mundial.
La propuesta de matrimonio televisada en Tokio 2021 es solo una muestra de cómo su relación mezcla lo deportivo con lo sentimental en todo momento. A la ‘Flaca’ la invadió un nudo en la garganta que atascó su voz risueña y prolongó sus oraciones prearmadas. Reconoció que no supo manejar la presión en los juegos ODESUR DE 2014, donde se llevó la medalla de bronce: “Tenía que ganar la de oro y dudé de si iba a tener apoyo para Río 2016. Fue horrible, pero jamás me planteé dejar la esgrima. No me daba cuenta, pero la forma de alentarme de Lucas era exigiéndome. Uno se entrena siempre para lo mejor pero tenés que entender que las derrotas son parte del juego. La pasás mal pero después pasa: te entrenás el doble y listo”. Más tarde, Belén le ganó el Panamericano de Costa Rica a la norteamericana Mariel Zagunis, n°1 del ranking mundial en ese momento. Según ella, el 2014 fue su mejor año.
La sutil presencia de una esgrimista olímpica en las clases volcaba un popurrí de emociones en todos los presentes, tanto aprendices como guías: “Tenerla acá, verla y escucharla es un privilegio. Que Belén te corrija un movimiento es como estar peloteando en una plaza y que aparezca Messi a decirte cómo patear un tiro libre”, describió Dante Rosa, miembro del seleccionado argentino, mientras elongaba en el piso luego de dar una sesión.
Saucedo se movía en zig zag por el salón. De vez en cuando, Belén se paraba a retocar la postura o el fondo de algún tirador. Con menos palabras, el profesor le siguió la corriente, mirando fijamente a los ojos. El grito de ‘¡En garde! ¿Pret? ¡Allez!’, seguido del choque de metales, compusieron un ritmo intenso que retumbó en todo el edificio. Entre indicaciones y consejos, esbozaban las bromas y risas que hicieron de la concentración y del frenesí de cada asalto una experiencia llevadera.
Uno de los profesores y tiradores salidos de la Fundación es Tomás Alitisz, hijo de Nicolás. El sparring de la ‘Flaca’ confesó que ella “es como un farol, que te guía a donde es el camino. Es mi ídola y también una gran compañera: divertida, tranquila y a la que es fácil acercarse aunque no parezca. Al ‘Maestro’ (Lucas) los chicos lo ven como una figura de mucho respeto, que a la vez es divertida y carismática. Los dos son el arquetipo de cómo hacer bien las cosas”.
En el despacho de al lado, los zapatazos y los sablazos se traducen a simples zumbidos. Plegado contra la silla de roble oscuro, Alitisz gesticulaba vividamente con las manos, como si tuviera a un contrincante enfrente suyo. Debe ser porque, a la hora de hablar de su pasión, lo hace con la misma energía con la que practica: “La ‘flaca’ me enseñó la resiliencia, que a ella se le sale por las orejas; a disfrutar de la esgrima a nuestra manera y que lo más importante es la salud”.
El joven que llegó a la Fundares cuando tenía 14 años hizo una pausa. Su voz grave se meneó en un limbo entre el dolor efecto de la migraña y el quebranto: “Pensándolo bien, lo que mejor me enseñó (Pérez Maurice) es que uno, ante todo, tiene que sonreír. Porque ella siempre lo hace, con esa sonrisa que tiene… creo que a mucha gente le serviría aprenderlo”.
Nueve de la noche. La sección de calentamiento recién había terminado. Los que estaban en sus primeras clases entrenaban separados de los demás adultos. Antes de bajar por la escalera, Belén Pérez Maurice se tomó el tiempo de saludar a las 25 personas que ocuparon el salón.
El 26 de junio de 2003, el Draft de la NBA de ese año se llevó a cabo en el emblemático Madison Square Garden de la ciudad de Nueva York. Los espectadores estaban ansiosos por ver quién sería la primera selección, y cuando David Stern, entonces Comisionado de la NBA, anunció que los Cleveland Cavaliers habían elegido a LeBron Raymone James como la primera selección, se hizo historia. Años más tarde, el 27 de junio de 2024, en los Seaport District Studios de ESPN en Manhattan, Los Angeles Lakers seleccionaron a LeBron “Bronny” Raymone James Jr. en la segunda ronda, en la posición número 55, convirtiéndose así en el primer dúo padre e hijo en jugar en la NBA.
LeBron James llegó al Draft con el apodo de “The Chosen One”, “El Elegido” y las expectativas para él eran más altas que para cualquier otro jugador antes de entrar a la NBA. Sus partidos en la escuela secundaria fueron televisados a nivel nacional por las principales cadenas deportivas, lo que solo es comparable con la expectación que generó Michael Jordan. Al final, se puede decir que cumplió con dichas ilusiones tras ser seleccionado con el primer pick por los Cleveland Cavaliers. Franquicia con la cual, ganó un campeonato en 2016. Que es el único campeonato que conquistó el equipo en su historia.
