lunes, diciembre 23, 2024
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Sociedades en equipo

Por Francisco Tomadín y Lautaro Velázquez

A lo largo de la historia, ha habido muchas sociedades dentro de la cancha entre jugadores argentinos y brasileros. Algunas, marcaron un antes y un después en el fútbol.

Palpitando un nuevo clásico sudamericano, repasamos algunos de los grandes dúos integrados por jugadores argentinos y brasileños que hayan compartido equipo en algún momento de sus carreras. Argentina y Brasil se enfrentarán en el estadio Mineirão en Belo Horizonte por las semifinales de la Copa América el martes 2 de julio, en una nueva edición de la rivalidad entre ellos.

El más recordado y laureado de todos es el conformado por Dani Alves y Lionel Messi, quienes fueron compañeros en Barcelona entre las temporadas 2008/2009 y 2015/2016, con Josep Guardiola como el entrenador que más les permitió lucirse. Juntos obtuvieron 23 títulos, de los cuales tres fueron UEFA Champions League, dos Mundiales de Clubes, seis Ligas Españolas, cuatro Copas del Rey, cuatro Supercopas de España y cuatro Supercopas de Europa.

El brasileño era el jugador con más asistencias a la Pulga en el conjunto “Culé” con 42 pases gol-antes de que Luis Suarez lo superara por uno en el empate 1-1 ante Valencia por la fecha 8 de La Liga en la última temporada-. La “Pulga” superó al lateral como el futbolista con más encuentros de la historia de La Liga con 423, disputando todos en el Barcelona.

El astro argentino también jugó con Ronaldinho, componiendo otra dupla que marcó un hito en la historia del club catalán, con una particularidad: Este dúo se formó cuando Messi daba sus primeros pasos como profesional. Entre los dos conquistaron cinco títulos, de los cuales fueron dos Ligas Españolas en la temporada 2004-2005 y 2005-2006, dos Supercopas de su país en los años 2005 y 2006 y la Champions League de la temporada 2005-2006, venciendo en la final al Arsenal con el holandés Frank Rijkaard como técnico.

El primero de Mayo de 2005, por la fecha 34 de la Liga Española, el rosarino anotó su primer gol oficial como futbolista ante Albacete, gracias a una brillante asistencia del “10” brasileño.Desde sus inicios en Barcelona,Messi creó un vínculo de amistad junto a “Dinho”, que sigue perdurando hasta la actualidad. “Como siempre dije, aprendí mucho a tu lado. Siempre te estaré agradecido por lo fácil que me hiciste todo cuando llegué al vestuario”, publicó Messi en su Instagram el 17 de enero de 2018, día en que su gran amigo decidió retirarse definitivamente del fútbol.

Otra dupla muy recordada que involucra jugadores argentinos y brasileños es la de Diego Armando Maradona y Careca, piezas fundamentales del Nápoli que pasó de ser un simple equipo de ciudad a una de las grandes potencias del fútbol de Italia.

Un año después que Maradona y sus compatriotas levantaron por segunda vez la Copa del Mundo en México, donde “Pelusa” marcó los dos goles más recordados de la historia como la “Mano de Dios” y el “Gol del Siglo” ante Inglaterra en cuartos de final, el volante brasileño llegó al club de Nápoles y jugó junto al astro para coronar una “Era de oro”.

Fueron cuatro temporadas exitosas en las que ganarían la Copa UEFA (actualmente llamada Europa League) ante el Stuttgart de Alemania en 1989, un subcampeonato de la Serie A aquel mismo año, un Scudetto y la Supercopa de Italia, ambos en 1990 -este último frente a la poderosa Juventus, venciéndola categóricamente por 5-1 (con doblete del brasileño)-. Fue el último año en el que Careca jugaría con el “Pibe de Oro”.

En esta Copa América 2019, están presentes dos figuras de una potencia de Inglaterra. Se trata de Sergio Agüero y Fernandinho, ambos jugadores del Manchester City deGuardiola. Empezaron a interactuar en la cancha juntos cuando el volante defensivo brasileño llegó en la temporada 2013/14, ya que el “Kun”, que es el máximo goleador de la institución con 231 goles, había arribado en 2011.

Ambos ganaron nueve títulos, con tres Premier League, cuatro Copas de la Liga, una Community Shield 2018, y la FA Cup que obtuvieron el mes pasado, días después de haberse coronado como los mejores de Inglaterra.

Será un encuentro lleno de pasión y mucho fútbol, donde el Mineirão presenciará a varios de estos cracks dejar todo en la cancha, luchando para ver quien obtendrá el boleto para definir la Copa América en el estadio Maracaná el próximo 7 de julio en Rio de Janeiro.

