miércoles, julio 16, 2025
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Ibrahim Al-Hussein, abanderado de la vida y el deporte

Por Ramiro Ohana

En el Centro Acuático Olímpico un hombre se desviste, calienta los músculos, retira su prótesis y salta al agua con un único sueño: clasificar a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2021. Sin una pierna, Ibrahim Al-Hussein nada por los andariveles de la pileta olímpica de Atenas representando a todos los refugiados que hay por el mundo.

De esos casi 80 millones de refugiados, menos del uno por ciento llegan a la hazaña olímpica. El equipo de los Atletas Paralímpicos Independientes estuvo representado por primera vez en los Juegos de Río 2016 por tan solo dos deportistas, entre ellos Ibrahim. Su llegada a las piletas no fue para nada fácil.

Nos remontamos a marzo de 2011, Siria. Ibrahim se ganaba la vida como electricista, tras dejar la natación y el judo como un pasatiempo. Consciente de la situación que atravesaba su país, tuvo que ser realista y pasar de página. Los deportes no estaban en agenda. Siria atravesaba una fuerte crisis socioeconómica, que aceleró con la llegada Bashar al-Assad al poder.

A esto se le sumó la sequía más intensa jamás registrada en el país (duró desde 2006 hasta 2011) que provocó un fracaso en las cosechas, aumento de precios y una migración masiva de familias agricultoras a los centros urbanos. Esta migración tensó la infraestructura ya sobrecargada por la afluencia de unos 1.5 millones de refugiados de la guerra de Irak y el agua también comenzó a ser un bien escaso.

La falta de agua potable no impidió que el vaso rebalsara, y el mal manejo ideológico (ya desde 1973, cuando Hafez al-Assad, padre de Bashar, implementó una nueva constitución que condujo a una crisis nacional) por parte de los poderosos desencadenó una guerra civil en 2011. La constitución del 73 no requería que el presidente sirio fuera musulmán, lo que provocó feroces manifestaciones desde diferentes grupos religiosos hasta día de hoy.

En ese contexto nacía Ibrahim Al-Hussein, en 1988, en el seno de una familia atlética en Dier ez-Zor, a orillas del río Éufrates, a unos 100 kilómetros de Irak. Su amor por el agua apareció a una edad temprana y ya con 5 años tuvo su primer contacto, siendo el río Éufrates el más frecuentado por la familia Al-Hussein. En su infancia, iba a la escuela por la mañana, hacía natación por las tardes, bajo la atenta mirada de su padre entrenador, y practicaba judo por las tardes.

El nadador, hoy expatriado en Grecia, nació en una época en la que los derechos humanos también escaseaban mucho antes del levantamiento sirio, que comenzó como una acción pacífica ante el régimen de Bashar y terminó con una violenta represión. El mandamás respondió ante la población de la manera menos esperada y desencadenó la peor crisis humanitaria en la historia reciente.

Diez años después, el saldo del conflicto atraviesa fronteras, las mismas que tuvieron que cruzar los más de 5.6 millones de refugiados sirios (el mayor éxodo desde la Segunda Guerra Mundial), huyendo de los bombardeos del ejército sirio, las persecuciones políticas, el terrorismo yihadista del Estado Islámico, el hambre, la crisis económica y la inseguridad de un país en ruinas. Dentro de esos refugiados se encontraba Ibrahim.

A fines de 2012 su vida cambió para siempre. La familia Al-Hussein (los padres y sus 13 hijos) corría peligro en Dier ez-Zor y decidió huir a un lugar más seguro. Pero el joven de 22 años se quedó atrás, para resguardar a un amigo que recibió un disparo de un francotirador. “Cayó al suelo y estaba pidiendo ayuda a gritos. Sabía que si iba a ayudarlo, también me podrían disparar. Pero decidí ayudarlo porque sabía que nunca me habría podido perdonar verlo morir en medio de la calle”, recordó Ibrahim.

Segundos más tarde, una bomba explotó cerca del improvisado rescate. Al-Hussein perdió la parte inferior de la pierna derecha en la explosión y su tobillo izquierdo resultó gravemente dañado. Él había sobrevivido, pero no sus esperanzas y ambiciones. Luego de ser atendido por un dentista, ya que debido a la guerra era muy difícil encontrar personal e instalaciones médicas, el joven se hundía en una profunda depresión; no comía, no bebía y se sentía sin vida.

Tres meses después y en una silla de ruedas, Al-Hussein decidió huir en búsqueda de un lugar más seguro y un mejor trato médico. El mismo río que nadaba en su infancia (el Éufrates) sirvió como vía de escape y, a través de una balsa y con la ayuda de un amigo, emprendió viaje a Turquía, que en ese entonces era uno de los únicos lugares con sus fronteras abiertas para los heridos en la guerra.

Cruzamos con un amigo mío a las cuatro de la mañana. Había soldados alrededor de las orillas del río. Pensamos que si Dios no quería que muramos ese día, no moriríamos. Si me quedaba en Siria, moriría de todos modos”, rememoró. Se refugiaron en el sureste, pero no hubo suerte con tantos heridos llegando allí y cambiaron de rumbo a Estambul.

En la capital turca se quedó un año y medio, pero la estadía se tornó cuesta arriba, especialmente para las personas con discapacidad. Finalmente pudo llegar a un hospital y recibir tratamiento para su pierna. Le hicieron una prótesis, pero no era de la mejor calidad. No podía caminar más de 300 metros sin que se desmoronara. “No tenía dinero y un amigo me ayudó a encontrar algo de efectivo para cruzar a Europa”, dijo Ibrahim.

El 27 de febrero de 2014 cruzó el mar Egeo en un bote de goma hacia la isla griega de Samos, junto con otras 18 personas, después de haberle pagado 800 euros a un traficante de personas. “No tenía miedo al lúgubre como el resto del grupo, no tenía nada que perder”, resaltó. Mientras la Primavera Árabe (movimiento social que pretendía una remodelación política en los países de la región) no resultaba efectiva en Siria, Ibrahim desembarcó en Samos, donde permaneció unas semanas hasta ser enviado a Atenas.

Con miles de kilómetros de costa, Grecia y la isla de Samos, en particular, han estado al frente de la crisis de refugiados de Europa. De 2014 a 2020, más de 1.2 millones de personas llegaron al continente, principalmente a través de suelo griego, según la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados.

Tras llegar a Atenas, vagabundeó por las calles una decena de días hasta ser ayudado por un compatriota sirio que le presentó a un médico. Angelos Chronopoulos, quien le ofreció una prótesis y la esperanza de un nuevo inicio. “Angelos cambió mi vida. Es como un hermano para mí. La pierna costaría normalmente 12.000 euros, pero la hizo, la pagó de su propio bolsillo y le proporcionó el mantenimiento de forma gratuita”.

Con su nueva pierna y su estatus de refugiado, obtenido en 2015, Al-Hussein encadenó pequeños trabajos para conseguir un hogar y regresar al deporte con su nuevo cuerpo. “Vine buscando una familia, piernas y un nuevo hogar. Y los encontré a los tres aquí. Grecia se convirtió en mi país, no quiero cambiar más”, de ahí su expatriado como griego.

Cinco años después alejado del agua, Ibrahim volvió a sumergirse. Fue en la pileta olímpica de Atenas donde recobraría sus sueños como atleta. “Fue aquí donde comenzó mi historia”, sostuvo Ibrahim. Por aquel entonces, con 15 años, el joven sirio seguía las hazañas olímpicas de Ian Thorpe y Michael Phelps en la capital griega desde su televisión en Dier ez-Zor. Hoy nada en las mismas calles en las que brillaron el campeón australiano y la leyenda estadounidense.

Un buen presente encadenando victorias en competiciones paralímpicas nacionales llevó a Al-Hussein a ser tenido en cuenta por el Comité Olímpico Griego, que para los Juegos de Río 2016 le ofreció llevar la antorcha olímpica a través del campo de refugiados de Eleonas como gesto simbólico en solidaridad con los refugiados del mundo.

En esos mismos juegos se desempeñó como abanderado en el desfile de naciones de la ceremonia de apertura, siendo el primer equipo en marchar por el Estadio Maracaná, y representó al Equipo de Atletas Paralímpicos Independientes en los 50 y 100 metros de estilo libre. La hazaña se había cumplido.

Tras haber nadado mucho tiempo a contracorriente, Ibrahim espera ahora transitar aguas más tranquilas. Se entrena cada día para ser uno de los seis atletas que compondrán el equipo paralímpico de refugiados en los Juegos de Tokio. “No nado por mí. Hay alrededor de 80 millones de refugiados en el mundo. Nado por todos ellos”, reafirmó.

El Derbi Eterno de Belgrado

El Derbi Eterno tuvo su primer partido en 1947 y hasta la actualidad se jugó de manera ininterrumpida, a pesar de los cambios territoriales que sufrió la actual República de Serbia (Archivo fotográfico “The 18 Fútbol”).