El hijo mayor de LeBron James, Bronny James, de 19 años, ha decidido declararse elegible para el draft de la NBA de 2024. Actualmente juega como escolta en la Universidad del Sur de California (USC), donde ha promediado 4,8 puntos, 2,8 rebotes y 2,1 asistencias por partido en su primer año de baloncesto universitario. Jugó en 25 partidos y se perdió el inicio de la temporada después de necesitar un procedimiento médico para reparar un defecto cardíaco congénito que se descubrió tras sufrir un paro cardíaco durante un entrenamiento de verano. A pesar de este problema de salud, Bronny James ha decidido dar el siguiente paso en su carrera deportiva y probar suerte en la NBA.
“En la historia de la NBA, nunca ha habido un padre y un hijo que hayan compartido una cancha de baloncesto de la NBA y eso se siente como algo que podría ser mágico”, afirmó el gerente general de los Lakers, Rob Pelinka. “Sabemos, y tenemos que respetar, por supuesto, que LeBron tiene una decisión sobre su exclusión voluntaria… pero si resulta que estará en nuestro equipo la próxima temporada, se podría hacer historia en la NBA. Y la historia de la NBA debería hacerse con el uniforme de los Lakers”.
LeBron James, nacido en 1984 en Akron, Ohio, es ampliamente reconocido como uno de los mejores jugadores de baloncesto del mundo y de todos los tiempos. Su apodo, “King James“, refleja su dominio en la cancha. A lo largo de su grandiosa carrera, ha logrado cuatro campeonatos de la NBA, cuatro premios MVP de las Finales y cuatro premios MVP de la NBA. Además, ha sido seleccionado 18 veces para el Juego de Estrellas de la NBA y ha ganado el premio MVP del Juego de Estrellas en tres ocasiones. Más allá de sus logros en la NBA, James también ha representado con éxito a los Estados Unidos en dos Juegos Olímpicos, donde obtuvo medallas de oro. Podrá James seguir ampliando su legado en los Angeles Lakers junto a su hijo en la NBA?
Las conferencias de prensa en el fútbol normalmente son muy monótonas, con preguntas coyunturales que nacen y mueren cuando empieza o termina un partido. Por lo tanto, las respuestas son igual de coyunturales y monótonas, a veces no son atractivas porque sabés lo que van a decir o lo que dicen no tiene peso. Pero las conferencias de Marcelo Bielsa son diferentes, con reflexiones que eclipsan la posible formación del próximo partido y denuncias cuando los torneos como la Copa América no cumplen con las exigencias mínimas. Empezamos a escuchar de fútbol, hasta de filosofía y de la vida. Hay algunas preguntas que obedecen al partido, sí, pero el Loco siempre tiene algún tinte distinto que te llama a escucharlo. Su voz es lenta, pero sus palabras son más filosas que una katana y cuando su voz crece el filo de la espada también.
La conferencia de prensa de Bielsa y el jugador Sebastián Cáceres previo al partido del tercer y cuarto puesto contra Canadá duró 41 minutos y 10 segundos. Ocurrió después de que el equipo charrúa quedara eliminado ante Colombia en las semifinales. “No merecimos ganar, pero tampoco merecimos perder”, contesta Bielsa. Después del cierre del partido, varios hinchas uruguayos y colombianos, en las tribunas cercanas al banco de suplentes, empezaron a golpearse entre ellos. En ese lío estaban los familiares de los jugadores de Uruguay. “Tuvimos que meternos a la tribuna para sacar a nuestros seres queridos con bebés chiquitos, un desastre todo, no había ni un solo policía, cayeron a la media hora, un desastre”, dijo el capitán uruguayo, José María Gimenez en el post partido. Darwín Nuñez fue uno de esos jugadores que entró a las tribunas junto a las dos hinchadas.