Caniggia, Brasil y ese gol que lo marcó para siempre

Por:Diego Yudcovsky y Valentín Irisarri

El gol de Caniggia a Brasil, sin dudas, marcó un antes y un después en la historia del fútbol argentino. Tanto que a día de hoy, casi 30 años después, se lo sigue recordando.

Le planteamos el siguiente desafío. Acérquese a la pantalla más cercana. Abra el buscador. Ingrese a YouTube. Escriba: gol de Cani… Automáticamente, casi por arte de magia, podrá visualizar el resultado de una búsqueda que conduce al mismo destino. Un gol, un partido y una victoria que marcaron un antes y un después de aquella epopeya.

La tiene Maradona en el círculo central contra Alemão. Escapa Diego. Se lleva la pelota Maradona, también contra Dunga. Ahí va Maradona, ahí va Maradona para Caniggia, ta ta ta…gol gol gol…”, narraba Víctor Hugo Morales en aquel épico partido en el Estadio Delle Alpi de Turín.

Pelotas en los palos, camisetas amarillas arrinconan a las celestes y blancas contra su propia valla como cerdo que es llevado al matadero y un bidón que nada tenía que ver con el desarrollo del juego, sellaron un resultado digno de una película de Hollywood. Ante semejante adversidad carioca, un petiso con rulos que superó su propia limitación física y un pájaro que escapó de su jaula lograron emular la historia de David contra Goliat.

El 24 de junio de 1990 se enfrentaron Argentina y Brasil por los octavos de final del Mundial que organizó Italia. En aquel encuentro, el campeón vigente se disputaba el pase a la siguiente ronda ante una selección que llegaba al mismo con figuras como Taffarel, Branco, Romário, Dunga, que brillaban a nivel mundial.

Durante el partido, el conjunto brasilero demostró una notoria superioridad en el juego. Generó numerosas ocasiones de gol que concluyeron en varios tiros en los palos y atajadas de Sergio Goycochea. Transcurrían los 35 minutos del segundo tiempo, cuando Maradona apiló cuatro rivales y filtró la pelota para que Caniggia amague al arquero y defina con su pierna inhábil al centro del arco.

El pitazo final del árbitro desató la locura, no sólo en los jugadores, sino también en millones de argentinos que fueron contemporáneos de dicha hazaña. Ésta, sigue siendo recordada a lo largo de los años, como un hito que selló la carrera de Claudio Paul Caniggia en la Selección y la historia de los enfrentamientos entre argentinos y brasileros.

Las mayores goleadas del Superclásico sudamericano

Por Alejandro Alfonzo y Axel Ayala

Argentina y Brasil mantienen una rivalidad futbolística que se ha iniciado prácticamente desde los comienzos del fútbol en América del Sur. Ambos países tuvieron y tienen jugadores considerados los mejores del mundo, como lo son: Diego Maradona, Lionel Messi, Pelé y Neymar Junior, entre otros.

El primer encuentro entre ambas selecciones se disputó el 20 de septiembre del 1914, con resultado favorable para la albiceleste por tres goles a cero. De esta manera comenzaba el denominado Superclásico de las Américas o Superclásico sudamericano, el cual hoy tiene 105 partidos realizados.

Al ser un ansiado cotejo por los aficionados, las goleadas tienen una mayor repercusión, destacando y pasando a la historia del prestigioso enfrentamiento. Por parte de la selección brasilera, resaltan tres victorias, siendo todas estas en torneos no oficiales.

La primera de ellas fue por 6 a 2 en la Copa Roca de 1945. El partido se disputó el 20 de diciembre del mismo año, ante la mirada de 50.000 espectadores, quienes presenciaron las anotaciones de Leónidas Da Silva, Chico, Zizinho, Heleno de Freitas y Ademir Menezes, en dos ocasiones. Adolfo Pedernera y Rinaldo Martino marcaron para Argentina.

El 12 de julio de 1960 el campeón del Mundial de Suecia 1958, con un joven y deslumbrante Pelé, goleó por 5 a 1 a su máximo rival en la Copa Atlántico de 1960, competición amistosa. El Maracaná fue testigo de los tantos de Pelé, Chinesinho, Délem y Pepe, quien marcó por duplicado.

Tras consagrarse campeón por segunda vez en su historia en Chile 1962, la Verdeamarela se enfrentaba en Río de Janeiro al seleccionado argentino en la Copa Roca 1963. El resultado fue un contundente 5 a 2 con una gran actuación del líder de ese equipo, Pelé, que se lució con tres goles, mientras que su compañero Amarildo se encargó de anotar otros dos. Fernández y Rodríguez habían convertido para los visitantes.

Por el lado de Argentina, las mayores goleadas ante los brasileros se produjeron en la Copa Roca entre los años 1939 y 1940.