Por Agustín Kuc

El significado de los colores puede parecer absurdo, pero esconde emociones y
sentimientos. Si pensamos en términos negativos, el rojo es sinónimo de desafío,
agresión, impacto, tensión; el negro describe opresión, frialdad, amenaza, pesadez; y
el blanco manifiesta elitismo, esterilidad, frialdad y antipatía. Términos que dividen a la
ciudad más importante de Serbia, su capital, Belgrado.

Caracterizada por sus raíces culturales y religiosas de influencia yugoslava,
montenegrina, croata, macedonia, herzegovina y musulmana, “La Ciudad Blanca” aloja
uno de los espectáculos deportivos más violentos del mundo. Se trata del “Derbi
Eterno”, duelo protagonizado por el Estrella Roja y el Partizán, las dos instituciones
más prestigiosas del país que, separadas por un kilómetro de distancia y delimitadas
por la Zona Norte y Sur según sus fanáticos, encienden las alarmas de los 1.300.000
habitantes de la urbe los días que se enfrentan dentro de un campo de juego, sin
importar si la pelota es a gajos, anaranjada, o si el partido se desarrolla dentro de una
piscina.

Los dos clubes se fundaron tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial y
antes de la constitución de la República Federal Popular de Yugoslavia del Mariscal
Tito, pero vivieron su momento de apogeo durante la República Federal Socialista. “La
Estrella” nació el 4 de marzo de 1945, mientras que, “Los Partisanos” aparecieron seis
meses después, el 4 de octubre.

 

Josip Broz Tito fue Comandante Supremo del Ejército Popular de
Liberación y Separación Partisana de Yugoslavia en 1941, los partisanos. Casualmente,
el grupo que cuatro años más tarde fundó el club Partizán (Archivo fotográfico “Made
For Minds).

El período post guerra, la influencia comunista por parte del régimen que
fomentaba la “hermandad y unidad”, y el nacionalismo serbio con el que se
identificaron los fanáticos, marcaron el contexto sociopolítico de la época.
Los seguidores “Rojiblancos” fueron los que iniciaron el movimiento más
pronunciado contra las fuerzas encabezadas por Josip Broz Tito a mediados de 1970,
siendo aquellos que estaban en contra de la inclusión en Yugoslavia, y luego los
“Blanquinegros”, que eran cercanos a la policía, el régimen y que incluían en su
comunidad a serbios, croatas, eslovenos, bosnios, montenegrinos y macedonios, se
sumaron al contingente a partir de 1980. Incluso, una vez que ambos grupos de
aficionados eran identificados por los mismos principios, muchos de los miembros de
los grupos se enrolaron en milicias paramilitares serbias para encarar las Guerras de
Independencia Yugoslavas, entre 1991 y 1995.

El trasfondo va más allá de las gradas. Si bien la rivalidad extrema entre ambos
bandos se potencia en la actividad futbolística, la ideología política actual los une. No
obstante, todo se divide a causa de un balón en movimiento. Bajo una postura
ultraderechista, subrayados por el racismo, así como también el desprecio y
repugnancia por el comunismo, es como se conoce en la actualidad al contingente de
personas que simpatizan por ambos clubes.

“Los Delijes” de Estrella Roja son miembros o exintegrantes de la policía local,
del grupo religioso ortodoxo Obraz de Mladen Obradovic y el Movimiento Nacional
Serbio. Esta multitud es considerada la más discriminadora y ultraconservadora en
todo el Viejo Continente. Incluso, sus canciones citan a canciones de rock neonazis
tales como muerte a los maricones y la caza ha comenzado. Además, cabe resaltar que, hasta hace unos años, los directivos del club no admitían a jugadores afrodescendientes.

El nombre “Delijes” se ubican en la tribuna norte del estadio Rajko
Mitić, edificio utilizado durante la década de los ´70 como centro de reclutamiento
nacionalista serbio y refugio de aquellos que estaban en desacuerdo con el régimen
(Archivo fotográfico “Top Sport).

Los miembros de esta banda son populares por haber conformado la Guardia
Voluntaria Serbia, organización mejor conocida como Los Tigres de Arkan, en alusión a
su líder Zeljko Raznatovic, ícono de la península que se desarrolló como agente de la
Policía Secreta Yugoslava (UDBA) en 1973, fue un auténtico guerrillero y participó en
varias masacres durante las guerras balcánicas. El agrupamiento llegó a concentrar a
más de 10.000 civiles y fue partícipe de la histórica Guerra de los Balcanes.

Por su parte, “los Grobari”, aficionados del equipo que tiene como escenario el
Estadio Partizán, están compuestos y organizados por exmilitares; no por nada el
nombre oficial de “La Apisonadora”, su apodo, surgió de los partisanos, guerrilleros
antifascistas que batallaron contra las tropas del Eje durante la Segunda Guerra
Mundial. No obstante, la dirigencia del 46 veces campeón local es acusada de
corrupción por desvío de fondos a colectivos políticos y algunos socios.

El nombre “Grobari” significa “Sepultureros del Sur”, este
contingente creó el Grobari Trash Romantizam (GTR), grupo de arte y agitación
cultural vinculado al fútbol que es reconocido en Belgrado (Archivo fotográfico
“Mondo”).

En lo estrictamente futbolístico, el primer encuentro que disputaron se dio el 5
de enero de 1947, con victoria 4 a 3 del Estrella Roja, cuyo nombre proviene del
símbolo histórico del Ejército de la Unión Soviética.  Desde aquella fecha y hasta la
actualidad, se llevaron a cabo 201 duelos, 84 para los vencedores primarios y 61 a
favor de los segundos más ganadores del fútbol serbio, mientras que 56 partidos
acabaron en empate.

En materia de títulos, el Estrella Roja, que ejerce la localía en el estadio Rajko
Mitic o mejor conocido como “El Maracaná Serbio”, ganó 37 ligas y 26 copas a nivel
nacional, y alzó la Copa de Europa e Intercontinental en 1991; no obstante, la institución que cuenta con el mayor goleador en la historia del derbi con 13 tantos,
Marko Valok, se hizo con 27 campeonatos y 17 torneos de eliminación directa de
índole local, y se adjudicó la Copa Mitropa, primera gran competición internacional de
clubes reconocida por la FIFA en 1978.

El Estrella Roja fue el único equipo de la antigua Yugoslavia y
segundo de Europa del Este en consagrarse campeón de la Copa de Europa (Archivo
fotográfico “Marca”).

La última partida tuvo lugar el pasado 25 de mayo y fue por la final de la Copa
de Serbia. El duelo concluyó 0 a 0 luego de 120 minutos y debió definirse por medio de
los penales, tanda que se adjudicó el equipo dirigido por el exfutbolista Dejan
Stanković por 4 a 3. El Estrella Roja sumó su sexagésimo tercer título nacional y,
nuevamente, le ganó la pulseada a su eterno rival. Esta vez, no se presenció el ritual de bengalas, cánticos y mosaicos, dentro de una cancha, sino que las calles de Belgrado
simularon ser las gradas del escenario que albergó el espectáculo de tal magnitud.
Pero el clásico generó, como ya es habitual, un sismo de locura en la Península de los
Balcanes.

Figuras del deporte y la pluma

Por Matías Zuñez, Martina García Robledo y Serena Cima

Pelota de Papel 4 tuvo su presentación vía Zoom en la que se reunieron varios protagonistas que formaron parte del libro, como los ex deportistas Hugo Conte y Romina Plataroti, la palista Sabrina Ameghino, los ilustradores Sebastián Domenech y Juan Battilana, los periodistas Guido Cristiani y Ariel Scher, los co-creadores Sebastán Domínguez y Juan Jurado, y estudiantes de Deportea, en la que manifestaron sus sensaciones sobre la realización del escrito.

Juan Jurado, coproductor de Pelota de Papel, explicó de qué manera se realizó el libro: “Pelota de papel se hace de manera colectiva; y hemos generado un movimiento grupal y abierto, con solidaridad. A medida que fuimos haciendo las distintas ediciones, sentimos que fuimos mejorando desde la producción, el diseño, el arte; hoy sentimos que podemos darle más comodidad al atleta, quienes saben que pueden confiar en el movimiento pelota de papel”. Además, aseguró que su producción tiene algo auténtico y es que los deportistas argentinos son los que escriben en el cuento, y eso es algo que lo emociona.

Sebastián Domínguez, ex futbolista y actual coproducto de Pelota de Papel, indicó lo nuevo que tiene este libro a diferencia de sus otras ediciones: “Este Pelota de Papel en el que escriben distintos atletas, muestra lo competitivos que son, el esfuerzo que le ponen con tan poco apoyo y luchando contra la desigualdad; hay un montón de historias de sufrimiento y de rebeldía”. Por otro lado, también recalcó lo que dijo Jurado sobre la colectividad del libro y sumó que en él hay una conexión directa con los deportes.