“¿Le preocupa lo que pueda recaer en sanciones en cuanto a sanciones pensando en las eliminatorias?”, fue una de las preguntas que recibió Bielsa, quién se acercó con una postura encorvada al micrófono, mientras mordía sus labios: ”Los jugadores reaccionaron como cualquier ser humano. Están agrediendo a su mujer, a su madre, a un bebé, a su esposa, a su hermana, y ¿qué hace usted? Pregunta si van a sancionar a los que fueron a defender. Esto es un grado de complicidad. Las preguntas también actúan de manera cómplice -sigue- Todo esto ustedes lo saben, pero siempre vienen a que uno de estos infelices que estamos de este lado abramos la boca, para que no vaya ser que sean ustedes los que señalen y que después se vean afectados de alguna manera”. El periodista vuelve a hablar y responde indignado: “No, no es así. No sé quién es usted, pero sabe perfectamente que un porcentaje del periodismo no agrede a determinados sectores que son responsables porque no les conviene”, retruca Bielsa. El periodista no contesta. “A mí lo único que me importa es que un tipo que ve que le están pegando a la madre, hermana, mujer y que hay un procedimiento para que no suceda o que no haya una puerta de escape ¿Soy yo el que tiene que responder esto? La sanción no es para los futbolistas sino para aquellos que lo obligaron a hacer esto, no tenían opción”, cierra. Varios periodistas le contestan al mismo tiempo. La situación se descontroló. El encargado de la conferencia pide “por favor, no interrumpir “.Pero no es justo. Nosotros defendimos desde nuestro lugar a los jugadores”, dijo el periodista uruguayo Rodrigo Romano, que finalmente se retiró en medio de la conferencia de prensa. En su cuenta de X, explicó el por qué de su salida: “Sin saber que pensamos, sin saber lo que dijimos, Bielsa nos recriminó eso (no defender a los jugadores) y no lo soporté, porque primero es de una gran injusticia, es mentira y estoy siempre del lado del jugador de la selección”.
Este fragmento de Bielsa hablando de los periodistas que no hablan de ciertas cosas para mantener privilegios expone a muchos que se suben al carro sólo cuando les conviene.pic.twitter.com/IZf4Z00mKv
“Esto es una actuación. Yo dije que me refería a un porcentaje del periodismo. Este señor interpreta que yo hablé de todo el periodismo-sostiene Bielsa- Sí sé que hay un porcentaje del periodismo que no dice lo que debe decir y hay otro que dice lo que debe decir”. El Loco buscó desnaturalizar la pregunta, desglosarla y redirigirla a los responsables directos, la CONMEBOL; aquella entidad que se le fue de las manos esta Copa América. Fue señalada por no tener los procedimientos necesarios para evitar la pelea que hubo en Uruguay y Colombia y por el pobre, casi amateur, estado del campo de juego.”Son todos errores sabidos. Las uniones de la cancha no cierran y los campos de entrenamiento eran un desastre. Bolivia no pudo entrenar (un día, por el mal estado del campo). Claro, Bolivia. La jefa de campo de juego (Maristela Kuhn ingeniera agrónoma encargada de la CONMEBOL) hace una conferencia de prensa para decir que es sólo una cuestión visual”, critica duramente Bielsa.
La conferencia de prensa termina en el minuto 33. “A todos muchas gracias”, dice el encargado. Bielsa se levanta, pero su espíritu agitado, con coraje, no acepta el cierre: “Por qué la suspenden. Yo estoy a disposición”. Esas palabras le dieron casi diez minutos más. Ya ni el tiempo podía controlar al Loco, que antes de recibir la última pregunta critica el modelo de copia y pega de la CONMEBOL con la UEFA, de Sudamérica con Europa. “Pedimos a los organizadores que no pongan a un entrenador con un jugador, vamos a hacerlo por separado. El entrenador asume un protagonismo por el interés masivo y el jugador es un invitado de lujo. No, en la Eurocopa se hace así-dice-Nosotros hacemos lo que nos parece, no lo que hacen los europeos”. La conferencia de prensa en menos de un día llegó a las 100 mil visualizaciones en el canal de Youtube de la Asociación Uruguaya de Fútbol.
El uruguayo y político José Enrique Rodó, que falleció en 1917, defendió hasta su muerte que América tenga su propia identidad, que sea una fuerza en común en contra del imperialismo estadounidense y el eurocentrismo. No sé si Bielsa lo leyó o lo conoce, pero ejecutó a la perfección lo que pensaba Rodó. ¿La diferencia? Una pelota de fútbol: “Estados Unidos cuando sintió que sus intereses estaban siendo atacados, creó el FIFA Gate con el FBI, pero era por sus intereses”. En 2026 el país norteamericano organizará la Copa del Mundo con México y Canadá. De los 16 estadios donde se van a jugar los partidos, 11 son de Estados Unidos.
“ESTADOS UNIDOS CREÓ EL FIFAGATE CON EL FBI CUANDO SINTIÓ QUE SUS INTERESES ESTABAN SIENDO ATACADOS”
Marcelo Bielsa, en llamas contra la organización de la Copa América: “A Scaloni le dijeron: ´ya hablaste una vez, no hablés más´. Los jugadores lo mismo. Todos amenazados”. pic.twitter.com/j8NPIDIzJM
Volvemos a la conferencia que poco y nada habló Bielsa del futuro rival, Canadá, cuyo entrenador estadounidense, Jesse Marsch también criticó a la CONMEBOL, luego de escuchar las denuncias del DT de Uruguay : “Este torneo no fue profesional para mí. Nosotros recibimos insultos racistas en todo el torneo. Nos trataron como ciudadanos de segunda clase”.