La victoria más abultada en favor de la albiceleste ocurrió un 5 de marzo de 1940, en el estadio de San Lorenzo. Con Guillermo Stábile como entrenador, el seleccionado consiguió un histórico triunfo por 6 a 1, con una actuación sobresaliente de Carlos Peucelle, que marcó por triplicado. Herminio Masantonio anotó dos y Emilio Baldonedo sumó uno a su cuenta.

El estadio Sao Januario de Río de Janeiro presenció un resultado apabullante a favor del visitante. Fue un contundente 5 a 1 para humillar a una canarinha que había quedado tercera en el Mundial de Francia 1938. Dos goles de Herminio Masantonio, otros dos de José Manuel Moreno y un gol de Enrique García completaron la increíble victoria de Argentina.

Doce días después del histórico triunfo 6 a 1 en el estadio de San Lorenzo, el local volvería a ganarle de manera abultada a la selección de Brasil. En esta ocasión, el triunfo se apreciaría en Avellaneda. Baldonedo en dos ocasiones, Masantonio, Peucelle y Cassan serían los encargados de anotar los tantos para los dirigidos por Stábile. Da Silva descontó para Brasil.

Brasil bajo presión, por penales a la semifinal

Por Valentín Irisarri

En Porto Alegre pasó el famoso fantasma denominado Maracanazo y se detuvo por unos cuantos minutos a presenciar el partido entre Brasil y Paraguay. Se acercaba el pitazo final del árbitro Eugenio Tobar y cada vez resonaba más fuerte sobre el verde césped. Entre las 23.24 y las 23.33, minutos entre el final del encuentro y los penales, el pequeño gran espíritu merodeó muy cerca de cada jugador, cuerpo técnico e hinchas que nacieron en tierras brasileras. El fantasma se esfumó cuando Gustavo Gómez pateó el primer penal para el conjunto Albirrojo pero volvió a aparecerse para empujar la pelota que ejecutó Roberto Firmino afuera del arco en el cuarto tiro.

Todas las ocasiones de gol que generó Brasil no fueron suficientes para quebrar el 0. El palo, las manos del ex arquero de Racing Roberto Fernández y la mala puntería de los jugadores verdeamarelos hicieron que haya que extender el partido ante el máximo sufrimiento –y mayor disfrute de los neutrales- habido por haber en los partidos definitorios “mano a mano”: los penales.

CONMEBOL decidió quitar el tiempo suplementario en los cuartos de final –si lo habrá en caso de ser necesario en las siguientes instancias- para que los jugadores no se desgasten físicamente y puedan provocarse lesiones musculares. Esto favoreció al seleccionado comandado por Eduardo Berizzo, que todo el encuentro decidió defenderse cerca de su arco, y aún más cuando a los 57 minutos se quedó con un jugador menos debido a la expulsión del defensor Fabián Balbuena –el árbitro Roberto Tobar había cobrado penal y luego de revisar el VAR decidió dar tiro libre-.

El estadio Arena do Gremio era un olla de presión. Los más de 45 mil espectadores brasileros no podían creer la resistencia paraguaya y hasta temieron una similitud con aquella definición en el Estadio Ciudad de La Plata en la Copa América 2011, donde Paraguay eliminó a Brasil por penales tras una exótica definición 2-0 luego de fallar siete penales entre los dos equipos. 

Pero no fue así. Willian sacó ventaja luego del tiro errado por parte de la Albirroja, al igual que Marquinhos y Philippe Coutinho en cada penal brasileño. Miguel Almirón, Bruno Valdez y Juan Rojas empataban la serie transitoriamente para Paraguay. Hasta que llegó el turno de Firmino. El recientemente campeón de Europa desvió su tiro para ponerle suspenso a la definición. Las pocas caras que se hicieron presentes en las tribunas por parte del equipo de Berizzo cambiaron rotundamente y se llenaron de ilusión, aunque duró poco. Llegó el turno del quinto penal en los pies de Derlis González –de un magnífico partido en los 90 minutos- pero le pegó mordida a la pelota y salió a unos cuantos centímetros del arco que custodiaba Alisson.

Gabriel Jesús volcó toda la experiencia adquirida en el último tiempo pese a su juventud y sentenció el último penal para expulsar al fantasma Maracanazo y aliviar al pueblo brasilero que se ilusiona con volver a levantar la Copa luego de 12 años. Enorme es poca, la presión que tiene la selección dirigida por Tite por ganar un título en sus tierras, ya que no lo logra desde la Copa América 1989.

¿No importa en qué cancha juguemos?

Por Carolina Jurczyszyn

La pelota picando llegando a los pies de Lionel Messi a los 72 minutos contra Catar hizo resurgir las críticas hacia el estado de los campos de juegos de esta Copa América.