Sebastián Domenech, uno de los dibujantes de Pelota de Papel 4, declaró que tuvo la suerte de estar desde el principio, cuando solo eran cuatro o cinco personas y el deseo de ellos era llegar a 11 jugadores que pudieran formar parte de ese libro. “Es muy loco todo lo que pasó después y todo lo que hoy estamos viviendo. Es increíble que en este proyecto nadie se saca de encima la escritura”, argumentó el ilustrador.

Juan Battilana, ilustrador del libro, declaró que: “Pelota de papel es un laburo que en realidad no es un trabajo, es un placer”. Además, el diseñador gráfico, agregó que es  importante que se pueda contar lo que queda fuera de cámara, porque no hay muchos espacios para que los deportistas puedan abrirse y no se sientan juzgados.

En las historias que se cuentan se refleja el esfuerzo, la lucha, el intento de superación que existe. Hay 41 cuentos formidables y cada uno tiene lo suyo; es una caricia al alma ver impreso el papel”, señaló Guido Cristiani, periodista deportivo.

La ex gimnasta Romina Plataroti aseguró que le pareció un proyecto hermoso cuando fue convocada para escribir en Pelota de Papel 4 y que tuvo mucha libertad para redactar su relato, y agregó: “Estoy muy feliz porque es la primera vez que escribo un cuento en un libro; fue un desafío personal”. Además, la psicóloga deportiva explicó que quiso mostrar qué le sucede en su interior al deportista cuando le da un fin a su carrera y añadió: “Lo que hay en el texto es un poco lo que yo transité. Se suele vivir como un duelo y un cambio en el estilo de vida que una tiene desde chica. Yo pude elegir el retiro, pero algunos deportistas no, ya sea por alguna lesión o por no querer retirarse y soltar. Es muy complejo ese momento”.

“Hace más o menos una década que no escribía y no sabía cómo arrancar. Quise contar que me transmite enseñar a cada niño o adulto que le enseñó a remar’‘, declaró la palista argentina Sabrina Ameghino, sobre su participación en Pelota de Papel 4. También, indicó que su cuento la emocionó desde el título hasta el dibujo y aseguró que cuando vio la pasión que todos le ponían al proyecto ella se contagió enseguida.

El periodista, docente y editor del libro Ariel Scher reflexionó sobre el origen del proyecto: “Hoy es el día del periodista, aunque no nos quedamos con el rótulo; uno de los periodistas desaparecidos por la dictadura fue Roberto Santoro, quien inspiró a Pelota de papel con su libro de 1971, ‘Literatura de la pelota’, que recoge textos de fútbol desde comienzos del siglo XX. Allí muestra que la cultura es todo y que sirve para quebrar prejuicios; no se despliegan por separado fútbol y cultura; fútbol y literatura son canales de expresión separados, pero a veces pueden jugar juntos”.

Para finalizar la charla, el ex voleibolista Hugo Conte dijo que en su cuento sintió que podía contar una historia, parte de su vida, pero fundamentalmente quería transmitir que un pibe cualquiera puede tranquilamente encontrar los momentos, las oportunidades, y todas las cosas que te da el deporte”. “Hugo Conte es un gran ‘emocionador”. Uno lo veía jugar e ingresaba en una atmósfera. Cuando lean su cuento, van a ver eso”, describió Scher sobre el relato del medallista olímpico.

Los Simonet: la familia del handball

Por Tomás Gómez Kajihara

Son muy pocas las familias que pueden decir que triunfaron en el mundo del deporte. La
familia Maldini, por ejemplo, tiene el privilegio de contar que llegó al éxito en el ambiente del fútbol con tres generaciones diferentes: Cesare, Paolo y Daniel pudieron jugar al máximo nivel y es un apellido importante. En el fútbol argentino también hay un caso igual con la familia Verón: Juan Ramón, Juan Sebastián y Deian son las tres generaciones que llegaron a jugar en el primer equipo de Estudiantes de La Plata. Si bien son ejemplos bastantes claros de familias de grandes deportistas, no se compara con la familia Simonet.

La familia está compuesta por Luis Simonet y Alicia Moldes, ambos fueron jugadores de handball en la década del 80 e incluso llegaron a representar a la Selección argentina. El matrimonio tuvo tres hijos varones que también llegaron al máximo nivel, siendo muy importantes para la selección, clubes argentinos y también europeos. Que una familia completa esté ligada a un solo deporte y encima de la manera en la que está la familia Simonet es algo único y una historia digna de repasar.

Todo comienza con Luis, quien en la época de los 70 era un apasionado de los deportes y fue asociado por su madre a Ferro Carril Oeste. En dicho club se volcó como arquero de handball, aunque por una gran fractura de tibia y peroné a los 15 años tuvo que salir del arco. Tiempo después y ya recuperado se convirtió en un alocado jugador de campo. A los 20 años, y aun siendo suplente en Ferro, fue convocado para la selección mayor donde su vida cambió por completo. “La selección es la máxima aspiración que todo deportista tiene en sus inicios”, dijo Luis en diálogo con El Equipo y llegó a jugar 10 años ininterrumpidamente con a la celeste y blanca, siendo goleador en cada presentación.

A la vez que Luis jugaba en Ferro, una chica llamada Alicia Moldes iba a la institución verdolaga después de jugar con otros clubes. Estando los dos en un mismo lugar y con el handball de por medio era inevitable que se cruzaran. Fue así como se conocieron Luis y una joven que a palabras de él “deslumbraba con su belleza”. Dos años de noviazgo bastaron para que se unieran en el sagrado matrimonio. Ya suena bastante raro que un matrimonio esté compuesto por un hombre que jugó en la selección durante 10 años y una mujer que jugó en “La Garra” por dos años, pero la historia no termina ahí ya que tiempo después de casados llegarían sus hijos.

Primero Sebastián en 1987, después Diego en 1989 y ultimo Pablo en 1992. Desde chichos los hermanos Simonet fueron orientados al deporte por sus padres. Luis, profesor de Educación Física y también deportista como Alicia siempre hicieron hincapié en la vida sana. Nunca influenciaron a sus hijos para que practiquen handball, sino que se lo mostraron como otro deporte más. Pasaron por natación, tenis, fútbol, baby fútbol y atletismo, pero con amigos, padrinos y familiares tan handboleros era cuestión que tiempo que se enganchen en la disciplina como lo hicieron.

Al ser el más grande de los tres, Sebastián fue el que comenzó primero. Luis llevó a su hijo de 7 años a un entrenamiento, pero el chico no se quería quedar. Por mentira o picardía le dijo a Seba que se sentara a un costado de donde estaban entrenando porque tenía que buscar unos papeles en la sede del club, cosa que nunca tuvo que hacer. Cuando regresó, los chicos del club lo habían invitado a jugar y Sebastián se estaba divirtiendo con ellos. A partir de ahí todo empezó a fluir solo. Diego y Pablo acompañan al mayor cuando tenía que jugar y fácilmente quedaron atrapados por el handball.

El acompañamiento de la familia fue crucial para que los chicos se sintieran contenidos en el deporte. Cuentan los padres que no se perdían de ningún partido y que iban a todos lados sin importar la distancia, actividad que hasta el día de hoy siguen haciendo, ya sea presencial o a través de una televisión.

A medida que los chicos iban entrenando y perfeccionando su juego, los logros acompañaron ese esfuerzo que los hermanos ponían. De adolescentes, los tres emigraron al exterior para perseguir sus sueños como jugadores de handball. Para los padres fueron triunfos inmensos e inmejorables que los ponían muy felices al ver sus logros tanto en lo profesional como en lo personal. La primera despedida fue la que más costó, cuando Seba salió del país fue difícil por la distancia y la dificultad para comunicarse, sin embargo, no lo recuerdan como algo malo ni con tristeza, sino que lo recuerdan como algo bueno por el entusiasmo y la felicidad que tenían todos en ese momento. Con Diego y Pablo el sentimiento fue el mismo pero la despedida fue más fácil ya que sabían lo que era. El orgullo de un padre por un hijo es una sensación única y Luis lo dejo claro: “La primera vez que vi entrar en Brasil a Sebastián a los 16 años con la camiseta argentina como capitán de la selección, se me hizo un nudo en la garganta, inmediatamente se me llenaron los ojos de lágrimas, me tuve que parar, darme vuelta y tratar de que nadie me vea, lo peor no es esto, si no que en muchos eventos me sigue pasando no lo puedo controlar”.

Los tres hijos tuvieron una increíble trayectoria en el handball siendo piezas claves e ídolos de la selección nacional, logrando títulos y éxitos importantes con sus clubes en el exterior, pero sobre todas las cosas, pudieron seguir la dinastía de la familia que tan bien habían comenzado sus padres. Al día de hoy, “la familia handball” tiene una linda relación, charla todos los días un ratito por WhatsApp y espera el reencuentro para ponerse al día y, seguramente, hablar de handball.