“Imagínese que ha pasado con el fútbol. Cómo el fútbol, que es propiedad popular porque los pobres tienen muy poca capacidad de felicidad. El fútbol es gratuito y es una de las pocas cosas que los pobres tienen. Ese fútbol ya no lo tienen más, porque a los 17 años jugadores como Endrick se van a Europa”, dijo Bielsa en la conferencia de prensa previo al partido con Brasil en la Copa América. Antes de que diga esta frase le tuvieron que cambiar el micrófono porque funcionaba mal.
🇺🇾 “El fútbol es propiedad popular. Los pobres tienen muy poca capacidad de acceso a la felicidad, no disponen de dinero para comprar la felicidad. El futbol, que es una de las pocas cosas que los más pobres mantienen, ya no lo tienen más”
— Fútbol y Política (@FutboliPolitica) July 6, 2024
Las actuales cinco conferencias de Bielsa en la Copa América, publicadas en el canal de Youtube de la Asociación Uruguaya de Fútbol, tienen más de 20 mil reproducciones cada una. La reflexión del comienzo sobre la actualidad del fútbol, que ya no es popular, no como antes, rompe totalmente con el esquema coyuntural de las conferencias. Un punto seguido y el actual DT de La Celeste le continúa respondiendo al periodista. Su pregunta, en principio, había sido sobre la final de la Copa Libertadores entre el Sao Paulo y Newell´s en 1992. No creo que tenía en sus planes la inesperada reflexión de Bielsa: “Usted como representante de un gremio, que se atribuye un poder, que lo tienen y que manipulan hasta el máximo; por qué no asumen a través de la investigación desenmascarar las mentiras del poder. Porque cada vez que hay un episodio central en el fútbol comprometen a los protagonistas en vez de desenmascarar las mentiras. Los usan para polemizar”.
En medio de la Copa América, Cafú, el histórico lateral derecho que jugaba en ese Sao Paulo de 1992 y que metió el penúltimo penal de la tanda que consagró al equipo tricolor dijo que “cuantos más brasileños pasen a la Premier League, menos posibilidades tendrá Brasil de ganar el Mundial- sigue- Los medios te lavan el cerebro diciendo que son los mejores del mundo cuando no están ni cerca de serlo”. En el torneo más añejo de selecciones, Brasil tuvo poco de esa chispa futbolera, del carnaval que representa su fútbol. Solo flashees como los videos de Tik Tok. Empató con Costa Rica y Colombia y quedó eliminada en cuartos de final, desde la vía de los penales, ante Uruguay. Todos los mediocampistas de Brasil, menos Ederson (Atalanta), juegan en la Premier League. Al mismo tiempo, Uruguay volvió a una semifinal de Copa América luego de 13 años. Bielsa recuerda, y durante los festejos, abrazó a Raphinha, a quién dirigió en Leeds United.
“El favoritismo es un tema totalmente intrascendente, manipulado por los medios de comunicación para ver qué se logra. El débil también tiene posibilidad de ganar. No tiene ningún sentido dedicarle tiempo a anticipar qué es lo que va a pasar”, dijo Bielsa, después de la victoria de Uruguay 5 a 0 ante Bolivia en fase de grupos de la Copa América. El eterno DT sabe el poder y la capacidad que tiene el periodismo para instalar ideas y lo desenmascara en su hábitat natural, las conferencias de prensa.
Si le preguntáramos a 20 personas qué es el fútbol para ellos, las respuestas serán distintas, porque son personales. Este deporte, ”el primer juego del mundo”, como lo denomina Bielsa, atrae nuestras emociones, el placer, hasta nos hace imaginar la idea que los jugadores nos representan, que cumplen una idiosincrasia nacional, mientras patean una pelota de cuero y lona. Pero Bielsa siente que el fútbol cambió de carril o lo cambiaron de carril: “Yo tengo la certeza de que el fútbol está en un proceso decreciente, cada vez lo ve más gente, pero cada vez es menos atractivo en la medida que el juego se vuelva absolutamente previsible. Eso favorece al negocio porque lo mira mucha gente. El fútbol no es cinco minutos de atracción, es mucho más que eso, es una expresión cultural y ese aumento artificial de espectadores en un momento se va a cortar”. Bielsa declaró esto previo a la victoria con Brasil. Tal vez la poca atención que hubo por el estado del pasto en los estadios es una forma de decir que importa más el dinero, que las tribunas estén llenas, antes que el propio juego. Business are business.