Los cuestionamientos de jugadores y entrenadores se han hecho oír frente a los micrófonos de los periodistas. Lionel Scaloni se ha expresado, tanto en el debut de Argentina como en el último partido de la fase de grupos sobre este tema. “Me parece lamentable el estado de la cancha”, respecto al campo del Arena Fonte Nova. “Recalco el tema del césped, no se puede jugar así”, afirmó el entrenador argentino luego del encuentro con Catar.

La cancha no estaba muy buena para jugar. Todas en las que jugamos (Arena Fonte Nova, Arena do Gremio y el Mineirão) estaban muy mal”, haciendo sentir su descontento hacia un torneo que luce plateas vacías.

Sin embargo, desde el Comité Organizador emitieron un comunicado en el cual se manifiesta que “el césped del Arena Fonte Nova está en excelentes condiciones, atendiendo todos los requisitos como la altura del corte, traza, humectación, compactación y resistencia”.

Luis Suárez y Diego Godín también admitieron su malestar sobre el terreno donde se disputarán dos encuentros de los cuartos de final.

“Nosotros no somos un equipo de tiki-taka y de jugar por abajo, por lo que obviamente no es una excusa, pero los estadios y las canchas no están en un buen estado”, admitió el delantero uruguayo.

Por su parte, Edinson Cavani dijo que “no estamos jugando en potreros sino en los estadios de grandes equipos, en los que se disputa uno de los principales campeonatos del mundo”.

Medios españoles como Marca y Mundo Deportivo publicaron artículos en donde las figuras de la Liga expresan la realidad que se vive en Sudamérica.

Entonces, ¿por qué en Sudamérica nos acostumbraron a esto mientras que en Europa el césped es de primer nivel?

Como consecuencia, los futbolistas, las cuales son estrellas en sus clubes, pueden sufrir lesiones ya que el campo de juego no está en óptimas condiciones.

La administradora del estadio del Gremio ha culpado al clima y a la frecuencia con la que los combinados han jugado en ese terreno.

En 2016 la Copa América y la Eurocopa se disputaron al mismo tiempo, ya que el certamen sudamericano a nivel selección se realizó excepcionalmente por cumplirse 100 años desde su creación. Fue entonces cuando surgieron las comparaciones.

Diez países son miembros de la CONMEBOL frente a los 55 que pertenecen a UEFA. Cada vez es mayor la diferencia económica entre ambas, debido a que, en sus torneos más relevantes, Copa Libertadores y Champions League, los finalistas reciben seis millones de dólares y 15 millones de euros, y cuatro si se consagran campeones en Europa, respectivamente. Eso hace al viejo continente más importante a nivel económico.

Muchos factores se miden para hacer una comparación entre un torneo que se inició en 1916 y el otro en 1960. Con una nueva edición de Copa América el año que viene volverán a surgir las comparaciones entre las competencias más importantes a nivel de selección. El campeonato sudamericano se disputará en Argentina y Colombia, en dos grupos de seis equipos agrupados en Zona Sur y Zona Norte y los combinados invitados serán Australia y Catar.

Las Leonas rugen con fuerza en Francia

Por: Santiago Carrodeguas

El planteamiento de Noruega fue suicida. Casi desconociendo las virtudes del rival, olvidó lo que había aprendido de la derrota ante Francia en la fase de grupos y dejó muchos espacios en los laterales para jugar ofensivamente. Fue un intento fallido, una ilusión que duró solo tres minutos hasta que Lucy Bronze y Nikita Parris conectaron y Jill Scott, mediocampista del Manchester City, abrió el marcador.

El dominio inglés a partir de ese momento fue absoluto. Las nórdicas intentaron presionar a la defensa rival pero fueron humilladas por Stephanie Houghton, la capitana de las Three Lionesses, quien fue expeditiva en defensa y precisa para sacar el balón hacia Bronze para que iniciara el ataque.

Por otra parte, Parris siguió dandole problemas a Kristine Minde, la lateral por izquierda de las Gresshoppene. No siempre precisa a la hora de la definir, la extrema por derecha del City si lo fue a la hora de asistir a Ellen White para que aumentara la ventaja. White ya le había hecho el segundo a Japón, Escocia y Camerún.

Luego del entretiempo, Noruega recuperó la cordura y se replegó hasta lograr un contraataque que le permitiera descontar el 0-2. Ahí fue cuando Inglaterra demostró sus debilidades en defensa, especialmente por el sector de Demi Stokes, la marcadora de punta izquierda que entró en reemplazo de Alex Greenwood, pero que las dirigidas por Martin Sjögren no pudieron aprovechar.

Lucy Bronze, como si le faltara algo a su partido estelar, remató fuerte, alto y al medio luego de que Beth Mead se la pasara en un tiro ligre y sentenció el partido. Inglaterra incluso tuvo un penal a favor pero Parris, como si le quedaran recuerdos del que le atajó Vanina Correa, volvió a fallar.