Turno de Montero, noveno entrenador en cinco años

Por Imanol Waisgold y Matías Zuñez

Hasta 2016, fue una gestión brillante la de Matías Lammens y Marcelo Tinelli desde que asumieron en 2012. Agarraron un club que estaba por descender y lograron reconstruir a San Lorenzo en una institución que apostó a sus divisiones inferiores y peleó por títulos nacionales e internacionales, de los que ganó el campeonato doméstico en 2013 y su primera Copa Libertadores en 2014.

Cuando el cuadro Azulgrana debió dar el salto de calidad para posicionarse como el tercer grande del fútbol argentino, ante un Independiente desconocido y un Racing que vivía una realidad similar, entró en un pozo sin fin en el que desfilaron futbolistas con pasos efímeros, una secretaría técnica que no logró suplir la buena tarea que realizó Bernardo Romeo como mánager del equipo hasta 2017, y entrenadores con diversas ideas de juego y trayectoria.

“Buscaremos ser un equipo insoportable, protagonista en todas las canchas. Obviamente que necesitamos tiempo y esto va a ser día a día”, declaró Pablo Guede cuando fue presentado en enero de 2016 como nuevo director técnico. Fue elegido como el reemplazante de Edgardo Bauza, entrenador campeón de la única Copa Libertadores de San Lorenzo en 2014, y quiso imponer una renovación de plantel que no fue avalada ni por la dirigencia ni por los “referentes” del equipo. “Estamos sorprendidos, la verdad es que sí. Teníamos todo preparado para la pretemporada, con una gira, por eso nos sorprende la postura de Guede con Juan Mercier”, expresó Bernardo Romeo, el entonces mánager del Ciclón.

A pesar de haber arrancado con el título de la Supercopa Argentina 2015 venciendo 4 a 0 a Boca Juniors en Córdoba, de haber plasmado una idea en cancha que se identificaba con el hincha, de no haber perdido ningún clásico, de solo haber caído una vez de local (Arsenal) de 11 disputados en el Nuevo Gasómetro, de haber hecho debutar a cinco juveniles en seis meses y de haber llegado a una final del Torneo Local que terminó perdiendo con Lanús 4 a 0 en el Monumental, el ex técnico de Nueva Chicago y Palestino de Chile renunció en junio del mismo año al no haber podido llevar a cabo la reconstrucción que buscaba. Después, el tiempo le dio la razón.

Luego, los directivos se inclinaron por el uruguayo Diego Aguirre que, a diferencia de Guede, era un técnico de mayor recorrido (Peñarol, Inter de Porto Alegre y Atlético Mineiro, entre otros) y con una filosofía de juego que priorizaba más el equilibrio y la solidez defensiva a que el “fútbol total” pregonado por el ex DT. Su ciclo duró poco más de un año y fue el de mayor efectividad bajo la segunda presidencia Lammens-Tinelli en la institución al haber cosechado el 59,4% de los puntos disputados. No obstante, Aguirre, que antepuso las competencias internacionales por encima del certamen nacional, quedó fuera en semifinales de la Copa Sudamericana 2017 ante Chapecoense y perdió 4-3 en los penales frente a Lanús por los cuartos de final de la Copa Libertadores 2018, eliminación que decretó su salida.

“Tomamos la decisión junto a mi cuerpo técnico de alejarnos del club. Sentimos que teníamos un gran objetivo que era la Copa y no pudimos avanzar. San Lorenzo es muy grande. Con el pasar del tiempo, se valorará el trabajo realizado”, dijo Aguirre en su salida del Cuervo. A raíz de la decisión, Claudio Biaggio asumió en primera instancia como interino proveniente de la reserva y más tarde fue ratificado por buenos resultados. La etapa del Pampa fue marcada por la cantidad de canteranos que tuvieron su oportunidad en el primer equipo (nueve) que luego representaron ventas importantes en el club como Adolfo Gaich y Matías Palacios, y el tercer puesto obtenido en el certamen doméstico 2017/18, en un San Lorenzo que vivía un “campeonato económico” y que no le reforzó el plantel, sino que, al contrario, le vendió a sus figuras como Ezequiel Cerutti, Paulo Díaz, Pichi Mercier y Matías Caruzzo.

Debido a las continuas eliminaciones en octavos de la Copa Sudamericana 2018 ante Nacional de Uruguay y en cuartos de final de la Copa Argentina por penales frente a Temperley, Biaggio decidió dar un paso al costado y, en su última rueda de prensa como técnico del cuadro de Boedo, afirmó que se pueden rescatar muchos elementos de su paso: “San Lorenzo hizo un recambio importante. Hoy pienso en la amargura de haber quedado afuera de la Copa (Argentina), estuvimos muy cerca de las semis, pero ya está. Lo mejor es que mañana en la práctica los chicos vean otra cara. Y yo seré un hincha más”. El entrenador que arribaría un mes más adelante como reemplazo cumplía con todos los requisitos que precisaban los dirigentes para el cargo, con la idea de que el Ciclón volviera a estar entre los mejores de América, pero finalmente no estuvo a la altura y tuvo la estadía más decepcionante de los últimos años.

Jorge Almirón llegó a San Lorenzo como un entrenador que jugaba 4-3-3, con preferencia al juego de posesión y ataques verticales con transiciones rápidas, de experiencia, con un camino iniciado en el fútbol mexicano y revalidado en el territorio argentino con las vivencias que tuvo en Defensa y Justicia, Godoy Cruz, Independiente y Lanús -este último en el que ganó tres títulos locales-, era pretendido por Boca e incluso el presidente de la nación Mauricio Macri lo pidió para la selección argentina. Sin cumplir con las expectativas que generaba, su ciclo culminó con el 37,3% de efectividad (25 partidos jugados en los que solo ganó cinco, perdió siete y empató en 13 ocasiones).

“Con respecto a las incorporaciones, la dirigencia hace todo lo posible en un contexto difícil ya que los tiempos nuestros son diferentes a los de otros países con los que se está negociando. Tengo fe que para el domingo van a estar los que faltan (en ese momento se hablaba de jugadores de renombre como el peruano Miguel Trauco, Federico Mancuello y Jeison Lucumí). Si no vienen, buscaremos alternativas”, declaró el oriundo de San Miguel en una de sus primeras conferencias de prensa como técnico del club, ilusionando al hincha con la llegada de protagonistas de categoría, con el objetivo de que los mismos acompañaran a jóvenes promesas de las inferiores que estaban teniendo participación con la selección argentina sub-20 como Adolfo Gaich, Andrés Herrera, Manuel Insaurralde y Elías Pereyra.

Finalmente, los directivos no cumplieron con los deseos del entrenador y le dieron mayor importancia a la cantidad de refuerzos en lugar de la calidad, y su paso por el Cuervo quedó en el recuerdo por ello. Algunos de los fichajes que le trajeron fueron Raúl Loaiza, Juan Camilo Salazar, Gonzalo Castellani, Gustavo Torres, Andrés Rentería y Damián Pérez, quienes además de tener malos rendimientos, le sacaron protagonismo a los jugadores de inferiores que asomaban desde reserva. Pese a que sólo ganó uno de los dieciocho encuentros que disputó a nivel local, al ex técnico de Lanús lo sostuvieron sus números en la Copa Libertadores (pasó la fase de grupos segundo por detrás del brasileño Palmeiras con tres duelos ganados, uno empatado y dos perdidos), aunque el anteúltimo puesto alcanzado en el torneo argentino lo llevó a dejar su cargo más allá de que todavía tenía pendiente los octavos de final del certamen internacional.

Tras el fracaso del ciclo Almirón, que fue el primer entrenador en ser despedido por la dirigencia de San Lorenzo de Almagro, Lammens apostó al regreso de un técnico con galones, que sabía lo que era levantar un trofeo con el club y que tenía la suficiente espalda para bancar este momento: Juan Antonio Pizzi. “Los planes son trabajar, esforzarse y ser un equipo competitivo que demuestre protagonismo. Estamos convencidos de que vamos a armar un buen plantel para que se cumplan esos objetivos”, anunció el DT que venía de levantar la Copa América con Chile en 2016. Con él llegaron incorporaciones que buscaban jerarquizar el plantel como Juan Ramírez, Lucas Menossi, Ezequiel Cerutti, los hermanos Mauro y Bruno Pittón, Santiago Vergini, Ramón Arias y los mellizos Ángel y Óscar Romero.