Durante su paso como entrenador de la Selección Argentina, Bielsa decidió no dar entrevistas personales a ningún periodista ni a ningún medio de comunicación. Los títulos y las charlas podrían darse en sus largas conferencias de prensa, que a veces duraban horas. “Tienen el mismo derecho una radio de Salta que TyC Sports”, recordó (lo que había dicho Bielsa) el periodista Marirro Varela en el trabajo “Retratos de una obsesión” de Gabriel Tuñez. Bielsa utilizó las conferencias como un espacio de igualdad. Sin límites de preguntas, porque las primeras siempre van hacia los más poderosos. El Loco rompió el modus operandi de una conferencia de prensa.
El 19 de abril de 2021, el Leeds United dirigido por Bielsa iba a jugar con el Liverpool por la fecha 32 de la Premier League con la resonante noticia de la posible creación de una Superliga de fútbol que integrarían los equipos más grandes de Europa como el Real Madrid, Barcelona, Liverpool, entre otros. El partido terminó 1 a 1 y el Loco junto a su traductor colombiano, Andrés Clavijo, aprovechó la nota post partido para reflexionar sobre el hambre insaciable de los poderosos dentro del fútbol: “El problema fundamental es que los ricos siempre aspiran a ser más poderosos, sin considerar las consecuencias sobre el resto -sigue- Hay un montón de estructuras que le ponen límite a la desigualdad y se han ido flexibilizando. Lo que le da salud a la competencia es la posibilidad del desarrollo de los débiles, no el exceso de crecimiento de los fuertes”.
UNA CLASE DEL LOCO: tras el empate ante Liverpool en la #PREMIERxESPN, Bielsa reflexionó sobre la creación de la Superliga europea. pic.twitter.com/cC7N27aZKc
Marcelo Bielsa, a través del micrófono, de las conferencias de prensa, de las preguntas de los periodistas, busca romper con la coyuntura y el sistema monótono, resultadista y corrupto que corrompió de a poco al fútbol. Con una espada representada en su lenta, pero clara voz, defenderá por siempre la igualdad, la justicia, la esencia del fútbol, lo que disfrutan los hinchas, lo que emociona a los jugadores, pero no es negocio para los poderosos y los organizadores. “La gambeta tiene vida propia, del mismo modo que no se enseña tampoco se anula. ¿Cuál es la forma de anularla? Reprimiendola. Un verdadero sin sentido”, concluye el Loco en noviembre de 2023, en una conferencia de prensa, su lugar de lucha ante el poder dominante, ante el negocio, que amenaza el juego que amamos. El juego que parece ser de todos, pero al final pertenece a unos pocos.
Franco Colapinto chocó por primera vez a los cuatro años: manejaba su cuatriciclo en una quinta familiar en San Cristóbal cuando, por mirar hacia atrás para saludar a un jardinero, impactó con un Ford Falcon estacionado. Ese día, Andrea Trofimczuk juró que su hijo no manejaría más. Fue imposible. No cumplió. El pilarense, de 21 años y miembro de la academia de pilotos de Williams, completó 24 vueltas a bordo del monoplaza inglés y finalizó a aproximadamente a cuatro décimas de su compañero Alex Albon (quinta temporada en la división) en la práctica libre de apertura del Gran Premio de Gran Bretaña de Fórmula 1, en el trazado de Silverstone, donde el 13 de mayo de 1950 la categoría reina del automovilismo inauguró su biografía.
Franco con un amigo en su cuatriciclo.
El Gran Circo nació con padre argentino. Juan Manuel Fangio, oriundo de Balcarce, Buenos Aires, fue quíntuple campeón con cuatro equipos diferentes y registró 24 victorias en 53 carreras, el mayor porcentaje de la historia (47.06%). En simultáneo, José Froylán González ganó en la prueba de Silverstone 1951 y le dió a Ferrari su primogénito éxito en la competencia.
En Williams brilló Carlos Reutemann. El “Lole” aportó doce de los 38 triunfos que ostenta el deporte de velocidad argentino en la división. Podrían ser trece, pero algo falló: el rosarino lideraba el Gran Premio de Argentina 1974, una de las veintiuna veces que el Autódromo de Buenos Aires fue sede de la Máxima, cuando se quedó sin combustible a media vuelta del final. Aún más cerca término en la campaña 1981, edición en la que fue subcampeón y concluyó su participación un punto detrás del brasileño Nelson Piquet.
Carlos Reutemann con su Williams.
Luego llegó Bernie Eccleston y su compañía Formula One Management, encargada de administrar los derechos televisivos. El sistema cambió. La Fórmula 1 viró. Busco nuevos y más bondadosos mercados y se alejó de la Argentina. A partir de allí, el oasis es Colapinto. El bonaerense cortó una racha de 8.483 días sin un piloto nacional en el principal show del automovilismo, desde que Gastón Mazzacane disputó el GP de San Marino de 2001.