 

Análisis Táctico: La previa de Argentina – Venezuela

Por Roberto Aboian

El Maracaná será el escenario en el cual se enfrentarán la Argentina y Venezuela por los cuartos de final de la Copa América. Ambos combinados llegan a esta instancia de menor a mayor, terminando en el segundo lugar de sus respectivos grupos. Si habláramos de favoritismos, la Albiceleste es por historia quien debería ser la vencedora, pero si nos referimos a la actualidad, puede ser para cualquiera.

Venezuela es una selección que basa sus fundamentos en el orden, la solidaridad entre líneas, el contragolpe y la maximización de los momentos con la posesión del balón. Un conjunto que suele formar 4-3-2-1 con Salomón Rondón como su máxima referencia en ataque. El delantero del Newcastle mezcla potencia, físico y velocidad en su juego, características que lo hacen letal frente a las defensas. Aporta en el funcionamiento colectivo aguantando los pelotazos y arrastrando marcas para que los volantes interiores puedan pasar al ataque.

En defensa, forman un 4-1-4-1 usando a sus extremos como volantes por afuera. Estos realizan la tarea del ida y vuelta constante, estando muy atentos para salir de golpe en un rápido contraataque como también para reubicarse en la línea defensiva. El jugador clave en esta instancia es el volante central Júnior Moreno, quien tiene como su capacidad fundamental la polivalencia en el sector defensivo. El mediocampista del D.C United se destaca en sus relevamientos para tapar los distintos huecos que generan los equipos rivales al atacar. Suele ubicarse como un tercer central más, aunque también se lo ve cubriendo las zonas laterales cuando los carrileros, por marcar a algún jugador rival, dejan la zona liberada.

En situaciones donde Venezuela tiene que defenderse, se puede apreciar la contracción que sufre en lo que se refiere a la distancia desde su primera línea hasta la última. Aproximadamente 17 metros es lo que ocupa el conjunto venezolano a la hora de replegarse. Su máxima virtud en este caso es cerrar los caminos por adentro mediante un marcaje pegajoso a los volantes interiores y delanteros del equipo rival, para que el volante generador de juego no pueda recibir y hacer lo suyo. Este tipo de movimientos incita la lateralización del balón por parte del rival, para intentar generar los espacios por las bandas.

Otra cuestión relacionada a lo anterior es el constante movimiento en el cual se encuentra el seleccionado dirigido por Rafael Dudamel. Siempre hay una opción de pase visible, al menos para recibir y devolver. En los momentos que tienen la posesión, distribuyen la pelota con suma paciencia triangulando hasta encontrar el pase que pueda abrir el juego y dirigirse hacia el arco rival.

El punto débil de Venezuela es su línea defensiva. Buscan contrarrestar esta fragilidad mediante la superioridad numérica y, a su vez, con los relevos. Sin embargo, con superar a la defensa no alcanza del todo, dado que en el arco se encuentra Wuilker Fariñez. El guardameta de 21 años que actualmente milita en Millonarios es, seguramente, uno de los arqueros juveniles de mejor nivel de Sudamérica. No es alguien que esté dotado con el juego con los pies, pero a lo que se refiere de tapadas, gracias a su gran velocidad de reacción, lectura y fuerza de piernas, hace que se deba rematar con mucho más criterio para vencerlo.

Argentina de cara a este encuentro deberá aprender de los errores cometidos en los partidos anteriores. Considerando la superioridad numérica que buscará Venezuela en defensa, sería ideal jugar con Sergio Agüero y Lautaro Martínez desde el inicio del encuentro para comprometer de entrada a los dos centrales venezolanos con la marca, que los laterales se tengan que cerrar (evitando así una posibilidad de amplitud en ataque por parte de los mismos) y preocupar a Moreno con lo que suceda a sus espaldas. Con respecto a esto, para este partido parece más apto Marcos Acuña que Giovani Lo Celso, por una cuestión más referida a la llegada hasta la última línea por ambas bandas (obviando la titularidad de Rodrigo De Paul por derecha).

El conjunto de Lionel Scaloni debe tener como máxima la idea de estar en constante movimiento. La estaticidad del mediocampo en ataque, como se observó ante Catar, tiene que ser la mayor enemiga del plantel. Ante la superioridad numérica antes mencionada, quedarse inmóvil es sinónimo de perder la posesión de la pelota y un inminente contragolpe por parte de los venezolanos.

La zaga de centrales deberá estar muy atenta con el marcaje a Rondón. Los errores, en estos casos, son casi gol, considerando la capacidad del delantero Vinotinto.