La segunda etapa de Pizzi empezó con la eliminación del Ciclón en octavos de final de la Copa Libertadores contra Cerro Porteño, seguido por un buen arranque en la ya extinta Superliga siendo punteros hasta la fecha cinco, y terminó con tres duras derrotas (4 a 1 de local contra Central Córdoba de Santiago del Estero, 2 a 0 en el clásico frente Huracán en el Ducó y 3 a 1 en el Nuevo Gasómetro ante Defensa y Justicia). Sus números: Dirigió 13 partidos de los que salió victorioso en cinco, con igualdad en dos y con caída en seis (43,59% de efectividad).

Con la elección de Tinelli como presidente de San Lorenzo en diciembre de 2019 con más del 80% de los votos de los socios a su favor, el club buscó una reestructuración en lo futbolístico que priorizara a las inferiores, motivo por el cual Diego Monarriz fue el elegido para tomar las riendas del primer equipo. “Estoy convencido de que los chicos tienen las cosas claras, se viene una camada que promete y creo que es su momento: Sé lo que le pueden aportar al club, se necesita renovación, aire nuevo, energía nueva, y para eso están”, manifestó el ex ayudante de campo de Eduardo Coudet, quien fue ratificado en el puesto tras haber asumido de forma interina.

Al atravesar un estado de shock, en el que la idea de disponer de un técnico con espalda (caso Almirón o Pizzi) pasó de ser un plan seguro a llenar de incertidumbre a los fanáticos y dirigentes, con Monarriz se quiso probar algo nuevo: utilizar su conocimiento de las juveniles, que en ese entonces tenía a la Reserva campeona, para que les diera minutos y confianza en Primera y acoplar ese potencial con futbolistas de experiencia como Gonzalo Rodríguez, Fabricio Coloccini, Diego “Torito” Rodríguez, Sebastián Torrico y Nicolás Blandi. Lamentablemente para el club, la propuesta no dio resultados en lo deportivo (en los diez partidos jugados se cosecharon cuatro victorias, dos igualdades y cuatro caídas) y el formador fue apartado de la dirección técnica del equipo para que volviera donde más cómodo se sintió siempre (según él), a la categoría más grande de las inferiores.

La secretaría técnica del club integrada por Hugo Tocalli, Leandro Romagnoli y Alberto Acosta asumió interinamente por tres partidos, en los que consiguieron todas victorias. Algo que sería llamativo en cualquier club debido a que su rol es el de elegir al sucesor o tener proyectado esa posibilidad. En cambio, pospusieron el arribo de un nuevo técnico para tomar la posta ellos. Esto evidencia la gran ausencia que representó la salida de Bernardo Romeo como mánager del Ciclón a fines de 2017, responsable de los últimos tres entrenadores campeones como lo fueron Pizzi, Bauza y Guede, sumado a Aguirre que alcanzó semifinales de Copa Sudamericana y Cuartos de Final de Copa Libertadores. Luego, el rumbo no fue claro y los resultados están a la vista.

Tarea difícil para el presidente de San Lorenzo, Marcelo Tinelli: contratar a un director técnico después de cuatro elecciones sin éxito (Biaggio, Almirón, Pizzi y Monarriz). Las opciones en la mesa eran Mauricio Pellegrino, que había quedado libre después de dirigir en el fútbol español y ahora tiene un buen presente en Vélez; Hernán Crespo, que estaba sin club después de su trabajo en Banfield sin buenos resultados y después terminó siendo campeón de Copa Sudamericana con Defensa y Justicia; y Mariano Soso, quien había renunciado en el Halcón de Varela y finalmente fue el apuntado para el banco del Ciclón.

El ex entrenador de Gimnasia de La Plata arribó como un técnico considerado “Bielsista” que buscaba un estilo protagónico, que asumía riesgos, con carácter ofensivo, salida desde el fondo y juego de posición y posesión. Luego de varios meses con el fútbol parado por la cuarentena que había en el país y en el mundo para combatir la pandemia del coronavirus -que prevalece hasta hoy-, Soso lideró al Ciclón en la Copa Diego Maradona en la que clasificó a la siguiente ronda invicto en el Grupo 5 pero terminó dejando una mala imagen en la Zona Campeón B en la que terminó anteúltimo habiendo jugado tres de cinco partidos de local, en los que no ganó ninguno, y solo habiendo cosechado tres puntos de visitante en cancha de Atlético Tucumán y uno contra Colón en casa. Además, el último partido fue derrota 4 a 1 contra Banfield en el estadio Florencio Sola y posteriormente en el vestuario hubo fuertes discusiones entre los jugadores que dejaron a un plantel dividido.

La misión principal del futuro técnico de San Lorenzo iba más allá de lo futbolístico.  El estereotipo de técnico que se buscaba era el de un entrenador conciliador, que formara un equipo por encima de un conjunto de individualidades, con el objetivo de que las relaciones dentro del vestuario mejoraran, y que plasmara una idea de juego que tuviera a los mellizos Romero como protagonistas.

Con un planteo poco claro, que tenía como preferencia el orden en defensa y cuyo ataque dependía de la creatividad de los delanteros, el papel de los hermanos paraguayos fue determinante a pesar de que no encajaban en los ideales del ex director técnico de Godoy Cruz y Argentinos, y su juego estético, sumado a la alta participación en goles que tuvieron (Ángel convirtió en cinco ocasiones y brindó tres asistencias, mientras que Óscar anotó dos tantos y brindó tres pases de gol), se ganó el corazón del hincha.

Dabove, que llegó al Ciclón siendo también pretendido por Racing e Independiente, decepcionó a todo el mundo azulgrana contra cualquier pronóstico previo a su contratación, y su flojo mandato de tan sólo cuatro meses forzó la eliminación de todas las competencias del equipo. El Cuervo quedó fuera de la Copa Sudamericana en fase de grupos a falta de dos fechas por disputarse, no pasó los 32avos de final de Copa Argentina por su derrota por 2-0 con Defensa y Justicia, perdió 5-3 contra Santos de Brasil en la tercera ronda clasificatoria a la Libertadores y, por último, cayó derrotado por 2-0 ante la Academia en el Cilindro cuando necesitaba no perder por dos goles o más para pasar a la Fase Final, y desperdició la chance de quedar entre los ocho mejores de la Copa de la Liga Profesional, detonante que concluyó en la renuncia del ex entrenador de arqueros.

Mauro Cetto, campeón como jugador de la Copa Libertadores 2014 con San Lorenzo, asumió el primero de junio de este año como mánager del club tras su primera experiencia en el cargo en Rosario Central entre 2017 y 2019, en el que obtuvo la Copa Argentina 2017-18. “Es un club que necesita ‘refundarse’ y empezar a tener nuevos buenos resultados y buenos rendimientos nuevamente. Hay que volver a que los chicos tengan la posibilidad de mostrarse en el momento justo y que jueguen cuando realmente estén preparados para hacerlo. Vamos a hacer hincapié en que se les dé lugar a los juveniles, e intentar elegir los refuerzos siempre y cuando no lo haya dentro de las inferiores”, declaró el Colo sobre su proyecto.

El uruguayo Paolo Montero, de breve paso como futbolista por la institución de Boedo en 2005, es el primer entrenador designado por Cetto para iniciar su plan. “Estoy agradecido por la confianza. San Lorenzo es un equipo que siempre busca ser protagonista. Hay muy buen plantel. Pronto va a volver el público y se necesita gente con personalidad. Marcelo Lippi, Fabio Capello, Cesare Prandelli, Carlo Ancelotti, César Luis Menotti y Gustavo Alfaro son algunos de los referentes que tuve como técnico en el fútbol. Hay un solo camino para llegar a la gloria, que es el de entrenarse todos los días a 100 kilómetros por hora. Mi menor preocupación es el vestuario, eso es de los jugadores, si lo piso es porque tengo que solucionar algo que los referentes no pudieron. Esta oportunidad me llega en un momento justo”, dijo el DT de 49 años, de último paso en el Sambenedettese de la Serie C italiana.

“A (Marcelo) Gallardo lo quise traer en 2013, después de su primer ciclo como técnico en Nacional de Uruguay y antes de su llegada a River”, expresó Marcelo Tinelli en septiembre de 2020. Él, junto a Matías Lammens, apostaron por técnicos de distintas características acorde al momento que atravesaba San Lorenzo o lo que necesitaba el club. Más allá de que en ese entonces se inclinaron por Bauza, que obtuvo la primera y única Copa Libertadores que posee el club en 2014, se hace inevitable pensar en lo que hubiera ocurrido si el actual DT de River tomaba las riendas del equipo ese año luego de considerar que, en el mismo lapso de tiempo, el conjunto de Boedo tuvo nueve técnicos, mientras que el Millonario sumó la misma cantidad, pero de títulos bajo el mando del Muñeco.

Por su parte, los otros clubes considerados grandes también atravesaron años irregulares a causa de los entrenadores que fueron seleccionando, con la diferencia de que pudieron conquistar trofeos, hecho que el Ciclón no consiguió. Desde 2016 hasta hoy, Boca tuvo cuatro entrenadores distintos y se consagró campeón en cinco ocasiones, y Racing e Independiente pasaron por seis procesos y alzaron dos copas. Un caso similar al del Cuervo es el de su clásico rival, Huracán, que ganó dos títulos entre 2013 y 2014 (Copa Argentina 13/14 y Supercopa Argentina 14) pero los años próximos sostuvo campañas negativas con nueve diversos técnicos.