Con catorce años, el argentino persiguió su sueño hasta Europa. Aníbal, su padre, recuerda: “Lo dejé solo en otro continente sin saber si hacía bien o mal, cuestionando si me equivocaba”. La frase: “Esto es lo que yo quiero”, de su retoño, decantó la balanza e inició una aventura a pura velocidad.
Sólo veinte pilotos tienen asiento en la categoría más elitista del deporte automotor. Todo competidor requiere de un equipo: mecánicos, ingenieros y representantes. Erradicado en España y participando del Campeonato de F4 del país, Colapinto conoció en 2019 a la local Maria Catarineu y al británico Jamie Campbell – Walter, sus actuales managers ligados a la empresa de Bullet Sports Management.
La pirámide de ascenso se escala con talento y – sobre todo- con presupuesto. Para participar de una temporada en la Fórmula 3 (división en la que el argentino finalizó cuarto en 2023) se requieren fondos de 800.000 a 1.000.000 de euros. La Fórmula 2, donde Colapinto marcha quinto tras siete carreras, duplica la demanda. Entonces, se necesitan patrocinadores: en principio fueron exclusivamente europeos y, a compás del crecimiento, llegó el apoyo nacional.
“Es un chico soñador y humilde. Cuanto mayores son sus desafíos más te inspira. Sentí que había una historia por contar”, comentó Gastón Parisier, fundador de la empresa de regalos Big Box, la cual, al igual que Globant, YPF y Celulosa Argentina, entre otras, se unieron al deportista pilarense en calidad de sponsors. Tiempo antes, el productor musical internacional Bizarrap había sido el primero en apoyarlo, al conocer que el argentino no tenía asegurada su continuidad en la estructura para el vigente ejercicio. También se sumaron los fanáticos de la velocidad, quienes se expresaron en las redes sociales y colocaron el hashtag #FranColapintoalaF2 como tendencia líder en el país en Twitter (hoy X).
El aura, acompaña. Colapinto es franco y genera apego. “La verdad soy un boludo, largue para el culo”, se lamentó el bonaerense luego de ser superado en la largada de la carrera inicial en el GP de Imola 2024. Asimismo, la épica lo escolta. En la mencionada prueba de movimiento fallido, el piloto nacional persiguió al líder Paul Aron hasta la última vuelta cuando, al final de la recta principal, estiró al extremo la zona de frenada, emparejó su auto al del estonio y lo superó por el lado exterior de la chicane de Tamburello. Maniobra que fue definida como “una buena señal” por James Vowles, el jefe de la organización situada en Grove.
¡Franco Colapinto 🇦🇷 ganó su primera carrera sprint en la Fórmula 2!
Superó a Paul Aron en la última vuelta y finalizó en el primer lugar en Imola 🇮🇹. En el mismo escenario ya había triunfado en 2022 por Fórmula 3. ❤️pic.twitter.com/AMFbUKXzyP
Obtener buenos resultados en la Fórmula 2 no garantiza nada. Los últimos dos campeones de la división, el brasileño Felipe Drugovich y el francés Theo Pourchaire, no dieron el salto. Sin embargo, la situación en Williams, ganador de nueve títulos pero anteúltimo en 2024, acrecienta la esperanza. Por un lado, el tailandés Albon, piloto principal, extendió su vínculo hasta 2027. Por otro, el futuro de su actual compañero, Logan Sargeant, es una incógnita: el estadounidense de 23 años (único representante de su país en la F1) cosechó cero puntos en las once carreras disputadas en la vigente temporada y finalizará su contrato junto con el año.
Al olimpo de la velocidad se ingresa por la puerta grande. El impacto potencia. Amplifica. No obstante, en caso de no adueñarse del campeonato, 41 unidades lo separan Aron, líder a falta de siete desafíos, el sueño continuará. Caterineu aseguró tener los fondos necesarios para afrontar un segundo calendario en la categoría y aseveró: “En algún momento llegará (Franco) a la Fórmula 1”. Es cuestión de tiempo, porque como escribió el protagonista en su cuenta de Instagram, con trabajo: “Los sueños SÍ se vuelven realidad”.
Enero de 1984 sería un punto de inflexión total en la vida personal y profesional de Roberto Daniel Fornés. El Flaco, formado como volante central en las categorías inferiores de Atlanta desde los 7 hasta los 16 años, llegó a Boca de la mano de Alberto Mario González, gloria boquense en los años 60 y entrenador de Roberto en su etapa juvenil en El Bohemio. Gonzalito le consiguió una prueba y Ernesto Grillo, que ya había dejado atrás su pasado como figura internacional en las canchas, fue el encargado de abrirle las puertas del predio de La Candela de par en par.
