miércoles, junio 18, 2025

El nacimiento de una pasión llamada Platense

Por Pilar Scacciaferro

Corría el año 1905, cuando en la ciudad de Buenos Aires la juventud se reunía en las esquinas de Recoleta para intercambiar anécdotas y comentar con entusiasmo sobre una carrera imperdible que se correría ese mes de mayo en el Hipódromo Nacional.

Entre los ganadores de aquella corrida se encontraba Gay Simón, hijo de Saint Mirin y orgullo de las caballerizas Platense. Su victoria jugada con cinco boletos, dejaron una suma de 445 pesos que decidió donar a un naciente club de amigos para que pudieran equiparse. Simón permitió que aquel cheque fuera más que una recompensa, y se convirtió en el inicio de un sueño. El club, en homenaje al Día de la Patria, adoptó el nombre que lo acompañaría por siempre: Platense.

El primer presidente fue José Viviani, y la sede inicial funcionó en una casa de la calle Callao 2058, residencia de un miembro de la Comisión Directiva. Sin embargo, no tardaron en volverse frecuentes las reuniones en la carbonería de Aliverti, ubicada en Posadas 1515. La camiseta naciente del equipo fue una réplica de la que llevaba el jinete ganador de aquella mítica carrera: una franela roja con cuello, puños y tres botones negros. Pero rápidamente se optó por los colores del stud Platense, una chaqueta blanca con lunares marrones y gorra marrón, color que más tarde se volvería apodo.

Los primeros partidos se jugaron en la Plaza Japonesa, donde hoy se levanta el Parque Thays, y el buen rendimiento empujó al equipo a participar en torneos independientes. Ganaron la Liga Central y la Copa Wellington, además de ser subcampeón en la Liga Eureka y la Sportiva Nacional. Para 1908, Platense se trasladó a un terreno en Blandengues y Manuela Pedraza, hoy Avenida del Libertador, en el barrio de Núñez. Permaneció allí hasta 1917, año en el que se inauguró el tradicional estadio de Manuela Pedraza y Cramer, que se convertiría en símbolo de sus primeras glorias.

El Club Atlético Platense debutó oficialmente en los torneos de la Asociación en 1910, en la Segunda División, ganando su primer partido en la Copa Bullrich. En 1912 fue subcampeón detrás de Ferro Carril Oeste, superando incluso al joven Boca Juniors que finalizó tercero. Ese logro le valió, junto a otros cinco equipos, el ascenso a la Primera División en 1913.

Durante la década del ‘20, Platense brilló en el fútbol amateur alcanzando el tercer puesto en tres ocasiones consecutivas (1924, 1925 y 1926). Varios de sus jugadores fueron convocados a la selección argentina, destacándose Alberto Felisari como el pionero.

En el largo ciclo del amateurismo, Platense se ubicó en el histórico octavo lugar, tras participar ininterrumpidamente desde 1913 hasta 1930. Todo cambia y se transforma, por lo que con la llegada del profesionalismo en 1931, Platense dio el salto y finalizó decimotercero en el torneo, comenzando así, una nueva era de su historia.

Formación del Calamar en 1933

Así nació y creció Platense, entre aquellas indefinidas fronteras entre Recoleta y Retiro, con aroma a carbón y el fervor de las caballerizas. Un club que se fundó gracias a un cheque, pero que fue forjado por la pasión y la amistad, encontrando en la franja marrón una identidad tan sencilla como lo eterno de un campeón.

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