El claro ejemplo de que si las instituciones eligen acorde a una ideología madre pueden lograr los objetivos planteados, es el de Defensa y Justicia, que desde la temporada en la que asumió Guede en el cuadro azulgrana, para contrastar, prefirió responsables de poca trayectoria o debutantes, con convicciones de buen juego cada vez que tenía que decidirse por un reemplazo. El ciclo comenzado por Ariel Holan en 2016, tuvo de por medio como sucesores a Sebastián Beccacece, Nelson Vivas, Juan Pablo Vojvoda y Mariano Soso, además de Hernán Crespo, quien tomó las bases de los mandatos previos y las acopló a sus conceptos para llevar al Halcón de Varela a lo más alto de América con la Copa Sudamericana 2020, y que luego fue revalidada por Beccacece con la Recopa Sudamericana 2021, trofeos con los que sueña San Lorenzo, pero a juzgar por el camino que recorre lejos está de obtener.

Perú, la camiseta y el juego por derecha

Por Pedro Ignacio Pérez Naveira

Muchos jugadores de la selección peruana de fútbol, dirigida por Ricardo Gareca, quedaron expuestos luego de grabarse dando su apoyo a la candidata presidencial Keiko Fujimori, alentando a “vencer al comunismo y luchar por la democracia”, mostrándose en contra de Pedro Castillo, el oponente de Keiko en el ballotaje que se realizará en país incaico el próximo 6 de junio.

El pasado 1 de mayo se dio el primer debate presidencial en Chota, ciudad perteneciente al distrito de Cajamarca, allí Fujimori se presentó con la camiseta de la selección peruana y utilizando el slogan “Ponte la camiseta”, comenzó con la utilización política del símbolo que es el combinado nacional. Algo similar a la campaña de Jair Bolsonaro, a quien se lo vio utilizando el fútbol como un puente para llegar al electorado.

Llamó la atención el video que se publicó el 18 de mayo donde los jugadores Edison Flores, Luis Advincula, Aldo Corzo, André Carrillo, Miguel Trauco, Carlos Zambrano y el retirado Claudio Pizarro llamaban a luchar por la libertad y la democracia. Pero muchos peruanos quedaron consternados al ver que daban al fujimorismo como un ejemplo de estos conceptos, siendo un partido que incluso se hizo un auto golpe de Estado para eliminar al congreso. Mucho tiene que ver la utilización de los futbolistas con la relación del ex presidente Alberto Fujimori, con el actual mandamás de la Federación Peruana de Fútbol Agustín Lozano Saavedra.

Uno de los primeros que salió a protestar ante la postura de estos deportistas fue Luis Tapia, el hermano de Renato Tapia “El capitán del futuro”, que criticó sobre todo a Edinson Flores: “¿Cómo chuchas vas a decir que te has informado y luego decir que votas por ‘la democracia’? ¿El fujimorismo democracia, de dónde te has informado? ¿O quién te ha dado el papel que estás leyendo? Porque más que informado, pareces mandado, y por el enemigo”, aunque luego dijo que no fue algo personal con “El orejas”, y piensa lo mismo de cualquiera que use el término “democracia” para hablar del fujimorismo.

Luis Advíncula, ex jugador de Newell´s, sufrió un gran rechazo por parte de los hinchas de su actual equipo, el Rayo Vallecano (histórico club de la clase obrera española) y realizaron un comunicado mostrándose en contra de lo expresado por el lateral en su video de apoyo a la campaña fujimorista y hasta lo acusan de ser parte de la corrupción de dicha organización política.

Muchos peruanos manifestaron su descontento por el accionar de los jugadores liderados por Claudio Pizarro a través del hashtag #LaCamisetaNoSeMancha, el principal medio que se mostró en contra del hecho fue Líbero, que puso el hashtag en la portada de su diario y la foto de la camiseta de la selección.

Los dirigidos por Gareca vienen sufriendo la presión del calor político y social que vive el país, a fines del año pasado fueron criticados por la tardanza en pedir el cese de la represión impuesta por el presidente de facto, Manuel Merino, que durante sus 5 días de mandato envió a las fuerzas militares a reprimir protestas. Todo culminó con su renuncia el 15 de noviembre y un saldo de dos muertos, Brian Pintado e Inti Sotelo, además de múltiples denuncias por violaciones a los derechos humanos. Esto fue parte de las críticas ya mencionadas por el hermano de Renato Tapia que posteó: “El año pasado: ‘Nosotros no hablamos de política’. Hoy leyendo: ‘No al comunismo’. Les ha pesado más pensar que van a perder un poco de dinero, que las muertes de Inti y Brian el año pasado. Son unas porquerías”.

El entrenador argentino había sido noticia hace un tiempo por frenar la vacunación de sus jugadores alegando que era más importante vacunar a quienes realmente lo necesitan. En Perú recién en este momento se están vacunando a los mayores de 65 años. Ahora, “El Tigre”, se refirió al video que se difundió y dijo: “Estamos al margen de cualquier iniciativa privada o expresión. Los jugadores de fútbol pueden expresarse libremente de acuerdo a lo que sienten y consideran, para nosotros no es un problema. Lo que me interesa es que cuando estemos juntos estén enfocados en los partidos de Eliminatorias. Después cualquiera se puede expresar libremente. Lo veo como algo normal, no como algo perjudicial”, buscando finalizar con la polémica.

Las elecciones llegan para buscar un ordenamiento político luego de que el país rojiblanco atravesara una gran inestabilidad al tener a cuatro presidentes en el lapso de cuatro años. Pedro Pablo Kuczynski llegó a la presidencia en 2016, venciendo a la misma Keyko por un ínfimo 50,12%, pero dos años después debió renunciar luego de que salieran a la luz videos donde el fujimorismo sobornaba a “PPK” para obtener acceso de obras públicas. Así asumió Martín Vizcarra, vicepresidente del saliente mandatario, que prevaleció en el cargo hasta 2020 donde fue acusado de lavado de dinero a través de obras públicas y el congreso votó su vacancia (herramienta política que permite al congreso destituir al presidente del poder ejecutivo), esto fue fomentado por el fujimorismo y necesitó de dos intentos porque la primera sesión para “sacar” a Vizcarra no consiguió los votos suficientes. Con esto asumió el mencionado Miguel Merino, líder legislativo en ese momento que no contaba con ningún tipo de aprobación del electorado y así comenzaron las protestas que concluyeron con la renuncia de este y la designación de Francisco Sagasti como presidente de transición.

La lucha política en Perú se centra en la confrontación de dos polos opuestos, por un lado, el profesor sindical de izquierda Pedro Castillo y por el otro la candidata de extrema derecha Keiko Fujimori. El debate actual es la vuelta a una batalla que dañó mucho a ese país, la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso contra el presidente de Perú en la década del 90´ Alberto Fujimori. Hay un paralelismo entre estos hechos y lo ocurrido en la Argentina en la última dictadura, un grupo “subversivo” enfrentado a un gobierno autoritario que no dudaba en usar la fuerza y el miedo a su favor. Fujimori fue declarado culpable por crímenes de lesa humanidad al esterilizar de manera forzada a más de 2000 mujeres de clase baja o indígenas. Keiko prometió darle un indulto a su padre y afirmó que fue “un plan de planificación familiar”, obviando cualquier responsabilidad y negando el reclamo de miles que aún piden justicia.

Los grandes medios buscan limpiar la cara de la candidata, hace tres semanas las encuestas estaban 41% a favor de Castillo contra un 21% de su rival, ahora estarían 44% del profesor contra 40% de la líder conservadora. Así, se vuelve a utilizar el fútbol y a sus actores con fines políticos en busca de conseguir votos, a través de un emblema de unión como lo era, hasta ahora, el equipo liderado por Paolo Guerrero que aún no se conoce su postura sobre este tema.

El arte de homenajear a Diego Maradona

Por Dylan Bujman

Diego Armando Maradona fue leyenda en el fútbol y su huella imborrable se traduce en innumerables homenajes en todo el mundo que inspiran a artistas y emocionan a los fanáticos. Si el fútbol es arte, Maradona es la obra más acabada de un periodo histórico. Y en Argentina, cuna de barro del héroe, se suceden las expresiones que lo convierten en mito a seis meses de su muerte.