El debut en el Torneo Esperanza 84, creado con el fin de jerarquizar a las promesas del mañana de los equipos del fútbol argentino, sería su carta de presentación para el mundo azul y oro. Una noche de martes como cualquier otra, sin saberlo, Fornés jugaba contra Argentinos Juniors en la cancha de Vélez y cambiaría su realidad para siempre. Con relación a ese momento -y con risas de por medio-, declaró: “Parece que jugué bastante bien porque el miércoles, cuando fui a La Candela, tuve que entrenar con el plantel de Primera. El utilero de inferiores no me daba la ropa y me dijo que la fuera a pedir al vestuario de al lado (el de Primera). No le creía, entonces hablé con (Ernesto) Grillo y me dijo que me había visto el técnico, que había hablado con él y que quería que yo empezara a entrenar con ellos”.
Su primera charla con el brasileño Dino Sani, en ese momento DT del cuadro de la Ribera, fue compleja. Miembros distinguidos del plantel profesional como Ricardo Gareca, Julio César Balerio u Oscar Ruggeri ejercieron como traductores del campeón del mundo con la Canarinha en Suecia 1958, que le prometió al recién promovido Flaco que se consolidaría como titular luego de jugar dos partidos con la Reserva y dos segundos medios tiempos con el plantel mayor. “Fue tal cual así”, confirmó Roberto, que sería parte de la camada de chicos que, en el marco de una huelga de todo el plantel profesional y una crisis económica que casi provocó la quiebra del club, le puso el pecho a las balas.
Fornés en su época como jugador de Boca (1984-1987) junto a Oscar Ruggeri, Hugo Orlando Gatti y José Luis Tata Brown.
Uno de los episodios históricos que protagonizaría junto al resto de sus jóvenes compañeros sería el del “fibronazo”. Un 8 de julio de 1984, El Flaco salía a jugar a una Bombonera solamente habilitada en su anillo inferior como parte de un equipo formado exclusivamente por juveniles de la Cuarta y Quinta división. Tanto el rival -Atlanta, por aquel entonces en una racha ganadora con una camiseta azul con puños amarillos- como el resultado -derrota por 2 a 1- quedarían en simples anécdotas en relación al hecho más particular que sucedería en aquella tarde en Brandsen 805: las camisetas de los jugadores xeneizes, blancas como las cuentas de la institución, tenían los números escritos en el reverso con un fibrón. “Se tuvo que ir a buscar a La Candela -de Boca a San Justo, sin autopista- una camiseta blanca de Adidas. Se postergó el partido media hora para que nos den tiempo para hacer ese movimiento y cuando llegaron las camisetas estaban sin número. Con el mismo fibrón con el que se señalaba en unas cartulinas -no en un pizarrón magnético como ahora- qué jugadores tenías que marcar en la barrera y cómo nos parábamos, se escribieron las camisetas”, detalló Fornés, que sigue recordando ese hecho como uno de los más trascendentales de su vida.
Boca 1-Atlanta 2, el partido del “fibronazo”.
Más allá de no ser reconocido como un “ídolo” de Boca Juniors, el Flaco Fornés continúa ligado al club que lo vio dar sus primeros pasos dentro del profesionalismo y que, incluso, le dio la posibilidad de convertirle un gol -su único en su trayectoria de 3 años en la Primera del Xeneize- a River en un amistoso en Mar del Plata en el 86’. Es así como hoy en día analiza e informa sobre la actualidad del equipo masculino de fútbol en un programa de YouTube llamado “Modo Boca OK”. No es socio pero, como exjugador que es, cuenta con medicina gratis. En referencia a ese reconocimiento, valoró: “Tampoco es para pedir algo. Un reconocimiento te lo dan, no se pide. Fue vergonzoso para muchas de las comisiones directivas de Boca hablar de este momento. Otros tienen que hablar de un descenso (risas). Yo cuando me junto con los chicos y hablamos estamos bien, sin problemas. Hicimos lo que hicimos porque lo teníamos que hacer. Claro que íbamos a aceptar el desafío, más bien”.
Sin una tradición futbolística, sino más centrada en otros deportes como béisbol y boxeo, Panamá es considerado como el país con más progreso del fútbol en Centroamérica. Y se ve reflejado con sus logros: juega la Copa América por segunda vez en su historia, luego de ser finalista dos veces en la Copa de Oro de la Concacaf y haber clasificado por primera vez a un Mundial en Rusia 2018.
Pero para reconstruir esta historia hay que remontarse a los años 80, donde la historia no era de color de rosas como se la conoce ahora. En 1980, las elecciones en la directiva de la Federación Panameña de Fútbol (FEPAFUT) serían denunciadas por un supuesto fraude.