La gran carta que tiene actualmente la selección nacional es Lionel Messi. El rosarino, que viene teniendo una Copa América bastante ordinaria, puede tener su escenario ideal para explotar sus capacidades en beneficio del equipo. Dejar a jugadores en el camino, como lo suele hacer, desencadenaría un desorden en la defensa venezolana que generaría los espacios para ser aprovechados.

El último antecedente entre estas dos selecciones se remite a marzo de este mismo año en territorio español, en donde Venezuela venció categóricamente a la Argentina por 3-1. La Vinotinto anuló a la Selección Nacional con las mismas características antes mencionadas.

La gran evolución de Venezuela no es casualidad y hay un nombre detrás de todo esto que es Rafael Dudamel. El ex arquero arrancó su camino dirigiendo el Sub17 y gracias a los constantes buenos resultados, fue subiendo hasta llegar a la mayor. Estas grandes actuaciones, como el segundo puesto en el Mundial Sub20 del 2017, tienen sustento en un proyecto que mezcla jóvenes talentos con el orden y una filosofía de juego basada en la solidaridad en sus líneas. Claro está, que la Selección Venezolana está en muy buenas manos.

Ada Hegerberg: una noruega revolucionaria con acento argentino

Por Francisco Rodríguez

¿Qué hubiera pasado si, en ánimo de protesta, Lionel Messi no participaba del último Mundial? ¿Qué sería de nuestra historia futbolística si Maradona hubiese hecho lo mismo en el ‘86? Serían hechos dignos de recordar por siempre. Así fue cuando Johan Cruyff decidió no presentarse en Argentina ‘78, debido a que el país estaba bajo la peor dictadura cívico-militar de su historia. Hoy, Ada Hegerberg, la primera mujer en ganar el Balón de Oro, se anima a reclamar por lo que le pertenece. Tanto a ella como a todas las mujeres.

El 18 de junio de 1995, Noruega se consagraba campeona del Mundial de Suecia. A nadie se le ocurriría por aquel entonces que, tan solo 40 días después, en Molde -una ciudad costera de difícil acceso en el país nórdico- iba a nacer una delantera revolucionaria con algunas cositas argentas. No las lleva en la sangre, pero si en sus formas.

La joven de 23 años es una máquina de hacer goles. Es certera, pivotea muy bien y aparece siempre en el área cuando nadie se la espera. Tiene ese mismo olfato y optimismo goleador que Martín Palermo, pero también una potencia comparable a la de Gabriel Batistuta.

Su pasión por el fútbol comenzó de pequeña, en los clubes de la zona, cuando todavía no había llegado a su metro setenta y siete de altura. Desde entonces, no paró de destacarse: Debutó en el Kolbotn noruego a los 15 años y, con apenas 18, vistió la camiseta de su país por primera vez. Luego del subcampeonato en la Eurocopa 2017, su carrera despegó: el hegemónico Olympique de Lyon contrató a la joven estrella. Con el equipo francés consiguió seis títulos locales, tres Champions League, y contando…

Sin embargo, fue en 2015 cuando comenzó a romper con lo preestablecido. Ada recibió el premio a la mejor futbolista de Noruega, galardón que hacía 20 años que una mujer no lo ganaba. Igualmente, su lucha continuó: debido a la desigualdad entre hombres y mujeres por cuestiones puramente de género, se alejó de la selección luego de la eliminación en la Euro 2017.

Su decisión produjo un cambio inmediato en su país: la Federación Noruega de Fútbol y el sindicato de futbolistas firmaron la igualdad de salario entre mujeres y hombres. Sin embargo, el reclamo de Ada va más allá del dinero. Ella se refiere a las diferencias en la preparación y la infraestructura. En otras palabras, de la forma en la que son tratadas, con menos profesionalismo que a los hombres.

Por otro lado, hoy su selección está en los Cuartos de Final del torneo más preciado, el que todos los jugadores y todas las jugadoras sueñan con ganar. Por eso, no hay que olvidar que, más allá del buen andar de su país, Ada no se conforma. Nada es más importante que su lucha por los derechos de las mujeres. Ni sus títulos con el Lyon, ni su exorbitante cantidad de goles (293 en 320 partidos a nivel clubes y selección), ni siquiera la Copa del Mundo.

Su forma de pensar recuerda a Marcelo Bielsa. Al igual que el rosarino, Ada parece que siempre está dispuesta a jugársela más que el resto: “Sé lo que quiero y conozco mis valores, por lo tanto es fácil tomar decisiones difíciles cuando sabes cuáles son las ambiciones y cuáles son los valores que defiendes. Se trata de ser sincera, de ser tú misma“.

Pero los parecidos no se acaban, Ada personifica a Macarena Sánchez, ya que tomó la posta de la lucha por los derechos de las futbolistas, sin importar las consecuencias que esto podría generar en su carrera. “Es muy importante que se haya creado una categoría para las mujeres en el Balón de Oro, por eso quiero acabar con un mensaje a todas las jóvenes: crean en ustedes, no paren nunca“, dijo la delantera cuando la nombraron como la mejor futbolista del momento.