Reconocido fanático de la música, muchas veces en televisión Diego apareció para cantar
en vivo y una de sus grandes pasiones era el tango. La canción compuesta por Reinaldo Yiso y Juan Puey en 1942 conocida como “El sueño del pibe” fue la elegida para que Maradona interpretara como invitado en un programa del humorista Antonio Gasalla. Puso su voz y enamoró al público presente. Es por eso que fue la elegida por Diego Tomasevic, el director de un videoclip realizado por El Cachivache Quinteto, en el cual Bruno Tombari y Rocío Lequio gambetearon la música y le pusieron baile a un homenaje realmente emotivo.

Se grabó en la casa de La Paternal donde vivió Maradona y Tomasevic no dudó en
elegir ese lugar para realizar el videoclip. “Hacerlo ahí nos marcó definitivamente, no podía ser en otro lugar”, contó el director en diálogo con El Equipo. Luego agregó que la casa permanece intacta y eso hizo que la energía del ambiente fuera aún más especial incluso antes de grabar. Al final concluyó que “a todos los que nos marcó Diego en nuestra generación nos queda dando vuelta esa faceta de artista que tenía”.

Por otro lado, el folclorista Yuyo Gonzalo fue quien le puso voz al cortejo fúnebre de
Diego Armando Maradona. En la última canchita por la que pasó Maradona antes de llegar al cementerio se encontraba Yuyo que cantó emotivamente “La mano de dios” y llenó de lágrimas a los presentes que despedían en la calle los restos del Diego.

“Hablar de Maradona es como hablar de un familiar para mi, es la bandera de Argentina”, así describió su amor puro el folclorista cuando se le preguntó qué sentía por el Diez. Yuyo cumplía años el 29 de noviembre, cuatro días después del fallecimiento del mejor jugador
de todos los tiempos y fue su hermana quien le pidió que cantara en la canchita ubicada a 300 metros del cementerio con la camiseta de la Selección Argentina que ella misma le había obsequiado.

Lo que nadie sabe es que su ídolo es Rodrigo Bueno autor del tema y fue la primera vez que la cantó y que aún recuerda con gran emoción que “el estribillo llegó justo cuando pasaba el auto y ver las flores, escuchar las sirenas hace que al recordarlo se me ponga la piel de gallina”, exclamó el cantante.

Además, el dato curioso que cuenta Yuyo es que su intención era cantar en homenaje y que se lo permitió un policía al cual todavía le agradece por dejarlo pasar pero nunca se imaginó que el cortejo tomaría el camino equivocado y pasaría por delante de los ojos de la canchita donde Yuyo sin imaginarlo lo estaba esperando.

Por último, adelantó que está preparando un disco con 10 canciones en homenaje a
Maradona con una la consigna: “La pelota no se mancha y en su zurda toma vuelo, porque le pusiste alas al rodar en los potreros”.

Luciano Ranieri responde a El Equipo desde Italia. El talentoso artista fue el encargado de hacer en una pared un mural gigante de Maradona que tenía 10 metros de altura y 6.5 de ancho y le llevó con algunas pausas por lluvias una duración de una semana. “La idea de hacerlo fue mía y a través de las redes sociales pedí un muro apto para la creación del mismo”, reveló Ranieri.

Así fue como el municipio italiano de Poggiomarino (Napoli) se presentó y le puso la plataforma aérea y la financiación para que Ranieri realice su obra cerca de Nápoles, la tierra de la leyenda.

El artista agregó que todos los trabajos lo entusiasman pero hacerle uno a Diego era algo
especial y que movería a mucha más gente. “Sobre todo en el sur de Italia es amado
porque Nápoles es a menudo muy discriminado y él demostró ser el Dios del fútbol y admirado por su redención social”, exclamó Luciano que en el final dijo que su diversión es hacer su arte a la perfección aunque cree que lo puede hacer aún mejor.

La historia de Emiliano Dudar y los riesgos de poner la cabeza

Por Luca Krampanis

Los empates muchas veces suelen ser el resultado más aburrido o el de los partidos que pasan más desapercibidos, en este caso la repercusión no la tuvo el resultado 2-2 entre el Basel y el Young Boys de Suiza aquel 12 de septiembre de 2010, lo importante fue lo que pasó cuando Emiliano Dudar saltó a cabecear, se apagó la luz y de repente se despertó en el hospital. Un centro, un desentendimiento con su compañero y el argentino cae inconsciente al césped. ¿El resultado? derrame cerebral y algunos otros condimentos que le cambiarían un poco la vida al ex futbolista.

El nacido en Villa Madero aún no se aleja del mundo del fútbol y  actualmente tiene una empresa de representación de futbolistas, oficio por el cual casi por obligación debe ver partidos que hasta para él no son atractivos de apreciar. El ex Vélez Sarsfield de 39 años dejó su carrera europea de manera repentina y hasta casi prematura, no por una venta millonaria, ni mucho menos, su partida del Viejo Continente se debió a un fuerte choque de cabezas que lo dejó por un mes en un hospital de Suiza.

A la hora de repasar el duro golpe, Dudar recuerda: “Fue un accidente que cuando yo lo veía después por la tele me parecía recontra estúpido, yo salto a cabecear, mi compañero que está retrocediendo también salta para intentar buscar de cabeza, pero yo estoy retrocediendo y no lo veo, y cuando quiero cabecear le cabeceo la nuca y me rompo el tabique, pero lo peor fue cuando caí, porque tuve tanta mala suerte que cuando me golpeo me desmayo y caigo con la cabeza, ese golpe con el suelo me produjo un derrame cerebral”. Inmediatamente el partido fue suspendido y el argentino fue trasladado a un centro médico.

Yo le decía a mi señora que me diera las llaves del auto porque tenía que ir a jugar contra el Basel, pero ella me decía que el partido ya lo había jugado y que habíamos empatado 2 a 2, pero yo no le creía y así estuve varios días, hasta que me mostraron videos del accidente y del partido”, de esta manera el ex Young Boys repasa los momentos en los que estaba internado y no podía movilizarse del hospital.

-En Reino Unido están analizando prohibir los cabezazos en las categorías infantiles para evitar posibles lesiones que puedan traer secuelas en un futuro. ¿Estás de acuerdo con esa medida?

-No, no, para nada, me parece que los chicos deben aprender a cabecear desde chicos, no es fácil aprender a cabecear, hay que tener temperamento y está bueno que puedan animarse desde infantiles a buscar de cabeza, porque si no cuando ya son grandes es difícil que tengan confianza para cabecear en una pelota dividida por ejemplo. 

El actual representante de jugadores quedó con  dos secuelas, producto del derrame cerebral que le produjo el golpe en su cabeza, las cuales son, perdidas de atención y concentración. Dos factores claves para que el ex futbolista se sienta sin nivel para la alta competencia. “El casco protector con el que tuve que jugar luego del golpe me daba inseguridades, tenía miedo de ir a cabecear porque el médico me dijo que un golpe más en la cabeza me podía dejar paralítico,  también me sentía observado y sentía que los rivales me tenían lástima y no se animaban a venir a cabecear contra mí, por miedo a lesionarme, eso me afectó mucho”, de esta manera, el ex defensor que tuvo un breve paso por Independiente de Avellaneda recuerda un poco triste el motivo por el cual decidió buscar un reto un poco menor en la Major League Soccer.

-¿Tuviste que  comenzar algún tratamiento psicológico luego del golpe?

-Sí, sí. Empecé a ir al psicólogo, algo que yo creía que no me hacía falta antes del accidente. Me sirvió mucho, es algo que tomé como hábito y lo mantengo hasta el día de hoy, una vez por semana tengo que ir porque me hace falta, mi lesión me sirvió para cambiar un poco también el pensamiento que tenía sobre el ir al psicólogo.

-¿Sentís que si no hubiera sido por el accidente, tu carrera en el fútbol europeo podría haber seguido unos años más?

-Sí, sí, lo que yo siempre me reprochaba era el por qué me pasó a mí en el momento que habíamos salido segundos en el campeonato, también se hablaba de que había varios equipos interesados en mi desde Inglaterra e Italia. Pero ya me hice demasiado problema con eso y renegué mucho conmigo mismo, pero me hizo aprender y valorar las cosas desde otra manera, por ejemplo a mi familia que estuvo a mi lado en cada momento y fue un gran sustento para mí. 

Actualmente, en el rol de representante futbolístico, el director de Globallsport manifiesta que hay muchas pensiones de clubes de Primera División argentina, que no están en las mejores condiciones higiénicas. “Tengo casos de chicos que comen todos los días fideos, las habitaciones están llenas de humedad y en una habitación pueden llegar a dormir cuatro o cinco pibes juntos”, de esta manera, Dudar repasa lo que le toca ver como representante de jugadores, pero es discreto con la privacidad de la identidad de los jóvenes futbolistas y no nombra tampoco a los clubes que presentan dichas falencias.

-¿Cómo tratás a un chico al que el club le comunica que no lo va a tener en cuenta?