Esto iba en contra del presidente de la Federación en ese momento, Carlos Alberto Vásquez, para favorecer a Agustín Díaz Cogley, quien terminó siendo presidente pero, como respuesta, la FIFA decidió suspender y aislar mundialmente a Panamá de manera indefinida.
El aislamiento duró cuatro años. Y si había alguna chance de que el fútbol se profesionalizara en Panamá, se derrumbó con la reclusión de la FIFA. Pero la idea de organizar un torneo no aficionado seguía en pie. Y así fue que en 1988 se creó la Anaprof (Asociación Nacional Pro Fútbol), la primera liga profesional del país.
Asociación que le brindó a los clubes la oportunidad de competir a nivel profesional y establecerse como entidades deportivas reconocidas. Además de darle un reconocimiento internacional al fútbol panameño, haciéndose conocidos jugadores surgidos de las canteras de estos clubes.
Uno de ellos fue Armando Dely Valdés, quien le abrió las puertas al mundo a los futbolistas panameños . Los Juegos Nacionales Juveniles de 1982 y su talento futbolístico lo llevaron hasta Argentinos Juniors. Equipo en el que marcó 18 goles y fue parte del plantel que se consagró campeón de América en 1985.
En 1993 se crea Linfuna (Liga Nacional de Fútbol No Aficionado), una liga paralela que contaba con el aval de la FIFA pero no podía utilizar estadios estatales, mientras que la Anaprof solo tenía el apoyo del gobierno de Panamá y sus jugadores quedaron inhabilitados por la FEPAFUT para integrar cualquier selección nacional. Tres años después, mediante la intervención de la Concacaf, se iban a unificar y seguiría con su nombre original.
Pero el hecho que marcó un antes y después fue cuando el torneo pasaría a llamarse Liga Panameña de Fútbol (LPF), manejado por primera vez por una empresa comercial: Prodena. Este cambio apunta a una organización más dinámica con el fin de ponerse a tono con los sistemas de campeonato del resto de los países de la CONCACAF, con un torneo Apertura y otro Clausura.
“A partir de esa fecha comienza en Panamá un proceso importante de selecciones, con buenos jugadores. En Panamá o cualquier lugar del mundo, es muy importante tener una buena liga profesional”, decía Ramón Cardoze, vicepresidente de la FEPAFUT entre los años 2006 y 2010.
Incluso también los ingresos de patrocinios de la liga aumentaron considerablemente a partir de la creación de la LPF. En 2004 la ganancia por patrocinios era de 100 mil dólares y hasta el último dato que se tiene, en 2022, fue de 3.9 millones, un crecimiento del 120% en 18 años.
“Hace más de una década que Panamá ha venido creciendo, sobre todo a nivel de selección. Eso ha impulsado a que el futbolista crea más en sus posibilidades de crecer, de tomarlo más en serio y se va notando que el jugador evoluciona y eso hace que nuestro fútbol sea visto de otra manera”, aseguraba Julio Dely Valdez, ex técnico de la selección de panamá y hermano del histórico Armando Dely Valdez.
Y justamente se nota que los jugadores evolucionan. Salen de las inferiores de los clubes nacionales con una mejor técnica y son vendidos hacia Europa. Algo que antes no pasaba y le da mayor reconocimiento a la selección.
No por nada una de las figuras de la selección, con quien contarán para la Copa America, Michael Amir Murillo, es titular en el Olympique de Marsella y fue semifinalista de la Europa League, que hizo el único gol para su equipo en esa llave que luego terminarian eliminados.
Y para tener de referencia, ni siquiera es el jugador con mayor valor de mercado. Sino que lo es Adalberto Carrasquilla de 25 años, actual jugador del Houston Dynamo de la MLS que tiene un valor de 5 millones de dólares. Datos que demuestran los destacados jugadores que tiene Panamá en la actualidad y con los que contará en el futuro.
Como la joya de 14 años que juega en la reserva de River: Estevis Lopez. Proveniente de la Academia Costa del Este de Panamá, ya fue campeón con el Millonario de la Junior World Cup Sub-15 tras ganarle 6 a 0 al Hertha Berlín con un gol suyo. Quedará por verse su futuro en la selección que no demorará demasiado.
Pero los logros conseguidos por la selección de panamá también engrandecen su figura a nivel internacional. Con los jugadores destacados anteriormente se logró en el último tiempo la clasificación por primera vez a un Mundial y ahora a la Copa América 2024 en Estados Unidos, su segunda participación en la historia.
Con un gran mérito, pues se clasificó tras ganarle en un global de 6 a 1 a Costa Rica en los cuartos de final de la Liga de Naciones de la Concacaf. Luego perdería la semifinal frente a México por 3 a 0.
Ahora, Panamá avanzó a los cuartos de final de la Copa América, donde buscará dar otro paso histórico cuando enfrente a Colombia.