Ada es una noruega revolucionaria con acento argentino que busca cambiar el mundo. Tiene la potencia del Bati, el olfato del gol de Palermo, los valores de Marcelo Bielsa y el sacrificio y la persistencia de Macarena Sánchez. Juega como unas pocas elegidas, pero piensa como todo un colectivo de mujeres que pelea por la igualdad.

Una venganza con acento holandés

Por Dimas Ballada

Holanda realizó su primera presentación en un Mundial en Canadá 2015, pero, en aquella oportunidad, se despidió temprano. Perdió en octavos de final 2-1 con Japón. Cuatro años después de aquella victoria, dos viejos conocidos se volverían a cruzar, pero la historia tomaría otro color esta vez.

Un partido que prometía ser el más atractivo por juntar tan pronto en un Mundial, y otra vez en octavos de final, al último subcampeón mundialista y al campeón de Europa. Naranjas y azules no defraudaron. Tres goles. Un deja vu. El fútbol siempre da revancha y Holanda, la esperó cuatro años.

El 4-3-3 que planteó Sarina Wiegman ayudaría a que su plantel, con dinámica y rápidos traslados, haga fluir su juego pronto. No tardó en llegar para que, la figura del equipo, Likie Martens, diga presente con un movimiento escultural de taco tras un centro de córner muy mal defendido por las asiáticas. Un gol tan soberbio como antológico, que hizo eco en la memoria: uno muy similar a aquel que convirtió, justamente, la japonesa Homare Sawa en la final del Mundial de 2011 ante Estados Unidos. Gol que, ni más ni menos, ayudaría a darle su primer campeonato mundial a las niponas.

Las jugadoras neerlandesas se sintieron cómodas en gran parte del primer tiempo y no dejaba avanzar ni gestar a su oponente. Propuso una presión intensa para debilitar las sociedades en el equipo azul.

Aya Sameshima fue, por momentos, la carta que Japón no supo retrucar. Logró escapar reiteradas veces de sus marcas, pero jamás encontró el apoyo necesario de sus compañeras para lograr un daño mayor en el arco protegido por Sari van Veenendaal.

Quizás, el gran déficit holandés se hizo notorio al final de la primera parte, con muchos huecos entre sus dos zagueras y con la ausencia de alguien que tome a la centrodelantera japonesa que entraba e ingresaba en zona de definición. Yui Hasegawa tomó esa falencia de Holanda como virtud propia e igualó el resultado para darle oxígeno a las Nadeshiko.

En el segundo tiempo el tablero se pateó. Los roles e intérpretes se alteraron radicalmente. El conjunto Nipón aumentó su confianza producto del gol y amplió su dominio desde la tenencia. Holanda perdió peligro al ejecutar balones largos y llegaba tarde a la presión. El mediocampo holandés desapareció y poco a poco el ímpetu y el plan de Weigman se iban desmoronando.

Vivianne Miedema, quien hace poco se convirtió en la máxima goleadora de las Leonas Naranjas, se vio obnubilada bajo un esquema que no cuadraba con su estilo de juego. En un contexto que no la ayudó, estuvo ausente en el radar ofensivo, donde apostaron a la explosión de Shanice Van De Sanden y Martens.

Holanda era una verdadera fiebre, ampliamente superada, con síntomas de resignación y superación, dejó de tomarse un tiempo más, de lucirse con pases filtrados, cambió su plan y terminó desligándose de la posesión, casi que con desprecio. Japón, en su mejor momento, generaba circuitos de juego entre sus volantes de buen pie, para lateralizar el ataque con el juego ancho. Para defender, activó el cerrojo y se rearmaba con facilidad. Redujo a su rival a una expresión opaca y poco fructífera, que perdió todos los cimientos que conservó en el primer tiempo.

Sin embargo, a falta de 2 minutos para el cierre del telón, Miedema encontró la asistencia que deseó toda la noche, solo que no fue de una compañera, sino del VAR. La delantera del Arsenal remató una pelota sin dueña en el área y ésta impactó en la mano de una defensora. La jueza decretó la pena máxima y Martens se encargó desde los doce pasos sentenciar el pase a la siguiente ronda. Holanda sobrevivió al ataque japonés y salió premiada. Enfrentará a Italia en cuartos de final en su segunda participación mundial, un hecho histórico. El fútbol da revancha. A veces, tarda cuatro años en llegar.