-Y es difícil, uno trata de acompañarlos, de darles una palabra de aliento, es una situación complicada porque ese chico estuvo muchos años preparándose y dejando cosas de lado.  Es más, si vos me preguntás si yo haría de nuevo todo lo que hice para llegar a Primera, cuando era pibe y entrenaba, te digo que no. Los clubes se piensan que los chicos son una cosa, pierden por ahí el rasgo humano, a un pibe se le viene el mundo abajo cuando es dejado de lado, tienen que afrontar muchas cosas negativas, como la depresión por ejemplo, por eso la psicología deportiva también es importante, para que en esos casos se haga presente.

Playoffs: ¿La salvación del fútbol argentino?

Por Juan Segundo Giles

El 18 de abril de 2021 se confirmó la creación de la Superliga Europea. “Esto lo hacemos para salvar al fútbol (…) Las audiencias y los derechos audiovisuales bajaban y algo había que hacer. Este deporte está en caída libre. Si no hacemos algo, no durará mucho. Debe evolucionar”, se excusó Florentino Pérez, presidente del Real Madrid e impulsor de la Superliga, un día después en El chiringuito de Jugones.

Pero esa idea del establishment europeo duró apenas unas horas, ya que, el día 20 de ese mismo mes, nueve de los “12 fundadores” pidieron perdón y desistieron ante la lluvia de críticas que recibieron de sus socios mediante redes sociales y protestas en las inmediaciones de los estadios.

Ahora bien, Florentino no mintió cuando dijo que “los jóvenes de 16 a 24 años casi no ven partidos porque prefieren divertirse de otra manera”, pero la solución no es agrandar la brecha entre los “grandes” y los “chicos”, sino achicarla.

Los aficionados nacidos en el siglo XXI toman con normalidad que Juventus gane nueve veces seguidas la Serie A, que Bayern de Múnich (8) haga lo propio en la Bundesliga, que el Paris Saint-Germain (PSG) reine en la Ligue 1 hace casi una década, que La Liga se defina siempre entre Real Madrid y Barcelona, salvo alguna temporada aislada del Atlético de Madrid, y que la Premier League sea propiedad privada del Big Six. No obstante, ¿quieren los aficionados argentinos un fútbol con esa hegemonía?

Fuente: VarskySports

Mientras tanto, en el país ven esa desigualdad en el Viejo Continente como un hecho muy lejano, algo que no los caracteriza, ya que en Argentina “es más parejo”, ¿pero que un club de menor envergadura derrote a alguno de “Los 5 grandes” quiere decir que va a pelear por los primeros lugares?

Desde la implementación de los torneos largos en 2014, solo Boca Juniors (4) y Racing (2) se han coronado, lo cual difiere completamente con el período 2007-2012, en el que nueve instituciones salieron campeonas de los Apertura y Clausura.

Sin embargo, la Liga Profesional, luego de haber organizado la Copa Maradona -muy criticada por la falta de competitividad-, dio en la tecla con la Copa de la Liga Profesional 2021. Un formato de 26 equipos divididos en dos grupos, que pelearon por terminar entre los cuatro primeros y clasificar a los cuartos de final –una especie de playoffs-, generó un mayor atractivo en los espectadores. De hecho, 19 planteles llegaron con posibilidades numéricas a falta de dos fechas.

En contraposición a los campeonatos tradicionales en los que la mitad de los clubes no pelean por nada, los playoffs permiten que varios compitan hasta las últimas jornadas. Y, si logran pasar, solo les quedan un puñado de encuentros mano a mano en los que puede pasar cualquiera, no hay favoritos.

Este nuevo formato puede ser un salvavidas desde lo organizativo para el contexto crítico que tienen los dirigentes. Una competición todos contra todos en la que ocho pasen a las instancias finales y haya descensos. Similar al de la Primera División de México, que tuvo siete ganadores distintos en las últimas nueve ediciones.

“A diferencia del básquet, el fútbol no se anima a cambiar. Siempre se busca lo de antaño, no se busca revolucionar nada”, comentó Sergio “el Oveja” Hernández, entrenador de la Selección argentina de básquet, en ESPN. La NBA, caracterizada por no casarse con una idea y siempre tratar de innovar, implementó para la temporada 2020/21 un play-in entre el 7°, 8°, 9° y 10° de cada conferencia con el objetivo de incluir a más franquicias en la disputa por la postemporada.

Quizás es el momento de ayornarse a las nuevas generaciones, dejar lo de “antaño” y buscar esa “revolución”. Quizás no hay que copiar todo lo que ocurre en Europa. Quizás hay que darles posibilidades a los clubes de menor jerarquía y no quitárselas, como quisieron hacer con la Superliga Europea. Quizás, así, “los jóvenes de 16 a 24 años” se interesen más. Porque sin competitividad, los grandes también pierden.

Black Lives Matter: el deporte le dijo no al racismo

Por Matías Zuñez

La repulsión social que generó el homicidio de George Floyd por parte de la policía de Minnesota, Estados Unidos, que cumple un año el 25 de mayo, fue la principal impulsora del reavivamiento del lema #BlackLivesMatter -las vidas negras importan- que se trasladó a los terrenos más importantes del mundo del deporte.

El uso del hashtag comenzó en las redes sociales digitales en 2013 tras la absolución de George Zimmerman, quien mató de un disparo al adolescente afroamericano de 17 años Trayvon Martin, en Florida en 2012. En 2020, en el vecindario de Powderhorn, en la ciudad de Mineápolis, producto del abuso policial racista de cuatro autoridades locales, Floyd fue asesinado por el agente Derek Chauvin quien ya había reducido al joven de 23 años y luego con su rodilla lo asfixió contra el pavimento hasta su muerte.

En homenaje a George Floyd, los jugadores de la National Basketball Association (NBA) se arrodillaron y vistieron una remera con la leyenda de ‘Black Lives Matter’ anteriormente a los encuentros. A finales de agosto, los basquetbolistas de Milwaukee Bucks decidieron no pisar la cancha en modo de protesta después de la muerte de Jacob Blake, a quien balearon por la espalda en un nuevo suceso de ataque policial racista. Luego, todo el resto de equipos de la liga de básquet estadounidense realizó un boicot a la organización del torneo para no disputar los playoffs, hecho sin antecedentes.

La National Women’s Soccer League (NWSL) permitió que las jugadoras se hincaran durante el himno nacional previo al inicio del partido. “Nos arrodillamos hoy para protestar contra la injusticia racial, la brutalidad policial y el racismo sistémico contra los negros y las personas de color en Estados Unidos”, anunciaron en conjunto las futbolistas de North Carolina Courage y Portland Thorns.

La Premier League de Inglaterra accedió a que los jugadores reemplazarán su nombre en la camiseta por el lema ‘Black Lives Matter’ y que los capitanes también lo llevarán en su brazalete. “Este símbolo es un signo de unidad de todos los jugadores, cuerpos técnicos, clubes, árbitros y la Premier League”, declaró el capitán del Liverpool de Inglaterra Jordan Henderson.

La tenista japonesa Naomi Osaka portó a lo largo de todo el US Open un barbijo distinto en cada partido con el nombre de una víctima de violencia policial racista. “Si puedo empezar un debate en un deporte mayoritariamente blanco lo consideraré un paso en la dirección correcta. Ver el continuo genocidio de gente negra a manos de la policía me da honestamente ganas de vomitar“, expresó.

El piloto británico Lewis Hamilton vistió una remera con la insignia ‘Black Lives Matter’ antes de conseguir su séptimo título mundial de Fórmula 1 y declaró: “No hay forma de que pueda quedarme en silencio. Y una vez que me dije eso a mí mismo, no tuve ningún miedo”.

 

Los boxeadores Myke Tyson y Roy Jones Jr realizaron una pelea de exhibición que finalizó en empate el 28 de noviembre del año pasado en la que ambos se llevaron un cinturón con la leyenda ‘Black Lives Matter’, entregado por el Consejo Mundial de Boxeo.

Esta iniciativa también se visibilizó en otros deportes como el béisbol, el hockey y el fútbol americano. El racismo, la xenofobia, la homofobia y toda clase de discriminación abunda en las calles y en la virtualidad detrás del anonimato de ciertas personas que se esconden en un nombre de usuario e imagen que no los identifica para hacer daño.

Valores fundamentales del deporte como lo son la inclusión y la igualdad no deben perderse nunca. Por eso son bienvenidas determinaciones recientes como la que tomó la Premier League de realizar un apagón desde el 30 de abril hasta el 4 de mayo en Instagram, Twitter y Facebook que son cómplices de la segregación que sufren varios protagonistas de las diversas disciplinas al no filtrar comentarios y mensajes ofensivos.

Así mismo, el capitán de la selección argentina y el Barcelona de España, Lionel Messi, aprovechó la meta de 200 millones de seguidores que alcanzó el 1 de mayo en su cuenta de Instagram para apoyar esta lucha que busca acabar y no dar ni el mínimo margen a la discriminación en el deporte y en la vida.