Brillará blanca y celeste

Por Santiago Ballatore

Hay un factor común que une a cinco jugadores de la Selección Argentina que está disputando la Copa América en Brasil. Se trata de que al menos un futbolista por línea jugó en Racing en un pasado cercano y está muy identificado con el club. Es difícil no relacionar el llamado de Lionel Scaloni a estos jugadores con el reciente éxito del club, que ganó dos campeonatos locales desde el 2014 y realizó buenas campañas en las que no consiguió el primer puesto. Las personas en cuestión son Marcos Acuña, Lautaro Martínez, Renzo Saravia, Rodrigo de Paul y Juan Musso. Al menos curioso es que cuatro de estos cinco hicieron su debut en La Academia mientras el entrenador era Diego Cocca, aunque algunos lo hayan hecho en su primer ciclo en el club y otros en el segundo.

Acuña llegó a Racing, proveniente de Ferro, en el segundo semestre del 2014. Su impacto fue inmediato, ya que fue una de las piezas más importantes del equipo que salió campeón en ese mismo torneo. Manteniendo siempre un buen rendimiento, tardó un par de años en llegar su merecido llamado a la selección. Edgardo Bauza era el DT en ese entonces y fue él quien decidió convocarlo para la doble fecha de Eliminatorias de octubre de 2016, ante Brasil y Colombia. Luego de la agónica clasificación de la Argentina al Mundial de Rusia, Jorge Sampaoli, el entrenador en ese entonces, lo incluyó en la lista de 23 jugadores que viajaron al viejo continente. El Huevo solo disputó el partido en el que La Albiceleste perdió por 3 a 0 contra Croacia en la fase de grupos.

La historia de Lautaro Martínez en la primera de La Academia comenzó en octubre de 2015, cuando reemplazó a Diego Milito en la victoria frente a Crucero del Norte. A finales de 2017 y principios de 2018 alcanzó su pico máximo de nivel en el club, metiéndose en la órbita de Sampaoli a menos de un año del Mundial. Fueron varias las veces que el DT visitó El Cilindro para verlo jugar. Incluso estuvo presente en el partido que Racing le ganó 4 a 0 a Huracán y Martínez convirtió tres goles. Gracias a estos rendimientos, se ganó un lugar en la gira en la que la selección disputó partidos amistosos ante Italia y España en marzo de ese año. Pero solo jugó 30 minutos en el segundo partido, y desde ese momento fue perdiendo terreno, hasta el punto de no jugar la Copa del Mundo y que en su lugar fueran Sergio Agüero y Gonzalo Higuaín como centrodelanteros. Scaloni lo considera uno de los jugadores más importantes del plantel, y no hay dudas de que si sigue por este camino, le quedan muchos años más defendiendo la celeste y blanca.

Renzo Saravia llegó a Racing en julio de 2017 a préstamo con opción de compra desde Belgrano. Debido a su gran rendimiento, no solo consiguió el puesto, sino que logró que La Academia le comprara el pase. Y cuando llegó Eduardo Coudet, se convirtió en el dueño del lateral derecho del equipo que salió campeón de la Superliga 2018-19. En septiembre de 2018 fue citado por Scaloni para los amistosos ante Guatemala y Colombia, pero en octubre fue cuando estuvo en boca de todos, gracias a la gran actuación que tuvo ante Brasil, siendo capaz de neutralizar a Neymar.

El caso de Rodrigo de Paul con Racing es bastante particular, ya que a pesar de tener tan solo 25 años, ya tuvo dos pasos por el club. Uno desde su debut en 2013 hasta mayo de 2014, y el otro en el primer semestre de 2016. Recién en el Udinese, club al que fue después de su último paso por el equipo de Avellaneda, pudo alcanzar su mejor versión, que le sirvió para ser convocado por el seleccionado nacional para disputar los amistosos de octubre de 2018 ante Irak y Brasil.

Los arqueros son siempre los que más pelea tienen que dar para poder debutar en la primera de un club. Esto se debe a que es una posición en la que solo puede jugar una persona, y es muy difícil que el titular pierda el puesto. Es por esto que Juan Musso tuvo que esperar hasta los 23 años para disputar su primer partido oficial en Racing, que fue contra San Lorenzo en 2017. A pesar de haber tenido algunos errores puntuales en el arco, pesaron más las atajadas y los partidos en los que salvó a su equipo. A mediados de 2018 fue traspasado al Udinese de Italia, donde comparte equipo con De Paul. Su primer partido con la Selección Argentina se dio en marzo de este 2019, en un amistoso contra Marruecos, cuando reemplazó a Esteban Andrada en el segundo tiempo. A la Copa América entró por la ventana, y justamente sustituyendo al arquero de Boca, que días antes del comienzo de la competencia sufrió una lesión en la rodilla derecha.

Brillará. Sí, sin dudas. En el Este y el Oeste, en el Norte y en el Sur. Pero es otra la blanca y celeste que están defendiendo ahora, aunque lo hacen con las mismas ganas y el mismo amor que la anterior.